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Vi! 'Oí T^ - Dipòsit Digital de Documents de la UAB · rior- a raTz e l a conjunció n entr u alz tas e ganancia, una mayor liquidez y un arranque más lento de sus inversiones

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uHTopouleí* ia de ¡« iva intcrnaciunal

N* 61/62 ,18 de noviembre, 1976

sumario

Una respues a vacilan fe,desigual e inflacionista Ernesí Mande 1 P- 3

RFA El fin de! crecimienio rápido Winfried Wolf P 17

YUGOESLAVIA Opciones fundamentales Carherine Verla P 25

JAPÓN Crisis y reconversión Jiro Fujiwara P 29

BRASIL Del "milagro" a la recesión Juan Sosa P 37

El nuevo orden económico mundial Charles-André Udry P 40

Tailandia ¡"Declaración de solidaridad del Secretariado Unificado de la IV Internacional P- 48

r

Estimados lectores,

Esie es el cuarto número especial de Inprecor dedicado al análisis de la situación económica mundial. El éxito encon irado por los tres anteriores manifiesta el interés creciente de núes iros lectores hacia esta fórmula.

No obsfan-e,el presente número especial sólo comprende 48 páginas en lugar de las 64 de rigor en los números do­bles.Los lectores ya conocen nuestras dificultades finan -cieras,por cuanto los hemos mantenido informados al res­pecto y hemos solicitado su ayuda,al tiempo que procedTa mos a reducir núes ros gastos.

Hoy, la solidaridad de los lectores de Inprecor permitió al canzar el objetivo de los 5.000$ necesarios para superar las dificultades .Agradecemos calurosamente a todos los que -desde ían-os países distintos- nos han hecho llegar su con tribución. Este número sale gracias a ellos.

Luego de esta reducción temporaria,confiamos retomar la publicación normal y, particularmente la de los números es peeiales.

INPRECOR

Inprecor, 76 rué Anfoíne Dansaert. 1000 Bruxelles, Belgique. Correspondencia de Prensa Internacio­

nal. Órgano quincenal de Información del Secretariado Unificado de la IV Internacional.

Los articules firmados no representan necesariamente el punto de vista de la redacción.

SUSCRIPCIONES. FREC\Q ANUAL (25 núm.)

1 . Transferencia bancarla : GiselaScholtz, SociéréGénéraie de Ban_ CNIV ÍO NORMAI ASOfh

que. Agence Dail ly, 1030 Bruxelles. Cuenta Corriente n. 210— — .

0320173-28 , l 0 0 p *

2 . Orden posta! internacional : Gisela Schoítz, Bruxelles, _ AVIÓN

Cuenta Co. n. CCP000-1085001-56 £==

USA, México y Cen-

En ambos casos, es preciso enviar asTmísmo el nombre y la troaméríca 24$

dirección, indicando la cantidad enviada, a Inprecor. D , . t . , . - , * ' r Resto America latina 2ó$

NOMBRE , IMPRESO ~800fb

1350o ts

DmCC^Z^Z'ZLZZ.Z'.''.'.'. IMPRESO POR AVIÓN 32$ ENVIÓ CERRADO ll50fb

1900pts ENVIÉ LA CANTIDAD DE 46$

Ernest MANDEL

1-LA RECUPERACIÓN ES UN HECHO, IGUAL QUE LA VUELTA A LA DESOCUPACIÓN ESTRUCTURAL

No hay duda que la recesión generalizada de la ecó­nomo capitalista internacional llegó a su f in en I975, más temprano en los Estados Unidos, más tarde en la RFA, en Japcn y en el resto de los países imperialistas. A partir de entonces, ha tenido lugar una fase coyun­tura I de recuperación económica.

Desde un punto de vista marxista hay sólo un criterio fundamental para juzgar si hay recesión o recuperación de la actividad económica: la tendencia seguida por la producción material y, ligada estrechamente a e l l a , la tendencia a la acumulación del capital (el volumen / la reinversión de las ganancias). Tomar como norma de la recuperación la tendencia de la desocupación o la de los salarios reales significa engañarse sobre la natu­raleza del régimen capitalista.

Este constituye un sistema de producción en el cual la ganancia y la acumulación del capital son los objetivos de la actividad económica. El volumen de empleo o la evolución de los salarios reales no sino epifenómenos. O mejor aún: para el capitalismo la situación " idea l " , al menos en determinados momentos de su historia,es precisamente una fase del ciclo en que al incremento de la producción se une un volumen elevado de desocu­pación y un estancamiento o inclusive una baja en los salarios reales. Especialmente durante esos periodos, la producción de plusvalía bate todos los récords.

En tal sentido, la reversión de la coyuntura que se pro­dujo a fines del año I975 no admite discusión.Se ref le­ja con claridad en las cifras siguientes.

Sin duda, habrá que corregir estas cifras en el sentido de la baja de I976,a causa de la disminución de la re­cuperación durante el segundo semestre de I976. Pero la inversión de la tendencia es lo suficientemente clara como para que se la cuestione, a menos que se empleen criterios no materialistas para el análisis de las fluctúa ciones coyunturales en un régimen capitalista.

EVALUACIÓN DE LA PRODUCCIÓN INDUSTRIAL (en °/c con relación al ano anterior)

1975 1976 Estados Unidos - 8 , 9 + 10,0 Alemania occide ntal - 6 , 2 + 8,0 Japón -10,9 + 15,0 Francia - 7 , 3 + 9,5 Gran Bretaña - .4 ,8 + 2,0 Italia - 9 , 3 + 3,5 Canadá - 4 , 6 + 4,0 Australia - 6 , 3 + 5,5 Bélgica -10,0 + 10,0 Suecia - 1 , 8 0,0

(Veckans Affdrer ,2 de setiembre de 1976) —

Si bien la recuperación es un hecho, no obstante se tra ta de una recuperación que se produce con caracterPs-ticas completamente particulares, que hablamos prede-cido cuando la recesión aún estaba en curso y que los observadores registran hoy, una vez producidas.

El crecimiento es demasiado limitado como para reab­sorber la desocupación .Para la burguesía internacional, la "función histórica" de la recesión de 1974-75 es pre cisamente terminar con el "empleo pleno" como "obje­tivo prioritario" de la política económica de los gobier nos burgueses y reintroducir una desocupación masiva permanente para pesar sobre el "mercado de trabajo". Desde este punto de vista,el otorgamiento del premio Nobel de ciencias económicas al profesor Milron Fried-man en 1976 es representativo de la "contrarrevolución anti-keynesiana" que se produjo en el campo de la ideo logia burguesa.

N i los portavoces habituales de la burguesía Interna­cional, ni los representantes de la ciencia burguesa an dan con rodeos sobre el particular. El profesor Karl Brunner, dirigente de los "monetaris-tas" suizos,afirma: "Si se quiere eliminar la inf lación, hay que pagar un precio y ese precio es la desocupación. La desocupación es, pues, el costo social para terminar con la inf lación. Y no me vengan a decir que existe o -

3

SITUACIÓN ECONÓMICA MUNDIAL tra sal ida;no es c i e r t o , " (entrev is ta pub l icada por la r e ­

v is ta belga Tendances-Trends,del 8 de setiembre de

1976).

Mejor no se podria conf i rmar e l anál isis hecho por El

Cap i t a l de Marx , hace más de un s ig lo : que a la larga

e l cap i ta l i smo no puede sobrev iv i r s in un e jé rc i to de

reserva indus t r ia l , es d e c i r , s i n la desocupac ión.

Todos nuestros buenos socialdemócratas y neo-reformis

tas, que af i rmaron que la "econornTa m i x t a " en la que

se considera que vivimos no seria ya una economía c a ­

p i ta l i s ta , perdieron el t iempo una vez más.

La ampl i tud de l " res iduo" de la desocupación es t ruc tu ­

ral de jado por la recesión de 1974-75 es cons iderab le ,

ta l como lo atest iguan las ci fras s iguientes:

D E S O C U P A C I Ó N A B S O L U T A E N S E P T I E M B R E 1 9 7 6

Í N LOS PAÍSES CAPITALISTAS

USA 7 . 4 0 0 . 0 0 0

G r a n Bretaña 1 .3 !? . 000

I t a l i a I . 145.000

Japón I. 130. 000

A lemania occ iden ta l 899 .000

Francia 841 .500

Benelux 444 .000

{F inanc ia l Times de l 25 /10 /76 ,sa l vo en lo que respec

ta a I t a l i a : Le Soir de l 2 8 / 1 0 / 7 6 ) .

(F inanc ia l Times de l 25 de octubre de l976,sa lvo en

lo que respecta a I t a l i a : Le soir de l 2 8 / 1 0 / 7 6 ) .

Si se agrega a estas cifras las que se re f ieren a España, Canadá, Austral ia y D inamarca, se l lega con fac i l i dad a los 14,5 mi l lones de desocupados absolutos,) ' e l l o s in tener en cuenta la desocupación temporaria de i nv i e r ­no, ni a los jóvenes que , a l abandonar la escuela, no encuentran empleo, ni a las mujeres que , para retomar e l lenguaje f i lanf róp ico de la c i enc ia burguesa, se'Ve-t i raron vo luntar iamente de l mercado de t r a b a j o " .

Ahora b ien , cuando la recesión a lcanzó su punto más

ba jo , la desocupación casi no sobrepasaba los 17,5 m i ­

llones en los paTses imper ia l is tas. Es dec i r que, en t o ­

t a l , la recuperación permi t ió restablecer en e l t rabajo

a un I5°c de ios desocupados.

Más de l 80^r de los desocupados golpeados por la c r i ­

sis no encontraron trabajo durante la recuperac ión . -

TodavTa puede esperarse un empeoramiento de la deso

cupac ión durante los meses venideros, en paTses como

G r a n Bretaña, Bé lg i ca , inc luso Japón , a causa de la

polTt ica de rac iona l i zac ión feroz ap l i cada por el e m -

presariado de esos paTses y de las par t icu lar idades de

la fase coyuntura l que sus economTas van a atraversar

durante e l i n v i e r n o .

A l respecto, resulta par t icu larmente d ramát i co el i n ­

cremento de la desocupación en los jóvenes .

4

Según el Mondo Económico ( 2 8 / 2 / 7 6 ) de M i l á n , el

6 2 ^ de los desocupados absolutos i ta l ianos , en ab r i l

de 1975 - o sea 775 .000 desocupados- ,e ran jóvenes

entre 15 y 24 años-, 620 .000 de bs cuales esperaban

su primer emp leo .

En los EEUU, en j u l i o de 1976,el 10/í de los jóvenes

de menos de 20 años, que han terminado sus estudios, es

tan en s i tuac ión de desocupac ión . Entre los jóvenes ne

gros de ló a 19 años, la tasa de desocupación a lcanzó

a l 34 , \°/c. (Business W e e k , 2 0 de setbre. 1976).

2-LA RECUPERACIÓN ES NETAMENTE INFLACIONISTA

Si se examinan las causas que l levaron a la reversión de la coyun tu ra , es posible darse cuenta de que los e -normes déf ic i ts de los presupuestos públ icos en 1975 de tuv ie ron la recesión e in i c ia ron la r e a c t i v a c i ó n . N a d a más que en los pr inc ipa les paTses imper ia l is tas ,e l m o n ­to g loba l de esos dé f i c i t s S3 e l eva , s i n lugar a dudas,a más de lóO m i l mi l lones de dó lares.

Hay que subrayar, a I pasar, que durante los años 1974, 1975 y 1976, hubo una inversión de la re lac ión entre la deuda pr ivada y la deuda púb l i ca , como fuente pr inc i pal de la i n f l a c i ó n .

Por primera vez desde hacTa un largo t i empo ,e l c r e c i ­miento de la deuda púb l i ca tomó la de lantera con res­pecto a l c rec im ien to de la deuda p r i vada , la cua l no sólo conoc ió una tasa de c rec imien to dec l inan te sino que inc lus ive tuvo tendencia a estancarse. Los trusts in dustr iales redujeron un poco la recurrenc ia excesiva a los préstamos bancarios -carac te r ís t i ca de la fase a n t e ­r i o r - a raTz de la con junc ión entre un a l z a de le tasa de gananc ia , una mayor l iqu idez y un arranque más lento de sus inversiones.

A pr imera vista puede parecer paradó j i co hablar de una recuperac ión in f lac ion is fa ,cuando todo el mundo subra­ya la d isminuc ión en e l r i tmo de a l za de los precios. Esta d isminuc ión es un hecho en I976,s i se compara la tasa de i n f l a c i ó n con la tasa récord de los años 1973 y 1974.Pero no ocurre lo mismo si se compara la tasa de i n f l ac ión de 1976 con la de un año de " recupe rac ión " aná loga, por e jemplo el año 1971, o con e l promedio de los años 60.

De eso se desprende c laramente que la tasa de in f lac ión

es muy superior a la correspondiente a una fase i n i c i a l

de recuperación económica , incluso den t ro de l marco de

la " i n f l a c i ó n permanente" que re ina desde la segunda

guerra mundia l en e l con jun to de la economTa cap i ta l i s

fa i n t e r n a c i o n a l . De hecho, el costo de la v ida y e l pre

c ió de los bienes de consumo no cesaron de aumentar aún

en plena reces ión, y e l l o a pesar de una caTda bru ta l

de casi todos los precios de las materias primas y de una

venta ins ign i f i can te en numerosos mercados.

PROMEDIO DEL ALZA DEL COSTO OE LA VIDA

País

EEUU

RFA

Japón

Francia

GB

I t a l i a

Canadá

Patees Bajos

Suecia

Promedio de 1959-60

a 1972-73

2,6 3,3 6,0 4,5 4,1 4,6 2,6 5,0 4,6

1974 1975

11,4 8,0 7,0 5,8

24,4 12,2 13,7 11,8 15,1 21,5 19,1 16,8 10,5 11,0 10,0 10,5 9,9 9,5

De agosto de 1975 a agosto

de 1976 y de se tb re .de 1976

y de se tb re . 1975 a se t . I976(a)

6,0 4,0 (*) 9,0 9,5

14,5 (*) 17,0 6,0 9 , 0 (*)

9 , 5

(Extrardo de "OCDE,Economic O u t l o o k , d i c i e m b r e 1975 y (a) de "The Economist" d e l 2 3 / 1 0 / 7 6 ) .

La natura leza in f lac ion is ta de la recuperac ión e n f r e n ­ta a l cap i ta l ismo in ternac iona l con un d i l e m a :

- o b ien los gobiernos cont inuarán conced iendo la pr ior idad a la " lucha cont ra la i n f l a c i ó n " , en cuyo caso serán l levados a tomar severas medidas de d e ­f l ac ión en cuanto la i n f l ac ión se acentúe un poco o en cuanto ésta se a le je demasiado -en un país d e -terminado-del promedio i n t e r n a c i o n a l .

Eso s ign i f i ca r ía quebrar de golpe la recupe rac ión . En e l caso ac tua l de Gran Bretaña donde , en pleno marasmo económico,mient ras que la producc ión industr ia l p r á c ­t icamente se estanca, la tasa de interés se l l evó a un 15% y se impusieron reducciones considerables a los gastos públ icos (reducciones que los banqueros i n t e rnac iona ­les, que deben " reparar " la l ibra ester l ina con p r é s t a ­mos cada vez más importantes,consideran -es c i e r t o - aún insuf icientes)

Por eso, para el inv ierno 1976-77 se con f ía que , en G r a n

Bretaña habrá un aumento de l n i ve l en la desocupación

de medio m i l l ón de unidades, lo que la e levar ía a apro

xímadamente dos m i l l ones .

Sin ir más le jos ,e l "p lan de auster idad" que e l g o b i e r ­

no de Andreot t i acaba de dec id i r en I t a l i a , c o n la apro

bac ión de l Part ido Comunista,se or ienta dentro de la

misma perspect iva e i nc luye asimismo una tasa de des ­

cuento de l 15%.

- o b ien los gobiernos burgueses se abstendrán de toda medida a n t i c í c l i c a en la primera fase de la r e c u p e ­r a c i ó n , c o n e l ob je to de no f rena r la .

En ese caso, es verosími l que , a part i r de l año próx imo se asista a una acentuac ión quas i -un iversa l de la i n f l a c i ó n (con la posible excepc ión de Suiza y de la RFA, en v i r tud de la reva luac ión en serie de sus d iv isas) , lo que in t roduc i r ía tanto a Francia como a Japón en la ca tegor ia de los países que sufren una i n f l a c i ó n de dos c i fras ( d o u b l e - d i g i t in f la t ion) y ob l igar ía a los gobiernos mismos a tomar medidas def lac ionis tas más severas hacia f ines de 1977, p rec ip i tando una nueva recesión en 1978 o a comienzos de 1979.

A mediano p lazo,ambas variantes de la po l r t i ca burgue sa l legarán a l mismo resul tado, puesto que una recupe ­

rac ión in in ter rumpida se des l izar ía también hac ia una

recesión a f ines de 1978-comienzos de 1979, como c o n ­

secuencia especia lmente de l deb i l i t am ien to en la d e ­

manda de bienes de consumo, resul tante de l i nc remen­

to de la desocupac ión .

3-LA RECUPERACIÓN ES VACILANTE Y NO ACUMULATIVA

Una de las p r inc ipa les caracter ís t icas de la recupe ra ­

c i ó n económica ac tua l es su carácter vac i l an te y no a -

cumu la t i vo . El famoso " m u l t i p l i c a d o r ' no func ionó o só

lo func ionó d e una manera pa rc ia l e inadecuada. Las

razones esenciales de e l l o son las s iguientes:

a - la demanda in terna de bienes de consumo, " r e a c ­t i v a d a " por los enormes dé f i c i t s presupuestarios

de 1975 y 1976, no pudo progresar en las proporciones con que contaba e inc luso comenzó a estancarse a! con secuencia de l sostenimiento, si no de la ag ravac ión , de la desocupación estructural y de la i n f l a c i ó n . Aquí"es posible d is t ingu i r dos fenómenos. En los EEUU pa r t i cu la rmen te ,a pesar de una desocupa­c ión estructura l sostenida,aumentó e l volumen to ta l de empleo y , por lo t an to ,de los ingresos fami l iares (he cho que e x p l i c a la recuperac ión) .

Entre marzo de 1975 y set iembre de 1976, e l empleo p a ­

só de 8 3 , 8 mi l lones a 8 7 , 8 mi l lones de personas, es d e ­

c i r que aumentó 4 mi l Iones. El ingreso fami l ia r pasó de

1.194 mi l mi l lones de dólares a 1.392 m i l mi l lones de

dólares,es d e c i r que aumentó en un 8 , 4 % ; P e r o , a cau

sa de una tasa de i n f l a c i ó n de l 5% a l 6 % , d e hecho e l

incremento de l poder adqu is i t i vo g loba l sólo fue de l 3 % .

(Todas estas c i f ras prov ienen de Business VVeek, d e l 21

y d e l 28 de a b r i l de 1975 y de l 25/10 y " l / l 1/76). Eso

const i tuye una recuperac ión , pero una recuperac ión muy

modesta. Aún hay que añadir una prudenc ia más grande

por parte de los consumidores,hecho que se t raduce es ­

pec ia lmente en un incremento de la tasa de ahorro (con

sumo di fer ido) en c ier tas capas de trabajadores r e l a t i ­

vamente b ien remunerados durante la recesión (por t e -

SITUACIÓN ECONÓMICA MUNDIAL

mor a la pérdida d e l empleo y tener - en ese caso- que

restr ingir abruptamente e l consumo cor r ien te ) , y en la

moderación con que se recurr ió a l c réd i to de consumo.

El vo lumen de los créditos para ventas a plazos sólo h a ­

brá aumentado un 8% entre j un io de 1975 y jun io de

1976 (este aumento se ace leró un poco en e l otoño de

1976).

A causa de ! mantenimiento de una desocupación conside rab ie ,de una i n f l ac i ón sosten ida,y especialmente a causa de l estancamiento si no de l retroceso de los sa ­larios reales, e l poder adqu is i t i vo g loba l de los consu­midores de ja de c r e c e r , a l l legar a su f in la primera fa se de la recuperac ión .

b - la r eac t i vac ión de las inversiones product ivas es

" lucho más lenta y mucho más modesta que la pre

v i s ta .

Su causa p r inc ipa l no es tanto e l ba jo n ive l de la tasa

de ganancia (en neta a lza en los EEUU -donde la masa

de ganancia se incrementó en 3 0 % en 1976- , e n Japón

y en la RFA) como la ex is tenc ia de una fuer te c a p a c i ­

dad de excedente en casi todas las ramas industr ia les,

l igada a la escasa esperanza de que se produzca una

gran expansión de l mercado. Se puede encontrar una

sorpre idenre con f i rmac ión de estas ret icencias en el he

cho de que e l vo lumen de préstamos semanales b a n c j -

rios a las empresas americanas, durante la semana que

conc lu ía e l 29 de setiembre de 1976, a lcanzaba a l i ó , 6

mi l mi l lones de dó lares ,cont ra 123,5 mi l mi l lones en

set iembre de 1975, o sea una d isminuc ión de más del

5 , 5 % , lo que representa, en precios estables, una reduc ­

c ión de más de l 10%. (Business Week de l 2 5 / 1 0 / 7 6 ) .

En Gran Bretaña no sólo no hubo reac t i vac ión de las inversiones product ivas, sino que además éstas bajaron (en precios f i jos de 1970) de 2 , 13 mi l mil lones de £ en 1970 y de 2 mi l mil lones de £ en 1974, a 1,74 mi l m i ­llones de £ en 1975 y a I, 66 mi l mi l lones de £ en 1976. (F inanc ia l T imes ,5 /10 /76 ) .

Para e l mes de agosto de 1976, e l Business Week (del 4 Oc tub re 1976) eva lúa la tasa de u t i l i z a c i ó n de la c a ­pacidad product iva de la industr ia manufacturera en USA (US fac tur ing operat ing rate) en un 77%. El Newsweek da un porcentaje l igeramente más e l e v a ­d o , a part i r de fuentes gubernamentales,de un 82% . P e ­ro e l "Federal Reserve" (banco cent ra l de los EEUU), eva lúa esa tasa de u t i l i z a c i ó n en solamente un 7 3 , 6 % durante e l tercer trimestre de 1976 (Business Week de l l / H / 7 6 ) .

La s i tuac ión es aún peor en G r a n Bretaña,en I t a l i a y

en Japón,donde la tasa de u t i l i z a c i ó n de l c a p i t a l ins­

ta lado es de un 8 0 % a comienzos de l otoño de 1976. En

un a r t i cu l o que l l eva e l e locuente ti"tulo de "Dónde es ­

tá e l boom de los gastos de invers iones?" { "Where is

the cap i t a l spending boom? " ) , e l Business Week de l 13

set iembre señala: "En los EEUU, e l gasto de cap i ta l se

si túa aún en un 9%. por debajo de la c ima a lcanzada ha

ce más de dos años y medio, en la segunda mitad de 1973

En Japón , el gasto de cap i ta l se ub ica en un 2 4 % por

deba jo de la tasa correspondiente durante ese mismo pe

r íbdo de 1973.En los cuatro países pr inc ipa les de Euro-

6

pa O c c i d e n t a l ( A l e m a n i a , G r a n Bretaña,Franc ia e I t a ­

l i a ) , la d i f e renc ia es de un 11%. Y si b ien ac tua lmente

los EEUU parecen estar en vías de desarrol lar la r e c u ­

perac ión más lograda de todos los países avanzados en

gasto de c a p i t a l , a pesar de todo, el c rec im ien to perma_

nece este año más ba jo que en cua lqu ie ra de las c i n c o

recuperaciones económicas del período de la post-gue

r r a " . E I a r t i cu lo c i t a c inco razones at r ibuíb les a ese re_

traso en las inversiones product ivas: e l n i ve l demasiado

ba jo de u t i l i z a c i ó n de la capac idad de producc ión ya

ins ta lada; el incremento más elevado en los precios de

bienes de invers ión, con respecto a fases de recupera ­

c i ó n anter iores; e l n i ve l más e levado de las tasas de

intereses reales, unido a un n ive l más bajo de las g a ­

nancias brutas; una tasa de c rec im ien to más moderado

de l producto nac iona l b ru to .

c - la "crisis f i sca l de l estado" no permite incremen

tar más los gastos púb l i cos .De hecho, la presión

de la burguesía marcha, en todas partes, hacia una r e ­

d u c c i ó n , inc luso hac ia una supresión de los dé f i c i t s

presupuestarias manifestados con a n t e r i o r i d a d . El incre

mentó inaud i to de la deuda púb l i ca f ue e l precio que

pagaron los regímenes en casi todos los países imper io

listas por el in ten to de transformar, una vez más, la a -

menaza de crisis ca tas t ró f ica - d e l t ipo de la de 1929-

3 2 - en una recesión más l imi tada en profundidad y d u ­

r a c i ó n , aunque fuese la más grave desde la segunda gue

rra mund ia l .

La impor tanc ia de ese incre-nento no sólo se pone de

mani f iesto en los grandes países imper ia l is tas ,s ino tam

b ien en los países más pequeños,como por e jemplo Aus

t r ia y Suec ia ,donde los gobiernos socialdemócratas con

s iguieron l im i ta r en gran medida la envergadura de la

desocupación en 1974-75.

La "hazaña soc ioeconómica" de estos gobiernos está, c i e r t amen te , por arr iba de l término med io , tanto en m a ­ter ia de defensa de l empleo como en lo referente a l man ten im ien to de los ingresos reales de los t rabajadores, fenómeno que se e x p l i c a esencia lmente por la manera par t i cu la r con que esos países están insertos en el mer ­cado mundia l .Pero existe un factor a d i c i o n a l : la a c u ­mulac ión de reservas que permi t ieron una po l í t i ca a n f i -c i c l i c a más audaz que la de otros gob iernos,en 1974-75, sin provocar una i n f l ac ión de dob le c i f r a . S i n embargo, fue fu lminante e l incremento de la deuda púb l i ca en estos países, por lo cua l es poco probable que puedan repet i r su hazaña en una próxima reces ión .

deuda publica austríaca Años En ci f ras absolutas En % de l PNB

de schillings)

1972 49,8 10,62 1973 56,2 10,55 1974 61,3 10,0 1975 100,3 (!) 15,34 1976 134,2 18,52 1977 (prev.) 165,6 20,5

( " P i e Presse",22 de Oc tub re de 1976).

En estas condiciones,se excluye que la evolución de los gastos públicos acelere la recuperación en la ma­yoría de los países.Los EEUU podrían constituir un ca­so excepcional,de obtener la victoria electoral Jmmy Cárter en las elecciones presidenciales, ya que sus con sejeros económicos preconan una polftica presupuesta­ria y monetaria levemente más estimulante que la de la administración Ford . Pero semejante "reactivación de la recuperación" en 1977,se vería seguramente com pensada con una presión def lacionista más fuerte en 1978,a causa de la aceleración inflacionaria que pro­vocaría . En consecuencia, los cálculos del crecimiento del PNB en todos los países imperialistas,salvo USA, tuvieron que ser revisados, en lo que se refiere a su baja, tanto por la OCDE como por fuentes privadas (Chase Manha­ttan Bank, Me G r a w - H i l l , e t c ) , tal como resulta del siguiente cuadro:

TASA DE CRECIMIENTO DEL PNB en 1976

Paft Previsiones para el primer semes-tre de 1976.

Francia + 9 , 0 % RFA + 8 , 0 % Japón + 7 , 5 % GB + 4 , 5 % Italia + 4 , 3 %

Previsiones para octubre de 1976

+ 5 , 0 % + 4 , 5 % + 5 , 6 % + 0 , 5 % , + 3 , 5 %

(Business Week del lro.de noviembre de 1976)

De hecho, en Japón, la producción industrial disminu­yó en efecto un 1,7% en agosto de 1976, luego un 1% en setiembre y se aguarda una nueva reducción en oc tubre,seguida,en el mejor de los casos, por una nueva recuperación en noviembre de 1976 (Financial Times del 28/10/76).

4-LA RECUPERACIÓN ES INTERNA­CIONAL Y SECTORIALMENTE DESIGUAL

Si bien los países imperialistas entraron casi simultánea mente a la recesión de 1974-75,no conocieron una re­cuperación simultánea ni de la misma importancia. El mecanismo internacional de la recuperación fue grosso modo el siguiente:

a - reactivación de la producción eri los EEUU a partir del segundo trimestre de I975,estimu lada

en especial por una fuerte recuperación del sector au­tomotriz (la industria de la construcción -el otro sec­tor detonante de la crisis sigue retrasándose con respec to a los sectores de los bienes de consumo no durables y durables y mantiene su actividad en un nivel muy ba ¡o).(l) b - recuperación en Japón y en Alemania Occiden

tal,con un desfasaje de aproximadamente seis

meses en relación a la de EEUU,bajo el impulso -en especial- de una expansión de las exportaciones.

c - recuperación simultánea a la recuperación a le ­mana, en la mayoría de los países de la CEE y

en países como Austria y Su iza, fuertemente "adosados" a la CEE. Pero, mientras que la recuperación alemana y japonesa continúan alimentándose con la expansión de las exportaciones durante todo el año 1976, en Fran cia y en los países del Benelux hay una brusca quiebra de la recuperación en el segundo trimestre de 1976, por la acción simultánea de una menor competítividad de los,productos exportados,de un alza de los precios su­perior a la de los productos alemanes, y de medidas de flacionistas tomadas por los gobiernos para combatir la inf lación.

d - en Gran Bretaña y en I tal ia: recuperación mucho más vacilante,que vira hacia el estancamiento,

bajo la acción de severas medidas deflacionistas que "es trangulan" literalmente la recuperación.

e - hecho muy importante: salvo en lo referente a Japón, la expansión americana en los primeros meses de 1976 no estuvo acompañada de una ex

pansión pronunciada de las importaciones procedentes de los países imperialistas (los países semicoloniales pudieron incrementar sus exportaciones de materias pri^ mas, tanto en valor como en precio) . Esto se refleja en el hecho de que la balanza comercial americana fue a-creedora en 1975, lo cual -en el sistema monetario ac­tual,fundado prácticamente en el dólar no convertible-ejerce de hecho una punción deflacionista sobre el co ­mercio mundial. Desde el tercer trimestre de 1974 al segundo trimestre de 1976, las exportaciones de los nue ve países miembros de la CEE aumentaron en un 16,4% en su conjunto, al tiempo que sus exportaciones hacia EEUU bajaron en un 5,5% (Euroestat, boletín mensual de comercio exterior Nro .9 , 1976, p.24). También es cierto que,desde el segundo semestre de 1975 al primer semestre de 1976, las exportaciones ¡aponesas hacia EEUU progresaron en más del 40% ya que pasaron de 5,4 a 7,5 mil millones de dólares y ,a consecuencia del aumento en las importaciones de petróleo, la balanza comercial de EEUU podría ser deficitaria en 1976. Cuál sería la interacción de esos diferentes factores en los ó o. 9 meses venideros? La prosecución de prácticas proteccionistas en los EEUU (incluida una nueva caída del dólar con relación a las monedas europeas y al yen), combinada con una inten sificación de medidas de deflación en Gran Bretaña,en Italia y aún en Francia,cortaría de un golpe la expan sión del comercio mundial,que se ha recuperado desde hace un año. Ya el curso de las materias primas,que iba en fuerte alza desde el comienzo de la recuperación, ha evolucionado en el sentido de una baja desde hace varios meses. ElTndice,en dólares,del precio de las materias primas industriales registraba una baja del 2 ,5% el 12 de octubre de 1976,con relación al comienzo del mes de setiembre,y,el índice de los metales,una baja del 10,5%. Si el índice de las materias primas alimen­ticias registrara una ligera alza (+0,3% en un mes),se debería exclusivamente al alza del café y del cacao, producida por cosechas muy malas.

