2
12 - HAMABI hika 209-210 - ekaina-uztaila O rganizado por la Escuela de paz de Bakeaz, la Funda- interesante recoger algu- nas de las ideas que allí fiende la necesidad de la revolución para po- ner fin al Estado y el derecho para, de esa manera, acabar con la violencia, pues en su opinión donde hay derecho hay violencia. La síntesis de mesianismo judío y marxismo li- berador hace en ocasiones oscura y difícil de interpretar la obra de Benjamin, al menos para quien escribe estas líneas, pero es innegable que sus trabajos son siempre sugerentes. Por ejemplo, a partir de su afirmación de que en toda situación de derecho, tanto natural como positivo, está presente la violencia, el ponen- te subrayó esta omnipresencia como una ba- rrera contra un pacifismo acrítico (“la con- dena de todas las violencias”) y como un elemento a favor de repensar el monopolio de la violencia por parte del Estado, legítimo y necesario para proteger a la sociedad. El tema es fundamental y provocó allí mismo interesantes intervenciones.ï Sobre Paul Ricoeur, particularmente cono- cido por sus obras sobre la historia y la me- moria y, significativamente el único autor no judío de los tratados, disertaron Josefina Cues- ta y Xabier Etxeberria. Este último, profesor de la Universidad de Deusto y uno de los más destacados estudiosos en Euskadi del tema de las víctimas, habló sobre el problema de la memoria, la identidad y las víctimas en Ri- coeur. Se trata de un problema que abarca distintos niveles temporales, pues la memo- ria de las víctimas supervivientes trata del pasado, pero desde el presente y con proyec- ción hacia el futuro. Así combina elementos diferentes, como el rechazo del negacionis- mo y la fidelidad a las víctimas, la conciencia de la amenaza siempre presente del olvido (el pasar página en Euskadi) y el peligro de la ter- giversación, a través de distintas estrategias. Es importante recordar que no se recuerda lo que pasó, sino la experiencia de lo que pasó, Antonio Duplá ción Fernando Buesa y el Aula de Ética de la Universidad de Deusto el pasado mes de abril tuvo lugar en Bilbao el I Encuentro sobre memoria y víctimas del terrorismo. El Encuen- tro tenía un subtítulo que ilustra bien las in- tenciones de sus organizadores: “Espejo del pasado, reflejo hacia el futuro. El pensamien- to europeo del siglo XX y las víctimas del te- rrorismo en el País Vasco”. Es decir, el obje- tivo era analizar, a través de una serie de conferencias y debates, el pensamiento de di- versos intelectuales europeos que vivieron la II Guerra Mundial y, en particular, el régimen nazi y explorar la posible aplicación de sus experiencias y reflexiones a la situación de las víctimas del terrorismo en el País Vasco. Las sesiones más teóricas se completaron con una mesa redonda sobre Las víctimas en el espacio público, protagonizada por personas destaca- das tanto por su propia condición de vícti- mas como por su protagonismo institucional o en colectivos de víctimas (Maixabel Lasa, Maite Pagazaurtundua y Ángel Altuna). Este testimonio directo de las víctimas constituye uno de los elementos más importantes en la imprescindible socialización de su memoria en el seno de la sociedad y en el proceso de su reconocimiento y reparación. Es algo que hay que agradecer, por ejemplo, a Gesto por la Paz en estos últimos años, a través de sus Jor- nadas de Solidaridad con las Víctimas. En este sentido, es reconfortante que la Consejería de Justicia del Gobierno Vasco haya decidido revisar el Plan de Educación para la Paz pro- puesto por la anterior Dirección de Derechos Humanos, a fin de incluir de manera decidida la voz directa de las víctimas en las actuacio- nes en los centros educativos. Volviendo al Encuentro, es posible que al- gún lector o lectora levante las cejas cuando vea la asociación que, aparentemente, se esta- blece