Vida de San Millán y su influencia a través de los siglos

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  • 7/28/2019 Vida de San Milln y su influencia a travs de los siglos

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    P. NGEL PEA O.A.R.

    VIDA DE SAN MILLN Y SU INFLUENCIAA TRAVS DE LOS SIGLOS

    LIMA PER2013

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    Nihil ObstatP. Ricardo Rebolleda

    Vicario provincial del PerAgustinos Recoletos

    ImprimaturMons. Jos Carmelo MartnezObispo de Cajamarca (Per)

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    NDICE GENERAL

    INTRODUCCIN.........................................................................................................5SITUACIN POLTICA.............................................................................................7

    VIDA DE SAN MILLN.........................................................................................8

    EL AUTOR Y SU OBRA.........................................................................................8LUGAR Y AO DE NACIMIENTO ....................................................................10PASTOR DE OVEJAS..............................................................................................12DISCPULO DE SAN FELICES.............................................................................14EL ERMITAO.........................................................................................................15ORDENADO SACERDOTE.....................................................................................17GRAN TAUMATURGO...........................................................................................18

    SU LUCHA CONTRA EL DIABLO.......................................................................20EL MADERO QUE CRECI..................................................................................23MULTIPLICACIN DEL VINO.............................................................................24LA PROVIDENCIA DE DIOS................................................................................25DOS MONASTERIOS EN SUSO...........................................................................27ROBO DEL CABALLO...........................................................................................28ANUNCIO DE SU MUERTE.....................................................................................29PROFECA SOBRE CANTABRIA..........................................................................29SU MUERTE Y SUS RESTOS..............................................................................30

    MILAGROS DESPUS DE SU MUERTE............................................................32RESURRECCIN DE UNA NIA............................................................................34REFLEXIONES..........................................................................................................35

    SU INFLUENCIA A TRAVS DE LOS SIGLOS...........................................36

    CANONIZACIN DE SAN MILLN......................................................................36SAN MILLN, PATRON DE CASTILLA............................................................37EL MONASTERIO DE SUSO...................................................................................40LAS GLOSAS EMILIANENSES.............................................................................45

    LOS MARFILES.........................................................................................................47EL MONASTERIO DE YUSO...................................................................................50BOTICA Y HOSPITAL............................................................................................52ESCUELA Y BIBLIOTECA....................................................................................53LA VIRGEN DE VALVANERA............................................................................56EL MONASTERIO ACTUAL DE SAN MILLN DE LA COGOLLA...........58CONCLUSIN...........................................................................................................61BIBLIOGRAFA.........................................................................................................63

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    INTRODUCCIN

    La vida de san Milln o san Emiliano, como tambin se le llama, esuna vida de gran trascendencia histrica. Su influencia llega hasta nuestrosdas principalmente a travs del monasterio de san Milln de la Cogolla.

    San Milln vivi en los siglos V y VI en La Rioja (Espaa). Fund elmonasterio de Suso, que hacia el ao 1030 acept la Regla de San Benito,quedando constituidos sus discpulos en monjes benedictinos. En elEscritorio de su monasterio, que ya exista en el siglo VII segn testimonio

    de san Braulio, se copiaron cdices hermosos, especialmente los llamadoscdices emilianenses. All tambin se escribieron las anotaciones oexplicaciones en romance, denominadasglosas, del famoso cdice 60, queactualmente se encuentra en la biblioteca de la Real Academia de laHistoria de Madrid (Espaa). Por su importancia en el origen de la lenguacastellana es conocido como el cdice de las glosas1. Pero si importantefue su Escritorio, no lo fue menos el taller de marfil en el que se tallaronlas bellsimas placas de este material en las que se grabaron escenas de lavida de nuestro santo.

    A fines del siglo XI se construye el primer monasterio de Yuso y enel siglo XVI el actual edificio, llamado el Escorial de La Rioja. Seinaugur el 26 de septiembre del ao 1067 con el traslado de las arquetasque contenan los restos de san Milln, que, mientras dur la construccindel nuevo monasterio, reposaron en la enfermera.

    En la actualidad el monasterio es propiedad de los padres agustinosrecoletos. Por ello es la vivienda de los religiosos de esta Orden que velan

    por su cuidado y mantenimiento. El monasterio de Suso, o de arriba,pertenece y es administrado por el Estado desde la desamortizacin deMendizbal en el ao 1835. Todos pueden visitar ambos monasterios ydisfrutar de sus iglesias, instalaciones y museos, donde destacan lasarquetas de los santos Milln y Felices. En el de Yuso, o de abajo, merecenatencin especial los claustros, la iglesia, la sacrista, el refectorio,recientemente restaurado, y el saln de la lengua castellana. Desde hace

    1 Parece que hay unanimidad en que el cdice, el texto, no fue copiado en elmonasterio de San Milln, pero s las diferentes anotaciones o glosas.

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    unos aos, en una de las instalaciones del monasterio funciona el Cilenguao centro de investigacin de la lengua castellana.

    En diciembre de 1997 la Unesco declar en Npoles a ambosmonasterios de san Milln, el de Suso y el de Yuso, patrimonio cultural de

    la humanidad.El nombre de san Milln se hizo famoso en Espaa entera en la Edad

    Media. Las leyendas o tradiciones hablan de apariciones del santo enalgunas batallas contra los moros junto a Santiago apstol; y por ello se lenombr patrn de Castilla y copatrono de Espaa. Muchos grandespersonajes de la vida poltica y eclesistica han visitado este lugar a lolargo de los siglos, al igual que lo hicieron los reyes de Navarra en el sigloXI. En estos lugares, santificados por la presencia del santo, han vivido

    otros santos y han surgido muchas vocaciones religiosas y sacerdotales.Su vida, relatada por san Braulio, obispo de Zaragoza, tiene todas las

    garantas de la verdad, pues le fue contada por cuatro discpulos del santo,que convivieron con l por espacio de varios aos.

    Muri san Milln a los 101 aos, dejando a la posteridad un legadode santidad que hasta ahora sigue atrayendo a muchos a visitar elmonasterio para admirar las obras de sus discpulos y encontrar una luz ensu camino espiritual. Los datos nos permiten calcular que los visitantes a

    ambos monasterios rondan los cien mil al ao.

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    SITUACIN POLTICA

    Durante el siglo V d. C. varias invasiones brbaras precipitaron lacada del Imperio romano. El ao 411 los romanos, no pudiendo defenderHispania (Espaa), pidieron ayuda a los visigodos, que actuaron como suscolaboradores y sometieron a los alanos y a los vndalos. El ao 476 cae elImperio romano de Occidente y los lugares donde habitaban los pueblosbrbaros quedaron independientes. Los visigodos y los suevos dominabanEspaa. Los visigodos lucharon para conseguir el poder y el ao 574, quecoincide con la muerte de san Milln, consiguen la unidad de Espaa bajoel mando del rey Leovigildo, quien haba derrotado a los suevos y habaexpulsado a los bizantinos que ocupaban el litoral levantino.

    Los visigodos, segn estimaciones recientes, seran entre 130.000 y150.000; lo que representara un 3 4% de la poblacin total de Hispania.Los hispano-romanos eran mayoritariamente catlicos; y los visigodos,arrianos. Poco a poco fueron unificndose ambos pueblos, llegando a launidad de fe con la conversin de Recaredo en el ao 587.

    La vida y mentalidad de san Milln era la de un romano. Naci yvivi en una regin prcticamente independiente llamada Cantabria, que serega por leyes romanas; la Iglesia tambin viva con las leyes romanascomo se ve en los textos jurdicos de aquel tiempo. La vida de san Millnse desarroll en lo que hoy llamamos La Rioja. Naci y se santific en elvalle del Crdenas, al pie del monte san Lorenzo, de donde sali apenascinco veces: una hacia las Conchas de Haro para ser discpulo de sanFelices, dos veces hasta Tarazona para ser ordenado sacerdote o depuesto

    de su cargo, otra hasta Parpalinas para ayudar a su amigo el senadorHonorio y otra hasta la ciudad de Cantabria en vsperas de su muerte y dela toma de la fortaleza por Leovigildo.

    Durante 40 aos vivi solitario como ermitao alejado de loshombres y de los problemas polticos, pero creciendo en amor a Dios y alos dems, llegando a ser el gran santo que hoy conocemos.

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    PRIMERA PARTE

    VIDA DE SAN MILLN

    EL AUTOR Y SU OBRA

    La vida y milagros del gloriossimo San Milln fue escrita hacia elao 636 por san Braulio, cuando ya era obispo de Zaragoza. San Braulio(c. 590-651) fue obispo de Zaragoza desde el ao 626, aunque otrosautores fijan los aos de su episcopado entre los aos 631 al 651.Perteneci a una familia numerosa: fue hermano de Juan, al que sucederaen la silla episcopal zaragozana; Fronimiano, que sera abad de Suso; dePomponia y Basila. Estuvo en Sevilla y frecuent la escuela de san Isidoro,con quien mantuvo siempre un trato amistoso y de cuya amistad presumisiempre. A ruegos suyos san Isidoro escribi las Etimologas. Seconservan numerosas cartas que dan idea de la fecunda comunicacin quemantuvieron ambos santos.

    San Braulio, a la muerte de san Isidoro de Sevilla, fue el principalrepresentante de la cultura de la Iglesia visigtica espaola. Es de grancalidad su Epistolario. Se conservan unas 44 cartas, que ofrecen ampliadocumentacin sobre la cultura de su tiempo y muestran su relacin con elPapa Honorio I y con los reyes visigodos Chindasvinto y Recesvinto.Tambin se le atribuyen las Actas de los mrtires de Zaragoza. Acudi alos concilios V (636) y VI (638) de Toledo. Muri en Zaragoza el ao 651y fue sucedido en la dicesis episcopal de dicha ciudad por el obispo

    Tajn.Antes de ser obispo, acudi al monasterio emilianense de Suso,

    donde viva su hermano Fronimiano, para visitar el sepulcro del santo yvenerar sus reliquias. En esta oportunidad pudo conversar y tomar notas delo que le relataron cuatro discpulos del santo: Citonato, Geroncio,Sofronio y Potamia. Los tres monjes y Potamia haban vivido con el santoy haban sido testigos presenciales de su vida y milagros.

    Al regreso de Braulio a Zaragoza, muerto su hermano Juan, espromovido a la dignidad de obispo y pastor. Quiz debido al traslado dedomicilio se le extravan los apuntes que haba tomado en san Milln, fruto

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    de los relatos de los discpulos del santo. Es su queja ante las reiteradaspeticiones de su hermano Fronimiano, miembro de la comunidad deermitaos de Suso, que le urge a que escriba la vida del santo Emiliano.

    Y de pronto un da, nos dice, queriendo ver un cdice por cierta

    cosa que se me haba ocurrido y habiendo mandado lo buscasen,revolvindose para ello una gran multitud de libros, fueron halladas lasnotas sin que nadie las buscase; pues no habiendo esperanza deencontrarlas, ninguna intencin haba de buscarlas.

