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LAS GRANDES TRANSFORMACIONES DEL S.XIX Con la revolución industrial, se producen una serie de importantes cambios que afectan a la economía y a la sociedad en general, en aspectos tales como la organización, la educación, el trabajo,…, y la forma de vida en general. Los cambios productivos que tienen lugar en las fábricas provocan un aumento en la productividad y en la eficiencia que se traducen en una necesidad de mejorar la movilidad de los productos, de aumentar las distancias y de reducir los tiempos. Esto se consigue con la aplicación de las máquinas de vapor, ideadas y desarrolladas por James Watt (1769), a los medios de transporte, tanto terrestres como marítimos, y que trajeron aparejadas adaptaciones en la maquinaria de las fábricas con el fin de obtener una mayor producción. Fue Robert Fulton quien probó y experimentó con la capacidad de un barco propulsado por una máquina de vapor, primero en el Sena, Francia (1803), donde no fue muy bien acogido, y más tarde en EEUU (1807), donde surcó el río Hudson en un barco movido por unas ruedas con paletas a ambos lados del casco. Más adelante este logro fue imitado por ingenieros en otros países, como Alemania o Inglaterra. Muchos fueron los avances que se produjeron durante este siglo en torno al barco de vapor, hasta el punto que empezaron a ser necesarias grandes infraestructuras que simplificaran los desplazamientos y acortaran las distancias. Así, por ejemplo, en 1869 se inaugura el canal de Suez y en 1914 el de Panamá. Fuente de foto La locomotora a vapor supone también un aumento en la capacidad de carga de los transportes. La aparición de los primeros ferrocarriles en 1823, de la mano de George Stephenson (1823), quien también construyó la primera vía ferroviaria en Inglaterra y que rápidamente se extendieron por toda Europa y EEUU, jugó un importante papel en el transporte de un gran volumen de mercancías, materias primas e incluso pasajeros en largas distancias. Fuente de foto Otra consecuencia de esta transformación en los medios de transporte fue la facilidad de movilidad también para la población, que se podía desplazar hasta los centros de trabajo en

Transformaciones S.XIX

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Las transformaciones en el siglo XIX

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LAS GRANDES TRANSFORMACIONES DEL S.XIX Con la revolución industrial, se producen una serie de importantes cambios que afectan a la economía y a la sociedad en general, en aspectos tales como la organización, la educación, el trabajo,…, y la forma de vida en general. Los cambios productivos que tienen lugar en las fábricas provocan un aumento en la productividad y en la eficiencia que se traducen en una necesidad de mejorar la movilidad de los productos, de aumentar las distancias y de reducir los tiempos. Esto se consigue con la aplicación de las máquinas de vapor, ideadas y desarrolladas por James Watt (1769), a los medios de transporte, tanto terrestres como marítimos, y que trajeron aparejadas adaptaciones en la maquinaria de las fábricas con el fin de obtener una mayor producción. Fue Robert Fulton quien probó y experimentó con la capacidad de un barco propulsado por una máquina de vapor, primero en el Sena, Francia (1803), donde no fue muy bien acogido, y más tarde en EEUU (1807), donde surcó el río Hudson en un barco movido por unas ruedas con paletas a ambos lados del casco. Más adelante este logro fue imitado por ingenieros en otros países, como Alemania o Inglaterra. Muchos fueron los avances que se produjeron durante este siglo en torno al barco de vapor, hasta el punto que empezaron a ser necesarias grandes infraestructuras que simplificaran los desplazamientos y acortaran las distancias. Así, por ejemplo, en 1869 se inaugura el canal de Suez y en 1914 el de Panamá.

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La locomotora a vapor supone también un aumento en la capacidad de carga de los transportes. La aparición de los primeros ferrocarriles en 1823, de la mano de George Stephenson (1823), quien también construyó la primera vía ferroviaria en Inglaterra y que rápidamente se extendieron por toda Europa y EEUU, jugó un importante papel en el transporte de un gran volumen de mercancías, materias primas e incluso pasajeros en largas distancias.

