Trauma Cultura e Historia INTRO 2011 -Libre

Embed Size (px)

Citation preview

  • 8/12/2019 Trauma Cultura e Historia INTRO 2011 -Libre

    1/59

    Universidad Nacional de Colombia Facultad de Ciencias Humanas

    Centro de Estudios Sociales - CESGrupo Conicto Social y Violencia

    Grupo de prcticas culturales,imaginarios y representaciones

    Lecturas CES

    F A. O MEditor

    Trauma, cultura e historia:Reflexiones interdisciplinarias para el nuevo milenio

  • 8/12/2019 Trauma Cultura e Historia INTRO 2011 -Libre

    2/59

    F A. O es doctoren Estudios Culturales con nfasis en

    teora crtica y filosofa de la historia dela Universidad de Chicago (2000). Es profesor asociado del Departamentode Historia, de la Maestra de EstudiosCulturales de la Universidad Nacionalde Colombia e investigador del Centrode Estudios Sociales (CES) de la mismaUniversidad, del cual fue director entre

    el periodo 2005-2008. Entre sus temasde inters estn la cultura y la historiaintelectual de Latinoamrica. Prologuista y editor de dos antologas: La irrupcinde lo impensado (Pontificia Universidad Javeriana, 2005), en la que se contemplantrabajos de Michel de Certeau, yVeena Das: sujetos de dolor, agentes de dignidad

    (Centro de Estudios Sociales, 2007) contextos sobre antropologa del sufrimiento.En la actualidad disfruta de una comisinen la Universidad de Helsinki comoinvestigador postdoctoral en el proyectoBetween Restoration and Revolution,National Constitutions and Global Law:an Alternative View on the European

    Century 1815-1914, que constituyeun primer paso para la publicacin deun ttulo sobre la historia intelectual y la cultura poltica del siglo XIXlatinoamericano.

  • 8/12/2019 Trauma Cultura e Historia INTRO 2011 -Libre

    3/59

    Trauma, cultura e historia:Reflexiones interdisciplinarias para el nuevo milenio

  • 8/12/2019 Trauma Cultura e Historia INTRO 2011 -Libre

    4/59

  • 8/12/2019 Trauma Cultura e Historia INTRO 2011 -Libre

    5/59

    F A. O MEditor

    Trauma, cultura e historia:Reflexiones interdisciplinarias para el nuevo milenio

    Coleccin Lecturas CES

    Grupo Conflicto Social y ViolenciaGrupo de prcticas culturales, imaginarios y representaciones

  • 8/12/2019 Trauma Cultura e Historia INTRO 2011 -Libre

    6/59

    Trauma, cultura e historia:reflexiones interdisciplinarias para el nuevo milenio

    Francisco A. Ortega, varios autores Universidad Nacional de Colombia, Facultad de Ciencias Humanas,

    Centro de Estudios Sociales - CES

    ISBN: 978-958-719-824-9Impreso y hecho en Bogot, Colombia, mayo de 2011

    C E S - CES Jorge Enrique GonzlezD

    Astrid Vernica Bermdez DazC E

    Olga Luca RiaoC

    Wilson Martnez MontoyaMara Cristina Rueda TraslaviaI

    DigiprintS.A.I

    Prohibida la reproduccin total o parcial por cualquier medio sin la autorizacin escrita del titularde los derechos patrimoniales

    Catalogacin en la publicacin

    Trauma, cultura e historia : reflexiones interdisciplinarias para el nuevo milenio / ed.Francisco A. Ortega Martnez. Bogot : Universidad Nacional de

    Colombia. Facultad de Ciencias Humanas. Centro de Estudios Sociales, 2011 624 p. (Lecturas CES)

    ISBN : 978-958-719-824-9

    1. Interaccin social Aspectos culturales - Historia 2. Cultura y desarrolloAspectos sociales 3. Memoria colectiva - Aspectos sociales I. Ortega Martnez,Francisco Alberto, 1967-

    CDD-21 302.01 / 2011

  • 8/12/2019 Trauma Cultura e Historia INTRO 2011 -Libre

    7/59

    Pensando en Ana y Sara;a pesar,

    lleno de esperanzas

  • 8/12/2019 Trauma Cultura e Historia INTRO 2011 -Libre

    8/59

  • 8/12/2019 Trauma Cultura e Historia INTRO 2011 -Libre

    9/59

    9

    Tabla de contenido

    P I.

    El trauma social como campo de estudios,17

    Francisco A. OrtegaP II. Trauma cultural

    Trauma y comunidad,63Kai EriksonTrauma psicolgico y trauma cultural,85Neil J. Smelser

    Trauma cultural e identidad colectiva,125 Jeffrey C. Alexander Freud y el trauma,165Ruth Leys

    P III. Representacin y verdades

    Experiencia, memoria y trauma: sntomas de discursividad,195Ernest van Alphen Entramamiento histrico y el problema de la verdad,217Hayden White Historia, ms all del principio del placer: reflexiones sobre larepresentacin del trauma,241Eric SantnerSobre el saber traumtico y los estudios literarios,

    259Geoffrey Hartman

  • 8/12/2019 Trauma Cultura e Historia INTRO 2011 -Libre

    10/59

    10

    Experiencias sin dueo: trauma y la posibilidad de la historia,295Cathy Caruth

    El pathos de lo literal: trauma y la crisis de representacin,311 Ruth Leys

    P IV. Memorias colectivas

    El pasado en el presente. Cultura y transmisin de la memoria,353Ronald Eyerman Memoria y contramemoria: hacia una esttica social

    de los monumentos del Holocausto,375 James E. Young Escultura de la memoria en la obra de Doris Salcedo:Unland, The Orphans tunic,411Andreas Huyssen Recordando el Holocausto: duelo y melancola,425Frank Ankersmit

    Trauma histrico y subjetividad masculina,449Kaja Silverman

    P V. Genealogas y usos del trauma

    Una perspectiva feminista del trauma,479Laura S. BrownViolencia, cultura y la poltica del trauma,497Arthur Kleinman con Robert DesjarlaisGenealoga de un error categrico:una historia intelectual crtica de la metfora del trauma cultural,521 Wolf Kansteiner Eplogo,557Carlo Tognato Bibliografa,567 ndice temtico,617

  • 8/12/2019 Trauma Cultura e Historia INTRO 2011 -Libre

    11/59

    11

    Reconocimientos y crditos editoriales

    No hubiese sido posible la publicacin de los textos que conformanesta obra sin la generosidad y apoyo de personas e instituciones quecedieron los derechos de los artculos que relaciono a continuacin.

    En primer lugar mi reconocimiento y agradecimiento a los autores,quienes generosamente cedieron todos los derechos y, con frecuencia,intercedieron ante diversas editoriales y organizaciones para asegurar precios accesibles o, incluso, sin regala alguna.

    Angel Vu y a la Editorial de la Universidad de California me per-mitieron traducir al castellano y publicar en esta obra el ensayo deNeil Smelser, Psychological Trauma and Cultural Trauma, del libroCultural Trauma and Collective Identity, editado por J. Alexander, R.Eyerman, B. Giesen, N. Smelser & P. Sztompka (2004). La Universidadde California tambin autoriz la traduccin e impresin del ensayode Arthur Kleinman, Violence, Culture and the Politics of Trauma,

    de su libroWriting at the Margin. Discourse Between Anthropology and Medicine (1995).Agradezco igualmente a Johns Hopkins University Press por auto-

    rizar la traduccin y publicacin de los ensayos Notes on Trauma andCommunity de Kai Erikson y Not Outside the Range: One FeministPerspective on Psychic Trauma de Laura Brown, publicados en el libroeditado por Cathy Caruth,Trauma: Explorations in Memory (1995).Tambin, por permitir la traduccin y publicacin del texto de CathyCaruth, Unclaimed Experience: Trauma and the Possibility of History

  • 8/12/2019 Trauma Cultura e Historia INTRO 2011 -Libre

    12/59

    12

    (Freud, Moses and Monotheism), de su libro Unclaimed Experience:Trauma, Narrative and History(1996).

    La Editorial de la Universidad de Chicago otorg el permiso detraducir y publicar los textos de Ruth Leys Freud and Trauma y ThePathos of the Literal: Trauma and the Crisis of Representation, de sulibroTrauma: A Genealogy (2000).

    La Agencia Literaria Carmen Balcells de Espaa me concedi el per-miso para incluir en este volumen los textos de Hayden White HistoricalEmplotment and the Problem of Truth y el de Eric Santner History

    Beyond the Pleasure Principle. Some Thoughts on the Representationof Trauma, ambos publicados originalmente en el libro editado porSaul Friedlander, Probing the Limits of Representations. Nazism and theFinal Solution (1992).

    Igualmente, mi gratitud para la Editorial de la Universidad de Oxford por concederme los derechos de reproduccin del artculo CulturalTrauma and Collective Identity de Jeffrey Alexander, de su libroThe

    Meaning of Social Life(2003).La Editorial de la Universidad de New England autoriz traducir y

    publicar el ensayo de Ernst Van Alphen, Symptoms of Discursivity :Experience, Memory, and Trauma, del libro editado por Mieke Bal, Jonathan Crewe & Leo Spitzer, Acts of Memory, Cultural Recall in the Present (1999).

    A Sage Publications le agradezco el permiso otorgado para traducir y

    publicar la propuesta de Ron Eyerman, The Past in the Present. Cultureand the Transmission of Memory, publicada originalmente en la revista Acta Sociologica, volumen 47, nmero 2, y a la Universidad de Virginiaque accedi a la reproduccin del ensayo de Geoffrey Hartman, OnTraumatic Knowledge and Literary Studies, publicado en New Literary History 26.3 (1995).

    Lund Humphries me permiti reproducir el artculo de James

    Young, Memory and Counter-memory: Toward a Social Aestheticof Holocaust Memorials, publicado en el libro editado por Mnica

  • 8/12/2019 Trauma Cultura e Historia INTRO 2011 -Libre

    13/59

  • 8/12/2019 Trauma Cultura e Historia INTRO 2011 -Libre

    14/59

  • 8/12/2019 Trauma Cultura e Historia INTRO 2011 -Libre

    15/59

    a

    P I

    El trauma social comocampo de estudios

  • 8/12/2019 Trauma Cultura e Historia INTRO 2011 -Libre

    16/59

  • 8/12/2019 Trauma Cultura e Historia INTRO 2011 -Libre

    17/59

    E 17

    El trauma social como campo de estudios

    F O , P .D.1

    La palabra desastre se ha hecho tangible. J E P .

    Las ruinas de Mxico (Elega del retorno, 1986)

    El concepto del trauma

    Amediados de la dcada de los aos noventa me hallaba preocupadocon el tema de la memoria colectiva y su relacin con la historia y laescritura. Estaba entonces preparando mi tesis de doctorado en un programacurricular que combinaba, de manera a veces vertiginosa, varias disciplinas y escuelas tericas filosofa de la historia, psicoanlisis, antropologa,historia del arte, estudios culturales, teora literaria; todos estos acer-

    camientos ligaban, adems, un denso lenguaje conceptual con una insis-tencia en la dimensin poltica de la crtica cultural. Durante esos aos, elmundo social y acadmico latinoamericano y latinoamericanista celebrabala cada de los regmenes totalitarios, particularmente en Centroamrica y el Cono Sur, y la emergencia de nuevos movimientos sociales. Nuevas

    1 Profesor Asociado del Departamento de Historia e investigador del Centro de Estu-

    dios Sociales, , de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacionalde Colombia.

