UNIDAD 5: TIPOS DE MERCADOS - … · adquirir un bien, nos encontramos ante distintos tipos de mercado según cuál sea el producto que deseamos comprar. Si queremos una conexión

COLEGIO “TIRSO DE MOLINA”

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UNIDAD 5: TIPOS DE MERCADOS - 1 -

UNIDAD 5: TIPOS DE MERCADOS 5.1.- Introducción No todos los mercados son iguales. Cuando los consumidores queremos adquirir un bien, nos encontramos ante distintos tipos de mercado según cuál sea el producto que deseamos comprar. Si queremos una conexión a internet, las empresas a las que podemos recurrir son muy pocas. Tenemos que elegir entre un puñado de suministradores que nos ofrecen productos muy similares entre sí con unos precios que están en competencia directa.

Competencia: Rivalidad entre varias empresas que pretenden vender la misma clase de bienes o servicios a los demandantes de ese mercado.

Ahora bien, si lo que queremos es comprar un ordenador, la oferta es mucho mayor. No solo podemos comprar el ordenador en muchos establecimientos diferentes (desde pequeñas tiendas hasta grandes cadenas de material informático, pasando por supermercados, grandes almacenes, compra directa al fabricante o distribuidor a través de internet, etc.), sino que las marcas de ordenadores son también muchas y debemos elegir entre unas u otras. 5.2.- Tipos de mercado según el nivel de competencia

Según el grado de rivalidad existente entre las empresas del mercado, se puede clasificar éste como: 1.- Mercado de competencia perfecta. Es el tipo de mercado que el consumidor sale más beneficiado, ya que se encuentra ante unos precios muy bajos y una cantidad muy elevada de bienes producidos. 2.- Competencia imperfecta. Los oferentes tienen cierto poder de mercado y pueden influir en el precio de los productos. Se distinguen entre:

Monopolio. En este tipo de mercado existe un solo oferente que controla la oferta. Este es el peor tipo de mercado para los consumidores, ya que los precios de los productos son mayores que


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en cualquier otro. Por ello, los países suelen promulgar leyes de defensa de la competencia y de prohibición de determinados monopolios.

Competencia monopolística. Existe un gran número de oferentes, pero como los productos de cada empresa se diferencian de los de las restantes, las empresas tienen un limitado poder de mercado.

Oligopolio. El número de oferentes es pequeño, frente a una gran cantidad de consumidores. En función de la relación que se establezcan entre sí las escasas empresas que participan en este tipo de mercado existen diferentes tipos de oligopolio.

5.3.- El funcionamiento del mercado de competencia perfecta El mercado de competencia perfecta posee unas características muy particulares y es difícil que todas se den al mismo tiempo en el mundo real. Es el mercado de referencia desde el punto de vista teórico, es decir, por decirlo de otro modo, es el mercado “ideal” y, por desgracia, bastante alejado de la realidad. Sin embargo, existen mercados que se aproximan bastante al funcionamiento del mercado de competencia perfecta y su validez como referencia es inapelable. Sus principales características son:

- Existe plena información. Todos los productores y consumidores conocen perfectamente las características del producto y su precio, por lo que ninguno puede sacar provecho de ninguna especie de asimetría en la información.

- El bien que se intercambia es un producto homogéneo es decir, no existen diferencias entre el producto que vende una empresa y el que venden las demás. En consecuencia, a los demandantes les será indiferente comprar a uno u otro oferente.

- Hay una gran cantidad de “pequeños” productores que obtienen una porción insignificante del mercado total. Ningún productor tiene la capacidad productiva suficiente como para afectar al precio de mercado si decide aumentar su producción. También se considera que existen numerosos y “pequeños” demandantes, es decir, que ningún demandante acapara un porcentaje significativo de las compras del mercado.


