Un Narcisismo Radical

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  • 8/11/2019 Un Narcisismo Radical

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    Salom Sola Morales

    Doctora en Medios, Comunicacin y Cultura por la Universidad Autno-

    ma de Barcelona. En 2004 y 2006 obtuvo dos Becas Marie-Curie y en 2007 una

    beca pre-doctoral del departamento de Medios, Comunicacin y Cultura de la

    UAB, donde ha trabajado como docente desde 2007. En la actualidad es

    profesora del Master en Comunicacin, Periodismo y Humanidades de la

    UAB y profesora asociada de la Universidad Internacional de Catalua.

    Sus reas de investigacin principales son la antropologa de la comunicacin,

    los estudios sobre recepcin e identidad y las teoras de la comunicacin.

    E-mail: [email protected].

    UN NARCISISMO RADICAL. LACREACIN DE IDENTIFICACIONESEN LOS ESPACIOS VIRTUALES.

    UM NARCISISMO RADICAL. A CRIAO DE IDENTIFICAESNOS ESPAOS VIRTUAIS.

    RADICAL NARCISSISM. CREATING IDENTIFICATION IN

    VIRTUAL SPACES.

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    RESUMEN

    Este artculo se propone explorar los procesos de creacin de identificaciones que los sujetos

    realizan en los espacios virtuales. Para comprender este enmeno se reconsideran las

    nociones de intimidad y extimidad, se cuestiona la aparicin de nuevas ormas de narcisismo

    y se analiza el carcter multidimensional del sujeto. Finalmente, se aborda el modo en que

    los usuarios de Internet configuran las categoras de pertenencia y las de exclusin, imgenes

    esenciales para la construccin del yo.

    PALABRAS CLAVE:PROCESOS DE IDENTIFICACIN; ENTORNOS VIRTUALES; INTIMIDAD; NARCISISMO.

    RESUMO

    Este artigo explora os processos de identificao em espaos virtuais. Para compreender

    esse enmeno, primeiro analisamos a relao entre a privacidade e a extimidade, segundo

    questionamos a emergncia de novas ormas de narcisismo e da natureza multidimensional

    do sujeito. Finalmente o artigo discute como os usurios de Internet configuram as categorias

    de incluso e excluso, que so essenciais para a construo de imagens de si.

    PALABRAS-CHAVE: PROCESSOS DE IDENTIFICAO; ESPAOS VIRTUAIS; PRIVACIDADE; NARCISISMO.

    ABSTRACT

    Te purpose o this article is to explore the processes o creating identification to be used

    in virtual spaces. o understand this phenomenon, we reconsider the ideas o intimacy

    and extimacy, we question the emergence o new orms o narcissism, and analyze the

    multidimensional nature o the sel. Ultimately, we discuss how Internet users configure the

    categories o inclusion and exclusion, essential or building images o the sel.

    KEYWORDS:IDENTIFICATION PROCESSES, VIRTUAL SPACES, INTIMACY, NARCISSISM.

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    1. Introduccin

    El presente artculo explora el alcance de las

    nuevas tecnologas en los procesos de identifica-

    cin que realizan los sujetos y los grupos al con-

    figurar sus imgenes acerca del yo, el nosotrosy el ellos. Durante las ltimas dcadas, la crisis

    de los paradigmas discursivos dominantes ha

    provocado la prolieracin de tribus neolocales y

    comunidades virtuales donde los sujetos amplan

    sus necesidades socializadoras y exacerban sus

    pulsiones hedonistas. La creciente revalorizacin

    de las identidades plantea la bsqueda urgente de

    regenerar el sentido del yosocial y de encontrar

    por dierentes vas, nuevas respuestas a la clsi-ca pregunta antropolgica quin soy?. Ahora

    bien, valdra cuestionar si los entornos virtuales

    pueden transormar o condicionar los procesos

    mediante los cuales los sujetos construyen suyo.

    Sherry urkle (2010) se ha encargado de de-

    mostrar que los nuevos dispositivos electrnicos

    y los espacios virtuales influyen en las relaciones

    sociales y en la construccin de las identidades.

