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UNOS ECONOMISTAS FRENTE A LOS SISTEMAS DE PRODUCCION: LADOPCION O ADAPTACION? Jean-Marc GASTELLU ORSTOM-Francia “Ouije coupeje découpe...” (0ffenbach:La vie parisienne) RESUMEN Dos corrientes dividen a los economistas cuando tratan sobre el sistema de producción. La corriente de adaptación mantiene este concepto en su campo de análisis.Otra corriente adopta una definición sistémica, que se traduce en términos de investigación-desarrollo para el mundo rural. Se presentan dificultades de comunicación cuando los economistas tienen relaciones de trabajo con otros grupos de disciplinas. En “La visión de los vencidos”, Nathan Wachtel distingue dos sistemas de producción en los Andes centrales , en laépocade losIncas. El primero,caracterís- tico del altiplano,sefundabaen el cultivo de la papa y la crianza de llamas. Se manejaba en el marco de una comunidad de parientes cercanos (uyllu), y su objetivo eralaautosubsistencia. El segundo, radicabaen elcultivo de maíz en la zonade altitud mediana,congrandesobras de riego.Su propósito era sacar un excedente,con más control del Estado. El autor no nos da su definición del sistema de producción porque le parece evidente, pero ésta se desprende fácilmentede la descripción prece- dente.Es una combinaciónde producciones -vegetales y animales-asociadaa medios técnicos y desarrollada en el marco de una unidad familiaren zonasdiferentes, con fines económicos. Este ejemplo es valioso por varias razones.Ante todo,nos indica que existe una noción de sistema de producción que difiere de la del enfoque sistémico.No se limita al círculo de los economistas,ya que variasdisciplinasde las cienciassocialesla compar- ten. Más adelante, el mismo ejemplomuestra que,usual- mente, el término de “sistema de producción” es el utili- zado para designar actividades agropecuarias. Luego, nos proporciona todas lascaracterísticasde la economía campesina en la época de los Incas,con inserción en el Estado y con una doble finalidad de las producciones. Finalmente, debido a las numerosas acepciones de dichotérmino, llegamosalaconclusióndeque se tratade un objeto fabricado. El sistema de producción es un concepto de interpretación, que hay que diferenciar cuidadosamente de las unidades de observación como son la parcela,la casa,el territoriocomunal’. Cada uno corresponde a distintos momentos del procedimiento científico, aun cuando no es frecuente que una investigación se desarrolle en forma totalmente lineal. Así, el sistema de producción se sitúa junto a otros conceptos de interpretación,tales como los modos de producción*, las estructuras complejas del parentesco3, y la organizaciónpolitica4. Si hay pluralidad en las nociones de sistema de produccións, encontramos el mismo fenómenorespecto a las teorías económicas. No hay ninguna necesidad de insistir en esto, ya que los manuales de historia del pensamiento económico lo recalcan. Sin embargo, es preciso ordenar tal diversidad,lo que podría ser Útil para el desarrollo de la demostración.Puesto que se trata del mundo rural, la separación entre substantivistas y formalistas parece pertinente6. Pese a que borra las especificidades de los aportes individuales, pone de relieve una diferencia importante entre un “procedi- miento desde abajo”,aplicadopor los que parten de una situación local,se interesan por las instituciones y los procesos, y un “procedimientodesdearriba”. más caracte- rístico de los que, desde el comienzo, plantean un problema económicoa un nivel nacional, centrando más su atención en las conexiones y correlaciones.Aparece aquí un acercamientocon diversas nociones del sistema de producción. Otra distinción, válida sobre todo en el caso particular de Francia7,se sustenta en las for- maciones recibidaspor los economistas, que influyen en las orientacionesposteriores.En Francia,los economis- tas provienen de dos fuentes: en primer lugar. la universidad, que prepara a economistas generales y polivalentes, esdeciraptosparatodoslos sectoresy todas lasramasde la economía; en segundolugar, lasescuelas superioresde ingenieros-particularmente en agronomía- quepreparan a agroeconomistas,entre otros, especiali- zados por definición en asuntos rurales.Los segundos tienenuna formacióntécnicaque losprimerosnoposeen. pero generalmente centran su atención en la producción agrícola, dejando de lado las otras etapas del proceso económico.Una última división separa a los econoniis- tas según la finalidad de sus estudios, división que se superpone en parte a la distinción precedente. Ambos apuntan a un diagnóstico,pero éste no es de la misma naturaleza. Algunos buscan, ante todo, adquirir 65

Unos economistas frente a los sistemas de produccion : adopcion o

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UNOS ECONOMISTAS FRENTE A LOS SISTEMAS DE PRODUCCION: LADOPCION O ADAPTACION?

Jean-Marc GASTELLU ORSTOM-Francia

“Ouije coupeje décou pe...” (0ffenbach:La vie parisienne)

RESUMEN

Dos corrientes dividen a los economistas cuando tratan sobre el sistema de producción. La corriente de adaptación mantiene este concepto en su campo de análisis. Otra corriente adopta una definición sistémica, que se traduce en términos de investigación-desarrollo para el mundo rural. Se presentan dificultades de comunicación cuando los economistas tienen relaciones de trabajo con otros grupos de disciplinas.

