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WESTER MENDOZA
DANIEL NUNES
RAFAEL PÉREZ
ALEXANDRA PIÑA
DANIELA PINEDA
LUIS PORTA
ANA ROCHA
PREVALENCIA DEL TRASTORNO POR ATRACÓN Y FACTORES ASOCIADOS
EN ESTUDIANTES DE ADMINISTRACIÓN Y CONTADURÍA DE LA
UNIVERSIDAD CENTROCCIDENTAL “LISANDRO ALVARADO”.
BARQUISIMETO, ENERO 2015.
WESTER MENDOZA
DANIEL NUNES
RAFAEL PÉREZ
ALEXANDRA PIÑA
DANIELA PINEDA
LUIS PORTA
ANA ROCHA
PREVALENCIA DEL TRASTORNO POR ATRACÓN Y FACTORES ASOCIADOS
EN ESTUDIANTES DE ADMINISTRACIÓN Y CONTADURÍA DE LA
UNIVERSIDAD CENTROCCIDENTAL “LISANDRO ALVARADO”.
BARQUISIMETO, ENERO 2015.
UNIVERSIDAD CENTROCCIDENTAL “LISANDRO ALVARADO”
DECANATO DE CIENCIAS DE LA SALUD “DR. PABLO ACOSTA ORTIZ”
DEPARTAMENTO DE PREVENTIVA Y SOCIAL
PREVALENCIA DEL TRASTORNO POR ATRACÓN Y FACTORES ASOCIADOS
EN ESTUDIANTES DE ADMINISTRACIÓN Y CONTADURÍA DE LA
UNIVERSIDAD CENTROCCIDENTAL “LISANDRO ALVARADO”.
AUTORES
WESTER MENDOZA
DANIEL NUNES
RAFAEL PÉREZ
ALEXANDRA PIÑA
DANIELA PINEDA
LUIS PORTA
ANA ROCHA
TUTOR/ASESOR
DR. ADAUCIO MORALES
PREVALENCIA DEL TRASTORNO POR ATRACÓN Y FACTORES ASOCIADOS
EN ESTUDIANTES DE ADMINISTRACIÓN Y CONTADURÍA DE LA
UNIVERSIDAD CENTROCCIDENTAL “LISANDRO ALVARADO”.
_________________________________________________
DR. ADAUCIO MORALES
TUTOR / ASESOR
PREVALENCIA DEL TRASTORNO POR ATRACÓN Y FACTORES ASOCIADOS
EN ESTUDIANTES DE ADMINISTRACIÓN Y CONTADURÍA DE LA
UNIVERSIDAD CENTROCCIDENTAL “LISANDRO ALVARADO”.
AUTORES
WESTER MENDOZA
DANIEL NUNES
RAFAEL PÉREZ
ALEXANDRA PIÑA
DANIELA PINEDA
LUIS PORTA
ANA ROCHA
______________________________ ______________________________
JURADO JURADO
______________________________
DR. ADAUCIO MORALES
TUTOR / ASESOR
BARQUISIMETO, ENERO 2015.
DEDICATORIA
Dedicamos la presente tesis:
A Dios por mostrarnos día a día que con
humildad, paciencia y esfuerzo todo es posible.
A nuestros padres y demás familiares, quienes
con su amor, apoyo y comprensión
incondicional estuvieron siempre lo largo de
nuestra vida estudiantil; a ellos que siempre
tuvieron una palabra de aliento en los
momentos difíciles y que han sido incentivos
de nuestras vidas.
vii
AGRADECIMIENTO
Agradecemos en primer lugar a Dios quien nos dio la
vida y la ha llenado de bendiciones en todo este
tiempo, a Él que con su infinito a amor nos ha dado la
sabiduría suficiente para culminar nuestra carrera
universitaria.
Queremos expresar nuestro más sincero
agradecimiento, reconocimiento y cariño a nuestros
padres por todo el esfuerzo que hicieron para darnos
una profesión y hacer de nosotros personas de bien,
gracias por los sacrificios y la paciencia que
demostraron todos estos años; gracias a ustedes hemos
llegado a donde estamos.
Gracias a todas aquellas personas que de una u otra
forma nos ayudaron a crecer como personas y como
profesionales.
Agradecemos también de manera especial al
Dr. Adaucio Morales, nuestro tutor/asesor quien
con sus conocimientos y apoyo supo guiar
el desarrollo de la presente tesis desde el inicio
hasta su culminación con interés y entrega excepcionales.
“Ahora podemos decir que todo lo que somos es
gracias a todos ustedes”.
viii
PREVALENCIA DEL TRASTORNO POR ATRACÓN Y FACTORES ASOCIADOS
EN ESTUDIANTES DE ADMINISTRACIÓN Y CONTADURÍA DE LA
UNIVERSIDAD CENTROCCIDENTAL “LISANDRO ALVARADO”.
AUTORES: WESTER MENDOZA, DANIEL NUNES, RAFAEL PEREZ, DANIELA
PINEDA, ALEXANDRA PIÑA, LUIS PORTA, ANA ROCHA.
TUTOR-ASESOR: ADAUCIO MORALES.
RESUMEN
El trastorno por atracón (TA) es una alteración de la conducta alimentaria muy
frecuente en el mundo y del cual hay pocos estudios. Por tal motivo se realizó esta
investigación cuyo objetivo general fue determinar la prevalencia del TA y su asociación
con factores de riesgo en estudiantes del Decanato de Administración y Contaduría (DAC)
de la Universidad Centrooccidental “Lisandro Alvarado”. Se trata de un estudio analítico de
prevalencia y asociación cruzada cuya población objeto estuvo constituida por 7331
estudiantes del DAC (5582 mujeres y 1749 hombres); la muestra calculada quedó
establecida en 385 estudiantes (276 mujeres y 109 hombres). Se estudiaron diversas
variables a través de la aplicación de un cuestionario: atracón, experiencias traumáticas
violentas (bullying, abuso sexual y abuso físico), consumo de drogas lícitas (consumo
dependiente de tabaco y consumo intensivo de alcohol) y sedentarismo. Se calculó Chi2
como medida de asociación estadística con un nivel de significancia (p) de 0,05 y se calculó
la razón de prevalencia (PR) con su intervalo de confianza al 95% (IC95%) como medida de
riesgo epidemiológico. Se encontró una prevalencia de TA de 11,7%, según criterios del
DSM-V, y los factores de riesgos asociados en el estudio fueron: abuso físico (p=0,03;
PR= 2,45; IC95%= 1,10 - 5,65), consumo de drogas lícitas (p= 0,04; PR=1,90; IC95%= 1,01-
3,56) y consumo intensivo de alcohol (p= 0,03; PR= 1,95; IC95%= 1,04 - 3,64). El presente
estudio demostró que el trastorno por atracón es una realidad social en la salud pública a
nivel universitario y la misma puede abrir nuevas puertas para otras investigaciones que
permitan la solución de dicho problema.
Palabras clave: Trastorno por atracón, factores de riesgo, alcohol, abuso físico.
ix
ÍNDICE
PÁG
AGRADECIMIENTO…………………………………………………………………. vii
RESUMEN…………………………………………………………………………….. viii
CAPÍTULO
I. INTRODUCCIÓN…………………………………………………………. 10
II. METODOLOGÍA………………………………………………………… 29
III. RESULTADOS……………………………………………………………. 33
IV. DISCUSIÓN Y RECOMENDACIONES…………………………………. 41
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS………………………………………………… 50
ANEXOS………………………………………………………………………………. 57
10
I. INTRODUCCIÓN
A lo largo de la historia se han desarrollado patrones de conducta relacionados con
la apariencia física ideal, en la que la forma de alimentarse se ha visto alterada en relación
con los estándares de lo que significa la belleza para cada grupo social. Estos patrones
conductuales practicados de forma prolongada pueden desencadenar trastornos de la
conducta alimentaria que a su vez pueden generar complicaciones, tanto físicas como
psicológicas, que potencialmente dejarían secuelas irreversibles en el crecimiento y
desarrollo del ser humano (1).
Los trastornos de la conducta alimentaria se han definido como aquellos trastornos
psiquiátricos en los que el miedo a engordar junto con la alteración de la percepción de la
silueta y la dependencia a la opinión de los demás, provocan alteraciones graves de la
conducta alimentaria y del estado psíquico de la persona (2). Las dos principales
categorizaciones internacionales, el Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos
Mentales IV (DSM IV por sus siglas en inglés) y, la Clasificación Internacional de
Enfermedades (CIE-10 por sus siglas en inglés), describen como las tres clases principales
de trastornos de la conducta alimentaria a la anorexia nerviosa, bulimia nerviosa y
trastornos alimentarios no especificado, teniendo en cuenta como límites entre estas
categorías al grado de desviación del peso normal, el patrón de alimentación y las medidas
utilizadas para controlar el peso. Sin embargo, una nueva categoría, el Trastorno por
Atracón (TA), se propuso en el apéndice B del DSM-IV como una posible identidad
diagnóstica (1).
En mayo de 2013, la Asociación Americana de Psiquiatría presentó el DSM-V en el
cual se define y acepta al TA como un trastorno específico de la alimentación que cumple
con los siguientes criterios: ingesta frecuente (al menos una vez a
11
la semana por un periodo mínimo de tres meses) de alimentos en un corto espacio de
tiempo (por ejemplo menos de dos horas), en cantidad superior a la que la mayoría de las
personas ingerirían en un período de tiempo similar y en las mismas circunstancias, con
episodios marcados por sensación de pérdida de control sobre la ingesta de alimentos (no
poder parar, no controlar la cantidad), asociado a tres o más de las siguientes situaciones:
comer mucho más rápido de lo normal, comer hasta sentirse desagradablemente lleno,
ingerir grandes cantidades de comida a pesar de no tener hambre, comer a solas para
esconder la voracidad y sentirse disgustado con sí mismo, depresión o gran culpabilidad
posterior a la ingestión, todo esto en ausencia de conductas compensatorias por ejemplo
purgación (3). Para fines de este estudio se tomó en consideración la definición del
trastorno por atracón según el DSM-V siendo esta la definición más actualizada y completa
de dicho trastorno.
Según el DSM IV, la prevalencia reportada de esta categoría diagnóstica sugiere
mayor cantidad de individuos del sexo femenino en edades correspondientes a la
adolescencia o adultez temprana. Los estudios de prevalencia de esta categoría diagnóstica
han determinado que entre el 15% y el 50% de sujetos, en muestras obtenidas en programas
de adelgazamiento, padecen de TA, mientras que la prevalencia del trastorno en individuos
de la población general fluctúa entre el 0,7% y el 4%. En Venezuela, específicamente en la
ciudad de Maracaibo, estado Zulia, se realizó un estudio sobre trastornos de la conducta
alimentaria y la prevalencia de TA en adolescentes fue de 0,66% (4).
Es escasa la bibliografía sobre el TA, sin embargo, en los últimos años se han
realizado estudios sobre posibles factores de riesgo para desarrollar este trastorno,
describiéndose en algunos casos una clara relación de éstos con el trastorno alimentario,
quedando otros aún en controversia. A continuación se presentan algunos de los factores
asociados al TA, que fueron objeto de estudio del presente trabajo de investigación.
12
En cuanto a las experiencias traumáticas violentas se puede definir como una
situación o evento doloroso que provoca horror y que afecta la integridad de la vida en
términos físicos, psicológicos o espirituales (5). Para efectos de este trabajo de
investigación se abordó el bullying (acoso entre pares), abuso sexual y abuso físico cuando
se hace referencia a las experiencias traumáticas violentas.