7

SITUACIÓN ECONÓMICA MUNDIAL De hecho,a pesar de la sequía en Europa, las otras ma­terias primas alimenticias registraron una orientación en baja,que cobró una importancia considerable en pro ductos como el azúcar,cuya cotización descendió brus comente de 38 a 8 centavos de dólar por libra) .La co­secha mundial de cereales 1976-77, por primera vez des de hace largo tiempo,será superior al consumo. Por eso, los stocks de cereales,que disminuyeran 100 millones de toneladas en el curso de los siete últimos años,aumen­tarán 25 millones de toneladas y los precios registrarán una baja (Frankfurter Allgemeine Zeitung del 29/10/76).

Con respecto al cobre, la caica es de más del 20% des­de jul io de 1976 y vuelve a llevar el precio al nivel que tenía aproximadamente en la recesión. Para el con ¡unto de los metales, la caída acumulativa desde comien zos de julio de 1976 a comienzos de octubre,está en el orden del 12% al 15% (The Economist del 7/10 ,del 11/9 y del 16/10/76).

''or el contrario,si en los EEUU la presión proteccionis ta cede un poco,si se acelera la inflación en Japón y si Gran Bretaña empieza a recoger los frutos de la caT-da vertiginosa de la libra esterlina en el terreno de las exportaciones y de la producción, los desfasajes de la recuperación entre los distintos países imperialistas po­drían atenuarse un tanto.Pero hasta en dicho caso, ha­bría una diferencia sustancial entre el alza de la pro­ducción, durante 1977,en EEUU, Japón y Alemania Oc ­cidental por una parte, y la de Gran Bretaña e Italia por otra, mientras que Francia ocuparía una posición in termedia entre ambas categorías.

Competencia e interdependencia: tal es la relación re­cíproca que existe hoy entre los países imperialistas, lo cual impone dolorosos opciones para sus gobiernos. El ¡efe de gobierno británico,Cal laghan, lo recordó brutal mente hace poco (Icón una brutalidad un peco triste y "gentle",es cierto, y muy distante de la brutalidad de la época de la cañonera!),al amenazar a sus competi­dores y socios con el retiro del ejército del Rhin y con la vuelta a severos controles en la importación (es de­c i r , con una guerra comercia I a toda vela), en caso de que no intensificaran su apa; o a la libra. Es evidente que el retorno al proteccionismo ilimitado de los años 30 por parte de algunos importantes países imperialis­tas asestaría un golpe decisivo a la recuperación y pre cipitaria un estancamiento y hasta un retroceso en el volumen del comercio mundial durante varios años.

Desde el punto de vista de las principales ramas indus­triales, la desigualdad de la recuperación no es menos pronunciada que la que se refiere a los principales paí­ses imperialistas. La rama automotriz,que había salido como una tromba, posee una velocidad de crucero, neta­mente por debajo de los años de expansión. Se confirma que,en lo esencial, la expansión del mercado en esta rama ha terminado,salvo en algunos países como Brasil, y que la demanda llega a ser casi por entero una deman da de sustitución. La siderurgia se encuentra también en depresión, igual que la construcción naval y la rama de la construcción (lo que arrastra el marasmo de la rama de artículos eléctricos domésticos).

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La expansión se verif ica, por el contrario, en la rama química,en la construcción de máquinas (especialmen­te para la exportación),en la electrotécnica y en el sector de equipamiento energético (con una fuerte pre sión hacia la renovación tecnológica en electrónica,don de la miniatrurización sacude e! sector de las grandes compu ters).

La revista japonesa The Oriental Economist (9/76),es­cribe a propósito de esta desigualdad (que, por otra par te, en Japón, adquiere aspectos distintos a los de su ma­nifestación en EEUU y en Europa): "Tan importante de­presión en el ritmo de recuperación de las diferentes industrias -hecho sin precedentes en los anteriores pe­ríodos de recuperación- fue provocada por la estructu­ra específica de la última reactivación. El aumento repentino de las exportaciones había sido el motor prin cipal tanto de la última recuperación como en el pasa­do. Sin embargo, la reconstitución de los stocks y las in versiones en bienes de equipamiento, que la incremen­taran de idéntica forma en el pasado, no se reactivaron después de que el mercado interior alcanzara su punto más bajo hace un año."

5-LA AGRAVACIÓN DE LA COMPE­TENCIA INTERNACIONAL

La desigualdad de la recuperación económica en los distintos países imperialistas no puede sino acentuar la lucha de competencia interimperialista. Esta intensifi­cación ha adoptado diferentes formas en el curso de los últimos meses.

a - una inclinación pronunciada a adoptar medidas proteccionistas en los países imperialistas más dé

biles,ante todo en Italia (depósito obligatorio del 50% del valor de las exportaciones e impuesto sobre la com pra de divisas) y en Gran Bretaña. A partir de allí" en Gran Bretaña se plantea al problema de la introducción generalizada de medidas de control cua.-ititativo a las importaciones.

b - de ello se deduce forzosamente una crisis aún más pronunciada del Marcado Común, con la salida

del france francés de la "serpiente" de las monedas eu­ropeas, red je ida po- eso a! D M y a sur. sa.éÜtes (que, por orra parte, sólo se mantienen en el seno ds tal "serpien te" con dificultades crecientes). El proyecto do unión monetaria europea se ha diferido "sine d ie " , hasta el día (mífico?) en que la tasa de inflación y la polínica monetaria, económica e industrial se nivelen en los nue ve países miembros.

Como éstos no recurrieron a medidas proteccionistas,en su mayorTa por temor a la represalia y a perder ventaja en el Mercado Común, la situación en Europa se carac­terizó especialmente por una gran indecisión y una cre­ciente parálisis de los gobiernos ante los avatares de su economía en la escena internacional.

c - un presionamiento cada vez más impaciente, por parte del empresariodo europeo, para acabar con

esta indecisión. La reacción más espectacular ante la

i nacc ión de los gobiernos, fue la dec is ión de los empre

sarios siderúrgicos de A lemania O c c i d e n t a l , Holanda y

Luxemburgo,de cons t i tu i r un"car te l "europeo de r a c i o n a ­

l i z a c i ó n , exc luyendo a l empresariado francés y belga

N Z Z de l 11/6/76) . La reac t i vac ión de ese proyecto h a ­

br ía asestado un golpe mortal a la Comunidad Europea

de l Carbón y de l A c e r o , punto de par t ida d e l Mercado

C o m ú n . F ina lmente ,se pudo encontrar un compromiso y

se establec ió un ca r te l europeo, Eurofer ,que incluTa a

todo e l empresariado de los Nueve ,esenc ia lmen te para

defenderse ( inc luyendo medidas proteccionistas) con t ra

la competenc ia japonesa (The Economist, 16/10/76) .

d - una u t i l i z a c i ó n cada vez más conf i rmada de las "tasas de cambio f l o t a n t e " para obtener ventajas

comerc ia les . De este modo, los EEUU pudieron mejorar a lgo sus relaciones comerciales con Europa,espec ia l -mente con A lemania Occ iden ta l , g rac i as a la c.'eprecia c i ó n d e l dó la r con re lac ión a l D M , a l - f l o r í n ,a l f ranco be lga y a l f ranco s u i z o . Japón recurr ió a la m a n i p u l a ­c ión de la co t i zac i ón de l yen en e l mercado de cambio (ver e l estudio de la Neue Zürcher Ze i t ung de l 2 6 / 8 / 7 6 ) , con e l ob je to de apoyar su ofensiva c o m e r c i a l , p r i n c i ­palmente en lo referente a los aparatos de te lev is ión en colores en los Estados Unidos y a los automóvi les en Europa O c c i d e n t a l .

e - práct icas cada vez más genera l izadas, por parte

de las mul t inac ionales para "esqu ivar " las d i ­

f icu l tades que les presentan e l proteccionismo de los

gobiernos y la evo luc ión desfavorable de los costos de

producc ión en sus pafses de o r i g e n . Ahora hay una v e r ­

dadera reversión de la tendenc ia sobre e l par t i cu l a r .

Mientras que durante los años 50 y 6 0 , e l p ro tecc ion i s ­

mo (moderado) de la CEE y los costos salar ia les elevados

en los EEUU impulsaron a las mul t inac iona les de o r i ­

gen americano a desplazar centros de producc ión h a ­

c i a Europa o c c i d e n t a l , e l proteccionismo c rec ien te de

los EEUU, as" como los costos salar iales sobreelevados

en Europa (debido sobre todo a la mod i f i cac ión de las

tasas de cambio) i nc i t an a las mul t inac ionales europeas

a establecer centros de producc ión en los EEUU, y a

las mul t inac ionales americanas a reducir sus a c t i v i d a ­

des en Europa.

País Evaluación de las d visas Salarios por hora europeas con relaci 5n al 1970 1975 $ de 1970 a 1975

USA RFA

_ 4$20 6J22 USA RFA + 48 % 2$32 6$ 19 PaTses Ba ¡os + 43 % l$99 5S98 Bélgica + 35 % 2$08 6S46 Francia + 29 % l$74 4$57 Suecia + 25 % 2$93 7TT2 Japón + 21 % 0$99 3$ 10 Italia GB

- 7 % l$75 4S52 Italia GB - 7 % l$48 3S20

(Cityban < Mone y International, vo .4,Nro .4, mayo 1976)

Las iniciativas más espectaculares al respecto fueron las emprendidas por Volkswagen, Michel in, Fiat, Saint-Gobain,al construir o comprar importantes fábricas en los EEUU. Tal como lo hemos subrayado a menudo, si

la evaluación de las monedas europeas (y del yen) con relación al dólar, favorece las exportaciones america­nas con respecto a las exportaciones europeas y japo­nesas, favorece del mismo modo la compra de fábricas y terrenos en EEUU por parte de los capitalistas euro­peos y japoneses. De hecho, para invertir 100 millones de dólares en los EEUU, un trust alemán o suizo gasta hoy un 50% de DM o de francos suizos menos que en 1970. Las sucursales de las multinacionales europeas y japonesas instaladas en EEUU ya toman por su cuenta el 24% de todas las exportaciones americanas (Neue Zürcher Zeitung del 29/6/76) .

En total , las inversiones directas en el extranjero de Alemania occidental y de Japón se multiplicaron por siete desde 1967. Sólo llegaban a un 7% de las inver siones directas en el extranjero de los EEUU ,en 1967; y ya han logrado el 25% de éstas,en 1975.

Si se agregan las inversiones directas en el extranjero de GRan Bretaña,de Francia y de los PaTses Bajos, !se alcanzan los 2/3 de las de EEUU en 1975!

f - una tentativa,cada vez más acentuada,por parte de los trusts de los países imperialistas más afec­

tados por la crisis,para desviar su producción hacia los mercados exteriores. La parte de las exportaciones,den tro de la producción global de Fiat, pasó de un 40% en 1973, a un 49% en 1975, / pronto alcanzará a un 60% (Arturo Canetta en : Consigl i , Nro .27/28, agosto-se­tiembre de 1976) . Este esfuerzo va ¡unto a una diversi­ficación de la producción de Fiat,cuyos departamentos más rentables, los tractores, máquinas de construcción de caminos,de aceros y aceros especiales,de máquinas-herramientas, abarcan ya más del 40% del volumen de operaciones del trust (Financial Times del 24/9/76).

En Gran Bretaña, la parte que representan las exporta­ciones de capitales con relación a las inversiones bru­tas de la industria manufacturera es la siguiente:

1960-61 28,1 % 1964-65 2 8 , 8 % 1968-69 4 0 , 6 % 1972-73 6 0 , 2 %

(Bank of England Quarterly Review,marzo de 1976, Annual Abstract of Statistics 1967-1974) .

Como era de esperar,eso se refleja en un espectacular incremento de las ganancias realizodas en el extranjero con relación a las ganancias totales de los trusts.Asi", en lo que respecta a Gran Bretaña, mientras que bs ingresos provenientes del extranjero ("income fron a -broad") sólo representaban el 20% de las gananciasbru tas (antes de la amortización) ("profits before depre-ciation") del conjunto de las compañías industriales y comerciales de Gran Bretaña en 1965,este porcentaje sobrepasa el 25% a partir de 1970,para alcanzar el 34% en 1975 (National Income and Expetiditure Blue Book, 1965-75,citado en The Economist del 23/10/76).

De esa manera, los trusts británicos e italianos t rans i r -man la cálela de la libra esterlina y de la lira en fuente

SITUACIÓN ECONÓMICA MUNDIAL

de ganancias adicionales. Cada vez más,mientras pagan a sus obreros con promesas vanas, venden sus productos contra divisas fuertes. Por otra parte, los bancos los i -mitan, ya que es posible constatar que los bancos britá nicos,en 1975, no guardan menos de 58 mil millones de libras esterlinas en papel comercial o anticipos en cuen tas corrientes,expresados en divisas extranjeros (contra sólo 23,4 mil millones de libras esterlinas en inveriones directas del capital británico en el extranjero) (iank of England Quarterly Bulletin, junio de 1976).

De hecho,el gran capital de los pafses particularmente golpeados por la inflación pudo protegerse adecuadamen te contra la desvalorización de su moneda,en tanto que la clase obrera que vende su fuerza de trabajo por sema­na, por quincena o por mes, no logró hacerlo.

g - los competidores de EEUU lograron algunos éxitos espectaculares, a pesar de la manipulación de las

tasas de cambio y de no contar ya con energía barata después de la "explosión" del precio del petróleo en 1973 Alemania Occidental parece haber soprepasado def in i L

tivamente las exportaciones americanas en los productos manufacturados . En el rubro "máquinas y material de transporte", las exportaciones de Alemania Occidental aumentaron de 17 mil millones de eurodólares en el ter­cer trimestre de 1974, a 22,4 mil millones de eurodóla­res en el primer trimestre de 1976, o sea un aumento de más del 30% (I eurodólar unidad empleada en el Merca­do Co.TKjn-, equivale más o menos a I , 25 dólares esta­dounidenses). Alemania Occidental y Francia han he­cho mermar seriamente el monopolio americano de expo_r tación de equipamiento nuclear y han desarrollado pro­totipos de aviones técnicamente superiores a los de los principales trusts americanos.

La industria francesa del caucho logró hacer un "boque­te" tecnológico similar. Además,parece que un cartel internacional,esencialmente anglo-francés (y dominado por Rio Tinto Zinc), logró dominar el mercado mundial de uranio e hizo subir su precio de 6S la libra en 1972, a 30-40S la libra en 1976 (Far Eastern Economic Review del 10/9/76).

Por otra parte, la ofensiva de exportación japonesa abrió "boquetes" sensacionales, tanto en el mercado nortea­mericano como en el europeo. En Europa occidental,esa ofensiva no se compensó con un incremento en las expor faciones de la CEE hacia Japón. De este modo, las ex­portaciones del f*\ercado Común dirigidas a Japón se es­tancan en un promedio de aproximadamente 225-230 mi­llones de dólares por mes, produciendo un déficit con­siderable de la balanza comercial,que amenaza alcanzar los 3 mil millones de dólares en 1976. De a!Ir la rabia antijaponesa de los capitalistas euro­peos, que reclaman medidas proteccionistas. . .o una am­plia apertura del mercado japonés para sus propias mer-caderras.

Sin embargo, hay que recordar que,contrariamente a con_ cepciones aún vigentes en ciertos medios marxizantes, es absolutamente esencial,en la época imperialista,que el Estado desempeñe el papel de soporte de los grandes monopolios. 10

Si algo demostró la actual crisis,es precisamente el he­cho de que,a la larga, los monopolios no pueden sustra_ erse casi ni a la ley del valor ni a las consecuencias de las fluctuaciones coyunturales y, por tanto, a la inf luen­cia de la baja tendencial de la tasa de ganancia. En es­tas condiciones, resulta vi tal para ellos e l capel del Es­tado como garante de las superganancias monopolistas. Según el Estado sea más o menos poderoso, más o menos apto para desempeñar ese papel en lo inmediato,ganan o pierden posiciones preciosas en la lucha de competen cia interimperialista.

En tales condiciones,contrastan -de una manera dolo-rosa para los monopolios de Europa occidental- por un lado,el poder relativo del Estado EEUU y la capacidad de intervención rápida del Estado, ¡a menos poderosa, del imperialismo japonés con,por otro lado, la impoten cia de las estructuras "pre-estatales" de la CEE y la in signe debilidad de los Estados nacionales de Europa oc­cidental . Los últimos avatares de la industria aeronáu­tica europea proporcionan un ejemplo contundente.Esla industria, que da ocupación a más de 400.000 trabaja­dores (contra aproximadamente l millón en la industria aeronáutica estadounidense) y que ha so' repasado a su competidora en el plano tecnológico, sólo proporciona un 8% de los aparatos civiles vendidos a escala mundial, en el curso de los diez últimos años (The Economist del I I /9 /76) . La razón principal del fracaso reside en que los gobiernos europeos,demasiado débiles y demasiado divididos, fueron incapaces de asegurarle los mercados suficientes.Resulta claro que esta industria está l i tera l ­mente amenazada de desaparecer,si la situación no se modifica a mediano plazo.

6-LAS TENTATIVAS DE RESTRUCTU­RACIÓN DEL MERCADO MUNDIAL

Toda crisis de superproducción que se manifiesta en el mercado mundial expresa a la vez desiquilibrios funda­mentales de la producción y circulación de las merca-derfas capitalistas, y esfuerzos del Capital para superar esas contradicciones restructurando tanto la producción como el mercado. Los esfuerzos de restructuración de la producción tienden a elevr-r la tasa de ganancia por la eliminación (o la reducción) de las firmas,productos, procedimientos de producción menos rentables;por inver siones de racionalización; por economTa de materias primas,de energTa,de mano de obra y de empleo del ca pital f i jo ; por e l incremento en la velocidad de rota­ción del capital (especialmente del capital circulante) ;por una intensificación del trabajo y,en general,por un aumento de la tasa de la plusvalfa.

Los esfuerzos de restructuración del mercado mundial tienen por objeto la búsqueda de nuevos mercados/al mismo tiempo una nueva división de los antiguos mer­cados,de conformidad con la modificación de las reía ciones de fuerza entre trusts y potencias imperialistas. Ya hemos considerado las últimas peripecias de la com petencia interimperialista en el seno del re rcado i n ­terior de los paHses imperialistas mismos,que constituyen la mayor parte del mercado mundial a causa de su rela­t iva riqueza con relación a otras partes del mundo.

Examinemos ahora las otras modificaciones que se ver i ­fican en el mercado mundial.

a - la existencia de los países de la OPEP (o,al me­nos,de un cierto número de ellos) como salida impor­tante para la industria de los países imperialistas (sobre todo para la industria que exporta bienes de equiparme^ to y transportes) .Las exportaciones de la CEE hacia los países de la Liga Árabe pasaron de 6 mil millones de eu-rodó lares en I 973, a 10 mil millones de eu rodó lares en 1974, a 14,3 mil millones de eurodólares en 1975 y a]_ canzarán sin duda 'os 17 o 18 mil millones de eurodóla res (22 mil millones de dólares) en 1976. Si a eso se a -gregan las exportaciones dirigidas a Irán (que compra a los países capitalistas del Mercado Común casi tanto como la URSS o como España),a Nigeria y a Indonesia, se obtiene -considerando estos parses en su conjunto-un total de exportaciones del Mercado Común del or­den de los 30 mil millones de dólares,o sea un 9% del conjunto de las exportaciones de la CEE.

Esta expansión del mercado fue aprovechada fundamen_ taimente por la RFA y por Francia, en tanto que Gran Bretaña se reserva una porción preferencia! en el sub-sector de los sultanatos del Golfo Pérsico. También Ja pon extendió considerablemente sus mercados a los pa­tees exportadores de petróleo (del 6,5% al \0% del to tal de las exportaciones japonesas), mientras que la parte de EEUU en este nuevo mercado fue menor,salvo en lo que respecta a la provisión de armas.

Por consiguiente, la tendencia de restructuración del mer cado mundial permitió a los capitalistas europeos y j a ­poneses recuperar una parte de la plusvalía mundial per dida en beneficio de las clases dominantes de los par­ses exportadores de petróleo,a consecuencia del alza del precio del petróleo. La balanza comercial entre el Mercado Común y los países de la Liga Árabe mostraba, en 1974, un déficit de 18 mil millones de eurodólares (22,5 mil millones de dólares). Ese déf ic i t retrocedió a 9 mil millones de eurodólares (11,5 mil millones de dólares) en 1975,es decir,que se redujo a la mitad (en 1973 era de 6 mil millones de eurodólares.)

b - la aparición de una serie de países semicolonia-les en Asia oriental como "partners" s igni f icat i ­

vos del comercio mundial. Se trata,ante todo,de Hong-Kong, Singapur,Corea del Sur y Taiwan y , a t i tulo más modesto por ahora (pero con un potencial de crecimien to mayor), de Indonesia y Malasia. Hasta el momento, el imperialismo japonés es quien ha sacado mas provecho de esa circunstancia,asegurándose en dichos países,mer codos considerables y encontrando en ellos un terreno privilegiado para la inversión de capitales. En cuanto al imperialismo americano,si bien conserva allí" posicio nes importan tes, se halla sin embargo en neto retroceso con relación a su competidor japonés.

Para los imperialistas europeos,ese nuevo sector en ex­pansión del mercado mundial constituye una "térra i n ­cógnita",si hacemos abstracción de las posiciones t ra­dicionales ocupadas por e l imperialismo británico en Hong Kong, Singapur y Malasia (no obstante,en claro retroceso con respecto a su competidor japonés). (2)

Estos países asiáticos conocieron un proceso de indus­trial ización importante durante los últimos años,que la recesión de 1974-75 frenó pero que de ningún modo He gó a quebrar del todo,(3) por lo cual comienzan a su vez a exportar productos industrial esy hasta capitales, en competencia con sus comanditarios antiguos o presen tes. Así, la industria de montaje de aparatos electróni­cos y relojes,de I este asiático, representa una compe­tencia seria para la industria japonesa,sin hablar de la estadounidense.

Los empresarios sudcoreanos sacaron de las manos a los empresarios japoneses,europeos y americanos más de mil millones de dólares en contratos de construcción (de rutas,edificios oficiales, astil leras,etc .) (Far Eastern Economic Reviewdel 15/10/76). Pero, principalmente a causa del éxito relat ivo de la industr ial ización,di­chos países constituyen un mercado suplementario para ciertas ramas industriales de los países imperialistas,es pecialmente para la rama que exporta bienes de equ i ­pamiento y trnasporte.

Por consiguiente, se ha verificado una cierta modif i ­cación de la división internacional del trabajo, deb i ­do a que ciertas industrias (ante todo la industria tex­t i l y las ramas que incorporan relativamente mucha ma_ no de obra no calif icada,como la del montaje de apa­ratos electrónicos simples) se desplazan hacia países menos desarrollados (los más desarrollados de los paT-ses semicoloniales), mientras que, en el seno de los pal-

ses imperialistas,el centro de gravedad de la industria se desplaza cada vez más hacia el sector de "bienes de equipamiento y de transporte " . Ciertos logros de indus_ trialización de los países asiáticos semicoloniales cons­tituyen una amenaza para sectores importantes de la industria de los países imperialistas.Taiwan llegó a ser el cuarto productor mundial de fibras sintéticas,con una producción anual de más de 500.000 toneladas. Corea del Sur se esfuerza por alcanzar el mismo nivel en 1980-81 y por exportar telas de nylon y otras fibras sintéticas por valor de 3,5 mil millones de dólares por año (The Oriental Economist de agosto de 1976).

En vista de la capacidad de excedente que ya pesa hoy sobre el mercado mundial de fibras sintéticas, tal ex­pansión constituye una seria amenaza para los trusts alemanes, holandeses, franceses e italianos. Las impor­taciones cubren actualmente el \\°/e de las ventas en Eu ropa,contra sólo el 5% en 1969, lo cual implica que au mentan a un ritmo de 10% por año mientras que las ven tas lo hacen a un ritmo de 2% por año (The Economist del 11/9/76).

En la petroquímica de base se produjo una situación a -náloga.Los países árabes e Irán cuentan Con realizar enormes inversiones en este sector, que ya registra,sin embargo, un excedente . Los productores europeos están muy preocupados al respecto (Financial Times del 19/9 de 1976). Señalemos que un financista de Hong-Kong, Wong Chong-Po, obtuvo el control del segundo trust americano de relojería,en las propias narices de la al fa banca suiza (Neue Zürcher Zeitung del 23 de junio de 1976).

11

SITUACIÓN ECONÓMICA MUNDIAL

c - sin embargo, considerados en su conjunto, los países semicoloniales siguen estando "marginados"

en el mercado mundial,debido a la incapacidod del sis_ tema imperialista para liberarlos globalmente, y a un ritmo en cierta medida satisfactorio,de su estado de es­tancamiento y de miseria. El éxito obtenido por los"mo-delos de desarrollo" a la brasilera {repetidos en varios casosl se fundan en una sobreexplotación de la clase o-brera y en una pauperización del campesinado pobre,es decir que sólo liberan un mercado interior que cubre a-penas un quinto de la nación (grande y mediana burgue­sía, nuevas clases medias,campesinado r ico).

Ello impone tanto una valla de contención a la indus­trialización interna como a la capacidad de llegar a ser un mercado creciente para las .lercaderías exportadas por los potencias imperialistas. De hecho, la estrechez de su mercado interior los obliga a sumergirse rópidamen te en la carrera de las exportaciones, como se lo ha se­ñalado mós de una vez con respecto a Brasil y como acá ba de confirmarlo nuevamente el ejemplo de Corea del Sur.

Para tomar una vez mós el ejemplo del Mercado Común, las exportaciones que realiza hacia Brasil, India y Pa­kistán se estancan o bien están en retroceso a lo largo de los años 1975 y 1976. Estos tres países, que en con­junto tienen una población de 800 millones de habitan tes,compran menos mercaderías a los Nueve que Aus­tria aisladamente, la cual ni siquiera cuenta con 8 mi ­llones de habitantes.

El nuevo e importante empobrecimiento que se produjo en los países semicoloniales no exportadores de petró­leo durante la recesión de 1974-75, a consecuencia del hundimiento de precios de las no terias primas,del en­carecimiento en las importaciones de energra y del en carecimiento de las reservas de víveres subrayó de ma ñera dramática un aspecto fundamental de la crisis del sistema,que tiende a marginar a más del 50% de los ha bitantes del globo del "crecimienfo"económico acele­rado (de ayer) y reducido (de hoy y de mañana). rte ahr la agudeza de la discusión en torno a un "nuevo orden económico mundial",al que Charles André Udry consagra un estudio especial en el presente número de INPRECOR.

d - la parte que corresponde a los estados obreros burocratizados en el comercio exterior de los

países capitalistas crece gradualmente, pero sigue sien do muy modesta (incluida Yugoeslavia). Estos países stí. lo compraron el 5,5% de las exportaciones de la CEE en el primer trimestre de 1976, asTcomo el 2,5% de las exportaciones de EEUU y el 6,5% de las exportaciones de Japón. Por el contrario, la parte de los países impe­rialistas dentro de las importaciones de los países del COMECON pasó del 25% en 1970 al 33% en 1975.

La principal dif icultad para una expansión mós rápida del mercado de los estados obreros burocratizados en tanto compradores de mercaderías capitalistas, reside en la falta de competitividad de sus productos industriales, que limita su venta en los mercados occidentales. Como su excedente de productos agrícolas tiene tendeíi. 12

cía a desaparecer (incluso algunos de estos países l le ­garon a ser importadores netos de productos agrícolas), el incremento en la compra de bienes occidentales a la larga sólo puede financiarse mediante tres fuentes: un incremento de exportaciones de materias primas; un incremento de exportaciones de materias primas; un in cremento de exportación de oro; un incremento de la deuda con relación a los paises imperialistas. La carda del precio del oro redujo la capacidad de importación de la URSS.

La deuda de algunos estados obreros burocratizados con respecto a los países imperialistas cobró proporciones peligrosas y no podrá extenderse mucho. El déficit de la balanza comercial de la URSS con los países impe­rialistas había llegado a los 5 mil millones de dólares en I975. La deuda acumulativa de la URSS y de los países del COMECON con respecto a los países impe­rialistas llega a los 35 mil millones de dólares. El servi ció de esta deuda ya absorbe un 20% de sus entradas anuales en divisas (Neue Zürcher Zeitung del 4/9/76) . Y Corea del Norte incluso solicitó una moratoria y de­jó de pagar el servicio de su deuda de I, 5 mil millones de dólares.Como fuente principal para una expansión de sus compras de bienes de equipamiento,queda el in cremento de la exportación de sus materias primas.

