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UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES CURSO : HISTORIA UNIVERSAL I PROFESOR : HECTOR MALDONADO FELIX ALUMNO : SANCHEZ FLORES, EDUARDO E. CÓDIGO : 09150096 MOTIVO : EL JUICIO DE OSIRIS: VIDA Y MUERTE FUENTE: EL LIBRO DE LOS MUERTOS

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UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR

DE

SAN MARCOS

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES

CURSO : HISTORIA UNIVERSAL I

PROFESOR : HECTOR MALDONADO FELIX

ALUMNO : SANCHEZ FLORES, EDUARDO E.

CÓDIGO : 09150096

MOTIVO : EL JUICIO DE OSIRIS: VIDA Y MUERTE

FUENTE: EL LIBRO DE LOS MUERTOS

CIUDAD UNIVERSITARIA, 07 DE JULIO DEL 2011

INTRODUCCIÓN

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EL JUICIO DE OSIRIS: VIDA Y MUERTE

¿Qué era más importante para el antiguo egipcio: la vida terrenal o la espiritual?

El objeto de este opúsculo es desarrollar el Juicio de Osiris en el tránsito a la vida eterna o la destrucción del alma. Y responder a la pregunta: ¿Qué era más importante para el antiguo egipcio: la vida terrenal o la espiritual? Surgiendo la dicotomía que aún trasciende hasta nuestros días sobre la VIDA y la MUERTE.

La religión egipcia siempre ha sido fabulosa, fantástica y han sugerido la idea de profunda sabiduría. Ésta doctrina tenían la convicción de: “que el universo es esencialmente estático. El egipcio creía vivir en un mundo inmutable”1 Este sistema marcó su teología, moral y su filosofía política. El carácter peculiar de esta religión egipcia deriva precisamente de la convicción implícita de que sólo lo inmutable es en última instancia significativo.

La hierofanía en Egipto construye un tiempo cíclico, como en todas las primeras civilizaciones, que será modelo para la vida del hombre: en la búsqueda del eterno retorno a un nuevo mundo, con la finalidad de estar en el Aaru (paraíso en la mitología egipcia). Así, los egipcios contemplaban la vida del universo como un movimiento rítmico dentro de un todo inmutable. Esta inmutabilidad se ve reflejada en la naturaleza, que constantemente está cambiando, sin embargo, al final todo regresa a su estado inicial regenerándose otra vez. Ejemplo: las estaciones y su influencia en la agricultura o los animales que no cambian nunca por su realidad estática (la continua sucesión de generación en los animales no experimenta ningún cambio). Por ende encontramos particularidades en las mismas creencias egipcias que están sujetas a cambio. Una de ellas es el Mito de Osiris y la teoría sobre la vida eterna.

He tenido limitaciones por falta de fuentes, materiales, debido a que las Webs mostraban diversos libros bajo forma de pago o envíos electrónicos. La poca bibliografía es selecta y algunas de las fuentes son del programa del curso, así como las clases, libros de la facultad de Ciencias Sociales y algunas webs me ayudaran a responder este tema que sin lugar a duda es muy tocado y evaluado.

EL LIBRO DE LOS MUERTOS

1 FRANKFORT, Henry. 2000. La religión del antiguo Egipto. Pág. 81

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El Libro de los Muertos: “El Libro para salir al Día” es un texto funerario con himnos y plegarias que ayudarán al difunto a pasar el Duat y salir librado del Juicio de Osiris para poder llegar a la vida eterna o al encuentro del su Ka con su Ba. El título "Libro de los Muertos" se debe a su primer editor y traductor, el egiptólogo alemán Karl Richard Lepsius, quien lo publicó en 1842 como Das Todtenbuch der Ägypter (El Libro de la Muerte de los Egipcios), aunque se dice también que el título procede del nombre que los profanadores de las tumbas dieron a los papiros con inscripciones que hallaron junto a las momias: Kitab al-Mayitun, en árabe, que significa "Libro del difunto". Los antiguos egipcios lo conocían como "Libro para salir al día".

Fue escrito 1500 años a.d.n.e., por Ani, quien era un Escriba Real de Tebas, supervisor de los graneros de los Señores de Abydos, y escriba de las ofrendas de los señores tebanos.

