378
1

Where The Ivy Grows 2

  • Upload
    criss

  • View
    245

  • Download
    10

Embed Size (px)

DESCRIPTION

2do libro de la saga Devoted- S.K. Quinn

Citation preview

Page 1: Where The Ivy Grows 2

1

Page 2: Where The Ivy Grows 2

2

WHERE THE IVY GROWS

DEVOTED #2

S.K.QUINN

Page 3: Where The Ivy Grows 2

3

El presente documento tiene como finalidad impulsar la lectura hacia aquellas regiones de habla hispana en las cuales son escasas o nulas

las publicaciones, cabe destacar que dicho documento fue elaborado sin

fines de lucro, así que se le agradece a todas las colaboradoras que aportaron su esfuerzo, dedicación y admiración para con el libro

original para sacar adelante este proyecto.

Page 4: Where The Ivy Grows 2

4

Staff

Lore

Ivi04

Dark Juliet

Mr. Andrew

MAngelBooks

Aless

Luisa

Felin 28

Rmrt

Lady_Eithne

Claryvslove

Lore

Leluli

Liraz

Keyla Hernández

Lelu

Francatemartu

Vickyra

Eneritz

Anaid

Llis.Briel

Lsgab38

Peke chan

Ingrid

MangelBooks

Jery_miso

Lore Francatemartu

Page 5: Where The Ivy Grows 2

5

Índice

Sinopsis Capítulo 01 Capítulo 02 Capítulo 03 Capítulo 04 Capítulo 05 Capítulo 06 Capítulo 07 Capítulo 08 Capítulo 09 Capítulo 10 Capítulo 11 Capítulo 12 Capítulo 13 Capítulo 14 Capítulo 15 Capítulo 16 Capítulo 17 Capítulo 18 Capítulo 19 Capítulo 20 Capítulo 21 Capítulo 22 Capítulo 23 Capítulo 24 Capítulo 25 Capítulo 26 Capítulo 27 Capítulo 28 Capítulo 29 Capítulo 30 Capítulo 31 Capítulo 32 Capítulo 33 Capítulo 34 Capítulo 35 Capítulo 36

Capítulo 37 Capítulo 38 Capítulo 39 Capítulo 40 Capítulo 41 Capítulo 42 Capítulo 43 Capítulo 44 Capítulo 45 Capítulo 46 Capítulo 47 Capítulo 48 Capítulo 49 Capítulo 50 Capítulo 51 Capítulo 52 Capítulo 53 Capítulo 54 Capítulo 55 Capítulo 56 Capítulo 57 Capítulo 58 Capítulo 59 Capítulo 60 Capítulo 61 Capítulo 62 Capítulo 63 Capítulo 64 Capítulo 65 Capítulo 66 Capítulo 67 Capítulo 68 Capítulo 69 Capítulo 70 Capítulo 71 Capítulo 72 Capítulo 73

Capítulo 74 Capítulo 75 Capítulo 76 Capítulo 77 Capítulo 78 Capítulo 79 Capítulo 80 Capítulo 81 Capítulo 82 Capítulo 83 Capítulo 84 Capítulo 85 Capítulo 86 Capítulo 87 Capítulo 88 Capítulo 89 Capítulo 90 Capítulo 91 Capítulo 92 Capítulo 93 Capítulo 94 Capítulo 95 Capítulo 96 Capítulo 97 Capítulo 98 Capítulo 99 Capítulo 100 Capítulo 101 Capítulo 102 Capítulo 103 Capítulo 104 Capítulo 105 Capítulo 106 Capítulo 107 Capítulo 108 Capítulo 109

Próximo Libro Sobre la autora

Page 6: Where The Ivy Grows 2

6

Sinopsis

s hora de desobedecer...

Cuando Sophia conoce al actor de Hollywood y profesor de la

Ivy College, Marc Blackwell, nunca soñó que compartirían una

prohibida y obsesiva relación.

Ahora, está comenzando y han decidido contarle al mundo de su romance.

Pero cuando los paparazzis están a la caza de cada movimiento de Sophia,

Marc intensifica su control, dominando a Sophia en todo lo posible, y atrayéndola

hacia su oscuro mundo de intensidad y pasión.

Pronto, Sophia se dirigirá al turbulento pasado de Marc, y conocerá los

secretos oscuros que lo atormentan.

Sin embargo, el deseo de Marc por disciplinar a Sofía despierta sus miedos

más profundos, y ella se da cuenta de que es hora de desobedecer.

E

Page 7: Where The Ivy Grows 2

7

Capítulo 1

Traducido por Ivi04 Corregido por Liraz

scucho una voz.

—No, ¡no! No esta vez.

Es Marc. Gritando.

Abro los ojos de golpe, y siento los brazos de Marc ceñidos a mí alrededor.

Estamos en la cama, uno frente al otro, mi cuerpo desnudo presionado contra su

pecho. Está maneciendo, veo la luz color rosa brillando a través de la ventana del

dormitorio.

Los ojos de Marc están firmemente cerrados, y se ve que sufre.

—¿Marc? —le digo.

Grita

—¡Aléjate de ella! —Y sus brazos me agarran más fuerte.

Veo cómo los párpados cerrados de Marc titilan sobre sus bellos ojos azules.

El rostro pálido de él brilla en los albores de última hora. Está sufriendo, y no

lo soporto.

—¿Qué pasa? —susurro—. ¿Marc? ¿Estás bien?

Marc se levanta, tirándome hacia arriba con él. Luce desconcertado.

Confundido, un niño al borde de las lágrimas.

Acaricio el cabello de su frente.

—¿Tienes una pesadilla?

E

Page 8: Where The Ivy Grows 2

8

Abre la boca y la cierra otra vez, luego me tira contra su pecho.

—No fue nada —murmura, pero su voz está tensa—. Simplemente... un sueño

de algo que pasó hace mucho tiempo. Siento haberte despertado.

—Está bien. —Pongo mis brazos alrededor de su cuello—. Está saliendo el

sol. De todos modos hubiera despertado en pocos minutos.

Marc me baja sobre la cama, y veo que su pecho se mueve rápidamente, las

pequeñas cicatrices blancas de su piel se estiran con cada respiración. Pongo mi mano

en su corazón. Su piel se siente demasiado caliente.

—Tu sueño... sonaba mal.

—Ahora ya se ha terminado. —Él cae a mi lado en la almohada y pasa un

dedo sobre mis labios. Luego me besa.

Estoy a punto de hablar, de preguntarle más sobre el sueño. Pero me besa más

fuerte, y me pierdo en un mundo de sensaciones. Su aroma, su boca, su lengua.

Se empuja hacia atrás y sus manos encuentran las mías. Mira hacia abajo, a

nuestros dedos índices.

—¿Recuerdas la noche pasada? —pregunto.

Una sonrisa tira de los labios de Marc.

—¿Crees que lo olvidaría?

—Tal vez.

—Como si quisiera.

—Me hizo feliz. Verte…. Perderte en mí.

La sonrisa de Marc se extiende hasta que puedo ver sus hermosos dientes

blancos.

Page 9: Where The Ivy Grows 2

9

—Oh, lo fue, ¿en serio? —Envuelve sus brazos a mí alrededor, y siento sus

grandes manos en mi espalda.

—Lo fue. —Sonrío contra su pecho—. Muy, muy feliz.

—Bueno, mi objetivo es complacer, señorita Rose. —Su cabello marrón cae

desastrosamente sobre su frente, y parece un adorable cachorrito, con barba marrón

sobre su mandíbula.

—¿Fue… especial para ti? —pregunto.

Marc acaricia mi largo cabello hacia atrás de mis orejas. Sé que está todo

rizado por el sueño y deseo que tuviera un espejo. De hecho, no lo sé. Si no puedo

verlo, puedo fingir que es todo liso y brillante como el de Lucy Liu.

El alza mis manos y coloca mis dedos en sus labios, pasándolos ida y vuelta.

—“Especial” no es una palabra lo suficientemente buena.

Me siento toda sonriente.

—¿Cuál es una buena palabra?

Marc se encoge de hombros y rueda hasta que queda mirando el techo.

—El lenguaje nunca fue mi fuerte. Prefiero la acción.

Me alzo sobre un codo y veo su perfil. Es tan perfecto. Es un tipo diferente de

belleza desde todos los ángulos. Desde el costado, con una pequeña pelusa marrón

en sus mejillas y el pelo desordenado sobre su frente, se parece a un miembro de

alguna banda. Pero mientras se vuelve hacia mí, puedo ver su mandíbula completa y

se ve fuerte y poderosa y ooooh.

—¿Acción? —Lo desafío, la sonrisa casi me llega a las orejas.

Me tira encima de él, y mi cabello cae hacia adelante desde mis hombros hacia

su pecho. Puedo sentir que está duro contra mi estómago y me encuentro tomando

una respiración profunda. Su tamaño todavía me sorprende.

Page 10: Where The Ivy Grows 2

10

—Las acciones dicen más que mil palabras. —Marc dirige sus manos abajo

por mi espalda y entonces me levanta hacia él, toda sobre él.

Siento su dureza y tamaño entre mis piernas. Todavía no está dentro de mí,

pero está situado en el lugar correcto empujando contra mí, haciéndome saber que

se deslizará dentro en cualquier momento.

Me sostiene así, como poniéndome a prueba. Pero no tengo paciencia allí

donde Marc está interesado, especialmente no hoy. Muevo mis caderas estoy en el

ángulo correcto para deslizarlo dentro mío, e intento bajarme a mí misma.

Pero Marc no me deja. Sostiene mis caderas firmemente.

—Tan ansiosa, señorita Rose. La anticipación también puede ser muy

placentera.

Lo miro. Él sabe que es una tortura.

—Para ti, tal vez.

Nos miramos el uno al otro, y él luce totalmente relajado. Bajo control. Pienso

en la noche pasada y espero, espero que no fuera la única. Es el comienzo de más

cercanía entre nosotros.

Quiero tener algún efecto en él. Y maldita sea, lo haré.

Deslizo mi mano entre sus piernas, sintiéndolo y masajeándolo suavemente.

Aspira una bocanada de aire y luego la deja salir.

—¿Está intentando ponerme a prueba, señorita Rose?

Asiento, complacida de sentir sus manos perder un poquito el agarre en mis

caderas. Esta es mi oportunidad. Quito sus manos y me dejo caer.

Deja escapar un gemido mientras se hunde cada vez más profundamente en

mí, y para mi deleite, un pequeño “Cristo” se escapa de sus labios.

Page 11: Where The Ivy Grows 2

11

Miro sus ojos, sabiendo que yo misma me he dejado ir toda suave y lasciva.

Teniéndolo a él dentro de mi así, llenándome, se siente tan, tan bien.

Sus ojos han perdido un poquito el foco, y lo veo tragar.

—Tú dijiste que las acciones son mejores que las palabras. —Las palabras

salen de mi boca mientras el resto de él se desliza dentro de mí. Se está volviendo

difícil hablar.

—Lo hice. ¿No? —Marc alza diabólicamente sus cejas. Definitivamente tiene

el control otra vez.

—Sí —murmuro, sintiendo mis muslos tocar sus caderas.

Oigo algo afuera, voces que crecen, y me tenso. Las voces están muy lejos. Tal

vez fuera de las puertas de la Universidad. Pero algo sobre ellas no se siente bien.

Page 12: Where The Ivy Grows 2

12

Capítulo 2

Traducido por Ivi04 Corregido por Liraz

ué fue eso?

—Fotógrafos, probablemente —responde

Marc.

Lo miro.

—Estas bromeando.

Marc niega con la cabeza.

—No. Yo sabía que estarían aquí esta mañana.

—Pero ¿cómo sabían que estarías aquí?

Marc ríe entonces.

—No lo saben. Ellos están aquí por ti.

—¿Por mí?

—Sophia, si eres seria acerca de estar juntos, así es cómo será la vida. Los

fotógrafos van a estar acampado, queriendo un pedazo de ti. Lo odio, pero eso es a

lo que te estás apuntando. Aún puedes cambiar de opinión.

—No. —Niego con la cabeza—. Sé lo que quiero.

Las voces se hacen un poco más fuertes, y me siento descompuesta del

estómago.

—Sin embargo, tengo miedo. ¿Alguna vez te asustaste? ¿En los primeros días?

—¿Q

Page 13: Where The Ivy Grows 2

13

Marc pone sus brazos alrededor de mí y me tira contra su pecho. Siento que

se mueve dentro de mí.

—¡Oh!

Él pone su nariz contra mi cuello e inhala.

—Dios, qué bien hueles. Nunca tuve miedo. Pero ahora estoy asustado.

Me levanto a mí misma, sintiéndolo reorganizarse dentro de mí otra vez, y lo

miro.

—¿Lo estás?

—Por supuesto que lo estoy. Tengo algo que perder. —Toma un puñado de

mi cabello y lo enrosca alrededor de su mano, dejando que se deslice sobre su

palma—. Tengo miedo de perderte.

Frunzo el ceño.

—¿De perderme?

Marc libera mi cabello y pasa los dedos hacia atrás y hacia adelante sobre mis

caderas.

—Mi mundo no es el mundo real, Sophia. Y creo que una vez que te des

cuenta de eso, es posible que desees tu vida de antes. No te culpo. Y luego, por

supuesto, estoy yo. Una vez que sepas más sobre mí, podrías querer correr un

kilómetro.

—No lo haré —digo sacudiendo la cabeza—. Anoche fue nuestro comienzo.

Nuestro verdadero comienzo. Y ahora que te tengo, no te dejaré

—Oh, ¿en serio? —Marc sonríe, luego me hace rodar en la cama, así que está

encima de mí. Inhalo.

—¿No me dejarás? —Aún está dentro de mí, y siento un agradable malestar

mientras mi cuerpo se re acomoda a su alrededor.

Page 14: Where The Ivy Grows 2

14

—No podría si quisiera. Eres como una adicción. Un mal hábito.

—¿Un mal hábito?

Ambos estamos sonriendo ahora.

—Un muy mal hábito.

—No puedes decir que no fuiste advertida. —El agarre de Marc se estrecha

alrededor de mi trasero—. Pero ahora no hay donde correr. Te tengo exactamente

donde quiero tenerte.

—No podría desear estar en ningún otro lugar.

Una mirada de tristeza pasa por sus ojos.

—Ten cuidado con lo que deseas.

Levanto la cabeza.

—¿Qué significa eso?

—Significa…. Que podría haber lados de mí que no te gustarán.

—Estoy bastante segura de que ya los he visto.

—No. —Marc sacude su cabeza—. Hay más.

—¿Más? —Mantengo mi tono suave, tratando de no dejar que cualquier

pensamiento oscuro preocupe a Marc hasta desbordarlo—. Marc, todos tenemos

cosas en nosotros que no queremos que otros vean. Pero la intimidad, una relación…

significa compartirlo todo. Luz y oscuridad. Yo también tengo mi lado oscuro,

Pienso en lo celosa que a veces me siento. Y lo insegura que me siento de por

qué Marc quiere estar conmigo.

—Oh, he visto su lado oscuro, señorita Rose. —La sonrisa regresa a la cara de

Marc, y me siento aliviada.

Page 15: Where The Ivy Grows 2

15

—Oh, ¿de veras? Y exactamente ¿qué ha visto, señor Blackwell?

—Eres demasiado confiada —dice Marc.

«Yo no llamaría a eso un lado oscuro.»

Comienza a moverse hacia adelante y hacia atrás, lentamente pero con una

firmeza que quita el aliento

—¡Oh! —murmuro mientras se mueve más rápido.

Él levanta mis piernas y las envuelve alrededor de su espalda, duro y rápido.

Después de anoche, nos sentimos diferentes juntos. Todavía caliente. Sexy.

Pero más cerca. Su cuerpo se siente entrelazado contra el mío. Una parte de mí.

Tomo su rostro en mis manos y miro sus ojos azul claro.

—¿Quieres correrte otra vez? —le susurro, sintiendo su empuje más y más

profundo. El placer comienza a acumularse—. ¡Oh Dios! Marc... ¿lo harás?

—Todavía no —dice, cerrando los ojos—. No hasta que tú lo hagas.

Deja salir un largo respiro y sus manos agarran mi trasero, entonces él mismo

se empuja dentro de mí, más profundo, más profundo, más profundo.

El placer es tan intenso, es casi doloroso. Me retuerzo debajo de él,

inmovilizada por su peso. No me deja avanzar, no me deja escabullirme del placer.

Casi me tiene, todo de mí, y él lo sabe. Unos empujes más y seré suya. Pero no quiero

hacerlo sola. Quiero que esté conmigo, todo el camino. Al igual que ayer por la

noche.

—Espera. —Respiro—. No quiero hacerlo todavía. No sin ti.

Rueda sobre su espalda, llevándome con él.

—Déjame verte —dice y me eleva de su pecho.

Page 16: Where The Ivy Grows 2

16

—¡Oh Dios, Marc! —murmuro, moviéndome hacia adelante y hacia atrás. No

puedo evitarlo. No puedo pensar. No puedo detenerme—. Marc. ¡Marc! —Siento

olas de calor moviéndose por mis piernas. De repente golpean mi estómago y caigo

hacia delante sobre su pecho.

Las manos de Marc aprietan mis caderas, sin dejarme escapar mientras el

calor se extiende por todo mi cuerpo.

—Oh —gimo, sintiendo el placer por todas partes. Pero viene con una tristeza.

Él no se ha corrido. ¿Lo he vuelto a perder?—. Marc…

Me silencia presionando sus labios contra los míos, luego balanceándome

atrás y adelante. Una, dos veces, tres y luego…

Gime y sus ojos se estrechan, los dientes apretados. Cada parte de su cuerpo

se relaja, se recuesta contra la cama, sus ojos medios cerrados.

—¿Te has…? —pregunto

Marc asiente suavemente.

Me entierro en su pecho, acurrucándome contra él, sintiendo sus cicatrices y

el pelo del pecho, mientras siento sus brazos a mí alrededor.

—Te amo —susurra Marc—. ¿Lista para enfrentar al mundo?

Page 17: Where The Ivy Grows 2

17

Capítulo 3

Traducido por Ivi04 Corregido por Liraz

stuve intentando no pensar en lo que nos está esperando fuera de la

Universidad.

Envuelta en los brazos de Marc, resguardados en mi habitación,

estamos seguros. Pero allá afuera... Sé que los paparazzi nos esperan. Más

precisamente, me esperan.

Conseguirán la noticia esta mañana. Un extra de Marc Blackwell.

Pienso en la imagen que tomaron de nosotros en casa de mi padre. Dios sabe

qué historia contarán en los diarios matutinos. ¿Chica inocente seducida por un viejo

malvado? o ¿Estudiante cachonda seduce a su profesor galán de Hollywood?

—¿Estás segura que estás lista para esto? —me pregunta Marc serio ahora.

Estaba disfrutando de su lado juguetón y deseo, deseo que sólo pudiéramos ser una

pareja normal. Pero no lo somos. De ninguna manera.

—Casi. —Estoy disfrutando de mi mejilla contra su pecho caliente y quiero

unos pocos minutos más de él, su piel, su hermoso olor y sus fuertes brazos.

Yacemos así por un momento, hasta que me obliga a moverme.

—Hagámoslo —digo, separándome de él.

—¿Estás segura? Porque podría salir de aquí sin ser visto. Todavía puedes

cancelarlo. No quiero nada de esto para ti. Créeme. Aún no lo sé.

—Pero yo te quiero a ti —digo—. Y todo esto viene contigo. Es parte de ti.

Marc se apoya en su codo, y tengo una bonita vista de su brazo largo y

tonificado.

E

Page 18: Where The Ivy Grows 2

18

—Vamos a desayunar, luego vamos a darles sus fotos.

Niego con la cabeza.

—Estoy demasiado nerviosa para comer.

—Deberías comer algo.

—Honestamente, no puedo. Sólo quiero terminar con esto.

Marc suspira.

—Bien. Si insistes.

Me escurro de él y voy a mi armario. Me pongo ropa interior limpia, y mi

mano se cierne sobre un traje de pantalón azul marino que Jen me hizo comprar para

las audiciones. Debo lucir inteligente.

Capaz. Adulta. No demasiado joven.

Siento a Marc detrás de mí, y llega sobre mi hombro para arrancar mi par

favoritos de leggins.

—Usa lo de siempre —dice—. Hoy se tu misma. Deberían saber quién eres

realmente. Amarán la verdadera tú, como lo hago yo.

Me vuelvo hacia él y miro sus ojos azules, tan claros y suaves hoy, como

diamantes que reflejan el cielo.

—Marc. ¿Por qué me amas? Quiero decir... es lo que piensan, ¿no? ¿Por qué

iba alguien como tú enamorarse de alguien como yo?

Sonríe, y mi corazón se derrite.

—Porque tú eres tú.

—¿Qué significa?

—¿No lo ves, verdad?

Page 19: Where The Ivy Grows 2

19

—¿Ver qué?

—Qué es lo que hace que la gente te ame.

—La gente no me ama. —Me río—. Por lo menos, no más que a nadie. No

veo por qué me amas. Soy ordinaria. Sólo una chica normal de un lugar común.

—No eres normal —dice Marc—. Nunca conocí a nadie como tú en mi vida.

Si hubieras sido cualquier otra persona, esta situación no habría ocurrido. —

Suspira—. Dios mío, qué desastre.

Siento un dolor en el pecho.

—¿Un desastre? ¿Así es como nos ves?

Marc levanta su cabeza, y veo el dolor en los ojos.

—A ti no. A mí.

—No eres un desastre. Eres perfecto.

Marc se ríe.

—Y por eso te amo, Sophia. Porque todo sobre ti es bueno. —Pone sus brazos

alrededor de mí—. Vístete ahora. Tu público está esperando.

Page 20: Where The Ivy Grows 2

20

Capítulo 4

Traducido por Ivi04 Corregido por Liraz

alimos de la torre de alojamiento, de la mano, deslumbrados por la

brillante luz del sol. Estoy usando mi ropa más cómoda, un suéter

negro que he tenido desde siempre, vaqueros y un par de Converse. Mi

verdadero yo.

Por supuesto, también estoy usando el abrigo marino de cachemir que Marc

me compró, que me sienta como un guante y me da una figura mucho mejor de la

que tengo. Un poco de Marc no puede herir hoy.

Marc lleva puesto lo que llevaba anoche, una camiseta negra, pantalones cargo

y zapatillas grises. Se ha duchado y su cabello está un poco húmedo.

Típico Marc. No nota el frío en absoluto, y ciertamente hoy hace frío. Se ve

como un héroe de acción, y me maravillo con el hecho de que este hombre, este

guapo actor de Hollywood, este sosteniendo mi mano. Estamos juntos. Parece una

locura pensar en esas palabras. Pero son ciertas.

Los patios están tranquilos y vacíos, y hay una sensación de total quietud

mientras caminamos por el camino de grava. Creo que debe venir de todos los

estudiantes durmiendo, a metros de nosotros en sus camas. Suertudos. Todo en lo

que tienen que preocuparse es el desayuno y sus charlas de hoy.

Es un hermoso y frío día, y el helado cielo celeste y blanco me recuerda al día

en que Marc me encontró en el bosque. Un rayo de sol borroso brilla por encima de

nosotros, pero ahora es otoño definitivamente. Casi invierno. El aire es frío y la niebla

sale de nuestras bocas.

¿Qué será de mi vida en la Universidad una vez que se lo digamos al mundo?

—Marc. —Le aprieto la mano y lo obligo a detenerse—. ¿Qué sucederá

S

Page 21: Where The Ivy Grows 2

21

cuando se los digamos a todos? ¿Jamás regresaré aquí?

Marc sonríe.

—Claro que sí. Todo está arreglado.

—¿Cómo?

Marc toma mis manos en las suyas.

—He planeado todo. —Levanta una ceja—. En el muy improbable caso de

que decidieras tirar tu privacidad y seguridad para estar con un hombre como yo.

Sonrío.

—Deberías haber sabido que sería una opción fácil. —Le levanto una ceja a

él.

—Tengo otros planes en su lugar, también.

—¿Otros planes?

—En caso de que cambies de opinión.

—¿Cambiar de opinión? —Trago. ¿No tiene ni la menor idea cómo me siento

acerca de él?—. No cambiaré de opinión.

Marc sacude su cabeza y frunce el ceño.

—No hables demasiado pronto.

—Marc, yo…

Marc exprime mis manos.

—Ya no te daré clases. Por lo menos, no en el aula.

—No, Marc. Lo prometiste. No puedes irte. Los otros estudiantes…

Page 22: Where The Ivy Grows 2

22

—Sophia. Ya deberías saberlo, nunca rompería una promesa. Todavía

enseñare a los otros estudiantes. Pero tú y yo tendremos clases particulares. Ya no

asistirás a mis clases. ¿No crees que sería lo apropiado?

Pienso en eso. Me parece una solución ideal, así que... ¿Cuál es mi problema?

Tomo una respiración.

—¿Podemos hablar primero cosas como estas?

—¿No te gusta lo que he planeado?

—No me gusta que no preguntaras.

Marc me empuja hacia su pecho y el negro algodón roza mi mejilla.

—Oh, Sophia, Sophia. Te prometo que haré lo mejor que pueda para dejar de

ser un monstruo controlador. Por ti, todo es posible. —Su tono es ligero, pero puedo

decir que va en serio.

—Está bien —susurro, tomando sus manos.

—Vamos. —Me aprieta los dedos—. Quiero averiguar qué está esperando

afuera. Cuanto antes sepa con que tratamos, mejor.

Entrelazamos las manos, caminando a lo largo de la senda. Cuando giramos

en una esquina, veo las puertas del colegio adelante y mi corazón se aprieta en mi

garganta.

Allí, detrás de la reja, hay un enjambre de fotógrafos, empujando y peleando

unos con otros para acercarse a las barras negras.

Algunos se han subido a las puertas y están empujando sus cámaras sobre las

púas de metal. Otros están empujando contra las rejas negras, sus chaquetas

aplastadas, brazos y piernas fluyendo.

Dios mío.

Page 23: Where The Ivy Grows 2

23

Hay un flash. Luego otro. Entonces docenas, chasquidos, chasquidos,

chasquidos, como una olla de palomitas de maíz.

Pongo mi mano sobre mis ojos.

—Marc…

—Quédate cerca de mí. —Su voz es fría. Enojada—. Aquí tenemos buena

seguridad. No llegarán a la puerta. Quédate cerca de mí. Dios, desearía que no

hubieras querido hacer esto. Ojalá pudiéramos volar a mi isla, y nunca tendrías que

tratar con toda esta basura.

—Tenemos que hacerlo. —Trago, duro—. No quiero vivir en las sombras.

Marc levanta una ceja.

—Puedes tener un montón de diversión en las sombras.

Sonrío.

—Tal vez. Pero me gusta la luz. Sin la luz del sol no crece nada.

Caminamos hacia adelante y mis rodillas se sienten débiles. Hay tantos

fotógrafos. Y parecen tan... violentos. Avariciosos. Indiferentes. Todo lo que quieren

es un pedazo de nosotros. No les importa que seamos seres humanos.

—¿De dónde vinieron todos? —susurro, dándome cuenta de que uno de los

fotógrafos lleva traje. La forma en la que está parado le hace parecer importante,

como un abogado o empresario. Donde los otros fotógrafos luchan por un puesto, él

está fresco en la parte delantera, y nadie intenta empujarlo fuera del camino.

Tiene una cara larga, patillas negras prolijamente recortadas y pelo negro

picado, al estilo de moda. Algo en sus ojos grises me hace pensar en un detective, hay

una inteligencia sobre él que me asusta.

Creo que lo he visto en algún lugar antes, y entonces me doy cuenta.

Giles Getty. Del periódico The Daily News.

Page 24: Where The Ivy Grows 2

24

Capítulo 5

Traducido por Ivi04 Corregido por Liraz

arc también ve a Getty, y su rostro se oscurece.

—Algunos vinieron directamente de las alcantarillas —dice,

con la mirada penetrante. Aprieta mi mano más fuerte—. Cristo.

Alguien debe de haber sabido...

—¿Sabido…?

—Que ambos estaríamos aquí hoy. Esto no debía pasar... Cristo. Esto es

suficiente. —Me hace detenerme—. Si él está aquí, esto es una mala idea.

—¿Quién?

—Getty.

Las cámaras están parpadeando y hay manchas blancas flotando delante de

mis ojos.

—¿Qué es lo malo?

—Conozco a Giles Getty hace mucho tiempo —gruñe Marc—. Un viejo

enemigo, se podría decir. Es peligroso. Especialmente cuando se trata de mujeres.

Marc me lleva lejos de la puerta.

—Vamos a hacer una ronda de prensa más tarde. Por ahora, tengo que llevarte

a un sitio seguro.

Me tira atrás, hacia la Universidad. Zigzagueamos dentro y fuera del edificio

y caminos de grava hasta que estemos fuera del teatro Queen.

M

Page 25: Where The Ivy Grows 2

25

—¿Adónde vamos? —pregunto, tropezando con la grava—. La puerta de atrás

está ahí.

—Hay otra salida —explica Marc, toma un manojo de llaves de sus

pantalones—. Entra.

Él abre las enormes puertas de madera del teatro y me tira dentro del edificio.

Hace frío y es oscuro en el teatro, y todo queda en tono negro cuando Marc

cierras las puertas. Escucho el crujido de la llave en la cerradura.

Todavía puedo sentir la mano de Marc en la mía y oír su respiración rápida y

superficial.

—¿Marc? ¿Qué está pasando?

—Solo sigue agarrada a mi mano. Está bien. No te asustes.

No me había dado cuenta, pero tengo miedo. Mi corazón late fuerte en mi

pecho y mi boca está seca.

La manera en que Marc reaccionó a Getty... algo está sucediendo. Algo malo.

—¿Por qué Giles Getty te molestó tanto? —pregunto mientras Marc me lleva

a través del teatro. En la oscuridad, con Marc sosteniendo mi mano, mi corazón

comienza a calmarse.

—Digamos que sé más de él que la mayoría —dice Marc—. Todo el mundo

sabe que no juega limpio. O bien. No se detiene ante nada para conseguir su historia,

y no le importa quien salga lastimado en el camino. Pero hay más... ya ha arruinado

la vida de mi hermana.

—¿Tu hermana?

Marc no responde.

—¿Marc?

Page 26: Where The Ivy Grows 2

26

—Sophia, Getty no es un hombre del que quiera hablar. Especialmente

cuando estoy contigo.

Trago.

—Sabes tu camino a través de aquí —digo, tropezando con una losa elevada

del suelo—. Incluso en la oscuridad. ¿Haces a menudo esto? —Espero que pueda oír

la sonrisa en mi voz.

—Sí. —Aunque no lo veo, sé que también está sonriendo—. De hecho, estuve

en la oscuridad durante años hasta que te conocí. Totalmente en la oscuridad.

—¿Y ahora?

—Las cosas son diferentes. —Pasa el pulgar hacia adelante y hacia atrás sobre

la palma de mi mano.

Puedo sentir la mayor parte del escenario a nuestro lado y que nos dirigimos

entre bastidores. Llegamos a una parada, y escucho el golpe del metal y el ruido de

las llaves.

Page 27: Where The Ivy Grows 2

27

Capítulo 6

Traducido por Ivi04 Corregido por Liraz

n pasadizo secreto? —susurro.

—Puedes llamarlo así. Esta puerta conduce

a un lugar bajo tierra.

—¿Así es cómo llegaste anoche?

—Tal vez. Pero no puedo revelar mis secretos.

Hay un destello de luz anaranjada, y parpadeo cuando me pican los ojos. Veo

una escalera larga de piedra delante de nosotros, y me doy cuenta del olor a moho

cuando me golpea.

Aire frío flota hacia arriba en la escalera.

Veo a Marc, su hermoso rostro sombreado en naranja y me maravillo por estar

aquí con él. Todavía no se siente real, estar con Marc. La curva de sus pómulos y las

líneas a ambos lados de la boca. Sus cejas gruesas y esos ojos, azules como el cielo

de verano, observándome. Él realmente está aquí. En la vida real. Conmigo. No se

trata de ninguna película.

Me ve mirándolo y sonríe.

—No te preocupes. No hay monstruos allí.

—¿No? —le devuelvo la sonrisa.

Levanta una ceja.

—¿Me está llamando monstruo, señorita Rose? —Coloca mi mano en un

pasamano de madera frío, y me ayuda con el primer paso.

—¿U

Page 28: Where The Ivy Grows 2

28

—Bueno. Pareces tener una cueva secreta. Eso es un poquito monstruoso, ¿no

crees?

—Te advertí que no era como los demás hombres.

—Eso es seguro.

Marc cierra y bloquea la puerta detrás de nosotros.

—Agárrate a mí.

Toma mi mano y me lleva por la escalera. Pronto llegamos a un espacio

grande y plano en la parte inferior. En un lejano rincón oscuro hay un Aston Martin

negro con vidrios polarizados.

—Tuyo, ¿Lo capté? —digo mientras caminamos hacia él.

—Muy astuta, señorita Rose. ¿Cómo lo adivinaste?

Marc me está tomando el pelo, pero no puedo resistirme a decir:

—Es negro. Como todo lo que posees.

—¿Cómo todo lo que poseo? Te equivocas, Sophia. También tengo un montón

de cosas rojas.

—¿Qué pasó con el Ford Mustang?

—Este auto es más rápido.

—¿El Aston Martin no es el auto de James Bond? —pregunto mientras Marc

saca un llavero y hace clic en él. Las cerraduras del auto de película se elevan con un

ruido que jamás he oído.

—James Bond tiene un montón de autos.

—Rechazaste el papel de James Bond, ¿no? —pregunto mientras Marc abre

la puerta del pasajero para mí.

Page 29: Where The Ivy Grows 2

29

Marc asiente.

—¿Por qué?

—El personaje no va conmigo.

—Pero tienes su auto.

—Este no es su auto. Es mi auto. James Bond tiene el DB5 y el V8. Este es un

Rapide S. Es único en su tipo.

—Reconozco mi error. Pero Marc, eres actor. —Me deslizo sobre el asiento

de cuero—. Puedes interpretar cualquier papel. ¿Cómo puede el personaje no encajar

contigo? Podrías interpretar a James Bond con facilidad.

Marc salta en el asiento del conductor y cierra su puerta.

—Cuando se trata de iconos nacionales, soy cuidadoso. No quiero arruinarlo

para las personas.

—¿Arruinar?

El aspecto juguetón de abandona la cara de Marc.

—Piénsalo, Sophia. Piensa en las cosas en las que estoy.

—Quieres decir... —No estoy segura de cómo expresar las palabras—. ¿La

necesidad de estar a cargo?

En respuesta, Marc arranca el auto, y yo cierro mi puerta.

Miro por la ventana en el espacio sombrío, oscuro y subterráneo. Me siento

rara sobre lo que dijo Marc. Las cosas en las que estoy. Es cierto. Sus gustos son

inusuales. Pero pensé que, ahora que somos una pareja, él estaría abierto a más

maneras de hacer el amor. Que seamos más iguales.

—Marc…

Page 30: Where The Ivy Grows 2

30

—Cambiemos el tema. —Marc pone el auto en marcha y hace girar las ruedas.

Nos dirigiremos hacia la oscuridad, pero luego aparece una larga línea de luz blanca,

que crece y crece hasta que veo un camino y las altas casas adosadas del centro de

Londres.

Nos acercamos la carretera, y me agarro al asiento. El auto gira en las esquinas

a gran velocidad.

—¿Cómo aprendiste a conducir así? —pregunto, mi voz es un chillido.

—En la filmación de Lightning Bolt —dice Marc—. El tipo de trucos

especiales desapareció, así que aprendí a conducir autos de carreras. Casi destrozo

dos, pero rodamos las escenas que necesitábamos. El miedo a la muerte es una gran

manera de aprender rápidamente.

Se ve totalmente relajado y a gusto al volante, una mano gesticula casualmente

mientras habla.

Por otro lado, estoy sumamente tensa. Si vieras a Marc y a mí, pensarías que

estábamos en dos vehículos diferentes. Odio ir rápido.

—¿Dónde vamos? —digo.

—No muy lejos. En algún lugar con buena seguridad. Y en algún lugar donde

podamos hacer una ronda de prensa.

—¿Y dónde sería?

—El Hotel Carlo.

Page 31: Where The Ivy Grows 2

31

Capítulo 7

Traducido por Dark Juliet Corregido por Keyla Hernández.

l Carlo?

Marc sonríe.

—¿Has oído hablar de él, entonces?

Me echo a reír.

—¿Quién no? —Miró mi ropa—. Pero Marc... estás bromeando. Quiero decir,

mira cómo estoy vestida.

Marc da un pequeño movimiento de cabeza.

—No importa.

—¿No importa?

No contesta, pero estoy bastante segura de que sé lo que quiere decir. No

importa, porque estás conmigo.

Trago. No estoy tan interesada en lugares elegantes. O tal vez, los lugares

elegantes no están tan interesados en mí. Siempre tengo dos pies izquierdos cada vez

que soy llevada a cualquier lugar especial. Dos pies izquierdos y manchas en mi ropa.

Y eso es sólo en los restaurantes de Essex a los que a Jen le gusta ir. Nunca en toda

mi vida estado en ningún sitio como el Carlo.

—¿Por qué no podemos ir a tu casa de pueblo? —digo—. Es seguro allí, ¿no?

—No podemos. —dice Marc, demasiado rápido—. Hoy no.

Me mira, supongo intuyendo que me siento un poco confundida por ese

—¿E

Page 32: Where The Ivy Grows 2

32

comentario.

—Tengo un visitante en estos momentos.

—¿Un visitante?

—Correcto.

—¿Quién?

—Nadie que conozcas. Ella necesita un lugar donde quedarse en estos

momentos. Eso es todo. Ella no va a estar allí mucho tiempo.

—¿Ella?

—No es por mucho tiempo. No la conoces. No es nada de lo que debas

preocuparte.

—¿Quién es ella? ¿Alguien con quien saliste? —Oigo celos feos en mis

palabras.

—Nadie de quien necesites preocuparte.

Puedo decir por la expresión de Marc que esta conversación ha terminado,

pero me siento mal. Me mastico una uña y trato de sacudirme los malos

pensamientos que flotan en mi cerebro. ¿Quién es esta mujer que se aloja en su casa,

y por qué diablos no lo mencionó antes?

No te pongas paranoica.

Nos dirigimos hacia Piccadilly, tomando un desvío a la izquierda, luego a la

derecha.

Marc está en control, sin esfuerzo. En calma. Ensimismado. El enojo de antes

no ha desaparecido totalmente, y él está de nuevo a cargo. Pero no lo quiero a cargo.

En este momento, siento que estamos separados de nuevo.

Marc tira del coche a una parada en una intersección y mira el tráfico. Un

Page 33: Where The Ivy Grows 2

33

gran autobús rojo de Londres pasa pesadamente, seguido por un taxi negro después

de otro taxi negro.

—Marc, ¿estás seguro de esto? —digo.

—¿Seguro?

—Acerca de... mí.

Se vuelve hacia mí. Celos o no, apenas puedo moverme cuando me mira de

esa manera, como si estuviera hambriento de mí. Sus ojos me están bebiendo.

—Por supuesto que estoy seguro.

—Pero Marc... nosotros dos... eres famoso. Enormemente famoso. Y esta

mujer en tu casa...

—Olvídate de eso. Te estás poniendo molesta por nada. Y desearía no ser

famoso, créeme. Cambiaría todo mañana mismo si pudiera.

—Pero eres un actor increíble. Y yo sólo soy... —Dejo que mis manos se abran.

—Eres simplemente hermosa y buena y abierta y embriagadora, y

exactamente lo que quiero —dice Marc, que me sostiene con su mirada—. ¿Soy yo

lo que quieres?

—Sabes que lo eres.

—Entonces somos perfectos el uno para el otro.

El tráfico se despeja, y Marc tira del coche fuera de la intersección. Nos lleva

a lo largo de la calle durante unos metros, y veo los toldos azules y dorados del Hotel

Carlo adelante.

Marc tira del coche a una parada, y un portero que lleva un sombrero de copa

de oro con adornos se apresura a abrir mi puerta.

Una bandera de la Unión cuelga de la puerta de entrada, y veo pensamientos

Page 34: Where The Ivy Grows 2

34

azules y la hiedra que crece en valles a lo largo de las escaleras del hotel.

—Hiedra —digo, sonriendo.

Veo la mandíbula de Marc ondular con diversión.

—Me encantaría decir que lo planté especialmente para ti, pero no pensé tan

lejos.

Salgo del coche, sintiéndome tremendamente auto consciente, y envuelvo mi

abrigo fuertemente a mí alrededor. Me gustaría que el abrigo recorriera todo el

camino hasta el suelo, de modo que el portero no pudiera ver mis jeans y mis

Converse.

Marc salta del coche, sale en torno a la acera y toma mi mano. Arroja las llaves

del coche al portero y me lleva por las escaleras hacia el hotel.

—No estés nerviosa —dice mientras mis dedos tiemblan contra los suyos—.

No lo estés. No hay nada para estar nerviosa aquí.

—Fácil para ti decirlo.

Empujamos a través de una puerta de cristal giratoria, que nos aplasta

estrechamente juntos, y luego nos deja salir en una luminosa recepción vista de crema

y oro.

Me detengo y miro, mis nervios y celos olvidados temporalmente. El

vestíbulo. Es tan hermoso. Casi no puedo absorber todo. Es como si toda la

habitación hubiera sido tallada y entonces pintada con trazos de oro y de mármol

crema. Hay puertas y espejos de vidrio, todo acentuado con oro, y una magnífica

alfombra roja se esparce por el suelo de color blanco brillante.

Un enorme jarrón de rosas blancas almidonadas se encuentra en el centro del

vestíbulo.

Marc va a zancadas a la recepción, y oigo chillar mis Converse sobre las

baldosas blancas mientras lo sigo.

Page 35: Where The Ivy Grows 2

35

Hay personas deambulando por el vestíbulo, y me sonrojo a medida que giran

para mirarnos. En realidad, están mirando a Marc. Caigo en el último momento.

Cuando me ven, sus expresiones me dicen que no están impresionados.

—Todo el mundo está mirando —le susurro, mi garganta sintiéndose tirante.

—¿No estás acostumbrada a la gente mirándote? —susurra Marc de vuelta,

inclinando hacia mí para que nuestras mejillas casi se toquen.

Niego con la cabeza.

—Entonces no eres muy observadora.

Page 36: Where The Ivy Grows 2

36

Capítulo 8

Traducido por Dark Juliet

Corregido por Keyla Hernández.

a mujer detrás del mostrador de recepción da a Marc una sonrisa

deslumbrante. Ella ni siquiera me mira. ¿Está siendo discreta, o no soy

digna de su atención?

—Señor Blackwell. Bienvenido de vuelta. ¿En qué puedo ayudarle?

—Buenos días, Caroline. ¿La suite King Charles, está libre?

—Sí, señor Blackwell. —La mujer asiente—. ¿He de tener a alguien que se la

muestre?

—Eso no será necesario. Pero llamaré con una lista de elementos que nos

gustaría que trajeran hasta la suite.

—Por supuesto. —La mujer asiente, teclea su teclado de computadora, a

continuación, pone en las manos de Marc una llave en un llavero pesado— Bueno.

Conoce el camino. —Ella le sonríe.

—Lo hago. Gracias. —Él le da una breve sonrisa, y ella lo mira, totalmente

brillante.

Marc me lleva al otro lado del vestíbulo, más allá de las rosas, y no puedo

dejar de decir:

—Wow —mientras las pasamos.

Las rosas son volantes, como una enagua, y perfectamente coloreadas. Es

como si alguien los hubiera sacado de seda blanca, y mis dedos pican por acariciarlas.

Un hombre en un traje gris con guantes blancos que deja caer sobre su hombro

me sonríe.

L

Page 37: Where The Ivy Grows 2

37

—Rosas blancas O'Hara —dice él—. Francesas. Aquí todo está basado en

estilo francés.

Le sonrío y me encuentro mirando alrededor de nuevo. En todas partes hay

algo que ver, querubines tallados en oro, delicada moldura y muebles antiguos.

—Es tan hermoso. Tienes que amar trabajar aquí.

—Lo hago.

Siento los ojos de Marc en mí y veo que está sonriendo.

—Me alegra que te guste —susurra, apretando mi mano.

Le doy una sonrisa nerviosa de vuelta.

—¿Quién no lo haría?

—Te sorprenderías.

—¿La suite de costumbre, Sr. Blackwell? —El hombre con traje gris le

pregunta.

Marc asiente.

Hay puertas dobles de cristal al lado del hombre, y abre una para nosotros.

—Permítame.

—Gracias. —Marc y yo decimos a la vez.

Entramos en un espacio largo, ancho, con sillones alrededor. Un hombre en

traje toca Unforgettable en un piano de cola, y oigo el susurro de los periódicos y el

tintineo de las tazas de té de porcelana china.

Las rosas olvidadas, me siento fuera de lugar otra vez, como una niña pequeña

husmeando en el armario de su madre. No soy lo suficientemente buena para este

lugar. Desde luego, no sin Marc. Agarro su mano con más fuerza y trato de ignorar

Page 38: Where The Ivy Grows 2

38

las miradas que estamos recibiendo.

—Por favor, no estés nerviosa, Sophia —dice Marc mientras caminamos por

el largo espacio—. Te sentirás como en casa pronto. Lo prometo.

—No estoy segura de eso —le digo—. Parece que conoces el lugar bastante

bien.

—Me solía alojar aquí cada vez que venía a Londres —dice Marc—. Antes de

que comprara mi casa. Me encanta la historia aquí. La mayoría de los muebles y las

alfombras son antiguas. Estaban aquí cuando el Carlo fue construido.

El aleteo en el estómago se suaviza un poco, y una sonrisa se cuela en mi cara.

—Me encanta que estés interesado en la historia.

—La historia nos da historias, y las historias nos dan películas. Estoy muy

interesado en la historia.

Caminamos, y Marc me lleva en torno a un pasillo, y luego a un ascensor.

—Wow de nuevo. —El interior del ascensor parece un estante de libros.

Extiendo la mano y rozó los lomos de los libros con mis dedos y parece que están

hechos de resina.

Marc empuja un botón y las puertas se cierran.

Toma mis dedos entre sus manos y besa las puntas.

—Así que curiosa.

Nos miramos el uno al otro, y de repente sus ojos me dicen lo mucho que me

quiere.

El ascensor comienza a subir, y mi estómago baja a mis pies. El ascensor esta

fresco y silencioso, y puedo escuchar la respiración de Marc. Él me mira así de nuevo.

Como si fuera un cazador, y yo su presa.

Page 39: Where The Ivy Grows 2

39

De repente, Marc levanta mis brazos por encima de mi cabeza, después

presiona mis manos contra la pared del ascensor.

Oh.

Está inclinado sobre mí, y siento su fuerza. Esto se está poniendo peligroso.

Marc se inclina y besa mi cuello, suave y lentamente, abriéndose paso

alrededor.

Esto se está poniendo realmente peligroso.

—Lo que no daría —susurra en mi piel— por tenerte atada aquí, esperando a

que te folle cada vez que el ascensor llegue a mi piso.

—¿Qué pasa con los otros huéspedes? —murmuro.

Sus manos se aprietan alrededor de mis dedos.

—Si los otros invitados llegaran a cualquier lugar cerca del ascensor, tendrían

que tratar conmigo.

Pasa sus dedos por mis brazos, y siento un silencioso 'oh' dar forma en mis

labios. Entonces sus dedos se deslizan hacia atrás hasta mis muñecas y los aprieta

fuertemente.

—Sophia, Sophia, Sophia. —Marc respira—. Te follaría ahora mismo en este

ascensor. Lo sabes, ¿no? ¿Sabes en lo que te has metido, no?

El ascensor sigue subiendo, pero puedo sentirlo desacelerando.

Siento la dureza de sus dedos contra mis muñecas. Empieza a apretar, soltar,

apretar, liberando a un ritmo lento, observándome, plenamente consciente de lo que

está haciendo. El efecto que un poquito de movimiento está teniendo en mí.

Miro hacia él, decidida a tener un efecto sobre él. Decidida a no derretirme

bajo su mirada y dejar que se haga cargo total de mí.

Page 40: Where The Ivy Grows 2

40

—No luches contra mí, señorita Rose. Este es el orden natural de las cosas.

Me hago cargo, y tú obedeces.

Él presiona su cuerpo contra el mío, todavía apretando y soltando.

—¿Qué pasa si no obedezco? —murmuro.

Siento su dureza contra mi cadera, y de repente mueve sus manos por lo que

sólo una me está sosteniendo. Su mano libre levanta mi muslo y tira en torno a él.

—Como sabes, tengo maneras de tratar con la desobediencia.

Me mira a los ojos con una fiereza que hace que mi estómago gire una y otra

vez.

Las puertas del ascensor se abren con un 'ping'.

Page 41: Where The Ivy Grows 2

41

Capítulo 9

Traducido por Dark Juliet

Corregido por Keyla Hernández.

e vuelvo en estado de shock, mirando si cualquier huésped está

viendo horrorizado. Pero no hay nadie.

Los ojos de Marc siguen fijos en mí, sus labios abiertos.

Puedo ver que está respirando con dificultad, tratando de mantener el control.

Estamos mirándonos el uno al otro, sin movernos, sin hablar, pero nuestros

cuerpos cuentan toda la historia. Estoy sufriendo por él, y sé que él está sufriendo por

mí también.

Marc rompe la mirada primero.

—Nuestro piso, señorita Rose. —Me libera, y dejo que mis brazos caigan a los

lados. Mis muñecas hormiguean en el buen sentido, y estoy desesperada porque Marc

me toque de nuevo.

¿Perdió el control en ese momento? Quiero decir, estábamos en un ascensor

público. Apenas el lugar más discreto, sobre todo porque ni siquiera hemos dado

nuestra rueda de prensa todavía.

—¿Marc... me hubieras tomado? ¿Justo en ese momento? ¿Si las puertas no se

hubieran abierto?

Marc levanta una ceja.

—Quieres decir, ¿si te habría follado?

Asiento, sonrojándome.

—Lo hubiera intentado.

M

Page 42: Where The Ivy Grows 2

42

—Me alegra que pueda tener ese efecto en ti. Que pueda hacer que te olvides

donde estamos.

—No me olvidé de donde estábamos —dice Marc—. Le pedí que nadie nos

acompañara a la suite. Eso significa privacidad. Sabía que no habría personal o

huéspedes en nuestro piso. Se trata de una suite privada.

Oh. Cierto. Me siento decepcionada.

Salimos del ascensor, y siento la suave alfombra bajo mis pies.

Recto hay una puerta blanca, y Marc toma la llave de su bolsillo y la desliza

en la cerradura.

—Después de ti. —Da un paso atrás para dejarme entrar en la habitación del

hotel. Excepto que no es una habitación. Es un pequeño apartamento. Una suite, ¿no

es como Marc la llamó?

Hay un pasillo, y mientras mis pies me guían hacia adelante, me encuentro

dormitorios y cuartos de baño y una cómoda sala de estar con chimenea y sofás.

No es tan elegante como la planta baja, pero aún así es preciosa. En calma.

Lujo habitable. Cálido y confortable, pero con toques de grandeza como pinturas al

óleo, cortinas deslizables y muebles antiguos.

Cuando veo la vista desde las ventanas sobre Green Park, estoy desorientada.

—Estamos mucho más arriba de lo que pensé —murmuro—. Supongo que

perdí la noción del tiempo en el ascensor. Es muy tranquilo aquí.

Aunque puedo ver los autobuses y taxis corriendo a lo largo de Piccadilly, no

puedo escuchar un sonido. Todo el espacio es totalmente quieto y pacífico. Veo dos

capas de vidrio en los marcos de las ventanas, y me doy cuenta por qué.

—¿Disfrutando la vista? —dice Marc, y me vuelvo para verlo detrás de mí.

Siento el calor de él contra mi cuello.

Page 43: Where The Ivy Grows 2

43

Un 'bleep bleep' me hace saltar, y Marc da un paso atrás y saca su teléfono del

bolsillo.

Típico de Marc. Sin tono de llamada personalizado.

Él asiente al teléfono en la oreja.

—Blackwell... Sí... ¿Tan pronto? Bien. No, pronto es bueno. —Deja caer el

teléfono en el bolsillo y se vuelve hacia mí—. Bueno, señorita Rose. ¿Es la suite de su

agrado?

Me encanta aquí, pero... esto no es mi mundo. No sé qué hacer aquí. Cómo

ser. Dónde sentarme, incluso.

—Es hermoso, pero... este hotel no es algo a lo que estoy acostumbrada. Me

podría tomar algún tiempo sentirme cómoda.

—El tiempo es lo que no tenemos. Ese era mi equipo de relaciones públicas.

Nuestro periodista ha llegado.

Page 44: Where The Ivy Grows 2

44

Capítulo 10

Traducido por Dark Juliet Corregido por Leluli

n periodista? ¿Ya?

Marc asiente.

—La entrevista se llevará a cabo aquí. En esta sala. —Hace un gesto a la sala

de estar, y echo un vistazo a la chimenea y antiguas sillas con cojines. Noto botellas

de agua mineral en una mesa redonda, de madera. Supongo que es un lugar tan

bueno como cualquier otro para tener una entrevista. No sé lo que me esperaba,

alguna sala de conferencias de prensa con una larga mesa y un montón de reporteros

empujándose y gritándome por un comentario.

Miro a Marc, preguntándome lo que está pensando. Sus ojos se han

ensombrecido, y se ve más suave y más lindo de lo habitual en su camiseta negra y

pantalones tipo cargo. Su pelo es tan flojo como siempre, y no está bien afeitado.

Sin embargo, esos labios curvados tienen un aspecto menos rojo de lo normal

y están apretados juntos mientras observa la habitación.

Siento su mano alrededor de la mía y de repente me siento muy pequeña y

joven.

—Sólo sé tú misma —dice Marc—. Y ella te amara.

—¿Ella?

—Invité a la periodista más amable que conozco. Arabella de la revista

Gossip. Le damos una exclusiva y, a cambio, mi equipo será capaz de revisar el

artículo antes de que vaya a la prensa.

—¿Revisar?

—¿U

Page 45: Where The Ivy Grows 2

45

—Asegurarse de que contiene todo lo que quieras que contenga. Y nada de lo

que no quisieras. No me podría importar menos lo que escriben sobre mí, pero sí me

importa lo que escriben sobre ti.

—Eso no suena muy... ético —digo—. ¿No se supone que los periodistas son

capaces de escribir lo que quieran?

Marc sonríe.

—Ah, Sophia. Tienes mucho que aprender.

—Pero yo quiero que sean honestos —le digo—. Quiero que escriban lo que

realmente piensan.

Marc niega con la cabeza.

—El trabajo de los periódicos es contar una buena historia. Si no decimos

nuestra historia, entonces la dirán por su cuenta. La honestidad no entra en ellos.

—Pero si ella es una buena persona, entonces ¿cuál es el problema? —

pregunto.

—Incluso los periodistas agradables tienen editores que quieren darle vida a

las historias. Esta es una medida de seguridad. Créeme, es una buena idea.

—No. —Mi voz suena más firme de lo esperado.

—¿No? —Marc levanta una ceja.

—Por favor, Marc. Quiero que escriba lo que quiera. Me sentiría mal si supiera

que tu equipo metió la mano en la historia final. Se siente... asqueroso.

Marc sonríe entonces, su gran, amplia sonrisa de Hollywood.

—¿Asqueroso? ¿Por qué señorita Rose, nunca me di cuenta que eras tan

elocuente?

Le devuelvo la sonrisa.

Page 46: Where The Ivy Grows 2

46

—Extremadamente elocuente.

Marc pone sus brazos alrededor de mí.

—Está bien —susurra en mi pelo—. Si te sientes tan fuerte sobre ello, voy a

hablar con mi equipo de relaciones públicas. A ver si podemos llegar a un punto

medio. Yo no puedo tenerte completamente desprotegida y a su merced. Pero... tal

vez podamos llegar a un acuerdo.

—Marc —le digo—. ¿Qué tipo de preguntas hará?

—Ella entiende que eres joven y no has formado parte de este mundo antes.

Pero... va a querer una historia. Va a presionar, no tengo ninguna duda sobre eso. No

te preocupes. Estaré ahí todo el tiempo. Voy a intervenir si tengo la sensación de que

estás incómoda.

—Gracias. —Dejo escapar un largo suspiro, sintiéndome un poco enferma.

Hasta ahora, Marc y yo hemos estado en un capullo. Una burbuja. Todo lo que

conocemos es el uno al otro, pero ahora estamos en el mundo real, tratando de

discutir a fondo una relación real. Y algo me dice que no será fácil.

Marc me tira hacia atrás para poder ver mi cara.

—Sabes, todavía no es demasiado tarde para echarse atrás de esto.

Niego.

—No. Te amo, Marc. Pensar en esta entrevista me hace más segura de eso que

nunca.

—¿No estabas segura antes? —la sonrisa de Marc se vuelve aún más peligrosa.

—Estaba segura. Pero esta entrevista me hace darme cuenta que no me

importa lo que la gente piensa de mí. Sólo me importa estar contigo.

Marc aprieta mis hombros.

—Espero no defraudarte, Sophia. Hay cosas sobre mí... mi vida...

Page 47: Where The Ivy Grows 2

47

Hay un golpe en la puerta.

—¿Estás lista para esto, Sophia?

—Más lista de lo que nunca estaré.

—Adelante —Marc ladra a la puerta, sin quitar sus manos de mis hombros o

sus ojos de los míos.

Se abre la puerta, y una mujer joven en un abrigo beige, con el pelo muy rizado

y rubio recogido en una cola de caballo, entra en la habitación.

Page 48: Where The Ivy Grows 2

48

Capítulo 11

Traducido por Dark Juliet Corregido por Leluli

h! Lo siento. ¿Es un mal momento? —Su voz es un

poco alta y tambaleante, como si estuviera haciendo

gárgaras o algo.