Efectivamente,en este sentido se orienta el comercio exterior soviético y chino,especialmente dentro del marco de determinados acuerdos bilaterales,como el in tercambio de petróleo soviético/trigo americano o de -petróleo chino/acero japonés.

Como la tasa de crecimiento de la producción de ma­terias primas tiene,sin embargo, tendencia a bajar en la URSS; como un incremento mós nítido de esta produc ción depende,a su vez,de la importación de máquinas y técnicas imperialistas; como, en e l futuro, la necesi­dad de ciertas materias primas tiende a crecer más rá­pidamente que la producción (principalmente la nece­sidad de productos petroleros en la URSS, a'consecuen cia del progreso de la motorización), se imponen algu­nas "opciones desgarradoras" para la burocracia sovié­t ica .

Esta última se dispone a desviar hacia los países capi ­talistas, una parte de los suministros petroleros hasta ahora reservados a los países miembros del COMECON, lo cual obliga a dichos países (principalmente a la RDA) a abastecerse,en lo venidero,en el mercado interna­cional capitalista,donde el precio del petróleo es más elevado que en los contratos de suministro de la URSS. Las dificultades económicas de varias "democracias po­pulares" corren así" el riesgo de aumentar ,en el mismo momento en que su situación polífica inferna se enca­mina peligrosamente hacia la burocracia,tal como ha sido últimamente el caso de Polonia.

En suma, los esfuerzos de rest ructurac ión de l mercado

mundia l -que son reales- no t ienden sino a resultados

modestos, aún marginales .Como e l personaje de Lewis

C a r o l l , e l c a p i t a l imper ia l is ta t iende a tener que c o ­

rrer cada vez más l igero para poder permanecer en su

lugar ,s in poder avanzar rea lmente . Aqui" encontramos

nuevamente la crisis estructura l de l s is tema,en tanto

éste no dispone ya de 'as márgenes de adaptac ión de

an taño .

7- LAS INODENCIAS DEL DESORDEN MONETARIO INTERNACIONAL

Hemos visto que e l sistema de cambios f lo tantes pudo

ser manipulado por varias burguesías " n a c i o n a l e s " , c o n

e l ob je to de obtener ventajas comerc ia les, por otra par

fe muy temporar ias. De l mismo modo, hay que subrayar

otro aspecto de la in terdependencia entre e l desorden

monetar io in te rnac iona l por un lado, y la a m p l i f i c a c i ó n

de las f luctuaciones coyunturales desde e l comienzo de

los años 7 0 , por o t r o .

En p r i nc i p i o , la apar ic ión de los "pe t rodó la res " , la ofein

siva de expor tac ión de l imperial ismo de A leman ia O c ­

c iden ta l y Japón (y l uego ,en menor med ida , la de todas

las potencias imperiaslistas) s ign i f i có un nuevo e impor

tante ensanchamiento de l c réd i to y de la moneda de

c réd i to (moneda de c réd i to constantemente devaluada

por la in f lac ión) en e l mercado i n te rnac iona l . Hemos

visto que,con jun tamente a ese ensanchamiento, la deu

da de los trusts y de las firmas capi ta l is tas registró una

tendenc ia a d isminu i r en los mercados r a c i o n a l e s , a

causa de la e levac ión de la tasa de gananc ia (y de la

tasa de auto f inanc iamiento) por una pa r te , y de un "boon

de invers iones" ,por o t r a .

En consecuenc ia ,con respecto a l sistema cap i ta l i s ta en

su con jun to ,se ha asistido a una con t i nuac ión de l f i -

nanc iamiento de una parte c rec ien te de las ventas por

medio de l c r é d i t o . Pero los años 1975-76 estuv ieron

marcados más por un desplazamiento de l incremento de

los créditos hac ia e l ex t ran jero que l a c i a los compra ­

dores " i nd rgenas" . En otros términos, la " recuperac ión

est imulada por las expor tac iones" fue sobre todo una

recuperación est imulada por los créditos a la e x p o r t a -

c i ó n .

Si e l mercado de los "eurodó lares" con t inúa a l e g r e ­

mente su expansión y ha a lcanzado ac tua lmente la

suma redonda de 300 mi l mi l lones de dólares (una pa£

te de los cuales es propiedad de los exportadores de

pe t ró leo) , la deuda de los países semicolonia les con

respecto a las potencias imperial istas exper imentó tam

b ien un incremento más inqu ie tante a ú n . Una parte de

esos crédi tos fueron acordados por gobiernos e i n s t i t u ­

ciones públ icas in ternac ionales controladas por e l i m ­

per ia l ismo (ante todo e l Banco M u n d i a l , la Asoc iac ión

In te rnac iona l de Desarro l lo y e l Banco de Desarro l lo

A s i á t i c o ) .

Una parte c rec ien tede los crédi tos a los países sem i ­

co lon ia les p rov ienen , sin embargo,de l sector pr ivado

cap i ta l i s ta y de l sistema bancar io imper ia l i s ta ,espe ­

c ia lmente de los grandes bancos americanos y b r i t á n i ­

cos.

A s ü p a r a varios países semicolonia les,se puede es ta ­

b lecer e l cuadro de p ie de pág ina

De estas deudas de aproximadamente 50 mi l mi l lones

de dólares,unos 14 mi l mi l lones corresponden a deudas

para con bancos y otras inst i tuc iones extranjeras p r i ­

vadas; esta c i f r a no i nc luye la de Pakis tán, que se des_

conoce . Para los países semicolonia les en su c o n j u n t o ,

la deuda pr ivada pasó de 25 mi l mi l lones de dólares a

fines de 1973, a 60 mi l mi l lones a f ines de 1975 ( i n ­

c lu idos los an t i c ipos or ig inar ios de los países de la

OPEP), mientras que su deuda púb l i ca subió de 46 mi l

mi l lones a 65 m i l m i l l ones . The Economist ( 4 / 9 / 7 6 ) ,

que c i t a esas c i f ras , agrega f l emát i camente : "los ban

queros que ahora están preocupados por estos prés ta­

mos,sin embargo permi t ie ron la con t inuac ión de los

i n te rcamb ios " .

Según e l Business W e e k ( d e l 10/11/76) ,e l to ta l de las

deudas de los países semicolon ia les se e levará , a f i ­

nes de 1976, a 170 mi l mi l lones de dó lares , 70 mi l m i ­

llones de los cuales se adeudan a los bancos .Brasi l s o ­

lamente debe ya 10 mi l mi l lones de dólares a los b a n ­

cos privados de los EEUU.Esa expansión de l c réd i to

p r ivado a los países semicolonia les se exp l ¡ca ,s in d u d a ,

por la necesidad acuc ian te de l c a p i t a l in te rnac iona l

de ensanchar sus mercados in ternac iona les y de e f e c ­

tuar una res t ruc turac ión de l mercado mund ia l . (4 )

Pars Deud a tota en C r e c i m i ento de la deuda Serv ic io de la deud 3 en %

mi les de mi Iones en e l per iodo marzo 1975- de los ingresos en d i v isas. de $ octubre 1976 1976 1977

F i l ip inas 4 , 4 0 , 5 miles de m l l . d e S 16 17 Corea de l Sud 11,8 - 12,9 13 Pakistán 6 , 3 0 , 7 16,8 24 Singapur 0 , 3 0 ,1 0 , 2 0 , 2

Sri Lanka 0 , 5 0,15 2 2 , 9 -Indonesia 10,5 3 , 3 13,8 16,6 Ta iwan 3 ,2 0 , 5 6 , 5 7 , 8 TaNanc'ia 1,3 1,0 14,6 -Ind ia 10,8 1,9 13,5 -

(Far Eastern Economlc teview de 1 8 de octubre de 1976)

13

SITUACIÓN ECONÓMICA MUNDIAL

Pero esta última introduce un nuevo elemento de ines­tabilidad en el sistema bancario internacional. Mien­tras que los años 1974 y 1975 estuvieron marcados prin c¡pálmente por el temor a la ruina de los grandes ban eos por insolvencia de algunos de sus créditos indíge­nas,eí año 1976 estuvo marcado,en lo que al mundo bancario se refiere,por temores crecientes de insolven cia de los créditos internacionales.Cada uno a su tur­no, el Zaire, Indonesia, Argentina y Perú estuvieron en los umbrales de tener que solicitar una moratoria.

Cuando se conoce la amplitud total de las deudas de los países semicoloniales,el peso del servicio de la deu da externa con relación a las entradas corrientes en d i visas y la incertidumbre que pesa sobre la expansión de dichas entradas (es decir,sobre la expansión de sus ex­portaciones), se comprende la envergadura de esta preo­cupación que,por momentos, ha estado próxima al páni­co.

Los movimientos especulativos contra la libra esterlina fueron causados en parte por la tendencia de los países llamados "de la zona de la libra esterlina" a deshacer­se progresivamente de sus haberes en libras.

Eso se aplica principalmente a algunos países produc­tores de petróleo, que ya han sufrido pérdidas conside­rables por el hecho de que conservaban sus haberes en Londres (habían depositado 2,5 mil millones de libras esterlinas en Londres durante los quince meses anterio­res a marzo de 1975; sólo retiraron 1,5 mil millones du ­rante los quince meses consecutivos) (The Economistdel 16./10/76) . Pero la especulación también posee otras causas, principalmente e' simple anticipo en caso de

incremento del déficit de la balanza de pagos de un país (es lo que se produjo con el franco francés en 4a primavera de 1976) y la evasión de los capitales por te mor a "problemas" sociopolrticos.

Después de la evasión masiva de capitales portugueses, hacia Brasil en especial,durante el año revolucionario vivido en aquel país, España, Italia y Francia conocie­ron un momento de evasión que se eleva a varios miles de millones de dólares. La evasión de capitales i ta l ia ­nos hacia Suiza ha cobrado proporciones gigantescas.

Sin embargo, hay que subrayar una contradicción. Por una parte, hay indiscutiblemente una afluencia de c a ­pitales europeos hacia América del Norte,especialmen te para aprovechar la expansión más rápida (y costos salariales reducidos) de la economía americana, y secun 14

doriamente también para estar a resguardo de las con­mociones revolucionarias que se anuncian en Europa me­ridional y de los problemas socioeconómicos de Gran Bretaña. Pero,al mismo tiempo,el dólar continúa deva­nándose en relación al D M y a l franco suizo, principal mente porque la tasa de inflación es más elevada en EEUU'que en la RFA y que en Suiza. Por consiguiente, las inversiones de cartera y los depó­sitos banacarios de los capitalistas europeos en los EEUU se devalúan en relación a las colocaciones equivalentes en Alemania y en Suiza.

Eso no puede sino conducir a una distorsión, ya nítida, de las tasas de intereses, lo que tendría que favorecer -de rebote- las inversiones productivas en la RFA con respecto a EEUU. Para compensar ese movimiento, haría falta, ya sea una nueva devaluación del dólar (que una agravación de la inflación en I977 podría en efecto favorecer), ya sea una nueva alza relativa de los salarios en la RFA.Pero, cuánto tiempo van estar satisfechos los trabajadores ame ricanos con el estancamiento e incluso con la erosión de su poder adquisitivo (¡que está durando desde hace casi un decenio!)?

Vemos asi" como se imbrica la curva de la lucha de c la ­ses con la de la coyuntura económica y la competencia internacional,sin identificarse con e l la . Al menos cuan do hablan "en fami l ia" , los capitalistas y teenócratas internacionales burgueses no se hacen muchas ilusiones sobre la reorganización del sistema monetario interna­cional,entablada laboriosamente a partir de I97I. Uno de los dirigentes principales del Fondo Monetario In­ternacional, el holandés Tom de Vries,escribe sin amba­ges, con respecto a los últimos acuerdos monetarios de Jamaica : "Todo lo anterior implica que las perspecti­vas del oro en el curso de los próximos años son incier­tas.

Esta incertidumbre con respecto a un elemento tan im­portante del sistema subraya nuevamente el carácter transitorio de los acuerdos de Jamaica , que no intro­ducen un nuevo sistema monetario en un sentido concre t o . " (Finances et Développement,revista trimestral del FMI,vo l . l3 , N o . , setiembre I976).

De hecho, y contrariamente a lo que se ha pretendido, los acuerdos de Jamaica no implican en absoluto una desmonetización progresiva del oro. Simplemente su­primieron el precio f i jo de compra del oro entre los bancos centrales. La venta masiva de oro guardado por el FMI provocó ciertamente una caída considerable del precio en el mercado libre (de casi 200 a unos II5 dó­lares la onza). Tero eso significa, al mismo tiempo, una revaluación de los stocks de oro guardados por los ban­cos centrales (especialmente europeos), de 42 a M5 dó­lares la onza,es decir,que el valor "contable" del stock se tr ipl icó,por un simple plumazo, luego del acuerdo de Jamaica.

Cuál será la evolución futura del "precio del oro"? Muchos factores habrán de desempeñar un papel al re£ pecto en los años venideros: la índole de las sucesivas cosechas en la URSS, la evolución de los costos de pro

ducción ( I tantode la tecnología como de la situación social y polTtica!) en África del Sur, las fluctuaciones del abastecimiento y del desabastecimiento privado en India, Medio Oriente y Francia. Pero aún queda un factor determinante: el ritmo de la inflación, especia I mente del dólar. Si esta inflación se mantiene y se a -centúa a mediano o largo plazo ,todo indica que el precio del oro volverá a subir.En una sociedad fundada en la propiedad privada, y ante la ausencia de un Esta­do mundial,es evidente que no habrá ninguna "conve­niencia" ni ningún "acuerdo internacional" que puedan, a la larga, obligar a los propietarios de mercaderras,a aceptar billetes de banco devaluados antes que "dinero constante y sonante" a cambio de sus mercancras (o, más exactamente,como paga de sus transacciones mer­cantiles con el extranjero).

8-LAS CAUSAS MAS PROFUNDAS DE UNA RECUPERACIÓN VACILANTE Y DESIGUAL

Algunos nos criticaron que otorgamos demasiada impor­tancia a los fenómenos del mercado,es decir, a la es­fera de la circulación,en la explicación de la recesión y de la recuperación. Hasta ven en ello concesiones al "keynesianismo",cuando en realidad fuimos uno de los críticos más severos de las ilusiones keynesianas,en momehtos en que eran compartidas casi umversalmen­te. En la base de estas criticas se advierte la incompren sión de uno de los aspectos fundamentales del anál i ­sis marxista del modo de producción capitalista.

Es cierto que,dentro de ese análisis, la esfera de la pro ducción es primordial con respecto a la esfera de la circulación. Toda plusvalía creada tiene que haber si do primeramente producida en el curso del proceso de producción;EI mercado sólo puede volver a distribuir lo que fue producido con anterioridad . Las despropor­ciones y desequilibrios que aparecen en la esfera de la circulación reconocen su origen últimoen la esfera de la producción.

Pero quien dice origen último no está diciendo un ab­soluto origen inmediato ni origen automático.Los que pretenden reducir todos los problemas de la coyuntura económica capitalista a modificaciones dentro de la esfera de la producción olvidan la contradicción entre valor de cambio y valor de uso; olvidan que la produc­ción capitalista es una producción de mercancras y que esta producción no implica,de ningún modo, la venta asegurada de las mercancías producidas. Adeptos tar­díos de la "ley de Say" o "ley de los mercados" de tris te historia presuponen resuelto más o menos automática­mente a mediano o corto plazo lo que,en el modo de producción capitalista sólo se verifica a largo plazo, en promedio y únicamente para una parte de las mer­cancras capitalistas : la creación de la plusvalía.

Por consiguiente,es indispensable seguir las tendencias del mercado (ante todo las del mercado mundial) para comprender y explicar las alzas y bajas de la coyun­tura económica. Es el método que Marx mismo apl icó,

principalmente para la explicación de las crisis de su­perproducción de 1857 y de 1866,que hab^a estudiado en detal le. Se cuidó muy bien de reducirlas a meras estructuraciones dentro de la esfera de la producción (de limitarse al reconocimiento de la mocfificación del valor de las mercancías).

Pero dicho esto,una vez revelados todos los desequili­brios del mercado, hay-que explicar esos avatares,en último análisis mediante lo que se verificó en el domi­nio de la producción y en el de la lucha de clases.

El carácter vacilante,desigual e inestable de la recu­peración económica capitalista internacional se exp l i ­ca, ante todo, por el hecho de que se ubica en el con­texto de una "onda estancada de larga tonal idad". Semejante onda larga,como la que la economía capita lista conoció entre 1913 y 1939,se caracteriza por c r i ­sis de superproducción más largas y profundas, y por recuperaciones más vacilantes y más cortas. (5)

En otros términos, I a tasa de ganancia se remonta muy por encima del nivel de los años 1973 y 1974,pero no alcanza los promedios "dorados" de los años 50 y de la mayoría de los años 60. Desaparecen las importan­tes rentas tecnológicas (sobreganancias monopolisficas) logradas por ramas como la electrónica, la automotriz, la industria química, la industria de aparatos c ient íTi-cos ,e tc . Se vulgarizan los nuevos inventos y descu­brimientos y su aplicación se extiende cada vez más. En algunas ramas,el mercado comienza a saturarse.

La insuficiena-ia de los marcados sigue compensándose con la inflación del crédito verificada en el curso de los últimos años,sobre todo la deuda pública y los prés tamos a los países no imperialistas y no miembros de la OPEP (sin duda, la masa total de ambas categorías de deuda aumentó en más de 400.000 millones de dólares durante los años 1974, 1975 y 1976) .De allí" proviene la devaluación persistente del papel moneda de los países imperialistas,a pesar de todas las rxomesas referidas a "la prioridad concedida a la lucha contra la inf lación" De hecho, la austeridad proclamada en dichos países ba ¡o el pretexto de "lucha contra la inflación",es sólo un instrumento de redistribución del ingreso nacional para los gastos salariales y en provecho de los benefi­cios capitalistas; el medio de hacer pagar el costo de la crisis a la clase obrera.

Por otra parte,el estancamiento de las tasas de la plus-val ía, resultantes del "empleo pleno" de los años 60, resultó abatido por la ofensiva del empresariado y por la polrtica universal "de austeridad" de los gobiernos burgueses (fueran"de derecha "o "de izquierda"),con la excusa y bajo la amenaza de la desocupación. Pero,hasta allí", las pérdidas sufridas por la clase obre­ra en los salarios reales son sólo limitadas.

15

SITUACIÓN ECONÓMICA MUNDIAL La resistencia de la clase se incrementa a medida que se emplTa la agresión. La recuperación tiene que fomen tar dicha resistencia,aún cuando la desocupación es­tructural masiva sea una desventaja seria. La burgue­sía, pues, no ha logrodo elevar la tasa de la plusvalía de manera suficiente como para compensar el alza de la composición orgánica media del capital , nuevamen­te acentuada tanto por las inversiones de racionaliza­ción como por el encarecimiento del costo de la ener­gía (y,a largo plazo,de todas las materias primeo) con relación al nivel de los años 60.

Desvalorización insuficiente del capital,elevación i n ­suficiente de la tasa de plusvalía,clase obrera empuja­da a la defensiva pero no derrotada: tales son las cau­sas, a los ojos del Capital,de una subida aún escasa de la tasa de ganancia. (6) Eso se refleja en una recupera­ción de la acumulación del capital,pero una recupera­ción insuficiente para volver a alcanzar los niveles de los años 50 y 60.Los grandes momentos de la lucha de clases están ante nosotros, no detrás. Y ejercerán una influencia decisiva en el destino de la economía ca­pitalista internacional.

notas: <Z-s?

1 - la construcción inmobiliaria continúa en depresión en EEUU,con un nivel anual de 1,5 millones de nue vas construcciones comenzados a principios del oto ño de l976,contra un nivel de 2,5 millones logrado a principios de 1972. El precio medio de una casa nueva llega a 43.600 dólares,o sea un 13% más que que en otoño de 1975 y el doble con respecto al pre cío de 1970. La compra de una casa está,de este mo do, fuera de alcance para una creciente fracción de la población americana (Business Week del 27/9/76).

2 - como resultado significativo de este proceso, ha a-parecido un mercado de asiadólares, paralelo al mer_ cado de eurodólares, ce itrado en los bancos de Asia oriental. Según el Far Eastern Economic Review del 17/9/76, ese mercado se extendió, de la modesta su­ma de 390 millones de dólares estadounidenses en 1970 a la suma ya más presumida de 13,7 mil mi l lo ­nes hacia la mitad de !976,4 mil millones de los cua les ,aproximadamente fueron prestados a empresas no banacarias.

3 - Según la Far Eastern Economic Review del 4 /6 /76 , el producto nacional bruto por cabeza de habitante pasó, en Singapur,de 650 dólares en 1965a 1113 en 1970 y a 2331 en 1975; y,en Hong-Kong, respecti­vamente de 596 a 962 y a 1654 dólares. La tasa de acumulación (formación de capital bruto en % del PNB) se elevó extremadamente en ambos esta­dos,especialmente en Singapur,donde comúnmente sobrepasa el 33%. Un 40% de la mano de obra de

16

Hong-Kong y el 26% de la de Singapur ya se em­plea en la industria manufacturera;Las exportaciones de Singapur ya se venden en un 13,4% a la CEE,en un 13,9% a EEUU,en un 8 ,7% a Japón y en un 5% a Australia,es decir,que más de un 40% va hacia hacia países imperialistas.Con respecto a Hong-Kong (sin tener en cuenta las reexportaciones de proce­dencia china),este porcentaje se eleva incluso a un 75%.El total de las exportaciones industriales (reex­portaciones aparte) de Hong-Ko.ig se ubica en apro­ximadamente 5 mil millones de dólares,el correspon­diente a Singapur llega a la mitad de ese monto.

4 - esto está en correspondencia con un incremento im­portante del déficit de la balanza de pagos de los países semicoloniales no exportadores de petróleo; déficit que, por la acción combinada del alza del precio del petróleo y de la baja de los precios de las otras materias primas,pasó de 29 mil millones de dólares en 1974 a 37 mil millones de dólares en 1975 y se estima en 32 mil millones de dólares en 1976, o sea un total de casi 100 mil millones de dólares Ju­rante esos tres años (The Economist del 2/10/76). En consecuencia, los préstamos occidentales y de la OPEP a dichos países constituyen realmente conce­siones a los exportadores, quienes hubieran tenido que reducir de manera drástica sus ventas al "Tercer Mundo",si esa ola de crédito no hubiera corrido en tal dirección (casi el 50% de la misma va hacia países como Argentina, Brasil,Méjico,Corea del Sur, Filipinas, Talwan). A ese déficit total hay que aña­dir el de los estados obreros burocratizados (20 mil millones de dólares ) y el de Europa Meridional (23 mil millones de dólares). Le corresponden los exce­dentes de 143 mil millones de dólares de los países de la OPEP y de 20 mil millones de dólares de los países imperialistas (Neue Zürcher Zelt ing del 2/9 1976).

5 - no somos los únicos en acentuar la incidencia de esta "onda larga" sobre la coyuntura económica. El boletín de la Berliner Handels-und Frankfurter Bank (3/9/76) consagra un artículo interesante a la interpretación de la recuperación económica va cilante en EEUU, presentado por los partidarios de la teoría de los ciclos de Kondratieff.Concentran la atención en el hecho de que el nivel más bajo de stocks,a fines de la recesión (junio 75: 263 mil millones de dólares),era sólo inferior en 10 mil m i ­llones de dólares con respecto al n iva l más alto (diciembre de 1974), nivel recobrado desde fines de mayo de 1976. Eso Indica tanto la importancia de !a caída de la venta (de la crisis de superproduc­

ción) como los estrechos límites de la desvaloriza­ción del capi tal .

6 - a eso hay que añadir la acción negativa (es decir, retrasante) ejercida por una persistente tasa de in_-flación sobre la realización de proyectos de inver­siones. Los trusts ya no los llevan a cabo,salvo que prometan rendimientos del 20,del 25 y aún del 30% e>-, moneda corriente (Business Week del 13/9/76). Habíamos previsto dicho efecto en Le Troisléme Age Age du Capitalisme.

EL FIN DEL CRECIMIENTO RÁPIDO

El carácter de clase de la sociedad burguesa nunca

se reve la de una manera tan nTtida como en e l mo -

mentó de una crisis económica . A l produc i rse, la

crisis pone al descubier to con mayor c la r idad lo que

se ve r i f i ca en general "a espaldas de los producto -

res" - e l restablec imiento y la conf i rmacio'n cont inuos

de las relaciones de c lase , fundados en la subordi -

nac ión de l t rabajo a l c a p i t a l - y lo que es normalmen

te ve lado por los mecanismos de oscurecimiento inhe

rentes a l sistema mismo, permi t iendo asf procesos de

c o n c i e n t i z a c i ó n . Esto se ap l i ca par t icu larmente a

la Repúbl ica Federal A lemana . Durante e l largo pe_

r ibdo de l " c r e c i m i e n t o " -es d e c i r , de 1948 a 1973,

con excepc ión de los 16 meses de recesión en 1966-67-

para los marxistas revoluc ionar ios resultaba casi i m ­

posible convencer a las vastas masas de l carácter de

clase de la sociedad en la RFA.

Puesto que e l c rec im ien to era general ( i incluTáos

los sa la r ios ! ) , e l debate púb l i co se vo l v i ó esenc ia l ­

mente sobre problemas de repar t i c ión , es dec i r , sobre

la cuest ión de saber si los salarios aumentaban menos

rápidamente que las ganancias o si suced'a a la inversa.

La impor tanc ia p r inc ipa l de la crisis 1974-75 cons is ­

te en que permi t ió , mucho mejor que la recesión de

1966-67, arro jar una luz dec is iva sobre las r e l a c i o ­

nes de clase fundamentales en la RFA.

(0

MZmX¡VMt\

Desocupación y producto social

Desde e l comienzo de la c r i s is , e l número de asa la ­

riados ocupados en la RFA pasó de 2 2 , 7 m i l l ones , a

mediados de 1973, a 21,2 mi l lones a mediados de

1976; es dec i r que d isminuyó 1,5 m i l l ones . O f i c i a l ­

men te ,en j u l i o de 1976, e l número de desocupados

se e leva a 9 6 7 . 0 0 0 . La d i f e renc ia entre estas dos

c i f ras resulta de la par t ida de al rededor de medio

m i l l ón de trabajadores inmigrados.La cant idad de de

socupados parciales ba jó a aproximadamente 100.000.

En e l punto cu lminante de la cr is is , durante e l c u r ­

so de l pr imer semestre de 1975, hubo 1,2 mi l lones de

desocupados absolutos ( c i f r a que se e leva a 1,4 m i ­

llones si se e l im inan las f luc tuac iones de l t rabajo

temporar io ) , y 900 .000 desocupados parc ia les , o sea

la c i f r a más e levada desde los años 5 0 .

También hay que señalar que e l número ac tua l de de

socupados, en plena recuperac ión , es superior en un

3 5 % a l que e x i s t a durante l a recesión de 1966-67.

Este es un cuadro muy e locuente que compara la evo

luc ión de l emp leo , de la producc ión y de l ingreso

real de los asalar iados: (I)

(M) (I I I) (IV)

Años Producto Nac iona l Bruto Crecimie nto del Número de asa ariados Masa salar ial en Crecimiento Tasa de

en miles de mi Iones de PNB (er % ) • ( en millones ) mi tes de mil lones ( en °/c ) i n f l a d o r

D M de 1962. de D M corr ientes. (en %)

1973 22.564

1974 595,0 0 ,4 22.152 470,7 9 , 4 7 ,0

1975 574,8 - 3 ,4 21.421 487,1 3 , 5 6 ,0

1976 600,0 4 , 5 21,2 503 ,6 3 , 4 5 ,4

El cuadro i nd i ca que e l producto s o c i a l , en 1976,ha

a lcanzado nuevamente e l n i v e l de 1974 y que , i n ­

c luso , lo ha sobrepasado l igeramente . Sin embargo,

ese producto ha sido creado por 21,2 mi l lones de asa­

lariados cont ra 2 2 , 6 mil lones en 1973; es dec i r que bastó emplear 1,5 mil lones menos de trabajadores pa ra crear la misma r i queza . Igualmente d isminuyó la suma de los salarios y sueldos reales distr iburdos a los

17

RFA.

t rabajadores entre 1973 y 1976. La masa sa lar ia l n o ­

mina l aumentó en un 16, 3 % (no acumula t ivamente) ,

lo cua l da un ba lance provechoso para la clase c a p i ­

t a l i s t a .

De igua l manera, la repar t i c ión de la r i queza soc ia l

evo luc ionó a favor de la clase burguesa. El ano 1976

conoc ió la parte sa lar ia l más baja en la histor ia de l

cap i ta l i smo de A lemania Occ iden ta l : (2 )

1950 6 7 , 6 %

1960 5 8 , 8 %

1970 5 4 , 8 %

1972 5 4 , 3 %

1973 5 2 , 7 %

1974 5 3 , 0 %

1975 5 2 , 8 %

1976 5 1 , 2 %

Por otro lado, la ba ja de la parte sa lar ia l no expresa

sino de una manera imperfecta la red is t r ibuc ión de l

ingreso nac iona l en bene f i c io de l c a p i t a l , ya que só­

lo t iene en cuenta los ingresos de los trabajadores o -

cupados . Ahora b i e n , es necesario i nc lu i r dent ro de

la clase obrera a l con junto de los t rabajadores, tanto

a los que t ienen t rabajo como a los desocupados.

Ca l cu lando la parte sa lar ia l sobre la base de la masa

sa lar ia l más los subsidios de desocupación y d i v i d i é n

do la por e l número to ta l de los trabajadores emp lea ­

dos y desocupados, d i cha parte bajarTa aún más.

El año 1976 ha sido e l pr imero en la h istor ia de l c a ­p i ta l ismo de A leman ia O c c i d e n t a l en cuyo transcur so la masa de los asalariados sufr ió una reducc ión de los ingresos reales. Los contratos co lect ivos concer ­tados t ra jeron en general un aumento de los salarios nominales de l orden de l d ía d e l 5 , 4 % (a excepc ión de la industr ia de l l i b ro , en v i r tud de la huelga) .