entre el terror nazi y el terrorismo en el País Vasco y le parezca una exageración o algo fuera de lugar. Sin embargo, no se trataba de establecer comparaciones mecánicas o de de- ducir equivalencias burdas, sino de buscar posibles paralelismos y conexiones intelectua- les y políticas a partir de una serie de biogra- fías que, salvadas todas las distancias, ilustran sobre aspectos que también conocemos aquí. Me refiero a la problemática del exilio, la re- flexión sobre la violencia y la dialéctica me- dios y fines, el peligro de la insensibilidad so- cial, la invisibilidad de las víctimas, la gestión de la memoria o la relación entre víctimas y victimarios. Mutatis mutandis, es decir, cam- biando todo lo que haya que cambiar en fun- ción de la diferente situación, son todas ellas cuestiones que están sobre la mesa en el caso de la sociedad vasca. No pude asistir a todo el encuentro y, por lo tanto, esta crónica es forzosamente parcial e incompleta. De todos modos me parecía se expusieron, las que yo pude escuchar, para contribuir así a continuar este debate impres- cindible. La futura publicación de todas las ponencias nos permitirá proseguir la discu- sión. La figura de Joseph Roth, intelectual cen- troeuropeo que vive en la convulsa época desde fines del siglo XIX hasta el estallido de la II Guerra Mundial, le sirvió a Galo Bilbao, profesor de la Universidad de Deusto, para abordar la problemática del exilio. Roth, apá- trida lúcido en palabras del ponente, nómada y autodestructivo también, puede servir de guía para bucear en las diferentes razones que obligan a alguien a abandonar su país, en la destrucción identitaria y física que supone el exilio o en los peligros de las patrias excluyen- tes. Todo ello reviste particular interés en el caso del País Vasco, donde la palabra exilio remite casi exclusivamente a la Guerra Civil y el franquismo o a los propios militantes de ETA antes que a sus víctimas. Se impone una labor previa de reconocimiento de esa reali- dad, evidente al margen de disputas cuantita- tivas de relativo interés. Sabemos de casos de periodistas, empresarios, profesores univer- sitarios y de muchas personas anónimas, por no hablar de ese exilio interior que tiene como resultado el silencio y el miedo. Pero resulta imprescindible un estudio de las causas con- cretas de cada caso, de cómo afecta a las per- sonas, así como una cuantificación consecuen- te, e incluso una depuración conceptual del término para ajustarlo a nuestra realidad con- creta. Walter Benjamin, el filósofo y ensayista ale- mán que se suicidó en Port Bou en 1940 hu- yendo del nazismo, fue analizado desde dos perspectivas, a cargo de Daniel H. Cabrera, de la Universidad de Zaragoza y de Joseba Arregi, de la Universidad del País Vasco res- pectivamente. En el primer caso, se analizó la dimensión de Benjamin como crítico de la modernidad, esto es del capitalismo, y de la ideología del progreso, una de sus mayores maldades, así como defensor de la memoria de las víctimas, como expresión de esa otra historia, la verdadera, que la escrita por los vencedores no recoge. El intelectual que rei- vindica a las víctimas, los desechos del pasa- do, haría justicia a la verdadera historia y con- tribuye a construir una identidad completa, que sería injusta si las olvidara. El cuadro Angelus Novus de Paul Klee, que Benjamin analiza en la novena de sus Tesis sobre Filosofía de la Historia, ejemplifica esa situación com- pleja. La revolución supone la necesidad de detenerse y repensar la modernidad, retoman- do los fragmentos de lo destruido, en última instancia, las esperanzas hacia un futuro me- jor. La segunda reflexión sobre Benjamin se centró más específicamente en su ensayo Para una crítica de la violencia, en el que su autor de- Víctimas del terrorismo, memoria e hi Víctimas del terrorismo, memoria e hi

