2 Timoteo 2: 2

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1. PLANTEAMIENTO DEL NUEVO TESTAMENTO ACERCA DEL MINISTERIO DE LA IGLESIA.

Antes de Jesucristo ascender a los cielos, instruyó a sus discípulos para que fueran testigos a las personas de todas las naciones acerca de Él; Esta labor debían de desarrollarla por el poder del Espíritu Santo, tarea que realizaron con ardor en difundir el evangelio de manera que otros recibirían las grandes bendiciones de Dios. La espléndida cosecha del sermón de Pedro (Hch. 2:41), leemos que se añadieron a los discípulos, los cuales formaban el embrión de la iglesia naciente. Tan pronto como se sintieron vivos, con vida nueva, anhelaron la leche espiritual que es la palabra de Dios, y como resultado del nuevo nacimiento. Se ocupaban en la comunión unos con otros, éste compañerismo santo que conforta el generoso compartir con todos los hermanos (Hechos 2: 44-46); Participaban en el partimiento del pan que se celebraba en memoria de Jesús, y en las oraciones porque tenían una misma fe, un mismo amor y alababan juntos a Dios. Estaban juntos no porque vivieran todos bajo el mismo techo, sino por que se reunían con mucha frecuencia y expresaban su mutuo amor con el deseo de la presencia de Dios en sus vidas. La iglesia como cuerpo de Jesucristo, debe demostrar amor y cuidado para con sus miembros, trabajar unida, en armonía, en total acuerdo. Ante todo la iglesia estará formada por personas organizadas, en las congregaciones locales y unidas por el Espíritu Santo, que buscan con diligencia una fiel relación personal con Dios. Mediante su poderoso testimonio, los pecadores serán salvos, nacidos de nuevo, bautizados en aguas e incorporados a la iglesia; participarán de la cena del Señor y aguardaran el regreso de Cristo. El bautismo en el Espíritu Santo será predicado y comunicado a los nuevos creyentes y se manifestará la presencia y el poder del Espíritu Santo. Los dones del Espíritu Santo estarán en operación, incluso los prodigios, las señales, y las sanidades. Los creyentes serán liberados de demonios, habrá absoluta lealtad al evangelio, es decir a la enseñanza original de Cristo y los apóstoles. Los creyentes se consagrarán al estudio y a la obediencia de la palabra de Dios, el primer día de la semana se reunirá la congregación local para adorar y edificarse mutuamente mediante la palabra escrita de Dios y las manifestaciones del Espíritu Santo. La iglesia permanecerá en humildad, reverencia y temor delante de un Dios santo. Los creyentes se interesarán profundamente por la pureza de la iglesia, disciplinando a los miembros pecadores y a los falsos maestros desleales a la fe pública. Los que han perseverado en un carácter piadoso y en las normas de justicia establecidos por los apóstoles serán ordenados como ancianos para supervisar las iglesias locales y asegurar su vida espiritual. Habrá amor evidente y compañerismo en él entre los miembros, no solo dentro de las congregaciones

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locales sino también entre otras congregaciones de fe bíblica. La iglesia orará y ayunará, los creyentes se apartarán de los criterios arraigados en el mundo y de la tendencia materialista de la cultura en la que viven. Habrá sufrimiento y aflicción a causa del mundo y sus costumbres; la iglesia contribuirá para enviar misioneros a otras naciones.

2. LA IGLESIA Y SU RELACIÓN CON EL INCRÉDULO Y EL MUNDO. En este tiempo Satanás emplea los conceptos del mundo, la moralidad, las filosofías, la sicología, los deseos, los gobiernos, la cultura, la educación, la ciencia, del arte, la medicina, la música, los sistemas económicos, las diversiones, los medios informativos, de las religiones, de los deportes y de tantas artimañas para oponerse al plan divino de Dios, a su pueblo, a su palabra y sus normas de justicia; por ejemplo Satanás usará la profesión médica para promover la matanza de niños antes que nazcan, la agricultura para producir drogas que destruyen la vida como el alcohol y los narcóticos, los sistemas educativos para dar a conocer la filosofía impía y humanista y los medios de diversión para destruir las normas divinas. Los creyentes deben estar conscientes de que detrás de toda empresa humana hay espíritus o poderes que se mueven en contra de Dios y su palabra, algunos con más fuerzas que otros. Satanás es el dios del sistema del mundo actual y ha organizado al mundo en poderes políticos, culturales, económicos y religiosos que niegan a someterse a su verdad, la cual revela su maldad. El mundo y la verdadera iglesia son dos grupos diferentes de personas, el creyente no debe adaptarse al mundo de personas, sino que no debe salir del mundo, vencer al mundo, odiar la maldad del mundo, morir al mundo y ser rescatados del mundo. El amor al mundo profana la comunión con Dios y lleva a la destrucción espiritual. Según I Juan 2:16, existen tres aspectos del mundo pecaminoso, los cuales crean abierta hostilidad hacia Dios: ● Los deseos de la carne: incluye los deseos impuros y el correr tras los