La redacción del Libro de los muertos data del Imperio Nuevo con la Dinastía XVIII, sin embargo sus orígenes son muy remotos: “…tiene una antigüedad mayor que el período de Mena (Menes), el primer rey histórico de Egipto”2. Existen secciones prístinas que muestran claras pruebas de no solo haber sido redactados, sino revisados y editados mucho antes de la época de aquel Rey.

Wallis Budge, nos muestra 4 versiones de este libro:

I. Versión editada por los sacerdotes del colegio de Annu: Más conocida como la versión heliopolitana. Está escrita en jeroglífico. Están inscrita en la Dinastía V y VI de Sakkara hasta la Dinastía XI, alrededor del año 2 000 a.C.

II. Versión tebana, en papiros y con jeroglíficos, fue una versión muy usada desde la Dinastía XVIII hasta la XX. No solo la usaban los faraones, sino que los ciudadanos particulares también. No tenían orden los capítulos.

III. Versión ligada a la tebana, se usó hasta alrededor de la Dinastía XX y se escribió en papiro con caracteres hieráticos y jeroglíficos.

IV. Versión saíta, se le puso orden a los capítulos y fue usada en la Dinastía XXVI hasta el final del período ptolomeico.

IMPORTANCIA DE LA VIDA Y LA MUERTE

Mircea Eliade, asevera que: “… por distintos que sean cualitativamente el espacio sagrado y el espacio profano, (el hombre) no puede vivir más que en 2 WALLIS BUDGE, Ernest E. 1994. El libro Egipcio de los muertos. Pág. 11

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un espacio sagrado de ese tipo”3. Sin embargo, los egipcios compartían ese espacio sagrado –creían acceder a la vida eterna-. Es el hombre quien construye estos lugares cósmicos situándose fácilmente en el centro del mundo (su último fin) sabiendo sobre las complicaciones que significaba entrar en dicho cosmos, superando de esa manera la condición humana y recobrando así la condición divina. Plasmando la idea de una vida triunfante tras la primera muerte para formar parte de lo sacro. Así, el hombre constantemente trata de abolir el tiempo profano y vivir el tiempo sagrado, es decir lograr vivir en la eternidad.

El hombre egipcio no podría concebir más importante la vida espiritual si esta va ligada y determinada por la estancia terrenal. Esta oposición binaria VIDA-MUERTE, está inmersa en todas las civilizaciones antiguas (mágico-religiosas). Mircea Eliade dice: “…el hombre aspira a un paraíso concreto y cree que ese paraíso puede conquistarse aquí abajo, en la tierra, y ahora, en este instante”4. En suma, la importancia para el antiguo egipcio sobre la vida y la muerte era compartida. Tenían que cuidar la vida terrenal (siguiendo las normas establecidas en capítulo 125 de “el libro de los muertos”) para que sea el peldaño correcto de ascensión hacia la vida espiritual.

LA “VIDA” EN EGIPTO

Como asevera Eliade, el hombre tiene que ganarse el mundo espiritual desde el mundo terrenal. Y eso fue uno de sus principios insertos en su imaginario colectivo. Ellos gustaban de libros para tener una buena manera de vivir y como alcanzarla. Algunos de estos libros datan de 3000 a.d.n.e y siguen copiándose al cabo de 1000 años más, con esto demostraban que sus enseñanzas antiguas no han perdido validez en el transcurso del tiempo.

Ellos estaban convencidos del poder enseñar una buena manera de vivir, lo que refleja: Un sentimiento de seguridad de vivir en un mundo no hostil ni problemático. Estos autores de dichas enseñanzas no se presentan como sacerdotes ni como profetas, sino como funcionarios de avanzada edad que al término de su vida desean transmitir la experiencia obtenida en su vida. Así, esta sabiduría afirma un principio fundamental: <<la honestidad es la mejor política>>. Un alto funcionario debe de tener todas las excelencias y por ende ser verdadero y justo para no actuar en contra del Maat (es el orden) y terminar mal. La excelencia de este funcionario se debía en su armonía con el Maat.

