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A text about the Trobrianders of Papua New Guinea by Weiner
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1
The Trobrianders of Papua New Guinea
Annette B.Weiner (New York University)
Harcourt Brace Jovanovich College Publishers
1988
Traduccin realizada para uso de los alumnos y docentes de Antropologa Sistemtica I.
Traduccin de la Introduccin: Mara Rosa Neufeld
2
Introduccin
Un lugar sagrado
Caminar por una aldea al comenzar un trabajo de campo es ingresar a un mundo sin
referencias culturales. La tarea de aprender los valores que otros viven nunca es fcil. Los
rigores del trabajo de campo incluyen escuchar y mirar, aprender un nuevo lenguaje de
palabras y acciones, y antes que nada, permitirse apartarse los propios supuestos culturales
con el objeto de comprender los sentidos que otros dan al trabajo, el poder, la familia y los
amigos. Dado que mi trabajo en las Islas Trobriand de la Nueva Guinea Papa no
constituy una excepcin, lidi obstinadamente con cada uno de estos problemas. Realizar
una investigacin en las Islas Trobriand inclua un obstculo adicional. Yo estaba
trabajando tras las huellas de un famoso antepasado antroplogo, Broniwlaw Kasper
Malinowski.
Las Islas Trobriand son uno de los lugares sagrados de la antropologa, habiendo alcanzado renombre cientfico por medio del importantsimo trabajo de campo de
Malinowski. Prcticamente, la antropologa se estableci como una disciplina formal
cuando, en circunstancias inesperadas, Malinowski fue el primero en descubrir su
importancia como campo de estudio. Malinowski naci en Kracw, Polonia, en 1884, y se
qued all para realizar sus estudios de pregraduacin y graduacin. En la Universidad
recibi una formacin amplia en ciencias naturales, filosofa y psicologa y en 1908 se
doctor con los mayores honores en filosofa de la ciencia. Su salud, sin embargo, lo oblig
a posponer investigaciones posteriores. Durante esta tregua ley con excitacin creciente
La Rama Dorada de Sir J. G. Frazer. Malinowski encontr en la obra de Frazer no slo
consuelo en su enfermedad sino que le despert una pasin que lo acompa toda la vida
por los problemas de la investigacin etnogrfica1. Con este fuerte compromiso, termin
inscribindose en la London School of Economics para comenzar estudios de
postgraduacin en antropologa. En 1914 parti rumbo a Australia con la intencin de
realizar trabajo de campo en la parte sudeste de la isla central de Nueva Guinea, llamada en
esos das Papa.
En esa poca, se haban llevado a cabo pocos estudios etnogrficos en esa parte del
mundo. Aunque el antroplogo ruso Nickolai N. Mikloucho-Maclay haba pasado alrededor
de 1870 casi tres aos en la costa norte de Nueva Guinea, su trabajo qued casi
1 Malinowski comenz su ensayo Myth in Primitive Psychology (1926a) con una dedicatoria a Sir James
Frazer en la que se describi a s mismo como un estudiante que deja los edificios medievales de la universidad, obviamente con alguna angustia, apretando, sin embargo, bajo su brazo, como el nico solaz
para sus cuitas, los tres grandes volmenes verdesde La Rama Dorada (1954:92).
3
desconocido debido a que muri poco despus de dejar Nueva Guinea2. Con excepcin de
la expedicin de la Universidad de Cambridge al Estrecho de Torres, dirigida por Alfred
Cort Haddon en 1898, y el reconocimiento etnogrfico de Massim (el rea costera y el
anillo de islas del extremo este de Papa, que incluye a las Trobriands) realizado por
Seligman en 1903-1904, la mayora del conocimiento antropolgico acerca de las
sociedades de Nueva Guinea Papa se basaba en informes y diarios de misioneros, funcionarios gubernamentales y exploradores. Los pocos antroplogos que hacan trabajo
de campo rara vez se quedaban en algn grupo por ms de unos meses. Los principales
objetivos eran inspeccionar tantos pueblos Papa no estudiados hasta el momento como
fuera posible, y registrar sus costumbres antes de que la colonizacin y los esfuerzos de los
misioneros produjeran grandes cambios en sus tradiciones.
El trabajo de campo original de Malinowski refleja este enfoque de tipo paneo, pero posteriormente el estallido de Guerra Mundial en 1914 complic sus planes.En ese
momento Malinowski estaba en Australia y preparaba su trabajo futuro entre los Mailu que
viven en la costa sud de Papa. Como polaco de nacionalidad austraca, tcnicamente
Malinowski era un extranjero enemigo, y aunque su situacin era monitoreada
permanentemente por las autoridades australianas, le permitieron continuar con su
investigacin. Pas un poco menos de tres meses con los Mailu y luego volvi a Australia,
donde escribi un sustancioso informe acerca de muchas de sus costumbres3. Luego,
planific trabajar con diversos otros grupos Papas de los que se saba poco. Compr
pasajes para un navo comercial que una Samarai con algunas de las aldeas e islas costeras
ms septentrionales. Cuando el barco realiz una breve detencin en las Trobriands,
Malinowski se qued, alterando el curso de su trabajo y la orientacin de la antropologa
social 4 (ver Mapa I).
Aunque doce aos antes C. G. Seligman, su mentor, haba visitado las Trobriands
como parte de su prospeccin etnogrfica de los Massim5, Malinowski decidi que realizar
ms investigaciones en las Trobriand producira importantes resultados que justificara su
decisin de no continuar la recorrida por otras poblaciones, no visitadas an. Lo intrigaba la
reputacin de los Trobriandeses, porque esta sociedad, a diferencia de muchas otras
sociedades de Nueva Guinea, estaba organizada en torno de jefes de alto rango. En lugar de
dejar las Trobriands despus de un mes o dos para explorar la costa norte, tal como haba
planificado, Malinowski le dedic en total dos aos, entre 1915 y 1918, a ese trabajo de
investigacin en el lugar. En sus diarios de campo escriba con un arranque de fanfarronera
que estaba realizando en las Trobriand lo que ninguno de sus afamados colegas haba
realizado. Haba registrado mucha informacin y tena observaciones detalladas realizadas
a lo largo de un largo perodo. El saba fehacientemente que nadie, en Inglaterra, haba
hecho trabajo de campo de este modo hasta el momento6.
2 Algunos de sus materiales han sido publicados en ruso, y ms recientemente, se han traducido y publicado
en ingls sus diarios de campo (Mickloucho-Maclay 1975). 3 Ver Malinowski (1915).
4 Ver Young (1984) que analiza por qu Malinowski se qued en las Trobriands en lugar de continuar con sus
planes originales. 5 Ver Seligman (1910).
6 En ese tiempo, unos pocos antroplogos americanos que realizaban investigaciones entre indios de Amrica
del Norte haban pasado largos perodos en el campo, por ejemplo, el estudio de Franz Boas (1888). de un ao
de duracin 1883-1884 entre los Esquimales Centrales.
4
Mapa 1. Las islas y el extremo de la masa territorial de Papua Nueva Guinea,
llamada Massim por C.G. Seligman. En trminos polticos, el rea se conoce como
Provincia de Milne Bay, uno de los distritos en los que actualmente se divide el territorio
de Papua Nueva Guinea.
Despus de su retorno a Inglaterra produjo con ritmo constante una gran cantidad de
libros y artculos sobre varios aspectos de la vida en las Trobriands. Al escribir acerca de
las Trobriands, Malinowski argumentaba contra las concepciones anteriores acerca de las
sociedades primitivas formuladas por los antroplogos de silln. El estudio intensivo que realiz marc una divisoria de aguas en la antropologa social, haciendo que la
etnologa llegara a su mayora de edad como disciplina cientfica. Malinowski no slo puso
en discusin nuevos supuestos tericos acerca de cmo funcionaban los individuos y las
instituciones en la sociedad primitiva sino que cambi tambin radicalmente el modo en que los etngrafos encaran el trabajo de campo. En la Introduccin a los Argonautas del
Pacfico Occidental, su primera monografa sobre las Trobriands, Malinowski escribi lo
que se convirti en un tratado clsico sobre el trabajo de campo etnogrfico. Defendi la
importancia de que el trabajo de campo se extendiera por un ao o ms, advirtiendo a los
etngrafos que deban hablar en el lenguaje local y establecer vnculos con los informantes.
Ya no habra aceptacin para los mtodos anteriores, basados en la recoleccin de
costumbres puntuales a partir de interrogar a unos pocos informantes. Fuera de contexto,
una canoa con balancines no tena significado alguno, si no se saba quin la haba
construido, quin tena derecho a navegarla, y quin haba dicho las palabras mgicas
5
necesarias. La regla bsica del trabajo de campo, debera ser, por lo tanto, ver la realidad
desde el punto de vista del nativo. Docente brillante, Malinowski dirigi seminarios famosos en la London School of
Economics, que atraan a estudiantes de muchas disciplinas y en los que toda una
distinguida generacin de antroplogos sociales se entrenaron en la metodologa de campo.
Sus vastos escritos sobre la sociedad Trobriand cruzaron el Atlntico y ejercieron influencia
no slo en los antroplogos americanos sino tambin en los socilogos y los psiclogos.
Aunque tambin estudi y escribi acerca del cambio cultural en las sociedades africanas y
pas dos veranos haciendo trabajo de campo en mercados campesinos de Oaxaca, Mxico,
el impacto central de Malinowski en la antropologa tuvo que ver con el material
etnogrfico de las Trobriand7. Cuando terminaba la dcada del 30, emigr a los Estados
Unidos, y en 1942 fue nombrado profesor de antropologa en la Universidad de Yale.
Trgicamente, ese mismo ao sufri un ataque cardaco mortal.