Si se t ienen en cuenta ventajas ex t ra -convenc iona les , como promedio hubo un aumento de los ingresos nomi nales brutos de l 6 % . A consecuencia de la progre -s ión de la deducc ión f i sca l , se l lega a reducciones d e l poder adqu is i t i vo de l orden de l 3 ,5 a l 5% según e l n i ve l de las remuneraciones, e l número de perso­nas a c a r g o , e t c . El promedio de la pérdida de l p o ­der adquis i t ivo es, sin duda , de l orden de l 4 % . A eso hay que agregar que al menos un m i l l ón de de socupados perdieron cerca de l 4 0 % de su poder a d ­qu i s i t i vo (por la d i f e renc ia entre los salarios y los subsidios de desocupación) y que hay un número d i f r c i l mente ca l cu lab le tanto de jóvenes que, luego de la te rminac ión de sus estudios, no encontraron empleo , como de mujeres q u e , en v is ta de la impor tanc ia de la desocupac ión, no vo lv ie ron a presentarse a l "mer ­cado de t r a b a j o " .

F ina lmen te , es necesario redondear e l cuadro i n c l u ­

yendo en é l e l incremento en la intensidad d e l t r a ­

b a j o . Resulta d i f r c i l ca l cu l a r l o en ci fras precisas.

La misma prensa burguesa subraya, sin embargo, que

18

ha aumentado fuer temente la "d i sc ip l i na de t r aba ­j o " . En algunos trusts, como OPEL y HOECHST, la producc ión a f ines de I975 o comienzos de I976 era igua l o superior a la existente antes de la c r i s i s ,a pesar de una c i f r a de empleo in fe r io r o igual y de una desocupación pa rc ia l p ronunc iada . En VOLKSWAGENf hubo una producc ión y una ganan c ia récord de m i l mi l lones de D M en I976, a pesar de la supresión de miles de empleados. (3)

La industr ia carbonera aporta otro e jemplo que i l u s ­tra el incremento en la intensidad de t rabajo d u r a n ­te la cr is is : la RFA es la ún ica en la CEE que acre -centó su producc ión ( 4 , 6 % en j u l i o de I976 en r e l a ­c i ó n a l año precedente) reduc iendo e l personal em -pleado en un 4 % (e l porcenta je nás e levado en la CEE). La producc ión por minero subterráneo se incre mentó fuer temente; a lcanza a 4.219 k g . por pausa, contra 3 .358 kg en G ran Bretaña y 2 . 6 8 7 kg en F ranc ia .

Mientras se hace mucho ru ido en torno a la baja de

las tasas de incremento de l costo de la v i d a , no se

menciona con f recuenc ia que la tasa de incremento

de los precios de los productos comprados por la i n -

dustr iadisminuyó'mucho más.

La tasa de incremento de los precios de los bienes de

consumo pasó de 5 , 8 % (primer tr imestre de 1976 c o m ­

parado con e l pr imer tr imestre de 1975).

Durante e l mismo per Todo, la tasa de incremento de los precios de los productos comprados por la industr ia pasó de 11,2% a 2 , 7 % .

El ba lance negat ivo de la crisis cap i t a l i s ta para e l sec tor de los trabajadores se t raduce lóg icamente en un balance posi t ivo para el sector empresar ia l . AquTestá cómo evo luc ionaron los benef ic ios d e c l a r a -dos de las 950 sociedades por acc iones más impor tan ­tes de la RFA: (4)

1969 + 11,3% en re lac ión al año precedente

1970 - 7 , 3 %

1971 - 12,7%

1972 + 2 3 , 5 % .

1973 + 2 1 , 5 %

1974 - 7 , 5 % 1975 + 3 , 0 % (ci f ras provisorias) 1976 + 2 5 , 0 % (prev is ión para las grandes

s . p . a . ; p a r a e l con jun to de l empresario o , la prev is ión es de un l ó % ) .

Además,e l gobierno otorgó a los empresarios una ayuda para las inversiones de aproximadamente 5 mi l m i l l o ­nes de D M , con e l ob je to de compensar la leve baja de los benef ic ios en 1974. Aunque se lo jus t i f i ca ra con e l argumento de que servTa para "crear nuevos empleos" , este regalo de miles de mi Nones fue u t i l i z a d o casi e x ­c lus ivamente para inversiones de r a c i o n a l i z a c i ó n . D e I mismo modo, el gabinete de He lmut Schmidt redujo en aproximadamente mi l mi l lones de D M los impuestos so bre las ganancias y d iv idendos , en e l marco de su r e ­forma f i s c a l .

Evolución de la situación coyuntural

Durante e l - u l t i m o trimestre de 1975 se detuvo la caT-

da de la producc ión en la industr ia manu fac tu re ra ,que

habrá a lcanzado su n ive l más bajo en e l curso d e l se ­

gundo y tercer tr imestre de 1975 con los Índices 102 y

FASE I Octubre 1973-Junio 1974 Crecimiento de conjunto de la industria

manufacturera: + 0 , 6 %

103 (100=1970). A par t i r de l comienzo de l año 1976 hu

bo una l igera r ecupe rac i ón .

A mediados d e 1976, e l m d i c e de la producc ión indus_

t r i a l se f i j ó en 112 y a l canzó e l n ive l de fines de 1972-

comienzos de 1973. Empero, esta evo luc i ón es muy d i ­

ferente según las ramas, como resulta de l cuadro si -

gu iente (5 ) :

FASE II Octubre 1974-Junio 1975 Crecimiento de conjunto de la industria manufacturera: - 8 ,1 %

FASE III Octubre 1975-Junio 1976 Crecimiento de conjunto de la industria manufacturera: + 5 , 2 5 2 %

8-8 Merma de la crisis

'©©

0\ Esrimulaciórr o I de la crisis

\ \ \ \ \ i Oct 73 -Jun 74

-8ñ%

©©©©©©

Oct 74-Jun75 r K \ •, v v v x - . a j

') Industria de l hierro y de l acero 2) Industria química 3) Industria electrónica 4) Industria de construcción de máquinas 5) Industria de la construcción 6) Industria de los medios de transporte

estimulación de la crisis

! merma de la crisis

El cuadro reve la que las industrias qurrnica y s iderúr ­

g i ca actuaron de una manera estab i l izadora ( a n t i - c T -

c l i ca ) en la pr imera fase pero que con t r ibuyeron a a -

gravar la crisis cuando ésta a lcanzó su punto más pro­

fundo . Durante la recuperac ión , la industr ia qu ímica

fue 'a rama más est imuladora mientras que la industr ia

s iderúrg ica no ha sal ido aún de !a cr is is , en func ión

-sobre todo- de l marasmo de la s iderurgia in te rnac iona l

La industr ia e lec t rón ica conoc ió una evo luc i ón c o m p a ­

rable a la de la industr ia qu ím ica , pero de ninguna ma

ñera menos p r o n u n c i a d a .

La industr ia de los medios de t ransporte(especia lmenre

la rama automotr iz ) cayó en la crisis rápidamente y de

una manera más profunda pero pudo l ibrarse de e l l a an

tes que otras ramas, i n i c i ando en c i e r t o modo la r e c u ­

pe rac i ón . Esas d i feren-es- f luc tuac iones se exp l i can en

ú l t imo anál is is por un sólo fac to r : la d i f e ren te evo lu -

c i ó n de la demanda en e l mercado in ter ior con respec­

to a la demanda e x t e r i o r .

Tal como lo hemos subrayado a l hacer los anál is is c o -

yunturales precedentes, las expor tac iones juegan un

papel dec is ivo para la economía de A lemania O c c i d a ,

t a l . Durante todo e l período 1948-1966/67, las tasas"

de c rec im ien to de las exportaciones eran constantemen

19

RFA.

te superiores a las de la producción industrial, esto fue aún más palpable durante las recesiones de 1966/67 y de 1974/75.Pero,mientras que en la recesión de 1966/ 67, el capital de Alemania Occidental fue capaz de limitar la crisis mediante una ofensiva de las exporta­ciones, esa miíma ofensiva -en la otra ocasión- sólo permitió retardar el momento de estallido de la crisis (sobre todo durante 1973 y durante d primer semestre de 1974) y acercar el momento de la recuperación en 1976.

Durante el invierno de 1974-75,mientras que la crisis parecía haber alcanzado su punto más bajo en el mer­cado interior y el cancil ler Helmut Schmidt pronunc ia ba el famoso discurso a favor de su programa coyuntu-ral ("La recuperación llega, la recuperación ya ha co­menzado. . . " ) , se produjo,aunque pareciera imposible, la tan temida combinación de una cr'sis en el mercado interior con una regresión de las exportaciones. Eso arrastró más profundamente en el torbellino de la c r i ­sis la economía de la RFA: (6)

EVOLUCIÓN DEL PNB Y DE LAS EXPORTACIONES

A N O

1973 1974 ler. frim 2do frim 3er frim 4to trim

1975 ler trim 2do irini 3er frim 4to trim

1976 ler frim

PNB EXPORTACIONES

+ 4 % +11 %

+ 9 , 5 ° / 0 , 0 %

- 3 , 5 % - 3 , 5 %

- 8 ,5% + 1,5 % + 0,5 % + 1,5 %

+1 ' % - 0 5 % — *3 °/, - 2 0 %

- 2 5 % 0 0 v_

0 0 % + 3 0 %

+ 2 , 0 % 6,0 %

Por lo tanto se puede deduc i r que , durante un breve

per iodo, la economía cap i ta l i s ta in te rnac iona l en c r i -

sis agravó de hecho la recesión en la RFA. Pero, c o n ­

siderada en su to ta l idad la durac ión de la reces ión, tam

b ien es c ie r ta la observación opuesta: la expansión de

las exportaciones en la RFA mejoró sucoyun tu raeconó­

m i c a . Si se t iene en cuenta el con jun to de l período 1973-

76,se ve que hay un c rec im ien to de l 18% en las expo r ­

taciones y de sólo e l 4 , 5 % en P N B .

Incluso en el per iodo 1974- primer tr imestre de 1976

hay un c rec imiento de las exportaciones de un 7% y

de sólo A , 5 % en e l PNB. La conc lus ión es ev iden te :

ha aumentado la parte de las exportaciones en el P N B .

Sin la expansión de sus expor tac iones, la RFA hubiera

tenido una crisis económica mucho más pronunc iada.

Es por eso que resulta interesante examinar más de cer

c a hac ia qué mercados van pr inc ipa lmente las exporta

ciones de la RFA y hacia qué países éstas c recen más

a l l á d e l término med io . Eso se deduce de l cuadro si -

gu iente (7) :

20

EXPORTACIONES DE LA RFA

1971

PAÍSES SUBDESARRO-

LLADOS S I N OPEP

0 % OPEP

ZZ/T ESTADOS OBREROS

1976 ler semestre

PAÍSES SUBDESARRO­

LLADOS SIN OPEP

ESTADOS OBREROS

Una comparac ión entre la estructura geográ f ica de las

exportaciones de A leman ia O c c i d e n t a l en 1971 y la que

poseen las de l primer semestre de 1976 denota la cons ­

tanc ia de l sector de la CEE; el retroceso de l sector de

los Estados Unidos, p r inc ipa lmente a consecuencia de

medidas proteccionistas abiertas o veladas y de las m o ­

d i f i cac iones en las paridades monetarias d ó l a r - y e n - D M ;

y e l incremento de l sector de los países de la OPEP y

de los esi-jdos obreros burocra t izados, e l cua l se ha du

plicado.

Este último punto es particularmente interesante. En la RFA tuvieron curso dos tipos de demagogia. La p r i ­mera hacia los "jeques del petróleo" responsables de la crisis.La segunda se refería a los "regalos" que la

coalición SPD-FDP habría hecho a los "países socia­listas". Ahora bien, Qué indican las cifras?. Mientras que el encarecimiento total de las importa­ciones de petróleo) que hiciera Alemania Occidental sólo se eleva a 2,5 miles de millones de DM en 1975, las exportaciones de la RFA hacia los países de la OPEP aumentaron II mil millones de DM con respecto al año 1973. Las exportaciones hacia los estados obreros buro­cratizados merecen una observación análoga.

Se podrTa a f i rmar , paradó j i camente , que tanto los " ¡e

ques de l pe t ró leo " como los "países soc ia l i s tas " , lejos

de haber "cos tado" lo que fuere a la RFA, le p e r m i t i e ­

ron reducir la envergadura de la crisis merced a l i n c r e ­

mento de sus compras.

En cuanto a la deuda de los "países soc ia l is tas" con

respecto a la RFA -que es r e a l - , resulta muy in fe r io r

a la deuda de la RFA con respacto a los países de la

OPEP.

La RFA, segunda potencia imperialista del mundo Durante los 30 años que aproximadamente t iene de e -

x i s tenc ia , la RFA ha sido presentada hab i tua lmente co

mo un " imper ia l ismo sin pode r " .

Si b ien en general se condujo con prudencia en la es ­cena i n t e r n a c i o n a l , ú l t imamente se ha podido observar un cambio de comportamiento hasta en los t i tu lares de los d iar ios ; la reve lac ión de una co laborac ión estrecha entre la RFA y Á f r i ca de l Sur, sobre todo en e l orden mi l i ta r y en mater ia de energía nuclear (asunto R 11/ Rai l ) ; e l fracaso (a ú l t imo momento) de l suministro de centrales nucleares a la Repúbl ica sudaf r icana; los con tratos sobre energía nuclear concertados con Brasil e I rán; e l papel chanta j is ta desempeñado por e l gobierno de Alemania O c c i d e n t a l en re lac ión con la ayuda f inan c iera a I t a l i a durante la conferenc ia de Puerto R i co ;e t c .

Para comprender la base mater ia l de la apa r i c i ón de un

imperial ismo de Alemania O c c i d e n t a l que a lza la voz

en la escena i n te rnac iona l , hay que seguir de cerca

dos evo luc iones : la de l c rec im ien to de las e x p o r t a c i o ­

nes de mercaderías por parte de A lemania O c c i d e n t a l

en e l comerc io mund ia l ; la de la expansión de las e x ­

portaciones de capi ta les por la misma. (8)

PARTE CORRESPONDIENTE A DIFERENTES POTENCIAS

IMPERIALISTAS EN EL C O M E R C I O M U N D I A L (en % ) .

Años RPA GB Francia EEUU Japón

1937 6(9)* 14 5 12 5.6 1950 4 12 5 17 -1953 6 II 6 18 1,7 1959 9 10 5 16 3,0 1974 10,8 4,7 5,6 11,9 6,9

* ) e l 6% se re f ie re al te r r i to r io ac tua l de la RFA;el 9 %

al te r r i to r io de l 3er Reich en 1937 en su c o n j u n t o .

TOTAL DE LAS INVERSIONES DIRECTAS DE LA RFA AL

EXTRANJERO (consideradas a l f i n de cada año ,en miles

de mi l lones de DM)

Año Año

1961 4 ,1 1973 ' 3 2 , 2

1967 8 , 0 1975 4 2 , 0 *

1970 2 0 , 0

* ) ten iendo en cuenta la c o t i z a c i ó n de l D M con r e l a c i ó n

a l d ó l a r , esta c i f r a representaría casi el t r i p le de la de

1970 si la eva luac ión fuera hecha en dó lares .

En consecuenc ia , la RFA const i tuye e l ún ico país i m ­

per ia l is ta que lograra aumentar sustancialmente su pa£

te en e l comerc io mundia l desde 1937 y que , a l mismo

t iempo, pudo sobrepasar la d e c u p l i c a c i ó n de sus expor

tac iones d i rectas de cap i ta les desde e l comienzo de los

años 6 0 . D e hecho el va lor de las inversiones de los

trusts alemanes en el ex t ran jero sobrepasa largamente

los 42 mi l mi l lones de D M (hoy 18 mi l mi l lones de d ó ­

lares ) . H a y que agregar , en e fec to , la re invers ión en

e l mismo lugar de las ganancias no dist r ibuidas por e -

sos trusts en el ex t ran je ro , que no f igura en estas esta­

díst icas .

Durante la recesión de 1974-75 so lamente, . las expo r ­

taciones d i rectas de cap i ta les alemanes habrían bas ta ­

do para crear un m i l l ó n de empleos en la RFA!

Las exportaciones hechas por A leman ia O c c i d e n t a l

tanto de mercaderías como de cap i ta les ponen de m a ­

n i f iesto -po r c ier tos rasgos- una estructura regional

aná loga :

I . - La mayor parte va hac ia los países de la CEE o a

países ligados estrechamente con e l l a (aproximada

mente e l 6 0 % ) .

2 . - L a parte correspondiente a los países co lon ia les y

semicolon ia les es prác t icamente igua l en las dos ca

tegoríds (aprox imadamente e l 15%).

3 . - E n t r e los países subdesarrol lados ex i s te , s in embar­

go , una d i f e r e n c i a c i ó n impor tan te . El cap i ta l de

A lemania O c c i d e n t a l t rata preferentemente con

países de regímenes terror istas. En e l transcurso de

los úl t imos años hubo una ofensiva masiva de ex -

por tac ión de mercaderías y cap i ta les hacia dichos

EaTses . . . t _ . . _ _ . . .

as exportaciones de mercaderías de la KhA hacia

Irán se qu in tup l i ca ron entre 1970 y 1975; las e x p o r ­

taciones de mercaderías hac ia Brasil se t r i p l i ca ron

entre 1973 y 1975. Las exportac iones de mercaderías

y capi ta les d i r ig idas a Indonesia c rec ie ron con las

mismas proporciones y durante e l mismo per íodo.Las

exportac iones hechas hac ia Á f r i ca de l Sud pasaron

de 1,9 mi l mi l lones de D M en 1970 a 3 , 3 mi l m i l l o ­

nes en 1975. Si consideramos estos c u a t r o países en

con jun to , la parte que les corresponde dentro de las

expor tac iones globales de la RFA pasó de 3, 1% en

1970 a 5,6% en 1975, I cón lo cua l a lcanzaron p a r i ­

dad con las exportaciones de la RFA hacia los Estados

Un idos!

S imul táneamente, se acentuó con fuerza la c o n c e n t r a ­c i ó n de cap i ta les en la RFA. Sólo en e l año 1975, e l

2 !

RFA. >:m.mmmmvmmmmm¡!i

número declarado de fusiones de firmas aumentó un 41% con respecto al año precedente. La parte correspondien te a las 100 firmas más grandes dentro del volumen total de operaciones de la economía alemana se acrecenb'un 21,7% en 1972 llegando a un 24,6% en 1974. Al mismo tiempo, las 25 firmas más poderosas aumentaron su par­te del volumen de operaciones de las 100 "más grandes", de 54,5% a 56,8%. Ahora bien,hay que saber que las 100 firmas más poderosas de Alemania Occidental toman por su cuenta la mitad de las exportaciones de la RFA.

Los principales trusts de Alemania Occidental están a l ­canzando las dimensiones de los grandes trusts america­nos. Quince trusts de la RFA alcanzaron un volumen a-nual de operaciones de más de 10 mil millones de DM (más de 4 mil millones de dólares según el cambio actual). Los cinco más grandes (VEBA, THYSSEN, HOECHST, DAIMLER-BENZ y BASF) sobrepasan un volumen de o-peraciones de 2 0 mil millones de DM.

En la famosa lista de la revista "Fortune", ocuparían -directamente detrás de la ITT- posiciones ubicadas en­tre los puestos II y 20.Se han producido o anunciado nuevas fusiones entre "gigantes": fusión THYSSEN-RHEINSTAHL; VEBA-GELSENBERG; KLOCKNER-MAX-HUTTE; KARSTATD-NECKERMANN; etc.(9)

Las conferencias, reagrupamientos y reorientaciones de las fuerzas imperialistas en el transcurso dé la crisis 1974-75 arrojaron una luz decisiva sobre la aparición del imperialismo de Alemania Occidental como segun­da potencia imperialista en el mundo. Esto se expresa también en el reciente tono nacionalista,surgido part i ­cularmente durante la campaña electoral de 1976, que es explotado diestramente por los competidores extran­jeros de la RFA -en especial Francia- para jrovocar,de rebote, sentimientos nacionalistas anti-alemanes.

¿Se está revirtiendo la coyuntura?

A mediados de 1976 se acumulan indicios q ue reflejan una detención rápida de la recuperación económica de Alemania Occidental. Los pedidos de la industria de la construcción mecánica disminuyeron un 7% durante los siete primeros meses de 1976.Las f undiciones de la RFA sólo cuentan con un incremento de su volumen de pro­ducción del 1% y explican tal estancamiento por el he­cho de que los pedidos provienen del sector de los me­dios de transporte, de la construcción mecánica y de la construcción inmobiliaria y de caminos, todos en neto retroceso.

Incluso la produccióndel sector de la construcción me canica se estanca a mediados de 1976 en el nivel alean zodo en lo más d i f íc i l de la crisis, el índice 97 (! 100= 1970!). La industria automotriz, que había arrancado como una tromba en el transcurso del segundo trimestre de 1975, parece haber frenado también su expansión: desde el comienzo de I976,su producción casi no se in cremento.Las únicas que registran aumentos de produc­ción importantes son las ramas química y metalúrgica (8% y 9,8% respectivamente), en virtud de las expor tac iones.

22

La situación adquiere mayor precisión si se examinan las cifras siguientes, que se refieren a los pedidos re­cibidos por la industria (Índice 100=1970, en precios de 1970):(10 )

Año Industria en Pedidos Pedidos su conjunto extranjeros Internos

1974 ler tr im. 116 149 106

1975 í^r !r im. 100 120 94 2o. trim 106 117 102 3er tr i in. 102 123 95 4o. tr im. 107 131 100

1976 ler tr im. . 110 132 103 2o. tr im. 109 139 99

El cuadro confirma que el conjunto del incremento (por otra parte muy modesto) de los pedidos recibidos por la industria desde mediados de 1975 provienen del incre­mento de los pedidos extranjeros.Los pedidos proceden tes del mercado interno se estancan en torno al nivel , Ide 1970! Hasta para los bienes de inversión, los pedi­dos internos cayeron, en el segundo trimestre de 1976, al nivel más bajo desde 1975: !el Índice 92!

La razón fundamental de este estancamiento de los pe­didos del mercado interno y el freno principal de la re­cuperación es clásico: el insuficiente poder adquisitivo de las masas. La crisis debía cumplir la función primor­d ia l de aumentar la tasa de la plusvalía y de bajar los salarios reales. Eso se tradujo en el hecho de que los in ­gresos reales de las masas no aumentaron prácticamente en 1975 e incluso van a disminuir en 1976, laño de la recuperación"!

Si se compara la evolución del poder adquisitivo de las masas después de la recesión de 1966-67 con el de 1976, se comprueba que hubo un incremento del 3,7% duran­te el primer año de recuperación en 1967, mientras que ha brá una reducción del 0,3% durante el primer año de recuperación en 1976. En los años consecutivos 1969-70, el poder adquisitivo real de las masas en la RFA alcan­zaba tasas de crecimiento récord, de 7,8% y 9,4% res­pectivamente. Pero el empresariado ya ha anunciado que, para el año 1977, se prepara a realizar una estra­tegia de convenciones colectivas análoga a la del año 1976, es decir, que implica reducción de los salarios re­ales. Por otra parte, las cifras que acabamos de citar incluso embellecen la situación real, pues no tienen en cuenta una tasa de ahorro más que proporcional en 1975 y 1976, resultante del temor de los trabajadores a per­der su empleo. por consiguiente, no hay que confiar en absoluto en estimulantes de la demanda global que pro­vengan de la evolución del poder adquisitivo de las ma­sas en 1976.

Además, e l vo lumen de la desocupación pa rc ia l ya se

ha v e r i f i c a d o . Incluso se puede esperar q u e , durante

e l inv ie rno 1976-77, A incremento de la desocupación

parc ia l acentúe todavía más la d isminuc ión de l poder

adqu is i t i vo g loba l de las masas.

Asimismo, los presupuestos públ icos est imularán poco

la demanda g l o b a l . El ano 1976 se c ie r ra con un i n ­

cremento récord de la deuda púb l i ca de 70 mi l m i l l o ­

nes de DM,suma igua l a la de 1975. De esta manera ,

la tasa de incremento de la deuda púb l i ca ha a l c a n z a ­

do e l l ími te de lo pos ib le . Sin duda e l año 1977 mejora

rá un poco la s i t uac ión , ya que la recuperac ión de

1976 s ign i f i ca rá un incremento de las recaudaciones

f iscales para 1977. También habrá un incremento de la

TVA. Eso podrá conduc i r a un incremento de los gas­

tos públ icos, pero en un volumen que no será, s in d u ­

da,sensib lemente superior a la reducc ión de l poder a d ­

qu is i t i vo de las masas.

Es c ie r to que las economías privadas tendrán a su d i s ­posic ión en 1977 cerca de 25 a 30 mi l mi l lones de D M procedentes de la ley que premia e l ahorro .Según las experiencias anter iores, normalmente se gastará un ter cío de esta suma, lo cua l imp l i ca una expansión en e l consumo pr ivado de l 1% a l 1,5%.Pero todo eso no m o ­d i f i c a mucho la conc lus ión : el poder adqu is i t i vo de las masas,al verse reduc ido , frena la demanda in ter ior y amenaza estrangular la recuperac ión .

Hac ia fines de los años 6 0 , la economía de la RFA d i s ­

ponía aún de con 'dc iones favorables de e x p l o t a c i ó n ,

establecidas en base a condic iones histór icas p a r t i c u ­

lares que le permi t ían conduci r con éx i t o la lucha com

pe t i t i va en e l mercado m u n d i a l , a pesar de poseer una

tecnología a menudo in fer io r a la de su r i v a l a m e r i c a ­

no . Eso se terminó de f in i t i vamente con la crisis de los

años 1974-75, hecho que se expresa c laramente en que

-por cont rapos ic ión a los años posteriores a la recesión

de 1966/67 práct icamente no hay ya inversiones de e x ­

tensión a l mismo n ive l t ecno lóg ico , sino casi e x c l u s i ­

vamente inversiones de r a c i o n a l i z a c i ó n , es d e c i r , a

un n ive l de tecno logía super ior .

Esto s i gn i f i ca que una masa de productos igual o supe­

rior es fabr icada por un número reducido de obreros,

fenómeno que conduce a :

I-una reducc ión g lobal de empleos;

2 -una con t rad icc ión acentuada entre e l aumento de

la producc ión y la reducc ión de l poder a d q u i s i t i v o ,

mientras que la masa de los salarios reales se están

ca o re t rocede y la masa de los productos f a b r i c a ­

dos -que hay que vender ,duran te la pr imera fase de

la recuperac ión a l menos, a precios iguales o i n c l u ­

so l igeramente super iores- aumenta .

Esta s i tuac ión de l mercado se traduce en una tasa de u -t i l i z a c i ó n de la capac idad product iva aún más baja ( a -proximadamente 8 2 % ) , lo que a su vez acentúa la t e n ­denc ia de l empresariado a que las inversiones se o r i e n ­ten en el sent ido de inversiones de r a c i o n a l i z a c i ó n (con e l ob je to de reduci r los precios de costo u n i t a r i o ) , sin incremento importante del vo lumen de producc ión .Se puede conf i rmar ta l tendencia en la r e l ac i ón de r á p i ­do descenso entre los gastos para inversiones en la cons

t rucc ión y los gastos para inversiones en las maqu ina ­

r ias . La re l ac i ón entre ambas categorías evo luc ionó de

la s igu iente manera: (I I)

C U A D R O II

1967 132,9 1974 100,4

1968 127,4 1 9 7 5 / l e r t r i m . 9 5 , 2

1969 108,1 4o t r i m . 8 7 , 8

1972 103,5 1976 / l e r t r i m . 84,1

Me jor aún que en esos ind icadores, la evo luc i ón se

re f l e ja en hechos relacionados con firmas i nd i v i dua les .

Asi", según e l Frankfur ter A l lgeme ine Z e i t u n g de l 4 de

setiembre de 1976, e l trust V O L K S W A G E N redujo e l

empleo, a escala m u n d i a l , en un 13 ,2% durante e l a -

ño 1975, aumentando su volumen de operaciones en un

11%. A n i ve l de la RFA , la reducc ión de l empleo fue

de 19,5% y el aumento de l volumen de operaciones de

1,4%.

Es improbable un nuevo 'boom' de las exportaciones En estas cond ic iones , e l ún ico apoyo para la c o y u n t u ­

ra estriba en e l " b o o m " de las exportaciones .Hasta

qué punto puede perseguirse ese " b o o m " ?

La competenc ia en el mercado europeo, en especia l

e l de la CEE, se va acentuando y precisamente esa lu

cha compe t i t i va ascendente traba la un ión po l f t i ca en

e l seno de l Mercado C o m ú n . El c a p i t a l de Alemania

O c c i d e n t a l dispone de numerosos tr iunfos en la lucha

compe t i t i va y sin duda podrá mejorar levemente sus

posiciones a costa de sus socios de la CEE. Con todo ,

el 60% que const i tuye la parte a lcanzada en las expor

tac iones para ta CEE y los países ligados a e l l a es tan

e levado, que forzosamente la resistencia a que se i n ­

cremente l im i ta rá toda ofensiva de exportaciones por

parte de A lemania O c c i d e n t a l hac ia esos países.

Las exportaciones de la RFA hacia USA y Canadá s u ­

f r ie ron un fuer te retroceso desde e l comienzo de la

c r is is . Es posible que aumenten nuevamente,s in que a l

caneen por e l l o el n i ve l logrado anter iormente (cerca

de l ¡0% de l con jun to de las exportaciones de la RFA

iba para USA solamente) .Las exportaciones de A l e m a ­

nia O c c i d e n t a l d i r ig idas a los estados obreros burocra

t izados con t r ibuyeron considerablemente a l incremento

general de las exportaciones de la RFA hasta 1974.

A par t i r de entonces esa reserva se agotó .Las deudas

de los países de l Este para con los países capi ta l is tas

se ha acrecentado mucho. Sus productos industr iales

no pueden casi compet i r en les mercados occ iden ta les .

Además,su monopol io de l comerc io ex ter io r func iona

demasiado b ien como para permi t i r un nuevo incremen

'o de las exportaciones de A lemania O c c i d e n t a l .