“La concepción del Maat expresa la creencia egipcia de que el universo es inmutable y que todos los opuestos aparentes deben, por tanto, mantenerse en equilibrio mutuo. Esta creencia tiene consecuencias bien definidas en el terreno de la filosofía moral. Otorga a todo lo que existe un aspecto de permanencia. Excluye ideas de progreso, utopías de cualquier tipo, revoluciones y

3 ELIADE, Mircea. 2000. Tratado de historia de las Religiones. Pág. 5404 ELIADE, Mircea. 2000. Tratado de historia de las Religiones. Pág. 571

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cualesquiera cambios radicales de las condiciones existentes”5. El método usado por los egipcios fue bueno, en cuanto a que instaurado en el imaginario colectivo la idea de inmutabilidad evitaban revueltas, quedando el faraón y el estado como única ley.

No obstante, ellos no creían que la vida correcta fuera fácil de conseguir. Conocían muy bien la serie completa de los siete pecados capitales. Diferenciaban el bien del mal. Distinguiendo dos temperamentos en el hombre: el apasionado y el silencioso. El primero <<apasionado>> es gárrulo, pendenciero, avaro, arbitrario y arrogante; mientras que el <<silencioso>> es modesto, paciente, calmado hasta cierto punto humilde, pero dueño de sí mismo, en pocas palabras el prototipo correcto para vencer en la otra vida.

Los egipcios aceptaron que el único error de perder el buen vivir era por medio de la ignorancia, la pasión y el orgullo. Ellos veían el mal solo hasta cierto punto. Ellos concebían la idea de un mundo equilibrado por fuerzas opuestas, por ende existiendo el mal. Sin embargo, el mal era contrarrestado por el bien. El pecado para ellos era una aberración que perturbaba su integración armónica al mundo existente y eran los dioses lo que engañaban a quienes querían destruir para que caigan en dichos pecados. La visión egipcia con la occidental son contrapuestas: Este egipcio “en sus aberraciones no es un pecador a quien dios rechaza, sino un ignorante que es castigado y corregido”6. El hombre cometía una falta contra el orden establecido y no contra los dioses, quienes sólo actuaban en el juicio de Osiris.

Finalmente, podemos resumir: la vida en Egipto no se presenta como una lucha, sino como una armonía. El hombre podía moverse con dignidad, a salvo y estar feliz.

LA “MUERTE” EN EGIPTO

El mundo inmutable egipcio privilegiaba la permanencia de los animales (la existencia de las especies no estaba afectada de ningún modo por la sustitución continua de sus miembros individuales) tanto como de los dioses (compartía la permanencia en el universo de orden divino y auténticamente sobrehumano). El ser humano no tenía esa ventaja por estar muy diferenciado.

Los egipcios consideraban a la muerte como una interrupción y no como un fin. Creían en una vida más allá de la muerte y era un pensamiento fuerte, debido que: hasta le escribían cartas a sus muertos. Así, los egipcios imaginaban la vida detrás de la muerte como una réplica de la vida terrenal (es solo una verdad a medias, debido a que existen muchas versiones, como la búsqueda del paraíso y una vida al lado de los dioses). Le dieron importancia a la precaución para asegurar su existencia más allá de la muerte.

5 FRANKFORT, Henry. 2000. La religión del antiguo Egipto. Pág. 141-1426 FRANKFORT, Henry. 2000. La religión del antiguo Egipto. Pág. 153

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Así, al morir, eran enterrados vestidos con sus objetos personales, herramientas, armas, vasijas de platos con comida y bebida. Al parecer los egipcios no podían imaginar una vida detrás de la muerte si se prescindía lo necesario para vivir. La comida y bebida estaban destinadas para el ka, la fuerza vital, del hombre. El Ka necesitaba sustento vital, y el hombre los proporcionaba en las ofrendas. El ka debía sobrevivir para que el difunto tenga la oportunidad de triunfar en el juicio de Osiris. Lo que interesaba en un primer plano era la supervivencia que era en sí la vida dentro de la tumba.

“Cuando prevalecía sobre todo lo demás el pensamiento de un hombre tal como era en vida y cuando la preocupación principal era que no le faltara nada, entonces la tumba era vista como su lugar de residencia”7. Así conforme El Libro de los Muertos, la tumba servía para guardar el ser humano, vivo o muerto, por la noche.

