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1 VOCERRANTE Apertura (Sobre “White ManSleeps II”, por KronosQuartet): (Andante tranquilo) “Las palabras vagan, yerran, buscan. Van y vienen por ahí hasta que encuentran un refugio. En las manos, en los ojos, en cualquier cosa que las rescate del olvido.” Sobre Bobby Mc Ferrin: Sisters: Esto es Vocerrante. Bienoídos sean todos. Durante una hora todos los jueves intentaremos devolverle al sonido sus funciones. Sus funciones vitales, ya que no institucionales o meramente de comercio. Sus funciones de juego y de sentido. Sus funciones de diversidad y entusiasmo.

Vocerrante 1

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Texto del primer programa radial de "Vocerrante". Por arinfoplay, todos los jueves de 23:00 a 00:00.

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4VOCERRANTE

Apertura(Sobre White ManSleeps II, por KronosQuartet):(Andante tranquilo)Las palabras vagan, yerran, buscan. Van y vienen por ah hasta que encuentran un refugio. En las manos, en los ojos, en cualquier cosa que las rescate del olvido.

Sobre Bobby Mc Ferrin: Sisters:

Esto es Vocerrante. Bienodos sean todos.Durante una hora todos los jueves intentaremos devolverle al sonido sus funciones.Sus funciones vitales, ya que no institucionales o meramente de comercio.Sus funciones de juego y de sentido.Sus funciones de diversidad y entusiasmo.Su funcin de reverberacin del nervio de la palabra. La cuerda elemental.Su funcin de escucha.

Existe un lenguaje no slo para garantizar eficacia y eficiencia en los reportes del clima, de la bolsa de valores o el mercado de divisas, o del estado del trnsito en cualquiera de los accesos a cualquier ciudad.Existe un lenguaje no slo para entender, demostrar o comprobar la realidad, o para volverse un cdigo de normas para su manipulacin.Existe un lenguaje ms all de los prospectos, los manuales y los recetarios.Existe un lenguaje para reconocernos.Para no olvidarnos.Para volver a vernos.

Para recuperar el tiempo. De la competencia del consumo y del consumo de la competencia.Para recuperar el espacio. Del inters del poder y del poder del inters.Un lenguaje horizontal, que siegue la maleza de las obviedades y naturalizaciones.Un lenguaje que se inventa para ser reinventado, no para fijarse en un par de trminos tcnicos.Un lenguaje que celebre la polisemia. Porque est dando cuenta de un nosotros polvoco. Y de un yo imposible, inasible sin los otros que acuden a armarlo.

Y del lenguaje ir a las palabras. Las palabras dichas. La dicha de las palabras.Las palabras por su sonido, su sabor y su fuerza.Conque sin saber lo que digamos, den a entender lo que queremos.Palabras que resignifiquen al silencio.Palabras escondidas en el secreto de los escombros, de los ausentes, de los entresijos.O dormidas en la noche permanente, en el agua inmvil, en la roca que hace tantos siglos Calla.Escuchar como una de las formas del regreso.Una manera de estar volviendo.No tiene superficie la voz, sino es todo piel, afuera y adentro. Piel al interior de la piel, que descascara, volando, que despelleja en un soplido.Palabras que usen ms de un cuerpo para articularcada uno de sus fonemas.Si el sueo de los monstruos engendra la razn, lo nuestro es la vigilia del deseo.

Circlesong 1 Bobby Mc Ferrin (06:12)Acabamos de escuchar a Bobby Mc Ferrin, junto a su voiceorchestra, Circlesong 1.

Hace falta buscar con palabras un ruido, con el ruido un sonido y con el sonido una voz.Somos sometidos a diario en nuestras tramitaciones por la red, a un control de robtica. Nunca antes se haba puesto tan en duda nuestra condicin humana.Nunca antes se mecaniz en tal medida la comunicacin, que hoy es casi prcticamente formularia.Por eso la radio. Que permite estar juntos en el mismo barrio, en la misma mesa.Y por eso internet. Que permite encontrarnos sin una invasiva publicidad.Un modo de hallar y de escuchar, de poder estar atentos.