En 1975, solamente conoc ieron un aumento s i g n i f i c a t i

vo las expor tac iones hac ia la URSS y hac ia Bu lgar ia .

23

RFA. M iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii11 •»»»m¡ i» i i i i i i i ii IIIIIIIIIIIIIIÍIIIMI^^

También se m u l t i p l i c a n signos de saturación en las e x ­

portaciones hac ia los países de la OPEP. Desde e l c o ­

mienzo de 1976, la parte de sus exportaciones que la

RFA dest ina a estos países se ha l la en retroceso (de 7,5°/<:

en 1975 a b,Q°/e en el segundo trimestre de 1976).

Asimismo parecen haber l legado a su tope las expo r ta ­

ciones hacia los países subdesarrol lados llamados "es ­

tables" (es d e c i r , c o n regímenes burgueses-terroristas),

excepc ión hecha de las d i r ig idas a la A rgen t ina , ya

que ésta acaba de entrar en la senda por la cua l se han

infernado hace t iempo Brasi l , Á f r i ca de l Sud o Indone­

s ia ,

Por cons igu ien te , la conc lus ión es c l a ra : a primera vis

ta es imprdbable que una ofensiva Sobre el mercado mun

d i a l pueda a l imentar una recuperación considerable de

la economía de Alemania O c c i d e n t a l .

La ún ica pos ib i l idad de una expansión más ampl ia de sus exportaciones sería la de un "boom" de toda la eco­nomía cap i ta l i s ta i n te rnac iona l , con e l cua l pudiera benef ic iarse la RFA. Pero ta l eventua l idad es muy p o ­co probable por las razones que resume el a r t ícu lo de E.Mandel en el presente número de In precor . Hay,es verdad, una " sa l i da " para e l cap i ta l de Alemania O c ­c i d e n t a l , que ya se revelara en el transcurso de la r e ­cesión de 1974-75: acelerar la construcción de insta­laciones industriales en e l ex t ran je ro . Datos prov iso­rios de jan preveer, para e l año 1976, una expor tac ión d i rec ta de capi ta les alemanes de un monto jamás i g u a ­lado de 7 mi l mi l lones de D M (cerca de 3 mi l mi l lones de dólares), contra 10 mi l mi l lones de D M en el con jun fo de los años 1974 y 1975.

Para la clase obrera de la RFA eso imp l ica una nueva reducc ión de empleo.

El caso de l trust V O L K S W A G E N es s ign i f i ca t i vo a es­

te respecto. Este trust dec id i ó construir una f i l i a l en

Estados Unidos, para lo cua l destinó unos 500 mil lones

de D M . Empresas satél i tes absorberán inversiones suple

mentarias de 300 a 500 mi l lones de D M . Por lo tanto ,

la VW inver t i rá en USA cerca de mi l mi l lones de D M .

Esta fábr ica cubr i rá todo el mercado norteamericano

(donde la parte de la VW está, por otra par te , en r e ­

troceso), lo que equ iva le a dec i r que e l 10^4 de la pro

ducc ión de las fábricas V W alemanas -hasta ahora e x ­

portado a los Estados Unidos -ya no se fabr icará en la

RFA y que en consecuencia se reducirán tanto la p ro ­

ducc ión como e l empleo en la RFA.

Todos los indic ios concuerdan, pues, para conf irmar que la economía de Alemania O c c i d e n t a l ha v i rado de f in i t i vamente de un crec imiento rápido a un c r e c i ­miento mucho más lento y espasmódico. El año 1976 conocerá un c rec imien to moderado. En 1977,sin duda habrá discusiones salariales duras, posiblemente acom panadas de luchas obreras s ign i f i ca t i vas , que podrían react ivar la demanda in terna.Pero esto pondría en f u n ­c ionamiento el mismo mecanismo que condujo a la c r i ­sis de 1974-75: la caída de la tasa de gananc ia .

res y una nueva acentuac ión de la presión ¡ n f l a c i o n i s -

t a .

En caso de " r e a c t i v a c i ó n " de la i n f l ac i ón i n te rnac iona l ,

el n i ve l a lcanzado por la recuperac ión en 1977 podría

mantenerse por un período de 6 a 12 meses, pero sin que

eso impid iera que la desocupación l legara a l n i ve l de un

m i l l ón durante e l i nv ie rno 1977-78.

8 de set iembre de 1976

N O T A S

I. Fuente: Monatsber ichte der Bundes Bank N r o . 8 , 1 9 7 6 ,

Beihef t ,Reihe 4 , 8 / 7 6 ; además de nuestros pro

pios cá lcu los .

2 .La parte sa lar ia l se c a l c u l a d i v i d i e n d o el ingreso na ­

c iona l por persona a c t i v a , por el ingreso neto por a -

sa lar iado.

Fuente:nuestros propios cálculos en base a los Monats­

ber ichte de la Bundesbank, N r o . 6 y 8 , 1976 y

a los Jahresgufachten de l consejo de expertos

económicos.

3 . Frankfurter A l lgemeine Z e i t u n g , 7 de j u l i o de 1976.

4 . B l ick durch d ie W i r t scha f t , Frankfurter A l lgemeine

Z e i t u n g , e t c . De ta l l e de las fuentes y cá lcu los : Was

Tun, N r o . 113 ,pp .6 -7 .

Estos porcentajes se re f ie ren a la masa de las ganan

c ias , no a la tasa de gananc ia .

5. Ca lcu lado en base a los Monatsber ichte de la Bundes

bank.

6 . Ca lcu lado a part ir de los Monatsber ichte de la Bun­

desbank, Beíheft 4 , N r o . T , 1976, p . 2 .

7 . Ca lcu lado en base a los Monatsber ichte de la Bundes

bank y de l Sfatistisches JahrbucTTder BRD, 1975.

El rubro "otros países" se re f iere esencialmente a los

países capi ta l istas de Europa que no son miembros de

laCEE.

8 . Para las expor tac iones, ver : D i e In te rna t iona le , N r o . I, pp . 123 y ss . , así"como Sfatistisches Jahrbuch der BRD, 1975; para las exportaciones de cap i t a l es , ver ISP,The-

o r i e , N r o . 3 , p p . ó O y s s . y Der Sp iege l , N r o s . 4 6 , - 9 7 5

9. Frankfurter A l lgeme ine Z e i t u n g , 2 / 7 / 7 6 y 4 / 9 / 7 6 ; Ex-

r rod ienst , 2 7 / 7 / 7 6 , efcT

10. Monatsber ichte der Bundesbank, N r o . 4 , 8 /1976.

I I . Ca l cu lado a part ir de los Monatsber ichte de la Bundes­

bank, Beiheft 4 , 7 / l 9 7 6 , p X

Es probab le , por cons igu ien te ,que la recuperac ión se a -

cabe en 1977 y e l l o con una desocupación estructural

no superada de por lo menos medio m i l l ó n de trabajado

24

YUGOESLAVIA

Los primeros rrES3s de 1976 fueron testigo de una reduc­ción del déficit en la balanza de pago de Yugoeslavia con respecto a los países capitalistas desarrollados (res_ ponsables,en lo esencial, del défici t de los intercam­bios exteriores yugoeslavos) .

La inflación, que conociera una tasa del 32% a comien zos de 1975, cayó a 11% en abril de 1976.No obstante, estos efectos relativamente rápidos de la polrtica de re­cuperación económica decidida-por el gobierno tienen sus limites y su contrapartida: hubo una disminución de la producción industrial a fines del 75 y principios del 76 (índice 95,7 en abril de 1976) y, en vísperas de la adopción del nuevo plan 1976-80, el gobierno se en­cuentra enfrentado a opciones políticas fundamentales.

¿Qué integración en los intercambios económicos mundiales? La recesión en los países capitalistas plantea con agu­deza la cuestión de la dependencia de Yugoeslavia con respecto a dichos países. Evidentemente, la economía yugoeslava no podra sobrevivir replegada en su pobreza, luego de la ruptura con Stalin y el Komintern a comien­zos de los años 5 0 . El intercambio con los países capita listas y la ayuda que ellos le prestaron, desempeñaron un papel muy importante en su desarrollo, pero, como compensación, crearon relaciones de estrecha dependen c ia .

Un tercio del aumento planificado de la producción de­pende de las exportaciones; y, en 1970, el. 69% del co­mercio exterior yugoeslavo se realizaba con los países capitalistas desarrollados, principalmente los de laCEE.

La situación económica mundial repercutió notablemen te en Yugoeslavia: por una parte, la recesión de los países capitalistas hizo decaer considerablemente las exportaciones yugoeslavas dirigidas hacia allí" y plan­teó el problema del retorno de los trabajadores yugoes­lavos emigrados y expuestos a la desocupación (su núme ro sobrepasa el millón); además el aumento de los pre­cios de las materias primas afectó de manera part icu­lar las importaciones yugoeslavas, considerables en esa esfera; finalmente, la apertura de las fronteras yugoes­lavas a la competición de las economías del oeste capí talista produjo desequilibrios estructurales cuyo balan­ce hoy extrae el gobierno.

Todos estos factores condujeron a una apreciable mo­dificación de la política de intercambios internaciona les de Yugoeslavia: se trata, esencialmente, de bus­car nuevos mercados en los países más industrializados del COMECON , por un lado, y por otro en los países subdesarrollados productores de petróleo.

Catherine VERLA

Todavía en 1973, las exportaciones hacia Europa Oc ­cidental constituían el 46,5% del total de las exporta ciones yugoeslavas, cayendo al 28,3% en 1975. Las importaciones procedentes de esa zona siguen sien do importantes (en tanto Yugoeslavia busca productos de alta tecnología) pero descendieron del 54,3% en 1973 al 50,5% en 1975. El comienzo de 1976 asistió a una reducción aún más acentuada de las importaciones procedentes del oeste capitalista (77% del nivel del a -ño pasado, en los cuatro primeros meses) .

Por el contrario, las exportaciones hacia África pasa­ron del 3,9% en 1973, al 7, 1% en 1975 (y,durante el mismo período, las importaciones lo hicieron del 3,2% al 4,4%).

Por último, y sobre todo, las exportaciones hacia los países del este pasaron del 32,3% al 46,8% de 1973 a 1975 y,al comienzo de 1976, las importaciones proce­dentes de esa área aumentaron en un 10% con relación al año anterior. Más significativos aún son los conve­nios concertados recientemente con varios países del COMECON y que abarcan un período de cinco años. Los intercambios con la URSS por ejemplo,deben l le ­gar a 14.000 millones de dólares, osea un aumento del 100% con relación al período anterior.

Más allá de esta polrtica internacional, se plantea la cuestión de la estructura misma de la industria yugoes­lava.

Opciones de desarrollo fundamentales Desde el comienzo de los años 70, la cuestión que es­tá a la orden del día en Yugoeslavia es, si no una vuelta a la centralización del tipo vigente en la URSS, al menos un freno a la creciente libertad de las leyes del mercado y una recentralización parcial. La reforma económica de 1965 había suprimido el fondo centro I de inversiones en beneficio de un sistema ban-cario descentralizado y de fondos confiados al nivel de las empresas capaces de decidir su polrtica de i n ­versiones. Paralelamente,debían liberarse los precios (salvo en el sector de las materias primas y de la ener gia, principalmente) asTcomo también el intercambio exterior; la supresión de hecho del monopolio estatal del comercio exterior apuntaba a confrontar las em presas yugoeslavas en el mercado internacional, for­zándolas -tanto en el plano mundial como en el ínter no- a una competencia que debía estirrv.'ar el incremen to de productividad des-ado.

Si bien esta polrtica no pudo ser aplicada en toda su lógica (la federación debía intervenir tanto en la po-

YUGOESLAVIA

iTtica de precios como en el control de los intercam­bios), no obstante provocó desastres: desigualdades regionales (y,por lo tanto, tensiones nacionales) que se acrecentaron hasta desembocar en un conflicto muy grave con los croatas en 1970-71; 600.000 desocupados censados oficialmente, sumados a un millón de traba­jadores en el extranjero. Pero a estas características hay que agregar las que son propias de la distribución de las inversiones según las ramas, en función de la presión del mercado capitalista mundial, por un lado, y del carácter de la economía yugoeslava, por otro (descentralización avanzada sin que por ello pueda aplicarse toda la lógica del mercado).

Las empresas y autoridades locales que decidian su po­lítica de desarrollo se volcaron, naturalmente, hacia las producciones más "rentables" a corto plazo: las que podían venderse a mejor precio (los ingresos esta­ban ligados a los resultados de las ventas).

La libertad de los intercambios internacionales y las ventajas concedidas a las empresas exportadoras i nc i ­taban a volcarse a favor de producciones para el mer­cado exterior .Como el precio de las materias primas y de la energía permaneció bajo control central y se lo mantenía relativamente bajo, la producción en ambos sectores aparecía como poco interesante, pues impl i ­caba ingresos limitados (además de los costos de pro­ducción relativamente elevados).

Por último, la compartimentación y el localismo de las decisiones caracterizaban el todo. El resultado es claro: Yugoeslavia careció de carne y de materias pri mas y tuvo que importarlas (aumentando, a raTz de eso,su déficit y su dependencia exterior) mientras que sus recursos internos podrían haberla abastecido. En efecto, al precio en que se vendía la carne en el mercado mundial, los productores preferían. . .expor­tarla. Y al precio en que se vendían las rro terias pr i ­mas en el orden interno, nadie quería explotarlas. De ah" la necesidad de importar, entre otras cosas, me­tales de los que rebosaba el suelo yugoeslavo. Paralelamente, falta la energía y la red de lineas fé­rreas sólo está electrificada en un ÍO/í- a pesar de que también en ese rubro existen recursos nacionales.Por el contrario, en los sectores de la industria que se han desarrollado (transformación), los empleos dobles cons tituyen la regla. Y la ausencia de coordinación entre las regiones conduce a aberraciones (Ique la competen cia capitalista no permitiría!), hasta tal punto que, pa­ra una empresa,es más fácil importar lo que necesita del extranjero que de otra región de Yugoeslavia. . .

De hecho, la ¡ disolución de la planificación ha comen zado pues a repercutir en la estrucfuramisma de la i n ­dustria, provocando efectos similares a los del mercado sin tener su "ef icacia" por la existencia de relaciones sociales diferentes a las de una economía capitalista (carácter social de la propiedad; inexistencia de "mer cado del capi ta l" ; ausencia de la relación capitalista /proletario en el sector público -los directores, hay que recordarlo, son nombrados y revocados por los tra bajadores- ;autogestión de derecho, de hecho limitada 26

pero al menos con cierto peso sobre la polrtica de em­pleo, las condiciones de trabajo, los salarios; interven ción del estado dentro de un marco globalmente hos­t i l al sector privado). De este modo, hay millares de empresas en situación de'quiebra" sin cerrar sus puertas e incluso continúan aumentando los salarios de sus trabajadores. . . En efecto, hasta entonces no existía coerción alguna que obligara a las empresas a cerrar; simplemente no pagaban sus deudas y asignaban sus fondos disponibles y los recursos locales de la comunidad al pago de los salarios.(I) En el siguiente cuadro se aprecia claramente y en su totalidad, la no aplicación de las directivas del plan:

1966-70

Plan

971 -75

Resultados reales

Energía 31,5 37,5 23,5 Materias Primas 33,4 35,2 31,4 Otras Industrias 35, 1 27,3 45,1

Fuente: Financial Times, I d e junio de 1976.-

El mismo Tito,en una entrevista aparecida en el diario Vjesnik de Zagreb, el lro.de febrero de este año, habla ba de "la indisciplina" que causaba estragos en el seno de la LCY.

Medidas de centralización parcial y administrativa El nuevo plan (1976-80), que se discute desde hace un año y medio para ser adoptado de aqufa fin de año, cambia explícitamente el eje de desarrollo industrial, refiriéndolo a la energía y a las materias primas (tal como estaba previsto en el plan precedente,sin que se llevara a cabo). La agravación de la situación econó­mica, la dependencia con respecto a las importaciones procedentes de los países capitalistas en el momento en que las exportaciones de estos últimos disminuían, el balance de no aplicación del plan anterior;todo obliga a un cambio de orientación en los medios empleados para controlar la aplicación de las decisiones.De aquf en más se votaron y aplicaron parcialmente varias leyes:

-en mayo de 1975, una ley que imponía a las empre­sas depositar el 30% del valor de sus importaciones en el Banco Nacional,que se completaría en junio del 75 con nuevas restricciones a las importaciones (carne,bienes d ..consumo durable,materiales de construcción. . .)

-en mayo tambiéryuna ley que establecía el con­trol de la Federación sobre toda inversión que so­brepasara los 30 millones de dinares, lo cual ata­ñía evidentemente a los sectores de la industria pe­sada en primer lugar,

-el 25 de diciembre, se recentraliza totalmente el sistema de crédito.Las empresas tendrían hasta el mes de marzo para suministrar - I estado de sus f i ­nanzas y deudas. Se establece un servicio central de verificación de cuentas, que debe controlar y registrar todas las operaciones monetarias y comer

ciales.La ley prevee sanciones para obligar a cum­plir los reglamentos de deudas y castigar las ganan­cias fraudulentas. (2)

-el nuevo proyecto de ley sobre el "trabajo asocia­do" debe precisar los derechos y deberes de los trabajadores en la planif icación. Esto es lo suf i ­cientemente importante como para que,en un pró­ximo artícu lo, volvamos sobre las cuestiones que plantea y los debates que tienen lugar actualmen­te en Yugoeslavia al respecto.Digamos, por ahora, que en principio tiene que precisar los articulación de las diversas instancias de decisión en la p lan i f i ­cación, asi" como el lugar del sector privado.Hasta el presente,el proyecto coloca explícitamente en un mismo plano las decisiones tomadas a nivel lo ­cal y a nivel central: afirma "la obligación, para los promotores de la planificaciónen las otras comu nidades y organizaciones de autogestión,de fundar sus planes en los de las organizaciones de base del trabajo asociado. (3)

El Financial Times (II de junio de 1976) también subra­ya este aspecto: "el derecho y el deber de los trabaja­dores, en sus organizaciones de base, de hacer planes que no están subordinados ni son superiores a los p la­nes de las unidades territoriales (comunas,repúblicas . . ) ". "Una organización debe hacer su plan después de haber obtenido el acuerdo de las otras organizaciones a las que está ligada,sea como proveedor,comprador,distri buidor, etc. "

Este principio,sin embargo, no se aplicó en el presente año por ser demasiado largo y complicado. Es legitimo plantearse algunas cuestiones al respecto: un proyecto de esa índole,que manifiesta a la vez la voluntad de reconocer la importancia de las decisiones tomadas por los trabajadores conservando al mismo tiempo la sepa­ración entre los órganos centrales y la autogestión,deja de lado el problema de los conflictos. Ahora bien, los intereses localistas y regionales sólo pudieron desarro­llarse en Yugoeslavia gracias a un régimen a la vez bu rocrático y descentralizado. Por haber requerido la conformidad de todas las regiones implicadas en la a -dopción el "plan verde" de desarrollo agrícola,se ne­cesitaron dos años de discusiones, además de haber que dado en suspenso una serie de asuntos esenciales refe­ridos a la polrtica de -nergia y de transporte -, por f a l ­ta de intereses convergentes (o de un punto de vista u -nánime) en las instancias involucradas.

Sin hablar de las contradicciones entre los trabajadores de una empresa cuyas ganancias dependen de la venta, a más alto precio en el mercado,de los productos o ser vicios de su empresa, por la parte, y, por otra, una po­lrtica social que intentaría mantener esos mismos pro­ductos a bajo precio. . .(Por esa razón, los trabajadores de Correos y Telecomunicaciones habrán reclamado un aumento en la tarifa de las estampillas para percibir salarios más elevados. . . ) .

Las contradicciones son, pues,bien reales.El gobierno reconoció y denunció las deformaciones "localistas y egorstas",asr como también la imposibilidad de dar rien da suelta al mercado, ya que por esta polrtica tuvo que

pagar un precio muy al to: tensiones nacionales,multi­plicación de las huelgas,desarrollo de fuerzas sociales procapitalistas,fragmentación de la LCY,etc.

Confía en poder luchar contra tales "desviaciones" que él mismo perpetuó, manteniendo esencialmente una po­lrtica que excluya fodavra a la clase obtera de tomar decisiones centrales.No hay,entonces,esperanza n in ­guna de que sólo mediante la "propaganda socialista" y la apelación a la disciplina,combinadas con algunas medidas administrativas,se puedan resolver las cortra-dicciones existentes.

Si el único poder otorgado a los trabajadores es el de administrar su empresa(y se sabe que incluso nunca lo consiguen,a causa del tiempo de trabajo,su débil for­mación y el peso que los tecnócratas tienen en esta s i ­tuada'. ) y sisus ingresos dependen del mercado, no hay razón para que no tengan otro espíritu que no sea el "egoísta".El carácter burocrático de las decisiones to­madas centralmente,sólo permite que acepten un sacri­f ic io cuyo resultado no controlan. No hay educación posible,en una perspectiva global,desde el punto de vista de la clase obrera en su totalidad (y no empresa por empresa o región por región),sin la participación directa de los trabajadores en los poderes centrales. En realidad, los conflictos entre la LCY y los trabaja­dores no hace más que acrecentarse,como acaba de subrayarlo un informe oficial,comentado por los pr in­cipales órganos de la prensa yugoeslava en junio de 1976: en el año 1974,el 42% de las exclusiones de la LCY fueron obreros;en 1975, la proporción pasó a ser de 45,3% (evidentemente,resulta sorprendente y muy propio de Yugoeslavia que estadísticas de esa índole sean proporcionadas por el partido mismo y comentadas públicamente...) (4)

A partir de ahi", pues, no es sorprendente que toda la polémica en torno al proyecto actual gire alrededor del significado real de la dictadura del proletariado, concebida como aplicación de la democracia obrera más amplia: cómo es posible algo asi" con un partido úni co sin derecho de tendencias? Cómo puede aplicarse la dictadura del proletariado mediante la autogestión descentralizada? Qué significa "propiedad social" de los medios de producción? Puede esta existir realmen­te, ya sea al nivel exclusivo del Estado, ya sea al n i ­vel exclusivo de las empresas descentralizadas?

Trataremos de volver sobre estas discusiones, que es­tán en la médula de las contradicciones de la sociedad yugoeslava de hoy, en un próximo art iculo, en el que intentaremos analizar el nuevo proyecto de constitu-

C ! 6 n - - 3/9/76 NOTAS 1) Cf .Pol i t ika,del 24/1/76. 2) En la actual situación, una ley de esa índole tiene,des­de luego,el mérito de oponerse a un desorden espectacular. Pero,desde el punto de vista social,también implica aumen to de los licénciamientos, hecho que suscita reprobación. 3) Journal des Syindicats Yougos laves, edición francesa, ma­yo - j un i ode Í976 ! 4) Vjesnik , 13 de junio, Komunist, 14 de junio de 1976. Cf . también Borba, 24 de enero de 1970.

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2R

ECONOMÍA JAPONESA

CRISIS Y RECONVERSIÓN

Jiro FUJIWARA

Fue en el momento en que la economía mundial alcanza­ba su punto más bajo desde después de la Segunda Gue -rra Mundial que Japón sufría su más severa recesión.Des­de el apogeo del periodo de expansión precedente (enero de 1973) al punto más bajo de la coyuntura (febrero de 1975), la producción minera y manufacturera bajó un 20%. La baja más importante registrada anteriormente -durante

la recesión de 1957/58- fue de 9 ,4%. Además, mientras que las recesiones anteriores fueron acompañadas por una caída del nivel de empleo de cerca del \% (con relación a la situación normal),en ésta ocasión éste cayó en un 4 % . Esta recesión ha sido también, en lo que respecta asu duración , la más importante de la post-guerra; han trans­currido más de quince meses entre su inicio y su extinción Todo esto confirma claramente que hemos llegado,debido al hundimiento de las condiciones tanto internacionales como internas que habrán permitido su desarrollo, al f in del periodo de crecimiento económico rápido. Las condi­cionales internacionales se han modificado de la manera siguiente: I - el sistema monetario internacional se ha hundido,de-

¡ando el sitio a un sistema de fluctuación de las tasas de cambio (I)

2 - debido a la generalización de la recesión económica mundial,el mercado internacional, y en particular el norteamericano, se ha contractado y estancado.

3 ,-En el marco de un mercado mundial en regresión, se ha agudizado la competencia de los bienes provenien tes de los países del Sudeste asiático.

4 -Han aumentado los precios del petróleo,asi" como Us de otros recursos minerales. Antes, los bajos preciosde estos artículos habían permitido un rápido crecimien­to basado en la expansión de la industria pesada japo nesa,y en particular de su sector químico.

En lo que respecta a las modificaciones de las condicio­nes internas:

l-ha disminuido considerablemente la demanda de bienes de consumo durable,sobre todo de artículos para el ho-

- gar y de automóviles. En otros términos,el mercado i n ­terior ha sufrido una contracción;

2-en el transcurso del período de crecimiento rápido au -mentó la presión de las reivindicaciones obreras, I o cual trajo como consecuencia un aumento de los costos sala­riales.

3-han aparecido en los nuevos centros industriales proble mas de polución y escasez.La sobrepoblación urbana y la extrema insuficiencia de los gastos sociales han im -plicado una baja de la eficacia y un aumento de lóseos tos (congestionamiento cada vez mayor de los sistemas de trnasportes públicos, incremento de los costos de trens portes ,e tc . )

EL camino seguido por la recesión de 1974-75

Contrariamente a lo sucedido con las recesiones preceden tes, las que se anunciaron con la calda de las inversiones en stocks,ésta se caracterizó por una calda de la deman­da f ina l . Las reducciones del consumo individual -de pro­ductos de consumo corriente- y de las inversiones en vi -viendas privadas fueron particularmente pronunciadas.

En las fases iniciales de las recesiones precedentes,a pe­sar de la baja de las inversiones en stocks y equipo, la de manda final se mantuvo, lo cual permitió el mantenimien­to de la actividad económica. Sin embargo,esta vez, la recesiSn comenzó por una baja de la demanda final y no fue sino más tarde que fueron realizados los ajustes de los stocks. Todo esto hizo que durante la primera mitad de I974, la producción minera y manufacturera (asTcomo los niveles de stocks de las empresas) aumentara en relación al aumento del PNB. Este declive del consumo individual se debió, en gran medida,a dos factores: A - la caída cícl ica de la demanda de bienes de consumo

durable -principalmente automóviles y aparatos eléc­tricos para el hogar- que habían estado a la punta ctel rápido aumento del consumo privado.

B-la rápida caída de los ingresos reales,causada por la extraordinaria inflación .Pero, mientras que los gastos de consumo seguían estancados,el ajuste de stocks no fue realizado sino en el otoño de I974.

Esto hizo que la recesión, prolongada y acentuada por su modo de desarro I lo, se descompusiera en dos etapas. La repentina baja de la producción minera y manufacturera del otoño de I974 tuvo un efecto particularmente fuerte.

29

JAPÓN S M W

Mientras que el índice de producción había bajado en un 4 ,6% entre abril y agosto de 1974,en los cinco meses que siguieron cayó en un 12%.Es también después de septiem­bre de 1974 que cayó radicalmente la relación entre la o-ferta y la demanda de empleos y que el desempleo inició una rápida alza.

Características de la recesión de 1974-75 La recesión de 1974/75 se vio agravada por las contradic­ciones del periodo inflacionario que la había precedido. Su desarrollo marcó el f i n de una economía basada en un crecimiento rápido . Mientras que esta recesión comenzó con una baja sustancial de los gastos de consumo privado, y se vio en cierta medida prolongada debido a la an t ic i ­pación de la inflación, la baja de la producción fue par­ticularmente larga,su duración es algo sin precedentes.

Además, en el momento fueron decididas reducciones en la producción (y cuando comenzaron a extenderse, en pre visión del aumento de la infloción) se hizo claro que és­ta iba acompañarse de una caTda de la cuota de ganancia la cual sería también sin precedentes. La tendencia cons­tante de las recesiones que tuvieron lugar entre I963 y I975 es bien conocida. Es evidente,que durante las rece­siones la norma era que la cuota de ganancia cayera a un punto bajo,el cual por ¡o general era cada vez más bajo que en la precedente. Sin embargo, esta vez, incluso com parándola con esta tendencia, las bajas de las ganancias registradas durante la recesión 1974/75 fueron realmente radica les, ex tendiéndose a casi todos los principales secto res de la industria manufacturera. En su conjunto, los sec tores manufactureros, cuyos beneficios comenzaron a de­clinar en la primera parte de I974, registraron en la según da mitad de! año una baja del 6,8%. El resultado de esta situación fue un declive a largo plazo de las inversiones privadas de equipo, causando una depresión de los gastos individuales y retrasando la recuperación económica .

