Westlake, Donald E - Viaje a La Muerte [Rtf]

5/20/2018 Westlake, Donald E - Viaje a La Muerte [Rtf]

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Viaje a la muerte

DONALD E. WESTLAKE


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A pesar de no ser nuevos para m los viajes por mar, nunca heconseguido acostumbrarme al balanceo ni al cabeceo de los barcos,especialmente por las noches. Por tal razn, normalmente duermomuy poco cuando cruzo el Atlntico, siendo incapaz de cerrar los ojoshasta que he alcanzado un estado de extenuacin tal que ya no me

es posible conservarlos abiertos. esde que los negocios me obligan arealizar viajes a !orteam"rica, mi esposa me recomienda que, decuando en cuando, viaje en avin# pero me temo que sea demasiadocobarde para aceptar tal medio de transporte. $l balanceo de unbarco me produce mareo y trastornos cerebrales# pero el solopensamiento de viajar por los aires me produce verdadero pnico.As, pues, un viaje por mar es, de dos males, el menor# porconsiguiente, despu"s de tantos a%os, me en&rento contra miinsomnio con la calma de una vieja resignacin.'in embargo, es imposible permanecer tumbado en la cama

despierto, con los ojos &ijos en el techo, todas las noches que dura latravesa entre over y !ueva (or), y hasta la lectura llega aconstituir, al &in, un &astidio. Por eso, en muchos de mis viajes me hevisto obligado a pasear por cubierta, observando los millones de lunasre&lejadas en las aguas que me rodean.Por esta razn, &ue delicioso descubrir, en esta *ltima y postreratravesa, durante la tercera noche de viaje, a un individuo quepadeca de insomnio como yo. 'e llamaba +oley. $ra un hombre denegocios americano, ms joven que yo# quiz de cuarenta y cinco ocincuenta a%os. A mi juicio, era un hombre recto y sensible, y goc"

de su compa%a, a avanzada hora de la noche, cuando todos lospasajeros dorman y nos encontrbamos solos en medio de un marsilencioso y vaco. !o hallaba en "l de&ecto alguno, excepto unocasional ejemplo de humor casi irnico y de cierto mal gusto, unare&erencia a los cuerpos destruidos en el armario de avy -ones, oalgo por el estilo.Pasbamos las noches conversando, paseando por cubierta o en elsaln de billar, juego que a ambos nos gustaba mucho, aunque losdos no "ramos unos ases. +omo nuestra incompetencia en el juegoera la misma, solamos pasar muchas horas en la enorme sala de

billar, situada en la misma cubierta de mi camarote.a octava noche de viaje transcurri en este saln, donde &umamostranquilamente nuestros habanos y jugamos nuestra partidita,esperando pacientemente a que amaneciera. $ra una noche &ra yventosa. $l viento, helado y h*medo, pasaba por encima de las olascomo un &riolero y solitario &antasma que busca la tierra. !osotroshabamos cerrado todas las ventanas y puertas del saln, pre&iriendouna atms&era viciada por el humo de los cigarros antes que se noshelasen los huesos./aca solamente quince minutos que estbamos en el saln cuando

se produjo la catstro&e. !o s" qu" pudo ser0 una explosin en lasmisteriosas y gigantescas mquinas, ocultas en alguna parte delbuque, o tal vez un inesperado choque con una mina, que a*n


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deambulaba a la deriva, de la segunda guerra mundial, o... 1uese loque &uere, el silencio de la noche qued roto repentinamente por untremendo y poderoso sonido, un rugido, un estampido que embotlos sentidos y paraliz el cuerpo, y todo el barco, el Aragn, seestremeci y tembl con violento y repentino espasmo. +oley y yo&uimos arrojados al suelo, y, en todas las mesas, las bolas de billar

chocaron y rodaron de un lado para otro, como si su nerviosismo y sutemor &ueran iguales a los nuestros.$l barco pareci aminorar la marcha, pararse e inmovilizarse mientrasel tiempo se detena. 2e puse en pie, escuchando la voz del silencioabsoluto, de un mundo roto repentinamente, sin tiempo nimovimiento.2e volv hacia la cerrada puerta principal del saln, que daba sobrecubierta, y vi all, mirndome, una cara espantosa y terrible, unamujer, inmvil dentro de su bata de noche, cuya boca estaba abierta,gritando. Avanc" hacia ella, sin dejar de mirarla a trav"s del cristal de

la puerta, y el tiempo comenz a marchar de nuevo. $l barco empeza moverse, a balancearse, y mientras yo luchaba por mantener elequilibrio, observ" que la mujer era arrebatada como por una manoinvisible, desapareciendo en el vaco, y unas &uriosas olas golpearoncontra la ventana.1ue como si un ascensor se hubiese estropeado y se precipitaradesde el piso ms alto. $l agua herva y echaba humo por la parteexterior de la ventana, y yo me agarr" a la pared, en&ermo yaterrado, dndome cuenta de que nos estbamos hundiendo,hundiendo, y que dentro de unos segundos estara seguramente