—No, en absoluto —dice Marc—. Estamos listos para ti.

La mujer sonríe, y el lápiz labial de color rosa se extiende al otro lado de su

cara, casi hasta las orejas. Ella parece amable, y me siento aliviada.

—Es bueno verte de nuevo, Marc. —La mujer sigue hacia adelante y le da la

mano. Entonces tiende su mano hacia mí—. Arabella Price, revista Gossip. Debes

ser Sophia. Encantada de conocerte. Esto debe ser muy angustiante para ti.

Asiento e intento sonreír. Me gusta su energía.

—¿Y bien? ¿Vamos a tomar asiento y empezar? —Arabella se quita el abrigo

y lanza su bolso negro a una silla. Lleva vaqueros, botas de montar y un suéter con

cuello en V de color rosa, y se hunde en la butaca como si estuviera en su sala de

estar.

Asiento y trago, dándome cuenta de que todavía llevo puesto mi abrigo. Me

lo quito, lo doblo y lo coloco en el alféizar de la ventana.

Marc me guía a un sofá, y nos sentamos frente Arabella.

Marc se siente sólido a mi lado. Calmante. Y se ve totalmente relajado. Estoy

tan orgullosa de él. Dejo que mis dedos se entrelacen en los suyos, y él los aprieta

firmemente.

Sonrío por dentro, y sé que él está sonriendo en el interior también.

—¡O

Page 49: Where The Ivy Grows 2

49

—Entonces. —Arabella tiene un iPad de su bolso—. ¿Cómo te sientes,

Sophia?

—Nerviosa —lo admito—. Hay un montón de chicas que quieren estar con

Marc. Tengo la sensación de que la gente va a odiarme. Especialmente teniendo en

cuenta la forma en que nos conocimos.

Arabella asintió.

—Háblame de eso.

Marc se inclina hacia adelante, pero no suelta mi mano.

—No puedo pretender que me gusta cómo son las cosas. Ojalá Sophia no me

hubiera conocido. No merece toda la basura que viene con ser parte de mi mundo.

La prensa sensacionalista y la basura que escriben. Pueden escribir lo que quiera de

mí. Nadie cree que soy un hombre decente, de todos modos. Pero odio la idea de que

su reputación sea arrastrada por la cuneta.

—Creo que eres un hombre decente —dice Arabella—. Das millones a la

caridad. Fundaste el Colegio Ivy para sacar adelante los jóvenes actores. Yo diría que

eres un hombre muy decente. —Sus ojos se lanzan a mí por un momento y luego

regresan a Marc—. Por supuesto, la gente va a cuestionar qué clase de hombre

comienza una relación con una estudiante.

—Ellos deberían —dice Marc—. Créeme, me he preguntado todas las

cuestiones que hay que preguntarse. Pero el resultado final es, amo a Sophia. Y esta

es su elección.

—¿Es su elección? —Arabella se anima con la cabeza hacia arriba. Me mira,

con la cabeza inclinada, expectante.

Asiento.

—Él nunca... quiero decir, todo era yo. Mis opciones. Quería estar con él.

Marc no quería nada de esto.

Page 50: Where The Ivy Grows 2

50

—Marc tiene una reputación —dice Arabella— de fuerte, del tipo controlador.

¿Qué tienes que decir al respecto?

No puedo evitar sonreír. Echo un vistazo a Marc, pero no puedo leer lo que

está pensando.

—Oh, él es fuerte y controla bien —digo—. Pero creo que es más suave de lo

que la gente piensa. —Trato de captar la mirada de Marc de nuevo, pero él mira lejos.

—¿Qué pensaste de Marc cuando se conocieron? —Arabella pregunta.

Vuelvo a pensar en esa primera audición.

—Era muy carismático —le digo—. Pude ver por qué era una gran estrella.

Pero... tal vez él parecía un poco arrogante, demasiado.

—¿Marc Blackwell? Arrogante. —Arabella está sonriendo ahora—. ¡Nunca!

Noto que Marc tiene una sonrisa tranquila en su rostro.

—Él no es arrogante, sin embargo —le digo—. Mandón, sí. Cree que sabe lo

que es mejor para todos. Pero no está pagado de sí mismo. No estoy segura de que

piense mucho en sí mismo en absoluto, en el fondo.

Marc se vuelve hacia mí, y nuestros ojos se encuentran. Ahí luce perdido de

nuevo. Esa confusión. Y sé que lo que acabo de decir es cierto. Debajo de ese helado,

frío exterior, hay mucho más de Marc Blackwell de lo que parece.

—Yo diría que tienes razón en el dinero.

¿Oh? Los celos levantan su fea cabeza. ¿Qué sabe ella de Marc?

—Así que dime —Arabella continúa—: ¿Cuándo te enamoraste de él?

—No puedo precisarlo con exactitud —le digo—. Sólo poco a poco, empecé

a ver más de él. Y por supuesto que tuve un flechazo, al igual que cualquier otra

estudiante. Nunca pensé en un millón de años que estaría interesado en mí. —Sonrío,

pensando en el momento en que me rescató de un lago—. Tal vez él se apiadó de mí.

Page 51: Where The Ivy Grows 2

51

—Nada podría estar más lejos de la verdad —dice Marc—. Créeme, Arabella.

Nada de esto fue planeado. Si hubiera sido cualquier otra que no fuera Sophia, me

habría ido del colegio, o simplemente... ignorado mis sentimientos.

Arabella le está observando de cerca.

—Vaya, vaya. Marc Blackwell, lo tienes mal, ¿verdad? —Ella le está tomando

el pelo.

—Tenerlo mal no se acerca a describirlo —Marc dice, su voz tranquila.

—Nunca te he visto de esta manera —dice Arabella, ladeando la cabeza—.

Sus ojos se ven todos blandos. —Se inclina hacia adelante—. Entonces, ¿qué es lo

que tiene nuestra encantadora Sophia que tiene al famoso cabeza fría de Marc

Blackwell sobre los talones?

—Estoy seguro de que no soy la única persona que ha caído loco por ella —

dice Marc—. Sophia es tan natural. Tan genuina. Una persona hermosa, por dentro

y por fuera. El mundo entero va a amarla, dada la oportunidad.

—Nunca te había oído hablar de nadie de esta manera —dice Arabella—. Y

debo decir, es bastante encantador. E inesperado.

—No te acostumbres —Marc suelta—. Estoy haciendo esta entrevista por

Sophia. Así que podemos dejar las cosas claras, y espero que al menos, algunos de

los bastardos la dejen en paz. —Él salta del sofá—. Getty estaba a las puertas de la

universidad esta mañana.

Arabella se lleva una mano a la boca. Me mira.

—Oh no.

Page 52: Where The Ivy Grows 2

52

Capítulo 12

Traducido por Dark Juliet Corregido por Leluli

ué? —pregunto.

—Es peligroso —dicen Marc—. Todo el

mundo en la industria sabe los tramos que Giles

Getty recorrerá para conseguir una historia. No se detendrá ante nada. Él contrata a

actores para atrapar a la gente. Altera imágenes. El hombre es un criminal. Pero

mientras venda periódicos, nadie lo detiene. —Me mira—. Y hay más. En cuanto a

mujeres se refiere. Lo conozco desde hace mucho tiempo.

—No todos somos como Giles Getty —dice Arabella, con los ojos poniéndose

llorosos y nerviosa—. Algunos somos decentes. Algunos simplemente queremos

decir la verdad.

—Eso es lo que me gustaría que hicieras —le digo—. Quiero que cuentes

nuestra historia cómo la veas.

—¿La verdad? —Arabella sonríe—. Bueno, es una palabra que no se oye muy

a menudo en este negocio. Estaría encantada de escribir la verdad sobre ti. Quiero

saber más acerca de cómo se conocieron. ¿Supongo que... en la escuela?

—En realidad, fue en la audición de Sophia —dice Marc.

—No me digas —dice Arabella, poniendo su palma debajo de la barbilla.

—Cuando vi a Sophia actuar, había algo en ella que sólo... brilló.

—Ella es una chica hermosa —dice Arabella.

—Hay un montón de chicas guapas —dice Marc—. Sobre todo en los cursos

de arte dramático. No tenía que ver con cómo se veía. Era... algo más.

—¿Q

Page 53: Where The Ivy Grows 2

53

—¿Amor a primera vista? —Arabella levanta una ceja.

—Tal vez. Ella era... algo más.

—¿Crees que sería un problema? —pregunta Arabella.

—La única cosa que me permití pensar en ese momento fue en su talento. Lo

que el Colegio Ivy podía hacer por ella. Pero, como estoy aprendiendo, nada

concerniente a Sophia es sencillo.

Arabella se vuelve hacia mí.

—¿Y qué tal tú, Sophia? ¿Te atrajo Marc en ese primer encuentro?

¿Arrogancia aparte? —Sus ojos se arrugan.

Sonrío y miro mi regazo. Atraída no es ni siquiera la palabra. Me sentí

completamente derretida por él.

—Estaba... cautivada por él —lo admito—. Como la mayoría de las mujeres,

supongo. Por su intensidad.

—Sí, él es muy intenso, ¿no? —Arabella ríe.

La miro, tratando de averiguar si alguna vez hubo una relación entre ellos. Me

odio por sentirse de esta manera. Por estos estúpidos celos.

—Sí —lo admito—. Es un actor increíble. No tenía idea de lo que vio en mí

al principio. Todavía no lo sé.

—He mencionado antes que nuestro Marc tiene una reputación —dice

Arabella—. De ser algo fanático del control. De que le gusta a su manera. ¿Se sale

con la suya contigo?

Guau. Ella realmente tira a matar.

—A él le gusta estar a cargo —admito con una sonrisa—. Pero todo lo que

hace viene desde el mejor lugar. Sinceramente, creo eso.

Page 54: Where The Ivy Grows 2

54

—Pareces una chica buena y normal —dice Arabella—. ¿No te molesta?

¿Estar con un hombre tan poderoso? ¿Alguien tan dominante?

—Supongo que espero que lleguemos a un punto medio —le digo.

—¿Y si no lo hace? Conozco a Marc desde hace mucho tiempo. ¿Y si todo

tiene que ser en sus términos?

Siento que todo el aire ha sido succionado fuera de mí.

—Supongo que cruzaremos ese puente cuando lleguemos a él.

Los ojos de Arabella se arrugan, y veo la compasión en ellos. ¿Sabe algo que

yo no sepa? ¿Y si tiene razón? ¿Qué pasa si, a pesar de que Marc se entregue un poco

en el dormitorio, siempre tiene que estar a cargo?

—Y cuando se encontraron de nuevo en el campus —Arabella pregunta—:

¿qué pasó?

Marc vuelve.

—Arabella. Recuerda lo joven que Sophia es. Tenemos que pensar en su

reputación. Lo que la gente piense de ella. Podría ser mejor si no llevas a los lectores

a ese territorio.

Arabella hace una nota en su iPad, y no puedo averiguar si está molesta o no.

Un segundo después, su cabeza se eleva y ella está sonriendo.

—Bueno, entonces. Si deseas mantenerlo ligero, supongo que todos hemos

terminado con las palabras. El estudio de fotografía estará listo para esta tarde.

—Estaremos allí. —Marc camina hacia la puerta y la abre—. Gracias,

Arabella. Espero que entiendas mis razones para no querer entrar en detalles.

Arabella asiente.

—Lo hago. —Coge su abrigo y se dirige a la puerta—. Encantada de

conocerte, Sophia.

Page 55: Where The Ivy Grows 2

55

—Lo mismo digo —le digo después de ella. Me siento mal. No había

necesidad de que Marc la castigara de esa manera.

Marc cierra la puerta y llega a mí en dos zancadas.

—Sé lo que estás pensando.

—¿Qué estoy pensando?

—Que fui demasiado firme.

Frunzo el ceño.

—Sí. Eso es exactamente lo que estaba pensando. Ella era agradable, Marc.

No necesitabas cortarla de esa manera.

—Sí. Lo es. Pero... la gente incluso agradable puede tener su propia agenda.

—¿Sabes algo sobre ella que yo no? —Ugh. ¿Por qué dije eso? Puedo escuchar

los pegajosos, celos oscuros en las palabras, y sé que Marc lo oye también.

Marc se encuentra en frente de mí, con las manos en las caderas.

—¿Qué significa eso? —las palabras son severas, pero hay un atisbo de sonrisa

en sus labios.

—Significan... Sólo me preguntaba que tan bien se conocen, eso es todo.

—No la he follado, si eso es lo que estás preguntando.

Oh. Estoy tan aliviada.

—No lo era.

—Lo era. —La sonrisa de Marc crece.

No puedo evitar sonreír de vuelta y sentir mis labios deslizándose sobre los

dientes.

Page 56: Where The Ivy Grows 2

56

—Bueno, lo era. Pero, ¿puedes culparme? Ella parecía saber mucho acerca de

ti.

—Ella no sabe nada. No más que cualquier otro periodista. —Marc mira su

reloj—. Tengo que hacer una llamada de teléfono en la otra habitación. Cuando

vuelva, quiero que estés completamente desnuda. Quiero terminar lo que empecé en

el ascensor. —Con eso, sale a grandes zancadas de la sala de estar a una habitación

vecina y cierra de golpe la puerta.

Mi corazón sigue quejándose después de la entrevista. Confiar en que Marc

pueda estar tan tranquilo y sereno que puede cambiar de opinión tan fácilmente.

Estoy un poco tentada a escuchar su conversación telefónica. ¿Qué es tan

importante que tiene que marcharse así? Pero no... Estaría mortificada si me atrapa,

y estamos construyendo una relación. No andar merodeando.

Miro mi ropa, preguntándome qué haría si entra y yo todavía estuviera

completamente vestida. ¿Estaría enojado? ¿Molesto? O...

¿Va a dejar de quererme si no dejo que se quede a cargo?

Las palabras saltan en mi cabeza, de forma espontánea, y no me gustan. No

me gusta en absoluto.

Page 57: Where The Ivy Grows 2

57

Capítulo 13

Traducido por Lore

Corregido por francatemartu

igo el bajo murmullo de Marc por la puerta, y luego un grito:

—¿Cuándo?

Me esfuerzo por escuchar, pero no hay nada más claro.

¿Cuándo qué?

La puerta de la habitación se abre haciendo clic, y Marc da zancadas de vuelta

a la sala de estar. Él me mira, ve que todavía tengo la ropa puesta, y luego camina de

un lado a otro.

Dios, es precioso. Quiero decir, sólo fascinantemente precioso. Si yo no

estuviera sentada, creo que mis rodillas cederían.

—Estás vestida —señala en voz baja.

—Sí.

Hay un sonido de campanadas desde el pasillo, y Marc vacila. Entonces él da

grandes zancadas por el pasillo y abre la puerta de la suite.

Parpadeo, sorprendida por lo que está de pie detrás de él.

Allí, en la puerta, está un botones tambaleándose bajo un enorme jarrón de

rosas blancas. Pero no son sólo las rosas blancas. Son las mismas rosas blancas que

vi en la recepción, aquellas con volantes verdes con tallos gruesos, completas con el

mismo jarrón de vidrio.

—Llegas una hora más temprano —dice Marc haciendo pasar al botones en

la sala de estar—. Pero bienvenido, no obstante. Póngalos en la repisa de la chimenea.

O

Page 58: Where The Ivy Grows 2

58

Gracias.

El botones coloca las rosas sobre la chimenea, organizándolas por lo que se

abren en abanico hacia la habitación.

—Marc, estas son... son tan hermosas —yo respiro.

Marc desliza un billete diez libras en la mano del botones, y el botones le da

una pequeña reverencia y se dirige a la puerta.

Me quedo mirando las flores blancas y perfectas, oliendo su fragancia

hermosa.

—¿Por qué han traído esto? —le pregunto.

—Son para ti —dice Marc—. Pensé que apreciarías un poco la naturaleza en

el lugar.

Pongo una mano en mi boca, sintiendo una sonrisa que se extiende de oreja a

oreja.

—¿Para mí? —Sofoco una risita asombrada—. Son como los que hay en la

recepción.

—Estas son las de la recepción.

—¿Me estás tomando el pelo? ¿Cómo lo hiciste...?

—He estado viniendo a este hotel por un largo tiempo. ¿Te gustan?

—Yo las amo. ¿Es que no te das cuenta? —A veces, me siento tan feliz, me

siento como si mi sonrisa fuera a rasgar mi cara por la mitad, y así es como estoy

sonriendo ahora.

Pongo mis brazos alrededor de él.

—Gracias —digo plantando beso tras beso en su mejilla—. No puedo creer

que hayas hecho eso por mí. Es tan considerado. Me siento muy especial.

Page 59: Where The Ivy Grows 2

59

—Me encanta que cosas tan simples te hagan feliz —dice Marc.

—¿Cosas simples? —le digo—. Un jarrón gigante de rosas de la recepción del

Carlo Hotel difícilmente es algo simple. —Acaricio los pétalos suaves—. Nunca

nadie me regalo flores antes.

—¿Nunca nadie te compró flores? —Marc pregunta.

—Mi papá me compraba narcisos a veces, pero no creo que eso cuente.

—¿Ninguno de tus novios nunca te compró flores?

—Nunca.

—Eran idiotas.

—Oh... no, no lo eran. Solo jóvenes, eso es todo. No le compras flores a las

personas cuando eres joven.

—¿Está llamándome viejo, señorita Rose?

—Sí, señor Blackwell. Usted es muy viejo. ¿Nadie le ha dicho eso?

—Curiosamente, no. —Marc mueve un mechón de pelo de mi ojo—. Me

alegro de que te gusten las flores.

—No me gustan. Yo las amo.

—¿Es eso cierto?

Asiento.

Él me mira directamente a los ojos.

—Voy a pasar por alto el hecho de que no te has desnudado y te llevaré a la

habitación de todos modos. Pero quiero que te mantengas totalmente inmóvil. ¿Lo

has entendido?

—¿Vas a... quieres que me quede quieta? —pregunto.

Page 60: Where The Ivy Grows 2

60

Él asiente, bruscamente.

—Y en silencio.

—¿Qué? ¿Por qué?

—Para aumentar tu placer. Y el mío.

Me levanta en sus brazos tan rápidamente que la parte inferior de mi estómago

se siente caer, luego me lleva a un dormitorio y me deja sobre un crujiente edredón

blanco. Soy consciente de un dosel de tela suave de flores envuelto encima de la

cabecera. Pero sobre todo, lo único que veo es Marc.

Se quita su camiseta y la cuelga sobre el brazo de una silla antigua. Mientras

se pasea alrededor de la cama, con facilidad, poco a poco, él me mira.

Él no está actuando. Esto no es un acto. Esto es real, honesto a la bondad de

Marc Blackwell, y ¡oh Dios mío que es caliente!

Él viene a los pies de la cama y toma mi pie en su mano.

Siento sus dedos largos y fuertes a través de la tela de mi zapato y veo su pecho

tonificado subiendo y bajando. Las cicatrices en los nudillos son muy blancas en estos

momentos cuando sus dedos trabajan en mis pies.

Él tira de los cordones de los zapatos, entonces desliza el pie cuidadosamente

de mis Converse. Deja caer el zapato en el suelo, saca el otro zapato, cada

movimiento suave y cuidadoso, pero controlado.

Con los zapatos fuera, toma mis tobillos y me jala lentamente hacia abajo de

la cama. Me deslizo por el edredón mirándolo, preguntándome si voy a tratar de

permanecer quieta o no.

Hábilmente, con una mano, Marc deshace el botón de metal en mis

pantalones vaqueros, a continuación, desliza la cremallera hacia abajo con toda su

palma presionada contra mí. Me muevo un poco.

Page 61: Where The Ivy Grows 2

61

—No te muevas —dice. Su tono es suave, pero firme. Él está definitivamente

muy a cargo ahora mismo, no importa lo suave y lento que este siendo.

—No puedo evitarlo —murmuro.

—Y guarda silencio. —Toma las botamangas de mis jeans y tira con fuerza

por lo que el vaquero se dispara sobre mis muslos, quemando un poco mientras él

rasga el tejido de mis piernas. Entonces tira los pantalones vaqueros al suelo.

Page 62: Where The Ivy Grows 2

62

Capítulo 14

Traducido por Lore Corregido por francatemartu

h.

Con dos movimientos de sus muñecas, Marc tira de mis

calcetines. Se pone de pie de nuevo, mis calcetines colgando de sus

dedos, y mira mis pies.

Me estremezco un poco. Nunca he sido un gran fan de mis pies, son muy

pálidos y delgados, y tengo los pies muy largos. Todavía están con muy buena

pedicura, gracias a Dios, después de nuestro viaje a la isla de Marc, pero sé que habrá

trozos de algodón negro pegados entre mis dedos de los pies.

—Marc…

—No hables.

—Yo no estuve de acuerdo con eso.

Marc levanta una ceja.

—¿Rebelándose, Srta Rose?

—No, sólo estoy... tratando de tener una relación normal contigo.

—¿Y qué es normal, exactamente?

—Supongo que, igualdad de condiciones.

Marc coge el pie y corre el pulgar hacia atrás y adelante a lo largo del arco.

Oh, eso se siente bien. ¿Por qué se siente tan bien? Está enviando pequeñas

descargas por mis piernas.

—¿Y no crees que somos iguales?

O

Page 63: Where The Ivy Grows 2

63

—¿Y tú sí?

Marc pone el pie suavemente en la cama. Él me examina por un momento,

mirando arriba y abajo de mi cuerpo.

—Ser iguales no significa ser lo mismo.

Su mano cae a mi muslo, y sus dedos se abren camino poco a poco, por mi

pierna. El tacto es tan ligero que me está volviendo loca. Yo me tenso por la

expectación.

—¿Qué significa?

—En este momento, estamos jugando diferentes roles.

Sus dedos alcanzan mis bragas, y él corre el pulgar alrededor del elástico

tirando de las bragas como si estuviera probando el ajuste.

—¿Diferentes roles?

Marc tira de las bragas hacia abajo con el pulgar, poco a poco, por lo que el

algodón acaricia mis caderas. Me da un pequeño estremecimiento.

—Diferentes roles —dice otra vez, y se siente como si las palabras me

estuvieran acariciando también—. Yo estoy a cargo y tú haces lo que te digo.

Coloca ambas manos firmemente sobre mis muslos, y en un movimiento

rápido, me da la vuelta, así que estoy acostada en mi estómago.

—¡Oh! —Un choque poderoso se clava entre mis piernas.

—Y tu cuerpo me dice que te gustan las cosas de esta manera.

—Pero no siempre se puede tener el control —le digo, deseando que sonara

más fuerte—. O nunca vamos a tener una relación real. Tienes que dejarte ir.

—Pensé que ya lo había hecho. —Marc me jala hacia él para que mis piernas

queden a cada lado de sus caderas. Puedo sentir la hebilla de su cinturón y el material

Page 64: Where The Ivy Grows 2

64

rígido de sus pantalones en la parte superior de mis muslos—. Me he dejado ir

contigo más que con cualquier otra persona.

Me desabrocha el sujetador, y libero mis brazos de las correas.

Oh, Dios mío, yo sé lo que viene. Y lo quiero tanto. Pero sé que si vamos por

este camino, voy a alejarme de lo que realmente quiero.

—¿Marc? Por favor... ¿podemos hablar de esto?

—Necesito estar a cargo en este momento —Marc susurra, su voz casi un

gruñido—. Y tú también lo necesitas.

Sus manos llegan a cada lado de mis muslos, y las frota hacia arriba y abajo,

arriba y abajo, dejando que sus manos se deslicen sobre mi trasero cuando sube. Su

tacto es firme. Duro. Él no toma prisioneros, y estoy empujada en la cama con cada

caricia.

Mi cuerpo me dice que esto se siente tan bien, pero mi cabeza está gritando:

¡Alto, alto!

Las caricias disminuyen, y escucho buscando el tintineo de la hebilla del

cinturón de Marc, o la extracción de un paquete de condones. Pero no escucho nada.

Habla con él ahora, Sophia. Dile que quieres que él se pierda en ti. Que sea

vulnerable. Dile antes de que te pierdas en el momento.

Marc empuja mis piernas más separadas, y siento las cerdas suaves de sus

mejillas contra mis muslos internos. Él saca mis bragas a un lado.

¡Oh, no! No, no, no. Él no puede hacerme esto a mí, no es justo. Quiero gritar,

¡Espera, detente!, Pero ya es demasiado tarde. Él me tiene exactamente donde quiere,

y no hay escapatoria.

Page 65: Where The Ivy Grows 2

65

Capítulo 15

Traducido por Lore

Corregido por francatemartu

u lengua empieza dando vueltas en donde habría entrado en mí,

empujando dentro y fuera, y se siente tan bien.

Dejo escapar un suspiro largo, arrastrada por la suavidad y la

intimidad de lo que está haciendo. Su lengua se siente suave. Amorosa. Todas las

cosas que estoy buscando en este momento. Y luego, por supuesto, está el calor que

se acumula.

Tal vez podamos hablar más tarde.

Él trabaja su camino hacia abajo, hasta que está en donde soy más sensible.

El lugar donde siento todas las descargas eléctricas y el calor suave y olas de placer.

Algo acerca de la suavidad de su lengua me hace sentir el fuego, y no puedo

dejar de retorcerme y gemir y agarrar las sábanas.

—Oh. Oh. Eso se siente taaan bueno.

De repente, su lengua detiene el movimiento y el calor de él se sustituye por

aire fresco.

—Te dije que no te muevas. Y que guardes silencio. ¿Tengo que atarte a la

cama? — Él vuelve mis bragas a su posición.

¡Ouch!

—Marc…

—No te muevas

Ahora es mi oportunidad.

S

Page 66: Where The Ivy Grows 2

66

Me doy la vuelta a mí misma de una y lo veo de rodillas a los pies de la cama.

Él todavía lleva los pantalones cargos, pero una mirada a su entrepierna me dice que

él está caliente como lo estoy, y a punto de explotar también.

—Sophia, te dije que no te muevas. —Su tono es ligero. Curioso. Y está con

el ceño fruncido típico de Marc Blackwell, con una ceja un poco levantada.

Gateo sobre la cama hacia él y me subo sobre sus rodillas, las piernas a cada

lado de él.

—Eso es un largo camino desde mantenerte quieta —dice Marc, su voz suave

ahora.

Lo beso, los labios hinchados por el calor de nosotros. Los labios de Marc son

de color rojo también, y cuando yo presiono los míos contra los de él, sus ojos se

cierran y su frente tiene espasmos de confusión.

Envuelve sus fuertes brazos alrededor de mí y me tira contra su pecho

desnudo.

—Un muy, muy largo camino. Habrá consecuencias.

No puedo dilucidar si él está tomándome el pelo o no, pero no me detengo a

pensar en ello. A medida que nuestras lenguas se sienten uno al otro, sufro porque él

esté dentro de mí.

Llego a la hebilla de su cinturón, pero Marc agarra mi mano, con suavidad,

pero con firmeza.

Él se aleja de mi boca.

—No —dice—. Tengo que ser el que termine esto.

Él me recoge y me deja en la cama de nuevo.

—Marc…

—Hoy, tengo que mantener el control.

Page 67: Where The Ivy Grows 2

67

Levanto la vista hacia él, y sus ojos me dicen todo lo que necesito saber. Él

tiene que estar en control en este momento. Tal vez no mañana, o para siempre. Pero

en este momento, lo necesita como un drogadicto necesita una dosis.

¿Por qué? ¿Tiene algo que ver con Giles Getty?

Observo mientras su respiración se hace más larga y más lenta, y sus ojos se

vuelven más centrados y fuertes con cada respiración. Él se libera de su pantalón y

saca un condón del bolsillo, desgarrando el paquete, y luego lo extiende por encima

y hacia abajo, hasta que se hincha contra el plástico.

Se inclina sobre mí, con las manos a ambos lados de mis hombros. Sus brazos

son largos y rectos, apoyando todo su peso, y su pecho se tensa.

Nuestros ojos se encuentran, y estoy perdida.

Él mueve sus manos sobre mis rodillas y las separa. No lentamente, no con

suavidad. Está atrapado a su presa, y él va a matar. Él hace a un lado mis bragas y...

Oh.

A medida que se sumerge, jadeo. Su ritmo es implacable, atrás y adelante atrás

y adelante, no me da ninguna tregua, un momento para pensar.

Él me mira fijamente, serio, con esos ojos que han vivido mil vidas diferentes

y ha visto cosas que la mayoría de la gente nunca verán.

Más duro, más duro se mueve hasta que me vuelvo más suave debajo de él.

Lo estoy perdiendo. La habitación está desapareciendo a blanco, y yo estoy en un

mundo caliente y rojo de placer.

Él es un ajuste tan apretado que cada golpe rápido envía chispas a través de

todo mi cuerpo. Quiero gritar. Decirle que vaya más despacio. Pero no tengo ninguna

oportunidad. Está decidido, y sólo hay una forma en que esta historia va a terminar.

Yendo más y más profundo, me sostiene contra su pecho y sus brazos de acero

se envuelven alrededor de mí, me sostiene muy apretado, para que yo sepa que no

Page 68: Where The Ivy Grows 2

68

hay escape.

—Marc. Marc. Oh Marc —le gritó cuando el ardor se vuelve quemazón y soy

arrastrada por el placer.

En respuesta, él empuja tan profundamente dentro de mí que mi mundo se

vuelve borroso. Todo se siente tan fuerte y bueno, y no puedo mantenerlo más. En

cualquier momento, voy a correrme.

De repente, Marc se aleja.

—Espera —dice.

—¿Espera? —lo estoy agarrando, desesperada, tratando de mantenerlo dentro

de mí.

—Quédate exactamente dónde estás.

Marc sale de mí, se viste y sale de la habitación.

—¡Marc!

Page 69: Where The Ivy Grows 2

69

Capítulo 16

Traducido por Lore

Corregido por francatemartu

l tiempo pasa.

Así como me estoy poniendo muy impaciente, Marc vuelve con

un par de esposas de plata colgando de sus dedos. Lucen bastante

pesadas, y me pregunto por un momento fugaz si son las esposas de un policía real.

Trago.

—¿De dónde las sacaste? —pregunto.

—El auto. —Marc se encuentra a los pies de la cama mirándome todavía,

obviamente, tratando de mantener bajo control su respiración. Dios, es tan guapo.

Pero mi corazón da un vuelco al poner los ojos en las esposas. Siento la familiar

agitación de las emociones Marc Blackwell: el miedo, la excitación, la confusión y la

lujuria, todo mezclado en un paquete atractivo.

—Yo te voy a esposar al radiador y follarte hasta que no puedas ver.

Oh. Mi cuerpo se estremece ante esas palabras.

Me siento en la cama.

—Marc…

—Fuera de la cama.

Estamos de vuelta de nuevo, Marc haciéndose cargo. Marc dominándome. Mi

mente está en crisis, pero mi cuerpo sabe exactamente lo que quiere. Me ha

traicionado, y mis piernas giran fuera de la cama. Yo lo quiero. Tanto. De cualquier

manera que elija.

Marc me levanta y me lleva hacia la ventana. Hay un radiador robusto de

E

Page 70: Where The Ivy Grows 2

70

metal debajo de ella, pasado de moda, como el que solía tener en mi escuela.

Él me acuesta en el suelo, y siento el calor del radiador en contra de mi cuero

cabelludo y la suave alfombra bajo mi espalda.

Marc presiona sus palmas contra mis piernas, y tiemblo. No hay que

desafiarlo ahora, y los dos lo sabemos. Estoy atada al paseo de Marc Blackwell, y lo

único que puedo hacer es mantenerme agarrada.

Él me mira con tanta fuerza que no soy capaz de alejarme de sus ojos. Veo el

hambre en ellos, pero él está luchando contra sus impulsos, obligándose a reducir la

velocidad. Eso es lo que las esposas están a punto de hacer, me doy cuenta. Lo están

ayudando a mantenerse en control. Lo cual es algo que me parece que he perdido la

capacidad de hacer.

Me levanto hacia él, pero los fuertes dedos de Marc se apoderan de mis

costillas y me acuesta.

Marc lleva las esposas, y los eslabones de metal pesado tintineando juntos.

Trago saliva con fuerza.

—Estoy seguro de que recuerdas lo agradable que puede ser estar atada.

Trago, sintiendo que en mi cabello crece la estática contra la alfombra.

—No lo he olvidado.

Marc agarra mi mano. Él golpea las esposas contra mi muñeca, y siento el

metal encerrándolas. Hay un sonido de clic cuando Marc aprieta el puño fuertemente

cerrado.

Lo observo admirar mis muñecas por un momento. Luego lleva la otra esposa

alrededor de la tubería que conecta el radiador al piso. Tomando mi muñeca libre,

ajusta las esposas.

Ahora estoy totalmente en su poder.

Page 71: Where The Ivy Grows 2

71

Mis brazos están por encima de mi cabeza, sujetos por los puños y me

mantiene ajustada al radiador. Muevo mis manos y oigo el estruendo de metal contra

metal. Realmente estoy esposada. Si me muevo demasiado, voy a quemarme las

manos en el tubo del radiador.

Habiéndome amarrado, Marc se pone de pie y camina de un lado a otro. Él

tiene esa poderosa mirada en sus ojos, esa mirada de cazador, pero puedo ver que

también por su agitado pecho que está luchando para mantenerlo todo unido.

Mis pechos se mueven hacia arriba y hacia abajo en contra de mi caja torácica.

Me quedo allí, desnuda y deseándolo, pero no puedo hacer nada sin que él lo diga.

—Espera ahí. —Marc se dirige a la puerta.

—¿Esperar? —¿Estás bromeando Muevo los puños y soy recompensada con

una quemadura del radiador junto mis dedos—. ¡Ay!

Marc levanta una ceja.

—Haz lo que te digo y no saldrás lastimada. —Desaparece por la puerta.

Oh, estoy tan frustrada ahora. Esto es demasiado. Esta bromeando, y llevando

las cosas demasiado lejos. Trato de frenar mi respiración. Para aún la emoción da

carreras en mi sangre caliente en todo mi cuerpo. Pero es demasiado. Lo deseo, lo

deseo, lo deseo.

Los minutos pasan y mi cuerpo va en un frenesí. Sabiendo que está cerca, pero

no es capaz de contar con él, me está volviendo salvaje. Demasiado salvaje.

Me agacho y tiro contra las esposas en un desesperado intento de liberarme,

pero todo lo que consigo hacer es quemarme las manos.

Justo cuando pienso que no puedo soportarlo más, la alta y ancha silueta de

Marc aparece en la puerta.

—¿Estás tratando de torturarme? —grito.

Page 72: Where The Ivy Grows 2

72

—Un poco. Pero en el buen sentido.

—¿En el buen sentido?

—Tu orgasmo me dará las gracias por ello.

—¿A dónde fuiste?

—A la joyería del hotel. Tenía que comprar algo para ti.

Page 73: Where The Ivy Grows 2

73

Capítulo 17

Traducido por Lore

Corregido por francatemartu

a mano izquierda de Marc se cierra alrededor de una caja de terciopelo

negro, y yo la miro con recelo.

—¿Qué tienes? —pregunto.

—Algo para prolongar la tortura. O el placer. Depende de cómo quieras verlo.

—Oh, Marc. Por favor. No más. No puedo soportarlo.

—Desde donde estoy parado, no tienes un montón de opciones.

Lo fulminó con la mirada.

—Tú me dejarías ir si te pidiera, y los dos lo sabemos.

—¿Es eso lo que quieres?

Yo lucho contra las esposas.

—Quizás.

—Bueno, date prisa y toma tu decisión, Srta. Rose. No tengo todo el día. Es

de esta manera o de ninguna manera. ¿Quieres que te libere o no?

Rompo su mirada, mis ojos cayendo a mis pechos jadeantes.

—No.

—Eso pensé.

—Entonces, ¿qué hay en la caja?

—Algo para hacer las cosas aún más insoportables para ti. —Él me da su

L

Page 74: Where The Ivy Grows 2

74

sonrisa pícara y abre la caja.

Veo un largo collar de perlas en el satén rosado.

Marc se arrodilla entre mis piernas y desliza las perlas en mi ropa interior.

Luego pone la palma de la mano contra ellos y mueve las perlas alrededor y

alrededor.

—Oh —me quejo ya que las perlas se frotan contra mí—. Eso se siente bien.

Se siente tan bien.

Lo miro, mis ojos hambrientos. Él está todavía completamente vestido, de

rodillas entre mis muslos, pero veo la dureza en sus pantalones.

—Sin embargo — Marc gruñe, y tengo la sensación de esto se está llevando

todo su autocontrol también. Él pone su palma contra mi ropa interior, empujando

las perlas con más fuerza contra mí. Siento la calma al frotar la superficie con vueltas

y vueltas.

—Oh. Oh Dios, oh Dios.

De repente, Marc estira mis bragas.

Las perlas caen abajo hacia mis nalgas.

Marc tira de mi ropa interior, entonces levanta mis muslos hacia mi pecho así

que me siento una brisa fresca alrededor de mi trasero.

Él descansa mis piernas sobre sus hombros, y luego desliza las perlas entre

mis nalgas y derecho hacia arriba, arriba, poniéndolas de a una a la vez en mi

trasero... ¡oh!

Casi salto del suelo, y mis ojos se volvieron locos y grandes. Es una sensación

tan extraña, tenerlas ahí, y no estoy segura de que me gusta en un principio. Siento

un par de perlas colgando libremente, dando vueltas entre mis nalgas.

—Relájate. —Marc deja que su palma vague alrededor de mi espalda,

Page 75: Where The Ivy Grows 2

75

entonces agarra mis caderas firmemente con ambas manos y mueve su entrepierna

para encontrarse con la mía—. Lo disfrutarás pronto. Te lo prometo.

Las perlas se mueven cuando Marc me mueve, y están empezando a sentirse

realmente bien.

Me retuerzo contra la alfombra, pero eso sólo hace que la sensación sea más

intensa. Mis piernas están aún por encima de sus hombros, y agarra mis muslos

apretados, así que no puedo moverme demasiado.

Luego deja caer una mano en su pantalón y se libera a sí mismo, una larga

vara dura apuntando directamente hacia mí.

Por un momento, sinceramente, no creo que pueda tenerlo dentro de mí. No

con las perlas moviéndose. Pero cuando él se coloca entre mis piernas, me doy cuenta

de que estoy tan, tan lista que es apenas tiene que presionar para que se deslice dentro.

Cuando está todo el camino dentro, me siento tan llena y tan bien que casi no

puedo respirar. Está teniendo problemas para contenerse también. Nunca he visto su

mandíbula cerrada y tan apretada o sus ojos tan intensos y centrados en los míos.

Nuestros ojos se sostienen el uno al otro, ya que ambos tratamos de respirar

con cuidado. Despacio. Pero es difícil. Yo sé que va a pasar en un momento, y la

espera es una agonía deliciosa, cada vez más difícil.

La mirada de Marc cae a mis pechos, y él arrastra el dorso de la mano sobre

ellos, y hasta mi estómago. Luego se desliza una mano alrededor de mi cintura y me

sostiene firme.

—¿Lista? —respira, sus ojos subiendo hasta mi cara.

Asiento y trago.

—¿Te es posible ver bien? —Él me da esa sonrisa peculiar que me derrite.

—Apenas.

Page 76: Where The Ivy Grows 2

76

—Disfrútalo mientras dure.

Él mueve sus caderas en círculo, tocando partes de mí que nunca se han

tocado antes.

Page 77: Where The Ivy Grows 2

77

Capítulo 18

Traducido por Lore

Corregido por francatemartu

h Dios, oh Dios — me quejo.

Con las perlas moviéndose demasiado, se siente

como si todo mi cuerpo estuviera lleno de placer.

—Oh. Oh —lloriqueo, cerrando los ojos y dejando que las sensaciones me

superen.

Marc se detiene de dar vueltas y comienza a moverse hacia atrás y adelante,

más profundo con cada embestida. Incluso con los ojos cerrados, siento su mirada

fija y ardiente en mis párpados. Yo soy suya ahora, toda suya, y él no tiene ninguna

intención de dejar que me vaya.

Escalofríos por la fricción y la corriente de placer corren sobre mí hasta que

no sé qué es arriba o abajo, y en cuanto a ver bien... estoy demasiado mareada.

Siento los dedos de Marc apretar alrededor de mi cintura y lo escucho gritar,

un largo gemido, que envía ondas de placer a través de mi pecho.

Se está moviendo más duro ahora, y siento que nos estamos perdiendo uno

en el otro. No hay nada más que nuestros cuerpos que se mueven juntos y mis

muñecas rozando contra el metal.

Marc empuja mis muslos aún más contra mi pecho y se vuelve aún más

profundo en mi interior. Tan profundo que inhalo bruscamente, sintiendo una

punzada de placer mientras mi espalda se tensa.

—Oh, Dios mío.

—Espera —Marc ladra—. Todavía no. No te corras todavía. —Llega hasta mi

trasero y se apodera de las perlas sueltas. Luego tira. Duro. Y toda la cadena se

—O

Page 78: Where The Ivy Grows 2

78

desliza hacia afuera, tirando y rozándome en todas las formas correctas.

Es demasiado. No puedo soportarlo. Mi cuerpo explota de placer, y las

vibraciones ruedan por mis caderas y muslos.

—¡Marc!¡Oh Dios, Marc! —Me vengo duro, sintiéndome palpitar contra él y

sosteniéndome con fuerza. El placer es tan grande que, por un momento, sólo puedo

ver en blanco y naranja. Pero a medida que el mundo vuelve a mí en pedazos, me

dirijo a ver los ojos de Marc que están fuertemente cerrados y él está respirando con

dificultad.

Marc gime mientras me tenso y aflojo a su alrededor. Él agarra mis muslos

fuertemente y se empuja a sí mismo cada vez más profundo.

Como el calor da vueltas en mi cuerpo, mis ojos parpadean y veo a Marc, con

la mandíbula apretada y los ojos cerrados. Él está con el ceño fruncido, pero puedo

ver que es un gesto de placer.

—Quiero que te vengas —le murmuro, deseando poder alcanzar y acariciar

su rostro.

—Todavía no. —Marc se mete muy dentro de mí con tal fuerza que mueve

hasta la alfombra. Siento la fricción quemar mis nalgas y escucho a Marc dejar

escapar un largo gemido.

Aprieto y libero a su alrededor, una y otra vez, tirando de él dentro de mí.

—Sophia —se queja—. Espera. Sophia. No, no puedo detenerme. No puedo

parar.

Afloja la mandíbula, y deja escapar un largo gemido mientras se empuja a sí

mismo más profundo.

Él cae sobre mí, todavía gimiendo y moviendo sus caderas hacia atrás y hacia

adelante. Le siento suavizarse y escucho que su respiración comienza a disminuir.

Su frente se levanta, luego se relaja y su cuerpo se siente suelto en mis brazos.

Page 79: Where The Ivy Grows 2

79

Envuelvo mis piernas alrededor de él y tiro de él contra mí.

Estamos tan cerca en este momento, es como si fuéramos la misma persona.

El mundo entero ha desaparecido. No hay problemas. No hay vida real. Sólo

nosotros dos. Y cuando estamos juntos de esta manera, todo está bien.

Después de un momento, los ojos de Marc se abren, y llega hasta las esposas

y presiona algo que las hace abrirse.

Con mis manos libres, envuelvo mis brazos alrededor de Marc y él rueda sobre

su espalda, tirando de mí encima suyo. Me acuesto sobre él, sintiendo su cuerpo duro

y su hermoso rostro, labios entreabiertos, ojos suaves pero mirando, a escasos

centímetros de los míos.

—Eso fue increíble —jadeo, observando sus oscuras pestañas subir y bajar.

Marc no responde. En cambio, levanta su mano para quitar el pelo de mi cara,

pero sus ojos me dicen que sus pensamientos están en otra parte.

Apoyo la cabeza en su hombro y veo la pálida piel increíble y pequeñas

cicatrices repartidas en el pecho. Llevo la mano a las cicatrices, sintiendo su pelo

oscuro en el pecho bajo mis dedos.

—¿Marc?

Siento como si hubiera roto algo en él, pero no sé qué.

Marc no dice nada. En lugar de ello, él sólo me agarra con más fuerza, y siento

que comienza a alejarse, centímetro a centímetro.

Nos quedamos así por un largo tiempo. Demasiado tiempo. Algo no va bien.

Page 80: Where The Ivy Grows 2

80

Capítulo 19

Traducido por Lore Corregido por Liraz

uando Marc finalmente me levanta del cuerpo de él, se queda mirando

el techo.

Sus ojos me dicen que está asustado. Perdió el control y él no

quería eso. Me asusta, esa mirada.

Hay una pestaña perdida en su mejilla, y llego hasta ella. Él no me detiene,

pero no reacciona tampoco. Es como si estuviera entumecido.

—Pide un deseo —digo, tendiéndole la pestaña.

Por un momento, Marc no dice ni hace nada. Luego se levanta a sí mismo en

sus palmas.

Parpadea, sonríe, es una sonrisa suave pero distante, y sopla la pestaña.

Siento que tal vez él ha regresado, sólo un poco, pero no del todo.

—¿Qué es lo que deseas? —le pido.

—Nada que te gustaría saber. —Suena casi como Marc. Mi Marc. Él que se

subió a mi balcón anoche y me hizo el amor. Pero no del todo.

—Me gustaría…

Marc suspira.

—Me gustaría que algunas cosas de mí siempre permanezcan ocultas de ti.

—Yo no quiero nada oculto —digo.

Él se ríe.

C

Page 81: Where The Ivy Grows 2

81

—Eso lo dices ahora. Pero confía en mí, a veces la ignorancia es felicidad.

Así que lo he perdido. Por ahora, al menos. Me siento triste.

—¿Cuando haremos las fotografías? —le pregunto, al darme cuenta de que

esto, como todo lo demás hoy, ha sido organizado por Marc.

—A las 3 p.m. No aquí. Un estudio cerca del Támesis.

—¿Por qué no aquí?

—No pensé que sería una buena idea dar a conocer que estamos en un cuarto

de hotel. Es sólo que... no establece el tono adecuado. El rodaje debe ser de buen

gusto.

Con eso, se limita a ponerse en pie y se sube su bóxer. Incluso cuando no me

siento del todo bien con respecto a él, como lo estoy ahora, todavía me encanta ver

su cuerpo. Los montículos de sus nalgas en la parte superior de su ropa interior, y la

curva pálida de su espalda, y todo tan tonificado y firme y duro y varonil. Tan

diferente de mí.

—No estoy tan segura que yo y buen gusto vayan de la mano —le digo.

Marc sonríe.

—Oh Sophia, Sophia. Todo en ti es de buen gusto. Eres genuina. Natural. Y

ni siquiera lo ves, ¿verdad?

—¿Qué me pongo?

—Lo que quieras, pero creo que debes seleccionar unas perlas como accesorio.

Me río.

—Marc, me gustaría hablar contigo acerca de…

—Sophia, no puedo tener una conversación profunda y significativa en estos

momentos. —Marc abre un armario y saca unos pantalones de traje y una camisa.

Page 82: Where The Ivy Grows 2

82

—¿Cómo llegó aquí tu ropa? —pregunto, viendo más trajes colgados en el

espacio.

—No llego. Mande al conserje a comprar ropa nueva y colgarlas mientras

estábamos siendo entrevistados. Hay algunas aquí para ti, también. Pero no se ven

como de tu gusto. —Él mira su reloj—. He quedado con alguien, y ya llego tarde.

¿Alguien?

—¿Quién? ¿La mujer en tu casa? —Me siento enferma de nuevo.

Abotonándose la camisa, Marc se inclina para darme un beso en la frente.

Demasiado rápido, como si me despidiera.

—Solo alguien, ¿de acuerdo? Confía en mí, es mejor no saberlo en estos

momentos.

Coge los pantalones cargo y mete la mano en un bolsillo. Saca una billetera

de cuero de burdeos, la abre y me entrega una tarjeta de crédito de oro.

—Toma esto —dice—. El número de PIN es 1966. Old y New Bond Street

están a la vuelta de la esquina. Hay tiendas de ropa de diseñador en abundancia. Ve

a comprarte tú misma lo que piensas que necesitas.

Vacila mientras coloca la tarjeta en la mesita de noche.

—¿Y Sophia? —Oigo su incertidumbre.

—¿Sí? —Me siento más derecha.

Niega con la cabeza.

—Hablaremos más tarde, ¿de acuerdo?

Asiento en silencio, sintiendo cómo se aleja de mí y se mete dentro de sí

mismo.

—¿Con quién has quedado? —Me oigo preguntar de nuevo, odiando lo

Page 83: Where The Ivy Grows 2

83

desesperadas que suenan mis palabras.

—Alguien de mi pasado —dice Marc—. Quién espero pueda ayudarme a

enderezar mi futuro.

Me gustaría poder captar la expresión de su cara cuando dice esas palabras.

Capturarlo, embotellarlo, mantenerlo cerca de mi corazón para siempre. Porque

cuando dice mi futuro, veo en sus ojos lo que significo para él. Sólo por un segundo.

Y entonces la luz se apaga, y Marc vuelve a la frialdad, una vez más.

—Tendré a alguien que te lleve al estudio, ¿de acuerdo? —dice—. Quiero que

estés en la habitación a las dos y media. Hasta entonces, diviértete. Compra lo que

quieras.

Él lanza la llave de la habitación en la mesilla de noche. Y luego se ha ido.

Page 84: Where The Ivy Grows 2

84

Capítulo 20

Traducido por Lore Corregido por Liraz

on quién se encontrará? ¿Quién? Oh, estoy volviéndome loca,

sobre todo porque mi cerebro se corroe con el pensamiento de la

mujer en su casa. Recorro la habitación, caminando por el

pasillo, a través de la sala de estar y el dormitorio principal en un

círculo hasta que me mareo.

Después de muchos vueltas, me desplomo en el sofá de la sala de estar y

decido llamar a Jen.

Cuando saco mi iPhone, noto que tengo treinta y siete llamadas perdidas.

Nunca he tenido más de tres llamadas perdidas en toda mi vida. Me desplazo a través

de los números. La mayoría de ellos son números de Londres que no reconozco, pero

muchos son de Jen, Tom, Tanya y mi papá.

Jen contesta en el primer timbre.

—¿Soph? Oh, Dios mío, te he estado llamando y llamando. ¿Dónde estás?

—The Carlo —digo.

—¿The Carlo? Al igual que en ¿The Carlo Hotel London? Al igual que en,

¿por designación real de la reina, The Carlo?

—Um... sí.

—¡Santo Jesús! ¡mierda! ¿Qué haces ahí? Oh, espera. Pregunta estúpida. Estás

con Marc Blackwell. Así que supongo que está arrugando las sabanas.

—Estaba con Marc Blackwell —digo—. Se ha ido. Para reunirse con alguien.

Yo no sé quién es. Acabamos de tener una entrevista con la revista Gossip.

¿C

Page 85: Where The Ivy Grows 2

85

—¿La revista Gossip? —Jen prácticamente grita las palabras—. Oh, Dios mío.

Acabas de convertirte en la realeza de los medios. ¿Has hecho una sesión de fotos?

—Todavía no —le digo—. Se supone que tenemos que hacer una esta tarde.

—¿Qué vas a usar?

—Todavía no lo he decidido. Marc me dio su tarjeta de crédito para ir de

compras. Él sugirió alguna tienda de Old y New Bond Street, así que supongo que

me quiere en cosas de diseñador.

—¡Dios mío! —chilla Jen—. ¿Qué estás haciendo en el teléfono conmigo?

¡Estás perdiendo el tiempo! Ve a gastar, gastar, gastar.

—¿Crees que va a durar? ¿Él y yo?

Hay una pausa.

—Son de dos mundos diferentes.

—Sí —le digo—. Dos mundos muy diferentes. Jen, yo no encajo aquí. No se

trata de mí. Comprar ropa de diseño no soy yo.

—¿Dijo que tenías que conseguir algo de diseñador?

—No. Él solo mencionó que las tiendas están cerca de aquí.

—¿Lo dijo como si quisiera que vayas a esas tiendas?

Pienso por un momento.

—No. Pero tal vez quería decir... sentí como que eso es lo que quería.

—¿Lo amas? —pregunta Jen, seria ahora.

—Sí —le digo—. O al menos... —Pienso en lo que dijo antes. Acerca de ser

cuidadosa con lo que deseo y llegar a conocerlo mejor, y la mujer en su casa— lo que

sé de él. Pero tal vez hay cosas que no quiero saber.

Page 86: Where The Ivy Grows 2

86

—Eso es un buen comienzo, —dice Jen—. ¡Ey! ¿Quieres que vaya a ayudarte

a encontrar algo que ponerte? No es ningún problema; estoy hoy en Londres de todos

modos.

—No, no, si estás trabajando. Voy a estar bien.

Page 87: Where The Ivy Grows 2

87

Capítulo 21

Traducido por Lore Corregido por Liraz

é que suena patético, pero tengo que realmente trabajar en conseguir el

valor para salir de la habitación del hotel. Marc habla el lenguaje de

aquí, pero yo soy una extranjera y me siento fuera de lugar.

El personal me asiente mientras me dirijo a través del vestíbulo, y pego una

sonrisa y murmuro: “Hola” a medida que los paso. Me doy cuenta de que todos los

demás huéspedes ignoran al personal, pero eso sólo se siente grosero para mí. Puede

que no haya sido criada con mucho dinero, pero siempre me enseñaron que los

modales no cuestan nada.

Mientras subo por las escaleras exteriores, me doy cuenta de que no tengo ni

idea de a dónde voy. Hay un portero de pelo gris en la puerta giratoria, así que le

pregunto dónde queda Old Bond Street.

—Un poco más adelante en la calle —dice, hoyuelos aparecen en sus mejillas

curtidas—. No te puedes perder. —Su acento me recuerda a mi abuelo Jack, y sonrío.

—¿Vienes del este de Londres? —pregunto.

Su cara se llena con una sonrisa abierta.

—Highbury. Por qué... ¿conoces la zona?

—¿Conocerla? —Yo le devuelvo la sonrisa—. Yo solía visitar Walthamstow

cada Navidad. Mis abuelos viven allí. Nos gustaba ver el fútbol en Highbury.

—Oh, ¿es cierto? Eres una muchacha del fútbol, ¿verdad?

—En realidad no, pero me encantaba ver los juegos en vivo.

—Tenemos algo en común allí, entonces. No puedo soportar el juego por lo

S

Page 88: Where The Ivy Grows 2

88

general, pero verlo en vivo es diferente. Estas a un mundo de distancia de este lugar,

¿eh? Los viejos partidos de fútbol. Pie y Bovril1 y todo el canto.

—Puedes decir eso otra vez —le digo.

Él me da una mano enguantada de blanco.

—Bill.

—Sophia. —Aprieto su cálido guante sintiéndome como en casa por primera

vez hoy—. Realmente es bueno conocerte.

—Yo te vi entrar antes —dice Bill—. Con nuestro Sr. Blackwell. Él ha sido

bueno con nosotros en los últimos años, no vayas a creer lo que dicen los periódicos.

—Él levanta la vista a la calle—. Eso sí, si necesitas cualquier ayuda mientras estás

aquí, vienes a mí. Yo cuidaré de ti. Y si ese tío tuyo se pasa de la raya... —Él levanta

su brazo y da un revés en el aire—. Solo tienes que buscarme.

Los dos nos reímos.

—Gracias Bill. —Tal vez debería practicar ese revés. Parece efectivo.

Cruzo la calle y me encuentro de pie en Old Bond Street, y en un mundo

diferente.

1Bovril: Extracto de carne salado, es como una especie de salsa que se usa para preparar sopas, guisados o

simplemente untado sobre el pan.

Page 89: Where The Ivy Grows 2

89

Capítulo 22

Traducido por Mr. Andrew

Corregido por Vickyra

ueno. Sé sobre Gucci y Dolce y Gabbana gracias a los episodios de

Sex and the City, y sé que las celebridades llevan diseño de etiqueta

para eventos importantes. Pero soy de un pequeño pueblo, cerca de

una pequeña ciudad, y nunca he visto tiendas reales vendiendo ropa

de diseño. A menos que cuentes Nike como diseñador.

Mientras camino por Old Bond Street, estoy aprendiendo. Para empezar,

nunca he visto tiendas con guardias de seguridad externos. Esta es la primera vez. Y

en segundo lugar, nunca he visto este tipo de escaparates increíbles.

Veo un árbol de Navidad gigante en una ventana, todo rociado de blanco y

colgado con diamantes falsos. Otra ventana tiene cientos de copos de nieve

suspendidos en el alambre alrededor de una exhibición de vestidos de fiesta.

Hermoso.

Paso una zapatería donde una señora reparte cócteles rosados a los

compradores. Guau. Y veo diamantes y relojes y bolsos a la venta que cuestan más

que la casa de mi padre.

Pienso en la tarjeta de crédito de Marc, todavía descansando en la mesilla de

noche. No me atreví a tomarla. Simplemente no soy el tipo de chica que va cargando

el dinero en la cuenta de otra persona. Tengo mi propia tarjeta de crédito, y devolveré

el saldo trabajando, como siempre lo he hecho. De acuerdo, así que mi límite de

crédito es sólo unos pocos cientos de libras, pero que va a ser suficiente para conseguir

algo, estoy segura.

Camino más allá tienda tras tienda. Al pasar diferentes escaparates, encuentro

razones para no ir dentro.

Demasiado inteligente. No del todo conmigo. Demasiado elegante.

B

Page 90: Where The Ivy Grows 2

90

Demasiado joven. Demasiado viejo. Pero la verdad es que no estoy cómoda yendo a

estos lugares de diseño. Siento como que en el segundo que dé un paso por encima

del umbral, todo el mundo sabrá que no pertenezco allí.