Víctimas del terrorismo, memoria e hi · PDF fileducir equivalencias burdas, sino de buscar ... aquellos sectores más refractarios que siguen justificando la violencia y que siguen

  • Upload
    ngolien

  • View
    222

  • Download
    1

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: Víctimas del terrorismo, memoria e hi · PDF fileducir equivalencias burdas, sino de buscar ... aquellos sectores más refractarios que siguen justificando la violencia y que siguen

12 - HAMABI hika 209-210 - ekaina-uztaila

Organizado por laEscuela de paz deBakeaz, la Funda-

interesante recoger algu-nas de las ideas que allí

fiende la necesidad de la revolución para po-ner fin al Estado y el derecho para, de esamanera, acabar con la violencia, pues en suopinión donde hay derecho hay violencia. Lasíntesis de mesianismo judío y marxismo li-berador hace en ocasiones oscura y difícil deinterpretar la obra de Benjamin, al menos paraquien escribe estas líneas, pero es innegableque sus trabajos son siempre sugerentes. Porejemplo, a partir de su afirmación de que entoda situación de derecho, tanto natural comopositivo, está presente la violencia, el ponen-te subrayó esta omnipresencia como una ba-rrera contra un pacifismo acrítico (“la con-dena de todas las violencias”) y como unelemento a favor de repensar el monopoliode la violencia por parte del Estado, legítimoy necesario para proteger a la sociedad. Eltema es fundamental y provocó allí mismointeresantes intervenciones.ï­

Sobre Paul Ricoeur, particularmente cono-cido por sus obras sobre la historia y la me-moria y, significativamente el único autor nojudío de los tratados, disertaron Josefina Cues-ta y Xabier Etxeberria. Este último, profesorde la Universidad de Deusto y uno de los másdestacados estudiosos en Euskadi del temade las víctimas, habló sobre el problema de lamemoria, la identidad y las víctimas en Ri-coeur. Se trata de un problema que abarcadistintos niveles temporales, pues la memo-ria de las víctimas supervivientes trata delpasado, pero desde el presente y con proyec-ción hacia el futuro. Así combina elementosdiferentes, como el rechazo del negacionis-mo y la fidelidad a las víctimas, la concienciade la amenaza siempre presente del olvido (elpasar página en Euskadi) y el peligro de la ter-giversación, a través de distintas estrategias.Es importante recordar que no se recuerdalo que pasó, sino la experiencia de lo que pasó,

Antonio Duplá

ción Fernando Buesa y el Aula de Éticade la Universidad de Deusto el pasado mesde abril tuvo lugar en Bilbao el I Encuentrosobre memoria y víctimas del terrorismo. El Encuen-tro tenía un subtítulo que ilustra bien las in-tenciones de sus organizadores: “Espejo delpasado, reflejo hacia el futuro. El pensamien-to europeo del siglo XX y las víctimas del te-rrorismo en el País Vasco”. Es decir, el obje-tivo era analizar, a través de una serie deconferencias y debates, el pensamiento de di-versos intelectuales europeos que vivieron laII Guerra Mundial y, en particular, el régimennazi y explorar la posible aplicación de susexperiencias y reflexiones a la situación de lasvíctimas del terrorismo en el País Vasco. Lassesiones más teóricas se completaron con unamesa redonda sobre Las víctimas en el espaciopúblico, protagonizada por personas destaca-das tanto por su propia condición de vícti-mas como por su protagonismo institucionalo en colectivos de víctimas (Maixabel Lasa,Maite Pagazaurtundua y Ángel Altuna). Estetestimonio directo de las víctimas constituyeuno de los elementos más importantes en laimprescindible socialización de su memoriaen el seno de la sociedad y en el proceso de sureconocimiento y reparación. Es algo que hayque agradecer, por ejemplo, a Gesto por laPaz en estos últimos años, a través de sus Jor-nadas de Solidaridad con las Víctimas. En estesentido, es reconfortante que la Consejería deJusticia del Gobierno Vasco haya decididorevisar el Plan de Educación para la Paz pro-puesto por la anterior Dirección de DerechosHumanos, a fin de incluir de manera decididala voz directa de las víctimas en las actuacio-nes en los centros educativos.