La preservación del cuerpo tenía sentido para los egipcios. Ellos pensaban en la otra vida y un hombre sin cuerpo les parecía ineficaz. De ahí surgen las momificaciones, para evitar la corrupción del cuerpo, y la seguridad contra los ladrones de tumba. De faltarle una parte del cuerpo al egipcio, era reemplazado con algún objeto de significante valor o estatua. Siempre estaban bien equiparadas todas las tumbas con lo necesario para una resurrección.

En resumen, la tumba creaba las condiciones necesarias para la vida en el Más Allá, siendo un lugar de transfiguración donde el hombre se convierte en Aj (espíritu transfigurado).

La vida tras la muerte, o la segunda vida, se realizaba en un lugar misterioso. No hay ninguna tierra de los muertos por describir. Ellos vivían en el círculos cósmico del cielo y las estrellas (vivían en el cielo), pero conservaban su vínculo con sus tumba y a través de ellas con su vida en la tierra. A este lugar denominaremos: “Campo de las Ofrendas” o “Campo de los Juncos”

EL MITO

El tema de mi informe es: “El juicio de Osiris en el tránsito a la vida eterna o la destrucción del alma”. Por eso es necesario conocer la idea “mítico-histórica” que manejaban los egipcios y la importancia de estos en la construcción de su sociedad; así como el mismo mito para entender el recorrido existente entre el mundo terrenal y espiritual. Los mitos son el cimiento de la base organizativa de todas las sociedades. “Todos los investigadores no obstante están de acuerdo en que los mitos están socialmente situados –los grupos de personas se definen así mismo en parte por los mitos con los que se asocian-.”8 Por eso, se vivía allí en un mundo mítico inmerso de manera profunda en un complejo sistema social. Es decir

7 FRANKFORT, Henry. 2000. La religión del antiguo Egipto. Pág. 1698 LEWIS-WILLIAMS, David y otros. 2009. Dentro de la mente neolítica. Pág. 158

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que los mitos egipcios se incrustaron en la base política, social y son quienes crean la religión (élite); siendo uno de los más importantes el mito de Osiris, quien al final determinará la supervivencia o anulación del alma.

Tan arraigadas eran las creencias primitivas en la mentalidad egipcia que se mantuvieron hasta el final de sus días. OSIRIS, era un dios viejo que tenía poca importancia en la pre-dinastía y en la unificación; en un principio era un dios agrario que fue adoptando rasgos de otros dioses; genio de los cereales, espíritu de la vegetación y ante todo dios de la resurrección.

Wallis Budge comenta: “Además descubrimos que la doctrina de la vida eterna y de la resurrección de un cuerpo glorioso transformado, basada en el antiguo relato de la resurrección de Osiris después de una muerte cruel y una mutilación horrible, infligidos por los poderes del mal, fue la misma en todos los períodos, y que las leyendas de épocas antiquísimas eran aceptadas sin alteración ni agregados materiales en los textos de las dinastías posteriores”9. Osiris pasó, paulatinamente, de dios secundario a competir con Ra.

En la Heliópolis consideraban a Ra como Dios de los muertos y juez de los difuntos – contradictorio a Osiris-; empero, Osiris triunfó sobre Ra por cuestiones políticos religiosas al tener un mito más factible para el pensamiento egipcio. El cambio de religión se empieza a dar en la Dinastía IV y V por la construcción de las pirámides reales. Los hijos de Horus se hacían enterrar en tumbas subterráneas para estar más cerca de Osiris; y los faraones hijos de Ra en sus sepulcros colosales en forma de pirámides.

A fines de la Dinastía XVIII (apogeo de Osiris) y a principios de la XIX, vemos que Osiris es denominado: Rey de la Eternidad. Ya en el imperio Nuevo, con Ramses II, podemos ver la síntesis de estos dos dioses como una unidad solar denominado “Osiris quien reposa en Ra y Ra quien reposa en Osiris” y representado como una momia de carnero.

El mito, en síntesis, según Plutarco dice:

“Osiris fue Rey de Egipto y se consagró a civilizar a sus súbditos enseñándoles el arte, la agricultura y estableciendo un código de leyes haciendo prosperar su país. Tifón complotó con 72 camaradas y con Aso, reina de Etiopía, para asesinarlo.