Las ideas tericas de Malinowski acerca de la relacin funcional entre las
necesidades humanas y las instituciones sociales han sido desplazadas por otras teoras,
ms sofisticadas8. Sin embargo, su reputacin como un investigador de campo excepcional
se mantuvo y su detallado corpus etnogrfico sobre las Trobriand tiene una validez y
perpetuidad que no han disminuido. Malinowski utiliz el material de las Trobriand para
debatir en trminos amplios acerca de economa, parentesco, sexualidad, religin y mito, y
de este modo, las Trobriands se convirtieron en el ejemplo clsico de una sociedad a
pequea escala. Mucho despus de su muerte, su trabajo en las Trobriand dio lugar a
controversias pero tambin gener ideas nuevas9. As, el legado de su etnografa de las
Trobriand sigue teniendo un rol sin precedentes en la historia de la antropologa.
COMPARACIONES ETNOGRFICAS
En 1971, antes de mi primer viaje a las Trobriand, pens que comprenda muchas
cosas acerca de las costumbres y creencias de las Trobriand (de los trobriandeses) a partir
de haber ledo los escritos exhaustivos de Malinowski. Sin embargo, una vez all descubr
que tena mucho por descubrir acerca de lo que crea saber. Durante muchos meses, trabaj
con estas realidades discordantes, siempre consciente de la sombra de Malinowski, sus
palabras, sus explicaciones. Aunque encontr diferencias significativas en reas
importantes, gradualmente comenc a entender cmo haba llegado a ciertas conclusiones.
Las respuestas que ambos recibamos de nuestros informantes no eran tan dismiles, y la
verdad es que poda seguir cmo haba analizado Malinowski lo que sus informantes le
haban dicho de modo de encontrarle sentido y hacerlo cientficamente significativo teniendo en cuenta lo que los antroplogos generalmente decan acerca de tales sociedades.
Nuestros trabajos de campo estn separados por sesenta aos, y cualquier comparac in
entre nuestros estudios ilustra no tanto las interpretaciones errneas de Malinowski como
7 Los ensayos de Malinowski sobre el cambio cultural en las sociedades africanas fueron publicados
pstumamente, as como los resultados preliminares de su trabajo de campo en Oaxaca, Mxico. Vase
Malinowski y de la Fuente (1982). 8 Para ms detalles acerca de su enfoque, vase Malinowski (1944).
9 Vase Man and Culture (editado por Raymond Firth (1957) sobre las contribuciones ms controvertidas e
importantes de Malinowski. Este libro fue escrito por los estudiantes que se formaron con l diez aos
despus de su muerte.
6
los desarrollos del conocimiento y las investigaciones antropolgicas entre su tiempo y el
mo.
Este punto importante ha sido olvidado por los antroplogos que actualmente
sostienen que los escritos etnogrficos no pueden ser ms que una especie de registro
ficcional de las experiencias de un autor10
. Aunque Malinowski y yo estuvimos en las
Trobriands en momentos histricos ampliamente diferentes y tambin hay muchas reas en
las que nuestros anlisis difieren, gran parte de lo que aprendimos en el campo fue similar.
Desde el lugar ventajoso que el tiempo me da, puedo ilustrar cmo se produjeron nuestras
diferencias, an las ms significativas. Tomados en conjunto, nuestros dos estudios
ejemplifican con profundidad (fehacientemente) el trabajo cientfico en que consiste la
recoleccin de datos etnogrficos. Como cualquier dato de este tipo, sin embargo, ya se
trabaje en un laboratorio o en una aldea, cuanto ms sepamos acerca de un tema, ms
podremos refinar y revisar los supuestos iniciales.sta es la forma en que todas las ciencias
progresan a lo largo del tiempo. Por ello, la falta de coincidencia entre la etnografa de
Malinowski y la ma no debe ser tomada como el ataque de un oponente a su adversario. Ni
debera tomrsela como un ejemplo de escritura etnogrfica en cuanto ficcin o verdades parciales. Cada una de nuestras diferencias puede ser rastreada histricamente dentro de la disciplina antropolgica.
Mi punto de diferenciacin ms significativo del anlisis de Malinowski fue la
atencin que le prest al trabajo productivo de las mujeres. En mis proyectos iniciales de
investigacin, las mujeres no estaban en el foco central de estudio, pero desde el primer da
en que me instal en una aldea ellas me llevaron a observar una distribucin de su propia
riqueza fardos de hojas de banana y polleras de fibras de banana que intercambiaban con otras mujeres en conmemoracin de alguien que haba muerto recientemente. La
observacin de ese acontecimiento me oblig a tomar los roles econmicos femeninos con
ms seriedad de lo que le hubiera dedicado a partir de la lectura de los estudios de
Malinowski. Aunque Malinowski destac el elevado status de las mujeres trobriandesas,
atribua su importancia al hecho de que los trobriandeses trazan su descendencia a travs de
las mujeres, dndoles por tanto significacin genealgica en una sociedad matrilineal. Pero
nunca consider que esta significacin era reforzada por la propia riqueza de las mujeres
dado que no investig sistemticamente las actividades productivas de las mujeres. Aunque
en sus notas de campo menciona que las mujeres de las Trobriand hacan esos fardos de
banana aparentemente intiles que se intercambiaban ante una muerte, su obra publicada
slo trata de la riqueza de los hombres.
El hecho de que yo tomara seriamente la importancia de la riqueza de las mujeres no
slo resalt a las mujeres, como la mitad desatendida de la sociedad ponindolas
claramente en el foco de la imagen etnogrfica, sino que tambin me forz a revisar
muchos de los supuestos de Malinowski acerca de los hombres. Por ejemplo, el parentesco
trobriands, tal como lo describe Malinowski siempre ha sido un tema debatido entre los
antroplogos. Para Malinowski, las relaciones bsicas dentro de una familia trobriandesa se
guiaban por el principio matrilineal de derecho materno y amor al padre. Al padre se lo llamaba extrao y tena poca autoridad sobre sus propios hijos. La figura al mando era algn hermano de la madre, el cual ejerca control sobre los hijos de su hermana porque
eran integrantes de su matrilinaje antes que del matrilinaje del padre.
10
Ver por ejemplo, Clifford y Marcus (1986).
7
Segn Malinowski, este drama matrilineal expresaba la creencia de los
trobriandeses de que un hombre no tena rol alguno como genitor. Se supone que la mujer
de un hombre se embaraza cuando un espritu ancestral entra en su cuerpo y causa la
concepcin. Malinowski informaba que an despus de que naca el nio, el hermano de la
madre, y no el padre, era el que le presentaba a su hermana una cantidad de ames , de
manera que su nio sera alimentado con comida de su propio matrilinaje, antes que con la
del matrilinaje del padre. En este sentido, Malinowski conceptualizaba la matrilinealidad
como una institucin en la cual el padre de un nio, como miembro de un matrilinaje
diferente, era excluido no slo de la participacin en la procreacin, sino tambin de
entregar objetos de valor duradero a sus hijos, limitndose de este modo a proveerles
afecto11
.
En mi estudio acerca de los hombres y mujeres de las Trobriand, fue surgiendo una
configuracin diferente de la descendencia matrilineal. Un padre trobriands no es un
extrao en la definicin de Malinowski, ni una figura carente de poder como tercero en la relacin entre una mujer y su hermano. El padre es una de las personas ms importantes en
la vida de su hijo, y sigue sindolo an cuando ste haya crecido y se case. Inclusive la
importancia del padre como procreador se incorpora al crecimiento y desarrollo de su hijo.
Un hombre trobriands le da a su hijo muchas oportunidades de obtener cosas de su propio
matrilinaje, adicionndolas as a los recursos que l o ella puedan reunir. Al mismo tiempo,
estos dones crean obligaciones por parte de los hijos de un hombre que se extienden an
despus de su muerte. Por tanto, los roles que los hombres y sus hijos desempean
recprocamente en sus vidas se van desarrollando a lo largo de extensos ciclos de
intercambios, que definen la fuerza de sus relaciones recprocas y eventualmente benefician
a los otros miembros de sus respectivos matrilinajes. En estos intercambios las mujeres y su
riqueza tienen un papel central.
Entender el parentesco desde esta perspectiva tiene implicaciones ms amplias,
porque las relaciones de parentesco constituyen la base del poder de las jefaturas. En los
estudios de Malinowski nunca est claro si los jefes de las Trobriand tenan una autonoma
suprema que los converta en jefes de principal importancia, como l sola decir, o si, como en la mayora de las otras sociedades de Nueva Guinea, los trobriandeses eran ms
igualitarios en sus relaciones entre s y los jefes eran slo primeros entre pares. A partir de
mi propia investigacin y de otras recientes, sabemos ahora que considerando la totalidad
de las Islas Trobriand, slo en Kiriwina se les atribuye gran autoridad y poder a los jefes; en
la Isla Vakuta, al sur de Kiriwina, un jefe tiene pocas ventajas sobre cualquier otro; de
modo similar, en la Isla Kaileuna, en la parte occidental, un jefe tiene mucho menos poder
que los jefes de Kiriwina; y en la Isla Kitava, al este, no existen las posiciones de jefatura
hereditarias12
. Malinowski hizo la mayor parte de su trabajo de campo en Kiriwina y por
tanto, no podra haber sabido de estas variaciones. Pero, adems, nunca reconoci la
amplia medida en que las mujeres de Kiriwina entran en el mundo pblico de la poltica.
