Un Enfoque Actual Sobre La Enseñanza de La Arquitectura en Chile

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    Revista INVI

    ISSN: 0718-1299

    [email protected]

    Universidad de Chile

    Chile

    Haramoto Nishikimoto, Edwin

    Un enfoque actual sobre la enseñanza de la arquitectura en Chile

    Revista INVI, vol. 16, núm. 44, noviembre, 2002, pp. 103-109

    Universidad de Chile

    Santiago, Chile

    Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=25804411

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    Edwin Haramoto Nishikimoto

    Conferencia

    o

    BOLETIN INVI Nº 44 / NOVIEMBRE2002 / VOLUMEN 16 : 103 A109

    Un enfoq ue actual sobre la enseñanza de la arquitectura en Chile1

    FACTORES QUE INTERVIENEN EN LA

    DETERMINACION DE OBJETIVOS Y ESTRUCTURA DE

    LA ENSEÑANZA EN ARQUITECTURA

    1. La identidad de la arquitectura

    La arquitectura, a nuestro mo do de ver, se inserta en

    un campo d el conocimiento q ue se identifica con el

    concepto de luga r.

    Cante r (1983) estab lece q ue ést e «no concierne

    exclusivamente a las a ctivida des o so lo a los ed ifi-

    cios que las alojan sino a a quellas unidades de expe-

    riencia dentro d e las cuales las actividades y la fo r-

    ma física está n a malga mad as», lo q ue indica el pun-

    to d e partida de la relación necesaria entre los atri-

    buto s propios del entorno y los aspectos

    comportamentales y motivacionales del habitante.

    Varios a utores, entre ellos Suárez (1986) haciend o

    una refutación del espacio como substan cia de la

    arquitectura y refiriéndose a Borchers, estab lece que

    el funda ment o d e ella en sí es «el cuerpo humano 

    como d ado r de sentido»desenfatizand o su sentido

    puramente visual; y ag regand o q ue «la ob ra de

    arquitectura a loja a l hombre en su tot alidad «colo-

    cándo la en una conexión inexorable»a la vida hu-

    mana desde su mismo rad ical fundamento ».

    Nornerg-Schulz (1979) señala que e l espacio exis-

    tencia no es un término lóg ico-matem ático, sino

    que co mprende las relaciones bá sicas entre hom-

    bres y su en torno ; y aclara q ue ello «implica q ue los

    espacios dond e la vida ocurre son lugares, en el

    verdad ero sen tido de la palab ra». Agreg a que «un

    lugar es un espacio q ue tiene un carácter preciso»osea «queremos d ecir una t ota lidad hecha d e cosas

    concretas teniendo substancia m aterial, forma (figu-

    ra), textura y color. Juntas estas cosas determinan un

    «caráct er ambient al», que es la esencia del lugar». . .

    «Por lo ta nto un luga r es un fenó meno ‘to ta l’, cualita-

    tivo, el que no puede ser reducido a cualquiera de

    sus propiedades, tales como las relaciones espacia-

    les, sin perder su na turaleza concreta ».

    Por ot ra pa rte Nitschke (1969), al desarrollar el con-

    cepto de MA, que corresponde al sentido japonés

    del lugar, estab lece que éste no es a lgo creado me-

    dian te la com posición de elementos sino «lo quesucede en la imag inación de un ser humano que

    experimente esos element os». Por lo ta nto MA es la

    conciencia d el lugar correspondiente a l espacio

    experimenta l, siendo má s una entidad subjetiva

    imaginaria q ue una no ción física o bjetiva.

    En un sentido similar Max Neef (1988), define el

    espacio como fenómeno s humanos subjetivos que

    al ser percibidos, están en realidad siendo creado s

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    Universidad de Valp

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    para sí mismos, siendo el vínculo entre el hombre y

    el espacio una realidad p ercibida sub jetivamente.

    Van de Ven (1977) cita ndo a Frankl (1968), menciona

    que «la g ente forma parte de la a rquitect ura», ha-

    ciendo ver que «no no s colocamos frente a un edifi-

    cio, sino q ue esta mos rod ead os po r él», esta ndo la

    arquitectura interrelacionada con la gent e.