    Con las notas en la mano se puso a escribir la vida de nuestro santo yse la envi a su hermano Fronimiano para que la revisase, dicindole: Temando el libro para que lo examines con objeto de que conocido por tisolo, si algo no te agradare, o lo enmiendes o lo repruebes; y si est bien,

    lo conserves, lo comuniques a quien quieras y des por m gracias anuestro Criador, de quien son todas las cosas buenas Si encuentras enl algo que deba corregirse, lo enmiendes antes de que se publique, y nolo reprendas antes de que veas en l lo que da gusto. Y supuesto queviven todava el varn santsimo Citonato, presbtero, y Geroncio, quieroque estos mismos reconozcan primero todo cuanto en l escrib paraque, discutindolo entre ellos, si no me he equivocado en los nombres nien las cosas, lo confirmen. Al fin del librito he aadido aquellos hechos

    milagrosos obrados en el mismo lugar, segn me los contasteis el aopasado, y los refiero como de vosotros los o Los venerables sacerdotesde la Iglesia de Cristo, Citonato, Sofronio y Geroncio, presbteros desanta y pursima vida, a quienes no da la Iglesia poco mrito, noscontaron fielmente lo que vieron. A estos fidelsimos testigos agrgase eltestimonio de la muy religiosa Potamia, de santa memoria, que con lanobleza de su vida realz la nobleza de su linaje. Estos cuatro escog portestigos de los milagros que hizo en vida, adems de los testimonios que

    pueblos y provincias dan de esto, como lo acredita casi toda Espaa.El dicono Eugenio que, por orden de Chindasvinto, sera luego el

    primer obispo primado de Toledo, es el portador de la vida de san Milln,de la carta de presentacin de san Braulio y de unos cuantos dsticos enhonor del santo para ser recitados en su Oficio el da de su fiesta.

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    LUGAR Y AO DE NACIMIENTO 2

    Nace san Milln de la Cogolla o san Milln Abad en el 473 y muereen el ao 574. Nace y muere en el mismo lugar, en el trmino del pueblode Berceo, La Rioja. As lo atestigua su bigrafo ms autorizado, sanBraulio, y luego lo repetir Don Gonzalo de Berceo (1197-1265), el primerpoeta de la lengua castellana.

    Por cierta confusin con otro abad llamado tambin Milln,contemporneo de san Braulio, con el que mantuvo algunacorrespondencia, pero no llegaron a conocerse personalmente, en el sigloXV aparece la tesis de que el Milln riojano habra nacido en Verdejo,cerca de Torrelapaja, en la dicesis de Tarazona, en Aragn. El principaldefensor de esta tesis fue el ilustre acadmico de la Historia, Vicente de laFuente en su libroHistoria sagrada, escrito hacia 1866. La tesis castellanade que san Milln naci en Berceo, que en aquel tiempo poda pertenecer ala dicesis de Tarazona y que est enclavado en La Rioja muy cerca delactual pueblo de San Milln, fue defendida con poderosas razones por elpadre Toribio Minguella, agustino recoleto y Rector del monasterio de SanMilln de la Cogolla. A partir de la publicacin de su libro San Milln dela Cogolla, Estudio histrico-religioso acerca de la patria, estado y vidade san Milln, nadie se ha atrevido a defender la tesis aragonesa.

    El testimonio de san Braulio no puede ser ms claro. El santo nace enSan Milln, en el lugar que hoy llamamos Suso, donde est el monasterioantiguo, que entonces perteneca al municipio de Berceo. Es lo que dicesan Braulio: Despus que el ermitao le instruy muy bien en loscaminos de la vida, copiosamente rico de reglas y tesoros de salvacin,abundante en gracia de doctrina, volvi a su patria 3. Y as lleg no lejosde la villa de Berceo, al sitio donde ahora est su cuerpo glorioso.

    Cuando san Braulio escriba esas palabras, el cuerpo de san Millnreposaba en el monasterio de Suso. Y, porque en Suso tena su casa, a ellavuelve una vez que es privado del curato de Berceo.

    San Braulio dice que vivi el santo 101 aos. Asegura: Casi un aoantes de su muerte, el centsimo de su vida.Pero qu ao naci? Haydocumentos claros que indican que muri el 12 de noviembre del ao 574.

    2 Hacemos notar que la traduccin de la vida de san Braulio del latn al castellano la hemos tomado del libro del padre Toribio Minguella: San

    Milln de la Cogolla. Estudio histricoreligioso acerca de la patria, estado y vida de san Milln, Madrid, 1883. El texto de la vida lo ponemosen negrita.

    3 Dice literalmente en latn ad sua, es decir, a su lugar, a lo suyo.10

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    Esta fecha est consignada en diferentes cdices del Escritorioemilianense. Gonzalo de Berceo, el famoso poeta castellano del siglo XIII,dice con seguridad: Quando finio Sant Millan, andados doce das del mesde noviembre, andava el ao de la Encarnacin en quinientos setenta y

    cuatro.As lo seala tambin el historiador padre Plcido Romero en susMemorias. Por este motivo, la fiesta del santo desde siempre se hacelebrado el 12 de noviembre, por ser el da de su muerte 4. Si muri el ao574 y tena 101 aos, naci en el ao 473.

    San Braulio comienza su vida desde que tena 20 aos. Dice:Comencemos nosotros por el principio de su conversin, describiendo suvida desde que tuvo casi veinte aos de edad. Era hacia el ao 493.Entonces era un joven curtido por los vientos de la sierra y su alma

    enriquecida por las reflexiones hechas en el silencio de los campos,guardando las ovejas. Viva en lo que ahora se conoce como lugar o montede Suso, muy cerca del pueblo de Berceo, un lugar de tradiciones romanas,ya cristianizado5.

    4 Pea Joaqun, Los marfiles de San Milln de la Cogolla, Ed. Ochoa, Logroo,1978, p.9.

    5 Ibdem.11

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    PASTOR DE OVEJAS

    Hijo de familia humilde, muy pronto, sus padres le encomiendan elcuidado de un rebao de ovejas que pastore hasta la edad de veinte aos.Para entretener su ocio sola acompaarse de un rabel (especie de viola) oun caramillo (flauta de caa), o de otro instrumento musical, al que learrancaba suaves melodas con las que rompa el silencio de aquellospaisajes silenciosos. Nos lo dice textualmente san Braulio: El que habade ser pastor de hombres era pastor de ovejas y guibalas a lo msescondido de los montes. Y como es costumbre de pastores, llevabaconsigo una ctara para que, asistiendo a la guarda de su ganado, eldecaimiento no se apoderase del alma ociosa y no ocupada en algnejercicio.

    Alma mstica y sencilla, a esa edad siente anhelos de vida mselevada y, despus de un sueo celestial, en el que percibi la llamada a laperfeccin evanglica, dcil a la inspiracin de lo alto, se dirige a losriscos de Bilibio, cerca de Haro (La Rioja), donde mora un santo anacoretallamado Felices, famoso en toda la comarca por su santidad, y le pide leinstruya en los secretos del evangelio y en la ciencia de los santos. As lodice san Braulio: Como llegase al lugar ordenado por Dios, le vino unsueo del cielo. En despertando trat de consagrarse a la vida celestial ydejando los campos camin para el yermo.

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    Aqu se nos habla de una experiencia religiosa que le hizo dejarlo

    todo y dedicarse por entero al servicio y amor de Dios. No es el primersanto que apacentando las ovejas tuvo experiencias msticas que lehicieron cambiar y dedicarse a Dios. En la vida de san Pascual Bailnrefiere el padre Juan Ximnez, que vivi con l y escribi su vida en 1601a los nueve aos de su muerte: Nuestro buen pastorcito se encomendabaal Seor con continuas oraciones para que le alumbrase y le ensease elestado en que mejor le pudiese servir Perseverando en pedir a Dioscosa a l tan agradable, se le aparecieron visiblemente un fraile y una

    monja en aquellos caminos desiertos, los cuales le declararon cunagradable era a Dios el estado de los religiosos. Estos santos, segndeclara, fueron san Francisco y santa Clara6.

    En la vida de san Juan Macas refiere su confesor el padre GonzaloGarca y el prior Blas de Acosta en un escrito del 14 de septiembre de1645 lo que el mismo santo dijo en confesin: Estando yo guardando unpoco de ganadillo de mi amo en una dehesa, lleg a m un nio que mepareca sera de mi edad y me salud diciendo: Juan, ests

    6 Ximnez Juan, Chronica del bendito fray Pascual Bayln, Valencia, 1601, pp. 64-68.

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    enhorabuena Yo soy san Juan evangelista, que vengo del cielo y meenva Dios para que te acompae, porque mir tu humildad7.

    A otros santos se le apareca el mismo nio Jess como a la beata sorAna de San Bartolom, que dice en su Autobiografa: A los diez aos

    murieron mis padres, y mis hermanos me enviaron a guardar el ganado alcampo y muchas vena el nio Jess y se me sentaba en las faldasAlgunas veces me tomaban las noches sin sentirlo, a media legua dellugar y, espantados mis hermanos, me buscaban y rean. No me espantoque, como no saban la compaa que yo tena ni se lo dije jams, podanpensar en otra cosa8. Y no hace falta mencionar a los tres pastorcitos deFtima, a quienes se les apareci la Virgen Mara el 13 de mayo de 1917.

    DISCPULO DE SAN FELICES

    Por fama que haba, supo de cierto monje llamado Felices, varnsantsimo, de quien ventajosamente poda ser discpulo y que morabaentonces en el castillo de Bilibio. Ponindose en camino lleg a l ysujetndose con nimo resuelto bajo su disciplina, aprendi de qu

    manera poda dirigirse con paso firme al reino de los cielos Despusque el ermitao le instruy muy bien en los caminos de la vida,copiosamente rico de reglas y tesoros de salvacin, abundante en graciade doctrina, volvi a su patria. Y as lleg no lejos de la villa de Berceo,al sitio donde ahora est su cuerpo glorioso, sin que all permaneciesemucho tiempo, porque vio que le era gran embarazo la multitud de genteque all acuda a l.

    Parece ser que no estuvo mucho tiempo en compaa del ermitao

    Felices, su maestro espiritual: dos aos, tres? Con el corto bagaje de unospocos salmos aprendidos de memoria, pero muy rico en normas desabidura celestial, vuelve al lugar de su nacimiento dispuesto a poner enprctica las enseanzas de su maestro. Pronto se da cuenta de que lapermanencia entre los suyos y el trato con la gente no eran el mejor medioni el ambiente adecuado para entregarse a la tarea de consagrarse a Dios.Esta es la razn por la que, segn san Braulio, celsiora petit, se dirige a lasalturas, se adentra en la espesura de los montes de la Cogolla, los montes

    7 En este caso tambin la aparicin de un santo le hizo cambiar de vida.

    8 Autobiografa A, Obras completas, tomo 1, Edicin del padre Julin Urkiza, Teresianum, Roma, 1981, p. 283.

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    Distercios, y se entrega a una vida aspersima y penitente, que dilata porespacio de muchos aos.

