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VIII.4. PAUL FEYERABEND Paul Feyerabend (1924) es una de las figuras más atractivas y más peligrosas de la filosofía de la ciencia contemporánea. Sus dos libros principales, Contra el método (Against method) y La ciencia en un mundo libre (Science in a Free World) son ya obras clásicas; sus numerosos y extensos artículos (recientemente editados en dos volúmenes por la Cambridge University Press) son lectura obligada para todo el que quiere estar bien informado sobre lo que ocurre hoy en el campo, y su estilo literario es claro, ingenioso y seductoramente agresivo, sobre todo cuando responde a sus críticos. De acuerdo con sus notas autobiográficas (incluidas en La ciencia) Feyerabend nunca estudió formalmente filosofía de la ciencia; sus intereses como estudiante fueron, en orden cronológico y de importancia, el teatro, la física y la astronomía. Educado en Alemania en los terribles primeros años de la posguerra, entre 1945 y 1950, fue testigo de la brutal reacción post-nazi (cuyos excesos no eran muy diferentes a los cometidos por los propios nazis) y conservó un profundo interés en el análisis de los factores que de una u otra manera pueden contribuir a limitar la libertad del individuo y la sociedad. Después de la guerra Feyerabend disfrutó de una beca del Estado alemán para estudiar en el Instituto para la Renovación Metodológica del Teatro Alemán, en Weimar, las clases consistían en ver obras teatrales y discutirlas. Al año siguiente Feyerabend fue a Viena a estudiar historia, pero al mismo tiempo se interesó en la física y la astronomía, así como en la filosofía; fue miembro fundador del Círculo de Kraft, un club-filosófico formado alrededor de Viktor Kraft, quien había sido miembro del Círculo de Viena. En esta ciudad también conoció al físico Felix Ehrenhaft, quien lo impresionó por su capacidad para adoptar posturas iconoclastas y antiortodoxas, lo que años más tarde se convertiría en la especialidad de Feyerabend. El primer encuentro con Popper tuvo lugar en 1948, en Alpbach, en la época de mayor lustre del falsacionismo; Feyerabend se impresionó mucho con Popper pero muy poco con sus teorías. En 1950 Feyerabend trabajó una temporada con Popper en Londres

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VIII.4. PAUL FEYERABENDPaul Feyerabend (1924) es una de las figuras ms atractivas y ms peligrosas de la filosofa de la ciencia contempornea. Sus dos libros principales,Contra el mtodo (Against method)yLa ciencia en un mundo libre (Science in a Free World)son ya obras clsicas; sus numerosos y extensos artculos (recientemente editados en dos volmenes por la Cambridge University Press) son lectura obligada para todo el que quiere estar bien informado sobre lo que ocurre hoy en el campo, y su estilo literario es claro, ingenioso y seductoramente agresivo, sobre todo cuando responde a sus crticos. De acuerdo con sus notas autobiogrficas (incluidas enLa ciencia) Feyerabend nunca estudi formalmente filosofa de la ciencia; sus intereses como estudiante fueron, en orden cronolgico y de importancia, el teatro, la fsica y la astronoma. Educado en Alemania en los terribles primeros aos de la posguerra, entre 1945 y 1950, fue testigo de la brutal reaccin post-nazi (cuyos excesos no eran muy diferentes a los cometidos por los propios nazis) y conserv un profundo inters en el anlisis de los factores que de una u otra manera pueden contribuir a limitar la libertad del individuo y la sociedad. Despus de la guerra Feyerabend disfrut de una beca del Estado alemn para estudiar en el Instituto para la Renovacin Metodolgica del Teatro Alemn, en Weimar, las clases consistan en ver obras teatrales y discutirlas. Al ao siguiente Feyerabend fue a Viena a estudiar historia, pero al mismo tiempo se interes en la fsica y la astronoma, as como en la filosofa; fue miembro fundador del Crculo de Kraft, un club-filosfico formado alrededor de Viktor Kraft, quien haba sido miembro del Crculo de Viena. En esta ciudad tambin conoci al fsico Felix Ehrenhaft, quien lo impresion por su capacidad para adoptar posturas iconoclastas y antiortodoxas, lo que aos ms tarde se convertira en la especialidad de Feyerabend. El primer encuentro con Popper tuvo lugar en 1948, en Alpbach, en la poca de mayor lustre del falsacionismo; Feyerabend se impresion mucho con Popper pero muy poco con sus teoras. En 1950 Feyerabend trabaj una temporada con Popper en Londres y se asoci con Lakatos, con el que sostuvo un debate continuo y planearon escribir un libro juntos sobre "racionalismo"; desafortunadamente, la muerte prematura de Lakatos suspendi el debate e impidi que el libro planeado se terminara; lo que al final se public fue la parte "antirracionalista" de Feyerabend, que esContra el mtodo.Adems, en ese tiempo Feyerabend fue nombrado conferencista de filosofa de la ciencia en la Universidad de Bristol, lo que aprovech para ampliar sus estudios de mecnica cuntica. Feyerabend es hoy profesor de filosofa de la ciencia en la Universidad de California (Berkeley) y al mismo tiempo en la Escuela de Altos Estudios de la Universidad de Viena.

Paul Feyerabend (1924-).A diferencia de otros filsofos contemporneos de la ciencia, Feyerabend no tiene mucho que decir, o sea que sus intereses son relativamente estrechos, pero dentro de ellos lo que dice resuena con el doble impacto de la razn y de la elocuencia. A m me ocurre que siempre que lo releo me vuelve a convencer de todo lo que dice, hasta que una vez ms me doy cuenta de que usa magistralmente toda clase de argumentos lgicos y racionales para convencerme de que la ciencia es irracional, y que adems no slo est muy bien que as haya sido en el pasado y que as sea hoy, sino queas es como debe ser.En relacin con el mtodo cientfico, Feyerabend se declara anarquista: histricamente no hay nada que pueda identificarse como un mtodo cientfico, el examen ms crtico y riguroso de la ciencia contempornea tampoco lo identifica, y el balance analtico de sus consecuencias futuras (si se promoviera) sera terriblemente negativo para la ciencia misma, para la libertad del individuo y para la estructura de la sociedad.

Frontispicio del libroAgainst Method,de Paul Feyerabend, publicado en 1975.La lectura superficial de los escritos de Feyerabend generalmente produce mucha diversin pero cierto desencanto respecto a su contenido conceptual; sin embargo, cuando se superan su estridentismo y sus pirotecnias lingsticas persiste un residuo valioso y muy digno de tomarse en cuenta. Feyerabend postula y defiende el libre acceso del individuo a todas las opciones posibles (tradicionales o contemporneas, absurdas o racionales, emotivas o intelectuales) para alcanzar el conocimiento. Su postura lo lleva a ciertos excesos, como exigir igual atencin y respeto para la ciencia, la astrologa, la medicina tradicional o el vud. En comn con muchos otros autores contemporneos, Feyerabend identifica a la ciencia de nuestro siglo como el equivalente de la religin durante el medievo. Pero a diferencia de los mismos autores, Feyerabend no concibe a la ciencia como una superacin de las estructuras dogmticas de esos tiempos sino simplemente como una opcin alternativa, igualmente irracional y autoritaria, que finalmente triunf no por su mayor coherencia lgica sino por su mejor rendimiento tecnolgico.Feyerabend inicia su libroContra el mtodocon el siguiente prrafo:El siguiente ensayo est escrito con la conviccin de que el anarquismo, aunque quiz no sea la filosofa poltica ms atractiva ciertamente es una medicina excelente para la epistemologa y para la filosofa de la ciencia

Y el captulo I de ese mismo libro termina con su prrafo ms famoso:Queda claro, entonces, que la idea de un mtodo fijo, o de una teora fija de la racionalidad, descansa en una imagen demasiado simple del hombre y sus circunstancias sociales. Para aquellos que contemplan el rico material proporcionado por la historia y que no intentan empobrecerlo para satisfacer sus instintos ms bajos o sus deseos de seguridad intelectual en forma de claridad, precisin, "objetividad" o "verdad", estar claro que slo hay un principio que puede defenderse en todas las circunstancias y en todas las etapas del desarrollo humano. Este principio es:todo se vale.

A continuacin, Feyerabend procede a sealar que el principio enunciado aconseja ir en contra de las reglas; por ejemplo, ante los empiristas que creen en la induccin (los cientficos que consideran que son los hechos experimentales los que deciden si sus teoras son correctas o incorrectas) debe procederse en forma contraintuitiva, o sea que deben construirse hiptesis que contradigan de manera flagrante y abierta las teoras ms aceptadas y confirmadas, o que se opongan a los hechos ms contundentes. Slo as se lograr mantener la frescura y el avance de la ciencia. Consciente de que sus crticos reaccionaran sealando que esto simplemente es la proposicin de otra metodologa ms (que en Mxico llamaramos la de "contreras"), Feyerabend seala:Mi intencin no es reemplazar un juego de reglas generales por otro; ms bien mi intencin es convencer al lector de que todas las metodologas, incluyendo a las ms obvias, tienen sus lmites. La mejor manera de mostrar esto es demostrar no slo los lmites sino hasta la irracionalidad de algunas reglas que l o ella (los empiristas) posiblemente consideran como bsicas... Recurdese siempre que las demostraciones y la retrica utilizadas no expresan alguna "conviccin profunda" ma. Simplemente muestran lo fcil que es convencer a la gente de manera racional. Un anarquista es como un agente secreto que le hace el juego a la razn para debilitar su autoridad (y la de la verdad, la honestidad, la justicia, y as sucesivamente).