En “La visión de los vencidos”, Nathan Wachtel distingue dos sistemas de producción en los Andes centrales , en la época de los Incas. El primero, caracterís- tico del altiplano, se fundaba en el cultivo de la papa y la crianza de llamas. Se manejaba en el marco de una comunidad de parientes cercanos (uyllu), y su objetivo era la autosubsistencia. El segundo, radicaba en el cultivo de maíz en la zona de altitud mediana, con grandes obras de riego. Su propósito era sacar un excedente, con más control del Estado. El autor no nos da su definición del sistema de producción porque le parece evidente, pero ésta se desprende fácilmente de la descripción prece- dente. Es una combinación de producciones -vegetales y animales- asociada a medios técnicos y desarrollada en el marco de una unidad familiar en zonas diferentes, con fines económicos. Este ejemplo es valioso por varias razones. Ante todo, nos indica que existe una noción de sistema de producción que difiere de la del enfoque sistémico. No se limita al círculo de los economistas, ya que varias disciplinas de las ciencias sociales la compar- ten. Más adelante, el mismo ejemplo muestra que, usual- mente, el término de “sistema de producción” es el utili- zado para designar actividades agropecuarias. Luego, nos proporciona todas las características de la economía campesina en la época de los Incas, con inserción en el Estado y con una doble finalidad de las producciones. Finalmente, debido a las numerosas acepciones de dicho término, llegamos a la conclusión de que se trata de un objeto fabricado. El sistema de producción es un concepto de interpretación, que hay que diferenciar cuidadosamente de las unidades de observación como son la parcela, la casa, el territorio comunal’. Cada uno corresponde a distintos momentos del procedimiento

científico, aun cuando no es frecuente que una investigación se desarrolle en forma totalmente lineal. Así, el sistema de producción se sitúa junto a otros conceptos de interpretación, tales como los modos de producción*, las estructuras complejas del parentesco3, y la organización politica4.

Si hay pluralidad en las nociones de sistema de produccións, encontramos el mismo fenómeno respecto a las teorías económicas. No hay ninguna necesidad de insistir en esto, ya que los manuales de historia del pensamiento económico lo recalcan. Sin embargo, es preciso ordenar tal diversidad, lo que podría ser Útil para el desarrollo de la demostración. Puesto que se trata del mundo rural, la separación entre substantivistas y formalistas parece pertinente6. Pese a que borra las especificidades de los aportes individuales, pone de relieve una diferencia importante entre un “procedi- miento desde abajo”, aplicado por los que parten de una situación local, se interesan por las instituciones y los procesos, y un “procedimiento desde arriba”. más caracte- rístico de los que, desde el comienzo, plantean un problema económico a un nivel nacional, centrando más su atención en las conexiones y correlaciones. Aparece aquí un acercamiento con diversas nociones del sistema de producción. Otra distinción, válida sobre todo en el caso particular de Francia7, se sustenta en las for- maciones recibidas por los economistas, que influyen en las orientaciones posteriores. En Francia, los economis- tas provienen de dos fuentes: en primer lugar. la universidad, que prepara a economistas generales y polivalentes, es decir aptos para todos los sectores y todas las ramas de la economía; en segundo lugar, las escuelas superiores de ingenieros -particularmente en agronomía- que preparan a agroeconomistas, entre otros, especiali- zados por definición en asuntos rurales. Los segundos tienen una formación técnica que los primeros no poseen. pero generalmente centran su atención en la producción agrícola, dejando de lado las otras etapas del proceso económico. Una última división separa a los econoniis- tas según la finalidad de sus estudios, división que se superpone en parte a la distinción precedente. Ambos apuntan a un diagnóstico, pero éste no es de la misma naturaleza. Algunos buscan, ante todo, adquirir

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conocimientos básicos sobre el mundo rural, lo que podría contribuir, en forma indirecta, a una modificación de las políticas económicas, en particular de las políticas agrariass. Otros quieren promover innovacio- nes en el proceso de producción, a fin de transformarlo. A un diagnóstico tebric0 se opondría un diagnóstico práctico.

Pluralidad de sistemas de producción y pluralidad de teorías económicas: la coordinación resulta dificil, porque jcómo hacer concordar un campo pluridisciplinario con otro monodisciplinario? EI intercambio es desequilibrado. E n un equipo, por ejemplo, ¿hay que dar preferencia a los aportes propios de los economistas, cuando las ideas maduran en común y por lo tanto sería injusto atribuir a algunos los resultados de una reflexión colectivag? El interrogante sobre las relaciones entre ciencias económicas y sistemas de producción está plarlteado.

La pluralidad de las nociones de sistema de produc- ción, ya recalcada, nos proporciona una respuesta par- cial. Detrás de esta diversidad se perfila un doble movi- miento. Por un lado, hay economistas que aceptan la noción de sistema tal como la propone el enfoque sistémicolo. Otro grupo está integrado por los partidarios de la multiplicidad de nociones -no sistémicas- pero cuya dispersión gira, en realidad, alrededor de una concepción implícita y común. Frente a una corriente de adopción, encontramos la corriente de los que buscan atraer la noción de sistema de producción hacia su disciplina, hacia instrumentos de análisis que ellos dominan perfectamente; en resumen, se trata de una corriente de adaptación.