    Algo parecido le pas al joven san Benito de Nursia (480-547), segnnarra en su vida el Papa san Gregorio Magno, escrita en 593, cuando

    todava no haban pasado 50 aos de la muerte del san Benito. Despus dedejar los estudios que llevaba en Roma por la corrupcin de costumbresque reinaba en la ciudad, se fue con su nodriza a un lugar llamado Effide,pero un da hizo componer milagrosamente una criba que la nodriza habaroto y era prestada. Entonces la gente lo empez a considerar como unsanto. Y l decidi huir solo a un lugar lejano y solitario y se fue aldesierto de Subiaco, a 40 millas de Roma. Al llegar el varn de Dios aaquel lugar, se retir a una cueva estrechsima y permaneci durante tres

    aos ignorado de los hombres salvo del monje Romn, que en dasconvenidos llevaba a Benito el pan. Probablemente este monje Romn,que era el nico que conoca de su estancia en aquel lugar, le aconsejaraen el camino de la vida espiritual y le hablara de la vida en comunidad,pues l era monje de un monasterio cercano9.

    EL ERMITAO

    Camin al sitio ms elevado, dirigiendo alegre sus pasos porterrenos escabrosos Y cuando lleg a lo ms apartado y escondido delmonte Distercio, y estuvo tan prximo a la cumbre cuanto lo permitanla temperatura y los bosques, hecho husped de los collados, privado dela compaa de los hombres, solamente disfrutaba de los consuelos delos ngeles, habitando all casi por espacio de cuarenta aos. Las luchas

    visibles e invisibles, las varias y arteras tentaciones, y las asechanzas quede parte del antiguo engaador de las almas all sufriera, slo puedenconocerlo bien aquellos que, consagrndose a la virtud, la experimentanen s mismos.

    San Milln quiso alejarse de la gente y se intern en lo ms fragoso yescondido del monte Distercio, viviendo 40 aos alejado de los hombres yviviendo en oracin y penitencia constantes. La ermita del santo, a la quetodos los aos suben en peregrinacin los habitantes del valle de san

    Milln, nos sigue recordando el gnero de vida que llevaba nuestro santo.9 Vida de san Benito del libro II de los Dilogos del Papa san Gregorio Magno.

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    Es una ermita o cueva distante unos ocho kilmetros de los monasterios,valle adentro. La ascensin desde el nivel del ro Crdenas sigue siendopenosa, a pesar de la senda abierta por los monjes benedictinos hacia elao 1600 para facilitar la llegada de los devotos y romeros. En tiempo del

    santo no haba senda ni la actual carretera que lleva hasta casi el pie de lacueva o de tan alto poyal, como decan en el siglo trece.

    Pero en aquella soledad no le faltaron tentaciones del malignoespritu. Algo muy frecuente en la vida de los anacoretas. En la VitaAntonii, escrita por san Atanasio en el siglo IV, manifiesta que en unaocasin se le apareci el diablo a san Antonio abad en forma de unahermosa mujer y lo tent, pero l, con la gracia de Dios, pudo rechazarlo.

    Tambin a san Benito de Nursia le sucedi algo semejante. Dice su

    bigrafo san Gregorio Magno:Haba visto antao una mujer que ahora sela represent vivamente el maligno a los ojos de su alma. De tal modoinflam su hermosura el nimo del siervo de Dios que a duras penas cabaen su pecho la llama del amor y, vencido por la pasin, pens casi ya enabandonar el desierto. Pero iluminado sbitamente por la gracia de loalto, volvi en s y, divisando un espeso matorral que all creca de zarzasy ortigas, se arroj sobre aquellos aguijones de espinas y ardores deortigas De esta suerte venci el pecado. Desde entonces, segn sola

    despus contar l mismo a sus discpulos, de tal modo qued en lamortiguada la tentacin de la voluptuosidad, que jams sinti en smismo nada semejante.

    Y contina san Braulio: El santo, aterido de fro, abandonado ensoledad, impregnado por la inclemencia de las lluvias, atormentado porla fuerza de los vientos, soportaba, no slo con paciencia, sino hasta conalegra y anhelo, el rigor de los fros, la tristeza de la soledad, lotorrencial de las lluvias y la aspereza de los vientos, escudado con el

    amor de Dios, contemplando los sufrimientos de Jesucristo y fortalecidocon la gracia del Espritu Santo. Mas as como la ciudad situada en elmonte no puede estar oculta mucho tiempo, as la fama de su santidad seextendi tanto que lleg a noticia de casi todos.

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    ORDENADO SACERDOTE

    La fama de sus virtudes llega hasta Ddimo, obispo de Tarazona(Zaragoza), quien le cita en dicha poblacin aragonesa, lo ordena desacerdote y le confa el cuidado de la parroquia de Berceo, pertenecienteentonces a aquella dicesis. Calahorra ser declarada sede episcopal apartir del ao 581.

    Como tambin llegase esto a noticias de Ddimo, obispo entoncesde Tarazona, acsale queriendo conferirle las sagradas rdenes, porqueestaba en terreno de su jurisdiccin. Desde luego le pareci a Millncosa dura y grave el huir y oponerse, como duro y grave le pareca el

    que de su soledad, que era para l un cielo, le volviesen al mundo.Finalmente: crease menos hbil para ejercer el pesado oficio desacerdote, y pasar de la vida contemplativa a la activa; pero, despus detodo, a pesar suyo, fue obligado a obedecer, por lo cual se le confiri elcargo de cura de la iglesia de Berceo. Desempeaba santamente sucargo. Contra su gusto haba entrado en la nueva vida; pero en ellaobservaba un rezo no interrumpido; abstenase de alimento durantesemanas enteras; velaba continuamente; era su prudencia verdadera, su

    esperanza cierta, grande su frugalidad, benigna su justicia, slida supaciencia y, para decirlo en pocas palabras, perseveraba infatigable engran moderacin, abstenindose enteramente de hacer nada malo

    Y, omitiendo otras muchas cosas, dir que entre sus ocupacioneseclesisticas propsose ante todo valerosa y diestramente desterrarcuanto antes le fuera posible la avaricia de la casa del Seor; y por esolos bienes eclesisticos (la sustancia de Cristo) distribualos entre lospobres, que son las entraas de Jesucristo, haciendo as a la Iglesia de

    Cristo opulenta, no en riquezas materiales, sino en virtudes; no enrentas, sino en religin; no en intereses, sino en cristianos; pues sabaque ante Dios no sera juzgado por la prdida de los bienes temporales,sino por la prdida de las almas.

    Claramente se manifiesta en estas palabras de san Braulio la santidadde Milln que se preocupaba del bien material y espiritual de sus fieles,especialmente de los ms pobres, enfermos y necesitados. Precisamentepor ello no faltaron envidiosos que, al ver cmo lo quera la gente y cmo

    lo buscaba, lo acusaron al obispo.

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    Por eso algunos de sus clrigos, como suele ser costumbre de losque son muy malos, le hicieron comparecer en presencia del sobredichoobispo, para acusarle por los daos que infera a la hacienda; y,querellndose, dijeron que en la administracin del santo haba venido

    tan a menos lo que la Iglesia perciba, que era un verdadero perjuicio.Arde el nimo del prelado en llamas de ira; cigale la envidia de lasvirtudes del santo. Fijando su mirada en el varn de Dios, le reprendeduramente; y aunque con la pasin y clera haba dicho muchascosas, el insigne varn de Dios permaneca inmvil en suacostumbrada tranquilidad, fortalecido con la santidad y amparado consu paciencia. Quitndole entonces el cargo que antes tena, pasinocente el resto de su vida en el sitio que ahora se llama su oratorio.

    As pues, liberado del cuidado pastoral de la parroquia por laacusacin de malversacin de los bienes eclesisticos, se retira al lugardonde se encuentra el monasterio de Suso. All vivi todo el resto de suvida. All se le juntaron discpulos, hombres y mujeres, formando con ellosun monasterio de monjes y otro de sagradas vrgenes. De estas mujeresque lo cuidaron y sirvieron en su decrpita ancianidad, slo conocemos elnombre de santa Potamia.

    GRAN TAUMATURGO

    San Braulio recoge algunos de los milagros realizados por el santo:Cierto monje llamado Armentario padeca de dureza e hinchazn devientre, y vino devoto a que le curase el santo; ste aplic la mano alsitio dolorido e hizo sobre l la seal de la cruz, desapareciendo al punto

    la enfermedad, y Armentario, recobrada la salud, bendijo al Seor.Llevaron a su presencia cierta mujer llamada Brbara, de tierra deAmaya, baldada y muy afligida por la parlisis; y la oracin del santo lerestituy la salud, que haca mucho tiempo haba perdido.

    Tambin le suplicaron que curase a otra mujer del mismoterritorio, a quien traan y llevaban en un carro, porque, como hacalargo tiempo que estaba coja, no poda servirse de los pies. Era esto enlos das de la Cuaresma, y por reverencia a este tiempo no quera el

    santo ver a la enferma; pues en tales das recogase a su celdita y noacostumbraba a ver a nadie, sino a uno de los suyos que le llevaba un

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    pobre y muy escaso alimento con que sustentar la vida. Pues, como hedicho, no queriendo verla, insta ella ardientemente que, al menos, lepermita besar su bculo; y escuchando esto, apiadado el varn de Dios,al punto lo dirigi hacia donde estaba la mujer, quien, viendo que se le

    diriga, lo vener y lo bes. Afirmados y consolidados sus pies, se levantsana, y agradecida por el don divino, march al instante gozosa.

    Mucho tiempo haca que estaba ciega una criada del senadorSicorio: pidile al santo que le restituyese la vista; luego, el varn deDios, orando y tocndole los ojos, le consigui la salud por favor deCristo. Hizo ella gustosa lo que le mandaron y, recobrada la vista, viocon luz clarsima todos los objetos.

    Ha habido muchos santos que han tenido de Dios el don de hacer

    milagros. En el proceso de canonizacin de san Alonso de Orozco, santoagustino, se refiere el caso de un ciego a quien el santo le dijo los santosevangelios y recuper la vista10.

    En la vida de santo Toms de Villanueva, arzobispo de Valencia, senarra que un da acudi un lisiado de los pies y le pidi que lo curara parapoder trabajar, pues era sastre y no tena cmo alimentar a su familia. Elsiervo de Dios le hizo la seal de la cruz y le dijo: En nombre deJesucristo nazareno crucificado, dejad esas muletas e idos con salud a

    trabajar a vuestra casa. Y al punto sinti aquel pobre gran poder en susmanos y pies y se levant sano y derecho y se le arrodill delante como sital no hubiera tenido11.

    San Antonio Mara de Claret dice en su Autobiografa: Estando deresponsable de la parroquia de Viladrau (Barcelona), visitaba cada da alos enfermos y todos sanaban; slo se moran los que enfermaban en miausencia12.

    Y podamos seguir narrando milagros de otros muchos santos comoel santo Cura de Ars, san Francisco Javier, santa Teresa de Jess, san JuanMacas, san Martn de Porres y tantos otros.