placeres pecaminosos y las satisfacciones sexuales. ● La vana gloria de la vida: se refiere al Espíritu de arrogancia e independencia,

se siente autosuficiente, que no reconoce a Dios como Señor, ni su palabra como la autoridad suprema.

Los creyentes no deben establecer vínculos con los incrédulos porque podrían debilitar su entrega a Cristo, así como su integridad o sus normas, aunque no debe aislarse de los no creyentes, de otra manera no podríamos cumplir con la misión que Cristo nos encomendó relacionada con la salvación; pero debemos mantener distancia con las personas que dicen ser cristianos y son indulgentes con pecados explícitamente prohibidos en las escrituras y que luego racionalizan sus acciones.

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Al cometer pecado se puede herir a otros por los cuales Cristo también murió, y con estos actos opacan la imagen de Dios en la persona misma, está distorsionando el buen concepto de Cristo que se presenta al mundo.

3. NECESIDADES DE LOS MIEMBROS DE LA IGLESIA.

a. ESPIRITUALES: los creyentes en Cristo necesitan ser enseñados en la

palabra de Dios, oración y comunión para crecer en la fe, es importante tener compañerismo como miembros del cuerpo de Cristo, esto permitirá desarrollarse y crecer en los fundamentos básicos de la vida cristiana, la familia de Dios trabaja mejor cuando sus miembros lo hacen juntos. La asistencia al lugar de reunión es necesaria para confraternizar, ser instruidos en la palabra de Dios, alabar, adorar, y como familia espiritual ayudarnos mutuamente cuando sea posible.

b. EMOCIONALES: La iglesia como organismo espiritual tiene el deber de

brindar soluciones a las situaciones que se puedan presentar en algunos casos con miembros que estén pasando por alguna circunstancia emocional difícil. La iglesia como ministerio espiritual tiene que ser un refugio para esas personas, brindarles confianza para que ellos tengan la libertad de acudir a ella en busca de orientación, ayuda y así suplirle satisfactoriamente en todo lo que sea posible sus necesidades; por lo cual la misma debe estar preparada, es decir, contar con un buen equipo de consejería profesional que se encargue de dar asesoramiento a cada caso que se pueda presentar.

c. RELACIONES INTERPERSONALES: En la comunidad cristiana no se debe permitir que ninguna barrera a nivel lingüístico, cultural, de prejuicio, económico, educativo, de raza, o social se interponga; Ya que las nuevas buenas de Cristo son para todos: el Seños Jesucristo ofrece su salvación por igual y nos unifica en un cuerpo, ahora podemos disfrutar de una verdadera unidad con personas de distintos caracteres y posición social por que somos parte de una sola familia, esto es lo que llamamos verdadera reconciliación.

d. ECONÓMICAS: Dios instruyó a su pueblo a que manifestara un profundo interés por los pobres, sobre todo por los que estaban dentro de la iglesia cristiana: gran parte del ministerio de Jesús fue para los desamparados de la sociedad judía, por quienes nadie más parecía interesarse. El apóstol Pablo y la iglesia primitiva demostraron profundo interés por los que tenían

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necesidad. En cuanto al ser dadivoso en la epístola de los Romanos, Pablo llega afirmar que uno de los dones que el Espíritu santo da a los cristianos es la virtud de dar generosamente para las necesidades de la obra o del pueblo de Dios. La prioridad de los creyentes en el cuidado de los necesitados son los hermanos en Cristo, la iglesia tiene que ser una comunidad generosa que comparta y ayude a satisfacer las necesidades de cada uno, así cuando tengamos oportunidad hagamos bien a todos, Dios quiere que quienes tienen abundancia comparta con los que tienen necesidad, de modo que no haya carencia ni desigualdad entre el pueblo de Dios. Jesús mismo practicó lo que predicó, teniendo una bolsa de dinero de la que El y sus discípulos daban a los pobres.

e. ESPECIALES: Dentro de la comunidad cristiana se presentan algunos

casos de los cuales es necesario ofrecerle una atención especial: algunas veces llegarán a la iglesia personas con impedimento físico que necesitarán la colaboración de los demás miembros para poder desplazarse a un sitio determinado. Esta labor debe mejorarse con mucho amor, cuidado y paciencia, para que esa persona pueda sentirse en familia y puedas encontrar dentro de la iglesia la atención que el mundo no le brinda. La iglesia tiene el deber de cuidar de sus miembros desprotegidos tales como ancianos, enfermos, huérfanos, viudas, etc., velar por su bienestar, por cuanto es un mandato y es una de las maneras que podemos en gratitud al Señor que ha hecho tanto por nosotros.