Slo en la isla de Kiriwina los intercambios de la fortuna de las mujeres alcanzan
proporciones tan importantes e involucran a los hombres en modos tan crticos. Por estas
11
El anlisis de Malinowski del parentesco en las Trobriand encendi diversas y duraderas controversias. Ver
por ejemplo, Fortes (1957); Homans y Schneider (1955): E. R. Leach (1958); Lounsbury (1965); Needham
(1962); Weiner (1978b). 12
Campbell (1983b: 203) acerca de Vakuta; Hutchins (1980), J.W. Leach (1978), Powell (1960) y Weiner
(1976) sobre Kiriwina; Montague (1974) sobre Kaileuna; Scoditti con J.W. Leach (1983: 252) acerca de
Kitava. Ver tambin Brunton (1975) y Watson (1956).
8
razones, los intercambios de riqueza de las mujeres brindan estabilidad a las relaciones de
intercambio entre los hombres, y la necesidad de disponer de los bienes de las mujeres cada
vez alguien muere requiere un desembolso de algunos recursos de los hombres. Al mismo
tiempo, la presencia de la riqueza de las mujeres significa (demuestra) que los hombres no
dependen totalmente de sus propios valores de concha y piedra en el momento de la muerte.
Estos aspectos de la riqueza de las mujeres, en el sentido de estabilizar las relaciones y
nivelas algunos tipos de recursos de los hombres mientras otras formas quedan libres,
determinan el nivel de jerarqua que los jefes pueden llegar a mantener, mientras que
muestran alternativamente las limitaciones de los jefes en cuanto a ganar poderes
adicionales que podran darles ms autonoma.
No sorprende que Malinowski nunca le diera importancia por igual al lado femenino
de las cosas, dado el profundo significado de su rol en la vida social y poltica. Slo
recientemente comenzaron los antroplogos a entender la importancia de abordar con
seriedad el trabajo de las mujeres. En algunas culturas, como en el Medio Oriente o entre
los aborgenes de Australia, a los etngrafos les resulta extremadamente difcil cruzar /
atravesar los mundos rituales definidos culturalmente que separan a hombres de mujeres.
Sin embargo, en el pasado los etngrafos, tanto las mujeres como los hombres, analizaban
por lo general las sociedades que estudiaban desde una perspectiva masculina. En el estudio
de los roles de gnero se ignoraba totalmente el punto de vista de las mujeres, dado que los antroplogos solan percibir generalmente a las mujeres como viviendo a las sombras de
los hombres, ocupando los espacios privados antes que los pblicos de la sociedad, criando
nios antes que comprometindose con objetivos econmicos o polticos.
Aunque Malinowski no sent un precedente para los estudios sobre las mujeres, lo
cual estaba muy fuera de su poca, sus ideas visionarias acerca de la naturaleza de las
sociedades humanas lo convirtieron en una avanzada para su poca. Al comenzar el siglo
XX, muchos estudiosos crean sinceramente que los pueblos primitivos exhiban mentalidades irracionales, prelgicas, y por tanto, les asignaban a esos salvajes en el peldao inferior de una escala evolutiva que culminaba en una progresin unilineal en la
civilizacin. Los argumentos ms slidos de Malinowski se dirigan a aqullos que describan a los primitivos como seres mecnicos, sin personalidades individuales, que seguan cumpliendo, como grupo, con las mismas costumbres sin cambio alguno.
A lo largo de toda su obra sobre las Trobriand, Malinowski mostr el etnocentrismo
y an el racismo de estas visiones. Sin embargo, su reivindicacin del carcter racional de
los comportamientos que poda documentarse encontrando la funcin pragmtica de cada
costumbre o institucin le impidi apreciar los complejos significados expresados por
medio de las acciones simblicas que esclarecan las interacciones sociales y polticas.
Como sealara Edmund Leach, uno de los estudiantes ms eminentes de Malinowski,
Malinowski, aunque fue un pensador muy original, en muchos aspectos qued prendido de
las mismas ideas filosficas decimonnicas contra las que luch13
.
Por ejemplo, el descubrimiento de que los pueblos primitivos tenan fuertes creencias en el poder de las prcticas mgicas era una prueba, para muchos estudiosos del
siglo XIX de que esta falsa ciencia impeda que surgiera la necesidad de aprender habilidades tcnicas. Para probar que las gentes primitivas eran capaces de distinguir entre hechos y ficcin, entre tecnologa y magia, Malinowski explicaba cun complejas
eran las capacidades tcnicas que los Trobriandeses controlaban en actividades como la
13
E.R. Leach (1957:113-158).
9
horticultura, la navegacin y la pesca14
. Luego ilustraba con cunto cuidado discriminaban
entre su confianza en los conjuros mgicos y su uso de la tecnologa. El ejemplo ms citado
de Malinowski se refera a las diferencias entre pescar en la laguna y en el mar abierto. De
acuerdo con Malinowski, cuando los trobriandeses pescan en la laguna, nunca recurren a la
magia de la pesca porque all las aguas estn relativamente calmas. Pero cuando salen con
sus canoas al mar abierto, entonces recurren a la magia como proteccin ante los riesgos de
los fuertes vientos y las tormentas de lluvia. Slo cuando confrontan situaciones que no
pueden controlar, por la inoperabilidad de sus recursos pragmticos, los Trobriandeses, en
stress psicolgico, cambiar de la tecnologa al recurso de la magia.
Mi registro de estos acontecimientos, y an los que Malinowski registr en trabajos
anteriores, difieren de este ejemplo15
. Hay ocasiones en las que los hombres usan la magia
para pescar en la laguna, as como pueden recurrir a conjuros mgicos cuando pescan sin
canoas a lo largo de los arrecifes. Se vuelcan a la magia no por distress psicolgico por un mbito fsico fuera de control, sino en los casos en que es esencial que obtengan una
captura abundante que ser usada para un importante intercambio que tendr consecuencias
sociales y polticas. Controlar la accin del viento y de los peces es en ltima instancia la
prueba de la propia capacidad de controlar un intercambio, proveyendo de este modo una
medida del control sobre otros. De este modo, en las Trobriand la magia se invoca en casos
vinculados con la dominacin y la autonoma. Influir sobre otra persona por medio de una
ddiva exitosa es dar una prueba de la propia potencia. La magia trobriandesa le habla a las
comlejidades inherentes a la interaccin social. Influir y en definitiva dominar los
pensamientos y acciones de otras personas es un objetivo que la mayora lucha por
alcanzar. Dado que muchos trobriandeses sienten que son impervious a los deseos de otros,
este control se efecta por medio de la magia. An en el caso de los jefes, la dominacin
depende del poder de la magia.
Las teoras funcionalistas de Malinowski oscurecieron las sutilezas y la
significacin de la accin social. Su inters se centraba en las causas y efectos de ciertas
acciones y actividades antes que en los significados culturales que los trobriandeses le dan a
las cosas y personas que los rodean. Aunque en algn sentido Malinowski mostr que los
trobriandeses perciban su mundo a travs de un pensamiento racional, esta lgica tena
lmites definidos. En todas las sociedades, incluyendo la nuestra, la comprensin lgica de
hechos y circunstancias del ambiente natural y social tiene sus lmites. Aunque en algunos
casos Malinowski reconoca los lmites y dimensiones del pensamiento racional,
generalmente ignoraba estas ideas. A veces, sus explicaciones eran tan limitadas como las
que atacaba. El problema se evidencia en su discusin acerca de la funcin de la magia,
pero se vuelve ms revelador en sus consideraciones acerca del intercambio en las
Trobriand.
Por ejemplo, en Argonautas del Pacfico Occidental Malinowski dedic ms de
quinientas pginas a la descripcin del kula, una red de relaciones de intercambio que
14
Las concepciones de Malinowski acerca de la magia tambin influyeron a socilogos, especialmente a
Homans (1941). Ver tambin Nadel (1957) acerca de los problemas y contribuciones de Malinowski a la
comprensin de la magia, y Tambiah (1968) y Weiner (1983) acerca del poder de los conjuros mgicos de las
Trobriand. 15
Malinowski (1918:87-92); ver tambin Malinowski (1922: 368-371).
10
enlaza a los Trobriandeses con personas que viven en otras islas de la regin de Massim16
.
Los hombres, y en algunas sociedades de Massim las mujeres, viajan en canoas para
obtener collares y pulseras de concha, muy valuados, de sus contrapartes en el intercambio
que viven en otras islas. Las pulseras siempre circulan contra la direccin de las agujas del
reloj, mientras que los collares van en el sentido de dichas agujas, de isla en isla. La
descripcin de Malinowski de las transacciones kula, con todo el acompaamiento ritual y
mgico en torno de cada viaje, fue la primera descipcin a escala completa de la economa
primitiva en accin, y sus ejemplos an se citan en los textos de antropologa. Pero, a pesar de sus detalladas observaciones, Malinowski analiz las actividades kula como si los
Trobriandeses estuvieran impulsados por la costumbre a realizar sus arduos viajes marinos. Los Argonautas termina con su afirmacin de que los Trobriandeses intercambian
conchas en el kula simplemente porque dan por el hecho de dar. A partir de mi propia investigacin y del trabajo reciente de otros antroplogos que
han investigado en las otras islas Massim, sabemos que las transacciones kula son mucho
ms intrincadas y ms rodeadas de dificultades de lo que Malinowski reconoca. Los
Trobriandeses no cambian simplemente una concha por otra siguiendo los dictados de la
costumbre, ni sus necesidades psicolgicas de intercambio subyacen al sentido del kula.
Ms bien, en las transacciones kula los trobriandeses crean su propia fama personal
circulando objetos que acumulan las historias de sus viajes y los nombres de aqullos que
las han posedo. Estas historias dan valor a las conchas al tiempo que simbolizan el xito
en influir y an dominar a otros. Ms all de la bsqueda de fama y los intercambios
recprocoos de una pulsera por un collar, hay en juego otras motivaciones. Siguiendo la
circulacin de estas conchas kitomu como se las denomina, encontramos que algunos pocos
hombres pueden obtener un beneficio en el kula intercambiando sus propias conchas kitomu siguiendo una cadena muy extensa y compleja de intercambio. Aunque no se trata
de la economa de un sistema de mercado occidental, no se trata de dar por el hecho de dar.