Con certificado de humanidad hacemos este programa.Hacemos la voz, como un grano de sal; como un tizne en la noche.Una consciencia en el Cosmos.

En 1967, Jocelyn Bell y AntonyHewish detectaron seales de radio, de corta duracin, y a intervalos regulares de 1,33730113 segundos. En aquel entonces a ese fenmeno se lo llam tentativamente como Little Green Men Hombrecitos Verdes), ya que supusieron, o deseaban suponer, que haban hecho contacto con alguna civilizacin extraterrestre.Con el tiempo se fueron descubriendo ms seales similares, a las que se denominaron con el nombre comn de pulsares (hoy alcanzan la cifra de 600), atribuyndolos a las emisiones electromagnticas asociadas por razones an no del todo explicadas, al periodo de rotacin de las estrellas de neutrones. Esa pulsacin, rtmica, ignota, lejana, como un signo precioso detectado en el medio de la nada, mereci un poema concreto de Augusto de Campos, que Caetano Veloso tuvo la generosidad de musicalizar, donde quiere or en ese fenmeno csmico un abrazo de aos luz.

O Pulsar CaetanoVeloso. (1:33)Acabamos de escuchar O Pulsar, letra de Augusto de Campos, musicalizado e interpretado por Caetano Veloso. Versin en vivo.

Separador 1 (Sobre un fondo de esttica y modulaciones):(Moderato, suave) Bienodos a VOCERRANTE. Un registro de emisiones perdidas, vagabundas, errticas.

Si el silencio no existeYa que todo vibra

Las palabras de tus labiosEstn all:Entre tus labios y Sus odos.Esperando que te acerquesPara orlasO pronunciarlas.

Hay voces desprendidas,Cuerdas desiertas,Sombras sonoras.Verbos descubiertos debajo de una huella.

Sonidos que atraviesan el desierto.

Gritos que buscan una boca.Notas de un piano que esperan en el piano.

Y la paciente, delicada, abierta intimidadDel lenguaje.

En el que alguien diga las palabras Que el otro ya conozca.

En el que alguien convoque los sonidosDe los que se puebla la noche.

Confluencia de contingenciasPara lograr un signo.

Esto es Vocerrante. Un registro de emisiones perdidas, vagabundas, errticas. Un registro de voces detectadas en los extremos de la distancia, de la intencin o de la paciencia.

Grabaciones obtenidas por casualidad o coincidencia.Sonidos recuperados de una esttica quebradiza.Sonidos recuperados de entre multitudes ininteligibles.Sonidos materiales, reconstituidos de entre sus futuras o pasadas resonancias.Este ser un programa de palabras y de voces. Palabras y voces lanzadas, arrojadas, recogidas, encontradas.Palabras y voces que resignifiquen al silencio.Les comentamos algunas de las cosas que tendremos preparadas para este primer ciclo de doce programas deVOCERRANTE.