  • 8/12/2019 Trauma Cultura e Historia INTRO 2011 -Libre

    18/59

    P I. E 18

    oportunidades polticas se hacan posibles y la historia y la memoria seconvertan en instrumentos para la reconstruccin y reconstitucin de

    sociedades devastadas por la violencia estatal y paraestatal.Esta visin de la memoria como instrumento poltico a partir del cual

    se rememoraba y se construan nuevas identidades culturales y polticas fueapenas el comienzo de una reflexin colectiva mucho ms profunda entrememoria, historia y representacin. La dcada de los noventa constituy elmomento en que nos dimos cuenta de que el imperativo poltico de no olvi-dar, junto con su corolario combatiente nunca ms, eran, apenas, la parteinicial de una historia mucho ms complicada. Las esperanzas acumuladasdurante aos de participacin poltica terminaron derrumbndose con lastransformaciones que ocurrieron durante la dcada de los aos ochenta:la alteracin geopoltica que significaba la cada del muro de Berln y laPerestroika, la crisis econmica y el llamado consenso de Washington consu paquete de reformas neoliberales, y la actitud complaciente o impotente por parte de las autoridades que dejaban sin reparar los crmenes de Estadoe incluso perdonaban o, por lo menos, justificaban los abusos cometidos por los regmenes dictatoriales y autoritarios y sus aliados.

    En efecto, en un contexto de polarizacin aguda, empobrecimientoacelerado y seria fragilizacin institucional, la memoria se convierte enel lenguaje hablado por todos: aquellos que deseaban recordar, los queansiaban escapar del recuerdo herido, y aquellos que imponan su olvido.Y, precisamente, cuando ms pareca que el olvido iba a recubrir con sumanto silencioso la sociedad entera, renacieron con mayor vigor las iden-tidades ancestrales, se agitaron combativas las movilizaciones populares,se manifestaron las memorias clandestinas y dieron fe los testimonios vehementes, todos ellos impugnando las acomodadas versiones oficiales.El arte y la literatura se poblaron de memorias fragmentadas, irresueltas y exiliadas, recuerdos obsesivos, impertinentes y perturbadores, que ansacuden el sopor colectivo y regresan para recordar incisivamente.

    Mi deseo por entender ese peso de la memoria, en este caso vinculadaa eventos de intensidad emocional y gran sufrimiento, me llev a explorar

    un importante, aunque naciente, campo terico de estudios que girabaen torno a la nocin detrauma cultural . Esa bibliografa ha continuado

  • 8/12/2019 Trauma Cultura e Historia INTRO 2011 -Libre

    19/59

    E 19

    hasta el presente y la produccin intelectual ha llegado a tal punto y esde tan alta calidad que no es desacertado decir que hoy en da existe un

    campo de convergencias que bien podramos llamar estudios sobre o entorno al trauma social2. El presente ensayo y la coleccin de artculos quele sigue ofrecen una escueta cartografa sobre este campo.

    Para algunos lectores, los textos reunidos ac estn demasiado marca-dos por elShoa o genocidio nazi de los judos durante la Segunda GuerraMundial. Aunque he procurado la diversidad de referencias histricas, escierto que un nmero importante de estos estudios intenta comprender lanaturaleza y los efectos devastadores de las polticas de exterminio, inclui-dos los campos de concentracin y las cmaras de gas nazi. Su inclusin enesta antologa se justifica no slo por el rigor argumentativo y la vigenciaterica que puedan tener esos trabajos, y por el hecho de que buena partede lo que hoy llamamos estudios sobre el trauma social nace precisamentecomo resultado de los esfuerzos por entender los legados de esa experien-cia histrica, sino tambin por la profunda conviccin de que su lectura ycrtica nos puede aportar herramientas y claridad en el afn de enfrentarnuestras violencias, muy diferentes, pero igualmente demoledoras3.

    2 El campo de estudio del trauma cultural ha dado pie a innumerables congresos, tesisde doctorado y publicaciones, a la creacin de institutos de investigacin e inclusoa programas de posgrado, como la maestra que ofrece la Universidad de Nueva York,Trauma and Violence. Transdisciplinary Studies (vase http://tvts.as.nyu.edu/page/home) o la especializacin que ofrece el International Trauma Studies Program(vase http://itspnyc.org/programs_training0708.html).

    3 Agradezco el apoyo y acompaamiento que he tenido durante los ltimos cuatroaos por parte del grupoConflicto Social y Violencia del , y en particular a sudirectora Myriam Jimeno y a sus extraordinarios investigadores asociados, Csar Abada, Andrs Salcedo, Carlo Tognato, Marco Martnez y Carlos Surez. Los ex-celentes coloquios del grupo me han obligado a repensar muchas nociones recibidasy a exigirme en el rigor argumentativo. Igualmente agradezco las lecturas atentas ygenerosas de Maite Yie y Ronald Villamil, as como el apoyo incondicional, crticoy siempre estimulante de Liliana Obregn. Al agradezco el apoyo editorialrecibido y, en particular, a Vernica Bermdez por su paciente apoyo y asistencia.Sandra Milena Ramrez, Norma Castillo y Carlos Andrs Barragn prestaron apoyo

    logstico al comienzo del proyecto. Finalmente, la dedicacin y el apoyo de Nicols Alejandro Gonzlez Quintero fue decisiva en la fase final del proyecto.

  • 8/12/2019 Trauma Cultura e Historia INTRO 2011 -Libre

    20/59

    P I. E 20

    El conjunto de artculos aqu recogidos no est diseado para defender elconcepto de trauma cultural o promover una nueva categora de anlisis

    social. De hecho, varios de los textos seleccionados sealan las dificulta-des y ambivalencias del trmino o, incluso, su naturaleza equvoca. RuthLeys seala las tensiones y lmites del concepto de trauma y su artculo Freud y trauma es un excelente punto de partida para evaluar la vigencia y los ambivalentes legados del concepto y del psiconalista. Del mismomos, Leys polemiza con algunas de las elaboraciones ms celebradas delcampo y evidencia el nivel de abstraccin y generalidad que, comnmete,resulta del abandono de contextos histricos especficos. Por su parte, Wulf

    Kanstainer pondera la pertinencia de la idea de trauma cultural y concluyeque su uso propicia un error categrico al confundir las preocupacionesde los sobrevivientes con preocupaciones filosficas sobre la indecibi-lidad constitutiva de los procesos de comunicacin y la llamada crisisde la modernidad (GCE , pp. 539)4. Para Kansteiner, las teoras de traumacultural han perdido autorreflexividad y se han convertido en otra grannarrativa de la academia metropolitana.

    Personalmente acepto estas crticas y las creo muy saludables. Y aunqueconsidero que futuras elaboraciones a partir, por ejemplo, del trabajode Jeffrey Alexander o Dominick LaCapra puedan ser esclarecedoras,lo cierto es que esta antologa est diseada para iluminar un espacio deconvergencias de intereses, disciplinas, miradas y preocupaciones teri-cas y polticas diversas en torno al impacto de experiencias catastrficas.Ms que una defensa a ultranza del concepto de trauma social, son estosdilogos cruzados lo que me interesa poner a disposicin del lector en

    esta ocasin.

    4 Para otras crticas, vase, por ejemplo, M. Borch-Jacobsen (1996a); J. Mowitt (2000);P. Novick (1999).

  • 8/12/2019 Trauma Cultura e Historia INTRO 2011 -Libre

    21/59

    E 21

    El concepto de trauma, escribe el socilogo Kai Erikson en el textocompilado en esta obra, se usa de formas tan diferentes y se encuentra

    en vocabularios tan diversos que es difcil saber cmo convertirlo en unconcepto sociolgico til5. Sin duda alguna, el concepto es bastanteantiguo y se remonta al griegotraumat , que significa herida en el tejidohumano. En el siglo aparece en varios textos mdicos franceses eingleses para designar una herida en un tejido vivo, causada por un agenteexterno. Poco a poco el uso del trmino se generaliz, con ese sentidotcnico que an preserva la medicina contempornea6.

    Las investigaciones mdicas sobre el sistema nervioso durante el siglo llevaron a estudiar el impacto de las emociones como el susto, pavor,

    temor o terror en el comportamiento humano. Gradualmente el dao percibido deja de ser entendido como una ruptura del tejido humano yse convierte en una herida del tejido nervioso, es decir, una lesin queno resulta visible y slo se puede percibir por sus sntomas, conductasextraas y memorias involuntarias y disociadas7. Por esa misma pocaaparece el trmino memoria traumtica para referirse a los modos en queel cuerpo recuerda, involuntariamente, eventos de particular intensidad y dificultad emocional8.

    5 Trauma y comunidad , incluido en esta obra. A partir de este momento, las referen-cias al tema en el texto principal aparecen sealadas con la sigla , seguida por elnmero de la pgina donde se encuentra ms informacin respectiva.

    6 M. T. Herrera (1996) seala que en 1693 aparece el lema trauma en los textos m-dicos en latn con el sentido de herida fsica. Vase tambin J. Corominas (1980).

    7 Estudios como los que hizo el clebre cirujano John Erichsen por ejemplo,OnRailway and other Injuries of the Nervous System (1866) hicieron posible la trans-formacin del sentido original del concepto. Para el surgimiento durante el siglo de la memoria inconsciente o traumtica vase A. Young (1995: 13); tambinvanse los ensayos recogidos en M. Micale & P. F. Lerner (2001). En ingls, elverbotraumatize infligir dao emocional aparece por primera vez en elOxfordDictionaryen 1903. En espaol, el diccionario de la slo lo recoge, junto contrauma, en 1956, aunque su uso es frecuente con el sentido actual en textos diversosde psicoanlisis, psicologa, filosofa, literatura, ensaystica, &c. Los lemas traumticoy traumatismo aparecen desde 1869.

    8 Vanse J. Laplanche (1973); I. Hacking (1996); A. Young (1996).

  • 8/12/2019 Trauma Cultura e Historia INTRO 2011 -Libre

    22/59

    P I. E 22

    La idea de trauma slo logra especificidad con la formulacin y des-cripcin del inconsciente, lo que explica la centralidad de Sigmund Freud

    y el psicoanlisis para la evolucin posterior de la idea del trauma. No voya referir una historia que Ruth Leys desarrolla de manera magistral en suensayo Freud y el trauma, ac incluido. Slo quiero sealar de manera muyrpida algunos hitos fundacionales del concepto que marcan de maneradecisiva su estructura de significacin, sus usos, as como el campo deestudio y los debates sobre lo que podemos llamar trauma cultural.