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Otra consecuencia de esta transformación en los medios de transporte fue la facilidad de movilidad también para la población, que se podía desplazar hasta los centros de trabajo en

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la industria o en el comercio. Esto supuso una serie de cambios en la distribución de la población mundial, que ya habían gestado con la aparición de las industrias en las grandes ciudades. Tomas gran importancia las migraciones internas, en las que la gente del medio rural se desplaza a las ciudades en busca de una mejor calidad de vida y asegurar unos ingresos permanentes que el campo no les garantizaba. Así, muchas de las principales ciudades de algunos países como EEUU, Alemania e Inglaterra, contaban con el 50% de la población total de cada uno de ellos. Aparecen así nuevos problemas derivados de la masificación de las ciudades, como el hacinamiento de las familias, la falta de vivienda y las malas condiciones de los saneamientos, la falta de escuelas para la educación de los hijos o las constantes epidemias (cólera, tifus,…). Derivadas del desempleo, se produjeron también gran número de migraciones a otros países y continentes, como ocurre en el caso de los europeos que se trasladaron a América en busca de empleo. El auge industrial supuso la destrucción de pequeños talleres artesanos que no podían competir con las grandes fábricas y muchas de estas personas tuvieron que ponerse al servicio de estas industrias, convirtiéndose en obreros. La producción en serie crea nuevos productos industrializados hasta ese momento desconocidos y abarata los precios hasta el punto de que casi cualquier persona podía conseguirlos a un precio bajo. Todo esto provoca un cambio en la vida cotidiana, en la mentalidad y en el modo de vida, ya que existe gran cantidad de productos al alcance de la mano y con costes muy bajos (más incluso que si se fabrican de forma particular, como por ejemplo ocurría con la ropa), al conseguir materias primas mucho más baratas. La producción en serie simplificaba enormemente el proceso productivo. Se trataba de un trabajo en cadena en el que cada trabajador realizaba un solo proceso, de forma especializada, de dicho proceso. Siguiendo los principios de la teoría del ingeniero estadounidense Frederick Taylor, se consigue optimizar el trabajo de los obreros y de las máquinas para conseguir el máximo rendimiento.

Frederick Taylor Henry Ford, retomó más tarde las ideas taylorianas para aplicarlas a su industria de automóviles. La producción en serie resultaba tan ventajosa y tan rentable que rápidamente se extendió por todo el mundo y se convirtió en la principal forma de organización del trabajo dentro de las industrias, incluso hasta nuestros días. Otros elementos de especial interés por su repercusión a lo largo de la segunda mitad y finales del s.XIX fueron la evolución de los automóviles, de las carreteras, del aeroplano o el desarrollo de las telecomunicaciones con, por ejemplo, la invención del teléfono Graham Bell (1876),…

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La educación en el s.XIX. En el siglo XIX, con la revolución francesa, se introdujo de forma definitiva el concepto de escuela pública y se organizaron los sistemas de escolarización en países como Francia, Alemania… Pestalozzi fue uno de los educadores más influyentes en las escuelas. Consideraba que la educación debía llevarse a cabo en armonía con la naturaleza, se hace necesario que el alumno sea libre y permanezca en contacto con todo aquello que le rodea. La escuela deja de ser un centro disciplinar para convertirse en centros de formación. Se crean escuelas principalmente de agricultura, comercio, artes y oficios,… que estarán orientadas principalmente a la preparación de los futuros trabajadores. El desarrollo y las transformaciones, tanto sociales como económicas, sufridas durante estos años hacen necesaria la formación de personal experto y cualificado, capaz de llevar a cabo tareas de producción de una forma profesional y eficaz. Con todo lo anterior, podemos hablar de una escuela al servicio de la industria en general y del desarrollo económico, los cuales establecen las necesidades y las orientaciones de la educación. Existe una estrecha relación entre la ciencia y economía, ya que los avances en la ciencia van a contribuir de forma directa en el desarrollo económico de las grandes empresas, por lo que es necesaria una formación adecuada