Mediante una estratagema, en una reunión, Tifón logró que Osiris entrara en un cofre que creó a su medida y lo arrojó al Nilo. La noticia llegó a su esposa Isis, quien se vistió de luto e inmediatamente se fue a buscarlo hallándolo en Biblos. Rescató su cadáver llevándolo a Egipto, ahí lo escondió y avisó a Horus: su hijo. Tifón encontró el cuerpo partiéndolo en 14 pedazos desparramándolo por

9 WALLIS BUDGE, Ernest E. 1994. El libro Egipcio de los muertos. Pág. 49

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todo el país; reunió sus partes (algunos mitos dicen que le faltó una) y construyó una tumba en cada lugar que ubicó una de ellas, posteriormente reviviendo Osiris. Horus salió a entablar las armas contra Tifón, quien fue cautivo y liberado por Isis para ser derrotado por el hijo de Osiris finalmente”.

De esta manera el historiador griego relata el mito de Osiris, que a través de su sufrimiento y muerte el egipcio esperaba que su cuerpo resucitase en alguna forma o en la gloria, debido a su triunfo sobre la muerte que lo convirtió en Rey del otro Mundo, naciendo un nexo sagrado entre el difunto y Osiris. “… lo que se hace por Osiris se hace también por los difuntos, el estado y la condición de Osiris son el estado y la condición de los difuntos; en una palabra, al difunto de lo identificaba con Osiris. Si Osiris vive eternamente, el difunto vivirá eternamente; si Osiris muere, entonces el difunto perecerá”10.

Osiris de este modo se convirtió en la guía y apoyo en el más allá de la tumba, los hombres dejaron de reflejarse en el monarca vivo y lo hicieron en Osiris, quien era más pasivo y sufriente. “Osiris se asimilaba a todos los egipcios; cada cual podía imaginar que su destino después de la muerte, mediante los buenos servicios de su hijo, sería como el de Osiris bienaventurado”11. Las consecuencias de esa identificación permitieron todos los hombres el uso de los textos, los ritos y los emblemas que solo eran reservados para el Rey. Así como el creciente prestigio del cementerio de Abydo, donde fue enterrado.

En la dinastía XXVI, luego del surgimiento de una clase literaria, los himnos y plegarias se dirigen a Osiris como: El Dios de la Muerte y Resurrección o El ser que se convierte nuevamente en niño. Apelando otra vez a Mircea Eliade y la regeneración total del tiempo: “Las creencias en un tiempo cíclico, en el eterno retorno, en la destrucción periódica del universo y a una nueva humanidad que preceden a un nuevo universo y a una humanidad <<regenerada>>, atestiguan ante todo el deseo y la esperanza de una regeneración periódica del tiempo transcurrido, de la historia”12.

LA VIDA ETERNA

La dicotomía VIDA-MUERTE se desarrolla dentro de las posibilidades sobre la vida eterna. ¿Es posible lograr la vida eterna? ¿Cómo? ¿qué existe más allá de nuestra vida terrenal? ¿Qué es importante la vida terrenal o la espiritual? ¿Qué es Vida y qué es Muerte? Entre otras preguntas más nos generaremos concatenadas unas a otras.

10 WALLIS BUDGE, Ernest E. 1994. El libro Egipcio de los muertos. Pág. 5311 FRANKFORT, Henry. 2000. La religión del antiguo Egipto. Pág. 17912 ELIADE, Mircea. 2000. Tratado de historia de las Religiones. Pág. 570

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En sí, los egipcios creían en una vida futura, esa idea de la vida eterna iba asociada con la existencia del SOL: dador de vida, fuerza, salud y todo el gozo del corazón como el sol que vive eternamente. La regeneración día tras día del astro rey causaba admiración y aspiración hacia la renovación de la juventud en una futura vida. Por ello la primera vida era un tránsito (había que cumplir una lista de obligaciones) y la primera muerte, traía consigo la regeneración del alma (el ka) para darle paso a una segunda vida o una segunda muerte de triunfar (glorificar) o fracasar (demolición) en alma en el JUICIO DE OSIRIS. Esta vida eterna se hallaba al lado de Osiris, quienes se identificaban con él, al convertirse en Osiris adquirían la inmortalidad en los movimientos perennes de la naturaleza.