Siguen siete captulos repletos de observaciones penetrantes, agudas, extensamente documentadas y sistemticamente iconoclastas, prueba definitiva de que Feyerabend no slo es un anarquista sincero sino que adems es un dialctico formidable y un polemista temible. En varios apndices y captulos ulteriores repasa los trabajos de Galileo en relacin con el esquema de Coprnico y sugiere que Galileo triunfa no por sus argumentos cientficos sino por su estilo literario, por sus artes de persuasin, porque escribe en italiano en vez de hacerlo en latn, y porque se dirige a un pblico opuesto temperamentalmete a las ideas antiguas y a los patrones del conocimiento asociados a ellas. Despus de otros captulos ms, en donde propone abolir la distincin entre los contextos de descubrimiento y de justificacin, entre los trminos tericos y los observacionales, entre la ciencia y la mitologa, y en donde adems critica duramente los esquemas de Popper y de Lakatos, termina con una ltima y sonora andanada que l mismo resume como sigue:Por lo tanto, la ciencia est ms cerca de la mitologa de lo que la filosofa de la ciencia estara dispuesta a admitir. Es solamente una de las muchas formas de pensamiento desarrolladas por el hombre, y ni siquiera necesariamente la mejor. Es conspicua, ruidosa e impdica, y adems slo es intrnsecamente superior para aquellos que se han decidido previamente a favor de cierta ideologa, o que la han aceptado sin antes examinar sus ventajas y sus lmites. Y como la aceptacin o el rechazo de ideologas debe ser un asunto individual, la separacin del Estado y la Iglesia debe suplementarse con la separacin del Estado y la ciencia, que es la institucin religiosa ms reciente, ms agresiva y ms dogmtica. Tal separacin podra ser nuestra nica oportunidad de alcanzar la humanizacin de que somos capaces pero que nunca hemos realizado en su totalidad.

Tres aos ms tarde (1978) Feyerabend public su libroLa ciencia en una sociedad libre,que consta de tres partes: la primera son comentarios sobre algunos aspectos deContra el mtodoque se le haban quedado en el tintero, la segunda es la extensin lgica de sus ideas sobre el anarquismo cientfico y el "todo se vale" metodolgico, que termina con sus fascinantes notas autobiogrficas, y la tercera es una coleccin de respuestas a algunas revisiones crticas de su libroContra el mtodo.De esta ltima parte slo dir dos cosas: la primera, se llamaConversaciones con iletrados,y la segunda, es un despliegue esplndido pero despiadado del extraordinario talento dialctico de Feyerabend.Pero ya hemos dicho demasiado acerca de las ideas y el estilo de Feyerabend y es tiempo que revisemos algunas de las crticas que se les han hecho a las primeras. Sin embargo, voy a citarlo textualmente por ltima vez, tomando una parte del prrafo con el que concluye sus reflexiones autobiogrficas. Dice as:Quedan dos opciones. Podra empezar a participar en alguna tradicin e intentar reformarla desde dentro. Creo que esto sera importante. Los tiempos en que los Grandes Cerebros se asociaban con los Grandes Poderes de la sociedad para dirigir las vidas del resto, aun de la manera ms gentil, se han ido extinguiendo (excepto en Alemania). Cada vez ms civilizaciones suben al estrado de la poltica mundial, cada vez se recuperan ms tradiciones de los pueblos que forman el hemisferio occidental. El individuo puede participar en esas tradiciones (si lo aceptan) o callarse la boca, lo que no puede hacer es dirigirse a ellas como si fueran estudiantes en un saln de clases. Yo he sido un miembro algo errtico de una tradicin seudocientfica desde hace demasiado tiempo, de modo que podra tratar de estimular desde dentro las tendencias con las que simpatizo. Esto estara de acuerdo con mi inclinacin a usar la historia de las ideas para explicar fenmenos que me intrigan y para experimentar con formas de expresin distintas de la prosa escolstica para presentar o exponer ideas. Pero no tengo mucho entusiasmo por tal trabajo, especialmente porque pienso que campos como la filosofa de la ciencia, o la fsica de las partculas elementales, o la filosofa ordinaria del lenguaje, o el kantismo, no deberan reformarse sino que debera permitirse que murieran su muerte natural (son demasiado caros y el dinero que se gasta en ellos se necesita con mayor urgencia en otras partes). Otra posibilidad es iniciar una carrera como artista(entertainer).Esto me atrae mucho. Traer una leve sonrisa a las caras de los que han sido heridos, deprimidos o desilusionados, a los que han sido paralizados por alguna "verdad" o por el miedo a la muerte, me parece un logro infinitamente ms importante que el descubrimiento intelectual ms sublime: en mi escala de valores Nestroy, George S. Kaufman y Aristfanes estn muy por encima de Kant, Einstein y sus anmicos imitadores. stas son las posibilidades: qu har? Slo el tiempo lo dir...

Este hermoso y sentido prrafo se public hace diez aos. Hasta donde yo s, Feyerabend sigue siendo el mismo profesor original, brillante e iconoclasta, de filosofa de la ciencia en California y en Viena, por lo que todos debemos felicitarnos. Su funcin es tan importante hoy como fue la de Scrates en la Atenas de Pericles. Ojal que la contine desempeando por muchos aos; el mundo lo necesita ahora ms que nunca. En relacin con el mtodo cientfico, la posicin de Feyerabend es que histricamente no ha existido y que es gracias a la anarqua que la ciencia ha progresado. Los cientficos han hecho de todo, de ste y del otro lado de la tica profesional, para avanzar y hacer triunfar sus teoras favoritas. Cuando se ha tratado de escoger entre dos o ms teoras sobre los mismos fenmenos, la decisin nunca ha sido racional y objetiva porque las teoras distintas son inconmensurables. Dentro de esta anarqua, tanto el cambio como el crecimiento de la ciencia se explican por factores externos, como ideologas, preferencias subjetivas, estilo literario, propaganda, mercadotecnia, etc. El nico principio objetivo (o sea, no basado en factores externos) que admite Feyerabend es que una teora cientfica puede eliminarse por deficiente cuando se demuestra que contiene una incongruencia interna. Este principio no es ni irracional ni anarquista sino que est basado en la lgica y es el taln de Aquiles del anarquismo filosfico de Feyerabend. La razn es bien sencilla: los mismos argumentos que esgrime Feyerabend para considerar a la ciencia como una ideologa pueden usarse para calificar a la filosofa como otra ideologa. Por lo tanto, una teora filosfica ser deficiente y deber abandonarse cuando se descubra que encierra una incongruencia interna.Debe mencionarse que Feyerabend discute este mismo punto con su dialctica corrosiva, preguntndose en forma retrica: "qu hay de malo con las incongruencias?", y procediendo a rechazar el argumento de que la consecuencia de aceptar incongruencias sea el caos irracional, argumentando que en la ciencia algunas teoras incongruentes han contribuido al progreso. Sin embargo, este hecho no basta para abandonar el principio lgico de la no contradiccin, ya que las teoras incongruentes que han contribuido al progreso de la ciencia lo han hecho gracias a que nuevos hechos las transformaron en congruentes. En ninguno de sus escritos extiende Feyerabend su irracionalismo, postulado como un elemento constante para la ciencia, a la propia naturaleza; su pleito no es con la realidad externa, ni con los que pretendemos estudiarla y conocerla, los seres humanos que ejercemos la profesin de cientficos, sino con los instrumentos lgicos que pretendemos usar para cumplir con nuestros objetivos.Finalmente, Feyerabend aprueba el concepto de la inconmensurabilidad de los paradigmas cientficos de Kuhn pero en cambio rechaza los periodos cclicos de ciencia normal y revolucin, alegando que ni existen ni han existido nunca, por lo que no pueden explicar el crecimiento de la ciencia. ste se explica como resultado del juego entre la tenacidad con que se sostienen unas teoras y la proliferacin de otras teoras. Feyerabend dice:Adems, es la invencin de nuevas ideas y el intento de asegurar para ellas un sitio digno en la competencia lo que lleva a la eliminacin de los paradigmas viejos y familiares. Tal invencin se realiza continuamente todo el tiempo, aunque es slo durante las revoluciones que nos llama la atencin. Tal cambio en la atencin no refleja modificacin estructural profunda alguna (como por ejemplo la transicin entre la solucin de acertijos y la especulacin filosfica o poner a prueba las teoras fundamentales). No es otra cosa que un cambio en el inters y en la publicidad.

