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  Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas ISSN: 0185-1276 [email protected] Instituto de Investigaciones Estéticas México Nieto, Velia El arte de f rontera en la música de Julio Estrada Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas, vol. XXIV, núm. 81, otoño, 2002, pp. 123-138 Instituto de Investigaciones Estéticas Distrito Federal, México Disponible en: htt p://www.redalyc.org/articulo.oa?id=369081 04  Cómo citar el artículo  Número completo  Más información del artículo  Página de la revista en redal yc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

Velia Nieto - El Arte de Frontera en La Música de Julio Estrada

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Nieto

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  • Anales del Instituto de InvestigacionesEstticasISSN: [email protected] de Investigaciones EstticasMxico

    Nieto, VeliaEl arte de frontera en la msica de Julio Estrada

    Anales del Instituto de Investigaciones Estticas, vol. XXIV, nm. 81, otoo, 2002, pp. 123-138Instituto de Investigaciones Estticas

    Distrito Federal, Mxico

    Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=36908104

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  • 123ANALES DEL INSTITUTO DE INVESTIGACIONES ESTTICAS, NM. 81, 2002

    VELIA NIETOescuela nacional de msica, unam

    El arte de frontera en la msica de Julio Estrada 1

    E ste ensayo se propone observar las aportaciones de la msica deJulio Estrada al arte musical contemporneo a travs del dilogo entreinvestigar y crear. Abordar brevemente algunos de sus trabajos encomposicin y en musicologa, campo que muestra un vasto abanico de inte-reses: teora musical con bases fsicas y matemticas, historia musical de M-xico, etnomusicologa o msica y literatura. Investigar y crear es algo comnen la msica de hoy, dualidad que en Estrada se manifiesta como un dilogoentre la razn y la intuicin, el rigor y la libertad, lo real y lo imaginario2 o,tambin como una manera de conciliar tradicin y apertura. A grandes ras-gos, Estrada juega aceptando los riesgos del equilibrio incierto entre esa seriede factores opuestos, como si lo antagnico alimentase su arte musical. En elfondo, ste no busca la estabilidad, sino mantenerse en una frontera conflic-tiva, donde la belleza es tan imperfecta como el drama que genera su luchainterior: mirar al pasado, mirar al futuro.

    Aun si varios textos del autor cubren el tema de sus teoras, una rpida

    1. Este artculo indito es una versin revisada y ampliada del texto presentado en el XXIVColoquio Internacional de Historia del Arte. Arte y ciencia organizado por el Instituto de In-vestigaciones Estticas de la Universidad Nacional Autnoma de Mxico, en Guadalajara, enoctubre de 2000.

    2. Monika Frst-Heidtmann seala esta dualidad: Tot und Leben, Realitt und Irrealitt,Konkretion und Imagination, en Auf der Suche nach der unversellten Imagination. Dermexikanische Komponist Julio Estrada, MusikTexte, Zeitschrift fr Neue Musik, nm. 55,Colonia, agosto de 1994, p. 45.

  • mirada sobre diversas nociones es necesaria antes de abordar su forma de in-tegrar la ciencia y la msica. Dentro de la nocin de teora de la composi-cin, Estrada rene el conjunto de sus investigaciones tericas, divididas pordos nociones bsicas, discontinuidad y continuidad (Estrada, 1994). Bajo laidea de discontinuo designa a toda materia cuya estructura y combinatoriapuedan organizarse matemticamente a partir de la nocin de escala, comoocurre de manera predominante con las alturas y las duraciones. Sus investi-gaciones sobre el discontinuo abarcan:

    msica y teora de grupos finitos (Estrada/Gil, 1984) teora de redes y su aplicacin a la msica (ibid., p. 84) teora del potencial combinatorio de los intervalos de las escalas (Estra-

    da, 1992)3

    A su vez, la idea de continuo observa un campo que el investigador considerabajo dos ngulos principales:

    fsico: continuo entre las frecuencias del ritmo y del sonido, al origen desu nocin de cronoacstica, reflejo de la fusin tiempo-espacio (Estrada,2002, pp. 72-73)4

    perceptivo: resolucin mxima que, respecto a los lmites auditivos, al-cancen a tener los materiales musicales, lo que les hace rebasar tantola estructura de la escala como la combinatoria entre sus trminos(ibid., p. 73)