En ningún texto se dice que el cuerpo corruptible del hombre resucitará. Por el contrario, prevalecía la idea de que el cuerpo yacía en la tierra mientras que el alma o espíritu vivía en el cielo. No obstante la preservación del cuerpo era importante para asegurar la vida eterna de lo contrario no habría necesidad de momificar a sus muertos. Este cuerpo físico era denominado khat y la idea era no dejar que se corrompa, como Osiris que no tuvo gusanos en su carne teniéndola eternamente. “En este sistema, se relacionan los sistemas de embalsamiento con la reconstitución del cadáver osírico”13. Mientras que el acuerpo espiritual sahu tenía la posibilidad de morar con los dioses y con las almas de los justos. Así, la preservación tanto del cuerpo como del alma tienen igual peso: sin cuerpo no hay vida más allá. Sin alma la extinción es segura.

El ab o corazón siempre estaba en estrecha relación con los cuerpos natural y espiritual, siendo la fuerza vital y fuente de los pensamientos buenos y malos, por ende: Era la contraposición del orden en la balanza del juicio de Osiris. Si el corazón le ganaba a la pluma -que representaba el orden- era condenado y su alma devorada por el Ammit. Lo que significaba el peso del corazón por los malos pensamientos que éste realizó. Sin olvidar al Ka y al Ba. El ka, que conformaban parte del espíritu humano siendo parte elementales para conseguir la vida eterna. “el ka era la fuente de energía vital de la persona, y en muchos contextos se puede traducir como <<fuerza vital>>”14. El ka o doble, podía desplazarse de un lugar a otros separándose del cuerpo o uniéndose a él a voluntad. Vivía en la tumba de las ofrendas que se le hacían al muerto; era necesario el consumo de alimentos. “…los egipcios pensaran que el bienestar futuro del cuerpo espiritual dependiera del mantenimiento de un suministro constante de ofrendas sepulcrales”.15 Y cuando estas ofrendas se acabaran el ka se alimentaba de las ofrendas pintadas en las paredes de la tumba. Es justamente el ka quien va a enfrentar a Osiris y al ba le toca esperar el veredicto del Maat.

13 FARE GARNOT, Jean Sainte. 1964. La vida Religiosa en el Antiguo Egipto. Pág. 14514 NAYDLER, Jeremy. 2003. El templo del cosmos. Pág. 22915 WALLIS BUDGE, Ernest E. 1994. El libro Egipcio de los muertos. Pág. 64

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Así, cuando el Osiris (representación de un hombre) entraba al cielo como alma viva se convertía en Dios, el hijo de dios, y todos los dioses del cielo se convierten en sus hermanos. De este modo, el hombre rompe el tiempo profano para insertarse en un tiempo sagrado y eterno como último fin. El lugar del difunto es junto a Dios (comiendo lo que los dioses comen, bebiendo lo que éstos beben, viviendo como éstos viven; todos los dioses dan su comida para que éste no muera), en ese sitio sagrado y su ka es triunfador.

EL JUICIO: PESAJE DEL CORAZÓN

Uno de los peligros imaginarios es el juicio en el Más Allá. “…creían que la justicia y la verdad formaban parte del orden cósmico, no podían plantearse un juicio de los muertos en el sentido que la religión bíblica da a esa idea. Para egipcio el hombre recto estaba en armonía con el orden divino y allí acababa todo el asunto”16.

Enfocándonos en el Libro de los Muertos, encontramos en la Lámina III la escena del pesaje del corazón, emblema de la conciencia, que será medido en la balanza contra la pluma, emblema de la ley. Arriba están los doce dioses sentados sobre sus tronos, cada uno sosteniendo un cetro: Harmachis, Tmu, Shu, Tefnut, Seb, Nut, Isis, Neftis, Horus, Harthor, Hu y Sa. Sobre el astil de los platillos de la balanza está sentado el mono con cabeza de perro que se asociaba con Thot, el escriba de los dioses. El dios Anubis examina el fiel de la balanza, cuyo soporte suspendido tiene forma de pluma. Detrás de Thot está Ammit “el que como al Difunto”. Mientras, un jurado compuesto por dioses le formulaba preguntas a cerca de su conducta pasada, y dependiendo de sus respuestas el corazón disminuía o aumentaba de peso.