    Crticos y estudiosos concuerdan en que es en el contexto del trabajocon pacientes calificados como afectados por la histeria que Freud for-mula algunas de las hiptesis fundamentales para el psicoanlisis y losestudios del trauma. En primer lugar es necesario sealar que por estamisma poca Freud abandona el tratamiento predominante, la hipnosis y la sugestin, por el de la libre asociacin del paciente. En Estudios sobrela histeria(Freud & Breuer, 1895) la hiptesis originaria de Freud eraque los sntomas de la histeria estn conectados a factores causantes yque esos sntomas tienden a desaparecer cuando el evento causante es

    descrito en detalle por la paciente (generalmente eran mujeres). Es decir,la elaboracin discursiva de una memoria, hasta ese momento deformadacomo sntoma, acta como una suerte de catarsis. As, un conflicto es unahistoria a la que le hacen falta palabras; una historia en la que los sntomasocupan el lugar que deberan ocupar las palabras. El anlisis no es msque el intento de poner las palabras en su lugar, dando paso a la historiaque no haba podido ocurrir.

    Sin embargo, el proceso de elaboracin no es simple. Al contrario,la intensidad emocional y dolorosa asociada a la memoria del evento precipitante produce resistencias y desplazamientos al intento de elabo-racin. De ese modo, la memoria traumtica opera sin asimilarse, comoun cuerpo extrao en el cuerpo del paciente. Durante esos primeros aosFreud elabora la llamada teora de la seduccin, es decir la hiptesis de quelos sntomas de la histeria se remontan a experiencias de agresin sexual,ocurridas generalmente durante la niez y causada aparentemente por el padre o por una figura paterna. Debido al carcter sexualmente inmadu-ro de las nias asaltadas, esas experiencias no se asimilan como avances

  • 8/12/2019 Trauma Cultura e Historia INTRO 2011 -Libre

    23/59

    E 23

    sexuales sino que se reprimen y posteriormente, en la plenitud sexual delindividuo, se reactivan durante situaciones que evocarn o recordarn de

    algn modo la escena primera.uedan, entonces, formuladas dos ideas que sern importantes, a pesar

    de todas las modificaciones que puedan haber tenido posteriormente. Poruna parte la nocin de que la vida psquica est constituida igualmente por memorias involuntarias, memorias que recuerdan y olvidan a la vez, y olvidos hechos de memoria. Esas memorias son precisamente las querecuerdan los eventos traumticos. Por otra, se cuestiona radicalmente lacausalidad del evento precipitante. El trauma no se produce como resul-tado de la agresin detonante, sino como reactivaciones de contenidos primarios reprimidos; es decir, a partir de la relacin entre la memoria dela temprana agresin sexual, que haba permanecido dormida o latente, yel momento de su reactivacin por una segunda experiencia, la cual, a su vez, se dota de sentido traumtico retroactivamente. En suma, el pasadotraumtico slo aparece disponible para el sujeto a travs de unnachtra- glichkeit o acto diferido de interpretacin y comprensin que incluye lahistoria psquica del individuo.

    Posterior a 1897, Freud abandon la teora de la seduccin y su aten-cin se centr en el conflicto interno ocasionado por un ego cargadolibidinalmente desde los primeros momentos de la existencia. En esanueva mirada, el evento precipitante queda inscrito dentro de una seriecomplementaria que lo subordina en buena medida a las predisposiciones,es decir, a la historia particular del sujeto y a sus estructuras psquicas.El nuevo supuesto interioriza la fuerza (la fantasa y los conflictos psico-sexuales) que le da eficacia al trauma de tal manera que sta se convierteen la base etiolgica del trauma.

    El terrible escenario de devastacin y sufrimiento masivo durante laPrimera Guerra Mundial conduce al psicoanlisis a reexaminar la neuro-sis traumtica a la luz de la experiencia de guerra de los soldados. Ser lapoca en que Freud publicar textos Recuerdo, repeticin y elaboracin (1914), Lecturas introductorias del psicoanlisis (1915-17), Duelo y me-

    lancola (1917), La fijacin al trauma, lo inconsciente (1917) y Lo ominoso (1919) que marcarn decisivamente nuestra comprensin de la manera

  • 8/12/2019 Trauma Cultura e Historia INTRO 2011 -Libre

    24/59

    P I. E 24

    en que una intensa experiencia conflictiva da pie a modos complejos,incluso compulsivos, del recuerdo. Estos acelerados desarrollos llevaron

    incluso a que Freud publicara en 1919 Psicoanlisis y la neurosis de guerra,introduccin al simposio celebrado durante el v Congreso Internacionalde Psicoanlisis, que cont con la participacin de Ernst Jones, SndorFerenczi, Karl Abraham y Ernst Simmel9.

    El contexto de guerra llev a Freud a revaluar la preeminencia de losconflictos internos, para considerar en cambio el papel determinante delterror (Schreck), la estimulacin excesiva que abruma el funcionamientodel organismo y suspende el principio del placer. Ms all del principiodel placer (1920) se convirti en la elaboracin ms extensa y sostenida deFreud de la neurosis traumtica. En el libro, el autor afirma que el traumaconstituye la respuesta del organismo a una excitacin excesiva del mundoexterno que rompe la barrera protectora del ego y que sobreviene de maneratan repentina que no es completamente asimilada por este. El ego en ungesto que contradice la economa mental del principio del placer se veen la necesidad de repetir la experiencia a travs de pesadillas, flashlights,o acciones conscientes o inconscientes con el objeto de conocer y reducirel evento al dominio de la experiencia. Sin embargo, la repeticin de esaexperiencia no logra captar tal conocimiento y termina formndose unaconducta compulsiva precedida por ataques de ansiedad.

    De este modo es posible identificar una tensin cardinal en la teorizacinde Freud entre un modelo o paradigma mimtico y otro antimimtico, tal y como lo hace la historiadora Ruth Leys. Esta tensin estructura todas lasformulaciones sobre el trauma, desde Freud hasta las ms contemporneas,como las de Caruth y Van Aleph, aqu incluidas. El modelo mimtico partede la idea de que el trauma se produce cuando la fuerza que asalta al sujetodesde la exterioridad lo abruma de tal manera que el individuo es presa dela repeticin compulsiva. En tales repeticiones se produce una identifica-cin con la escena traumtica (por eso, el paradigma se llama mimtico)que no permite la distancia entre el sujeto y el evento. Esta identificacinextrema significa, a su vez, que la vctima no tiene conocimiento cabal de

    9 Reproducido en K. Abraham & l. (1921).

  • 8/12/2019 Trauma Cultura e Historia INTRO 2011 -Libre

    25/59

  • 8/12/2019 Trauma Cultura e Historia INTRO 2011 -Libre

    26/59

  • 8/12/2019 Trauma Cultura e Historia INTRO 2011 -Libre

    27/59

    E 27

    trauma como algo que pasa en la mente humana13. Las consecuencias deeste enfoque cifrado en el individuo como ser autnomo son mltiples.

    En el ensayo No por fuera del rango: una perspectiva feminista del trauma,incluido en esta antologa, Laura Brown afirma que la definicin mdicadel trauma tiene una funcin que podramos llamar ideolgica: los traumas privados, secretos e insidiosos sobre los cuales llama la atencin un anlisisfeminista suelen ser casi siempre aquellos acontecimientos que expresan y perpetan la cultura dominante y sus formas e instituciones (pp. 483)14. Pensar que el miedo y la ansiedad son el producto de desrdenes privados y privilegiar una respuesta mdica es ignorar las causas sociales que los

    originan. Como dice Arthur Kleinmann, el problema que tiene localizarel malestar en la mente del individuo es que esa clase de cartografa tiendea pasar por alto el hecho de que las causas, el ncleo de las experiencias y las consecuencias de la violencia colectiva son predominantemente so-ciales ( en original, 179-180). Los grupos sociales ms vulnerablesnios, mujeres, desplazados, pobres se ven victimizados una vez ms por instituciones que medicalizan los relatos de violencia social.

    An ms, la espectacularidad y sensacionalismo con que las escenas violentas del Tercer Mundo entran a los espacios de consumo metropoli-tano los desplazamientos forzados en Colombia, el conflicto tnico enRuanda, el hambre en Etiopa, la guerra en Afganistn revelan modossiniestros de apropiacin del sufrimiento social y velan el funcionamien-to de la geopoltica. Esto ocurre de dos maneras. Primero, al ocultar losmodos en que los consumidores del primer mundo estn implicados en la produccin del sufrimiento social en otras partes del globo. En segundo

    lugar, al distraer la atencin de la conflictividad interna, los relatos de violencia descontrolada en el Tercer Mundo se usan [] para domesticar[las] formas de opresin( , pp.502) propias de los grandes centros

    13 Traduccin decurrent discourse on trauma has systematically sidelined this socialdimension of suffering; instead it promotes a strongly individualistic focus, presenttrauma as something that happens inside individual minds. P. Bracken (1998: 38).

    14 Para una elaboracin narrativa de esta reflexin, vase el estudio autobiogrfico deS. Brison (2002).

  • 8/12/2019 Trauma Cultura e Historia INTRO 2011 -Libre

    28/59

    P I. E 28

    metropolitanos. Sin embargo, propongo dejar de lado la nocin de traumamdico o individual, aun cuando las preocupaciones que sealan Brown

    y Kleinmann tienden a cuestionar cualquier oposicin rigurosa entre ladimensin social y la privada. Pero, no falta decirlo, los eventos traum-ticos no slo afectan individuos sino que tambin tienen un impactodesestructurante sobre los grupos sociales. Uno de los primeros textosque intenta teorizar esa dimensin propiamente colectiva del trauma es Moises y la religin monotesta, una investigacin sobre los orgenes delmonotesmo y del judasmo publicado por Freud en 1939. En contravacon la versin bblica, Freud argumenta que Moiss era un sacerdote egip-

    cio no judo expulsado de su pas por liderar una secta monotesta.El pueblo israelita, que lo segua, lo asesin despus de que l los hubieraguiado fuera de Egipto hacia la libertad. La culpa posterior que sinti el pueblo judo hizo que formaran una religin monotesta, con muchosde los rasgos de la antigua religin del sacerdote egipcio y consagraran aMoiss como el salvador de los judos.

    Fantstica, sugerente y provocadora a la vez, la explicacin de Freudgener sonrisa y escepticismo, indignacin e indiferencia, pero en pocoscasos se tom como una propuesta cientfica para dar cuenta de las expe-riencias de sufrimiento colectivo15. Hubo que esperar hasta la posguerra para encontrar una reflexin importante sobre el trauma colectivo. En1967 los socilogos alemanes Alexander y Margaret Mitscherlich (1973) publicaron Fundamentos del comportamiento colectivo: la incapacidadde sentir duelo. El libro se apropia de los principios generales expuestos por Freud para discernir las dinmicas sociales y, en particular, examinar

    la cultura poltica alemana de posguerra a la luz de su incapacidad paraelaborar la derrota y reconocer su responsabilidad durante la SegundaGuerra Mundial, incluido el Holocausto. Esa incapacidad resulta enuna imposibilidad de hacer el duelo por lo que se perdi y reconstruir laidentidad en un nuevo contexto geopoltico.