    Las nociones tericas sirven a Estrada de apoyo a la independencia de supensamiento musical y de herramienta racional para liberar las fantasas crea-tivas. Por encima de todo quehacer o deber terico est la creacin musical

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    3. Sobre este tema recomiendo consultar el programa informtico musiic, Msica, SistemaInteractivo de Investigacin y Composicin, direccin terica de Estrada; realizacin tcnicade Max Daz, Erik Schwarz y Vctor Adn, Proyecto papime, Escuela Nacional de Msica eInstituto de Investigaciones Estticas, Universidad Nacional Autnoma de Mxico, Mxico,1999-2003. Existe una demostracin del programa en la pgina en internet del compositor: http://www.prodigyweb.net.mx/ejulio/julio.htm.

    4. Aunque el tema ha sido tratado por Estrada en su tesis doctoral (Estrada, 1994), cito elartculo publicado recientemente en Perspectives of New Music como el texto ms actualizadoal respecto.

  • o, dicho de otro modo, componer es pasar a la realidad lo que est en elimaginario (Nieto, 1994). Estrada ha tendido a hacer tabula rasa de todabase formal que no generen sus procesos de investigacin, evitando inclusorepetir objetivos experimentados en obras anteriores, razn que explica lominucioso de su produccin. La frecuente ruptura con lo establecido lo hallevado a entender la composicin como sinnimo de exploracin creares viajar, dice. Dicha idea deja reconocer en su msica un reto experimentaly un proyecto emotivo que intentan, al fundirse, descubrir y reconocer losmtodos ad hoc para desvelar la fantasa. Si ha incursionado en diversas ten-dencias musicales al inicio de su carrera atonalidad, procesos de compo-sicin, estructuras matemticas o postonalidad, cada cambio conserva laintencin de revelar en lo posible la jerarqua musical del imaginario. Todoaquello aparentemente terico, en l est vinculado a propuestas que nacende su fantasa musical. A continuacin tratar de mostrar esa concordanciaen algunas de sus partituras para entender mejor la esttica del compositor.

    Macro-timbre

    Desde yuunohuiyei para violonchelo (1983), Estrada crea una nueva nocin,el macro-timbre, sntesis de la fusin fsico-perceptiva de la materia musicalen la que se generaliza el tratamiento del ritmo y del sonido a partir de unahomogeneizacin de sus componentes respectivos, conjunto que permitemostrar una integracin crono-acstica de la materia musical (Estrada,1994, p. 116). La nocin de crono-acstica que propone Estrada integra el rit-mo y el sonido en una sola materia, de modo semejante a la fusin fsica en-tre el tiempo y el espacio. El compositor establece un paralelo entre compo-nentes sonoros y rtmicos del macro-timbre para proponer las siguientesequivalencias: frecuencia duracin y altura, amplitud acentuacin eintensidad y contenido armnico vibrato y color (Estrada, 2002,pp. 72-73).5

    Desde hace ya dos dcadas, el macro-timbre es el aspecto terico funda-mental en este compositor, que al enfrentar el problema de organizacin delos elementos de la msica va a basar sus propuestas en la estructura fsica

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    5. El macro-timbre incluye, adems, el espacio tridimensional de ejecucin: altura, profun-didad, lateralidad.

