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Un diario para Audrey

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http://www.bubok.com.mx/libros/198698/Un-diario-para-Audrey Max, un chico introvertido y solitario con un mal recuerdo de su pasado, decide comenzar a escribir un diario poco después de conocer a una chica hermosa en la playa: Audrey, quien parece ser la chica más divertida, dulce, encantadora y un poco misteriosa de Florida.Max deja de sentirse triste y vive increíbles aventuras con Audrey, quien no habla de su pasado por ninguna razón, como si hubiera comenzado a vivir desde que conoció a Max.Poco después de un año, Max está decidido a pedirle matrimonio, cuando Audrey desaparece sin dejar huella. La sirena se ha esfumado para no volver jamás... ¿Qué le sucedió?

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    Un diario para Audrey

    Alaska Crawford

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    2015. Alaska Crawford

    Bubok Publishing S.L., 2015

    1 edicin

    ISBN: 1507214688752

    Impreso en Espaa / Printed in Spain

    Impreso por Bubok

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    Para la chica del espejo

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    ndice

    La sirena del espejo

    31 de enero. 1973

    2 de febrero. 1973

    4 de febrero. 1973

    6 de febrero. 1973

    12 de febrero. 1973

    1 de marzo. 1973

    14 de marzo. 1973

    15 de marzo. 1973

    20 de diciembre. 1973

    11 de junio. 1974

    13 de junio. 1974

    14 de junio. 1974

    15 de junio. 1974. Sin rastro

    1 de julio. 1974. Revelaciones

    Querido Max.

    Carta para el lector.

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    La sirena del espejo.

    Max, un chico introvertido y solitario con un mal recuerdo de su pasado, decide comenzar a escribir un diario poco despus de conocer a una chica hermosa en la playa: Audrey, quien parece ser la chica ms divertida, dulce, encantadora y un poco misteriosa de Florida. Max deja de sentirse triste y vive increbles aventuras con Audrey, quien no habla de su pasado por ninguna razn, como si hubiera comenzado a vivir desde que conoci a Max.

    Poco despus de un ao, Max est decidido a pedirle matrimonio, cuando Audrey desaparece sin dejar huella. La sirena se ha esfumado para no volver jams... Qu le sucedi?

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    31 de enero. 1973

    An no me acostumbro totalmente a escribir mis sentimientos y pensamientos en el papel, esto algo ms como de chicas. Pero supongo que sera gracioso releer todo esto algn da. Ya s que he escrito algunas notitas en tus primeras hojas, pero nada realmente importante. An no me siento lo suficientemente cmodo contigo en mis manos. Tal vez est esperando algo que realmente valga la pena escribir en tus pginas. Creo que quiz sta no sea la mejor poca de mi vida. Pero, qu mas podra esperar? Tengo 21 aos, vivo solo y lo que estudio es increblemente aburrido y deprimente, muy tarde para cambiar ahora. Antes sola tener un lado creativo, pero creo que se esfum con el tiempo. Pude haber sido cualquier cosa, pero no bilogo. Ahora te lo dejo muy claro: Mi vida es aburrida. ltimamente he estado deprimido, en cama todo el da si no estoy en el campus o estudiando. No salgo, no me divierto, no tengo amigos y no hago absolutamente nada ms. Realmente me impresiona no ser un obeso ahora. Pero claro, con el cuerpo que me form en la preparatoria,

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    ni en mil aos de letargo. En Florida, la vida no es increble, como pens que sera. Hasta Berln, mi pequeo labrador parece triste, viejo y cansado aqu. Estoy solo. (con el perro, claro) Creo que lo mas llamativo que hay aqu es la playa, que me fascina. Pero ni eso puede quitar el peso triste. Sin esperar verte pronto, -Max

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    2 de febrero. 1973

    Diario: S que con lo que estoy a punto de escribir en tus pginas, lo que escrib anteriormente no tendr mucho sentido... Y mucho menos la ridcula y dramtica despedida del lunes! Han pasado dos das desde que te escrib y creo que al fin he encontrado algo valioso para ti. Su nombre es Audrey. Vers, hoy por la maana sal a correr por la playa; desde temprano era evidente que el clima iba a ser perfecto. As que decid no ir al campus hoy, y sacar a Berln a pasear. Nuestros pies descalzos en la blanda arena, con la espuma de las olas mojando nuestros dedos. La brisa jugaba con nuestro pelo y Berln estaba ms contento que nunca. Al parecer me contagi su buen humor. Era temprano, las primeras luces del da, y la playa estaba completamente desierta. Al menos, eso crea yo.