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- Hay muy pocas barreras de entrada y de salida. Es decir, cualquiera puede entrar a producir en el sector y ofrecer el producto en el mercado. Barreras de entrada a un sector de actividad: Obstáculos que impiden o dificultan el que una empresa pueda iniciar una actividad económica. Pueden ser legales, cuando se necesitan unos requisitos normativos especiales cuando el Estado limita el número de empresas en el mercado; o económicas, cuando la actividad precisa de una inversión inicial muy elevada.

- Como consecuencia de todas estas características, el productor no

tiene ningún poder para fijar el precio al que vende su producto, de modo que debe aceptar el precio de mercado, que es el mismo para todos los competidores. En este sentido, se dice que los oferentes de competencia perfecta son precioaceptantes. Además, son conscientes de que se enfrentan a una demanda perfectamente elástica.

Las condiciones del mercado a corto plazo las determina el comportamiento de todos los productores y todos los demandantes de un producto. Pero para un productor en concreto, la demanda de su producto será completamente elástica, completamente horizontal. Esto

Mercado

P P

q Q

D

S

d Pe

Empresa


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quiere decir que al precio de mercado podrá vender toda su producción, pero a un precio superior al del mercado, nadie le comprará. El equilibrio de mercado de competencia perfecta a largo plazo. Si partiésemos de una situación en la que el precio de mercado es alto, los productores obtienen beneficios extraordinarios, es decir, estarían recibiendo beneficios por encima de lo que se considera normal en el sector. Como no existen barreras a la entrada, se incrementa la oferta al entrar más productores, atraídos por los beneficios extraordinarios. Esto produce una bajada del precio de equilibrio y una paulatina desaparición de los beneficios extraordinarios. Si los productores son demasiados y la oferta se incrementa excesivamente, podría suceder que el precio de mercado fuese tan bajo que, en lugar de obtener beneficios pérdidas. En este caso, algunos productores abandonarían el mercado, lo que reduciría la oferta y recuperaría el precio hasta que desaparecieran las pérdidas. Cuando el precio alcanza un nivel en el que se cubren todos los costes, pero no se gana más dinero, aquellos que están produciendo ese bien no están incentivados a abandonar el mercado, y aquellos que están fuera no se sienten atraídos por él. Por ello, el precio se puede mantener estable durante un largo periodo de tiempo. El mercado de competencia perfecta a muy largo plazo. Los productores intentarán a toda costa lograr una reducción de costes que les permita obtener beneficios. Cuando alguno lo consiga, comenzará a tener beneficios que se mantendrán hasta que otros productores, atraídos por estas ganancias, lo imiten, lo que hará que la oferta del bien se incremente. Comenzará otra vez el proceso de oscilación de precios hasta llegar a un nuevo punto de equilibrio a largo plazo en un precio inferior al anterior.


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5.4.- Monopolio. Es un mercado en el que una empresa controla la oferta de un producto. El bien debe ser “único”, es decir, no pueden existir sustitutivos cercanos, ya que de haberlos no se podría hablar de monopolio. Además, para que se dé un monopolio tienen que existir unas grandes barreras que impidan que cualquier empresa entre a producir el bien, por ejemplo:

- Cuando una empresa controla la totalidad de los recursos necesarios para producir ese bien.

- Cuando una empresa detenta el control tecnológico suficiente para ofrecer un producto único.

- Cuando un Estado solamente permite a una empresa ofrecer determinado producto. Esto se denomina monopolio legal. Existen monopolios legales que provienen de las patentes, que impiden que cualquier empresa pueda copiar y producir lo que otra ha patentado.

- Monopolios naturales. En estos casos es el más barato que haya una única empresa que realice el servicio. Esto se debe a que se trata de actividades con unos elevados costes fijos, pero unos muy reducidos costes variables. Por ello, si los costes fijos de una empresa se reparten entre toda la población, el coste por unidad será más bajo que si hay dos empresas que han tenido que asumir estos costes y han de dividirlos entre la mitad de la población. Los costes medios o unitarios decrecientes son los que provocan estos monopolios naturales. Basta pensar en el coste que tendría para la sociedad el mantener múltiples canalizaciones de agua potable, una por cada empresa que quisiera distribuir este producto a los consumidores.