4. MINISTERIO A LA FAMILIA.

Dios tiene un plan específico para la familia, a veces muchos creyentes cometen el error de pensar que su trabajo es tan importante que se justifica el ignorar a sus familias. Todo liderazgo debe empezar en casa, si un hombre no está dispuesto a cuidar, disciplinar, y enseñar a sus hijos, no está calificado para trabajar en la iglesia, no se debe permitir que la actividad voluntaria desvíe las hospitalidades familiares. Dentro de la iglesia, la familia desempeña un papel muy importante, porque es en el núcleo familiar donde se forman los futuros hombres y mujeres que responsablemente responderán al llamado de sus deberes; así mismo la iglesia tiene la responsabilidad de preparar a la familia, para que se fortalezcan y tengan un crecimiento de modo que puedan reflejar la imagen de Cristo en el hogar, en la iglesia local y en el cuerpo de Cristo, debe llevarla a una comprensión y experiencia más profunda del reino de Dios en la tierra, mostrarle la necesidad de que luchen para mantener la unidad dentro del grupo familiar y también por fe que se les ha sido una vez dada, guiarle a un continúo desarrollo del carácter mediante la doctrina que es conforme a la piedad, darle una instrucción bíblica, genuina de manera que sea capacitada y adiestrada para ganar a otras familias para el reino de Dios.

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5. LAS OFRENDAS.

La mayoría de las personas creen que les pertenece lo que tiene porque lo compraron con su dinero, trabajaron para ganarlo, lo merecen y pueden hacer con lo suyo lo que quieran. Pero cuando se enferman de muerte, se ponen de mal humor, porque lo perderán. Si el hombre se hubiera creado a sí mismo, sería cierto, pero el hombre fue creado por Dios. También creó las cosas, el tiempo, las habilidades y hasta la misma vida. Por eso el hombre no es poseedor sino administrador. Al morir, dará cuentas a Dios por su mayordomía. La parábola de los talentos demuestra la mayordomía de los cristianos con las bendiciones que hemos recibido. El que repartió dijo al mayordomo infiel: “por tanto, debías haber dado Mi dinero a los banqueros, y al venir yo hubiera recibido lo que es Mío con intereses” (Mat. 25:27). Lo que recibimos de Dios no es nuestro.

6. ¿QUÉ ES UN ADMINISTRADOR? Es tener llaves; las llaves que tenemos en el bolsillo o cartera representan algunas de las cosas que administramos. Al morir pasamos las llaves a otros. En Isaías 22:20 – 22. Aparece la descripción de Eliaquim como administrador. Es una función parecida a la de padre. Es benévolo, sabio y experimentado, siendo amable y firme a la vez. Parece a Dios, el padre o administrador celestial de la tierra. Él tiene la llave. En el tiempo antiguo, el administrador cargaba con una llave muy grande sobre su hombro, mostrando que era una persona muy importante. Cristo es administrador porque tiene las llaves de David, “el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre.” (Apo.3:7). Fue señalado por Dios (Jn. 6:27), o sea, fue ratificado y certificado como digno y competente para desempeñar la función de administrador de todos los bienes de Dios. Tiene la llave para abrirlos. Estos judíos se interesaron en Cristo porque administraba comida física pero no percibieron su administración de bienes espirituales. Cristo hizo de sus apóstoles administradores al darle el poder de la llave(Mat. 16:19; 18:18). Si alguno quiere gozar de las bendiciones de Dios, será solamente por medio de la doctrina apostólica que ellos administran (abren). Buena administración.

● Administrar es reconocer que la propiedad no es de uno y que Dios puede relevarlo de su administración de manera instantánea. Nunca se le oye decir “ yo hago lo que quiera con lo mío”.

● Un administrador, tiene derecho a comida, ropa, una habitación para sí

mismo y los suyos y una provisión para su vejez.