De manera que, segn Feyerabend, la ciencia consiste en la interaccin constante de dos partes, la normal y la filosfica, y tal interaccin es la responsable de su crecimiento. Pero entonces, el mismo Feyerabend se pregunta, por qu es que los elementos revolucionarios aparecen o se hacen visibles slo en raras ocasiones? No es se un simple hecho histrico que apoya a Kuhn y refuta a Feyerabend? De ninguna manera, se trata de que el componente establecido de la ciencia resiste con tenacidad el cambio, y tal resistencia se hace ms firme en los periodos en los que el cambio parece inminente; la resistencia est dirigida en contra del componente filosfico y lo trae a la conciencia pblica. Feyerabend dice:Las generaciones ms jvenes, siempre interesadas en las cosas nuevas, se apoderan de los nuevos materiales y los estudian vidamente. Los periodistas, siempre a la bsqueda de noticias mientras ms absurdas, mejor publican los nuevos descubrimientos (que son los elementos del componente filosfico que estn ms radicalmente en desacuerdo con los puntos de vista aceptados mientras conservan cierta plausibilidad y quiz hasta algn apoyo en los hechos). stas son algunas de las razones para las diferencias que percibimos. No creo que debiera buscarse algo ms profundo.

IX.2. EVOLUCIN HISTRICA DE LAS IDEAS SOBRE EL MTODO CIENTFICO

Es importante sealar que por "mtodo cientfico" entiendo la suma de los principios tericos, de las reglas de conducta y de las operaciones mentales y manuales que usaron en el pasado y hoy siguen usando los hombres de ciencia para generar nuevos conocimientos cientficos. Creo que los principales esquemas propuestos sobre este mtodo a travs de la historia pueden clasificarse en las siguientes cuatro categoras:1)Mtodo inductivo-deductivo.Para los proponentes de este esquema la ciencia se inicia con observaciones individuales, a partir de las cuales se plantean generalizaciones cuyo contenido rebasa el de los hechos inicialmente observados. Las generalizaciones permiten hacer predicciones cuya confirmacin las refuerza y cuyo fracaso las debilita y puede obligar a modificarlas o hasta rechazarlas. El mtodo inductivo-deductivo acepta la existencia de una realidad externa y postula la capacidad del hombre para percibirla a travs de sus sentidos y entenderla por medio de su inteligencia. para muchos partidarios de este esquema, tambin nos permite explotarla en nuestro beneficio. Pertenecen a este grupo Aristteles y sus comentaristas medievales, Francis Bacon, Galileo, Newton, Locke, Herschel, Mill, los empiristas, los positivistas lgicos, los operacionistas y los cientficos contemporneos en general.2) Mtodo a priori-deductivo.De acuerdo con este esquema, el conocimiento cientfico se adquiere por medio de la captura mental de una serie de principios generales, a partir de los cuales se deducen sus instancias particulares, que pueden o no ser demostradas objetivamente. Estos principios generales pueden provenir de Dios o bien poseer una existencia ideal, pero en ambos casos son invariables y eternos. Entre los pensadores que han militado en este grupo se encuentran Pitgoras, Platn, Arqumedes, Descartes, Leibniz, Berkeley, Kant (con reservas) y Eddington, los idealistas y la mayor parte de los racionalistas.3)Mtodo hipottico-deductivo.En este grupo caben todos los cientficos y filsofos de la ciencia que han postulado la participacin inicial de elementos tericos o hiptesis en la investigacin cientfica, que anteceden y determinan a las observaciones. De acuerdo con este grupo, la ciencia se inicia con conceptos no derivados de la experiencia del mundo que est "ah afuera", sino postulados en forma de hiptesis por el investigador, por medio de su intuicin. Adems de generar tales conjeturas posibles sobre la realidad, el cientfico las pone a prueba, o sea que las confronta con la naturaleza por medio de observaciones y/o experimentos. En este esquema del mtodo cientfico la induccin no desempea ningn papel; de hecho es evitada conscientemente por muchos de los miembros de este grupo. Aqu se encuentran Hume, Whewell, Kant (con reservas), Popper, Medawar, Eccles y otros (no muchos) cientficos y filsofos contemporneos.4)No hay tal mtodo.Dentro del grupo de pensadores que niegan la existencia de un mtodo cientfico podemos distinguir dos tendencias: por un lado, estn los que afirman que el estudio histrico nunca ha revelado un grupo de reglas tericas o prcticas seguidas por la mayora de los investigadores en sus trabajos, sino todo lo contrario; por el otro lado, se encuentran los que sealan que si bien en el pasado pudo haber habido un mtodo cientfico, su ausencia actual se debe al crecimiento progresivo y a la variedad de las ciencias, lo que ha determinado que hoy existan no uno sino muchos mtodos cientficos. El mejor y ms sobresaliente miembro de la primera tendencia es Feyerabend, mientras que en la segunda se encuentran varios de los bilogos tericos, como Ayala, Dobshansky y Mayr, as como algunos de los racionalistas contemporneos.En forma igualmente breve, a continuacin voy a hacer un anlisis crtico de cada uno de los cuatro grupos genricos de mtodos cientficos sealados arriba, aunque slo sea para indicar en forma somera algunas tendencias filosficas relevantes.En relacin con elmtodo inductivo-deductivo,conviene considerar a los tres postulados del inductivisino, que son:1) la ciencia se inicia con la observacin de los hechos;2) tal observacin es confiable y con ella se puede construir el conocimiento cientfico, y3) ste se genera por induccin, a partir de los enunciados observacionales. Comentar en ese orden cada uno de los tres postulados.1)La ciencia se inicia con la observacin de los hechos.Para el inductivista es fundamental que la percepcin de los fenmenos sea objetiva, es decir, que est libre de sesgos o parcialidades introducidas por la personalidad, experiencia o intereses del observador. Un corolario de este postulado es que diferentes investigadores colocados en las mismas circunstancias deben hacer las mismas observaciones. Sin embargo en la realidad ninguno de estos dos requerimientos se cumplen, pues no todos vemos lo mismo cuando miramos un objeto, y la capacidad de los sentidos del cientfico para registrar distintos tipos de fenmenos vara no slo con su experiencia y educacin, sino que depende de manera primaria de sus conceptos e ideas preconcebidas. Pero adems, se ha insistido en que la ciencia no se inicia con la observacin de los hechos porque primero debe decidirse cules hechos vamos a observar, por qu los vamos a observar y cmo los vamos a observar.2)La observacin cientfica es confiable.Existen tres factores que restringen el otorgamiento de confianza ilimitada a la observacin cientfica:i)el nivel de desarrollo del campo especfico al que se pretende incorporar el nuevo conocimiento, que si es muy primitivo garantiza una vida media muy breve a la informacin reciente, por la sencilla razn de que muy pronto vendr otra ms precisa o diferente a sustituirla;ii)la moda cientfica del momento, un factor muy complejo pero no por eso menos real, que determina (a veces dolosamente) si la observacin reportada se incorpora o no alcorpusaceptado oficialmente por el "colegio invisible" relevante;iii)la existencia del fraude cientfico que, aunque excepcional, socava la confianza ciega en la observacin cientfica. Sin embargo, con las reservas mencionadas, concluyo que la observacin cientfica es confiable dentro de ciertos lmites. Pero dada la naturaleza del conocimiento sta no es una propiedad absoluta, permanente y ni siquiera muy importante. Es cierto que, cuando hablamos o escribimos, los cientficos tenemos el inters comn de decir "el menor nmero posible de mentiras por minuto". Pero tambin tenemos conciencia de que nuestras observaciones no son perfectas y que con mejores mtodos seguramente las podremos hacer ms precisas.3)El problema de la induccin.En 1748 el filsofo escocs David Hume public su libroAn inquiry concerning human understanding(Un examen del entendimiento humano)en donde demuestra que la creencia de que con base en experiencias previas es posible utilizar el presente para predecir el futuro es lgicamente insostenible. Esta conclusin afect en forma grave al pensamiento cientfico, en vista de que tanto la causalidad como la induccin resultan ser operaciones sin fundamento lgico, y ambas son fundamentales para la ciencia. El propio Hume se dio cuenta de que sus ideas iban en contra del sentido comn y de creencias intuitivas universales, determinantes de la mayor parte de sus actos y pensamientos cotidianos; sin embargo, aunque lo intent seriamente, no encontr argumentos en contra de la lgica inexorable de su pensamiento, y lo mismo ha sucedido desde entonces hasta nuestros das con la mayora de los filsofos que han intentado reivindicar a la induccin como una operacin lgicamente legtima.Cul es la posicin actual delmtodo inductivo-deductivo?Desde luego, entre el pblico no profesional de la ciencia, as como entre la gran mayora de los cientficos, la idea ms generalizada de cmo se hace la ciencia es la siguiente: existe un mundo exterior histrico y real, cuyo conocimiento es el objetivo de la investigacin cientfica; los hombres de ciencia invierten su tiempo en la observacin cuidadosa de ese mundo, anotando absolutamente todo lo que registran con sus sentidos. Poco a poco, de este noble esfuerzo irn surgiendo los principios generales que explican los hechos registrados y que adems nos permitirn predecir gran parte de la majestuosa totalidad de la naturaleza. En cambio, para la mayor parte de los filsofos y para unos cuantos hombres de ciencia (ciertamente, de muy alto nivel), la objecin de Hume es vlida e impide aceptar a la induccin como parte del mtodo cientfico. Recientemente Harold Himsworth, un mdico ingls con antiguo, slido y bien ganado prestigio como profesor e investigador biomdico, public un librito (apenas tiene 99 breves pginas) con el ttuloConocimiento cientfico y pensamiento filosfico (Scientific Knowledge and Philosophic Thought),en el que se pregunta si las proposiciones con estructura lgica impecable son necesariamente vlidas, aun cuando contradigan a la experiencia derivada directamente de la realidad.Himsworth acepta que en su rechazo de la induccin, la lgica de Hume es irrefutable, pero se pregunta si la solucin al problema no estar ms bien en las premisas del planteamiento. Cuando Hume considera que el curso de la naturaleza puede cambiar, slo est tomando en cuenta una de las dos alternativas posibles; la otra es que el curso de la naturaleza no cambie. Himsworth seala:Por lo tanto, segn empecemos por la proposicin de que el curso de la naturalezapuedecambiar, o por la proposicin de que puede no cambiar, la lgica nos llevar inexorablemente a conclusiones diametralmente opuestas. Si optamos por la primera de estas proposiciones nos veremos obligados, como Hume, a concluir que es imposible razonar del pasado al presente y que nuestra creencia en la causalidad est equivocada. En cambio, si optamos por la segunda proposicin, nos veremos inclinados con la misma fuerza a concluir que s es posible razonar de esa manera y que nuestra creencia en causa y efecto est completamente justificada. Segn la proposicin de que se parta, ambas conclusiones son igualmente lgicas. Por lo tanto, es imposible decidir entre ellas en esa base.