    Otro autor que presenta un enfoq ue coincidente

    con lo q ue aq uí se sostiene es Alexande r (1979), que

    en su lengua je de pat rones y un modo intemporal

    de co nstruir, sostiene que «todo luga r adq uiere sucarácter a pa rtir de ciertos patrones de a conteci-

    mientos q ue allí ocurren»estand o d ichos patrones

    relacionad os con «determinado s pa trones

    geo métricos del espacio»q ue mediante el uso de

    un lenguaje ab re la po sibilidad de crear una varie-

    dad infinita de edificios nuevos y singulares. Ade-

    más no s advierte q ue «aq uellos de nosot ros que no s

    interesamo s por los edificios solemos o lvidar co n

    demasiada facilidad q ue toda la vida y el alma de un

    lugar, que tod as nuestra experiencias en él, no de-

    penden sencillamente d el medio am biente físico,

    sino de los patrones de aconte cimientos q ue allí

    experimentamos»; seña land o q ue co mpa remos «elpoder y la importan cia de estos acontecimientos

    con los otros aspectos purament e geom étricos del

    entorno, por los que se interesan los a rquitect os».

    Este mod o de estab lecer los límites de un a mplio

    campo d el conocimiento no s sitúa a la arquitectura

    dentro d e él, pero no la identifica, a n o ser q ue exista

    una cond ición ad iciona l que hag a necesaria la exis-

    tencia de un proceso de transformación y ada pta-

    ción del luga r que da origen a un nuevo objeto,

    hecho po r el hombre para sus propios fines y en

    armonía con el medio ambiente.

    La arquitectura a parece a sí, en primera instancia,

    como un queha cer humano, pero el modo má s

    cotidiano de su relación es estarla viviendo. O sea

    haciendo uso d e ella, o comunicánd ose emociona l,

    significativa y valorativamente por su intermedio.

    Otro mod o de relación del homb re con la a rquitec-

    tura es el estar pensando e n ella, en una actitud

    reflexiva y contemplativa.

    Desde esta perspectiva la ob ra de arquitectura es

    solamente com prensible en su relación co n el hom-

    bre y el luga r que le dio origen, y no como un objeto

    en sí.

    2. La identidad del arquitecto

    La identidad de la arquitectura no es lo mismo que

    la identidad d el arquitecto, que viene a ser lo común

    de tod o arquitecto q ue lo diferencia de otros profe-

    sionales.

    En un mundo en el q ue gradua lmente se imponenlos enfoq ues cualitativos sobre los cuantita tivos, es

    conveniente destaca r que q uizás la característica

    más propia del a rquitecto tiene su raíz en el desarro

    llo de la capa cidad d e síntesis creativa, que a partir

    de una comprensión g eneral se manifiesta en lo

    particular en el o rden conceptua l, perceptual y ma-

    terial.

    Mediante el orden conceptua l se intenta definir la

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    idea  y su fundamentación, en el orden perceptual se

    trata d e encontrar la forma  que sea consecuente

    con dicha idea, y a través del orden ma terial se pre-

    tende esta blecer la posibilidad  de llevarla a la rea li-

    dad.

    Según este enfoq ue las características que diferen-

    cian al arquitecto de o tros profesionales no están

    tant o en los cono cimientos q ue pueda t ener, sino en

    las capacidades q ue ha desarrollado en su forma-

    ción, haciendo uso simultán eo de su dimensión

    racional y lógica, pero sob re todo su dimensión

    vivencial, sensible e intuitiva, lo que nos da identi-dad frente a ot ras profesiones. Sin embargo, hay q ue

    reconocer que esta s capacidad es no están restringi-

    das exclusivamente a su cond ición de dar orden a la

    forma, sino que adem ás a su capacidad d e sintetizar

    conceptua lmente los problemas y d e encontrar los

    medios para ha cer posible su transformación en

    realidad.

    3. El campo profesional que debe atenderpor mandato de la ley

    Otra forma de identificar al arquitecto es mediante

    la acción q ue le compete desa rrollar según la ley delColegio de Arquitectos.

    En esta ley (1941) se establece que al arquitecto le

    compete:

    - Proyecta r, dirigir y fiscalizar la construcción de

    edificios y efectua r cálculos d e su esta bilidad, de sus

    obras co rrelativas y de sus instalaciones comple-

    mentarias.

    - Lo mismo de sus o bras artísticas y mo numenta les.

    - Traba jos de urbaniza ción relacion ad os con estética

    de poblaciones.

    - Plano s de ciudades y ba rrios, parques y jardines,

    sus ampliaciones y reformas.

    - Servir de árbitro y perito en asuntos propios de la

    arquitectura.

    - Ocupar cargos de asesor, consultor o director téc-

    nico en empresas o reparticiones que requieran sus

    servicios.