muerto.3n estremecimiento &inal y ces todo movimiento. $l barco &ormabaun ligero ngulo, el suelo estaba inclinado y nos hallbamos en el&ondo del mar.Parte de mi mente gritaba de horror y de miedo# pero otra parte deella estaba tranquila, como si estuviese alejada de m, separada dem# como si &uese un cerebro independiente de este &rgil ysentenciado cuerpo. $sta parte de mi mente, que nunca antes habaconocido, pensaba, conjeturaba, razonaba... $l barco reposaba en elsuelo del mar, eso era evidente. Pero, 4a qu" distancia de la

super&icie5 4A qu" pro&undidad5 !o mucha, seguramente, porque lapresin del agua hubiera hecho saltar el cristal de las ventanas.4$staba la super&icie lo su&icientemente cercana para que meatreviera a abandonar el buque, este saln, este bolsillo de airecomprimido5 4!o caba la esperanza de luchar, de abrirme caminohacia la super&icie, antes de que mis pulmones estallaran, antes deque mi necesidad de oxgeno me hiciera abrir la boca y dejase que elagua me ahogara5...!o haba posibilidad para m. 2oriramos en seguida. (o no era joven.!o haba posibilidades para m.

3n sollozo me record a +oley. 2e volv y le vi cado en el suelo,apoyado contra una pared. Al parecer, haba rodado hasta all cuandose hundi el barco. Ahora se mova, d"bilmente, y con una mano se


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tocaba la cabeza.+orr hacia "l, ayudndole a que se pusiera en pie. Al principio, no sedio cuenta de lo que haba sucedido. 6y la explosin, se cay y sucabeza choc contra el &ilo de la mesa de billar. $ra todo lo que saba.e expliqu" nuestra situacin. 2e mir &ijamente, incr"dulo.74/undidos5

a impresin torn lvida su cara, lvida y tensa, como arcilla seca. 'evolvi y ech a correr hacia la ventana ms prxima. $n el exterior, lad"bil luz de nuestra crcel iluminaba tenuemente las agitadas aguasque nos rodeaban. +oley gir de nuevo hacia m.7as luces... 7dijo.2e encog de hombros.78al vez haya otros salones sin inundar a*n 7respond.+uando termin" de hablar, las luces parpadearon y se hizo laoscuridad.$speraba que +oley se sumiera en el pnico, como a m me haba

sucedido# por el contrario, sonri irnico y exclam079:u" &orma de morir;7!o tenemos por qu" morir 7dije7. 'i hay supervivientes...74'upervivientes5 4( qu" si los hay5 !osotros no estamos entreellos...7'ern rescatados 7dije, repentinamente esperanzado7. 'abrndnde se ha hundido el barco. ( mandarn buzos...74


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otro, incapaces de ver nada en absoluto, pareca imposible conversar.!o s" cunto tiempo permanecimos sentados all# pero, de repente,me di cuenta de que ya no estaba tan oscuro. Poda distinguirvagamente algunas &ormas dentro del saln# &ui capaz de distinguir elcuerpo de +oley, sentado en otra silla.2ud de posicin.

7ebe de ser de da 7dijo7. 3n da de sol... en la super&icie...74+unto tiempo..., cunto tiempo supone usted que nos durar eloxgeno5 7pregunt".7!o lo s". $l saln es muy grande... y estamos solos los dos. osu&iciente para morirnos de hambre, supongo.74e hambre5o comprend en seguida al darme cuenta de lo hambriento queestaba. $ra un peligro en el que yo no haba pensado. Preservarnosdel agua, s. $n la cantidad de aire que tenamos, tambi"n. Pero no seme haba ocurrido hasta ahora pensar en que carecamos en absoluto

de alimentos.+oley se puso en pie y comenz a pasear por el oscuro saln,errando y estirndose sin descanso.79Presuntos supervivientes; 7exclam de pronto, como si la primeraparte de nuestra conversacin no se hubiera interrumpido, como si nohubiese habido pausa alguna7. Presuntos supervivientes... ypresuntos buzos... 4+unto tiempo cree usted que tardarn enrecogerlos5 Acaso los supervivientes sean rescatados hoy. 4+undovendrn los buzos5... 42a%ana5... 4a prxima semana5... 4entrode dos meses5...

