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UNIDAD II LA VIDA COTIDIANA DE LOS ROMANOS Y SU REFLEJO EN LA ROMANIZACIÓN DE LA BÉTICA 1. CONCEPTO Los romanos eran muy madrugadores. Al amanecer, la mansión de un rico patricio se llenaba de una multitud de amigos y clientes, que acudían a saludar a su patronus. Éste los recibía sentado e invitaba a algunos de ellos a cenar. Hacia la tertia hora (las nueve de la mañana) el pater salía de la casa para atender sus negocios y solía regresar al mediodía. Entretanto los hijos en edad escolar estaban en la escuela y los pequeños jugaban en el jardín de la casa. Cuando volvía el pater, hacia la hora sexta, se hacía la comida (prandium). A continuación solían dormir la siesta (sexta). Por la tarde reposaban o hacían ejercicios gimnásticos en las termas o en el Campo de Marte. A la hora duodecima, al anochecer, se cenaba. Por la noche, la ciudad quedaba sumida en la más absoluta oscuridad y los trasnochadores solían ir acompañados por esclavos que llevaban faroles. 2. TERMAS Y VESTIDOS Roma fue y sigue siendo la ciudad de las fuentes. Numerosos acueductos conducían ingentes cantidades de agua a la ciudad, aún pueden verse alrededor de Roma restos de catorce acueductos. Esta abundancia de agua permitía satisfacer la afición al baño caliente, tan generalizada entre los romanos, que no se negaba ni a los esclavos. Los ricos disponían de instalaciones de baños en sus casas y para los pobres existían baños públicos. Las thermae, imitadas de Grecia, presentaban como innovación típicamente romana un campo de deportes (palestra) anejo. El baño, que en origen era una medida higiénica, acabó convirtiéndose en una distracción. Las termas fueron lugar de pasatiempo y diversión. Las tres partes esenciales de unas termas, además del vestuario (apodyterium) y las salas de calefacción, eran el frigidarium, el tepidarium y el caldarium. El primero consistía en una o varias piscinas de agua fría. El tepidarium suele ser una sala sin bañera en la que se mantenía un ambiente tibio y servía de reposo. Por último el caldarium es una sala caliente provista de una estufa y unos baños calientes. Era normal, antes del baño, efectuar ejercicios gimnásticos. Acto seguido tomaban baños de vapor y pasaban al caldarium, para terminar zambulléndose en las piscinas de agua fría. Las más famosas termas en roma fueron las de Nerón, Tito, Trajano, Caracalla y Constantino. El vestido fue pasando de la sencillez al lujo, pero no sufrió cambios esenciales. Dentro de casa y fuera de Roma, el vestido normal era la tunica que llegaba hasta las rodillas: era de lana, sin mangas y se ceñía con un cinturón, aunque en época tardía fue de lino o seda y llevó mangas. La túnica estaba adornada, a veces, con unas franjas púrpura cuya anchura denotaba la clase social del portador. Las mujeres vestían una túnica más larga y holgada y sobre ella un manto. Sobre la túnica, los hombres llevaban en público la toga, traje nacional de lana blanca. Los niños hasta los 17 años vestían la toga praetexta, bordeada por una franja púrpura. La toga sordida, grisácea, era el traje de luto. La toga candida, totalmente blanca, era llevada por los "candidatos" a los cargos públicos. Los triunfadores vestían la toga purpurea o picta, que fue después símbolo del poder imperial. La toga era sustituida fuera de la vida oficial por otros mantos que permitían mayor libertad de movimientos (pallium). El calzado masculino y femenino era casi idéntico. En casa usaban sandalias sujetas por tiras de cuero. Para la calle empleaban zapatos más fuertes (calceus). Los romanos iban generalmente con la cabeza descubierta. Un capuchón les protegía de la lluvia y un sombrero

Vida cotidiana

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UNIDAD II

LA VIDA COTIDIANA DE LOS ROMANOS Y SU REFLEJO EN LA ROMANIZACIÓN DE LA BÉTICA

1. CONCEPTO

Los romanos eran muy madrugadores. Al amanecer, la mansión de un rico patricio se llenaba de una multitud de amigos y clientes, que acudían a saludar a su patronus. Éste los recibía sentado e invitaba a algunos de ellos a cenar. Hacia la tertia hora (las nueve de la mañana) el pater salía de la casa para atender sus negocios y solía regresar al mediodía. Entretanto los hijos en edad escolar estaban en la escuela y los pequeños jugaban en el jardín de la casa. Cuando volvía el pater, hacia la hora sexta, se hacía la comida (prandium). A continuación solían dormir la siesta (sexta). Por la tarde reposaban o hacían ejercicios gimnásticos en las termas o en el Campo de Marte. A la hora duodecima, al anochecer, se cenaba. Por la noche, la ciudad quedaba sumida en la más absoluta oscuridad y los trasnochadores solían ir acompañados por esclavos que llevaban faroles.