    15 Sin embargo, vase la lectura que hace Cathy Caruth en el ensayo aqu incluido de Moiss y la religin monotesta como sntoma del trauma que sufre Freud al verse

    obligado a partir de Viena durante la escritura del libro, debido a la llegada delrgimen nazi.

  • 8/12/2019 Trauma Cultura e Historia INTRO 2011 -Libre

    29/59

    E 29

    Ser en las dcadas de los aos setenta y ochenta cuando las cienciassociales y humanas se apropien de la bibliografa ya reseada para explorar

    la experiencia colectiva y social16

    . Por lo tanto, en lo que sigue no meocupar de la trayectoria contempornea de las teoras psicoanalticas, psiquitricas o mdicas en torno al trauma, ni tan siquiera en aquelloscasos en que la literatura clnica considera o evala la pertinencia defactores culturales o colectivos17. Me interesa, ms bien, el esfuerzo,los modos en que los varios tericos se apropian y elaboran un lenguaje para explorar el sufrimiento social, sus significados para los actores, susmemorias y legados, aun cuando ese proceso se acerque ms a un uso

    metafrico que literal de los trminos.En el artculoTrauma psicolgico y trauma cultural , Neil Smelser

    desarrolla las posibilidades de encontrar paralelos y sus lmites entre ladimensin psicolgica y la social. Una de las claridades que introduceSmelser es que, a diferencia del trauma psicolgico donde el objeto deestudio es el individuo, en nuestro caso la caracterstica definitoriaimportante de los traumas sociales es que los campos afectados son lasestructuras sociales ( , pp. 94). Hablar de la dimensin especficade un trauma colectivo significa entender la representacin generaliza-da de un suceso, sealado como injustificado, que caus la dislocacinmasiva de las relaciones, instituciones y funciones sociales de ese grupoo comunidad.

    16 Un factor importante para tal surgimiento es la relectura estructuralista del psicoa-

    nlisis lacaniano que entiende el concepto de trauma como la irrupcin de lo real enel orden de lo simblico. Para Jacques Lacan el trauma es la forma privilegiada deltyche . En elSeminario XI escribe que eltyche , como forma de lo real como encuen-tro el encuentro en tanto que puede ser fallido, en tanto que es, esencialmente,el encuentro fallido se present primero en la historia del psicoanlisis bajo unaforma que ya basta por s sola para despertar la atencin la del trauma. (Lacan,1987: 63).

    17 El volumen recientemente editado por Charles Figley (2005) constituye una buenaindicacin de la riqueza y diversidad que histricamente han caracterizado las ela-

    boraciones que toman como punto de partida un acercamiento psicoteraputico altrauma. Vase tambin M. J. Horowitz (1999).

  • 8/12/2019 Trauma Cultura e Historia INTRO 2011 -Libre

    30/59

    P I. E 30

    El socilogo Jeffrey Alexander indica en el artculo aqu incluido queel trauma cultural ocurre

    [] cuando los miembros de una colectividad sienten que han sido someti-dos a un acontecimiento espantoso que deja trazas indelebles en su concien-cia colectiva, marcado sus recuerdos para siempre y cambiado su identidadcultural en formas fundamentales e irrevocables (, pp. 125).

    Apoyndose en trabajo sociolgico en zonas devastadas, el profesor KaiErikson propuso en 1976 el concepto de trauma social para designar el unethos o cultura grupal que es diferente de la suma de heridas individuales

    que lo componen y ms que su suma ( , pp. 66). Su trabajo pionerohace hincapi en los modos en que la violencia social trabaja sobre el tejidocomunal, lo descompone y le sustrae herramientas a la comunidad para quesus miembros habiten en el mundo. Erikson habla de dos modos en que se puede hablar de comunidades traumatizadas: a travs del dao que se pro-duce en los lazos comunales y por la generacin de un clima emocional queconsume los recursos socio-culturales de la comunidad. Para Erikson,

    [] las experiencias traumticas se abren camino de forma tan profundaen el entramado de la comunidad afectada que terminan por proveerla desu estado de nimo y de su temperamento prevalecientes, por dominar suimaginario y su sentido del ser, por gobernar la forma en la que sus miem-bros se relacionan los unos con los otros ( , pp. 78).

    Pero el cambio que sufren las vctimas no slo es uno de identidad yde los modos de relacionarse con otro sino que tambin es un cambio ensu perspectiva del mundo ( , pp. 78).

    Para los fines de esta discusin adopto la nocin de trauma social paradesignar los procesos y los recursos socio-culturales por medio de los cualeslas comunidades encaran la construccin, elaboracin y respuesta a lasexperiencias de graves fracturas sociales que se perciben como moralmenteinjustas y que se elaboran en trminos colectivos y no individuales. Estosacontecimientos presentan dinmicas que rebasan los criterios de previsinde la comunidad e incluso interrogan no slo la viabilidad de la comunidad

    sino la vida misma: los acontecimientos surgen indudablemente del daa da, pero el mundo tal y como era conocido en el da a da es arrasado

  • 8/12/2019 Trauma Cultura e Historia INTRO 2011 -Libre

    31/59

    E 31

    (Das, 2007: 134). As pues, un acontecimiento traumtico no se definetanto por el final del consenso social ni por la destruccin de la comuni-

    dad, sino por la desaparicin de criterios. En palabras del filsofo StanleyCavell las disputas que ocurren al interior de estas formas de vida duranteun acontecimiento no slo ocurren en funcin de la forma sino tambinen funcin de lo que constituyevida(Cavell, 1988: 41-42). Por eso, nouso ni creo til el concepto de trauma social para explicar momentos decrisis, de transformacin ni de cambio, mucho menos experiencias a lasque no se les asigna una carga emocionalmente negativa.

    Se habr notado a lo largo de esta discusin que la definicin de trau-ma convoca y se refiere simultneamente a tres dimensiones diferentes: elacontecimiento violento, la herida o el dao sufrido, y las consecuencias amediano y largo plazo que afectan el sistema18. Esta capacidad de convocarsimultneamente tres dimensiones diferentes constituye su mayor fortaleza y debilidad, la razn por la cual el concepto resulta tan evocador y necesario,tan confuso y abstracto a la vez. Es su mayor fortaleza porque el concepto,al abordar concurrentemente el hecho, la experiencia y sus consecuencias,

    obliga a pensar la plasticidad de la experiencia social ms all de las dicoto-mas familiares de las ciencias sociales modernas, tales como sujeto-objeto,evento-estructura, experiencia-accin, interior-exterior, etc. Igualmente, es sumayor debilidad, porque precisamente se presta con facilidad inmensa para lasmayores libertades y abusos conceptuales que desembocan en abstraccionestericas insatisfactorias que se imponen de antemano al anlisis y simplifican,en vez de recoger y valorar, la diversidad de la experiencia social.

    En lo que sigue sugiero que las ciencias sociales y humanas pueden ydeben aprender de esa voluntad transgresora sin necesariamente caer enlos abusos mencionados. Por ello digo que ms que salvaguardar la cate-gora de trauma, me interesa ofrecer diversos tipos de anlisis que, de unau otra manera, aprovechan y elaboran esa capacidad de convergencia delconcepto para aproximarse a las experiencias de devastacin masiva. Mi

    18 Esta misma pluralidad de sentidos es reseada por los autores del Diccionario de

    psicoanlisis en las entradas para Trauma y Neurosis traumtica. Vase J. La-planche & J.-B. Pontalis (1993).

  • 8/12/2019 Trauma Cultura e Historia INTRO 2011 -Libre

    32/59

    P I. E 32

    discusin est organizada en tres apartes: acontecimientos y experiencias,memorias y legados, y testimonio, arte y poltica, en un intento por reco-

    ger y elaborar esa plasticidad del concepto19

    . De paso, busco aportar un pequeo grano de arena a la discusin y, sobre todo, a sus posibles usos ennuestros pases, lugares donde, como dice Samuel Beckett, pesa el ol ido/ suavemente sobre los mundos innominados20.

    I. Eventos, acontecimientos y experiencias

    Algo ocurri en AuschwitzHabermas

    Como ya vimos, uno de los legados de la elaboracin freudiana es la coexis-tencia de dos modelos etiolgicos y sus correspondientes teraputicas. Poruna parte, el abandono de la teora de la seduccin privilegia la disposicin y la historia psquica del sujeto; por otra, la idea de neurosis traumticaque Freud elabora principalmente en Ms all del principio del placernos presenta el llamado modelo econmico por medio del cual un evento

    externo que golpea al sujeto propicia, durante un periodo relativamentebreve, un crecimiento de estmulos excesivo. Ambas formulaciones tienensus seguidores en las diversas definiciones del trauma social.

    As, un grupo de socilogos e investigadores de las ciencias sociales en-tre los que se encuentran Robert Jay Lifton, Kai Erikson, Charles Figley,Saul Friedlander, y Berel Lang insisten en que hay eventos extremos olmites cuya experiencia no es fcilmente asimilable por la comunidad por sus efectos desestructurantes, su capacidad de infligir sufrimiento,su mismo carcter socialmente indito

    Estos eventos, dice Eric Santner, necesitan ser teorizados bajo el signode trauma masivo, lo que quiere decir que deben ser confrontados y ana-lizados en su capacidad de poner en peligro y abrumar la composicin y

    19 Debe tenerse en cuenta en todo momento que estas tres dimensiones no son expe-riencialmente separables.

    20 Agradezco a Maite Yie por regalarme este bello texto de Beckett, tomado de laedicin deQuiebros y poemas , publicada en 1998 por Ardora Ediciones.

  • 8/12/2019 Trauma Cultura e Historia INTRO 2011 -Libre

    33/59

    E 33

    coherencia de identidades individuales y colectivas (, pp. 151). Laamenaza, seala el psicoanalista clnico Dori Laub, hace que el trauma sea

    un evento que se vive de manera particularmente intensa:[...] tiene lugar fuera de los parmetros de la realidad normal, tales comola causalidad, la secuencia, el tiempo y el espacio. El trauma es, por tanto, unevento que no tiene principio ni fin, ni antes, ni durante, ni despus. Estaausencia de categoras [...] lo deja fuera [...] del mbito de la comprensin,del recuento y del dominio21.

    Para estos investigadores encarar los eventos traumticos significa so-

    breponerse al golpe que la sociedad sufri y reparar los daos del tejidosocial causados por el evento.Por otra parte, los socilogos constructivistas Jeffrey Alexander, Neil

    Smelser, Ronald Eyerman y otros critican esa visin y la califican de fa-lacia naturalista. Neil Smelser seala que ninguna situacin o aconteci-miento histrico discreto cualifica en s mismo como trauma cultural, yla variedad de acontecimientos o situaciones que pueden convertirse entraumas culturales es enorme ( , pp. 35). En efecto, el trauma sociales una dimensin de la experiencia asociada a acontecimientos histricos,colectivamente percibidos y validados como traumticos o, como sealaAlexander, el trauma es una atribucin mediada socialmente ( , pp.8). La reflexividad constitutiva del proceso de construccin colectivodiferencia el trauma social de las patologas individuales.