El acoso entre pares (bullying) es el comportamiento generalmente agresivo en el
cual se implican tres aspectos: desbalance de poder, que es ejercido en forma intimidatoria
al más débil, con la intención premeditada y explícita de causar daño físico o mental y
rutinariamente es una conducta repetida en el tiempo. Dicho acoso entre pares puede ser
directo, ya sea físico, verbal y no verbal (gestual); del mismo modo puede ser indirecto
mediante la exclusión social, el uso de un intermediario para generar la conducta
intimidante o mediante la divulgación de comentarios peyorativos o discriminativos hacia
la víctima (6).
Otros investigadores establecen que el acoso entre pares (bullying) es un factor de
riesgo que influye en la aparición de la conducta de atracón (7). Se puede considerar acoso
entre pares cuando: “un alumno es agredido o se convierte en víctima al estar expuesto, de
forma repetida y durante un tiempo, a acciones negativas que lleva a cabo otro alumno o
varios de ellos”. Se produce una acción negativa cuando alguien, de forma intencionada,
causa daño, hiere o incomoda a otra persona. Se pueden cometer acciones negativas de
palabra, por ejemplo con amenazas y burlas, tomar el pelo o someter a actitudes
peyorativas. La agresión no solo abarca la esfera física, sino también la esfera psicosocial
de la víctima, y para que sea considerado como acoso entre pares es necesario que sean
actitudes repetitivas en el tiempo, y no solo un hecho aislado (8).
13
Abordando otro dominio de las experiencias traumáticas violentas, la Organización
Mundial de la Salud (OMS) define el abuso sexual como “todo acto sexual, la tentativa de
consumarlo, o algún comentario o insinuación no deseado de una persona que por medio de
la coacción doblega a su víctima, independientemente de su relación con ésta y que incluye
cualquier ámbito, inclusive el hogar y el lugar de trabajo” (9). Otro concepto de abuso
sexual es toda acción mediante la cual se induce o se impone la realización de prácticas
sexuales no deseadas o respecto de las cuales se tiene la imposibilidad para consentir (10).
En este orden de ideas algunos autores plantean la hipótesis de que el TA puede ser una
conducta importante para hacer frente a los estados adversos que resultan del abuso sexual.
(7). También se ha señalado que la conducta de atracón suelen ser una forma de calmar los
sentimientos negativos, o bien una manera simbólica de expulsar la frustración y el
sentimiento de minusvalía producto del daño psicológico ocasionado por el evento
traumático (abuso sexual) (11).
De acuerdo a la guía de diagnóstico y manejo de maltrato, el abuso físico causa
daño físico o lesión, coerción física, como el impedir el movimiento libre de una persona
sin justificación apropiada. También se puede incluir dentro de esta categoría el abuso
sexual a una persona (12). En otro orden de ideas, el abuso físico según puede considerarse
como cualquier acción no accidental por parte de los padres o cuidadores que provoque
daño físico o enfermedad que coloque al niño en grave riesgo de padecerla (13). Algunos
autores entienden por abuso físico en la infancia como cualquier contacto físico deliberado
que resulta en moretones o heridas peores. Se ha reportado que mujeres con abuso físico
presentan mayor incidencia de trastorno de atracón en comparación a las mujeres sanas (7).
Algunos investigadores han comparado a las mujeres con y sin historia de abuso
físico infantil, encontrando que aquellas abusadas presentan el doble de posibilidades de
presentar síntomas subclínicos de patología alimentaria (14). Igualmente, el maltrato físico
infantil se asocia a mayor puntuación en la escala de bulimia, conciencia propioceptiva, así
14
como alto riesgo de excesiva preocupación por la dieta y el peso, y conducta de atracón
(14).
Respecto a la asociación entre el TA y el consumo de drogas lícitas, fueron motivo
de investigación en el presente estudio dos modalidades de consumo: 1) consumo
dependiente de tabaco y 2) consumo intensivo de alcohol. Se ha descrito que el consumo de
tabaco y el desarrollo de trastornos de la conducta alimentaria, dentro de los cuales se
incluye el TA, parecen estar relacionados con la presencia en mayor o menor grado de
impulsividad en las personas que los padecen. Siendo más específicos, “la conducta del
atracón es la que más se aproxima a los comportamientos adictivos, con un momento de
necesidad y búsqueda y un segundo momento de satisfacción” (15).
Asimismo, en diversos estudios se ha logrado demostrar que aquellos sujetos con
cualquier subtipo de trastorno alimentario, en particular aquellos con TA, presentan tasas
más altas de consumo de tabaco, así como una mayor dependencia a la nicotina que
aquellos pacientes que no padecen estos trastornos (16). En este orden de ideas, se ha
encontrado que el consumo de algún tipo de droga como el tabaco, entre personas con
trastornos de la conducta alimentaria, está dirigido a suprimir el apetito y por consiguiente
la pérdida de peso (17).
En otras palabras, la pérdida de peso juega un importante papel como factor de
motivación para fomentar el hábito tabáquico y a posteriori de tabaquismo, sobre todo entre
niñas y mujeres jóvenes en quienes fumar no sólo funciona como medida supresora del
apetito, sino que también proporciona una actividad oral alternativa a comer. Esto es
particularmente atractivo para las personas con trastornos de la alimentación, en las que a
menudo se ha descrito estar obsesionadas con la comida, representando en este sentido, ser
un nuevo grupo potencial de adictos a la nicotina. Sin embargo, se ha planteado que la
15
presencia de tabaquismo en estos pacientes se sustenta mayoritariamente en que el hábito
resulta ser un método eficaz para el control de peso, bien sea para suprimir el apetito ó para
deshacer los efectos de comer en exceso que por la estimulación nicotínica per se. Por este
motivo, en el abordaje de los trastornos de la conducta alimentaria se sugiere que los
médicos tratantes deben monitorear e indagar cuál es el principal motivo desencadenante
del hábito tabáquico en estos pacientes: compensar el consumo excesivo de alimentos o
ayudar a restringir su consumo (18).
En contraparte a lo anteriormente expuesto, distintas líneas de investigación
sugieren que el TA se puede asociar con el abandono del tabaco y con el aumento de peso
relacionado con el cese, avalando que los pacientes que se encuentran bajo terapia para la
deshabituación tabáquica y que tienen antecedentes de atracones durante la misma, exhiben
una mayor ganancia de peso, situación que los incita a retomar el consumo de tabaco y, por
ende, afecta de forma negativa el abandono del mismo. Es por ello que estos resultados
apuntan hacia una mayor probabilidad de desarrollar trastornos de la conducta alimentaria
durante o poco después de dejar de fumar, seguramente debido a la similitud conductual y
funcional de los dos comportamientos (19).
Para otros autores, tanto el tabaquismo y el TA modulan el afecto negativo, por lo
que es posible que, en ausencia de tabaquismo, algunos individuos comiencen a presentar
atracones en un intento de regular las emociones negativas (20). De esta manera se
establece un círculo vicioso entre ambas variables, en el que la presencia de consumo de
tabaco juega un papel importante para inhibir el desarrollo del TA, ya que constituye un
medio para reprimir los impulsos de comer compulsivamente, mientras que la presencia de
atracones en el intento de abandonar la habituación o adicción tabáquica conlleva a un
aumento de peso pudiendo predecir la recaída a fumar, esto sugiere que las estrategias
adicionales para prevenir el desarrollo de los atracones deben estar garantizadas en el
tratamiento para dejar de fumar (20).
16
El concepto de tabaquismo ha evolucionado en gran medida en las últimas décadas,
describiéndose inicialmente como hábito en los años 60, dependencia en los 70 y adicción a
mediados de los 80. Según la OMS, un fumador es una persona que ha fumado diariamente
durante el último mes, cualquier cantidad de cigarrillos, incluso uno; un exfumador es
aquella persona que, habiendo sido fumadora, no ha consumido tabaco en los últimos 6 a
12 meses; mientras que un no fumador es aquella persona que nunca ha consumido en su
vida tabaco (21).
De igual manera, dicha organización en el año 1998 planteó las siguientes
definiciones para los estudios epidemiológicos sobre tabaco: (a) fumador diario: fuma
cualquier producto de tabaco al menos una vez al día; (b) fumador ocasional: fuma pero no
todos los días y; (c) exfumador: no fuma actualmente pero ha sido fumador diario u
ocasional en el pasado. En el 2006, la OMS señala que el tipo de consumo tabáquico está
asociado con el número de cigarrillos consumidos al día, clasificando a los fumadores en:
fumador leve: consume menos de 5 cigarrillos diarios; fumador moderado: fuma un
promedio de 6 a 15 cigarrillos diarios y fumador severo: fuma 16 o más cigarrillos por día
en promedio (22).
En el mismo orden de ideas, existe otro tipo de fumadores que no encaja en las
clasificaciones antes expuestas debido a que las personas tienen un nivel de consumo bajo
pero constante, denominados Chipping o fumadores light (22). Otra manera de
conceptualizar el consumo de tabaco es desde dos puntos de vista: la habituación y la
adicción. La primera es definida por el Surgeon General de los Estados Unidos, como el
consumo repetido de tabaco acompañado de los siguientes aspectos: (a) deseo, pero no
compulsivo, de continuar fumando para mejorar la sensación de bienestar; (b) pequeña
tendencia en aumentar gradualmente la dosis; (c) cierto grado de dependencia física
causado por el tabaco, pero con la ausencia del síndrome de abstinencia y (d) efectos que
perjudican al individuo en el área clínica, social o laboral. Mientras que la adicción se
17
define como el consumo repetido de tabaco caracterizado por: (a) fuerte deseo o necesidad
(compulsión) de seguir fumando; (b) obtención de tabaco a través de todos los medios
posibles; (c) dependencia física y psicológica provocadas por el tabaco y con síndrome de
abstinencia (d) efectos perjudiciales para el individuo y la sociedad (21).
Está comprobado fisiológicamente que la nicotina contenida en el cigarrillo produce
un efecto de tolerancia, es decir, después de varias horas de la administración de una gran
cantidad de esta sustancia en el organismo ocurre un decremento de su efecto, y en este
caso la solución encontrada por el fumador es incrementar la dosis para volver a lograr una
acumulación de nicotina en el cuerpo que le resulte satisfactoria. Para entender el
mecanismo del hábito tabáquico se debe considerar que fumar va más allá de la
dependencia física a la nicotina; con el paso del tiempo el fumador recibe estímulos
sociales que refuerzan su hábito, así pues, tanto el componente psicológico como el físico
de la dependencia al tabaco tienen un papel fundamental en el mantenimiento del hábito
(23).