    Pero, cmo pueden llegar a transormar a los

    sujetos? Si bien es cierto que la cultura de la si-

    mulacin est redibujando las ronteras entre la

    intimidad y la soledad, como ha sugerido urkle,

    tambin se ha maniestado que las nuevas tecno-

    logas y, especialmente, las redes sociales pueden

    ampliar las necesidades socializadoras incremen-

    tando el nmero y la flexibilidad de las relacio-

    nes. (DiMaggio et al., 2001). De hecho, estudios

    han evidenciado que algunos sujetos pueden

    llegar a socializar mejor (Sheeks y Birchmeier,2007). Ms all de las consecuencias positivas o

    negativas que las nuevas tecnologas puedan te-

    ner en las relaciones intersubjetivas, la tesis que

    sostenemos aqu es que los entornos virtuales es-

    tn transormando la nocin de sujeto. Es ms,

    la adopcin y la creacin de personajes electr-

    nicos est contribuyendo a una reconsideracin

    general de las nociones tradicionales de identi-

    dad (urkle, 1997, p.327). Una vez asumida esta

    premisa undamental, de lo que se tratar ser

    de explorar a ondo el alcance de este enmeno

    meditico de naturaleza psicosocial y de aportar

    claves comprensivas para su anlisis. Como es

    evidente, la participacin virtual no tiene nadaque ver con la recepcin meditica en un senti-

    do tradicional. De hecho, en el ciberespacio los

    usuarios crean personajes y viven situaciones

    virtuales en primera persona adoptando diver-

    sas versiones alternativas de suyo(Gandy, 2000).

    En este mundo virtual, caracterizado, por la si-

    multaneidad, la inmediatez, la multiplicidad y la

    flexibilidad, las ronteras entre elyoreal y el ima-

    ginario son inranqueables. Aqu, la conectividadpermanente, la anonimia y las nuevas ormas

    de intimidad orecen nuevas posibilidades para

    experimentar con el yo (Long, 1994; Whitaler,

    1999) que sin duda transcienden las ronteras

    espacio-temporales en un sentido clsico.

    2. De la intimidad a la extimidad

    Helena Bjar escribi en los 90 que la sociedad

    contempornea se caracteriza por una primaca

    de lo ntimo, consecuencia del declive que lo

    pblico experiment durante el siglo XIX, tal y

    como anunci Richard Sennet (1978). Recorde-

    mos que el socilogo haba pregonado las con-

    secuencias destructivas que podra conllevar una

    sociedad que estimulase demasiado la naturaleza

    ntima de sus miembros. De hecho, la prdida de

    sentido de lo social y la primaca de lo subjetivo,

    en su opinin, llegaran a provocar la ruptura de

    los vnculos sociales y la disolucin del espaciopblico (vase Delgado, 2002). Si bien est uera

    de nuestro alcance determinar si esta proeca se

    ha cumplido, no obstante, podemos afirmar que

    el creciente individualismo moderno, que naci

    con la democracia, segn Alexis de ocqueville

    (2007), ha inducido a los sujetos a preocuparse,

    por encima de todo, de s mismos y a abando-

    nar paulatinamente el espacio pblico. En este

    contexto, la creciente importancia otorgada a la

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    nocin de personalidad y el auge de los valores

    hedonistas han sido, quizs, los motores de una

    nueva era centrada en el sujeto y en la bsqueda

    de las identidades (Lipovetsky, 1983). Y, como es

    evidente, todos estos procesos no son ms queormas de hacer reerencia a la ascensin de un

    modo de vida centrado en lo privado. (Bjar,

    1990, p.202).

    Ahora bien, no podemos ignorar que las redes

    sociales e Internet estn modificando, sustancial-

    mente, las ronteras entre lo privado y lo pblico,

    dando lugar a nuevas ormas de intimidad. Aqu

    es preciso no conundir intimidad con interiori-

    dad o privacidad, nociones parecidas pero biendierentes. En su eora de la intimidad, Carlos

    Castilla del Pino (1996) esclarece bien esta pro-

    blemtica. A su juicio, las actuaciones humanas

    pueden ser ntimas, privadas o pblicas. Dichas

    acciones son calificadas por el escenario o el con-

    texto social en el que tienen lugar. Las actuacio-

    nes ntimas pueden ser comunicadas, aunque no

    por ello habran de convertirse en pblicas; o por

    el contrario silenciadas, y no por ello habran de

    ser privadas o estar aisladas de su acontecer so-

    cial. De hecho, tal y como afirma Jos Luis Pardo,

    no hay ms intimidad que la compartida (Par-

    do, 1996, p.145). A la luz de estas propuestas, la

    intimidad es, ante todo, un espacio donde con-

    fluyen los dierentes ragmentos del yo de una

    orma ms libre. Se tratara de experimentar los

    yosliberados de controles externos. (Castilla del

    Pino, 1996).