Charlaremos con investigadores que estn en el proceso de diseo de un rastreador de sonidos, que detecta la huella de palabras, sucesos, gritos o susurros, del mismo modo como se ha podido dar con la resonancia del Big Bang. Hurgando hacia la noche, en el interior de la noche; atravesando el vaco una vez en el vaco. El prototipo es capaz de buscar en 20 o hasta 30 kilmetros, segn las condiciones meteorolgicas, una palabra determinada, o un tono o una inflexin del lenguaje, que se pronuncie o hubiera pronunciado en un radio de hasta siete horas hacia atrs.Nos comunicaremos con el Templo de Ensabia, en Sigur Turnas, en donde se custodia la reliquia ajada de la voz herida de San Isin, atrapada en una vitrina de cristal, en donde aprenderemos acerca de las tcnicas de conservacin y aislamiento.Convocaremos a un grupo de investigadores de historia industrial, quienes darn cuenta de los hallazgos de artefactos que permiten pensar en equipos de transmisin y emisin prototpicos a vapor, y se ensayar en nuestros estudios su verificacin y funcionamiento.As tambin, tendremos oportunidad de escuchar, grabado en un tocadiscos neumtico del siglo XIX, un registro de su inauguracin y presentacin llevado a cabo nada menos que con la que sera la mismsima voz de Napolen, en la recmara de Josefina. Tendremos oportunidad de acceder al testimonio de quienes han participado del fenmeno de Suelta de Palabras en SaggaLugga, en oportunidad de liberarse de un Estado desptico, en el ao 2003.Recuperaremos mensajes supuestamente extraterrestres ocultos en la marea de la esttica de estaciones radiales situadas a los extremos del dial.Acudiremos a la Isla de Polisemia, en donde se conserva la costumbre del entierro o desarticulacin de palabras, el que se realiza una vez por ao, pudiendo tomar contacto con los custodios de las palabras prohibidas.Tomaremos testimonio de quienes pudieron avistar la Lluvia de Palabras en el estrecho de Taipur. Aprenderemos a distinguir los sonidos de la arena en el desierto, de las hojas en el bosque, de las alas en el Paraso.Charlaremos con ingenieros de sonido, que, en la secuencia de diversas ondas, frecuencias o ruidos sin aparente relacin entre s (campanas, martillos, bisagras, engranajes, torceduras, mordeduras, asperezas) han logrado detectar palabras humanas, en diversas lenguas.Nos entrevistaremos con testigos directos de detecciones nicas de sonidos, de relatos y comunicaciones cuyo origen nunca pudo ser aclarado. Pedidos de ayuda, alertas, invitaciones a otro mundo, transmisiones clandestinas, perseguidas o involuntarias. A veces, una mera broma para pasar el tiempo.Escucharemos voces y escenas de hazaas, amores, misterios y tragedias, aparecidos en gotas, burbujas, tarjetas, paquetes, pocillos de caf, vasos de cristal, muecos de porcelana, rincones de un arcn, pasarelas, escaleras y pasillos.Oiremos el relato oscuro de quienes pudieron acceder a los rescoldos de unas palabras, de quienes han logrado unir sonidos dispersos en signos inteligibles.Idiomas desahuciados, leyendas descansadas en las rocas, versiones de la historia que han sido interferidas por el ruido de los triunfos.Daremos cuenta de adjetivos sin aparente objeto, objetos sin aparente caracterizacin. Verbos sin espacio, sujeto o realizacin. Palabras sueltas de idiomas rotos o incompletos.Nos internaremos en la construccin de paisajes sonoros, atravesaremos los espacios alternativos de un mismo eco, lugar o pensamiento, que a modo de acordes o contrapuntos pueden ser asidos y desasidos mediante una atenta observacin.Alcanzaremos a or a quienes no se ha odo. A entender el lenguaje de quienes se ha negado an el derecho de hablar.Haremos pblico nuestro Registro de Emisiones Casuales, nicas o Perdidas, dando cuenta de cundo, dnde y quin tom cada una de sus grabaciones.

Vibrar, sentir, poblar de sonidos el destierro.Desnudar el silencio, desollarlo, ya que dentro, en el meollo del mutismo,vive el eco primigenio.Visitaremos un cementerio de expresiones o palabras, en los despojos de la mesa de un bar en ruinas.