Existe una serie de instrumentos destinados a valorar dicho grado de dependencia,
siendo los propuestos por el DSM-IV-TR y la escala de Fagerström los que han demostrado
tener mayor utilidad en el diagnóstico y tratamiento de la dependencia nicotínica. Dentro de
los criterios establecidos por el DSM-IV-TR para el diagnóstico de la dependencia de una
sustancia se postulan los siguientes: 1) necesidad de cantidades crecientes de la sustancia
para alcanzar la intoxicación o el efecto deseado; 2) el efecto de las cantidades de sustancia
disminuye con su consumo continuado; 3) las características del síndrome de abstinencia
provocadas por la falta de la sustancia; 4) ingestión de la sustancia para aliviar o evitar la
abstinencia y 5) ingestión de la sustancia con frecuencia en mayor cantidad o durante un
período de tiempo más largo de lo que inicialmente se pretendía, clasificando como
dependiente aquella persona que presente tres o más de los criterios propuestos. Por otro
lado, el Test de Fagerström para evaluar la dependencia de la nicotina (FTND) evalúa
18
criterios tales como: 1) tiempo transcurrido desde que la persona se levanta hasta que fuma
su primer cigarrillo diario; 2) dificultad para no fumar en sitios donde esté prohibido
hacerlo; 3) número de cigarrillos que fuma al día; 4) horas del día en las que fuma con
mayor frecuencia; 5) qué cigarrillo durante el día se le dificulta más dejar y 6) si fuma aun
estando enfermo y bajo reposo médico. La puntuación de dicho test oscila entre 0 y 10,
siendo mayor la adicción a la nicotina cuanta más alta sea la cifra obtenida. Un valor igual
o mayor a siete indica un nivel elevado de dependencia, mientras que un puntaje menor a
cuatro representa dependencia ligera (23). Esta clasificación fue la que mejor se adaptó a
los objetivos del presente estudio, por tanto, las categorías que se investigaron fueron el
consumo habitual no dependiente y consumo dependiente de tabaco, relacionándolos con el
desarrollo de trastornos de la conducta alimentaria, en este caso particular, con el TA.
En este mismo orden de ideas, el síndrome de abstinencia a la nicotina se define
como un cuadro clínico que suele presentarse al cabo de escasas horas (2-12 horas) y
alcanzan su punto álgido a las 24-48 horas tras dejar de fumar, caracterizándose por un
conjunto de síntomas que incluye: irritabilidad, ansiedad, depresión, disforia, insomnio,
dificultad para la concentración, nerviosismo, disminución de la frecuencia cardíaca,
aumento del apetito o aumento de peso (23).
Por otra parte, dentro de las drogas licitas se encuentra el consumo intensivo de
alcohol, se ha demostrado que en España el consumo de alcohol ha disminuido en los
últimos años, pero sigue siendo la droga psicoactiva que más se consume y que causa más
problemas sanitarios y sociales. Se ha asociado tradicionalmente a la población adulta y se
ha caracterizado por la regularidad de su uso, y su vinculación a la dieta y a los
acontecimientos sociales. Se ha sugerido que el consumo intensivo de alcohol es un factor
de riesgo para el desarrollo posterior de abuso/dependencia del mismo (24).
19
Europa es la región del mundo donde se consume más alcohol; beber hasta la
embriaguez es una conducta que varía en cada país de la Unión Europea, pero en conjunto
los adultos refieren haberse atracado (5 o más consumiciones en una sola ocasión) una
media de 17 veces en el mismo periodo e intoxicado (ingestión de alcohol reciente que
conlleva a comportamientos desadaptados, como agresividad, labilidad emocional,
deterioro de la capacidad de juicio, y alteraciones como lenguaje incoherente,
incoordinación motora, marcha inestable; que se presentan pocos minutos después de la
ingesta de alcohol y que no se deben a enfermedad médica de base) una media de 5 veces
al año (24).
El consumo de alcohol de la población adulta en Europa se estima en 13 litros de
alcohol puro, mientras que los datos de la OMS reportan niveles de 9,8 y 9,4 litros para
Canadá y Estados Unidos, respectivamente. En cuanto a la población juvenil se puede
evidenciar que la edad media de inicio se sitúa en los 12,5 años y la primera embriaguez a
los 14 años. Además, se tiene que casi todos los estudiantes de 15-16 años (>90%) han
bebido alcohol alguna vez en la vida. La cantidad media consumida en una sola ocasión por
los adolescentes de 15-16 años supera los 60 g de alcohol (25).
La población latinoamericana consume menos alcohol que Europa y América del
Norte. Venezuela es el país donde más litros de alcohol se consume (8.9 litros anuales por
persona); le siguen República Dominicana (8 litros) Brasil (6.9 litros) y Colombia (6.3
litros) del continente americano, concluyendo que la prevalencia del consumo de alcohol en
Sudamérica y el Caribe es mayor que en la región formada por Centroamérica. (26).
En la década de los setenta, se introduce el término binge drinking para referirse a
un patrón tipo atracón de consumo de alcohol en la población entre los 18 y los 24 años
(sobre todo antes de los 21 años), caracterizado por la ingesta de grandes cantidades de
20
alcohol en un corto período de tiempo (27). En 1984, el binge drinking se definió, como el
consumo de 5 ó más bebidas alcohólicas en una única ocasión en las dos últimas semanas.
En el 2006, se agrega en la definición una diferenciación según el sexo: el consumo de 5 ó
más bebidas por ocasión para hombres y 4 o más para mujeres. Sin embargo los autores de
tal propuesta recalcaron que el punto de corte 5/4 no es suficiente para determinar un patrón
de riesgo en la población universitaria. (28) (29).
En España se ha utilizado el término “consumo intensivo de alcohol” (CIA) para
denominar lo que la literatura anglosajona denomina binge drinking o heavy episodic
drinking. En este orden de ideas, el CIA es un consumo de 60 ó más gramos de alcohol en
varones y de 40 o más gramos en mujeres, concentrado en una sesión de consumo
(habitualmente 4-6 horas), durante la que se mantiene un cierto nivel de intoxicación
(alcoholemia no inferior a 0,8 g/L) (30). Se ha establecido que en los países
latinoamericanos reportan una prevalencia promedio de CIA de 15,4% de los consumidores
de 18 a 65 años; 21,7% entre los hombres y 6,5% entre las mujeres (26).
Por otro lado, la OMS establece como CIA aquel patrón de consumo de alcohol que
puede conllevar a consecuencias adversas para el bebedor y otras personas, mientras que el
National Institute on Alcohol Abuse and Alcoholism (NIAAA) considera como la ingesta
de alcohol que excede el límite de seguridad para prevenir problemas y el consumo de bajo
riesgo como aquel que no favorece el desarrollo de problemas. Este instituto establece
como personas en riesgos aquellas que consuman más de 4 y 5 bebidas (14g de alcohol
puro aproximadamente) en dos horas, para una mujer y hombre, respectivamente (31) (32).
Así, se puede considerar que el término consumo intensivo tiene dos acepciones
claramente diferenciadas: una relacionada con definiciones clínicas de alcoholismo
(abuso/dependencia al alcohol) e indicadora de problemas relacionados con el consumo de
21
alcohol; y otra referida al consumo excesivo de alcohol ocasional en la población en
general. En este trabajo se hizo referencia a esta segunda acepción cuando se utiliza el
término CIA.
Igualmente, la OMS en su informe determina como consumo perjudicial, a aquel
que conlleva consecuencias para la salud física y mental, incluyendo los daños sociales
causados durante el consumo de alcohol. Por último, califica al consumo de tipo
dependencia como el conjunto de fenómenos conductuales, cognitivos y fisiológicos que
pueden aparecer después del consumo repetido de alcohol, como lo son: persistencia del
consumo a pesar de las consecuencias perjudiciales, mayor prioridad al consumo frente a
otras actividades, aumento de tolerancia al alcohol y abstinencia física cuando el consumo
se interrumpe (31).
A medida que se investigó los diferentes factores de riesgo del TA se pudo
evidenciar que existen pocos estudios en los que se relaciona el sedentarismo con este
trastorno alimentario. Es sabido que la presencia de sedentarismo en la población es cada
vez más importante y es creciente la atención sobre éste, ya que contribuye a un bajo gasto
energético que sumado a ingestas alimentarias elevadas han traído como consecuencia la
creciente prevalencia de malnutrición por exceso y obesidad (33). En el presente trabajo se
decidió estudiar la relación entre el sedentarismo y TA como conductas que pueden
contribuir con el establecimiento de enfermedades como la obesidad.
Mediante la revisión bibliográfica fue posible evidenciar que existen múltiples
definiciones para sedentarismo, sin haber un consenso mundial para la definición de dicho
comportamiento. Etimológicamente, sedentario deriva del latín “sedere” el cual significa
sentarse (33). El diccionario Merrian-Webster define sedentario como “acostumbrado a
sentarse mucho o por períodos largos, que requiere tiempo sentado, inactivo, inmóvil, lento,
22
tranquilo y calmado” (33). El diccionario Collins por su parte define sedentario como
“caracterizado por requerir una posición sedente, tiende a sentarse sin hacer mucho
ejercicio, se mueve muy poco, y pájaros que no son migratorios” (33).
Según algunos autores un individuo es sedentario cuando gasta menos del 10% de
su energía diaria haciendo actividades de moderada a alta intensidad (actividades que
eleven por lo menos cuatro veces la tasa metabólica basal) (34). Una revisión conceptual
define el sedentarismo como gastar menos del 10% de la energía diaria en la realización de
actividades de moderada a alta intensidad, en las cuales la tasa metabólica se eleve por lo
menos cuatro veces por encima de la línea base. Es decir, actividades en las que se
consuman cuatro o más equivalentes metabólicos (MET, por sus siglas en inglés),
entendiéndose un MET como el consumo de energía de un individuo en reposo que
equivale a 1kca/kg/hora (35).
Estas definiciones de sedentarismo que se basan en el porcentaje de gasto energético
diario, si bien son definiciones precisas, en la práctica clínica son difíciles de aplicar debido
a los cálculos laboriosos que se han de realizar. Existe evidencia de que la definición de
sedentarismo, en base al tiempo de ocio activo, es tan efectiva para evaluar el sedentarismo
como el porcentaje de gasto energético. En este orden de ideas, algunos autores proponen
que una persona es sedentaria cuando invierte menos de 25 y 30 minutos (para mujeres y
hombres respectivamente) al día en actividades de ocio que consuman una cantidad mayor
o igual a cuatro (4) MET (equivalente a una marcha a paso rápido) (36). Otros autores
consideran que alguien es sedentario cuando no realizara ninguna de las siguientes
actividades cinco o más veces por semana durante el mes previo: caminar, trotar, manejar
bicicleta, nadar, aeróbicos, bailar, gimnasia, jardinería y levantamiento de pesas (36).
23
Se dice que el estilo de vida sedentario es una situación que puede coexistir con
episodios de actividades físicas de moderada a alta intensidad, de manera que hábitos
sedentarios y actividad física pueden presentarse conjuntamente en las actividades diarias
de un mismo individuo, produciendo consecuencias diferentes e independientes en el
estado de salud de dicha persona. Así pues, un individuo que pasa varias horas de su
jornada laboral sentado, también puede desarrollar sesiones de actividad física de moderada
intensidad o incluso vigorosa, en cuyo caso no se puede considerar sedentario (37).
Es por tal motivo que para efectos del presente trabajo se consideró a un individuo
sedentario cuando, además de tener un estilo de vida sedentario (tiempo que pasa sentado
trabajando, jugando, viendo TV, conversando, etc.), independientemente del tiempo de
duración de dichos hábitos, no desempeñe actividad física de moderada-alta intensidad
diariamente.
El TA ha sido ampliamente estudiado a nivel internacional relacionado a otros
trastornos de la conducta alimentaria, sin embargo son escasos los estudios en el ámbito
internacional como en el nacional en lo que es considerado un trastorno independiente
debido a su reciente clasificación por el DSM-V. A continuación se reseñan algunos
estudios los cuales servirán de base para sustentar el presente trabajo de investigación.
