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Ver y agradecer

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Page 1: Ver y agradecer

VER Y AGRADECER

Podría resumirse así la visita que las hermanas capitulares de nuestra provincia Jesucristo

Redentor han realizado al norte de España después de haber concluido el capítulo general. La

invitación partió de la Delegación diocesana de misiones de San Sebasti án donde trabaja Leire

Atxega, misionera laica mercedaria e impulsora de los proyectos solidarios que han favorecido

entre otros a nuestra provincia Jesucristo Redentor, especialmente Haití. De paso, conocer la

cuna de nuestra Venerable Sor Isabel Lete cuyos restos reposan en la Iglesia de la casa de

espiritualidad de Zumárraga.

Procedentes de Granada, llegaron Sor Elvira MInaya, Sor Mercedes Toribio, Sor Fabiola

Jaquiwara, Sor Damaris Flores, Sor Raquel Gómez y la Sra. Altagracia…No pudo estar presente

en esos días Sor María Luisa Ugarte, superiora provincial y actual vicaria general debido a las

reuniones del nuevo consejo general. Leire Atxega acompañada de Mari Carmen Markuleta,

actualmente de vacaciones en su tierra, recibieron al grupo de hermanas con mucha alegría

para llevar a cabo el itinerario previsto. Después del descanso oportuno en casa de Leire,

visitamos en el Hospital Oncológico de San Sebastián a Sor Rosario Betoño, nuestra querida

hermana que pasó varios años como misionera en la República Dominicana y que se encuentra

actualmente en un estado delicado de salud. De allá nos trasladamos a la casa de

espiritualidad de Zumárraga donde nos encontramos con Sor María Luisa Maquinay, misionera

durante 24 años en la provincia , para rezar ante los restos de Sor Isabel Lete y saludar con

mucho cariño a la comunidad y algunas otras hermanas también misioneras como Sor

Asunción Etxebarría, Sor Ascensión Unda y Sor Lorenza Eguren que se encontraban haciendo

su retiro anual, con gran regocijo de todas por los años que prestaron su servicio en tierras

dominicanas y el agradecimiento impagable por su vida de entrega. El noviciado de Zumárraga

desde el año 1915, ha sido la cuna de centenares de hermanas mercedarias que se formaron

tras sus muros, muchas de ellas ofreciendo toda o parte de sus vidas más allá de los mares a

través de la evangelización, la educación y la promoción humana.

El pueblo de Oñati de donde proceden Sor María Luisa Ugarte y Sor Mari Carmen Markuleta,

fue la próxima parada visitando las familias de ambas hermanas y tampoco podía faltar la del

Santuario de Aránzazu, patrona de Guipúzcoa. Por la noche, el grupo de misiones de la

parroquia tenía prevista la cena solidaria que consiste en un trozo de tortilla de papas,

lechuga, pan y agua que acostumbran a realizar periódicamente para apoyar proyectos que los

misioneros del pueblo solicitan. La asistencia sobrepasó el número esperado y más de un

centenar de personas acudieron a la cita para escuchar por boca de las hermanas la marcha

del proyecto de Jacmel además de la intervención de un sacerdote misionero en Africa. Esa

noche las acogieron en el Monasterio de las clarisas donde descansaron después del intenso

día vivido.

Al día siguiente, nos dirigimos al Ayuntamiento de Zumárraga con representantes del grupo de

misiones de la parroquia para agradecer todo el apoyo que esa corporación está ofreciendo al

proyecto de Jacmel. Sor Elvira Minaya representando a la provincia, entregó al alcalde un

cuadro con motivos haitianos y éste a su vez, una hermosa fotografía de la Virgen de la

Antigua. De allí visitamos el gran almacén de Ordizia donde se envían los contenedores

destinados a los países seleccionados. Este arduo trabajo solo es posible con los -as voluntarios-

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as, muchos de ellos personas jubiladas pero también jóvenes y trabajadores que ofrecen su

tiempo en organizar, seleccionar, hacer las cajas, cargarlas en los palés etc. y que conlleva

meses de dedicación.

La presencia y los gestos son muy importantes porque a pesar de la crisis económica que está

azotando a España en estos últimos años, hay todavía mucha gente que sigue apoyando y

aportando a las causas solidarias y poner rostro, palabras de agradecimiento, sonrisas y

apretón de manos, estimulan a todos aquellos-as que canalizan los proyectos, realizan y

gestionan los trabajos.

Para poner punto final a estos dos intensos días, nos trasladamos de nuevo a San Sebastián

admirando desde el monte Igueldo la hermosa bahía donostiarra y finalmente, almorzar con el

delegado de misiones diocesanas y otros amigos a los que agradecimos todo el apoyo

prestado, las atenciones recibidas, y las muestras de cariño. Un agradecimiento especial a

nuestra querida Leire Atxega por todo lo que significa para nosotras después de los años que

trabajó con nosotras en la provincia y gran impulsora de los proyectos diocesanos misioneros

por su impecable trabajo, entrega y cercanía . ¡ESKERRIKASKO¡¡¡

Mari Carmen Markuleta.