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● Su función es conseguir en máximo bien para su amo. Para este fin, estudia

los empleados y sus necesidades. Gasta el dinero de la manera más efectiva. Trata de llevarse con la gente sin lastimar sus sensibilidades y constantemente consulta con su amo para recibir su dirección. Este es el patrón de cada cristiano, cada ministro y cada iglesia.

● Sus gastos en placeres y lujos son limitados por juzgar lo que es propio,

especialmente si falta dinero para otras consideraciones de más importancia. Por ejemplo, durante la segunda guerra mundial, había restricciones económicas para poder cooperar con la victoria militar. Entre menos gastos en su persona, más puede gastar en la obra de Dios.

Cada Cristiano es un Administrador.

● Los mundanos se sienten orgullosos de sus ventajas como razas, apellido,

fuerza, belleza, intelecto o fortuna y dicen que aquellas cosas son suyas. El cristiano es muy distinto porque es confiado con bienes que pertenecen a otro. Pablo preguntó a los orgullosos Corintios, “por qué ¿quién te distingue? ¿ O que tienes que no hayas recibido? Y si lo recibiste, ¿por qué te glorías como si no lo hubieras recibido?” (1 Cor. 4:7). Pedro recordaba a los cristianos que lo que tenían debía estimarse como dones recibidos para emplear para el bien de otros. (1 Ped. 4:10). Lo que tenemos se debe a gracia de Dios, o sea, favor no merecido.

● Hasta la vida misma es un don que Dios puede quitar cuando él quiera. (Job.

1:21) ● Como administradores de talentos, propiedades y tiempo, es necesario darle

cuenta a Dios como dueño, de lo que hemos hechos. (1 Cor. 4:1 – 2; Rom. 14:12). No podemos abusar de su propiedad, usándolo para beneficio personal, es decir, sino usarla en los servicios que Él ha autorizado.

● Observe el mayordomo infiel (Luc. 16:1 – 13). Fue acusado de disipar los

bienes de su amo. La moraleja esta en el versículo 12: “ Y si en lo ajeno fuisteis fiel, ¿quién os dará lo que es vuestro”. Si no cuidamos de lo poco que Dios nos confía, no podemos pensar en ser confiados en algo mayor.

● No podemos ser egoístas, porque Pedro dijo: “minístrelo a los otros” (1 Ped.

4:10). Lo que tenemos es para beneficio mutuo. ● Como los judíos tenían que dar las primicias a Dios. ( Lev. 23: 9 – 14), así

debemos sacar primero lo que es de Dios (Mat. 6: 33) en vez de malgastar nuestro tiempo, talento y dinero para dar lo que sobra.

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7. LA MAYORDOMÍA.

¿Cuánto tengo que darle a Dios de mi dinero?, Cuál es mi responsabilidad financiera en cuanto a la iglesia?, Hasta dónde llega el deber cristiano? Cuando se habla del tema, mayordomía, nosotros pensamos en palabras como responsabilidad, deber, y aun obligación. Hacemos preguntas como las precedentes. Pensamos, primeramente, en nosotros mismismos y en nuestra obligación: en lo que nosotros tenemos que hacer. Creemos que la mayordomía es algo que hacemos con lo muestro para Dios, cuando dedicamos algo de nuestro tiempo, algo de nuestro dinero, algo de nuestro esfuerzo a Dios. Algunos piensan que deben hacerlo porque los prescribe la ley. “ Hay que cumplir con la ley.”Segundo a veces pensamos que Dios necesita algo de lo nuestro para hacer su obra. Como si Él no recibiera lo que nosotros le tenemos que dar, no pudiera trabajar. Pero cuando nosotros pensamos así, estamos profundamente equivocados. La Mayordomía no comienza con nosotros, comienza con Dios. No comienza con deberes, ni obligaciones, ni responsabilidades. La mayordomía comienza con la GRACIA. Y antes de preguntar ¿Qué tengo que hacer por Dios? Tenemos que preguntar ¿Qué hizo Dios por mí? Y ¿De dónde proviene todo lo que tengo? La meta principal de este estudio es hacernos ver y entender la relación entre Dio, el mundo, y el hombre. Una vez que entendamos esta relación podremos hablar con entendimiento de la mayordomía. Dios, dos veces el dueño de todo. La mayordomía y La Creación (Génesis 1:1; 26:31 y Mateo 25:14 – 30) ● ¿Cómo se hace uno dueño de algo? Todos nosotros entendemos que hay solamente dos maneras legítimas de hacerse dueño de algo: hacerlo o comprarlo. Si usted hace algo de materiales que ya son suyos no hay nadie que le pueda quitar lo que usted ha hecho. Es suyo por que usted lo ha hecho. Es suyo por que usted lo hizo. Sea una casa o sea una pequeña silla, lo que usted hace con lo suyo pertenece a usted. Si usted no lo puede hacer, es posible que lo pueda comprar. Las cosas que nosotros compramos también nos pertenecen. Por ejemplo, yo no sé cómo hacer un libro, pero he comprado muchos y ahora son míos. La gente que los hizo me los vendió por una cantidad de dinero. Ahora ellos son los dueños de este dinero y yo de los libros que ellos me vendieron. Dios, según Génesis 1:1, creó todo lo que existe. Y por haberlo hecho todo, Él es dueño de todo. De hecho, Dios es el único que tiene el verdadero derecho de dueño por haber creado algo. Nosotros siempre tenemos que usar algo que existe paras hacer lo que queremos. Dios creó lo que quería de la nada, y por todo Dios es dueño puro, y absoluto. No hay ningún otro que pueda reclamar lo que es de Dios. ¿Quién será el dueño actual del mundo? Según Génesis 1, no hubo ninguna transferencia del título del mundo. Dios sí entrego todo lo que había creado al hombre, pero no se lo entregó como posesión.