7!o lo s".e pronto, +oley se ech a rer. 1ue algo inslito y estridente enaquel saln herm"ticamente cerrado, y comprend que no se hallabatan tranquilo como &inga.7'i esto &uera una novela 7dijo7, llegaran para rescatarnos en el*ltimo minuto. $n el momento preciso. $n eso, las novelas sonmaravillosas. $stn repletas de *ltimos minutos. o malo es que en lavida slo existe un *ltimo minuto0 el minuto antes de morir.7/ablemos de otra cosa 7dije.7!o hablemos de nada 7respondi.

'e par junto a una de las mesas de billar y cogi una bola. $n lastinieblas, le vi lanzar la bola al aire, recogerla, lanzarla otra vez,recogerla y lanzarla, recogerla y lanzarla... e pronto, dijo07Puedo resolver con &acilidad nuestro problema. +on slo lanzar estabola contra el cristal de la ventana...2e puse en pie de un salto.79"jela en la mesa; 7grit"7. 9'i a usted le tiene sin cuidado suvida, recuerde, al menos, que yo quiero vivir;6tra vez se ech a rer, y arroj la bola sobre la mesa. urante unrato volvi a pasearse. Al &in, se hundi en su silln.

7$stoy cansado 7dijo7. $l barco est ahora inmvil. +reo que podr"dormir.(o tema dormirme# tema que +oley esperase a que yo estuviera


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dormido para abrir la puerta o para lanzar la bola de billar contra laventana. 2e volv a sentar, vigilndole tanto tiempo como me &ueposible# pero mis prpados empezaron a cerrarse, a pesar delmiedo..., y, al &in, me qued" dormido.+uando me despert", estaba otra vez oscuro, la oscuridad de unamedianoche nubosa, la oscuridad de la ceguera. 2e puse en pie,

estirando mis miembros entumecidos, y me sent ms tranquilo.$scuch" la acompasada respiracin de +oley. ormadescuidadamente.'e despert cuando de nuevo haba luz, cuando la oscuridad absolutaqued dispersada otra vez por un &ulgor grisceo y opaco, como elque se observa a *ltima hora de la tarde# una media luz enga%osa,que hace ver a los ojos detalles donde slo hay contornos, &ormasvagas y montones con&usos.+oley gru% y se desperez, volviendo lentamente a la vida. 'epuso en pie y comenz a mover los brazos, haciendo arcos de&inidos.

78engo hambre 7murmur7. 'e me caen las paredes encima.78al vez vengan hoy 7dije.76 tal vez no vengan nunca 7me respondi.e nuevo empez a pasearse por el saln, dando vueltas a sualrededor. Al &in, se detuvo.7e en una ocasin 7dijo como si hablase para s mismo7 que elhambre siempre es mayor despu"s de no hacer la primera comida, yque despu"s de estar dos o tres das sin probar bocado la necesidadde ingerir alimentos disminuye.7(o tambi"n lo creo as. /oy tengo la impresin de no sentir tanta

hambre como ayer.7$n cambio, yo, s 7dijo, malhumorado, como si yo tuviera la culpa7. (o tengo hoy el doble de hambre que ayer. 'u&ro retortijones deestmago... y tengo sed 7se par delante de la ventana, mirandohacia a&uera7. 8engo sed 7repiti7. 4Por qu" no abro la ventana ydejo que entre el agua5...79Aprtese de ah; 7grit".$ch" a correr a trav"s del saln y lo separ" violentamente de laventana.7+oley, 9por amor de ios; 9!o pierda la cabeza; 'i tenemos calma,

si tenemos paciencia, si nos unimos &uertemente para esperar, a*npodemos ser salvados. 4!o quiere usted vivir574>ivir5 7se ri en mi cara7. 2or anteayer. 7me empuj y volvi ahundirse en su silln70 $stoy muerto 7dijo con amargura7, muerto,y mi estmago no lo sabe. 96h, maldito este dolor; 2artin, cr"ame0podra soportarlo todo, podra estar tan tranquilo y tan slido comouna roca si no &uera por estos terribles dolores de estmago. 8engohambre, 2artin. 'i no como pronto, perder" la razn. '" que laperder".2e qued" mirndole, sin saber qu" decir ni qu" hacer.

'us modales cambiaban bruscamente, instantneamente, sin ritmo nirazn. Ahora, de repente, empez a rerse otra vez, con esa inslita yestridente risa que ara%aba mi columna vertebral, que era para m


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ms terrible que el peso del agua que estaba al otro lado de laventana. +ontinu ri"ndose, y dijo07/e ledo que hombres aislados, solos, sin comida, encontraban al&in la *nica solucin a su hambre.!o le comprend.74+mo5 7le pregunt".