    10 As lo declara el testigo Alonso Laso de Vega en la Informacin plenaria p. 170.

    11 Salon Miguel Bartolom, Vida del santo Toms de Villanueva, Valencia, 1588. Nueva edicin de El Escorial de 1925, p. 310; el padre Salon

    escribi la vida del santo a los 33 aos de su muerte, conociendo todos los testimonios de las personas que lo conocieron y declararon en elProceso de canonizacin.

    12 Autobiografa, Ed. Claret, Barcelona, 1985, pp. 172 ss.

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    SU LUCHA CONTRA EL DIABLO

    La existencia del demonio es una verdad de fe. El diablo no deja deexistir porque algunos no crean en l. Todos los santos sin excepcin, noslo han credo en su existencia, sino que todos han tenido que lucharcontra las tentaciones del maligno. Muchos de ellos han tenido la graciaespecial de expulsar demonios de los cuerpos de los posesos.

    Refiere san Braulio: Un demonio insolentsimo se apoderterriblemente de cierto dicono, el que, asido por varios hombres, fuellevado a presencia del santo para ser curado. Enfurecido y arrebatadopor el frenes, padeca de locura: el beatsimo varn mand al espritu

    inmundo que se apartase del obseso, y al instante el desobedienteaprendi a obedecer; afligido con penas invisibles, fue lanzado delcuerpo donde haba hecho su morada y, dejando al hombre, prorrumpiste con palabras en divinas alabanzas.

    Un tal Tuencio tena un siervo llamado Sibila, de quien se habanposesionado los espritus inmundos: su familia lo llev al santo varn, elcual, en vindole, pregunt cuntos demonios eran los que all estaban;stos dijeron que eran cinco, y cada uno se manifest con su nombre.

    Mandles en virtud de Jesucristo que saliesen, y al punto salieron todoscon gran terror y estrpito. Curado el hombre, volvi felizmente a sucasa

    Qu dir ahora de los senadores Nepociano y Proseria? As comotenan la dicha de estar unidos por el matrimonio, tenan la desgracia depadecer juntamente la posesin del diablo; de manera que pareca queun solo demonio habitaba en los dos cuerpos, y crea el maldito tenerafirmado su derecho por doble posesin. Cun patente fuese la salud

    que recobraron, se conoce porque se divulg tanto que, a no ser por eltemor de que con el transcurso de los siglos se olvidase, parecera intilreferirlo aqu; puesto que no hay entre los cntabros quien no pudierahaberlo visto u odo. Llevados, pues, aquellos posesos a nuestro Milln,manda el santo al inmundo enemigo dejar los cuerpos de Nepociano yProseria; y no pudiendo el diablo oponerse al imperio del santo, esobedecido el mandato. Ambos, vindose libres, alabaron al Rey de loscielos.

    Un gran luchador contra el demonio, patrono de los exorcistas, fuesan Benito de Nursia. Dice su bigrafo san Gregorio Magno que, cuando

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    san Benito lleg a Montecasino, el diablo se le apareca visiblemente, a versi se iba de aquel lugar donde se daba culto a dioses paganos. Dice: Elantiguo enemigo se apareca en clara visin a los ojos del padre y eldemonio con grandes gritos se quejaba de la violencia que tena que

    padecer por su causa, tanto que hasta los hermanos oan sus voces,aunque no vean su imagen. Sin embargo, el venerable abad contaba a susdiscpulos que apareca a sus ojos corporales horrible y encendido y quepareca amenazarle con su boca y con sus ojos llameantes. Y a la verdadlo que deca lo oan todos, porque primero le llamaba por su nombre; ycomo el varn de Dios no le respondiese, prorrumpa en seguida enultrajes contra l. As, cuando gritaba diciendo: Benito, Benito, y veaque le daba la callada por respuesta, aada al instante: Maldito y noBendito, qu tienes conmigo? Por qu me persigues?

    Entre los grandes exorcistas se cita a san Basilio, que fundconventos a quienes dio la famosa Regla de San Basilio, escrita por l enel siglo IV. Otro gran exorcista, a quien los demonios tenan gran terror erasan Juan de la Cruz. El hermano fray Juan de Santa Eufemia declar en elProceso que viniendo el padre Juan de la Cruz desde el convento delCalvario a la ciudad de Iznatoraf (Jan) a conjurar a un hombreendemoniado y maltratado por l, cuando lleg a vista del hombre,

    comenz el demonio a decir Ya tenemos otro Basilio, que nos persigue,como quejndose; y el santo fray Juan le conjur y ech del dicho cuerpoal demonio, dejando sano y bueno al hombre13.

    Sobre otros casos de liberacin podemos leer las declaraciones delpadre Alonso de la Madre de Dios14. Tambin pueden leerse casos en lavida del santo cura de Ars15. O los casos de liberacin de santo Toms deVillanueva16.

    A pesar de que los casos de posesin autntica son muy pocos, sin

    embargo, son muchas las maneras por las que el demonio influye en laspersonas para hacerlas infelices por medio de maleficios directos oindirectos (en la comida o bebida); en las personas que practican elespiritismo y la ouija, oyen msica rock fuerte con mensajes satnicossubliminales, les hacen ataduras o amarres, practican la magia, brujera,ciencias ocultas y, muy especialmente, si asisten a reuniones satnicasdonde hay misas negras y se adora a Satans.13 Proceso Ordinario de beatificacin y canonizacin, Edicin del padre Silverio de Santa Teresa, Monte Carmelo, Burgos, 1931, tomo V, p. 26.

    14 Proceso apostlico, tomo IV del proceso de canonizacin de san Juan de la Cruz, pp. 286-289.15 Declaraciones de Juan Picard en el Proceso ordinario que se encuentra en los archivos parroquiales de Ars, p. 1312.

    16 Salon Miguel Bartolom, Vida de santo Toms de Villanueva, Valencia 1588, nueva edicin de 1925, p. 62.

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    Hay muchas maneras como el diablo puede influir en las personas eincluso en las cosas o animales o lugares con infestacin diablica otambin con obsesiones diablicas de suicidio o lujuria en las personas.Los casos son muy variados, aunque no sean estrictamente posesiones.

    Un caso se cuenta en la vida de san Antonio Mara Claret. JuanGibernay declar: Cuando yo tena catorce aos a quince, un da, estandoen la plaza de la iglesia de mi pueblo, pas el santsimo Vitico, queacababa de ser administrado a Francisca Casta y, de repente, porprimera vez, me dio como un ataque epilptico. Estos ataques serepitieron con frecuencia y, desde el primer ataque, se apoder de m unarepugnancia a todos los actos religiosos, de modo que no poda ni orhablar siquiera de cosas religiosas. Mi resistencia de ir a la misa o recibir

    los sacramentos era tan terrible que, durante nueve o diez meses, estuveinvadido de esta enfermedad. Nunca pude acercarme a la confesin o a lamisa. Alguna vez me llevaron a la fuerza y, antes de la consagracin, mevena el ataque y, sin darme yo cuenta, mova un gran alborotoblasfemando. Era tal la fuerza de los ataques que muchas veces deban sercuatro o cinco hombres fuertes para contenerme y haca algunos actos defuerza extraordinaria y la voz pblica era que tena malos espritus. Mipadre, por consejo de un vecino, decidi llevarme al padre Claret y

    fuimos a Barcelona al convento de las monjas Madalenas, pues el siervode Dios viva all en la casa del capelln. El padre Claret dijo que notemieran y me puso una mano en el hombro y otra en la cabeza delante deuna imagen de Jesucristo crucificado y otra de la Virgen, y me dijo querezar el rosario, que dijera cada da tres avemaras y un padrenuestro alngel custodio, otro a su intencin y, al da siguiente, fuera a confesarme,aadiendo que, si el confesor me preguntaba quin me haba curado,respondiera sencillamente: Dios. Y me despidi, diciendo: Vamos,

    nio, ya te curars

    17

    .Pedro Gibernau que lo conoci anota: Tuve ocasin de presenciarlos referidos ataques varias veces. El paciente haca contorsionesviolentsimas y cosas raras y extraas, daba unos gritos extravagantes; aveces, rugiendo con una voz ronca y grave; y otras, aguda; pronunciandouna lengua ininteligible. Lo ms particular era que, haciendo la seal dela cruz o al intentar ponerle encima una cruz, formada por ligeras pajas,sin que pudiera verlo, se pona furioso al momento y en un estado de

    irritacin extraordinaria18

    . Esto ocurri el ao 1849 y, cuando los testigos17 Processus informativus beatificationis et canonizationis servi Dei Antonii Mariae Claret et Clar, 1887-1890, pp.324-326.18 Ib. p. 327.

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    y el mismo paciente dan testimonio en el Proceso en el ao 1889, habanpasado ya cuarenta aos, estando perfectamente bien. No era un casopropiamente de posesin, pero s de una influencia satnica muy fuerte.

    EL MADERO QUE CRECI

    Hablo de aquel madero que, labrado por la mano de los operarios,llev para que sirviese en la construccin de un granero, y que, medidocon los otros que en la obra se haban empleado, result ms corto quelos dems: lo cual, advertido por el santo, mand a los carpinteros que

    comiesen con nimo tranquilo, y l se retir a implorar la misericordiadel Creador; y habiendo concluido a la hora de sexta su oracin, hechacomo sola, y aun de un modo especial, entendi que haba conseguidolo que deseaba, y volviendo a los trabajadores, les dijo: No pensis quehabis perdido el jornal porque resulte intil el trabajo que tuvisteis allabrar el madero: colocadlo donde le corresponde. Levantndolo, pues,y ponindolo donde les mand, hallan que es ms largo que los otrosmaderos, porque haba crecido ms de un palmo. En el sitio donde locolocaron hizo el santo una seal, que hasta hoy se ve patente. De modoque, gracias a su oracin, ni los operarios trabajaron intilmente, niperdieron el premio de su trabajo. Aquel madero hasta hoy es unremedio para los enfermos devotos, y es tan clebre por sus muchasvirtudes, que casi todos los das se aplica para dar salud a los quepadecen. De ah que sera de nunca acabar si quisiera decir, aunquebrevemente, todos los milagros de curaciones que de all claramenteprovienen.

    En la vida de san Juan Macas (1585-1645) se cuenta un casosemejante. Dice su bigrafo Juan Melndez, que conoci personalmente alsanto y escribi su biografa en su libro Tesoros verdaderos de las Indias,tomo III, libro IV, Roma, 1682: Estaba la portera del convento cubiertade slo esteras sobre unas varas de guayaquil y el siervo de Dios queracubrirla de buena madera y tablas; y junt entre sus devotos la limosnapara ello. Deseaba que se acabase la vspera de la fiesta de santa MaraMagdalena, patrona de su convento, pero pocos das antes se le ofreci un

    embarazo (problema), porque uno de los cuartones de roble que se habade poner y estaba ya labrado como los dems, al asentarle (colocarlo) sehall que vena corto y no alcanzaba porque tena media vara menos. Le

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    avis el maestro de la obra al siervo de Dios y, aunque era muy fcilhallar otro, tena dificultad el labrarle tan a tiempo que pudiera servirpara la fiesta. El siervo de Dios le dijo que lo mirase y midiese bien que al le pareca que no le faltaba nada. El artfice, delante del siervo de Dios,

    tom una vara de medir, midi el cuartn y luego el ancho de la pieza y lehizo evidente demostracin de la falta, por dos o tres veces, porque elsiervo de Dios persista en que tena todo lo necesario. Y le dijo almaestro: Suba su Merced el cuartn y veremos cmo viene. Subilecontra su gusto para drselo al venerable varn y, al ajustarle, se hallque haba crecido lo que faltaba al ancho de la pieza y ms de lo quehaba menester para entrar por los extremos en una y otra pared. Y elsiervo de Dios dijo: No ve, hermano, cmo yo deca bien?. El hombrecall admirado, porque saba muy bien que el cuartn estaba corto y quehaba crecido de milagro19.