    En la intimidad, elyopuede relajarse y mostrartodas sus acetas posibles, sin miedo a ser recha-

    zado por el grupo o el marco donde se inserta.

    De manera que las actuaciones ntimas pueden

    convertirse en privadas o pblicas, segn su co-

    dificacin discursiva. En este sentido, el mbito

    meditico se convierte en un contexto donde lo

    ntimo suele maniestarse de orma incontrola-

    ble. Por eso, en la actualidad es recuente que en

    un escenario hiperpblico, como el que constru-

    ye un plat de televisin, el sujeto pueda ser con-

    ducido inevitablemente a verbalizar su intimidad

    (Castilla del Pino, 1996). Esto es lo que ocurre en

    programas como Gran Hermano o en cualquier

    oro o comunidad virtual donde los sujetos ex-presan su intimidad sin limitaciones o vergenza.

    A este respecto, Serge isseron (2001) propone el

    neologismo extimidad, con el que se refiere a las

    nuevas ormas de intimidad y puesta en escena

    que se dan en los entornos mediticos. Esta no-

    cin es clave para construir las propias identifica-

    ciones, pues permite a las personas exteriorizar

    ciertos elementos de su vida e interiorizarlos de

    una orma ms rica, gracias a las respuestas de losdems. As planteado, el individuo no se mues-

    tra ante los dems para compartir algo, sino para

    verse reflejado en ellos y reafirmar su propia yoi-

    dad, hecho que nos recuerda a una figura central

    en el pensamiento de Freud: Narciso.

    3. Un narcisismo radical

    Pero no slo el padre del psicoanlisis utiliz

    esta imagen para definir sus teoras sobre la per-

    sonalidad; otros destacados investigadores tam-

    bin la han empleado para describir tendencias

    que pueden aectar a toda una cultura o sociedad.

    A finales de los 70, Christopher Lasch enatiz

    en el componente patolgico de este nuevo su-

    jeto colectivo en busca de seguridad y bienestar,

    cuyo sentido del yodepende de la validacin de

    los otros (Lasch, 1991, p.50). Adems tambin

    puso de manifiesto la incidencia de la sociedad

    del espectculo en el creciente repliegue del s yen la constante preocupacin por elyo. Algunos

    aos ms tarde, Gilles Lipovetsky (1990 y 2003)

    tambin analiz las consecuencias del creciente

    proceso de personalizacin social y categoriz

    al hombre posmoderno como un sujeto intros-

    pectivo, individualista y consumista, preocupado

    por su autorealizacin y por la obtencin de pla-

    cer. No obstante, en Los tiempos hipermodernos

    (2006), el filsoo y socilogo rancs advierte

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    del fin del hedonismo de los ochenta. La euoria

    posmoderna ya no es la misma que era antes y el

    espritu de la poca actual se caracteriza por el

    aumento de la inquietud ante un porvenir lleno

    de incertidumbres y de riesgos (Lipovetsky, 2006,

    p.75). Igualmente, el desempleo, la preocupacin

    por la salud, las crisis econmicas y un largo sin-

    n de virus que provocan ansiedad individual y

    colectiva se han introducido en el cuerpo social(Arajo, 2008) y aectan el modo en que los suje-

    tos construyen sus identidades. El nuevo Narciso

    es ms responsable, organizado y eficaz, pero est

    an ms obsesionado por s mismo y se inserta

    en dierentes ambientes virtuales como un actor

    con diversas mscaras para evadirse de la reali-

    dad en la que se encuentra. Recordemos que en

    los blogs los usuarios no slo crean narrativas

    egotistas acerca de sus experiencias vitales sino

    tambin sobre sus deseos y aspiraciones ms nti-

    mas. De esta manera, el sujeto puede cubrir cier-

    tas necesidades comunicativas mediante la mera

    proyeccin y exhibicin de sus inquietudes y an-

    helos. Ahora bien, no podemos perder de vista

    que aunque la participacin on-linepermita es-

    tablecer ormas de identificacin recprocas ms

    libres, este espacio no est exento de riesgos, ya

    que los individuos carecen de obligaciones, y la

    distancia opera como un reductor de compleji-dad y responsabilidad (Casilli, 2010).