  • de la realidad. Para Estrada la materia nebulosa del imaginario puede encon-trarse en una condicin diferente, pero no se distancia totalmente de los es-tados fsicos que puede adoptar la materia (ibid., p. 71). Esta observacinperceptiva, determinante para su esttica, lo lleva a entender sus fantasasmusicales como si se tratara de una realidad nueva. Su obra busca lograr esaprioridad, por lo cual su trabajo se concentra al interior de la materia mismade la msica para la creacin de texturas cuya riqueza intenta compararsecon la libertad de articulacin de la voz humana. Sus texturas prescinden delmtodo armnico de superposicin de las voces y adoptan el modelo crono-acstico para fusionar todos los componentes rtmicos y sonoros en una solavoz. Un mtodo general de registro grfico del conjunto de stos sirve al pro-psito de representar cada una de sus respectivas evoluciones temporales conla mayor flexibilidad. Dicha tcnica permite una manipulacin temporalconstante sobre el timbre, de forma parecida a la de un escultor que modelasu materia. Un timbre tiene que ser articulado en el tiempo para ser tim-bre, escribe Franois (1991, p. 135), afirmacin que Estrada lleva a su realiza-cin con los instrumentos y con la voz.

    Micro-estructura

    El anlisis exhaustivo de la obra de Estrada me permite dividirla en variosperiodos, cada uno de ellos claramente diferenciado de los dems:

    primero (1959-1968): sistemas europeos segundo (1968-1973): procesos de composicin e improvisacin tercero (1974-1979): tonalidad extendida cuarto (1980-?): el continuo

    El trnsito que hace el compositor de los mtodos de trabajo de tipo discon-tinuo a los de tipo continuo marcar definitivamente su esttica. No obstan-te lo anterior, una observacin cuidadosa de la produccin en cada uno dedichos periodos me ha permitido encontrar que la repeticin es el elementoque ms permanece: desde la variacin tradicional hasta procesos que buscantransformar el paradigma de sta. Obsrvese la insistencia del aspecto repeti-tivo en varias obras y lo significativo de cada cambio:

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  • En Memorias para teclado piano, clavicmbalo u rgano (1971), lospatrones meldicos creados por el ejecutante deben pasar por procesosrepetitivos cuyo objetivo central es evitar la repeticin idntica.

    En Canto mnmico, fuga en cuatro dimensiones para cuarteto de cuer-das (1973, rev. 83), la repeticin variada es el resultado de la obtencinde diversas simetras propias de los grupos finitos, con lo que se trans-forma sin cesar el sujeto y el contra-sujeto y se renueva la estructura deuna forma polifnica escasamente alterada.

    En los cuatro yuunohui, para instrumentos de cuerda (1983-1990), la re-peticin se manifiesta bajo la forma de veloces glissandi-tremolandi dealtura superpuestos a otros veloces trmolos rtmicos del arco, mante-nindose unos y otros con velocidades independientes.

    En Ensemble yuunohui (1990), versin que permite crear dos, tros ocuartetos con las cuatro versiones de los cuatro yuunohui, surge un mo-delo novedoso de repeticin con el contrapunto sincrnico entre loscomponentes del macro-timbre. Dicho contrapunto consiste en super-poner la informacin contenida en un componente a su imitacin si-multnea en otro componente; por ejemplo, la curva de glissandi de laaltura tiene su paralelo en la curva dinmica de la intensidad.

    En ishiniioni para cuarteto de cuerdas (1984-1990), encontramos la re-peticin dentro de la variacin topolgica, transformacin indita queparte de los datos obtenidos en una trayectoria integrada por tres dis-tintos componentes del macro-timbre; por ejemplo, altura, intensidady color sonoros. Los tres datos iniciales son modificados al aplicar rota-ciones y translaciones continuas a la trayectoria inicial. Dichas transfor-maciones extienden las relaciones propias de la teora de grupos finitosdiscontinuo al campo de lo continuo.

    Ritmo

    Un ritmo flotante en lo lineal y un permanente desfase en lo vertical son ca-ractersticas en Estrada, idea que sugieren las instrucciones de Arrullo, paravoz e instrumentos ad libitum (1978): se buscar crear un mecimiento libre[] como [] un columpio. La tendencia a evitar la mtrica es manifiestadesde obras tempranas como Memorias para teclado que, sin comps ni medi-da, propone una pulsacin peridica constante de principio a fin. Dentro de

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  • la produccin que comprende el conjunto de los Cantos (1973-1978), la rt-mica va a oponerse a la sincrona, lo que a su vez se acompaa de una ten-dencia a evitar toda forma de periodicidad.