Como para cualquier sistema, antes que nada hay que fijar los límites de este estudio, que se referirá únicamente a los trabajos franceses, ya que se preve otra exposición para los trabajos anglosajones. Y, dentro de este campo restringido, se privilegiarán dos areas: el Africa del Oeste y los Andes centrales, por el mejor dominio que tengo de la bibliografía. Sin embargo, no pretendo ser exhaustivo, ya que, por una parte, no m e considero un especialista en sistemas de producción y, por otra, una de las lecciones del enfoque sistémico recomienda privilegiar algunas relaciones en el seno de conjuntos complejos a fin de entenderlas mejor. Ahora bien, la noción de sistema de producción -cualquiera que sea la comente a la cual uno se vincule- nos lleva implícitamente a un punto fundamental, el que trata de las relaciones entre disciplinas distintas. Este tema surgira poco a poco de la presentación de las dos corrientes, y alcanzará toda su dimensión cuando las concepciones de los economistas se vean confrontadas a las de otros grupos de disciplinas.

LA CORRIENTE DE ADAPTACION

Para los economistas, la noción de sistema no surge con el nacimiento del enfoque sistémicol'. Los investiga- dores de ciencias sociales disponían de varios conceptos globalizadores -además del concepto de sistema- conio los de estructura, de modo de producción, de fenómeno social total. La situación parecía diferente para los agrónomos que trabajaban en los países tropicales. Por mucho tiempo se habían especializado en el estudio de una producción, unicamente. Por lo tanto, el enfoque sistémico, que llevó a dirigir la atención sobre un conjunto de producciones consideradas en sus interacciones, fue para ellos una innovación.

Como la novedad no h e tan grande para los economis- tas, algunos trataron de adaptarla. Conservaron el mismo vocablo, ya en uso en la disciplina, y mantuvieron un concepto del sistema de producción compuesto de elemen- tos que constituyen su campo de estudio por excelencia. Tal clarificación, justificada en la medida en que un investigador es más útil cuando trabaja en lo que mejor domina, ha tenido el mérito de proponer una definición simple y operativa, aceptable de inmediato para todos los economistas. Esta adaptación se hizo en estrecha colaboración con investigadores de campo en Africa del Oeste.

Una elaboración teórica

Laelaboración teórica fue obra del Profesor R. Badouin, economista especializado en cuestiones agrícolas. Ins- pirándose en numerosos trabajos realizados en Francia y en el extranjero, propone un esquema de análisis univer- salmente aplicable, que consta de tres niveles:

1. El sistema de cultivo, entendido como la combina- ción de productos vegetales y animales.

2. El sistema de producción, entendido como una combinación de factores de producción: recursos naturales, trabajo, capital, insumos.

3. El sistema de explotación, entendido como el modo de funcionamiento de las unidades de produc- ciÓnI2.

E n este esquema se hace hincapie en las combinacio- nes, y no en las interrelaciones. No es sólo un ligero matiz de léxico. Hay una diferencia con el enfoque sistémico.

Así definido, y tal como lo muestra Ph. Couty, el concepto de sistema de producción deja campo libre a las especulaciones de los economistas. La vinculación entre un sistema de producción y los productos resultantes se expresa en una función de producción. Pero esta vincula- ción interviene también en la utilización del producto, d~ decir, en la repartición, que conduce a su vez a las relaciones de prod~cción'~. E n realidad, tal adaptación se

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encuentra en cada una de las disciplinas de las ciencias socialesi4. Pero, en economía, se hizo sentir la necesidad de plantear una definición simple, de fácil uso. La elabo- ración teórica fue llevada en estrecha colaboración con investigadores de campo.

La adaptación al campo

Entre las investigaciones de campo realizadas, tomaré en consideración solamente dos polos en Africa del Oeste: uno, en el Senegal, otro, en la Costa de Marfil, con el Único fin de mostrar que el concepto de sistema de producción tuvo que ser combinado con otros instrumentos de análisis para dar cuenta de los hechos observados.

En el Senegal, un equipo multidisciplinario de investigadores en ciencias sociales trabajó durante varios años a lo largo del valle del Río Senegal, al norte del país, a fin de describir algunas sociedades locales en el momen- to en que se introdujeron los cultivos de riego, es decir en plena transformación de los sistemas de producciónL5. Entre estos investigadores, varios economistas utilizaron nociones de sistema de producción cercanas a la que propuso R. BadouinI6. D e este conjunto de trabajos pode- mos retener tres enseñanzas. El conocimiento de los sistemas de producción necesita largos estudios, en parti- cular una encuesta anual sobre los tiempos de trabajo diario. Estamos ante una diferencia fundamental respecto al diagnóstico rápido buscado por los partidarios de la investigación-desarrollo. Luego, al considerar un objeto global -en este caso una sociedad local- los investigadores examinaron también la organización del consumo y de la acumulación, los intercambios y la repartición y, sobre todo, las migraciones, fenómeno de gran trascendencia para las economías ribereñas del Río Senegal. Finalmente, los hechos actuales se sitúan en una perspectiva histórica, con un importante trabajo de reconstitución.

En la Costa de Marfil, las investigaciones fueron en dos sitios; una se llevó a cabo al norte del país, en una zona de sabana donde se cultiva principalmente ñame y algo- dón, la otra al sur, en una región de cultivo de café y cacaoL7. El concepto de sistema de producción se funda claramente en los factores de producción, lo que conduce a formular un diagnóstico sobre ambas situaciones. Pero, también en este caso, el diagnóstico es el fruto de largos y minuciosos estudios, realizados durante varios años. Los sistemas de cultivo son reconstituidos gracias al establecimiento de un catastro del territorio comunal -en algunos casos comprende varios ciclos agrícolas- y va acompañado,a veces, de estudios genealógicos. Mientras que en el Senegal se recurría a los historiadores, en la Costa de Marfil son más bien las técnicas de los geógrafos las que constituyen la fuente de referencia. Asimismo, el interés nunca se limita a la producciÓn.En realidad,

vemos cómo poco a poco se perfila un objeto de investiga- ción, que es la comprensión de comportamientos econó- micos en el seno de una sociedad campesina. El concepto de sistema de producción ayuda parcialmente a descifrar- los, pero no es suficiente.