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El hombre habría de ser el mayordomo o administrador de lo que pertenecía a Dios. Podía disfrutar de algunos privilegios como mayordomo, pero el hombre de ninguna manera se convirtió en el dueño de todo. Vemos lo mismo en la parábola de los talentos (mateo 25: 14 – 30). Esto es muy explicito en el versículo 27, donde el dueño le dice al siervo, “Debías haber dado mi dinero a los banqueros, al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con intereses.” El dinero del dueño no fue regalado, fue invertido. ● ¿Cómo llega el hombre a tener (o administrar) lo que tiene? El primer paso es dado por Dios. Dios le entrego, le concede, le presta al hombre todo lo que hay en este mundo. Lo que tenemos, sea mucho o sea poco, lo tenemos por pura gracia y lo tenemos prestado, pero el hombre también tiene algo que hacer. El segundo paso es el de recibir la gracia del dueño y dedicarse a la buenas administración de lo recibido. Áreas especificas de la Mayordomía. En cierto sentido es muy fácil decir que Dios es dueño de todo. No nos cuesta nada decir que Dios es dueño de todo el mundo. Sea cristiano o no, la mayoría de la gente en este país lo cree. Sí, Dios es el dueño de los cielos, de la tierra y del mar. Podemos decir también que todos los hombres pertenecen a Él. Está bien, no hay ningún problema. Casi todo el mundo lo cree. Mientras hablamos en términos muy generales nadie se incomoda. Pero qué sucedería si le preguntáramos a alguien, ¿A quién pertenece el dinero que esta en su bolsillo?, ¿A quién pertenecen todas las horas que usted pasa viendo la televisión?, ¿ A quién pertenecen todos los dones y talentos que usted tiene?, ¿A quién pertenecen todas las cosas que están dentro de su casa?; Ahora no es tan fácil decir que Dios es dueño de todo. Si hablamos de todo en términos generales, está bien. Pero cuando comenzamos a hablar de algunas cosas específicas, cosas que consideramos “nuestras”, el asunto se pone más difícil. Dios puede ser dueño de todo, pero no queremos que el se fije en lo nuestro. Como él tiene tanto, esperamos que pase por alto lo que nos ha concedido, “ lo nuestro”. En esta segunda parte del estudio nosotros vamos a considerar algunas áreas muy especificas de la mayordomía no vamos hablar tanto de “ todo el mundo” sino de las cosas pequeñas. Estudiaremos nuestro tiempo, nuestros dones y nuestras posesiones. y al concluir, veremos que Dios no es solamente dueño de todo el mundo, sino que es dueño también de todo lo “mío”. El mundo Físico. Génesis 1: 28; 2:15 y Levítico 25:1 –7. Nosotros lo vemos todos los días. Las orillas de las carreteras se han convertido en depósitos de basura. Y en algunas ciudades y pueblos aún las orillas de los ríos y del mar son los lugares más “populares” para echar basura. La

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belleza de la naturaleza se convierte en la fealdad del hombre. En vez de labrar y guardar la tierra, parece que hay una competencia para destruirla. ¿Qué haremos?, ¿Le toca al cristiano preocuparse por el medio ambiente?, Aunque ya no vivamos en el huerto del Edén, creemos que lo que Dios le dijo a Adán y a Eva nos lo dice a nosotros ahora. Él nos ha puesto aquí para trabajar la tierra y cuidarla. El hombre siempre ha querido explotar la tierra y sacar todo los beneficios posibles para sí mismo. Sin otro por todo lo que el nos ha prestado, debemos recordar siempre que el mundo físico pertenece a Dios y que algún días el pedirá cuentas. El Tiempo.