Volviendo al Encuentro, es posible que al-gún lector o lectora levante las cejas cuandovea la asociación que, aparentemente, se esta-blece entre el terror nazi y el terrorismo en elPaís Vasco y le parezca una exageración o algofuera de lugar. Sin embargo, no se trataba deestablecer comparaciones mecánicas o de de-ducir equivalencias burdas, sino de buscarposibles paralelismos y conexiones intelectua-les y políticas a partir de una serie de biogra-fías que, salvadas todas las distancias, ilustransobre aspectos que también conocemos aquí.Me refiero a la problemática del exilio, la re-flexión sobre la violencia y la dialéctica me-dios y fines, el peligro de la insensibilidad so-cial, la invisibilidad de las víctimas, la gestiónde la memoria o la relación entre víctimas yvictimarios. Mutatis mutandis, es decir, cam-biando todo lo que haya que cambiar en fun-ción de la diferente situación, son todas ellascuestiones que están sobre la mesa en el casode la sociedad vasca.

No pude asistir a todo el encuentro y, porlo tanto, esta crónica es forzosamente parciale incompleta. De todos modos me parecía

se expusieron, las que yo pude escuchar, paracontribuir así a continuar este debate impres-cindible. La futura publicación de todas lasponencias nos permitirá proseguir la discu-sión.

La figura de Joseph Roth, intelectual cen-troeuropeo que vive en la convulsa épocadesde fines del siglo XIX hasta el estallido dela II Guerra Mundial, le sirvió a Galo Bilbao,profesor de la Universidad de Deusto, paraabordar la problemática del exilio. Roth, apá-trida lúcido en palabras del ponente, nómaday autodestructivo también, puede servir deguía para bucear en las diferentes razones queobligan a alguien a abandonar su país, en ladestrucción identitaria y física que supone elexilio o en los peligros de las patrias excluyen-tes. Todo ello reviste particular interés en elcaso del País Vasco, donde la palabra exilioremite casi exclusivamente a la Guerra Civil yel franquismo o a los propios militantes deETA antes que a sus víctimas. Se impone unalabor previa de reconocimiento de esa reali-dad, evidente al margen de disputas cuantita-tivas de relativo interés. Sabemos de casos deperiodistas, empresarios, profesores univer-sitarios y de muchas personas anónimas, porno hablar de ese exilio interior que tiene comoresultado el silencio y el miedo. Pero resultaimprescindible un estudio de las causas con-cretas de cada caso, de cómo afecta a las per-sonas, así como una cuantificación consecuen-te, e incluso una depuración conceptual deltérmino para ajustarlo a nuestra realidad con-creta.

Walter Benjamin, el filósofo y ensayista ale-mán que se suicidó en Port Bou en 1940 hu-yendo del nazismo, fue analizado desde dosperspectivas, a cargo de Daniel H. Cabrera,de la Universidad de Zaragoza y de JosebaArregi, de la Universidad del País Vasco res-pectivamente. En el primer caso, se analizó ladimensión de Benjamin como crítico de lamodernidad, esto es del capitalismo, y de laideología del progreso, una de sus mayoresmaldades, así como defensor de la memoriade las víctimas, como expresión de esa otrahistoria, la verdadera, que la escrita por losvencedores no recoge. El intelectual que rei-vindica a las víctimas, los desechos del pasa-do, haría justicia a la verdadera historia y con-tribuye a construir una identidad completa,que sería injusta si las olvidara. El cuadroAngelus Novus de Paul Klee, que Benjaminanaliza en la novena de sus Tesis sobre Filosofíade la Historia, ejemplifica esa situación com-pleja. La revolución supone la necesidad dedetenerse y repensar la modernidad, retoman-do los fragmentos de lo destruido, en últimainstancia, las esperanzas hacia un futuro me-jor. La segunda reflexión sobre Benjamin secentró más específicamente en su ensayo Parauna crítica de la violencia, en el que su autor de-