    4. El ejercicio actual de la profesión

    En cont raposición con el ejercicio dete rminad o p orla ley es interesante co nocer los resultados d e una

    encuesta reciente hecha por Angela Schweitzer en

    su «Perfil de l Arquitec to en Chile»a la luz de la in-

    vestiga ción Fondecyt 88/1268, en cuyo extracto se

    manifiesta lo siguiente:

    «... la última encuest a n o hace sino rat ificar el amplio

    predominio del ejercicio profesiona l libera l (65,5%

    de la muestra) que ya hab íamos detectado en las

    med iciones ant eriores (...). Sigue en impo rtan cia el

    trab ajo en instituciones públicas (17,7%) y en la

    universidad (13,2%). Sólo un 3,6%menciona trab ajar

    en instituciones privada s».

    «..., del ejercicio liberal, es la o ficina p rivada de arqui-

    tectura la q ue tiene la primacía; que el campo d e

    ejercicio más mencionad o es el de d iseño (la cons-

    trucción ap arece la mitad de las menciones que éste

    y los otros campos a gran d istancia); que los a rqui-

    tectos q ue respond en positivament e tener interés

    por explorar nuevos campos se inclinan, sin embar-

    go , por ab orda r distintas formas de d iseño».

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    «Una ca racterística interesant e de seña lar en el ejer-

    cicio profesional del arquitecto es la evidente diso-

    ciación existente ent re satisfacción personal y sat is-

    facción económica. En efecto, mientras 493 arquitec-

    tos (de 657?) tienen un a lto grad o de satisfacción en

    su queha cer, sólo pa ra el 13,3%de ellos coincide

    con una a lta sat isfacción económica».

    “Vale la pena señalar q ue el estudio d e Ximena Koch

    de los años setenta mostrab a una situación distinta,

    en q ue el ejercicio privado se veía en co ntracción y

    el traba jo en instituciones púb licas en expansión, el

    campo p rofesiona l se ampliaba y emergían nuevosroles para e l arquitect o”.

    Estos a ntecedentes no s hacen pensa r que el ejerci-

    cio profesiona l, y la imag en q ue de ella se tiene,

    podría en ciertas situaciones depend er de las cir-

    cunstancias po líticas, económ icas y sociales que

    vive el país.

    5. La problemática real que debe atender

    Por otra parte, si nos at enemos a los grandes proble-

    mas q ue nuestra socieda d debe enfrentar en el

    presente, en el campo que nos corresponde juntocon ot ros profesionales y agent es, dentro d e ciertos

    fines generales que son:

    - La eq uidad so cial: atención a los grandes proble-

    mas sociales, redistribución d e los ingresos y recur-

    sos.

    - Protección d el medio a mbiente: (defensa y ma n-

    tención de los ecosistemas).

    - Desarrollo económico, social, tecnológico y cultural

    del país.

    La p roblemática a atend er sería p rioritariamente la

    siguiente:

    - Destrucción del me dio a mbiente.

    - Desordenado y caó tico desa rrollo urbano-regio-

    nal-local.

    - Insuficiencia en asentamientos humanos, vivienda

    y equipamiento.

    - Destrucción y desvalorización del patrimonio cul-

    tural.

    - Carencia de sentido creativo.

    - Desvalorización de la dimensión vivencial e

    intuitiva.

    - Estanca miento tecno lógico y falta de d esarrollo detecnología apropiadas.

    6. La formación integral del ser humanocomo fin universitario, más allá de lo profe-sional

    Según una d efinición dad a en el proyecto de ley sobr

    educa ción superior, “las universida des so n institucio-

    nes que se o cupan en un nivel avanzado y plural de la

    creación y transmisión de conocimientos po r medio

    de la investiga ción, do cencia y extensión, en las cien-

    cias, técnicas, artes y huma nida des, y de la forma ción

    profesional q ue tiene po r base esa s disciplinas”.

    Por lo tanto una d e sus misiones es formar profesio

    nales, pero en el entend ido q ue esto significa prepa

    rar personas que pued an comp artir los más a ltos

    niveles de decisión en la sociedad. Un profesiona l n

    es solamente un técnico que sab e hacer en una

    determinada á rea de actividad, sino que está en

    conocimiento de los principios que sustentan el

    saber ha cer.

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    Ademá s requiere para dicho fin una formación inte-

    gral como ser humano, o sea un hom bre culto. La

    cultura se puede entender como un sistema de

    ideas, valores, creencias vigentes en un lugar y épo-

    ca.

    7. Orientación académica y/o profesional dela enseñanza

    El título universitario habilita al egresado a ejercer

    profesiona lmente en Chile, a diferencia de otros

    países como Inglaterra y Estados Unidos, lo q ue le

    da una mayor responsabilidad a la Universidad antela sociedad, creand o una d oble finalidad en cuanto

    al cumplimiento d e los requerimientos aca démicos

    profesionales.