    4. Un sujeto multidimensional

    Uno de los elementos ms interesantes a este

    respecto es la posibilidad que tienen los indivi-

    duos de reormular sus identificaciones creando

    versiones virtuales de s mismos (DiMaggio et

    al., 2001). A pesar de que algunos investigadores

    consideran que las imgenes virtuales tienden a

    la estabilidad (Kennedy, 2006), apoyamos la

    perspectiva de urkle (1997) segn la cual Inter-

    net ha contribuido a pensar la identidad en tr-

    minos de multiplicidad (p.226). Resulta bastante

    evidente que la realidad virtual orece la oportu-

    nidad a sus usuarios de crear variadas identifica-

    ciones. Y es que en Internet es posible construir

    unyo, pero merodear por otros muchos yos. En

    ocasiones estas imgenes estn idealizadas o ca-recen de deectos (Aguilar y Said, 2010 o Bessire

    et. al.,2007). Precisamente, la juventud y la belle-

    za se convierten en atributos gracias a los cuales

    los sujetos pueden llegar a establecer relaciones

    sentimentales que no tendran en la vida real

    (urkle, 2010, p.218). No obstante, la adopcin

    de personajes mltiples permite a los usuarios

    conocer sus verdaderos yos experimentando

    con dierentes personajes (Simpson, 2005) aun-

    que estos sean imaginarios.

    Algunos investigadores han afirmado que la

    anonimia es una de las caractersticas que avore-

    ce el juego con los selvesy el encuentro del verda-

    deroyo, ya que los lmites morales desaparecen.

    Segn Luc Pauwels (2005), en los entornos virtua-

    les las personas revelan una inormacin ms v-

    lida que en el cara a cara, ya que la anonimia hace

    que su conducta no sea impugnada directamente

    (p.605). En este sentido, Internet podra acilitarla autorrevelacin (Valkenburg et. al., 2005) de

    unyoms libre y sin prejuicios. Al mismo tiem-

    po, podra llegar a crearse un entorno ms autn-

    tico donde los sujetos pudieran comunicarse sin

    lmites. Ahora bien, el inconveniente aqu es, sin

    duda, la veracidad o la correspondencia entre los

    usuarios reales y los virtuales (vense Markham,

    1998; Bargh et. al., 2002 o Papacharissi, 2005). De

    hecho, valdra preguntarse: Dnde acaba el yo

    Algunos investigadores han afirmado que La anonimia es una

    de las caractersticas que favorece el juego con los selves y el encuentro

    del verdadero yo, ya que los lmites morales desaparecen.

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    real y empieza el virtual? Como han subrayado

    Aguilar y Said (2010): El nuevo Yo virtual que

    aparece y toma vida en las redes sociales virtuales

    es un reflejo idealizado, por decirlo de alguna ma-

    nera, del Yo no-virtual (p.201). Y es que en losentornos virtuales es posible ser quien se desea

    o, mejor an, presentarse a los dems como uno

    deseara. Este sujeto es bidimensional: el virtual

    retroalimenta al no-virtual y viceversa. Es ms

    si algo aecta al sujeto en el espacio no-virtual,

    ello se ver reflejado en el espacio virtual, dado

    que el individuo encontrar mecanismos para

    liberarse en el espacio virtual, el cual le resulta,

    quizs, ms seguro (Aguilar y Said, 2010, p.199).As planteado, es evidente que las ormas de iden-

    tificacin virtuales se construyen en relacin a las

    aspiraciones, los deseos o los sentimientos que el

    sujeto experimenta en la vida real. Helen Kenne-

    dy (2006) tambin ha subrayado que las identi-

    ficaciones en lnea son una continuacin de las

    off-liney no tanto versiones reconfiguradas. De

    ah que sea necesario integrar los dierentes es-

    pacios donde el sujeto se identifica para poder

    comprender el alcance de las figuras creadas en

    el mundo virtual. De lo que no cabe duda es que

    este tipo de prcticas tiene una gran incidencia

    en los procesos de socializacin e interaccin

    (urkle, 2005 y 1999; Kiesler et al. 1984) ya que

    tanto el sujeto virtual como el no-virtual se desa-

    rrollan juntos. De manera que existe una cierta

    coimplicacin entre continuidad y multiplicidad.