Si pasaba el juicio su ka (la fuerza vital) y su ba (fuerza anímica) se podían encontrar con la momia y formar el Aj (el ser benéfico) y prosperar en su segunda vida eternamente en el Aaru.

Pero si el veredicto era negativo, su Ib era arrojado al Ammit, la devoradora de muertos que se lo comía y acababa con él. Logrando el individuo su segunda muerte y con ello dejaba de existir para la historia de Egipto.

Los 42 jueces que se presentan en los papiros funerarios tardíos son tan solo un obstáculo a superar, son la representación del miedo potenciado en este caso por una conciencia angustiada. Todos al final son vencidos, por eso la gente toma la precaución de enterrarse con un papiro que contenga una

16 FRANKFORT, Henry. 2000. La religión del antiguo Egipto. Pág. 192

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declaración de inocencia17 o “Confesión negativa” que le aseguraba al fallecido salir bien librado de la sala de las dos verdades.

COMPARACIÓN

17 http://www.egiptomania.com/mitologia/maat.htmCAPÍTULO 125 DEL LIBRO DE LOS MUERTOS."¡Oh (tú), El que camina a grandes zancadas, que sales de Heliópolis! No cometí iniquidad.¡Oh (tú), El que oprime la llama 10, que sales de Kheraha! No robé con violencia.¡Oh Nariz divina, que sales de Hermópolis! No fui codicioso.¡Oh Devorador de sombras, que sales de la caverna! No robé.¡Oh El de rostro terrible, que sales de Re-stau! No maté a ninguna persona.¡Oh Ruty, que sales del cielo! No disminuí las medidas (de áridos).¡Oh El de los ojos de fuego, que sales de Letópolis! No cometí prevaricación. iOh Incandescente, que sales de Khetkhet!. No robé los bienes de ningún dios.¡Oh Triturador de huesos, que sales de Heracleópolis! No dije mentiras.¡Oh Espabilador de la llama, que sales de Menfis! No robé comida.¡Oh El de la caverna, que sales del Occidente! No estuve de mal humor.¡Oh El de los dientes blancos, que sales de El Fayum!  No transgredí nada.¡Oh El que se nutre de sangre, que sales de la sala de sacrificio! No maté ningún animal sagrado.¡Oh Devorador de entrañas, que sales de la Casa de los Treinta"? No fui acaparador de granos.iOh Señor de Justicia, que sales de Maaty! No robé pan.iOh Errante, que sales de Bubastis!  No me entrometí en cosas ajenas.¡Oh Pálido, que sales de Heliópolis! No fui hablador.iOh Doblemente malvado, que sales de Andjty!  No disputé nada más que por mis propios asuntos.¡Oh Uarnernty, que sales de la sala del juicio! No tuve comercio (carnal) con una mujer casada.¡Oh El que mira lo que trae, que sales del templo de Min! No forniqué.iOh Jefe de los Grandes (dioses), que sales de Imu! No inspiré temor.¡Oh Demoledor, que sales de Huy! No transgredí nada.¡Oh El confidente de disturbios, que sales del Lugar santo! No me dejé arrastrar por las palabras.¡Oh El Niño, que sales de Heqa-andj!  No fui sordo a las palabras de la Verdad.iOh El que anuncia la decisión, que sales de Unsy!  No fui insolente.iOh Basty , que sales de la Urna! No guiñé el ojo. ¡Oh El de rostro vuelto, que sales de la Tumba! No fui depravado ni pederasta.¡Oh El de pierna ígnea, que sales de las regiones crepusculares! No fui falso.¡Oh Tenebroso, que sales de las Tinieblas! No insulté a nadie.¡Oh El que aporta su ofrenda, que sale de Sais! No fui violento.¡Oh Poseedor de varios rostros, que sales de Nedjefet!  No juzgué precipitadamente.iOh Acusador, originario de Utjenet!  No transgredí mi condición (hasta el extremo) de encolerizarme contra dios.iOh Señor de los dos cuernos, que sales de Assiut!  No fui hablador.¡Oh Nefertum, que sales de Menfis! Estoy sin pecados, no hice el mal.iOh Tem-sep, que sales de Busiris! No insulté al rey.¡Oh El que actúa según su corazón, que sales de Tjebu! No he pisado el agua. ¡Oh Fluido, que sales de Nun! No hablé con soberbia. ¡Oh Regidor de los hombres, que sales de tu Residencia! No blasfemé contra dios.¡Oh Procurador del bien, que sales de Huy! No me comporté con insolencia.¡Oh Neheb-kau, que sales de la Ciudad! No hice excepciones en mi favor.¡Oh El de Cabeza prestigiosa", que sales de la Tumba! No acrecenté mi riqueza, sino con lo que me pertenecía en justicia.¡Oh In-dief, que sales de la Necrópolis! No calumnié a dios en mi ciudad."