En un trabajo sobre factores de riesgo para el TA realizado en Oxfordshire,
Inglaterra, se estudiaron posibles factores de riesgo para este trastorno, mediante un diseño
investigativo de casos y controles en el que se compararon 52 mujeres con trastorno por
atracón, 104 mujeres sin trastorno alimentarios, 102 mujeres con otros desórdenes
psiquiátricos y 102 mujeres con bulimia nerviosa con edades comprendidas entre los 16 y
los 35 años. Los principales factores de riesgo identificados al comparar los sujetos con TA
con los sujetos sanos (controles) fueron: ciertas experiencias adversas de la infancia,
24
depresión de los padres, vulnerabilidad para la obesidad, exposición repetitiva a
comentarios negativos acerca de la figura, peso y alimentación. Al compararlos con sujetos
con otros desórdenes psiquiátricos, los sujetos con TA reportaron más obesidad en la
infancia y exposición a comentarios negativos acerca de su figura, peso y alimentación.
Concluyeron que el trastorno por atracón estaba asociado a factores de riesgo para
trastornos psiquiátricos y para obesidad (38).
Otros autores estudiaron el abuso entre pares (bullying), abuso físico, abuso sexual
y discriminación étnica como factores de riesgo para el TA en Nueva Inglaterra durante el
año 2002. Evaluaron a un total de 465 mujeres, de las cuales 162 presentaban trastorno por
atracón, 251 sanas y 107 pacientes psiquiátricos. Obtuvieron como resultado que los sujetos
blancos con trastorno por atracón presentan tasas significativamente más altas de abuso
sexual, físico y bullying en comparación con el grupo sano. Solamente se evidenció mayor
incidencia de discriminación étnica en sujetos blancos con trastorno por atracón en
comparación a los pacientes psiquiátricos. En los sujetos negros con trastorno de atracón se
evidenció tasas significativamente altas de abuso sexual, abuso físico y bulliyng, pero no
fue así en relación con la discriminación étnica en comparación a las mujeres sanas. Y por
último encontraron alta incidencia de abuso sexual en las mujeres negras con trastorno por
atracón en comparación con los pacientes psiquiátricos. De acuerdo a esto se concluye que
la presencia de bulliyng, abuso sexual y abuso físico son factores de riesgo para el trastorno
por atracón en ambas etnias (sujetos blancos y negros) (7).
En un estudio descriptivo transversal para determinar la prevalencia de
manifestaciones asociadas al TA en una población adulta con sobrepeso y obesidad en
Costa Rica, seleccionaron una muestra de 158 pacientes de 23 a 64 años (125 mujeres y 33
hombres) que asistieron durante abril-mayo del 2012 a la consulta grupal para pacientes
con enfermedades crónicas: hipertensión arterial y diabetes. Se recolectaron tanto datos
sociodemográficos como antropométricos y se aplicó la versión revisada del Cuestionario
25
de Patrones de Alimentación y Peso (QEWP-R, por sus siglas en inglés). A partir de este
instrumento se determinó la prevalencia de patrones de sobrealimentación característicos
del TA. Como resultado se encontró una prevalencia de manifestaciones asociadas al TA de
33,5%, tales como comer más rápido de lo normal, sensación de pérdida de control, ingerir
grandes cantidades de alimento y sentimiento de culpa. Un 48,2% presentó episodios de
sobrealimentación y un 19,2% todas las manifestaciones del TA. No se encontró una
relación estadísticamente significativa entre las manifestaciones y el grado de exceso de
peso, el sexo y la edad. Sin embargo se asocian significativamente a un mayor distrés y
preocupación por el peso y la figura (39).
Respecto al consumo de drogas lícitas y su relación con el desarrollo del TA, se
realizó un estudio en España que tuvo como objetivo demostrar si existía relación entre el
consumo de drogas y los trastornos de conducta alimentaria, de igual manera investigaron
qué tipo de drogas eran las más utilizadas y si éstas se utilizaban para suprimir el apetito.
Trabajaron con una muestra de 444 estudiantes adolescentes, 179 hombres (40.1%) y 265
mujeres (59.4%) con edades comprendidas entre los 13 y 18 años de edad. Se diseñó un
cuestionario «ad hoc» que comprendía los 22 ítems del Eating Disorder Diagnostic Scale
(EDDS) añadiendo cuatro ítems con preguntas referentes al consumo de drogas, cuyo
objeto fue evaluar los síntomas o criterios diagnósticos del DSM-IV-TR de los trastornos
de la conducta alimentaria (TCA): anorexia nerviosa, bulimia nerviosa y trastornos no
especificados, dentro de los cuales se incluye el TA. Tras el análisis de los datos obtenidos
se encontró una relación entre los adolescentes que consumían drogas y el riesgo de estar
en algunos de los pacientes de riesgo según la escala utilizada, sin embargo no hubo
relación estadísticamente significativa con la variable “tipo de droga” (alcohol,
estimulantes, tabaco u otras). En el mismo orden de ideas, se observó una relación
significativa entre la variable “utilizar algún tipo de droga como supresora del apetito” y
estar en riesgo de padecer un trastorno de la conducta alimentaria siendo el tabaco la droga
más utilizada (66% de los englobados en el umbral de riesgo de la EDDS). Concluyeron
que los adolescentes que se englobaron en alguno de los umbrales de riesgo consumían más
26
drogas que los adolescentes que no se encontraban en dicho umbral de la EDDS, siendo las
drogas de tipo estimulante las más utilizadas por estos adolescentes con el objeto de
suprimir el apetito (17).
Por otro lado, investigadores venezolanos realizaron un estudio transversal
descriptivo, que tuvo como objetivo determinar la prevalencia y las características clínicas
asociadas a los trastornos de la conducta alimentaria en sujetos masculinos y femeninos en
etapa de adolescencia en Maracaibo, estado Zulia tomando en cuenta los criterios
diagnósticos descritos en el DSM-IV. Este estudio tomó 1.363 adolescentes de una
población conformada por 23.831 estudiantes, donde el 52,75% correspondió al sexo
femenino y el 47,25% correspondió al sexo masculino, los cuales fueron seleccionados de
manera aleatoria y estratificada, de acuerdo los tipos de institución (públicos o privados) y
los grados correspondientes a la tercera etapa de educación básica y ciclo diversificado.
Para la recolección de datos, utilizaron un instrumento tipo listas de chequeo
correspondientes a los tres trastornos de la conducta alimentaria. Los resultados obtenidos
muestran una prevalencia del 0% en anorexia nerviosa, 1,58% en bulimia nerviosa y 0,66%
correspondiente al TA, donde el 0,51% correspondió a los sujetos de sexo femenino y el
0,14% a los sujetos de sexo masculino. Las características clínicas asociadas a estos
trastornos muestran singularidades que otorgan rasgos distintivos a los sujetos del estudio
(4).
En vista de lo anteriormente planteado, surgió la inquietud de determinar ¿cuál será
la prevalencia de todos estos factores de riesgo en el desarrollo del Trastorno por Atracón
en la comunidad estudiantil del DAC? por lo que se realizó esta investigación, cuyo
objetivo general fue determinar la prevalencia del TA y su asociación con los factores de
riesgo en estudiantes del Decanato de Administración y Contaduría de la Universidad
Centrooccidental Lisandro Alvarado, Barquisimeto, Estado Lara en el lapso de julio 2014-
enero 2015. Los objetivos específicos fueron: 1) determinar la prevalencia del TA y 2)
27
determinar la asociación del TA con edad, sexo, experiencias traumáticas violentas y sus
tipos, consumo de drogas lícitas y sus tipos y el sedentarismo.
Para lograr estos objetivos anteriormente planteados se realizó una investigación
analítica de prevalencia y asociación cruzada, la cual permitió evaluar la asociación de TA
con los factores de riesgo enumerados previamente.
Hay que tener en consideración que actualmente la población se ha vuelto más
propensa al desarrollo de trastornos de conducta alimentaria, sobre todo TA, el cual tiene
mayor incidencia en individuos del sexo femenino y en edades correspondientes a la
adolescencia o adultez temprana. Este término fue recientemente categorizado en el DSM-
V, pero poco se ha relacionado con factores de riesgo como ha sido con la anorexia y la
bulimia nerviosa, a pesar de su incidencia tan importante en la población, como se
describió anteriormente.
Factores como las experiencias traumáticas violentas, el consumo de drogas lícitas y
el sedentarismo han sido poco estudiados y relacionados con el TA, y en Venezuela y en el
estado Lara, los estudios realizados sobre el TA son escasos, por tanto se conoce poco si
existe relación entre los factores anteriormente mencionados y dicho trastorno.
Considerando de igual forma que la población estudiantil es vulnerable a padecer de
TA debido al nivel de exigencia académica en el que se encuentran y su alta carga horaria,
lo que los hace propenso a situaciones constantes de frustración, ansiedad y depresión que
están relacionadas con los factores mencionados previamente, se justifica la realización de
este estudio en dicha población.
28
La ejecución de este trabajo de investigación servirá de punto de partida para el
desarrollo de futuras investigaciones, permitiendo dejar un precedente a nivel nacional y
regional de este aspecto tan poco estudiado. Por otra parte, el alcance del presente trabajo
de investigación permitirá conocer la prevalencia del TA, tomando en cuenta la presencia o
no de experiencias traumáticas violentas, consumo de drogas lícitas y estilos de vida tipo
sedentarismo como factores de riesgo de este trastorno en la población universitaria de la
localidad, la cual ha sido escasamente estudiada.
29
II. METODOLOGÍA
Se realizó una investigación analítica de prevalencia y asociación cruzada, la cual
permitió determinar la prevalencia del TA y su asociación con algunos factores de riesgo en
estudiantes del DAC de la UCLA en el lapso de Julio del 2014 – Enero del 2015 (40).
La población objeto de estudio estuvo constituida por 7331 estudiantes del DAC –
UCLA, 5582 mujeres y 1749 hombres. El cálculo de la muestra se realizó según
lineamientos para un muestreo aleatorio estratificado según sexo, atendiendo los siguientes
parámetros: nivel de confianza de 95%, error con el que se desea estimar los parámetros 5%
y el valor de la proporción que se supone existe en la población fue de 50%, este último
valor se adoptó bajo la postura de la máxima indeterminación, actitud que puede ser
aplicada cuando se realizan estudios para estimar múltiples parámetros, como en este caso
(40). Según estos valores el tamaño de la muestra quedó establecido en: 385 estudiantes
(276 mujeres y 109 hombres).
Para iniciar el estudio, se le solicitó por escrito una autorización al Decano de
Administración y Contaduría de la UCLA, explicándole el propósito del mismo (ver Anexo
1). Los investigadores acudieron al registro académico con el fin de solicitar la matrícula
total de estudiantes de dicho decanato, así como también la distribución por sexo (ver
Anexo 2). Una vez obtenida dicha autorización, se realizó un primer contacto con los
estudiantes y se les informó los objetivos y la importancia del trabajo de investigación, así
como el procedimiento a seguir. Se solicitó su aprobación a través del consentimiento
informado de manera escrita, donde pudieron dar su aceptación para participar en la
investigación (ver Anexo 3). Se procedió a la aplicación del instrumento tipo cuestionario
para obtener la información necesaria sobre las diversas variables que son objetivos del
estudio (ver Anexo 4).
30
Se aplicó un cuestionario anónimo, el cual estuvo conformado por seis (VI) partes,
la primera contiene información sobre edad y sexo (ítems 1 y 2). La segunda parte
corresponde a la evaluación del trastorno por atracón, mediante una serie de preguntas
tomadas de un instrumento basado en los criterios del DSM-V, el cual fue validado por
juicio de expertos (41).