    Una de las consecuencias ms evidentes del esta-

    blecimiento de redes sociales es la posibilidad decrear un segundo ser o diversas identidades que

    superen las barreras de tipo geogrfico, cultural

    o lingstico (Kiesler et al., 1984). Asimismo, se

    ortalecen redes existentes o se reconstruyen vas

    alternativas que haban perdido su conexin por

    causa diversas (Aguilar y Said, 2010, p.202). Ade-

    ms, el sujeto no solo tiene la oportunidad de re-

    ormularse o autocuestionarse rente a s mismo,

    sino tambin rente a otros.

    4.1. Un yo ms libre? El avatar

    Algunos investigadores han puesto de mani-

    fiesto que la presentacin del selfen los entornos

    virtuales es un aspecto crucial en la exploracin

    de la identidad (Bortree, 2005 o Mazur y Koza-rian, 2010), ya que permite a los sujetos interio-

    rizar los aspectos presentados (Gonzales y Han-

    cock, 2008). De esta manera se producen despla-

    zamientos entre el personaje y la persona, dando

    lugar a usiones entre el avatar y el yo. En mu-

    chos casos, la autopresentacin on-linereuerza

    aspectos de la identidad social, pero en otros es

    reerida a aspectos totalmente novedosos para el

    sujeto, lo que le proporciona claves para su pro-pia autocomprensin. Silvia abachnik (2007),

    Susannah R. Stern (2002) o Zizi Papacharissi

    (2002) han estudiado el modo en que los sujetos

    se autopresentan y han llegado a conclusiones si-

    milares. A saber que los blogs son lugares donde

    se pueden expresar elementos significativos de

    las identidades. El diseo de las pginas, las im-

    genes y links son expresiones indirectas del self

    que comunican un estilo o orma de ser. Adems,

    como han sealado Elizabeth Mazur y Lauri Ko-

    zarian (2010), muchas de las experiencias virtua-

    les pueden satisacer la necesidad de los sujetos

    de mantener relaciones tanto con personas cer-

    canas o desconocidas (p.126). Como es sabido, al

    entrar en algunos entornos virtuales los usuarios

    deben elegir un nombre, una etiqueta sexual, una

    descripcin sica o, lo que es lo mismo, confi-

    gurar un avatar. ste se puede considerar como

    una especie de mscara, que se puede poner ysacar, como en el carnaval, para componer ml-

    tiples identidades y asumir nuevos papeles, mu-

    chos de ellos no aceptados ni por la sociedad ni

    por el mismo enmascarado. (Machado: 2009,

    p.195-196). De hecho, la mscara representada

    cumple un papel ms especficamente psicoana-

    ltico que poltico: expresa una necesidad de dar

    cabida a identidades mltiples y muchas veces

    reprimidas, como ha sugerido Machado. Por eso

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    no podemos olvidar que en los entornos virtua-

    les, el avatar es nuestra completa autorepresenta-

    cin (Yee y Bailenson, 2007, p.272).

    El avatar puede ser un seudnimo en su

    expresin mnima o un ejercicio de elaboracinms complejo. Esta figura es ruto de un doble

    trabajo imaginario, donde entran en juego la pa-

    labra escrita y la figuracin icnica, como lugar

    de sustituciones metaricas y de deslizamientos

    metonmicos (abachnik, 2007). A nuestro juicio,

    no existe ningn lugar donde las transormacio-

    nes del selfsean ms flexibles. Como hemos evi-

    denciado, Internet nos permite ser otros dieren-

    tes a los que somos, pero tambin nos permite sernosotros mismos (vanse Demarco, 2003 o Aas,