La esencia de esta recesión es, pues,claramente la de una crisis fui.damenral de sobre-producción, que se ha expresa do por el extremo desfasaje entre la producción y el con­sumo-

Las empresas y la crisis Las empresas japonesas siempre han financiado inversio­nes a gran escala por medio del préstamo de capitales pro venientes de fuentes exteriores;constituyendo asi" una es­tructura cuyo punto de confluencia entre beneficios y eos tos es relativamente elevado.Si reducen la producción au menta su costo f i jo por unidad de producción, lo cual da por resultado el ascenso del costo total. En consecuencia, durante las recesiones precedentes, las empresas reacciona ban generalmente pasando a la sobreproducción y a la a-cumulación de stocks,antes de reducir la producción. Sin embargo,esta vez,en condiciones de inflación extraor diñaría,disminuyeron, tanto el peso real de los intereses de las deudas como el costo de amortización de los bie­nes de equipo.Desde un punto de vista capital ista,el re_ sulfado era que incluso si la producción era reducida,

30

la relación entre los costos fijos y el volumen de produc ción no aumentaba .Por el contrario el rápido aumentode los precios de las materias primas -cuyo costo es propor­cional al volumen de producción- provocaría una reduc­ción de las ganancias que sería proporcional al incre -mentó de la producción, a menos que se aumentara los pre cios de los productos manufacturados^

Los capitalistas se enfrentaron a esto, reduciendo seria­mente la producción, con el f in de frenar el deterioro de sus propias ganancias. Es necesario notar que este desliz hacia la recesión de principios de I974,se acompaño de bajas de producción inútilmente radicales,debido a la pre cedente polTtica de inversiones especulativas de stocks. Esta situación era particularmente notable en las indus­trias más sensibles a la evolución del mercado, como por ejemplo, los textiles,el papel,etc. Las reducciones de producción en la industria manufac­turera fueron aplicadas con el propósito de prevenir una caída de los precios. En la raíz de estas prácticas encon tramos la estructura monopolista en expansión. Es, pues,en estas condiciones de recesión que los capita­

listas intentaren reaccionar con ataques contra los traba­jadores, haciéndoles soportar las contradicciones del pe­ríodo de inflación. Al principio, las reducciones Impor­tantes de producción se acompañaron de numerosas medi das de "ajuste del empleo", y esto a una escala hasta aho ra desconocida. cste "ajuste de empleo",comenzó con "reducciones de las horas extras", restricciones de mano de obra,y con el bloqueo de contrataciones en la indus­tria cs'aciona I. En seguida vinieron las suspensiones de las renovaciones de contatos de los empleados tempora­les,y finalmente las "mutaciones con transferencia" en las principales empresas. A fines de I974 y principios de I975 comenzaron a circular unas "notas sobre las previ­siones de reducciones de personal" y las notificaciones de despidos alcanzaron a las grandes empresas.No hay que olvidar que este método de "ajuste del empleo" se hizo necesario debido a la estructura estratificada, par­t i r ,del empleo (el sistema discriminatorio de trabajado­res permanentes, aprendices, trabajadores temporales y trabajadores a medio tiempo) elaborado por los capita­listas japoneses a lo largo de muchos años. Esta rece­sión se caracteriza,además , por el fenómeno siguiente:

la diferencia en la influencia o la eficacia de las pol í ­ticas de regulación económica. En Japón el proceso de regulación económica por el Estado se ha, hasta el pre­sente, concentrado en la polrtica monetaria . Pero, uno de los rasgos característicos de la recesión de 1974/75 fue la lentitud en la cual se extendieron al conjunto de la economía los resultados de estas restricciones mone­tarias . Las'Yesrricciones a la demanda global" habían ya implicado en enero de 1973, un aumento de las tasas de reserva de ios Bancos. Sin embargo, esta política fue re­forzada por cinco aumentos de las tasas de interés prac ticados por los Bancos entre abril y diciembre de 1973. Un aumento de esta naturaleza,del orden del 4,75%, tampoco tenía precedentes .No obstante, fueron necesa­rios por lo menos dos años para que sus efectos se exten­dieran al conjunto de la economía.

Características del proceso de reactivación Se consideró que la recesión que comenzó con el primer trimestre de 1974 llegaba a su punto más bajo al cabo de un año.Los stocks de mercancías en las minas y el sector manufacturero, que hasta entonces habían conservado una tendencia al alza,comenzaron a descender en enero de 1975.En febrero del mismo año, las remesas de mercancías comenzaron a aumentar y la producción se recuperó en marzo. Sin embargo, la recuperación en el sector de los gastos de consumo individual era aún débil y las inver­siones de las empresas de bienes de equipo seguían están cadas cún cuando se habló alcanzadoel punto más bajo de la recesión. El proceso de recuperación económica se hizo esperar. Esta recuperación fue caracterizada por un extraordinario estancamiento de las inversiones en nue­vos equipos en el sector privado. Aunque,por supuesto,

la demanda final seguía siendo débil en los sectores co­mo el de bienes de consumo individual y la exportación individúamete . , y los niveles de stocks seguían siendo elevados .Pero, la causa principal del estancamiento en las inversiones era el enfriamiento del estímulo a la i n ­versión,debido a la radical reducción de la cuota de ga_ nancia.Se d i jo que "si se consideraba el conjunto de la industria, las relaciones de éxito de mediados de septiem bre (1975) mostraban que uno empresa de cada tres,co­radas en la Bolsa de Tokyo,seguían en dé f ic i t " .

En otros términos, la decadencia radical del consumo in ­dividual, el deterioro de las ganancias de las empresas y la debilidad de las inversiones privadas se acompañaban, para la economía,de una "transición del rol dirigente de la inversión privada en el equipamiento a un rol dir igen-te del financiamiento.". Es en este contexto que se de­sarrolla una crisis al nivel de las finanzas públicas,tan­to para las administraciones municipales como para el gobierno nacional. El problema subyacente en toda es­ta situación es e l de una reorganización global de las estructuras erigidas durante el período de crecimiento rápido. Esta reorganización apunta tanto a los mecanis­mos de determinación de los precios como a las estruc­turas monetarias, los salarios y el empleo.

Esto no es sino el desliz hacia lo que el gobierno y la burguesía llaman !un crecimiento estable". Desde i n i ­cios de 1975, la burguesía no ha dejado de exigir al go­bierno y a sus instancias responsables la puesta en prác­tica de audaces medidas antirecesión. Aquella estaba en desacuerdo con el gobierno sobre este punto,quien subordinaba toda "política antirecesión" a una política de "control de precios",así como a un "alto a la inf la­c ión" . Pero, la política antirrecesión del gobierno Miki debía tomar en cuenta el "shunto" de 1975 (2) por temor a una alza súbita de la combatividad de la clase obrera desde la lucha por aplastar al "marusei" (3), la cual no dejaba de agitarse,que se mantuvo hasta el shunto de 1974.

La preocupación acercade la dirección que podía tomar el shunto de 1976 forzó a Miki a no perder de vista en ningún momento el problema de los precios. El fracaso

3!

JAPÓN

de Mik i en la aplicación de medidos positivas por la recuperación económica proviene de este tipo de res­puesta política salida de la crisis de la dominación bur­guesa . Lo burguesía japonesa debra,si quería preservar o extender su parte del mercado mundial, no solamente reforzar la posición competitiva de sus exportaciones, sino asegurar el paso a un "crecimiento estable". Es asi" que el mundo de las finanzas adoptó una posicióncla-ramente ofensiva coníra los trabajadores,aunque sin dejar de reclamar una audaz política de reactivación de la economía. Estas consideraciones llevaron a la burguesía a acentuar sus ataques: los despidos de fines de 1974,el límite de 15% impuesto a las reivindicacio­nes salariales durante e! shunto de 1975 y del 10% im­puesto durante el shunto de 1976» Durante esta época fueron «onzados la campaña por aplastar la combati­vidad obrera e imponer los sindicatos de empresas en las pequeñas y medianas empresas de las industria y la rama de las máquinas eléctricas,asi" como los ataques contra los empleados municipales.

Estos esfuerzos de la burguesía por acelerar la transi­ción hacia un "crecimiento estable" han claramente es timulado el establecimiento de los proyectos para ejer­cer un control del Estado más solido y una más dura ex­plotación de los trabajadores. Esto ha servido para re­forzar el sistema represivo.Sin embargo, la transición hacia el "crecimiento estable" no puede realizarse por medio de un mecanismo puramente económico. Este es un problema que necesariamente debe encontrar su so­lución en feroces luchas de clases.

La bancarrota del crecimiento rápido y la característica del período de transición

El hundimiento del crecimiento rápido y el carácter del período de transición l ac ia el "crecimiento esta­b le" se manifiestan en el hecho de que esta recesión se agrava por las contradicciones acumuladas durante la inflación precedente,sino tqmbién en el hecho de qu>3 esta siguió un esquema totalmente diferente al de las recesiones anteriores. La estructura monetaria que ha­brá sostenido el crecimiento rápido del capitalismo j a ­ponés se basa en un método de financiamiento indirec­to y bajas tasas de interés.Pero, estas dos característi­cas son completamente contradictorias. Para garantizar tasas de interés poco elevadas,es necesaria una situación en la cual la abundancia y la liquidez de los bancos sea mantenida gracias a la capacidad de autofinancia­miento de las empresas.i in embargo, para mantener las inversiones a una gran escala en una situación en la que la tasa de autofinanciamiento es extremadamente baja, las grandes empresas japonesas han util izado métodos de financiamiento indirecto y la gran mayoría han con­tinuado esas inversiones gracias a la ayuda de enormes préstamos concedidos por los grandes Bancos. Estos se encuentran asf mantenidos en un estado crónico de es­casez de liquidez, lo que tiende naturalmente a crear tasas de interés elevados.No obstante, los grandes ban­cos han mantenido su política de tasas de interés bajas prestando cada vez más líquido al Banco del Japón,a fin de poder mantener ese frágil equi l ibr io.

32

Para le lamen te, en el marco de este financiamiento indi­recto y de esta política de intereses bajos,el gobierno ha logrado, hasta ahora, ejercer un control extremadamente estricto sobre la actividad de las inversiones industriales para el aumento de la ¡asa de descuento, aplicando las reglas de las transacciones bancarias.La política econó­mica del gobierno se aplicaba fácilmente,a través de la realización de estas medidas de po I ¡tica monetaria. Sin embargo,durante la última recesión, la regulación econó­mica a través de la vieja política monetaria ha quedado casi sin efecto. Sin embargo,este tipo de cambio -acentuando la capa­cidad de autofinanciamiento de las grandes empresas, sólo se mantiene gracias al establecimiento de un siste­ma monopolista a través de las participaciones cruzadas de los accionistas de los grandes trusts.Este sistema mo­nopolista fue desarrollado para responder a la estructura industrial d~. alta tecnología ha sido ya preparada e in ­cluso realizada en cierta medida por medio del proceso de crecimiento de la industria pesada (sobre todo de la industria química) que habrá estado ya a la cabeza del período precedente de crecimiento rápido. Esto signi f i ­

ca que en ese proceso de crecimiento rábido, -mientras que el contenido del crecimiento seguía siendo basado en una industria que util izaba muchos recursos,como por ejemplo la industria del acero,del petróleo, la petroquT-mica- ,se realizaba un cierto desliz hacia la preponde­rancia de otras industrias,como los equipos de transpor­tes, la construcción de máquinas y el equipo eléctr ico. La respuesta a este tipo de desliz industrial hizo que se acentuara aún más la tendencia a la monopolización. Es decir,que el carácter industrial de las principales em presas está en vías de realizar una transformación completa a medida que van penetrando en los sectores en los que dominaban las pequeñas y medianas empresas, tales como la construcción de viviendas y la distribución al por ma­yor y por menor.Las pequeñas y medianas empresas en los sectores de la edición, la publicidad,el equipamien­to de ordinadores y automatización, lo mismo que el de­sarrollo urbano, han sido progresivamente eliminados por las grandes empresas.Son estas industrias en las cuales existen,en términos de tecnología y de mercado, grandes similitudes entre firmas fabricantes de productos diferen­tes. Esto trae como consecuencia que se desarrolle una

fuerte tendencia hacia la formación y cohesión de nuevos agrupamientos de capital es. De hecho, la formación de nue_ vos conglomerados que respondan a la transformación de la estructura industrial qu i se desarrolla desde 1968/69.

La creación de conglomerados -encabezados por Mitsui , Mitsubishi y Sumimoto- progresa regularmente en el do­minio de las industrias de la información,de la vivienda, del desarrollo urbano y de la distribución.Se han creado nuevas agrupa/nienóos industriales por medio de la deten­ción mutua de acciones, mismos que a menudo rebasan &l marco de las camarillas financieras tradicionales o de las grandes familias de la clase dominante (los famosos Z a i -batsu de antes de la segunda guerra mundial); El segundo punto a retener en lo que respecta a la modificación de la estructura de financiamiento es que el hundimiento del sistema monetario internacional y el paso a una ta ­sa flotante de cambios, ha abierto un nuevo mecanismo de obtención de capitales. En lugar del método de f i ­nanciamiento indirecto empleado por el "Banco de Ja ­pón" -los Bancos ivunicipales centrales- y las empresas, el capital proporcionado por el gobierno puede,desde ahora, pasar directamente a los Bancos municipales y a las empresas. Los pagos suplementarios en las cuentas es­peciales de divisas extranjeras en el momento de la c r i ­sis del dólar es un ejemplo claro en el que se pedia ver a las empresas dotarse de un enorme excedente liquido.

El dilema del pasaje al crecimiento estable El PS, el PC y la burocracia sindical de Mindo (4) tienen una visión completamente errónea del paso del "Plan de Reconstrucción del Archipiélago" (5) del ex primer M i ­nistro Tanaka a la polf t icade "Crecimiento Económico Estable" de Miki y Fukuda. Los burócratas ven en él una transición hacia una economía del bienestar .Pero,

el "Plan de Restructuración del Archipiélago" elabora­do por Tanaka no era una simple extensión de la polTti-ca anterior decrecimiento rápido. Este preverá ya el paso a una estructura industrial de tecnología intensiva y a un empleo a más débil de recursos. Se trataba de un plan de industrialización tendiente a realizar un paso ha cia las industrias inferiores de tipo ur baño, operación que incluía el desplazamiento de ciertas fábricas. Esto significa que las fuerzas productivas de la economía ¡apo_ nesa,forjadas en el cuadro de un crecimiento rápido, en­traban en confl icto con ese mismo cuadro, llegando a un punto de saturación total a nivel del mercado interno. Las formidables fuerzas productivas de la economía j a ­ponesa, que desbordan ya los limites nacionales, no pue den ser racionalmente dirigidas sino en el marco de una economía planificada a escala internacional. El plan de Tanaka,que tendía a la transformación de estas fuerzas productivas (el tiempo que garantizaba las mismas es­tructuras y las mismas elevadas ganancias de los años se-senras), fue, pues,pulverizada por las contradicciones mis mas del capí ralismo.La crisis económica y social que se expresa a través de (a extraordinaria inflación de 1962/73 y la profunda recesión de 1974/75, lo han demostrado c lá ­rame n fe.

La reivindicación de los capitalistas, que exigían una transformación de la estructura industria I, expresa tam­bién las contradicciones del capitalismo acumulados en el iranscurso del proceso del crecimiento rápido. Estas contradicciones son muchas y muy profundas: la existen cia de una importante clase obrera concentrada en las c iu­dades y en vía de crecimiento rápido;un nivel de sala­rios que aumenta a un ritmo dado,en las condiciones de escasez de mano de obra determinada es truc tura Imen te; la estructura del empleo -basada en el sistema de em­pleo de por vida (6) -que hasta el presente había sus­tentado el ritmo rápido de crecimiento del capitalismo ¡aponés;el nivel de consumo / d e reivindicaciones so­ciales -incluso entre la pequ eña burguesía- continua-

• ' f ! ® » » ^

33

JAPÓN

mente est imulado por e l proceso de c rec im ien to ráp ido;

e l ext remo retraso de las inversiones en gastos soc ia les.

Todos estos factores se han conver t ido en importantes

obstáculos paro la burguesía japonesa.

El "crecimiento estable1^ la ofensiva burguesa

En rea l i dad , la transformación de la indsutr ia que se des­

prende de es.a recesión está creando una estructura del

empleo que in egra una c i e r t a capa superior de t raba ja ­

dores a l sis>ema,al t iempo que e l im ina y reprime a nume­

rosas capas infer iores de trabajadores. El paso de una es-

ructura carac er izada por la ex is tenc ia d ^ industrias que

u i l i z a n mucha mano de obra y producen un volumen e -

levado de mercancías, iales como las tex t i l es , los apa ra ­

tos para a l hogar y los a u o m ó v i l e s y , a l desarro l lo de

industrias funda-Jas en un empleo in tens ivo de fecnolo -

g"a y orien.adas hacia la inves t igac ión , imp l ica una ten

ía t iva de cambiar e l con jun to de la estructura de l em -

p l e o . M i e n ' r a s que de un lado tenemos un boom de la

demanda de jóvenes trabajadores con un a l t o n i ve l de ins

rucc ión y e f i c a c i a , d e I o i ro encontramos a los t r aba ja ­

dores más v ie jos , las mujeres y los trabajadores es tac i o ­

nales, que engrosan cada vez más las f i las de los sub-=m

pleados y desempleados c rón icos . Es c l a ro que la es ta ­

b i l i z a c i ó n de l personal que se desarrol la en las p r i n c i ­

pales empresas cont inuará en e l transcurso de los dos o

tres años ven ideros .Un e jemplo de esta s i tuac ión es e l

c ie r re de la secc ión de hi laduras de Tokai Rayón, de la

que fueron despedidos todos los empleados. Toyobo C o r -

po ra ' i on ( t e x i l e s ) ha impuesto la j u b i l a c i ó n vo lun ta r ia

a 2 .300 empleados. Se d ice que cada una de las p r i n c i ­

pales empresas siderúrgicas ha proyectado, para los dos

años s igu ien tes ,e l despido de unos 1.000 a 2 .000 t raba­

jadores, a lo cua l hay que agregar los 3 . 0 0 0 despedidos

de la N i p p o n S e e l . Además, Mi tsubishi Electr ic ha h e ­

cho públ icas sus intenciones de despedir de aquTa 1978

a unos 7 .000 empleados, lo cua l representar la e l I2%de

31

la fuerza de r a b a j o . Fu j i E lecr r i ca l Mach inery ha dado

a conocer su in enc ión de reduc i r e l número de sus asa­

lariados en unas . 2 . 0 0 0 unidades en los dos próximos años.

Además de es to ,con f ron tado a la crisis f inanc ie ra de l

sector p ú b l i c o , la burguesTa espera recur r i r a l despido m a ­

s ivo de funcionar ios munic ipa les y de trabajadores de los

ferrocarr i les japoneses. El gobierno y la burguesía que h a /

bTan logrado mantener los aumentos salar iales por deba jo

de l l im i te de 10% impuesto durante e l shunto de 1976,

(con la ayuda de las d i recc iones reformistas de l PS y de l

PCjbuscan ac tua lmente lograr la d i v i s i ón de la clase o -

brera . Tratan de l legar , por medio de una po l f t i ca de '

" d i á l ogo y c o o p e r a c i ó n " , a una c o a l i c i ó n entre los bu--

rócraias y e l Es ado, para l legar a imponer "una p o l f t i -

ca de bene f i c ios " a la ¡aponasa. Enfrentado por otro l a ­

do a una crisis f i n a n c i e r a , t ra tan de obtener má-J r e d u c ­

ciones salariales y ajustes de personal en la¿ rmunicipa-

lid-ad3s,a<.rco.Tio cortes radica les en lo? gastos sociales

y aumentos ds los impuestos y de las tarifas de los s-sr-

-. icios púb l i co ; .Cuen 'an para e l l o ' c o n l a a y u d a d e l Par

ido C o n u n i s í a , q j i e n d^c la .a que los "maeslros t ienen

una profesión sagrada" y q j e los empleados de las a d m i ­

nistración.?:-, locales son "servidores d ; l p ú b l i c o " .

La con f ron tac ión entre e l patronato y e l mov imiento o -

brero sobre la cuesf ión de la restructuración de las f í nan

zas de los fer rocarr i les ,basada en la proposición de des­

pedir a lóO.OOO trabajadores ,está a punto de conve r t i r ­

se er. un punto dec is ivo de ruptura.Las acciones sobre

e l derecho de huelga de los trabajadores de l sector p ú ­

b l i c o se conver t i rán en un punto c lave para la s i tuac ión

polTtica japonesa durante los próximos años.La fo rm ida ­

ble combat iv idad de la clase obrera japonesa no ha r e ­

t rocedido y resiste ante e l a taque de la burguesía. A d e ­

más,e l hundimiento de l con t ro l imper ia l is ta en A s i a , d e ­

b ido a la v i c t o r i a de la revo luc ión v ie tnami ta ,ace le ra

la crisis de l imper ia l ismo japonés. El imperial ismo j a p o ­

nés carece de las reservas económicas necesarias para

hacer frente a las luchas ofensivas de los trabajadores

y de los campesinos, tanto de l pafs,como de l

ex ter io r .Dada la crisis ac tua l de las f inanzas púb l icas ,

su capacidad de apoyar po l r t i ca y económicamente la es-

t ruc lura m i l i t a r con t ra r revo luc ionar ia EEUU-Japón-Corea

de l Sur es extremadamente l i m i t a d a .

Perspectivas para la economía japonesa

La recesión l lega a su punto más ba jo en e l primer t r i ­

mestre de 1975 y la economTa comienza a orientarse h a ­

c i a la recuperac ión en e l segundo trimestre de este m is ­

mo a ñ o ^ i n embargo, hasta a h o r a , e l proceso de r e a c t i v a ­

c i ó n ha sido muy l en to . El L ib ro Blanco Económico de

1976, pub l icado por e l g o b i e r n o , d i v i d e este proceso en

tres fases, bosquejando los rasgos caracter íst icos de cada

una de ellas .Durante e l primer per Todo de a b r i l - j u l i o

de 1975, la producc ión recuperó rápidamente su impulso,

después de haber a l canzado e l n i ve l de recesión más b a ­

j o . Esto fue seguido por un perTodo que comenzó en e l

verano de 1975 y durante e l c u a l la recuperac ión e c o n ó -

mgagagaBt

mica fue interrumpida y marcó el paso,estancándose d u ­rante 4 o 5 meses, En el tercer periodo,en el transcurso del primer trimestre de 1976, la producción se recuperó de nuevo rápidamente,encabezado por un incremento de las exportaciones que había comenzado a fi.^es de 1975.

A partir de febrero de 1975,como el consumo individual se estancó y se mantuvo la depresión de las inversiones de bienes de equipo,el gobierno desplegó sus medios ha_ bituales de salvaguarda de la economra.Pero,en la p r i ­mera parte de 1975,este consistió sobre todo en consen­tir avances sobre las inversiones en el sector público (cu­yos dominios claves eran las construcciones de viviendas y la reducción de la con'aminación) llevados a cabo en -re los límites es ;r ic'os del presupuesto original .No se

acordaron créditos suplementarios. En septiembre de 1975, enfrentados a la "inmovil idad" económica que se había instaurado en el transcurso del verano,el gobierno lan­zó su "Fase IV de polTtica antirrecesiva".Se trataba de inversiones a gran escala,que representaban en total unos 1.500 mil millones de yens (5 mil millones de dó­lares), se acompañaban de la creación de una nueva se­rie de bonos del tesoro destinados a cubrir el déf ic i t . Estas inversiones no lograron Jugar el rol significativo

en la estimulación de la recuperación económica.

La recuperación en la actividad de producción, q^e se re­veló de nuevo claramente en el primer trimestre de 1976, fue ocasionada por un rápido aumento de las exportaciones. Estas exportaciones, principalmente ios automóviles y los aparatos eléctricos para el hogar,comenzaron a aumentar rápidamente en el primer trimestre de 1975. Según el L i ­bro Blanco,este aumento de las exportaciones causó un incremento de 0,9% del PNB en el último trimestre de 1975 y de 2% en el primer trimestre de 1976. Del aumen to total de 3,5% del PNB entre el último trimestre de 1975 y el primer trimestre de 1976, un 2% era directa o indirectamente atribuible al incremento de las exporta­ciones. La economía tomaba, pues,el camino de una e -volución favorable, pero estose acompañó rápidamente de una elevación -)e los precios al por mayor,dando la -señal de un nuevo impulso de la inf lación. Si examina­mos la tendencia de los precios llegamos a las siguien­tes conclusiones: l-en la segunda mitad del año fiscal de 1975, la tasa de

aumentos de los precios al por mayor fue muy elevada, comparada a las observadas durante las recuperaciones realizadas durante las recesiones precedentes.

I I-Contrariamente a la experiencia pasada, este aumento relativamente rápido se mantuvo con el progreso de la recuperación.

! 11—Este aumento rápido de los precios al por mayor se He vó a cabo en condiciones económicas de desequili -brio sin precedentes entre la oferta y la demanda (la industria operaba aún muy por debajo de su capacidad total).

Estas características de la recuperación crearon presiones tendientes a aumentar los precios de los productos manu­factureros,de la misma forma que los efectos aumentados del incremento de los costos fijos croaron presiones para aumentar la produce ion, cuando ésta fue reducida (como se describió más arriba) .La burguesía trata de escapar a la crisis prolongada de las ganancias,causada por la re­

cesión aumentando los precios de los productos manufac­turados. Es, pues,de esperar que durante el periodo de i -nicios de recuperación,el incremento de la producción se acompañe de un aumento aún más importante de los precios al por mayor.Las causas principales de la presión en favor de tales aumentos de precios siguen actuando. Ante todo,el costo creciente del financiamiento de las inversiones y el crecí miento de las inversiones por e l control de la con aminación reducen las ganancias de las empresas. Esto significa que en condiciones de cre­cimiento lento, la elevada tasa de inversiones que las empresas deben asumir se convierte en un factor de pre­sión sobre las ganancias y en una causa profunda de las alzas de precios .El aumento del costo de la vida en el sector privado es transformado en aumento de los pre­cios, y en el sector público, este se convierte en un a l ­za de las tarifas de los transportes y de la fiscalidad.

Es por esta misma razón que la existencia misma de un sistema monopolista crea un mecanismo inflacionista de determinación de los precios. Actualmente,el mecanis­mo de financiamiento de las empresas comienza también a sufrir la presión del enorme incremento de la deuda pública, lo cual obliga al "Bank of Japan" a intervenir, por medio de la compra de divisas extranjeras, con el f in de aliviar esta presión. Esto trae como consecuencia, un incremento de las reservas monetarias, lo que a su vez,aumenta el proceso inflacionario. La actual recupe ración económica parece, pues,seguir la curva prevista por Ernest Mandel ¡ una recuperación económica que co mienza a fines de 1975, y una nueva y más importante a-celeración de la inflación a partir de 1977, seguida por otra recesión.Y ya se puede constatar que mientras que la recuperación apenas si ha comenzado, el aumento de los precios al por menor alcanza ya un nivel peligroso. Entre ¡uiio y julio de l '^ó los precios al por mayor aumen taron en un 1% y parece que esta tasa de aumento per­sistirá aún durante unos siete u ocho meses. Esto corres­ponde a una tasa de inflación anual con dos decimales (cerca de 12,7%). Tal incremento de los precios al por mayor tiene, nece­sariamente, que extenderse a los precios de consumo.

35

JAPÓN

Di hecho,es la experiencia que vivimos actualmente, pues,ya están previstos el aumento de los precios de !a electricidad, de I gas,del arroz,de los ferrocarriles (pú­blicos y pi ivados) y de los servicios de telecomunica­ciones. Si la recuperación económica se acompaña de una resurgencia de la inflación,existe el peligro de ver nuevamente aplicadas las medidas de polTtica antif la -cionista,en una situación en la que la recuperación aún no es sino témpora I, y en la que no podrán ser emprendidas las inversiones suficientes para obtener una mejora cua­litativa de las capacidades de producción. Podemos concluir que la dirección que seguirá la recu -peración determinará el futuro de la economfa japonesa por varios años. El Libro Blanco Económico de 1975 i n ­dica que la clave de una recuperación a largo plazo de la economía reside en la tentativa de que esta recupe­ración sea mantenida no por medio del aumento de los precios de los productos manufacturados sino por la e -levacióndel nivel operatorio de la industria,(sin o l v i ­dar, la realización,en la medida de lo posible, del con trol del desarrollo de la inflación).

Es con este objetivo que deben ser realizadas sin tar­danza las inversiones fiscales destinadas a apoyarla re­cuperación. Esa claramente en vias de alcanzar un punto .r,Tiite,más allá del cual ya no puede progresar basándose únicamente en las exportaciones .Las empre­sas comienzan a sentir la necesidad imperativa de aumen ¡ar los precios de los productos manufacturados. Es seguro que la posición competitiva de las exportacio nes del capitalismo japonés no se ha visto,a pesar de los golpes sufridos a causa del aumento de los precios del petróleo, tan debil i tada.Al principio,siguiendo el sistema de fluctuación de las tasas de cambio, el yen pudo desvalorizarse a consecuencia de la erosión de su poder de compra en el mercado interior. Eso tuvo un efecto benéfico sobre las exportaciones japonesas, haciéndolas relativamente más baratas,a un punto tal que la posición competitiva de las exportaciones j a ­ponesas del sector de las máquinas rebasó al de la Re­pública Federal Alemana.

Otro problema es que la expansión de las exportaciones producto del valor reducido del yen en el sistema de las tasas de cambios flotantes está amenazada por las tenden cías actuales del mercado mundial de d i visas,en que la tasa de cambio del yen tiende a aumentar .Este factor es­tá ligado a una perspectiva de mejora de la situación e-conómica del yen, lo que garantizará las inversiones en materia de equipamiento, con el f in de reforzar las capa­cidades de producción .Pero también hay que ver allT la inflpencia de las perspectivas de incremento de las ex­portaciones. Depende únicamente de un aumento uni la­teral de las exportaciones debido a los efectos de una tasa de cambios constan remente mantenida a un bajo n i ­vel por medio de operaciones sobre las importaciones en los pafses capitalistas avanzados y destruirfa probable­mente el equilibrio del comercio mundial. Parece que la situación evoluciona cada vez más en este sentido.

De todas maneras, la economfa japonesa continuará muy probablemente en su recuperación actual hasta fines de 1976,e incluso hasta entrada la primera mitad de 1977. Pero, parece más que probable que la recuperación termi­ne relativament- rápido debido a un resurgimiento incre­mentado de la inflación con dos decimales y que esto provocará una política de dumping en materia de divisas y restricciones en las importaciones por parte de los paT-ses capitalistas avnazados.

Tal situación no puede sino verse exacerbada por la ac­tual crisis gubernamental de la burguesía japonesa.

23-8-76.

Notas 1) la desorganización de la economTa japonesa que siguió a la sorpresa de la devaluación del dólar en 1971 se conoce con el nombre de "dollar shock".Un año después de la abo lición de las tasas fijas de cambio, la inflación iíepó más del 30% en Japón. 2) "shunto" es la tradicional ofensiva obrera de primavera, llevada a cabo en abril,durante la renegociación de los contratos colectivos por los sindicaros. 3) "Marusei" era una polnica de productividad consisten­te en una racionalización y aceleración del ritmo, que el gobierno infentó imponer a los trabajadores ferroviarios,de correos y servicios públicos,en 1972. 4) "Mindo" es la fracción del ala izquierda de la social democracia, que controla la Soyho, la federación sindi -cal más importante en Japón,desde los años 50. 5) el "Plan de restructuración del Archipiélago" era la po iTtica de recuperación económica del gabine'3 de Tanaka. Se trataba de un programa masivo de obras públicas,con el objeto de facil itar el desar.jollo de la industria.El mo­vimiento obrero reaccionó vigorosamente contra este plan, que consideró como una gran concesión hecha a la indus­tria pesada,en un momento en que los gastos gubernamen­tales en materia social eran profundamente inadecuados, ó) Durante el perTodo de la post-guerra, una importante ca pa de trabajadores vio garantizado su empleo en las pr in­cipales empresas,a partir de la obtención de un puesto da do. Este sector relativamente privilegiado de la clase obre ra constituye la base principal de la Domei, la federación sindical socialdemócrata de derecha.