Sophia, estás siendo ridícula. Sólo hay que entrar a una tienda. Esta. Esta de

aquí.

Veo una ventana de zapatos de oro, trajes blancos y gafas de sol en maniquíes

flacos en la ventana. Tragando saliva, camino dentro de la tienda.

¿Por dónde empezar?

Una dependienta se acerca. Está llevando la misma ropa que se muestra en la

ventana, hasta las gafas de sol. Echa un vistazo hacia abajo a mis pantalones y

zapatos.

—¿Simplemente mirando?

—Oh... um. Sí. Por el momento. —Exploro la tienda por los rieles de saldos.

Los viejos hábitos tardan en morir. No hay ninguno. Por supuesto que no lo hay. Es

el período previo a la Navidad.

Veo un carril de vestidos y me acerco a él. La asistente me sigue.

—Esto es bonito —digo, mi mano tocando un vestido gris integrado con

bordados de plata.

La asistente se quitó sus gafas de sol. Sus ojos lucen malvados.

—Para que lo sepas, el probador es sólo para personas que seriamente están

considerando comprar algo.

Mi mano se aleja del vestido.

—Ella está considerando seriamente comprar algo —dice una voz profunda.

Dios mío.

Page 91: Where The Ivy Grows 2

91

Me vuelvo para ver a Marc, camisa blanca, traje negro, increíblemente guapo.

Si él se quedara muy quieto, podía ser fácilmente parte de la exhibición de la ventana.

Page 92: Where The Ivy Grows 2

92

Capítulo 23

Traducido por Mr Andrew

Corregido por Vickyra

is ojos se abren.

—¿Qué estás haciendo aquí?

Los pequeños ojos malvados de la dependienta de la tienda prácticamente

sobresalen de su cabeza.

—Tú... Tú eres... Marc Blackwell. Marc Blackwell. Yo... lo siento mucho.

Espero que no suene grosero. Es sólo que...

Marc la mira.

—Nosotros no vamos a necesitar nada de su ayuda, gracias. Puede ir a ejercer

sus malos modales en otro lugar.

La asistente parpadea unas cuantas veces, tropieza un poco en sus dorados

tacones altos, murmura:

—Lo siento —y se escabulle lejos.

—Se te olvidó esto — dice Marc, metiendo la mano en el bolsillo y sacando

su tarjeta de crédito.

Estoy tan feliz de verlo. Quiero lanzar mis brazos alrededor de sus hombros,

pero supongo que es un poco demasiado público.

—No la olvidé —le digo—. Es sólo que... no me sentía bien acerca de tomarla.

Marc frunce el ceño.

—¿Por qué no?

M

Page 93: Where The Ivy Grows 2

93

—Porque... —¿Cómo puedo explicar lo que yo misma no entiendo?—. Se

sentía mal. Eso es todo.

—¿Se sintió mal dejarme cuidarte?

—No... yo... Supongo que no tenía ganas de que cuidaras de mí. Se sentía

como si no fuera adulta.

—No pretendía eso.

—Lo sé. —Niego—. Sé que vienes de un buen lugar.

—¿Podrías tomar la maldita tarjeta?

—¿Me estás preguntando, Sr. Blackwell, o ordenándome?

—Preguntando. —Un lado de los labios de Marc se levanta—. Pero no te

acostumbres a ello. No se convertirá en un hábito.

—¿Ah, sí? ¿Estás seguro de eso?

—Tranquilamente confiado.

El resto del mundo desaparece por un momento, y somos sólo Marc y yo, de

pie juntos.

—¿Cómo me has encontrado? —pregunto.

—El servicio de limpieza llamó para decir que mi tarjeta de crédito había sido

dejada en el dormitorio. Así que pensé que sería mejor venir a buscarte.

—¿No tenías que encontrarte con alguien?

—Comprendieron que tenía un compromiso urgente. Pero tengo que volver a

ellos ahora.

—Cierto. —¿Quién es, quién es, quién es?

—¿Te gustaría que enviara a alguien del hotel para ayudarte? —Él da esa

Page 94: Where The Ivy Grows 2

94

sonrisa peculiar de nuevo, dejándome débil en las rodillas—. ¿Actuar como tú

guardaespaldas?

—Ya tengo uno.

—Sí, lo tienes.

—Tú no —le digo.

Las cejas de Marc se disparan.

—¿Tengo competencia?

—Por supuesto que la tienes. Ella es muy buena.

—¿Ella?

—Sí, ella. Mi mejor amiga, Jen. Y tienes que cumplir con su aprobación si

nosotros vamos a alguna parte. Así que supongo que deben reunirse pronto.

—Oh, supongo que me aprobará —dice Marc—. Las mujeres casi siempre lo

hacen.

Me río. Supongo que se le permite ser un poco arrogante sobre el efecto que

tiene sobre las mujeres.

Él descansa sus antebrazos sobre mis hombros, y huelo ese magnífico, suave,

olor amaderado almizclado que viene de su cuerpo. Al igual que el pino dulce

después de la lluvia. Casi me desmayo, y tengo que pensar conscientemente acerca

de mis rodillas para mantenerlas recta.

—Me tengo que ir ahora —dice Marc, su voz tan profunda como un pozo—.

Pero voy a estar de vuelta antes de la sesión de estudio. Y cuando llegue, me

encantaría conocer a este guardaespaldas tuyo.

Aspiro nuevamente, respirándolo en mí.

—La llamaré ahora mismo.

Page 95: Where The Ivy Grows 2

95

Capítulo 24

Traducido por Mr. Andrew

Corregido por Vickyra

en y yo nos reunimos fuera de Vivienne Westwood en Conduit Street.

Ella lleva dos vasos de Starbucks de papel mientras se apresura hacia mí,

y está vestida con un traje pantalón gris y abrigo color beige.

—Yo sabía que debería haber llegado antes —llama, haciendo clics rápidos

con sus tacones altos. Me entrega un Starbucks y me tira en un abrazo con un solo

brazo—. Combustible para las compras —dice ella, señalando a las tazas. Puedo oler

el mío es chocolate caliente y veo crema derretida a través del agujero donde se sorbe.

—Venga. Te conseguiremos unos zapatos. —Jen me arrastra a Vivienne

Westwood por el codo, y sonrío de estar en el familiar tren de compras Jen, cargando

junto a cien kilómetros por hora.

Supongo que las bebidas para llevar no se permiten técnicamente en la tienda,

pero nadie discutiría con Jen en modo bulldog. Ella entra en la tienda como si fuera

la dueña del lugar y empieza a hablar a los asistentes en ropa de diseñador.

—¿Qué corte dirías que es esto? ¿No se parece esto mucho a la temporada de

verano de 1998? Llamaría a esto desnudo, ¿no?

Es un lenguaje diferente, y veo con asombro como ella habla de estaciones,

colores, las colecciones de los 80 que han vuelto y la 'ocasión' de usar.

Me lleva al probador con tres trajes impresionantes, increíbles que parecen

obras de arte, y tiene a un ayudante que sujeta mi café mientras me cambio.

El tercer traje que me pruebo es el ganador. Es un vestido ajustado azul

brillante en tela gruesa con pequeñas formas en 'Z' de cuero negro cosidas por todas

partes. Es elegante, pero diurno, y me sienta como un guante. Eso hace mi cintura

un centímetro más estrecha y también, y el detalle en el busto me lo hace ver más

J

Page 96: Where The Ivy Grows 2

96

grande. Todo bien.

Hacemos un conjunto con botines negros cubiertos de hebillas, y hemos

terminado.

Me deslizo mi abrigo de cachemira sobre todo el traje, y me siento bien.

Realmente bien. Como si encajara en Bond Street. O, al menos, puedo mantener mi

cabeza en alto.

—Marc quiere conocerte —le digo a Jen mientras salimos de la tienda,

cogidas del brazo. Mis jeans y zapatos están metidos en una bolsa de Vivienne

Westwood, y se ven marcadas y sucias ahora que tengo mi ropa nueva.

—Quiero conocerlo también —dice Jen, su voz acerada—. Después de lo que

se imprimió esta mañana, tengo que tener algunas palabras serias acerca de su equipo

de relaciones públicas.

—Los periódicos —digo, deteniéndome—. Yo ni siquiera los he visto todavía.

¿Qué dijeron?

—Son... no es tan malo —dice Jen, pero la he conocido el tiempo suficiente

para decir cuándo está haciendo un giro PR—. Los tengo conmigo. Llévame de

vuelta a tu hotel, y podrás leerlos por ti misma.

Page 97: Where The Ivy Grows 2

97

Capítulo 25

Traducido por RMRT

Corregido por Vickyra

os artículos no son buenos. En realidad, eso es un eufemismo. Son

desagradables. La mayoría de ellos parecen haber ido para el ángulo

“estudiante cachonda seduce a su profesor”, y hablan de mí como si

yo fuera una ninfómana enloquecida que no deja a Marc solo.

Jen y yo estamos en mi suite en el Carlo, sentadas en la alfombra del salón

con páginas de periódicos de todo el mundo.

Cuando llegamos, un mayordomo nos trajo el té de la tarde, “Cortesía del Sr.

Blackwell”, pero no estamos prestando mucha atención a la bandeja de plata de

niveles con bollos, sándwiches y pasteles. Los periódicos son nuestro foco.

Al leer la historia del Daily News, me encuentro parpadeando en estado de

shock.

—Oh, Dios mío. Jen, ¿has leído esto? Han entrevistado a alguien de mi

facultad.

—¿Dónde? —Jen se inclina sobre mi hombro y lee el título y el primer

párrafo—. La sensual estudiante de Marc. La sensual estudiante, Sophia Rose, se ha

acostado con uno de los solteros más sexy de Hollywood. —Le da un poco de risa,

pero entonces ella frunce el ceño mientras va leyendo—. ¿Quién es Cecile?

—Ella está en el mismo curso que yo —le digo—. No puedo creer que ella

esté diciendo toda esta basura.

Bajo el título, hay una fotografía mía de mi tarjeta de audición donde luzco

todo ojos saltones. Me estremezco. Supongo que deben haber conseguido esa foto de

mi antigua página web universitaria. La foto de Marc y mía, para mi alivio, es muy

granulada y borrosa.

L

Page 98: Where The Ivy Grows 2

98

Los dos nos miramos sorprendidos, pero no hay lenguaje corporal entre

nosotros, no hay nada que sugiera que somos una pareja. Para todo lo que cualquiera

sabe, Marc podría estar haciendo una inocente visita a la casa de un estudiante. Eso

si Cecile no hubiera dado una entrevista.

Leo el artículo de nuevo, con mis dientes apretados.

“Sophia fue tras Marc desde el momento en que llegó a la universidad”, dice

su compañera de estudios, Cecile Jefferson. “Ella no se preocupaba por el curso. Sólo

de encontrarse con el famoso Marc Blackwell. Ella hizo todo lo posible para llamar

su atención, merodeando después de clases cuando todos se habían ido”.

Muchas gracias, Cecile. Has dado el montón cotilleos con los que seguir

adelante.

—No puedo creer que ella haya hecho eso —le digo—. Es todo tan falso.

Entonces veo el periodista que cubrió la historia, Giles Getty. No me extraña

que estuviera a las puertas de la universidad esta mañana.

—Será mejor que ella rece para que nunca la agarre —dice Jen, leyendo el

periódico por encima de mi hombro—. Difamar a mi amiga así. ¿Ella siquiera te

conoce? ¿Alguna vez se han reunido?

—Algunas veces —reconozco—. A ella le atrae Marc. Eso es todo lo que es.

Está celosa.

—Soph, tienes que hacerte más fuerte. Esto no es chisme de campus, es un

periódico de circulación nacional. Ella está esparciendo mierda acerca de ti a todo el

Reino Unido.

Suspiro.

—Pero ¿qué puedo hacer al respecto, Jen?

—Bueno, para empezar, puedes conseguir una firma de relaciones públicas

decente detrás de ti.

Page 99: Where The Ivy Grows 2

99

—¿En serio? —Levanto una ceja—. ¿Conoces algún Relaciones Publicas

decente?

Las dos nos reímos.

—Pero en serio, Soph. —Jen se cruza de brazos—. No debería haber dejado

que los periódicos impriman estas cosas. Marc tiene que encontrar a alguien mejor.

No estoy diciendo que me use. Pero alguien mejor.

Pienso en eso.

—Voy a hablar con Marc.

—¿Cuándo voy a conocer al Príncipe Azul, de todos modos?

—En cualquier momento. —Echo un vistazo al reloj de mesa en la repisa de

la chimenea. Ha empequeñecido por el jarrón gigante de rosas—. Él dijo que estaría

aquí a las dos.

Como si fuera una señal, el reloj da las dos de la tarde, y la puerta se abre. Sé

que es Marc sin mirar. Confío en él para llegar exactamente a tiempo.

Page 100: Where The Ivy Grows 2

100

Capítulo 26

Traducido por RMRT

Corregido por Vickyra

ophia. —Él llama, y siento la sensación de urgencia en su

voz.

—Aquí. —Contesto.

Marc avanza a zancadas en la sala de estar y se ve visiblemente aliviado de

verme.

—Me alegro de que volvieras a salvo.

Él me besa en la frente.

—Yo no estaba en las selvas de África —digo, sonriendo—. Sólo fui al cruzar

la calle.

Se da cuenta de Jen y camina hacia adelante, la mano extendida.

—Tú debes de ser la mejor amiga de la que he oído hablar tanto. Encantado

de conocerte. Siento que tenga que ser bajo estas circunstancias.

—Sí —dice Jen, estrechándole la mano—. Leí los periódicos de esta mañana.

No es el mejor de los comienzos para ustedes dos.

—Eso está siendo tratado.

Jen y yo nos miramos una a la otra, y puedo verla tratando de averiguar si

golpear a su equipo de relaciones públicas ahora o más tarde.

—¿Su equipo tiene un plan de limitación del daño fijado? —Jen pide.

—Sí —Marc responde—. Pero no fueron lo suficientemente fuerte. Yo tuve

que hablar con ellos esta mañana. Van a ir más fuerte la próxima vez. —Se sirve el

—S

Page 101: Where The Ivy Grows 2

101

café negro de una jarra de plata que viene con el té de la tarde.

Jen se aclara la garganta.

—¿No crees que es un poco tarde para ir más fuerte? ¿Después de publicarlo?

Si hubiera sido yo, habría puesto los periódicos fuera de servicio enseguida. Yo no

dejaría que se salgan con lo que pasó esta mañana.

Marc se vuelve hacia ella y levanta una ceja. No puedo decir si está molesto o

no, pero sí lo está, habrá fuegos artificiales. Jen no es de las que da marcha atrás.

—Ah, ¿sí? ¿Y qué habrías hecho para detener esas historias?

—Amenazar con acciones legales. Tirar de algunos favores. Negociar para

hacer la historia más favorable. A mí me parece que los artículos salieron

exactamente como les gustaba. No hubo ninguna presión sobre ellos. Nada para

detenerlos.

—Jen está en relaciones públicas —explico.

Marc toma asiento en un sillón frente a nosotros y sorbe su café. Está relajado.

Controlado. El agradable hombre de negocios.

—¿Estás diciendo que mi equipo debería haber chantajeado a la prensa para

que presente una historia mejor?

Jen le da una sonrisa tensa.

—No es chantajear. Negociar. Se ofrece algo a cambio de un informe

favorable.

—¿Algo?

—Más fotografías, pero las que te muestran favorablemente. O una entrevista

exclusiva.

Los labios de Marc empujan hacia un puchero reflexivo. Dios, que sexy es.

Incluso cuando está con el ceño fruncido, mi cuerpo responde a él.

Page 102: Where The Ivy Grows 2

102

—Bueno, ahora. Eso habría sido una buena idea. ¿Para quién dices que

trabajas?

La sonrisa tensa de Jen se convierte en su completa sonrisa radiante, que ciega

con sus dientes blancos, la sonrisa megavatios.

—Prometheus PR. Pero yo estaré empezando mi propia firma pronto. Es sólo

una cuestión de tiempo.

—Interesante.

La mirada de Marc se dirige hacia a mi

—No creas que estoy tratando de vender mis propios servicios, sin embargo

—dice Jen—. Lo único que me importa es Sophia.

—Entonces tenemos algo en común. Estoy escuchando lo que estás diciendo.

Parece que conoces tú línea de trabajo extremadamente bien.

—Hablando de trabajo, mejor me voy —dice Jen, saltando sobre sus pies—.

Les dije que estaría de vuelta hace una hora.

Ella me da un beso en la mejilla y me hace una señal de teléfono con la mano.

—Te llamo luego, ¿de acuerdo nena? Encantada de conocerte, Marc. —Ella

arrebata su abrigo y se dirige hacia la puerta.

Marc deja su café.

—Deberíamos ponernos en marcha también. ¿Lista para la sesión de fotos?

Asiento con la cabeza.

—Tan lista como puedo estarlo.

Toma mis manos y me pone sobre mis pies.

—¿Nuevo vestido?

Page 103: Where The Ivy Grows 2

103

—¿Apenas acabas de notarlo?

—Rara vez noto lo que llevas puesto. Tú eres quien noto, no tu ropa.

—Notaste que no llevaba un abrigo en el campus. ¿Recuerdas?

—Eso fue diferente. No me di cuenta de tu ropa. Me di cuenta de que estabas

fría. Dejando la ropa de lado, tienes un aspecto extremadamente deseable, Señorita

Rose. Un poco demasiado deseable para mí gusto. No estoy seguro de si voy a ser

capaz de mantener mis manos lejos de ti durante la sesión de fotos.

—Pensé que ese era el punto de las fotos —digo, sintiendo un escalofrío a

través de mí al pensar en sus manos—. Para que tengas las manos sobre mí. Así nos

vemos como una pareja.

Marc deja caer su cabeza a mi oído.

—Si ese es el caso, voy a tener un momento difícil para frenarme a mí mismo.

¡Sí! Tengo ganas de cantar. Poco a poco, me estoy acercando. Estoy

alejándome de ese famoso autocontrol suyo.

—¿No que el fotógrafo te dirá lo que debes hacer en el rodaje? —digo

levantando mi ceja—. ¿Crees que puedes manejar eso?

—Yo no tomo bien las órdenes —dice Marc, dejando que su mano se deslizara

sobre la parte baja de mi espalda—. Pero creo que puedo manejarlo. Por ti. ¿Y quién

sabe? Tal vez voy a ser capaz de dar algunas órdenes por mi cuenta.

Page 104: Where The Ivy Grows 2

104

Capítulo 27

Traducido por RMRT

Corregido por Vickyra

l estudio de fotografía no es lo que estaba esperando en absoluto. En

cierto modo me había imaginado este enorme edificio de tipo

bungalow con un suelo de goma y un montón de equipos de cámara y

luces por todas partes. Pero, en realidad, el estudio es una habitación

dentro de la sede CMG, la compañía que publica la revista de Arabella y un montón

de otras revistas y periódicos de chismes.

Es completamente blanco, sin ventanas, y pequeñito. Diminuto, de verdad. El

suelo está cubierto de largas hojas de papel blanco, y hay sólo una luz montada en

un trípode de plata.

Una pantalla gigante se encuentra en una esquina, y veo cajas de cartón de

accesorios detrás de él.

No hay cámaras en trípodes u hombres merodeando para montar luces. Sólo

un fotógrafo, un hombre de aspecto muy alegre con una barba castaña y una camiseta

de Led Zeppelin.

Marc anda a zancadas hacia el fotógrafo, le da la mano y una palmada en el

hombro.

—Danny. ¿Cómo has estado?

—Marc, me alegro de verte. —El fotógrafo agarra la mano de Marc—.

Manteniéndome ocupado. ¿Y tú?

—Pregúntame de nuevo al final de la semana.

El fotógrafo se vuelve hacia mí.

—Tú debes de ser Sophia. Soy Danny. Encantado de conocerte.

E

Page 105: Where The Ivy Grows 2

105

Sonrío.

—Encantada de conocerte también.

—Bueno. —Danny suelta la mano de Marc—. ¿Vosotros dos queréis un té?

¿Café? ¿Donut?

Hace un gesto a un contador de vasos de polietileno, café instantáneo, botellas

plásticas de agua y azúcar derramada. Hay una caja de donuts cubiertos de glaseado

rosa.

—Marc, tengo veinte Marlboros si te apetece más tarde.

Marc niega con la cabeza.

—¿Lo has dejado?

—Apenas he fumado desde que conocí a Sophia.

Sonrío.

—¿Es eso cierto?

Marc levanta una ceja.

—He sustituido una droga por otra mucho mejor.

—Así que soy una droga —Sonrío.

—Sí. Una muy adictiva y hermosa.

Danny se aclara la garganta.

—Así que. Sophia. ¿Bebes?

—Sólo agua para mí, gracias —digo.

—Sin problemas —Danny agarra un vaso de plástico y echa agua—. ¿Y tú,

Page 106: Where The Ivy Grows 2

106

Marc? Te acuerdas del café de la última vez, ¿verdad? Sabe a salsa Gravy Browning2,

pero agrégale suficiente azúcar y pasará bien.

Marc desliza las manos en los bolsillos del pantalón.

—No me había olvidado. Ya he enviado un mensaje a la planta baja de

delicatessen para que nos traigan algunos refrigerios. Latte con jarabe de avellana

para ti y chocolate caliente para Sophia.

Danny me mira y me da un pequeño guiño.

—No he trabajado con él en meses, y todavía se acuerda cómo me tomo mi

café. A puerta cerrada, él no es ni la mitad de malo de lo que dicen.

2 *El Gravy es una salsa de la gastronomía del Reino Unido, elaborada con extractos procedentes de los jugos

de cocción de carnes y verduras. Recientemente se ha empezado a vender este tipo de salsas en forma de cubos concentrados, en polvo y en lata. El gravy se emplea frecuentemente en la cocina inglesa para

acompañar las carnes asadas, el arroz, el puré de patatas y el tradicional Sunday roast.

Page 107: Where The Ivy Grows 2

107

Capítulo 28

Traducido por Lore

Corregido por Eneritz

h, todavía tengo mis momentos a puerta cerrada. —Los

ojos de Marc miran en mi dirección, y yo le doy un ceño

fruncido y una mirada de «aquí no». Oh, Marc, Marc.

¿Cómo puedes derretir mi interior con unas pocas

palabras bien elegidas y una mirada?

—No lo tenemos todos —dice Danny amablemente, aparentemente ajeno al

latido que Marc acaba de crear en mi interior—. ¿Están los dos vestidos para mí?

—¿Vestidos? —le pregunto.

—¿Es eso lo que quieres llevar? —apunta con su cámara en mi vestido.

Miro hacia abajo.

—Eso es lo que había planeado.

—Genial, te ves muy bien. Bien, tengo un par de extras en mente.

—¿Extras? —Marc levanta una ceja.

—A ver qué te parece —Danny desaparece detrás de la pantalla gigante, y

escuchamos sonidos sordos y golpes mientras él hurga en las casillas de implementos.

Hay un golpe en la puerta, y un repartidor inclina su cabeza en el estudio.

—¿Dos bebidas para el estudio? —Tiene una bandeja de vasos de papel en la

mano y lleva la gorra de béisbol de un Deli Daryl.

Cuando ve a Marc, su boca se abre, pero se controla a sí mismo, endereza la

gorra y mantiene la bandeja de cartón.

—O

Page 108: Where The Ivy Grows 2

108

—Gran sintonización, gracias. —Marc lleva la bandeja.

—¿Puedo tener su autógrafo? —balbucea el chico de los recados. Debe tener

diecisiete años y tiene manchas de color rojo brillante en las mejillas.

—Por supuesto —Marc posa la bandeja en el suelo de papel blanco y saca una

pluma parker del bolsillo.

El niño sostiene una servilleta.

—¿Esto?

—Oh, creo que podemos hacerlo mejor que eso —dice Marc. Se arrodilla en

el suelo y firma la cubierta de papel blanco, luego, con cuidado, le arranca una

esquina y se lo da al niño.

El niño se ve tan contento, que creo que va a desmayarse.

—Gracias, señor Blackwell, gracias, gracias.

—De nada —dice Marc—. Aquí. Ten esto, también. —Le entrega la pluma.

—¿En serio? —la voz del muchacho crece aguda. Hace una especie de

graciosa reverencia y sale de la habitación—. Gracias. Gracias.

—No hay de qué — dice Marc, sus ojos suaves.

El niño sonríe y cierra la puerta, y me lo imagino saltando en el aire exterior.

Le sonrío a Marc.

—¿Qué? —pregunta.

—Nunca pensé en ti como del tipo «que habla con sus fans».

—El hecho de que me guste mi privacidad, no significa que no aprecie a las

personas que me pusieron donde estoy hoy.

—Sí, pero... no me di cuenta que podrías ser tan dulce.

Page 109: Where The Ivy Grows 2

109

—¿Dulce?

Ahí está la electricidad de nuevo. ¿Cómo puede tener este efecto sobre mí,

desde el otro lado de la habitación?

—Sí, dulce —le digo—. Fuiste muy dulce en ese momento.

Marc sonríe, una de sus peligrosas sonrisas curvas.

—No es una palabra que muchas personas utilicen para describirme, Señorita

Rose. Pero aún así, tengo curiosidad. ¿Pensaste que yo no hablaría con mis fans?

Me encojo de hombros.

—Yo no te habría imaginado firmando autógrafos así. Fue amable de tu parte

—una sonrisa está escondida en mi cara. Sé que las cosas son cada vez más

peligrosas, peligrosamente calientes. Pero no puedo evitarlo, amo burlarme de él por

su lado más suave.

En dos zancadas, Marc está a mi lado.

—Un poco más de esa charla, señorita Rose —me susurra— y te pondré sobre

mis rodillas.

Mi cara se ruboriza, y la sonrisa deja mi cara.

Danny aparece por detrás de la pantalla y Marc y yo nos giramos hacia a él.

—¿Qué piensas? —pregunta Danny, sosteniendo un enorme paraguas

negro—. Pensé que podrían estar abajo juntos, puedo añadir un efecto de lluvia

después. Sólo los dos juntos, en la tormenta. Muy Londres, ¿no te parece?

—Me encanta esa idea —digo en voz baja, mirando a Marc—. Es... dulce.

Marc me frunce el ceño, pero sus ojos están sonriendo.

Page 110: Where The Ivy Grows 2

110

Capítulo 29

Traducido por Lore

Corregido por Eneritz

or lo tanto, me gustaría a los dos parados muy juntos —

dice Danny, entregando a Marc el paraguas—. Pero no

creo que debería ser una sosa como con «el brazo alrededor

del hombro», nada por el estilo. Me gustaría a los dos uno

al lado del otro.

Me paro al lado del hombro de Marc, sintiéndome incómoda, y no sabiendo

qué hacer con mis brazos. Me gustaría que pusiera su brazo alrededor de mi hombro,

pero creo que entiendo lo que Danny está tratando de hacer. Él va por lo sutil.

Elegante. No es un retrato de familia cursi.

Clic, clic, clic. Danny dispara foto tras foto, desde todos los ángulos diferentes.

De vez en cuando, viene hacia nosotros y ajusta las cosas, mi pelo, la chaqueta

de Marc, la forma en que estamos parados. Pero sobre todo solo dispara, diciendo:

—Genial, se ven muy bien. Hermoso.

Es un trabajo duro estar parados en una posición, y mi cuerpo está pronto

dolorido por el esfuerzo. Justo cuando estoy pensando en pedir un vaso de agua, la

puerta cruje.

Veo a Arabella en el umbral. Lleva gafas de montura negra, y su pelo está

atado con más fuerza en su cola de caballo, sin hebras escapando alrededor de su

cara.

Sonríe cuando nos ve.

—Cielos —dice—. Ciertamente hay química entre ustedes dos, puedo sentirlo

desde aquí.

—P

Page 111: Where The Ivy Grows 2

111

Miro a Marc y veo que está medio sonriendo, medio con el ceño fruncido.

—¿Qué te trae por aquí, Arabella?

—Tú no, Marc Blackwell, si eso es lo que estás preguntando. —Le da una

sonrisa burlona, que no me gusta en absoluto—. En realidad, quería hablar con

Sophia, ha habido algunos acontecimientos.

—¿Acontecimientos? —suelta Marc.

La inquietud se agita en mi estómago.

—¿Qué clase de acontecimientos? —El cuerpo de Marc se mueve de manera

protectora contra el mío.

—Hemos escuchado en los chimentos que a Sophia van a ofrecerle un papel

—dice Arabella— en el nuevo musical de Bella y la Bestia, en el West End.

Me quedo mirándola.

—¿La Bella y la Bestia? —dice Marc, lentamente—.¿En el Teatro Tottenham?

—Esa es la única —dice Arabella.

—¿Quién te dio esta información? —dice Marc.

—Se filtró por el asistente del director —responde Arabella—. Se supone que

nadie lo sabe aún. La protagonista tuvo una crisis, problemas personales. Y quieren

una suplente que pueda conseguir un poco de atención de la prensa, me imagino que

Sophia va a hacer precisamente eso.

Creo que estoy a punto de tener palpitaciones al corazón.

—No, eso no puede estar bien —le digo—. ¿Cómo puede ser verdad? Ni

siquiera he audicionado... nadie me ha visto actuar... No puedo cantar.

—Bienvenida al mundo del espectáculo —dice Arabella—. No les importa si

eres buena, la notoriedad es mucho más valiosa que el talento.

Page 112: Where The Ivy Grows 2

112

—Es talentosa —ladra Marc.

—Pero realmente no puedo cantar —le digo—. ¿Un musical? Quiero decir,

eso está fuera de mi liga.

—Puedes cantar —dice Marc— pero eso es irrelevante. —Se vuelve a

Arabella—. ¿Cuándo van a hacer la oferta?

—Están haciendo las llamadas en este momento, tratando de averiguar quién

es su agente. Así que yo diría que, tan pronto como puedan conseguir una respuesta

de ella. Cambia la entrevista ligeramente, no queremos lucir fuera de término, por lo

que necesitamos saber si Sophia tomará parte.

—Con Getty husmeando, este es un mal momento —dice Marc—. No sería

inteligente aceptarlo.

Sonrío.

—Marc, puedo tomar mis propias decisiones.

—Soy consciente de que puedes tomar tus propias decisiones, pero este es un

nuevo mundo del que sabes muy poco. De todos modos, esta parte no te ha sido

ofrecida por las razones correctas. Y el protagonista masculino no es lo que yo

llamaría un actor de alto calibre.

—¿Detecto una pizca de celos, Marc Blackwell? —dice Arabella.

—¿Celoso? ¿De Leo Falkirk? —Marc frunce el ceño y desliza las manos en

sus bolsillos—. No lo creo.

—¿Leo Falkirk es el protagonista masculino? —chillo.

Marc levanta una ceja.

—Por favor, no me digas que estaba en la pared de tu dormitorio.

—No —le digo. Pero estaba en la de Jen—. Pero él es solo... bueno, realmente

famoso. Me halaga que alguien me considere a mí para estar a su lado, no soy nadie.

Page 113: Where The Ivy Grows 2

113

—Todo es demasiado peligroso —dice Marc—. Esa producción en particular

de La Bella y la Bestia tiene solo dos actores, Bella y Bestia. Todas las miradas

estarían en ti, un montón de atención de la prensa, incluyendo a Getty. No estás

lista.

Arabella mira de mí a Marc a mí otra vez.

—¿Estás seguro? —dice—. Quiero decir, un montón de jóvenes actrices

matarían por ese papel, y por actuar al lado de Leo. Más allá de lo que tú puedes

pensar de él, es la oportunidad.

—Van a haber otras —dice Marc.

—A lo mejor se te ha olvidado, pero el ser un joven actor desconocido no es

nada fácil —dice Arabella—.¿Estás seguro de que no estás dando a Sophia el consejo

equivocado para tus propios fines?

Marc frunce el ceño.

—¿Mis propios fines? Estoy tratando de mantenerla a salvo.

—Oh, vamos, Marc. Va a tener que experimentar el mundo muy pronto, con

toda su fealdad. No es un pájaro en una jaula.

Trago saliva y trato de pararme más derecha. Arabella tiene razón, la mayoría

de las actrices estarían en la luna porque le ofrezcan esta parte. Yo no debería

rechazarla solo porque Marc lo dice.

—¿Y bien? —me pregunta Arabella—. ¿Vas a tomar la parte o no?

Mastico mi uña del pulgar.

—Me gustaría, pero necesito tiempo para pensar.

A mi lado, siento a Marc ponerse rígido.

—¿Estás segura de que no quieres tomar una decisión ahora? —Arabella

parece casi molesta, y puedo entender el porqué. Estoy sosteniendo su artículo.

Page 114: Where The Ivy Grows 2

114

—Ojalá pudiera, pero no puedo tomar una decisión como esa de inmediato.

—El director se acercará a ti pronto —dice Arabella—. De una manera u otra,

cuando lo haga, llámame, ¿vale? Dime lo que decidas.

—Muy bien. —Asiento con la cabeza.

—Ah, y una última cosa —dice Arabella—. La prensa sabe que estás en el

Carlo, hay una banda de paparazzis fuera.

—¿Cómo han podido saberlo? —dice Marc.

Arabella se encoge de hombros.

—Alguien debe haberles dicho.

Page 115: Where The Ivy Grows 2

115

Capítulo 30

Traducido por Lore

Corregido por Eneritz

arc y yo salimos de la mano del estudio, sumergidos en nuestros

propios pensamientos. Mientras recorremos los pasillos y las

escaleras hacia la recepción, siento el agarre de Marc aflojarse.

—¿Marc? —digo mientras caminamos alrededor de una escalera

semicircular—. ¿Estás enojado conmigo por considerar el papel?

Está con el ceño fruncido y apenas me mira.

—No podría estar enojado contigo aunque lo intente, debes saberlo a estas

alturas. Pero... estoy preocupado por ti.

—¿Preocupado?

Asiente con la cabeza.

—Preocupado de que si no tomas mi consejo, no voy a ser capaz de

mantenerte a salvo.

—Tengo que vivir mi propia vida, Marc. Tengo que tomar mis propias

decisiones, incluso si tomo las equivocadas.

La mano de Marc se desliza de la mía. Llegamos a la primera planta, y veo

un baño de mujeres.

—Tengo que ir al baño —le digo. No es cierto, pero necesito unos momentos

a solas. Y quiero llamar a Jen.

Marc da una breve inclinación de cabeza.

—La limusina está esperando en la puerta. Nos encontraremos en la parte

posterior, es probablemente mejor que nos vayamos de aquí por separado de todas

M

Page 116: Where The Ivy Grows 2

116

formas.

Tan frío de nuevo.

En el baño, me froto los ojos y aliso mi pelo suelto. Mi nariz y los labios están

rojos, y sé que estoy al borde de las lágrimas.

Está bien, me digo. Tú y Marc acaban de empezar, habrá obstáculos. Cuando

lo superes, serás más fuerte. Eso es lo que mi madre siempre solía decir, pero supongo

que nunca conoció a nadie como Marc Blackwell.

Mi teléfono no tiene señal para llamar a Jen, así que simplemente me miro a

mí misma por un momento en el espejo, pensando. Entonces veo a alguien salir del

cubículo.

Me congelo.

Dios mío.

Es Cecile.

Cecile del Ivy College.

Lleva los pantalones vaqueros blancos muy ajustados, botas de tacón alto de

equitación y una blusa azul metida en su cinturón. Incluso en pantalones vaqueros,

se ve elegante.

Sostengo mi cabeza tan alto como puedo, y me vuelvo hacia ella.

—¿Qué estás haciendo aquí?

Sus ojos se abren cuando me reconoce, pero solo por un segundo. Sin decir

una palabra, baila el vals hasta el fregadero y abre los grifos.

—¿Y bien? —pregunto mientras ella se lava las manos.

—Lo mismo que tú —dice— hago un artículo periodístico.

Page 117: Where The Ivy Grows 2

117

—¿Estás aquí para decirles más mentiras acerca de mí?

Cecile chasquea los dedos en el lavabo y alcanza una toalla de papel.

—La verdad es diferente, dependiendo de donde estés sentado.

El enojo crece alrededor de mi pecho.

—¿Sabes que lo que dijiste no era verdad? ¿Por qué quieres hablar mal de mí

de esa manera? Nunca te he hecho nada.

—No estoy de acuerdo —dice Cecile, secándose las manos—. Siempre supiste

que quería a Marc. Soy yo quien debería estar con él, ¿quién eres tú de todos modos?

Una pequeña chica de un pueblo pequeño. Yo me mezclo con la gente adecuada, no

sería una vergüenza para él, una chica a la que tiene vestir. —Mira fríamente mi

vestido—. ¿Supongo que ese traje es elección de Marc?

Miro hacia mi vestido, momentáneamente mal parada. No fue la elección de

Marc, pero no era exactamente la mía tampoco. Quiero decir, sí, escogí, pero yo

nunca habría siquiera visitado esa tienda si no fuera por Marc.

—Estás celosa —murmuro.

—Tú no juegas limpio, —dice Cecile—. Fingiste que no lo deseabas, y luego

te colaste en cuanto te di la espalda. Así que ahora es mi turno, voy a hacer lo que

sea para ganar a Marc. Y si eso significa decirle al mundo lo que realmente quiere

oír, entonces que así sea. Va a darse cuenta de lo que eres con el tiempo, de todos

modos.

—Yo no soy como tú —le digo—. Las cosas simplemente sucedieron, no fue

planeado…

—Eso no es lo que me pareció a mí —dice Cecile— o a cualquier otra persona.

No eres más que una don nadie que duerme con Marc para hacerse famosa, eso es

lo que todos piensan. Los periódicos, todo el mundo. No es como si tuvieran que

forzar la historia de mí, habían escrito casi todo antes de que me hablaran.

Page 118: Where The Ivy Grows 2

118

Ouch. ¿Es eso lo que todos piensan? No he hablado con Tom y Tanya aún,

¿están creyéndose lo que han leído en los periódicos?

—Has hecho tu cama —dice Cecile, deslizándose hacia la puerta—. Y ahora

tendrás que dormir en ella.

Yo busco en mi cerebro alguna réplica ingeniosa, algo para ponerla en su

lugar, pero no puedo pensar en una. Se me ocurrirá más tarde, y voy a reproducir esta

pequeña escena, deseando haber dicho algo inteligente e hiriente.

La puerta del baño se cierra, y me quedo mirándola, sintiéndome impotente,

furiosa y sola.

Page 119: Where The Ivy Grows 2

119

Capítulo 31

Traducido por Lore

Corregido por Anaid

chando humo, me dirijo a la recepción de CMG. No me enfado a

menudo, pero cuando lo hago, me resulta difícil pensar con claridad.

Delante, veo la limusina de Marc a través de las puertas

automáticas de cristal. Dos ruedas están montadas en el pavimento. Estoy tan

envuelta en ira que no me doy cuenta de que hay otra persona en el vestíbulo hasta

que siento una presión en el codo.

—Sophia. —Es la voz de un hombre.

Me giro. Dios mío.

Es Giles Getty.

Es más alto de lo que parecía en las puertas de la universidad, esta mañana.

No es tan alto como Marc, pero aun así, mis ojos están al nivel del cuello de su

camisa. Está vestido de misma manera que la moda en los medios de comunicación,

pantalones vaqueros negros, camisa suelta y arrugada color azul y una chaqueta de

traje azul marino.

Parece bastante normal. Casi apuesto. Pero sus ojos son abultados y salvajes,

y puedo ver que está teniendo dificultades para mantenerse quieto. Está agitado.

Miro mi codo y veo sus dedos peludos agarrando mi abrigo de cachemir.

—Por favor, quítame las manos de encima. —Trato de hacer que mi voz suene

tan firme como me es posible, a pesar de que no me siento así en absoluto. La verdad

es que hay algo muy alarmante acerca de este hombre.

—Solo quería hablar, eso es todo. No te importa hablar, ¿verdad? —dice

rápidamente. Demasiado rápido. Sus ojos grises se mueven hacia atrás y hacia

E

Page 120: Where The Ivy Grows 2

120

adelante.

—Tengo que irme —digo, tirando de mi brazo—. Marc está afuera.

—Hey. Espera. Espera. —Bloquea mi camino, saltando de un pie a otro. Me

recuerda a un boxeador en el ring antes de que la pelea comience. Toda energía y

furia. Ya no puedo ver la limusina—. Mira, he conocido a Marc durante mucho

tiempo. Años. Estoy interesado en la nueva dama en su vida, eso es todo. ¿Es tan

malo? —Saca su labio inferior un poco, supongo que para parecer inocente, pero no

lo consigue. Sus ojos se mueven de un lado a otro—. ¿Qué tal una copa de champán?

—No, me tengo que ir.

—Tu amiga Cecile está aquí. ¿Lo sabías?

—No es mi amiga. —Trato de caminar alrededor de él, pero vuelve a

interponerse en mi camino.

—¿No te gustaría hacer algo de dinero, Sophia? —Cuando dice mi nombre,

siento como si una serpiente se deslizara alrededor de mi hombro—. He oído hablar

acerca de tus antecedentes. Vi tu hogar familiar. No es exactamente una educación

rica. Puedo presentarte a gente adecuada, mostrarte cómo contar una buena historia.

—¿No has dicho ya bastantes mentiras?

Getty ríe, una larga risa gutural.

—Tenemos un héroe encapuchado en medio de nosotros. ¿La verdad, la

honestidad y la justicia? No habría esperado que Marc se conformarse con menos.

Dime, Sophia, ¿cómo es en la cama?

Mis manos comienzan a temblar, y trato de esquivarle otra vez, pero se pone

de nuevo en mi camino.

—¿Te ata y te da nalgadas como lo hace con el resto de las mujeres?

Miro al alrededor del vestíbulo, pero no hay nadie. La recepción está vacía.

Page 121: Where The Ivy Grows 2

121

¿Getty planeó esto? ¿Estar en el vestíbulo vacío?

—Debes saber, Sophia, que no eres más que una novedad para él. Un juguete.

No vas a durar. Nadie lo hace. Vende tu historia y haz algo de dinero mientras puedas.

Como digo, conozco a Marc desde hace mucho tiempo.

—Demasiado tiempo. —Las palabras recorren el vestíbulo, y Marc aparece

detrás del hombro de Getty—. Muévete de su camino.

Getty se da la vuelta. Sus ojos parecen estar listos para estallar fuera de su

cabeza.

—Bueno, bueno. El héroe del momento. Pero no eres realmente un héroe, ¿no?

—Habla con más rapidez que nunca, y su rostro se pone blanco.

—No creo que estés en condiciones de juzgar el heroísmo. Retírate de su

camino. Ahora mismo.

Getty se hace a un lado.

—Perdóname. Solo hago mi trabajo.

—Ve a hacerlo en otro lugar.

—Es un país libre.

Getty azota su cámara y toma un instante antes de que cualquiera de nosotros

pueda reaccionar. Estoy momentáneamente aturdida por el flash de color blanco,

pero Marc se lanza hacia delante, empujando a Getty aparte y me tira hacia él. Me

lleva hacia las puertas automáticas.

—Dios te maldiga —le grita mientras vamos por las escaleras a la limusina

que espera. Marc abre la puerta de la limusina y me ayuda a entrar al interior. Caigo

en el cuero, oyendo a la puerta cerrarse detrás de nosotros.

—No voy a dejar que haga esto. No esta vez.

Page 122: Where The Ivy Grows 2

122

Capítulo 32

Traducido por Lore

Corregido por Anaid

l coche arranca, y estoy tirada en el sofá de cuero.

Marc se sienta frente a mí y se inclina para tomar mis manos.

—¿Estás bien?

Trago.

—Un poco conmocionada.

—Cristo, soy un idiota. Debería haberlo visto venir. He conocido a Getty

durante el tiempo suficiente.

—¿Cómo? —pregunto—. Me dijo que te conocía demasiado. ¿Cómo lo

conoces?

Marc niega con la cabeza y suelta mis manos.

—No importa. —Mira por la ventana y murmura—: ¿Cómo sabía que estabas

ahí?

—¿Tal vez solo una coincidencia? —digo—. Creo que trajo a Cecile a CMG.

—No hay tal cosa como la coincidencia. No cuando a Getty se refiere. No, lo

sabía. ¿Por qué no me quedé contigo? Pensé... pensé que en CMG estabas a salvo.

Getty no tiene ninguna conexión allí. Estaba seguro. Cristo, qué tonto soy. Y ahora

tiene tu foto.

—¿Es muy malo? —pregunto—. Quiero decir, tal vez nos deje en paz ahora.

Marc ríe.

E

Page 123: Where The Ivy Grows 2

123

—¿Dejarnos en paz? Mientras que pueda conseguir dinero por nuestras fotos,

las hará. Y siempre y cuando los periódicos pierdan el interés en la historia real,

inventará lo que pueda y hará las historias él mismo. Cualquier cosa para llegar a mí.

—Pero, ¿por qué? ¿Por qué quiere llegar a ti?

—Digamos que tenemos un pasado, y dejémoslo así.

—¿A dónde vamos? —pregunto mientras el coche sale de Central London.

—Al único lugar donde puedo mantenerte a salvo — dice Marc—. Mi casa.

—Pero pensé que habías dicho... ¿no tenías una visitante?

—Bueno, tendremos que lidiar con eso cuando lleguemos allí.

Marc mira por la ventana y no dice nada más.

Page 124: Where The Ivy Grows 2

124

Capítulo 33

Traducido por Lore

Corregido por Anaid

n la acera de la casa de Marc, un montón de fotógrafos se pelean y

luchan por una posición. Me deslizo hacia abajo en el asiento cuando

los veo. Las ventanas están tintadas, pero todavía siento como si

pudieran ver hacia adentro. Cuando los fotógrafos ven nuestra

limusina, cargan hacia ella, empujando a las cámaras contra el cristal y golpeando

las ventanas.

—¡Marc! Marc, ¿está Sophia ahí contigo?

—¿Es verdad que solo está contigo para conseguir ser famosa, Marc?

Recuerdo las palabras de Arabella, «un pájaro en una jaula», y eso es

exactamente lo que siento. Un pájaro muy asustado.

La preocupación se nota en la frente de Marc, y salta a través del coche para

sentarse a mi lado. Pone un brazo alrededor de mis hombros temblorosos, y entierra

mi cabeza en su pecho, tratando de ahogar el estruendo y los gritos.

Conducimos a través de las puertas, y los fotógrafos no nos siguen. Supongo

que saben que no pueden traspasarla. Los veo a través de la ventana trasera, dando

vueltas, las cámaras colgando de sus manos.

A medida que nos dirigimos hacia abajo en el garaje subterráneo, el sol

desaparece y todo lo que puedo ver es la oscuridad.

—¿Cuánto tiempo tendremos que quedarnos aquí? —pregunto—.

Escondidos.

—Unas semanas. Unos pocos meses. Depende.

—¿Unos pocos meses?

E

Page 125: Where The Ivy Grows 2

125

—Sophia, solo quiero que estés a salvo —susurra Marc en mi pelo—. Puedo

cuidarte aquí. He pasado años consiguiendo que la seguridad sea la correcta.

Asiento, saliendo del coche en el espacio oscuro, subterráneo. Sus palabras

deberían hacerme sentir reconfortada, pero... no quiero estar atrapada en una casa,

no importa qué tan segura sea, por semanas o meses. Necesito sol.

Los coches de Marc están repartidos por el garaje, brillantes y de aspecto caro.

Casi puedo oír el ronroneo.

Su Ford Mustang está estacionado en la esquina, brillante y con muchas ganas

de salir. Noto el coche amarillo avispa de nuevo. El que no se ajusta a Marc en

absoluto. Los zapatos de cuero de Marc hacen clic en el hormigón detrás de mí.

—Todavía no me has dicho por qué mantienes el coche de tu padre —digo,

girando.

—Mantén a tus enemigos cerca, ¿no es eso lo que dije?

—Lo hiciste, pero eso no es una gran explicación.

—No me gusta hablar de mi pasado.

—Marc, quiero saber de ti. Si vamos a hacer esto de verdad, vas a tener que

acostumbrarte a abrirte.

—No vas a dejar este tema, ¿verdad? —Se dirige a las escaleras.

—Probablemente no. —Lo alcanzo y cojo su mano—. Háblame de tu padre.

¿Cómo murió?

—Cáncer —dice Marc, de manera cortante—. Largo y prolongado.

—Y... ¿alguna vez te has arrepentido de no haber estado allí? ¿En el funeral?

—No, no lo hago —dice Marc—. De lo único de lo que me arrepiento, en lo

que concierne a mi padre, es que no protegí mejor a mi hermana.

Page 126: Where The Ivy Grows 2

126

—Pero tú eras joven. Solo un niño.

—No cambia lo que siento. —Los labios de Marc son una línea firme.

—Cuéntame sobre el coche.

—Sigo conservando ese coche porque mi padre lo compró con mis ganancias

de la infancia. ¿Explica eso las cosas?

—Un poco, pero... en realidad no.

Marc deja escapar un largo suspiro.

—¿Qué recuerdas de tu niñez?

—Todo tipo de cosas. Jugar con Jen. El ir a los partidos de fútbol con mi

abuelo. Obras de teatro escolares. Navidad. Acampar en el bosque. Y las cosas malas

también. Mi madre moribunda, y mi padre cayéndose a pedazos. Pero trato de no

centrarme en eso.

—Todo lo que recuerdo de niño es trabajar. Y este coche fue pagado con ese

dinero. Así que supongo que se podría decir que este coche es mi infancia.

—Es... más o menos triste, pero también algo bonito —digo, apretando su

mano—. ¿Así que por eso te lo quedas? ¿Debido a que no deseas olvidar tu infancia?

—No. Lo guardo porque no quiero olvidar lo que mi padre me hizo. Quiero

un recordatorio constante.

—Marc, ¿es eso completamente sano?

Marc se encoge de hombros.

—Probablemente no. Pero eso es lo que soy.

—Y me encanta lo que eres.

Llegamos a la parte superior de las escaleras, y de repente, Marc se vuelve

Page 127: Where The Ivy Grows 2

127

hacia mí y desliza sus manos alrededor de mi espalda. Me da un beso largo y lento

que me hace aferrarme a él. Sus labios se mueven suavemente sobre los míos, y su

lengua se desliza hacia adelante, acariciando. Estoy perdida en un mundo de

sentidos, las manos corriendo por mi espalda, su pecho pegado al mío y su delicioso

aroma.

Es un beso tan tierno. A diferencia de los besos habituales de Marc, pero

todavía siento el hambre.

De repente, Marc se separa, y me deja un poco desorientada, con las piernas

flojas. Me siento como una colegiala mareada. Pone un brazo alrededor de mi

espalda, abre la puerta a la casa y me lleva al gran pasillo.

—¿Por qué el beso? —pregunto, sonriendo.

—¿Te estás quejando? —levanta una ceja.

—De ningún modo.

—Digamos que me llamó la atención lo mucho que puedo amar a una chica

en tan corto tiempo.

Mi sonrisa crece.

—Yo también te amo.

Veo las fotos familiares de los edificios a lo largo de la sala, y la alfombra roja

a lo largo y hasta la amplia escalera.

Hay un sonido tintineante de la cocina.

—¿Marc? —llama a una voz. Una voz de mujer, musical y suave.

Page 128: Where The Ivy Grows 2

128

Capítulo 34

Traducido por Lore

Corregido por Anaid

u visita? —pregunto, esperando que mi tono no sea

traicionado por mis celos.

Marc asiente.

—¿Quién es?

No responde. En cambio, se apodera de mi cintura, y nos dirigimos a la

cocina.

—Te has levantado. Pensé que todavía estarías en la cama.

¿En la cama?

En el mostrador de la cocina, veo una mujer alta y delgada, con el pelo marrón

muy largo, liso, que llega hasta la cintura. Los huesos de las rodillas y los hombros

se muestran a través de un vestido vaporoso, florido. Sus ojos son azul acuoso y

pálido, y hay arrugas de preocupación alrededor de sus ojos.

Empieza a llorar cuando ve a Marc, profundos sollozos que sacuden su pecho

flaco.

—Marc. Oh Marc. Lo siento mucho. Lo siento mucho.

Se acerca a ella, y esta lanza sus brazos alrededor de su cintura.

—Les dije dónde estabas, Marc. No era mi intención hacerlo. Llamaron por

teléfono. Pretendían ser de la universidad. Les dije dónde estabas. A dónde ibas.

Levanta la vista y me nota.

—¡Oh! Tú debes ser Sophia. —Trata de darme una sonrisa—. Lo siento

—¿T

Page 129: Where The Ivy Grows 2

129

mucho. ¡Qué lío!

Marc se vuelve hacia mí.

—Sophia —dice suavemente—. Esta es mi hermana. Annabel.

Pienso en la foto de familia en la caja de Marc arriba, y la chica de cabello

castaño en la imagen. Esta mujer se ve más que un poco parecida a esa niña. Pero los

nombres en la parte de atrás de esa foto eran Joan, Mike, Marc y Emily. No Annabel.

¿Marc tiene otra hermana?

Annabel se suelta y empuja el pelo de su cara. Veo un moretón rojo y púrpura

por la mejilla izquierda, por su oído.

Marc se da cuenta de ello también y se agacha, tomando su barbilla en la

mano.

—Si eso no se cura pronto, llamaré al doctor.

Se da la vuelta.

—Tienes que dejarlo para siempre esta vez —dice Marc—. ¿Me entiendes?

No puedes volver atrás. No me importa si dice que va a casarse contigo. Tienes que

pensar en tu hijo.

—Lo sé. Lo sé, Marc.

Se baja de la banqueta.

—Sophia, lo siento mucho. —Sus piernas se ven apenas capaces de sostener

su peso—. Yo quería estar bien y saludable cuando te conociera, pero... vuelvo a ser

un desastre.

—Está bien, de verdad. —Parece tan frágil que quiero cuidar de ella.

Envolverla en ropa de abrigo y alimentarla.

A medida que camina hacia mí, su mano para estrechar la mía, tropieza un

poco.

Page 130: Where The Ivy Grows 2

130

Salto hacia adelante, y Marc también lo hace. Los dos nos agarramos a ella,

yo alrededor de la caja torácica, Marc por los hombros.

—Necesitas descansar —dice Marc.

—Tienes que comer —le digo, ayudándola a volver al taburete—. Te voy a

hacer un poco de sopa.

—No, por favor. —Annabel niega—. Honestamente, ¿qué debes pensar de mí?

Quería causarte una buena impresión. —Mira a Marc y le da una débil sonrisa—. La

chica que tiene a mi hermano completamente loco.

—Deja que te prepare algo —digo, asegurándome de que esté firme en el

taburete—. Té por lo menos. O Bovril caliente.

Me voy a la nevera y la veo repleta de cosas gourmet, tarteletas de cangrejo,

fetas de jamón, salmón ahumado y una cesta de frutas exóticas atada con cintas.

—¿Tienes alguna sopa de pollo? —pregunto a Marc.

Viene a mi hombro y mira en la nevera.

—Rodney ha hecho las compras en caso de Annabel sintiera ganas de comer.

No sé si la sopa de pollo estaba en su lista.

—¿Crees que podrías manejar un poco de sopa? —pregunto a Annabel.

—Puedo intentarlo. —Annabel le da a Marc la más pequeña de las sonrisas—

. Es hermosa, Marc. Justo como dijiste. Por dentro y por fuera. Puedo ver por qué te

gusta.

Siento una sonrisa en mi estómago y le doy una mirada a Marc, pero no revela

nada, así que abro y cierro armarios, en busca de algo donde calentar la comida, del

tipo que quieres cuando estás enfermo y tembloroso. No sé qué le pasa a Annabel,

pero la sopa de pollo ayuda a la mayoría de las cosas.

No hay nada en los armarios, solo platos gourmet, especias exóticas, harinas

Page 131: Where The Ivy Grows 2

131

especiales y champagne caliente.

Vuelvo a la nevera y encuentro un paquete de muslos de pollo asados de

Harrods y algo de estragón fresco. Hay extrañas verduras en la puerta del frigorífico,

un manojo de zanahorias con tallos con hojas grandes, una col Savoy y un paquete

de papas Jersey Royal.

Me vuelvo al armario de la harina, notando a Marc mirándome, con una

media sonrisa en su rostro.

—Sopa de pollo —le digo, tomando un cuchillo y cortando las verduras en

una tabla de mármol—. Y hornearé un pan de soda también.

Page 132: Where The Ivy Grows 2

132

Capítulo 35

Traducido por Lore

Corregido por Anaid

racias a la organización de Rodney, la cocina es fácil de usar, y pronto

tengo una olla con sopa hirviendo en la estufa y el pan en el horno.

Cuando sirvo a Annabel su tazón de sopa, coge una cucharada

y sonríe.

—Mmm —dice—. No he comido nada así en mucho tiempo. —Mira a

Marc—. Apuesto a que tú tampoco. Una comida casera.

—Al contrario —dice Marc—. Sophia me preparó una cena el otro día. En la

casa de su padre.

—Si era tan deliciosa como esta, tienes suerte —dice Annabel.

—Fue sublime.

Me sonrojo cuando Marc dice eso. Probablemente ha comido en algunos de

los mejores restaurantes del mundo, pero aún así disfruta de mi cocina.

—¿Crees que podrías comer un poco de pan? —pregunto a Annabel,

agachándome para revisar el pan en el horno.

—Huele muy bien —dice Annabel—. Me encantaría.

Cojo el pan del horno y corto un pequeño trozo para Annabel. No le pongo

mantequilla que podría ser un paso demasiado lejos, pero parece feliz de sumergirlo

en su sopa.

Ya hay color en sus mejillas, y está sentada mucho más recta.

—¿Qué debes de pensar de mí, Sophia? —dice, rozando su cuchara en el fondo

de la taza—. Una mujer adulta, hecha un lío como este.

G

Page 133: Where The Ivy Grows 2

133

Pienso en lo que Jen me dijo, antes de empezar el Ivy College. Acerca de la

hermana de Marc siendo una adicta a la heroína. No me importa si lo es. No juzgo

a la gente. Pero me pregunto cómo Giles Getty está involucrado en todo esto.