    2006). De manera que el aspecto ms relevante

    de la creacin y el uso de estas figuras virtuales

    es que nos ayudan a explorar el yode un modo

    ms libre. Como ha subrayado urkle (2010),las

    personas pueden utilizar un avatar como un en-

    sayo para la vida real, equilibrando el personaje y

    la persona. Incluso hay sujetos que crean varios

    avatares para tener la experiencia de jugar con di-

    erentes aspectos del self, tales como el gnero o

    la edad. Ahora bien, la lnea divisoria entre el

    juego identitario y el raude no est an muy cla-

    ra (Gies, 2009, p.315). Y el potencial para la ma-

    nipulacin delyoy de los otrosse entrelaza con

    la llamada incorporeidad de los usuarios. Dado

    que los sujetos ya no son retenidos por el cuerpo

    material pueden vivir cualquier antasa corporal

    o experiencia sentimental, ms all de las limita-

    ciones personales o sociales. Precisamente aqu,es necesario cuestionar el lugar que ocupan los

    otros, clave para entender la ormacin del yoy

    las relaciones intersubjetivas.

    5. La creacin del sentimiento de pertenencia

    y exclusin

    Los medios proporcionan marcos de reeren-

    cia, pertenencia y exclusin que permiten a los

    sujetos y a los grupos categorizar, comparar y

    evaluar a los dierentes grupos. Pero cmo pue-

    den construirse estas imgenes en la realidad

    virtual? Es importante clarificar que en cualquier

    tipo de categorizacin se tiende a dierenciar en-

    tre el endogrupo (el propio) y los exogrupos (losajenos) (ajel, 1984, p.292). De esta manera, el

    sujeto que se identifica con un narrativa medi-

    tica, un personaje ficticio o un blog reconoce su

    adscripcin a la categora en trminos de inclu-

    sin o exclusin. As, ste realizar mecanismos

    dierenciadores entre aquellos grupos o colecti-

    vos que admira y respeta y aquellos que ignora

    o rechaza. Mediante estos procesos los sujetos

    estructuran y simplifican el entorno social y seconstruyen en l. A este respecto, la clsica teora

    de la identidad social de ajel (1984) aporta cla-

    ves interesantes para entender el modo en que los

    sujetos se identifican en los entornos virtuales.

    Recordemos que, a su juicio, los componentes

    de estos procesos de categorizacin son: a) cog-

    nitivos, implican un conocimiento de pertenen-

    cia; b) evaluativos, puesto que pueden tener una

    connotacin valorativa positiva o negativa; y c)

    emocionales, ya que los dos procesos anteriores

    pueden ir acompaados de emociones (p.264).

    As, el propio autoconcepto implicara a la vez el

    conocimiento de pertenencia a uno o varios gru-

    pos sociales, la valoracin de esa pertenencia y el

    significado de la misma (Aguirre Baztn, 1997,

    p.47). odo ello, dara lugar a un sentimiento de

    pertenencia, muy relacionado con una variedad

    de creencias, valores o actitudes, mediados en

    parte por las experiencias virtuales y las narra-tivas mediticas con las que el usuario entra en

    contacto. La pertenencia a una comunidad vir-

    tual est basada generalmente en la recepcin de

    los mismos textos o la participacin en determi-

    nadas pginas webs, blogs o oros. Sin embargo,

    no podemos olvidar que, precisamente, Internet

    propicia ormas de adhesin mltiples y relati-

    vamente dbiles donde el sujeto puede transitar,

    modificar o cambiar de grupo cuando y donde

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    quiera, sin preocuparse por las relaciones reales.

    De modo que, ms que categoras de pertenen-

    cia, el sujeto configura grupos de reerencia con

    los que se relaciona o aspira a relacionarse psico-

    lgicamente. Aqu es undamental tener presente

    la interpretacin y la interaccin discursiva que

    los usuarios realizan, que emerge como el ruto

    del lenguaje de una comunidad.

    Ahora bien, no podemos olvidar que estas co-munidades virtuales estn basadas en la provi-

    sionalidad. De modo que para pertenecer a ellas

    no es preciso compartir rasgos estructurales con

    todos sus miembros o pasar ritos de iniciacin

    para ingresar en el grupo, como tradicionalmen-

    te se haca para llegar ser aceptado por el grupo.