Tendremos la oportunidad de escuchar instantes de la grabacin de un partido entre Argentina e Inglaterra, durante la segunda guerra mundial, que se crea perdido, pero que por algn motivo, vuelve a ser replicado en ciertas frecuencias en cada aniversario.Revelaremos los documentos que dan cuenta de la amenaza extraterrestre que tuvo que reprimirse por coincidir exactamente con el da en que Orson Welles realiz su emisin de La Guerra de los Mundos.Convocaremos y realizaremos fractales de sonidos y palabras, en un laboratorio no reconocido de un centro de estudios en la clandestinidad.Nos visitar un reciclador y vendedor de libros usados, para relatarnos del materialhallado entre sus pginas, cartas, almanaques, esquelas, dinero, y hasta soplos de suspiros y vahos de silencio retenidos al pasar las hojas.Un grito, una declaracin, una advertencia, un beso Nada deja de suceder. Y es posible hacer una arqueologa del presente, rastreando vibraciones y frecuencias.Habr el relato detectado de tiempos o lugares en los que an no exista la radio.Habr el canto decantado entre distancias inaudibles.Habr altavoces de estacin rebeldes o despiertos.Y hasta indicaciones de ascensor que hablan de sus pasajeros.Habr textos raspados en las paredes de una prisin, pensamientos cristalizados en una sala de espera, alegras desprendidas en el rbol de una plaza.Tendremos ocasin de conversar con un coleccionista de ruidos, que afirma haber hallado los costados de una entraable conversacin, al fondo de una pared, en un casco de estancia.Tambin realizaremos nuestras propias experiencias de bsqueda y hallazgo de sones y palabras.Jugaremos tambin, ya que el primer uso del sonido, la cancin y la palabra es el del juego. Sin juego no hay exploracin, libertad ni sobrevidas. Sin juego lo dems slo es necesidad o repeticin.El juego abre las expectativas que niegan las instituciones; niega las naturalidades que han impuesto las inconsciencias; y finalmente acerca, atrae, convoca y excusa la reunin de pistas y palabras.

Trazaremos la msica que dibuje un baile.Perseguiremos el fluido de un verso, el descanso de una nota, la repitencia de un texto.Veremos de reunir en contrapunto la multiplicidad de voces de un bar, de una esquina, de una antesala de teatro.Veremos de reunir en una mesa, las miradas desarmadas de la calle o el desierto.Veremos de recuperar las frases exactas conque hablamos o nos hablan en los sueos.Traer de nuevo lo que no hemos dicho.Decir de nuevo lo que ya se haya callado.Veremos de conformar un signo con los signos de los cuerpos.Una voz a partir de las palabras,Una palabra a partir de las voces,Y una cancin a partir de los instantes en los que no haya sentido articulado.

Confluencia de contingencias en este ciclo de apertura deVOCERRANTE.

Bright red Laurie Anderson. (3:12)Acabamos de escuchar Bright red, de y por Laurie Anderson, con Lou Reed.Una voz contesta a otra voz, por mera gentileza o casualidad. Una voz persigue o prosigue a otra voz, por el simple ejercicio del verbo.El verbo est entre dos voces. El verbo es real, no los cuerpos.Las voces son materia, no las bocas, que vibran, reverberan por su impulso.Las voces se anudan desanudan en los verbos, tendidos como redes.No hay oscuridad donde haya voces.No hay silencio donde algo vibre.Alguien es un prpado, una membrana, un recorrido.Alguien espera.Alguien est esperando a alguien. Necesario es el encuentro. Quien guarda un secreto sostiene una tensin.Aqu, el sonido del recuerdo de una gota de lluvia. No el de la gota, ni el de la lluvia, sino el del recuerdo de la gota de lluvia.Pulsar una cuerda es practicar la resonancia.De modo que todo lo dicho y sonado en el Cosmos de algn modo te influencia.Las cuerdas suenan dentro y fuera de los cuerpos. Y nadie habla, canta ni produce ningn ruido solo.Esta emisin que te llega desde el microcentro de la ciudad, tambin estn siendo producidas por las ondas de tu odo. Y cmo saber si estaban antes o despus de haberlas encontrado.

A continuacin, la reunin imposible de un texto de este siglo, con msica para lad escrita en el siglo XVI, en transcripcin de tablatura:

(Sobre la msica de lad (Akel interpreta Veintids diferencias sobre el Conde Claros, siglo XVI 03:04):CampanasBolsones de campanasCaravanasde campanasAvanzanEnhiestasDormidasExtendidasEstiradas.