El cuestionario estuvo estructurado por nueve preguntas (ítems 3 a 11) con
respuesta dicotómica (si o no). Se consideró que el trastorno por atracón estaba presente
cuando existían los primeros 2 criterios (Ítem 3 y 4), más tres o más de los seis siguientes
(Ítem 5-10). Y ausente cuando no cumplía con las condiciones anteriores. La última
pregunta (Ítem 11) permitió diferenciar el trastorno por atracón de otros trastornos de la
conducta alimentaria (Ver Anexo 4) (41).
La tercera parte, correspondió a la evaluación de las experiencias traumáticas
violentas, para esto se realizaron tres preguntas (ítems 12 a 14) de respuesta dicotómica
(SI/NO), las cual fueron respondidas marcando con una equis (X), según la persona haya o
no sufrido bullying (acoso entre pares), abuso sexual y/o violencia física. Esta parte del
instrumento fue validada por juicio de expertos (Ver Anexos 5, 6 y 7).
La cuarta parte correspondió a la evaluación del consumo dependiente de tabaco
que se realizó mediante la aplicación del Test de Fagerström modificado, el cual consta de
6 preguntas con dos o cuatro alternativas de respuesta que valoran la dependencia de las
personas fumadoras a la nicotina (ítems 16-21) dichas respuestas tienen una puntuación
entre 0 y 3, dependiendo del nivel de riesgo que representa cada condición evaluada, siendo
0 el menor riesgo y 3 el más alto riesgo. El puntaje máximo posible fue de 10, siendo los
puntos de corte 4 y 7. Una puntuación menor o igual a 4 correspondió a un grado de
dependencia bajo, entre 5 y 6 a dependencia moderada y mayor o igual a 7 correspondió
31
aun alto grado de dependencia a la nicotina. Tomando en consideración lo antes expuesto,
en la presente investigación se estudiaron dos niveles de consumo dependiente: ausente
(personas que no fuman actualmente o nunca han probado el cigarrillo y aquellas que
obtengan 0 puntos en el test) y dependiente (1-10 puntos); puntuación que se define de
acuerdo con el cumplimiento de diversos criterios de intensidad, frecuencia, problemas
asociados y presencia de indicadores de dependencia nicotínica. Dicho cuestionario cuenta
con un Alpha de Cronbach de 0.80 (23) (Ver Anexo 4).
La quinta parte corresponde a la evaluación del consumo intensivo de alcohol que se
llevó a cabo a través de dos preguntas (ítems 22 y 23), de respuesta dicotómica (SI/NO), las
cual fueron respondidas marcando con una equis (X) una de las dos opciones. Estas
preguntas que fueron sometidas a validación de contenido por juicio de expertos, fueron
redactadas con base en la definición del National Instituteon Alcohol Abuse and
Alcoholism (Ver Anexos 5, 6 y 7) (32).
La sexta parte, correspondió a la evaluación del sedentarismo, para esto se utilizó la
versión corta del instrumento llamado International Physical Activity Questionnaires
(IPAQ), el cual es un cuestionario autoadministrado, cuyo uso primordial es investigar el
nivel de actividad física en población adulta (con edad entre 15-69 años). Tiene una
confiabilidad de 0,65 (r= 0,76; IC: 95%: 0,73-0,77). Consiste en siete (7) preguntas (ítems
24 a 30), las seis (6) primeras investiga los 3 tipos de actividad: “andar”, “actividades de
intensidad moderada” y “actividades de intensidad vigorosa”, realizadas en diferentes áreas
(tiempo libre, en casa, en el jardín, trabajo, transporte), durante los últimos 7 días. La
última pregunta investiga el tiempo invertido en actividades sedentarias también en los
últimos 7 días. Los ítems están estructurados para proporcionar resultados separados para
los 3 tipos de actividad, de manera que la obtención del resultado final requiere la suma de
la duración (minutos) y frecuencia (días) de estos tres rubros. Según los resultados
32
obtenidos los individuos pueden clasificarse en tres categorías: Baja, Moderada, Alta (Ver
Anexo 4) (42).
Una vez recogidos los datos, los mismos se analizaron mediante el software SPSS
versión 21. Los resultados obtenidos se presentaron en valores absolutos y porcentuales en
cuadros y gráficos. Asimismo, se calculó Chi2
como medida de asociación estadística con
un nivel de significancia de 0,05 y se calculó la razón de prevalencia con su intervalo de
confianza al 95% como medida de riesgo epidemiológico. A continuación se presentan los
cuadros correspondientes:
33
III. RESULTADOS
GRÁFICO N°1
ESTUDIANTES SEGÚN LA PREVALENCIA DEL TRASTORNO POR ATRACÓN.
DECANATO DE ADMINISTRACIÓN Y CONTADURÍA - UCLA.
El 11,7% de los estudiantes presentó trastorno por atracón.
Presente
Ausente
n=385
11,7%
88,3%
34
CUADRO N° 1
ESTUDIANTES SEGÚN LA PREVALENCIA DEL TRASTORNO POR ATRACÓN Y
ASOCIACIÓN CON LA EDAD. DECANATO DE ADMINISTRACIÓN Y
CONTADURÍA - UCLA.
Trastorno por atracón
Edad
(años)
Presente
Ausente
Total
N° % N° % N° %
18-23
36
11,0
290
89,0
326
100
24-29 7 13,5 45 86,5 52 100
30-35 2 28,6 5 71,4 7 100
Total
45
11,7
330
88,3
385
100
Del total de estudiantes con edad entre 18 y 23 años 11,0% presentaron trastorno
por atracón, aquellos con edades comprendidas entre 24 y 29 años 13,5% presentaron dicho
trastorno, mientras que del total estudiantes en un rango de edad entre 30 y 35 años 28,6%
también presentaron trastorno por atracón.
35
CUADRO N° 2
ESTUDIANTES SEGÚN LA PREVALENCIA DEL TRASTORNO POR ATRACÓN Y
ASOCIACIÓN CON EL SEXO. DECANATO DE ADMINISTRACIÓN Y
CONTADURÍA - UCLA.
p = nivel de significancia de Chi2; PR = Razón de prevalencia; IC 95% = Intervalo de confianza al 95%.
Del total de estudiantes del sexo masculino 15,6% presentaron trastorno por atracón,
mientras que del total del sexo femenino 10,1% presentaron dicho trastorno. Esta diferencia
no fue estadísticamente significativa.
Sexo
Trastorno por atracón
Presente
Ausente
Total
p
PR
(IC 95%)
N° % N° % N° %
Masculino
17
15,6
92
84,4
109
100
0,134
1,64
(0,86-3,13) Femenino 28 10,1 248 89,9 276 100
Total 45 11,7 340 88,3 385 100
36
CUADRO N° 3
ESTUDIANTES SEGÚN LA PREVALENCIA DEL TRASTORNO POR ATRACÓN Y
ASOCIACIÓN CON EXPERIENCIAS TRAUMÁTICAS VIOLENTAS. DECANATO DE
ADMINISTRACIÓN Y CONTADURÍA - UCLA.
Experiencias
traumáticas
violentas
Trastorno por atracón
Presente
Ausente
Total
p
PR
(IC 95%)
N° % N° % N° %
Presente
20
15,3
111
84,7
131
100
0,12
1,65
(0,88-3,10)
Ausente
25
9,8
229
90,2
254
100
Total 45 11,7 340 88,3 385 100 p = nivel de significancia de Chi2; PR = Razón de prevalencia; IC 95% = Intervalo de confianza al 95%.
Del total de estudiantes con experiencias traumáticas violentas 15,3% presentaron
trastorno por atracón, mientras que del total que no manifestó tener experiencias
traumáticas violentas 9,8% presentaron dicho trastorno. Esta diferencia no fue
estadísticamente significativa.
37
CUADRO N° 4
ESTUDIANTES SEGÚN LA PREVALENCIA DEL TRASTORNO POR ATRACÓN Y
ASOCIACIÓN CON EL TIPO DE EXPERIENCIA TRAUMÁTICA VIOLENTA.
DECANATO DE ADMINISTRACIÓN Y CONTADURÍA - UCLA.
Experiencias
traumáticas
violentas
Trastorno por atracón
Presente
Ausente
Total
p
PR
(IC 95%)
N° % N° % N° %
Bullying
Presente
15
14,0
92
86,0
107
100
0,38
1,35
(0,65-2,62) Ausente 30 10,8 248 89,2 278 100
Total 45 11,7 340 88,3 385 100
Abuso sexual
Presente
4
22,2
14
77,8
18
100
0,15
2,27
(0,71-7,23) Ausente 41 11,2 326 88,8 367 100
Total 45 11,7 340 88,3 385 100
Abuso físico
Presente
9
25,5
31
77,5
40
100
0,03*
2,45
(1,10-5,65) Ausente 36 10,4 309 89,6 345 100
Total 45 11,7 340 88,3 385 100 p = nivel de significancia de Chi2; PR = Razón de prevalencia; IC 95% = Intervalo de confianza al 95%; *estadísticamente significativo
Del total de estudiantes que reportaron haber sido víctimas de bullying 14,0%
presentaron trastorno por atracón, mientras que del total sin bullying 10,8% presentaron
dicho trastorno. Esta diferencia no fue estadísticamente significativa.
Del total de estudiantes que manifestaron haber sido víctimas de abuso sexual
22,2% presentaron trastorno por atracón, mientras que del total sin abuso sexual 11,2%
presentaron dicho trastorno. Esta diferencia no fue estadísticamente significativa.
Del total de estudiantes que experimentaron abuso físico 25,5% presentaron
trastorno por atracón, mientras que del total sin abuso físico 10,4% presentaron dicho
trastorno. Esta diferencia fue estadísticamente significativa.
38
CUADRO N° 5
ESTUDIANTES SEGÚN LA PREVALENCIA DEL TRASTORNO POR ATRACÓN Y
ASOCIACIÓN CON EL CONSUMO DE DROGAS LÍCITAS. DECANATO DE
ADMINISTRACIÓN Y CONTADURÍA - UCLA.
Consumo de
drogas lícitas
Trastorno por atracón
Presente
Ausente
Total
p
PR
(IC 95%)
N° % N° % N° %
Presente
25
15,6
135
84,4
160
100
0,04*
1,90
(1,01-3,56)
Ausente
20
8,9
205
91,1
225
100
Total 45 11,7 340 88,3 385 100 p = nivel de significancia de Chi2; PR = Razón de prevalencia; IC 95% = Intervalo de confianza al 95%; *estadísticamente significativo
Del total de estudiantes con consumo de drogas lícitas 15,6% presentaron trastorno
por atracón, mientras que del total que manifestaron no tener consumo de drogas lícitas
8,9% presentaron dicho trastorno. Esta diferencia fue estadísticamente significativa.
39
CUADRO N° 6
ESTUDIANTES SEGÚN LA PREVALENCIA DEL TRASTORNO POR ATRACÓN Y
ASOCIACIÓN CON EL TIPO DE CONSUMO DE DROGAS LÍCITAS. DECANATO
DE ADMINISTRACIÓN Y CONTADURÍA - UCLA.