Las consecuencias del monopolio. Como el oferente hace frente a toda la demanda del mercado y no tiene competencia, toma sus decisiones mirando exclusivamente su propio interés. Así, busca sacar el máximo beneficio, lo cual es posible, al poder fijar los precios sin estar sujeto por la competencia de otras empresas. Aunque no significa que pueda poner el precio que quiera sin restricciones, ya que la demanda del mercado le limita.


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En una situación de monopolio, el precio siempre es mayor que cuando existe competencia, y la cantidad producida siempre es menor. Además, un monopolista no operará en el tramo inelástico de la curva de demanda, ya que subirá el precio siempre que aumente sus ingresos (cuando la demanda es inelástica, una subida de los precios hace aumentar los ingresos). Visto de otro modo, el monopolista crea una situación de escasez artificial con el objetivo de aumentar sus beneficios, a costa de los consumidores. Pero el efecto económico de un monopolio va más allá de la mera redistribución de la renta en la economía: supone una pérdida neta de excedente para la sociedad, que no se puede recuperar. Por tanto, la existencia de monopolios supone un perjuicio para el conjunto de la sociedad, para más inri, a costa de un perjuicio sobre los consumidores que sufren las condiciones del monopolista. Por otra parte, la ausencia de rivales en el mercado hace que el monopolista abandone o relaje sus esfuerzos para conseguir reducciones de costes o mejorar el producto, con lo que se pierde la oportunidad de avanzar tecnológicamente y, frecuentemente, se deriva en un sobredimensionamiento de la estructura empresarial, contratando personal que no tiene por qué ser necesario, invirtiendo en infraestructuras no rentables o cometiendo gastos suntuarios no productivos. La regulación del monopolio Conscientes de los problemas que puede causar el monopolio, en los países desarrollados se suelen desarrollar legislaciones que prohíben el establecimiento de monopolios, es decir, se suele prohibir el monopolio. En aquellas situaciones donde, por razones estratégicas o por tratarse de un monopolio natural, no es razonable prohibirlo, se trata de articular algún sistema que evite o palie las consecuencias negativas del mismo. Existen algunos mecanismos, como establecer la regla de fijar el precio igualándolos al coste medio de producir (lo que hace desaparecer los beneficios extraordinarios) o establecer impuestos elevados sobre el beneficio del monopolista. O también existe la opción de que el monopolio sea desarrollado a través de una entidad pública, por lo que de producirse el beneficio extraordinario, al menos recaería en el erario público y sería un beneficio repartido entre todos los ciudadanos (aunque


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esta opción no resolvería el problema de la pérdida de eficiencia y competencia). La discriminación de precios La discriminación de precios consiste en aplicar distintos precios a un mismo producto, en función del demandante que lo quisiera comprar, de modo que aquellos que están dispuestos a pagar un precio más alto lo paguen y los que no, paguen un precio menor. Para que esto funcione, es necesario establecer un mecanismo de tarifa que permita separar efectivamente a los demandantes. Un ejemplo podría ser la “tarjeta joven” o la “tarjeta de jubilado” que se ofrecen en determinados medios de transporte, otorgando descuentos sobre la tarifa normal a colectivos fácilmente identificables (con el DNI) que, por tener una renta menor, no podrían asumir el precio normal. Otro ejemplo sería cuando se aplica una tarifa mínima de consumo por una cantidad de producto y después un precio unitario menor por cada unidad adicional. El caso más extremo de discriminación de precios se daría cuando el monopolista es capaz de cobrar un precio diferente al consumidor para cada unidad a medida que este avanza en el consumo del bien, apropiándose de todo su excedente. 5.5 Competencia monopolística El mercado de competencia monopolística tiene una gran cantidad de oferentes, debido a sus bajas barreras de entrada, que venden productos similares pero diferenciados entre sí. En la medida que los consumidores identifiquen el producto como de más calidad, o más de moda, estarán dispuestos a pagar un precio mayor por él. Esto le permite al productor tener un cierto poder de mercado, es decir, poder fijar sus precios por encima de los competidores sin temer que esto suponga la imposibilidad de vender sus productos. Sin embargo, este poder de mercado está limitado, ya que por encima de un determinado precio, los consumidores comprarán a la competencia. Las características de la competencia monopolística son, pues:

- Hay pocas barreras de entrada y de salida. - Existe una gran cantidad de productores - El bien que se intercambia es un producto diferenciado.