—No te llames así —digo—. Piensa en tu hijo, él no querría que su madre

hablara de sí misma de esa manera.

Una lágrima de desliza por la cara de Annabel.

—No soy una madre. Mi hijo está con padres de acogida.

—Dios, pobre —le digo—. Esto debe de ser horrible para ti.

Annabel asiente y exhala.

—Fue mi elección. Les pedí que se lo llevaran. Hasta que pueda conseguir

liberarme de esta adicción y de su padre, está mejor cuidado. Necesito conseguir salir

esta vez. Tengo que hacerlo. O se lo van a llevar de forma permanente.

—Deberías dormir ahora —dice Marc, con el ceño fruncido—. Necesitas

descansar.

—Sí —dice Annabel, bajándose de la banqueta—. Muchas gracias, Sophia.

No solo por la comida. —Me mira, y sus ojos son grandes y serios—. Por

preocuparte.

—Aquí, te ayudo —dice Marc.

—No, no. —Lo aleja—. Por favor. Me siento bastante mal por conocer a

Sophia así. Tú te quedas aquí. Estaré bien. —Le da una sonrisa débil—. Sabes que lo

estaré, me has visto así muchas veces antes.

—Y me preocupa cada vez.

—Ya lo sé —dice Annabel, cojeando fuera de la habitación—. Y te quiero por

eso.

—¿Por qué no me lo dijiste? —le pregunto amablemente, recogiendo el plato

Page 134: Where The Ivy Grows 2

134

de Annabel y llevándolo al fregadero.

—¿Decirte? —Marc se sienta en un taburete, con una pierna colgando hacia

el suelo.

—Que tu hermana era tu huésped. Y que estaba enferma.

—¿Enferma? Esa es una palabra para ello.

—Estaba pensando en todo tipo de cosas.

—¿Ah, sí? —Marc levanta una ceja—. ¿Estabas celosa?

Miro el piso.

—Quizá. Un poco. Mi mente me estaba jugando una mala pasada.

Marc deja escapar una larga y baja risa y mi estómago se suaviza.

—Siempre he pensado que los sentimientos oscuros eran para gente como yo.

—Tal vez no sea el ángel que crees que soy.

—Lo eres. Pero tal vez no lo serás para cuando haya terminado contigo.

—¿Qué significa?

—Creo que sabes exactamente lo que quiero decir.

Siento voltear mi estómago otra vez, y el derretimiento familiar, y la loca

sensación que me hace caer en los brazos de Marc cada vez que chasquea los dedos.

Pero me resisto. Hay cosas importantes que discutir.

—No sé por qué tenía que ser un gran misterio —le digo—. ¿Era ella con la

que estuviste hablando por teléfono? ¿Cuando estábamos en el hotel?

Marc asiente lentamente, mirándome.

—¿Y la persona con la que tenías que reunirte? ¿La persona que te podía

Page 135: Where The Ivy Grows 2

135

ayudar con tu futuro?

—Necesito que Annabel se mejore. Para liberarse de su novio y seguir

adelante. Hasta que lo haga, siempre habrá una parte de mí que esté enojado. Y

mientras estoy enojado... habrá una barrera entre nosotros.

—¿Por qué no me lo dijiste?

Marc abre sus manos.

—No quiero que tengas que lidiar con... algo así... tan temprano. Quería que

la conocieras cuando se hubiera recuperado.

—¿Recuperado?

—De su adicción a la heroína. —Descansa su barbilla en el codo, sin dejar de

mirarme.

—Oí hablar de eso —le digo—. No sabía si era verdad.

—Es cierto. Está pasando por abstinencia en estos momentos. Día cuatro. Hay

luz al final del túnel.

—¿Cómo podemos ayudarla a ponerse mejor?

Marc sonríe y niega con la cabeza.

— ¿Y te preguntas por qué te amo? No es nada para ti, y sin embargo quieres

ayudarla. La mayoría de la gente podría pensar «escoria» y correr tan lejos como

pueda.

—Por supuesto que no creo eso. Es un ser humano. Todos tenemos nuestros

problemas. Y quiero ayudar, si puedo. Es tu hermana. ¿Por qué no iba a querer

ayudarla?

—Va a tomar un poco más que un par de tazones de sopa, Sophia. —Pone su

cabeza entre las manos—. Lo siento. Salió mal. No quise decir... —Mira hacia

arriba—. Me encanta que hayas hecho eso por ella. Pero hemos estado luchando

Page 136: Where The Ivy Grows 2

136

durante años. Años. Ella quiere parar, pero siempre hay algo que la arrastra hacia

atrás. No es algo, alguien. Su novio.

—¿Al que habías golpeado? —Las palabras salen de mi boca antes de que

pueda detenerlas.

Page 137: Where The Ivy Grows 2

137

Capítulo 36

Traducido por Lore

Corregido por Liss.Briel

os ojos de Marc se ensanchan.

—¿Cómo lo hiciste…?

—Jen —digo—. Ella trabaja en relaciones públicas, ¿recuerdas?

—Ah, sí. El bulldog de los PR. Por supuesto. Ella sí que conoce su trabajo.

Era mi principal sospechosa cuando la prensa supo nuestra ubicación.

—¿Jen? —Estoy indignada—. Ella nunca haría algo así. Somos como

hermanas. ¿Cómo puedes pensar eso?

El labio superior de Marc se enrosca en una sonrisa sexy.

—¿Celosa y con mal genio? Estoy viendo nuevas caras de ti hoy, Señorita

Rose.

Suspiro.

—Ha sido un día difícil.

—Acepto eso. —Levanta las manos, sin dejar de sonreír—. A lo mejor no me

fío tan fácilmente como tú. Pero no te preocupes, he aprendido mi lección. Está claro

que Jen significa mucho para ti. Me retracto de mi comentario.

—Gracias. —Dudo—. ¿Marc?

—¿Sí?

—¿Quién es Emily?

Marc me mira fijamente por un momento.

L

Page 138: Where The Ivy Grows 2

138

—¿Cómo...?

—Vi el nombre de Emily en tu foto de familia. En el porta retrato de tu

dormitorio. ¿Tienes otra hermana?

—No —Marc niega con la cabeza—. Emily era el nombre que nuestra madre

le dio a mi hermana. Pero cuando murió nuestra madre y nos mudamos a los Estados

Unidos, mi padre le cambió el nombre. Emily era demasiado normal para él.

—Eso es... horrible —digo—. Suena... un poco loco.

—No es una locura, simplemente espectacularmente egocéntrico. El peor

ejemplo de un ser humano.

Hay un sonido que vibra y Marc saca su teléfono del bolsillo del pantalón.

Frunce el ceño cuando ve el número, pero igual toma la llamada.

—Minty. Sí. Sí, lo he oído. —Frunce el ceño, sus cejas gruesas uniéndose—.

¿Así que pensaron que pasarían sobre mí? Bueno, da la casualidad de que Sophia está

aquí mismo. No, eso no será necesario. No hay ninguna decisión que tomar. Dígales

que no tomará el papel.

Él cuelga.

—¿Marc? —Me siento incómoda—. ¿Qué ha pasado?

—Ese era del musical La Bella y la Bestia. No podían encontrarte, así que

llamaron a mi agente de publicidad.

—Y les dijiste... ¿qué, exactamente?

—Ya has oído lo que le dije.

—¿Les dijiste que no tomaría el papel? ¿Sin preguntarme? ¿Escuche bien?

—Exactamente bien. No es seguro.

Doy un paso hacia atrás, sin saber muy bien a dónde acudir o qué hacer.

Page 139: Where The Ivy Grows 2

139

—¿Cómo pudiste...? No tienes derecho.

—Tengo tus mejores intereses en el corazón.

Se mueve hacia mí, pero doy otro paso hacia atrás, sacudiendo la cabeza.

—No puedo creer que hayas hecho eso. Marc, tienes que llamarlos de nuevo.

Decirles que es mi elección.

—No veo ninguna razón para hacer eso.

—¿No ves ninguna razón? —Apenas puedo pronunciar las palabras, estoy tan

enojada—. ¿Ninguna razón? —Me siento como que estoy cayendo y la cocina se ve

borrosa—. No puedo estar cerca de ti en este momento —me oigo decir—. Necesito

estar sola.

Salgo de la cocina al pasillo, antes de darme cuenta de que no hay lugar a

donde ir. Los paparazzi están afuera.

Me vuelvo en el pasillo.

—Sophia. —Marc aparece a mi lado.

—Aléjate de mí, ahora mismo —digo—. Lo digo en serio. No soy una niña.

¿Qué te dio el derecho... tienes algún respeto por mí en absoluto? —Los

acontecimientos de hoy están girando alrededor y alrededor de mi cabeza y las

palabras de Giles Getty siguen llegando de nuevo a mí.

No eres más que un juguete para él.

—Sophia, es necesario que comprendas…

Levanto una mano.

—Por favor, no trates de explicarlo.

Marc me mira por largo tiempo, sus manos deslizándose en sus bolsillos. No

se ve enojado, sólo... decepcionado. Pensativo. Como si me quisiera reprender, pero

Page 140: Where The Ivy Grows 2

140

no sabe cómo. Pequeñas líneas han aparecido encima de su nariz.

—¿Así que quieres estar sola? —dice finalmente.

—Tengo que pensar... —Pero la verdad es que no puedo pensar. No cuando

estoy tan enojada.

—Como quieras. —Marc camina pasándome hacia la puerta que da al garaje.

Su mano se queda en el pomo de la puerta—. Rodney está arriba. Él va a tener todo

lo que quieras. Puedes usar mi habitación si quieres estar sola. Ya sabes el camino.

—¿Adónde vas?

—A darte un poco de espacio. Te llamaré más tarde.

La puerta se cierra y oigo el rugido de un coche, algo deportivo y rápido.

Me quedo sola en el pasillo, sorprendida y muy, muy confundida. Sé que dije

que quería estar sola, pero que Marc se vaya así... me hace sentir más enojada que

nunca.

Page 141: Where The Ivy Grows 2

141

Capítulo 37

Traducido por MAngelBooks

Corregido por Lsgab38

e siento en la cama de Marc como una adolescente malhumorada,

mirando mi teléfono. A pesar de mí misma, estaba esperando su

llamada. Pero sabía muy bien que Marc sería fiel a su palabra.

Realmente me está dando espacio, por lo menos por un tiempo.

Texteo a Jen:

Marc acaba de decidir que no debía tomar parte en un gran musical. La Bella

y la Bestia. Ni siquiera me preguntó.

Jen respondió:

¡De ninguna manera! Esa es una gran parte. Qué hombre de las cavernas. No

puede hacer eso. Por favor dime que le dijiste a dónde ir.

Le texteo de vuelta:

Nos peleamos, y ahora se ha ido. No parece ver por qué estoy enojada.

Jen responde:

Hombres. Están todos locos. Y dicen que las mujeres son las locas.

Al leer el último mensaje de Jen, hay un suave golpe en la puerta.

—¿Sophia? Soy Annabel. ¿Puedo pasar?

Me levanto de la cama y abro la puerta en una fracción de segundo.

—No pretendo encerrarme —digo—. Pero tengo mucho en qué pensar.

—¿Mi hermano hizo algo? —Sus ojos son grandes y preocupados. Se ve mejor

M

Page 142: Where The Ivy Grows 2

142

que antes. Más resistente en sus pies, pero aún frágil.

—Tomó una decisión por mí sin preguntarme. Sé que tenía buenas intenciones

para mí en su corazón, pero estuvo mal.

Annabel asiente con movimientos sueltos como una marioneta.

—¿Puedo entrar?

Sostengo la puerta hacia atrás.

—Por favor.

Ella se sienta en la cama.

—No quiero que tú y Marc peleen.

—No estamos peleando exactamente —digo, tomando asiento junto a ella—

. Él se fue.

—Eso suena como mi hermano. Suele salir huyendo cada vez que las cosas se

ponen demasiado difíciles. Eso es su forma de hacerle frente. Pero creo que de esta

manera, de no ser así, podría haber terminado como yo.

Mira hacia abajo a sus manos flacas, y me doy cuenta de los moretones

alrededor de sus dedos.

—No seas tan dura contigo misma —digo—. No suena como si hubieses

tenido las cosas fáciles.

—Nunca le había oído hablar de nadie como habla de ti —dice Annabel—.

Está diferente desde la última vez que le vi. Lo oigo en su voz. Su rostro es diferente.

Se ve más brillante. Más suave. Tú le haces diferente.

Niego con la cabeza.

—Me gustaría poder tener ese efecto en él. Pero... le resultó bastante fácil irse

en este momento.

Page 143: Where The Ivy Grows 2

143

—Él tiene sus asuntos. Pero la forma en que habla de ti... eres un ángel para

él. Le estás salvando.

—Si yo fuese un ángel, no estaría celosa, o enojada, o asustada. O confundida.

—No es tan complicado como parece, ya sabes —dice Annabel—. Está

asustado también. La manera en que se hace cargo de todo, es sólo su forma de

hacerle frente.

Pienso en eso. Tiene sentido. Supongo que él tiene miedo de mí tomando este

papel. Miedo de que él pierda el control y yo salga lastimada. Pero no puedo vivir mi

vida de esa manera.

—Mira, te dejaré pensar —dice Annabel, levantándose de la cama y dejando

escapar un largo bostezo—. Me voy a tomar otra siesta. Pase lo que pase, me alegro

de que Marc te haya conocido.

Abandona la habitación.

Reviso mi teléfono de nuevo, en caso de que por algún milagro Marc hubiese

llamado y no lo haya escuchado. No lo ha hecho, pero las palabras de Annabel me

han tocado.

Escribo un mensaje.

Siento la pelea. ¿Podemos hablar?

Inmediatamente, aparece un texto de Marc.

En camino a casa.

No hay besos, pero Marc no envía besos. Dejo escapar un largo suspiro.

Cuando regrese, vamos a conseguir solucionarlo todo. Se lo haré entender. Sé que

tengo que hacerlo. Porque si no puedo... oh, no quiero ni pensarlo.

Page 144: Where The Ivy Grows 2

144

Capítulo 38

Traducido por MAngelBooks Corregido por Lsgab38

e estaba volviendo loca en la habitación de Marc, así que me dirijo

a la planta baja, aferrándome a mi teléfono.

Supongo que Annabel todavía debe de estar durmiendo,

porque no había nadie en la zona de la cocina o la sala de estar.

La casa de Marc es de temperatura cálida, pero justo ahora se siente un poco

fría. No puedo poner mi dedo en la llaga. Las imágenes de los edificios no ayudan,

ni la falta de color. Las cortinas y los tonos claros son caros, pero sencillos. No tiene

nada especial. Como que la casa está decorada para una conferencia de negocios.

Me dirijo a la cocina. A través de las puertas del patio, me doy cuenta de que

el jardín está todavía muy mal cuidado y en extrema necesidad de amor y atención.

Hiedra sube por los árboles y se arrastra por las paredes. Es hermoso, pero hay que

reducirlo un poco y recortarlo en una mejor forma.

Los árboles son tejos y acebos, por lo que todavía están verdes y tupidos, pero

han sido dejados para crecer completamente libres, y sus hojas verdes bloquean la luz

del sol.

En mi palma, mi teléfono vibra y contesto de inmediato, pensando que sería

Jen o Marc.

—Hola. —La voz es muy elegante. Ligera. Y de mujer—. ¿Con Sophia

Blackwell?

—Sí —le respondo—. Soy Sophia.

—Soy Davina Merryweather.

Hay una pausa, y supongo que está esperando que la reconozca. Pero no tengo

M

Page 145: Where The Ivy Grows 2

145

ni idea de quién es.

Ella tose educadamente.

—Estoy dirigiendo La Bella y la Bestia en el Teatro Tottenham.

—Oh. —Mi mano tiembla un poco, y sujeto mi otra mano sobre ella—. De

acuerdo. Sí. Me dijeron... Es agradable hablar con usted. ¿Cómo consiguió mi

número?

—Tengo mis métodos. —Puedo oír su sonrisa por el teléfono—. Mira, quería

hablar contigo en persona. Estuve tan decepcionada de que no quisieras el papel. Y

pensé... —suelta una pequeña carcajada—. Que tal vez podría persuadirte. Estamos

poniéndonos un poco desesperados, y el equipo de marketing piensa que tú encajas

en el proyecto.

Me aclaro la garganta.

—En realidad, nunca dije que no tomaría el papel. Mi... Es decir, Marc

respondió por mí.

—¿Lo hizo, de verdad?

—Pensó que estaba actuando por mis mejores intereses.

—¡Qué de 1950!

—Sí. Así es. Lo que quiero decir es que no me he decidido de una manera u

otra sobre el papel.

—¿Así que estás interesada?

—Interesada, sí. Pero todavía estoy pensando las cosas. ¿Me puede dar un

poco de tiempo?

—No queda mucho. Tendremos que saber antes del cierre de los negocios de

hoy. A las seis de la tarde.

Page 146: Where The Ivy Grows 2

146

—Entiendo.

—Bien. Mi número debería haber quedado grabado. Llámame con tu

decisión.

La línea se corta.

Alejo el teléfono de mi oído, dándome cuenta de que acabo de hablar con

Davina Merryweather. La vi en un documental de la BBC sobre el teatro musical,

hace años. Supongo que debe ser muy famosa. Me pregunto si Denise Crompton la

conoce.

Me gustaría tener más tiempo para pensar. Pero hoy a las seis de la tarde... no

tengo mucho tiempo.

Es tarde, y una luz rosada brilla sobre Londres, pero en el jardín de Marc, la

luz se pierde en los árboles crecidos.

Veo un par de botas de agua de color verde cerca de las puertas del patio y

deslizo mis pies en ellas. Son cuatro tallas más grandes, pero que le voy a hacer.

Supongo que son de Rodney. Probablemente las utiliza para caminar a través de la

hierba mojada y vaciar las papeleras.

Afuera, en el jardín, el aire es más frío, pero el cielo es de color pálido brillante

y claro. Echo un vistazo alrededor, respirando el delicioso aroma fresco de las plantas

y el suelo.

La hierba llega a la altura de las rodillas y está llena de dientes de león

muertos, y la pequeña terraza cerca de la puerta está verde con el moho. Me pregunto

si alguna vez Marc ha puesto un pie aquí. Probablemente no. Los edificios son lo

suyo. No la naturaleza.

Hay una desvencijada choza en la esquina que perdió la puerta, y veo tijeras

de podar, una pala y paleta que cuelgan en el interior.

A medida que despejo la hierba del cobertizo, ya he formado un plan para

poner en orden este espacio.

Page 147: Where The Ivy Grows 2

147

La hiedra se queda, por supuesto. Es hermosa. Me encanta que la hiedra

pueda verse bonita, verde y plateada durante todo el año, en las más duras

condiciones meteorológicas. Sin embargo, los árboles necesitan ser recortados para

que la luz del sol pueda pasar, y el césped necesita un corte así la luz del sol puede

llegar al suelo. También voy a cavar un poco más en el canal de vegetales, si hay

tiempo, y le pediré a Rodney comprar semillas y bombillas.

Saco las tijeras y empiezo a cortar las ramas delgadas de los árboles de hojas

plumosas. Una vez que he cortado lo suficiente como para dejar que la luz del día

pase a través, me pongo a trabajar en el césped. No hay podadora, así que tengo que

usar las tijeras de nuevo, arrastrándome sobre las manos y las rodillas.

Les dejo unas cuantas matas silvestres, por lo que hay algunos dientes de león

para decorar el jardín. Luego uso la pala para cavar un pequeño canal para verduras,

rectangular y ordenado, y remuevo la tierra para que el sol puede llegar a ella. Hay

un buen par de gusanos que se arrastran para arriba, lo me dice que el suelo está sano.

Cuando me levanto, con las mejillas encendidas con el ejercicio y el barro

debajo de las uñas, me siento orgullosa de lo que he hecho. El jardín se ve mucho

mejor. Más fresco. Más ligero. Más hermoso. No es perfecto, pero al menos se ve un

poco amado.

Tengo la sensación de que alguien me observa y me giro para ver a Marc a

través del cristal. Tiene sus manos en los bolsillos.

Page 148: Where The Ivy Grows 2

148

Capítulo 39

Traducido por MAngelBooks

Corregido por Lsgab38

e aliso el pelo suelto, de pronto consciente de mí misma, y camino

pesadamente hacia él en las botas de agua, mis pies resbalando y

deslizándose fuera de ellas mientras camino.

—Tal vez debería contratarte a tiempo completo —dice Marc mientras cierro

la puerta del patio y dejo las botas en el tapete.

—Deberías contratar a alguien —le digo—. Es un crimen tener un espacio así

y no utilizarlo.

—¿Quieres que tenga a alguien lavando a seco tu vestido?

—Oh, atrapada. —Miro hacia abajo y veo manchas de hierba y barro en el

vestido de Vivienne Westwood. A veces, me dejo llevar tanto por la jardinería que me

olvido de las cosas básicas como comer, beber y cambiarme de ropa. El vestido no

está en ruinas, pero necesita una limpieza—.Tenemos que hablar.

—Muy bien.

Nos miramos el uno al otro.

—¿Has tenido tiempo para pensar? —dice Marc.

—¿Sobre qué?

—Acerca de tomar el papel. Sería algo tonto.

Estoy sacudiendo mi cabeza.

—No lo creo. Marc, ¿por lo menos entiendes por qué estaba tan enojada antes?

—No te gustó que tomara una decisión por ti.

M

Page 149: Where The Ivy Grows 2

149

—Exactamente. —Voy al lavabo y lavo el barro de mis manos—. ¿No puedes

disculparte y seguimos adelante?

—No veo por qué tengo que pedir disculpas por mantenerte a salvo —dice

Marc, subiéndose a un taburete.

—Sé que sólo quieres lo mejor para mí —le digo— pero no eres mi maestro

en estos momentos. Esta es la vida real. Tienes que dejar que tome mis propias

decisiones.

—Mientras que sean las correctas.

—No, Marc. Tienes que confiar en mí para decidir lo que es correcto e

incorrecto. No siempre voy a hacer las cosas bien. Pero tienes que dejarme cometer

mis propios errores.

—Eso es ridículo —dice Marc—. Claramente no estamos de ánimos para

tener una conversación racional. Y hasta que lo estemos, bien podemos poner esta

discusión en espera.

Oh, estoy echando humo ahora. ¿Cómo se atreve?

—Estoy teniendo una conversación racional. Eres tú el que no tiene ningún

sentido al respecto.

—Sophia, no tiene sentido discutir sobre esto. Claramente no estamos de

acuerdo.

—Davina Merryweather me llamó mientras estabas fuera —le digo.

—¿Ella te llamó? —Salta de su asiento, y se inclina hacia atrás y adelante a

sus espaldas.

—Sí, lo hizo.

—¿Y qué le dijiste?

—No debería importarte a ti lo que le dije. Es mi decisión para tomar.

Page 150: Where The Ivy Grows 2

150

Marc golpea sus manos sobre el mostrador.

—¿Estás diciendo que tomaste el papel para fastidiarme, Sophia?

—¿Es eso lo que piensas de mí? ¡Gracias por tu confianza! No, no tomé el

papel. Para fastidiarte o por alguna otra razón. Le dije que lo pensaría.

—No es seguro para ti tomar ese papel. No con Getty merodeando.

—Marc, él es sólo un fotógrafo.

—Todo lo que quiero es protegerte. —Marc se balancea hacia atrás y hacia

adelante en sus zapatos—. Si tomas ese papel, estarás como una extranjera.

Vulnerable. Sola.

—¿Así que estás diciendo que no puedo cuidar de mí misma? ¿Qué a no ser

que estés tú cuidándome, no puedo hacer nada?

—Cristo. —Marc inclina la cabeza hacia atrás y mira al techo—. Sofía, ¿no lo

entiendes? Ahora estamos a la intemperie, es peligroso que estés allí. Te he traído

aquí para poder protegerte.

—¿Así que nunca puedo salir?

—Por el momento, tiene sentido que te quedes aquí.

Recuerdo una vez más las palabras de Giles Getty.

—Soy un ser humano Marc, no una mascota. No me puedes encerrar aquí

porque estás asustado.

—Sophia, estás actuando como niña.

—No. Te equivocas. Estoy tratando de ser una adulta. Y vivir una vida adulta

normal. —Paso por delante de él—. Necesito estar sola. ¿Puedes, por favor, preguntar

a Keith si puede venir a buscarme?

—¿A dónde estás pensando ir, exactamente?

Page 151: Where The Ivy Grows 2

151

—No lo sé. La casa de mi padre, tal vez. Necesito espacio. Tengo que estar en

algún lugar donde alguien no trate de controlar mi vida.

—¿Controlar tu vida? —Marc frunce el ceño—. Todo lo que hago es tratar de

protegerte. —Sus ojos azules parpadean con dolor.

—¿En serio? Porque todo lo que veo es una persona que tiene miedo. Tanto

miedo que está tomando decisiones en mi nombre. —Pongo una mano en mi frente—

. Necesito un poco de espacio.

—Al menos déjame arreglar algún lugar para que te quedes. No es seguro la

casa de tu padre. Getty puede encontrarte allí.

No me atrevo. No quiero que mi familia sea arrastrada a todo esto.

—Muy bien. De acuerdo. Voy a encontrar otro lugar entonces.

Marc da un paso hacia mí.

Aparto la mirada de él.

—Marc, por favor. No puedo.

—El Ivy College es seguro. Vuelve a tu antigua habitación. Continúa con tus

estudios. No voy a ir a cualquier lugar cerca de ti, si espacio es lo que quieres. Será

como si no existiera.

Siento el dolor en mi pecho de nuevo. No quiero que sea como si él no

existiera. Duele pensar siquiera en no verle. Pero necesito espacio en estos momentos.

No puedo pensar con claridad mientras estoy aquí. Y sé que tiene razón sobre el Ivy

College. Voy a estar a salvo.

—De acuerdo.

Page 152: Where The Ivy Grows 2

152

Capítulo 40

Traducido por MAngelBooks

Corregido por Lsgab38

iro el camino gris con antelación ya que Keith me lleva al Ivy

College. No estamos charlando, como lo haríamos normalmente.

En cambio, me quedo mirando por la ventana, viendo a Londres

pasar como una diapositiva.

Comienza a llover, diminutas gotas al principio, pero luego el cielo se vuelve

un torrente de azul-marrón, y las gotas grandes de agua se estrellan sobre el parabrisas

del coche.

—Hermoso clima —comenta Keith.

—Hermoso —murmuro. Es curioso cómo puede cambiar la vida. Esta

mañana, estaba llena de esperanza. Marc y yo teníamos un futuro. Ahora, no estoy

segura de nada. Mis labios se sienten como si tuvieran imanes en ellos, tirando hacia

abajo, y con una sensación de ardor en el estómago.

Quiero a Marc, pero ¿cómo quiere que las cosas funcionen si me sigue

manteniendo encerrada, sin poder tomar mis propias decisiones?

Oigo la tintineante música clásica y distraídamente me doy cuenta que mi

teléfono está parpadeando. Es el número de Davina.

Tomo la llamada.

—¿Hola?

—¿Sophia? Sólo confirmando.

—Oh, hola. —Echo un vistazo a Keith.

—¿Has tomado una decisión?

M

Page 153: Where The Ivy Grows 2

153

Pienso en Marc y cómo quiere que me mantenga a salvo. Y entonces pienso

en una vida donde nunca puedo tomar cualquier decisión por mí misma. No sé lo

que Marc va a hacer si tomo el papel. Tal vez rompa conmigo. O tal vez nos hará

más fuertes. De cualquier manera, tengo que demostrarle que puedo tomar

decisiones por mi cuenta. Buenas. Decisiones que ayudaran a mi futuro. Trato de no

pensar en Getty.

—Me lo quedo —le digo—. Sí. Voy a tomar el papel.

—¡Maravilloso! —Una pausa—. No pareces muy feliz.

—No, es sólo que... tengo muchas cosas en mente.

—No tenemos mucho tiempo. ¿Puedes venir a vernos mañana a primera hora?

—Sí, muy bien. Hasta mañana.

Estoy a punto de colgar, cuando escucho:

—Sophia.

Vuelvo a llevarme el teléfono a la oreja.

—Lo siento. ¿Sí?

—¿No me vas a preguntar en dónde reunirnos? ¿A qué hora?

—Oh. Cierto. Sí, por supuesto.

—7 am en el Teatro Tottenham. Vamos a tener un conductor para que te

recoja. Sólo dame tu dirección.

—Ivy College —digo.

—¿Ivy College? ¿No estás quedándote con Marc?

—No en este momento.

—Oh. —Hay una pausa, y casi puedo oír los engranajes de su cerebro

Page 154: Where The Ivy Grows 2

154

trabajando.

—¿Está algo mal? —pregunto.

—No, no. En realidad, Ivy College es perfecto. ¿Cuál es tu correo electrónico?

Te voy a enviar el guión y algunos MP3s.

Se lo digo.

—Estupendo —dice ella—. Nos vemos mañana.

Sigue lloviendo cuando Keith me deja en el aparcamiento de la universidad.

Le doy las gracias, tiro de mi abrigo por encima de mi cabeza y corro a través de la

grava.

No hay estudiantes en los jardines, pero la sala de comida está toda iluminada.

Supongo que todo el mundo debe estar dentro cenando.

Debería comer también, pero no tengo hambre, es ridículo. Mi estómago se

siente como un trozo de papel arrugado, y la tristeza se ha colado directamente entre

mis huesos.

Me apresuro a través de los jardines, viendo la grava volar alrededor de mis

pies, y sintiendo la lluvia en las piernas y la cara.

Cuando llego a la residencia de estudiantes, siento las lágrimas venir. ¿Qué

diferencia hace un día...? ¿No es eso lo que dice la canción? Esta mañana, deje este

edificio de la mano con Marc. Las cosas no eran perfectas, pero teníamos un futuro.

Ahora, simplemente no lo sé.

Mi habitación es fría y oscura, pero se adapta a la forma en que me siento, así

que la dejo así. Me cambio a mi pijama, me meto bajo mi edredón y dejo que las

lágrimas perezosas se deslicen por mi cara.

Ni siquiera tengo fuerzas para llorar correctamente. El agua es sólo una

especie de fuga hacia fuera, y las lágrimas se sienten frías y grises, como todo en estos

Page 155: Where The Ivy Grows 2

155

momentos.

Cuando me doy cuenta de que dormir es imposible, riego mis plantas y reviso

mi teléfono.

Marc ha llamado cinco veces. Y envió un mensaje de texto.

Sophia, déjame saber que estás a salvo.

Page 156: Where The Ivy Grows 2

156

Capítulo 41

Traducido por MAngelBooks

Corregido por Lsgab38

i pulgar está preparado, listo para enviarle un texto de regreso, pero

dudó. ¿Qué debo responder? Mientras pienso en ello, hay un golpe

en la puerta.

Veo como diapositivas al teléfono en mi mano, cayendo con estrépito al suelo.

Pongo el edredón a mí alrededor, salto a mis pies y patino en calcetines hacia la

puerta.

Le dije que me diera espacio. ¿Es que no lo entiende?

—¿Qué quieres? —Chasqueo, tirando de la puerta.

Veo a Tanya, la sonrisa deslizándose de su cara bonita, claro. Hay lluvia sobre

sus mejillas y anteojos. Lleva los pantalones a prueba de agua, una sudadera de color

beige de cuello en V y un anorak.3

—Lo siento, Soph, yo solo...

Niego.

—No, no. Lo siento, Tanya. Pensé que eras... otra persona.

—Te vi en el balcón —dice Tanya—. ¿Has estado escondiéndote aquí todo el

día?

—No. Estaba con Marc antes.

—Vi los periódicos. Bastante pesado, ¿no?

3Anorak: Un anorak o parka es un tipo de chaqueta pesada con capucha, recubierto a menudo de piel natural o

de imitación, para una completa protección de bajas temperaturas y del viento.

M

Page 157: Where The Ivy Grows 2

157

Asiento.

—Puedes decir eso otra vez.

—No he visto a Cecile todavía, pero cuando lo haga... —Tanya golpea un

delicado puño en su palma.

—La vi hoy —digo—. En las oficinas del periódico CMG. Vendiendo otra

historia.

Tanya pone los ojos en blanco.

—La pobre niña rica no consiguió a Marc. Tú lo hiciste. Así que ahora está

amargada. ¿Vas a dejarme entrar, o me vas a dejar de pie en la puerta como un testigo

de Jehová?

La más pequeña de las sonrisas tira de mi boca.

—Pasa.

—Genial. —Tanya irrumpe hacia adelante dejando espacio a la luz—. Está

oscuro aquí. Y helado.

Yo protejo mis ojos.

—Déjame hacer un poco de fuego. —Tanya se inclina por la reja y hace un

poco de fuego con una revista y algunos troncos—. ¿Qué estás haciendo aquí, en el

frío y en la oscuridad? ¿Estás bien? Tienes un aspecto horrible.

—Muchas gracias —le digo, tratando de sonreír.

La luz del fuego se enciende en las mejillas pálidas de Tanya, proyectando una

sombra de sus gafas sobre la frente. Hay algo tan precioso sobre la forma en que sus

mejillas se elevan debajo de sus ojos. Muy amables. Es bueno verla.

—Ya me conoces, digo justo lo que veo. ¿Qué ha pasado? ¿Ese bastardo ha

hecho algo? —Sacude las gafas y las limpia en mi edredón.

Page 158: Where The Ivy Grows 2

158

Me muerdo el labio.

—No.

—¿Está molesto por lo que hay en los periódicos? —Se aparta un mechón de

pelo rojo de la cara mojada—. Porque ninguno de nosotros cree esa basura. Lo sabes,

¿no? No hay necesidad para que tengas que estar escondida aquí.

—No es eso —digo, cayendo sobre la cama—. Lo siento, no devolví tus

llamadas. Había mucho por hacer hoy.

—Nos imaginamos cuánto. No te preocupes. Haría falta más que eso para

ofendernos. ¿Y qué? ¿No estás molesta por los periódicos?

—No me gusta lo que escribieron, pero... Está bien.

—Entonces, ¿qué está mal? —Empuja las gafas por la nariz—. Parece que toda

tu familia acaba de morir.

Pongo mi cabeza en mis manos.

—Marc y yo tuvimos una pelea. —Siento lágrimas en contra de mis dedos.

—¿Qué pasó?

—Me ofrecieron un papel en un musical. La Bella y la Bestia.

—¿La Bella y la Bestia? —Tanya se sienta en mi edredón y cruza las piernas—

. ¿Me estás tomando el pelo? ¿Por qué? Oh, espera... lo entiendo. Debido al amante.

—Sus ojos derivan hacia la ventana.

—Sí —lo admito—. Pero Marc piensa que no es seguro para mí tomar el

papel. Debido a todos los periodistas. Él lo rechazó.

—¿Él lo rechazó? ¿Tu papel?

—Ya lo sé. Ese fue el motivo de la pelea.

Page 159: Where The Ivy Grows 2

159

—Entonces, ¿qué hiciste?

—Tomé el papel. La directora me llamó.

—¿Piensas que lo estás tomando para mostrar a Marc quién es el jefe?

—No. —Niego con la cabeza—. No es por eso. Yo... Supongo que quiero

ponerle a prueba. A nosotros. Para ponernos a prueba. Y para demostrarle a Marc

que puedo tomar decisiones sin él.

—¿Crees que es una buena decisión?

—Yo... lo espero. Ya está hecho. Voy a tener que hacer una buena decisión.

—Así que serás la protagonista de La Bella y la Bestia. —Tanya suena

distante, y sus ojos están en la ventana de nuevo.

Oigo mi teléfono y siento a mi almohada vibrar.

—Eso tiene que ser el teléfono —dice Tanya—. Primavera de Vivaldi. Ese

tono que se adapta a la tierra.

—¿Así es que esta música se llama? —digo, mirando la almohada—. Sólo la

elegí porque me gustó.

Tanya tira de mi teléfono de debajo de la almohada.

—Es él. Marc.

Me siento mareada.

—¿Quieres que responda por ti? —Tanya pregunta—. ¿Qué le diga que se

pierda?

—No. Pero estoy demasiado alterada para hablar con él ahora mismo. Sólo

asegúrate de que se vaya al contestador del teléfono.

Ella lo hace.

Page 160: Where The Ivy Grows 2

160

—¿Todavía vas a sus clases?

—No —digo—. Estuvimos de acuerdo en que fuera como antes.

—Eso suena inteligente. Así. ¿Cuándo empiezas a ensayar La Bella y la

Bestia?

—Mañana —le digo, cogiendo mí reflejo en las puertas francesas—. Me veo

horrible.

—Bueno, si alguien puede lucir la mirada de ojos rojos arrugados, eres tú.

—Gracias. —El cansancio me vence, y dejó escapar un largo bostezo.

—¿Te dejo dormir? —Tanya pide.

—Supongo que debería intentarlo.

—Te ves tan triste. ¿Es todo esto un poco más de un argumento?

—Sí. Patético ¿no? Pero ese argumento fue uno grande.

—Todo va a salir bien. —Ella me da palmaditas en la espalda con decisión—

.Vas a estar bien. ¿Te veré mañana?

—Podría tomar la clase de Denise por la tarde. Pero aún no estoy segura.

—Muy bien. —Tanya baja de la cama—. Mira, estoy justo abajo. Si necesitas

algo, cualquier cosa, sólo hazme una llamada. O a Tom. —Hay una pausa, y tengo

la sensación de que quiere decirme algo. Pero en cambio, toma un rollo de caramelos

de su bolsillo y me ofrece uno.

—¿Toffee4?

4Toffee: tofe o tofi es un dulce cremoso que se hace con caramelo en almíbar y se le añade mantequilla; cuando

el color del caramelo es tostado, se cuece la mezcla, hasta que quede homogéneo, se le añade nata y se termina de cocer el caramelo.

Page 161: Where The Ivy Grows 2

161

—Gracias —le digo— pero me siento un poco enferma.

Ella toma uno y comienza a masticar.

—Estamos aquí para ti, Soph. No te olvides de eso.

—No lo haré.

Cuando Tanya se va, reviso mis correos electrónicos. No hay nada de Marc,

pero Davina ha enviado la secuencia de comandos y algunos archivos de música.

Quiere que aprenda la mitad del guión para mañana. Whoa. Eso es un montón de

líneas.

Será mejor que empiece.

Page 162: Where The Ivy Grows 2

162

Capítulo 42

Traducido SOS por Lore

Corregido por Keyla Hernández.

uando me despierto a la mañana siguiente, estoy temblando. Me toma

un momento darme cuenta de que he tirado totalmente el edredón en

mi sueño y estoy tumbada en la cama en sólo una vieja camiseta y

bragas.

Mi pecho se siente pesado, y tengo una sensación enfermiza en el estómago.

No tengo paz de los pensamientos de Marc. Están esperándome antes de que yo abra

los ojos.

Abrazo mis rodillas y las llevo a mi pecho y miro las hojas marrones

anaranjadas. En otoño, me encanta ir por la mañana dando patadas a las hojas, pero

hoy es una lucha para que me siente derecha.

Me visto con ropa usada que está en el suelo y bebo un vaso de agua, pero me

siento demasiado enferma como para un chocolate caliente o comida.

Deslizo mi teléfono de debajo de mi almohada, compruebo para ver si Marc

ha llamado o enviado un mensaje. No lo ha hecho desde ayer, pero como yo me

desplacé por la lista de llamadas, y veo las llamadas perdidas desde un número de

Londres.

Mierda.

Davina. Teatro Tottenham. ¿Qué hora es?

Nueve de la mañana.

Casi nunca me quedo dormida. ¿Por qué hoy tiene que ser el día?

¿A qué hora dijo Davina? Siete. Mierda, mierda, mierda. Llamo al número,

pero no hay respuesta.

C

Page 163: Where The Ivy Grows 2

163

Estoy a punto de volver a intentarlo, cuando suena mi teléfono.

—¿Hola?

—Hey chica, ¿cómo estás? —Es Jen.

—No muy bien. Debería estar en el teatro en este momento. Me quedé

dormida. —Me froto los ojos.

—¿Tomaste el papel?

—Uh huh. Les dije que llegaría a los ensayos a las siete de la mañana de hoy.

—Entonces, ¿qué haces hablando conmigo? Vete al teatro en este momento.

¿Quieres que te llame un taxi?

—No, está bien. Voy a caminar. Son sólo unas pocas calles de distancia. Un

taxi tomaría más tiempo.

—Me alegro de que dijeras que sí —dice Jen—. Muéstraselos. Muéstraselos a

todos.

—Necesito mostrárselo a Marc, más que nada.

En el interior, una pequeña voz me dice: Marc dice que es peligroso. Y: sabes

que no puedes cantar.

—Bien ahí, chica —dice Jen.

—Me gustaría tener tu valor —le digo.

—Tú eres más valiente de lo que crees —dice Jen—. Confía en mí. Te conozco

desde hace mucho tiempo.

El Teatro Tottenham es un edificio verdaderamente hermoso. No sé cuando

fue construido, ni nada de eso, pero parece un pastel de boda gigante, todo de color

rosa y blanco, con flores pequeñas de piedra pegados por todas partes.

Page 164: Where The Ivy Grows 2

164

Siento una punzada de tristeza al darme cuenta de que probablemente a Marc

le encantaría este edificio.

Aunque es temprano, las puertas principales del teatro están abiertas, y yo me

paro en el vestíbulo, preguntándome dónde podría encontrar a Davina.

No tenía que haberme preocupado, ella está justo ahí, caminando por la

alfombra roja, ladrando en un teléfono. Reconozco su voz inmediatamente.

—No, ahora —grita ella—. Esto es una emergencia.

Ella es una mujer muy alta, con el pelo negro azabache cortado en un brusco

carreé. Tiene un flequillo muy recto, una nariz un poco puntiaguda y labios de color

rojo brillante, y está vestida con una especie de chal de lana y una falda de tubo larga

con botas de cuero color canela. El chal es probablemente muy caro, pero se ve como

algo que verías en una tienda de caridad.

Cuando Davina me ve, ella deja caer su teléfono contra su pecho.

—¡Sophia! —La forma en que dice mi nombre, yo sé que ella está feliz de

verme, pero también un poco enojada—. ¿Dónde has estado?

—Llamé —digo—. Realmente lo siento. Me dormí. No suelo hacerlo…

—¿Te das cuenta el poco tiempo que tenemos?

Me guía hacia unas puertas dobles de madera.

—Hemos estado ensayando sin ti durante horas. Leo está... bueno, tomaría

un tren de carga para hacerlo estresarse, pero no ha sido la más fácil de las mañanas.

Debería habernos dicho que estabas en camino. Teníamos a los fotógrafos listos.

—Yo llamé. Debería haber continuado tratar de comunicarme. Lo siento.

¿Fotógrafos?

—Bueno, por supuesto. Teníamos planeado tomar algunas fotos cuando te

escogimos, pero eso se echo a perder ahora.

Page 165: Where The Ivy Grows 2

165

—¿Qué clase de fotógrafos?

Davina levanta una ceja negro delgado.

—Sophia, querida, ¿vives en una cueva? Los fotógrafos de prensa. Así

podemos obtener algunos buenos titulares para la obra.

—Oh. Claro. —Titulares. Por supuesto. Tonta de mí.

—Nos perdimos algunas buenas tomas —dice Davina, sonando molesta,

mientras me empuja a través de las puertas dobles del teatro.

No puedo dejar de contener el aliento cuando veo el auditorio. Es enorme y

hermoso, con asientos de gradas corriendo tan alto que es una maravilla que la gente

en la parte superior pueda ver el escenario.

Flecos con borlas amarillas corren a lo largo de los niveles, y una enorme

araña de cristal cuelga del techo. Veo un enorme escenario curvo, decorado con un

telón de fondo de bosques amenazantes, árboles todos torcidos, pájaros de aspecto

maligno y ramas grises.

Hay un hombre con una espalda muy amplia, muy guapo en el escenario con

mentón alto, el pelo rubio decolorado por el sol.

Leo Falkirk.

Page 166: Where The Ivy Grows 2

166

Capítulo 43

Traducido SOS por Lore

Corregido por Keyla Hernández.

eo —dice Davina en voz alta—. ¡Ella está aquí! tu actriz

principal.

Silencio. Luego da un largo grito que me hace

saltar.

—¡Oooo eee! ¡Por fin!

El hombre da un gran salto desde el escenario y cae de lleno en el pasillo. Se

balancea hacia mí.

Woaw. Leo Falkirk. El verdadero. De las películas.

Incluso con imágenes de Marc revueltas alrededor de mi mente, es imposible

no darse cuenta de lo guapo que Leo es. Él es grande y amplio, con brazos morenos

musculosos bajo una camiseta blanca tipo 'Surf Shack', y piernas largas en jeans

rasgados. Su cabello blanqueado por el sol está escondido detrás de las orejas.

He visto algunas de sus películas. Por lo general representa al pícaro adorable

en comedias románticas, y aunque él no es Marc Blackwell, es sin duda muy

agradable.

Leo se dirige hacia mí, con la mano extendida, y lo dejo estrechar la mía.

—Hey, me alegro de conocerte. —Su acento es puro Texas, y tan caliente

como el jarabe sobre una tostada—. No puedo esperar para que seas mi chica. —Él

sonríe y sus ojos marrones centellean—. En el escenario, por supuesto. Fuera del

escenario, eres la chica de otra persona, ¿no? Eso es lo que nos va a dar esta gran

publicidad.

—Así dicen.

—L

Page 167: Where The Ivy Grows 2

167

—Dime —dice Leo—, ¿cómo es el Sr. Blackwell?

Él no ha soltado mi mano, así que la deslizo de su mano cálida.

—Él estuvo en una de mis primeras películas, ¿sabías eso? —Leo se toca su

rastrojo rubio en su barbilla—. El Deseo de Gideon. ¿Has visto esa película?

—Una vez. Hace años. Marc estuvo increíble.

—Seguro que fue increíble —dice Leo—. Actuar con él era... bastante

impresionante.

—¿Estuviste en esa película?

Leo se ríe.

—Algo así. Interpreté al skater en la sala de espera. ¿Te acuerdas de él?

—No. —Sonrío.

—No era una parte hablada. Pero yo estaba feliz de conseguirlo. Infiernos,

feliz no es la palabra. Sobre la luna. Les dije a todos mis amigos en casa, y mis padres

tuvieron una fiesta. No podían creer que su niño estaba en una película de

Hollywood. Todavía no lo pueden creer. —Él sonríe—. No puedo creerlo tampoco.

Un día todo esto pasará, pero tengo la intención de disfrutarlo mientras dure. Así que

de todos modos. Recuerdo a Marc. Él era un buen tipo. Muy privado. No habló

mucho. Pero cuando lo hizo, todo el mundo lo escuchaba.

—Eso suena como a Marc.

—Cuando la película estuvo lista, nos invitó a todos con dim sum5 y champán

en este increíble lugar chino. Y me refiero a todo el mundo. Todos los tipos de

utilerías. Las personas del vestuario. Incluso partes pequeñas como la mía. Yo nunca

había tenido algo así antes. No podía creer como esta gran estrella me estaba

tratando. Nunca me olvidé de eso. La prensa nunca escribe sobre eso. Pero supongo

5 Comida china tipo empanaditas al vapor.

Page 168: Where The Ivy Grows 2

168

que no necesito decírtelo.

—¿Vamos a empezar a ensayar ahora?

—Por supuesto.

Ayer por la noche, tuve una buena mirada al guión. No he conseguido

memorizar todo como Davina quería, pero creo que he aprendido bastante.

Hoy, estamos programados para ensayar la escena donde la Bestia le muestra

a la Bella los alrededores de su castillo. Leo y yo decimos unas pocas líneas, y no

tardo en descubrir que trabajamos bien juntos. Es tan fácil estar alrededor, y él pone

su corazón y alma en su actuación, al igual que yo.

Pero cuando Leo menciona probar una canción, mi boca se seca.

—No estoy segura de que estoy lista para eso todavía —le digo.

—Vamos, pruébalo —dice Leo—. Davina está fuera realizando llamadas. —

Él mueve su pulgar en dirección al vestíbulo—. No hay tiempo como el presente. Y

si yo puedo cantar, estoy seguro de que puedes.

—¿Dónde hiciste tu formación musical? —pregunto.

—¿Prométeme que no lo dirás?

—No se lo diré.

—El coro de la escuela.

Me río.

—¿Qué hay de ti?

—Casi no he hecho ninguna —digo—. Yo estaba muy sorprendida cuando

me ofrecieron el papel.

—Estoy seguro de que lo harás muy bien —dice Leo—. Con práctica. —Él

Page 169: Where The Ivy Grows 2

169

salta fuera del escenario, y oigo una mágica música flotando como de otro mundo a

través del sistema de sonido.

Es hermoso, y la reconozco.

—Davina me envió esa pista ayer —digo—. Pero ... esta versión suena un poco

diferente.

Leo sube al escenario.

—Esta arreglada por Geraldine Jones. Me encanta también. ¿Cómo es que

no estás cantando?

—En cierto modo me perdí la señal —digo—. Me perdí un poco en la música.

—¿Debo empezar de nuevo?

—Sí, por favor. —Tomo una respiración profunda y agito mis brazos—.

Bueno. Lista.

Leo comienza la música otra vez, y me aclaro la garganta.

Yo canto las primeras líneas:

—Perdidos en este castillo, mi corazón siente miedo... —Y entonces me

tropiezo. La siguiente línea es: Es como un pájaro en una jaula.

Se me hace un nudo en la garganta y pongo una mano en ella. Las lágrimas

vienen, y las limpio, furiosa conmigo misma.

—Como un... —Lo intento, pero no puedo conseguir que salga la línea. Más

lágrimas aparecen, y corro por las escaleras hasta mi bolsa, hurgando en el interior,

en busca de un pañuelo. Mi bolso es un desastre sin esperanza y todo lo que puedo

encontrar es goma de mascar, monedas sueltas, un block de notas y una carga

completa de envolturas de chocolate.

—Hey, ¿estás bien? —pregunta Leo, apareciendo detrás de mí—. Lo estabas

haciendo muy bien. ¿Qué pasó?

Page 170: Where The Ivy Grows 2

170

Capítulo 44

Traducido SOS por Lore

Corregido por Keyla Hernández.

iego.

—Nada. Es que... esa línea. Me pareció difícil de decir.

—Algunas de estas canciones son bastante emocionales, ¿eh?

Asiento con la cabeza.

—Hey, vamos a tomar un descanso.

—Buena idea.

Tomamos asiento en la quinta fila, Leo descansando sus largas piernas en el

asiento de adelante. Estamos a pocos metros de distancia del escenario, y el conjunto

se ve completamente hermoso desde donde estamos sentados. Todo, los árboles

sinuosos oscuros, como un cuento de hadas gótico. Es un poco espeluznante, pero

eso me gusta.

—Lo hiciste bien —dice Leo—. Tienes una voz bonita.

—Gracias. Yo sé que no es la más fuerte, pero tal vez con la práctica... necesito

hablar con Denise Crompton. Ella me va a ayudar.

—¿Denise Crompton? Al igual que la Denise Crompton?

—Ella es una profesora en el Ivy College.

Leo se da una palmada en la frente.

—¡Por supuesto! Ella y Marc son grandes amigos, ¿no?

¡Maldita sea! Acababa dejar de llorar. Ahora estoy haciéndolo de nuevo, las

N

Page 171: Where The Ivy Grows 2

171

lágrimas corren por mis mejillas.

—¿He dicho algo malo? ¿Pasa algo? ¿Es... porque he mencionado Marc? —

La confusión se nota en las cejas rubias de Leo.

Sé que mi silencio dice mucho, pero no puedo manejar decir cualquier

palabra.

—¿Ustedes dos han tenido una pelea o algo así? —Los pequeños hoyuelos

desaparecen de las mejillas de Leo.

Me muerdo el labio.

—Estamos... esto es complicado en estos momentos.

Oigo una tos detrás de mí, y me giro para ver a Davina.

—¿Complicado?

—¡Oh! Davina.

—¿Qué quieres decir, con complicado?

—Estamos... Hay cosas que tenemos que hablar.

—¿Pero todavía están juntos? —Davina ladra.

—Yo creo que sí, pero... no sé en este momento.

—¿No lo sabes? —Los ojos de Davina se estrechan—. Sophia, sin Marc, no

eres nadie. Entiendes eso, ¿no es así? No eres buena para nosotros sin Marc.

—No sé qué decirte —digo, mi humillación en aumento—. No puedo

prometer que Marc y yo estemos todavía juntos. Lo entenderé si ya no soy la

adecuada para ustedes. No era mi intención engañar a nadie.

—Hey. —Leo pone una mano en mi hombro—. Está bien. Necesitamos una

actriz principal, y tenemos una. ¿Cuál es el problema?

Page 172: Where The Ivy Grows 2

172

Arrugas de preocupación aparecen alrededor de los ojos de Davina.

—Ella es... mira, yo no quiero ser grosera, Leo, pero la contratamos por la

publicidad. Si ella no nos puede traer eso, ¿de qué sirve?

—¿No lees los periódicos? —dice Leo—. Ella venció a miles de actores para

entrar a la universidad de Marc Blackwell. Lo que dice que es una actriz bastante

decente. Tuvimos la suerte de conseguir a alguien en tan poco tiempo. Has estado en

el teléfono toda la mañana, y nada paso. ¿Estoy en lo cierto?

Davina pone sus uñas rojas en su frente.

—Tú no lo entiendes, Leo. La publicidad es nuestra sangre. Sin ella, morimos.

Vamos a tener que encontrar a alguien más. Poco tiempo o no.

Ella va hacia el escenario, toma un asiento en primera fila y teclea en su

teléfono.

—Gracias por defenderme —le digo a Leo. Suspiro—. Tanto para mí

tomando buenas decisiones.

—¿Buenas decisiones?

Niego con la cabeza.

—Oh... nada.

Leo se inclina más cerca, sus ojos verdes se ven suaves y amables.

—Puedes hablar conmigo. No soy Davina. No voy a vender una historia sobre

ti. ¿Has tomado algunas malas decisiones, o algo así?

—Tal vez. Marc pensó que no debería aceptar este papel. Así que quería

demostrarle ...

—¿Mostrarle que se había equivocado?

—¿Suena muy infantil?

Page 173: Where The Ivy Grows 2

173

—No. Suena como si estuvieras estableciendo algunas reglas básicas.

—Supongo que no importa ahora. Sólo lamento decepcionar a Davina.

Leo pone todo su brazo alrededor de mi hombro.

—No te preocupes. Perro que ladra no muerde. Ella me odiaba al principio.

Ahora quiere que vaya a la fiesta de los dulce dieciséis de su hija. De todos modos.

Tengo una idea.

—¿Una idea?

—Sip. Para obtenerle a Davina toda la publicidad que quiere.

El brazo de Leo se siente bien. Reconfortante. Me pregunto qué pensaría Marc

si él pudiera verme ahora. Mi estómago comienza a revolverse.

Me inclino hacia delante.

—¿La publicidad?

Los ojos verdes de Leo centellean. Él es realmente lindo, del tipo de chico

bronceado de una banda. Voy a tener que asegurarme de que Jen lo conozca.

—Claro —Leo sonríe—. Realmente tienes los ojos más increíbles. ¿Alguien

alguna vez te dijo eso?

—Oh. —Miro hacia abajo, avergonzada—. Gracias.

—No te pongas toda tímida conmigo, es la verdad. Espera ahí. —Leo se para

y va hacia el escenario—. ¡Hey Davina! ¡Hey!

Page 174: Where The Ivy Grows 2

174

Capítulo 45

Traducido SOS por Lore

Corregido por Keyla Hernández.

í, Leo? —Davina mira hacia arriba con una sonrisa

dulce.

—He estado pensando. —Leo me guiña el ojo

por encima del hombro de Davina—. ¿Quieres la publicidad, ¿no?

—Sí.

—Así que ¿qué tal esto? Sofía y yo nos dirigimos a tomar un café. La prensa

nos ve. Foto, foto, foto. El chisme comienza a girar. Leo se acerca a su protagonista.

¡Y listo! Nosotros tendremos un artículo de portada.

Davina tamborilea con los dedos sobre un reposabrazos de madera.

—Supongo que podría funcionar. Es una posibilidad. Y Dios sabe que he

tenido la peor suerte tratando de encontrar otra actriz. Parece que esta es la época del

año en todo el mundo pasa a rehabilitación. Bueno, está bien. Pruébenlo. Ya le he

dicho a la prensa que Sophia está aquí.

Leo se pavonea hacia mí, mostrando la sonrisa canalla adorable que lo hace

perfecto para todas esas comedias románticas.

—¿Ves? No hay problema.

Me mastico una uña.

—¿Hablas en serio? ¿Realmente quieres salir y deliberadamente conseguir ser

fotografiado?

—Sip. Bienvenida al mundo del espectáculo.

—Pero... —Pienso en Giles Getty—. ¿No podría ser un poco peligroso?

—¿S

Page 175: Where The Ivy Grows 2

175

—Vives por la espada, morirás por la espada. Míralo de esta manera, ¿qué

otra opción tenemos en este momento? Necesito una protagonista, Davina necesita

publicidad y tienes que mostrarle Marc lo que puedes hacer. ¿Cierto?

Mientras Leo y yo nos dirigimos a la taquilla, mis pies se sienten pesados.

—¿Estás seguro de esto? —pregunto.

—Ahora es demasiado tarde. —Leo señala más adelante—. Ellos ya nos han

visto.

Sigo su dedo y veo una turba oscura de fotógrafos fuera de la taquilla.

—Supongo Davina debe haberlos llamado cuando llegaste —dice Leo—.

Debes estar orgullosa. No soy lo suficientemente interesante como para conseguir a

muchos fotógrafos en un solo lugar.