El criterio que Himsworth propone para decidir si la naturaleza es o no regular no es lgico sino experimental; despus de sealar que cualquier alteracin en el curso regular de la naturaleza sera un hecho observable, cita el ejemplo siguiente:Si arrojo una piedra al aire espero, con base en experiencias previas, que tarde o temprano, caiga al suelo. Sin embargo, si la fuerza de la gravedad se suspendiera, la piedra no caera sino que continuara su viaje hacia el espacio exterior... Sin embargo, esto da una imagen totalmente inadecuada de lo que pasara si cesara la fuerza gravitacional. El efecto no se limitara a ninguna clase particular de objetos. Todo lo que tiene peso se vera afectado; por ejemplo, este planeta ya no sera capaz de retener su atmsfera como resultado, todos los organismos vivos que dependen del aire para respirar moriran, y no quedara nadie para experimentar algo. Por lo tanto, el hecho de que hay, haya tales criaturas vivas significa que mientras han existido, la gravedad ha estado operando; adems, que mientras continen existiendo la gravedad no cesar de operar.

El problema de la induccin parece centrarse en la posibilidad de que la regularidad de la naturaleza se suspenda; naturalmente, todos reconocemos la casi infinita variabilidad del mundo exterior, junto con nuestra inmensa versatilidad interior, pero tambin tenemos conciencia de que tales oscilaciones ocurren dentro de rangos de tolerancia bien definidos. Las violaciones a las leyes naturales no se refieren a la aparicin de diferencias cuantitativas o cualitativas dentro del mismo tipo, gnero o especie, sino a la ocurrencia de un episodio que viola los mandatos aceptables dentro del orden definido. En ltima instancia, el problema es que puestos ante la alternativa de una posibilidad lgica y su ocurrencia real, Hume le da ms peso a la primera mientras que Himsworth se inclina por la segunda. Mi conclusin es que aunque Hume pens que estaba determinando los lmites del conocimiento humano, lo que en realidad demostr fueron las limitaciones del pensamiento abstracto, por ms lgico que sea, como instrumento para avanzar el conocimiento de la realidad.Respecto almtodo a priori-deductivo,en realidad tiene dos vertientes distintas: la platnica o cartesiana y la kantiana. La vertiente cartesiana postula que por medio de la razn es posible establecer los principios ms generales que regulan la naturaleza y a partir de ellos deducir a la realidad; en cambio, la vertiente kantiana sostiene que la razn pura es incapaz de alcanzar conocimiento alguno sobre el mundo exterior y que se requiere de la experiencia de nuestros sentidos, pero que esta experiencia slo la conocemos despus de que ha sido elaborada y estructurada por medio de los imperativos categricos (realmente,categoras imperativas). Adems, la vertiente kantiana afirma que la verdadera realidad nos est vedada, ya que lo nico que percibimos de ella son las sensaciones que estimula en nuestros rganos de los sentidos, si tuviramos otros rganos sensoriales, capaces de percibir propiedades distintas del mundo exterior, nuestra imagen de la realidad sera muy diferente, pero ella seguira siendo la misma, y tambin seguira siendo inalcanzable. A pesar de que las dos vertientes delmtodoa priori-deductivoson tan distintas, ambas postulan que nuestro contacto con el mundo exterior no es directo sino que ocurre a travs de estructuras previamente establecidas (o sea, apriori), en el primer caso por la razn pura y en el segundo caso por la razn crtica.El destino histrico de estas dos vertientes ha sido interesante; por un lado, el mismo Descartes se dio cuenta de que la deduccin de la naturaleza, a partir de sus principios generalesa priori,no lo llevaba muy lejos y pronto se vio obligado a echar mano de otros elementos empricos, como el anlisis geomtrico de problemas pticos, el uso de analogas, hiptesis y modelos, y hasta la prctica personal de disecciones (transformndose en otro preclaro ejemplo de que para conocer el mtodo cientfico no hay que prestar atencin a lo que los investigadores dicen que hacen, sino a lo que realmente hacen); por el otro lado, gracias a metamorfosis ms o menos sutiles, los 12 imperativos categricos kantianos originales se incorporaron a la psicologa del sigloXIXy muchos de ellos sobreviven hasta hoy, protegidos por diferentes disfraces, como las "nociones psicolgicas de tiempo y espacio", o los conceptos de causalidad, reciprocidad, posibilidad, existencia y otros.Elmtodo hipottico-deductivopostula que el investigador se asoma a la naturaleza bien provisto de ideas acerca de lo que espera encontrar, portando un esquema preliminar (pero no por eso simple) de la realidad; en otras palabras, la ciencia se inicia con problemas, que son el resultado de las discrepancias entre las expectativas del cientfico y lo que se encuentra en la realidad. La ciencia empieza en el momento en que la estructura hipotticamente anticipada de un segmento de la naturaleza no corresponde a ella. Pues bien, una de las objeciones ms graves al esquema de Popper es que no toma en cuenta que en la confrontacin de las hiptesis con los hechos, los responsables de la discordancia no siempre son las teoras: tambin los hechos pueden estar equivocados. No hay nada en la lgica de la situacin que exija que siempre deba ser la hiptesis la rechazada cuando hay discrepancia con la "realidad". Todos los investigadores cientficos activos sabemos lo difcil que es estar seguro de que los experimentos, observaciones, analogas o comparaciones con que trabajamos son realmente como parecen ser; existen numerosos ejemplos de rechazos de "hechos" y conservacin de la hiptesis que pareca haber sido falseada por ellos. El mismo Popper sugiere que slo se usen los resultados observacionales que ya han sido repetidos y confirmados por otros investigadores (los llama "enunciados bsicos") y que se guarde reserva para los que todava estn en espera de esa confirmacin. Pero el argumento le roba su carcter ntido y definitivo almtodo hipottico-deductivo,pues resulta que las hiptesis no se pueden falsear en forma clara y concluyente porque las pruebas a las que se someten tampoco arrojan resultados absolutos y completamente confiables, sino ms bien probables y perfectibles.Otra objecin almtodo hipottico-deductivoes histrica. Si los cientficos se hubieran atenido rigurosamente al falsacionismo, muchas de las teoras ms slidas de la ciencia nunca hubieran podido alcanzar su desarrollo actual; en efecto, haban sido rechazadas cuando se propusieron pues fueron confrontadas con distintos "hechos" que las contradecan o falseaban. Sin embargo, esas teoras siguieron en boga, crecieron y poco a poco superaron a los "hechos" contradictorios, una vez que se demostr que eran equivocados o producto de las limitaciones tcnicas de su tiempo.Otro de los principios centrales en elmtodo hipottico-deductivoes que no existen las observaciones puras, o sea aquellas que se hacen en ausencia de algn tipo de esquema o hiptesis preconcebido. Pero si esto es as, entonces las hiptesis deben surgir de manera independiente de las observaciones. Para llegar a esta conclusin Popper se pregunta, "qu es primero, la hiptesis o la observacin?", lo que inmediatamente recuerda la otra pregunta, "qu es primero, la gallina o el huevo?" Como Popper responde esta segunda interrogacin diciendo, "un tipo anterior o primitivo de huevo", la respuesta a su primera pregunta es, naturalmente, "un tipo anterior o primitivo de hiptesis". Pero esto lo coloca de inmediato en algo que en lgica se conoce como regresin infinita, porque cada hiptesis ir precedida por otra anterior, y as sucesivamente. Para escapar de esta trampa Popper postula que elH. sapiensposee genticamente una serie de expectativasa priori(o sea, anteriores a cualquier experiencia) que le hacen esperar regularidades o que le crean la necesidad de buscarlas. Pero los cientficos activos sabemos muy bien que no todas las observaciones van precedidas de hiptesis, sino que a veces surgen hechos sorpresivos o fortuitos, o resultados totalmente inesperados, para los que entonces es necesario construir una hiptesis. Incluso los cientficos hemos adoptado un nombre especfico para designar este tipo de episodio, "serendipia", que significa "capacidad de hacer descubrimientos por accidente y sagacidad, cuando se est buscando otra cosa". Himsworth se refiere al papel de estos episodios en la investigacin como sigue:Por lo tanto, debemos reconocer que, en la vida real, las observaciones van desde las que son totalmente inesperadas hasta las que estn completamente de acuerdo con las expectativas. Sin embargo, la mayora caen entre esos dos extremos. En otras palabras, la observacin excepcional es la que no contiene elementos inesperados y, por lo tanto, no buscados. De hecho si las cosas no fueran as, no tendra sentido hacer investigacin.