Víctimas del terrorismo, memoria e hiVíctimas del terrorismo, memoria e hi

Page 2: Víctimas del terrorismo, memoria e hi · PDF fileducir equivalencias burdas, sino de buscar ... aquellos sectores más refractarios que siguen justificando la violencia y que siguen

hika 209-210 - ekaina-uztaila HAMAIRU - 13

además de una interpretación de lo que suce-dió, y el reto es que ese moldeado sea justo.Ese reto es fundamental, pues el qué y el cómorecordemos es al mismo tiempo una herra-mienta de futuro. No hay que olvidar que elodio, el resentimiento o la venganza tambiénse alimentan de memoria (recordemos las re-cientes guerras de los Balcanes) y, por lo tan-to, esa gestión de la memoria resulta crucial.Ahí se plantea el problema de con qué valo-res, quién y cómo compartir socialmente lamemoria de las víctimas. En otro orden decosas, la exaltación del terrorista, por ejem-plo en homenajes, tan frecuentes en nuestrocontexto, es otra aplicación de la memoria,pero en este caso particularmente dolorosa yofensiva para las víctimas. La memoria narra-tiva como elemento de construcción de laidentidad fue el otro gran tema que abordó elponente.

Otra figura analizada en el Encuentro fueHannah Arendt, mujer, judía, filósofa, elemen-tos todos ellos claves en su experiencia vital.Celso Sánchez, de la Universidad Pública deNavarra, tituló su ponencia Hannah Arendt: elperdón y el reiniciar de la política. Es sobradamenteconocida la tesis de H. Arendt sobre la bana-lización del mal. Por cierto, esa banalización,que ella aplica en principio al criminal naziAdolf Eichmann, juzgado y condenado enIsrael, y la sociedad afásica que ese mal exigey construye al mismo tiempo, serían aplica-bles, pienso, a personas y contextos bastantemás cercanos. El ponente subrayó la insis-tencia de Arendt en la importancia de la ac-ción contingente, del ámbito de las decisio-nes concretos de las personas concretas, comoantídoto frente a las sociedades totalitarias,cerradas, estáticas, donde nadie decide y sesuprime la contingencia de las decisiones ac-tivas, anuladas por las supuesta objetividad y

cientificidad de unasverdades generales ysupremas, en el fon-do descarnadamenteideológicas. Otrotema de particular in-terés para una socie-dad como la vasca esel tema del perdón,que H. Arendt rei-vindica como pasoprevio para una nue-va política. Frente ala inexorabilidad delmal y precisamente apartir del reconoci-miento de las vícti-mas, el perdón supo-ne una iniciativa pararomper el circuito re-currente del mal ypara explorar nuevasformas de conviven-cia. Arendt reconoce

tarismo el antídoto no es tanto la cultura, cuan-to la educación.

