Hoja de oración familiar. Nº 2. Año III. Noviembre 2018

Querida familia! En estos últimos momentos que vais a poder compartir al finalizar el día antes de acurrucaros para descansar, vamos a tener otro momento de oración después de un encuentro tan bonito como el que hemos tenido hoy. Esta noche vamos a preparar un camino al Señor.

En el nombre del Padre...El domingo 2 de diciembre, empieza el Adviento y os vamos a invitar a que de aquí, hasta nuestro próximo encuentro, preparemos el corazón durante estas cuatro semanas para tenerlo todo preparado para el nacimiento del niño Jesús. Si queréis podéis ir coloreando las piezas del puzle cada domingo, o bien, le pedís a papá y a mamá que os lo impriman de esta página de internet: http://blogs.21rs.es/kamiano/2018/11/11/adviento-fano-2018/

Para finalizar estas buenas noches rezamos tres Avemarías… María Auxilio de los Cristianos… En el nombre del padre…

Hace ya casi 20 años que llegué a esta casa salesiana. Aquí me recibió la alegría de San Juan Bosco y también el amor tierno de su madre: Mamá Margarita una madre confiada y llena de Dios.Con tan sólo 29 años quedó viuda con tres hijos: Antonio, José y Juan, perdiendo 10 meses después a su madre. Eran muy pobres pero Margarita tenía una fe grande en Dios y un gran amor a sus hijos. Y tuvo fuerzas para tirar adelante. Han pasado los años y ahora que conozco un poquito más a esta “buena madre”, (como a Juan Bosco le gustaba llamarla) comprendo que la santidad de una madre no está hecha de episodios impresionantes, sino que es el heroísmo en las cosas pequeñas, que dura los 365 días del año.Y así vivió y educó a sus hijos, les transmitió lo esencial para ser “buenos cristianos y honrados ciudadanos”:

- Su amor dulce y firme: Mamá Margarita supo unir y alternar la firmeza tranquila y la alegría tranquilizadora. Era una mamá dulcísima, pero enérgica y fuerte. El amor que transmitió a sus hijos era exigente y sereno.- El sentido del trabajo, del esfuerzo, del sacrificio, también lo absorbe Juan Bosco de su madre. Qué importante hacerles caer en la cuenta al ir a dormir de la satisfacción profunda que se experimenta cuando uno da lo mejor de sí mismo día tras día, dando gracias a Dios por ello.- Otro elemento que Juan Bosco absorbe de su madre es el “sentido de Dios”. “Acordaos de que Dios os ve” les decía a sus hijos. No es un “Dios policía”, es un Padre bueno que quiere que cuidemos nuestras palabras para que sean amables, nuestro corazón para que esté lleno de compasión y alegría, nuestras manos para que siempre estén dispuestas a ayudar al amigo, al hermano… Mamá Margarita ayudó a sus hijos a crecer en el sentido de Dios. Ella cree en la necesidad de rezar, de hablar con Dios, para tener la fuerza de vivir y hacer el bien. Rezaba las oraciones diariamente con sus hijos. Qué bonito momento y cuánto bien nos aporta, de ella he aprendido a poner en común, en familia, nuestra acción de gracias por cada día vivido y sus dones, a pedirnos perdón, a orar por quienes nos preocupan y tienen dificultades. Qué importante fue para ella que sus hijos crecieran en una familia que era una pequeña comunidad cristiana que se alimentaba de la oración y la palabra de Dios.J.Bosco aprende que Dios es un padre bueno y providente que está presente en el cielo, en los campos, en el rostro de los pobres, en la conciencia…un Dios en el que su madre tiene una confianza ilimitada e indiscutible.- Mamá Margarita enseñó a sus hijos a ver a Dios en el rostro de los demás. “Hay que hacer una obra de caridad” decía. La caridad en la familia Bosco se hacía por amor a Dios. Dios habitaba en aquella casa, entraba con el rostro de los marginados.Mamá Margarita supo hacer vivir a sus hijos el “calor de la familia”. El encontrarse juntos alrededor de la mesa es uno de los elementos que más hacen gustar la alegría y dulzura de vivir, que más comunican paz y seguridad, es algo que queda en el fondo del alma. “Familia será una de las palabras más frecuentes que Don Bosco usará hablando de su obra educativa. Durante toda la vida se esforzará por hacer vivir a sus muchachos (muchos huérfanos, sin casa) la dulzura, la paz, la seguridad de una familia.Mamá Margarita con su ejemplo, más que con sus palabras ha enseñado a sus hijos que “la Virgen es la madre de todos los días”. La Virgen es la madre que está al lado de sus hijos mientras trabajan, rezan, caminan al paraíso. La devoción a la Virgen es el encuentro habitual, doméstico, familiar con la madre de todos los días. Mamá Margarita tenía gran confianza y devoción a la Virgen, rezaba con sus hijos el rosario: era su oración sencilla, era la corona que le daba seguridad, sabía que la Virgen cuidaba de su familia. Cuando estaba cansada, entraba en la iglesia se sentaba en el último banco y desgranaba el rosario mirando a la Virgen. Se entendían bien, ella y la Virgen. Las dos eran madres, sabían cuánto cuesta educar a los hijos, cuán penoso verles sufrir, qué difícil es comprenderlos y mantenerse en silencio también cuando no los comprendes.El 3 de noviembre de 1846 Don Bosco vuelve a Turín con su madre. He aquí algunos testimonios de los que fueran muchachos del oratorio:

- Miguel Rua: “era una mujer verdaderamente cristiana, piadosa, de corazón generoso y valiente, prudente. Siempre admiré, y conmigo todos, la bondad de su corazón y generosa caridad”.- Juan Cagliero: “hizo de madre buena, era el modelo de las madres cristianas: dulce, afable, paciente y muy caritativa”.- Batistín Francesia: “nosotros jóvenes la llamábamos mamá y en ella teníamos toda la confianza filial”.La cocina de Mamá Margarita se convertía en refugio para todos. Los muchachos se sentaban junto a ella y buscaban un suplemento de pan y afecto, les gustaba sentir el calor de la casa y el amor de la mamá.Las mamás no deberían morir nunca, para los hijos son indispensables, insustituibles. Mamá Margarita muere 25 noviembre de 1856 dejando a sus hijos José y Juan estas palabras “Quereos siempre mucho”. Don Bosco y José se echan el uno a los brazos del otro. Juan Bosco le dice a la Virgen “hemos quedado sin madre. Haced Vos de Madre”.Y hasta aquí el testimonio de esta “buena madre” que en mí produce gran admiración.

Texto de formación de la Asociación de María Auxiliadora.(Reunión el 21/11/2018 a las 17:30)

María, Virgen Madre

María es también la "Virgen-Madre", es decir, aquella que "por su fe y obediencia engendró en la tierra al mismo Hijo del Padre, sin contacto con hombre, sino cubierta por la sombra del Espíritu Santo" : prodigiosa maternidad constituida por Dios como "tipo" y "ejemplar" de la fecundidad de la Virgen-Iglesia,

la cual "se convierte ella misma en Madre, porque con la predicación y el bautismo engendra a una vida nueva e inmortal a los hijos, concebidos por obra del Espíritu Santo, y nacidos de Dios".1. Virgen Madre, Hija de tu HijoEn la vida de Jesús la Madre ha tenido un papel decisivo. Entre los hebreos es la mujer quien trasmite la pertenencia al pueblo elegido (es hebreo quien nace de madre hebrea), engendrando al propio hijo en la conciencia de la alianza con Dios, principalmente a través de la vida familiar. Al ambiente doméstico se le considera como “un pequeño templo”, en el que la mesa es “el altar”: la mujer es la responsable de la liturgia doméstica y de la observancia de las normas de pureza que regulan la vida cotidiana. La tradición rabínica subraya que la Torah revelada en el Sinaí se dio primero a las mujeres, porque sin ellas la vida hebrea no sería posible, e invita por ello a los maridos a “escuchar” a sus mujeres, porque se debe a sus méritos el que las bendiciones se derramen sobre la familia. Se convierte así la familia en el núcleo más importante del hebraísmo, en cuyo centro se sitúa el rol de la mujer.

La vocación de la Iglesia encuentra su anticipación real y su plena realización en la persona de María, una joven que con su “sí” hizo posible la encarnación del Hijo y, en consecuencia, creó las condiciones para que cualquier otra vocación eclesial pueda ser generada.La maternidad nunca es ni será un problema, es un don, uno de los regalos más maravillosos que podéis tener. Hoy os enfrentáis a un desafío muy parecido: se trata una vez más de engendrar vida. Hoy se os pide que deis a luz al futuro. Hacerlo crecer, ayudar a que se desarrolle. No solo para vosotras, sino para vuestros hijos y para toda la sociedad. Vosotras, mujeres, poseéis una capacidad increíble para adaptaros a las situaciones y seguir caminando. 2. Tiempo litúrgico Adviento - NavidadDe este modo, los fieles que viven con la Liturgia el espíritu del Adviento, al considerar el inefable amor con que la Virgen Madre esperó al Hijo, se sentirán animados a tomarla como modelos y a prepararse, "vigilantes en la oración y... jubilosos en la alabanza" para salir al encuentro del Salvador que viene. Resulta así que este periodo, -como han observado los especialistas en liturgia- , debe ser considerado como un tiempo particularmente apto para el culto de la Madre del Señor: orientación que confirmamos y deseamos ver acogida y seguida en todas partes.