Finalmente, recordemos que Popper acepta el juicio de Hume y rechaza cualquier proceso inductivo en la ciencia, o sea que no se puede citar el resultado de un experimento como prueba favorable a una hiptesis determinada. Si tal resultado fue predicho a partir de la hiptesis, lo nico que puede decirse es que no ha sido refutada. No es vlido sugerir que el resultado apoya o refuerza a la hiptesis porque sera un pensamiento inductivo. Muchos de los cientficos que han aceptado las ideas de Popper realmente no lo han tomado en serio y mientras ostensiblemente aplauden el esquema hipottico-deductivo continan actuando subrepticiamente dentro del concepto inductivo-deductivo clsico. Sin embargo, si se enfrentaran a algunas de las premisas claves del pensamiento popperiano, como que no existen criterios para determinar la verdad de cualquier teora, que las observaciones (los llamados "hechos") son irrelevantes como criterios de verdad, y que adems son intiles para inferir o construir teoras y que slo sirven para falsificarlas, quiz reconsideraran su afiliacin popperiana.La posturaanarquistaen relacin con el mtodo cientfico incluye a los que niegan que tal mtodo haya existido en otros tiempos o existe actualmente pero va ms all, al predicar que adems est bien que as sea, pues de otra manera introducira restricciones perniciosas en la prctica de la ciencia. Como ya mencionamos, los argumentos de Feyerabend son de dos tipos, histricos y de exhortacin moral. En relacin con los primeros, Feyerabend usa ejemplos de descubrimientos realizados en fsica y astronoma en los que no parece reconocerse mtodo alguno, sino todo lo contrario incluyendo maniobras como supresin de datos opuestos a las hiptesis favoritas trucos propagandsticos, apelacin emocional, etc.; pero generalizar a partir de esos ejemplos, como l lo hace, a todas las ciencias de todos los tiempos, parece peligroso no slo porque se trata de una induccin sino porque es utilizar un mtodo cientfico para demoler la existencia del mtodo cientfico. Es seguro que si Feyerabend fuera experto no en la historia de los trabajos cientficos de Galileo sino en los de Claude Bernard y los fisilogos de su tiempo, su opinin sobre la realidad del mtodo cientfico sera diferente. Feyerabend tambin seala que las dos reglas usadas por los filsofos de la ciencia, la "condicin de consistencia" y el "principio de autonoma", pueden ser sustituidas por las reglas opuestas que, a pesar de ser igualmente plausibles, llevan a resultados contrarios. La condicin de consistencia exige que "las nuevas hiptesis estn de acuerdo con las teoras aceptadas", mientras que el principio de autonoma postula que "los hechos pertenecientes al contenido emprico de alguna teora son accesibles al margen de que se consideren o no otras teoras alternativas". Pero la condicin de consistencia enunciada por Feyerabend simplemente no es la utilizada por la mayor parte de los filsofos de la ciencia; por ejemplo, Newton-Smith la enuncia como sigue:En igualdad de circunstancias, las nuevas teoras debern estar de acuerdo con los aspectos observacionales comprobados de las teoras aceptables y aceptadas actualmente.

Adems, la regla opuesta que propone Feyerabend es la de la proliferacin de las teoras, especialmente aquellas incompatibles con las aceptadas corrientemente, que aunque tiene algo a su favor ("La variedad de opinin es necesaria para el conocimiento objetivo") llevara muy pronto al caos si cada quien estuviera inventando continuamente teoras sobre un mismo tema.Naturalmente, lo anterior no pretende resumir la evolucin de todas las ideas sobre el mtodo cientfico a travs de la historia, sino slo sealar algunas crticas surgidas en contra de las principales tendencias genricas, que agrupan a los diferentes conceptos revisados en los captulos previos. Los filsofos de la ciencia profesionales, junto con unos cuantos cientficos interesados seriamente en los aspectos filosficos de su profesin, saben muy bien que he dejado mucho sin mencionar, pero creo que estarn de acuerdo en que todo lo incluido corresponde en forma razonable a la realidad.

CUL ES LA ONTOLOGA CONTEMPORNEA DEL MTODO CIENTFICO?Voy a iniciar esta parte del captulo sealando que existe un grupo de cientficos que piensa que si bien en otros tiempos era posible hablar de un mtodo cientfico, debido al gran desarrollo de las ciencias fsicas en comparacin con las otras ciencias naturales, actualmente el campo total de la ciencia es tan complejo y heterogneo que ya no es posible identificar a un mtodo que sea comn a todas ellas. En la actualidad ya sabemos que no todos los fenmenos naturales son reducibles a expresiones matemticas, que no todos los hechos que constituyen la realidad son analizables experimentalmente, que no todas las hiptesis vlidas pueden confrontarse con la realidad a la que se refieren, que al determinismo y mecanicismo que prevalecieron en la fsica y la astronoma de los siglosXVIaXIXdeben agregarse ahora los procesos estocsticos, la pluralidad de causas, la organizacin jerrquica de gran parte de la naturaleza, la emergencia de propiedades no anticipables en sistemas complejos, y otros aspectos ms, derivados no slo de las ciencias biolgicas sino tambin de las sociales, como la economa, la poltica y la historia.Mientras los filsofos consideraron a la fsica y a la astronoma de los siglosXVIIaXIXcomo los paradigmas de la ciencia, las discusiones sobre el mtodo cientfico giraron alrededor del papel de los conceptosa priori,de la matematizacin del conocimiento cientfico, del papel crucial de los experimentos y de los criterios para escoger entre diferentes hiptesis o teoras, al expandirse las ciencias naturales gracias al crecimiento de la biologa y al desarrollo vigoroso de otras disciplinas relacionadas con el hombre, el panorama de la ciencia ha cambiado radicalmente y requiere una reconsideracin total de la filosofa de la ciencia. Naturalmente, es posible definir la ciencia de tal manera que la biologa moderna y todas las disciplinas ms jvenes (especialmente las ciencias sociales) queden excluidas, lo que automticamente nos colocara de espaldas a los avances cientficos de los ltimos 100 aos, cuando Darwin acabada de publicar su revolucionario libro.El origen de las especies(aparecido en 1859); a pesar de que los 1 250 ejemplares de la primera edicin se vendieron el mismo da de su publicacin, y que al ao siguiente se realiz el clebre duelo verbal entre Thomas Huxley y el obispo Wilberforce, durante la reunin de la Asociacin Britnica en Oxford, todava transcurrieron varias dcadas para que se empezara a tener conciencia de la profunda transformacin que haba ocurrido en las ciencias biolgicas. En ese ambiente decimonnico, la filosofa de la ciencia concentrada en la fsica y en la astronoma de su tiempo cumpli decorosamente por ltima vez, con su funcin. A partir de entonces, en la medida en que se ha quedado en la misma tesitura, ignorando la colosal transformacin de las ciencias en los ltimos cien aos, la filosofa de la ciencia se ha ido apartando de la realidad y se ha ido convirtiendo en lo que tristemente es hoy, en el concepto y la mente de muchos filsofos y de casi todos los cientficos activos: una estructura terica anacrnica y remota, con escasa o ninguna relacin con la filosofa y la ciencia contemporneas.Yo poseo por lo menos una docena de textos ms o menos recientes, escritos por individuos bien intencionados y de muy distintas profesiones, que pretenden describirelmtodo cientfico para diferentes especialidades y para niveles muy variables de escolaridad. El contenido de estos manuales no es uniforme, pero todos coinciden en los tres puntos siguientes:1) slo existeunmtodo cientfico,2) las leyes cientficas son universales, y3) la observacin, los experimentos y su anlisis matemtico son muy importantes. En ninguno de los textos que estoy comentando se mencionan la complejidad y la heterogeneidad de la ciencia contempornea, el fracaso del reduccionismo del sigloXIX,la naturaleza no cuantitativa (matemtica) de muchos de los conceptos principales de las nuevas ciencias humanas, el carcter revolucionario de las recientes ciencias humansticas, y la creciente irrelevancia de la filosofa de la ciencia para las nuevas generaciones de cientficos. Las recomendaciones de los textos mencionados se leen hoy, igual que se lea hace dos o ms generaciones, el famoso catecismo del padre Ripalda.Cuando se revisan los libros clsicos de filosofa de la ciencia y se comparan con los publicados en aos ms recientes, una de las cosas que llama la atencin es el inters que se tena en el siglo pasado y an a principios de este siglo en definir a la ciencia. Pginas y pginas se dedicaron a especificar y discutir los criterios que (a juicio de los autores) permitan distinguir a la actividad cientfica de otras ocupaciones humanas. En cambio en las ltimas dos generaciones de filsofos de la ciencia tal preocupacin ha desaparecido y uno puede escudriar minuciosamente sus textos sin encontrar ni siquiera la mencin ms somera del problema; cuando ms, habr alguna referencia a los criterios de demarcacin de Popper, casi siempre de carcter crtico. Creo que en relacin con el mtodo cientfico nos encontramos en una etapa de transicin semejante: durante siglos se ha disputado sobre la naturaleza de el mtodo cientfico, y no hay duda que tal controversia ha sido muy generosa en la diversidad de resultados producidos. De ahora en adelante seguramente veremos aparecer cada vez ms textos y discusiones sobre una variedad de mtodos cientficos, determinada por la riqueza y diversidad de las ciencias que se cultivan. Naturalmente, siempre quedar un residuo de filsofos y de cientficos aferrados a la visin decimonnica de la ciencia y su filosofa, que seguirn hablando deelmtodo cientfico, de la matematizacin de la naturaleza y de la reduccin ltima de todas las ciencias a una sola. Como tambin existen y seguirn existiendo ciudadanos mexicanos que dicen y dirn, que los buenos tiempos fuero