    MULTIPLICACIN DEL VINO

    Acaeci reunirse concurso de pueblo en ocasin en que el varnbienaventurado tena muy poco vino: mas como los que buscan alSeor no carecern de nada, cuentan que con un sextario 20 de vinosaci abundantemente a una gran muchedumbre de personas, yconfiesan que otra vez sucedi un caso an ms portentoso,concedindolo nuestro Seor Jesucristo.

    Un caso muy parecido sucedi en la vida de santa Teresa de Jess. Elcarpintero Pedro Hernndez estaba haciendo unos trabajos en el conventode Salamanca y la Madre Teresa le dijo que les diera algo de beber a sus

    compaeros. l respondi: Madre, somos tantos, y el vino sale tan caroque es menester una suma de dinero Y este testigo por darle gusto yver que era tan amiga de la caridad, llam a un criado para que fuese porello y le dio dinero para que trajese dos maraveds de vino para cada uno.

    Y como trajese el vino, este testigo tom en sus manos el jarro, y leech un poco de agua, que fue bien poca, y empez a dar de beber a losdichos oficiales y peones lo que le pareca le caba en parte a cada uno; ycuando no faltaban de beber de tres o cuatro personas, mirando este

    19 Melndez Juan, o.c., pp. 578-579.

    20 Un sextario equivala a un cuartillo de azumbre, algo as como medio litro.

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    testigo el jarro para las dar de beber, hall que estaba con la mismacantidad de vino que cuando se haba trado de la taberna. Y a la sazn sevolvi a asomar a la dicha ventanilla la santa Madre Teresa de Jess, yvolvi a decir a este testigo: Hermano Pedro Hernndez, ha hecho lo

    que le he rogado?. Y este testigo le respondi: S, Madre, y me pareceque ha sucedido aqu lo que en las bodas (de Can), que se ha vuelto elagua en vino. Y la dicha santa dijo: Ande, hermano, que esto Dios lohace. Y entonces le respondi este testigo: bien parece que andanbuenos de por medio. Y este testigo dijo a sus oficiales y peones: Ea,hermanos, que no hay sino beber muy bien, que esto es vino debendicin. Y volvi a darles de beber hinchando el vaso a cada uno, y nopodan acabar el vino que estaba en dicho jarro, de que este testigo ytodos los dems oficiales y peones se admiraron y lo tuvieron, y estetestigo tiene, a muy grande milagro que Nuestro Seor fue servido deobrar por intercesin de la santa Madre Teresa de Jess, por su santidady virtud21.

    Tambin se cuenta el caso de la multiplicacin del vino en la vida delcura de Ars, como se puede ver en el Proceso Ordinario de canonizacin,versin francesa, p. 1376.

    LA PROVIDENCIA DE DIOS

    Era tanta la fama de santidad del hombre de Dios que todos losdas concurran a l multitudes de personas que iban a verlo. Tuvo susrazones para obligar con mucho empeo a unos huspedes a que sedetuvieran y a que por caridad tomasen alimento. Cuando esto supo con

    certeza su ministro, dice que nada haba quedado para poderles dar decomer. El santo reprende suavemente al ministro, le llama hombre depoca fe, y suplica a Cristo que proporcione el necesario alimento.Apenas haba expresado su deseo, cuando sbitamente entraron por laspuertas los vehculos abundantemente cargados de provisiones queenviaba el senador Honorio. El amado de Dios recibi lo que leenviaban y dio gracias al Creador de todas las cosas porque se habadignado escucharle; puso ante los huspedes lo que necesitaban, y

    mand reservar lo dems para los que despus viniesen. Pues de tal21 Proceso de beatificacin y canonizacin de Santa Teresa de Jess, editado por el padre Silverio de Santa Teresa, 1934-1935, tomo III, pp. 34-35.

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    modo conciliaba su generosidad y su previsin, que a ninguna hora delda pudiera faltar la mesa para alimentar a los huspedes.

    Y por otra parte era consigo tan parco que siempre se le vea sobrioen el alma y consumido en el cuerpo. No atenda solamente con

    alimento corporal a los que iban a l, sino que alimentaba tambin susalmas con el pan de la doctrina: pues era tan elegante en suscomparaciones, y tan ingenioso en persuadir la vida espiritual, que todoel que por cualquier circunstancia se acercaba a l, base mejorado ygozoso; porque nunca el santo dej de ensear con su ejemplo y con suspalabras.

    En la vida de san Juan de la Cruz se refieren varios casos muyparecidos. Cristbal de la Higuera asegura que estando un da los

    religiosos en la casa sin tener qu comer, haba ido el cocinero delconvento al padre fray Juan de la Cruz y le haba dicho que los padres delconvento no tenan aquel da qu comer. Y que el padre fray Juan de laCruz haba dicho que los padres se fueran al coro y alabaran a Dios ypidieran a su Majestad los socorriera y los socorrera. Y que as lo habanhecho los padres. Y acabadas las horas y siendo ms tarde de la hora decomer, haba vuelto el padre cocinero a la celda del padre fray Juan de laCruz y le haba hallado puesto en oracin y le haba dicho: Padre

    nuestro, no tienen los padres qu comer y pasa ya la hora de comer. Yque el padre fray Juan le haba respondido que se fuese, que quien tenacargo de ello lo proveera, que era Dios. Y que as se haba ido. Y quedentro de poco espacio haba llamado a la puerta del convento unapersona con una acmila cargada de pan y vino y huevos y pescado yotras muchas cosas. Y haban comido de ello aquel da y les habaquedado para otros das. Y que entonces comi este testigo pan y huevos ypescado al cabo de diez das, una noche que lleg al convento, y le dieron

    que comiese aquello, que era de la comida del milagro. Y, comiendo, lecontaron lo que dicho tiene y que no habiendo sabido quin les habaenviado la acmila, lo haban tenido por milagro22.

    Otro da, entrando la comunidad al refectorio, no haba puesto panen las mesas por no haberlo en el convento. Y se busc un pedazo de panpara echar la bendicin en la mesa. Y comenz el siervo de Dios aplaticar de su Majestad, tan alta y dulcemente que con el pasto espiritual,olvidados todos de comer su pan, se fueron a las celdas; a tiempo que

    lleg un hombre a la portera con una carta, y vindola el siervo de Dios,22 Proceso ordinario de beatificacin y canonizacin de San Juan de la Cruz, tomo III, o.c., p. 193.

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    se enterneci y llor. Y, dicindole el portero qu es esto, padre, no diceVuestra Reverencia que por slo los pecados son las lgrimas bienempleadas? A lo cual respondi: Lloro, hermano, porque nos tiene Diospor tan ruines, que no podemos llevar la abstinencia de este da, pues ya

    nos enva qu comer. Y la carta era de aviso y enviaba con ella doscabalgaduras, una con harina y otra con pan cocido, una persona devotade la dicha Religin. Y no slo esta vez sino otras muchas veces, ha odoeste testigo que Nuestro Seor haca el mismo milagro en los conventosdonde el siervo de Dios fray Juan de la Cruz era prelado23.

    DOS MONASTERIOS EN SUSO

    Tambin los demonios, despechados porque los lanzaba de losenergmenos, valindose de su astuta malicia, queran atacarle coninjurias; y como no hallaban nada que oponer al siervo de Cristo,solamente se esforzaron en echarle en cara el que morase con lasvrgenes de Cristo, empleando el enemigo sus antiguas y arteras maas;que a quien no puede derribar con sus obras, procura al menos tiznar sufama, y cuando no puede subyugar la conciencia de uno, infama suvida. Es decir, que ofrece por este medio ejemplos de consuelo a los quetiene enredados con sus caricias, hacindoles que crean que no hayninguno bueno, para que desesperen de encontrar a quien puedanimitar en la virtud; y de ese modo arbitran un remedio de su penadiciendo: Si no hay ninguno inocente, qu extrao es que yo no losea?. Y hacen del mal de muchos consuelo de su mal. Qu puedeaprovecharte, inventor de males, el infamar a los siervos de Cristo,cuando el Seor, su Redentor, les promete el reino de los cielos, por msque en el mundo sean glorificados o deshonrados, tengan ac buenafama o la tengan mala? Por lo dems, es cierto que el santo, dado hastaen su senectud a obras de abstinencia y de caridad, habitaba con lassagradas vrgenes; y siendo de ochenta y ms aos, apretado de dolor ytrabajo, aceptaba carioso, como poda hacerlo un padre, el que lecuidasen las siervas de Dios. Mas, como antes he dicho, estaba ya tanlejos de los incentivos carnales, que ni vestigio siquiera de movimientodeshonesto experimentaba en aquella edad: pues haba llegado a tantavejez y a tal punto de necesidad que, estando hidrpico, permita que23 Declaracin del padre Luis de San Jernimo, Proceso apostlico, Ed. del padre Silverio de Santa Teresa, tomo IV, p. 403.

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    aquellas santas mujeres lavasen su cuerpo, permaneciendo siempre muyajeno de sentir nada ilcito.

    Aqu se hace referencia a las sagradas vrgenes que vivan en elmonasterio femenino que l mismo fund al lado del otro monasterio de

    monjes. Ellas lo cuidaban en su vejez.

    ROBO DEL CABALLO

    Referir que dos sujetos llamados Sempronio y Toribio, tentados einstigados por el demonio, y con intencin de robar, vinieron al sitio

    donde el siervo de Dios habitaba. Fue el caso que estos ladrones,habiendo llegado a la pobre habitacin del santo hombre y hallandofuera al animal en que sola ir a la iglesia, lo robaron furtivamente. Perono disfrutaron mucho de su robo, pues al poco tiempo volvieron, perdidala luz de los ojos, pidiendo perdn al santo y devolviendo el animal. Elsanto de Dios recibi el caballejo, se reprendi a s mismo el haberlotenido, y enseguida lo vendi, distribuyendo el importe entre los pobres;mas no restituy la vista a los ladrones, obrando en esto, a mi juicio, con

    prudencia, porque, de no seguir ciegos, tal vez hubieran seguidocometiendo semejantes delitos, y si en adelante quisieran hacer algoparecido, les denunciase al punto la seal con que quedaban marcados,y la fama con que haban manchado sus nombres. Por lo dems, quincreera que el santo no pudo conseguirles de Dios el que les restituyesela vista, cuando sabemos que en vida y despus de muerto alcanzmuchas veces el que por su intercesin diera el Seor vista a los ciegos?Despus de todo, ms llevadero fue para ellos pagar la pena de su

    pecado en esta vida que pagarla en la otra, segn aquello: Mejor esentrar en el reino de los cielos no teniendo ms que un ojo, que irse conlos dos al infierno.