Eclesiastés 3:1 – 15 y Mateo 25: 1:13. “¡El tiempo es dinero! ” Así dicen y creen muchos norteamericanos. En algunos casos la famosa puntualidad norteamericana viene de su búsqueda continua de más y más dinero. “Cada hora perdida es mucho dinero perdido y no se debe perder ni un centavo.” La actitud norteamericana en cuanto al tiempo es muy chocante con respecto a la actitud latina. Aquí no es muy raro que una oficina que abre a las 8:00 los empleados lleguen a las 8:30. y en muchas iglesias es peor. A los cultos que están para comenzar a las 7:00 de la noche, no se le puede dar inicio hasta las 7:30 o las 8:00 de la noche. Las dos actitudes están equivocadas. La norteamericana porque cree que el tiempo es otra posesión propia. “¡ Mi tiempo vale mucho por que es mío, y yo soy importante!” . La actitud latina también esta equivocada por que tampoco entienden el verdadero valor del tiempo. La puntualidad es importante y necesaria, no porque el tiempo es mío, sino por que el tiempo, todo el tiempo, pertenece a Dios: Así consideramos que la frase “hora Cristiana” es mejor que “hora americana”, por que la “ hora cristiana” representa nuestra actitud con respecto al tiempo. La hora, y todo el tiempo, pertenece a Dios. ¿Qué quiere decir Eclesiastés 3:11 “ todo lo hizo hermoso en su tiempo”? En todo este pasaje, el predicador esta diciendo que Dios ha asignado “tiempo” para todas las actividades de la vida. Estas actividades pueden ser “vanidad” de “vanidades” o pueden tener significado, propósito e importancia, dependiendo del punto de vista de la persona. Si reconocemos que Dios es soberano, dueño del tiempo y de la actividad, y si vivimos según este entendimiento, todo será “hermoso”. De lo contrario, sino vemos la mano de Dios en “nuestro” tiempo y “nuestra” actividad, todo llegará a ser “vanidad de vanidades”. Lo importante para nosotros, según el predicador, es reconocer que todo viene de y vuelve a nuestro Dios soberano. Pablo repite algo semejante en I Cor. 8:6 cuando dice: “Para nosotros sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él: y un Señor Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él.”

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En cuanto a la parábola de las diez vírgenes, creemos que hay dos puntos y están íntimamente relacionados. Primero, nosotros debemos ser prudentes, así que el tiempo es un don de Dios, debemos administrarlo bien. No debemos dejar que el tiempo pase sin utilizarlo para algo. Cada persona prudente hace planes en cuanto a cómo va usar el tiempo. Si tenemos algo importante mañana, sería mejor que hiciéramos las provisiones hoy. Las vírgenes prudentes se habían preparado. Habían hecho sus planes. Las insensatas no habían hecho nada. El segundo punto es que no hay nadie que sepa cuanto tiempo le queda. Jesús usaba muchas parábolas para enseñar que el tiempo puede ser muy corto. Debemos dedicarnos a lo más importante primero, para que no se pierda la oportunidad. Dios quiere, según el predicador de Eclesiastés, que participemos en todas las actividades de la vida. Que trabajemos, que pasamos tiempo con nuestra familia, que estudiemos, que participemos de las actividades de la iglesia, que estemos en todo. Lo que hacemos debemos hacerlo para él. Y según la parábola, debemos hacer todo prudentemente, reconociendo que el tiempo es corto.