Se levantan de la suave penumbra de las oracionesY del vuelo de los labios desprendidos.Percutidos por el viento.

Se levantan como un verbo libre,Un silencio humedecidoUna voz recuperada de todas las orillas.

Encadenndose, relevndose, sucedindose, Una despus de la otra,Una de la mano de la otra.Formando una lnea sonora,Sensible, Continua, Profunda,Horizontal.

Siembra de miradas en el hiato del paisajeCopa de sonidos arracimados

Nota sola, franca, Sencilla y salvaje.Nota de antiguo y desde siempreNota oscura y transparente.Arrancada del pacienteY desgarradogolpe del badajo.

Golpe que no hierePero llamaA un encuentro All en donde suene resuene repique sostenganLas campanasInvitando a un encuentro

A concurrir All Hacia donde ya o desde dondeyano haya caminos.

Separador 2. (Sobre Linverno Primer Movimiento Antonio Vivaldi, por IlGiardinoArmonico):(Melanclico)Habitamos el silencio. Nos habitan las palabras. Abrimos la puerta. Estamos en VOCERRANTE.

Es lo inaudible lo mismo que lo impensable?Pensar es parte de la piel, extendido por la piel, alcanzado por la piel, levantado y resguardado por la piel.Todo lo que puedo tocar es pensado, es decir, atravesado por la piel.Escuchar lo que queda entre las notas. Armar un discurso con lo que resta entre palabras. As, slo as tomar conciencia de un cuerpo.Hay un lugar donde pensamos, o somos pensados a medida que alguien da cuenta de nosotros?.No hay punto desde el cual, sino un verbo desde el cundo.Pero un verbo tiene la hermosa incomodidad de pluralizarse, de ser mltiple.Todo es periferia. Periferia que confunde los extremos con consciencias (esa repitencia en la obsesin por la constancia), y las consciencias con lmites.Si el sonido constante, la msica de las esferas, deviene inaudible por permanente, entonces la nada es una saturacin.De all que el yo sea una campana fija. Y slo es real el nosotros que vibrante.Por lo queSlo soyEn dondeSueno.Y no sueno en donde se producen los sonidos, sino en donde se receptan.Materia del tiempo, cuerda del aire, caja de resonancia. Cmo ser el idioma de quienes pueden leer las mentes?Har falta hablarlo, pronunciarlo, decirlo?Se podr tejer una red de significados entre lo pensado y lo dicho?Podr haber redes de palabras?Se anudan las palabras, se pueblan las palabras, se agudizan, se endurecen, se cansan, se contorsionan?...Esperan las palabras?.Qu esperan con ms ansiedad? Ser dichas o escuchadas?.

El viento sopla. Mueve las hojas, los papeles, las errancias.Hay instancias en que el sonido se detiene, es impedido de motivar cualquier cuerda o intencin. Ello, cuando el sonido se ha vuelto sobre s, cerrado sobre s, impvido, inerme, Mera continuidad, sin contagio, ni ruptura, ni comunicacin. El viento que arrastra tambin es vaco. Ya que no hay forma de comunicacin posible entre ala y ala, entre el ala y el aire, entre el aire y el viento.Si el ala da forma al viento, el viento derrastrado no tiene forma.El viento es una sucesin de impulsos inconexos pero en contacto, cuya nica sustancia es el recorrido.Voces, sonidos, ruidos, alas, viento, movimiento.No hay un antes y un despus en la naturaleza. No hay causa y efecto, sino un orden simultneo en la mecnica, o en la lgica.Slo hay entonces y ahora, ahora y luego narrativos. Es el cuento el que une las extraas coreografas de los sucesos.El viento no como el paso de un fluido, sino como un sucesivo estimularse de pulsiones.Hoja que tiembla hace que tiemble la hoja que tiene al lado. Vibraciones simpticas.El sonido no circula en el vaco. Luego, vaco slo hay all donde no haya voces. O tambin all donde nadie escucha.

Love among the sailors Laurie Anderson (2:59)Acabamos de escuchar Love among the sailors, el amor a travs de los marineros, de y por Laurie Anderson.