—Oh, Dios mío. —Le agarro el brazo—. ¿Qué debemos hacer? No podemos

caminar a través de ellos.

—¿Por qué no? Todo lo que quieren es una foto.

—Es que... tal vez yo no estoy preparada para este tipo de atención. Todavía

no.

—Venga. Ya te acostumbrarás a ello. No están tan mal.

—Para ti, tal vez. ¿Has visto las historias que escribieron sobre mí?

Miro a la masa de fotógrafos, empujándose unos a otros, empujando sus

cámaras entre sus hombros y sobre sus cabezas, burlándose y gritando.

Sus palabras se filtran a través de las puertas de la taquilla.

—Sophia. Sophia. ¿Es cierto Marc te ata, Sophia? ¿Le gusta estar a cargo?

¿Tienes que hacer lo que dice? Sophia, ¿dónde está Marc en este momento? ¿Marc

sabe que estás con Leo?

Page 176: Where The Ivy Grows 2

176

—Preguntas ásperas. —Leo suspira—. No te preocupes. Ellos retroceden

cuando pasamos por ahí.

—¿Estás seguro?

—Estoy bastante seguro. Sólo hay una manera de averiguarlo.

Él tira para abrir una puerta, y damos un solo paso solo fuera.

Los gritos se magnifican, y pongo mis manos a mis oídos. Es demasiado.

Demasiado intenso. Todo el mundo está adelantándose, y quiero correr hacia el

interior.

Soy consciente de la puerta al cerrarse detrás de nosotros, y que se mueve

hacia atrás y adelante. Agarro el brazo de Leo con más fuerza.

—Hey, está bien —susurra—. Sólo les seguimos la corriente, y luego

volveremos a entrar. —Él pone su brazo alrededor de mi hombro, y mi mano cae de

su brazo.

Sé que es para la publicidad. Yo sé eso. Y sé que yo debería tocarlo, pero es

que sólo se siente mal. La única persona a la que quiero que ponga su brazo alrededor

de mí es Marc.

Doy un paso hacia delante, agachándome por debajo del brazo de Leo, pero

se me olvida que estamos en un escalón. Caigo hacia adelante, siento una chaqueta

de cuero bajo mis dedos, entonces me empujan hacia atrás y adelante en la multitud.

Hay manos me agarran y cámaras son empujada en mi cara. Trato de proteger

mis ojos de las luces brillantes, pero flash tras flash nublan visión.

Antes de darme cuenta, estoy perdida en la multitud de fotógrafos, y oigo a

Leo diciendo mi nombre.

—Leo —lo llamo de vuelta, pero sólo puedo ver los fotógrafos. Uno de ellos

es más alto que el resto, con patillas afiladas y cabello negro.

Page 177: Where The Ivy Grows 2

177

Dios mío.

Giles Getty.

Es muy atrás en la multitud, pero él está empujando a los otros fotógrafos a

un lado, cada vez más cerca de mí.

Hay una mirada furiosa y de triunfo en su rostro, y está moviendo su

mandíbula de una manera inquieta, nerviosa.

Una mano se apodera la parte de atrás de mi sudadera, y mi pelo queda

atrapado en algo, una cremallera, no estoy segura, y yo me giro y retuerzo, viendo a

Getty hacer su camino hacia mí.

Getty levanta su cámara y toma foto tras foto de mi cara aterrorizada. Él

parece divertido. Emocionado. Odio que mi cara pueda estar expuesta a él de esta

manera.

Trato de cubrir mi cara, pero hacerlo me desequilibra.

Mi cabello se suelta y me tambaleo hacia atrás, mis pies o tropiezan sobre el

pavimento.

Me caigo y cierro los ojos, preparándome a mí misma para llegar al suelo.

Pero esto no sucede. En cambio, soy levantada en el aire.

Abro los ojos y me encuentro mirando fijamente a los ojos azules de Marc

Blackwell.

Page 178: Where The Ivy Grows 2

178

Capítulo 46

Traducido SOS por Lore

Corregido por Keyla Hernández.

as cámaras se vuelven salvajes, sonando y parpadeando, pero los

fotógrafos están retrocediendo. Mantienen su distancia. Algo sobre

Marc hace que la gente obedezca, y la expresión de su cara ahora les

dice que estén lo más lejos posible.

Sus ojos azules son de color oscuro y nublado, pómulos tensos, y sus cejas casi

una línea recta. Siento que podría convertir a la gente en piedra con sólo mirarlos.

Veo el cielo blanco por encima de mí, y los edificios de Londres mientras Marc

me lleva a través de la multitud. Sus brazos se sienten tan fuertes. Me baja y veo el

negro brillante de la limusina de Marc.

Hay un clic, luego me lleva dentro de la limusina y me coloca en un sofá de

cuero. La puerta de la limusina se cierra, la luz del día desaparece y el coche

comienza a moverse.

Me enderezo, mis zapatillas raspando sobre el asiento de cuero. Veo a Marc

sentado frente a mí, mirándome.

—Gracias por sacarme de allí —le digo—. Yo estaba... eso dio miedo.

—¿Quieres decirme a qué demonios estabas jugando?— Marc cruza las

manos, los dedos y los nudillos están blancos sin sangre, las cicatrices en los nudillos

resaltan, orgullosos.

Me incorporo, y quito el pelo de mi cara, mis manos temblorosas.

—Nosotros pensamos... Leo... la obra necesaria publicidad.

—¿Leo pensó? —Los ojos azules de Marc se oscurecen.

L

Page 179: Where The Ivy Grows 2

179

—Fue sólo un truco. Eso es todo.

—Él tenía su brazo alrededor de ti. —Veo que los tendones se destacan en el

cuello de Marc.

—Sí, pero... quiero decir, no. Traté de escapar de él. Así es como nos

separamos.

— ¿Qué diablos estabas haciendo ahí? ¿ En el teatro?

—Yo... yo estaba ensayando.

—¿Ensayando?

—Sí. Tomé el papel.

El cuello de Marc se tensa.

—¿Ahora ves por qué es una mala idea? ¿Tomar ese papel?

Estamos en esto de nuevo.

—Yo sé que lo que hice fue estúpido. Un error. Pero tomar el papel…

—No discutas conmigo, Sophia.

Tomo una respiración profunda y la dejo salir. El movimiento del coche me

está calmando un poco, pero mis manos todavía están temblando.

—No estoy discutiendo.

—¿No puedes ver que te has comportado tontamente?

—Sí. Justo en ese momento, pero... ¿nunca has cometido un error?

—He cometido un montón de errores. Cuando no tenía a nadie que me guiara.

—La cara de Marc se suaviza—. Deja que te lleve de vuelta a casa. O al menos al Ivy

College.

Page 180: Where The Ivy Grows 2

180

—¿Para que puedas mantenerme como un pájaro en una jaula?

Marc ríe.

—Un pájaro muy seguro en una jaula.

Miro por la ventana. Londres está hermoso hoy. Estamos conduciendo por

casas de pueblo, y hay hojas rojas y naranja repartidas por todo el pavimento.

Suspiro.

—¿Qué pasaría, Marc, si me olvido de ese papel y me dirijo hacia el atardecer

contigo?

—Estarías segura.

—¿Pero voy a ser feliz?

Los ojos de Marc registran el dolor, y sé que le he hecho daño.

—No estoy diciendo que no me haces feliz —le digo—. Pero Marc, si me alejo

de ese papel, siempre va ser como “Marc lo sabe mejor”, nunca respetarás mis

decisiones. Siempre estaré siguiendo tu ejemplo.

—¿Es eso tan malo?

—Sí —le digo—. Quiero estar contigo. Pero quiero demostrarte que puedo

tomar mis propias decisiones también, y que puede salir bien. Bueno, yo acabo de

hacer algo estúpido. Pero estoy aprendiendo. Y si no me dejas aprender en mis

propios términos, no hay futuro para nosotros.

—No puedo sentarme y ver cómo te pones en peligro. Quiero que renuncies

a ese papel. —Frunce el ceño a las casas que pasan.

—Marc, no puedo vivir así. Hacer lo que me dices. Soy una persona, no un

juguete.

—¿Cuando te he dado alguna indicación de que eres un juguete?

Page 181: Where The Ivy Grows 2

181

—Era algo que... dijo Giles Getty.

—Oh, de verdad. ¿Y prefiere aceptar consejos de él que de mí? —Está enojado

ahora, su pecho se hincha hacia arriba.

—No quiero seguir el consejo de alguien, necesariamente. Quiero vivir mi

propia vida. Quiero probar este papel. Que es una gran oportunidad.

—Estás en peligro ahora que salimos a la luz. Tengo que protegerte. No puedo

sentarme y ver que termines herida.

—¿Quién dice que voy a salir herida?

—Yo lo hago. Estarás justo en el centro de atención. Exactamente donde

Getty puede llegar a ti.

—No. Voy a estar dentro de un teatro. Marc, esta es una relación. No es un

salón de clases. No estableces las normas y yo las sigo.

—¿Ah, no? Pareces disfrutar de mis reglas en el dormitorio.

—Eso es diferente. —Mis mejillas se enrojecen—. Si tienes que estar a cargo

de mí todo el tiempo, no va a funcionar.

—Sophia, tengo que mantenerte a salvo. Tienes que aceptarlo o...

—¿O?

—Terminamos.

Page 182: Where The Ivy Grows 2

182

Capítulo 47

Traducido SOS por Lore

Corregido por Keyla Hernández.

h, esa pequeña palabra. Me duele más que cualquier palabra que he

escuchado en mi vida.

—¿Terminamos? —Tartamudeo—. ¿Estás diciendo que si yo

no renuncio a este papel, vas a romper conmigo?

Marc vuelve a mirar por la ventana del coche. No puedo ver sus ojos, y creo

que él lo quiere así.

—Si no estamos juntos, la prensa te dejará en paz. Así puedo mantenerte a

salvo de esa manera, por lo menos.

—¿Tu realmente harías eso? ¿De verdad terminarías nuestra relación si no me

doy por vencida con este papel?

—Es la única manera en que puedo protegerte.

—Yo no puedo renunciar al papel —digo—. Ya he dicho que sí. Estaría

decepcionando a demasiada gente.

—Entonces no podemos estar juntos. —Marc no se fija en mí.

— ¿Qué? Tú... no quieres decir eso.

—Sí. Lo hago. Tengo que mantenerte a salvo.

—Para el coche —le digo.

Marc da una pequeña sacudida a su cabeza.

—No aquí.

O

Page 183: Where The Ivy Grows 2

183

—Para el coche —grito, trepando hacia adelante y golpeando en el vidrio

tintado del conductor.

Una sección se abre, y veo la parte posterior de la cabeza de Keith y sus dedos

en el cristal.

—¿Está todo bien allí atrás?

—Por favor. Keith. ¿Quieres parar el coche?

—Está bien. Déjame estacionar.

Yo no miro a Marc mientras el coche frena hasta detenerse.

—Sophia. Espera.

Agarro la manija de la puerta salgo hacia fuera al frío pavimento de Londres.

Algunos dúplex se elevan sobre mí, y me siento muy pequeña y sola.

—Sophia.

Me vuelvo para ver a Marc.

—¿Podrías volver al coche?

—¿Por qué? ¿Cuál es el punto?

—Yo, al menos, quiero asegurarme de que vuelvas a la universidad segura.

—Yo no voy a volver a la universidad. Voy a volver al teatro. Para ensayar. Por

favor, Marc. No hagas esto más difícil de lo que ya es.

Eso parece dar en el blanco correcto. Da un paso hacia adelante y luego hacia

atrás, con los pies inciertos, una mano empujando su pelo.

—Yo... créeme, Sophia, no tengo ningún deseo de hacerte daño. Nunca quise

esto para ti. Nunca quise ponerte en peligro.

Trago.

Page 184: Where The Ivy Grows 2

184

—Lo sé. Pero supongo que simplemente no funcionamos en el mundo real.

—No quiero decir esas palabras. Yo sólo las digo porque quiero que Marc me

contradiga. Para decirme que no es verdad. Pero no lo hace.

—Voy a avisarle a mi gente de publicidad que nuestra relación es... está

terminada. —Marc mira la acera, y luego se da vuelta y se dirige de nuevo hacia el

coche.

Ouch.

Pongo una mano en mi estómago, y la otra en mi boca. No puedo creer que

acabe de decir eso. Quiero decirle que espere. Decirle que lo siento. Voy a hacer lo

que quiera, si sólo podemos estar juntos. Pero yo sé que no puedo hacer eso. Siento

lágrimas picándome en los ojos.

Cuando Marc llega el coche, se vuelve hacia mí.

—Deja que te lleve en el coche. Dame eso al menos.

Niego con la cabeza, las lágrimas corriendo por mis mejillas.

—Si realmente terminamos, no puedo estar contigo.

—Entonces toma un taxi.

—Quiero caminar. —Trago aire.

Los puños de Marc están apretados, y sus mejillas parecen huecas.

—¿No lo entiendes? Yo sólo quiero que la prensa te deje en paz. No van a

hacer eso si estamos juntos.

—Me parece una opción bastante fácil para ti. —Me enjugo las lágrimas con

el dorso de la mano.

—Vamos de nuevo al coche. Por favor.

—¡No! —Me doy vuelta y me largo a correr, lanzándome por un callejón.

Page 185: Where The Ivy Grows 2

185

Estrechos edificios dan paso a la luz del día, y me sumerjo en una concurrida

calle comercial cayendo la multitud. Estoy temblando y llorando, y todo el mundo

me está mirando, pero ahora mismo no me importa.

Page 186: Where The Ivy Grows 2

186

Capítulo 48

Traducido SOS por Felin28 Corregido por Eneritz

l dolor en mi pecho crece. Este es el final, nos separamos, antes de que

realmente comenzara. Marc estaba en lo cierto.

Corro rápidamente y lo suficientemente lejos para que Marc no

me pueda seguir, entonces desacelero y mis lágrimas se detienen. Me doy cuenta de

lo fría que estoy, Leo y yo salimos sin los abrigos. Froto mis dedos azules, observo

cómo entran y salen compradores. Ellos simplemente continúan sus vidas normales,

sin saber que parte de la mía acaba de terminar.

Deambulo por las calles durante mucho tiempo, horas. Veo restaurantes y

lugares de comida rápida que se llenan de la gente que comienza a tomar su hora de

almuerzo. Pronto, me siento totalmente entumecida. Creí que era por el frío al

principio, pero luego comprendo que viene de dentro, desde mi corazón.

De repente, el Teatro Tottenham está justo delante mío, pero no tengo ni idea

de cómo llegué aquí. ¿He caminado a propósito hacia acá? No me acuerdo.

No hay paparazzis afuera, y el teatro se ve extrañamente oscuro y vacío.

Intento con las puertas, están encerradas.

¿Qué?

Dando un giro completo, veo turistas y compradores dando vueltas.

Mi teléfono suena y lo saco de mi bolsillo. Tengo cinco llamadas perdidas de

Marc, y un texto de Davina:

¡¡ESTÁS EN LA FOTO!! En la portada del Daily Sport de la mañana. El

ensayo en el teatro está resultando demasiado difícil, por los paparazzi. Marc

Blackwell ha arreglado para nosotros el Teatro Queen, en Ivy College, donde nos

E

Page 187: Where The Ivy Grows 2

187

puede proporcionar seguridad. Nos vemos allí, Davina.

Mi boca se abre ante la sorpresa, no lo puedo creer.

Marco el número de Marc, subiendo y bajando la banqueta.

Marc responde a la primera llamada.

—Sophia.

—¿Han cambiado la obra al Ivy College?

—Pensé que era una buena idea por el momento. Mi equipo va a dar la noticia

de nuestra ruptura a la prensa mañana, pero todavía faltarán algunas semanas para

que termine. Querrán fotos de ti por un tiempo, estarás más segura en el colegio y

más cerca de tus estudios.

—Gracias —le digo con frialdad—. Yo... aprecio eso.

Sé que me dolería si él dijera algo más de que podamos estar juntos después

de todo, pero, en vez de eso, solo dice:

—No te voy a molestar en el campus. Podrás continuar tu camino, yo

continuaré con el mío. Será como si jamás hubiéramos estado juntos.

Jamás hubiéramos estado juntos. Siento un nudo en la garganta y ganas de

vomitar.

La línea se corta.

Page 188: Where The Ivy Grows 2

188

Capítulo 49

Traducido SOS por Felin28 Corregido por Eneritz

l Teatro Queen, en el Ivy College. Fue donde Marc y yo compartimos

nuestro primer beso. Mis piernas tiemblan mientras camino por las

puertas.

Es la cosa más extraña ver a Davina y Leo en el escenario del Teatro Queen.

Se ven en casa, pero no en casa. Por supuesto, ambos pertenecen al teatro, pero este

teatro es diferente.

—¡Sophia! —Me llama Davina con su voz aguda—. Sube, sube, sube al

escenario, en este momento. No tenemos tiempo para estar perdiéndolo.

Imágenes del hermoso rostro y cuerpo fuerte de Marc recorren mis

pensamientos mientras camino al escenario. Marc y yo, juntos en el escenario,

arrastrados por un beso que nunca debería haber pasado.

—¡Vamos, vamos! —grita Davina.

El beso zumba a través de mí mientras camino por las escaleras del escenario.

Marc, tan oscuro e intimidante, bruto y sexy. Me aferro fuertemente a sus brazos,

perdiéndome y encontrándome.

—¡Hey! —Leo toma mi brazo—. Siento lo de antes. En un minuto estaban a

mi lado, y al siguiente... ¡puf!

—De algún modo entraron, y luego nos separamos.

—Quédate conmigo la próxima vez —dice Leo—. Aunque consiguieron la

imagen que buscaban, va a estar en todos los periódicos de mañana.

—Creo que tienen más de lo que esperaban —digo, pensando en Marc

llevándome a través de la multitud.

E

Page 189: Where The Ivy Grows 2

189

—Correcto —grita Davina—. Vamos a empezar, en este momento. Escena

doce. Bestia le enseña los alrededores del castillo a Bella, vamos.

Yo busco en mi memoria las líneas, pero mi cabeza es un lío.

—No, no, no —Davina agarra mi brazo—. No debes estar ahí. Es aquí. Bestia

tiene que llamarte de nuevo.

—Oh, okay —me tropiezo mientras me arrastra por el escenario.

Hay una pausa.

—Línea —chilla Davina.

—Oh... lo siento. No me di cuenta que ya deseabas que comenzara.

Davina pone los ojos en blanco.

—Estoy tratando con una aficionada. Leo, tú eres el profesional, comienza tú.

La pequeña Señorita Rose está teniendo problemas para hablar.

—Yo no…

—Línea —me interrumpe Davina.

Leo me lanza una sonrisa de disculpa y luego comienza a dar con su diálogo:

—Esta casa, ahora tú eres la señora —dice, inclinándose casi hasta el suelo.

—No tengo ningún deseo de serlo —le respondo—. Solo deseo ser liberada.

—Alto, alto —dice Davina—. Sophia, necesito carácter. Muéstrame carácter.

—¿En dos líneas?

Lo intento de nuevo, pero Davina vuelve a interrumpirme:

—Cristo, ¿nunca has estado en un escenario antes? Necesito que crezcas, que

seas más audaz. Por el amor de Dios, Sophia, eres una inútil.

Page 190: Where The Ivy Grows 2

190

Los ensayos continúan así, con Davina exigiéndome en todo lo que hago.

Leo es el chico de oro y ella lo colma de elogios, pero no puedo hacer nada

bien.

Al final del día, estoy cansada y triste, ya he sido suficientemente criticada. Y

me olvido de Marc, es insoportable.

Por lo general, me encanta estar en el escenario. Normalmente consigo

olvidarme de mis preocupaciones mientras estoy actuando, pero hoy ha sido un

infierno. Esto tiene que mejorar.

—Okay —grita Davina—. Estamos casi terminado por el día hoy —chasquea

sus dedos—. Vamos a terminar en una canción. Sophia. Canción. Forever and You.

Vamos a escucharte.

¡Oh, no! La canción del pájaro en una jaula.

Solo continua, Sofía.

Davina ajusta un poco la música y me doy una palmada en el pecho, levanto

la barbilla y controlo mi respiración.

Empiezo a cantar y estoy bien. No es genial, pero está bien. Me tropiezo un

poco en la línea del pájaro en una jaula, pero me recupero.

—Terrible —grita Davina—. Simplemente terrible, como para una noche de

aficionados en el karaoke. Y la línea del pájaro en una jaula, estabas completamente

elevada.

Me ponga tiesa.

—Davina. Estoy aprendiendo, ¿de acuerdo? No soy una gran estrella de

Hollywood como Leo, no he participado en cientos de películas. Soy joven, soy

inexperta. Pero estoy trabajando duro, y voy a hacer todo lo posible para hacer las

cosas bien.

Page 191: Where The Ivy Grows 2

191

—Solo espero que mejores pronto —dice Davina— o este espectáculo va a ser

un fracaso.

Pienso en los periódicos. Van a tener un día de campo si el público me odia.

Quiero ser buena en esto, tan buena como pueda serlo. Pero ante los ojos de Davina,

nada es lo suficientemente bueno.

Nuestros ojos se encuentran y siento lo molesta que está conmigo.

Enrosco mi cabello en mis dedos.

—Tal vez es el momento de tomar un descanso.

Davina levanta se delgada ceja.

—De acuerdo. Desaparece. Práctica. Y solo le pediré a Dios que mañana estés

mejor.

Page 192: Where The Ivy Grows 2

192

Capítulo 50

Traducido SOS por Felin28 Corregido por Eneritz

ejo el teatro casi en lágrimas. Me enojo conmigo misma por ser tan

emocional, pero me siento tan atrapada… Es horrible tener a Davina

cortándome, juzgándome y sobre mí, pero... tal vez tiene razón. Soy

solo una aficionada, nunca he actuado profesionalmente. Leo es

mucho más seguro de lo que soy yo.

Estoy perdida en mis propios pensamientos, cuando... No lo puedo creer.

Tanya está delante de mí.

Se sienta en un banco de madera, envuelta en un abrigo de plumas largo, una

bufanda blanca enrollada alrededor de su cuello. Tom está a su lado, su silla de ruedas

colocada en la orilla de la hierba. Como siempre extravagante, con un sombrero de

copa y una chaqueta de polo a rayas, con una camisa rosa.

—¡Tanya! ¡Tom! —No creo que alguna vez estuviera tan feliz de ver a mis

amigos.

Echo a correr.

—¿Qué están haciendo aquí afuera en el frío?

—Esperándote —contesta Tanya, devolviéndome la sonrisa.

Lanzo mis brazos alrededor de ambos.

—Estoy tan contenta de verlos. Estoy tan contenta. ¿Cómo sabían que estaría

aquí?

—Tom es un espía —dice Tanya—. Escuchó en recepción que estaban

organizando la gran mudanza del Teatro Tottenham, y nos imaginamos el resto.

D

Page 193: Where The Ivy Grows 2

193

¿Entonces? ¿Cómo te va?

Dejo escapar un largo suspiro.

—No muy bien, la directora me odia. —Me siento a un lado de Tanya,

poniendo mi cabeza en mis manos—. En este momento es un trabajo muy difícil.

—Me alegro de escuchar eso —dice Tom—. Estaríamos muy celosos si todo

fuera de maravilla.

—Yo estaba un poco celosa —admite Tanya—. Parecía un poco injusto, que

tú consiguieras este papel solo por Marc. Pero no te preocupes, lo he superado.

—No te culpo —le respondo—. No era justo. Marc no quería que yo tuviese

el papel, pensó que era demasiado peligroso. Tal vez tenía razón.

—El Sr. Blackwell fue muy cascarrabias en nuestra lectura de esta tarde —dice

Tanya—. No es broma. Todo es el espectáculo. Casi me muerde la cabeza por estar

haciendo garabatos, no es culpa mía si no puedo prestar atención por mucho tiempo.

¡Soy muy creativa! Se supone que debemos olvidar eso.

—Habla solo por ti —le dice Tom—. Yo soy increíblemente organizado y

siempre presto atención.

Todos nos reímos.

—Tú... ¿viste a Marc hoy entonces? —me atrevo a preguntar.

Tanya pone una cara seria de nuevo.

—Sí, y tenía una cara que echaba rayos, si quieres saber la verdad. ¿Supongo

que ustedes dos tienen todavía problemas?

—Más que problemas —digo—. Distanciados, rompimos.

Tanya arroja una mano a su boca.

—¡Oh!, lo siento mucho.

Page 194: Where The Ivy Grows 2

194

Tom se gira sobre sí mismo para poder acariciar mi brazo.

—¿Tan pronto?

Asiento, y siento cómo las lágrimas aparecen.

—¿Cómo pudo pasar? —pregunta Tom—. Ustedes dos, ambos eran perfectos.

Supuse que la química sexual por sí sola los mantendría unidos por meses.

—Fue la decisión de Marc —le respondo— dice que es la única manera de

que pueda mantenerme a salvo.

Tanya estira un brazo para colocarlo alrededor de mi hombro.

—Hay muchos peces en el mar y todo eso.

—Tanya —Tom sacude la cabeza— ¿sabes que eso es absolutamente lo peor

que puedes decir, cuando las personas se separan?

—No te preocupes —le digo—. No hay nada bueno que me pueda decir en

este momento.

Escuchamos un crujido en la grava y veo a Leo caminando en el largo camino

con sombra.

—¿Sophia? —llega a la banca— ¿eres tú?

—Sí, soy yo.

—Tenía la esperanza de encontrarme contigo. —Asiente hacia Tom y

Tanya—. Estos deben ser tus amigos. Hola, hola.

—Tom y Tanya —le digo—. Les presento a Leo Falkirk.

—Sabemos exactamente quién eres —dice Tom, se levanta de su silla de

ruedas—. Y es un placer conocerte. —Hace una reverencia teatral.

Leo se ríe.

Page 195: Where The Ivy Grows 2

195

—No hagas una reverencia ante mí, no soy digno de ello.

—Lo eres absolutamente —dice Tom—. No lanzo mis reverencias ante

cualquiera, les puedes preguntar a ambas.

—Uh, ¿Sophia? —Leo fija sus brillantes ojos verdes sobre mí—. Me

preguntaba... ha sido un largo día y pensé... si es que todavía no has comido, ¿te

apetece comer algo?

—¿Contigo?

—Por supuesto, conmigo. —Sonríe, mostrándome sus hoyuelos—. Sé de

algunos fantásticos lugares en Londres, donde la prensa no está permitida.

Page 196: Where The Ivy Grows 2

196

Capítulo 51

Traducido por Lore Corregido por Eneritz

iro a Tom y Tanya. Tanya no da a entender nada, pero Tom está

sonriendo y asintiendo con la cabeza como un idiota.

—Gracias —le digo— pero estoy muy cansada. Podría

tomar un bocadillo y conseguir dormir temprano.

—Oh, bueno. Hey, voy a estar en la escuela durante una hora más o menos.

Me dieron una suite de invitados aquí, así que me voy a ir a tomar una ducha.

Llámame si cambias de idea, ¿de acuerdo? Aquí está mi número. —Me da una tarjeta

de visita con una foto en blanco y negro de él, por un lado, los músculos y los ojos

melancólicos—. No hagas caso de la foto. Fue idea de mi agente. Tal vez me veas

más tarde, ¿de acuerdo?

—Bueno.

Se aleja sobre la grava.

Cuando se ha ido, Tanya me da un golpe en el brazo.

—¿Por qué no dijiste que sí? ¿Estás ciega? Se parece a una de esas estatuas

griegas.

—Es que... no se sentía bien.

—Tanya, mi amor —dice Tom— ¿no puedes ver que todavía está suspirando

por Marc? No puede simplemente cambiar sus sentimientos como si fuera un grifo.

—Pero está tan bueno… —dice Tanya.

—¿Lo está en verdad? —Tom levanta una ceja.

Tanya sonríe.

M

Page 197: Where The Ivy Grows 2

197

—No está tan bueno como tú, pero lo está. —Su mano se apoya en su hombro,

y de pronto algo hace clic.

—¿Qué está pasando con ustedes dos? —les pregunto.

Tanya y Tom se miran el uno al otro, entonces rápidamente en direcciones

opuestas.

—Nada —dice Tanya, su mano se desliza del hombro de Tom.

Tom mira a su regazo.

La piel pálida de Tanya se ha vuelto de un rojo brillante, no creo que jamás la

haya visto tan incómoda.

Una sonrisa se extiende a través de mi cara.

—¿Están los dos ...? ¿Ha pasado algo? ¿Qué está pasando?

Tanya se rasca el cuello y mira fijamente a Tom.

—Oh, ya nos conoces —dice Tom— tan aburridos como de costumbre.

Comer. Pub. Clases. Alimentos. Pub. Es una vida muy dura. Extrañamos a nuestra

amiga, Sophia.

—¿Nos vamos al pub? —dice Tanya.

—¿Están seguros de que no hay nada que quieran decirme? —les pregunto.

Mueven la cabeza demasiado rápido.

—Muy bien. —Estoy dispuesta a dejarlo ir por ahora—. El pub suena bien,

pero tengo que aprenderme mis líneas también. Prométeme que no dejarás que me

ponga muy borracha, ¿de acuerdo? Estoy tan estresada, me veo tomándome dos

botellas de vino.

—Prometido.

Page 198: Where The Ivy Grows 2

198

Capítulo 52

Traducido por Lore Corregido por Eneritz

l pub del campus es tan acogedor como siempre, con sus taburetes de

barril de cerveza y la decoración de cuerdas. Hay una chimenea

crepitante y vino caliente a la venta.

Tom y yo tomamos una mesa redonda de madera en la esquina, mientras que

Tanya nos trae tres tazas humeantes de vino con canela en rama flotando en ellos.

El vino es reconfortante, y se siente bien estar aquí con Tom y Tanya, como

cuando vine por primera vez a la universidad y sin preocupaciones.

Mientras tomo un sorbo de vino caliente, Tanya me da un codazo.

—Mira lo que trajo el gato.

Me dirijo a la puerta.

—Oh, no.

Es Cecile, del brazo de Ryan.

Ryan me mira y luego mira hacia otro lado, pero Cecile ni siquiera mira en mi

dirección. Lleva la misma ropa de antes, botas de montar color canela, pantalones

vaqueros y una blusa. Su pelo rubio está atado en un moño elegante, que hace que

sus pómulos parezcan especialmente puntiagudos.

—¿Jesús, por qué no hay champán en este basurero? —oigo decir a Cecile—.

Es como estar en un pueblo del norte.

A mi lado, veo a Tanya agarrando la mesa, con sus blancas mejillas sonrojadas

de nuevo. Se para de un salto.

—Cecile, quiero hablar contigo.

E

Page 199: Where The Ivy Grows 2

199

Cecile parpadea, su carita puntiaguda perfectamente compuesta.

—Oh, nuestro mono residente en el norte. No me culpes si no sirven las

bebidas adecuadas en el norte, Tanya. Solo estoy diciendo las cosas como son.

—No me podría importar menos lo que piensas acerca de la vida en el norte

—dice Tanya, caminando alrededor de la mesa—. Me preocupo por Soph. Debes

estar avergonzada de ti misma, desparramando toda esa basura.

Cecile le da una pequeña sonrisa de suficiencia.

—No era basura.

—Maldita sea que lo fue, y tú lo sabes.

—Si me disculpas —dice Cecile, poniendo su brazo alrededor de Ryan—

estamos celebrando. The Daily Sport acaba de entregarme otro cheque muy grande

por decir la verdad acerca de Sophia.

La expresión en el rostro de Tanya me dice que está a punto de ir y golpear a

Cecile en la nariz. Agarro su brazo.

—No, Tanya. No vale la pena. Solo le darías otra historia que contar a los

periódicos.

—Maldición pero valdrá la pena —grita Tanya, con los ojos fijos en los de

Cecile. Tanya lucha y estoy perdiendo mi agarre en su brazo.

Cecile tiene la decencia de lucir asustada, y se aferra a Ryan.

—Detenla, Ryan. ¡Está loca! Ya sabes cómo son en el norte.

Eso era lo que no debía decir.

Tanya se lanza a través del pub, agarra los hombros de Cecile y la tira al suelo.

—¡Mentirosa vaca de dos caras! —grita, levantando su puño—. ¡Veamos la

cantidad de trabajo como actriz que puedes obtener con la nariz rota!

Page 200: Where The Ivy Grows 2

200

—¡No! —Cecile se cubre la cara y yo me paro y agarro la muñeca de Tanya.

—No, Tanya, no lo hagas. No vale la pena —me las arreglo para arrastrarla

de vuelta a nuestra mesa—. No quiero verte en los periódicos de mañana.

La empujo hacia un asiento y sostengo sus brazos hacia abajo.

—Por favor, Tanya, por mí. No te metas en problemas por ella.

Cecile se para y mira con recelo hacia Tanya y a mí. Toma un taburete de la

barra, se sacude el polvo de sus pantalones vaqueros y comprueba sus uñas.

La puerta del pub se abre.

—Sophia, mira —la boca de Tanya se abre.

Page 201: Where The Ivy Grows 2

201

Capítulo 53

Traducido por Lore Corregido por Eneritz

eo Falkirk se encuentra en el umbral.

Pobre Leo, todo el pub lo está mirando, pero supongo que debe

estar acostumbrado a que lo miren.

Lleva un abrigo de lona verde espeso que se ve bastante extraño contra su cara

bronceada, y el pelo blanqueado por el sol.

Me doy cuenta de que Cecile tiene una sonrisa enfermiza en su cara y acaricia

su pelo. Se desliza de su taburete en la barra, toda piernas largas y dientes blancos, y

extiende una mano perfectamente cuidada.

—Leo —dice, sacudiendo sus dedos—. He oído que estabas en la escuela —

pone una mano en su pecho—. Soy Cecile. Conozco a Duncan Granger —le da una

sonrisa de suficiencia—. ¿El director de Boda Perfecta? Va a todas mis fiestas

familiares. Mi madre juega al tenis con él algunas veces. Aquí es un tugurio, lleno de

imbéciles. ¿Qué tal si te llevo a un lugar más interesante?

—¿Conoces a Duncan? —dice Leo, capturando mi mirada—. Bueno, le dices

hola la próxima vez que lo veas. Encantado de conocerte, Kelly —camina por delante

de ella.

Los labios de Cecile se ponen en una línea firme, y ella mira cómo Leo llega

a mi mesa.

Casi puedo leer la mente de Cecile: ¿Qué tiene esa chica que yo no tenga? Y

en verdad, no lo sé. Quiero decir, Cecile es hermosa, rubia, rica y bien conectada. Yo

solo... ordinaria.

—Hola, Sophia —Leo se desliza sobre una silla junto a mí, sonríe a Tanya y

Tom—. Hola, chicos, me alegro de verlos de nuevo.

L

Page 202: Where The Ivy Grows 2

202

—¿Usted... desea... una copa, señor Falkirk? —le pregunta Tom—. El vino

caliente aquí es muy bueno.

—Por favor —Leo levanta sus manos— llámame Leo. Estoy bien con las

bebidas, solo vine aquí pensando que podría encontrar a Sophia, pensé que podría

convencerla de venir a cenar después de todo.

Detrás de Leo, los labios de Cecile prácticamente desaparecen, y ella le

susurra furiosa algo al oído a Ryan.

Al otro lado de la mesa, Tom hace mímica diciendo ve.

—Podemos hablar más sobre la obra de teatro —dice Leo—. Yo sé que no fue

el mejor día. Tal vez pueda ayudarte a que te congracies con Davina. Te ves

demasiado triste en estos momentos, deja que te anime.

Veo las manos grandes y bronceadas de Leo en la mesa y de repente pienso

en las manos de Marc, grande y fuerte también, pero con delgados y pálidos dedos.

Pienso en ellos deslizándose por mi espalda, enrollando mi pelo alrededor de ellos...

—Sí —digo, parándome, con las manos sobre la mesa—. Sí, ¿por qué no?

Vamos a salir de aquí.

Page 203: Where The Ivy Grows 2

203

Capítulo 54

Traducido por Lore Corregido por peke chan

a cara de Cecile está a cuadros cuando Leo y yo nos vamos juntos. Nos

dirigimos a través del campus lado a lado, pero no trata de cogerme la

mano o enlazar su brazo con él mío, lo cual es bueno.

Probablemente cancelaría toda la cena si lo hiciera. Quiero una distracción,

no una cita.

Hay paparazzis que andan alrededor de las puertas de la universidad, por lo

que Leo ordena taxi VIP especial con cristales tintados, y nos alejamos del

estacionamiento del College hacia el centro de Londres.

No puedo dejar de mirar mi iPhone cada pocos minutos, pero Marc no ha

llamado o dejado mensajes.

—No soy yo, ¿verdad? —Leo me pregunta cuando nos detenemos en un

semáforo. Él está tumbado en el asiento de al lado, tamborileando con los dedos sobre

la rodilla al ritmo de una melodía imaginaria.

—¿Qué, no eres tú? —Dejo caer el teléfono a mi regazo.

—Él que te está poniendo tan triste.

—¿Realmente parezco tan triste?

—Sí.

—Lo siento —suspiro—. No. No eres tú.

—¿Debo suponer que es Marc Blackwell quién te está poniendo así?

Lágrimas estúpidas. Vuelven a la primera mención de su nombre. Pongo mis

dedos debajo de mis ojos y las seco.

L

Page 204: Where The Ivy Grows 2

204

—Hey. Hey —Leo desabrocha su cinturón de seguridad y se desliza a mi lado,

pasando un brazo alrededor de mí—. ¿Yo causé esto? Lo siento.

—No. —Escondo mi cara entre mis manos y tomo unas cuantas respiraciones

para calmarme—. No, está bien. —Bajo mis manos y fuerzo una sonrisa.

—Mejor —Leo asiente—. Hey, no voy a mencionar a “B” de nuevo. ¿De

acuerdo?

—Gracias. Lo siento. Me siento tan estúpida.

—No te sientas estúpida. —Su mano aprieta mi hombro—. Vamos a cambiar

de tema. Ya sabes, este sólo es mi segundo viaje a Londres, pero me encanta esta

ciudad. —Agita su mano a los edificios que pasamos—. Mala comida, claro. Pero

una gran vida nocturna.

—¿Mala comida? —Estoy sonriendo ahora, secándome las lágrimas.

—Oh, vamos. Es terrible. Todos esos hidratos de carbono y aceite. Echo de

menos la comida californiana. ¿Has estado alguna vez en California?

Niego con la cabeza.

—Deberías venir. Tengo un lugar justo en la playa. Te encantaría California.

La mejor comida en el mundo. Pescado fresco, frutas. Batidos. Y el yogur helado, lo

extraño.

—Te das cuenta de que vamos a salir cenar en Londres, ¿verdad? —Le digo

con una sonrisa—. ¿Vas a decirle al del restaurante lo mala que es la comida

británica?

Leo se ríe.

—No voy a mencionarlo. Lo prometo. De todos modos, vamos a uno de los

pocos lugares de Londres que sabe hacer buena comida.

—Oh, ¿en serio?

Page 205: Where The Ivy Grows 2

205

—Sí. Soba. Un lugar japonés. ¿Alguna vez has ido?

Niego con la cabeza.

—Te va a encantar.

Page 206: Where The Ivy Grows 2

206

Capítulo 55

Traducido por Lore Corregido por peke chan

oba se encuentra en el segundo piso de un edificio de color marrón con

vistas a Park Lane. Es muy tranquilo (un poco demasiado tranquilo

para mí). Estoy acostumbrada a las cadenas de restaurantes bulliciosas

llenas de niños gritando.

Todos los asientos son de cuero, y hay más camareros que clientes.

—Bonito, ¿eh? —dice Leo.

Sonrío, pero por dentro me siento nerviosa. Estoy desaliñada en jeans como

siempre, pero también lo está Leo.

—¿Puedo tomar su abrigo, señor? —pregunta un camarero.

—Claro. —Leo se lo entrega.

Si el camarero está, en absoluto, preocupado por la chaqueta de lona rayada

de Leo, no lo demuestra.

—¿Señora?

—¿Si?

—¿Su abrigo?

—Oh, por supuesto. Lo siento. Gracias.

Nos sentamos en una mesa con vistas a Park Lane, y nos quedamos por unos

momentos, mirando los coches pasar. Leo es una compañía muy tranquila, y me

siento muy bien de con él en silencio.

—Me encantan las ciudades, ¿a ti no? —dice Leo—. Hay mucho que hacer.

S

Page 207: Where The Ivy Grows 2

207

Tal zumbido. Crecí en un pueblo pequeño de Texas, donde no pasaba nada. La

primera vez que fui a Houston, yo estaba deslumbrado. Me dije “Aquí es dónde

quiero vivir”. Y entonces la cosa de la actuación sucedió, y LA era como Houston

pero diez veces mejor.

—¿Cómo te metiste en la actuación? —Le pregunto cuando el camarero nos

muestra unas humeantes toallas calientes.

—Hice obras escolares —dice—. Lo de siempre. Y entonces hice modelado

para una empresa de deportes y terminé en California para una sesión. Conocí el

surf, me encantó, nunca volví a casa.

—¿Tú fuiste modelo? —digo, sorprendida. Leo parece demasiado... no sé,

genuino como para hacer todo eso de acicalarse y posar.

—Claro —dice Leo—. Fue sobre todo cosas de deportes, ya sabes. Cosas

atléticas. ¿Por qué, tú modelas también?

Me río y niego con la cabeza.

—No podría pensar en una modelo peor que yo.

—¿Por qué?

—Bueno para empezar mira mis uñas. No soy especialmente buena en el auto-

mantenimiento —Le extiendo mis manos, mostrando mis uñas mordida—. Si las

dejara crecer más, no sería capaz de cultivar un huerto.

—Si que te gusta el aire libre, ¿no?

—Me encanta —Miro por la ventana—. No hay suficiente árboles en Londres.

—No hay suficiente océano, tampoco —Leo sigue mi mirada—. Pero es tan

viva, ¿no te parece? La ciudad.

Me encojo de hombros.

—Puedo tomarlo o dejarlo.

Page 208: Where The Ivy Grows 2

208

Leo sonríe.

—No eres como otras actrices, ¿lo sabías? Nunca había conocido a una actriz

como tú.

—¿Es eso algo bueno?

—Es refrescante. Es fácil estar alrededor tuyo. Por supuesto ayuda el hecho de

que eres muy bonita.

Un camarero se cierne sobre nosotros con dos menús.

—¿Champagne para empezar? —pregunta—. O un muy buen mojito de

manzana. Perfecto con nuestros aperitivos.

—¿Sophia? —Me pregunta Leo—. ¿Quieres Champagne? ¿Un cóctel?

Echo un vistazo al camarero, y luego otra vez a Leo y susurro.

—Creo que prefiero una cerveza.

—¿Prefieres una cerveza? —susurra Leo de nuevo—. ¡Bien!

El camarero pone una sonrisa cortés.

—Tenemos una excelente cerveza japonesa. ¿Dos Kirin?

—Suena bien.

Abro mi menú.

—¿Todo esto es pescado crudo? —pregunto.

Leo se ríe.

—No todo. ¿Por qué? ¿No te gusta el pescado crudo?

—Nunca lo he probado antes. —Mastico una de mis uñas.

Page 209: Where The Ivy Grows 2

209

—¿No lo has hecho? Está bien.

Yo frunzo el ceño ante el menú. Hay todo tipo de palabras que no conozco.

—Voy a pedir la lan-gous-tine como mi principal —digo con cuidado—. Es

como gambas, ¿no?

Leo vuelve a reír.

—Sophia, eso es como una entrada, ¿de acuerdo? Pides más de una.

—Oh —Estoy nerviosa, y el menú se desliza alrededor de mis manos—.

Bueno. Bueno, el ceviche... ¿qué tipo de pescado es?

—No es un pez, cariño. Es un plato.

—¿Puedes pedir para mí? —digo, empujando el menú sobre la mesa, mis

mejillas ardiendo—. Eso será mucho más fácil.

—Claro. —Leo toma el menú, mientras el camarero viene con nuestras

cervezas. Él ordena, pero no tengo ni idea de qué. La única palabra que me es familiar

es “caviar”, y tomo una respiración profunda, recordando mi primera cena con Marc.

—¿Cómo estuvo tú día? —me pregunta Leo.

—Horrible —Le admito, tomando un sorbo de cerveza—. Por lo general, me

encanta actuar. Pero no cuando alguien me encuentra fallas todo el tiempo.

—Trata de ver las cosas desde el punto de vista de Davina —dice Leo—. Ella

está acostumbrada a trabajar con profesionales.

—Gracias.

—Lo siento. Eso sonó áspero. Pero puedo ver lo que está haciendo, a pesar de

que no lo hace de la mejor manera. Hay una gran diferencia entre un estudiante de

teatro y un actor profesional. Podría utilizar un poco de pulido.

—¿Pulido?

Page 210: Where The Ivy Grows 2

210

—Mmm —Leo asiente mientras toma un trago de cerveza—. Arreglos finos.

Así no eres consciente de ti misma.

—Pero cuanto más me critica, más consciente estoy de mí misma. —Escarbo

en la etiqueta de la cerveza.

—Ya sabes, hacer eso significa que estás frustrada sexualmente.

Mi cabeza se levanta de golpe.

—¿Disculpa?

Leo señala con su cerveza la mía.

—Despegar etiquetas de cerveza. Frustrado sexualmente.

Enrojezco.

—Ah, mira. Aquí viene nuestra comida.

Page 211: Where The Ivy Grows 2

211

Capítulo 56

Traducido por Lore Corregido por peke chan

a comida es realmente deliciosa. Pensé que el pescado crudo sabría

muy raro, pero no es así en absoluto. Tiene un sabor fresco y delicado,

y ha sido presentado tan bien que estoy medio tentada de sacar mi

iPhone y empezar a tomar fotos.

Comemos delicadas rodajas de salmón crudo, presentadas sobre un lecho de

hielo picado y tacos rellenos de carne cruda, cubierto de zumo de limón, regados con

langosta y salsa de champán.

—¿Quieres salir conmigo después de cenar? —pregunta Leo, terminando su

cerveza—. Ven a ver algunos clubes de Londres.

Niego con la cabeza.

—Tengo que aprender mis líneas.

—Muy buena. Eres una alumna estrella. No es de extrañar... oh, espera. No.

Me prometí no ir allí.

—Lo que dijiste de que yo estaba sin pulir. —Usé mi tenedor para empujar

alrededor un pedazo cáscara de camarón—. ¿Qué quieres decir exactamente?

—Oh, sólo... se puede decir que no has actuado profesionalmente antes. Eso

es todo lo que quiero decir. Eres demasiado consciente de quién te está mirando.

—¿Y cómo hago para cambiar eso?

Leo se encoge de hombros.

—Es difícil de decir. Supongo que sólo viene con la práctica.

—Así que tal vez, en el momento en el que estemos listos para el show, ¿voy

L

Page 212: Where The Ivy Grows 2

212

a estar mejor?

—Vas a estar mejor, pero yo no sé si vas a estar al nivel que Davina quiere. Se

necesitan años para realmente, realmente olvidar a la audiencia.

—Años. —Miro por la ventana.

—¿Estás bebiendo esa cerveza? —Me pregunta Leo.

Me quedo mirando la botella medio llena al lado de mi plato.

—No.

Se termina mi cerveza en tres grandes tragos.

—¿Estás segura de que no quieres salir conmigo después de la cena?

Sonrío y niego.

—Creo que la prensa tiene suficientes fotos mías por hoy. —Y hay también

algo más, algo que no digo. Todo en lo que seré capaz de pensar es en Marc, de todos

modos.

—¿Estás bien? —Me pregunta Leo—. Parece que estás pensando en algo serio.

—No es nada. —Mis dedos alcanzan mi teléfono.

—Él no llamó. —Leo hace girar un tenedor en la mesa.

Mis dedos se congelan en la pantalla de mi iPhone.

—Mira, has comprobado esa cosa cada cinco minutos durante toda la noche

—dice Leo—. Él no llamó. Lo hubieras escuchado sonar.

Dejo que mi mano se alejara.

—Y yo que pensaba que estaba siendo sutil.

—Tan sutil como una roca. Pero me prometí que no volvería la palabra “B”,

Page 213: Where The Ivy Grows 2

213

así que... —Leo levanta las manos.

Suspiro.

—Tienes razón. No llamó. Ni mandó un mensaje de texto.

—Hey. Podría ser peor. Podrías tener un problema técnico con su teléfono y

que te lleguen 500 mensajes de texto al día, como yo.

—¿Recibes 500 mensajes al día?

Leo asiente.

—A veces más, mi teléfono está arruinado. Me los envían por duplicado. A

veces por triplicado.

—¿Puedo echar un vistazo? —Le digo.

—Claro. —Leo me pasa su delgado teléfono de pantalla táctil.

Echo un vistazo a través de la configuración, y luego descubro una

actualización de software y la presiono.

—Es un problema técnico con el teléfono —le digo, devolviéndoselo a él—.

Pero hay una actualización que debería arreglarlo. Debería de funcionar ahora.

Los ojos de Leo se ensanchan.

—Guau. Chica software. ¿Quién sabía que tenías esos talentos ocultos?

Me encojo de hombros.

—A mí me gustan los aparatos, eso es todo.

—Es una pena que no quieras salir a bailar conmigo. ¿Quieres que te llame a

un taxi?

Asiento con la cabeza, mis pensamientos derivan a Marc de nuevo. Marc

intentaría llevarme personalmente. Asegurarse de que estuviera a salvo. Pero también

Page 214: Where The Ivy Grows 2

214

acaba de romper conmigo.

—Gracias —le digo—. Eso estaría genial.

Leo llama al camarero.

—Un taxi para la pequeña señorita, aquí. ¿Y sabe de un buen club cerca de

aquí?

El camarero le da una rígida sonrisa.

—¿Clubes nocturnos, señor?

—Sí —Leo golpea su espalda—. Para el baile y la fabulación.

—Chinawhite está cerca —Él mira a los pantalones vaqueros de Leo—. Creo

que podría ser el tipo de cosa que usted está buscando.

Leo está.

—¿Estás segura de que no quieres venir conmigo? ¿Última oportunidad?

—No mejor ya me vuelvo. Debo acostarme temprano.

Page 215: Where The Ivy Grows 2

215

Capítulo 57

Traducido por Dark Juliet Corregido por peke chan

a siguiente mañana, me despierto por un golpe en la puerta.

—Soph. Soph.

—¿Tanya? —Froto mis ojos legañosos, contenta de no tener demasiada

resaca. Mi boca está un poco pastosa, sin embargo, y agarro el vaso de agua que hay

junto a mi cama y doy un largo trago.

Dejando el vaso en la mesa, lanzo el edredón a mí alrededor y camino hacia

la puerta.

—¿Qué hora es? —pregunto, tirando para abrir la puerta.

Tanya está en el pasillo con un papel enrollado en la mano, prácticamente

saltando arriba y abajo.

—¿Has LEÍDO el periódico? —Sus gafas están torcidas, y su pelo está hecho

un lío. Lleva una bata azul marino con cordón de cuerda amarilla alrededor de las

solapas.

—Acabo de despertar. —Me hago a un lado para que pueda entrar en mi

dormitorio.

Tanya se precipita junto a mí y se lanza a mi cama.

—Esa vaca absoluta de Cecile. Ha hecho otro número de ti.

Me froto los ojos.

—Como pensé que podría suceder. Estaba en las oficinas de CMG ayer, por

lo que supuse que podía haber algo hoy.

L

Page 216: Where The Ivy Grows 2

216

Me siento a su lado en la cama. Mi pecho se siente pesado.

—Veamos.

Tanya pone el periódico en la cama. Hay una gran foto de Leo y yo en la

portada, afuera del Teatro Tottemham. Leo está destellando su gran sonrisa de

Hollywood, y mis ojos están medio cerrados mientras trato de medio escabullirme

de debajo de su brazo. Mi pelo está soplando en todas partes, hay un brillo de aceite

en mi frente y mis ojos sin levantar la mirada pálida y cansada.

Ciertamente, no se ve como una imagen romántica. Me alegro.

Parpadeo en el titular.

¿Está Sophia engañando?

Oh, genial. Leo el artículo.

La sórdida estudiante, Sophia Rose, fijó las malas lenguas ayer cuando cenó

con la estrella de La Bella y la Bestia y chico de oro de Hollywood, Leo Falkirk.

La noticia de la fecha de la cena íntima de Sophia puede venir como una

sorpresa para Marc, que irrumpió ayer la noticia de su amor por Sophia.

Falkirk luce embobado con la guapa morena, ¿pero es él el próximo en líneas

para un desamor?

“Marc parecía totalmente desconsolado cuando dio nuestra clase”, afirma su

compañera de estudios, Cecile Jefferson, “se podría decir que Sophia realmente lo

tiene. Ella está jugando y él está lastimado”.

“Sophia dormirá con cualquiera para llegar a la cima. Es completamente

insensible y sin corazón. No le importa a quién hiere en su búsqueda de la fama.

Aquí nadie entiende por qué a Marc le gusta. Ella es zarrapastrosa y común, y por lo

tanto no lo suficientemente buena para él o Leo. No sé lo que cualquiera ve en ella”.

Mi primera reacción es reírme. Es una risa un poco histérica, pero una risa,

Page 217: Where The Ivy Grows 2

217

no obstante.

—Dios, ella simplemente no tiene moral.

—¿No estás furiosa? —dice Tanya—. Yo lo estoy.

—No lo estés —digo—. Es patética. Me pregunto cuánto tomará reparar el

daño.

—Tienes que detenerla de hacer esto. —dice Tanya.

—Lo sé —Le digo—. Es sólo que no sé cómo. Aún.

—¿Dijiste que estabas en las oficinas del periódico ayer por la mañana? —dice

Tanya—. Ella ni siquiera había tenido clase con Marc entonces. ¿Y cómo sabían ellos

que habías ido a cenar con Leo?

—Tal vez les llamó y les dio detalles adicionales.

—Qué vaca.

—Se aburrirá. —digo.

—Pero, ¿y si no lo hace? ¿Vas a dejarla arrastrando tu nombre por el barro?

—En parte es culpa mía —le digo—. Estuve de acuerdo en hacer ese truco

publicitario con Leo ayer. Supongo que Cecile debe de haber escuchado acerca de la

cena, pero... como dijo Leo, vive por la espada, morirás por la espalda.

Page 218: Where The Ivy Grows 2

218

Capítulo 58

Traducido por Dark Juliet Corregido por peke chan

uando Tanya se va, me visto en leggins y camiseta y me lavo los

dientes. Cojo una visión de mí en el espejo del baño, mis ojos

marrones cansados.

Sórdida Estudiante.

Escupo en el fregadero, saco la bazofia de mi boca y busco alrededor de los

estantes del cuarto de baño por maquillaje. Finalmente encuentro la caja de lápiz que

contiene el lápiz Khol, rímel y otros cosméticos maltratados.

Aplico Khol alrededor de mis ojos, luego rímel, luego base, en polvo y rubor

en crema, antes de dibujar en mis cejas. ¿Así está mejor? ¿Soy menos sórdida ahora?

Vislumbro mi atuendo en el espejo de cuerpo entero, y giro al lado.

Zarrapastrosa y común.

Me quito la ropa, y me visto con un largo vestido jumper verde, y botas de

cuero planas.

¿Van a dejarme en paz ahora?

—Hey, ¿qué pasa con todo el maquillaje? —Leo pregunta mientras subo al

escenario en el teatro Queen.

Mi mano va a mi mejilla.

—Nada, sólo... pensé que debería de hacer un mayor esfuerzo.

—¿Para alguien en particular?

—No. Sólo yo. ¿Se ve mal o algo así?

C

Page 219: Where The Ivy Grows 2

219

—No, sólo... no del todo contigo.

Veo a Davina en la primera fila, golpeando su teléfono, un vaso de papel de

humeante café sobre sus tacones altos.

Ella me mira y vuelve a mirar su teléfono.

—Es bueno ver que estás a tiempo de un cambio, Sophia.

—Siento lo de ayer —le digo—. Generalmente nunca llego tarde.

—Tienes un récord de cincuenta a cincuenta hasta el momento —afirma

Davina.

Echo un vistazo a Leo, pero está ocupado escaneando su guión.

—Bien —Davina deja caer su teléfono en el bolso—. Esperemos que tu voz

esté un poco mejor que hoy. Puedo soñar, por lo menos.

—Creo que Sophia tiene una gran voz —afirma Leo—. Perfecta para estas

canciones. Realmente sutil. Bonita.

—Bueno, tú y yo vamos a tener que diferir en eso.

—Yo sé que no soy una gran cantante —murmuro—. Necesito practicar más.

Lo haré.

—¿Alguna novedad sobre ti y Marc? —Davina arquea una ceja— ¿No es

menos complicado aún?

—Yo... no. No lo he visto. —Y no me ha llamado. O dejado un mensaje.

Davina suspira.

—Todavía. No es un mal artículo el de esta mañana. ¡Muy bien! —Ella

aplaude—. Empecemos.

Page 220: Where The Ivy Grows 2

220

Capítulo 59

Traducido por Dark Juliet Corregido por peke chan

l ensayo termina siendo peor que el de ayer. Davina es aún más crítica,

si eso es posible. Y por si fuera poco, Marc aún no ha llamado. Ya han

pasado dos días. No sé lo que estoy esperando. Después de todo, nos

separamos. Pero una parte de mí sigue esperando que tal vez, se pueda

resolver.

Me voy a mi habitación, a aprender mis líneas, conciliar el sueño y antes de

darme cuenta, ya es hora de ensayar de nuevo.

Los días y las semanas comienzan a rodar juntos. Todas las mañanas, me

levanto a las siete, desayuno con Tom y Tanya, luego voy al Teatro Queen para un

ensayo general de todo el día.