    As pues, experimentar un trauma se entiende como un proceso me-diante el cual colectivamente se define el dao doloroso, se determina la

    vctima, se atribuye responsabilidad y se asignan las consecuencias morales,ideolgicas y materiales. Si a una experiencia terriblemente amenazanteno se le puede asignar un afecto negativo, entonces no se puede calificarcomo [traumtica] ( , pp. 40). Para este grupo de socilogos cuandolos significados estructurados de una colectividad se ven bruscamente

    21 Traduccin de [...] place outside the parameters of normal reality, such as causality,sequence, place, and time. The trauma is thus an event that has no beginning, no ending

    no before, no during and no after. This absence of categories puts it outside [...] the ranof comprehension, of recounting and of mastery (Felman & Laub, 1992: 68-69).

  • 8/12/2019 Trauma Cultura e Historia INTRO 2011 -Libre

    34/59

    P I. E 34

    desplazados, se asigna una condicin traumtica a un acontecimiento.Son los significados los que proporcionan el sentido de estar sufriendo un

    shock y de estar atemorizados, y no los acontecimientos en s (p. 138).La crtica de Alexander a la falacia naturalista es ineludible en tanto

    reivindica la importancia de los procesos culturales en las transformacionessociales, algo que la teora mecanicista del golpe devastador subordina a la violencia que viene de afuera. Sin embargo, su propuesta tiende a relegarel lugar y la naturaleza de la violencia a favor de las instituciones sociales y los libretos culturales en una formulacin que no encuentra resolucinsatisfactoria y nos dice muy poco en ltimas sobre la naturaleza particularde esta experiencia: si los eventos son importantes, pero no determinantes,que distingue a un trauma social de una simple crisis? La tensin entre losdos modelos (Erikson y Alexander) nos recuerda la relacin suplementaria,sino de oposicin, entre el modelo mimtico y antimimtico que RuthLeys encuentra en el corazn de todas las formulaciones del trauma y queresulta en un concepto constitutivamente inestable y ambivalente. Ahorabien, si aceptamos la invitacin implcita en la lectura deconstruccionistade Leys, es necesario encontrar una frmula para ir ms all de la oposicinentre evento abrumador y sujeto abrumado.

    La nocin de acontecimiento puede ayudarnos en este empeo. Sinquerer hacer una oposicin entre evento y acontecimiento, el uso que hagode los dos trminos refleja ciertas convenciones y debates de las cienciassociales. La nocin de evento an hoy arrastra la caracterizacin atomistaque en su momento hicieron Franois Simiand y Lucien Febvre (Simiand,1903: 1-22)22. Para estos autores, como para buena parte de la historiasocial, el evento corresponde a un nivel epifenmico y superficial de laslgicas sociales. Segn esa mirada, para realmente aprehender las lgicassociales debemos dejar de lado los eventos y sus tiempos cortos y ponerleatencin al nivel de las estructuras y su larga duracin. Si Ericson piensa

    22 Para la posterior caracterizacin de la idea de evento por parte de Lucien Febvre, vasela discusin desarrollada por T. Stoianovich (1976: 102-103). Para una discusin

    sobre la nocin de acontecimiento y su pertinencia para describir las situacionesconflictivas, vase Ortega Martnez (2008a & 2009).

  • 8/12/2019 Trauma Cultura e Historia INTRO 2011 -Libre

    35/59

    E 35

    el acaecimiento de la violencia desestructurante como un evento quedestroza el tejido social, Alexander privilegia como los Annales la

    lgica de las estructuras sociales23

    .Por su parte, la nocin de acontecimiento surge como un intento por

    superar la dicotoma imperante entre evento y estructura. El aconteci-miento se entiende como un momento de ruptura y transformacin enlas coordenadas tiempo-espacio a la vez que nos remite a un entramadode hechos ms que a un hecho individual que expresan una lgicasocial compleja.

    Al respecto existen dos argumentos, y yo me apoyo en ambos. El primero quiz mejor representado por el historiador Franois Furet propone que la lgica social de ciertas transformaciones sociales tiporevoluciones polticas se capta mejor enfocando micro-escenarios enque los significados y las convenciones sociales devienen inciertas y dan paso a nuevas formaciones sociales. Los acontecimientos, por tanto, trans-forman relaciones sociales de maneras que no podran ser anticipadas a partir de los nexos causales y los cambios graduales que llevaron a ellos.

    Furet propone la nocin de acontecimiento (en el original en francsvnement ) para sealar el conjunto de contingencias que conforman lasingularidad inesperada conocida como la Revolucin Francesa: [] ocu-rre que el acontecimiento revolucionario, en el da que estalla, transform profundamente la situacin anterior e instituye una nueva modalidad dela accin histrica que no est inscrita en el inventario de esta situacin(Furet, 1980: 33).

    Durante un acontecimiento se desestabilizan categoras socialmenteestablecidas y se generan contextos fluidos en los que el reforzamiento desentido juega un papel fundamental en la lgica de cambio social, es decir,

    23 Deseo matizar esta oposicin que formulo de ese modo con la nica intencin delograr mayor claridad y fuerza argumentativa. En todo caso debe quedar claro queKai Erikson no desconoce la importancia de las estructuras sociales, tal y comose hace evidente en su ensayo aqu incluido. Jeffrey Alexander, por su parte, hadedicado buena parte de su vida a superar las dicotomas que estoy intentando

    sealar. Para una declaracin temprana en su carrera, vase J. Alexander (1987) y,ms recientemente, su excelente coleccin de ensayos (2003).

  • 8/12/2019 Trauma Cultura e Historia INTRO 2011 -Libre

    36/59

    P I. E 36

    en los mecanismos que gobiernan la sucesin de un evento por otro. Lasgrandes explicaciones mecanicistas y estructuralistas (sean economicistas

    o de cualquier otro orden) simplifican el acontecimiento al imponerlecategoras prefabricadas (burguesa, revolucin burguesa o proletaria,oligarqua, nacionalismo o, en el caso que analizamos, simplemente impo-nerle a una situacin el rtulo de traumtico como si eso lograra explicaralgo) y producen una metafsica de la esencia y de la fatalidad (Furet,1980: 33).

    Ahora, no todos los acontecimientos son traumticos: ni son simbo-lizados de la misma manera, ni todas las violencias trabajan sobre el lazosocial del mismo modo. Las posibilidades y los modos de asimilar la agre-sin son radicalmente diferentes si el sufrimiento es causado por vecinos y otros miembros de la comunidad o por agentes externos a la misma; sies el Estado o son individuos asociados a la delincuencia; si la agresin esinesperada o largamente anticipada y temida; si es sostenida o puntual; siagrede objetivos entendidos como legtimos o ataca indiscriminadamente poblaciones vulnerables; etc. La antroploga Veena Das adopta la nocin deacontecimientos crticos (en inglscritical events) para designar la texturaemocional de aquellos acontecimientos que adems desatan un grado de violencia devastador y son acompaados de una percepcin generalizadade sufrimiento injustificado24.

    Un segundo argumento, mejor representado por Michel Foucault yGilles Deleuze, propone de manera ms radical una estrategia deeventua-lizacin para superar, aunque slo sea provisionalmente, las teleologas propias de los hechos atomizados y de las grandes estructuras25. En esa perspectiva, ms que un suceso, el acontecimiento se puede definir comoun tipo de trabajo, un modelo dinmico para producir lo social, un deve-

    24 Das (1995: 5-6)se apropia de la discusin desarrollada por Furet. Para ms sobre eltrabajo de esta importante antroploga, vase mi ensayoRehabitar la cotidianidad(Ortega Martnez, 2008b) y los ensayos recogidos enVeena Das: sujetos del dolor,agentes de dignidad (Ortega Martnez, 2008c).

    25 Para una discusin sobre la estrategia deeventualizacin, vase el ensayoViolenciasocial y acontecimiento (Ortega Martnez, 2009).

  • 8/12/2019 Trauma Cultura e Historia INTRO 2011 -Libre

    37/59

    E 37

    nir que permite trazar las configuraciones rizomticas que constituyen lacotidianidad y permite superar la diferencia entre sujeto y objeto, evento

    y estructura, experiencia y lgica social, violencia y sufrimiento, sin ne-cesariamente llegar a una sntesis totalizadora.En ambos casos (eventualidad yeventualizacin), enfocar el nivel del

    acontecimiento se convierte en una forma de acceder a las experiencias deaquellos que sufren, participan y reaccionan a la crisis social. Igualmentesignifica abarcarlas de tal modo que el sufrimiento, participacin y reac-cin son necesarios para entender el escenario social. De cierto modo lamisma polisemia del concepto trauma ya haba anticipado la necesidadde proceder de esa manera. Kai Ericson escribe que el trauma se debecomprender como resultado de unaconstelacin de experiencias vitales,adems de como un acontecimiento discreto; se debe entender como producto de unacondicin persistente, adems de como un acontecimientograve ( , pp. 65)26.

    Walter Benjamin, filsofo contemporneo y crtico cultural de Freude igualmente fundamental para la elaboracin del concepto de trauma

    cultural, remarc en 1933 que los soldados regresaron de los campos debatalla de la Primera Guerra Mundial empobrecidos en su experiencia27.Si generaciones previas eran capaces de apelar a la experiencia para trans-formar lo vivido en narracin, los soldados llegaban enmudecidos, susintensas memorias desligadas de la tradicin e incapaces de ser elaboradasen historias compartibles. A pesar de la variedad de experiencias quetuvieron en el frente de batalla el cual, en efecto, constituye un nuevo

    26 Resaltado en el original.27 Vase los ensayosExperiencia y pobreza (1973: 168) yEl narrador (1991). En estos

    y otros textos Benjamin propone tres trminos diferentes para designar los diver-sos tipos de experiencia:Erlebnis para aquella cruda, sin procesar;Erfahrung paradesignar la orgnica, que se constituye como continuidad, tradicin y sabidura;y, finalmente, el trmino Erkenntnis para significar la percepcin disgregada yfragmentada que resulta de situaciones de caos sensorial e intensidad emotivacomo el frente de batalla o la modernidad urbana. Para una apropiacin de esta

    distincin en el contexto de la teorizacin de la experiencia traumtica, vaseLaCapra (2004: 117).

  • 8/12/2019 Trauma Cultura e Historia INTRO 2011 -Libre

    38/59

    P I. E 38

    tipo de barbarie, a su regreso de la guerra resultaban ms pobres queel da de su partida.

    Segn Benjamin, el cambio producido por y en el acontecimiento dejasin utilidad la tradicin, es decir, la experiencia recibida, como marconarrativo capaz de dar cuenta de la nueva barbarie. Benjamin sealaentonces la aparicin y proliferacin de experiencias fragmentarias,experiencias que permanecen sin resolucin, no asimiladas en el mbito privado y en la esfera cultural. Ernst van Alphen va an ms all al refor-mular semiticamente la nocin de trauma, no ya como la proliferacinde experiencias truncadas sino como una experiencia fallida. En el ensayoaqu incluido, Experiencia, memoria y trauma, Van Alphen cuestiona ladistincin que se hace entre experiencia y discurso, por medio de la cualla primera se considera natural y espontnea y el segundo se percibe comoresultado de procesos y mediaciones culturales; a la primera tenemosacceso de manera intuitiva y es garante de la verdad y la objetividad;el segundo es el vehculo que usamos para comunicar la primera y quemantiene una relacin de exterioridad con la experiencia.