En la corriente de adaptación, los economistas em- plean una definición del sistema de producción que saben manejar bien, y que dio prueba de su utilidad. Pero las posibilidades de intercambio se reducen a su círculo, con una ampliación posible hacia otras disciplinas de las ciencias sociales, en cuanto enriquecen su modelo recu- rriendo a la historia o a la geografia, en cuanto también practican una concepción amplia y substantiva de la economía. Sin embargo, sigue siendo reducida la comuni- cación con los grupos de disciplinas para las cuales el estudio de los factores de producción no pertenece a un lenguaje universal. Se perciben de inmediato las diferen- cias con el enfoque sistémico, que pretende ser más rápido, más útil, más eficaz y más universal.

LA CORRIENTE DE ADOPCION

En el enfoque sistémico, el sistema es, según una definición universal: ‘‘an conjunto de elementos en interacción dinámica, organizados hacia el cumplimiento de un objetivo’”*. Culminada la fase de estudio de las combinaciones, la atención se dirige hacia las interrelaciones que alimentan la dinámica de un sistema.

En un sistema, se distingue un aspecto estructural -con un límite, elementos, reservorios, red de comunicación- y un aspecto funcional -con flujos, compuertas, plazos y circuitos de retroacciÓnL9. En comparación con los mode- los deterministas que, para un entorno dado, proponen respuestas únicas a problemas complejos, el enfoque sistémico proporciona varios esquemas, identificando las consecuencias de cada uno de elloszo.

Al aplicarse a la agricultura de los países tropicales, este enfoque dio origen a dos escuelas que, por tener mucho en común, resultaría ficticio oponer: se trata del “farming system research’ de los países anglosajones, y de la investigación-desarrollo de los paises de habla france- saz1. Los principios generales son los siguientes. Primera- mente, la investigación no es el objetivo final, sino que debe llevar a una intervención cuyo propósito es el mejo- ramiento de una situación rural, a partir de un diagnóstico rápidamente elaborado. Luego, los agricultores son los animadores de la investigación. En forma ideal, los inves- tigadores deberían recoger las sugerencias de los agricul- tores, transformarlas en mejoras técnicas, experimentar- las previamente en el laboratorio, y luego aplicarlas en condiciones reales con los agricultores, antes de generalizarlas. Este procedimiento se formaliza en cuatro

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etapas: descripción, representación, diagnóstico, pro- puestas técnicaszz.

E n realidad, esta corriente no es homogénea. Podrían distinguirse algunas tendencias, según se ciííen más o menos al enfoque sistémico. Además, sería artificial diso- ciar el aporte de los economistas que integran equipos pluridisciplinarios. Examinaremos solamente algunos casos, para ilustrar la manera en que los economistas tratan el sistema de producción dentro de la corriente de adopción.

Comportamiento adaptativo y modelización sistémica

La teoría del comportamiento adaptativo fue elaborada por un equipo del INRA23. Los instrumentos en los que se funda esta teoría fueron forjados tanto en Francia -con motivo de un estudio sobre las aguas termales de Vittel, por ejemplo- como en países tropicales como el Malí, Haití, Nepal y Perú. El objetivo de la investigación es el binomio familia- unidad agrícola, considerado como un sistema24. EI interés por la familia campesina tuvo su fuente de inspiración en A. Chayanov, a quien este equipo se refiere2’.

Se plantea como postulado la racionalidad de los agricultores: “Los agricultores tienen buenas razones para hacer lo que hacen”26. Ahora bien, éstos reajustan sus proyectos establecidos en un momento dado en función de las informaciones recibidas. E n consecuencia, actúan de acuerdo a un proceso de adaptación permanente, a fin de adecuar sus objetivos a la situación que confrontan. Conocer los proyectos, objetivos y decisiones de los agricultores no es fácil, pero es posible captarlos mediante un estudio de las prácticas, sincrónico y dia- crónico a la

Así, el marco sistémico encierra una teoría elaborada alrededor de un objeto de investigación: las tomas de decisión de los agricultores. La modelización no necesita una formalización matemática, sino un ins- trumento que ayude a tomar la decisión. Es un programa informático que, a partir de los ingresos y egresos pasados, facilita la gestión de la tesorería de la unidad agrícola para los meses siguientesz8. Otra particu- laridad de este procedimiento es que la retroacción dirigida a los cultivadores consiste en sesiones de formación, lo que permite alimentar nuevamente la investigación.

Sistemas de producción y sistemas agrarios

Otro equipo, en el INA-PGZ9, inserta los sistemas de producción en un encajonamiento de niveles que parte de los sistemas de cultivo y de ganadería y termina en los

sistemas agrarios. El sistemade cultivo se define a nivel de parcela y su estudio tiene por objeto comprender la evolución del poblamiento vegetal, los itinerarios técnicos, la reproducción de la fertilidad, todo ello materia de estudios muy precisos que competen a la agronomía. El sistema de producción se plantea a nivel de la unidad agricola, y se entiende como una combinación de la fuerza de trabajo y de los medios de producción con miras a obtener diversas producciones vegetales o animales, lo que se asemeja más a un procedimiento usual entre los economista^^^. Finalmente, el concepto de sistema agrario remata el edificio. Es un modo de explotación del medio que se ha construido a todo lo largo de la historia31. El sistema agrario representa la parte rural de un modo de prod~cción~~.