As, considerando la etnografa actual de las Trobriand, tenemos una visin ms amplia que
nos permite explorar la historia, creencias y valores de los trobriandeses. Profundizando las
cuestiones que Malinowski observ antes que nadie, encontramos la oportunidea de vernos
a nosotros y la historia de la antropologa como una parte del proceso de estudiar a los
otros.
16
Ver en Firth (1957b) una valoracin de la contribucin de Malinowski, y en Uberoi (1962) un reanlisis de
sus hallazgos; ver tambin los ensayos en J.W. Leach y E.R.Leach (1983) basados en trabajos de campo
recientes en la regin de Massim, donde tiene lugar el Kula.
11
Mapa 2. Las cuatro islas principales del grupo de las Trobriand.
LAS TROBRIAND: SU HISTORIA, GEOGRAFA Y LENGUA
Mucho antes de que Malinowski llegara por primera vez a las Trobriands, muchos
capitanes de barco utilizaban la Isla Kiriwina como puerto de escala. Ya en 1793, el rea
fue dividsada por el explorador francs DEntrecasteaux, que dio denomin al conjunto de
12
islas segn su primer teniente, Denis de Trobriand. El grupo, como se puede ver en el mapa
2, incluye la gran isla de Kiriwina, con forma de barrilete, flanqueada por las ms pequeas
Kitava, Vakuta y Kaileuna, as como por ms de cien islas e islotes deshabitados. Kiriwina,
social y polticamente la ms importante, tiene 25 millas de largo y de 2 a 8 millas de
ancho. En la actualidad tiene una poblacin de 12000 personas que viven en sesenta aldeas.
En las otras tres islas, la poblacin apenas llega a unas 300, con menos de ocho aldeas entre
todas las islas. En el siglo XIX; comerciantes, balleneros y otros sujetos emprendedores
anclaban ocasionalmente lejos de la costa y exploraron las islas, comprando comida y
artefactos a la poblacin local. Hasta 1894, fecha en la que llegaron los primeros
misioneros metodistas a Kiriwina, no haba europeos que vivieran en el rea. Diez aos
despus, los metodistas fueron seguidos por oficiales coloniales australianos, que
establecieron un puesto gubernamental junto al muelle de Losuia, cercano a la Misin.
Unos pocos comerciantes compraron tierra en Losuia, abrieron negocios y se dedicaron al
negocio de las perlas. En los 30, la Sacred Heart Mission, catlica, construy un
asentamiento a unas 6 millas de la estacin gubernamental, y all los maestros misioneros
abrieron una escuela primaria.
Con la colonizacin, el nombre Trobriand se convirti en la designacin poltica de estas islas, aunque importantes diferencias culturales le dan a la poblacin de cada isla
su propio carcter distintivo. Pese a las muchas variaciones en los dialectos, an en la
poblacin de una misma isla, todos hablan alguna versin de Kilivila. Esta lengua es una de
las aproximadamente quinientas lenguas Austronesias comunes a Polinesia, Micronesia,
Indonesia y muchas de las reas isleas de Melanesia17
. Uno de los rasgos distintivos del
Kilivila es que, a diferencia de otras lenguas Austronesias, tiene un elaborado sistema de
clasificacin de los sustantivos18
. En la Isla Kiriwina se hablan cinco dialectos, que
corresponden a las principales divisiones geogrficas. Aunque se ensea ingls en las
escuelas de la misin y del gobierno, durante el tiempo en que realic mi trabajo de campo
muy pocos aldeanos lo hablaban. Tampoco es frecuente que se use el pidgin Melanesio, una
lengua que es la lingua franca comn en toda Papa Nueva Guinea, tampoco se usa mucho
en las aldeas. En este libro, las palabras trobriandesas corresponden al dialecto Kilivila
hablado en el norte de Kiriwina y aparecen en itlica19
.
Excepto Kitava, que tiene una pequea elevacin, las islas son atolones chatos de
coral. Debido a su localizacin justo por debajo del ecuador, es hmedo y caluroso todo el
ao, y llueve con frecuencia.En Kiriwina, las costas del este y norte tienen hermosas playas
de arena bordeadas por speros arrecifees de coral de 8 a 10 pies de altura. Hacia el sur, el
espacio de tierra disminuye y los arrecifes son reemplazados por pantanos con Manglares.
La mayora de la poblacin vive en la mitad norte de la isla, y la mayor parte del rea
terrestre est compuesta por tierras pantanosas rodeadas por ricas huertas. No hay ros ni
arroyos, y slo cursos de agua con rgimen de mareas escurren los pantanos. Hay cuevas a
lo largo de los afloramientos de coral y fuentes en algunos lugares de los pantanos y de la
17
La fontica del Kilivila es relativamente simple. La a, e, i, o, u representan los sonidos de las vocales y las
consonantes son b,d,g,h,l, m, n, p, r, s, t, v, w, y. 18
Sin embargo, hasta los 80, se haban realizado pocos anlisis lingsticos formales, excepto Hutchins
(1980) y Lawton (1980). Recientemente, Senft (1986) compil un diccionario y una gramtica basada en el
dialecto Kilivila tal como se habla en la Isla Kaileuna. 19
Los misioneros, maestros y oficiales gubernamentales han puesto nombres ingleses a muchos aldeanos,
pero stos rara vez los usan en su cotidianeidad. En este texto, en algunos casos us algn nombre en ingls
para disfrazar la identidad de una persona.
13
lnea costera que proveen agua fresca. Los arrecifes se extienden hasta 6 millas de la costa,
y ofrecen una excelente pesca, tanto en mar abierto como en la laguna. Durante las dos
estaciones principales, cuando soplan los vientos alisios del noroeste y del sureste, hay con
frecuencia olas de gran tamao que tornan riesgosa la navegacin de largos recorridos en
canoas, pero los aviones de pequeo porte y las lanchas motor permiten un acceso ms fcil
a las Trobriand.
La sociedad trobriandesa, sin embargo, llega ms all de estas pequeas islas. Desde
1975, las Trobriand han sido parte del estado-nacin de Papua Nueva Guinea, uno de los
pases en desarrollo de mayor tamao por su tamao y poblacin del Pacfico Sur. En el
ltimo siglo, el pas se dividi en dos territorios: la parte sur, que incluy las Islas
Trobriand, se denomin Territorio de Papua, y la otra mitad Territorio de Nueva Guinea20
.
Papua fue colonizada inicialmente por Gran Bretaa y cedida a Australia en 1904; con
anterioridad Alemania haba reclamado la posesin de la mitad norte. Con la derrota de
Alemania en la Primera Guerra Mundial, este territorio result tambin bajo el gobierno
australinao, segn el mandato de una Liga de Naciones. Despus del final de la Segunda
Guerra Mundial , las Naciones Unidas tuvieron un papel decisivo en que Australia otorgara
a estos territorios la independencia como un pas unificado. En 1964, tuvieron lugar las
primeras elecciones para ocupar escaos en la House of Assembly, y en 1971 se adopt una
bandera nacional y el nombre oficial del pas cambi, denominndose Papa Nueva
Guinea. Dos aos ms tarde, se estableci su autonoma, aunque Australia continuaba
controlando econmicamente la poltica exterior y de defensa. En 1975 se decret la
autonoma completa.
Hoy, la historia de las Trobriand est siendo escrita desde tres fuentes: 1) los
asuntos nacionales de Papa Nueva Guinea, que tiene un fuerte liderazgo entre las naciones
en desarrollo del Pacfico; 2) las conecciones regionales entre los Trobriandeses y los otros
isleos de Massim, y 3) los asuntos internos de los Trobriandeses, que tienen lugar con y
contra las presiones de cambio planteadas por el gobierno, los misioneros o los
acontecimientos mundiales. En lugar de abandonar las costumbres tradicionales, los
trobriandeses son magistrales a la hora de transformar nuevas ideas de formas que resultan
ser tpicamente trobriandeses. La idea de los aldeanos de que controlan su propia
interaccin con otros individuos y con el mundo exterior puede sonar a veces ilusoria, pero
es una nocin en la que los Trobriandeses creen y con la que viven. La capacidad de los
Trobriandeses de reformular las experiencias externas en metas e historias internas
constituye los ritmos centrales de la vida Trobriandesa. Entender las actividades del
intercambio kula, el uso de la magia y los rituales que marcan los momentos transicionales
importantes de la vida de cada persona, incluyendo los rituales que rodean a la muerte, nos
ayuda a discernir el modo en que los individuos intentan controlar a otros como un modo de
construir su propio poder y sustento. Entonces, es imperativo comprender la relacin ntima
entre las personas y las cosas que ms valoran tales como las conchas kula, la riqueza de las mujeres y an los conjuros mgicos, como los indicadores de xito en tales eventos. De
esta manera podremos analizar los loci (lugares) de poder que crean una jerarqua de
relaciones entre jvenes y viejos, jefes y comunes y los vivos y los muertos.
20
La mitad occidental de la isla de Nueva Guinea, llamada actualmente Irian Jaya, fue colonizada
originalmente por los holandeses, y en 1969 la soberana fue transferida a Indonesia.