    Sin embargo, argumenta Van Alphen, la experiencia es discursiva porque no puede existir previamente al discurso o fuera de ste; anms, las modalidades y gneros de discurso disponibles en cada contextoconstituyen no simplemente canalizanun tipo de experiencia y nootro. La subjetividad (es decir, la experiencia que constituye al sujeto)no es previa ni independiente de los discursos: los sujetos son el efectodel procesamiento discursivo de sus experiencias ( , pp. 197). Deesto se sigue que el trauma es precisamente aquello que no se realizacomo experiencia y muestra sntomas negativos de la discursividad quedefine una experiencia exitosa ( , pp. 198).

    El silencio, la renuencia a hablar, la dificultad para relatar o contarlos sucesos circunstancias todas aludidas por aquellos que finalmenteofrecen testimonio no se deben a una condicin inherente del lengua- je, sino a que la historicidad del orden simblico provee los trminos a partir de los cuales la vivencia del evento se transforma en una experien-

    cia del mismo. Una experiencia fallida o traumtica ocurre cuando lostrminos simblicos de los lenguajes histricamente disponibles para

  • 8/12/2019 Trauma Cultura e Historia INTRO 2011 -Libre

    39/59

  • 8/12/2019 Trauma Cultura e Historia INTRO 2011 -Libre

    40/59

    P I. E 40

    memoria individual y la nocin del trauma social nos remite necesaria-mente al mbito de la memoria social o grupal28.

    Ahora bien, la idea de memoria colectiva es controvertida. Para al-gunos analistas los grupos sociales no recuerdan, conmemoran; hablarde memoria colectiva es metaforizar ilegtimamente un concepto quedescribe adecuadamente un proceso individual29. Sin embargo, sin caeren los excesos que significara trasponer al colectivo el funcionamientodel individuo, podemos pensar que las sociedades en efecto recuerdan yque este proceso no se puede entender como la simple suma de memoriasindividuales. De hecho, el recuerdo social mantiene una relacin sim-bitica con la memoria privada, pero la primera tiene procedimientos y dinmicas diferentes a los de la segunda. Maurice Halbwachs acuael concepto de memoria colectiva en 1925 para designar los modos enque la memoria es compartida y reproducida socialmente. En trabajos posteriores Halbwachs identific los marcos sociales de la memoria paradesignar el soporte social que es necesario para el recuerdo y tambinlos modos en que la memoria necesariamente responde a su contextode produccin30.

    Sin embargo, los estudios sobre la memoria social logran apenas en aosms recientes un desarrollo importante. Es de destacar que los estudiossobre las memorias de eventos traumticos y sus conmemoraciones, talescomo Hiroshima, la ocupacin alemana en Francia o Polonia, el apartheiden Sudfrica o las dictaduras argentina y chilena, han sido motores impor-tantes en el desarrollo conceptual del trmino31. Buena parte de esa memoriaest alimentada por relatos que elaboran y tematizan de manera creativa

    28 Para una descripcin de las llamadas memorias traumticas, vase en particular elcaptulo 7Emotional Memories: When the Past Persists , del mgnifico libro de D.Schacter (1996: 192-217).

    29 Vase S. Sontag (2003: 100).30 Vase M. Halbwachs (2004a).31 Para una muy buena apreciacin reciente de la relacin de estos trminos, vase D.

    Levy & N. Sznaider (2006). Traigo a colacin solo uno de los muchos textos refe-renciales por su importancia para el contexto latinoamericano: E. Jelin (2002).

  • 8/12/2019 Trauma Cultura e Historia INTRO 2011 -Libre

    41/59

    E 41

    no slo lo que realmente ocurri, sino el contexto y las preocupacionesde los recordantes y sus entornos en el presente32.

    En un libro que es ya un clsico del tema, Paul Connerton (1989,6-40; 72-104) seala cmo la memoria no se refiere exclusivamente a lacomunicacin narrativa o verbal. El cuerpo incorpora gestos, tics, poses,que constituyen un cierto tipo de memoria arraigado en las prcticasdel da a da, los rituales y las conmemoraciones. As pues, las memoriassociales son procesos tanto discursivos como corpreos o incorporados y movilizan recursos emocionales, cognitivos y fsicos con el objetivode construir una actualizacin socialmente compartida de eventos pasados; sus modalidades son las representaciones y las inscripcionesdel pasado.

    Dos caractersticas significativas distinguen por lo menos en gradolas representaciones traumticas de otro tipo de memorias colectivas: laintensidad emocional y la disputa por su significado. Hayden White escribeque estas experiencias exhiben un grado de intensidad que:

    [

    ] simplemente no pueden ser olvidadas ni desechadas ni, por el con-trario, recordadas adecuadamente, lo que quiere decir que su significado

    no logra ser identificado claramente y sin ambigedades, y contextua-lizado en la memoria grupal de tal modo que no afecte las capacidadesdel grupo para enfrentar el presente y mirar hacia el futuro, libre de susefectos debilitadores33.

    Esa intensidad emocional explica la dialctica de memoria-olvido quecaracteriza buena parte de las descripciones de la memoria traumtica34.

    32 Vase Memory and the Event en A. Portelli, (1991: 1-26). Ms recientemente, vaseel excelente libro de P. Riao Alcal (2006).

    33 H. White (2000: 69). Mi traduccin dethey cannot simply be forgotten and put out ofmind or, conversely, adequately remembered, which is to say, clearly and unambiguouidentified as to their meaning and contextualized in the group memory in such a wayas to reduce the shadow they cast over the groups capacities to go into its present aenvision a future free of their debilitating effects .

    34 En un ensayo anterior intent desarrollar con mayor detalle esta relacin. Vasetica e historia: una imposible memoria de lo que olvida (Ortega Martnez, 2004).

  • 8/12/2019 Trauma Cultura e Historia INTRO 2011 -Libre

    42/59

    P I. E 42

    Por una parte el recuerdo emerge siempre del olvido, la inevitable,diramos, sistemtica relegacin del pasado en funcin de un presente

    que vive35

    . Ahora, en el caso del recuerdo traumtico existe, en adicin,un infructuoso esfuerzo por olvidar. Precisamente por ello, all es dondese necesita olvidar ms vehementemente y donde el poder y la com- placencia demandan de manera ms insistente el olvido; all es donde elsujeto, fracturado, traumatizado, quiere encontrar un alivio en el olvido,all acaece de manera ms patente la memoria, aun cuando sea de maneradisimulada. Barnor Hese, crtico afronorteamericano especialista en ellegado de la esclavitud en las Amricas, escribe que el recuerdo ocurre

    ms insidiosamente en aquellos lugares en que es intensamente disputadoe ineludiblemente traumtico, y donde un tremendo deseo de olvidar seenfrenta a la imposibilidad de hacerlo36. Y, por el contrario, el presentenos ensea que se hace necesario sospechar de las memorias ms ciertas, lasrememoraciones ms vigorosas y oficiales, las declaraciones que insistenen su estatuto de verdad irrebatible, pues all es donde precisamente larepresentacin del pasado resulta altamente sospechosa.

    Como resulta evidente, esa intensidad emocional no significa unacuerdo o concordia sobre los significados de esa memoria. Una memoriacolectiva es ante todo una lucha de significados, abiertamente poltica,con la que se hace posible o imposible reconocimientos sociales,reparaciones simblicas y dignificacin. Es, por eso mismo, un escenario para la naturalizacin y legitimacin de la agresin y el desconocimientodel sufrimiento social o, al contrario, para la instauracin de nuevos lmitesticos y morales contra la violencia37. Pero esto no ocurre en el vaco, ni

    entre contendientes iguales. Al contrario, estas disputas ocurre en arenasinstitucionales diversas la esfera legal, acadmica, esttica, religiosa, el

    35 Paul Ricoeur desarrolla la idea del olvido como parte dialctica del recuerdo (Ricoeur,2003). En especial, vase la parte del captulo 3 tituladaEl olvido de la seccinLacondicin histrica . Tambin, J. Candau (2006).

    36 Mi traduccin del aparteRemembering Occurs Most Profoundly Where it is IntenselyContested and Inescapably Traumatic, And Where a Compelling Desire to Forget Con- fronts the Impossibility of Doing So, de B. Hesse (2002: 143).

    37 Agradezco las observaciones precisas de Ronald Villamil sobre este punto.

  • 8/12/2019 Trauma Cultura e Historia INTRO 2011 -Libre

    43/59

  • 8/12/2019 Trauma Cultura e Historia INTRO 2011 -Libre

    44/59

    P I. E 44

    Todo esto implica que la memoria colectiva funcione como un espaciode negociacin entre los diversos intereses que hacen parte de una socie-

    dad determinada y por medio de la cual se instituye la hegemona. Pensarla hegemona significa reconocer que existe un rango de posibilidadesde representaciones de esos pasados41. Cierto tipo de representacionesse tornan legtimos y ciertos otros ilegtimos o inconcebibles. Pero anaquellas memorias que son sealadas ilegtimas, e incluso expulsadas dela esfera pblica (en la medida en que tienen un arraigo particularmentefuerte y son compartidas por un grupo social que se entiende a s mismocomo injustamente sometido a violencias devastadoras), sobreviven

    clandestinas. Por eso, precisamente, la lucha de significados no se pue-de entender sin las comunicaciones que ocurren ocultas e inaudibles para el poder y las memorias no discursivas. Las primeras recuerdosalternos, muchas veces recuerdos disidentessobreviven al margende la memoria oficial y aun cuando no logran el estatuto de memoriareconocida, informan leyendas, rumores, chismes y otros tipos de co-municaciones annimas42. Las segundas, como los hbitos, los rituales

    el Renacimiento; vase E. R. Curtius (1976, 94-98). A comienzos del siglo ,Erasmo invoc el mundo al revs en suElogio de la locura (1509) para describir lacrisis del mundo cristiano. Un siglo ms tarde, Guamn Poma de Ayala har usode la misma imagen enEl primer nueva cornica y buen gobierno (c. 1615) parasignificar la terrible crisis del mundo colonial andino.

    41 Uso el concepto de hegemona en el sentido gramsciano de negociacin. Hege-mona, por lo tanto, no se refiere a un proceso por medio del cual un grupo socialpoderoso impone de manera unilateral y forzada su voluntad sobre el resto de lasociedad. Al contrario, tal y como nos recuerda William Roseberry, el valor delconcepto [de hegemona] reside en que ilumina las lneas de debilidad y divisin,de las alianzas amorfas y de las fracciones de clases incapaces de hacer que susintereses particulares se presentaran como los intereses de una colectividad msamplia (Roseberry, 1995: 225).