Esta escuela presenta varias particularidades. En primer lugar, se muestra muy abierta a la historia, pues el estudio del pasado permite comprender el estado actual de los sistemas agrarios. Luego, necesita una gama de competencias muy amplia, que un sólo individuo dificilmente puede dominar, desde la agronomía hasta las ciencias sociales. Pero, el sólo conocimiento no es la meta de estos trabajos cuyo objetivo es un diagnóstico para actuar, que no pasa por la etapa de la modeli~ación~~ Finalmente, este procedimiento se aproxima a la corriente de adaptación por sus definiciones, cuando pretende ser sistémico al poner de relieve las interrelaciones.

Lo económico y lo viviente

Es el título de una obra publicada en 197934.Pese a que el autor no es especialista en materia de sistemas de producción, su reflexión presenta un interés real, pues fue innovadora en el mundo de los economistas. Nos ayuda para establecer una ligazón con la preocupación más recién de los problemas del medio ambiente.

EI autor se sitúa en la continuación de los trabajos de H. Laborit, que hace de la organiación social una prolon- gación del sistema nervioso3’. También es manifiesta la influencia del pensamiento del padre Teilhard de Chardin, que no veía discontinuidad entre la materia y el espíritu, sino un proceso de creciente complejidad que, partiendo de la célula, pasa por la estructuración del cuerpo biológi- co y concluye en el cuerpo social36.

Ante los desafíos de nuestro tiempo, en particular los problemas del medio ambiente, es conveniente romper con las concepciones utilitaristas de la economía. La solución consistirá en privilegiar los enfoques en tkrminos de reproducción, y no el razonamiento en términos de equilibrio3’, lo que es posible si se engloba lo económico en lo biológico, si se dejan de lado las mediciones en precios y cantidades, sustituyéndolas por mediciones fun- dadas en la energía. El método es el enfoque sistémico que

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invierte la forma de plantear los problemas científicos, pues permite: “ ... partir de la finalidad del conjunto y comprender cómo ésta gobierna la organización de las partes y de los elementos que lo con~tituyen”~~.

Así se llega a una redefhición de la economía en términos de bienestar, y ya no de maximización, ni siquiera de optimización, de la satisfacción de las necesidadeS.Este enfoque da otro sentido al estudio de los sistemas de producción.

Los casos de investigacióndesarrollo estudiados pre- sentan algunos caracteres en común. En primer lugar, estos trabajos son llevados a cabo por equipos, y resulta difícil disociar los aportes de tal o cual disciplina. Luego, en esa corriente, la atención se centra en la producción agrícola, pese a la aparición de un interés creciente por los fenómenos subsiguientes a la cosecha. Finalmente, el enfoque sistémico recibe una inflexión que es preciso subrayar. Dicho enfoque ayuda a poner en evidencia relaciones, mas no las interpreta. Es un modo de exposi- ción, de repre~entación~~. Ahora bien, el establecimiento de un diagnóstico no puede hacerse sin referencias teóri- cas. Por eso el marco sistémico se llena poco a poco de una sustancia: es el comportamiento adaptativo para com- prender las decisiones; es también una evolución histórica para comprender los sistemas agrarios. Se plantea enton- ces un nuevo problema: mediante un lenguaje de aparien- cia universal, disciplinas diferentes pueden volver a intro- ducir significados diferentes. ¿No resultará falseada a causa de ello la vocación pluridisciplinaria del enfoque sistémico?

LOS ECONOMISTAS FRENTE A LAS OTRAS DISCIPLINAS

Ante la noción de sistema de producción, los econo- mistas se ven confrontados auna elección. En la corriente de adaptación, disponen de un concepto de interpretación que pertenece a su campo, pero que limita las posibilidades de diálogo con otras disciplinas. En la corriente de adop- ción, los intercambios entre disciplinas se ven facilitados gracias a un lenguaje común, pero a costa de la pérdida de identidad de la disciplina. El debate de fondo que surge es el de las relaciones de trabajo entre disciplinas, debate que se amplía cuando los conceptos de los economistas se oponen a los de otros grupos de disciplinas, como las ciencias biológicas. Ahora bien, estas relaciones entre disciplinas se establecen generalmente en forma implíci- ta, lo que conduce a simplificaciones, prejuicios y hasta caricaturas. Es preciso abordarlas, por el contrario, según un procedimiento científico, planteando un interrogante fundamental, pero siempre ocultado, respecto a la interdis~iplinariedad~~. La necesidad de intercambio, que se manifiestaa través de un eclecticismo pluridisciplinario,

no puede ser satisfecha por falta de concordancia entre grupos de disciplinas.

El eclecticismo

¿Sería posible distinguir las dos corrientes a partir de diferencias según las formaciones, la finalidad de los trabajos, la separación entre substantivistas y formalistas? Dos configuraciones se presentan a la mente. La corriente de adaptación estaría compuesta por economistas con formación universitaria, apuntando a un diagnóstico teó- rico alimentado por un procedimiento substantivo. En la corriente de adopción se hallarían agroeconomistas, cuyo propósito sería una intervención en el terreno, preparada gracias ,a modelos formalistas. Pero tal oposición no resiste el análisis.