3. Engendrar en la feEn el arte del acompañamiento espiritual, de educar en la fe se trata de aprender a reconocer, interpretar, elegir en una perspectiva de fe, escuchando cuanto el Espíritu sugiere dentro de la vida de cada día. Los padres, educadores, maestros, están llamados no solo a trasmitir contenidos, sino a

dar testimonio de una madurez humana, presentando dinámicas generativas de paternidad o maternidad espiritual en grado de hacer de los jóvenes sujetos y responsables de su propia aventura.El que acompaña está llamado a respetar el misterio que cada persona encierra y a confiar en que el Señor ya está obrando en ella. El acompañante está invitado a ser consciente de que representa un modelo que influye por aquello que él es, antes que por lo que él hace y propone. La profunda interacción afectiva que se crea en el espacio del acompañamiento espiritual, requiere en el acompañante una sólida formación y una disposición a trabajar antes que nada sobre sí mismo desde un punto de vista espiritual y, en cierta medida, también psicológico. Sólo de esta manera podrá auténticamente ponerse al servicio, en la escucha y en el discernimiento, y evitar los riesgos más frecuentes como pueden ser el sustituirse a quien acompaña en su búsqueda y en la responsabilidad de sus decisiones y en fin, superar las fronteras involucrándose de una manera impropia y destructiva con

aquellos que está ayudando en el camino espiritual, hasta la posibilidad de llegar a verdaderos abusos y dependencias. Cuando sucede esto, además de los traumas generados en las personas involucradas, se difunde un clima de desconfianza y miedo, que desalienta la práctica del acompañamiento.Este dinamismo de salir de sí mismo para dar la vida y obrar al servicio de la posibilidad que todos, individualmente y juntos, puedan encontrar la alegría del amor, se realiza a través del modo en que la Iglesia ejerce la autoridad que le fue confiada, para que sea auténticamente generadora y, por lo tanto, creadora de comunión. Ejercer la autoridad se convierte en asumir la responsabilidad de un servicio para el desarrollo y la liberación de la libertad, no un control que corta las alas y mantiene a las personas encadenadas.La vocación nunca es un principio de alienación, sino más bien un núcleo de integración de todas las dimensiones de la persona, que las hará fecundas: desde los talentos naturales al carácter con sus recursos y sus límites, desde las pasiones más profundas a las competencias adquiridas a través del estudio, desde las experiencias exitosas a los fracasos que contiene cada historia personal, desde la capacidad para relacionarse y amar hasta la de asumir el propio rol con responsabilidad dentro de un pueblo y una sociedad. 4. Vivir la gracia del BautismoEn la fuente bautismal hemos nacido a la vida de la gracia: inmersos en la muerte en cruz de Jesús hemos sido liberados del poder del pecado original y hemos resucitado a la vida nueva que Jesús ha inaugurado. Día tras día, pues, hemos sido llamados a renovar y a hacer fructificar este don, viviendo las promesas bautismales: Renuncio al pecado, al Maligno y creo en Dios. Elegir día tras día a Dios como único bien, como Señor de la propia vida. El espíritu Santo nos da la fuerza para vivir con fidelidad y coherencia, creyendo que el camino de santidad es fruto de su presencia en nuestra vida. En la hora de la prueba y de la tentación levanta los ojos a “Aquel a quien traspasaron”, creyendo que “por sus llagas hemos sido curados”.Deja que la gracia de tu Bautismo fructifique en un camino de santidad. Deja que todo esté abierto a Dios y para ello opta por él, elige a Dios una y otra vez. No te desalientes, porque tienes la fuerza del Espíritu Santo para que sea posible, y la santidad, en el fondo, es el fruto del Espíritu Santo en tu vida. Cuando sientas la tentación de enredarte en tu debilidad, levanta los ojos al Crucificado y dile: «Señor, yo soy un pobrecillo, pero tú puedes realizar el milagro de hacerme un poco mejor». En la Iglesia, santa y compuesta de pecadores, encontrarás todo lo que necesitas para crecer hacia la santidad. El Señor la ha llenado de dones con la Palabra, los sacramentos,

Los TrovadoresNos despedimos hasta el 19 de diciembre, miércoles, a las 16:50 horas.

los santuarios, la vida de las comunidades, el testimonio de sus santos, y una múltiple belleza que procede del amor del Señor.Permitimos que realice más y más su obra transformadora.