14
LOS TROBRIANDESES HOY
El inters de la dominacin y la jerarqua es de importancia central porque estamos
investigando una sociedad a cuyos jefes se le reconocen rangos superiores, y a los que por
derecho de nacimiento se les acuerdan privilegios y poderes especiales. Sin embargo, estos
poderes no son ilimitados, ni su disponibilidad es absoluta. Hay una fragilidad en todas las
relaciones sociales, y an el poder de aquellos jefes que se presentan como omnipotentes
puede colapsar. Hay una interdependencia ntima entre procurar poder y sus lmites. La
posibilidad de la tragedia es un aspecto constante de cualquier encuentro dado que los
individuos tienen la posibilidad de perder su riqueza por sus propios errores de clculo o las
estrategias de otros, por medio de la enfermedad y la muerte causadas por la brujera, y por
medio de las demandas que les hacen ante una muerte. Frente a estas exigencias, se mide y
teme la capacidad que algunos tienen de controlar el destino de otros.
Desde el momento del nacimiento, la identidad social de cada persona es aumentada
por otros que les dan sus nombres propios, conocimientos, conjuros y riqueza para
potenciar culturalmente el poder potencial de un nio. Ya como adulto, los grandes intercambios de ame y valores femeninos y masculinos demuestran el status y valor de
una persona y son tambin medios para asegurar los efectos de este status y valor en el
futuro. Aunque los objetos de valor se adicionan al propio crecimiento externo, la muerte
socava todo aquello por lo que han luchado los individuos en su labor por crear y expandir
las dimensiones sociales y polticas de su identidad y autoridad. Por ello, cuando una
persona muere, el trabajo previo de potenciarlo y cuidar de l o ella debe ser realizado con
igual diligencia por medio del trabajo de duelo. Vemos en la muerte cmo esos objetos de
valor que crearon a una persona son demasiado preciosos como para que se pierdan.
Este libro explora la relacin entre poder y muerte, en cuanto hombres y mujeres,
cada uno en su modo, con sus propios objetos de valor, confrontan el problema eterno de
apuntalar las relaciones jerrquicas ante la declinacin y la prdida de la vida. En los
intentos de resolucin de estos problemas dado que todas las soluciones societales para los problemas existenciales del poder y la muerte son slo parciales vemos las races de la resiliencia al cambio de los trobriandeses.
En el primer captulo analizo la vitalidad de la sociedad trobriandesa considerando
el modo en que los trobriandeses enfrentan los cambios externos de los 80. Basndome en
mi trabajo de campo, que realic entre 1971 y 1982 en la isla de Kiriwina, presento los
principios instrumentales fundamentales que caracterizaron ese momento; stos fueron
especialmente significativos porque Papua Nueva Guinea estaba enfrentndose con el
autogobierno y la independencia como nacin. En gran medida, la determinacin de
sostener las actividades econmicas y polticas tradicionales estvinculada con la riqueza
de las mujeres, y el rol que desempea la riqueza en la vida econmica y poltica de los
hombres.
En el Captulo 2, se expone cmo en cada muerte aparecen las races ms hondas de
la resistencia de los trobriandeses al cambio. Los rituales que rodean la muerte actan como
una fuerza conservadora que palia la disyuncin entre cambio y tradicin a travs de la
forma en que las cosas de mayor valor - por ejemplo la riqueza material, la tierra y las
relaciones sociales y polticas se reconstituyen para los vivientes. El Captulo 3 vuelve al
15
principio y examina los roles diferentes pero complementarios que hombres y mujeres
juegan en el proceso de nacimiento. Estos roles tienen consecuencias polticas, an con
relacin a un infante.
El Captulo 4 ilustra cmo se acrecienta culturalmente la belleza de los jvenes, de
manera que la belleza misma se convierte en un arma poderosa de persuasin y seduccin.
Los experimentos con este tipo de poder culminan en matrimonio, pero la capacidad de
controlar a otros influyendo sobre sus mentes permanece como un desafo fundamental para
los adultos. Como se revela en el Captulo 5, despus del matrimonio el poder de la propia
belleza se transforma desde la superficie de la piel en uno de los talentos con los que se
producen y controlan los objetos que constituyen la riqueza. Estos objetos son usados
entonces para aumentar la propia influencia sobre otros, y por medio de la circulacin de
estos objetos, los parientes cognticos (parientes por sangre) y las relaciones de afinidad
(parientes por matrimonio) entre hombres y mujeres se entrelazan de tal forma que los
afines se tornan cognados, asegurando las redes de relaciones sociales y polticas que
posibilitan la potencial continuidad generacional.
En el caso de los jefes, como se ilustra en el Captulo 6, estas redes se multiplican a
travs de sus matrimonios polignicos, pero estos matrimonios tienen lugar slo si los
aldeanos mismos deciden que la influencia de un jefe es suficiente como para que tenga tal
soporte. La riqueza y el poder de persuasin adquieren ms importancia an cuando los
jefes intentan ganar fama y consolidar sus recursos. Aqu tambin, como se describe en el
Captulo 7, difundir la propia fama entre otros requiere de un trabajo productivo enotme y
el gasto de importantes recursos. La muerte de alguien transforma una cosecha de energa y
excitacin juvenil en un esfuerzo productivo de un orden diferente en el que los recursos de
los hombres son necesarios para lograr la riqueza de las mujeres.
En el Captulo 8 exploramos la atencin que se presta a la riqueza de las mujeres al
tiempo que vemos por qu esta riqueza sigue siendo una fuerza conservadora de tal
importancia en la sociedad trobriandesa. En los amplios intercambios de la riqueza de las
mujeres que marcan el final de los duelos (lutos) de los personajes principales vemos cmo
los hombres, incluidos los jefes, siguen dependiendo de las mujeres y sus objetos valiosos.
En estos dos captulos, se plantean las cuestiones de la dominacin y la jerarqua, y
examinamos las potencialidades y lmites que mujeres y hombres, jefes y personas del
llano, encuentran para alcanzar fama y autonoma considerando los celos, la brujera y la
muerte.
En el Captulo 9 estas preocupaciones se vuelven explcitas al tiempo que seguimos
a los hombres en sus intercambios interisleos del kula. Cuando los hombres,
especialmente los jefes, se apartan de las demandas que se les hacen por necesidad de las
riquezas de las mujeres, tienen la oportunidad de escribir la historia de su propia
inmortalidad en las conchas que intercambian con otros. El kula no es un toma y daca
mecnico de un brazalete por otro, ms bien involucra un conjunto complejo de
intercambios por medio de los que se busca obtener fuertes aliados y los objetos valiosos
mejor ranqueados. Los participantes del kula buscan ganancias individuales a la vida de los
constantes pronsticos de prdidas, de modo que an los mejores jugadores encuentran
lmites a lo que pueden obtener.
En el captulo final, vuelvo al tema de cmo los objetos dan noticia de los estadios
ms importantes de la vida de una persona. El poder y el patetismo incrustados en los
objetos ms valorados nos hacen comprender cun frgiles son las relaciones sociales y
polticas que definen quines son las personas y adnde pertenecen. La muerte destruye no
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slo las vidas individuales sino conjuntos complejos de relaciones. Contra esta
irrevocabilidad sobrecogedora e inagotable, los hombres se esfuerzan por alcanzar por
medio de intercambios la libertad que da el poder, mientras que las mujeres, en sus
intercambios, buscan transformar la muerte en una esperanza para el futuro. En ltima
instancia, los valores de los hombres no cercenan los valores de las mujeres, y las
bsquedas de fama de los hombres no pueden reemplazar sus races matrilineales, que
siguen unidas a las mujeres y a la muerte. El eterno conflicto sociolgico entre el deseo
individual y las demandas societales queda a la vista en la medida en que los trobriandeses,
como cualquier otro pueblo, fallan en la conquista del tiempo. Sin embargo, an con las
limitaciones inherentes a los objetos que tienen a su alcance, los trobriandeses los usan de
los modos ms dinmicos para definir quines son ellos con relacin a sus identidades de
parentesco, a su propia fama y dominio individuales, y a las influencias extraas que otros
pueblos llevan a sus islas. Su xito, aunque siempre en riesgo de ser debilitado, es un logro
importante y para nada despreciable.
Captulo I: Los Trobriandeses: pasado y presente.Un retorno trgico.
Incluso en un da soleado, el vuelo en un avin de doble motor desde Porto
Moresby, la capital de Papa Nueva Guinea, hasta las Islas Trobriand puede ser turbulento.
Inmediatamente despus de despegar, el avin vuela justo por encima de las escabrosas
montaas Owen Stanley, donde vigorosas corrientes de aire dan vuelta alrededor de la
aeronave. Una vez que el mar emerge en el horizonte, el avin comienza a descender y
planea sobre las aguas verdes-azules hacia Kiriwina, la principal isla Trobriand.
Cada vez que hago este vuelo, miro el largo arrecife de coral de millas de largo de la
parte surea de Kiriwina. Debido a que la isla es llana, el coral es el nico indicador de
distancia. El avin vuela directamente sobre el coral, siguindolo hasta la isla. Mientras nos
acercamos al tramo final, miro para abajo buscando habitantes conocidos. Finas lneas de
humo desde abiertos lugares de fuego se elevan por encima de los rboles de coco,
sealando que las mujeres estn ocupadas revolviendo ames y papas en sus grandes bols
de cocina. S que en el momento en que el avin sea visto desde el suelo, los nios se
quedaran mirando como desciende y sealando al cielo, gritando excitados, kaiyoyowa!-
Avin! Avin!
Hoy, de cualquier manera, algunos nios miraran al cielo en silencio. Es abril de
1982, y Vanoi, el jefe ms grande las Trobriand, est muerto. Su villa, Omarakana, en el
norte de la Isla Kiriwina, ha sido el asentamiento del linaje de jefes Tabalu por muchos
cientos de aos. Ahora la isla est llena de dolor, y es tab para cualquiera, incluso para los
nios, gritar.