Nunca hemos terminado antes de las siete de la noche, y estoy por lo general

demasiado cansada para hacer mucho más que aprender las líneas y dormir. A veces,

Tom y Tanya vienen a mi habitación para ver una película, pero me quedo dormida

a medio camino.

Casi no tengo tiempo para ver a mi familia o a Jen, lo que me pone triste, pero

me las arreglo para llamar a papá y a Jen un par de veces. Realmente echo de menos

mimar a Sam y jugar con él. A papá le llega a gorjear algunas palabras para mí a

través del teléfono, pero no es lo mismo.

Durante una llamada tarde en la noche después de un ensayo realmente

agotador, papá me pregunta por Marc.

—Leí en el periódico que rompieron —dice—. No estás demasiado

desconsolada, ¿verdad?

—No —miento—. Está todo bien. —La última cosa que quiero hacer es

E

Page 221: Where The Ivy Grows 2

221

preocuparlo.

Marc ha cumplido su promesa. No lo he visto o escuchado de él, pero la idea

de lo que hace me duele más que nunca. ¿Se ha olvidado de mí? ¿Alguna vez le

importé? Se hace más y más difícil de imaginar que alguna vez realmente tuvimos

una relación.

Los adornos de Navidad empiezan a verse en torno a la universidad, y eso me

hace sentir triste y solitaria. Normalmente me encanta la Navidad, pero no este año.

Este año, mi objetivo es sólo pasar a través de ella, y no pensar en Marc.

Leo y yo trabajamos nuestro camino a través de la obra, pero va lenta.

Davina me critica a cada paso y lejos de mejorar, a menudo siento que estoy

empeorando, cometiendo más errores. Siento miedo de decir mis líneas la mitad del

tiempo, por temor a que Davina corrija y castigue.

En cada oportunidad ella pica, pica, pica.

Párate más recta, Sophia. Danos más carácter. Danos más carisma. ¿Cristo,

no puedes ni siquiera hacer eso? Tendrías que pagarme para verte en este momento,

eres tan aficionada.

Lo peor es, que sé que tiene razón (al menos en parte). Bueno, entonces está

dando su idea de la forma más humilde posible, pero eso no quiere decir que no haya

verdad en el corazón de ellas.

Leo no es Marc Blackwell, pero es un buen actor. Confiado. Experimentado.

Conocedor. Junto a él, sé muy poco, y se nota. Y cuanto más me critica Davina, más

pequeña me siento y más errores cometo.

Page 222: Where The Ivy Grows 2

222

Capítulo 60

Traducido por Dark Juliet Corregido por Liss.Briel

espués de una mañana particularmente horrible de un mes en los

ensayos, Davina me llama una “pérdida total de espacio” y tengo

suficiente. Estoy exhausta y rota.

Cuando nos detenemos a almorzar, me dirijo por las escaleras del escenario a

la primera fila.

—Davina, ¿podemos hablar?

Ella está descansando un bolígrafo en sus labios rojos, con el ceño fruncido

con un guión en el regazo.

—¿Qué pasa? —lleva gafas de color rojo brillante hoy, y se han deslizado hasta

la punta de la nariz.

—Sé que no era tu primera elección de actriz.

—Puedes decir eso otra vez.

—Pero estoy tratando realmente.

Davina deja caer la pluma sobre el guión y me mira con una larga y dura

mirada.

—Tratando. Bueno. Cómo muy de secundaria. —Se burla aplaudiendo—.

Siempre y cuando estés tratando de mejorar, supongo que no importa que estés

arruinando esta obra.

—No quiero arruinar nada —le digo—. Dime. Por favor. Dime qué puedo

hacer.

—Sé mejor —dice las palabras lentamente y con cuidado, como si fuera un

D

Page 223: Where The Ivy Grows 2

223

niño de cinco años de edad, luego chasquea sus ojos al guión—. Gana cinco años de

experiencia para mañana. Ahora bien, si no te importa, tengo mejores cosas que

hacer que cuidarte.

Trago saliva.

—Gracias por tu tiempo. —Me apresuro fuera del teatro. Estoy a mitad de

camino a través de los jardines de la universidad antes de saber dónde estoy, las

lágrimas corren por mi cara.

Miro hacia atrás al teatro y pienso, no puedo volver allí. Simplemente no

puedo. No por un tiempo. Algo tiene que cambiar, o me voy a caer completamente.

Mis pies me llevan lejos del teatro, a través del aparcamiento y hacia el bosque.

El concreto se convierte en grava y luego en tierra, y siento hojas crujientes debajo

de mis pies. El aire es afrutado y fresco, pero por una vez la quietud de los árboles no

me calma. Respirando profundamente, siento solo lo desesperado de mi situación.

Estoy maldita si lo hago, maldita si no lo hago. Es demasiado tarde para

abandonar, otra actriz nunca podría ensayar la obra a tiempo para la noche de

apertura. Pero si sigo siendo destrozada por Davina, tendré algún tipo de quiebre. Mi

autoestima tiene un hilo suelto en serio ahora. Un tirón y todo se vendrá abajo.

Me apoyo en un tronco de árbol y dejo los sollozos alcanzarme. Estoy a punto

de gritar, cuando oigo una ramita chasquear.

Me doy la vuelta, los ojos rojos, la cara toda húmeda y pongo una mano en

mi boca.

Es Marc. Está de pie a pocos metros de distancia, luciendo como si alguien le

hubiera metido un cuchillo en el pecho. Un cigarrillo en sus dedos.

No hay donde correr y no tengo fuerzas para correr de todos modos.

—¿Sophia? ¿Estás bien? —Está vestido con una ajustada camiseta negra y

pantalones negros, y como de costumbre no parece notar el frío cortante. Inclina la

punta del cigarrillo en el suelo, entonces tira la colilla a la tierra.

Page 224: Where The Ivy Grows 2

224

—¿Estás fumando otra vez?

—Sustituí una droga sana con una malsana.

—Pensé que te quedarías lejos de mí —le digo.

—Lo estoy intentando, créeme. Pero te vi correr hacia el bosque y me di

cuenta de que algo andaba mal. No soy superman. No puedo verte molesta y caminar

hacia otro lado.

—Tenías razón. Nunca debí haber tomado ese papel.

Marc da un paso adelante y huelo su olor natural fresco, limpio.

—Sophia —dice en voz baja—. Háblame. ¿Qué está pasando?

Estoy atrapada en sus ojos, mi corazón se acelera, mis palmas pegajosas, mi

cuerpo torpe y fuera de balance. Ha pasado más de un mes, pero aún tiene el mismo

efecto en mí.

Dejé escapar un largo suspiro, tratando de calmarme.

—Es mi problema —le digo.

—Cristo. —Se pasa la mano por el pelo—. Sophia, dime lo que está mal. Deja

que te ayude.

Niego.

—Es demasiado tarde. Nada puede hacer esto mejor. Simplemente no soy

suficiente para interpretar bien esta parte.

—Nunca digas eso. —Su voz es dura. Grave.

—Pero es cierto. Simplemente no soy lo suficientemente buena. No tengo la

suficiente experiencia.

Los ojos de Marc se cierran por un momento. Cuando los abre, son más claros

Page 225: Where The Ivy Grows 2

225

que antes.

—Te puedo ayudar —dice—. Enseñarte cómo ser mejor. Para parecer con más

experiencia.

—¿Enseñarme? —Trago—. ¿Es eso posible?

—Si la actuación es tu problema, entonces sí. —Sonríe—. Curioso. Cuando

me dijiste que habías tomado el papel, nunca pensé que actuar sería el tema. Es un

problema mucho mejor que Getty.

—No sé si puedo correr el riesgo de estar cerca de ti. No si no estamos juntos.

—Te has resistido hasta ahora, ¿verdad?

Me río.

—Apenas. —Mi corazón late tan rápido ahora, creo que las aves son capaces

de escucharlo.

—Davina tiene una reputación —dice Marc—. Inflexible. Necesitas sentirte

más confiada, eso es todo. Tomar más el control. Te puedo ayudar con eso.

—Los ensayos son el infierno —admito—. Me odia. No puedo darle lo que

quiere, y cuanto más crítica, más me desmorono.

—Bueno, tienes una opción —dice Marc. —Puedes enterrar la cabeza en la

arena y continuar como estás. —Da un paso hacia mí—. O déjame ayudarte.

—Marc. —Fijo mis ojos en el suelo y hojas—. Debes saber lo difícil que sería.

—Fuiste lo suficientemente fuerte para tomar el papel. —Oigo hojas crujir

bajo sus pies. Está cerca ahora. Demasiado cerca—. Así que realmente depende de

ti. Ejercer cierto autocontrol y aceptar mi tutoría. O seguir como estás.

—Marc, sólo creo... que probablemente no sería saludable ser instruida por ti

ahora mismo.

Page 226: Where The Ivy Grows 2

226

Hay una pausa.

—Lo que quieras.

Todavía no estoy mirando hacia él. Mi mirada está en el suelo.

—Es tan duro estar cerca de ti —le susurro.

—Entonces me voy.

Me estremezco, sintiendo un barrido frío repentino en los bosques. Mi pecho

se vuelve más apagado y mi cuerpo se enfría.

Miro hacia arriba y veo que Marc se ha ido.

Page 227: Where The Ivy Grows 2

227

Capítulo 61

Traducido por Dark Juliet Corregido por Liss.Briel

ola en los arbolados, pienso en el Teatro Queen y lo que me espera allí.

De repente, el frío se vuelve insoportable y escalofríos se convierte en

temblor. No quiero volver allí y ser apartada lentamente. Quiero

mejorar. Ser mejor.

De repente, estoy corriendo a través de los árboles, las hojas crujiendo bajo

mis pies, volando del suelo.

Veo a Marc adelante por el aparcamiento, sus largas piernas devorando la

distancia entre nosotros. Su Ford Mustang está estacionado bajo un árbol y se dirige

hacia él.

—¡Marc!

Se detiene y veo sus anchos hombros subiendo y bajando bruscamente. Esto

es tan difícil para él como lo es para mí.

—Espera.

Lo alcanzo, sin aliento, una mano en mi pecho.

—Yo... tienes razón. Necesito ayuda. Tengo mejorar. ¿Me ayudas?

Se vuelve y casi me golpea su hermosura a la luz lechosa de invierno.

—¿Realmente necesitas preguntar?

Quiero tocarlo tanto. Sentir sus brazos alrededor de mí. Pero no. Eso no es lo

que se trata, y si él me va a ayudar, tengo que ser fuerte.

S

Page 228: Where The Ivy Grows 2

228

—¿Es eso un sí?

—Por supuesto que es un sí. Nos vemos en el teatro esta noche. 9 p.m.

Page 229: Where The Ivy Grows 2

229

Capítulo 62

Traducido por Dark Juliet Corregido por Liss.Briel

ientras me dirijo hacia el Teatro Queen esa noche, mis botas crujen

por senderos plateados de hielo. Hace mucho frío, pero estoy

disfrutándolo. Desde que vi a Marc antes, mi mente ha estado por

todas partes y el clima helado siempre ayuda a embotar mis

pensamientos.

Estoy vestida en mallas negras y un largo jumper de color carmesí, tratando

de tomármelo con calma y casual. Como si esta reunión no fuera gran cosa.

Ando con propósito, no hay tiempo para pensar, no hay tiempo para ser

emocional. Esto es sólo otra lección. He tenido clases con Marc antes... Doy a mi

cabeza una pequeña sacudida.

No vayas allí.

Las puertas del teatro se ciernen por delante, y se ven más oscuras y más altas

que nunca.

Siento mi ritmo lento, y luego... me detengo.

No estoy segura de que pueda hacer esto. Mi corazón late con fuerza en mi

pecho, y me trago bocados enfermizos de nada.

Me vuelvo al teatro, escuchando la grava siendo lanzada bajo mi bota.

Detrás de mí, la puerta del teatro cruje abriéndose.

—Sophia.

Me detengo en seco, sintiendo la voz de Marc en la boca del estómago.

M

Page 230: Where The Ivy Grows 2

230

—¿A dónde vas? —Su voz es tan profunda, envía electricidad por todo mi

cuerpo.

—Estoy pensándolo —digo, sin volverme. Por encima de mí, la luna es una

astilla de plata y me concentro en ella, mis ojos empiezan a picar.

Oigo crujir grava y lo siento detrás de mí.

—Ven dentro del teatro. —Siento su calor en mi cuello. Y oh, esa voz. Debe

saber el efecto que tiene sobre mí. Cómo hace que mi corazón se alborote y mis

rodillas se vuelvan de melaza.

—No estoy segura de poder —admito.

Ahora oigo su respiración, baja y apretada. Los vellos de mi cuello se

levantan, cierro los ojos y tomo una respiración profunda. Lo huelo. Ese olor fresco

y limpio que hace que mis sentidos se vuelvan locos.

—Eres más fuerte que esto —dice Marc, con voz firme. Él está en modo

maestro ahora.

—No lo creo. —Niego con la cabeza, lágrimas viniendo.

—Sí, lo eres. Date la vuelta.

—Marc…

—Dije date la vuelta.

Trago y me vuelvo, mis ojos están húmedos y rojos. Estoy al nivel de su

barbilla cuadrada lisa.

—Hay algo que quieres —dice Marc.

Mantengo mis ojos fijos en su barbilla y hombros. Lleva una camisa

abotonada negra sin corbata.

—¿Algo que quiero? —tartamudeo.

Page 231: Where The Ivy Grows 2

231

—Quieres ser más fuerte. Una mejor actriz.

—Sí, pero…

—Así que esta noche, eso es lo que vas a aprender. Mírame. —Truena los

dedos, una poderosa presión justo en frente de mis ojos, y levantó la mirada antes de

que pueda detenerme.

Él está con el ceño fruncido. Serio.

—Puedes hacerlo, Sophia.

—Yo...

—Sí. —La palabra no permite ningún argumento—. Puedes. Entra. Antes de

que atrapes tu muerte aquí. Venga. No más de estas tonterías.

Cierro los ojos por un momento. Él tiene razón. Sería patético caminar lejos

ahora.

—Bien. De acuerdo.

Page 232: Where The Ivy Grows 2

232

Capítulo 63

Traducido SOS por Aless Corregido por Vickyra

espués de ti —Marc tiene la puerta del teatro abierta.

—Gracias. —Paso por la puerta, sin mirarlo, y

echo un vistazo al interior. Las luces están bajas. Íntimo

y sombrío. Camino hacia el escenario y subo los

escalones.

Detrás de mí, la puerta chirria al cerrarse. El crujido hace eco en todo el teatro

vacío, y escucho los pasos de Marc haciendo clic por el suelo polvoriento.

Una vez en el escenario, volteo para verlo en el pasillo, con las manos en las

caderas.

—¿Con ganas de subir al escenario, Srta. Rose?

Incluso en la penumbra, no hay duda de lo atractivo que es. Se mueve con

agilidad, la cabeza en alto, sus pómulos resaltando con la poca luz. Quiero pasar mis

dedos por su cabello grueso. Quiero sentirlo, todo él, por todas partes.

No.

Necesito controlarme.

—En realidad no —lo reconozco—. Es que... Supongo que quería subir al

escenario antes de hablar de mi salida.

—Es difícil para mí también —dice Marc. Él está más cerca ahora, su cara

resplandeciente en la luz blanca del escenario. Sus pómulos afilados, nariz recta y

bien definidos los pequeños hoyuelos de sus mejillas—. Pero me prometí que sería

—D

Page 233: Where The Ivy Grows 2

233

fuerte. Y tú también debes serlo. Sé que puedes hacerlo.

—Lo intentaré.

—No —Marc se acerca más al escenario, sus ojos fieros miran fijamente a los

míos—. Tú no vas a intentarlo. Lo harás. Tendrás éxito. ¿Queda claro? No hay lugar

para el fracaso en mis clases. Si un estudiante falla, yo fracaso. Y no tengo ninguna

intención de fracasar.

Había olvidado lo estricto que podía ser. Demasiado severo. Lo que lo hace

un maestro excelente. Sus palabras inspiran algo en mí, una especie de vigor en mi

pecho. Sí. Voy a tener éxito. Yo puedo hacer esto. Ambos podemos.

—Leí el guion de la Bella y la Bestia —dice Marc, tomando asiento en la

primera fila, cruza las piernas estiradas hacia adelante—. Lo memoricé. Me ha

gustado mucho. Encontré cosas interesantes. Y sé exactamente la escena que me

gustaría que ensayáramos. Escena cincuenta, donde Bella le dice a Bestia que está

enamorada de él.

—¿Me estás tomando el pelo? —Niego con la cabeza—. ¿Estás tratando de

hacer esto aún más difícil de lo que ya es?

—Créeme, Sophia, este es el mejor escenario para ti en este momento. Vamos

déjame escuchar el dialogo.

Dejo caer mis brazos y doy una vuelta en el escenario, buscando las líneas de

mi cabeza.

—Okay. Sí, está bien, estoy lista.

—Adelante.

Dejo que se desvanezca el ceño fruncido de mi rostro y aclaro la garganta.

—Eres hermoso —le digo, moviendo las manos a Bestia invisible—. Así como

amable y considerado. Yo no lo noté en un principio, pero ahora está claro. Veo a la

persona en tu interior, y es un príncipe.

Page 234: Where The Ivy Grows 2

234

Recito el resto de la escena, sorprendida de que fluya mucho más fácil de lo

que había conseguido con Davina. Cuando termino, siento un poco de tranquilidad

en mi pecho. Casi había olvidado lo bien que se siente hacerlo.

—Okay —Marc se pone de pie—. Bien. Sophia. Muy emocionante. Sincera.

Si yo fuera tu director, estaría feliz.

—Pero... Davina no está feliz conmigo para nada. ¿Tengo que ser más...

sensual, o hacer algo? ¿Algo como me dijiste cuando me estabas enseñando?

Marc niega con la cabeza.

—Este no es un papel sensual. Es más sutil. Eres perfecta para esto, de muchas

maneras.

—Yo fui mejor en este momento. Mejor de lo que he estado con Davina. No

sé por qué.

—Debido a que te sientes más segura.

—¿Entonces, que está mal? ¿Por qué no me puedo sentir segura con Davina?

—Debido a que no tienes experiencia.

—Eso es lo que Leo me dijo.

—¿Lo que dijo Leo? —Los ojos azules de Marc se estrechan.

—Marc... para que te enteres, no hay nada entre Leo y yo…

—Tu vida personal no me interesa en este momento —Marc me interrumpe—

. La siguiente escena. Vamos a intentar con la quince.

Hago mis siguientes líneas con más confianza, con las palabras de aprobación

de Marc zumbando en mis oídos.

—Bien —dice Marc cuando termino la escena. Él me mira por un momento,

Page 235: Where The Ivy Grows 2

235

y siento el sentimiento del “conejo atrapado por los faros”6.

—¿Qué? —Lo cuestiono.

—Sólo estaba pensando. Acerca de cómo mis experiencias pueden ayudarte

—Marc pasa sus dedos hacia atrás y adelante a lo largo del brazo de terciopelo de la

butaca, y yo lo observo.

¡No! Pierdas la cabeza, Sophia.

—¿Tus experiencias? —Le pregunto, esperando que mis pensamientos no se

vean reflejados en mi rostro.

—Sí —dice Marc, todavía arrastra los dedos hacia atrás y adelante—. La

primera película larga que hice fui muy consciente de mí mismo. Al igual que tú lo

eres con Davina, supongo. Fue una etapa difícil, y yo sabía que estaba anhelando por

encima de mis posibilidades. Mi padre mintió sobre mi experiencia, y yo no podía

ponerlo en evidencia.

La sensación de mi pecho se suaviza. Es tan extraño pensar de Marc como un

chico. Especialmente un chico que era vulnerable. Me rompe el corazón.

—Debiste haber odiado a tu padre —susurro.

—Yo no estuve triste cuando murió. Poniéndolo de esa forma. Pero...

volvamos a ti. —Marc cambia de repente, y se dirige hacia el escenario—. Yo ya te

hablé de mis experiencias. Te sientes más nerviosa, tal vez por una pobre actuación.

¿Es así como te sientes con Davina? ¿Eres consciente? ¿Nerviosa? —Sube las

escaleras del escenario.

Asiento, sintiendo correr la ansiedad alrededor de mi pecho mientras él se me

acerca.

6Se refiere a que el animal en carretera que es sorprendido por un auto (las luces), este se paraliza

por el temor que le causa.

Page 236: Where The Ivy Grows 2

236

Capítulo 64

Traducido SOS por Aless Corregido por Vickyra

o. Por favor. No te acerques más. No puedo soportarlo.

—Tú eres inexperta, Sophia —él me rodea, obligándome a

girar y mirarlo—. Así que no estás soportando la carga. Es necesario

que lo hagas. ¿Ves lo que estoy haciendo ahora?

—¿Aparte de conseguir de marearme?

Los labios de Marc chasquean en una sonrisa en pico, y mi estómago se

tambalea.

—¿Es por mí? —dice.

—Sí —le digo, todavía girando.

—Y sin embargo sigues mirándome.

Mis ojos se desvían hacia mis pies.

—Es... de forma automática.

—Exactamente. Tú no lo deseas. Ni siquiera piensas en lo que estás haciendo.

Yo lo hago. Y tú sigues mi ejemplo. Te hice mirar a donde yo quería que miraras.

Pero ese tipo de poder sólo viene cuando dejas de preocuparte por lo que piensa la

gente, y empezar a decirles qué es lo que piensas.

—Pero ¿cómo aprendiste eso? —le pregunto, arriesgándome a mirar hacia

arriba. Marc ha dejado de dar vuelta a mí alrededor ahora, y se encuentra metiendo

sus manos a sus bolsillos.

N

Page 237: Where The Ivy Grows 2

237

—Tuve suerte —dice Marc—. Tuve un buen mentor.

Él saca elegantemente, su cartera negra de piel de su bolsillo y la desdobla,

deslizando una tarjeta de presentación con garabatos de una pluma azul sobre ella.

—Todavía conservo la tarjeta que me dio. —Él lee lo que hay en ella—.

Demuestra quien manda y golpea hasta morir chico, Baz.

—¿Quién es Baz?

Marc sonríe.

—Baz Smith.

—¿Baz Smith? ¿Al igual que el actor de gánster?

Marc asiente.

—¿Él era tu mentor? ¿Él te ayudó?

—Más que cualquier otro —Marc desliza la tarjeta en su billetera—. Él vio a

un niño tratando de sobresalir y lo convirtió en un hombre.

—¿Cómo?

—Oh, de diferentes maneras. Siendo la más memorable lanzarme a una

especie de pelea callejera en Manchester para que venciera el miedo que había en mí.

—¿Él hizo qué?

—Baz no es de lo siguen reglas marcadas. Pelear a puño limpio. Un día, él me

llevó a una pelea y me lanzó al ring. Me golpearon mucho lastimándome, antes de

que yo comenzara a pelear. Ese día me cambió. Después de esa pelea, todo fue

diferente.

—Diferente, ¿cómo?

—Me di cuenta de que tenía solo que contar conmigo mismo para hacerme

Page 238: Where The Ivy Grows 2

238

cargo de la situación. Y que podía dejar que la vida, y mi padre, me golpearan. O

podría defenderme.

Yo gravemente quiero lanzar mis brazos alrededor de él, pero me mantengo

firme.

—Nunca me dijiste esto antes.

—Hay muchas cosas que tú no sabes acerca de mí.

—¿Al igual que lo de tu hermana?

—Sí.

—¿Cómo está?

—Lo está haciendo bien. Ella se internó en un lugar que le ayudará a la

rehabilitación psicológica. Aquí, en Londres. Es una buena señal. La orientación va

bien.

—Genial. Me alegro. Me gustaría volver a verla. Me gustaría ayudarla, si es

que puedo. Hubiera deseado que me hablaras de ella antes.

Marc sonríe.

—Agradezco que estés pensando en mi hermana en este momento.

Regresemos a ti.

—Marc…

—Ahora.

No se puede discutir con él, y los dos lo sabemos.

—¿Vas a llevarme a un ring de boxeo? —Yo bromeo, pero la mirada en el

rostro de Marc me pone nerviosa—. ¿Marc?

Él mira su reloj.

Page 239: Where The Ivy Grows 2

239

—Se acabó el tiempo por hoy. Continuaremos de nuevo mañana a primera

hora. Te recogerá Keith. 6.30. Acabaremos a tiempo para tu ensayo.

—¿Recoger? ¿No ensayaremos aquí?

—No. Hasta mañana.

Y con eso, Marc camina a la salida del teatro.

Page 240: Where The Ivy Grows 2

240

Capítulo 65

Traducido SOS por Aless Corregido por Vickyra

or favor, dime a dónde vamos —le pido a Keith dentro del

auto cuando vamos por el centro de Londres. Son las

6.40am y aún está oscuro. Estoy nerviosa.

—Tengo órdenes estrictas de no decirte —dice Keith—. Pero creo que va a ser

divertido.

—Yo no estaría tan segura de eso —respondo, estoy pensando en la historia

del ring de boxeo de Marc. Sostengo mis rodillas con fuerza que mis nudillos se ponen

blancos.

Miro la sombría ciudad de Londres desaparece ante el campo y veo cercas de

madera y campos vacíos.

El auto frena frente a un conjunto de edificios de ladrillo rojo, y observo por

la ventana. Hay una gran casa de campo con ventanas de estilo Georgian y lo que

parece ser un granero y establos.

Rayos de luz amarillos comienzan a aparecer a lo largo del horizonte,

consiguiendo las más hermosas sombras de colores en las construcciones.

—¿Es esto una granja? —pregunto.

—De hecho, lo es —dice Keith—. La granja de Marc. Una de sus muchas

propiedades.

El auto recorre un camino desigual, con bastante barro y este permanece a la

largo del camino, por toda la casa hasta llegar a los establos.

Giramos en una esquina, y veo a Marc en las puertas del establo. Mi corazón

sale desbocado, pero trato de tranquilizarme.

—P

Page 241: Where The Ivy Grows 2

241

Recuerda, Sophia, es tu maestro hoy.

Pero a pesar de esto, no puedo ignorar lo guapo que se ve a la luz de la

mañana. Lleva pantalones cargo negros y una camiseta de cuello V gris. A sus pies

veo una bolsa grande marrón con un logotipo de alguna tienda de ropa en ella.

—Aquí estamos —dice Keith, deteniendo el auto.

—Gracias —le digo, cerrando mi abrigo y saliendo del auto. Camino hacia

Marc, mis delgadas zapatillas deportivas me hacen sentir la gravilla de la tierra.

—Buenos días, señorita Rose.

—Buenos días, Sr. Blackwell. ¿Entonces?

—¿Entonces?

—¿Qué estamos haciendo aquí en el campo?

—Estoy a punto de demostrártelo. Ven conmigo —levanta la bolsa de papel

por sus asas de cuerda.

—¿Qué hay en la bolsa?

—Paciencia, Srta. Rose.

El establo tiene una puerta de metal enorme, y Marc la mueve. Haciendo un

sonido chirriante escalofriante mientras la reja recorre a lo largo de los ladrillos.

Escucho un ruido. Bang, Bang. Como alguien perforando metal. Y un olor de

paja y estiércol de caballo.

¡BANG, BANG! Esta vez fue más fuerte.

—¿Qué es ese ruido? —pregunto, mientras retrocedo un paso.

—Descúbrelo por ti misma —Marc camina adentro del establo, sus zapatillas

crujen en la gravilla del concreto. Hace frío adentro, y hay nubes brumosas más

Page 242: Where The Ivy Grows 2

242

adelante.

Page 243: Where The Ivy Grows 2

243

Capítulo 66

Traducido SOS por Felin Corregido por peke chan

on cautela me acerco a él, al ver las pacas de paja y cubículos vacíos

donde supongo que deben de guardar los caballos.

Marc se detiene en un cubículo, y la enorme nariz negra de un

caballo aparece sobre la media puerta. Marc levanta la mano a la boca del caballo y

acaricia su hocico.

El caballo hace sacudidas de izquierda a derecha, pero después de un minuto

o dos, las caricias de Marc lo tranquilizan.

—Es hermoso —le susurro, cada vez más cerca (pero no demasiado cerca).

Los caballos grandes me dan miedo—. Mi madre me llevaba a montar.

Marc dirige una mano firme por la nariz del caballo, y relincha en señal de

aprobación.

—Sí, lo sé.

—¿Cómo?

—Vi una foto de ti en caballo. En la casa de tu padre. —Marc abre el cerrojo

del cubículo, levantando una mano firme para llevar al caballo hacia adelante.

Puedo decidir que este caballo es fuerte por la forma en que suenan sus cascos

y sacude su melena.

Marc recoge la bolsa de papel marrón, y me la entrega.

—Es para ti —me dice—. Equipo para montar.

—Oh no. ¿Me estás tomando el pelo? ¿Quieres que monte ese caballo? ¿Este

caballo? Es enorme. Y parece que tiene su carácter.

C

Page 244: Where The Ivy Grows 2

244

—¿Quién dijo que este caballo era macho?

—¿Es una yegua?

Marc sonríe.

—No. Es un macho. Se llama Taranu. Es una palabra galesa. Significa trueno.

Él es fuerte y voluntarioso, al igual que su homónimo.

—Marc, no puedo montarlo.

—Puedes y lo harás. Y te va a enseñar mucho —Marc palmea su brillante

costado negro—. Con Taranu tendrás que ser fuerte. Contrólalo o caerás.

Recuerdo a mi madre y las veces que fuimos a montar juntas. Montaba a una

pony llamada Daisy, y era la criatura más dulce que uno pudiera encontrar. Mamás

y yo trotábamos juntas por los bosques y a lo largo de los caminos rurales. Eran

mágicas, esas mañanas de los sábados.

—No estoy segura de que esto sea una buena idea. —Le digo.

—No tienes opción —dice Marc, apoyando su mano en la parte posterior de

Taranu—. Cuando yo te estoy enseñando, haces lo que te digo. Lo estarás montando

y eso es definitivo. Así que vamos para que te cambies.

Page 245: Where The Ivy Grows 2

245

Capítulo 67

Traducido SOS por Felin Corregido por peke chan

aranu resopla y mueve sus patas contra el duro concreto detrás de los

establos, y lo observo con cautela, pensando que ahora sería un buen

momento para cambiar de opinión.

Marc ha preparado a Taranu con una silla de montar marrón brillante.

Me he vestido con un pantalón para montar beige, una camisa polo negra y

botas negras que había en la bolsa de compras de la boutique.

Estoy temblando, tanto por el frío como por el miedo.

Vamos, Sophia. Vamos, tú puedes hacerlo.

—¿Lista? —Marc me pregunta, sosteniendo las riendas.

Asiento, pongo el pie en el estribo de metal antes de siga pensando demasiado

en ello. Pongo mis manos en la suave piel de Taranu, y da un tironeo que hace que

casi pierda el equilibrio.

Casi me caigo, pero Marc me sostiene. Trato de ignorar la electricidad que

relampaguea a través de mi cuerpo al contacto de Marc, y coloco firmemente mis

pies en el suelo.

—Tranquilo, tranquilo muchacho —dice Marc, dando una palmadita en el

flanco de Taranu. Me doy cuenta de que Marc no está mirándome y supongo que

siente la electricidad también.

Sophia... tienes que dejar de pensar así.

—Muy bien. —Pongo mi pie en el estribo de nuevo, agarro la silla de montar

de marrón brillante y me impulso otra vez.

T

Page 246: Where The Ivy Grows 2

246

Wow.

Estoy a metro y medio en el aire. Es un largo camino del suelo.

Cojo las riendas, tratando de ser tranquila y confiada, pero en verdad, estoy

con los nervios de punta.

Taranu da un paso adelante, y me impulsa para atrás y luego hacia adelante.

—¡Oh! Espera. No. Quédate quieto. —Le digo.

Mis palabras no calman los nervios de Taranu, y él trota dando un círculo

rápido sobre el concreto.

Me congelo, cuidando mucho las riendas, todo mi cuerpo está rígido. Cada

sacudida envía a mi cuerpo rígido por el camino equivocado, y me lanzo hacia abajo

contra la silla, aferrándome a Taranu con las dos manos.

—Siéntate derecha —Me dice Marc—. Ahora. Hazte cargo de él. O piensas

rendirte. Ahora Sophia. Esto no es un juego.

Oh, Dios mío, él está realmente serio.

—Muy bien. —Lucho por mi posición vertical y tiro de las riendas con más

fuerza.

Taranu responde caminando hacia delante.

—¡Marc! ¿A dónde va?

—A cualquier lugar que él decida ir en estos momentos. Es mejor que tomes

el mando.

Oh, Dios mío.

Taranu se dirige hacia un campo abierto. Él trota al principio, pero en cuanto

siente la hierba bajo sus cascos, comienza a galopar.

Page 247: Where The Ivy Grows 2

247

Tomo las riendas más fuertes, pero no hay ninguna diferencia. El viento

golpea mis mejillas, y mis ojos lagrimean. Estamos ahora completamente al galope.

Ciertamente estamos corriendo, y voy rebotando encima de él.

Oh, Dios mío.

No creo que pueda soportarlo mucho. En cualquier momento caeré. Miro

hacia la suave hierba y veo los grandes cascos de Taranu golpeando sobre ella. No

hay manera en que yo quiera caer a esta velocidad.

—Detente, Taranu. No.

Él no disminuye la velocidad, a pesar de que estoy tirando tan fuerte como

puedo. Cada vez lo hace más fuerte y tengo más miedo ahora. Hay una valla adelante,

y si trata de saltarla, me caeré. Y él estará suelto en el jardín de algún vecino.

Reboto, reboto, reboto (me estoy golpeando con tanta fuerza que estoy

volando arriba y abajo en la silla de montar). La valla está a pocos metros de

distancia, y parte de mí quiere poner las manos en mi cara para prepararme para el

impacto.

—Para. Para. —Tiro de las riendas con todas mis fuerzas, escucho a Taranu

resoplar y siento que su equilibrio se altera, se está preparado para saltar la valla.

—Gira. AHORA. —Nunca me había escuchado con esa voz, pero me salió

muy bien (profunda y gruesa y de corazón). Levanto mis manos y doy un tirón con

ellas. Nada desesperado. Sin miedo. Pero con fuerza.

—GIRA. No, no me vas a tirar. Vas a girar. Tú girarás.

Tiro de las riendas con todas mis fuerzas, tirando del cuello de Taranu a un

lado y...

Él se da la vuelta.

Justo a tiempo.

Page 248: Where The Ivy Grows 2

248

Continúo con las riendas completamente tensas en mis manos, no dejo que se

deslicen ni un centímetro, aunque el cuero me está cortando. Estamos galopando

hacia los establos, pero esta vez a un ritmo más lento. Lo hago más fuerte hasta que

se desacelera a medio galope, hasta que consigo trotar.

Page 249: Where The Ivy Grows 2

249

Capítulo 68

Traducido SOS por Felin Corregido por peke chan

uen chico. —Me inclino hacia delante y acaricio su cuello

fuertemente, oyéndole resoplar en señal de aprobación.

Hasta ese momento en que veo a Marc en los establos que

me doy cuenta de que estoy conmocionada.

Detengo a Taranu, y a continuación, me deslizo fuera de la silla de montar.

Mis rodillas estuvieron cerca de dar contra el suelo, y tengo que apoyarme en Taranu

para sostenerme. Mis brazos están temblando también, ahora no están tan estirados

ni tensos.

—¿Buen paseo? —Marc toma las riendas de Taranu. El caballo inclina su

cabeza hacia él, acariciando con su nariz los largos dedos de Marc.

Lo miro, y pongo mis temblorosas manos sobre mis caderas.

—¿Estás loco? —le grito—. ¿Qué demonios...? Ese caballo estaba fuera de

control. ¿Dejaste que me montara en un caballo como ese?

—¿Fuera de control? —Marc levanta una ceja—. Él es todo lo contrario. Tú

debiste de tomar el control.

—¿Y si no lo hubiera conseguido? —Le digo, con lágrimas de rabia en mis

ojos.

—Pude haber usado esto. —Marc saca un silbato negro de su bolsillo.

—¿Qué es eso?

—Un silbato de parada. Está entrenado para detenerse cuando lo escucha.

—Pero... se dirigía hacia la valla.

—B

Page 250: Where The Ivy Grows 2

250

—Y hubiera girado ante este silbato y se detendría. Él es un caballo bien

entrenado. A pesar de las apariencias.

—No se sentía como si estuviera a punto de obedecer.

—Confía en mí. Lo habría hecho. Pero tú lo controlaste. Te estaba viendo.

Con detenimiento. Al más mínimo indicio de que fueras a caerte del asiento, habría

hecho sonar el silbato.

Todavía lo estoy mirando, mi corazón late con fuerza, pero mis manos se

deslizan de mis caderas.

—¿Quieres decir... que yo no estaba a cargo de él?

—Te hiciste cargo —dice Marc—. Pero tenías una red de seguridad. Sólo que

no los sabías. ¿Cómo te sientes?

—Enfadada.

—Te ves eufórica.

—Tal vez un poco. —Pongo una mano en mi pecho palpitante.

—Lo hiciste bien —dice Marc, ladeando la cabeza—. Muy bien. Ahora.

Tienes un ensayo al cual asistir. ¿Entiendes un poco de qué fue este ejercicio?

—Yo... sí, creo que sí. Quiero decir... sé lo que estás haciendo. Me obligaste a

tomar el control. Me hiciste sentir más confiada. Haciéndome cargo de una situación

que parecía imposible.

Marc regresa el silbato a su bolsillo.

—Creo que te iría bien asistir a las clases de Denise, también.

—No tengo tiempo —le digo—. Mis ensayos duran todo el día.

—No me has dejado terminar —dice Marc, con el ceño fruncido—. Sé cuánto

tiempo duran tus ensayos. Así que te he reservado algunas clases nocturnas con

Page 251: Where The Ivy Grows 2

251

Denise.

Miro hacia el concreto.

—Sé que debo ensayar con Denise. Pero Marc... cuando se trata de cantar, tal

vez no soy lo suficientemente buena.

—Puras tonterías —Marc chasquea—. Si piensas que no eres lo

suficientemente buena, entonces no lo serás. Vas a asistir a las clases nocturnas con

Denise.

—Marc...

—No hay réplica alguna. Si quieres seguir matriculada conmigo, seguirás mis

reglas.

Dejo que las riendas de Taranu se deslicen de entre mis dedos.

—¿Estamos de regreso a eso? —le digo—. ¿Tú obedeces, yo ordeno?

—Me dijiste que querías que te enseñara. —Marc se adelanta un paso más

cerca, sus ojos azules se nublan.

Oh, Dios mío. ¿Cómo puede todavía tener ese efecto sobre mí? Tenía que

tranquilizarme, y ahora, una vez más, mi corazón late con fuerza.

—Enséñame tus manos.

—Mis...

—Tus manos. Ahora. —Marc levanta mis manos fuera de las riendas, y las

voltea para ver mis palmas. Tengo marcas rojas de quemaduras que atraviesan mi

mano izquierda, donde las riendas desgarraron mi piel.

—Estás herida. —Frunce el ceño—. ¿Por qué no me lo dijiste?

—Yo... pensé que... sólo son unas pocas pequeñas marcas.

Page 252: Where The Ivy Grows 2

252

—Necesitan ser curadas.

—Pero Marc... mi ensayo.

—Espera en la parte de atrás de la limusina. Nos vemos ahí en cinco minutos.

Page 253: Where The Ivy Grows 2

253

Capítulo 69

Traducido por Luisa Corregido por IngridShaik

e encuentro apenas un minuto en el auto cuando se abre la puerta

y se sube Marc. Tiene vendas y una crema para quemaduras

antiséptica y aún sigue con el ceño fruncido.

—Estoy bien —le digo—. De verdad. No tienes por qué preocuparte.

Marc derrama un poco de crema antiséptica sobre un algodón, me toma con

mucho cuidado mi mano izquierda entre la suya.

—Puede que esto escueza un poco —me dice, apretando sobre las líneas rojas

de mi mano. Es como un artista, pintando algo muy delicado. Frunce el ceño—.

Nunca quise que te lastimaras.

—No importa. De verdad. —Le observo limpiar la herida—. Marc. ¿Puedo

preguntarte algo? —él continúa untando antiséptico en mi mano, la concentración

hace aparecer graciosas líneas pequeñas sobre su nariz.

—¿Qué quieres saber?

—Cuando estábamos... juntos. ¿Te gustaba lastimarme?

Marc se detiene, el algodón se cierne cerca de mis dedos.

—No podría soportar el pensar dañarte.

—Pero...

—No —Marc niega con la cabeza—. Te enseñaba algo placentero. Dolor y

placer están muy estrechamente relacionados… Necesito estar a cargo, por eso

funciona para mí.

M

Page 254: Where The Ivy Grows 2

254

—Tú necesitas estar a cargo —le digo lentamente—. No te gusta. ¿Lo

necesitas?

—Y tú lo encontraste placentero —dijo Marc, vendándome con delicadeza la

mano.

—Sí —le respondo—. El tiempo que tuvimos... fueron... Jamás olvidaré ni un

momento de ellos. Fue la época más increíble. Tenemos... ¿Queda alguna

oportunidad para nosotros?

Marc ata fuertemente el vendaje y a continuo manteniendo cariñosamente mi

mano entre la suya.

—Sigo deseándote —dijo él—. Esto para mi es una tortura. ¿Te habrás dado

cuenta, verdad? Pero mi prioridad es mantenerte a salvo. Y eso significa que ahora

mismo nos tenemos que mantener separados.

—Marc, te echo de menos. Desearía que pudiéramos estar juntos.

Marc sigue sujetando mi mano y siento la corriente emanando de él, subiendo

y bajando por mi brazo. Somos como dos imanes luchando contra la corriente.

—Eres la primera mujer que me ha tocado tan de cerca —dijo Marc—. ¿No

sabes lo mucho que me duele estar apartado de ti? ¿Piensas que lo haría sin una buena

razón? Quiero protegerte.

—¿Pero no lo ves? —le respondo, sintiendo como el auto se pone en

movimiento—. Ahora mismo me estás haciendo daño al alejarte de mí. Supongo que

siempre supe que saldría herida. Debería saberlo a tenor de nuestra vida sexual.

Marc me aprieta con fuerza la mano.

—¿Pensaste que te estaba hiriendo? —En su frente aparece un pliegue—.

¿Pensaste que me gustaba verte sufrir?

—¿Y no era así?

Page 255: Where The Ivy Grows 2

255

Marc se reclina.

—No. No es lo que me gustaba. Me gustaba dominarte. Verte sumisa.

Dominar y controlar tu placer. Enseñarte cosas que nunca experimentaste

anteriormente.

—¿Tú.... siempre has sido así? ¿Con las mujeres?

—¿Estás insinuando que me interesan los hombres? —Los labios de Marc se

curvan en una sonrisa.

—Supongo que no.

Marc se ríe con ganas.

—Buena suposición. Y no... No siempre fue así. Solía ser diferente. Joven,

más temeroso. Fuera de control.

—¿Has estado con mujeres sin tomar el control?

—Eso es correcto.

—Pero yo no fui la primera. ¿Cierto? La primera mujer con la que tomaste el

control.

—Antes de ti hubo otras. Mujeres que… con las que tuve esa dinámica. Pero

las cosas no empezaron de ese modo. No siempre tuve el control —Marc se pone la

mano sobre la frente—. Algo.... alguien apareció.

Hubo una larga pausa.

—Oh —sólo digo esa palabra para llenar el silencio. Y entonces no puedo

evitar preguntar—. ¿La amaste?

Marc se rió.

—Él. No era más que un amigo y me enseño el camino, por así decirlo. —

Ahora Marc se me queda mirando, una ceja ligeramente alzada, esos increíbles labios

Page 256: Where The Ivy Grows 2

256

se inclinaron un poco—. ¿No lo sabes, verdad?

—¿Saber qué?

—¿Él no te lo dijo?

—¿Decirme qué? —Estoy confundida.

—El amigo. El amigo que me enseño el camino, para bien o para mal. ¿No

adivinas quién es?

Le miró fijamente, desconcertada.

—No tengo ni idea —le respondo.

—El amigo era Giles Getty.

Page 257: Where The Ivy Grows 2

257

Capítulo 70

Traducido por Luisa Corregido por IngridShaik

iles Getty? —prácticamente escupo las palabras.

Marc asintió.

—Él me introdujo a la escena. Una escena dónde a las mujeres les gustaba

que los hombres tomasen el control.

Me encuentro enferma.

—Me estás tomando el pelo. ¿Giles Getty? —Con sólo decir su nombre mi

lengua se siente viscosa—. Él... él dijo que eran amigos, pero pensé...

—¿Qué estaba exagerando? —Nunca antes había visto los ojos azules de Marc

tan abiertos y tan claros—. No.

Mientras penetramos las afueras de Londres, el verde se vuelve gris.

—¿Cómo? —Le pregunto, escucho absoluta perplejidad en mi voz—.

¿Cuándo?

—Hace mucho tiempo. Entonces no era el malvado cabrón de ahora, pero ya

había forjado su camino. Yo no me di cuenta hasta que fue demasiado tarde.

Marc cubre su cabeza con las manos y veo como sus pálidos dedos recorren

sus gruesos cabellos castaños. Quiero tocarlo, abrazarlo. Decirle que todo está bien.

Pero... no sé si todo está bien.

—¿Qué sucedió? —pregunto.

Marc suspira contra sus manos.

—Era joven y estúpido y no me daba cuenta en dónde me metía hasta que fue

—¿G

Page 258: Where The Ivy Grows 2

258

demasiado tarde. Cuando Getty me introdujo en su escena, el mundo que me mostró,

despertó algo. Podrías decir la persona que en realidad era. O al menos quien quería

ser. En control. Frío y dominante. Y el placer que podía aportar ser de esa forma.

Supongo que Getty vio algo en mí que posiblemente se asemejaba a él.

Niego con la cabeza.

—No eres similar.

—Lo somos —responde Marc—. Más de lo que te puedas imaginar. Podrías

decir que Getty me introdujo en la dominación. Sexualmente tomando control. Me

llevo a los clubes, presentándome a las mujeres.

Me siento enferma. En parte por la idea de él con otras mujeres, pero

principalmente porque Getty estaba involucrado en la vida tan íntima de Marc.

—Cuando me enganche a ese escenario —dijo Marc—. Todos los malos

sentimientos que cargaba, esos inútiles, aterradores sentimientos que provenían de

una vida con mi padre, se evaporaron. En un soplo. El poder que sentía era tremendo.

De alguna manera nuestros cuerpos se apartan.

—La primera noche que estuve con una mujer de uno de los clubes de Getty—

Marc continúa—: me pidió que la atase. Cuanto más la restringía y tomaba el control,

más le gustaba. Y yo me sentí vivo. Me sentía yo mismo. El verdadero yo.

—Así que tú y la mujer...

Marc agita la mano con desdeño.

—No tengo ni idea lo que fue de ella. Ella no es importante. No se trataba de

ella. Se trataba de mí. Conocí a muchas mujeres como ella. Aprendí muy bien en

reconocer las señales.

—¿Me leíste las señales?

Marc no titubeo ni un segundo.

Page 259: Where The Ivy Grows 2

259

—Si.

—¿Sabías que me gustaría que me hirieras ?

—No herirte. Dominarte. Es lo que necesitabas. Es lo que aún necesitas.

Marc estira las piernas y pone un brazo el borde de la ventana.

—Getty fue astuto. Al principio no me mostró exactamente lo que era en

realidad. Visitábamos clubes donde las mujeres querían que los hombres tomasen el

control, y pensé que Getty también era así. Pero Getty deseaba más. Le gustaba dañar

a las mujeres. Mujeres que inevitablemente no se divertían. Le excitaba. Existen sitios

especializados donde puedes observar ese tipo de cosas. También participar.

Trago con dificultad, sintiendo nauseas.

—¿Y participaste en ello?

Marc niega con vehemencia la cabeza.

—Ya te lo he dicho. Para mí no se trata del dolor. Es dar placer a través de la

dominación. A veces ese control implica dolor. Pero no puedo soportar infligir dolor

a una mujer sin su consentimiento. Ambas, mi madre y mi hermana fueron golpeadas

por un hombre que se supone las cuidaría. El pensar en dañar a una mujer sin su

consentimiento me enferma.

—¿Entonces qué pasó? —pregunto—. ¿Contigo y Getty?

—Cuando descubrí en dónde estaba metido, le dije que nuestra relación había

terminado. Denuncie su actividad a la policía. Su respuesta fue acosar a mi hermana,

vendiendo historias y más historias sobre ella.

—Tu pobre hermana. —Trago saliva, sintiendo nauseas en el estómago.

—Arruino su vida —dijo Marc, rotundo.

El auto ahora disminuye la velocidad al entrar en el tráfico de Londres y Marc

se gira para mirar por la ventana.

Page 260: Where The Ivy Grows 2

260

—Si no hubiese sido por esos artículos de prensa, hubiese podido darle un giro

a su vida. Nunca tuvo una oportunidad.

El auto sigue su ruta y nos quedamos en silencio durante un buen rato.

Entonces le digo:

—Gracias. Por contármelo. Ojala me lo hubieses contado antes. Supongo que

ahora ya no importa. Pero me alegra saberlo.

—Yo también me alegro que sepas la verdad. Al menos una parte. —La

mandíbula de Marc se endurece y saca su Blackberry del bolsillo, pasando el pulgar

sobre él—. Vuelta a los negocios. Vas a ver esta noche a Denise. Y el resto de la

semana después de tus ensayos. Entonces nos volveremos a ver. ¿De acuerdo?

—Bien —le respondo, mi cabeza en un torbellino. No sé qué pensar ni que

sentir.

Page 261: Where The Ivy Grows 2

261

Capítulo 71

Traducido por Luisa Corregido por IngridShaik

lego a tiempo para el ensayo, y como era de esperar actúo mejor que

nunca. No sé si fue por montar a caballo, la alabanza de Marc o el

simple hecho de estar con él que me dio más confianza, pero entré al

teatro bailando como si poseyera el lugar y actué con todo mi corazón.

La boca de Davina se abre y cierra unas cuantas veces, y no parece que encuentre

motivos, esta vez, para criticarme. Cuando esa noche terminamos estoy radiante y

atravieso la facultad para mi lección con Denise.

Por supuesto he estado pensando todo el día en Marc y ahora aún más cuando

ya han terminado los ensayos. Mientras atravieso los fríos terrenos del campus,

pienso en todo el dolor con el que Marc tuvo que lidiar. Qué difícil fue su vida. Puedo

entender que después de una vida como la suya puedes llegar a ser un poco

dependiente el estar al mando.

Ahora mismo hace un frío glacial, y unos cuantos copos de nieve se

arremolinan y giran alrededor. La facultad se ve tan bonita con la nieve cayendo a su

alrededor, especialmente ahora con todos los adornos navideños. Luces navideñas

decoran los árboles, imprimiendo a la facultad aún más magia y misterio y una red

de estrellas centelleantes se extienden sobre los tejados.

Cuando llego a la clase de Denise veo velas parpadear en la ventana y escucho

suave música. Hay sobre todo el panel de la ventana copos de nieve azul simulada y

veo a Denise dentro sentada sobre un puf, hojeando la revista Stage.

Llamo a la puerta.

—¿Sophia? —exclama Denise.

—Hola. —La puerta chilla al abrirla y me retiro la nieve de mis brazos y pelo.

L

Page 262: Where The Ivy Grows 2

262

Denise se levanta.

—Bueno mírate. Más guapa que nunca. Y nada menos actuando en el West

End. Pero... —Posa un dedo sobre los labios—. ¿Cariño, qué tienes en la mente? ¿O

debería decir, a quién?

Sonrió.

—Él quien usual.

—¿Oh? ¿Nuestro Sr. Blackwell?

—¿Quién sino?

—Te he echado de menos en mis clases —le dice Denise.

—Lo siento mucho. —Cuelgo mi abrigo en el respaldo de una silla de

plástico—. Yo también te he echado de menos. Pero los ensayos me roban tanto

tiempo.

—¿Y cómo van? —pregunta Denise, ajetreada con el hervidor—. ¿Té?

—Si, por favor. —Pongo mis dedos fríos contra el radiador—.Están yendo

bien. Hoy estuvieron bien. Anteayer fueron horribles.

—¿Horribles?

Asiento.

—Marc tenía razón. No debería haber aceptado este papel. Me fue ofrecido

por las razones equivocadas y ahora es demasiado tarde para retractarse.

—Ah el agradable Marc —dijo Denise, vertiendo agua caliente en las tazas—

. He oído que ambos se fueron esta mañana a cabalgar.

—Yo cabalgue. Él se quedó ahí mirando.

—¿Cómo están ustedes dos? ¿Siguen en apuros?

Page 263: Where The Ivy Grows 2

263

—Es una manera de decirlo.

—¿Así que no hay esperanza para dos desventurados amantes?

Me siento pesadamente sobre una silla de plástico naranja.

—No lo creo. Ojala hubiese. Marc lo tiene más bien decidido.

—Siento oír eso —Denise me ofrece una taza de té y puedo oler la canela—.

¿Quieres te eche una gota de brandy? —pregunta—. ¿Navidades y todo eso?

—Si por favor —respondo—. Ahora mismo necesito algo fuerte.

Denise coge una pequeña botella de color acaramelado de brandy de un

armario y derrama un gran chorro en mi té.

Tomo. un pequeño sorbo.

—Mm, delicioso —Puedo saborear cereza, especias y azúcar moreno.

—Así que tú y Marc, él de nuevo te está enseñando, ¿es ese el tema?

—Sí —le digo—. Y me sirve de ayuda. Sólo con estar con él, me ayudo hoy.

—Me lo puedo imaginar —dijo Denise—. De hecho es un excelente profesor.

Muy estricto, pero tiene tanta fe en sus alumnos. Tanta confianza. Se transmite.

Cuando percibimos que alguien cree en nosotros, entonces empezamos a creer en

nosotros mismos.

—Quizás por eso me cuesta tanto con Davina —le digo—. No tiene fe en mí.

—¿Diva Davina? No permitas que te perturbe. Es bien conocida en el ámbito

musical, y según tengo entendido, no es más que una abusona. De alguna forma una

buena directora pero descarga su mal humor en los artistas.

—Con Leo está bien.

—Bueno, lo estaría. Es una estrella de Hollywood. Sabe muy bien a quien

Page 264: Where The Ivy Grows 2

264

dorar la píldora. Le va a mantener tan contento como sea posible. Conexiones —

Denise se toca la nariz.

—Aunque tiene razón —le digo—. No soy tan buena como Leo. Soy una

aficionada.

—Una aficionada increíblemente dotada. Que no se te olvide. Puede que Leo

haya tenido años de práctica, pero él no tiene tu talento. Sólo necesitas perfeccionar

un poco más.

Me río.

—Es lo mismo que dijo Leo.

—¿Y qué dice Marc?

—Él dice que debo tomar más control.

—Un buen punto. Bueno querida mía. ¿Empezamos? ¿Has el calentamiento,

y después canta a todo pulmón esos números de La Bella y la Bestia?

—Muy bien.

Page 265: Where The Ivy Grows 2

265

Capítulo 72

Traducido por MAngelBooks Corregido por MAngelBooks

a lección de canto con Denise era exactamente lo que necesitaba, y

dejo su estudio sintiéndome más ligera de lo que lo he hecho desde que

Marc y yo nos separamos.

Es tarde, pero me está gustando estar fuera en la oscuridad, bajo la nieve

arremolinándose, perdida en mis pensamientos.

No hay estudiantes alrededor, y yo medio recuerdo a Tanya diciendo algo

acerca de un examen mañana. Supongo que todo el mundo debe estar dentro

estudiando. Pero a medida que me acerco a la residencia de estudiantes, oigo la voz

de un hombre.

—Me prometiste acceso. Esto no es acceso.

Oh, Dios mío. Reconozco esa voz, y eso me hace sentir mucho más fría que

la nieve.

Me pego contra la pared más cercana, mi corazón late con fuerza. Entonces

escucho otra voz, una mujer esta vez.

—¿Cómo iba yo a saber que ella no estaría allí?

Y entonces al hombre de nuevo.

—Será mejor que no estés jugando conmigo.

Oh, Dios mío, oh Dios mío, oh Dios mío.

El hombre es Giles Getty.

L

Page 266: Where The Ivy Grows 2

266

Capítulo 73

Traducido por MAngelBooks Corregido por MAngelBooks

i garganta se espesa y se calienta, y mis dedos se aferran a la pared

que se desmorona.

Todos los sentidos de mi cuerpo me piden que corra en la

dirección opuesta, pero si me muevo, él podría verme.

Rápidamente, Giles, con su voz inteligente flota en el aire de la noche otra

vez.

—Lo has echado a perder. Ella debe estar con él. Voy a tener que volver en

otro momento.

Hay una fuerte bofetada en el hormigón, y me doy cuenta de que alguien se

dirige en mi dirección.

Me empujo a mí misma contra la pared, quedando a pulgadas de distancia de

las voces. Mis pies están en un lecho de flores, y yo me alejo conforme me doy cuenta

del daño que hago a los pensamientos de invierno, pero aun así, me arrastro, y me

arrastro lentamente, hacia un seto cerca del borde del edificio.

Giles dobla la esquina, al mismo tiempo que me tiro de mí misma en la

cobertura y siento ramas que se asoman y apuñalan a mi cara y a mis manos.

Él se para en seco y mira a la derecha a los arbustos, pero debe estar demasiado

oscuro para que me vea porque camina pasándome recto.

Aguanto la respiración, sintiendo la agitación y la ira en sus movimientos. Él

no es un hombre feliz. No es un hombre pacífico. Recuerdo lo que dijo Marc sobre

que a él le gustaba ver a las mujeres heridas, y me siento mal del estómago.

Todavía estoy escondida, demasiado asustada para moverme, cuando escucho

M

Page 267: Where The Ivy Grows 2

267

un sonido que golpea directo en mi estómago.