    Tambin en el libro de losHechos de los Apstoles se habla de cmoSaulo qued ciego en el camino de Damasco como un paso previo para suconversin (Hech 9). Tambin se habla de un mago, falso profeta, judo,de nombre Barjess. Hallbase ste al servicio del procnsul SergioPaulo, varn prudente, que hizo llamar a Bernab y a Saulo, deseando or

    la palabra de Dios. Pero Elimas (el mago, que eso significa este nombre)se le opona y procuraba apartar de la fe al procnsul. Mas Saulo,llamado tambin Pablo, lleno del Espritu Santo, clavando en l los ojos,

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    le dijo: Oh, lleno de todo engao y de toda maldad, hijo del diablo,enemigo de toda justicia! No cesars de torcer los rectos caminos delSeor? Ahora mismo la mano del Seor caer sobre ti y quedars ciegosin ver la luz del sol por cierto tiempo. Al punto se apoderaron de l las

    tinieblas y la oscuridad, y daba vueltas, buscando quien le diera la mano.Al verlo, crey el procnsul, maravillado de la doctrina del Seor (Hech13, 6-12).

    ANUNCIO DE SU MUERTE

    Casi un ao antes de su muerte, el centsimo de su vida,habindole sido revelado que llegaba el trmino de sus trabajos y habade gozar de la santsima promesa del Omnipotente, trat de ms rigurosavida: y el que haba consumido su cuerpo a fuerza de ayunos y vigilias,soldado veterano, comienza de nuevo nueva milicia, para que su finfuese ms ilustre; porque esto es ante Dios mejor y ms laudable,diciendo l mismo: El que perseverare hasta el fin, se se salvar.

    Tambin a san Benito se le anunci el da de su muerte como refiere

    su bigrafo san Gregorio al final del escrito sobre su vida. Igualmente,Dios se lo revel a santa Faustina Kowalska, quien le comunic a suconfesor que morira el 5 de octubre de 193824.

    San Pascual Bailn lo declar a su Superior y gran amigo de toda lavida, el padre Juan Ximnez, quien dice: Estando sano y bueno, profetizsu muerte y despus que cay enfermo, dijo el da en que morira y aunconoci la hora25.

    PROFECA SOBRE CANTABRIA

    El mismo ao, en los das de Cuaresma, le fue revelada tambin ladestruccin de Cantabria; por lo cual, enviando un mensajero, mandaque el Senado se rena para el da de Pascua. Renense todos en el da

    24 Canonizationis servae Dei Mariae Faustinae Kowalska, Positio super virtutibus, Roma, 1990-1991. Summarium, p. 66.

    25 Ximnez Juan, Chronica del bendito fray Pascual Bayln, Valencia, 1601, p. 234.

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    marcado; cuenta l lo que haba visto, y les reprende sus crmenes,homicidios, hurtos, incestos, violencias y dems vicios, y predcales quehagan penitencia. Todos le escuchan respetuosamente, pues todos leveneraban como a discpulo de nuestro Seor Jesucristo; pero uno,

    llamado Abundancio, dijo que el santo chocheaba por su ancianidad.Mas l le avis que por s mismo experimentara la verdad de suanuncio, y el suceso lo confirm despus, porque muri al filo de lavengadora espada de Leovigildo. El cual, entrando all por dolo yperjurio, se ceb tambin en la sangre de los dems, por no habersearrepentido de sus perversas obras; pues sobre todos penda igualmentela ira de Dios.

    San Benito tambin profetiz la destruccin de su monasterio de

    Montecasino. Dijo:Este monasterio, que he construido, y todas las cosasque he preparado para los hermanos van a ser entregadas a los gentilespor los juicios de Dios omnipotente. Apenas si he podido obtener que seme conservaran aqu las vidas de los monjes.

    Este orculo fue lo que oy entonces Teoprobo, mas nosotros vemosahora su cumplimiento, pues sabemos que su monasterio ha sido destruidoahora por el ejrcito de los longobardos. Efectivamente, durante la noche,en tanto los hermanos descansaban, entraron all no hace mucho los

    longobardos y habindolo saqueado todo, no pudieron apresar ni a unhombre siquiera, sino que cumpli el Dios omnipotente lo que habapredicho a su fiel siervo Benito que, aunque entregara los bienes a losgentiles, salvara las vidas de los monjes que le acompaaban26. Estosucedi probablemente el ao 581.

    Pero en las vidas de muchsimos santos se habla de muchas profecasque se cumplieron, porque haban sido reveladas por el mismo Dios.

    SU MUERTE Y SUS RESTOS

    As la relata el autor de la Vida:Acercndose la hora de su muertellam al santsimo Aselo, presbtero con quien viva en compaa y en supresencia aquella alma felicsima, libre del cuerpo, fue al cielo.26 San Gregorio Magno en los Dilogos, libro II.

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    Entonces con mucho acompaamiento de religiosos fue depositado ensu oratorio donde est.

    Muerto Milln, el presbtero Aselo, con gran acompaamiento dediscpulos del santo, de religiosos, enterr su cuerpo en una de las cuevas

    rupestres de lo que entonces era el monasterio. All permanecieron hastaque en la cuaresma de 1030, en presencia de cuatro obispos y de los reyesde Navarra, el abad del monasterio, Don Sancho, y sus monjes extrajeronlos restos y los introdujeron en una urna de plata, regalo del rey navarro,que colocaron sobre el altar de la nueva baslica de Suso.

    Aos ms tarde, durante el reinado de Sancho Garcs IV el dePealn (1054-1076), fueron colocados en una arqueta ms suntuosa,cubierta de oro y piedras preciosas y de marfiles labrados con

    representaciones de la vida del santo. Pasado el ao 1100, los monjes, pararecordar el lugar donde estuvieron durante siglos los restos de nuestrosanto, hicieron colocar un monumento funerario o cenotafio, que todavase conserva.

    De sus huesos, el ao 1621 se concedi un artejo o falange a laparroquia de Treviana (La Rioja) por considerar que la madre del santo erade esta poblacin. Algunos de sus huesos estn hoy repartidos en diversoslugares de Espaa. Berceo y Haro tienen reliquias importantes y, porsupuesto, casi toda la osamenta se encuentra en la arqueta actual de plata,cubierta con los marfiles, que puede verse en el monasterio de San Millnde la Cogolla.

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    MILAGROS DESPUS DE SU MUERTE

    Siento tener que dar fin a este librito; mas ya que hemos habladode los milagros que el santo obr en vida, por qu no decir algo de losque obr despus de su muerte? Aducir dos o tres que nos han sidoreferidos por testimonio de otro y que para hacerlos ms creblesconstan en escritura autorizada Cuntos fueron los ciegos que antesu sepulcro recibieron la vista, cuntos los energmenos que fueronlibrados y curados de diversas enfermedades desde que muri este santohasta nuestros das! Pero solamente cre digno de estampar por escritoque, poco despus de su trnsito, dos ciegos recobraron la vista.

    Sobre milagros de santos despus de su muerte podemos dar eltestimonio del Papa Eugenio IV en 1446, quien en la bula de canonizacinde san Nicols de Tolentino escribe: Nicols dio vista a los ciegos, sande enfermedades a la vista, cur paralticos de su inmovilidad, liberendemoniados, prisioneros y encarcelados. Restituy la salud a personasgolpeadas por desventuras como cadas, naufragios, crceles y prdida debienes materiales; san a enfermos de tuberculosis, gota, dolores deestmago, problemas del corazn y de otras enfermedades. Estos milagros

    son en total 301 y para su veracidad fueron examinados 371 testigos yfueron registrados por notarios y nos los refirieron en pblico consistorio.

    Contina San Braulio:En el ao prximo pasado, siendo la vsperade la fiesta de san Julin mrtir, como faltase el aceite para aderezar lasluces, no pudo ser encendida la lmpara; mas levantndose a maitinesla hallaron tan llena de aceite y tan luciente que no slo ardi hasta lamaana, sino que con la abundancia de lo que sobr, el milagro produjootros milagros.

    Fue llevada all cierta mujer que se llamaba Eufrisia del lugar deBanonico, coja y ciega; pero firme e ilustrada por la fe. Ungida en losojos y en sus pies, al punto, con el favor divino, consigui ver y andar.Los que ven lo que en nuestros das sucede, motivo tienen para creer losmilagros que se han referido por relacin de testigos. Finalmente sbeseel lugar donde vive, y es bien conocida la persona que estuvo muchotiempo enferma y ahora est sana.

    Un caso claro de multiplicacin del aceite lo vemos en el profeta

    Elas, cuando multiplica la harina y el aceite de la viuda de Sarepta en elterritorio de Sidn. Le dijo:No faltar la harina que tienes en la tinaja ni

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    disminuir el aceite en la vasija hasta el da en que Yahv haga caerlluvia sobre la faz de la tierra sin que faltase la harina de la tinaja nidisminuyese el aceite de la vasija segn lo que haba dicho Yahv porElas (Reg 17, 8-16).

    En las vidas de muchos santos se habla de la multiplicacinmilagrosa de los alimentos. Especial es el caso de san Juan Bosco. De l sehabla de la multiplicacin de las hostias consagradas27, de la multiplicacindel pan28, multiplicacin de las avellanas29, multiplicacin de las castaas30.Lo mismo podemos hablar del santo cura de Ars, en cuyo Proceso decanonizacin se habla de la multiplicacin del vino y de la harina.

    De san Jos de Cupertino se dice en el Proceso que en algunasoportunidades multiplic el vino, la miel y el pan31. Tambin en la vida de

    santa Rosa de Lima se refiere el caso de la multiplicacin del pan en unaocasin 32 y en otra oportunidad la multiplicacin de la miel. Se habaacabado la miel de la botija y ella dijo a su madre: Yo voy a traer miel ennombre de Dios. Y su madre fue y hall en la dicha botija tanta miel quedur ocho meses33.

    En cuanto a curaciones por medio de aceite bendito podemospresentar un caso especial, el de san Andr Bessette de Montreal (1845-1937), que construy un gran templo dedicado a san Jos en Montreal,

    centro mundial de la devocin a este gran santo. l tena mucha devocin asan Jos y Dios le dio el don de hacer milagros. De l se cuentan milagrospor miles durante 60 aos, pues muri a los 91 aos.

    l les recomendaba a los enfermos que se frotasen la parte enfermacon una medalla de san Jos que l les daba o con el aceite de la lmparaque arda ante la imagen de san Jos. Algunos decan que eso erasupersticin y no se curaban y l deca: Muchos no se sanan debido a sufalta de fe. Es preciso tener fe para frotarse con la medalla o el aceite de

    san Jos34.