IX.4. PARA QU LE SIRVE AL CIENTFICO LA FILOSOFA DE LA CIENCIA?

n octubre de 1987 dos cientficos ingleses publicaron en la revistaNatureun artculo titulado, "En dnde se ha equivocado la ciencia", que contiene una indignada protesta en contra de los filsofos y cientficos que durante este siglo han estado propagando ideas como la incapacidad de la induccin para generar conocimiento, la impotencia de las observaciones para verificar o reforzar hiptesis, las virtudes de la falseabilidad, el relativismo de la verdad cientfica, el anarquismo en la metodologa de la ciencia, y otras ms mencionadas en este libro. Despus de dolerse de que pocas universidades incluyen cursos obligatorios de metodologa de la ciencia entre los crditos que deben cumplir los estudiantes de carreras cientficas, y que en aquellas pocas que lo hacen, muchos profesores estn tratando de sabotear el mtodo cientfico, los autores describen el resultado como sigue:El infeliz estudiante se ve inevitablemente forzado a echar mano de sus propios recursos para recoger al azar y por casualidad, de aqu o de all, fragmentos desorganizados del mtodo cientfico, as como fragmentos de mtodos no cientficos. Y cuando el estudiante se convierta en un investigador profesional, como no posee la educacin y la instruccin necesarias, caminar torpemente en la oscuridad, siguiendo caminos costosos y cerrados y echando mano de cosas tan desconfiables como adivinanzas al azar, conjeturas arbitrarias, corazonadas subjetivas, intuicin accidental, suerte pura, accidentes afortunados, pruebas no planeadas e invariablemente errneas. Puede ser sta una metodologa adecuada para hacer nuevos descubrimientos y lograr aplicaciones benficas? Desde luego que no, pero sta es toda la metodologa que los exponentes de las anttesis recomiendan a los investigadores profesionales.

La opinin de estos autores es que el conocimiento de la filosofa de la ciencia, y en especial del mtodo cientfico, resulta benfico para los investigadores, en vista de que se encuentran ms capacitados para hacer "nuevos descubrimientos y lograr aplicaciones benficas". En cambio, Rosenblueth reconoce que:Aunque parezca paradjico, la mayora de las personas que se dedican a la investigacin cientfica y que contribuyen al desarrollo y progreso de la disciplina que cultivan, no podran formular con precisin su concepto de lo que es la ciencia, ni fijar los propsitos que persiguen, ni detallar los mtodos que emplean en sus estudios, ni justificar estos mtodos.

El artculo de protesta en contra de la filosofa de la ciencia contempornea, publicado por T. Theocharis y M. Psimopolous: "Where Science has Gone Wrong", enNature329: 595-598, 1987.En principio, parecera que estas dos posiciones, la representada por los cientficos ingleses y la mencionada por Rosenblueth, son radicalmente opuestas. Pero la verdad es que mientras los ingleses postulan que si los cientficos conocieran la filosofa de su ocupacin profesional seran mejores investigadores, Rosenblueth seala el hecho histrico de que muchos hombres de ciencia que ignoran esa filosofa han contribuido "al desarrollo y progreso de la disciplina que cultivan"; en otras palabras, mientras los ingleses hacen una hiptesis, Rosenblueth seala un hecho real. Podra demostrarse que las dos opiniones son correctas si se encontrara que los buenos investigadores que ignoran la filosofa de la ciencia se hacen todava mejores cuando la conocen. El experimento no es fcil de hacer, pero su planteamiento permite subrayar la diferencia entre la proposicin de los ingleses y la aseveracin de Rosenblueth.En pginas anteriores hemos mencionado que desde un punto de vista histrico la "filosofa natural" empez a disociarse en ciencia y filosofa durante la revolucin cientfica del sigloXVI, que la separacin fue cada vez ms profunda en los cuatro siglos siguientes, al grado que en la actualidad se trata de dos disciplinas tan alejadas que no slo hablan idiomas diferentes sino que en ambos crculos se consideran mutuamente excluyentes. Por lo menos entre los cientficos, el estudio serio de la filosofa de la ciencia se ve como una extravagancia diletantista, cuando no como una simple prdida de tiempo y esfuerzo; me imagino que, como pertenecen a la misma especie animal, entre los filsofos debe existir una opinin semejante pero inversa. Seguramente que parte de la explicacin es que las dos ramas del que hacer y del pensamiento han crecido y se han desarrollado de tal manera que ya desde hace tiempo resulta imposible cultivarlas ambas con igual profundidad profesional. Pero otra parte de la explicacin (hablo como cientfico) es que la filosofa de la ciencia no ha sabido distinguir entre dos posibles estructuras: la descriptiva y la prescriptiva. Muchos filsofos han intentado (y siguen intentando) describir la estructura de la ciencia y de los mtodos que siguen los cientficos para trabajar en ella, con mayor o menor felicidad en sus resultados. Pero otros filsofos han erigido estructuras que pretenden prescribir la naturaleza que debera tener la ciencia y la forma como deberan pensar y actuar los cientficos para que sus esfuerzos tuvieran validez. Adems, no es raro que, con el paso del tiempo, algunos de los filsofos del primer grupo se transformen en ejemplares del segundo grupo. La reaccin de los cientficos ante tal postura ha sido expresada por Rosenblueth como sigue:Hay otra serie de asertos acerca de lo que es la ciencia, que conviene subrayar y criticar. Son los que han hecho algunos filsofos. En este caso, tales personas conocen generalmente los principios de la crtica de los conceptos, sus aseveraciones son lgicas y, a menudo, hasta retricas. El filsofo, sin embargo, frecuentemente no conoce la ciencia, porque nunca ha sido hombre de ciencia, ni ha pasado por el largo aprendizaje indispensable para la formacin del hombre de ciencia. Sus juicios son, a menudo, falsos e incompletos.