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- El productor tiene cierto poder para fijar el precio, pero este poder no es absoluto: los precios solo pueden ser fijados un poco por encima de los de mercado. Por ello, los demandantes se encuentran con uno precios más altos que en un mercado de competencia perfecta.

Para que un productor siga manteniendo la diferenciación de su producto, debe controlar que el elemento diferenciador se mantenga en el tiempo y que los consumidores aprecien esta diferencia. Esto es, si se vende la idea de la calidad del producto, los consumidores deben apreciarla, porque si no es así, dejarán de estar dispuestos a pagar un precio superior por ese bien. Por eso, en estos mercados suele ser fundamental la inversión en publicidad, para hacer llegar al consumidor la sensación de producto diferenciado del de la competencia. Otro caso de “diferenciación” se da por la situación geográfica. Por ejemplo, si en un pueblo hay una gasolinera, ésta sabe que puede subir los precios por encima de los de competencia perfecta sin perder demasiados clientes. Sin embargo, si los sube en exceso, los clientes verían compensado el esfuerzo de ir al pueblo de al lado a hacer gasolina. Las dos demandas de competencia monopolística Desde el punto de vista del análisis gráfico, el productor de competencia monopolística sabe que se enfrenta a dos demandas: una demanda general para todo el mercado y otra particular para su producto diferenciado:

P

d

D

Q

P0

Q0

P1

Q1 Q’1


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Esto se debe a que la demanda del producto de la empresa es más flexible que la demanda del mercado. En la gráfica anterior, D representa la demanda respecto a los precios del mercado, mientras que d representa la demanda respecto a los precios de la empresa en cuestión. Partiendo de un precio como P0, si bajaran los precios del mercado (de todas las empresas) hasta P1, el aumento de la demanda que recibiría la empresa sería hasta Q1. Sin embargo, si sólo la empresa baja sus precios (manteniéndose los de las demás empresas constantes), la demanda de su producto aumentaría hasta Q’1. 5.6.- El oligopolio El oligopolio es un tipo de mercado donde hay pocos oferentes que se da en sectores en los que las barreras de entrada a la actividad económica son elevadas. Esto significa que no puede entrar cualquier empresa en el sector, ya sea por la gran inversión necesaria para producir ese bien (por ejemplo, los productores de automóviles) o por las restricciones legales que limitan la competencia en él (por ejemplo, la telefonía móvil). Las grandes barreras de entrada hacen que los oligopolios tengan como principales características:

- El número de empresas que compiten en el mercado es pequeño.

- En general, suelen ser grandes empresas y cada una de ellas tiene un porcentaje significativo de cuota de mercado.

- El reducido número de oferentes hace que las decisiones que toma una de ellas influyan decisivamente en lo que van a hacer las otras. Por ello, antes de adoptar cualquier decisión estratégica, las empresas deben estudiar cómo pueden reaccionar sus competidoras.

Por todo ello, en los oligopolios, las empresas participantes intentan, en la mayor parte de las ocasiones, no competir por precios, ya que si una de ellas realiza una bajada generalizada de precios, sus competidoras reaccionarán ante su estrategia con otra bajada de precios para evitar que