Haba una vez un silencio, distinguible de cualquier otro silencio. Distinguible de cualquier destino, intervalo o desazn. Ese silencio haba crecido pequeo pero agudo, constreido, apretado. Un silencio que no tena cuerpo que lo albergue, sino fro que soportar.Era un silencio que se propagaba constante y sigiloso. Como una amenaza velada. Como un miedo secreto. Como si una palabra, un sonido, una insinuacin pudieran significar una delacin, una entrega. Un silencio que se detena a contemplarte, misterioso y solemne, en el aire acampanado de una visita incmoda, o de una espera innecesaria, o de una inhspita desaparicin.Ese silencio acechaba en las esquinas, los comedores diarios, las salas de guardia, los pasillos,y las palmas ahogadas.Cmo enfrentarlo, combatirlo, conmoverlo? De qu forma reducir lo que ya es un demrito? De qu modo acabar con lo que ya es nada?Cmo seguirlo, arrinconarlo, atraparlo? Cmo ahuecarlo, si el lugar que ocupa es un vaco?El silencio, inasible, era absurdamente vago e imprevisible. No lo encontrabas, l te encontraba.No haba modo de saber cmo ni dnde se te iba a encaramar a tus espaldas.Hasta que probamos a cercarlo entre dos acciones. Y una vez cercado, vuelto a cercar. De este modo: Detectado el silencio, camino de la escuela, por ejemplo, entre las calles 1 y 2, provocar un ruido que detenga su marcha, antes de doblar por la 1, y antes de alcanzar la 2.Luego, insistir en el instante, volver a distraer el trnsito un tiempo despus de doblar por la 1 y un poco antes de tres cuartos de cuadra.Luego, insistir en el instante, y provocar un poco antes de mitad de cuadra, y un poco despus de mitad de cuadra.As, hasta que el silencio no tenga lugar, y de hacerlo estallar, de extirparlo crudamente en la expansin de un abrazo.

La voz desplaza al vaco, sucesivamente lo ocupa, lo habita, lo pertenece.Hay, o percibimos, un ruido. Entonces hay un lugar. Hay un ah hacia el cual dirigir nuestra mirada.Luego, ocurre ser atravesados por un sonido.Entonces el lugar es ocupado. Ya alcanza las dimensiones de distancia y de profundidad.Luego, an, ms luego, acontece la voz. En la voz el sonido no slo ocupa, sino habita.Las instancias que llevan del ruido al sonido y la que alcanza del sonido a la voz. Las instancias de postulacin, ocupacin y habitacin de un espacio.El ruido se propaga a travs de la mecnica.El sonido a travs de la accin.La voz a travs del sentido.El ruido crea el espacio, lo indica, lo estipula, lo establece. El ruido es la posibilidad de ser.El sonido crea el tiempo, lo desliza, lo extiende, lo descubre. El sonido es el orden del ser.La voz crea el cuerpo, lo tensiona, lo vibra, lo sostiene. El cuerpo es la multiplicacin del ser.No hay yo, entonces, que habita ninguna faz de reconocimiento. Hay ruidos, sonidos, voces, que nos exceden, entornan, encuentran y divergen.Creced y multiplicaos es un mandato dirigido al ser, no al yo. El imperativo a abarcar el tiempo, el aire, la avidez.A dotar de voz todo cuerpo, espacio, son o ruido.Dotar de vuelo cada detencin.Poblar de acciones el vaco.Procurar la narrativa hasta del silencio.

Ya que la voz sostiene la palabrael hlito es una vocal,el grito una distanciay el nombre un soplo.

El silencio no existeapenas abres la boca.Voces de colores,de recuerdos,de miradas.Somos voces en un cuerpode palabras.

No hay voces sin palabras.Quizs habr sin idioma,que las codifique,pero no sin odo que las entienda.