Mis ocasionales acompaantes son turistas, y abandonando el avin, somos
recibidos por isleos que esperan poder vender sus tallas y otras baratijas. Ah, Anna,
volviste! uno de los vendedores grita y bromeando me ofrece una pieza. Un aterrizaje es
17
siempre un evento social, y entre la multitud alcanzo a ver a Bunemiga, Bulapapa, y
Bomapota, viejos amigos de Kwaibwaga, el pueblo donde viv siempre. Nuestros saludos
son clidos mientras nos apretamos la mano, y beso a cada uno en la mejilla. Cargamos mi
equipaje en un camin que nos llevara hasta Losuia, el centro administrativo y comercial de
la isla. Despus de que termino de comprar vveres en el comercio mayor, esperamos varias
horas hasta que encontramos otro camin que nos lleve 13 millas al nortea Omarakana y
despus unas pocas millas ms hasta Kwaibwaga.
Sentada sobre mi equipaje en la parte trasera del camin alquilado, rebotamos a
travs del camino mientras el conductor dobla de un lado para otro intentando evitar los
cavernosos baches. Bunemiga empieza a contarme la historia de la muerte del Jefe Vanoi.
Ya saba que Vanoi haba estado enfermo por aos. En mi ltimo encuentro con l, hace
dos aos, se quejaba de que, a pesar que haba dejado de fumar y tomaba medicinas
Europeas, su persistente tos y su dolor en el pecho no se haban ido. Se vea enfermo, flaco
y agotado, incluso cuando lo conoc por primera vez nueve aos atrs. Me haba
sorprendido su apariencia. Alto y buen mozo, haba usado fragantes flores amarillas
alrededor de su cuello, tiras blancas en la parte superior de sus brazos musculosos y una
prenda colorida atado alrededor de su delgada cintura.
Livini, el interpretador del gobierno, quien me acompao en mi primer viaje a
Omarakana, me advirti que nunca deba levantar mi cabeza ms que Vanoi. Uno de los
muchos tabus sobre los jefes de las Trobriand. No mostrar respeto a un jefe tambin puede
ser peligroso porque algunos son celebres por su hechicera. Cuando Vanoi me visit en
Kwaibwaga antes de que su enfermedad comenzara, mi vecino me susurro, Anna,
cuidado! Ese hombre es bueno, pero tambin muy malo. Record, sabe hechicera. Pero
ahora muerto, Vanoi es la vctima. No muri por sus dolores en el pecho, me dijeron, pero
lo mataron por brujera. Un jefe rival es culpado.
Nuestro camin no puede entrar en Omarakana porque todos los caminos que llevan
a la villa estn cubiertos de troncos de rboles, marcando la muerte de Vanoi. Caminamos
la corta distancia, pero la villa no se ve como el lugar de un jefe. El pasto esta sin cortar, y
nadie est usando flores o ropas de colores. En la casa de la esposa principal de Vanoi
encuentro a otra mujer que conozco; me siento con ellas en el piso mientras lloran y cantan
los sonidos tradicionales de la maana que combinan con su tristeza y anhelo. Lloro con
ellas durante un tiempo y luego atravieso la plaza hasta su patio. Flores rojas de hibiscus se
combinan con plumas blancas y algunas otras decoraciones usadas para adornar el lugar del
entierro. Conmovedoramente, la tumba de Vanoi es la nica que resplandece, el punto
animado del pueblo.
Tiempos recientes
18
La muerte de Vanoi marca el fin de una dcada tormentosa en las Trobriand,
especialmente en la isla Kiriwina. En 1970, habitantes de Trobriand, as como tambin los
de Papa Nueva Guinea de todas partes del pas, esperaban con mucho entusiasmo la
prxima independencia luego de 70 aos de gobierno colonial Australiano. Cuando en 1975
el da de la Independencia Nacional fue declarado, los trobriandeses celebraron; pero su
situacin poltica local estaba en desorden, y el poder de Vanoi y Tabalu fue rpidamente
disminuyendo.
Mi trabajo de campo abarcaba el ao anterior y posterior de la independencia nacional.
En mi primer viaje a Kiriwina en 1971, encontr la isla en el medio de un boom turstico.
Semanalmente las listas de navegacin de vuelos desde Port Moresby, llenas
mayoritariamente con australianos de vacaciones de trabajos gubernamentales en otras
partes del pas, dieron un salto a la industria de las tallas de madera. Los habitantes de la
isla no solo colapsaron el aeropuerto sino que tambin acamparon alrededor del pequeo
hotel, esperando ansiosamente para hacer una venta. Este fue el fenmeno que vine a
estudiar, el arte y la economa de las tallas de madera. Desde que las tallas para los turistas
era la mejor manera para los habitantes de hacer dinero, planee examinar como el dinero
afecto el tradicional intercambio de los objetos y cuanto ha cambiado en la manera
tradicional de los diseos y las tcnicas de tallado.
La mayora de los diez residentes europeos en la isla, incluyendo los catlicos y
misioneros de la Iglesia Unida, estaban fuertemente conectados con la compra y venta de
bols, mesas, bastones hechos en Trobriand; los populares cerdos fornicando y las excelentes
esculturas de figuras mitolgicas y personajes del folklore, hechos por los ms talentosos
talladores. Las tallas fueron arregladas por comerciantes chinos, dueos de un pequeo
hotel, y los cincuenta visitantes por semana provean talladores con un mercado
competitivo para su trabajo. Si un tallador no estaba urgido de efectivo, esperaba para
vendrselo a los turistas antes que aceptar los bajos precios pagados por los misioneros y
comerciantes.
Sbado, cuando el vuelo charter lleg, fue el da ms ocupado de la semana. Para las seis
de la maana, hombres con sus cargas cuidadosamente envueltas en piezas de ropa vieja se
amontonaban en el camino principal que atraviesa toda la isla. Todos caminaban en la
misma direccin: primero al aeropuerto con la esperanza de una venta temprana, despus a
Losuia, donde se congregaban fuera del hotel.
Los suertudos que vendan una talla, gastaban parte de su dinero en alguno de los dos
comercios europeos y compraban carne, arroz, tabaco o ropas. Algo del dinero lo guardan
para comprar pescado. A pesar que Kiriwina est rodeada por tres arrecifes ricos en
pescados, solo los habitantes que viven en la costa son dueos de canoas de pesca. La villa
de Kwaibwaga est localizada en el interior, as que raramente coma pescado ms de una
vez a la semana. Incluso en esas ocasiones deba tener suerte. Los sbados a la tarde,
19
docenas de salientes canoas enfilan hacia Losuia con lo que pescaron durante el da.
Mientras las canoas se acercan, las multitudes de hombres se agrupan en el borde de los
embarcaderos, saltan al agua y tiran el dinero en las canoas esperando recibir el pescado. Si
un hombre se queda demasiado tiempo en el hotel o en el comercio cuando los botes estn
llegando, pierde su oportunidad.
A veces, los comerciantes de otras islas tienen mucho trabajo con, fardos de nueces de
betel amontonados en el muelle. Luego de unos minutos se forma una multitud para
comprar betel, para nadie, excepto para los jefes, hay suficiente. Los trobriandeses mastican
nueces de la misma manera que los americanos toman caf. Una vez que se despiertan, un
habitante se alimenta de nueces y una taza de lima. Si se la mastica sola, la nuez es
extremadamente amarga pero cuando se la mezcla con una planta de pimienta y lima, se
convierte en algo tragable. Estos ingredientes transforman la mezcla en un rojo brillante.
Cada vez que visitaba a otros habitantes, alguien me preguntaba si poda ver mis dientes,
aprobando el color rojo, que indicaba que haba masticado. La nuez acta como un
simulador, pero no como alucingeno. A lo largo del da, los aldeanos paran su trabajo para
masticar nueces, y a pesar de su estricta regla de no comer enfrente a otros, el masticar
nueces es la ms social de todas las actividades.
Durante el boom turstico, la gente joven acuda en masa a Losuia los sbados, como si
fueran a un evento especial en el que tenan que vestir sus ms atractivas y brillantes ropas.
La mayora de los hombres jvenes ahora usan shorts de algodn, sobre los cuales atan
vvidas ropas estampadas, a pesar que la ropa tradicional de los hombres- un cobertor
penico de pandano blanco - sigue siendo usado por algunos. Pocas mujeres han tomado las
ropas Western, y las nias jvenes continan usando muy cortas polleras rojas, hechas de
hojas de banano.
A pesar de si visten o no los tradicionales Western, jvenes mujeres y hombres adornan
sus cuerpos con cuidado y estilo. Toman su negro, abundante, cabello con broches de
madera y lo llenan de flores rojas. Algunos usan tinte blanco y negro de vegetales para
pintar hermosos diseos en sus caras. Para otros, el polvo para bebes Johnson, que se vende
en el comercio, provee un rpido toque blanco, como maquillaje decorativo. Fuertes hierbas
y flores aromticas se convierten en bandas para los brazos, con la exquisita mezcla de
fragancias sumando atractivo. La piel reluce por el aceite de coco, cuidadosamente hecho
hirviendo el aceite con hierbas especiales, sobre los cuales se recitan hechizos de amor.
Dabweyowa, un amigo de Kwaibwaga, una vez me dio una pequea botella de aceite
que l haba hecho, pero me advirti que no lo usara mientras viviera en la isla. Debido a su
fuerza, dijo. Podra provocar una relacin adulterio y crear muchos problemas. En las
Trobriand, el adulterio es un crimen, pero los amores premaritales no lo son. Para la gente
joven no casada, cada elemento decorativo es cuidadosamente elegido para atrapar el ojo de
un posible amor, as como la magia de cada uno es calculada para hacer que alguien quiera
20
acostarse contigo. La atraccin y la seduccin son buscados en los adolescentes, y la
presencia de jvenes caminado por Losuia, riendo y cantando, hace de los sbados casi tan
celebratorios como las tradicionales fiestas de cosechas de ames. No todos eran optimistas
en cuanto al crecimiento de la industria turstica. Algunos se quejaban de los posters de
turismo que presentaban a las Trobraindeses como Las Islas del Amor. Otros advertan
que los hombres dedicaban mucho tiempo a tallar, resultando en perjuicio de las cosechas
de ames. La mayora se senta positiva en cuanto al futuro. Con ms dinero disponible y la
independencia nacional, estos aldeanos expresaban esperanzas de que la prosperidad
europea seria la suya; as como otros habitantes de Papa Nueva Guinea podran controlar
su propio futuro econmico.