    Ms tarde, en la produccin asociada al macro-timbre continuo, resurgeuna forma elstica de periodicidad que presenta un estado continuo de fluctua-cin y que se expresa por la aceleracin o la desaceleracin incesante del pul-so. En eolooolin para seis percusionistas (1983), el autor consolida dicha con-cepcin continua del ritmo, en la que no puede tener lugar la nocin desincrona (figura 1).

    Este aspecto se manifiesta de modo an ms radical en la escritura de eua-onome para orquesta (1995), donde cerca de cincuenta macro-timbres crean undenso continuo basado en la micro-divisin de la unidad de duracin.6

    Espacio-temporalidad

    Lo secuencial es entendido filosficamente por Estrada como el dictado delimaginario sobre el tiempo; de este modo, la invencin de una secuencia enel discontinuo deviene el elemento generador tanto de la forma como de laverticalidad. La gestacin de lo secuencial se basa en su obra en un principioprimario, el de la expansin y la contraccin de un elemento nuclear. Esteprincipio puede observarse, en el discontinuo, en las evoluciones repetitivasde Memorias para teclado o en la forma de encadenar los distintos segmentosque componen Canto alterno. Mientras, lo secuencial se observa en el campodel continuo a nivel de la evolucin espacio-temporal de un componenteprincipal del macro-timbre, como es el caso de la altura. Por ejemplo, enyuunohuiyei, la altura sonora es el referente principal para el diseo de cadauno de los dems componentes del sonido y del ritmo que participan en elmacro-timbre. Dicha referencia conduce a Estrada a la concepcin del con-trapunto poliparamtrico,7 idea que no niega su inspiracin tanto en el mode-

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    6. La unidad de duracin es un elemento de base en las partituras de Estrada y equivale a unpulso regido por la velocidad metronmica adoptada en cada momento dentro de cada obra.

    7. En sus textos iniciales sobre el continuo, Estrada utilizaba el trmino parmetro paradesignar lo que en la ltima dcada entiende como componente crono-acstico. Utilizo eltrmino parmetro cuando es necesario citar literalmente esa nocin o cuando es ms apropia-do desde el punto de vista del lenguaje, como es el caso del contrapunto poliparamtrico.

  • lo del contrapunto tradicional como en el movimiento de las voces armni-cas. Aun si la idea del contrapunto poliparamtrico contiene la propuesta ra-dical de eliminar la superposicin de las voces y concentrarse al interior deuna sola voz, los modelos del contrapunto y de la armona le sirven paracrear imitaciones entre los componentes o para preservar un cierto equilibrioen el macro-timbre continuo. Esta propuesta se encuentra en eolooolin, losyuunohui, ishiniioni, mictlan para voz, ruidista y contrabajo (1992), euaon-ome y hum para quinteto vocal (1999-2002).8

    En un ensayo por renovar una vez ms la relacin de la msica actual conlos modelos de la tradicin, Estrada crea al final de ishiniioni (pp. 79-81 delmanuscrito) un canon relativamente estricto entre las curvas que definen losmovimientos de los componentes del macro-timbre. En el contrapunto de latradicin, el canon es imitado en dos dimensiones: un objeto tema, moti-vo, etc. sirve de modelo para ser copiado por otra voz con un cierto desfa-

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    8. Las obras mictlan y hum son mdulos de la pera Pedro Pramo, creacin en proceso,centro del trabajo de Estrada desde 1992.