Sin embargo, lo que hay realmente tras esta tendencia es el "ajuste dei empleo", lo cual quiere decir que son los rebajadores temporales y a medio tiempo,asf como las

amas de casa o los miembros de las familias de agriculto­res que habrán sido contratados en las fábricas (la mano de obra de "inmigración" de Japón) los sacrificados. (Es a causa de esta estructura del empleo que la tasa de desempleo de Japón es falseada,para no dejar aparecer sino un nivel poco elevado de desempleo.)

36

del milagro Juan SOSA

BRASIL

. #

a la recesion "En 1976 habrá que ajustarse el cinturón",declaraba el Ministro de Finanzas Simonsen. Para comprender la pre senté coyuntura,hay que «-matizar el "milagro económi co",que la precedió, ya que la situación actual se ex­plica tanto por la crisis de dicho modelo como por I a recesiSn mundial.

El ciclo descendente de 1962 a 1967,al permitir una restructuración de la economía, sentó las base's_del "m i ­lagro económico" de los años 1968 a 1974. La condición previa y esencial para ese nuevo ciclo fue el enorme incremento de la tasa de explotación, garantizado por los regímenes militares después del golpe de estado de 1964. El cambio cualitativo de las relaciones entre Ca­pital y Trabajo se vio acompañado de un fuerte proce­so de concentración de capital,concretado por la polr_ tica de "quiebra positiva", que colocó a las pequeñas empresas entre la espada y la pared.

No hay que subestimar los elementos de la situación, aunque la recuperación económica posterior a 1968 es­tuviera fundada,en gran parte,en la uti l ización de la capacidad productiva no util izada previamente .Forman parte de esos nuevos elementos la orientación hacia el mercado mundial y el estimulo a la exportación de pro/ ductos manufacturados : de 1964 a 1974, la participa­ción de Brasil en el comercio mundial se incrementó más del doble y la participación de los productos manu facturados aumentó aproximadamente en un 20% con relación al tota l . Este proceso,asi" como el marcado au­mento en las inversiones extranjeras luego de 1968, oca­sionó una integración más estrecha de Brasil dentro del sistema económico mundial,al mismo tiempo que una in corporación parcial y sectorial de la economía brasile ra al circuito internacional de reproducción ampliada del capital .

El desarrollo de un capital financiero naciente (a sa­ber,el capital bancario invertido en el sector produc­tivo) constituyó un elemento decisivo en la última fa ­se de acumulación de capital en Brasil. Después de 1964, se desarrolló un sistema de crédito para el consumo que

contribuía a la recuperación del sector de los bienes de consumo durables. Por últ imo,a partir de 1968 se de ­sarrolla un mercado de capital mediante la formación de bancos de inversiones, la reorganización de los sec­tores fi nancieros tradicionales, la fusión de grupos f i ­nancieros y el desarrollo de la bolsa.Evidentemente, la concentración del capital industrial se completó con un proceso de concentración en el campo- financiero.

El desarrollo del capital financiero en el sentido de Hilderfing (fusión de los capitales bancario y f inancie­ro) es de todos modos incompleto mientras ese sector sea en su mayor parte especulativo,mientras esté basado en el aumento de la deuda externa y articulado sólo parcialmente con el proceso real de producción.

En el Nro.16/17 de Inprecor del 16/1/75,Pierre Saloma ya había señalado que la economía brasilera se encon­traba en un momento crucial,en tanto que la expansión -basada en la dinámica de los sectores de bienes de consumo durables- comenzaba a alcanzar su l imite.Al

37

BRASIL

Exportaciones ( f . o . b . ) Importaciones ( f . o . b . ) Balanza comerc ia l (neta) D é f i c i t de la ba lanza de servicios Transferencias (netas) Balanza de cuenta corr iente Mov im ien to de cap i ta les (netos) Errores y omisiones Balanza neta de pagos Reservas in ternacionales (al 31/12) Deuda externa (bruta) Deuda externa (bruta)

1973 1974 (*) 1975 (**)

6,199 7,967 8,655 -6,192 - 12,530 - 12,169

7 - 4,563 - 3,514 -1,722 - 2,345 - 3,560

27 23 — -1,688 - 6,885 - 7,074 3,512 5,712 5,807

354 124 — 2,178 - 1,049 - 1,267 6,400 5,200 4,000

12,900 17,300 22,345 6,500 12,100 18,345

(*) c i f ras de l Banco Cent ra l (**)c i f ras provisorias de l F G V

mismo t iempo, reapareció la in f lac ión y la ba lanza de pagos se tornaba un problema g rave . Ahora tenemos que ana l i za r la forma como se desenvolv ió esta crisis y la manera como la burguesía brasi lera encara la r e o r i e n ­tac ión de la economía .

La expansión económica de los años 1968 a 1974 fue cuest ionada esencialmente a n ive l de la balanza de pa gos y por e l aumento de la deuda ex te rna . Los cuadros I y 2 i lust ran,completamente y con c l a r i d a d , la e v o l u ­c i ó n de l d é f i c i t comerc ia l (Cuadro I) y la subida brus­ca de la deuda externa para cubr i r d i cho d é f i c i t ( C u a ­dro 2 ) .

Precisamente esta deuda ex terna c rec ien te es a c t u a l ­

mente la p iedra angular de la dominac ión imper ia l i s ta .

Una de las respuestas de los países imperial istas a la

recesión fue e l fo r ta lec im ien to de la polTt ica p ro tec ­

c ion is ta comerc ia l y f i n a n c i e r a , hecho que se expresa

en forma concentrada a n i ve l de la ba lanza de pagos.

El Cuadro 3 da una v is ión más precisa de la ba lanza de

pagos.

38

Enfrentado a l abrumador problema de la balanza de pa gos ,e l Min is t ro de Finanzas Simonsen parece haber a -doptado por favorecer una recesión - lo cua l es po l ín i ca ­mente pe l i g roso - , con e l ob je to de permi t i r un aumento de las exportaciones restr ingiendo la demanda i n te rna . El año pasado, los sectores mas s ign i f i ca t ivos de l capí -ta l industr ia l y comerc ia l b loquearon el es tab lec im ien ­to de una po l í t i ca d e f l a c i o n i s t a . Esto,dentro de un con tex to en e l que la recesión no había golpeado a Brasil con demasiada fuerza y en e l que las inversiones se man t en ían ,en tanto aún eran posibles tasas elevadas de c r e ­c i m i e n t o .

De hecho, los informes de las empresas ahora señalan una d isminuc ión de l 6 0 % en los stocks de 1975.Cuando f i ­nalmente se ap l i có una po l í t i ca " a n t i - f l a c i ó n " , é s t a con du jo a la p ro fund izac ion de la recesión económica que entonces entonces afectaba a Bras i l .

En la a c t u a l i d a d , la i n f l a c i ó n se e leva a l 4 % mensual y es verosími l que la tasa de 1976 a lcance e l 5 0 % , lo que representa la c i f r a mas e levada desde 1965. La i n f l a c i ó n , en e l primer tr imestre de 1976, fue de l 11,3%, en r e l a ­c i ó n a l 6 % d e l primer tr imestre de 1975. El prec io de las legumbres y de los cerea l es subió vert ig inosamente du -rante los úl t imos meses; e l prec io de las chauchas se d u p l i c ó a par t i r de enero y e l de las papas sobrepasó e l t r i p l e . Según las estadísticas s indicales de DIESSE,el costo de la v i da en San Pablo aumentó un 15,16% duran te e l primer tr imestre de 1976. Para mayor p roducc ión , e l aumento representa un 13,65% para los grupos de a l tos ingresos y un 16,75% para los grupos de bajos i n ­gresos .

Si nos remitirnos a l cuadro sobre la evo luc ión de la b a ­lanza de pagos durante los tres úl t imos meses,podemos darnos cuenta de la s i tuac ión a c t u a l . La deuda externa s igu ió en aumento,sobrepasando la c i f r a de 25 m i l m i ­llones de $ , pe ro ,obv iamen te , solo los banqueros c o n o ­cen cuá l es e l volumen de la deuda externa que Brasil va a poder cont raer .La v is i ta a Francia y a Gran Bre­taña d e l presidente G e i s e l , e n mayo ú l t i m o , logró una serie de acuerdos,entre los cuales - a l parecer- f igura un c réd i to por m i ! mi l lones de dólares; pero aún sigue en discusión una ayuda in te rnac iona l sup lementar ia .

Sin embargo, incluso si este año las exportaciones a l ­canzan la meta de los 9,5 mil millones de $,f i jada por el gobierno (lo cual es poco probable, puesto que en el primer trimestre de 1976 habrán disminuido un 5% con relación al primer trimestre de 1975),se espera que la relación deuda/exportación se eleve a 2,8 a fines de 1977.La evaluación normal del riesgo bancario roza el nivel cr i t ico, A todas luces,en 1980 se llegará a la cifra de 40 mil millones de $,aún cuando el Business Trends piense que ocurrirá mucho antes.

El Business Trends, periódico burgués "bien informado", sostiene que Brasil "podría estar mañana en una situa­ción todavía peor de la que tiene hoy.Se trata, indis­cutiblemente,de una situación incómoda,que sólo un fuerte impulso de las exportaciones podría revertir."

La posición de Brasil en el mercado mundial no es tan clara y la tendencias son contradictorias .Por un lado, se incrementa la carga de las importaciones de petró­leo,que probablemente va a costar 4 mil millones de S en 1976 con relación a los 3 mil millones de 1975. Por otro lado,proporciona un apoyo sustancial el alza importante del precio del café en el mercado mundial (ver el próximo cuadro),sobre todo si se considera que constituye la principal exportación de Brasil.

Por último, la exportación de otros productos agrícolas tales como azúcar, maíz,algodón,arroz y so¡a,sufrió los efectos de la merma del mercado mundial. En ge­neral, la situación es poco favorable,al menos desde el punto de vista de los términos del intercambio, que e -volucionó como sigue

1969 100 1973 119 1970 108 1974 96 1971 103 1975 93 1972 108

En 1976 tendrían que seguir bajando. Como lo señalamos más arriba,todo e l "modelo",basa­do en la expansión del sector de los bienes de consumo durables (principalmente la industria automotriz) y en la concentración de los ingresos ,está en crisis desde 1970. Desde 1974, el gobierno militar se halla enfren todo a la tarea de reorientar la economía,en el contex_ to de una situación económica mundial extremadamen­te desfavorable.

El punto crucial en esta reconstrucción de la economía no es ni la disyuntiva entre "estatismo" o "capitalismo de Estado" y empresa privada -como pudieran dejarnos pensar las animadas discusiones de la prensa económica-ni entre nacionalismo e integración posterior en la e -conomía capitalista mundial.

El aspecto clave del asunto es más bien la necesidad de efectuar una rearticulación de la economía, luego de la finalización del ciclo de sustitución de los bienes de consumo durables, y de sentar las bases de otro n i ­vel de acumulación del capitalcapazde sustituir la im­portación de bienes de equipamiento y de garantizar el aprovisonamienro de bienes industriales básicos,como el acero y las fuentes de energía (producción hidroeléc_ trica) .

Esa reorientación de las inversiones privadas y del Es­tado hacia el Departamento I (medios de producción) y la producción de capital f i jo,se expresan con claridad en el plan económico 1975-79. Sin embargo,este ú l t i ­mo no ayuda a la industria automotriz en particular,cu­yo stock sin vender se agranda y cuyo crecimiento de­cae rápidamente. Esos sectores (industria automotriz, exportación de bienes de consumo,sector financiero es_ peculativo,etc .) ,que ya no ocupan un lugar pr ior i ta­r io, perciben los cambios como un ataque e ignoran la situación objetiva del mercado.

Este fenómeno condujo,el año pasado, a conflictos ere cientes entre las distintas fracciones de la burguesía y aumentó las dificultades del presidente Geisel para man tener la hegemonía dentro del bloque dirigente.Si bien, durante la recuperación, todo el mundo hablaba del "gran poder de Brasil",ahora sólo se habla de conspi­raciones,de estatismo y de 'os errores gubernamentales. De tal forma que,aunque la política del gobierno cons tituye un paso adelante para el capitalismo en su conjun to y pudiera sentar las bases para la renovación e i n ­tensificación de la acumulación de capital,sectores burgueses -como los de San Pablo- se oponen a e l lo .

Mientras que las dificultades del régimen ahora reposan en el seno de las clases dominantes, no se debe subes­timar la disposición de las masas populares para la l u ­cha. En efecto,desde 1975, las huelgas son cada vez más frecuentes, Las elecciones municipales de noviem­bre de 1976 pueden crear grandes dificultades al régi -rren brasilero. Resulta más bien irónico en el contex­to de esta recesión mundial,que,en 1968,el entonces dictador Médici declarara que "el milagro económico ubicaría a Brasil dentro de la categoría de los países avanzados,en el lapso de una generación."

Charles

Desde hace mes de diez años está de moda la expresión "nuevo orden económico". Sin embargo,su origen se remonta a 1964, a la primera sesión de la CNUCED (Con ferenciade las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo).

En 1968,durante la segunda sesión de la CNUCED,el e-conomista argentino R .Prebisch, presentó un informe so­bre las relaciones "entre el centro industrial y la perife_ ria atrasada". Acentuaba los elementos que él conside­raba claves para una "estrategia global de desarrollo": la polrtica comercial, la cooperación internacional en materia de financiación, una reorganización de la d i ­visión internacional del trabajo con el objeto de "enno­blecer" las exportaciones de los "países subdesarro I la ­dos".Las tesis de Prebisch fueron ampliamente sosteni­das por los estados de los países semicoloniales, no sólo porque defendían sistemáticamente cierta modificación en la distribución de la plusvalía social entre la burgue sfa de esos estados y la burguesía imperialista,sino tam­bién porque tenían el mérito de ocultar completamente las relaciones de clase en el seno mismo de "la perife­ria atrasada".

De hecho, tanto Prebisch como la CNUCED reflejaban-y a veces anticipaban o rebasaban- modificaciones ten-denciales que comenzaban a operarse en las relaciones entre potencias imperialistas y "países subdesarro I lados" La crit ica hecha a la divisan internacional del trabajo se dirigía tanto a una de las formas de dicha división, que languidecTa lentamente en los hechos,como a sub­rayar la falta de adecuación del desarrollo acelerado de los países imperialistas frente a la situación del mer codo y las estructuras de producción de los países semi­coloniales.

Una seguidilla de reuniones Para poder asistir a un debate-negociado entre una se­rie de estados del "Tercer Mundo" y estados imperialis tas,sobre el tema del "nuevo orden económico",hubo que esperar al embargo parcial decidido por la OPEPen 1973, al alza súbita de los precios de la mayoría de los productos de base en 1972-73,a la multiplicación de los proyectos de cartel análogos a la OPEP por parte de

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productores de materias primas y luego a la recesión ge neralizadade la economía imperialista,con sus conse­cuencias sobre los "países subdesarrollados".

La sexta conferencia general de la ONU,en abri; de 1974,adoptó la desde entonces célebre "Declaración sobre el establecimiento de un nuevo orden económi-co".Enun contexto aín marcado por el boom de la producción industrial en los países imperialistas,por el último período de alza de los precios de las mate­rias primas, la sexta conferencia hizo suyas las reivin dicaciones más "radicales" expresadas por los repre­sentantes de la burguesía de los países semicoloniales.

El consenso era sólo aparente. E I acuerdo de las poten cias imperialistas estaba sometido a tantas reservas, que tenía escaso significado.A partir de entonces, los estados del "Tercer Mundo" se reunieron más de una vez : Dakar (febrero de 1975), Manila (febrero de 1976) ,Colombo (setiembre de 1976). . .

Ahora bien,dentro del marco de la recesión generaliza da,de la disminución drástica en volumen y precio de las exportaciones de materias primas procedentes de los países subdesarrol lados y del crecimiento rápido de su deuda, las potencias imperialistas van a tomar la i -niciativa ,con el objeto de reajustar los términos de la negociación. Ya fuera durante la Séptima conferencia de la ONU (set. 1975),durante la conferencia sobre "la cooperación económica internacional" (dic.1975), en todos los casos las potencias imperialistas señalaron e -nérgicamente cuáles eran,para ellas, los verdaderos ob ¡etivos de ese "nuevo orden económico " .

Las condiciones del orden I - el "orden económico" será "nuevo en la medida en

que garantice la seguridad de aprovisionamiento de materias primas a los países imperialistas.En ocasión de la Conferencia Norte-Sur (dic. 1975), Giscard ex­presa : "Creo que se debe tender a un orden económico mundial,es decir,a una organización capaz de evitar, particularmente,sacudidas brutales como se han revé-

lado en el curso de ios últimos años,desorganizando la economía mundial". El precio del petróleo tendrá que ser suficiente -de al IT la idea del "precio-base"- para asegurar a las compañías que invierten en la búsque­da de petróleo y en energiasde sustitución, que no co ­rrerán peligro de pérdidas dentro de algunos años; y para valorizar los recursos energéticos de Estados Un i ­dos y del Reino Unido (Mar del Norte).

Con respecto al precio de las otras materias primas,se fijará en un "justo n ivel" compatible con la " ley" de la oferta y la demanda (ONU,set . 1975); el nivel má­ximo se limitará,de todas maneras,con el precio de los productos de sustitución.Dentro de tal perspectiva -af ir man las potencias imperialistas- se podrán discutir los problemas correspondientes a: * los stocks regul adores (dichos stocks de materias p r i ­

mas deberían permitir una regulación de los precios, y,de ese modo,desechar los costosos stocks preventi­vos acumulados por los industriales de los países impe­rialistas,facilitar a mediano plazo el cálculo de los precios de los productos manufacturados. . .);

* la promoción de contratos a largo plazo (sistema de créditos ligado a un contrato de compra de materias primas a largo plazo,que garantice a las potencias imperialistas la seguridad de aprovisionamiento sin correr ningún riesgo con respecto a la inversión en el sector de las materias primas);

* la financiación conveniente para tales acuerdos, etc .

2-EI orden económico será "nuevo",si permite una pro-fundización de la división internacional del trabajo pa­ra hacer frente a las dificultades de valorización del capital en los paises imperialistas.Pero sólo será un "or den" si la dominación de las multinacionales no es cues tionada por veleidades de nacionalización; el pilar del nuevo orden es la participación de la burguesía "nacio­na l " y de su estado en esas inversiones. Estados Unidos, Francia, la RFA,consideraban que las declaraciones de la sexta conferencia de la ONU podían dejar pensar que el "derecho a'dominio de los recursos naturales "era el corolario del "derecho a la nacionalización". Los "grandes"se apresuraron a poner en claro el asunto du -rante la Conferencia Norte Sur. La aceleración en tras ola"he de empresas del tipo "trabajo intensivo" exige, an'res aue nada,un código de conducta por parte de los estados semicoloniales para con las multinacionales, y no a la inversa! Kissinger señalaba en la O N U : "Las necesi dades no cubiertas de capital y tecnología sólo podrán ser asumidas,directa o indirectamente,por los amplios re cursos del sector privado".Ahora bien,para que el cap i ­tal privado acepte el "riesgo", hay que eliminar su des­confianza (por lo tanto, las nacionalizaciones), hecho que permitirá también que Banco Mundial garantice a los bancos privados un sistema de seguros que los incite a participar en la "ayuda al desarrollo" .Hace dos años que comenzaron a ponerlo en práctica de manera creciente.

Un reajuste 3- Una vez definidos los dos elementos centrales del "nuevo orden", las potencias imperialistas -con mati­ces distintos- están dispuestas a:

* acceder a una estabilización de las entradas por ex ­portaciones de materias primas,financiada por el FMI (para permitir que los paises subdesarrollados cont i ­núen importando productos manufacturados proceden­tes de los centros imperialistas);

* asegurar el mantenimiento -y,s i fuera posible,el ere cimiento- de las transferencias efectuadas a nombre de la "ayuda internacional "(lo cual garantiza a las firmas imperialistas un mercado de bienes de equipa­miento) .

* dir igir la ayuda pública hacia los PMA (países menos avanzados!), mientras que los demás (los que disponen de ingresos relativamente importantes por su posición en la exportación de materias primas) tienen que ape­lar a los créditos bancarios internacionales privados.

Por lo tanto,al nivel mismo de "la ayuda",se toma en consideración el proceso de diferenciación que se ope­ra en el "Tercer Mundo" entre los países que disponen de ingresos petroleros -en consecuencia aptos para a -celerar un proceso de industrialización relat ivo-, los que ya poseen una cierta base industrial (Argentina), y los países más desprovistos desde el punto de vista de los ingresos de exportación como de la infraestructura industrial. Para los últimos resulta decisiva la ayuda pú blica internacional. Sin el la,no existirían ya como mer codos para las firmas imperialistas.

Tanto la contraofensiva imperialista (desde set.1975), coir.o a naturaleza misma de los protagonistas, h ic ie­ron que los editorialistas de The Economist dijeran,an tes de la conferencia de Nairobi (mayo 1976) : "El sueño de la CNUCED de un "nuevo orden económico internacional" no podrá realizarse sin una activa co­laboración americana" (1/5/76).En efecto,un "nuevo orden económico" sustentado por la burguesía imperio lista y las burguesías de los países semicoloniales sólo puede ser un reajuste de las relaciones -dominantes en e. pasado- entre "centro y periferia", que se inscribe en el contexto de las modificaciones objetivas ya i n i ­ciadas. Nigeria (Tanzania) explica muy bien la con­cepción reinante en una gran parte de la clase domi­nante de los países capitalistas subdesarrollados : "El Commonwealth existe porque no se opuso una resisten­cia muy larga a las reivindicaciones de independencia; hubo negociaciones con los liHeres nacionalistas sobre la transferencia del poder ( . . . ) . Exigimos al mundo ri co una política idéntica en el campo económico.(. . .) De igual modo, los liberes de I as naciones pobres desean colaborar con los ricos para vencer la pobreza del mun do cor^ej_m^|rno_deseguilibrio para la economía mun-diaÍ" . (Afr ican Affairs , voT725TÑ~ro .299, abril de 1976, pp.242a 250).

Si bien no quedan dudas sobre la sinonimia entre el pro yecto de "nuevo orden económico" y el de "reajuste", no es menos cierto que existen contradicciones,que pue den exacerbarse coyunturalmente, entre los intereses de la burguesía de los países semicoloniales y la burguesía imperialista (ver por ejemplo, la discusión sobre la inde-xaccíón de las materias primas,sobre el sistema de los stocks reguladores,sobre el precio inicial para reglamen tar la estabilización de los precios de las materias p r i -

NUEVO ORDEN ECONÓMICO mas,e tc . )Pero esas contradicc iones no pueden as imi la r ­

se de n inguna manera a cua lqu ier " l ucha an f imper ia l i s -

t a " de los pueblos de l "Tercer M u n d o " . Tal concepc ión

ocu l ta tota lmente las relaciones de clase en los mismos

paises de l "Tercer Mundo" ,bo r ra las d i ferenc ias de las

relaciones sociales concretas en los diversos países de l

"Tercer Mundo" y de ja de lado la func ión de los es ta ­

dos burgueses semicoloniales <D n respecto a los impe ­

rat ivos de la reproducción cap i ta l i s ta a escala i n te rna ­

c i o n a l . Este ú l t imo da to , a su vez , no debe l levar a n e ­

gar la pos ib i l idad de que un estado - c o n una re la t i va

autonomía e ingresos petroleros importantes- u t i l i c e

e l i ncen t i vo de la mayor pa r t i c ipac ión en la renta p e -

tro le ra , para una acumulac ión propia de l c a p i t a l , que

se ub ica ev identemente, en los l imites impuestos por

e l proceso de acumulac ión a escala m u n d i a l .

Las pr inc ipales modi f icaciones (ver a con t inuac ión los puntos I a 5) ocurridas durante los dos úl t imos decenios a n i v e l de l mercado mundial y de la estructura de la economía cap i ta l i s ta mund ia l ,p roporc ionan la trama pa ra las discusiones en torno a l "nuevo orden económico " y precisan su conten ido y l imi tes .

Exportaciones e inversiones manufactureras I - Bajo la presión combinada de la ba ja re la t i va de las

inversiones imperial istas en e l sector de las materias

primas;de! papel cent ra l adqu i r ido por la industr ia de

bienes de equipamiento en la estructura product iva de

los países imperial istas; de la necesidad y pos ib i l idad

de las firmas mul t inac ionales para re inver t i r una parte

s i gn i f i ca t i va de sus ganancias en los pauses "de r e c e p ­

c i ó n " , s e produ jeron, por un lado, un aumento de las e x ­

portaciones de bienes de equipamiento hac ia los países

semicolonia les y , p o r o t r o , u n desplazamiento de las i n ­

versiones imperial istas hacia e l sector manufacturero,

con sus respectivas consecuencias sobre la i n d u s t r i a l i ­

zac ión re la t i va Je dichos paises. El pr imer fenómeno

se revela muy b ien en el c rec imiento de las e x p o r t a ­

ciones de los "productos de las industrias mecánicas y

e léc t r icas ,procedentes de la CEE y de Amér ica de l

N o r t e , h a c i a "paises en vfas de desa r ro l l o " .

EXPORTACIONES* DE PRODUCTOS DE LAS INDUSTRIAS M E C Á N I C A S Y ELÉCTRICAS

Años CEE A m . d e l Nor te

1963 2,15 2.53 1967 2,87 3.34 1968 3,41 3.84 1969 3,87 4.10 1970 4,66 4.72 1971 5,04 5.04 1972 6,02** 8 50*** 5.69 1973 7,87** 10.47*** 7.37 1974 14,77*** 11.19

* ) en mi les de mi I Iones de dólares F . O . B.

* * ) CEE o r ig ina r ia

* * * )CEE extend ida

( fuentes: El Comerc io I n t e r n a c i o n a l , G A T T , G i n e b r a ,

1967 a 1974/75)"

A pesar de la i nc idenc ia de los procesos inf lac ionistas

en las ci fras anter iores,su c rec im ien to no es menos s ig

n i f i c a t i v o : 3 4 2 , 2 % para Amér ica de l Nor te y 5 8 ó , 9 %

para la CEE ( inc luyendo la CEE ex tend ida ) . Estos p o ­

cos datos seña lan ,as imismo,e l interés que poseen los

países imperial istas en ajusfar la complementac ión de

las relaciones entre " c e n t r o " y " p e r i f e r i a " , mediante

la reorgan izac ión de " l a ayuda a l desa r ro l l o " , median

te la es tab i l i zac ión de los precios de las materias p r i ­

mas ,e tc . Con respecto a la impor tanc ia re la t i va de las

inversiones en e l sector manufacturero , los siguientes

datos permi ten cap ta r , con más exac t i t ud ,esa t e n d e n ­

c i a . L a d is t r ibuc ión de las inversiones de EEUU en e l

ex t ran jero registró esta e v o l u c i ó n :

INVERSIONES SECTORIALES DE EEUU (PORCENTAJE

REFERIDO A LAS INVERSIONES DE EEUU )

1929

1950

1970

Minera les

16 9,3 7,8

Petróleo

14,7 18,8 27,9

Industria manufacturera

24 32 ,2

41,2

( fuen te : Uni ted Deparrament of Commerce: The M u l t i -na t iona l Corporat ion Studies on US Foreign Investments, v o l . l , m a r z o 1972-ci tado por T.dos Santos en Imperio -Iismo e Empresas Mu l t i nac i ona i s , p . ! 2 l - l 2 2 , C e n r e l h a , 1975)

Hay que considerar que ,de ahora en ade lan te ,una par

te de las inversiones en e l sector de las materias p r i - '

mas se d i r ige al mercado in te r io r de una serie de pa i - -

ses semicolonia les y no exc lus ivamente a la expo r ta ­

c i ó n . Las inversiones en e l sector manufacturero se

rea l i zan no sólo en func ión de l mercado in ter io r sino

también con la perspect iva de incrementar las expo r ­

tac iones, ya sea hacia los paises l imí t ro fes , ya sea h a ­

c i a e l "cent ro impe r i a l i s t a " . La adaptac ión de l comer­

c i o mundial y e l nuevo acond ic ionamien to de la d i ­

v is ión in te rnac iona l d e l t rabajo preconizados por la

C N U C E D son eco de esas transformaciones es t ruc tura­

les.

Las multinacionales 2 - El desarrol lo de las firmas mul t inac ionales está l i ­

gado a esas mutaciones y refuerza las tendencias

descriptas a r r i b a . En pr imer lugar , las empresas m u l t i ­

nac iona les ,que están más o menos obl igadas y / o t ienen

la pos ib i l idad de hacer reinversiones en los paises se­

mico lon ia les ,se transforman en compradoras de una s e ­

r ie de productos. Están,pues,interesadlas en la i ns ta la ­

c ión de empresas complementar ias o ,s imp lemente , de

empresas que tengan una func ión de subcor t t ra tac ión.

Vo lkswagen ,en Brasi l ,posee en su c i r c u i t o 1300 empre ­

sas subcontratadas,contro ladas localmente en su mayo -

r m .

En segundo lugar , las firmas mul t inac iona les t ienen que inve r t i r para asegurarse a l máximo e l mercado existente y po tenc ia l de esos paises.Por ú l t i m o , e l despl iegue de

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inversiones de las firmas multinacionales en los países del "Tercer Mundo" se realiza con la perspectiva de una dominación de la fuerza de trabajo a escala i n ­ternacional .