En los ejemplos descritos, economistas de formación universitaria integran equipos de investigación-desarro- 110, tal como sucede en el departamento del SAD del INRA. La distinción entre diagnóstico teórico y práctico desaparece poco a poco, porque las condiciones de inves- tigación en el campo han cambiado en los últimos treinta afios. En los Andes del PerÚ, un investigador debe firmar un convenio con los encargados de la comunidad campe- sina donde desea trabajar, y comprometerse a proporcio- nar una contrapartida por la ayuda que le brindan los moradores a fin de facilitar sus investigaciones. Es así como un economista puede dar clases de contabilidad, desde la Óptica de una formación para adultos. Es el fin de una investigación depredadora poco satisfactoria. Pero tal evolución, legítima en sí, oculta un peligro. Cuando en caso de situaciones locales, particulares, la investigación está demasiado orientada, se llega a perder de vista el interés general. Finalmente, la separación entre substantivistas y formalistas no se aplica a los casos considerados, yaque tanto los primeros como los segundos ubican la producción agrícola en el centro de sus preocu- paciones, para comprenderla y eventualmente mejorarla, y usan por lo tanto un procedimiento substantivo.

Sin embargo, se practica una repartición implícita de las tareas. En la corriente de adaptación, el interés se centra sobre todo en la organización social de la produc- ción, mientras que en la corriente de adopción lo está más en el acto de producción, es decir, en los itinerarios técnicos y las prácticas de cultivo que permiten reconstituir las tomas de decisión de los agricultores, tema que cobra cada vez mayor importancia4’. La representación de estas tomas de decisión quizá vuelva a dar un toque formalista que no existe en la primera corriente. Por otra parte, a esta división entre substantivistas y formalistas se le puede reprochar ser simplificadora, y borrar los matices de cada escuela económica. Pero no es seguro que el hecho de entrar más en los detalles hubiera traído más claridad.

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Las dos corrientes son, en realidad, más complemen- tarias que opuestas. U n esquema ideal sería que los resultados de las investigaciones básicas, realizadas pre- ferentemente en la corriente de adaptación, alimenten la investigacióndesarrollo, ahorrándole a esta última un desvio de producción. Pero la comunicación entre las dos corrientes no se establece fácilmente, debido a cierta especialización, lo que ha hecho necesaria la creación de redes de investigadores4*.

La inexistencia de una configuración ideal que dé cuenta de la separación en dos corrientes se debe a que la experiencia en el campo obliga a todos a utilizar varios conceptos, varias teorías, para interpretar la complejidad de los hechos observados. Por esta razón el eclecticismo se vuelve una necesidad, y eso no por una voluntad ecumenística. En la corriente de adaptación, este eclecticismo se manifiesta enuna ampliación de los traba- jos hacia la historia, la geografia, incluso la antropología, demografia, sociología, disciplinas que pertenecen todas al grupo de las ciencias sociales. En la corriente de adopción, como lo hemos visto, es imprescindible llenar con teorías el marco sistémico.Finalmente, en ambas corrientes, se puede comprobar la existencia de una demanda muy fuerte de aportes de otras disciplinas, en otras palabras, un llamado a la interdisciplinariedad.

L a concordancia

La interdsciplinariedad es sentida como una necesi- dad, pero no está concebida de modo científico, lo que resulta sorprendente tratándose de investigadores. Es así como los fracasos se interpretan subjetivamente y se atribuyen a razones personales, manera desastrosa de taparse la cara. Ahora bien, no se plantea como se debería la siguiente pregunta, que m e parece fundamental: jcuál es la naturaleza de la relaciones entre disciplinas diferen- tes? jen qué se fundan? Y esta pregunta -que resulta de una constatación de evidencia- debe ser dilucidada, de ser posible, según un procedimiento científico. Tratándose de enfoques paralelos, es necesario que haya un mínimo de lógica común; en caso contrario, el edifício, cimen- tado en contradicciones demasiado aparentes, se derrum- bará rápidamente. El número de individuos no intervie- ne, y tampoco los problemas de organización del trabajo en equipo, puesto que la pregunta surge en el momento en que dos disciplinas entran en relaciones de intercambio. El problema de la concordancia nace, en primer lugar,

en el seno de un mismo grupo de disciplina^^^. Surge en las ciencias llamadas de síntesis, aun cuando son puestas en práctica por una sola persona. Hubo una época en que los economistas ruralistas se sintieron atraídos por la antropo- logía económica. Frente al tema de la concordancia, dos

actitudes son posibles. Una primera respuesta consiste en adherirse a una teoría integradora de las ciencias sociales, como el materialismo dialéctico. La lógica del conjunto está garantizada desde el principio, y el problema se ve resuelto. La dificultad comienza para los que buscan su camino en forma empírica. Tomaré el ejemplo de un economista francés que preparó el terreno de la antropo- logía económica, en la época en que M . Mauss proponía el concepto de fenómeno social total. El caso de O. Leroy es interesante, porque recurre a dos marcos de referencia muy distintos. E n el campo de la economía, se deduce de sus primeros trabajos que está relacionado con el margina- lismo americano44. E n el campo de la antropología, apela al difusionismo. Uno puede preguntarse, entonces, cúales son los fundamentos comunes a estas dos escuelas, y si es válido asociarlas. Ocurre que los dos movimientos se desarrollaron en la misma época en los Estados Unidos, y se podría llegar a reconocer la validez de la vinculación. Pero este ejemplo nos lleva más lejos. E n realidad, O. Leroy abandona el marco de su formación -el de la economía- para adoptar los principios y métodos de una escuela antropológica que le permite interpretar las ma- nifestaciones de la “razón primiti~a”~~. Vemos que la concordancia entre dos disciplinas no es nada fácil. En el caso estudiado se traduce en un deslizamiento de una disciplina hacia otra46. E n la corriente de adaptación se ha sefialado un deslizamiento igual hacia la historia o la geografia.