Expectativas y decepcin.
Pero las expectativas para el futuro son subjetivas para eventos imprevistos. En las
Trobriand, el boom econmico lleg a un abrupto impase, iniciado en parte por un joven
Trobriande, John Kasaipwalova, quien haba asistido a la Universidad de Queensland y la
Universidad de Papa Nueva Guinea. Habiendo aprendido sobre los movimientos
nacionales africanos, John K, como es llamado, dej sus estudios universitarios y volvi a
Kiriwina con planes de organizar una asociacin Trobriand para el desarrollo econmico.
Sus planes incluan un hotel Trobriand de lujo, una compaa de barcos entre las islas, una
cadena de comercios en los pueblos, un centro de arte y un museo. Estos esquemas tomaron
mayores dimensiones econmicas cuando, en 1972, ante los charter de turistas regulares a
media semana y se atenda al creciente mercado de tallas, un fuego de un freezer a kerosene
destruyo el hotel.
De repente, los turistas y su dinero se haban ido, y para muchos aldeanos, la Asociacin
Econmica Kabisawali organizada por John K pareca una alternativa positiva21
. Pero el
xito de John K no avanz sin una fuerte oposicin, resultando en grandes encuentros entre
islas donde la temperatura suba al tiempo que los hombres hablaban sobre seguir o no a
John. Al principio sus oponentes ms formidables eran el jefe Vanoi y su aparente heredero
y a veces rival, Waibadi, solo unos pocos aos ms joven que Vanoi y ya poderoso. Entre
los que apoyaban a John ms lealmente haba dos jefes, uno de los cuales era el hermano de
su madre y el otro un miembro del matrilinaje donde los jefes haban competido
histricamente con anteriores jefes Tabalu por el poder. A pesar que el conflicto entre John
y los jefes Tabalu era expresado en trminos de desarrollo econmico, la controversia se
convirti en un enfrentamiento poltico atado a viejos antagonismos.
A pesar de la oposicin, John K inicialmente acumulo el apoyo de la isla, amenazando
significativamente el poder de los jefes Vanoi y Waibadi. Para contener el triunfo de John,
21
La palabra kabisawali significa buscar comida en el piso en los tiempos de hambre. Ver J. W. Leach (1982) para detalles sobre el movimiento Kabisawali.
21
el jefe Waibadi y Lepani Watson, antiguo miembro de la Casa de la Asamblea, organizaron
un movimiento de oposicin, la Corporacin de Desarrollo Tonenei Kamokwita, llamado el
movimiento TK, que empez una pesquera exportando pescado congelado a Port
Moresby22
. En una maniobra inesperada, de cualquier manera, Vanoi cambio de lado y se
uni a la asociacin de John, dejando a Waibadi, el jefe nmero dos de Tabalu, como era
llamado, como el lder del movimiento de oposicin TK.
Incluso con el apoyo de Vanoi, el xito de John K dur poco. Nunca construy el hotel
prometido, su iniciativa de los barcos fallo. Para 1976, sus comercios estaban cerrados, los
cuarteles de su asociacin estaban llenos de malezas y muchos aldeanos se quejaban de sus
trabajos no pagados y del dinero que haban invertido en su compaa. Para John K, la
situacin empeor cuando fue acusado de malversar los fondos del gobierno nacional que
recibi para una escuela de arte en Kiriwina y un centro cultural que nunca construy. A
pesar de cumplir sus nueves meses de sentencia en la crcel, su condena fue apelada y dada
vuelta, marco el fin de su fuerte apoyo local y nacional para traer desarrollo a Kiriwina.
El movimiento TK de Waibadi nunca fue econmicamente autosuficiente, pero con
habilidad poltica, recuper su apoyo incluso antes de la cada de John K. Durante una de
nuestras conversaciones sobre este suceso, Waibadi dijo, Anna, en las Trobriand, vamos
paso a paso. Waibadi derroto a John K y se convirti en el jefe ms poderoso de la isla.
Luego Vanoi se enferm, sin nunca recuperar su poder.
El hotel permanece como una masa de escombros, dejando solo una pequea casa de
huspedes para acomodar turistas. Desde la independencia nacional menos australianos
trabajan en el pas y el turismo decay rpidamente. Los hombres siguen vendiendo sus
tallas en el aeropuerto cuando el ocasional avin de turistas llega. Ahora las finas madera
negras de la isla estn agotadas, y la venta al exterior ha ido desapareciendo. Solo unos
habilidosos hombres se arreglan para conseguir ingresos con las tallas. Exceptuando la
usual carrera para comprar pescado de los botes, y los ocasionales partidos de bsquet y
ftbol que atraen a los jvenes, los sbados en Losuia son mucho ms silenciosos. La gente
joven pasa ms tiempo en los eventos tradicionales de las villas, y los hombres cuidan de
sus jardines de ames Para la mayora de los aldeanos, la mayor cantidad de dinero
proviene de las remesas enviadas a casa por jvenes que trabajan por salario en algn lugar
de Papa Nueva Guinea.
Una historia de cambio resistido.
22
El nombre Tonenai Kamokwita significa: la bsqueda de la verdad. Ver May (1982) para ms detalles sobre este movimiento.
22
La resistencia de las Trobriandeses al cambio no refleja una individual mala disposicin
para explorar nuevas posibilidades y apoyar nuevas formas de esfuerzo econmico, como
indicaba John K previamente. Sin embargo, la tradicin gana sobre la aversin de la gente
para intentar algo nuevo. Soportando ms de un siglo de influencia occidental, la sociedad
de las Trobriand ha demostrado mucha ms resistencia al cambio de lo que incluso
Bronislaw Malinowski crea posible.
La influencia de Malinowski en la antropologa, que ya ha sido discutida, es resultado de su
trabajo en las Trobriand, que dur dos aos entre 1915 y 1918. Cuando Malinowski se
instal en Kiriwina, los misioneros metodistas ya haban estado trabajando en la isla desde
1894; en 1906, el gobierno colonial australiano instal su central administrativa en Losuia.
Como la misin y el gobierno estaban intentando cambiar muchos valores tradicionales,
Malinowski luch en contra de sus posiciones. Si no cedan, Malinowski advirti, con unos
pocos aos el poder de los jefes de las Trobriand se disolvera completamente y lol
complicado del crculo de cambio de ames en el que la poltica y la economa se apoyaban
seria destruido. No solo eran misioneros tratando de persuadir a aldeanos que la magia y
hechicera no tenan lugar en el pensamiento racional, tambin atentaron contra la proscrita
poliginia y el tradicional contacto sexual premarital.
A pesar de que la monogamia es la regla practicada por la mayora de los Trobriandeses,
los jefes que quieren convertirse en poderosos deben tener ms de una mujer. Debido a
estos mltiples casamientos, que incluan grandes intercambios de ames23
, los jefes tienen
permitido establecer ms lazos polticos. Los administradores tambin, por razones
prcticas econmicas, abogaron por la abolicin de la poligamia para debilitar el poder de
los jefes. Queran que los hombres pararan su trabajo de jardines de ames para los jefes y
que produjeran dinero de la cosecha como copra. Las terribles profecas de Malinowski no
se cumplieron, por aos los misioneros y el gobierno fallaron en cumplir sus objetivos.
Algunos jefes les prometieron a los generales del gobierno que no tendran ms esposas,
pero sus intenciones solo duraron hasta que sus prximos matrimonios fueron arreglados.
Las circunstancias de la Segunda Guerra Mundial cambiaron abruptamente la direccin de
los esfuerzos coloniales. A pesar de que los japoneses no invadieron las Trobriand,
ocuparon todo el lado norte de las islas. Los misioneros y oficiales del gobierno fueron
evacuados al principio de la guerra y, en preparacin de un ataque ofensivo, tropas
Americanas y australianas instalaron bases operativas en Kiriwina24
. De repente las
Trobriand tenan que aceptar la presencia de aviones, artilleras, tropas y soldados. En la
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Hay dos tipos de especies de ames cultivadas en las Trobriand: Dioscorea esculenta y Dioscorea
alata. A pesar de que otras han sido registradas, hago referencias a las ms antiguas, llamadas taytu en Kiriwina. Estos ames son del tamao de las papas de Idazo, a pesar de que algunas
variedades crecen ms largas. Alrededor de 100 variedades son conocidas y Malinowski da una descripcin de algunas de ellas 24
Ver, por ejemplo, Krueger (1953) y Millar (1959) para detalles de la ocupacin de Kiriwina.
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parte norte de la isla, la carretera principal y dos aeropuertos fueron construidos, y los
heridos de la guerra deban ser enviados diariamente al hospital de Kiriwina.
Durante los primeros meses que viv en Kwaibwaga, casi todos los das un isleo vena a
preguntarme si conoca Bill o Joe, soldados americanos que eran amigos suyos. Pocos
de estos recuerdos quedan de la guerra. Incluso poco despus del fin de la guerra, escasos
cambios culturales significativos ocurrieron25
. Durante su investigacin en 1950-1951, el
antroplogo Harry Powell hizo una pelcula, Los habitantes de la Trobriand, en la que la
mayora de la accin se centra en Omarakana y el jefe Mitakata, el predecesor de Vanoi y el
jefe Tabalu a travs de los aos. En la pelcula, Mitakata y sus aldeanos estn intensamente
incluidos en las celebraciones de los cultivos. En preparacin de una expedicin kula que se
aproximaba para intercambiar caracoles con valor con compaeros de otras islas, los
hombres trabajan fuertemente en la construccin de canoas. Los campamentos armados se
han ido y, desde la pelcula, es difcil creer que menos de 10 aos antes una guerra de tal
magnitud ha dominado la vida de los Kiriwina.