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BIBLIOGRÁFICA

De los libros utilizados en el programa del curso, sólo me sirvieron dos: Tratado de historia de las Religiones de Mircea ELIADE y La religión del antiguo Egipto de Henry FRANKFORT.

Primero, el libro de Eliade me ha servido para saber diferenciar la estructura mítica por la está compuesta una sociedad, la egipcia, y la finalidad de las religiones de las civilizaciones antiguas. La regeneración del tiempo y el Eterno Retorno en el que quedan envueltas estas sociedades no tan desarrolladas, manteniéndose en un tiempo cíclico aún.

Segundo, el libro de Frankfort muestra la organización del Estado egipcio para poder entender luego, la concepción religiosa de esta sociedad. Con un tránsito de vida muy ordenada y justa. Con tendencia a la conservación del difunto tras la muerte y por último cierra con broche de oro analizando el Mito de Osiris aseverando que no es tan importante como se presume debido a que su verdadera importancia radica en la construcción de una civilización ética en Egipto. Con cánones morales aprovechados por la estructura social inmutable que tenían.

Finalmente, Los demás libros como: La vida religiosa del Antiguo Egipto, Dentro de la mente Neolítica, El templo del cosmos y El Libro Egipcio de los Muertos me han ayudado para mostrar mi plano teórico acerca de la construcción religiosa egipcia, siendo el más importante mi libro fuente: EL LIBRO DE LOS MUERTOS en el que encontré: El mito de Osiris, Las características del más allá y en la transcripción del libro: en la Lamina III el juicio de Osiris, como las referencias del capítulo 125 que establecerían las normas morales egipcias.

REFLEXIONES FINALES

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Finalmente, el trabajo gira en torno al Juicio de Osiris, el desarrollo de la vida y muerte en los egipcios y qué era más importante para los egipcios: la vida terrenal o la espiritual. Cada uno de estos puntos se ha desarrollado paulatinamente dejándonos a modo de conclusión lo siguiente:

El Juicio de Osiris, en el campo sagrado tiene mucha importancia, debido a que ordenó e instauró en el imaginario colectivo de los egipcios, a través de mitos, una buena manera de vivir. Por ende, aseveró que ayudó en la construcción de un mundo ético, donde el bien vencía al mal, algo curioso y extraño en las antiguas civilizaciones.

El mundo mítico-poético egipcio ayudó en la construcción de una sociedad dominada, donde el carácter inmutable, no le permitió al pueblo poder sublevarse.

La vida espiritual y la vida terrenal tenían igual importancia para los egipcios, quienes debían construir el paraíso en la tierra para que se vea como el reflejo de un espejo en el otro mundo. El mundo terrenal determinará al mundo espiritual, así que no descuidaban ambos.

La idea de inmutabilidad egipcia guardaba una dialéctica interna, que no era el último fin sino el tránsito del eterno retorno, para un nuevo ciclo regenerativo igual que el anterior.

La unión subliminal de la muerte como segunda vida, negó el miedo al irse al más allá canjeando la posibilidad de una vida eterna.

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BIBLIOGRAFÍA.

ELIADE, Mircea. 2000. Tratado de historia de las Religiones. Ediciones Cristiandad. 3ra Edición. Madrid

FARE GARNOT, Jean Sainte. 1964. La vida Religiosa en el Antiguo Egipto. Editorial Universitaria de Buenos aires. Argentina

FRANKFORT, Henry. 2000. La religión del antiguo Egipto. Editorial Laertes. Barcelona

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http://www.egiptomania.com/mitologia/maat.htm

PLUTARCO

DE ISIS A OSORIS

http://es.scribd.com/doc/51822472/De-ISIS-y-OSIRIS-Plutarco