    42 Tomo el concepto de transcripciones ocultas de James Scott para identificar laactividad que ocurre en aquellos escenarios y por medio de unos agentes que seconstituyen en oposicin o alternancia a la esfera pblica. Vase J. Scott (1990:13-15). Es importante sealar que hoy en da esas memorias ganan una audiencia

    internacional importante a travs de las mltiples y la emergencia de unasociedad civil global.

  • 8/12/2019 Trauma Cultura e Historia INTRO 2011 -Libre

    45/59

    E 45

    y el mismo cuerpo humano integran la memoria social en las prcticasincorporadas y los saberes recibidos o tradicionales43.

    Finalmente, una comprensin crtica de la memoria social tambindebe tener en cuenta la directa interdiccin de ciertas representaciones,consideradas indeseables o peligrosas, lo que lleva, en regmenes de terror,a la produccin de lo no-dicho, el refugio de la memoria en el mbito delo privado, donde genera miedo y parlisis y organiza subrepticiamen-te el espacio discursivo (Taussig, 1992: 48). Estos contextos de terrorevidentes, por ejemplo, en amplias zonas rurales de Colombia hansedimentado una cultura del miedo en la que la produccin de lo no dichoinhibe no slo el testimonio, sino las facultades discursivas que lo hacen posible. Esas estructuras de terror, implementadas con la connivencia oimpotencia del Estado, literalmente paralizan y permiten monopolio dela narrativa social por unos pocos e interesados actores sociales.

    Agregumosle a esto el ya sealado carcter inacabado del aconteci-miento, evidente en su contundente capacidad para proyectarse a futuros presentes y convertirse en un referente ineludible para la construccin de

    nuevas legitimidades. La frecuencia de la invocacin, casual o ms formal, de polticos e intelectuales a momentos de gran conflictividad social pienso, por ejemplo, en el papel que ha jugado la Revolucin Mexicana en la cons-titucin de nuevas legitimidades posteriores o, por otra parte, la urgencia o pasividad con que los gobiernos argentinos postdictatoriales considerabanlos antiguos golpistas, o incluso la actual discusin en torno a los supuestosbeneficios derivados del proyecto paramilitar en Colombia evidencianla imperiosa necesidad de las sociedades de arrestar su polisemia y fijarlesun sentido, ubicarlas, si fuera posible, dentro de una gran teodicea.

    La fuerza emocional y la conflictividad social explican la facilidad yurgencia con que se crean lugares de memoria y la parcialidad y ferocidadcon que los significados de esos sitios se disputan44. Frank Ankersmit en

    43 Vase en particular el captulo 3,Bodily Practices , de Connerton (1989: 72-104).44 Este es un tema que ha sido muy bien documentado para el caso de la Primera

    Guerra Mundial. vase J. Winter (1998). Dos compilaciones recientes que exa-minan los complejos procesos de memoria en lugares y situaciones diversas son

  • 8/12/2019 Trauma Cultura e Historia INTRO 2011 -Libre

    46/59

    P I. E 46

    el ensayo El recuerdo del Holocausto: duelo y melancola y el de JamesYoung, Memoria y contra-memoria, ambos aqu incluidos, documentan

    la manera en que esta conflictividad informa el diseo, construccin yconsumo de los memoriales del Holocausto en Israel y diversas ciuda-des alemanas y de Europa, respondiendo a contextos y polmicas muylocales. Las disputas abarcan desde las opciones estticas hasta la vidasocial del monumento y surge de la interaccin, a menudo inesperada,de los visitantes y habitantes de la ciudad con sus lugares de memoria.Evidentemente el evento conmemorado no dota de significado los procesos dememorializacin; ms bien los procesos colectivos que

    van dando paso a la elaboracin de memorias sociales construyen, en primer lugar, un significado del evento. Como veremos ms adelanteesas caractersticas de la memoria traumtica su condicin mediada,su intensidad y su carcter polmico informan, igualmente, el papeldel arte y la literatura en la produccin del trauma social y las posiblesrespuestas a ste.

    La creacin de una cierta memoria compartida significa igualmente laconstitucin de unos legados, es decir de unas memorias sedimentadas.Esos legados funcionan no slo como unas representaciones ms, sinocomo estructuras que ordenan un campo de representaciones socialesdeterminado. Uno de esos legados es la forma trastornada en que funcionael tiempo. En efecto, estudios han documentado el modo en que la me-moria de violencias pasadas trabaja sobre las relaciones sociales actualescomo si esa violencia tuviera el sentido de un pasado continuo45. SegnVeena Das,

    No es slo el pasado el que tiene un carcter indeterminado. El presente tam-bin se convierte en el lugar en el cual los elementos del pasado que fueronrechazados en el sentido que no fueron integrados en una comprensin

    The Politics of War Memory and Commemoration, editado por T. G. Ashplant,G. Dawson & M. Roper (2000) yPlaces of Pain and Shame. Dealing withDifficult Heritage , editado por W. Logan & K. Reeves (2008).

    45 Para complementar, puede remitirse al ensayoWittgenstein y la antropologadeVeena Das (Ortega Martnez, 2008c: 312-313).

  • 8/12/2019 Trauma Cultura e Historia INTRO 2011 -Libre

    47/59

    E 47

    estable del pasado pueden repentinamente asediar el mundo con la mismainsistencia y obstinacin con que lo real agujerea lo simblico46.

    La definicin lacaniana de trauma lo real que irrumpe y perfora losimblico nos remite a un nuevo ordenamiento en el que el pasadocoexiste e incluso agobia efectivamente el presente de tal manera que suinscripcin en el registro de la memoria y la historia es a la vez solicita-do y frustrado: el trauma no [se] deja olvidar por nosotros. El traumareaparece en ellos, en efecto, y muchas veces a cara descubierta Lacan(1987: 64)47.

    Ese funcionamiento peculiar del tiempo incide necesariamente en unsegundo legado de los acontecimientos traumticos que deseo mencio-nar: la creacin o disolucin de identidades. Si el trauma social es unaexperiencia que amenaza la identidad (Smelser, p. 40 ingls; vase pag.16), entonces dos son sus posibles legados: debilitamiento o disolucinde una identidad establecida o promocin o consolidacin de una nuevaidentidad. En primer lugar, el trauma puede debilitar o hacer inviableuna identidad establecida cuando los elementos que la constituyen se

    hacen insostenibles en el nuevo contexto de recuperacin. Los estudiostempranos de los Mitscherlich indicaban la dificultad o renuencia demuchos alemanes de posguerra para aceptar su propia participacin o lade sus padres en la construccin y sostenimiento del rgimen nazi. Estadenegacin lleg a niveles insoportables y a comienzos de la dcada de losaos sesenta una nueva generacin de jvenes alemanes se rebel y forzun proceso dedesnazificacin, una de cuyas expresiones ms encontradasfue el rechazo de todo sentimiento nacionalista. Sin embargo, incluso a

    pesar del xito de ese proceso, las dificultades continan, casi diramoshasta el presente, y se manifiestan espordicamente, como ocurri durante

    46 Mi traduccin de:It is not only the past that may have an indeterminate character.The present too may suddenly become the site in which the elements of the past that wrejected in the sense that they were not integrated into a stable understanding of the pacan suddenly press upon the world with the same insistence and obstinacy with whithe real creates holes in the symbolic(Das, 2007: 134).

    47 He desarrollado este punto en el ensayoLa tica de la historia: una imposible memoriade lo que olvida (Ortega Martnez, 2004).

  • 8/12/2019 Trauma Cultura e Historia INTRO 2011 -Libre

    48/59

    P I. E 48

    el clebre Historikerstreit, o debate entre historiadores, llevado a cabo entre1986 y 1989 y en el que terciaron conocidos intelectuales sobre el lugar y

    la responsabilidad del pasado nazi para los alemanes del presente48

    .Pero el trauma tambin propicia la creacin de nuevas identidades

    o la revisin y re-invencin de identidades colectivas previas. Para KayEricson las vctimas encuentran la posibilidad de construir lazos silen-ciosos, que los identifican, sin necesidad de entrar en explicaciones,como supervivientes, miembros de la misma sombra familia. Por otra parte, y de manera significativamente diferente, Ron Eyerman proponeen su artculo aqu incluido que la memoria de la esclavitud se convierteen una referencia ineludible para los intelectuales afroamericanos de la posguerra, la mayora de los cuales no tienen ninguna memoria directa dela esclavitud. La produccin del trauma cultural de la esclavitud para esegrupo de intelectuales afroamericanos resulta una estrategia fundamentalen la construccin de una identidad afronorteamericana capaz de llevara cabo las movilizaciones polticas que resultaron en los movimientos delos derechos civiles y el Black Power.

    III. Testimonio, arte y poltica

    Nadie testimonia por el testigo Aureola de cenizas , Paul Celan (2002: 35)

    Hasta ahora he examinado la nocin de trauma social en su dimensin de

    acontecimiento, las experiencias y las memorias que lo constituyen, y loslegados con los que ste contina labrando presentes. Pero la experienciatraumtica tambin se puede examinar a la luz de las plausibles respuestasque admite, exige o posibilita. Tales respuestas estn condicionadas debi-do a que el trauma no es simplemente una experiencia de gran intensidad

    48 Algo similar se puede decir de la manera en que las sociedades latinoamericanashan tradicionalmente recusado la responsabilidad histrica que les compete

    por casi 500 aos de conquista y ocupacin de tierras indgenas y 400 aos deesclavitud de los africanos importados o nacidos en sometimiento.

  • 8/12/2019 Trauma Cultura e Historia INTRO 2011 -Libre

    49/59

    E 49

    emocional; adems, es una experiencia de gran intensidad intelectual, que produce una crisis del saber y de la representacin.

    A principios de la dcada de los aos ochenta Jean-Franois Lyotardescribi a propsito del ya citado debate de historiadores que el efectode Auschwitz haba sido como el de un terremoto que destruy los instru-mentos sismogrficos destinados a medir su intensidad. Su especificidad no puede ser aprehendida con las herramientas del conocimiento moderno;su ocurrencia instituy en los procedimientos del saber disciplinario undifferend , una diferencia insoluble en la argumentacin, slo soluble conla eliminacin de uno de los trminos49.

    Esta imagen de lo que podramos llamar el evento paradigmticamentetraumtico de la cultura occidental es retomada por tericos posteriores.As, Cathy Caruth reelabora un viejo motivo freudiano y caracteriza lasexperiencias traumticas por su dimensin enigmtica:

    El trauma no se puede ubicar en el evento violento u original del pasado[], sino en el modo en que su naturaleza inasimilable el modo precisa-mente en que no es conocido en la primera instancia regresa ms tarde para asediar al sobreviviente50.

    El trauma aparecera impermeable a los esfuerzos por conocerlo; laintensidad y recurrencia de las memorias, su carga perturbadora, no ne-cesariamente aclaran el enigma del acontecimiento. Por su parte, Hayden White define las experiencias traumticas como aquellas que se resisten alas categoras y convenciones existentes para asignarles significado:

    [] estos eventos no se prestan para explicacin en trminos de las cate-goras de la historiografa humanista tradicional, que presenta la actividadde agentes humanos como completamente consientes y moralmente res-

    49 Lyotard (1991). Para una discusin sobre la relevancia filosfica y poltica del conceptotrauma para pensar nuestra poca, vase Sharpe, Noonan, & Freddi (2007).