Consumo de
drogas lícitas
Trastorno por atracón
Presente
Ausente
Total
p
PR
(IC 95%)
N° % N° % N° %
Consumo
dependiente
de tabaco
Presente
4
21,1
15
78,9
19
100
0,193
2,11
(0,67-6,67) Ausente 41 11,2 325 88,8 366 100
Total 45 11,7 340 88,3 385 100
Consumo
intensivo
de alcohol
Presente
25
15,8
133
84,2
158
100
0,03*
1,95
(1,04-3,64) Ausente 20 8,8 207 91,2 227 100
Total 45 11,7 340 88,3 385 100 p = nivel de significancia de Chi2; PR = Razón de prevalencia; IC 95% = Intervalo de confianza al 95%; *estadísticamente significativo
Del total de estudiantes con consumo dependiente de tabaco 21,1% presentaron
trastorno por atracón, mientras que del total sin consumo dependiente de tabaco 11,2%
presentaron dicho trastorno. Esta diferencia no fue estadísticamente significativa.
Del total de estudiantes con consumo intensivo de alcohol 15,8% presentaron
trastorno por atracón, mientras que del total sin consumo intensivo de alcohol 8,8%
presentaron dicho trastorno. Esta diferencia fue estadísticamente significativa
40
CUADRO N° 7
ESTUDIANTES SEGÚN LA PREVALENCIA DEL TRASTORNO POR ATRACÓN Y
ASOCIACIÓN CON EL SEDENTARISMO. DECANATO DE ADMINISTRACIÓN Y
CONTADURÍA - UCLA.
Sedentarismo
Trastorno por atracón
Presente
Ausente
Total
p
PR
(IC 95%)
N° % N° % N° %
Presente
30
13,5
192
86,5
222
100
0,193
1,54
(0,80-2,97)
Ausente
15
9,2
148
90,8
163
100
Total 45 11,7 340 88,3 385 100 p = nivel de significancia de Chi2; PR = Razón de prevalencia; IC 95% = Intervalo de confianza al 95%
Del total de estudiantes con sedentarismo 13,5% presentaron trastorno por atracón,
mientras que del total sin sedentarismo 9,2% presentaron dicho trastorno. Esta diferencia
no fue estadísticamente significativa.
41
IV. DISCUSIÓN Y RECOMENDACIONES
Los TCA son trastornos psiquiátricos que muchas veces se acompañan de
complicaciones médicas y psicológicas que potencialmente pueden dejar secuelas
irreversibles para el desarrollo del adolescente. Según diversos autores, constituyen uno de
los problemas más prevalentes en nuestra sociedad, especialmente en el sexo femenino.
Son numerosas las investigaciones centradas en las patologías alimentarias más conocidas
como son la anorexia y la bulimia nerviosas, sin embargo, debido a su elevada prevalencia
en población clínica y obesa, actualmente se han ido realizando estudios enfocados en el
TA desde su reciente incorporación como entidad nosológica independiente en el DSM V
(1, 2).
En el presente estudio, sólo 45 individuos presentaron TA lo que corresponde a una
prevalencia de TA del 11,7%, resultado que demuestra una elevada prevalencia en
comparación con estudios previos. Según el DSM IV (4, 47), la prevalencia global en
individuos en programas de adelgazamiento oscila entre el 15 y 50%, siendo 1,5% más
frecuente en mujeres que en hombres, mientras que en la población general se ha descrito
una prevalencia del 0,7-4%. De forma similar, un estudio descriptivo transversal realizado
en Maracaibo – Venezuela (4) en el cual se estudió la prevalencia de los trastornos de la
conducta alimentaria en adolescentes de 12 a 18 años de edad, se obtuvo como resultado
una prevalencia del TA de 0,66%, de los cuales la mayoría fue del sexo femenino con
0,51%, mientras que en el sexo masculino fue 0,14%. Estos resultados, al igual que la
mayoría de los estudios consultados sobre el TA (1, 2, 47, 48) difieren de los obtenidos en
el presente trabajo con respecto a la distribución del TA según el sexo, en el cual se obtuvo
mayor prevalencia de TA en el sexo masculino con un 15,6%, comparado con un 10,1% de
prevalencia en el sexo femenino.
42
Por otro lado, Giner Lladós M., en su tesis doctoral hace referencia a diversos
autores entre los cuales, por una parte describen tasas similares en hombres y mujeres,
mientras que otros hacen referencia a un aumento de los trastornos de la conducta
alimentaria en el sexo masculino en los últimos años (2).
Como ya se mencionó anteriormente, la prevalencia del TA es mayor en el sexo
femenino que en el sexo masculino, sin embargo, algunos estudios reportan mayor
prevalencia en el sexo masculino (2). Sabiendo que el reforzamiento social de la delgadez y
el culto al cuerpo son factores decisivos en la génesis y perpetuación de los TCA, el
predominio en el sexo masculino reportado en este estudio y en algunos otros podría ser
explicado debido a que en la actualidad los hombres están siendo incluidos paulatinamente
en los cánones de belleza social de las poblaciones a nivel mundial, ya que su aspecto físico
se ha tornado tan importante como lo ha sido siempre el aspecto físico de las mujeres. Esto
se puede traducir en un aumento de la presión psicológica para obtener y mantener una
figura física socialmente aceptable, introduciéndose en el mundo de las restricciones
alimentarias, las cuales juegan un papel importante en el inicio o mantenimiento de los
atracones, conductas que son consideradas potenciadoras de los mismos, ya sea
precediéndolos o como respuesta a estos (2). Como resultado, esto ocasionaría que los
hombres sean más propensos, en la actualidad, a padecer de TA, lo que podría explicar la
mayor prevalencia en el sexo masculino encontrado en este trabajo.
Otras explicaciones de las diferencias encontradas en la prevalencia del TA según el
sexo pudieran ser los problemas inherentes a su definición y a discrepancias metodológicas,
en las cuales las diferencias en la interpretación de los criterios diagnósticos, en la selección
de muestras y en el método e instrumentos de evaluación pudieran explicar la disparidad de
los resultados obtenidos (2, 48).
43
Uno de los propósitos de esta investigación fue identificar y describir la prevalencia
del TA y su asociación con el tipo de experiencias traumáticas violentas que inciden en la
vida de los estudiantes universitarios del Decanato de Administración y Contaduría de la
UCLA. Sobre todo, se pretendió examinar cuáles son aquellos eventos que más se
presentaron en el grupo estudiado y cuál era la prevalencia del trastorno por atracón en este
grupo. A continuación, se estarán discutiendo los principales hallazgos de este estudio
sobre este aspecto.
De los resultados obtenidos en el cuadro 3, se puede deducir que del total de
estudiantes con experiencias traumáticas violentas 15,3% presentaron TA, mientras que del
total sin experiencias traumáticas violentas 9,8% presentaron dicho trastorno. Esta
diferencia no fue significativa, sin embargo en un estudio (7) basado en una muestra de
mujeres negras y mujeres blancas se evidenció relación estadísticamente significativa entre
el TA y las experiencias abusivas de la infancia. Los resultados contradictorios entre el
estudio mencionado y el presente trabajo de investigación se pudieran atribuir a las
diferencias en los grupos estudiados, en la presente investigación no hubo grupo de
comparación a diferencia del estudio citado que tenía un grupo control; otra discordancia
entre ambos estudio fue en el genero ya que en el presente trabajo se incluyeron ambos
sexos, mientras que en el citado solo se incluyó el sexo femenino (44).
En relación al tipo de experiencia traumática violenta se evidenció en los datos
obtenidos, significancia estadística en cuanto a la asociación de TA y abuso físico; los tipos
de experiencias traumáticas como bullying y abuso sexual no tuvieron una asociación
estadísticamente significativa con el TA, sin embargo, en otro estudio (7) se obtuvo que las
mujeres que padecen TA tienen altas tasas de abuso sexual, físico, bullying y
discriminación racial que las pacientes sanas.
44
Las similitudes halladas entre este trabajo y el citado, es la asociación
estadísticamente significativa del TA con el abuso físico; esto pudiese ser explicado si se
hace una aproximación al perfil psicopatológico de los pacientes con TA, los cuales según
algunos autores tienen mayor nivel de ansiedad, mayor prevalencia de enfermedades
psiquiátricas de tipo trastornos afectivos (depresión) y bajos niveles de autoestima (43).
Todas estas características figuran como consecuencias del abuso físico en estudios
realizados en mujeres maltratadas que reportan que los principales trastornos psiquiátricos
asociados a la presencia de este tipo de experiencia traumática violenta son: la depresión,
trastorno de ansiedad y trastorno de estrés postraumático (44). Debido a esto se puede
inferir que las personas que han sido abusadas físicamente presentan ciertas características
del perfil psicopatológico descrito previamente y, por ende, son más propensas a desarrollar
en alguna etapa de su vida el TA (44).
Teniendo en cuenta los datos analizados, se confirmó en la muestra estudiada que
existe relación estadísticamente significativa entre los estudiantes con TA y el consumo de
drogas lícitas. Estos datos son similares a estudios previos realizados sobre el mismo asunto
(16, 17, 19). Sin embargo, al analizar la prevalencia del TA y su asociación con el tipo de
drogas lícitas consumida se encontró que sólo el consumo intensivo de alcohol se asoció de
manera estadísticamente significativa al TA, mientras que el consumo dependiente de
tabaco no se asoció con significancia estadística. Este resultado no coincide con otras
investigaciones en las que se aprecia una tendencia de los sujetos que presentan atracones a
consumir adictivamente tabaco, tal como señalan Anzengruber y colaboradores en su
estudio, hecho que atribuyen probablemente a la personalidad impulsiva que comparten
quienes sufren dichos desórdenes (16).
En este mismo orden de ideas, podrían existir rasgos de personalidad comunes a
ambos trastornos: consumo dependiente de tabaco y TA, quede interactuar con
determinadas variables biológicas, psicológicas y ambiental es predispondrían al sujeto a
45
desarrollar los mismos, ya sea de manera aislada o simultánea; y aunque son necesarias más
investigaciones sobre este tema, su confirmación podría suponer una mejora en la
intervención terapéutica.
Otro trabajo realizado en España sobre la prevalencia de TCA en universitarios
españoles y factores asociados, se encontró que aquellas personas que presentan TCA
desarrollan con mayor frecuencia consumos elevados de alcohol. Incluso las personas
diagnosticadas con un TCA tenían 3 veces más probabilidad de sentir la pérdida de control
por el alcohol. En su estudio observaron cómo se incrementa el riesgo de TCA en aquellas
personas que en el último mes practicaron binge drinking, 2,54 veces en el caso de los
hombres (p=0,01) y 1,34 en el caso de las mujeres (p=0,1) (45).
Por otro lado en una revisión realizada en Chile sobre el consumo de alcohol y
trastornos de la conducta alimentaria concluyen que entre el 15% al 56% de las pacientes
alcohólicas presenta un trastorno alimentario, donde 1,4% a 10% presentan anorexia
nerviosa, 10% comer compulsivo o trastorno por comilonas y hasta un 50% presenta
bulimia (46). En el presente trabajo se observó que existe una asociación entre el TA y el
consumo intensivo de alcohol (p= 0,03) lo cual sugiere una comorbilidad entre TA y
consumo intensivo de alcohol.
Psicodinámicamente se ha señalado que la ingesta alcohólica, en los trastornos de
conducta alimentaria, se relaciona con conductas “acting out” (acciones de carácter
impulsivo que se contraponen a los sistemas de motivación habituales del individuo), en un
intento de manejar la depresión y la tensión crónica; asimismo se ha vinculado a la
existencia de una personalidad adictiva, con regresión a la fase oral del desarrollo.