Un descubrimiento extraordinario.
Enfrentados con casi cien aos de nuevas ideas y cambios instituidos por un gobierno
colonial, misioneros, comerciantes, soldados aliados, los Trobrianders normalmente se
mantienen firmes ante sus ms fuertes creencias. Este resurgimiento de los valores
culturales tradicionales refleja una mirada del mundo que no es fcilmente tratada o
profundamente perturbada. Tal resurgimiento cultural hace surgir la pregunta acerca de por
qu estas creencias y valores fundamentales de los Trobriand continan tan firmemente
ancladas en la tradicin. El buscar respuestas demanda un cuidadoso examen de una parte
de la sociedad Trobriand que los extranjeros, incluido Malinowski, ignoran completamente.
A lo largo de los aos de disputas pblicas, peleas, competencias entre jefes, y cambios
provocados por leyes coloniales y comerciantes, las mujeres han seguido con sus trabajos
sin problemas con oficiales del gobierno y misioneros, quienes como Malinowski, nunca
pensaron que cumplan un rol econmico. Los hombres son los talladores, jardineros, los
expertos en pesca, los oradores, y los jefes. Nadie reconoce la actividad que es central para
la posicin de las mujeres en la sociedad. Incluso siendo una actividad que interfiere
profundamente con las actividades poltico y econmicas de los hombres. La presencia
poltica de las mujeres Kiriwina requiere estudiar la sociedad Trobriand desde una
perspectiva sensible a los esfuerzos productivos de hombres y mujeres.
En Kiriwina, las mujeres controlan sus propias riquezas: polleras rojas (doba) hechas de
fibras de bananos y fardo de hojas de banana (nununiga). Las polleras y los fardos tienen un
25
En 1945, Hogbin visito Kiriwina y noto el efecto de las guerras en la vida de los aldeanos. Ver
Austen (1945) para conocer sobre Kiriwina durante 1930.
24
valor econmico, y su mayor uso como pago a dolientes despus de una muerte se
incorpora inmediatamente a las riquezas de los hombres. Como pudo Malinowski, con toda
la atencin que le prestaba a los intercambios, perderse las riquezas de las mujeres? Sin
dudas, para un ojo extranjero, incluso los de un antroplogo bien entrenado, los decorados
de caracoles kula y grandes montculos de ames son mucho ms dramticos que polleras y
pobretones fardos de hojas secas de banano. Un viajero europeo, residente de Kiriwina
durante 10 aos, me dijo que cuando vio a las mujeres en el camino con grandes canastas
sobre sus cabezas, simplemente asumi que estaban yendo a un pueblo a llorar por alguien
que haba muerto. Nunca supo, hasta que le dije, sobre el efecto que el contenido de esas
canastas, llenas con fardos de hojas de banano, tena sobre las demandas que incrementaban
sus ingresos.
Tal vez yo, tambin, es posible que hubiera ignorado las riquezas de las mujeres si las
mujeres mismas no me hubieran empujado en direccin a su trabajo. Haba venido a
estudiar las tallas de los hombres, no de las mujeres, y quera vivir en una de las famosas
villas de tallas donde residan los ms expertos talladores. Segu el consejo de Vanoi
porque era el mximo jefe Tabalu. Quera explicarle mi investigacin y preguntarle sobre
donde debera vivir. Malinowski haba hecho mucho de su trabajo en Omarakana, donde
Vanoi viva, a pesar de que tambin paso algunos meses en Sinaketa, una aldea en la parte
sur de Kiriwina26
. Como quera trabajar en una aldea diferente de la que l haba trabajado,
estaba maravillada cuando Vanoi me dijo que muchos talladores vivan en Kwaibwaga.
Deje Omarakana y me fui directo a Kwaibwaga a preguntar a Bunemiga, un maestro
tallador y uno de los lderes de la aldea, si poda vivir en la villa. Accedi a construirme una
casa y yo pagu a todos aquellos que participaron en la construccin. Una semana despus,
mi pequea casa estaba lista.
Kwaibwaga, con tres mil habitantes, es una de las ms largas villas de la parte sur de la isla.
Planee comenzar mi primer da haciendo un censo de los residentes y un mapa de la aldea.
Pero temprano en la maana, dos mujeres de la villa vinieron a decirme que era importante
que fuera con ellas a otra villa. Fueron insistentes, y otras aldeanas me instaron a que fuera
con ellas. Las segu respetuosamente pero no tena idea a dnde bamos o por qu.
A lo largo del camino principal, otras mujeres de aldeas vecinas se unieron a la procesin.
La mayora de las mujeres ms viejas se haban afeitado la cabeza, y algunas se haban
manchado sus caras y cuerpos completamente. Mientras caminaban rpidamente por el
camino, sus largas polleras de fibras naturales brillaban en el sol, y a pesar de que estaban
de duelo, posean una autoridad que en ese momento las haca ms dominantes que los
26
Como solo una parte de los diarios de Malinowski han sido publicados, es difcil saber cunto
estuvo en cada lugar. Touluwa, quien muri en 1930, era el jefe Tabalu en Omarakana cuando Malinowski vivi ah. El sucesor de Touluwa, Mitakata, fue jefe cuando el antroplogo Harry Powell
vivi en Omarakana durante su trabajo desde 1950 a 1951.
25
hombres que venan junto con ellas. Cada mujer cargaba con una larga canasta sobre su
cabeza y ocasionalmente dos hombres jvenes nos pasaban corriendo, sudando bajo el peso
de una enorme canasta redonda que colgaba de sus hombros. No poda ver lo que contenan
sus canastas.
Finalmente, dejamos el camino principal y continuamos por un sendero. Entramos en un
pequeo pueblo, e inmediatamente not que los hombres de todas las casas estaban
preparando hornos de barro para rostizar cerdos o cocinando un budn de taro. Las casas de
Trobriand estn hechas de paredes de hojas de coco con techos de paja, alrededor de un
rea central pblica donde los mayores eventos y encuentros se llevan a cabo. En el borde
del fuerte estn las casas de ames, los lugares donde se guardan despus de cada colecta.
Mientras entramos en el pueblo, nadie les presta atencin a los hombres que cocinan. La
excitacin estaba siendo generada por las actividades del centro de la plaza, donde cientos
de mujeres se sientan o paran rodeadas de canastas; vi que las canastas estaban llenas de
algo sobre lo que no haba odo o ledo, fardos de hojas de bananas.
Las mujeres estaban completamente insertas en sacar sus fardos y armar polleras de fibra
roja. Una mujer pareca estar a cargo, y continuamente tomaba fardos del medio, los tiraba
al piso, y llamaba a alguien por el nombre. Otra mujer iba hacia el centro, aadiendo sus
fardos a la pila. Finalmente, otra mujer los juntaba y los aada a su canasta. La misma
recoleccin continuaba por horas. A veces la pila era pequea, con 30 fardos; en otros casos
ms de 100 eran entregados, con 10 polleras encima. Las mujeres se rean y gritaban entre
s, ocasionalmente discutan sobre alguna distribucin. Algunas mujeres insistan en que yo
tirara fardos tambin, y me decan, Nuestros fardos son como tu dinero.
Ms tarde ese da, en mi camino a casa desde la villa, cansada pero regocijada, pens en lo
que haba presenciado. Decid que cualquier actividad pblica que requiriera tanta energa y
concentracin deba ser importante. Si los fardos eran verdaderamente como dinero,
algunas mujeres entregaban o reciban cantidades muy grandes. A pesar de que los hombres
no participaban en ninguna accin en el centro de la villa, permanecan en sta, sentados en
las casas y de vez en cuando miraban el procedimiento. Cuando la distribucin finalmente
terminaba, los hombres entraban a la plaza a entregar ames a las mujeres que ahora se
paraban con canastas vacas.
Despus de la experiencia del primer da, el inters de mi investigacin se movi de los
artistas y sus tallas no solo por qu haba reconocido la importancia de los roles de las
mujeres en la muerte, sino que tambin las riquezas de las mujeres me hicieron descubrir la
profunda significancia poltica de la muerte tanto para el hombre como para la mujer de
Trobriand. As que no fue una sorpresa cuando un ao despus de la muerte de Vanoi una
distribucin similar de las riquezas de las mujeres fue llevada a cabo. Esta, sin embargo, no
solo tuvo lugar en Omarakana, como hubiera sido tradicionalmente, sino tambin en Port
Moresby. Los Trobrianders que vivan en la capital, muchos de ellos con educacin
26
universitaria, tuvieron intercambios con aquellos que volaban a Port Moresby desde
Kiriwina. Los habitantes de la ciudad transportaban algodn a los comercio, mientras que
los aldeanos llevaban fardos y de ames. Sostener una distribucin tan onerosa y tan
distante geogrfica y culturalmente de Omarakana evidencia el compromiso perdurable de
los Trobriandeses urbanos para mostrar pblicamente su relacin con el Jefe Vanoi y su
fidelidad a esta significativa y profunda tradicin de las Trobriand.
En el prximo captulo exploro el significado de este compromiso, ya que cada muerte hace
pblico los significados culturales de la identidad del muerto. Los rituales e intercambios
que prosiguen despus de una muerte no solo miden el status de la persona que muri sino
que tambin marcan el desarrollo luego de la muerte de la persona.