Y a no se produce tal deslizamiento entre grupos de disciplinas, porque ya no existe la concordancia. Las formaciones, teorías, problemáticas, métodos, técnicas y finalidades pertenecen a esferas distintas. No hay un basamenro común47 y la creación de un metalenguaje no basta para establecer una comunicación entre estas esferas.

El equipo que se dedicó al valle del Mantaro, en el Pení, estaba integrado por especialistas del mundo vege- tal, animal y humano, provenientes de dos ~rganismos~~. Ha sido un lugar de confrontación entre grupos de disci- plinas, gracias a reuniones, publicaciones, coloquios. En el caso preciso de los sistemas de producción, nuestro tema central, nos percatamos de que bajo un mismo vocablo teníamos concepciones implícitas discrepantes: unos sus- cribían la definición de M. Sebillotte, otros razonaban en términos sistémicos, el último se contentaba con una combinación de los factores de producción. Detrás de estas definiciones surgía el pioblema del nivel que había que privilegiar para establecer relaciones de trabajo entre grupos de disciplinas diferentes, lo que introducía un interrogante sobre el cuadro teórico de referencia que el equipo en su conjunto podía considerar aceptable49. La toma de conciencia en grupo de estas dificultades ha sido una experiencia beneficiosa, en el sentido de la construc- ción de un basamento común.

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CONCLUSION

La distinción entre corriente de adopción y de adapta- ción sólo tiene valor pedagÓgico;se hubiera podido consi- derar otras separaciones.por ejemplo,la definición del sistema de producción en la corriente de adaptación puede guiar hacia los modos de producción,los que encontramos en las propuestas de la escuela del INA-PG,clasificada en la corriente de adopciÓn.De esta manera,tendríamos agrupados,por un lado ,a los partidarios de una concepción clásica de la economía y ,por otro lado,a los seguidores de una interpretación marxista de la historia.Lo esencial era mostrar que,bajo el término de sistema de producción,se deslizan múltiples significados que generan confusiones entre economistas y entre grupos de disciplinas.

LConviene tratar de homogeneizar estas definiciones, proponer un léxico de correspondencia entre las diversas acepciones? Por más útil que sea,esta tentativa no re- solvera todo,ya que estas definiciones diferentes remiten a particularidades disciplinarias,a campos temáticos sobre los cuales debemos hacernos preguntas.

Como tarea prioritaria, habría que lanzarse a una investigación sobre nuestras investigaciones ,comprender con qué criterios se efectúa la separación entre grupos de disciplinaS.Es un trabajo de larga duración que debe llevar,en forma de reflexión colectiva,a interpretar los contornos de los grupos de disciplinas,a comprender su racionalidad interna,sus finalidades,a subrayar lo que constituye la peculiaridad de cada uno de ellos.Y,poco a poco,veremos cómo surge un basamento común.

Traducido por Annick de Altuna (ORSTOM,Lima).

Notas:

Esta distinción fue planteada anteriormente en la conclu- sión de un número especial de los “Cahiers des Sciences Humaines” del ORSTOM (no 3-4, 1987; no 1, 1988), dedicado a los sistemas de producción agrícola en Africa tropical: P. Bonnefond, P. Couty, N. Germain: “Ensayo de conclusión”.También se halla en la síntesis de un semina- rio organizado por la Universidad Nacional Agraria de Lima y el ORSTOM, en junio de 1989, titulada: “Unidades de observación y conceptos de interpretación”, y publicada en ERESUE M. et al: “Agricultura andina: unidad y sistema de producción”. Althusser L., Balibar E., 1968. Levy-Strauss C., 1949. Gourou P., citado por Pelissier P., 1985. Se nota esta pluralidad en los dos volúmenes arriba men- cionados de los “Cahiers des Sciences Humaines”. Tam- bién aparece en las actas de los seminarios organizados en Lima, por el UNALM y el ORSTOM: Malpartida E., Poupon, H., 1988. ERESUE M. et al., 1990.