La resistencia de la clase obrera en los países capita­listas avanzados,el alto grado de organización del mo­vimiento obrero,tornan d i f íc i l en ellos cualquier incre­mento de plusvalía absoluta. De al\Tque,para los pro­ductos que incorporan mucho trabajo (trabajo intensivo) y exigen escasa calif icación profesional, las empresas imperialistas establezcan numerosas unidades de produc ción en los países donde los salarios son muy bajos y la "disciplina social" elevada. AsTes como Hong-Kong, Taiwan,Singapur,Corea del Sur,el norte de Méjico han llegado a ser los lugares privilegiados tanto para el en ­samblaje de partes como para la producción de bienes intermedios (ensamblaje de semi-conductores y compo­nentes diversos de la industria electrónica, producción tex t i l , piezas sueltas para automóviles,material e léc­tr ico, etc. (I)

A este tipo de producción y de exportación hacen a l u ­sión la CNUCED y el BID,cuando afirman la necesidad de reorganizar y profundizar la división internacional del trabajo, y de adaptar el comercio internacional.Hay una concordancia impresionante entre las necesidades de acumulación del capital -bajo la forma de necesi­dades-propias de las firmas multinacionales -y determi nadas "reivindicaciones" de los organismos internacio-naeionales,asi"como efe las burguesías semicoloniales, partidarios del "desarrollo por la exportación". De es­ta forma,el último'nforme del BIT para la "Conferencia Mundial Tripartita" afirma: "Paralelamente,dentro de las relaciones comerciales con los países desarrollados, el Tercer Mundo se vería mucho más instigado a produ­cir bienes manufacturados con gran densidad de mano de obra para exportarlos a los pafses desarro I lados, en lugar de producir para reemplazar las ¡mportanciones provenientes de esos países.En cierta medida, los nue­vos estimulantes y las actividades de las empresas mul­tinacionales ya aportaron modificaciones a la estructu­ra de las exportaciones de los países en vías de desa­rrollo . . . " (2 )

También se perfila con nitidez otra catejoria de i n ­versiones efectuadas por las firmas mu I ti nacionales. Es la que se refiere al "enriquecimiento" de las materias primas en los países productores mismos,! con el coro­lario de una nueva "distribución internacional de la contaminaciónlEl proyecto de establecimiento de fá -bricas siderúrgicas en Irán, Arabia Saudita,Corea del Sur , Brasil, Argel ia, Irak,Egipto,Libia,Turquía,con-firman dicha evolución. (3)

Evidentemente, el petróleo está a la cabeza de esa nueva tendencia que consiste en crear una industria que tiene por objeto los primeros estadios de transforma ción de las materias primas, út i l izando el incremento de la participación de las burguesías en la renta petra !era. En el caso del petróleo,efectivamente hay muchas po­sibilidades para que se desarrolle,en los paTses produc­tores,al menos una parte de la industria petroquímica,

es decir, la producción de los grandes productos inter­medios (Business Week,7/9/74 y 26/5/75;Fortune, ma­yo, 1975). Esas inversiones constituyen un elemento cen tral de todos los proyectos de la CNUCED sobre el "nuevo orden económico".En la fase actual , no hay que sobreestimar esta reorganización de las etapas i n i ­ciales de transformación de las materias primas; en tér_ minos absolutos, la participación de los países capi ta­listas avanzados en los primeros estadios de transforma­ción es aún determinante por completo, y las resisten­cias que opone el "viejo orden" son muy grandes.poe­mas,\a$ firmas imperialistas conservan el control sobre los estadios más remunerativos de producción-transfor­mación.Por últ imo, mediante asciaciones (sociedades mixtas o aún estatizadas) en las fases iniciales (!hecho que les permite recibir créditos de ayuda internacional!) , las empresas imperialistas captan una parte importan­te de las ganancias que les permiten,ya sea extender operaciones de prospección (asegurándose asTun con­trol a largo plazo de los recursos primarios), ya sea ex­portar esas ganancias para mejorar productos de susti­tución o nuevas técnicas de aprovechamiento de los minerales.

Sin embargo,en el sector de la petroquímica, tomando en cuenta los recursos financieros propios de los esta­dos exportadores de petróleo y el bajo precio de las materias primas, pueden efectuarse importantes despla­zamientos de producción con repercusiones signif ica­tivas sobre la organización del mercado internacional de los grandes productos intermedios.Además,en ramas que registran una capacidad de producción estructural excesiva, incluso pueden darse desplazamientos l imita­dos de la producción que tengan efectos reales sobre la situación de las empresas del "centro" .Asi", en la siderurgia , la capacidad de producción de las instala­ciones previstas en una serie de países semicoloniales podría tener repercusiones reales sobre la organiza­ción de conjunto de dicho sector en los países imperio listas.En Irán, Corea del iur ,«rabia baud!ta,bgipto y Brasil, la capacidad de producción anual de las nuevas instalaciones proyectadas se eleva a 6; 1,6; 3,0; 3,6 y 12 millones de toneladas anuales respectivamente.

NUEVO ORDEN ECONÓMICO

El peso de las materias primas

3 - Si b ien en una serie de países semicolonia les cobró

forma un proceso de indus t r i a l i zac ión r e l a t i v a , s i n e m ­

bargo "los bienes indsutr iales producidos con una t e c -

nologra aventa jada son incapaces de cons t i tu i r en e l

mercado mundial una ser ia competenc ia para los produc

tos industriales de los países de la me t rópo l i .En los pai -

ses semico lon ia les , las exportaciones siguen concent ran

dose en e l sector de las materias pr imas, mucho mas pro

porc iona lmente ,que !a producción au tóc tona en su con

j u n t o . (4) . La d is t r ibuc ión de las exportaciones en los

"países de desar ro l l o " hac ia los países cap i ta l is tas avan

zados,durante los úl t imos anos,conf i rma ese proceso:

El peso de las materias primas en las expor tac iones de

los países subdesarrollados - ten iendo en cuenta las d i ­

ferencias importantes que pueden ex is t i r entre los d i s ­

t intos países- e x p l i c a e l lugar cen t ra l d e l problema de

la remuneracionde esos productos dentro de l marco de

las discusiones sobre e l "nuevo orden e c o n ó m i c o " . Pero,

mientras los países imperial istas poseen un monopo l io*

de la venta de los bienes de equ ipamiento en e l me rca ­

do mund ia l , los países subdesarrollados no disponen de la

misma posic ión de fuerza en e l campo de las materias

pr imas.Por un l ado ,en los países cap i ta l i s tas avanzados

se produce una serie de bienes pr imarios; por otro lado,

la misma indus t r ia l i zac ión de la producc ión de materias

primas en la " p e r i f e r i a " marg ina l izó la venta ja de los

bajos costos salariales y est imuló la producc ión de ma­

terias sintét icas ( f ib ras,caucho) en e l " cen t ro i m p e r i a ­

l i s t a " , asT como también la búsqueda de sustitutos en

respuesta a l c rec im ien to de los precios o a los impera ­

tivos de la competenc ia i n te rcap i f a l i s ta . Sin embargo,

es c i e r t o que existe una dependencia f ís ica de los paT-

ses de l " cen t r o " con respecto a una serie de materias

pr imas, Por e j emp lo , la Harvard Business Review escr ibe:

"En I950 ,e l Departamento de Inter ior americano seña­

laba que EEUU dependía de sus impor tac iones,en más

44

de la mitad de l abastec imiento de cuatro minerales im

portantes: a l u m i n i o , n í q u e l y estaño.En 1970, la l ista se

e levaba a se is ,con e l agregado de l z inc y de l c romo.

En 1985 -según e l -Depar tamento de In te r i o r - e l país

dependerá de sus importaciones en más de la mitad d e l

aprov is ionamiento de nueve materias primas básicas c o ­

mo e l h i e r r o , e l plomo y e l tungsteno,que se añaden a

la l i s t a " , ( p . 144-45 N r o . d e se tb re . -oc tub re 1976).

La combinac ión de esos elementos -peso re la t i vo muy

importante de las materias primas en las exportaciones

de los países subdesarrollados y dependenc ia f ís ica de l

" c e n t r o " imper ia l i s ta - exp l i caparc ia lmen te las propues­

tas ,dent ro d e l marco de sesiones de la O N U , s o b r e es ­

t a b i l i z a c i ó n de los precios (para mantener e l mercado

de los países semicoloniales) y seguridod de aprov is io ­

namiento (para los países imper ia l is tas) .

Ayuda y revolución colonial

4 - La crisis permanente de la ba lanza de pagos desde e l comienzo de los años 50 -como expresión de la

t ransferenc ia de valor de los países de la " p e r i f e r i a " h a ­

c i a los de l " c e n t r o " - torna necesario e l desarrol lo de

una ayuda in te rnac iona l a los países en vías de desarro-

l l o " . Sin e l l a , s e derrumbarían tanto los movimientos de

cap i ta les como e l comerc io in te rnac iona l .Las diversas

medidas de ayuda f inanc ie ra púb l i ca y p r ivada,propues­

tas desde I974,se inscr iben en la misma l óg i ca . Aunque

más no sea en sus formas, e l las re f l e jan a la vez los pro

blemas emanados de la recesión de laeconomía impe ­

r i a l i s t a , la nueva pos ic ión f i nanc ie ra adqui r ida por los

países exportadores de pet ró leo ( la in tegrac ión de la

OPEP a la "ayuda a l desar ro l lo " ) y la crisis profunda

que deben enf rentar los países subdesarrollados importa

dores de pet ró leo y de bienes primarios (entre otros, los

a l i m e n t i c i o s ) .

5 - El desmantelamiento de los " imperios co lon ia l es " b a ­

jo los golpes v io lentos de la revo luc ión c o l o n i a l , la

apar i c ión de burguesías "nac iona les " dependientes, la

EXPORTACIONES DE LOS ."PAÍSES E N V!AS DE DESARROLLO"

Años p . p . Total de las e x p o r - Productos p r i - Productosmanu­

taciones ( t . e . ) mar Íos* * (p ,p . ) ' a c t u r a d o s * * *

1970 7 6 . 2 3 9 , 9 7 3 0 , 4 6 9 ,31 1971 7 7 , 9 46,15 3 5 , 9 6 9 , 5 0

1972 7 7 , 3 5 5 , 2 5 4 2 , 7 3 12,09

1973 7 5 , 2 8 0 , 8 5 ' 6 0 , 8 4 19,31

1974 8 4 , 8 171,90 145,90 25.45

* ) en miles de mi l lones de dólares F . O . B .

* * ) ¡iroductos a l imen t i c i os , materias pr imas,minerafes,combust ib les y car­

burantes.

* * * ) f r o ta les no ferrosos, h ie r ro y ace ro , tex t i les y ropa,productos de las

industrias e léc t r i cas y mecán icas .

( fuen te : Le Commerce I n te rna t i ona l , G a t r , G * n e b r a 1973/74 y 1974/^5)

creación de aparatos de estado en los países semicolo-niales,conducen a una situación en la que se habrá de afirmar,por una parte, la autonomía relativa de dichas burguesías (expresadas tanto en la extracción de la plus valía como en la acumulación del capital) y,por otra la intervención económica de los estados semicolonia-les con respecto a las necesidades mismas del proceso de acumulación determinado en esos países (o al menos en varios) por las firmas multinacionales y, más general­mente, con respecto a los imperativos de la reproduc­ción de conjunto del sistema capitalista mundial. Sobre el particular,basta con examinar -por ejemplo- las inversiones "complementarias" efectuadas por los esta­dos semicoloniales para responder a las necesidades del despliegue de inversiones de las firmas multinacionales ror ahora,únicamente los miembros de la OPEP (cuya creación en 1960,como lo dijera con razón Massart (5), es "la expresión institucional de la existencia de bur­guesías recientes y provistas de una conciencia de cía se en los principales estados productores de petróleo. . . .") lograron que se aceptara su cuenta.Con ese telón de fondo se desarrollan las discusiones sobre el "nuevo orden económico",un orden en el que la burguesía de una serie de países semicoloniales pretende desempeñar los papeles secundarios y no los de "extras" .La carre­ra amenaza ser larga y penosa para lo que no forman parte del sindicato de la OPEP. En tal sentido, hay a la vez "un nuevo orden" y una "i.ueva diferenciación" en el seno del I lamado'Tercer Mundo".

Un viraje Sobre esa tramase produjo el "viraje" de 1972-74,cuyos factores principales damos a continuación.

I - la relación entre la dependencia física de los pal" ses imperialistas con respecto a una serie de mate

rias primas y los precios de estas últimas se modificó e -normemente,por la explosión de los precios,en 1972-73. De ahTderivó una modificación coyuntural de las rela­ciones de fuerza entre la burguesía Imperialista y las burguesías de los países semicoloniales,que sirvió para estimular una serie de "reivindicaciones". Onicamente las burguesías de los países exportadores y miembros de la OPEP lograron estabilizar más o .menos, inclusive du ­rante la recesión,el nuevo equilibrio instaurado en 1973 Eso condujo a los países Imperialistas a intentarrestable cera su favor una balanza de pagos desequilibrada por el petróleo. Más exactamente, trataron de recuperar la transferencia de valor -efectuada mediante el aumento del precio del petróleo- exportando masivamente bienes de equipamiento (vinculados a pro/ectos de la industria pesada y manufacturera) en los principales países miem­bros de la OPEP.De hecho, tal proceso engendró una redistribución parcial de la renta petrolera a favor de los países imperialistas y de las ramas industriales más aptas responder al incremento de la demanda de los paT-ses exportadores de petróleo, y en detrimento especial-mente de los países subdesarrol lados que r-nportan pe­tróleo y bienes de equipamiento al "centro imperialista"

2 - e l aumento de la competencia interimperialista durante los últimos años -manifestado con fuerza

en el momento en que se invirtió la coyuntura- f a c i l i ­

tó la formación de ciertas asociaciones productores de materias primas y una modifiación completamente re­lativa ,en la posibilidad de que éstos últimos hicieran valer sus decisiones en materia de precios y aprovisio­namiento.

3 - la recesión de 1974-75 puso de relieve la f rag i l i ­dad de los ingresos de los países subdesarrol lados

exportadores de materias primas, y por lo tanto, la pre-cariedad de su función como mercados -con todo, im­portantes- para los países capitalistas desarrollados. En 1974,el grupo de los "países en vías de desarrollo" había absorbido 81 mil millones de dólares por impor­taciones procedentes de los países capitalistas avanza­dos, lo cual representa el 15% del total de las exporta­ciones de estos últimos. El informe del G A T T afirma: 'Si los problemas de financiación se tornaran graves hasta el punto de obligar a esos países a reducir el vo ­lumen de sus importaciones en proporciones sustancia­les. . . provocarían una presión deflacionista adicional en la economía de los países industriales de los cua­les procede la mayor parte de las importaciones. "("E I comercio internacional en 1974-75",Ginebra, 1975,p.22).

El alza de los precios de las materias primas en 1972-73, su profundo retroceso en 1974-75, su repunte a fines de 1975 y comienzos del primer trimestre de 1976 y, f i na l ­mente,su relativo estancamiento,ponen de relieve: a - la necesidad de una estabilización (ó) de los ingre

sos por exportaciones para permitir que los países importadores de bienes de equipamiento siguieran importando a un ritmo sostenido;

b - la necesidad, por parte del imperialismo,de crear un fondo de inversiones -financiado a medias sn -tre los países exportadores de petróleo y los países capitalistas avanzados- para asegurar el aprovecha miento de nuevos recursos mineros,etc.,con el ob­jeto de contrarrestar las vacilaciones de los cap i ­talistas privados para invertir en sectores demasia­do fluctuantes a nivel de los precios, asegurar una reserva suficiente de capacidad productiva y , por lo tanto, la capacidad de aprovisionamiento, y rea­lizar la exploración de nuevas zonas (fondo marino, antartico).

NUEVO ORDEN ECONÓMICO

4 - Desde fines de 1973 hasta fines de 1975, "tuvo lugar un incremento del 50% en la enorme deuda exterior

de los países subdesarrollados que no exportan petróleo, conocidos como 'países no exportadores de petróleo en vías de desarrollo'." (Monfhly Economic Letter,Citibank, junio 1976). De esta forma, la combinación del periodo de boom de 1972-73 y el de recesión de 1974-75 pro­vocó una gigantesca agravación del défici t de la balan/ za de pagos de los países subdesarrollados.Esta es la evolución,desde 1970,del déficit de la balanza de pa­gos de los países subdesarrollados. Esta es la evolución desde 1970,del déficit de la balanza de cuentas c o ­rrientes, de 71 patees subdesarrollados (PSD) no produc­tores de petróleo (para comparar, indicamos el exce­dente de la balanza de cuentas corrientes de los paf-ses exportadores de petróleo (PEP):

1970 1971 1972 1973 1974 1975* 1976»*

(en miles de millones de dólares)

PSD -6 ,0 -8 ,4 -6,1 -4 ,5 -22,0 -26,7 -20,2 PEP 0,5 2,5 2,5 4,9 59,5 33,9 37',7

*) estimación * * ) proyección

El origen de esas cifras es evidente .Estos países paga­ron a mayor precio el petróleo, los bienes alimenticios, los productos manufacturados, mientras que el valor y el volumen de sus exportaciones cayeron. El incremento de los precios de productos manufacturados proceden­tes del "centro imperialista" provocó,en 1974 y 1975, un déficit tan grande como el aumento de los precios del petróleo. De hecho,el conjunto de las potencias imperialistas hicieron soportar a los países subdesarro­llados no exportadores de petróleo el costo de sus im­portaciones petroleras: aumentaron sus exportaciones de bienes alimenticios,de armamentos y de bienes de equipamiento hacia los países exportadores de petróleo; sin embargo,en 1975, incrementaron las exportaciones hacia estos últimos , los cuales -por su parte- impor­taron de los países petroleros menos durante el primer semestre de 1975 que durante el mismo período de 1974. (CNUCED, International Financial Cooperation for Development, mayo de 1976).

Una operación de tal índole sólo podía funcionar en la medida en que esos países se endeudaran masivamente. En 1974 y I975,el conjunto de los países subdesarrolla-dos no productores de petróleo tenía que encontrar,pues, 80 mil millones de dólares para financiar su déf ic i t exterior y el servicio de su deuda (World Financial Mar-kets,enero de 1976,Morgan G.T.Comp.). Los bancos privados les concedieron 36 mil millones! En e l merca-do financiero europeo, los países subdesarro I lados no ex portadores de petróleo eran "beneficiarios" de un euro-credito a mediano plazo por una suma de 6.331 millones de dólares en 1974 y de 8.840 millones de dólares en 1975 (Economía, de set.1976). Ese drástico empeoramien­to de la deuda de los países subdesarrollados expl ica: a - el establecimiento de mecanismos de funcionamien­

to compensatorio del FMI (especialmente para la ca tegoria de los países mas, perjudicados);

b - las medidas internacionales de garantía,buscadas

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por los bancos privados, los cuales -en un período en que se sofocaban las tasas de ganancia en los países imperialistas- intentaban nuevos campos de activiad en el terreno de la "ayuda al desarrollo" de los países sub­desarrollados (de los menos pobres!). Hay que precisar que el sistema FMI pertenece a un sistema de créditos para socio comercial en dif icultad (préstamos que pro -ducen interés) .Los beneficiarios podrían recurrir a é l , ya dentro del limite de la cuota asignada,ya apelando a un trust fund abastecido por las ventas de oro perte­necientes al FMI (ver bconomie et Humanisme , marzo-abri l 1976,pp.37-''8 y Tiers Monde , Nro.66,abri l - j u ­nio 1976, pp.z76-¿77). Todo ello no cuenta mucho a las potencias imperialistas y debería permitirles soste­ner sus exportaciones !

5 - La crisis acelerada de los sistemas de domi nación neoco Ion ¡alista emanada de ios arios 50 y 6U (de

Nasser a Perón, pasando por Sukarno) y la intensifica­ción de las contradicciones sociales (de I96Ü a \97¿, el número de dsocupados se incremento en un 46% en los países subdesarrollados) fomentan,del mismo modo, la búsqueda de una serie de ajustes entre las relaciones "periferia-centro".Las burguesías de los estados semi-coloniales procuran una colaboración (económica y mi­litar) con sus socios imperio listas, con el objeto de ha­cer frente a la crisis social y económica.Los regímenes establecidos en América Latina durante este último pe­ríodo son una faceta del "nuevo orden económico mun­d ia l " .La ayuda que les otorga la BIRU y el FMI asi* lo indica.

6 - El fin del largo período de expansión del capita­lismo en el "centro" y,en especial, la recesión ge

neralizada de 1974-75 acentuaron las dificultades de valorización del capital en los países imperialistas .Una de las respuestas a esta crisis consiste en ampliar la ex­portación de capitales hacia regiones donde la desocu­pación crónica y las condiciones polínicas permitan ren tabil izar al máximo una mano de obra abundante. Tal tendencia se expresa no sólo en las "viejas ramas" (co­mo la textil) o en el sector del ensamblaje (electrónico) sino también en una rama como la automotriz, que des­plaza hacia Brasil,Irán,etc.una parte importante de la producción (y no exclusivamente del ensamblaje).

En esta rama, los desplazamientos forman parte -por ejem pío, en la Fiat- de la réplica patronal a las luchas obreras.

Límites El debate en torno al'huevo orden económico" a menu­do fue aclarado de manera unilateral por las re iv indi­caciones de la OPEP. Ahora bien,desde este punto de vista,es improbable que otro cartel de productores de materias primas pueda repetir con éxito tal mecanismo (el fosfato esta en una situación intermedia), eso se de be a la heterogeneidad de los productores (que se mani fiesta plenamente en períodos de recesión), a la contrao fensiva bien orientada íle las multinacionales , "deslo- ~ cal ización" limitada a ciertos estadios de la transforma­ción del mineral,control tecnológico y f inanciero,ex­ploración y prospección),a la situación objetiva d i fe ­rente de los otros productos,a la moderación de los r i t

mos de la expansión industrial en el futuro,etc. Pero, sobre todo,ante el aumento intempestivo de los precios,i-nevitablemente se pondrá en funcionamiento unaleydel sistema capitalista: acelerar la búsqueda y la producción de sustitutos, explotar los grandes fondos marinos, explo­tar con técnicas radicalmente nuevos minerales menos ri eos pero controlados por el imperiolismo,etc .

Por ejemplo, un estudio realizado acerca del nivel mmi­mo necesario para iniciar la explotación del fondo del mar demuestra que,con sólo un b°/o de aumento del pre­cio del níquel (con relación de 1973) y un 21% en el caso del cobre(con relación a 1973), resulta provechoso desarrollar simultáneamente la explotación, a gran pro­fundidad,de cuatro productos: cobre, cobalto, ñique I y manganeso (Kyklos, 1976, vol,29,fasc .2,pp.292 a 309) Este tipo de proyecto explica también las confrontacio­nes sobre el problema del control de los fondos submari­nos. La Harvard Business Reviewcita otro ejemplo: "Ya se están buscando sustitutos para el cromo, platino, pala-dio, estaño y -dentro de dos decenios-se hallarán los correspondientes al helio, mercurio, tungsteno, vanadio, plata y zinc" (ibid .p. 145). Con respecto al desplaza­miento de la industria manufacturera, también surgen una serie de limites. Si una respuesta a las dificultades de valorización del capital implica exportarlo hacia las reservas de mano de obra barata, otra consiste en a -centuar la automatización de la producción en los países imperialistas mismos, con el objeto de reducir la importancia de las desventajas salariales. Eso neutraliza al menos una serie de desplazamientos,si se tienen en cuenta problemas de transporte,de proximidad y dimen­sión de los mercados,de integración vertical de la pro­ducción.

Además se registia una tendencia ,en la estructura mis­ma del sistema,a que disminuya el peso de las empresas de la categoría de "trabajo intensivo", lo cual restringe la importancia relativa de esas "deslocal'zaciones",aún ciando no debe subestimarse la importancia absoluta que tienen en ciertos países semicoloniales. Por otra parte,en todo este proceso de desplazamiento de una parte de la industria manufacturera con alto coeficiente de mano de obra desde el "centro" hacia la'periferia" , los que -en el mercado mundial- se apropian de las sobreganancias obtenidas por las empresas que explotan esa fuerza de trabajo "poco costosa",no son otros que los propietarios imperialistas. En este caso,si se instaura un "nuevo orden" se trata de un orden entre el capitalista relojero que man tiene sus inversiones en Suiza y el que las desplazó ha­cia Corea del Sur. En efecto, la redistribución de la plus valía extraída,se realiza más entre ambos que entre la burguesía de Corea del Sur y la burguesía imperialista suiza! Por último, tales desplazamientos engendran con­tradicciones sociales en el seno mismo de los países im­perialistas,con lo que disminuye el ritmo de aquellos. También requieren condiciones polínicas "adecuadas" en los países semicoloniales, las cuales son bastante preca­rias, incluso en las regiones actualmente más favorables. Si es cierto que se inicia,en ciertos países exportadores de petróleo, un proceso de industrialización ampliamen­te controlado por el capital autóctono (con las modi f i ­caciones pertienentes por las formas específicas de la

dependencia) (8);si es cierto que se desarrolla más g lo-balmente,un proceso de industrialización relativa en numerosos estados semicoloniales (profundizando aún más la diferencia con otros); si es cierto que se tomaron d i ­versas medidas a escala mundial que acompañan este "viraje";en última instancia todo eso sólo significa que hay "un cambio en las formas con que se yuxtaponen el desarrollo y el subdesarrollo o, más correctamente: es­tán emergiendo diferenciados y nuevos en la acumula­ción del capital ,en la productividad y en la exfracción de plusvalía, los cuales -aunque no posean la misma na­turaleza- sin embargo son más pronunciados que los de la "época clásica" del imperialismo" (9). Finalmente, incluso si la reorganización internacional del trabajo adquiriera la envergadura -hecho que está fuera de discusión- que pretende atribuirle el profesor Tinbergen (ver el último informe de la UNESCO), el intercambio desigual en el mercado mundial y el resul­tado de las diferencias en la productividad media del trabajo entre los distintos países,seguiría funcionando, independientemente de la calidad material de los pro­ductos fabricados y exportados por los países semicolo­niales.De esta forma,se mantendría lo esencial del or­den imperialista.

De hecho, un "nuevo orden económico mundial" sólo puede ser llevado a cabo por los trabajadores y campe­sinos pobres del mundo entero, puesto que presupone una socialización real de los recursos a escala mundial.

3-11-76.

Notas (l)Ver "The Economic Journal", marzo de 1973.G.K. Halleiner "Manufactured Exports from less-developped countries and multinational firms".Ver también "Teoría e practica do empresa mult inacional", Iniciativa Edito-rals,Lisboa 1975,articulo de S.Adam:"As Empresas mul-tinacionais na Década de Setenta", p.84-86. (2)Ver informe del BIT para la "Conference Mondiale Tripartiré",Genéve 1976, pp. Mó-117. (3)Ver "Quaderni del Territorio"nro. l,Ceduc Libr i , M i ­lano 1976,pp.78 a 88. (4)E.Mandel,"Late Capital ism""NLB",p.370. (5) "Critique de l'Economie Polit ique", Nro.22, p. 16 (6)Para una crTtica del sistema de estabi l ización, ver "Tiers monde" Nro.66,abri l- junio.1976, p.257 a 264, p.269a 276, p.491,etc. (7)Revue Internationale du Travail (BIT)Nro .ó,décem-bre 1975, p.450,articulo de Ivés Sabolo. (8)E.Mandel, "Sur l'emergence du capital financier autonome dans plusieurs pays coloniaux" .C .E. P.Nro.22 (9) "Late Capitalism", p.65 (En francais, "Le capitalisme du 3éme.áge", ed 10/18,París.

HAY QUE REFORZAR LA SOLIDARIDAD

CON LOS QUE LUCHAN CONTRA LA DICTADURA

El 6 de octubre de 1976, el ejército tailandés instauraba una nueva dictadura militar abierta.Desde

hace ya un año,el estado mayor tailandés y los servicios secretos americanos multiplican los actos de provocación o de terror y llevan a cabo una intensa campana de intoxicación, para lo cual han creado movimientos paramilitares de extrema derecha. Necesitan poner fin al desarrollo de la ac-tividod de las masas estudiantiles, obreras y campesinas,que sucedió a los avances de la revolución indochina y a la caiaa de la anterior dictadura por presión del levantamiento popular de octube de 1973.

La masacre de los estudiantes de la universidad de Tammasat,el 7 de octubre, y la gravedad de las medidas represivas tomadas luego no dejan ninguna duda sobre las intenciones de la dictadura y sus amos imperialistas. Decenas de estudiantes fueron linchados,asesinados,a veces colgados y quemados vivos. Hoy los a-rrestos se cuentan por millares. La prensa esta amordazada, todas las libertades democráticas gana­das por las masas durante tres años han sido ahogadas en sangre. Una parte de la población vietna­mita residente en Tailandia fue reunida en campos de concentración y se halla en gran peligro. El objetivo del golpe de estado es claro: destrozar el movimiento de masas urbano y rural; interrum­pir por mucho tiempo el alza de las luches de los obreros y campesinos,organizar una ofensiva impor tante contra la guerril la del Partido Comunista; hacer de Tailandia una plataforma de acción más eficaz para el imperialismo y una muralla de defensa frente a la revolución indochina.

La importancia de la evolución de la situación en Tailandia no necesita demostrarse.Después de la derrota del imperialismo americano en lndochina,de la apertura de un periodo de creciente agi ta­ción social en e l resto del sudeste asiótico,es considerable lo que está en juego en las luchas de es te pais. Debe manifestarse una solidaridad activa con quienes,en condiciones extremadamente d i ­fíci les, llevan adelante el combate contra la dictadura. fisT podría salvarse la vida de numerosas per sonas encarceladas y detener el brazo criminal de la nueva dictadura.

Hay que hacer la mayor publicidad posible sobre los acontecimientos y sobre la responsabilidad que cabe a las potencias imperialistas -principalmente la americana y japonesa- en el golpe de estado.

La IV Internacional llama al fortalecimiento de la solidaridad mundial para el cese inmediato de la tortura y de los actos de terror, para la inmediata liberación de todos los prisioneras polrticos, para el apoyo a la lucha contra la dictadura.

17 de octubre de 1976.