7+omi"ndose unos a otros.e mir" &ijamente. 2i pecho se estremeci de horror y se me sec lagarganta. =ntent" hablar, pero mi voz era ronca, y slo pudemurmurar074+anibalismo5... 9ios mo, +oley;... 4!o querr usted indicar...56tra vez se ech a rer.7!o se preocupe 2artin. !o creo que pudiera. 'i &uera posibleguisarle a usted, acaso considerase el hecho. Pero crudo..., 9no; !ocreo que nunca tenga tanta hambre como para eso...'us modales cambiaron de nuevo. Ahora se puso a maldecir.

7Pronto me comer" la al&ombra, mi ropa, 9algo;...'e qued silencioso, y yo me sent" tan lejos de "l como pude. 2epropuse permanecer despierto, sin importarme el tiempo, sinimportarme lo que sucediera. Aquel hombre estaba loco, era capaz detodo. !o dormira. 2ir" con temor a la oscuridad que nos invada denuevo poco a poco.$l silencio quedaba roto de cuando en cuando por alg*n murmulloocasional de +oley, que me llegaba, a trav"s del saln, ininteligible,como si se &ar&ullara a s mismo horrores que yo trataba de noimaginarme. Al &in, se hizo el oscuro absoluto, y yo esper", aguzando

el odo# esper" a or moverse a +oley, porque yo saba que surgirael ataque. 'u respiracin era regular y suave# pareca dormido, perono poda con&iar en "l. (o estaba prisionero con un loco# mi *nicaesperanza de sobrevivir era permanecer despierto, vigilndole cadaminuto hasta que llegasen los rescatadores. ( los rescatadoresllegaran. !o iba a soportar todo esto por nada. >endran, tenan quevenir...$l terror y la necesidad me mantuvieron despierto durante toda lanoche y todo el da siguiente. +oley durmi muchas horas, y cuandose despert, se content con murmurar por lo bajo o con permanecer

en silencio.Pero yo no poda estar despierto siempre. +uando volvi la oscuridadnocturna, cuando termin el tercer da sin que llegara la solucin, unaespesa niebla empez a envolverme, y aunque luch" contra ella,aunque senta el horror en todos mis rganos vitales, la niebla secerr a mi alrededor y me qued" dormido.2e despert" sobresaltado. $ra otra vez de da, y no poda respirar.+oley estaba echado sobre m, con las manos alrededor de micuello, apretndome, evitando que el aire penetrara en mispulmones, y not" que mi cabeza estaba a punto de estallar. 2is ojos

se salan de sus rbitas, mi boca se abra y cerrabadesesperadamente. a cara de +oley, indistintamente sobre m,resplandeca de locura# sus ojos me taladraban, su boca colgaba


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&ormando una mueca espantosa.+og sus manos, pero me tena bien agarrado. !o pude separarlas.!o me era posible aspirar aire, aire... irig mis manos hacia sucara... y mi corazn palpit de miedo mientras luchaba. 2is dedostocaron su cara, su cara sudorosa, escurridiza... Ataqu" sus ojos. 2idedo se hundi en su ojo, y "l, dando un grito, me solt. +ay hacia

atrs, con las manos en la cara, y yo sent la caliente gelatina de suojo en mi dedo.'alt" de la silla, buscando alocadamente la &orma de escapar# pero elsaln estaba hundido en el agua. !os hallbamos prisioneros juntos.'e acerc de nuevo a m, con sus dedos engar&iados para cogerme,con su terrible cara llena ahora de sangre, que manaba del huecodonde haba estado su ojo izquierdo. $ch" a correr, y la respiracinzumbaba en mi garganta cuando aspiraba el aire. -adeando, meapart" corriendo de "l, con los brazos extendidos, y tropec" con unade las mesas de billar. 2is manos tocaron un palo, lo cog, me volv y

golpe" a +oley con "l. +oley cay hacia atrs, aullando como unanimal, pero arremeti de nuevo contra m. ?ritando, le hund el paloen su boca abierta.$l palo se parti en dos0 parte qued en mis manos# parte,incrustada en su boca. ( empez un grito que termin en unespantoso estertor. +ay de boca al suelo, y el trozo de palo leatraves, sali"ndole por la nuca.2e volv, desplomndome sobre la mesa. $staba terriblementeen&ermo, me dola el estmago, tena seca y apretada la garganta,con grandes ansias de vomitar# pero haca tanto tiempo que no

coma, que no poda echar nada. Permanec tumbado, tosiendo,escupiendo, sinti"ndome espantosamente mal.../aban pasado tres das y a*n no haban venido. !o tardaran envenir. $l aire empezaba a escasear. +asi no poda respirar. ( meencontr" hablando conmigo mismo, y ms de una vez cog una bolade billar y estuve mirando largamente a la ventana. $stoy deseandola muerte cada vez ms, y s" que eso es una locura. Por tanto, hande llegar pronto...( lo peor de todo es el hambre. +oley se ha ido, se ha ido para

siempre..., y yo estoy hambriento otra vez...

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