Por ejemplo, de los filsofos de la ciencia de este siglo cuyas ideas revisamos, Kuhn y Lakatos son fundamentalmente descriptivos, el primero de los mecanismos de las revoluciones cientficas y el segundo de la estructura de los programas de investigacin. En cambio, Popper y Feyerabend empiezan tratando de describir a la ciencia y terminan dicindonos cmo debemos trabajar para hacer buena ciencia, el primero recomendando elmtodo hipottico-deductivoy el segundo el anarquismo metodolgico. De estos cuatro filsofos, slo Kuhn inici su carrera como fsico, pero al poco tiempo la cambi por la de historiador de la ciencia y posteriormente se convirti a la filosofa, aunque sin dejar de seguir teniendo su inters principal en la historia; los otros tres siempre han sido slo filsofos. En mi opinin, Kuhn ha documentado de manera adecuada algunos episodios en la fsica y en la astronoma de los siglosXVIyXVII. que corresponden a su descripcin de revolucin cientfica, y esto ha sido extendido por otros historiadores como Cohen a otras disciplinas y a obras pocas, aunque para las ciencias biolgicas los datos no son tan claros o de plano no concuerdan con su esquema; sin embargo, la contribucin ms importante de Kuhn es su demostracin de que para hacer filosofa de la ciencia, la historia debe usarse como algo ms que una fuente de ejemplos. La compleja arquitectura de los programas de investigacin de Lakatos probablemente corresponde a algunos episodios de la fsica, pero en realidad es muy difcil acomodar en la mencionada estructura a las investigaciones que se llevan a cabo en otras ciencias, especialmente las de crecimiento ms reciente. En el caso delmtodo hipottico-deductivode Popper, a lo mencionado antes slo me resta agregar que (a pesar de que algunos grandes cientficos se han declarado a su favor) realmente no conozco ningn investigador que disee sus experimentos para intentar demostrar que sus hiptesis son falsas, sino todo lo contrario; adems, tampoco conozco a nadie en el campo de la ciencia que no use el pensamiento inductivo, o sea que no generalice a partir de instancias individuales. Popper ha dicho que su filosofa seala no cmo se hace la ciencia sino cmo debera hacerse, pero a pesar de la congruencia de sus argumentos los cientficos hemos seguido trabajando como lo hemos hecho siempre. Finalmente, el anarquismo de Feyerabend tiene dos aspectos: uno, caracterizado por sus opiniones ms extremas, como cuando declara que la "ciencia es un cuento de hadas" y que se le debera conceder la misma atencin a otras formas de conocimiento como "la astrologa, la acupuntura y la hechicera", o cuando pone a la ciencia a la par con "la religin, la prostitucin y otras cosas"; este aspecto, como el mismo Feyerabend seala, no debe tomarse en serio. El otro aspecto es el que proclama que la nica regla de metodologa cientfica que no interfiere con el libre desarrollo de la investigacin es "todo se vale" y ya hemos comentado que, con ciertas restricciones, tal libertad de accin est mucho ms cerca de la realidad en la ciencia de nuestros das que la adherencia a un solo mtodo rgido e inflexible.Pero si los cientficos de hoy hemos empezado a darnos cuenta de que los esquemas propuestos por muchos filsofos de la ciencia contemporneos son realmente camisas de fuerza conceptuales heredadas del sigloXIX, y que es necesaria una reconstruccin de la filosofa de nuestras actividades profesionales que considere no slo la historia sino toda la inmensa extensin y complejidad de las ciencias modernas, tambin conviene que nos demos cuenta del surgimiento de una nueva forma de estudiar y de caracterizar a la ciencia, que es a travs de la sociologa del conocimiento. Aunque con antecesores tan importantes como Marx, Nietzsche, Scheler y Freud, probablemente fue Karl Mannheim (1893-1947) la figura inicial en el movimiento desarrollado alrededor de la idea de que el conocimiento surge en situaciones histricas y sociales concretas, a las que necesariamente refleja. Para Mannheim la epistemologa est determinada socialmente, por lo que en sociedades distintas el conocimiento ser diferente, no nada ms en la forma en que se expresa sino en su contenido mismo. Este relativismo (que ya se mencion al hablar de Kuhn) se form al mismo tiempo que floreca el positivismo lgico, que como ya vimos buscaba establecer el conocimiento cientfico sobre bases tan slidas, permanentes e inalterables como la lgica y la experiencia objetiva de los sentidos; la influencia del positivismo se dej sentir en Mannheim, quien haca excepcin de la lgica y de las matemticas como las nicas formas del conocimiento que no estaban influidas por la historia y la sociedad, o sea que no estaban determinadas "existencialmente". Pero en pocas ms recientes tales excepciones han dejado de aceptarse y los socilogos de la ciencia consideran que todo el conocimiento est socialmente determinado, que todo lo que se acepta como cientficamente establecido depende de las caractersticas de la sociedad en donde se genera, y que si tales caractersticas cambian (ya sea histricamente, en la misma sociedad, o cuando se comparan distintas sociedades) el conocimiento cientfico ser diferente. En otras palabras, lo que pasa por ser cientficamente cierto no depende de su grado de concordancia con la realidad sino de su aceptacin como tal por la sociedad; lo que el hombre de ciencia busca no es tanto el conocimiento de la naturaleza sino lo que en el momento histrico y en el grupo social en que le ha tocado vivir se acepta como tal conocimiento.Naturalmente, este relativismo epistemolgico extremo puede aplicarse a la misma tesis de la sociologa del conocimiento (o sea, que la postura que caracteriza el conocimiento cientfico como "nada ms" una construccin social es propia de nuestro tiempo y de la sociedad capitalista del hemisferio norte, pero que en otros tiempos y en otros sitios ha habido, hay y seguramente habr, otras posturas igualmente vlidas), con lo que dejaramos de tomarla muy en serio. Pero no cabe duda que lo que cuenta como conocimiento cientfico es lo que ha alcanzado consenso en la comunidad de la ciencia, mientras ms amplio mejor, despus de que ha sido comentado en pasillos y comedores, presentado en seminarios y congresos, y publicado en revistas y libros; en otras palabras, no hay duda que el conocimiento cientfico posee un componente social, puesto que surge en, y depende de, la sociedad. Pero entre esto y que el contenido de la ciencia sea "nada ms" una construccin social, hay gran distancia. Sin embargo, algunos socilogos de la ciencia no la perciben (probablemente porque sufren de miopa "sociolgica") y en sus estudios insisten en manejar el producto de la investigacin cientfica como un "hecho social". Un ejemplo casi paradigmtico de esta tendencia es el libro de Latour y Woolgar titulado.La vida en el laboratorio: la construccin social de los hechos cientficos,que apareci en 1979. Este volumen no es el producto de la secrecin cerebral de filsofos encerrados en sus bibliotecas, sino el resultado de una investigacin realizada por un socilogo (Woolgar) y un filsofo (Latour) durante ao y medio en un laboratorio de investigacin cientfica del ms alto nivel (el Instituto Salk para Estudios Biolgicos, en California), mientras se trabajaba en un proyecto cuyos resultados finalmente culminaron en un premio Nobel. Para establecer la relacin ms ntima y completa entre los autores del libro y los investigadores que estaban siendo estudiados, uno de los autores (Latour) trabaj como tcnico de laboratorio mientras realizaba sus estudios sociolgicos. Cuando finalmente apareci, el libro escrito por Latour y Woolgar se transform casi instantneamente en un clsico de la literatura sociolgica. Yo lo adquir en 1982 sin saber de lo que se trataba, atrado por el ttulo y por la elogiosa descripcin de la contraportada, y confieso que despus de mi primera lectura me pareci interesante pero controversial, y que marqu algunos prrafos con signos de admiracin (que en mi taquigrafa significa aprobacin) y otros ms con ojo (que quiere decir "cuidado", "dudoso", "falso" o hasta francamente "pernicioso"). Pero no fue sino hasta despus de varios aos (en 1985) que mi buen amigo Carlos Larralde me hizo llegar el texto de una inteligente y perceptiva revisin suya de la segunda edicin de este libro, que regres a sus pginas y adquir plena conciencia de su significado ms general, histrico y filosfico.Latour y Woolgar postulan que los productos tangibles de un laboratorio de investigacin son sus artculos cientficos, repositorios de una serie dehechosdescubiertos y caracterizados por los investigadores. A continuacin, Latour y Woolgar se preguntan de qu manera se generan loshechosdescritos en las publicaciones mencionadas. Y es a partir de este paso que sus postulados y conclusiones se apartan de lo que los hombres de ciencia estaramos dispuestos a aceptar como verdadero. Latour y Woolgar construyen una "jerarqua del conocimiento" de cinco niveles, caracterizados de menos a ms como sigue:1) Conjeturas y especulaciones ms o menos libres, expresadas en privado y ocasionalmente mencionadas al final de algn artculo.2) Sugestiones tericas, de naturaleza exploratoria, no apoyadas en hechos sino ms bien en ideas interesantes para nuevos experimentos.3) Proposiciones basadas en proposiciones acerca de otras proposiciones (por ejemplo, "se supone que las proteinasas de laE. histolyticason responsables del dao tisular producido por el parsito").4) Hechos incontrovertibles, que todo el mundo acepta, como los que aparecen en los libros de texto.5) Hechos tan conocidos que ya han rebasado el nivel de la conciencia y por lo