Son profundos, inquietante sonido de sollozos, y todos los músculos de mi

cuerpo se tensan. Es horrible, ese sonido. Es alarmante. Parece aspirar la alegría de

mi alma.

Tentativamente, salgo de los arbustos, aun sintiendo miedo, pero triste

también, por quienquiera que esté llorando. Es una especie de extraño sollozo.

Antinatural.

Me asomo a la vuelta.

Oh, Dios mío.

Es... Cecile.

Ella se apoya contra el bloque de alojamiento, la cabeza entre las manos, todo

el cuerpo temblando de dolor. Ella era la mujer con la que Getty estaba hablando.

Cecile deja escapar un largo, desgarrador grito, que me hace saltar y envuelvo

mis brazos alrededor de mí misma. Luego se desvanece en el interior del bloque de

alojamiento.

Me quedo ahí, con la boca abierta, temblando bajo la espesa nieve.

Page 268: Where The Ivy Grows 2

268

Capítulo 74 Traducido por MAngelBooks Corregido por MAngelBooks

uando llego a mi habitación, enciendo cada luz individual, me siento

en la cama y tiro de la manta alrededor de mi cuerpo temblando.

¿Getty vino aquí por mí? ¿Y si está todavía en el campus y ve

mis luces?

Salto y apago todas las luces de nuevo. Pero no me puedo sentar aquí en la

oscuridad. Es demasiado espeluznante. Me aferro el edredón a mí alrededor y me

apresuro a la habitación de Tanya.

Toc, toc.

No hay respuesta. Llamo de nuevo, esta vez más fuerte.

Todavía no hay respuesta.

Hace frío aquí afuera en el pasillo. Y está oscuro. No quiero estar aquí sola.

Llamo al número de Tanya, pero va directamente al buzón de voz.

¿Qué está pasando? ¿Dónde podría estar? Es toque de queda y un día de

semana.

Trato con la puerta por última vez, y entonces me doy por vencida, dejando

mi tembloroso pulgar sobre mi teléfono. Debería llamar a Marc. Y no sólo porque

quiero hablar con él. Debería llamarlo porque necesito a alguien que me proteja en

estos momentos. Pero no. Dejó sus sentimientos claros hoy. Él quiere que nos

quedemos separados. Somos maestro y estudiante únicamente.

Justo cuando estoy a punto de llamar a Tom, hay un sonido de un bip y veo

un nuevo mensaje de texto.

Tanya, pienso. Pero el mensaje es de Leo.

C

Page 269: Where The Ivy Grows 2

269

Hola cariño, ¿terminaste tus clases de canto ya? ¿Te apetece una copa?

Golpeo el teléfono en la oreja y llamo al número de Leo.

Él contesta en el tercer tono.

—Hola, Sophia. Yo…

—Leo —respiro—. Algo pasó. ¿Estás en el campus?

—Hey, hey. Baja la velocidad. ¿Qué está pasando?

Miro hacia arriba y abajo del pasillo oscuro.

—No puedo hablar aquí, ¿puedo reunirme contigo?

—Claro que puedes. Estoy en mi habitación. Ven recto por la derecha. Dos

cero tres en el segundo piso. ¿Estás bien? Hablas sin aliento.

—No, sólo... asustada. —Me apresuro por el pasillo oscuro de la escalera.

Page 270: Where The Ivy Grows 2

270

Capítulo 75

Traducido por MAngelBooks Corregido por MAngelBooks

eo abre la puerta antes de que tenga la oportunidad de tocar.

—Encantado —dice, de pie a un lado—. Bienvenida al palacio

del placer.

Me apresuro dentro, empujando la puerta bien cerrada con las dos manos.

—¿Qué pasa? —pregunta Leo.

—Él estaba... alguien estaba en el campus —digo, viendo una chimenea y

cama antigua de madera al igual que los que están en mi habitación. El espacio de

Leo es más grande que el mío, pero no tiene el balcón o las vistas. Sólo un enorme

closet y baño, y una enorme nevera plateada.

—Whoa —dice Leo, va a la nevera y saca una Budweiser—. Cálmate y dime

lo que pasó. ¿Quieres una? —Agita la botella hacia mí.

—No en este momento —le digo.

Leo golpea la botella en la repisa de la chimenea por lo que la tapa sale

disparada.

—¿Quién estaba en el campus? —Toma un trago de cerveza.

—Giles Getty.

Leo se atraganta con su cerveza, tosiendo y limpiándose la boca.

—¿Me estás tomando el pelo? ¿El tipo estúpido?

—Creo que Cecile le dejó entrar.

L

Page 271: Where The Ivy Grows 2

271

—¿Quién es Cecile?

—La conociste una vez. En el bar del campus. La Rubia.

—Sí, claro. La amiga del director. De la expresión irritante. Tenía esa mirada

en ella de que nada era lo suficientemente bueno.

—Ella ha vendido algunas historias sobre mí, y supongo que ella y Getty

deben estar planeando vender un poco más.

—¿Así que estaba aquí? ¿Realmente en el campus?

Mastico la uña de mi pulgar nuevamente.

—Sí. Y creo que... tal vez estaba tratando de conseguir una foto mía. O algo.

Pero yo estaba fuera. En mi clase de canto. Así que mi habitación estaba vacía.

—¿Estás seguro de todo esto? —Dice Leo—. ¿No estás siendo solo paranoica?

Cuando la prensa comience a acosarte, puedes enviar sus abucheos al retrete por un

rato.

Él salta sobre la cama, cruzando las piernas y apoyando su cerveza en su

regazo.

—Dime lo que pasó exactamente, ¿dónde has visto este tipo Getty?

—Justo afuera —le digo—. Fuera de la residencia de estudiantes. Él y Cecile

estaban hablando. Estaban diciendo algo acerca de “ella no está en”, o algo así.

—¿Y estás segura de que era Getty?

—Yo lo vi. Estaba muy oscuro, pero creo... estoy bastante segura de que era

él. Fue su voz la que reconocí, principalmente. Él tiene esta manera realmente

maníaca de hablar. Lo dice todo demasiado rápido.

Leo toma un trago de cerveza.

—Has estado trabajando tan duro. Debes estar muy cansada. ¿Estás segura de

Page 272: Where The Ivy Grows 2

272

que esto no es... ya sabes, como uno de esos sueños que tienes cuando estás despierto?

—No lo creo.

—Pareces nerviosa —dice Leo—. En el borde. Tal vez lo que necesitas es un

descanso por unos días. Cuando me lancé con Everlasting, tuvimos que hacer todo

este rodaje nocturno en Hollywood Boulevard, y hombre, acabé tan cansado, que

empecé a ver cosas. Cosas extrañas en las sombras.

Mi teléfono suena, y estuve a punto de saltar del susto.

Lo saco de mi bolsillo y veo el nombre de Tanya a parpadear en la pantalla.

—¿Vas a responder a eso? —pregunta Leo—. ¿O simplemente vas a mirar?

Parpadeo y pongo el teléfono al oído.

—¿Tanya?

—Oye —grazna—. ¿Qué pasa? —Ella suena tan soñolienta. Casi puedo

imaginarla, ojos nublados, cabello pelirrojo estando a dos centímetros por encima de

su cabeza.

—Lamento llamar tan tarde —le digo—. Yo sólo... tenía un poco de miedo.

Hay un sonido forcejeo, y oigo una explosión y "mierda" flotando en el

teléfono.

—¿Estás bien? —pregunto.

Page 273: Where The Ivy Grows 2

273

Capítulo 76

Traducido por Luisa Corregido por IngridShaik

ien —dice Tanya—. Pero no lo suenas. ¿Qué pasa? ¿No

será Marc, verdad? ¿Te ha hecho algo?

—No, no, nada de eso —Hay otro golpe.

—¿Tanya? ¿Dónde estás?

Silencio.

—Ohm... en mi cuarto. —Las palabras suenan un poco sofocadas y

entrecortadas, y me da la sensación que no está diciendo la verdad.

—Pero, no hace más de cinco minutos llame a tu puerta. No contestaste.

—Oh, Jesús. Soy una nefasta mentirosa. Muy bien. Soph, estoy en la

habitación de Tom. Y en respuesta a tu próxima pregunta, sí.

—¿Ambos...?

—Sí. Espera. Tom te quiere saludar. Te pondré las manos libres.

Hay un crujido.

—¡Soph! —Llama una agradable voz familiar—. ¿Estás bien?

—Hola Tom.

—Siento la decepción. No queríamos decir nada en caso de que esto sólo fuese

una estúpida aventura —Tom continua—. ¿Qué ha pasado? Suenas tensa.

—Algo muy extraño está sucediendo.

—¿Qué es Sophie? —pregunta Tanya.

—B

Page 274: Where The Ivy Grows 2

274

Miro a Leo.

—Giles Getty estaba ahora mismo ahí afuera. Al menos creo que era él.

—¿Quién le dejó entrar? —dice Tanya—. Deberíamos llamar a seguridad.

—Creo que fue Cecile —les digo.

—Aún con más razón para llamar a Seguridad —dice Tanya—. La delatamos

y conseguimos que la echen de la facultad. ¿Dónde está mi albornoz? Hace mucho

frío aquí.

—Cariño, está colgado de la puerta —le oigo decir a Tom.

—Hay algo más —les comento—. Cuando Getty se marchó, escuché llorar a

Cecile.

—¿Y? —pregunta Tanya.

—Y era como… jamás he oído llorar a alguien de esa manera. Era

desesperado. Absolutamente desesperante. Como alguien desesperado de ayuda.

—Todos sabemos que Cecile necesita ayuda —dice Tanya—. Ayuda

psiquiátrica.

—¿Crees que ella dejo entrar a Getty en la facultad? —pregunta Tom—. ¿O

piensas que forzó su entrada?

—Creo que ella le dejó entrar —les digo—. Sólo tengo ese presentimiento.

Estaban hablando como amigos. Pienso que le dejó entrar para que pudiera llegar a

mí. Pero, por supuesto, no me encontraba en mi habitación.

—Ya está bien —dice Tanya—. La próxima vez que la vea le daré su merecido.

—Me dio pena —admití—. Cuando la escuché llorar de esa forma, no pude

enfadarme. Está en problemas. Sé que lo está.

—Se lo merece —dice Tanya—. Ella se lo ha buscado. Las cosas malas les

Page 275: Where The Ivy Grows 2

275

pasan a las personas malas.

—Suena como si hubiese hecho un pacto con el diablo y ahora exige su

retribución —dice Tom—. ¿No estuvo con él en las oficinas del periódico GMQ? ¿No

me lo dijo una de ustedes?

—¿Me dejarás ahora, por favor, llamar a seguridad? —pregunta Tanya.

Me chupo la uña del dedo pulgar.

—Debería llamar primero a Marc.

—Sí, llámalo —dice Tanya—. Él conoce mejor que nadie aquí a los de

seguridad. ¿Nos necesitas para que te acompañemos a tu cuarto?

—No, está bien. —Vuelvo a mirar a Leo—. Estaré.... estaré en el cuarto de

Leo.

—¡Oh! —exclama Tom.

—No, no es nada de ese estilo —les digo, ruborizándome.

—Bien, estaremos justo aquí si nos necesitas —dice Tanya—. Escucha Soph.

Si necesitas algo. Cualquier cosa, sólo llama ¿Vale? Pondré mi teléfono a súper alto.

—Gracias —les digo—. ¿Y Tanya? Me alegro de lo tuyo con Tom.

Page 276: Where The Ivy Grows 2

276

Capítulo 77

Traducido por Luisa Corregido por IngridShaik

bien —Leo envuelve sus dedos alrededor de la botella de

cerveza—. ¿Vendrá el Sr. Marc Blackwell galopando

sobre su corcel blanco?

Una sonrisa tira de mis labios.

—No es exactamente el tipo del corcel blanco. Más bien de un Aston Martin

negro.

—¿Pero le vas a llamar?

Estoy sentada en la cama junto a Leo.

—Sí.

—¿Estás segura de haber visto lo que viste?

—Bastante segura. Sé que estoy cansada, pero… no, estoy segura. Y Marc

querrá saber esto.

—Bien. Tú sabrás.

Marco el número de Marc, mis dedos estrujando el edredón de Leo.

Ring, ring.

¿Pensará que lo llamo para volver con él? ¿Para hablar de ello?

Ring, ring.

Puede que sea una mala idea. Un escalofrío me recorre el cuerpo al sólo

pensar que él tome la llamada. Buenos temblores. Un poco demasiado buenos.

—Y

Page 277: Where The Ivy Grows 2

277

Ring, ring.

Empiezo a perder los nervios. Estoy a punto de colgar, cuando….

—¿Sophia?

Su voz es tan grave, tan familiar, despertando todos mis sentidos, y siento

como si estuviese aquí, sentado a mi lado. El vello de mis brazos se ponen de punta

y mi estómago se afloja.

—Hola. No esperaba que lo cogieras tan tarde. —Sé que mis palabras suenan

temblorosas.

—Algo anda mal. ¿Qué pasa?

Pavor y pánico me invaden el pecho.

—Oh Marc. Giles Getty estuvo aquí. En la facultad.

—¿Cómo?

—Estaba justo en el bloque de alojamiento.

—¿Sabes cómo entró?

Titubeo, sabiendo que Tanya me mataría por no mencionar a Cecile. Pero

después de escuchar ese terrible llanto, no puedo por el momento involucrar a Cecile

en esto. Necesito primero averiguar lo que le pasa.

—No estoy segura. —Es la verdad, sólo que no toda la verdad.

Hay una pausa, y lo oigo respirar fuerte.

—¿Dónde estás ahora? ¿Estás sola?

—Sigo en la Facultad. Y no. No estoy sola.

—¿Con quién estás?

Page 278: Where The Ivy Grows 2

278

Vacilo, agarrando más fuerte el teléfono.

—¿Sophia?

—Ahora mismo estoy con Leo.

Oigo una honda respiración, casi como un gruñido.

—Bien. Quédate donde estas. Haré que traigan más seguridad.

—Marc no es lo que piensas. Yo…

Pero la línea ya se había quedado muerta.

Page 279: Where The Ivy Grows 2

279

Capítulo 78

Traducido por Luisa Corregido por IngridShaik

o lo que piensas? —dice Leo, mostrando sus

perfectos dientes blancos. Se termina su cerveza y

entonces encesta la botella vacía en un cubo de

basura de mimbre—. ¿Todavía sientes algo por el Sr.

Blackwell, verdad?

—No quería que tuviese una idea equivocada.

—¿Y por qué iba a tener una idea equivocada?

—Es tarde y estoy contigo. Para calentar la mente de uno es suficiente. Me

sentaría muy mal si al llamarle estuviese con una mujer, lo odiaría.

—¿En serio? ¿Lo odiarías?

Asiento, sólo con pensar en ello me enfermo y de repente me pregunto,

¿alguna vez me sobrepondré a Marc? ¿Seguirá teniendo toda mi vida éste poder sobre

mí?

—Parece que aún te tiene bien cogida —dice Leo—. Pero oye, ahora mismo

estás aquí conmigo. Nosotros dos. Una cama doble. ¿Qué te parece si le das una

oportunidad a otro chico?

Balancea las cejas y no puedo evitar reírme.

—Leo, gracias por la oferta. Muy halagador.

—Oye no estoy bromeando. Es una oferta muy seria. Me acostaría contigo,

esta noche, encantado de intentar sacarte de la cabeza al Sr. Blackwell. Me esforzaré

al máximo, palabra de Scout.

—¿N

Page 280: Where The Ivy Grows 2

280

—Muy noble.

—Pero algo me dice que no vas a ser tan fácil. ¿No eres chica de una noche,

eh?

—Hasta ahora no. —Me dejo caer sobre la cama y me quedo mirando

fijamente el techo—. Menuda tarde.

Leo se acerca y se tumba a mi lado.

—¡Eh! A veces la vida duele.

Ambos nos quedamos mirando durante unos minutos el techo. Entonces Leo

dice:

—¿Ves esa grieta de ahí? Me recuerda a una ola del mar. ¿Qué ves tú?

—Un pimpollo —digo yo.

—¿Necesitas quedarte aquí esta noche? —pregunta Leo, girándose para

mírame la mejilla—. Dormiré en ese sofá. Me da la sensación que no quieres regresar

a tu habitación.

—No quiero —admito—. Tengo demasiado miedo.

—¡Eh! Todo saldrá bien —dice Leo—. No deberías pensar tanto. Mírate, tu

cara está en tensión.

—Perdona. —Me giro para enfrentarme a él—. Ha sido una noche muy

extraña.

—Eso está mejor —dice Leo—. Tus ojos lucen más bonitos cuando tu frente

no está tan tensa —. Me besa la mejilla y se levanta—. Te veo por la mañana, bella

durmiente. Va a ser una gran semana para nosotros. Primer ensayo de nuevo en el

Teatro Tottenham.

Coge del armario empotrado la ropa de cama y la tira sobre el sofá

Page 281: Where The Ivy Grows 2

281

—Sophia, dulces sueños.

—Dulces sueños Leo.

A la mañana siguiente me despierto para escuchar a Leo roncar. Se encuentra

tumbado en el sofá, una gran mano colgando hacía el suelo, la otra sobre su torso.

Suave pelo rubio cae sobre la bronceada frente y sus rosados labios algo abiertos.

Me encuentro pegajosa y con calor y me doy cuenta que he dormido

completamente vestida en la cama de Leo. Deslizándome de debajo del edredón, me

muevo con cautela hacía el área de la cocina para buscar un vaso de agua para

después dirigirme al cuarto del baño. Alrededor del lavabo y la ducha hay productos

orgánicos para acicalarse, la mayoría de ellos abiertos y goteando sobre la porcelana.

Hay una cosa que se llama “piel de serpiente” que gotea pequeños gránulos sobe el

lavabo, y una hidratante de leche de cabra que le falta la tapa, al lado del grifo. Sonrío.

Leo es más desordenado que yo.

Me lavo la cara con agua fría y me cepillo los dientes con mi dedo y con la

pasta de sabor a hinojo de Leo. Los ronquidos de Leo flotan desde la otra habitación

y considero despertarlo, pero... hay algo que necesito hacer en este mismo instante.

Sólo pensar en ello me pone nerviosa. Me echo más agua fría en la cara y después

salgo por la puerta.

Page 282: Where The Ivy Grows 2

282

Capítulo 79

Traducido por luisa Corregido por MAngelBooks

l número de habitación de Cecile es la 132. Lo sé, porque al segundo

día de mi asistencia en la Academia la escuché quejarse de ello. Le

estaba mostrando la llave a Wendy, gritando y quejándose de las

corrientes de aire que se colaban por las ventanas.

Mientras me muevo con lentitud por el rellano del primer piso oigo el sonido

de los grifos y el ruido de la cisterna del inodoro. Supongo que se estarán despertando

todo el mundo, y espero que Cecile también esté despierta.

Titubeo al llegar a la puerta. ¿Debería hacer esto? Normalmente no buscaba

la confrontación. Si, quería averiguar sí anoche dejo entrar a Getty. Pero también

quiero saber del porqué de su llanto de anoche.

Toc. Toc.

Retrocedo un paso y me chupo el pulgar. De alguna manera me arrepiento de

no ir primero a mi habitación y quitarme el pijama, pero ya es demasiado tarde.

De repente se abre la puerta.

Cecile está ahí delante de mí, viéndose perfecta. Lleva puesto un largo,

holgado camisón y una máscara de ojos ribeteada con puntilla, prendida sobre su

brillante pelo rubio, recogido en un moño suelto.

Sin maquillaje parece más joven y de hecho más guapa. Pero sus ojos albergan

esa cansada mirada que llega después de pasar toda la noche llorando. Se agrandan

cuando me ven.

—¡Sophia! —La palabra sale estrangulada y extraña.

—Tenemos que hablar —le digo—. Anoche te escuché. Hablando con Getty.

E

Page 283: Where The Ivy Grows 2

283

La frente de Cecile se arruga y sus ojos se mueven frenéticamente de derecha

a izquierda.

—No sé de qué me estás hablando...

Levanto una mano para acallarla.

—Ambas sabemos que eras tú. Así que, ¿puedo entrar?

Cecile se asoma al pasillo, mirando de un lado a otro. Entonces se aparta a un

lado.

—Supongo que sí.

La habitación de Cecile es completamente diferente a la mía, lo que me parece

gracioso, teniendo en cuenta que todas las habitaciones son más o menos similares.

Su cama está hecha con ropa de cama inmaculadamente blanca y ribeteada

con encaje y da la impresión de ser difícil de lavar. Disperso entre sus blancas

almohadas se aprecian artísticos cojines, pintados con animales dorados.

En la parte posterior de la puerta tiene colgado una placa de matrícula de un

Mercedes que dice: “Cecile 1”; póster de actores decoran las paredes. Todo está muy

ordenado, no se ve ni una mota de polvo, siento como si hubiese entrado en una

sesión fotográfica para una revista.

Me quedo incomoda junto a la cama, sin saber muy bien qué hacer. Cerca de

la ventana hay un diván, pero está demasiado limpio y perfecto para sentarse en él.

—¿Y bien? —Cecile se alisa el edredón que cubre su cama y a continuación

ahueca los cojines—. ¿De qué quieres hablar?

—Sé que Getty estuvo aquí anoche.

Cecile se queda quieta en medio de ahuecar los cojines, y entonces continúa

ahuecando pretendiendo no haber oído nada.

Page 284: Where The Ivy Grows 2

284

—Supongo que le dejaste entrar —continúo.

—No puedes probar nada —dice Cecile, sus ojos fijos sobre un cojín

estampado con jirafas doradas.

—No necesito probar nada. Si le cuento a Marc que te escuché con Getty, esa

es toda la prueba que él necesita.

Eso capta su plena atención.

—¡No lo harías! —Se gira rápidamente.

—Podría —le digo—. Si no me cuentas lo que está pasando. —En estos

momentos resulta muy difícil sentir pena por ella, pero intento recordar como lloraba

anoche y mis hombros se ablanda un poco—. Sonabas tan… disgustada.

—No fue nada —dice Cecile demasiado rápido.

Me acerco a ella un paso.

—Mira, soy consciente de que no somos amigas. Y sé con seguridad que

jamás lo seremos. Pero si algo te está pasando, algo malo, dímelo. Porqué sí no lo sé,

la única opción que tengo es contarle a Marc que dejaste entrar anoche a Getty.

Cecile se acerca a la ventana y mira fijamente al campus de la facultad. Apoya

las manos sobre sus pequeñas caderas y me percato de su frágil apariencia bajo ese

holgado camisón.

—Es decir, que pretendes chantajearme.

—No. —Niego con la cabeza. —Para nada. Pretendo darte una oportunidad.

—¿Crees que necesito oportunidades de alguien como tú?

—En estos momentos, sí. —Encuentro que mis manos también se apoyan

sobre mis caderas—. Escucha, esto es ridículo. Vine con el propósito de que

compartieras tu parte de la historia. Si no quieres hacerlo, no hay ningún problema.

Llamaré a Marc y le diré...

Page 285: Where The Ivy Grows 2

285

—¡No! —Cecile se gira, sus ojos anegados en lágrimas—. Por favor. —Ella

mueve la cabeza—. No digas nada. Yo... si me expulsan de la Academia mi vida se

habrá acabado.

—Muy bien, ¿qué está pasando? —le pregunto—. ¿Dejaste entrar anoche a

Getty?

Me ofrece el más leve, rígido asentimiento.

—¿Por qué?

—Oh, sabes muy bien por qué —me agita sus perfectas uñas—. Para que

pudiese obtener fotos de ti. Pero habías salido.

—Cecile, ¿conoces muy bien a Getty?

—¿A qué te refieres?

—Exactamente como suena.

—Mi vida personal no es de tu incumbencia.

Frunzo el ceño.

—¿Tu vida personal?

Cecile pone una mano sobre la frente.

—Olvida que dije eso. Mira, le conozco bastante bien, ¿vale? Demasiado bien.

—Acaso sabes.... quiero decir, puede ser peligroso.

—¿Por qué te preocupa? Tienes a Marc Blackwell para protegerte.

—No estoy pensando en mí —le digo—. Estoy pensando en ti. Acaso sabes....

quiero decir, con mujeres. Él... he oído que le gusta infligir dolor a las mujeres.

Los labios pálidos de Cecile se entreabren y vislumbro sus pequeños,

inmaculados dientes blancos.

Page 286: Where The Ivy Grows 2

286

—¿Cómo sabes lo que le gusta?

—Cecile, ¿te ha hecho daño?

Los ojos de Cecile caen sobre sus manos, y toma una muñeca entre su pulgar

y dedo índice. Alrededor de su muñeca noto moratones azul verdosos.

—¿Te lo hizo Getty? —le pregunto quedamente.

Cecile retira rápidamente sus dedos, como una niña traviesa que ha sido

sorprendida cogiendo galletas. Sus hombros empiezan a temblar, después su pecho.

Se rodea con los brazos y lágrimas corren por su mejilla.

—Si —susurra ella.

En un segundo atravieso el dormitorio y la rodeo con mis brazos, dejando que

su sollozante cara descanse sobre mi hombro. Noto las vibraciones atravesar mis

huesos mientras llora.

—Está bien —le tranquilizo—. De verdad. Está bien.

—No. —Sentada sobre su cama niega con la cabeza enjugándose las

lágrimas—. No está todo bien. Todo es un desastre. Un terrible desastre. No lo

entenderías. Me siento tan celosa de tu vida.

—¿Tú? ¿Celos de mí? Me gustaría proceder de una familia rica. La vida sería

mucho más fácil.

—¿Me estas tomando el pelo? —Los ojos de Cecile se abren de par en par—.

Mi familia... ellos, controlan todo lo que hago. Mi vida gira por cómo se puede

reflejar en ellos. —Vuelve a romper en llanto.

—Cualquier problemas que tengas estoy segura que se podrá resolver —le

digo, acariciando su pelo—. Te ayudaré.

—Nadie me puede ayudar —dice Cecile con los ojos muy abiertos, y

nerviosa—. Sophia, lo siento tanto. Nunca pretendí que las cosas llegasen tan lejos.

Page 287: Where The Ivy Grows 2

287

—¿Tan lejos?

—Es todo un desastre. —Cecile esconde la cabeza entre sus manos.

La dejo llorar, sabiendo que le sentará bien dejar las lágrimas salir. Después

de unos minutos inspira profundamente y levanta por fin la cabeza.

—¿Que está pasando? —pregunto quedamente.

—Estoy embarazada —dice Cecile, su voz ronca—. Getty es el padre.

Page 288: Where The Ivy Grows 2

288

Capítulo 80

Traducido por luisa Corregido por MAngelBooks

o pretendía hacerlo pero tapo mi boca con la mano.

—Oh Dios mío.

Cecile baja la mirada a su regazo.

—Fui tan estúpida. Él es muy conocido, así que... me sentí halagada cuando

me pidió salir. Pero en realidad lo que pretendía era llegar a ti. —Apoya la cabeza

entre sus manos—. No puedo ser una madre soltera. Simplemente no puedo.

—Está bien —le digo—. Hay un montón de ayuda ahí afuera. Muchas chicas

lo llevan a cabo solas.

—Quizás de donde tú procedes, pero en mi familia, es impropio. Mis padres

dejarán de hablarme si tengo un hijo fuera del matrimonio... —Empieza de nuevo a

llorar. Profundos, angustiosos sollozos, que me hieren profundamente al escucharla.

—¿Sabe Giles lo del bebé? —le pregunto.

—Si.

—¿Qué opina él sobre ello?

—Le importa un comino. —Cecile tira del volante del encaje—. Excepto que

ahora me tiene en sus garras y una manera de llegar a ti.

—¿Te tiene en sus garras?

—Dice que se va a casar conmigo. Una boda en toda regla. Hará lo correcto.

Pero por supuesto eso tiene un precio.

—Dejarlo entrar en la Academia y así poder difundir historias sobre mí —

N

Page 289: Where The Ivy Grows 2

289

termino yo.

Cecile se muerde el labio.

—No empezó de esa manera. Quiero decir, al principio fue mi decisión.

Quería difundir una historia sobre ti. No fue justo la manera en que conseguiste a

Marc. Quería vengarme de ti. Pero entonces... Giles y yo.... él puede ser muy

cautivador. No tenía ni idea de cómo era en realidad. No al principio.

—¿Y ahora?

—Ahora ya lo sé. —De nuevo se frota la muñeca.

—¿Cecile, estoy segura que no querrás casarte con un hombre de tal calaña?

—¿Qué otra cosa puedo hacer? Si no lo hago, mi familia me repudiará.

—¿Estás completamente segura?

—Oh sí, estoy segura. —Los labios de Cecile forman un mohín—. Tenía una

prima. Ya no la tengo. Se casó con un hombre de la India y la familia no lo aprobaba

y ahora nadie le habla. Es como si la hubiesen borrado de la faz de la tierra—. Se

tapa la cara con las manos—. Estoy atrapada. Completamente atrapada. Giles me ha

amenazado que si me deshago del bebé escribirá una historia sobre “Abortos en la

Academia Ivy”. Seré públicamente deshonrada. Mi vida habrá terminado. —Sus

labios empiezan a temblar.

—Tiene que haber una manera —le digo, sintiendo pena atravesar mi pecho.

Tom tenía razón, ha hecho un pacto con el demonio, y ahora lo está pagando.

—Confía en mí, no la hay —dice Cecile—. Él es un monstruo. Jesús, ¿cómo

pude ser tan idiota?

—Cecile, ¿cómo vamos a resolver esto? No puedes permitir que él entre aquí.

No es seguro. Para ninguna de las dos.

—Dile a seguridad que ha estado en el campus y así le será imposible volver

Page 290: Where The Ivy Grows 2

290

a entrar. Pero, por favor Sophia, no le digas a Marc que fui yo quien le dejó entrar.

Lo siento tanto. Por todo. He sido contigo una bruja. Estaba tan celosa. Locamente

celosa.

—No se lo diré a Marc —acepto—. Pero él ya sabe que Getty estuvo en el

campus. Por lo tanto reforzará la seguridad.

—Ok, bien. —Asiente Cecile.

Durante un breve momento nos miramos mutuamente, y entonces Cecile hace

algo que desde luego no esperaba. Extiende su mano y coge la mía.

—No espero que me perdones. Pero por si te sirve de algo, me arrepiento de

verdad haber contado esas historias. Era... indigno de mí. Y lo he pagado con creces,

menudo éxito. —Me aprieta con fuerza la mano—. Sophia, tienes que tener mucho

cuidado. Getty es... no se va a parar ante nada. Es un monstruo. —Cecile no suelta

mi mano—. Tuve que dejarle entrar al campus. Me chantajeó. De otra manera, jamás

lo hubiese hecho. Lo juro. Sí se lo cuenta a mis padres...

—Cecile, de todas formas se van a enterar. De una forma u otra.

—Pero si estamos casados antes de que se enteren...

—Entonces estarás casada con un monstruo.

Cecile cierra los ojos durante mucho tiempo. Cuando los vuelve a abrir, dice:

—Quizás merece la pena el sacrificio.

Cuando salgo del cuarto de Cecile me encuentro más agitada que nunca. Lo

cierto es, hubiese preferido aborrecerla que sentir pena por ella. Era más fácil. Ahora

tengo enfrentarme al hecho, que de alguna forma, es otra víctima más de Getty.

Page 291: Where The Ivy Grows 2

291

Capítulo 81

Traducido por luisa Corregido por MAngelBooks

lego al ensayo con cara de sueño, pensamientos sobre Cecile y Getty

revoloteando en mi cabeza. Pero hago bien la representación. Mi canto

es más fuerte y claro, y mi actuación más confiada.

Por supuesto, a cada oportunidad reviso mi teléfono para ver si Marc ha

llamado o dejado algún mensaje sobre Getty y los refuerzos de seguridad. Leo me

bromea tanto sobre ello que me veo obligada a escabullirme al baño para comprobar

los mensajes. Pero al final del día, no hay nada, ni mensajes, ni llamadas perdidas, ni

mensajes de voz en el contestador. Supongo que Marc habrá tomado cartas en el

asunto pero no ve razón para comunicármelo.

Después del ensayo, Leo me invita a salir para tomar una copa.

—No puedo —le respondo—. Tengo otra clase de preparación con Denise.

—¿Y qué me dices después? —pregunta él.

—Quizás. Pero puede que esté demasiado cansada.

La clase con Denise va bien y puedo sentir mi voz fortalecerse cada vez más.

Pero Marc sigue sin llamar, así que decido coger el toro por los cuernos y le llamo

yo. Quiero averiguar para cuándo será nuestra próxima sesión. Y, si soy sincera,

asegurarme de dejarle claro que no hay nada entre Leo y yo. Por si acaso pudiera

haber aún una oportunidad para nosotros.

Mientras suena su teléfono mi corazón se acelera más y más.

—Sophia.

—Marc… yo... Espero que no te importe que haya llamado.

L

Page 292: Where The Ivy Grows 2

292

—Para nada.

—Me preguntaba... ¿vamos a seguir teniendo clases?

—Por supuesto. Pero esta semana estarás muy ocupada con Denise. No quería

agotarte demasiado.

—Oh. Bien. Escucha Marc. Sólo quería decir. Sobre Leo y yo. No es lo que

parece.

—¿Pensaste que estaría celoso? —dijo Marc.

—Hum…

—Mis sentimientos son irrelevantes. Di mi palabra de que te ayudaría. Y lo

haré. Descansa durante este fin de semana. La semana que viene tengo para ti

algunas clases planificadas.

—Pero Marc, no estoy con Leo...

—Sophia, lo que hagas en tu vida privada es asunto tuyo.

La línea se queda muerta.

En la pantalla descubro un mensaje de Leo.

¿Has terminado ya? ¿Has cambiado de idea sobre ese trago?

Oh, maldita sea. Bien sabe Dios que necesito un momento de relajación y

Marc lo ha dejado bien claro que no tenemos ninguna oportunidad.

Le respondo:

¡Por supuesto! ¿Dónde estás?

Leo responde inmediatamente.

Greens en Soho. ¡Te veo ahí!

Page 293: Where The Ivy Grows 2

293

Capítulo 82

Traducido por luisa Corregido por MAngelBooks

uando llego a Greens el bar está a tope. Leo está rodeado por

venerables admiradoras y sonrío al verle firmar autógrafos en los

posavasos.

Me abro camino entre la muchedumbre.

—Hola Leo.

—¡Oh, hola! ¡Sophia! ¿Quieres tomar algo?

—Hum... si. Un vino blanco por favor.

—Oh, venga. Puedes manejar algo más fuerte que eso. —Da un golpecito

sobre la barra—. Dos chupitos de vodka, un vino blanco y un Jack con Coca Cola.

Se gira hacía mí.

—Bien. ¿Te llegó la llamada del Sr. Blackwell?

—No. Al final le tuve que llamar yo.

—¿Han vuelto otra vez?

—Para nada. Pero me ayudará con mi interpretación. Estrictamente profesor,

estudiante.

Leo asiente despacio.

—He oído que es muy buen profesor.

—Lo es —le contesto—. Pero aparte de eso, hemos terminado.

—¿Estás segura?

C

Page 294: Where The Ivy Grows 2

294

—Estoy segura.

Mi teléfono suena y Leo levanta la ceja.

—Quizás sea él. En una base estrictamente profesor - estudiante.

Sonrío y niego con la cabeza, viendo en la pantalla el número de casa de papá.

Ya son pasadas las once. ¿Por qué papá me estaría llamando ahora?

—Lo siento Leo, tengo que coger la llamada. —Salgo del bar y quedo afuera

sobre el frío pavimento.

—¿Papá?

—¡Sophia, tienes que venir ahora mismo a casa! No es papá, es Genoveva.

—¿Genoveva? ¿Qué pasa? —Samuel está gritando al fondo. Jamás le he

escuchado gritar de esa forma y me pone nervios—. ¿Sammy está bien?

—Es tu padre. Él... ha sufrido un accidente.

Se me hiela la sangre.

—Oh, Dios mío. ¿Qué ha pasado?

—No puedo... NO Samuel, ahora no. ¡No puedo lidiar con esto! ¡Tienes que

venir ahora!

—Muy bien. Por favor, Genoveva. Cálmate. ¿Dónde estás? Ahora mismo voy.

—Me siento enferma, los gritos de Samuel cada vez más fuertes.

—En la casa de campo —chilla Genoveva—. Tienes que venir ahora mismo.

—Estoy de camino. ¿Qué ha pasado? Dime lo que está pasando. ¿Dónde está

Papá?

—Está en el hospital —llora Genoveva—. Estoy sola. No puedo manejarlo.

—Genoveva, ¿qué le ha pasado a mi padre?

Page 295: Where The Ivy Grows 2

295

—Tuvo un accidente. En su taxi. Se encuentra en el hospital local. Ellos

dicen... dicen que la balanza puede inclinarse de un lado u otro.

—Enseguida voy.

—¿A dónde nosotros o directamente al hospital?

—Al hospital. Tú y Samuel pueden reunirse ahí conmigo.

Mi cabeza estaba en torbellino. Corro hacía Oxford Street. En el camino me

encuentro con algunos aislados paparazzi, pero apenas los tengo en cuenta. Deben

de pensar que es su día de la suerte al verme pasar como un cohete, con lágrimas

corriendo por mi cara. Menudo cuadro. Me importa un bledo.

Paro al primer taxi que veo.

Page 296: Where The Ivy Grows 2

296

Capítulo 83

Traducido por luisa Corregido por MAngelbooks

uando por fin llego al hospital, estoy hecha una mierda con lágrimas

y mocos. Parloteo el nombre de mi padre a la recepcionista y ella me

envía a la sala de cuidados intensivos.

Fuera de la sala, una enfermera me indica ir a la sala de visitantes y esperar

hasta que el médico esté libre para poder hablar conmigo.

Tengo ganas de tirarme de rodillas ahí mismo en el pasillo del hospital y llorar

a mares, pero consigo controlarme.

—No, no puedo —digo, asombrada al ser capaz de completar una frase

entera—. Sería una tortura. Por favor. Necesito verle ahora. O por lo menos saber

cómo está.

La enferma es una robusta rubia con enormes gafas redondas.

—¿Eres Sophia Rose, verdad?

—Sí, yo...

—Ya decía yo. Te he reconocido por los periódicos. —Cruza los brazos—.

Lleva aquí horas. Te tomaste tu tiempo en venir, ¿tenías un compromiso anterior?

Abro y cierro la boca, sintiendo como rabiosas lágrimas bullen en mis ojos.

—No, yo... acabo de enterrarme.

—¿De verdad? —Deja la pregunta suspendida en el aire.

—Yo quiero mucho a mi padre —le respondo—. Haría cualquier cosa por él.

No te creas todo lo que lees en los periódicos sobre mí. Necesito verle.

C

Page 297: Where The Ivy Grows 2

297

—Está inconsciente.

—Por favor. —La palabra se sitúa entre un sollozo y un grito.

—En estos momentos está durmiendo mientras le preparamos para viajar.

—¿Viajar?

—Para un electroencefalograma. En el hospital no tenemos el equipo

adecuado. Sería mejor que no se le moviese pero con todos los recortes no estamos

en condiciones de tratarle.

Me escuece la garganta.

—¿Puedo verle mientras está dormido?

La enfermera suspira.

—Sígueme.

Cuando llegamos a la sala, veo a papá, pero no lo veo, si eso tiene sentido. El

hombre dormido en la cama no parece mi padre. Se ve más viejo y más canoso.

Mi cara y mi cuello están húmedos con lágrimas mientras me acerco a la cama

y tomo su caliente y flácida mano.

—Papá, soy yo, Soph. Vas a ponerte bien, papá. Vas a salir adelante. Todo

saldrá bien.

Sollozo sobre la manta gofrada que tapa su dormido cuerpo. Percibiendo a la

enfermera a mi espalda, me doy la vuelta.

—¿Cuándo se despertará?

—Imposible de predecir. Algunas personas se recuperan totalmente, pero todo

depende del electroencefalograma. Nos dirá sus probabilidades. Aún no sabemos el

daño causado a su cuerpo. Hemos conseguido mantener sus constantes estables,

ahora sólo es cuestión de tiempo y esperar. Tenemos que prepararle ya.

Page 298: Where The Ivy Grows 2

298

Aprieto la mano de papá más fuerte.

—Sólo unos minutos más.

—Lo siento. —La enferma pone su mano sobre mi hombro—. Tenemos una

habitación especial para visitantes de la sala de cuidados intensivos. Acompáñame.

En la sala de espera me quedo mirando fijamente a la máquina expendedora,

preguntándome cómo alguien puede comer en este sitio. Me siento hueca. Vacía. Le

he rezado tanto a Dios que estoy segura que estará aburrido de mí.

Intento llamar a Jen y a Genoveva, pero aquí no tengo cobertura. Supongo

que todas estas máquinas bloquean la recepción.

Estoy considerando en comprar una bebida pulverizada de la máquina de

café, cuando escucho pisadas masculinas. Por fin. El médico.

La puerta de la sala de espera se abre abruptamente.

Pongo la mano sobre mi boca.

Marc entra en el cuarto.

Page 299: Where The Ivy Grows 2

299

Capítulo 84

Traducido por luisa Corregido por MAngelBooks

arc!

Camino hacia él. No, no lo hago. Corro hacía

él. Me abalanzo sobre él. Me arrojo a sus brazos y

entierro la cabeza contra su acogedor jersey negro. Él no dice ni una palabra. Sólo

me sujeta mientras tiemblo y lloro, y empiezo a parlotear sobre la odiosa enfermera

y lo mayor que mi padre se ve y como nadie sabe si se recuperará o no.

Marc acaricia mi pelo y aprieta más fuertemente sus brazos alrededor de mi

cuerpo. De alguna manera no necesito que me diga algo. Sólo que me abrace.

Finalmente mis palabras y lágrimas se secan, y me hundo contra él, respirando

profundamente, cogida entre sus brazos.

Marc me guía a unas sillas de plástico y ambos nos sentamos.

—He estado hablando con el médico —dice Marc—. Averiguando el estado

de tu padre. Sophia, hay esperanzas. Te lo prometo.

—Gracias —respiro sobre el suave tejido de su jersey. Nada me sorprende, el

que Marc supiese que me encontraba en el hospital o que consiguiera hablar ya con

los médicos. Éste es simplemente… Marc. Por eso es que lo amo. En serio,

honestamente lo amo. En un momento como éste, nadie más valdría.

—Han decidido que no tendrá que viajar ahora —dijo Marc, pasando la mano

por mi cabello. Su voz es profunda y confortante—. Se queda aquí.

—¿Cómo es eso? La enfermera me dijo que aquí no tenían el equipamiento

adecuado.

—Bueno. Ahora si lo tienen. ¿Necesitas algo? ¿Comida? ¿Chocolate caliente?

—¡M

Page 300: Where The Ivy Grows 2

300

Niego con la cabeza.

—No, estoy bien. Yo sólo, ¿te quedarías conmigo? Es todo lo que quiero ahora

mismo.

—¿Crees que te dejaría en un momento como éste?

—No. —Muevo la cabeza tan violentamente en negación que mi cabello se

esparce por todos los lados—. Nunca.

Page 301: Where The Ivy Grows 2

301

Capítulo 85

Traducido por Dark Juliet

Corregido por Lsgab38

a noche seguía avanzando. Sentada con Marc, mirando el reloj tic, tic,

tic, y esperando noticias. Es una tortura.

A las 2 am, un médico en una bata blanca aparece alrededor de

la puerta de la sala de espera. Tiene gruesas gafas negras y es muy bajo, casi la altura

de un niño.

—¿Sophia Rose?

—Sí. —Me pongo de pie y Marc se levanta conmigo.

—Estoy aquí para ponerla al día sobre su padre. Él... no se ve bien.

Mi cara se arruga, y me siento a mí misma apoyándome en el pecho de Marc.

Marc pone un brazo alrededor de mi hombro.

—¿Podría aclarar el “no se ve bien”?

El médico empuja las gafas en la nariz.

—Ha estado inconsciente durante mucho tiempo. En estos casos, es prudente

prepararse para lo peor.

Marc lo fulmina con la mirada.

—¿Prepararse para lo peor? Eso no es un término médico con el que esté

familiarizado. Los hospitales están en el negocio de salvar vidas, ¿no? Si lo ha escrito

antes de que él incluso tuviera un escáner cerebral, entonces estamos en problemas.

—Solo pensé en mantenerles informados

L

Page 302: Where The Ivy Grows 2

302

—Y apreciamos eso. Pero un poco de positivismo no estaría mal.

—Sí, bueno... —dice el doctor humildemente, dejando la sala de espera.

Marc toma el teléfono de su bolsillo y marca un número.

—¿A quién llamas? —pregunto.

—Traeré algún tipo de asistencia médica especializada. A la mejor gente que

pueda encontrar. No tengo ninguna duda que la gente de aquí está haciendo su mejor

esfuerzo. Pero están limitados por su experiencia. Voy a encontrar a alguien que ha

tratado un caso como el de tu padre antes.

Me desplomo en una silla de plástico.

—Prepararse para lo peor —murmuro.

Marc frunce el ceño y pone una mano en mi hombro.

—Ni siquiera empieces a pensar de esa manera. No te ayudará o a tu padre.

Tienes que pensar positivamente. Algo que el médico no parece entender. ¡Maldita

sea! —Mira su teléfono—. No hay recepción. Sophia, ¿estarás bien si voy fuera por

un momento?

Asiento con rigidez.

—No tardaré. —Toma mi mano y me besa los dedos—. Lo prometo.

Cinco minutos más tarde, veo a Marc yendo y viniendo en el aparcamiento

del hospital, ladrando instrucciones en su teléfono. Me quedo mirando las estrellas

por encima de él en el cielo de la noche, deseando, deseando que mi padre esté bien.

No sé cómo, pero me las arreglo para dormitar durante unas horas contra el

hombro de Marc. Cuando me despierto, el amanecer está arrastrando sus fangosos

dedos grises a través del sol naciente.

Me giro hacia Marc. Está muy despierto, muy erguido, observándome. Si está

cansado, no lo parece.

Page 303: Where The Ivy Grows 2

303

—Sophia. Estás despierta.

—¿Has dormido algo? —Me quejo, mi garganta ronca por las lágrimas

pasadas.

Niega con la cabeza.

—Puedo lograrlo sin dormir. Pero me alegro de que tuvieras un poco de

descanso. Hay buenas noticias.

—¿Noticias? —Me enderezo, mis manos aferradas a los brazos de Marc.

—Tu padre volvió en sí. La exploración mostró un coágulo de sangre que

ahora ha sido eliminado. Estará bien.

Salto del asiento.

—Dios mío. ¿Él estará bien? ¿En serio? ¿Está despierto?

Marc sonríe.

—Está hablando un poco, al parecer. Puedes ir a verlo.

Page 304: Where The Ivy Grows 2

304

Capítulo 86

Traducido por Dark Juliet

Corregido por Lsgab38

apá está apoyado en la cama sobre cuatro almohadas, luciendo

extrañamente alerta y fresco para alguien en una cama de hospital.

Sabía que iba a romperme cuando lo volviera a ver, y lo hago.

—Papá —balbuceo, corriendo hacia él.

—Hola, amor. —Sus palabras son un poco cansadas, pero todavía suena como

mi padre, y las lágrimas llegan aún más ferozmente.

Cuando llego a la cama, tomo sus manos entre las mías.

—¿Cómo te sientes?

—Como atropellado por un coche —dice papá, poniendo una sonrisa en su

rostro. La sabana se mueve un poco mientras la levanta, y veo enormes moretones

negros a lo largo de su hombro.

—Era de esperarse que bromees en un momento como este —le digo, tratando

de devolverle la sonrisa—. Estaba muy preocupada. Todavía lo estoy.

—No te preocupes, pétalo. No de mí. Estoy bien. Absolutamente bien y

excelente. Tengo que agradecerle a ese amigo tuyo, ¿anda por aquí?

—¿Marc? —Me giro a la puerta—. Está en la sala de espera.

—Bueno. Dile que si no fuera por él, no podría haberlo logrado. Dile eso. Sin

ese equipo…

—¿Equipo?

—Donó un nuevo escáner para el hospital. ¿No te lo dijo? Sin eso, las cosas

podrían haber sido muy diferentes.

P

Page 305: Where The Ivy Grows 2

305

Niego con la cabeza.

—No. Él no me dijo eso.

—Modesto y generoso. No consigues muchos hombres así alrededor. —Papá

comienza a toser, y hace una mueca de dolor.

—Hey. —Aprieto las manos—. Solo descansa, ahora.

—Probablemente debería dormir. Dejar que los hematomas sanen. No te

importa, ¿verdad?

—No, en absoluto. —Le sonrío—. A dormir. Trataré de localizar a Genoveva.

Decirle que estás bien.

—¿No está aquí? —La cara de papá cae—. ¿Qué pasa con Sam?

—Todavía no —le digo—. Estoy segura de que están en camino. Te dejaré

dormir.

Page 306: Where The Ivy Grows 2

306

Capítulo 87

Traducido por Dark Juliet

Corregido por Lsgab38

fuera, en el pasillo, Marc está esperando.

—Gracias —le digo—. Por todo. Sin ti...

—No tienes nada que agradecerme —Marc interrumpe.

—Estoy tan aliviada —digo, poniendo una mano sobre mi pecho—. Solo

verlo... despierto y hablando... oh Dios mío. —Tomo mi teléfono de mi bolsillo—.

Tengo que ir al aparcamiento y llamar a Genoveva.

Los dos nos dirigimos fuera.

A favor de Genoveva, contesta el teléfono al primer timbrazo.

—Ha vuelto —dejo escapar, sin esperar a que hable—. Acabo de hablar con

él. Estará bien. Dicen que va a hacer una recuperación completa.

—¿Cuándo va a venir a casa? —pregunta Genoveva.

—No lo sé.

—¡No puedo soportar esto! —grita Genoveva—. Estoy aquí sola con Samuel.

No sé si es la falta de sueño o el trauma de lo que acaba de suceder, pero algo

dentro de mí se quiebra.

—Genoveva —digo, midiendo mi voz—. Mi padre está en el hospital ahora

mismo. Podría haber muerto. Deja de pensar en ti para variar y piensa en él. ¿De

acuerdo? A él le gustaría verte a ti y a Sam. Entonces, si no tienes nada mejor que

hacer, consigue un taxi y ven al hospital. Ahora mismo.

Oigo algo así como un gemido, y luego una Genoveva muy contrita dice:

A

Page 307: Where The Ivy Grows 2

307

—Está bien. Sí, está bien, estoy en camino.

Genoveva llega poco después de mi llamada y solloza en mi hombro mientras

papá duerme.

Cuando papá se despierta, le advierto que no lo estrese por cosas domésticas,

y para mi sorpresa, no lo hace. Le pregunta sobre el accidente y cómo se siente, pero

ni una sola vez habla de cómo ella va a salir adelante.

Marc se queda conmigo todo el tiempo. No dice mucho, pero está ahí. Una

roca de apoyo. Incluso juega con Sam, llevándolo fuera de los terrenos del hospital y

le compra una bolsa de jelly tots7. Es tan lindo verlo con un niño pequeño, y mi mente

empieza a divagar, pensando en Marc y yo con nuestro propio bebé persiguiéndolo

alrededor.

No, Sophia. Deja de soñar.

Genoveva sale a las cinco para dar a Samuel su té, y veo a papá de nuevo. Se

ve más fresco que esta mañana. Más despierto. Y el personal del hospital están

hablando de dejarlo salir mañana.

—Deberías irte, amor —dice papá—. Te ves agotada. Todo va a estar bien

ahora. Descansa un poco. Me ofrecería para conducir, pero... —Hace un gesto hacia

la cama, y nos reímos—. ¿Está ese amigo tuyo todavía aquí?

—Sí. Pero él no es mi amigo. Ya no.

—Es una pena.

—Lo sé.

—Vamos, amor. Vete a casa. Solo estaré durmiendo a partir de ahora. Puedes

llamar si lo necesitas, la enfermera lo dijo. Adelante. Descansa un poco.

Me froto los ojos y me doy cuenta que tiene razón. Estoy absolutamente

7 Confites.

Page 308: Where The Ivy Grows 2

308

agotada.

—Muy bien. —Le beso en la frente—. Nos vemos muy pronto, ¿me oyes?

Page 309: Where The Ivy Grows 2

309

Capítulo 88

Traducido por Dark Juliet

Corregido por Lsgab38

uando voy de nuevo a la sala de espera, encuentro a Marc en la

máquina de café, dejando caer moneda de libra tras moneda de libra

en la ranura. Cinco tazas de color beige de café marrón de pie en una

mesa cercana.

Observo mientras otra taza traquetea abajo, seguido por agua hirviendo.

—¿Para quién es todo el café? —pregunto.

Marc continúa insertando monedas.

—El personal. Pensé que probablemente podrían necesitar una bebida

caliente.

—Muy considerado. —Le doy una sonrisa cansada—. Papá piensa que debo

volver a casa. Descansar un poco.

Marc se vuelve hacia mí.

—Sí, creo que es una excelente idea. Necesitas descansar. Llamaré a Keith.

Le pediré que te lleve.

—Gracias.

Marc da la más pequeña de las sonrisas.

—Me alegra que no discutas sobre eso.

—No tengo la energía.

Está lloviendo cuando llegamos al estacionamiento del hospital.

C

Page 310: Where The Ivy Grows 2

310

Cuando llegamos al coche, Marc se vuelve hacia mí.

—Me quedaré contigo si me necesitas. No tienes que estar sola.

Siento la lluvia salpicando mi nariz y frente cuando le miro.

—¿Lo harás? ¿Te quedarás conmigo?

—Mientras Leo no tenga nada que decir al respecto.

Niego con la cabeza.

—Solo somos amigos.

Marc sonríe.

—Métete en el coche, Sophia, antes de que te empapes.

Page 311: Where The Ivy Grows 2

311

Capítulo 89

Traducido por Dark Juliet

Corregido por Lsgab38

l coche se siente seguro, cálido y dolorosamente familiar. Hemos

tenido algunos momentos en este coche, Marc y yo. Se arremolinan en

mi cabeza mientras él se desliza sobre el asiento a mi lado.

—Ponte el cinturón de seguridad.

—Oh. ¿No está puesto?

—No. —Marc tira de la correa por encima de mí y lo cierra en su lugar. Luego

golpea en el cristal entre nosotros y Keith. La placa se desliza a un lado.

—El adosado, Keith —Marc instruye.

—Tienes razón, Marc. —Las láminas de vidrio se cierran.

—¿El adosado? —le pregunto, frotando, los brazos empapados por la lluvia

fría.

—Puedo cuidar de ti allí.

—Bueno.

—¿Todavía demasiado cansada para discutir?

Asiento.

—Voy a tener que recordar el efecto que el cansancio tiene sobre ti.

Nos dirigimos en silencio, mirando hacia fuera, a la ciudad, con los ojos

vidriosos. En mi cabeza, estoy tan aliviada de que papá esté bien, pero la emoción de

las últimas veinticuatro horas, más la falta de sueño, hace que todo esto se sienta

como un sueño. Nada parece real, sobre todo, estar sentada al lado de Marc.

E

Page 312: Where The Ivy Grows 2

312

Me duermo otra vez durante el viaje, y lo siguiente que sé, es que estoy siendo

llevada arriba por la amplia escalera de Marc y puesta cuidadosamente en su cama.

—No he estado aquí por un tiempo —me quejo mientras un suave edredón es

puesto encima de mí—. ¿Hay personas extrañas que deba conocer esta vez?

Marc sonríe.

—Nadie. Annabel todavía está en la clínica. Lo está haciendo muy bien en

todos los sentidos. Me quedaré contigo. Hasta que te duermas.

—¿Es una buena idea?

—Eso depende.

—¿De?

—De si me perdonas.

Me apoyo en los codos.

—¿Perdonarte?

—Me di cuenta de algo hoy. Nunca podré mantenerte totalmente segura. La

vida siempre va a lanzar cosas que no me espero. Pero puedo mantenerte a salvo si

estoy a tu lado en el maldito espectáculo.

Mis ojos se abren.

—¿Marc? ¿Estás diciendo lo que creo que estás diciendo?

Asiente.

—Pero... ¿qué hay de la prensa?

—Siempre habrá obstáculos. Peligros. Me dejé llevar por mi miedo antes. No

podría soportar cualquier cosa que te ocurriera. Pero... ese miedo no desapareció

cuando no estábamos juntos.

Page 313: Where The Ivy Grows 2

313

—¿Así que me dejarás tomar mis propias decisiones? ¿Incluso si piensas que

son peligrosas?

—Va a ser difícil verte ahí fuera en el mundo feroz, pero nada puede ser más

difícil que estar lejos de ti. Me equivoqué al tratar de tomar decisiones por ti. Me dejé

llevar por mis propios miedos. Tengo que dejarte hacer tus propias elecciones.

Aunque estoy cansada, una sonrisa se extiende hasta cruzar mi cara.

—Podemos... ¿Estás diciendo que hay una posibilidad para nosotros?

—Sí. —Besa mi frente—. Si me aceptas. Pero no quiero que tomes cualquier

decisión en este momento. Estás cansada. Emocional. No quieres estar haciendo

cualquier elección precipitada en este momento.

Levanto la vista hacia su hermoso rostro.

Nos miramos el uno al otro y el tiempo se detiene.

Antes de que sepa lo que estoy haciendo, estoy alcanzándolo, empujando mis

dedos por su pelo grueso y tirando su cabeza hacia la mía. Sus labios se acercan más

y de repente tocan los míos.

Mi cuerpo reacciona antes de que me dé cuenta por completo de lo que está

pasando, y mi boca se mueve por encima de la suya mientras me aferro a él, el calor

corriendo a mí alrededor.

Marc frunce el ceño. Entonces responde, besándome profunda,

apasionadamente, con la boca empujando suavemente contra la mía, sus brazos

acercándome más.