    Para dicho efecto se ha tratado d e establecer un

    sistema en do s etapa s, primero con una licenciatura,

    que es un grado a cadém ico; para posteriormente

    terminar la formación co n carácter profesional con-

    ducente al título de arquitecto.

    Sin embargo, esta modalidad trae algunas dudas en

    cuanto a la etapa de licenciatura, por cuanto en una

    carrera como arquitectura es indispensable desarro-llar y evaluar en el alumno sus ca pacidad es, aptitu-

    des y ha bilidad es desde e l primer momento , y no

    después que haya recibido una enseñanza sustenta-

    da en cono cimientos b ásicos. Ademá s, después de

    esta eta pa, el período destinad o a la formación pro-

    fesional es siempre corto, con relación a las diversas

    áreas de trab ajo que o frece el campo profesiona l

    que req uiere necesariamente de sólidos cono ci-

    mientos y méto dos. Esto último ab re el tema sob re

    las especializaciones en cursos d e post ítulo, o antes

    del título; como a su vez la necesidad de implanta r

    un sistema d e educación continua en nuestra profe-

    sión. Tod o esto sin olvidar las posibilida des de los

    cursos de po sgrado para completa r los niveles de

    excelencia acad émica, a pesa r de que a lgunos cur-

    sos de este tipo tienen más una o rientación profe-

    sional.

    8. Métodos, técnicas e instrumentos de en-señanza

    Otro te ma d e g ran interés de ana lizar se refiere a losmétod os y técnicas de enseñanza , considerando los

    grand es avances en los medios computaciona les y

    audiovisuales, disponibles ya en nuestro país; que

    sin restar méritos a l tipo de enseñan za persona a

    persona q ue es tradiciona l especialmente en la

    composición, proyectación o d iseño arquitectónico,

    permiten una comunicación e intercambio muy

    efectivo en el lengua je de las formas e imág enes.

    Ademá s debemo s considerar que no sólo son ins-

    trumentos de la enseñan za, sino que está n reempla-

    zand o formas tradiciona les de traba jo profesional

    en cua nto a diseño, expresión y comunicación, loque e s necesario incorporar a una do cencia renova-

    da .

    9. Relación de la enseñanza con la investiga-ción, la creación y la extensión universitaria

    La ot ra dimensión de la enseña nza de la a rquitectu-

    ra nos conduce a determinar la característica que

    debe cumplir el docente q ue enseña, y esto se refie-

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    re tanto al nivel de preparación y experiencia q ue

    deb e tener como a l compromiso con las actividades

    universitarias. Muchos de nuestros profesores hacen

    depend er la calidad d e su docencia al conocimiento

    obt enido en la práctica profesional y a la experien-

    cia ad quirida en el ejercicio mismo d e la do cencia,

    sin una preparación pedagógica sistematizada.

    Siendo un requisito p ara la carrera de a rquitectura

    darse en una universidad, es conveniente esta blecer

    la relación q ue tiene la a ctividad docente con las

    otras act ivida des que se estiman necesarias en una

    entidad universitaria, como son la investigación, la

    creación y la extensión. Aq uí cabe preguntarse sison las act ividad es las que se relaciona n, o los aca-

    démicos deb en considerar en su propia labo r una

    combinación d e dichas actividades, porque final-

    mente puede a fectar la calidad de su docencia.

    Detrás de esta pregunta está la necesidad existente

    de ten er jornada s completas en la universidad, por

    cuanto para el ejercicio de la d ocencia se po dría

    contrata r profesores exclusivament e po r las horas

    que compromete su docencia. Esto no sería a sí en la

    medida q ue las otras actividades aca démicas, inde-

    pendientement e de que sean necesarias o no en la

    universidad, contribuyan a un mejoramiento efecti-

    vo de la enseñanza.

    10. Estructura de la enseñanza

    Todo lo an terior nos lleva a múltiples alterna tivas

    para estructurar la enseñanza d e la arquitectura que

    pueden ser igua lmente acepta bles en la med ida

    que se sepa con q ue perfil profesiona l se pretende

    formar el arquitecto, de acuerdo a q ué determinada

    concepción de la arquitectura y del tipo d e universi-

    dad se pretende implementar. Esto po dría ser válido

    para una universidad p rivada ; para una institución

    de educación superior, con historia y tradición, y

    adem ás con financiamiento estat al. Las exigencias

    en orden a cumplir con un conjunto de requeri-

    mientos de excelencia a cadémica, de responder

    caba lmente con las atribuciones que otorga la ley

    del Colegio d e Arquitectos y al mismo tiempo de

    contribuir a da r respuestas a los problemas de la

    sociedad, pueden ser considerada s como condicio-

    nes necesarias.

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