    50 Caruth (1996: 4; 153-154). Mi traduccin de:Trauma is not locatable in the simpleviolent or original event in [] [the] past, but rather in the way that its very unassimi-

    lated nature the way it was precisely not known in the first instance returns to haunthe survivor later on.

  • 8/12/2019 Trauma Cultura e Historia INTRO 2011 -Libre

    50/59

    P I. E 50

    ponsables por sus acciones y capaces de discriminar con toda claridadentre las causas de los eventos histricos y sus efectos en el largo y corto plazo de acuerdo al sentido comn51.

    Aunque el objeto de la crtica de White en este caso es la historiografahumanista, las objeciones se formulan por igual a las pretensiones cienti-ficistas de las ciencias sociales. No es como algunos crticos se apresu-ran a afirmar que la verdad haya desaparecido; es que la capacidad deconocer y comunicar esa verdad se ha puesto en tela de juicio. Por ello, elconcepto de trauma registra en conjunto con la crisis producida por elacontecimiento histrico la crisis del saber, en particular en las cienciassociales y humanas. Tambin por eso, precisamente, no podemos dejarnosabatir por lo que la historiadora Inga Clendinnen (1999: 163-184) llamala melancola y el empobrecimiento de la imaginacin y la voluntad quenos afecta al enfrentarnos a actos de violencia extrema.

    En las secciones anteriores notamos la necesidad de examinar el acon-tecimiento desde las experiencias y memorias sociales a travs del anlisisde los discursos y las representaciones. Uno de esos discursos, fundamental

    en el caso de experiencias de devastacin masiva, es el testimonio, es decirel relato de los hechos producidos por las vctimas 52.Admitamos desde el principio que el testimonio es una respuesta

    paradjica a la crisis del conocimiento. La paradoja, que es igualmenteuna insoportable tensin, es constitutiva del campo testimonial en tantoel testimonio es un relato amenazado por la radical ausencia de su agen-te: el testigo. El verdadero testigo es quien no puede dar testimonio: el verdadero testigo de las desapariciones es aquel que est ausente; del se-

    51 White (2000: 71). Mi traduccin de Moreover, these kinds of events do not lend them-selves to explanation in terms of the categories underwritten by traditional humanistichistoriography, which features the activity of human agents conceived to be in some wa fully conscious and morally responsible for their actions and capable of discriminatinclearly between the causes of historical events and their effects over the long as well tshort run in relatively commonsensical way.

    52 Un desarrollo ms elaborado de la figura del testigo y del testimonio se encuentra en

    la seccinTestimonio y conocimiento envenenado del captuloRehabitar la cotidianidad (Ortega Martnez, 2008c: 39-49).

  • 8/12/2019 Trauma Cultura e Historia INTRO 2011 -Libre

    51/59

  • 8/12/2019 Trauma Cultura e Historia INTRO 2011 -Libre

    52/59

    P I. E 52

    ta este saber no existe; ocurre slo a travs del testimonio: no puedesepararse de l54.

    Ese acto por medio del cual se adquiere un saber inesperado es reparador.El testimonio se revela, entonces, como un proceso de reconstruccin, atravs de las palabras, del mundo des-hecho, un proceso que permite tejerlo que la violencia haba rasgado, hilvanar nuevamente los futuros ani-quilados previamente55. Una lectura atenta del testimonio debe abrirnossimultneamente a la cotidianidad del acontecimiento y al testimonio entanto acontecimiento.

    Si el proceso de reparacin pasaba por ofrecer testimonio, ste es muchomenos un vehculo de comunicacin, una herramienta de conocimiento,que un acto constitutivo del saber. De hecho, el valor del testimonio radicano slo en la posibilidad de sealar la prdida, sino que fundamentalmente pone en evidencia el temple y la recursividad de los seres humanos parasobrellevar el sufrimiento, para apropiarse de las perniciosas marcas de la violencia y re-significarlas a travs del trabajo de domesticacin, rituali-zacin y re-narracin. Esta voluntad de vida agita el tiempo y lo pone en

    circulacin de nuevo e inicia un modo de estar en el que el tiempo no permanece congelado sino que se le permita hacer su trabajo56. De esemodo, el testigo es co-productor de vida y del saber.

    Pero dar testimonio tambin significa establecer una relacin con otro.Por medio del testimonio se forja una comunidad coral, una memoria

    54 Traduccin de:This knowledge or self-knowledge is neither a given before the testimonynor a residual substantial knowledge consequential to it. In itself, this knowledge does no

    exist, it can only happen through the testimony: it cannot be separated from it (Felman& Laub, 1992: 51). Vase tambin Scarry (1985).55 Para un grupo de jvenes historiadores y activistas en Colombia, este ejercicio de

    nombrar constituye el primer acto en una poltica de la memoria que hace de lahistoria una condicin fundamental de la ciudadana. Maite Yie (2009), miembrodel grupo, escribe: Narrar, nombrar y conmemorar incluyendo la conmemoracinde lo asesinado y la execracin de su asesinato detrs de ciertos rituales de dueloson actos inseparables del ejercicio de la ciudadana. Los historiadores deben hacerhistoria para ejercer como ciudadanos y los ciudadanos para hacerlo deben hacerhistoria.

    56 Veena Das,Trauma y testimonio (Ortega Martnez, 2008c: 153).

  • 8/12/2019 Trauma Cultura e Historia INTRO 2011 -Libre

    53/59

    E 53

    viva que recupera el presente al construir una memoria colectiva. Pero eltestimonio, a su vez, tambin requiere, para su xito, un receptor solida-

    rio. Y a quien sabe escuchar, le permite hacerse presente en un momentode crisis en el que se requiere presenciar. La escucha le permite al inves-tigador, artista y activista hacer un atestiguamiento en segundo grado y por tanto participar en el ejercicio de reparacin a travs del trabajo dela memoria.

    En efecto, para quienes no somos testigos directos, el testimonio como proceso de conocimiento, reparacin y construccin de comunidad nosobliga a pensar el tema de la representacin con mayor cuidado. A partirde la crisis de conocimiento ya reseada, algunos crticos han indicadoque el trauma se ubica en el lmite, ms all del lenguaje. Segn esa posi-cin, no puede ser reproducido ms que de modo muy restrictivo, ya quela extremidad de los eventos y el colapso simblico es de tal magnitudque nuestros recursos socioculturales se hallan radical y definitivamenteempobrecidos. Por otra parte, el acto violento es considerado desde todo punto de vista moral y ticamente abominable y se convierte en un refe-rente de ignominia absoluto, adquiriendo as un carcter icnico de loque nunca ms debe ocurrir.

    Berel Lang es quiz el historiador ms conocido que mantiene la tesisde que la naturaleza de ciertos acontecimientos en este caso los queresultan en el Holocausto nazi exige que sean representados de manerarestrictiva, fctica y literal. Cualquier otro tipo de representacin, sea en elcampo de la literatura, el arte, cine o en la misma historia, corre el riesgode la estetizacin y, segn Lang, de banalizar el evento traumtico.

    Valga la pena recordar en este momento el artculo de Van Alphen queseala que la representacin y, por lo tanto, la experiencia, pues recor-demos que la primera constituye a la segunda no tiene trminos fijos niabsolutos, sino que es variable histricamente. No es que el Holocausto,las desapariciones forzadas o las masacres paramilitares sean en s mismosirrepresentables o toquen los lmites propios del lenguaje; ms bien lo quesucede es que la naturaleza de lo que ocurri no es cubierta de ninguna

    manera por los trminos y las posiciones que el orden simblico les ofrece( , pp. 199). De ese modo, la dificultad para narrar se constituye en

  • 8/12/2019 Trauma Cultura e Historia INTRO 2011 -Libre

    54/59

    P I. E 54

    una condicin histrica y no un impedimento estructural que even-tualmente puede ser superada al reajustar el proceso y los mecanismos de

    la representacin y la experiencia57

    .En 1992 Saul Friedlnder edit un libro, Probing the Limits of Represen-

    tation, en el que distinguidos historiadores y filsofos acotaron los trminosdel debate. De manera reveladora, la mayor parte de los ensayos recogidosen el libro responden a la propuesta de Lang y sealan la posibilidad ynecesidad de representar, de diversas formas, las llamadas experienciaslmites. Si en efecto el acontecimiento traumtico implica una crisis deconocimiento, esto, a su vez, nos conduce a una crisis de representacin, lacual, al tiempo, nos obliga a usar diversas estrategias retricas, narrativasdiscursivas que nos permitan, literalmente, que esa experiencia ocurra.En el volumen que aqu presento Hayden White, Eric Santner, FrankAnkersmit, Andreas Huyssen y James Young proponen y exploran el usode estrategias vanguardistas noliteralistas tales como el uso de unaescritura intransitiva, la voz intermedia, incorporacin de fragmentos yuna autorreflexividad constante para acercarse respetuosamente al sufri-miento, dar cuenta de las autoimplicaciones y atestiguar reflexivamenteel desconcierto al recibir el conocimiento herido.

    Las estrategias son mltiples, pero Eric Santner seala que la representacin(artstica o acadmica) est necesariamente enmarcada por dos opciones: dueloo fetichismo narrativo. Es decir, podemos producir enunciados que intentenborrar las trazas del trauma e inscriben la prdida en una progresin inevita-

    57 Parece significativo, por ejemplo, que la sociedad colombiana histricamente hapreferido explicaciones en torno a la ausencia primordial (de civilidad, de unidad,&c.) y subsumido las violencias sociales bajo grandes rtulos como La Barbarie, LaViolencia o el Terrorismo. Tal vez eso ayude a explicar el hecho de que no terminamosde encontrar los lenguajes simblicos apropiados para aprehender y elaborar en laesfera pblica las violencias contemporneas y adelantar los trabajos de memoria,denuncia y reparacin. Quiz los esperados informes del rea de Memoria Histrica( ) de la Comisin Nacional de Reparacin y Reconciliacin ( ) nos obliguena cambiar y a enfrentar, de una vez por todas, las magnitudes y complejidades denuestras propias violencias. Para un primer y estremecedor informe, vase Comisin

    Nacional de Reparacin y Reconciliacin.Trujillo, una tragedia que no cesa [docu-mento en lnea].

  • 8/12/2019 Trauma Cultura e Historia INTRO 2011 -Libre

    55/59

    E 55

    ble y predecible (por ejemplo, la ambicionada llegada de la modernidad, lanecesaria integracin de la nacin, la anhelada seguridad democrtica); o, por

    el contrario, es posible elaborar una narrativa que enfrente la prdida, lleve acabo el duelo e incluso comience la necesaria reconfiguracin colectiva. Esasrespuestas colectivas adelantan un trabajo de traduccin y reimaginacin dela prdida que conlleva una relacin ritualizada con el silencio y el lenguaje(hpp 144). Si la primera estrategia explica las violencias sociales por mediode lo que Dominick LaCapra llama el trauma estructural, la segunda lleva aentender el trauma histricamente58.