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La distinción entre substantivismo y formalismo podría ser igual a la de la entre el contenido y el continente. EI substantivismo se interesa por el contenido, es decir la producción,el consumo y la distribucibn de los bienes y servicios.El formalismo se interesa p o r el continente,es decir un calculo entre las ganancias y los costos,calculo universal . En el Perú, los especialistas del mundo rural se forman en las universidades. Sin embargo, subsiste una distinción entre los que reciben una formación técnica (agrónomos y zootécnistas, por ejemplo) y aquellos que tienen una formación general, tales como los economistas. La curricula de un estudiante de economía en la UNLM no difiere en nada de la de los estudiantes de Francia, pese a la especificidad agraria de esta universidad. Eresue, M., Brougere, A-M., 1988. Cuando se tiene interés por los sistemas de producción, las referencias que vienen espontáneamente a la mente 110 están clasificadas por disciplinas. Por ejemplo, la expe- riencia de dos agrónomos que explican que su procedi- miento ha sido el mismo en Francia en la llanura de Caen, y en el Senegal a orillas del Río, parece un aporte metodoló- gico importante (Capillon, Caneill, 1987). Asimismo, un economista de campo se siente a menudo mucho más cerca de los antropólogos, demógrafos, geógrafos y sociólogos de campo que de otros economistas. Por lo tanto, la categoría de los “economistas” no es pertinente en sí, aun si se hace abstracción de las opciones teóricas, políticas o filosóficas. J. Brossier (1987) ya había distinguido estas dos co- rrientes. M. Godelier (1966: 240) recuerda la definición del sis- tema, tal como era comúnmente admitida por los econo- mistas franceses de la época: “Un conjunto de estructuras relacionadas entre ellas por ciertas reglas, lo que remite a la definición de la estructu- ra ... U n sistema económico es un subconjunto del sistema social, y los lazos entre estos dos niveles deben ser recal- cados”. Para un historial del concepto de sistema entre los econoniis- tas, ver: Garrigou-Lagrange A., Passet R., 1965, pp. 279- 282. Badouin R., 1987. Couty P., 1987. Da testimonio de ello la multiplicidad de definiciones del sistema de producción presentada en las obras colectivas dedicadas a este tema. Couty P., Lericollais A., 1982. Minvielle J-P., 1985. Weigel J-Y., 1982. D. Delaunay (1984) ha reconstituido una secuencia de modos de producción, representada según un método sistémico. En el mismo sentido, M. Alza (1990), en el Perú, ha intentado una síntesis de los conceptos del materialismo histórico y del enfoque sistémico. Le Roy X., 1983. Colin J-P., 1990. Tomar en consideración los factores de producción condu- ce al diagnóstico de un sistema de producción,calificado como intensivo o extensivo. Sin embargo, J.Brossier( 1987:38 ])llama la atención sobre la ambigtie-

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dad de los conceptos de intensividad o extensividad,cuando son utilizados por agrónomos y por economistas. de Rosnay J., (1975: 91). de Rosnay J., (id.: 96-99). Chaboud C., Fontana A., (1991: 46). Este punto fue definitivamente aclarado por Pillot D.(s. d.). Greslou F., Ney B., 1986. LNRA: Institut National de la Recherche Agronomique. En Francia, es el organismo público dedicado al mundo rural. La investigación de que se trata corresponde al departa- mento Systèmes Agraires et Développement (SAD). Brossier J., op. cit. Chia E., 1987. Petit M., citado por Boyer P., (1989: 8). Boyer P.(idem). Chia E.(idem). INA-PG: Institut National Agronomique Paris-Grignon. Es una de las escuelas de enseñanza superior que prepara las carreras de manejo para las actividades agropecuarias. Dufumier M., (1984: 3). Mazoyer M.: Sistemas agrarios y desarrollo agrícola. Piura, CIPCA, 1989, 41 p., citado por Castillo Femández M., (1989: 12)Se presentan ejemplos de sistemas agrarios, in: Mazoyer M., 1979. Dufumier M.: La investigación para el desarrollo: el papel de los diagnósticos en proyectos de desarrollo rural. Ruralter, n03, 1988, pp. 50-56, citado por CASTILLO FERNANDEZ M., (1989: 10). Eresue M., 1988. Passet R., 1979, Laborit H., 1974. Teilhard de Chardin P., 1955. Passet R., (id.: 121). Passet R., (ibid.: 211). Delaunay D., op. cit. Respecto a los términos de pluridisciplinariedad, multi- disciplinariedad, interdisciplinariedad, transdisciplinarie- dad, remito a las distinciones establecidas por P. Couty (1990: 1519).Quisiera precisar que me parece importante distinguir los problemas de la interdisciplinariedad, es decir, de un diálogo entre disciplinas con aportes recípro- cos, de los de la organización de un trabajo en equipo. Es importante señalar los trabajos dirigidos por M. Sebillotte en el INA-PG, sobre las tomas de decisión de los agricul- tores. Ver: “Les prises de décision des agriculteurs. Contributions récentes” (Compte rendu de l’Académie d’Agriculture de France, 1988, 74, n”4, séance du 15 juin 1988). Agradezco a E. Mollard (Laboratoire d’Etudes Agraires, Centre ORSTOM de Montpellier) quien puso estos textos en mi conocimiento. U n ejemplo nos lo proporciona la red de investigadores AMIRA (Amélioration des méthodes d’investigation en milieu rural africain), creado en 1975 . Tenía como propó- sito transmitir los logros metodológicos de la investi- gación básica a los estadísticos, y también a la investiga- ción-desarrollo. La red AMIRA publicó numerosos docu- mentos de trabajo, hasta la suspensión de sus actividades en 1990.

43 Por “grupo de disciplinas”, entiendo un conjunto de dis- ciplinas científicas relacionadas por el objeto, la problemá- tica y los métodos. Así se pueden distinguir los grupos de las ciencias sociales, ciencias biológicas, ciencias del mundo vegetal, ciencias del agua, ciencias del suelo, ciencias de la tierra. El grupo de las ciencias sociales integra las siguientes disciplinas: antropología, demogra- fia, economía, geografia y sociología. O. Leroy ha traducido al francés “Les principes d’économique” de John-Bates Clark, publicado en 1891,

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45 Leroy O., 1927. 46 Gastellu J-M., 1975. 47 Plaza O., (1990: 46-55).

Los agroeconomistas,cuya formación se sitúa en el punto de encuentro de dos grupos de disciplinas,constituyen una excepción. Convenio entre la UNLM y el ORSTOM. La definición del sistema de producción dada por M. Sebillotte y citada por T. Ruf (1988: 142) es muy próxima a lo que R. Baoduin entiende por sistema de cultivo.

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