    27 Memorie bibliografiche VI, c. 71, p. 734.

    28 Ib. c. 57, pp. 586-588.29 Ib. XVIII c. 1, p. 25.

    30 Ib. III c. 51, pp. 442-443.

    31 Artculo 27.

    32 Proceso apostlico, folio 133v-134.33 Proceso apostlico, folios 313-314.

    34 Bergeron HenriPaul, O irmo Andr, Ed. Loyola, Sao Paulo, 1984, p. 71.

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    RESURRECCIN DE UNA NIA

    Otra vez, cierta nia, como de cuatro aos de edad, del lugar delPrado, que no est lejos de su oratorio, presa de enfermedad, psola staa las puertas de la muerte. Sus padres, movidos por la devocin, ytemiendo perder a su hija, convinieron en que deba ser llevada ante elsepulcro del bienaventurado varn de Dios, y marchando, la vieronexpirar en el camino. No por eso desmay su fe: llvanla muerta, ladepositan junto al altar cuando ya anocheca, y retranse de all sindejar a nadie. Pasadas tres horas vuelven, al mismo tiempo queoprimidos de tristeza, con ansia de ver lo que haba sucedido, y qu eralo que el Creador haba querido hacer de aquella nia. Hallan viva a laque haban dejado muerta; y no solamente viva, sino jugueteando con elmantel del altar. Engrandecen a Cristo, criador de todas las cosas, quemir benignamente su devoto dolor.

    Sobre casos de resurreccin de muertos hay muchos en las vidas delos santos, tanto antes como despus de su muerte. Varios casos se refierenen la vida de san Alonso de Orozco35.

    En el Proceso de canonizacin de san Francisco Javier se declaran 88

    milagros y 24 resurrecciones.En la bula de canonizacin de san Nicols de Tolentino el Papa

    Eugenio IV refiere entre otros milagros obrados despus de su muerte, elcaso de un nio de cuatro aos. Haba cado en el canal de un molino yall haba permanecido mucho tiempo entre la rueda y el agua.Finalmente pudo ser rescatado, pero lo dieron por muerto. La madre hizovoto que, si volva a la vida por intercesin de san Nicols, lo vestira conel hbito religioso sobre la tumba del santo y el nio resucit. Otro

    hombre fue encontrado ahorcado. La esposa rez e hizo un voto a sanNicols y su esposo volvi a la vida y vivi muchos aos.

    Tambin en la vida de santo Toms de Villanueva se habla de laresurreccin de un nio y una nia, que haban cado a una acequia y a unpozo respectivamente; y haban sido dados por ahogados y muertos. Estosucedi despus de la muerte del santo. Por eso, Francisco de Quevedo, enla biografa del santo, escribe: All est depositado, resucitando muertos,

    35 Puede leerse en el Proceso de beatificacin, Ed. Escurialenses en la Informacin plenaria, pp. 64-86 y en la Informacin Sumaria, p. 1113.

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    sanando ciegos, liberando endemoniados y ejercitando la caridad desdela sepultura y continuando la caridad como verdadero padre y prelado 36.

    REFLEXIONES

    San Braulio concluye la vida de San Milln, diciendo: Hemoscumplido lo que prometimos: resta finalizar nuestro trabajo expresandonuestra accin de gracias a Cristo, Rey de los cielos; pues con su ayudae inspiracin hemos comenzado y concluido este opsculo. l nos haconcedido que contemplemos la vida de los varones santos, para

    consuelo de nuestras miserias presentes; Jesucristo, que vive con DiosPadre y el Espritu Santo, uno por todos los siglos de los siglos.

    Como muy bien dice san Braulio, Dios nos ha concedido quecontemplemos la vida de los varones santos para consuelo de nuestrasmiserias presentes. Evidentemente los santos son los especialistas de Dios.Si queremos saber algo ms de Dios, leamos, adems de la Biblia, la vidade los santos. Ellos son la Biblia viviente. El Evangelio hecho vida. Elloshan vivido la fe catlica en plenitud y son un ejemplo de vida para

    nosotros.Hablando concretamente de san Milln, no solamente fue un santoque influy poderosamente en los que lo conocieron. l, como todos lossantos, sigue vivo y sigue intercediendo por nosotros y puede seguirhaciendo milagros como los hizo en su tiempo para todos los que loinvocan con fe. No ha perdido poder de intercesin ante Dios. Su presenciasigue viva entre sus devotos y su influencia sigue actual a travs delmonasterio de San Milln y de tantas obras literarias y de arte que se han

    hecho en su nombre a lo largo de los siglos. Por ello y por mucho ms, nosgloriamos de tener tan grande intercesor ante Dios.

    36 Quevedo Francisco de, Vida de santo Toms de Villanueva, Ed. Revista Agustiniana, Madrid, 2005, p. 76.

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    SEGUNDA PARTE

    SU INFLUENCIA A TRAVS DE LOS SIGLOS

    CANONIZACIN DE SAN MILLN

    De los discpulos de Milln algunos son reconocidos como santos.As, por ejemplo, el presbtero san Aselo es quien le acompaa en losltimos momentos de su vida y lleva a cabo el enterramiento; tambin sonvenerados como tales san Citonato, sucesor del santo en el gobierno deaquella comunidad, al igual que san Geroncio y san Sofronio. Entre elgrupo de vrgenes consagradas destaca santa Potamia, que lo conoci ycuyos restos fueron llevados al monasterio de Yuso el 13 de agosto de1573. Su fiesta se celebraba en la abada el 31 de enero con procesin.Otra gran santa fue santa Aurea o santa Oria, muerta a los 27 aos. Susrestos fueron bajados del monasterio de Suso al de Yuso en 1609. Su fiestase celebra el 11 de junio. Muri hacia el ao 1069 1070 y el famoso

    poeta Gonzalo de Berceo inmortaliz su nombre al narrar su vida endeliciosos versos.

    De san Milln, diremos que inmediatamente despus de su muerteempezaron a obrarse prodigios en su sepulcro. Su fama de santidad se fueextendiendo con la misma fuerza con que lo hace la luz solar. Por ello,innumerables visitantes llegan a Suso para venerar los restos y solicitar lagracia de su intercesin. La conviccin de encontrarse ante un varn deDios, fue la que movi al obispo zaragozano a escribir su Vida y un himnoparaque fueran ledos en el da de su fiesta y as cantar su santidad y labondad de Dios. San Eugenio, cuando todava era arcediano de Zaragoza,escribi el Oficio para su fiesta. Ambos, devotos de san Milln,difundieron su conocimiento y culto tanto en la dicesis de Zaragoza comoen la de Toledo, cuando san Eugenio fue nombrado pastor de dichadicesis. Lo propio hizo san Ildefonso (607-667) en Sevilla y, luego, enToledo.

    La influencia y el prestigio de estos grandes prelados hicieron posibleque el resto de las iglesias de Espaa se apresuraran a aceptar el rezolitrgico de este santo varn, gloria de nuestra patria. En ello influyeron

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    tambin las decisiones de alguno de los concilios de Toledo. De hecho loscdices vigilano y emilianense, escritos en el siglo X en los monasterios deAlbelda y san Milln, traen en sus respectivos calendarios la fiesta de sanMilln el da de su muerte, el 12 de noviembre, con el ttulo de presbtero.

    En cambio no aparece la fiesta de san Benito.

    La canonizacin oficial del santo tuvo lugar en 1030. Durante lacuaresma se encontraba en el monasterio de san Milln el rey Sancho elmayor de Navarra y su esposa Muniadonna. Le acompaaban los obisposde Pamplona, el de Oca, el de lava y del de Huesca. El abad delmonasterio, Don Sancho, que tena carcter episcopal, y sus monjescreyeron oportuno aprovechar la visita de los reyes y de los cuatro obispos

    para hacer la solemne traslacin y elevacin de los restos de san Milln.En tal ocasin y con mucho concurso de fieles, el abad extrajo de debajode la tierra los restos del santo y los introdujo en una urna de plata; y entreaclamaciones y cantos llevaron el arca procesionalmente y la colocaronsobre el altar de la nueva baslica de Suso. Eso era una verdaderacanonizacin, tal como se realizaban en aquel tiempo. El abad incluy enesa oportunidad un diploma que dice: Por revelacin del Espritu Santofue del agrado de Dios omnipotente elevar de la sepultura a san Milln,

    presbtero y confesor, nuestro patrn, y tributarle dignamente el honor dela traslacin.

    SAN MILLN, PATRON DE CASTILLA

    La Espaa cristiana se senta acosada y aquejada del gran mal de la

    presencia rabe y de sus ambiciones de conquista y de dominio. Por estarazn, los reyes de Navarra-Njera y los condes castellanos acudan a Susopara pedir a nuestro santo la gracia y la bendicin de lo alto en suscampaas militares para expulsar a los rabes de sus territorios o de lasregiones limtrofes. Lo mismo harn los reyes de Len ante Santiago,enterrado en Compostela (Galicia).

    Por ello, en los tiempos de esa Cruzada, que durara siglos, tanto losreyes de Pamplona como los condes de Castilla, movidos por su espritu

    religioso, oran al santo y hacen al monasterio de Suso esplndidasdonaciones. Estas donaciones regias quedan registradas en diplomas que seconservan y en los cuales proclaman a san Milln su celestial patrono.

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    As, por ejemplo, el rey D. Garca Snchez, que rein en Pamplonadesde el ao 925 hasta el 970, al donar al monasterio de Suso las villas deLogroo y Asa dice: Deseando honrar con mayor reverencia a la iglesiade Cristo, nuestro Seor, y del santsimo Milln, nuestro patrn, damos

    y ofrecemos de todo corazn, con todo afecto y voluntad, para honra delpredicho Milln, nuestro patrn, a ti don Gomesano, abad las dos villasde Logroo y Asa con todos sus hombres, tierras, vias, huertos, pomares,montes para provecho y utilidad del monasterio del dicho san Milln 37.

    El 14 de mayo del ao 929 tuvo lugar la consagracin de la baslicade Suso. Por este motivo acudieron al monasterio el rey D. GarcaSnchez, su esposa Doa Toda, un lcido cortejo de obispos, abades ynobles. Los obispos Tudemiro, Ribas y Oriolo; los abades Gomesano yMaurelo, los condes Diego, Gonzalo, Ramiro y otros importantespersonajes daban solemnidad y prestancia a la ceremonia. La generosidaddel monarca estuvo a la altura de la ceremonia. Ensancha los dominios delmonasterio, establece multas para quien introduzca los rebaos en eseterritorio y, sobre todo, concede un privilegio de capital importancia:desliga al monasterio de toda jurisdiccin civil y eclesistica, de modo quetodo est sujeto exclusivamente a la jurisdiccin del abad. Y todo esto loconcede tambin en honor del santsimo Milln, nuestro patrn38.

    Un hecho decisivo en la proclamacin de san Milln como patrn deCastilla fueron las batallas de Hacinas (prxima a santo Domingo de Silos,Burgos) y, de modo particular, la de Simancas. El emir Abderramn IIIproyecta una expedicin de ms de cien mil hombres, a la que su orgullollama campaa de la omnipotencia, pues con ella quiere acabar de una vezcon el podero de los reyes cristianos.