2. TERMAS Y VESTIDOS

Roma fue y sigue siendo la ciudad de las fuentes. Numerosos acueductos conducían ingentes cantidades de agua a la ciudad, aún pueden verse alrededor de Roma restos de catorce acueductos. Esta abundancia de agua permitía satisfacer la afición al baño caliente, tan generalizada entre los romanos, que no se negaba ni a los esclavos. Los ricos disponían de instalaciones de baños en sus casas y para los pobres existían baños públicos. Las thermae, imitadas de Grecia, presentaban como innovación típicamente romana un campo de deportes (palestra) anejo. El baño, que en origen era una medida higiénica, acabó convirtiéndose en una distracción. Las termas fueron lugar de pasatiempo y diversión.

Las tres partes esenciales de unas termas, además del vestuario (apodyterium) y las salas de calefacción, eran el frigidarium, el tepidarium y el caldarium. El primero consistía en una o varias piscinas de agua fría. El tepidarium suele ser una sala sin bañera en la que se mantenía un ambiente tibio y servía de reposo. Por último el caldarium es una sala caliente provista de una estufa y unos baños calientes. Era normal, antes del baño, efectuar ejercicios gimnásticos. Acto seguido tomaban baños de vapor y pasaban al caldarium, para terminar zambulléndose en las piscinas de agua fría. Las más famosas termas en roma fueron las de Nerón, Tito, Trajano, Caracalla y Constantino.

El vestido fue pasando de la sencillez al lujo, pero no sufrió cambios esenciales. Dentro de casa y fuera de Roma, el vestido normal era la tunica que llegaba hasta las rodillas: era de lana, sin mangas y se ceñía con un cinturón, aunque en época tardía fue de lino o seda y llevó mangas. La túnica estaba adornada, a veces, con unas franjas púrpura cuya anchura denotaba la clase social del portador. Las mujeres vestían una túnica más larga y holgada y sobre ella un manto. Sobre la túnica, los hombres llevaban en público la toga, traje nacional de lana blanca.

Los niños hasta los 17 años vestían la toga praetexta, bordeada por una franja púrpura. La toga sordida, grisácea, era el traje de luto. La toga candida, totalmente blanca, era llevada por los "candidatos" a los cargos públicos. Los triunfadores vestían la toga purpurea o picta, que fue después símbolo del poder imperial. La toga era sustituida fuera de la vida oficial por otros mantos que permitían mayor libertad de movimientos (pallium).

El calzado masculino y femenino era casi idéntico. En casa usaban sandalias sujetas por tiras de cuero. Para la calle empleaban zapatos más fuertes (calceus). Los romanos iban generalmente con la cabeza descubierta. Un capuchón les protegía de la lluvia y un sombrero

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(petasus) portaban en los viajes para el sol. Las señoras usaban abanico y sombrilla. El único adorno masculino era el anillo que servía corno sello. Las mujeres usaban sortijas, hebillas, horquillas, diademas, pendientes, brazaletes y collares.

3. LOS VIAJES

Los romanos viajaban mucho por razones militares, administrativas, comerciales, educativas e incluso turísticas. Los vehículos usados eran de tamaño y forma variados. La litera (lectica) era una especie de sillón dispuesto para ser llevado a hombros por medio de unos varales y los había de alquiler, como los actuales taxis. El currus era un carro ligero deportivo o militar usado en los juegos del circo. El currus triumphalis servía para que desfilaran los generales en sus triunfos. Otros tipos de carro fueron el cisium, la tensa, etc., o el plaustrum para el transporte de mercancías. En los viajes se solía hacer alto o pernoctar en alguno de los mesones o ventas. Con un buen vehículo y por calzadas en buen estado se podían recorrer en una jornada unas 50 millas (75 km.)

4. INDUSTRIA, TRABAJO Y COMERCIO

Durante la Monarquía y la República, Roma practicó la agricultura y el comercio más que la industria. Sin embargo, hubo alfareros, herreros, orfebres, plateros y durante el Imperio cobró importancia la industria del vidrio. También se realizaban trabajos en madera, cuero, peletería y tejidos, destacando el tinte de púrpura. En las canteras trabajaban los condenados a trabajos forzados. La minería utilizaba procedimientos muy primitivos trabajando en condiciones infrahumanas gran cantidad de hombres.

En Roma la venta de mercancías se hacía en un principio en las tiendas (tabernae) instaladas en el Foro. Al cobrar esta plaza mayor importancia social y política, los mercados fueron desplazándose a otros "foros" que llegaron hasta 17. Generalmente las tiendas y talleres del mismo gremio se agrupaban en determinadas calles a las que daban nombre: curtidores, zapateros, herreros, barberos. Las tiendas tenían un mostrador en el que exponían las mercancías. La aparición de la moneda trajo consigo el negocio de traficar también con ella. En Roma a los banqueros se les denominaba argentarii (de argentum, "plata").