El último autor estudiado fue Primo Levi,conocido en especial a partir del testimoniode su experiencia en Auschwitz, recogido enuna trilogia, Si esto es un hombre, La tregua y Loshundidos y los salvados, absolutamente impre-sionante. Precisamente, Jesús Prieto, antro-pólogo y docente en Vitoria-Gasteiz y Deus-to, se apoyó en la última de dichas obras, Loshundidos y los salvados, para ilustrar algunos pro-blemas que Levi denunciaba y que podemosencontrar hoy en relación con el terrorismode ETA. Me refiero al peligro del olvido y lafalta de consideración de la memoria de lasvíctimas, a la necesidad de combinar el per-dón con la delimitación clara de cuáles hansido las distintas responsabilidades y compli-cidades en juego, o a la lucha contra una so-ciedad que mira para otro lado y calla ante loque sucede, para no ver alterada su, por otraparte, acomodada situación. Es evidente, su-brayaba, que una sociedad como la vasca haestado callada durante demasiado tiempo yes necesaria una rigurosa autocrítica colecti-va. Y esa revisión colectiva de nuestra histo-ria reciente, esa educación en nuevos valoresse hace particularmente necesaria frente aaquellos sectores más refractarios que siguenjustificando la violencia y que siguen vivien-do en el odio. En ese sentido, el virus inocu-lado a los jóvenes de las Juventiudes Hitleria-nas del que nos hablaba Primo Levi, nospuede hace recordar el odio presente en sec-tores juveniles de la llamada izquierda abert-zale, como un elemento que se hace impres-cindible superar para lograr una convivencianueva. En última instancia, subrayaba el po-nente, es preciso reconocer y afrontar la gra-ve enfermedad moral que ha aquejado y to-davía aqueja a la sociedad vasca, al menos aimportantes sectores de la misma, para poderplantearse su sanación y un futuro mejor.

En fin, los temas planteados fueron tantosy tan interesantes todos ellos, que esta rápidacrónica no puede hacer justicia a la intensi-dad y profundidad de aquellas sesiones. His-toria, memoria, identidad, violencia, exilio,legitimación, justificación, medios y fines,narración, educación, son conceptos, ideas yproblemas que surgían de forma recurrente.Ya he comentado que este repaso es parcial,pues se refiere sólo a una parte de las ponen-cias y debates habidos y de alguna maneradebería disculparme ante aquellos y aquellasponentes cuyas intervenciones no he podidorecoger. En cualquier caso, repito que, aunincompleta, esta reseña me parecía del sufi-ciente interés como para ofrecerla en hika. Pien-so que los imperativos de verdad, justicia y re-conocimiento que debemos a las víctimas delterrorismo se enriquecen de forma notable conaportaciones como las ofrecidas en este I En-cuentro, cuya numeración promete en algúnmomento un segundo. Que así sea.

su procedencia cristiana (algo que puede pro-vocar un rechazo de este concepto en deter-minados círculos), pero lo resitúa políticamen-te y destaca su posible trascendencia, no legalni reglada, para una recomposición de la so-ciedad.

Martín Alonso, profesor en Cantabria, fueel encargado de estudiar la figura de JeanAméry, ciudadano austriaco, víctima del na-zismo, torturado por la Gestapo en Bélgica yprisionero en Auschwitz. Esa experiencia trau-mática de la tortura primero, del Lager des-pués, le lleva a caracterizar a la víctima comoun individuo desposeído de sentido, a quienla justificación del victimario le ha arrebatadosu razón de ser. Améry regresa a Bruselas trasel Lager y se considera a sí mismo un supervi-viente casual, que defiende el resentimiento en-tendido como capacidad cívica de indignación.Su biografía le hace ser extremadamente crí-tico con los fundamentalismos étnicos, queen su paroxismo y gracias a la fuerza hipnóti-ca de las grandes ideas, pueden llegar a unaracionalidad asesina, como muestra la histo-ria del nazismo, pero también más reciente-mente, el conflicto de la antigua Yugoslavia.Son esos grandes relatos de los victimarios,que dotan de sentido a sus acciones y justifi-can la violencia, los que marcan una relaciónasimétrica con las víctimas, que no encuen-tran razón para su victimación y deben hacerfrente en su individualidad a la coherencia delvictimario encerrado en la burbuja de sus ra-zones. La subcultura de la violencia en Eus-kadi y su justificación-comprensión de laacción terrorista, es decir, toda la retórica yla literatura del conflicto vasco, ilustran bienese problema. Es obligado desmontar esosgrandes relatos justificatorios mediante larazón crítica, pero como bien nos muestra elejemplo de la Alemania nazi, contra el totali-

e historiae historia