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    De pronto una enorme ola nos empap a ambos de pies a cabeza. Sent el agua y la sal meterse entre mi ropa con fuerza. El animal, muerto de miedo trepo en mi de una manera extraa y graciosa, como si quisiera salvarse encima de mi cabeza. Me hubiera redo un poco por su cara de terror, si no hubiera sido porque pesa treinta kilos y me tir al suelo con l. El problema fue que yo ca tambin encima de alguien ms. Me incorpor de inmediato, apartando a mi perro que temblaba sobre mi pecho, y ayud a la pequea persona debajo de m. "Qu haca ah? La playa estaba desierta, de donde sali?" pens. Cuando se levant, sent que se me caa encima la luna, el sol y las estrellas. Era bellsima. Sera una chica? Una nia? o quiz una sirena? "No, no es una sirena" me dije despus de ver dos piernitas delgadas y pecosas debajo de su vestido floreado. Lo siento mucho. - me disculp tomndola de la mano. No hay ningn problema. - dijo ella tranquilamente sacudindose la arena de los brazos. Su cara redonda, su largo cabello rizado, que le brotaba hasta la cintura del color del fuego; sus grandsimos ojos turquesa; y su baja estatura.

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    Realmente pareca una sirena. Te lastimaste? Puedo ayudarte en algo? - le pregunt despus de un rato de contemplarla. No, estoy perfectamente bien - la sirena... quiero decir, la chica, me ofreci una sonrisita de gratitud. - Oh, pero creo que tu si ests lastimado. - dijo apuntando hacia mi brazo. Tena una pequea cortada, una cosa de nada. Me invit a sentarme bajo su sombrilla, que estaba a unos metros de donde nos habamos cado. Berln jugaba libremente entre las olas saltando por aqu y por all. El susto ya se le haba quitado. Ella, mientras tanto, sac un pauelito de su bolso y comenz a curarme la herida. Yo, segua hipnotizado, vindola. Cmo te llamas? -. pregunt despus de un largo silencio. Audrey- respondi ella de nuevo con una sonrisa. -, y t tienes cara de Mike. Te llamas Mike, cierto? No. Pero casi - dije riendo - . Mi nombre es Max. Mucho gusto, Max. Mucho gusto, Audrey. Y hablamos por horas. Hasta el medioda ella tuvo que marcharse debido a su trabajo. Compartimos muchas cosas

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    en comn. Excepto por el asunto de los perros. Audrey ama a los gatos, y por ello, odia a los perros. En especial a Berln. Audrey es increble. Siempre tuve miedo de enamorarme desde que mi pap comenz a golpear a mam. Senta que el da en que yo me enamorara, tambin lo hara. Pero Audrey... es imposible no sentir afecto hacia ella. Antes de que se fuera, senta la necesidad de encontrarme con aquella sirena de nuevo. Le ped su nmero de telfono, pero se neg de una manera un poco extraa. Le ped su cdigo postal para enviarle una carta. Lo mismo. En vez de eso me pidi que nos encontrramos en un caf el viernes a las siete, y se despidi con un beso en la mejilla. Ah estar. Con Audrey me sent diferente. Nos vemos hasta el viernes. -Max

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    4 de febrero. 1973

    Diario: Justo ahora, con los desagradables ronquidos de Berln a mi lado, y yo tirado en mi cama... tengo que escribirte todos los detalles de esta noche. Mi cabeza da vueltas, y no dejo de pensar en Audrey. Fue la mejor noche de todas. Hoy sal realmente temprano de casa. No quera ser impuntual en la primera cita. Nunca me haba importado tanto una chica. Ninguna haba logrado cautivarme de esa manera ni en la preparatoria, ni en la secundaria y... bueno, mucho menos en la primaria. Cuando llegu al caf, encontr a Audrey sentada en una mesa en la esquina. Su pequea figura estaba cubierta por un abriguito de lana, guantes y una bufanda. Me dirig hasta ella con emocin, hasta que me di cuenta de que tal vez me haba pasado de la hora. Revis mi reloj. No, eran las siete y tres minutos.