8. LOS DONES ESPIRITUALES.

Éxodo 35:30; 36:1 y I corintios 12:12 – 27. Hay mucha discusión en estos días acerca de los “dones espirituales”. Principalmente por la fuerte presencia de los grupos pentecostales, la iglesia evangélica ha aceptado la idea de que los únicos dones espirituales son los mencionados en I Corintios 12. pero la Biblia dice que todos los dones y todos los talentos son espirituales en el sentido de que vienen de Dios y no son “nuestros”. Sí usted es buen comerciante es por que Dios lo hizo así y lo dotó con este don. Es electricista o músico, ebanista o pintor, usted es lo que es por que el señor lo hizo así. Nosotros, en cambio, queremos recibir la honra y la gloria por lo que el Señor nos dio. Pretendemos ser el autor de nuestros dones y pensamos que merecemos mérito por poseer estos dones. Sabemos también que los dones vienen de Dios y son de él. ¿Qué dice Moisés de Bezaleel y Aholiab en Éxodo 35? Él dice a los hijos de Israel que estos dos hombres habían sido llenados con el Espíritu Santo. Dice también que su arte, su inteligencia, su ciencia, y su conocimiento técnico eran todos dones del Espíritu Santo. ¿Podría ser que aún las habilidades comunes sean dones del Espíritu Santo? ¡Claro que sí! Puesto que Dios nos ha hecho y nos ha dotado con todo lo que tenemos, sí podemos decir que todos nuestros talentos son dones divinos. Y al entenderlo así comprendemos por qué Dios, y no nosotros, merece la honra y la gloria por lo que hacemos con estos dones. Por ejemplo, si tenemos las habilidades y la ambición necesaria para conseguir un buen empleo, ¿conseguiremos el empleo por lo que hicimos nosotros o por lo que Dios hizo en nosotros? Por lo que Dios hizo en nosotros. Y

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así aun el empleo viene de la mano de Dios y no de nosotros. Todo lo perfecto y todo lo bueno vienen de Dios. Los dones de I Corintios 12 son una clase de dones dada para la edificación de la iglesia. Específicamente se tratan aquí los dones que se utilizan en los cultos. No son ni más, ni menos “Espirituales” que los dones de Bezaleel y Aholiab. La tarea de Pablo en este pasaje era hacer que los Corintios entendieran lo que era correcto y apropiado para el culto. Lo bello de este pasaje es la igualdad con que se tratan todos los dones. Todos son necesarios, todos son importantes, y todos son de Dios. Pues, ninguno puede decir al otro “ yo soy más importante que tú.” Tampoco puede ninguno gloriarse de sus dones, porque el don no viene de la persona, sino de Cristo. Puesto que todos los dones vienen de Dios, ¿Cómo debemos desarrollarlos? Debemos decirle “Gracias” a Dios por medio del buen empleo de los dones que él nos ha dado. Con cada don el Señor nos provee una manera en que podemos servirle. Hagamos todo lo posible con nuestros dones como un sacrificio de gratitud.

9. LA DISCIPLINA EN LA IGLESIA. Las Escrituras son la disciplina de la Iglesia.

En toda organización exitosa debe haber disciplina, donde no la hay, reina la confusión, pero Dios no es autos de confusión (1 Co. 14:33). Él ha ordenado en su palabra la norma a usarse para corregir a los que cometen pecado. A causa de los abusos y malos entendidos en esta materia, algunos han rechazado totalmente la idea de disciplina. Necesitamos volver a la palabra de Dios para instruirnos en relación con este importante asunto. Un Dios Disciplinado. A pesar de que Dios es un Dios de amor (1 Juan 4:89, también es un Dios severo. “Mira, pues, la benignidad y la severidad de Dios; la severidad ciertamente para con los que cayeron, pero la benignidad para contigo, si permaneces en esa benignidad; Pues de otra manera, tú también serás cortado”(Romanos 11:22). Cuando Adán y Eva pecaron en el Edén, fueron echados del jardín (Génesis 3). Fueron castigados por su desobediencia hacia Dios. Caín fue castigado cuando mató Abel (Génesis 4: 9 – 13). A causa de la maldad de los que vivieron en los días de Noé, Dios envió el diluvio para destruirlos (Génesis 6:13). Al dar la Ley en el Monte Sinaí, Dios mandó a su gente a “recordar el día del sábado para santificarlo” (Éxodo 20:89). Estando en el desierto, un hombre decidió ir a recoger ramas en un día sábado. Dios ordenó que fuera muerto a pedradas (Números 15:32 –36). Una generación completa de Israelitas murió en el desierto por haber