tanto casi nunca se mencionan o discuten en el laboratorio.En su estudio, Latour y Woolgar concluyen que la investigacin cientfica podra caracterizarse como la progresin de las ideas a lo largo de tal "jerarqua del conocimiento". Naturalmente, en esta progresin influiran muchos otros factores, como por ejemplo las difciles negociaciones acerca delstatussocial, la autoridad y el poder relativo de cada uno de los individuos implicados en el proceso, y otras ms; en ltima instancia (nos dicen Latour y Woolgar) la actividad cientfica no tiene nada que ver con la naturaleza; ms bien es una fiera que pelea paraconstruir "la realidad".Como quiera que se vea, sta es una conclusin extraordinaria, pero tambin no deja de tener un elemento de realidad. Desde hace mucho tiempo se ha discutido si lo que realmente hacemos los cientficos es descubrir o inventar a la naturaleza. Confieso que tal disyuntiva nunca me ha parecido importante; lo que siempre he considerado fundamental es que nuestros trabajos cientficos, tanto tericos como prcticos, finalmente funcionaneficientementeen la naturaleza. Eso es todo lo que la ciencia, a travs de toda la historia, ha pretendido ser: una actividad humana dedicada a identificar, definir y resolver problemas de la realidad, problemas de la naturaleza. Como se trata de una actividad del hombre, la ciencia se da exclusivamente dentro del marco que incluye las cosas humanas, con todas sus excelencias y tambin con todas sus limitaciones. Todava no puedo decidir si el hecho incontestable de que el conocimiento cientfico sea en gran parte resultado de la invencin humana y del consenso social es parte de la excelencia o de las limitaciones delH. sapiens.Pero no tengo la menor duda de que, con toda su importancia, el componente social del conocimiento cientfico slo representa una parte de su configuracin completa, la otra parte est formada por su capacidad predictiva y por su concordancia con la realidad, o sea por la manera como funciona en diferentes situaciones objetivas.Como ya dije lo mismo dos veces, creo que debo intentar explicarlo. En contraste con la filosofa, la literatura, la danza, la poesa, la pintura, la msica y tantas otras manifestaciones elevadas del espritu humano, la ciencia comparte con la poltica, la industria, la ingeniera, el metro y el servicio de telgrafos, una obligacin fundamental: la de producir resultados concretos y objetivos, la defuncionar.Al margen de su inmenso valor cultural y de su enorme contribucin al avance de la civilizacin, el trabajo cientfico de Pasteur tambin sirvi para establecer un mtodo general de preparacin de vacunas, por medio de grmenes de virulencia experimentalmente atenuada. Este mtodo ha funcionado muy bien, ya que siguiendo la idea de Pasteur se han producido vacunaseficientespara varias enfermedades infecciosas, y los resultados benficos obtenidos no pueden considerarse como una "construccin social", en vista de que las vacunas tienen el mismo efecto en sociedades tan distintas como los gruposgayde Nueva York y los indgenas zapotecas de la sierra de Oaxaca. En otras palabras, el conocimiento que surge de la ciencia no est determinado, como postulan Latour y Woolgar, nada ms socialmente; su contenido no depende en exclusiva de la estructura y el estilo de la sociedad en la que se desarrolla. Desde tiempo inmemorial, la ciencia tambin ha dependido, no slo para definir sus reas de trabajo sino para enjuiciar sus resultados, de su contacto con la realidad. sta ha sido su fuerza, lo que explica su enorme influencia como factor transformador de la sociedad en los ltimos cuatro siglos, pero tambin ha sido su tragedia, porque progresivamente ha ido dejando fuera muchos de los aspectos que ms nos inquietan y nos interesan a los miembros de la especieH. sapiens.De todos modos, lo que se debe sealar aqu es que, con toda la importancia que indudablemente tiene el componente social del conocimiento cientfico, al final de cuentas este conocimiento tambin debe servir para hacer predicciones verificables en la realidad; es importante que se alcance el mximo consenso entre los expertos, pero es todava ms importante que exista correspondencia entre los postulados cientficos y el mundo real.Paul K. Feyerabend. El anarquismo epistemolgico.Publicado en13 abril, 2011dedesdemitonelA primera vista puede parecer contradictorio para una persona dedicada a la ciencia y alejada del relativismo posmoderno declararse admirador de la obra de Paul K. Feyerabend (1924- 1994). Este excepcional filsofo de la ciencia austraco fue implacable en su crtica de determinadas actitudes cientficas, y sus propuestas han alimentado con ms o menos fundamento a los relativistas que niegan la existencia de certezas absolutas. Pero a pesar de que algunas de las afirmaciones de Feyerabend sean difciles de digerir, por ejemplo cuando desafa a que alguien demuestre que la medicina cientfica es superior a muchas medicinas tradicionales, yo creo que todos, cientficos o no, seremos un poco mejores despus de leer sus obras, especialmente su fascinanteContra el Mtodo(1974). Para no extenderme voy a exponer con qu parte de Feyerabend me quedo:1) La crtica de la jerga cientfica.En una entrada anterior coment esto. Feyerabend fue ferozmente crtico con el lenguaje de los cientficos modernos, con su prdida de capacidad de comunicacin, su distancia y su pretensin de superioridad. En palabras suyas, la ciencia puede y debe expresarse de forma que sea comprendida y disfrutada por todos.2) El concepto de tradicin, como un conjunto de actividades colectivas que dan sentido a la vida de los que las practican. Tradiciones seran la ciencia, la religin, las artes, la magia En una sociedad democrtica, segn PKF, las distintas tradiciones deberan ser capaces de convivir sin que ninguna de ellas se impusiera al resto.3) La crtica de la pretensin de objetividad cientfica. En todo cientfico anida una pasin, por ms que intente disimularla en aras de su estndar profesional, que no permite tales excesos. Adems, en toda ciencia hay elementos subjetivos que se resisten a ser eliminados, por ms que luego los descubrimientos cientificos se reconstruyan de forma estrictamente racional.4) El principio de proliferacin o pluralismo terico. Su Contra el Mtodo niega la existencia del Mtodo con mayscula, un nico y universalmente aceptado conjunto de reglas. Un cientfico debe conocer y emplear todos los mtodos a su alcance, sin restricciones a su imaginacin y su inventiva. Ese es su anarquismo epistemolgico. Excelente receta para capear esta dichosa poca de normas, regulaciones, corss, protocolos y expertos empeados en decirnos cmo tenemos que hacer las cosas (nota al margen: les parecen normales las pegatinas que hay en los servicios de los edificios pblicos en las que el Ministerio de Sanidad nos explica detalladamente cmo debemos lavarnos las manos?).5) Feyerabend afirma (en broma, como reconoce ms tarde) que si a pesar de lo anterior alguien necesita, para sentirse seguro, un principio metodolgico, slo puede proporcionrsele uno, el de todo vale (Anything goes).Esto, junto con el rechazo de la superioridad de unas tradiciones sobre otras y de la interferencia entre culturas, ha alimentado la versin relativista de Feyerabend. Segn esto, nada sera demostrablemente verdadero o falso, y nada sera moralmente superior. Si alguna vez Feyerabend pens esto, acab por reconsiderar la idea. Aqu copio una cita de su hermossima, conmovedora y recomendable autobiografaMatando el tiempo, escrita cuando ya saba que su muerte, a causa de un tumor cerebral, estaba prxima:Considerando cunto han aprendido unas culturas de otras y con qu ingenio han trasformado los materiales reunidos de este modo he llegado a la conclusin de que cada cultura es en potencia todas las culturas, y que las caractersticas culturales especiales son manifestaciones intercambiables de una sola naturaleza humana. Ello significa que las peculiaridades culturales no son sacrosantas. No existe una represin culturalmente autntica, ni un asesinato culturalmente autntico. Slo hay represin y asesinato, y ambos deben ser tratados como tales, con determinacin, si es necesario.Exacto. Por encima de las diferencias culturales (que pueden separarnos) hay algo que nos une, y es nuestra naturaleza (yo prefiero decir nuestra condicin) humana. Esa condicin implica unos derechos universales (esto es, supraculturales) que deben prevalecer sobre cualquier peculiaridad de cualquier grupo humano. No obstante, cuidado con creernos de nuevo miembros de una cultura superior: Una vez comprendidas las posibilidades de cambio inherentes a cada cultura, debemos abrirnos al cambio antes de intentar cambiar a los dems debemos prestar atencin a los deseos, a las opiniones, a los hbitos, las sugerencias de la gente con la que estamos a punto de interferir, y debemos obtener nuestra informacin mediante la ampliacin de los contactos personales, no desde lejos, no intentando ser objetivos, no asocindonos con los supuestos lderesFeyerabend desafi a los mejores filsofos de la ciencia de su poca, y tuvo la audacia de sealar los excesos del cientifismo y el peligro de los expertos en un momento en que la ciencia se haba convertido ya en la nueva religin dominante. A los cientficos nos recuerda que no somos superiores ni estamos ms cerca de la verdad que el resto de los humanos, y que no debemos renunciar a nuestro desarrollo personal para volvernos especialistas. Y a todos los dems les seala un camino cnico, el del pluralismo, la imaginacin, el rechazo del uso dogmtico de las reglas, la autonoma, el pensamiento libre y sin restricciones impuestas por expertos de pacotilla.