Siempre esun placer or la mezcla de voces en un caf, en un subte, en la calle, en un colectivo. Ir a la caza de las pequeas coincidencias, sin indagar acerca de nadie. Slo abrazar el fuego tibio de un signo abierto, desprendido, desgranado. Y recogerlo como en migajas de conversacin.

La voz cambia con el cuerpo.Es la forma que tiene el cuerpo de vibrar.

Es memoria de la voz toda la msica.Del cobijo y del misterio de la voz,de las inflexiones y meandros de la voz,de las voces clidas y fras,de las calladas y de las aturdidas.Es memoria de la voz toda la msica,abierta en los labios para eludir a los diccionarios.

No hay comunicacinhasta que no volvemos a encontrar las vocesdetrs de las palabras.

Si cada uno se desarma, se diluye en un ro de palabras, cmo confluyen, conviven, fluyen y refluyen en el trnsito de las hojas, de los pasos, de las miradas?Hay un sitio de las palabras, de los gestos, de las sensaciones, al que podamos volver o dirigirnos?Hay un sitio?O todo est conformado de recuerdos y esperanzas?Y los fragmentos? Qu hay con los fragmentos?.Todo es fragmento si ha de ser inteligible, separable, constatado.Tironear de los fragmentos para sostenerse en lo insostenido.Tironear de los fragmentos para extender el horizonte.Cuerda floja.

Prelude 11Bach - Gould (02:09)Escuchamos el Preludio N 11, del Clave Bien Temperado de Bach Libro II, en la versin de Glen Gould

La msica permite espacios de confluencia. La msica o la poesa. Habitaciones del hacer. Reverberaciones del pensamiento.Hoy, que prestamos atencin a ms de una ocupacin por vez, en el uso simultneo de diferentes vas de comunicacin, cmo no tener un lenguaje mltiple?.Un lenguaje mltiple, con varias lneas de significado deslizndose, como una polifona.Multitud de senderos, y de riscos, lunas, soles, montaas, caminos, repartiendo numerosos horizontes.Si el mundo no es narrable, no se puede habitar.

Avance. (Sobre un fondo de llovizna):(Cada verso dicho con ms anchura y alegra que la anterior)La gota de lluvia.Las palabras en el aire.La abierta intimidad.Cometemos VOCERRANTE.(informativo): Todos los jueves a las 23. Por Arinfoplay.

Haba una vez una voz. No recordamos exactamente las palabras, pero recordamos la voz. Era una voz sutil, incisiva y espaciosa. Una voz que se quedaba contigo, aunque estuvieras durmiendo. Una voz como una lea dormida. Pero ocurri extraviarla. La voz perdida en medio de una noche de estruendos, de sirenas, de explosiones y patadas, de alarmas y silbatos. De motores, truenos, huidas y desplomes.Cmo encontrarla? Cmo volver a hallarla entre tanto desor, tanta necesidad de taparse los odos para que no estallen?Slo segu el trazo que las manos sealaban en el aire. Las manos de los otros. Las manos de otros que dibujaban un oleaje sobre los escombros.Entre una y otra mano haba un movimiento indetenible. Alimentaban una caricia interminable sobre el hierro, sobre la sangre y el fuego que brotaban por doquier. Como un ala que dormite.Entonces, cerr los ojos. Abr la boca. Y con el spero sabor del humo y la roja acritud de la desesperacin, sorb la gota salada de un lezno, lacio y oscuro, como recin apagado.Y luego, entonces luego, abr los ojos y mezclada entre los vapores de la roca hirviente, de los huesos desasidos, volaba la voz. La voz en la cual y por la cual volva a tener andadura el tiempo.

Hay soliloquios que confluyen, que convergen, en una ignota conversacin que puede recogerse.El silencio est lleno de cosas demoradas, no de cosas incompletas.De cosas incompletas est hecha la memoria. Esperanza del recuerdo.Un puente puede ser un gesto, una gota, una campana.Puentes extendidos, estirados, colgantes, removidos.Puentes de hoja, de metal, de arena, de semillas.Alguien transita por un sendero conocido por otro. Los lugares ms secretos del yo, habitados, recorridos y creados recreados por otros. Dando lugar a lo que solemos llamar Intimidad.Intimidad de intimidadEncuentro de secretos.