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murmurado contra Dios (Números 14:26 – 35). Pablo nos revela que 23.000 cayeron en un día a causa de la fornicación (1 Corintios 10:8). Junto con otras cosas que se enumeran en el contexto, Pablo dice fueron escritas para amonestarnos ( 1 Co. 10:11). Debemos reconocer que Dios es también un Dios severo con los que hacen mal. La Disciplina Primitiva. La intención del Señor era que su iglesia ejercitara la disciplina. En Mateo 16:18, Jesús prometió edificar su iglesia. Antes de que fuera establecida, él dio instrucciones acerca de la disciplina. “ Y Si tu hermano peca contra ti, ve repréndele a solas tú con él; si te escucha, has ganado a tu hermano. Pero si no te escucha, toma aún contigo a uno o dos, para que por boca de dos o tres testigos conste toda palabra. Se rehúsa escucharle a ellos, dilo a la iglesia; y si también rehúsa escuchar a la iglesia, sea para ti como el gentil o el publicano.” (Mateo 18:15 – 17). Hay que reconocer que los primeros pasos hacia una reconciliación deben darlos los que están envueltos en la ofensa, pero la iglesia debe envolverse en la acción si el asunto no se puede resolver de otra forma. La iglesia estaba en sus comienzos cuando en Señor actuó para castigar a Ananías y su esposa Safira (Hechos 5:1 – 10). Siendo miembros de la iglesia primitiva, ellos mintieron acerca de su ofrenda. Dios demostró se descontento haciéndoles morir instantáneamente. El resultado fue que cundió un gran temor sobre toda la iglesia y sobre todos los que oyeron de esas cosas (Hechos 5:11). Esto no impidió el crecimiento de la iglesia, como algunos pudieran pensar, sino que se adhirieron más creyentes al Señor (Hechos 5: 14). Cuando Pablo escribió a la iglesia en Corinto, les amonestó por tolerar el pecado. Entre ello había un hombre culpable de fornicación, y no habían hecho nada para corregir esto. Por inspiración el apóstol Pablo dio esta instrucción: “ En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesucristo, el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús” (1 Co. 5:4 – 5). Hagan el favor de notar que esta acción debía ser tomada por la iglesia. La iglesia del Nuevo Testamento tenía la obligación de ejercer disciplina. Esto había de ser hecho en el nombre (por autoridad)del señor Jesucristo. Términos para describir la Disciplina. Las escrituras usan diferentes términos para describir la disciplina y debemos ser cuidadosos en usar solo los términos de la Biblia. A menudo

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escuchamos que alguien ha sido “ingresado” o “sacado de la iglesia”. Esto no es lenguaje bíblico. Las Escrituras hablan de “apartarse Ustedes” (2 Tes. 3:6). En el mismo contexto se nos indica que “no participemos” en las obras de las tinieblas (Efesios 5: 11). Al escribir a la iglesia en Roma, Pablo instruyó a los santos que “se fijaran y se apartaran” de algunos (Romanos 16:17). A los Corintos, Pablo ordenó “entregar a Satanás” al fornicador ( 1 Cor. 5: 4 – 5). Luego en el mismo capítulo instruye a los hermanos a no “no hacerles compañía a ” o “ comer con” ciertos hermanos que estaban pecando ( 1 Cor. 5: 9 – 11). Quienes deben ser Disciplinados.

De los pasajes de Escrituras que acabamos de citar es fácil que aquellos a quienes debemos tratar tan severamente son los hijos de Dios que han pecado, trayendo reproche sobre el nombre del señor y sobre la iglesia que compró con su sangre. La lista de pecados varía con cada pasaje citado, pero todos han pecado. No debe existir parcialidad al cumplir este deber sagrado, sino que debe incluir “todo” hermano que camine desordenadamente (2 Tes. 3:11). Está limitado a aquellos de “entre vosotros” (2 Cor. 5:9 – 13). El propósito de tal Disciplina.

La disciplina nunca debe ser aplicada por causa de venganza (Romanos 12:19). No debe hacerse por causa de odio. Debe amonestar como hermano en el error (2 Tes. 3:15), para que se sienta avergonzado (2 te. 3:14). Nuestro propósito debe ser el de destruir el pecado, pero salvar al hermano (1 Cor. 5:5). Los que sean castigados deben aprender de esa experiencia para no volver a pecar (1 Tim. 1:20), Si no tener mayor respeto hacia Dios y su Iglesia. Cuando la iglesia es unánime en este respecto, se conserva su pureza, Sólo una iglesia pura será presentada a Dios (Efesios 5:27). Cuando el pecado se queda sin amonestación, su influencia es como la levadura y corromperá a otros (1 Cor. 5:6 -7). Las malas compañías corrompen las buenas costumbres (1 Cor. 15:33 ) No tendremos la bendición de Dios si fallamos en esta obligación (Josué 7).

Ministerio Eclesiástico II

D.E.C - -

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Bibliografía.

● Biblia de estudio “ Vida Plena”. ● Biblia de estudio “Diario Vivir”. ● Comentario bíblico “Matéu Henrry”. ● Diccionario bíblico “Vila Escuan”.