Clínicamente se ha relacionado con la presencia de insatisfacción corporal y motivación por
la delgadez. Otros autores consideran estas patologías dentro del espectro de los trastornos
46
del control de los impulsos con una disfunción básica del metabolismo central de la
serotonina (46).
El estudio del sedentarismo y su relación con el TA, fue considerado como algo
nuevo, en vista de que no se encontró bibliografía sobre dicha relación. Es bien sabido que
la obesidad es el producto de numerosos factores orgánicos, ambientales, psicológicos,
culturales, entre los cuales figuran como protagonistas la sobre ingesta alimentaria (exceso
de calorías ingeridas para las necesidades metabólicas de un individuo) y hábitos
sedentarios que impiden el gasto de las calorías ingeridas (43). En este estudio se planteó la
hipótesis de que existiera una asociación entre el sedentarismo y el TA, debido a que el
sedentarismo es un factor estrechamente relacionado con la obesidad, enfermedad en la que
como ya se mencionó, también, existe una sobreingesta alimentaria que pudiera estar
asociada a TA.
Aun cuando el TA fue más prevalente en el grupo con sedentarismo, no se encontró
una relación significativa entre estas dos variables, observándose que del total de
estudiantes con sedentarismo 13,5% presentaron trastorno por atracón, mientras que del
total sin sedentarismo 9,2% presentaron dicho trastorno. En otras palabras el TA fue
igualmente prevalente tanto en el grupo de alumnos sedentarios como en aquellos sin
sedentarismo, pudiéndose interpretar a partir de este resultado que el sedentarismo no
estaría involucrado en el desarrollo de este trastorno alimentario. Así pues aun cuando el
sedentarismo constituye uno de las factores causales de la obesidad (la cual se asocia
clásicamente con el TA), debido al deficiente gasto energético, no parece hacer más
propensa a la persona a padecer de TA. Parece que el TA está condicionado más bien por
otros estímulos o factores de tipo psicosocial como es la restricción alimentaria, la
ansiedad, baja autoestima, antecedente de abuso físico, entre otros. De esta manera parece
que los factores asociados al TA están más relacionadas a experiencias personales y
características psicológicas, que al tipo de actividades que desempeña la persona.
47
Por todo lo expuesto, se puede concluir que el abuso físico, el consumo de drogas
lícitas, específicamente el subtipo consumo intensivo de alcohol se asocian en mayor
porcentaje con el TA; siendo estas circunstancias a su vez, condiciones de riesgo para
desarrollar dicho TCA. En vista de tales resultados se realizan las siguientes
recomendaciones:
A los estudiantes del Decanato de Administración y Contaduría de la UCLA, se
recomienda practicar hábitos de vida saludable, en los que se combine una alimentación
balanceada, suficiente y acorde a sus necesidades, distribuidas en porciones pequeñas con 6
comidas al día. Realizar 2 o 3 meriendas al día, consumiendo alimentos saludables como
frutas, nueces, yogurt, de manera que eviten periodos prolongados de ayunas, después de
los cuales son más frecuentes los atracones. Se recomienda a los estudiantes establecer
horarios para las comidas, los cuales sean respetados evitando las restricciones
alimentarias.
También se recomienda a los estudiantes realizar actividad física regular, con una
duración entre 30-60 minutos por lo menos 5 veces a la semana, incorporarse en la
realización de deportes, o actividades recreativas como bailoterapia, excursiones en las
cuales puedan ejercitarse y al mismo tiempo divertirse. Caminar más y usar menos el
transporte automovilístico también es una medida que permite realizar actividad física
diaria y regular.
Disminuir el consumo de alcohol, el cual además de traer múltiples consecuencias
perjudiciales a la salud de forma crónica, también se asocia a una mayor prevalencia del
TA, el cual se asocia a otras patologías como es la obesidad. Así mismo disminuir el
consumo de tabaco, y abandonar este hábito lo antes posible, como medida fundamental
para adoptar un estilo de vida saludable.
48
Buscar ayuda profesional, por psicólogos y psiquiatras, para que los individuos
afectados por experiencias traumáticas violentas puedan sanar y superar dichas
experiencias, y así prevenir las consecuencias psicopatológicas asociadas a dichas vivencias
como son la depresión, la ansiedad, el estrés postraumático, baja autoestima, las cuales
contribuyen a la aparición de ciertas conductas perjudiciales como son el TA, el
alcoholismo, el tabaquismo, entre muchos otros.
A las autoridades y personal docente del Decanato de Administración y Contaduría
de la Universidad Lisandro Alvarado
Se recomienda realizar estudios complementarios en la población estudiantil acerca
del TA debido a la alta prevalencia encontrada, de manera que se pueda abordar de forma
integral este trastorno y disminuir su incidencia.
Propiciar la realización de actividad física en la población estudiantil, mediante el
estímulo y promoción de actividades deportivas y recreativas que permitan a los estudiantes
ejercitarse compensando así las numerosas horas en las que realizan actividades
sedentarias.
Diseñar menús para el comedor universitario en conjunto con nutricionistas de
manera que las comidas proporcionadas sean balanceadas, suficientes, y adecuadas para
adultos jóvenes, de manera que aquellos usuarios del comedor puedan alimentarse de forma
sana y acorde a sus necesidades energéticas.
Facilitar a los estudiantes acceso a personal capacitado para ayudarlos a enfrentar
problemas como el bullying, el abuso sexual y físico, así como promover su denuncia
oportuna, garantizando al estudiantado un manejo seguro, eficaz, y profesional de dichas
situaciones. Para tal fin es necesario el manejo integral por parte de psicólogos, abogados,
personal de salud entre otros. Debido a la alta prevalencia de estas experiencias traumáticas
49
violentas es necesario realizar estudios complementarios sobre este tema, de manera que se
pueda conocer mejor dicha problemática y plantear soluciones dentro de la institución.
Debido a que se observó una elevada prevalencia de consumo intensivo de tabaco,
alcohol y sedentarismo se debe promover un estilo de vida saludable en la población
estudiantil, mediante campañas educativas acerca de los efectos perjudiciales para la salud
del consumo de alcohol y tabaco, y métodos para el abandono de los mismos. Así mismo
educar a los estudiantes acerca de los beneficios de una alimentación saludable y actividad
física regular.
A las autoridades del Decanato de Ciencias de la Salud de la Universidad Lisandro
Alvarado:
Realizar investigaciones sucesivas acerca del TA y su asociación con otros factores
de manera que pueda conocerse de forma más completa este trastorno y así contribuir a la
creación de nuevas soluciones para este trastorno.
Al personal de salud en general conocer los criterios diagnósticos del TA que
permita realizar un diagnóstico precoz, y manejo integral del mismo
50
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conducta alimentaria en universitarios españoles y factores asociados: proyecto
uniHcos. NutrHosp. [Revista en línea] 2014 [Consultado el 2 de diciembre de
2014];30(4):927-934. Disponible en:
http://www.aulamedica.es/gdcr/index.php/nh/article/view/7689/pdf_7590
56
46. Behar R. Consumo de alcohol y trastornos de la conducta alimentaria: evidencia,
similitudes e implicancias. RevChilNeuro-Psiquiat [Revista en línea] 2004
[Consultado el 2 de diciembre del 2014] 42(3): 183-194. Disponible en:
http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0717-
92272004000300004
47. Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Versión española.
Barcelona, España. [citado el 01 de Diciembre del 2014] 1995. Disponible
en:http://www.mdp.edu.ar/psicologia/cendoc/archivos/Dsm-IV.Castellano.1995.pdf
48. Sánchez Planell L, Fernández-Valdés R. Trastorno por atracón y obesidad. [Revista
en línea] 2002 [Consultado el 01 de diciembre del 2014] 5(6): 314-324. Disponible
en:http://www.centregaudi.com/down/transtorno_obesidad.pdf
57
ANEXOS
58
ANEXO 1
59
ANEXO 2
60
ANEXO 3
UNIVERSIDAD CENTROCCIDENTAL "LISANDRO ALVARADO"
DECANATO DE CIENCIAS DE LA SALUD
"DR. PABLO ACOSTA ORTIZ"
Código:________
Iniciales del participante:________
CONSENTIMIENTO INFORMADO
Nosotros, Mendoza Wester C.I 18.421.062, Nunes Daniel C.I. C.I 18997046, Pérez Rafael
C.I 20.008.259, Piña Alexandra C.I 19.324.395, Pineda Daniela C.I 18.863.645, Porta Luis
C.I 19.883.082, Rocha Ana C.I 18.548.245; estudiantes del VI año de Medicina de la
Universidad Centrooccidental “Lisandro Alvarado”; en los actuales momentos estamos
desarrollando la investigación titulada: Prevalencia del trastorno por atracón y su
asociación con los factores de riesgo en estudiantes del Decanato de Administración y
Contaduría de la Universidad Centrooccidental Lisandro Alvarado, estudio que es
requisito para el cumplimiento del curriculum de nuestra carrera. En tal sentido, como
responsables de esta investigación, manifestamos que hemos informado exhaustivamente a
la persona seleccionada todos los aspectos y procedimientos que se aplicarán para obtener
los datos requeridos en el estudio, así como, sobre el uso que se le dará a los mismos.
Por otro lado, Yo, _____________________________________________________
C.I:________________ de ___________ años de edad, domiciliado en:___________
_________________________________________________________________________
__________________ Telf. Hab:______________ Celular:________________
En uso pleno de mis facultades mentales y sin coacción, ni violencia alguna, en completo
conocimiento de la naturaleza, forma, duración, propósitos, inconvenientes y riesgo
relacionado con el estudio que más abajo se señala, declaro mediante el presente
consentimiento:
1. Haber sido informado (a) de manera objetiva, clara y sencilla por parte de los
responsables de la investigación, sobre todos los aspectos relacionados con la
investigación titulada: Prevalencia del trastorno por atracón y su asociación con
los factores de riesgo en estudiantes del Decanato de Administración y
Contaduría de la Universidad Centrooccidental Lisandro Alvarado.
2. Tener conocimiento claro que el objetivo general de la investigación es el siguiente:
Determinar la prevalencia del trastorno por atracón y su asociación con los factores
de riesgo en estudiantes del Decanato de Administración y Contaduría de la
61
Código: ________ Iniciales del participante: _________
Universidad Centrooccidental Lisandro Alvarado, Barquisimeto, Estado Lara en el
lapso de Julio 2014- Enero 2015.
3. Haber sido informado (a) que mi participación en el proyecto consiste en:
a. Responder, de manera voluntaria y sincera, el cuestionario que el equipo de
investigadores me facilitará.
4. He sido informado (a) que:
a) El equipo de investigadores me garantiza la confidencialidad con respecto a
mi identidad, a los resultados obtenido en relación con la información que yo
le suministre en el cuestionario.
b) Que mi participación en éste estudio no implica mayores riesgos e
inconvenientes para mi salud.
c) Que mi participación en la investigación es voluntaria y que si tengo alguna
razón para no participar estoy en mi pleno derecho de negarme de entrar a la
misma.
d) Según los resultados obtenidos en mi evaluación podré ser atendido (a) y
orientado (a), por los investigadores responsables del estudio, para el
tratamiento de cualquier alteración encontrada o en su defecto, si yo decido
recurrir a un médico de mi preferencia, podré acudir a dicha consulta.
e) Cualquier pregunta que yo tenga respecto a esta investigación, será
respondida por los responsables de la misma, con quienes me puedo
comunicar en el Decanato de Ciencias de la Salud de la UCLA, ubicado en
la Avenida Andrés Bello con Avenida Libertador, Barquisimeto-Estado
Lara.