    1. Fragmento de la partitura de eolooolin. Reprografa: Ernesto Pealoza, Archivo Fotogrficoiie-unam.

  • se temporal, incluso con una dimensin aumentada o disminuida. A travsde su mtodo de representacin grfica en tres dimensiones, Estrada creaun canon que se desarrolla en varias dimensiones al imitar el modelo con uncomponente diferente del macro-timbre en cada uno de los instrumentos quedeben reproducirlo. A su vez, la idea misma de imitacin resulta en su obratan elstica como la materia de tipo continuo, donde un mnimo cambiobasta para alterar el estado inicial de la informacin del modelo.

    Forma

    Podemos observar desde las primeras obras de Estrada una tendencia hacia elmovimiento que lo llevar de forma gradual a abandonar en su msica las es-tructuras fijas. El carcter dinmico de los procesos de composicin contras-ta con el de las formas o estructuras fijas, menos cercano a la fantasa de estecompositor. Esta tendencia hacia lo dinmico puede apreciarse desde susobras ms tempranas, como Memorias para teclado, primera en su produc-cin en desarrollar la forma por medio de las redes. stas, provenientes de lateora de grafos, le permiten a la vez libertad y control garantizando siemprela conexin de los materiales que emplea (figura 2).

    La idea de red invita a considerar la forma musical como una estructuraelstica cuyas posibilidades de fusin sirven a lo secuencial en tanto que pro-ducto ms inmediato de los dictados del imaginario. A nivel de la micro-for-ma, la libre evolucin de lo secuencial propia del imaginario de Estrada pare-ce estar ms cerca de la improvisacin que de decisiones tomadas por fueradel tiempo. Son stas las que Estrada evita con ms frecuencia en su msica,como si su concepto sobre la forma se inspirase en fenmenos de la naturale-za, donde el proceso de expansin espacio-temporal es constante y dondeningn orden est fijado previamente.

    La movilidad de la forma es otro elemento caracterstico del compositor.El que Estrada imagine su msica escrita de manera muy precisa para quepueda ser escuchada de formas diferentes nos muestra una nocin difusa dela forma. Esto queda sealado en la red que representa la forma abierta-ce-rrada del Canto alterno para violonchelo (1978) o en la apertura que rige lasversiones mltiples de Ensemble yuunohui para dos a cuatro cuerdas. Algoan ms radical ocurre con la forma general del proyecto de Pedro Pramo,pera cuyos distintos y variados mdulos mictlan, hum, mictlanome, Dolo-

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  • ritas, Susana San Juan, Retrato y otros pueden ejecutarse por separado co-mo obras musicales independientes o ensamblarse bajo formas distintas den-tro de la pera.

    Espacializacin

    El valor que el compositor otorga tanto a la transformacin como al movi-miento, elementos esenciales de su msica, explica la libertad que requieremantener la materia de su imaginario. Esta idea va a extenderse al tratamien-to que su msica da al espacio, elemento decisivo que en Estrada se integraplenamente a la forma. Tanto el espacio ideal constituido por la forma par-ticular de representacin interior de la materia musical, como el espacio fsicoen el cual se realiza la obra. A travs de este ltimo, la espacializacin, es ma-nifiesta la voluntad de Estrada de ubicar puntos, lneas o trayectorias de cur-vas en el espacio, concediendo al elemento del espacio un sitio semejante alque tienen el sonido y el ritmo como partes integrales del macro-timbre. En-contraremos esta forma de expandir la nocin del macro-timbre en varios

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    2. Partitura de Memorias para teclado, versin de Velia Nieto.

  • momentos de su obra y en diferentes grados de elaboracin:

    En la versin inaugural de Memorias para teclado, diez pianistas, ejecu-tando cada uno su propia versin de la obra, se distribuyeron en lostres pisos del Museo Tecnolgico9 (figura 3).

    Canto naciente para octeto de metales (3.2.2.1) (1975-1978) pide a losinstrumentistas ubicarse en las aristas de un cubo virtual que rodea alpblico, envolvindolo en una atmsfera de melodas y armonas quedan la sensacin de viajar en el espacio.