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    Audrey - salud levantando la mano. Max! - sus ojos se iluminaron cuando me vio y corri a darme un abrazo. Espero no haber llegado muy tarde - me disculp tomando asiento despus de ella. Para nada - me dedic una sonrisa de oreja a oreja -. Estoy aqu desde hace slo cinco minutos. Una mesera se acerc desde el mostrador hasta nosotros. Puedo tomar su orden? Naturalmente yo crea que bamos al caf a tomar... caf; pero antes de que pudiera contestar, Audrey me dijo: No, Max, vamos a otro lugar. ste slo es el punto de reunin. La mir extraado, pero asent. La camarera pareci no haber escuchado a Audrey y tuve que repetrselo. Ella me mir un poco molesta y volvi de nuevo a su lugar en el mostrador de mala gana. Salimos del caf de inmediato, y caminamos toda la noche por el centro de Daytona Beach. De dnde eres? - pregunt ella de pronto, subindose al borde de una fuente, y caminando con precaucin, fingiendo estar en la cuerda floja. No pude evitar tomar su mano antes de contestar.

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    De Minnesota - ayud a Audrey a bajar de la fuente. Muy lejos de casa, eh? - la chica se refugi bajo mi brazo. Hum, eso creo - sent una sensacin increble al tenerla tan cerca de m -. Ahora t tienes que hablarme de ti. Ya sabes muchas cosas sobre Max Dermont. Ella asinti pensativa. Sus ojos captaron algo en la distancia. Creo que es mejor que vayamos por un helado - Audrey seal la heladera. Haciendo una breve pausa en sta increble narracin que estoy escribiendo, quiero confesarte algo, Diario. Creo que la sirena no quera hablar del tema y me pareci bastante extrao. De todos modos, hice lo que me peda. Uno de chocolate y el otro... - mir a Audrey. Fresa, por favor - respondi ella, radiante. Fresa - repet al heladero. Doble? - pregunt l. No, separados - dije y lo mir extraado. El heladero sirvi ambos helados en conos con el ceo fruncido y me los tendi. Le di el de fresa a Audrey. Salimos del local y nos sentamos en una banca en la plaza.

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    Le pas de nuevo mi brazo sobre los hombros. Ella se acurruc junto a mi. Una mezcla de sentimientos y emociones me invadieron por completo. Vamos, dime algo sobre ti - insist, temiendo que se molestara. Audrey se limit a encogerse de hombros. Lo que ves es lo que hay - declar secamente. No lo creo. Eres verdaderamente increble - la apret ligeramente contra m. Bueno, mi padre... no lo conozco. Mi madre est muy enferma y vive con mi ta en Canad. Comienzo primer semestre despus del verano. Quiero ser editora o escritora algn da. Amo los gatos y la ropa de lana, como sabes. Me fascina la playa y el mar, quisiera ser una sirena - acababa de confirmar lo que yo siempre cre desde que la vi por primera vez, y algo en mi interior me hizo realmente feliz -. Infantil, lo s. Pero no me avergenzo. Hum... qu ms? Oh, si! me encantara saltar de un avin algn da. Bien, esa es Audrey Phelps - explic suavemente. Lo dices enserio? dije, asombrado. La chica asinti, mirndome con sus ojos azules llenos de curiosidad -. Desde pequeo, soaba con saltar de un avin, al igual que tu. Seguimos charlando un rato acerca de cosas de la carrera y sin importancia. Y luego, me ofrec a acompaarla hasta su casa, pero de nuevo, se neg amablemente. Estara avergonzada de donde viva? O por qu no revelaba nada de informacin?

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    Diario, djame terminar dicindote que en dos semanas, me encontrar con Audrey en Orlando, para saltar de un paracadas. Con la sirena. Hasta entonces,

    - Max