    Aqu, tan solo es necesario el deseo de ser, como

    dira Foucault, o la autoafirmacin temporal por

    parte del sujeto. De manera que el autoconcepto

    es construido en base a adscripciones eventuales

    que no tienen porqu ser definitivas. Elyovirtual

    carece de compromisos y se basa en la inestabi-

    lidad, la duplicidad y el simulacro. Una cuestin

    que no podemos pasar por alto es que Internet

    puede llegar a ayudar a descubrir la orientacin

    sexual, parte esencial de las identificaciones. La

    red es aqu propuesta como un lugar donde po-

    der expresar los verdaderos sentimientos que al-

    gunos sujetos no son capaces de exponer en lavida real y como una va de escape para evadirse

    as de circunstancias desavorables. No obstante,

    adems de suscitar un sentimiento comn (no-

    sotros), los medios promueven imgenes sobre la

    alteridad, que son undamentales para configu-

    rar las identificaciones. Del mismo modo que no

    existen sujetos extraculturales tampoco hay gru-

    pos sociales aislados respecto de otros grupos.

    Por lo tanto, como ha afirmado ajel (1984), los

    procesos que subyacen a las auto-comparacio-

    nes que cada grupo hace con otros grupos son

    cruciales para determinar la comprensin que

    de cada grupo tienen sus miembros (p.193). El

    reconocimiento de la alteridad meditica es algo

    que corresponde a la distancia que el especta-

    dor toma respecto de los sujetos observados. De

    modo que el encuentro meditico entre elyoy el

    otroest vinculado, directamente, con el puntode vista que adopta el usuario. Al fin y al cabo,

    el desarrollo de una cultura requiere la existen-

    cia de la alteridad. Los procesos de identificacin

    implican establecer antagonistas, cuya realidad

    se interpreta y construye.

    6. Conclusiones

    En definitiva, en la realidad virtual lo sujetos

    pueden experimentar, perormar o teatralizar

    nuevas versiones de su yomediante la creacin

    de avatares o perfiles de usuario en blogs o re-

    des sociales. Ahora bien, estas nuevas ormas

    de comunicacin se caracterizan por la flexibi-

    lidad y tienen gran incidencia en los modos de

    socializar e identificarse de los individuos y de

    los grupos. En el ciberespacio, el sujeto mltiple

    experimenta con los dierentes personajes y utili-

    za diversas mscaras en uncin de sus intereses.

    No obstante, es necesario plantear una dialcticaentre el avatar y el yo, un vnculo entre el mun-

    do real y el virtual. Por ello, hay que integrar los

    dierentes espacios donde el sujeto se identifica

    para comprender este enmeno en su totalidad.

    Precisamente, en el espacio virtual, los sujetos

    configuran identificaciones posibles o ideales que

    no tienen por qu ser reales o estar asociadas a

    roles establecidos. Es ms, el sentimiento de per-

    tenencia no tiene por qu estar relacionado con

    Precisamente, en el espacio virtual, los sujetos configuran

    identificaciones posibles o ideales que no tienen por qu ser reales

    o estar asociadas a roles establecidos.

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    las categoras heredadas por el linaje o adquiridas

    por la experiencia. Estas ormas de identificacin

    pueden ser imaginadas o desiderativas y se en-

    cuentran muy relacionadas con las proyecciones.

    La clsica pregunta quin soy? sera respondi-da aqu en trminos desiderativos o imaginarios.

    Ahora bien, ms all de estas categoras de ree-

    rencia con las que el sujeto se identifica en base a

    proyecciones o deseos existen nuevos sentimien-

    tos de pertenencia asociados al consumo medi-

    tico. Estas nuevas categoras de adherencia son

    flexibles y carecen de motivaciones sociales. Y

    aunque el espacio virtual genere ormas ms li-

    bres de relacionarse, al mismo tiempo reduce la

    complejidad y la responsabilidad. Finalmente, el

    narcisismo actual surge como respuesta a una so-

    ciedad que sigue muy centrada en el sujeto, pero

    que no puede orecer a los individuos lo que de-sean. Las constantes amenazas nucleares o el ma-

    lestar provocado por las dierentes crisis, el des-

    inters por la poltica o la amilia y la creciente

    preocupacin por el cuerpo hace que los sujetos

    busquen vas alternativas o construyan perso-

    najes ideales para cumplir sus aspiraciones. Los

    entornos virtuales emergen aqu como una alter-

    nativa necesaria para construir las identidades.

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