    En eolooolin el sexteto de percusionistas debe realizar un recorrido coninstrumentos porttiles a travs de los pasillos interiores y exteriores de

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    9. El pblico asistente a dicho concierto, formado por 5000 personas, deambulaba por loscorredores y escaleras del museo.

    3. Estreno de Memorias para teclado, Museo Tecnolgico, Comisin Federal de Electricidad,Mxico, D.F., 14 de noviembre de 1971. Foto: Juan Francisco Ros.

  • un pentgono dentro del cual se encuentra el pblico; los ejecutantesrecorren incluso el espacio al exterior del pentgono.

    euaonome muestra una distribucin no ortodoxa de los msicos en laque violonchelos y contrabajos se encuentran al frente de la orquesta,mientras que dos pianos de cola sin tapa, ubicados a ambos costadosdel conjunto orquestal, mantienen el pedal de resonancia para dar ma-yor sensacin de profundidad.

    En la versin espacial de ishiniioni, el espacio fsico es un aspecto esen-cial de la textura que denota las tendencias hacia la homofona o la he-terofona de la evolucin musical; mientras que el violonchelo se en-cuentra al centro, los dos violines y la viola se desplazan en un mbitohexagonal subdividido en 72 tringulos, dentro de los cuales se encuen-tra ubicado el pblico (figura 4).

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    4. Diseo de la espacializacin de ishiniioni.

    diagrama 2

    violn 1violn 2

    violonchelo

    planilla

    proyector

  • Esttica

    Dentro de la tradicin musical europea, valores como la sincrona, la repeticinperidica y la forma cerrada constituyen la base del concepto armnico-to-nal. ste logra extenderse incluso, a travs de distintos sistemas musicales,hasta los confines del siglo xx. Sincrona, repeticin peridica y forma cerradason valores tradicionales que se complementan para crear una msica cuyaescala fija en alturas, lo mismo que en duraciones el comps, se encuen-tra en las bases del sistema. En las ltimas dcadas, nociones como conso-nancia y disonancia, derivadas de dicha esttica, se han pulverizado, de mo-do que la mtrica se ha convertido en duracin y la forma se ha abierto aprocesos ms complejos. Y, sin embargo, las nociones de sincrona y repeti-cin peridica han permanecido con menores transformaciones que la formamusical. Cambios importantes se suceden en valores tradicionales como losarriba citados al someterlos a la naturalidad del continuo, campo infinita-mente ms vasto. En el continuo del macro-timbre que concibe Estrada noexiste una referencia que exija mantenerse dentro de la periodicidad, lo quepermite captar numerosas tendencias del movimiento al describir el objetomusical: el valor de la sincrona tiende a ser irrelevante y la msica se con-vierte en un fluido.

    La manipulacin de la materia musical, de sus inflexiones y transforma-ciones dentro de una transicin continua no est exenta de dificultades. Ladificultad en la base de la complejidad de la msica de Estrada se convierteen una de sus ms altas cualidades: es su encanto. El autor integra a la msi-ca las sonoridades que le son preciosas: todos los ruidos, vientos, murmullos,aspecto ste caracterstico del sonido estradiano que nos permite reconocersu estilo nico. Si bien es cierto que Estrada se propone solamente obteneren la realidad el objeto imaginado, el producto que obtiene ser el resultadocomplejo de un macro-timbre que oscila entre lo estable y lo difuso, de lasinteracciones paramtricas; de la forma como un proceso controlado por re-des; de las transformaciones continuas de simetras dentro del espacio tridi-mensional y de inflexiones que, en su conjunto, toman a la naturaleza comomodelo. Pensemos en el oyente, que no tendr la tarea de comprender elporqu de todo lo anterior, pero que recibir, sin embargo, la sensacin deun arte cuyas transformaciones son prximas a lo primario. As, el sonido yel ruido, el ritmo y lo quebrado, lo fijo y lo mvil propios de la materia mu-sical creada por Estrada remiten, en su conjunto, a esa dualidad sealada al

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    5. Fragmento de la partitura de hum, Es el caballo de Miguel Pramo, cuarteto vocal parasoprano, mezzo, contralto y bartono. Foto: Ernesto Pealoza, Archivo Fotogrfico iie-unam.