    A fin de prepararse para el formidable encuentro, el rey de Len,Ramiro II, va a Santiago de Compostela y el conde de Castilla viene almonasterio de san Milln: ambos a implorar en tan apurado trance laproteccin de sus respectivos patronos Santiago y san Milln. Esto ocurraen el ao 938. El conde, en esta ocasin, dona al santo riojano elmonasterio de Sietefenestras con las iglesias de san Juan y santa Mara. Enagosto del ao siguiente, 939, obtenan las armas cristianas las dos grandesvictorias de Simancas-Alhndega (la batalla, segn los cronistas rabes seinici en la ciudad de Simancas y finaliz en el paraje denominadoAlhndega, Valladolid) y Hacinas, Burgos. La batalla de Simancas esfundamental en la reconquista, porque es un episodio tangible, no una

    37 Pea Joaqun,Pginas emilianenses, o.c., p. 65.38 Ibdem.

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    leyenda; fue un suceso real a diferencia de otros episodios ms o menosmitificados. Simancas sirvi como propaganda de la fe catlica en el reinode Len y fuera de la pennsula hispana. Fue la primera victoria cristianasobre los musulmanes, que est perfectamente documentada en fuentes

    rabes y cristianas.El historiador fray Antonio de Yepes, para referirse a laintervencin de Santiago y san Milln en esta batalla de los cristianoscontra los musulmanes, escriba en el del XVI: Suplicaron a nuestro Seorles favoreciese y pusieron por intercesores a Santiago y a san Milln.Oylos su Majestad y sucedi entonces una maravilla de las mayores quese han visto en el mundo. A vista de los ejrcitos se abrieron los cielos ysalieron de ellos dos caballeros (el apstol Santiago y san Milln) que

    venan en caballos blancos armados con armas blancas y con espadas enlas manos.

    Y aade el mismo Antonio de Yepes: Hay dos escrituras muyautnticas y de gran fe que refieren esta batalla y milagro. La una halladaen el monasterio de San Milln de la Cogolla con ttulo de privilegio delos votos que concedi el conde Fernn Gonzlez a san Milln. La otraescritura se hall en el archivo de Cullar, y en romance antiguo cuentala misma historia Porque viendo el conde Fernn Gonzlez que los

    reyes de Len haban hecho tributario su reino al sagrado apstol, aimitacin suya quiso que los castellanos tuviesen la misma sujecin yrendimiento al glorioso san Milln, tomndole por patrn de CastillaEsta fue la causa que en toda Castilla se hiciese la promesa de que todoslos pueblos y casas, en reconocimiento de ser san Milln su patrn yhaberles favorecido en la batalla ya referida, pagasen y contribuyesenalguna cosa cada ao desde el ro Carrin hasta el ro Arga, que es enNavarra, y desde la sierra de Araboya hasta el mar de Vizcaya39.

    El rey Fernando III el santo, en el siglo XIII, llam a san Millnnuestro patrono y eximi al monasterio del pago de 200 maraveds,injustamente impuesto por el conde Don Lope, cuando era gobernador deesta tierra.

    Gonzalo de Berceo, en ese mismo siglo XIII, narra en 499 estrofas lavida de san Milln y habla claramenteDe como San Milln gan los votos.Y dice:El conde Fernn Gonzlez, seor de Castilla, concedi los votos aN.P. S. Milln y exhorta a los devotos a seguir pagando los votos a

    Santiago y san Milln como haban hecho sus antepasados.39 Yepes Antonio de, Crnica general de la Orden de San Benito, Biblioteca de autores espaoles, Madrid, 1959, tomo 1, pp. 65-66.

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    El Papa Paulo III, el 5 de septiembre de 1545, confirm el privilegiode los votos del conde Fernn Gonzlez y enumera detalladamente todaslas iglesias y territorios sujetos a la jurisdiccin del abad de san Milln.

    El ao 1617 se suscit la cuestin de que los carmelitas descalzos

    queran que se nombrara a santa Teresa de Jess patrona de Espaa juntocon Santiago apstol. Intervino el Consejo de Castilla, y de Roma vinierondos Breves. El padre Martn Martnez, monje de san Milln, escribi unaApologa por San Milln, patrn de Espaa. El famoso Don Francisco deQuevedo terci en la polmica con un poema de 51 estrofas contra elpatronato de santa Teresa al Consejo Supremo de Castilla. Enumera avarios santos que, a su juicio, tienen iguales o mejores ttulos para que seles conceda el patronato y escribe: Quin dir que en justicia no puede

    pedir este compatronato San Milln de la Cogolla, pues las historias yescrituras antiguas confiesan haber peleado y vencido tantas veces,aparecindose en las batallas como Santiago y casi en competencia delnmero de sus apariciones y victorias? 40.

    As pues, en virtud de los votos que el conde Fernn Gonzlez hizo asan Milln, lo nombr patrn de Castilla al igual que los leoneses tenancomo patrn a Santiago apstol. Y ambos, segn la tradicin, seaparecieron juntos en algunas batallas. Por eso, podemos decir que el

    apstol Santiago y san Milln han sido durante siglos los dos copatronosde Espaa y luchadores de su independencia y unidad.

    EL MONASTERIO DE SUSO

    La baslica y el monasterio de Suso se construyeron para dar un

    digno cobijo a los restos del santo y albergar a los discpulos del santo,cada da ms numerosos, pasando as de las cuevas rupestres en las quevivi l y sus primeros discpulos al monasterio dplice, de varones ymujeres, con su correspondiente baslica para el culto.

    A san Milln le sucedi en el abadiato san Citonato, que no debiestar muchos aos desempeando esta responsabilidad, ya que hayconstancia documental de su retiro, juntamente con Geroncio y Sofronio,al valle prximo de Toba (La Rioja), donde fundaron el monasterio de

    San Cristbal, llamado tambin de las tres celdas, en razn de los tres40 Pea Joaqun, Pginas emilianenses, segunda edicin, Ed. Ochoa Logroo, 1980, p. 71.

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    primeros moradores. Luego se les aadiran otros, hasta que en el ao 1040este pequeo monasterio acogi a Domingo Manso de Caas, el futuroSanto Domingo de Silos, restaurador del monasterio de San Sebastin endicha poblacin. En cuanto al sucesor de san Citonato en la abada de

    Suso, goza de gran probabilidad la opinin de quienes afirman que fueFronimiano, hermano de san Braulio, a quien el santo envi y dedic lavida de san Milln y a quien escribi dos cartas llamndole abad yanimndole en una de ellas a no abandonar su puesto, como pensabahacerlo.

    De la correspondencia del obispo zaragozano con su hermano

    residente en Suso se conservan tres cartas: en el ao 636 le escribe laprimera en la que le dedica la Vida de san Milln y que sirve deintroduccin a esa biografa. En el encabezamiento llama a Fronimiano

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    solamente presbtero, no abad. Entre 640 y 645 hay otras dos cartas, lasque llevan en su catalogacin epistolar los nmeros XIV y la XIII en lasque ya le da el ttulo de abad.

    La carta XIV, cronolgicamente anterior a la XIII, es una carta

    extensa en la que contesta san Braulio a su hermano sobre distintascuestiones litrgicas. Tambin le manda un Comentario del apstol sanPablo y le da instrucciones sobre el modo de copiarlo. En relacin con estohay un asunto muy interesante: al parecer Fronimiano haba pedido alobispo de Zaragoza, pergaminos para los trabajos del Escritorio de Suso, ysan Braulio le contesta diciendo que, por no tener l lo suficiente, no puedeenviarle lo que le pide; pero que le enva dinero para que se lo procure.Ello demuestra que en Suso, en el siglo VII, ya funcionaba un Escritorio(scriptorium, en latn) en el que se copiaban cdices.

    En la carta XIII, Fronimiano, amante de la paz y del sosiego, lecomunica a su hermano su deseo de renunciar al abadiato. San Braulio ensu carta-respuesta da nimos a su hermano, le urge cariosamente a seguiradelante con la carga del gobierno y entre otras cosas le dice: Quingobernar la nave en medio de las olas si el capitn deja el timn?Aparte de otras consideraciones le agradece los presentes que le haenviado.

    Estas dos cartas del epistolario brauliano tienen una importanciatrascendental para esclarecer la historia de los primeros tiempos delmonasterio emilianense. Demuestran de modo indubitable la existencia deuna comunidad de religiosos, gobernados por un abad ya a mediados delsiglo VII, que es la que fundara san Milln en el siglo anterior. El granmedievalista benedictino padre Justo Prez de Urbel en su libro Losmonjes espaoles en la Edad Media afirma: En el ao 640 ya haba all(en Suso) una comunidad que se levantaba a medianoche para cantar lasvigilias y esta comunidad no era de clrigos, pues sabemos que losclrigos visigodos slo rezaban los oficios de laudes y vsperas. El abadera por esta fecha un discpulo del mismo santo: Citonato. Era abad yviva en Suso41.

    Durante el reinado del rey navarro Sancho Garcs III (1004-1035) elMayor o el grande, hubo que reconstruir el monasterio de Suso, que habasido quemado por Almanzor el ao 997, segn unos, o en 1002 segnotros. As tuvo lugar la ltima restauracin y ampliacin del monasterio yla baslica. En Suso se percibe todava, junto a la obra de la naturaleza, lamano de visigodos, mozrabes y pre-romnicos.41 Ib. pp. 47-48.

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  • 7/28/2019 Vida de San Milln y su influencia a travs de los siglos

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    Durante este reinado tienen lugar otros dos acontecimientosimportantes: el reconocimiento pblico de la santidad de Milln, hecho alque ya nos hemos referido anteriormente, y el de la implantacin de laregla benedictina, que supone inaugurar un modo nuevo de vivir la vida

    religiosa. Sancho el Mayor, rey de Navarra, aconseja o impone la reglabenedictina (lo mismo sucede en todos los monasterios de la cristiandadoccidental) o trae de Europa a Suso monjes benedictinos. Con esta medidaSuso se romaniza, se vuelve a Europa. Todo ello con profundastensiones: se cambia la liturgia, el tipo de letra de los cdices, el arte yen Suso comienzan a convivir dos modos de vida: la benedictina, impuestapor el rey navarro, y la tradicional segn la inspiracin visigtica de sanFructuoso o san Isidoro.

    El monasterio de Suso tuvo vida monacal hasta 1835 en que fuesuprimido por la desamortizacin de Mendizbal, quedando desdeentonces como propiedad del Estado. Pero durante toda su existencia fueun foco intenso de vida espiritual.

    En 1588 cuatro monjes de Suso desearon vivir una vida benedictinams estricta y austera. A ellos se les unieron otros 37 monjes delmonasterio de Yuso, pero, aunque no obtuvieron el permiso requerido desu abad, llevaron una vida de santidad digna de encomio.

    El padre fray Sebastin de Villoslada escribe desde Suso conpalabras antiguas: En nuestra hermita, as llama al recoleto ce