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sus clientes cambien de empresa. La consecuencia final de esta guerra de precios será que su número de clientes no variará sustancialmente, pero estarán vendiendo el mismo producto a uno precios mucho más reducidos, con lo que sus beneficios se resentirán. Por ello, las empresas oligopolistas se esfuerzan, con frecuencia, en diferenciar sus productos para convencer a los consumidores de que son mejores que los de la competencia. La publicidad juega en este caso un papel clave que permite aumentar las ventas a costa del competidor. El oligopolio más pequeño se da cuando solamente hay dos empresas. En este caso se habla de duopolio. La dinámica de acción-reacción que marca este tipo de oligopolio entre las dos empresas es muy acusada. Existen oligopolios en los que hay una empresa líder que tiene un porcentaje significativamente más alto de cuota de mercado. Normalmente, la líder marca los precios y las estrategias, y todas las demás reaccionan a lo que ella hace. Por último, existe una clase de oligopolio en el que los oferentes se ponen de acuerdo para fijar un precio único, repartirse el mercado o limitar la producción del bien. Estos comportamientos reciben el nombre de oligopolio colusivo o cártel. Así, los oligopolistas mantienen un comportamiento parecido al de un monopolio, lo que resulta en claro detrimento de los consumidores. Estos comportamientos están prohibidos por la legislación de defensa de la competencia.

Cártel Es un acuerdo formal que realizan varias empresas que trabajan en un mercado oligopolista para lograr mayores beneficios gracias a la fijación conjunta de precios, la distribución geográfica o funcional del mercado o la limitación de la producción global.

Teoría de juegos La cooperación trae mejores consecuencias que la competición. Si queremos conseguir algo, es mejor aliarnos con aquellos que tienen la misma intención que nosotros para salir todos ganando. Sin embargo, también nos encontramos en situaciones en las que, si uno deja de


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respetar el acuerdo previo, puede salir bien parado a corto plazo, aunque sea a costa de sus competidores. Para estudiar estos aspectos de la interdependencia económica se utiliza lo que se denomina teoría de juegos: teoría que estudia el comportamiento de agentes económicos en situaciones de interdependencia. Esta intenta explicar cómo los beneficios de una empresa no dependen solamente de sus actuaciones, sino también de las acciones de sus competidoras. Pongamos el ejemplo de dos empresas, A y B, que forman un duopolio de un producto determinado. Lo mejor para ambas sería colaborar, formar un cártel y actuar como monopolistas en el mercado. Supongamos que los beneficios en este caso fuesen de 50 M€ para cada una. Sin embargo, cada empresa sabe que si rompe el acuerdo y la otra empresa no llega a reaccionar se puede quedar con la mayor parte del mercado y del beneficio. Pongamos que la que rompa el acuerdo, sea cual sea, gana 75, mientras que la otra empresa se queda con 20. Claro que cada una sabe que la otra tiene ese incentivo a romper el acuerdo, con lo cual la pregunta que se hace no es “¿debo cumplir el acuerdo?”, sino “¿mi competidora cumplirá el acuerdo, teniendo en cuenta los incentivos económicos que posee?” (lo cual no depende en absoluto de ella). El acuerdo se romperá, aunque sólo sea por precaución frente a la acción de la otra empresa, y ambas empresas terminarán en la situación que pretendían evitar y que en absoluto es la idónea: compiten entre sí y terminan con unos beneficios de 30 cada una. Podemos ver las diferentes alternativas en la siguiente matriz:

Empresa A

Colabora Compite

Emp

resa

B

Colabora Beneficio de A: 50 Beneficio de B: 50

Beneficio de A: 75 Beneficio de B: 20

Compite Beneficio de A: 20 Beneficio de B: 75

Beneficio de A: 30 Beneficio de B: 30

Aunque lo óptimo para ambas sería colaborar, los incentivos que poseen las llevan a la peor de las situaciones, que es que ambas compitan. Esta solución se conoce como equilibrio de Nash (matemático que lo describió


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a mediados del siglo pasado) (véase la película Una mente maravillosa, de Robert Zemeckis), o equilibrio no cooperativo, y la situación en general se conoce como el “dilema del prisionero” y se puede extender su análisis a campos tan diversos como la política exterior, la criminología o las estrategias bélicas. ¿Se puede escapar del equilibrio no cooperativo? Sí. Pero ¿cómo?

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