  • inicio donde la razn sirve a la intuicin, el rigor a la libertad, el modelo realal imaginario. Y donde, tambin, el conciliar tradicin y apertura es el ensa-yo de heredar la experiencia auditiva acumulada por siglos para proyectarla alfuturo.

    Una muestra esencial de esa dualidad a la que aqu se hace frecuente alu-sin es evidente a partir de las investigaciones del compositor sobre la obraliteraria de Juan Rulfo (1918-1986), creador del realismo mgico a travs dela novela Pedro Pramo. La pera de Estrada ejemplifica mejor que ningunasu proceso de investigacin-creacin con El sonido en Rulfo (Estrada, 1989a),aliado a otros textos que recogen sus bsquedas etnomusicolgicas sobre eluniverso mitolgico del prehispnico mexicano (Estrada, 1988a, b, c; 1989b).En la pera, dentro de una riqueza indita de su propia concepcin del ma-cro-timbre, se encuentran fusionados el realismo mgico de Rulfo y los can-tos perdidos del pasado mexicano. Todo contribuye al proceso de imagina-cin de un inframundo hecho de un espacio y un tiempo duros a la vez quenebulosos. Encontramos este mundo arcaico y profundo en la voz de Dolori-tas y, ms recientemente, en hum, cuya fuerza de expresin est hecha de so-noridades rugosas, ruidosas, desgarradoras y etreas que dan un sentido tr-gico a una msica que concilia un presagio del futuro y una memoria de loantiguo (figura 5).

    Teoras, mtodos, tcnicas o inclusive notacin musical no tienen otra fi-nalidad en la obra de Julio Estrada que la de obtener la libertad de sus sono-ridades nuevas. stas se derivan de un concepto distinto de belleza y tienensu origen en influencias mltiples, entre las que destacan de forma primor-dial la belleza del mundo prehispnico y el impacto sobre la escritura de lasnuevas tecnologas. Todo en la msica de Estrada est regido por una trans-formacin constante de sus sonoridades ruidosas, de sus ritmos caticos o desus espacios abiertos que se combinan para alejarse del orden y hacernoscomprender, como lo hace la naturaleza, que lo nico inmutable es el cam-bio. Materia musical en estado de variacin permanente que no reconoce nila sincrona ni la periodicidad, la msica estradiana concibe texturas hechasa veces de sensaciones apenas perceptibles o de rfagas de energa que ocu-pan todo el espesor auditivo. Su concepcin esttica parte de una idea debelleza mucho ms cercana a lo que Justino Fernndez definiera como labelleza impura (Fernndez, 1959, p. 35). Una belleza que se opone a la esta-bilidad, la simetra o la sincrona. En Estrada no hay ataduras, la belleza es,simplemente, la imperfeccin misma, parte tambin del universo.

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    rs, Salabert., ishiniioni, cuarteto de cuerdas, Pars, Salabert, 1991, 81 pp., Canto mnmico, fuga en cuatro dimensiones, para cuarteto de cuerdas, Pars, Sala-

    bert, 1992a, 13 pp., Doloritas, primera parte de Pedro Pramo, casi una pera radiofnica, para voz feme-

    nina, ruidista, contrabajo, voces de actores y ambientes sonoros (1992), Radio Nacional deEspaa, Ars Sonora, direccin de Julio Estrada, produccin de Jos Iges.

    , mictlan, para voz femenina, ruidista y contrabajo, manuscrito, 1992, 102 pp., Canto alterno, para violonchelo, Pars, Salabert, 1993, 3 pp., euaonome, para orquesta, Pars, Salabert, 1994, 64 pp., eolooolin, para seis percusionistas, Mxico, edicin del autor, 1998, 80 pp., hum, quinteto vocal, manuscrito, 2002, 80 pp.

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