DECLARACIÓN DEL VOLUNTARIO(A)
Luego de haber leído, comprendido y recibido, a mi plena satisfacción, las respuestas a mis
preguntas con respecto a este formato de consentimiento y por cuanto mi participación en
este estudio es totalmente voluntario, acuerdo:
a) Aceptar las condiciones estipuladas en el mismo.
b) Reservarme al derecho de revocar esta autorización, así como, mi participación en
el proyecto en cualquier momento sin que ello conlleve algún tipo de consecuencia
negativa hacia mi persona.
En atención a lo anterior, a continuación firmo el presente consentimiento informado.
62
______________________ _______________________
Nombre del Voluntario (a) Firma del Voluntario (a)
______________________ _______________________
Fecha Hora
Código: ________ Iniciales del participante: _________
LA SIGUIENTE SECCIÓN DEBE SER COMPLETADA SÓLO POR UN TESTIGO
Con mi firma certifico que estuve presente durante la discusión del formato del
consentimiento, todas las dudas fueron resueltas satisfactoriamente y la participación del
voluntario (a) es voluntaria.
DECLARACIÓN DE LOS INVESTIGADORES:
Luego de haber explicado detalladamente al voluntario la naturaleza del protocolo de
investigación certifico, mediante la presente que, a mi leal saber, las personas que firman
este formulario de consentimiento comprendieron la naturaleza, requerimientos, riesgos y
beneficios de la participación en este estudio y ningún problema de índole médico, de
idioma o instrucción han impedido, al voluntario, tener una clara comprensión del mismo.
_________________________________________________ _________
Firma del Investigador que Administra el Consentimiento Fecha
(Formato de Consentimiento informado elaborado por el Dr. AdaucioMoralesy la Dra. Gladys Barón,
docentes del Departamento de Medicina Preventiva y Social de la UCLA).
______________________ _______________________
Nombre del Testigo Firma del Testigo
______________________ _______________________
Fecha Hora
63
ANEXO 4
UNIVERSIDAD CENTROCCIDENTAL "LISANDRO ALVARADO"
DECANATO DE CIENCIAS DE LA SALUD
"DR. PABLO ACOSTA ORTIZ"
Código:________
Iniciales del participante:________
Nosotros, estudiantes del sexto año de medicina de la Universidad
Centroccidental "Lisandro Alvarado"; en los actuales momentos estamos desarrollando
la investigación titulada: Prevalencia del trastorno por atracón y su asociación con los
factores de riesgo en estudiantes del Decanato de Administración y Contaduría de la
Universidad Centrooccidental Lisandro Alvarado, estudio que es requisito para el
cumplimiento del currículo de nuestra carrera. En tal sentido, le solicitamos que por
favor, responda de manera honesta y sincera las siguientes preguntas. Esta encuesta es
voluntaria, anónima y sus resultados serán confidenciales.
Los autores
64
CUESTIONARIO
PARTE I:
1. Sexo: Femenino _____ Masculino:_____
2. Edad:______
PARTE II: Marca con una X la opción SI ó NO
Preguntas SI NO
3. Durante los últimos 3 meses, ¿has comido, al menos una vez
a la semana, cantidades superiores de alimentos a las que
ingiere la mayoría de las personas en un lapso de tiempo
menor a dos horas?
4. ¿A veces te sientes fuera de control con respecto a la
comida y no puedes parar de comer?
Si respondiste negativamente una o las dos preguntas anteriores, continua respondiendo la
pregunta 11. En caso contrario si respondiste afirmativamente las dos preguntas anteriores
continúa con las preguntas 5 a 9.
Preguntas SI NO
5. ¿Te sientes culpable después de comer?
6. ¿Comes más rápido que la mayoría de las personas?
7. ¿Continúas comiendo a pesar de que te sientas lleno?
8. ¿Comes grandes cantidades de alimentos a pesar de que no
tengas hambre?
9. ¿Comes a escondidas porque sientes vergüenza de comer en
público?
10. ¿Tienes sentimientos negativos sobre ti mismo (asco,
depresión, culpa) después de la ingesta?
11. ¿Después de comer en exceso practicas alguna de las
siguientes conductas?
a) Tomas medicamentos (diuréticos o laxantes) que te
hagan ir al baño para no ganar peso.
b) Haces ejercicios continuos por más de una hora.
c) No comes nada en un lapso de tiempo de 24 horas.
d) Te provocas vómitos.
SI NO
PARTE III: Marca con una X la opción SI ó NO
Entendiendo por bullying un evento ocurrido en la adolescencia y/o niñez que se presenta
cuando “un alumno es agredido física o psicológicamente, convirtiéndose en víctima al estar
expuesto, de forma repetida y durante un tiempo, a acciones negativas que lleva a cabo otro
alumno o varios de ellos” (Ejemplo: comentarios denigrantes, peyorativos o intimidantes de
forma repetitiva). Partiendo de la premisa anterior responde la siguiente pregunta:
65
12. ¿Sufrió Ud. Bullying durante su adolescencia y/o niñez?
SI NO
Entendiendo que el abuso sexual es “todo acto sexual o tentativa de consumarlo o algún
comentario o insinuación no deseado de una persona, quien por medio de la coacción doblega
a su víctima, en cualquier ámbito, inclusive el hogar y el lugar de trabajo” (Ejemplo:
violación sexual, actos lujuriosos en contra de su voluntad, actos que violan su intimidad en
cualquier aspecto). Partiendo de la premisa anterior responde la siguiente pregunta:
13. ¿Has sufrido algún abuso sexual?
SI NO
Entendiendo por abuso físico “cualquier acción no accidental por parte de los padres o
cuidadores que provoque daño físico o enfermedad o que coloque al niño o adolescente en
grave riesgo de padecerla” (Ejemplo: golpes con la mano u objetos diversos, produciéndose
magulladuras, laceraciones, fracturas, quemaduras, heridas y daño orgánico).Partiendo de
la premisa anterior responde la siguiente pregunta:
14. ¿Has sufrido de abuso físico durante su niñez y/o
adolescencia?
SI NO
PARTE IV: Marque con una X la opción que se adecúe más a tu situación.
15. ¿Actualmente fuma? SI NO
Si respondió negativamente a la pregunta anterior pasar a la pregunta 22, de lo contrario
continuar respondiendo de la pregunta 16 a la 21.
16. ¿Cuánto tiempo pasa entre que se levanta y se fuma su primer cigarrillo?
a. Hasta 5 minutos ____ b. De 6 a 30 minutos____
c. De 31 a 60 minutos____ d. Más de 60 minutos____
17. ¿Encuentra difícil no fumar en lugares donde está prohibido (hospital, cine, biblioteca)?
SI____ NO____
18. ¿Qué cigarrillo le desagrada más dejar de fumar?
a. El primero de la mañana____
b. Cualquier otro____
19. ¿Cuántos cigarrillos fuma al día?
a. Menos de 10 cigarrillos ____
b. Entre 11 y 20 cigarrillos ____
c. Entre 21 y 30 cigarrillos ____
d. 31 ó más cigarrillos ____
66
20. ¿Fuma con más frecuencia durante las primeras horas
después de levantarse que durante el resto del día?
SI NO
21. ¿Fuma aunque esté tan enfermo que tenga que guardar
cama la mayor parte del día?
SI NO
PARTE V: Marque con una X la opción que se adecúe más a tu situación.
Entendiendo que una ocasión es un lapso de tiempo que dura dos (2) horas y que una unidad
de bebida alcohólica se refiere a una cerveza, un vaso con cualquier variedad de alcohol y
una copa con vino. Responda la siguiente pregunta
22. Si Ud. es mujer: ¿en una ocasión consume más de cuatro
(4) unidades de bebidas alcohólicas?
SI NO
23. Si Ud. es hombre: ¿en una ocasión Ud. consume más de
cinco (5) unidades de bebidas alcohólicas?
SI NO
PARTE VI: Marque con una X la opción que más se adecúe a su caso
Estamos interesados en saber acerca de la clase de actividad física que la gente hace como
parte de su vida diaria. Las preguntas se referirán acerca del tiempo que usted utilizó siendo
físicamente activo(a) en los últimos 7 días. Por favor responda cada pregunta aún si usted no
se considera una persona activa. Por favor, piense en aquellas actividades que usted hace
como parte del trabajo, en el jardín y en la casa, para ir de un sitio a otro, y en su tiempo
libre de descanso, ejercicios ó deporte.
Piense acerca de todas aquellas actividades vigorosas que usted realizó en los últimos 7 días.
Actividades vigorosas son las que requieren un esfuerzo físico fuerte y le hacen respirar mucho
más fuerte que lo normal. Piense solamente en esas actividades que usted hizo por lo menos 10
minutos continuos.
24. Durante los últimos 7 días ¿Cuántos días realizó
usted actividades físicas vigorosas como levantar
objetos pesados, excavar, aeróbicos o pedalear rápido
en la bicicleta?
____ días por semana
____ Ninguna actividad física vigorosa
(Pasar a la pregunta 26)
25. ¿Cuánto tiempo en total, usualmente, le toma
realizar actividades físicas vigorosas en uno de esos
días que las realizó?
____ horas por día
____ minutos por día
____ No sabe/No está seguro(a)
67
Piense acerca de todas aquellas actividades moderadas que usted realizo en los últimos 7 días
Actividades moderadas son aquellas que requieren un esfuerzo físico moderado y le hace respirar
algo más fuerte que lo normal. Piense solamente en esas actividades que usted hizo por lo menos
10 minutos continuos.
26. Durante los últimos 7 días, ¿Cuántos días hizo
usted actividades físicas moderadas, tal como cargar
objetos livianos, pedalear en bicicleta a paso regular o
jugar dobles de tenis? No incluya caminatas.
____ días por semana
____ Ninguna actividad física moderada
(Pasar a la pregunta 28)
27. Usualmente, ¿Cuánto tiempo dedica usted, en uno
de esos días, a realizar actividades físicas moderadas?
____ horas por día
____ minutos por día
____ No sabe/No está seguro(a)
Piense acerca del tiempo que usted dedicó a caminar en los últimos 7 días. Esto incluye trabajo en
la casa, caminatas para ir de un sitio a otro, o cualquier otra caminata que usted hizo únicamente
por recreación, deporte, ejercicio, o placer.
28. Durante los últimos 7 días, ¿Cuántos días caminó
usted por al menos 10 minutos continuos?
____ días por semana
____ No caminó (Pase a la pregunta 30)
29. Usualmente ¿Cuánto tiempo gastó usted en uno
estos días caminando?
____ horas por día
____ minutos por día
____ No sabe/No está seguro(a)
La última pregunta se refiere al tiempo que usted permaneció sentado(a) en los últimos 7 días.
Incluya el tiempo sentado(a) en el trabajo, la casa, estudiando y en su tiempo libre. Esto puede
incluir tiempo sentado(a) en un escritorio, visitando amigos(as), leyendo o permanecer sentado(a)
o acostado(a) mirando televisión
30. Durante los últimos 7 días, ¿Cuánto tiempo
permaneció sentado(a) en un día en la semana?
____ horas por día
____ minutos por día
____ No sabe/No está seguro(a)
68
ANEXO 5
69
ANEXO 6