Haremos confluir, desde la misma distancia, dos poemas a un tiempo. Intercalando los versos para hacerse decir, encontrarse en los as dejados intersticios.Cada uno demorando una costilla para asir al otro. Cada uno apartndose para dejarse atravesar por el otro.

Uno es de Garcilazo, el otro de Quevedo. Ambos son extraordinariamente conocidos. Ambos, del siglo XVI, del as llamado siglo de oro espaol, ahora con msica del siglo XX, a fin de marcar distancia y confluencia.

Va el de Garcilazo, suelto:

Escrito esten mi alma vuestro gestoy cuanto yo escribir de vos deseovos sola lo escribisteis; yo lo leotan solo, que aun de vos me guardo en esto.En esto estoy y estar siempre puesto,que aunque no cabe en m cuanto en vos veo,de tanto bien lo que no entiendo creo,tomando ya la fe por presupuesto.Yo no nac sino para quereros;mi alma os ha cortado a su medida;por hbito del alma misma os quiero.Cuanto tengo confieso yo deberos;por vos nac, por vos tengo la vida,por vos he de morir y por vos muero.

Ahora el de Quevedo, por su parte:Cerrar podrmis ojos la postrerasombra que me llevare el blanco day podr desatar esta alma mahora a su afn ansioso lisonjera;mas no, de esotra parte en la ribera,dejar la memoria en donde arda:nadar sabe mi llama l'agua fray perder el respeto a ley severa.Alma a quien todo un dios prisin ha sido,venas que humor a tanto fuego han dado,mdulas que han gloriosamente ardidosu cuerpo dejarn, no su cuidado;sern ceniza, ms tendr sentido;polvo sern, mas polvo enamorado.

Y ahora uno y otro, entresijados:

Escrito esten mi alma vuestro gestosombra que me llevare el blanco davos sola lo escribisteis; yo lo leoy podr desatar esta alma maEn esto estoy y estar siempre puesto,dejar la memoria en donde arda:que aunque no cabe en m cuanto en vos veo,nadar sabe mi llama l'agua fratomando ya la fe por presupuestoAlma a quien todo un dios prisin ha sido,Cuanto tengo confieso yo deberos;mdulas que han gloriosamente ardidopor vos he de morir y por vos muero;sern ceniza, ms tendr sentido.

Finalmente, Otro modo de encontrar lo que quede entre los tiempos.El ltigo o remanso de un recuerdo.La voz evocada que de nuevo se escucha.El viento que descansa.El mar que ahuecas con tu mano.Palabras de hoy con sonidos de ayer.Palabras de ayer con sonidos de hoy.Una manoSobreOtra mano.La manera elemental de inventarEl silencio.

El silencio no como fin, sino como horizonte.Como lugar de encuentro entre dos abismos.Como lnea de resistencia.Como sombra de un sonido.

Como esta huellaQuieta y danzante.Como esta voz que se propaga.En esta nocheBajo esta noche.Sobre esta nocheQue desarma los sonidosEn tantas palabras como sitios.Tantos sitios como ecos.Tantos ecos como grillos.Tantos grillos como nubes, fuentes, diques, voluntades.Una voz que recuesta en las palabrasSu silencio de siglos.Todo para decirSlo para decirAquEl gesto de ser es mltiple y preciso.El gesto de ser es un hallazgo de voces.Un racimo de cuerpos y versos repartidos.Un cobijo de intemperies enraizadas.El gesto de ser es un modo del abrazo.

Cierre(Sobre Linverno Segundo Movimiento Antonio Vivaldi, por IlGiardinoArmonico):(Lento - Grave)Siguen vagando las palabras, criaturas del aire, harinas de tiempo, hurgando por las cuerdas, y los labios y la boca, para vibrar de nuevo.