Mi piel hormiguea y el vello de mis brazos se eriza. Oigo pequeños suspiros y

murmullos, y me doy cuenta que vienen de mí.

El pecho de Marc está levantado, y su cuello es de color rojo y espeso.

—Detenme ahora —dice en voz baja—. Antes de ir demasiado lejos. Este no

Page 314: Where The Ivy Grows 2

314

es el momento adecuado.

—No quiero que pares —susurro, mis manos se aferran a sus hombros. Se

siente tan bien bajo mis dedos. Llevo una mano a su pelo grueso de nuevo, y mis

dedos aprietan mientras tiro de su cabeza hacia mí.

Me besa de nuevo, y me derrito en la cama. Sus ojos me dicen que solo nos

mantengamos unidos y sé exactamente cómo se siente.

—Hazme el amor Marc —le susurro, envolviendo mis piernas alrededor de

él, tirándole cerca.

Deja escapar un gemido y me besa duro, llevando sus manos alrededor de mi

trasero y tirando de mí apretado.

Lo siento duro contra mi estómago y mi respiración se acelera.

Marc se aleja de mi boca, hombros subiendo y bajando. Toma unas cuantas

respiraciones largas y profundas.

—No.

Puedo decir por la arruga en su frente que esto es doloroso para él.

—¿Marc?

—No podemos hacer esto. Ahora no. No de esta manera. No estás pensando

bien. Estaría aprovechándome.

—No. No lo harías. Conozco mi propia mente y te deseo.

—Estás emocional. No sería justo hacer las cosas de esta manera.

—Por favor —le susurro.

Marc se sienta en la cama.

—Yo... no puedo. No voy a ser capaz de controlarme. Y eso no estaría bien.

Page 315: Where The Ivy Grows 2

315

No después de lo que acabas de pasar. Debería irme.

—No me dejes. —Niego con la cabeza, las lágrimas apareciendo.

—Tengo que hacerlo. —Besa mi frente—. No te preocupes. No estarás sola.

Me encargaré de eso.

—¿Qué? ¿Te vas de la casa? ¿Adónde vas?

—Solo... a alguna parte. —Marc frota su mano en su frente—. Vamos a decir

que tengo algo que hacer que me ayudará a ser la persona que quieres.

—La persona que quiero se quedaría aquí.

—No puedo en este momento. Solo... confía en mí. —Marc mira hacia otro

lado. Se pone de pie—. Tengo que irme. No estarás sola. Rodney está aquí, y tengo

a Jen viniendo para hacerte compañía.

—¿Adónde vas?

—Hay algo que tengo que hacer.

—¿Y no puedes decirme lo que es?

—No hay nada que decir ahora mismo. —Se pone la camisa y cierra los

botones—. Tendré a Jen recogiéndote. Tengo su número y dirección.

—¿Tienes el número y la dirección de Jen?

Esa sonrisa peculiar.

—Me gusta mantener ciertos detalles que pueden ser importantes para

localizar tu paradero y mantenerte a salvo.

Sacudo la cabeza con incredulidad.

—¿Cómo conseguiste esos ciertos detalles?

Marc abre el armario y saca una chaqueta de traje .

Page 316: Where The Ivy Grows 2

316

—No me hagas demasiadas preguntas, Sophia. Sobre todo en estos

momentos.

Sale de la habitación, y me quedo ahí sentada en mi ropa interior. Medio

quiero sacarle la lengua a la puerta cerrada, pero eso me haría sentir aún más como

una niña castigada.

Así que aquí estamos de nuevo. Cerca por un instante, luego algo nos separa.

Page 317: Where The Ivy Grows 2

317

Capítulo 90

Traducido por Dark Juliet

Corregido por Lsgab38

edia hora más tarde, recibo una llamada de Jen.

—¿Qué está pasando Soph? ¿Está todo bien?

Oigo ruidos del tráfico y supongo que está en un coche. Probablemente la

limusina con Keith.

Solo escuchar su voz me hace empezar a balbucear y esnifar y resoplar al

teléfono.

—Han... sido unos días duros.

—Estoy de camino hacia ti. Marc llamó.

—¿Realmente te llamó?

—En realidad me llamó. Y dijo que me necesitaba para cuidar de ti. Que era

urgente. Entonces, ¿qué está pasando?

Trago.

—Papá tuvo un accidente. Pero está bien ahora.

—¿Tu padre? —La voz de Jen sale inestable—. Cristo, Soph. Lo siento mucho.

¿Está bien?

—Él... fue un accidente. Un accidente de coche. Fue una noche difícil, pero

volvió y dicen que tendrá una recuperación completa.

—Dios mío. Dios mío. Soph, no tenía ni idea. ¿Por qué no me llamaste?

—Lo hice, pero en el hospital no había prácticamente ninguna recepción. Y

M

Page 318: Where The Ivy Grows 2

318

entonces... Marc y yo volvimos a la suya.

—Espera. ¿Estuvo Marc en el hospital contigo?

—Sí. Él... sin él, no sé cómo habrían sido las cosas. Donó el equipo de escaneo

para que papá no tuviera que cambiar de hospital.

—Guau. Bien... bueno. Me alegra.

—Pero ya se ha ido.

—Pareces triste por eso.

—Nos acercamos de nuevo. Estaba diciendo todas las cosas correctas. Pero...

luego simplemente desapareció sin decir palabra. No tengo ni idea de dónde se ha

ido, y me siento como si me estuviera ocultando algo.

—Espera. —Oigo un crujido—. Estamos conduciendo a Richmond. ¿Vive

Marc en Richmond? Dijo que estabas en su casa.

—Sí —le digo—. Debes estar cerca.

—Espera. Estamos desacelerando. ¿Es el lugar de Marc de cuatro plantas de

altura? ¿Un adosado?

—Sí.

—Las puertas se están abriendo. Estoy aquí.

La línea comienza a crepitar.

—Vamos bajo tierra —dice Jen con incredulidad—. Wow, esto es un…

La línea se corta, salto de la cama y corro por las grandes escaleras anchas.

Cuando llego al pasillo, escucho a Jen hablar con Keith a través de la puerta del

garaje.

—Gracias. Estoy hasta la mierda con las escaleras.

Page 319: Where The Ivy Grows 2

319

—No hay problema en absoluto. El gusto es mío.

Un instante después, la puerta se abre y ahí está Jen, luciendo perfecta para

una revista como siempre, con el pelo rubio y brillante balanceándose en su espalda.

Lleva su look casual, que todavía es bastante elegante: ajustados jeans negros, botas

negras y una sudadera diseñada para dejar fuera-el-hombro.

—¡Chica! —Arroja sus brazos alrededor de mí, y soy cubierta de besos y

perfume—. Qué lugar. Podrías perderte aquí.

—Lo sé —le respondo—. Casi lo hice un par de veces.

—¿Dónde está la cocina? Te voy a hacer un café.

Page 320: Where The Ivy Grows 2

320

Capítulo 91

Traducido por Felin

Corregido por IngridShaik

uando llegamos a la cocina, huelo café recién hecho y veo una jarra

con filtro de goteo llena del humeante líquido negro. Dos largas tazas

azul y blanco a rayas a un lado de la máquina junto a un bote de crema

y un tazón de azúcar morena.

—¿Es la casa del psíquico? —pregunta Jen.

—En cierto modo. —Sonrío—. Hay un ama de llaves. Rodney. Él tiene una

especie de sexto sentido acerca de lo que puedas necesitar. Y sabe cuándo mantenerse

fuera del camino. Él debe estar en alguna parte, aunque supongo que se ha esfumado.

Jen sirve el café en las dos tazas y agrega crema y azúcar en la mía. Ella deja

el suyo negro, lo que significa que debe estar en otra dieta, y se deja caer en uno de

los bancos de la cocina.

—Tu pobre padre —dice. Y más que eso, pobre de ti. Es lo que debió decir—

. Ha de haber sido tan estresante.

—Lo fue —digo—. La peor noche de mi vida.

—Ojalá hubiera estado allí.

—Está bien —le respondo—. Honestamente. Marc fue increíble.

—Presiento que lo ve como una oportunidad —dice Jen—. Quiero decir, no

me malinterpretes. Nunca me gustó. Si él no es un completo bastardo sin corazón

como la prensa lo hace ver, de otra manera tú no estaría con él. Yo lo sé. Pero aun

así. No es exactamente el tipo más cálido.

—Ya lo sé —le digo—. Me sentí tan cercana a él en el hospital. Y después de

eso. Algo hizo que cambiara. Él desapareció y siento como que estuviéramos a

C

Page 321: Where The Ivy Grows 2

321

kilómetros de distancia. No tengo idea de a dónde ha ido...

—¿Él no te dijo a dónde iba? —Jen frunció el ceño, y sé que hay algo más en

su cabeza.

—No. Por qué. ¿Sabes tú algo?

—Quizá. Bueno. Podría saber algo, poniéndolo de esa manera. Hablé con Ben

que llamó a mi trabajo antes de hablarte a ti. Hay un rumor de que Marc está camino

a East London.

—¿East London?

—Eso es lo que los paparazis están diciendo. Un par lo están siguiendo.

Tomo un sorbo de mi dulce café, tratando de asimilar en mi cabeza este nuevo

descubrimiento.

—Lo amo, Jen.

—Lo sé.

—Podríamos tener una oportunidad para nosotros. Pero no si se mantiene

alejado.

—¿Por qué no lo llamas?

Lo hago, pero la llamada va directamente al contestador automático. Pongo

el teléfono a mi pecho.

—Tengo que encontrarlo. Él cree que hay una oportunidad para nosotros,

pero ¿cómo puede existir si todavía está escondiéndome cosas?

Jen pone sus uñas grises a la moda sobre mi mano.

—¿Quieres que llame a Ben de nuevo, y averigüe si hay alguna actualización

sobre la ubicación de Marc?

Page 322: Where The Ivy Grows 2

322

Asiento.

—Voy a hablar algo con los paparazis —dice Jen—. Ellos tienen sus medios.

Son los mejores perros de rastreo cuando se trata de celebridades —Ella abre su

teléfono plegable diamante y lo coloca en su oído—. ¿Hola? ¿Ben? Necesito un favor.

Marc Blackwell. ¿Tienes su contrato de arrendamiento? ¿En serio? Genial.

Ella escarba con una mano en su bolso de charol y saca un pequeño bloc de

notas rosa. Garabatea una dirección, ella me entrega la nota.

—Gracias, Ben. Te debo una. Tú también. Hasta pronto —guarda el teléfono

cerrado.

Me quedo mirando la nota. Jen ha escrito una dirección de una calle en el

East London.

—Entonces, ¿qué sigue? —Jen pregunta, mirando a las almohadillas—.

¿Vamos a ir para allá?

—Debería —le digo—. Sola. Hasta ahora no he dejado que te involucres en

esto.

—Oh, no —Jen niega con la cabeza—. No vas a ir por tu cuenta. Yo voy

contigo.

—No puedo dejar que hagas eso, Jen. ¿Qué va a pasar con tu trabajo?

—¿Qué va a pasar? Esta es una emergencia familiar. Ellos lo entenderán.

—Si voy a tener una oportunidad con Marc, cualquiera que sea, debería ir

sola. Por favor, Jen. Mira. Usaré mi teléfono en navegación por satélite por lo que me

podrás rastrear.

Jen suspira.

—Okay.

—Tal vez Keith se encuentra todavía en el garaje. Él me puede llevar allá.

Page 323: Where The Ivy Grows 2

323

—Veamos.

Page 324: Where The Ivy Grows 2

324

Capítulo 92

Traducido por Felin

Corregido por IngridShaik

bajo, en el garaje oscuro, Jen y yo descubrimos que Keith ya se ha

marchado. Estamos revisando los ultrabrillantes autos de Marc, el

más rápido, muerdo mi pulgar, Jen abre y cierra su teléfono plegable.

Entonces me doy cuenta de algo.

—Jen. Se ha ido.

—¿Qué se ha ido?

—El auto del padre de Marc. —Me quedo mirando el estacionamiento negro

donde anteriormente estaba el auto amarillo deportivo—. Él... supongo que debió

haberlo tomado.

—¿Y?

—Es un auto que jamás conduce.

—Y sin embargo, lo está haciendo en este momento.

—Supongo que así debe de ser.

—¿Es eso algo malo?

—No lo sé.

Jen examina el resto de la colección de autos de Marc.

—Estos autos tienen que ir muy rápido.

— Lo sé.

—¿Estás pensando lo mismo que yo?

A

Page 325: Where The Ivy Grows 2

325

—Probablemente.

—¿Él se volvería loco si tomaras uno de sus coches?

—No lo creo. Él no se preocupa tanto por sus posesiones. Pese a las

apariencias. Tenemos que encontrar las llaves.

—Creo que sé dónde están —dice Jen, va a una caja metálica roja en la

pared—. Mi papá tiene una caja como esta. —Ella abre la tapa y mira el interior—.

¿Aston Martin, algo?

Sostiene una llave dorada con un llavero negro.

Mordisqueo mi uña.

—Muy bien. Rápido, dame la llave. Antes de que cambie de opinión.

Page 326: Where The Ivy Grows 2

326

Capítulo 93

Traducido por Felin

Corregido por IngridShaik

uando subo al asiento de cuero, me pongo a reír.

—¿Qué sucede? —pregunta Jen, apoyándose en el techo.

Me llevo la mano a la boca, pero las risas no las logro contener.

—Lo siento —me las arreglo para decirle—. Creo que estoy un poco en estado

de shock. Pero... me acabo de acordar del momento cuando nos llevamos el auto de

tu padre.

Jen comienza a reírse también.

—Y nos perdimos y yo pensaba que tendríamos que llamarlo por teléfono y

admitir que lo habíamos tomado.

Comenzamos a reír y reír más, mientras nos doblábamos hacia un lado, con

las lágrimas corriendo por nuestras mejillas.

—¿Por qué siempre en el momento que no debes reír lo haces? — balbuceo.

—Bueno, basta de esto —dice Jen, aclarándose la garganta—. Vete, a Evel

Knieval. Necesitas esto para seguir adelante. Buena suerte. —Ella cierra la puerta.

Arranco el motor, y el auto se bambolea hacia adelante a la pared.

—Oh —vuelvo a encenderlo y noto que el auto ya está en marcha.

Veo a Jen sonriendo y negando con la cabeza a través del parabrisas.

—Tú lo manejas —ella gesticula.

—Voy a estar bien —le respondo de vuelta, poniendo el auto en marcha atrás

C

Page 327: Where The Ivy Grows 2

327

y suavemente toco el acelerador.

—¡Cuidado con la pared! —Escuchó a Jen gritarme, y freno de golpe otra vez.

Ups.

Me las arreglo para maniobrar el auto y hacia la puerta del garaje, que para

mí alivio se abre automáticamente cuando me acerco. Ese es uno de los obstáculos

del camino. Se abre automáticamente la puerta también, y me es fácil llevar el auto

hacia el asfalto. Entrado en la oscuridad de la carretera, dos paparazzi comienzan a

echar sus cámaras a la ventanilla del auto y sacan fotos.

Estoy nerviosa, pero también furiosa. Este no es el momento. Desvió hacia

ellos el auto, sólo un poco. Una advertencia. Toco el claxon como aviso. Es un truco.

Los paparazis guardan su distancia, y me lanzo a la calle y empujo mi pie hasta el

fondo.

Page 328: Where The Ivy Grows 2

328

Capítulo 94

Traducido por Felin Corregido por Leluli

e doy cuenta de que este auto definitivamente no pasa

desapercibido a lo largo de las calles con tráfico atascado de

Londres. Estoy un poco asustada por la velocidad del coche, voy a

menos de treinta, esto parece irritar a los demás automovilistas.

Supongo que si uno está conduciendo un auto como éste, se espera que vaya más

rápido.

Como estoy más cerca de la dirección, me empiezo a sentir más y más

nerviosa.

Estoy en un barrio peligroso, me doy cuenta, por los bloques de pisos

mugrientos y tiendas de kebab atacadas en el pasado. Las calles y edificios de todo

tipo me recuerdan a ese programa de televisión Shameless.

Mis nervios enfermizos se abren camino en mi estómago cuando me acerco.

Tal vez esto es una mala idea. Tal vez debería regresar. Pero la curiosidad saca lo

mejor de mí. ¿Qué está haciendo Marc en un sitio como este? ¿Tendrá que ver con

una mujer? Tengo que saberlo.

Sigo manejando, y los nervios en mi estómago empiezan a correr en círculos.

Las calles de por aquí se ven grises. Malas. Y la gente en la calle se ven inquieta y

molesta. Ellos sostienen latas Special Brew para inhalar sus cigarrillos como si fuera

oxígeno.

Un graffiti rojo en un muro caído dice: Skag dirige siempre.

Crecí siendo pobre, así que no tengo miedo a la gente sin dinero. Pero este no

es sólo un lugar sin dinero. Es un lugar de drogas, y las drogas pueden convertir a las

mejores personas en personas de lo más repugnante.

M

Page 329: Where The Ivy Grows 2

329

Justo cuando he decidido que definitivamente debería regresar, veo la carcasa

amarillo brillante del auto del padre de Marc estacionado con dos ruedas en el

pavimento. Está fuera de una casa adosada con un colchón manchado colocado

delante de una ventana.

Dos paparazis están sentados en el muro derrumbado de enfrente, por lo que

este debe ser el lugar. Están temblando como si ya llevaran bastante tiempo allí.

Me detengo detrás del auto amarillo, dejo escapar un largo suspiro. Coloco

mis dedos en la manija de la puerta, y finalmente salgo.

Page 330: Where The Ivy Grows 2

330

Capítulo 95

Traducido por Felin Corregido por Leluli

os dos paparazis saltan cuando me ven.

Snap, snap, snap.

—¿No pueden estos chicos conseguir un trabajo de verdad? —murmuro,

cuando paso cerca de ellos.

Me dirijo hacia la casa. La puerta principal es de cartón prensado, esa cosa

que permite la entrada de agua, y hay burbujas de humedad por todas partes.

Dios, estoy nerviosa ahora. Tal vez esto fue una mala idea. Pero no. Tengo

que saber lo que está sucediendo.

Una vez que llego, llamo con fuerza a la puerta. Detrás de mí, los fotógrafos

se vuelven locos.

Me agacho y abro la entrada del buzón oxidado. El olor de moho flota en el

aire.

—¿Marc? —pregunto.

Hay un sonido de forcejeo, y luego un duro golpe de alguien corriendo por las

escaleras de madera.

Veo gente sucia entrando, y yo doy un paso atrás. No es Marc. Mi corazón

amenaza con salir por mi boca.

La puerta principal es abierta de un golpe y un hombre de cabello gris está

delante de mí. Lo miro en shock.

Él tiene ojos oscuros, pero aparte de eso, no hay ningún color en él en

absoluto. Se ve con un tono desteñido gris, como una camiseta vieja.

L

Page 331: Where The Ivy Grows 2

331

Los huesos de sus hombros resaltan por encima de su chaleco blanco suelto,

y sus pantalones oscuros cuelgan de él. Se ve desaliñado y sucio, y protege sus ojos

del sol de invierno.

—¿Quién diablos es usted? —los ojos del hombre apuntan a los fotógrafos

detrás de mí. Entonces él me mira.

—Oh. Lo siento. —Doy un paso hacia atrás—. Creo que estoy en el sitio

equivocado. Yo estaba buscando a Marc.

El hombre frota su frente grasienta.

—¿Quién carajo quiere saber acerca de Marc?

Una sombra se cierne en lo alto de las escaleras.

—¿Sophia? —Marc hace crujir la escalera mientras baja en su camisa y

pantalón negros. Se ve más pálido que nunca, y no del todo feliz por verme.

Marc llega detrás del hombre, que se pierde de nuevo en el interior de la casa.

—¿Cómo has llegado hasta aquí? —me cuestiona, sus ojos están llenos de

preocupación.

—¿Qué está pasando, Marc?

Marc se pasa la mano por el cabello. Sus ojos se centran en el Aston Martin

por encima de mis hombros.

—¿Tú condujiste aquí?

Me muerdo el labio y lo miro avergonzada.

—Sí.

Marc separa sus labios, y no puedo descubrir si está enojado o no. Él me mira

fijamente por un momento, entonces luego cierra su boca.

Page 332: Where The Ivy Grows 2

332

—Sophia, esta es una parte peligrosa de la ciudad. Tienes que irte. —Toma

mi brazo y me lleva por el camino de enfrente. Los paparazis con un buen sentido

común dan un paso atrás y nos dejan pasar.

—No. —Me sacudo para liberar mi brazo—. Dime lo que está pasando.

—Este es mi lío. No quiero que tengas algo que ver con esto. —Él mira hacia

la casa—. Yo nunca, jamás quiero verte dentro de esa casa. Me... me verás diferente.

—Te amo —le digo—. ¿Crees que eso va a cambiar?

—Sí. Si tú me ves... mira, no deberías estar aquí. Estoy arreglando las cosas,

para que nunca tengas que verlo.

—Te equivocas —le digo—. Cuanto más sé de ti, más te amo. ¿Quién era ese

hombre?

Marc cierra sus ojos e inclina la cabeza hacia el cielo blanco.

—Nadie importante. Sophia, este no es el lugar para ti. —Mira por encima de

mis hombros—. ¿Condujiste el auto sin problema?

—Sí.

—Entonces, vuelve a hacerlo. Ahora mismo. Y regresa a la casa. Nos

encontraremos allí.

— No, Marc.

— Sofía, no quiero que seas participe de nada en este lío.

—Marc. —Niego con la cabeza—. Lo que sea que esté sucediendo, quiero ser

parte de eso. Quiero ser parte de ti. De tu vida.

—No. —Marc dice las palabras con severidad—. No en esta parte de mi vida.

—En cada parte de tu vida —insisto—. Las relaciones no se basan en tomar

solo piezas sueltas. Si no me dices lo que está sucediendo, voy a averiguarlo por mí

Page 333: Where The Ivy Grows 2

333

misma.

Paso por delante de él hacia la casa.

—Sophia —lo escucho gritar, pero ya estoy en el pasillo, a punto de perder mi

equilibrio, por el descubierto entarimado tambaleante.

Subo los escalones de dos en dos y veo tres puertas abiertas y una cerrada.

Hay un inodoro manchado en una habitación y dos camas dobles desgastadas en las

otras.

Me enfrento a la cuarta habitación, la cerrada, la empujo para abrirla.

Page 334: Where The Ivy Grows 2

334

Capítulo 96

Traducido por Felin Corregido por Leluli

o sé lo que esperaba encontrar en la habitación, pero... Estoy tan

confundida.

El hombre que abrió la puerta está aquí, sentado en un

colchón manchado, sus piernas abiertas delante de él. Pero hay nadie más. Me doy

cuenta de botellas vacías de vodka alineadas sobre el alféizar de la ventana y una

medio vacía junto a la cama.

Es un cuarto decrepito, sucio, y no consigo saber que tiene Marc que ver con

este lugar.

La cabeza del hombre se mueve cuando entro.

—Sophia. —Marc aparece detrás de mí y pone sus manos sobre mis hombros.

El hombre se mueve sobre el colchón.

—¿Quién es la chica?

—Ella no es de tu incumbencia —Marc gruñe, empujándome detrás de él.

—Esa no es forma de hablarle a tu padre.

Mi boca se abre.

—Tu... Marc, ¿él es tu... él es tu padre?

El silencio de Marc me dice todo lo que necesito saber.

—Me dijiste que tu padre había muerto.

—Lo sé.

N

Page 335: Where The Ivy Grows 2

335

—¿Qué es lo que está sucediendo?

—Mi padre no está muerto. Mentí. Todavía está vivo y bebe hasta morir. No

lo había visto en años. Pero necesitaba hacerlo hoy.

—¿Por qué?

—Para devolverle el coche. Y despedirme.

—No lo entiendo.

—Estoy buscando mi tranquilidad. Tratando de perdonar. Él sólo es un

hombre viejo y triste ahora, y tengo que dejar que mi ira desaparezca. Porque de lo

contrario, nunca voy a poder avanzar.

—¿Por qué no me dijiste que tu padre todavía estaba vivo?

—Nunca quise que lo conocieras. Nunca quise que vieras… que vinieras.

Deslizo mi mano sobre Marc y siento sus dedos cerrarse alrededor de los míos.

—¿Este es tu antiguo hogar? —le pregunto, mirando el suelo descubierto y el

papel tapiz cayendo de la pared.

—Ya no más. Sólo cuando mamá estaba aquí. Ahora ya no queda nada. Sólo

él. Después de dejar de pagar sus deudas en Estados Unidos, regresó aquí. Y... bueno,

puedes ver el tipo de estilo de vida que lleva. Él está solo.

—¿Estás avergonzado de tu antiguo hogar?

—No —responde Marc, mirando a su padre—. Yo no me avergüenzo de

dónde vengo. Estoy avergonzado de quien vengo.

—Deberías avergonzarte —dice el padre de Marc—. Yo te hice lo que eres.

Miro a la figura amargada, quebrada del padre de Marc, bebiendo tragos de

vodka en el sucio colchón. Puedo sentir el horror viniendo de él. El odio hacia su hijo

y los celos. Ellos tienen la misma nariz, ambos, pero es lo único que tienen en común.

Page 336: Where The Ivy Grows 2

336

—Y yo no necesito tu perdón —el padre de Marc añade.

—Pues lo tienes, de todos modos. Vámonos. —Marc toma mi mano—. He

terminado lo que he venido a hacer aquí. Para bien o para mal. —Él me lleva al

vestíbulo.

—¿Pensaste que te vería diferente si conocía a tu padre? —Le cuestiono—.

¿Qué me gustarías menos?

—Pensé... Tal vez... —Sus ojos buscaban mi rostro, y veo la vulnerabilidad

desesperada en su mirada. Son tan claros hoy, es asombroso.

—Bueno, te equivocaste. Te amo aún más cuanto más se acerca de ti.

—Tenemos que irnos.

Siento los ojos de Marc en mí todo el camino por las escaleras. Cuando

llegamos a la puerta principal, levanta una mano para evitar que abra.

—Espera. Déjame ir primero. Quiero mantener a los lobos a raya.

Doy un paso a un lado y le dejo salir, mirando a los fotógrafos. Como era de

esperar, ellos se le lanzaron.

Lo sigo, y luego Marc toma mi mano y me lleva hasta el coche.

—Yo conduzco —me dice.

—¿Dejaras el auto de tu padre aquí? —le pregunto.

—Sí. Se va a quedar con él. Puede hacer lo que quiera con él. Lo puede vender

por bebidas. No me importa. Estoy dejando que esta parte de mi vida se marche.

Aprieto su mano.

—Marc. Estoy tan orgullosa de ti.

—Y todo es gracias a ti —dice Marc—. La estudiante enseñó el maestro. —

Page 337: Where The Ivy Grows 2

337

Levanta la ceja y me regala una pequeña sonrisa.

—Supongo que lo hice.

Page 338: Where The Ivy Grows 2

338

Capítulo 97

Traducido por Felin

Corregido por Jery_Miso

e camino a casa, Marc y yo nos sentamos en silencio. Tengo la

sensación de que él necesita un poco de tiempo para pensar, y yo

también

Cuando llegamos a la casa de la ciudad, echo un vistazo a Marc en la

oscuridad del garaje y su rostro está… más sereno. Un poco cansado tal vez, pero

tiene un brillo en sus ojos. Una paz que nunca antes le había visto.

Él sale del auto y abre la puerta del pasajero para mí, entonces me ayuda a

salir entre sus brazos, presionando su rostro en mi cabello y apretado fuertemente

contra su pecho.

Siento su cuerpo duro contra el mío.

—Dios, te extrañé. Cristo. Espero que todavía desees estar conmigo... que me

ames... después de verlo a él... esto va más allá de cualquier cosa que pude haber

imaginado.

Marc me levanta y me lleva hacia las escaleras. Pronto, estamos dentro de la

casa y tomamos las amplias escaleras al segundo piso. Él no aparta sus ojos de los

míos, incluso cuando llegamos a la habitación.

Con cuidado y lentamente, me acuesta en la cama y me desviste. Sus

movimientos son tiernos y cariñosos, pero también con urgencia. Besa mi cuello y

los pechos con un abandono que nunca he sentido antes. Él no está tratando de

mantenerlos unidos. Él mismo no intenta contenerse o dejarme llevar el control.

Me da la vuelta y recorre con sus labios desde mi cuello por todo el camino

de mi espalda hasta mis nalgas, con sus labios apretados con tanta pasión sobre mi

piel que siento que me está comiendo.

D

Page 339: Where The Ivy Grows 2

339

Estoy tan acostumbrada a la necesidad de Marc por dominarme que estoy

como esperando alguna palmada en las nalgas y los muslos se contraen ante la

anticipación.

—No te voy a azotar —Marc me dice, pasándome la mano alrededor—. Hoy

no se trata de que yo esté a cargo. Se trata de dejarnos llevar.

—Estoy contenta con eso —murmuro.

Marc me voltea y se desliza dentro de mí, su rostro a centímetros del mío

mientras se mueve hacia atrás y adelante. Sus labios están un poco abiertos, y hay

una suavidad a sus ojos que, poco a poco, me dice que me está dando lugar a mí.

—Espera —dice pronto.

—No, Marc.

—No es lo que piensas.

No sale de la habitación o toma algún juguete sexual de un cajón o un estante.

En cambio, él toma y lleva una almohada, apoyando mis nalgas en ella.

—Creo que podrás disfrutar más de esta manera.

Él tiene razón. Con mis caderas inclinadas contra la almohada, Marc se frota

contra mí en todas las formas adecuadas, dentro y fuera, y el placer comienza a

acumularse.

Veo como Marc se mueve hacia atrás y hacia adelante, y no creo que jamás

haya estado tan enamorada de él.

Eventualmente, el placer suave se hace cargo de mí, y yo gimo y gimo,

moviéndome bajo Marc, inclinando las caderas para encontrarme con la suya. Marc

se viene también, con un suave murmullo, y apoya su mejilla contra la mía.

— Te amo, Sophia —me susurra.

—Yo también te amo.

Page 340: Where The Ivy Grows 2

340

Capítulo 98

Traducido por Felin

Corregido por Jery_Miso

e ves como si estuvieras en tu propio mundo —me dice

Keith, mientras se desvía del tráfico de Londres.

— Oh. Sí. Lo siento, Keith.

—¿Está nerviosa entonces? —Keith me mira, luego de nuevo al camino—.

¿Debido a los ensayos generales?

—Un poco. Pero... Marc me ha enseñado bastante. Me ha estado tutorando

durante toda la semana. Para ayudarme con mi confianza.

—¿Como cuando te llevo a la granja?

Asiento.

—Montar ese caballo era tan temible. Pero... Marc tenía razón. Sacó lo mejor

de mí. Y he estado creciendo desde entonces. Echaré de menos la universidad,

después de todo. Fue agradable ensayar en el Teatro Queen’s. Me sentí muy segura

allí.

—No te preocupes por la confianza —dice Keith—. Marc ha amañado todo

el lugar para tu seguridad. ¿Cómo te fue en tu viaje a Londres East?

—¿Has oído hablar de eso?

Keith asiente hacia la carretera.

—Rodney lo ha mencionado.

—Fue... esclarecedor —le digo—. Y he conseguido acercarme más a Marc.

—Me alegro de escuchar eso. ¿Ya hay planes para Navidad?

—T

Page 341: Where The Ivy Grows 2

341

Sonrío.

—Realmente no lo sé todavía. Marc y yo no hemos hablado de ello. Ha

llegado tan rápido. Es la semana que viene, ¿no?

—Todos los años es lo mismo. Parpadeas y ha llegado. No he comprado

ningún regalo todavía.

—Yo tampoco.

—¿Sabes dónde lo vas a pasar?

Niego.

—Por lo general, paso la Navidad en casa de mi padre. Pero este año... no lo

sé. No sé lo que Marc haya planeado. Todo lo que sé es que voy a estar haciendo

antes y después del día de Navidad, así que voy a tener que estar cerca de Londres.

Veo el teatro más adelante, y está rodeado por un enjambre negro de

paparazis.

—Tengo órdenes de ir al camino de atrás —dice Keith, girando el auto y

dirigiéndose a una calle lateral estrecha—. Entonces. ¿Estás nerviosa por el estreno

de esta noche? Ya está bastante cerca, ¿no? Y justo antes de Navidad.

—Debería estar petrificada —le digo—. Pero por ahora, sólo estoy

concentrándome en el ensayo general. Con eso tengo más que suficiente para estar

nerviosa.

Keith se detiene en la puerta del escenario, y estoy aliviada al ver a un guardia

de seguridad alto con una barba castaña espesa. Lleva puesta una gorra de béisbol

azul marino y amarilla y eso me dice que es cosa de Marc, él se ve alto y fuerte.

—Bien. Rómpete una pierna8 —dice Keith mientras salgo del coche.

8 "Rómpete la pierna" en el teatro entre los actores, e incluso entre los músicos, quiere decir "buena suerte", y

es algo que se dice antes de entrar en escena.

Page 342: Where The Ivy Grows 2

342

—Voy a tratar de no hacerlo.

Cuando Keith se aleja, llamo a la puerta brillante roja del escenario y espero.

El guardia de seguridad está haciendo un buen trabajo como una estatua, por lo que

cortésmente nos ignoramos mutuamente mientras espero a que la puerta se abra.

Pero que no hay respuesta.

Golpeo más fuerte, mordiéndome una uña.

Vamos, vamos.

No me gusta estar aquí sola cuando hay paparazzis cerca, y un guardia de

seguridad en silencio me está poniendo incómoda.

Levanto mi puño para llamar por tercera vez, pero antes de que pueda hacer

contacto con la puerta, las manos del guardia se lanzan y me sostiene alrededor de

la muñeca.

—Me alegro de verte, Sophia.

Yo reconozco su la voz.

Pertenece a Giles Getty.

Page 343: Where The Ivy Grows 2

343

Capítulo 99

Traducido por Felin

Corregido por Jery_Miso

e volteo al guardia, el temor arrastrándose hasta mi garganta. La

barba espesa cubre casi todo su rostro, y la gorra de béisbol pone

sus ojos en la sombra. La barba es falsa. Por supuesto que lo es. A

nadie le crece una barba tan espesa.

—Getty. —Balbuceo, moviendo la muñeca lejos de él.

—Te ha llevado tu tiempo. —Giles Getty da un paso hacia mí—. Estaba

preocupado por ti. Pensé que no podrías hacerlo.

—¿Cómo has...? ¿Qué estás haciendo aquí?

—¿Por qué?, te estaba esperando a ti, por supuesto. —¿Cómo es que no me di

cuenta de que era Getty? Su mandíbula está tan inquieta como siempre, y él no puede

estar quieto nunca.

Estamos en un callejón sin salida, y él está bloqueando mi camino a la calle.

Me dirijo a la puerta del escenario, pero está perfectamente cerrada.

Getty da un paso más cerca. Se pone delante de mí y me acaricia el cabello.

Le abofeteo la mano.

—No me toques.

La concurrida calle está muy lejos, y el tráfico de Londres hace que mi voz se

escuche pequeña y perdida.

Los ojos de Getty brillan de emoción.

—Me gusta la forma en que dices eso.

M

Page 344: Where The Ivy Grows 2

344

Él se acerca más y yo doy un paso atrás, pero me tropiezo y me agarra la

muñeca de nuevo.

—¿A dónde crees que vas, Sophia?

—¡Fuera de mi camino!

—Me debes una explicación —dice Getty. Su agarre se aprieta en mi muñeca.

Me duele, y mis ojos se llenan de lágrimas.

—Déjame marcharme —inhalo—. No estoy bromeando. —Trato de soltar mi

brazo, pero aprieta más su agarre.

—Pensé que te gustaba estar sujeta. —Getty dice en susurros—. Si eres la

novia de Marc, pensé que eso era un pre-requisito. O ¿es que sus gustos han

cambiado de cuando lo conocí?

—No lo conoces en absoluto. —Se me está poniendo china la piel de la

muñeca donde me quema con la fuerza de su mano—. Déjame entrar…

Pero algo sucede antes de que mi cerebro pueda procesar lo que está pasando.

El puño de Getty viene hacia mi mandíbula, y la cabeza me da vueltas rápidamente.

Entonces todo se vuelve negro.

Page 345: Where The Ivy Grows 2

345

Capítulo 100

Traducido por Lady_Eithne Corregido por Jery_Miso

uando despierto, está completamente oscuro y mis rodillas y codos

duelen. Me doy cuenta de que estoy acurrucada hecha una bola, y hay

dolores punzantes en mis muñecas.

Puedo oír un coche circulando y siento vibraciones golpeando a mi alrededor.

Oh, Dios mío. Mis muñecas están atadas. Mis muñecas están atadas.

El puño de Getty vuelve a mí en un destello, y empiezo a forcejear y patear.

Mis piernas golpean metal. Veo una larga línea de luz blanca y me doy cuenta con

horror de dónde estoy.

En el maletero de un coche en movimiento.

La bilis fluye hasta mi boca, y la trago bajándola de nuevo.

—Ayuda —grito, conmocionada al oír lo débil y rota que suena mi voz—.

Que alguien me ayude.

La parte izquierda de mi mandíbula duele, y también mis molares. Siento

como si me hubieran sacado un diente.

Abruptamente, el coche se para y contengo el aliento, mi corazón volando

hasta mi boca. Una puerta de coche golpea cerrándose y mi cuerpo se pone rígido.

Él está viniendo.

Dentro del maletero veo una sombra cayendo sobre la línea de luz blanca, y

luego oigo un clic mientras el maletero se abre.

Entorno los ojos hacia Getty, que está de pie sobre mí, el disfraz de la barba y

la gorra de béisbol ahora ha sido eliminada.

C

Page 346: Where The Ivy Grows 2

346

—Bueno, bueno, Sophia. Espero que te lo pasaras bien aquí. A Marc sólo le

gusta representar un acto, pero lo de verdad es mucho mejor, ¿no crees?

—Por favor. Déjame ir. Puedes detener esto ahora. Antes de que vaya

demasiado lejos.

—¿Demasiado lejos? —Getty me arrastra fuera del maletero tirando de mis

hombros y yo me tambaleo sobre el asfalto—. Oh, tenemos un largo camino por

recorrer aún. Como te digo. Me debes una historia.

—¿Dónde estamos? —Veo que estamos en un camino de entrada y hay una

casa de ladrillos rojos de dos pisos más adelante. Sus ventanas están completamente

oscuras, así que me imagino que no hay nadie en casa. No veo los rascacielos de

Londres, sólo cielo negro.

—Estoy sorprendido de que Marc no te haya llevado a ningún sitio como este

antes —dice Getty, tirando de mí por las muñecas—. Vamos a divertirnos mucho

aquí.

Me tambaleo, forcejeando durante todo el camino hacia la casa, pero Getty

me sostiene firme.

Desliza una llave en la puerta principal y me empuja hacia el vestíbulo.

—¿Esta es tu casa? —pregunto, luchando por mantener el equilibrio.

Getty se ríe.

—¿Crees que prepararía algo así en mi propia casa? Entonces todo el mundo

sabría que las fotografías no son reales. —Mueve su cara cerca de la mía—. Por

supuesto, las fotografías se convertirán en algo real. Si empiezas a pasártelo bien.

—Por favor —digo, mis muñecas ardiendo. Alguna parte cruel de mi cerebro

me recuerda la última vez que mis muñecas ardieron, con Marc, y comienzo a rezar

por qué me encuentre. ¿Pero cómo puede hacerlo? Nadie sabe ni siquiera que estoy

desaparecida—. Déjame marchar. No sé qué es lo que crees que pasa entre Marc y

yo, pero estás equivocado.

Page 347: Where The Ivy Grows 2

347

Getty se ríe otra vez, y su voz tiene un tono agudo y maníaco.

—Como te dije, conozco a Marc desde hace mucho tiempo. Sé exactamente

en qué está metido. Y un hombre como ese no cambia.

Me lleva hacia un estrecho conjunto de escalones que llevan al piso de abajo.

Puedo decir por el olor a humedad que es algún tipo de sótano aquí abajo.

—No —grito—. Por favor. Para. Déjame marchar.

—Sophia —dice Getty, acariciando mi mejilla, su voz con enfermiza calma—

. Todo lo que quiero son algunas fotografías. Eso es todo. ¿Y quién sabe? Puede que

disfrutes la experiencia.

—¿Qué experiencia? ¿Qué vas a hacer?

Me agarra la muñeca más fuerte y sisea:

—Sabes exactamente el qué. No juegues conmigo.

Tira de mí bajando las escaleras y me tambaleo y tropiezo, intentando

desesperadamente mantener el equilibrio. Cuando llegamos al final, mi pecho se

vuelve hielo.

Grito y forcejeo para volver hacia las escaleras, pero Getty me sujeta con

firmeza.

Mi visión se nubla mientras asimilo todo lo que estoy viendo. Voy a

desmayarme. De verdad, voy a desmayarme.

Estoy en un sótano lleno de equipamiento de tortura.

Page 348: Where The Ivy Grows 2

348

Capítulo 101

Traducido por Lady_Eithne

Corregido por Jery_Miso

n esta habitación, Getty parece más maníaco que nunca. No, maníaco

no es la palabra correcta. Loco. Parece un loco. Su mandíbula está

trabajando, trabajando, trabajando, como si tuviera diez trozos de

goma de mascar en su boca, y sus ojos están abiertos y trastornados.

Hay grilletes en la pared, como en algún tipo de prisión medieval, y una

estantería de madera en la esquina.

Hay un banco de cuero negro en el centro de la habitación, como una mesa

de un esteticista, si no fuera por las cadenas que cuelgan de ella.

Varios instrumentos diferentes cuelgan de clavos en la pared.

Mis ojos pasan volando sobre un látigo curvo negro, un alfanje9, una palanca

y una navaja Stanley10 grande.

—Déjame marchar —grito.

Los ojos de Getty se estrechan.

—Posa para las fotos y luego te dejaré marchar.

Veo una luz blanca en lo alto de la escalera y me dirijo hacia ella.

—Tú… ¿solo quieres que pose? ¿Eso es todo? ¿Y luego me dejarás marchar?

—Exactamente.

9 Alfanje: espada de hoja ancha y curva, con filo en un solo lado, de origen musulmán, usada principalmente en

la península Ibérica e Italia hasta el Renacimiento.

10 Navaja Stanley: navaja retráctil utilitaria, usada sobre todo en la industria de la construcción.

E

Page 349: Where The Ivy Grows 2

349

—De… de acuerdo.

—Buena chica. Tengo un atuendo para ti. —Va hacia una alacena de metal

negra, como una taquilla escolar, y la abre. Hay varias ropas rojas y negras colgando

dentro y saca un corsé de goma con una cintura dolorosamente pequeña.

—Es doloroso de poner —dice, sus ojos brillando—. Pero ya debes estar

acostumbrada a estas alturas.

—Marc y yo… no es así —digo—. No quiere hacer daño a las mujeres que no

quieren que se les haga daño.

—Eso solía decir él. —Getty pasa los nudillos bajando por el corsé—. Pero

pregúntate a ti misma, ¿a qué hombre normal le gusta ver a mujeres atadas?

¿Azotadas? ¿Amordazadas? Hay algo en él que quiere hacerte daño. Simplemente

estás en fase de negación.

—No. Él me ama. —Me muerdo el labio tan fuerte que sangra y el pulgar de

Getty va instantáneamente a mi boca, presionando sobre la sangre.

—Sangras tan fácilmente —susurra.

Vuelvo mi cabeza apartándola pero él tira de mi barbilla de vuelta.

—Creo que vas a salir muy bien en esas fotos. Lo suficientemente bien para

mi colección personal.

Ahora estoy temblando, tirando en contra de la cinta adhesiva plateada que

ata mis muñecas.

—Me gusta la sangre.

—No me hagas daño.

—Sophia, hacerte daño es la cuestión.

Oh, Dios mío.

Page 350: Where The Ivy Grows 2

350

Getty toma la navaja Stanley de la pared y yo intento correr hacia las escaleras,

pero tropiezo y caigo, lastimándome la mejilla contra el suelo de cemento.

—Muy agradable por tu parte asumir la postura —dice Getty, de pie sobre mí.

—No. Por favor. —Intento contonearme para escapar, pero agarra mi

sudadera y levanta la navaja Stanley.

Oh, Dios mío. Va a cortarme.

—¡NO!

Getty clava la hoja a través de mi sudadera y yo grito mientras la sube hacia

mi cuello. Pero no está tocando mi piel, sólo mis ropas. Está cortando mi ropa para

quitármela.

Mis vaqueros y mi chaleco son rajados después, hasta que estoy yaciendo y

temblando en mi ropa interior blanca. Getty se arrodilla sobre mí, respirando

pesadamente.

—Tienes buen aspecto —dice.

Levanta la navaja Stanley y la sitúa bajo la tira de mi sujetador.

Trago saliva y cierro los ojos.

Page 351: Where The Ivy Grows 2

351

Capítulo 102

Traducido por Lady_Eithne

Corregido por Jery_Miso

uando los abro de nuevo, está cortando la tela.

—Me gusta verte asustada —dice Getty—. Hace tus ojos

incluso más bonitos.

Levanto mi barbilla y permanezco tumbada perfectamente quieta mientras él

corta mi sujetador. Sé que se está excitando con esto y eso me pone enferma, pero

podría hacer algo mucho peor que cortar mi ropa interior, y ambos lo sabemos.

Levanto mis manos atadas hacia mi pecho mientras mi sujetador queda libre,

intentando cubrirme.

Getty me aparta las manos y bruscamente encaja el corsé de goma sobre mi

cabeza y alrededor de mi torso, tirando fuerte de las tiras. Hago una mueca mientras

la cintura se aprieta más y más, pero intento no hacer ningún sonido. Sé que si

parezco o sueno como si tuviera dolor, Getty lo disfrutaría.

Getty me levanta sobre el banco negro e intento parecer calmada. Digna.

—Voy a disfrutar quitándote esa expresión de la cara —dice Getty, bajándome

sobre el frío cuero negro.

—Tan solo saca tus fotografías y déjame marchar —digo.

—Tsk Tsk — Getty chasquea la lengua—. ¿Es así como le hablas a Marc? Las

jovencitas que me hablan de esa manera son castigadas.

Trago mi aliento mientras él va hacia la pared de instrumentos.

—Ahora —dice Getty, agarrando el látigo—. ¿Con qué empezaremos?

—Por favor, no uses eso conmigo —digo—. Estoy vestida como querías. No

C

Page 352: Where The Ivy Grows 2

352

necesito nada más.

—No te estás comportando como yo quiero —dice Getty, bajando el largo

látigo negro con púas, y presionando sus dedos contra las púas.

—¿Se comportó Cecile de la forma que tú querías? —espeto, intentando

mantenerle hablando.

La mandíbula de Getty se crispa.

—Esa zorra estirada. Estaba tumbada de espaldas antes de que terminara la

primera cena. Hizo todo lo que quise. Ninguna satisfacción en absoluto. Para todo lo

que la necesitaba era para llegar hasta ti. Pero ni siquiera pudo hacer eso bien.

—Pero, ¿qué hay del bebé? —pregunto.

Getty frunce el ceño.

—Oh, te contó eso, ¿verdad? No es una mala familia con la que estar

conectado. Y está bastante desesperada por qué yo haga esa conexión. Podría hacer

una mujer decente de ella si tiene suerte, ¿quién sabe? Pero bien pensado, ni siquiera

fue de mucha utilidad para conseguir fotos tuyas. Así que… ya veremos.

—No necesitas hacer esto —digo, mi voz volviéndose muy tensa.

—Me gusta oírte suplicar.

Aprieto mis labios juntos, dándome cuenta de que hablar no está ayudando.

Getty despliega el látigo.

—Este es uno de mis favoritos —dice—. Te tendremos amable y

ensangrentada. Me gusta tomar a las mujeres cuando están ensangrentadas y

suplicándome que pare.

—¿Tomar? —La palabra tiembla en mis labios.

Getty sonríe horriblemente, mostrando sus dientes inferiores.

Page 353: Where The Ivy Grows 2

353

—No pensaste que simplemente tomaría fotos tuyas con un traje, ¿verdad?

Qué desperdicio.

—Pero tú dijiste…

—Confías en la gente demasiado fácilmente, Sophia. Ahora, quiero que grites

para mí. —Levanta el látigo.

Incluso aunque cada fibra de mi quiere gritar hasta tirar abajo las paredes,

muerdo apretando los dientes y lo mantengo dentro. No le daré la satisfacción. No

lo haré.

—Si no gritas, entonces te haré gritar.

—No lo haré. No importa lo que me hagas.

Getty mueve su rostro de forma que está a centímetros del mío.

—Zorra obstinada. —Puedo sentir la agitación en él. Está saltando sobre su

piel, haciendo que sus cejas se crispen y sus dedos aprieten y suelten el látigo.

Necesita esto. Es su liberación.

Me encuentro con sus ojos, intentando no vacilar o mostrar ni siquiera un

destello de debilidad. He descubierto su secreto. Esto no trata de lo que me hace.

Todo trata de mi reacción. Mi miedo y mi dolor. Sin eso, no tiene nada.

—Déjame marchar —digo con calma.

Me fulmina con la mirada.

—Te quedarás aquí hasta que haya terminado contigo.

—No gritaré —digo—. O mostraré miedo. No conseguirás ninguna

satisfacción de mí. Toma las fotos que quieras, pero no estaré asustada para ti.

Lanza el látigo al suelo, y levanta el banco de forma que choco contra el suelo

de cemento sobre mi hombro.

Page 354: Where The Ivy Grows 2

354

Auch.

Me quedo completamente quieta, mi cuerpo tenso. Getty se alza sobre mí, sus

puños apretados, y sé lo que va a venir. Si no puede hacerme gritar y conseguir su

satisfacción de esa forma, va a trabajar su frustración a través de sus puños.

Me encojo, preparándome para los puñetazos.

Page 355: Where The Ivy Grows 2

355

Capítulo 103

Traducido por Lady_Eithne

Corregido por Jery_Miso

ay un crack y espero sentir dolor, pero… nada. Vuelvo mi cabeza

hacia arriba y oigo otro crack, esta vez a unos pocos metros de

distancia.

Parpadeo en sorpresa.

Getty ha volado hacia atrás contra su pared de instrumentos y veo un tramo

de cadena desenrollarse desde un clavo en la pared y caer al suelo con un clink, clink,

clink.

Forcejeo para girar alrededor y veo a Marc caminando a zancadas hacia Getty

con los puños apretados.

Marc.

Oh, Dios mío, oh, Dios mío.

¡Zas! El puño de Marc conecta con la mandíbula de Getty otra vez, y Getty

se desploma en el suelo.

Marc se para de pie sobre él, con los puños apretados. Se vuelve hacia mí.

—Sophia. ¿Qué te ha hecho este bastardo?

—Marc —grazno, sintiendo las lágrimas caer por mi cara.

Marc viene hacia mí, arrodillándose y tomándome en sus brazos.

—Estaba fuera del teatro —digo a través de los sollozos—. Me dejó fuera de

combate y luego… estábamos aquí.

—¿Él te…?

H

Page 356: Where The Ivy Grows 2

356

Niego con la cabeza.

—No.

—Si ha hecho… —Siento los puños de Marc formar una bola contra mi

espalda.

—Pero no lo hizo.

Marc deja escapar un largo aliento.

—¿Me ayudarás a salir de esto? —digo, bajando la mirada hacia el corsé.

Marc recoge el cuchillo Stanley y rasga las tiras del corsé. Mi cuerpo queda

libre.

Se quita su suéter de cachemir negro y lo ajusta sobre mi cabeza. Meto mis

brazos entre las largas mangas, oliendo a Marc en cada centímetro de la lana.

Me levanta en sus brazos y carga conmigo escaleras arriba.

—¿Cómo supiste que estaba aquí? —grazno, temblando cuando nos

encontramos con el aire frío del piso superior.

—Alguien de dentro del teatro se suponía que tenía que reportar cuando

llegaras. Pero no lo hizo. Así que sumé dos y dos. Sé de lo que Getty es capaz.

Marc abre de una patada la puerta principal y veo su Aston Martin aparcado

fuera.

—Pero… en esta casa. ¿Cómo sabías que estaba en esta casa?

Marc carga conmigo a través del camino de entrada.

—No lo sabía. Fui a otros tres sitios primero. Esta fue una suposición

afortunada. Un lugar que recordaba de cuando lo conocí. —Abre la puerta del

pasajero y me baja hacia el cálido asiento de cuero. Luego cierra la puerta de un golpe

y corre alrededor hacia la puerta del conductor.

Page 357: Where The Ivy Grows 2

357

Cuando se desliza en el asiento del conductor, digo:

—¿Entonces tú… has estado aquí antes? ¿En ese sótano?

—No. —La mandíbula de Marc se endurece y enciende el coche—. Nunca.

Pero he estado en la casa antes. Hace mucho tiempo. Haré que alguien venga a

hacerse cargo de Getty. Un viejo amigo de los días de Baz Smith.

—¿Alguien… para hacerse cargo de él?

Marc pone el coche en marcha y sale hacia la carretera vacía. No me mira.

—¿Marc? ¿Qué significa hacerse cargo de él?

—Usa tu imaginación.

—No vas a… ¿alguien va a hacerle daño? ¿A matarlo?

Marc gira el volante, manteniendo su mirada en la carretera.

—Por favor, Marc, no.

Marc detiene el coche en un cruce, una mano en el volante y la otra

descansando sobre el freno de mano.

—¿Por qué diablos no?

—No quiero que le hagan daño. O lo maten. Sólo quiero que lo detengan para

que no haga daño a nadie más.

—Eres realmente extraordinaria. ¿Lo sabías? Después de lo que acabas de

pasar… No sé, Sophia. No sé si puedo dejar que se libre de esto.

—Por favor, Marc. —Pongo mi mano sobre la suya en el freno de mano—.

Simplemente… vayamos a la policía.

—¿Es eso realmente lo que quieres?

—Eso es realmente lo que quiero.

Page 358: Where The Ivy Grows 2

358

Suspira.

—De acuerdo. Conozco a unas cuantas personas en el cuerpo. Arreglaré algo

para que alguien venga a la casa de la ciudad. No quiero que vayas a una comisaria.

No después de lo que acabas de pasar. ¿Estás segura de que quieres esto?

—Estoy segura.

Page 359: Where The Ivy Grows 2

359

Capítulo 104

Traducido por Lady_Eithne

Corregido por Jery_Miso

os horas después, estoy sentada en el salón de Marc con un chocolate

caliente cuando hay un chasquido y oigo voces en el

intercomunicador. Marc se levanta de un brinco y se dirige al

vestíbulo.

—¿Quién es? —digo en voz alta.

—La policía —responde Marc de vuelta.

Oigo la puerta principal abrirse, luego voces. Marc vuelve con dos agentes de

policía femeninas y les muestra el camino hacia el salón.

—Sophia. Estas son las agentes Bridges y Dale. Están aquí para tomarte

declaración.

Una de las mujeres es grande y rubia—algo así como de huesos anchos, como

una nadadora olímpica. La otra es más pequeña, con cabello castaño apagado y

gafas.

—Encantada de conocerla, Sophia —dice la agente rubia, estirando el brazo

para estrecharme la mano. —Soy la Agente Bridges. Normalmente no tomamos

declaración en la casa de la gente pero… en este caso, hemos sido capaces de hacer

una excepción.

Desvío la mirada hacia Marc y sé que debe haber tirado de unos cuantos hilos.

—Me gustaría estar con Sophia mientras hace su declaración —dice Marc.

—No —. Me vuelvo hacia él. —Por favor, Marc. Preferiría hacerlo sola. No

quiero que tengas que oír todos los detalles.

D

Page 360: Where The Ivy Grows 2

360

Marc levanta una ceja. —Sophia…

—Por favor.

—De acuerdo, haré que Rodney traiga algo de café.

Se desvanece en el vestíbulo.

Me vuelvo hacia las agentes de policía. —Acabemos con esto.

Page 361: Where The Ivy Grows 2

361

Capítulo 105

Traducido por Lady_Eithne

Corregido por Jery_Miso

leva casi dos horas hacer mi declaración. Las agentes tienen tantas

preguntas detalladas y no puedo responder a todas, pero hago mi mejor

esfuerzo. Estoy sorprendida por lo calmada que sueno, porque por

dentro hay una tormenta teniendo lugar. Restallidos de truenos de

miedo. Destellos de relámpagos de pánico. Ahora mismo, no quiero irme jamás del

lado de Marc.

Las agentes toman una muestra de ADN de mi mejilla antes de irse y toman

fotografías de mi mejilla magullada y mi muñeca. Me dicen que les llame si recuerdo

algo más.

Dejando salir un gran aliento, me relajo de nuevo en el sofá, intentando dejar

que las imágenes de las que acabo de hablar se deslicen fuera de mí.

Siento a Marc antes de verlo.

—Estoy orgulloso de ti, Sophia.

Está detrás de mí, y siento sus brazos venir sobre mis hombres y rodear mi

pecho.

—Ahora ya está hecho. —Siento las lágrimas venir—. He acabado con ello.

Los brazos de Marc se tensan.

—Apenas puedo vivir conmigo mismo por no protegerte.

—Pero lo hiciste —digo—. Tú me salvaste.

—Debí haber sido más listo que Getty. Me mata pensar lo que pudo haberte

pasado.

L

Page 362: Where The Ivy Grows 2

362

—Pero no pasó. —Me vuelvo hacia él, deslizándome dentro de sus brazos.

Sus ojos están nublados. Tristes.

—Estoy doblando la seguridad —dice Marc—. Y me quedaré contigo durante

las pruebas de vestuario y las actuaciones en el teatro. Todo el tiempo. No te apartaré

de mi vista.

—Marc, no creo que… la obra. No creo que pueda hacerla. Después de lo que

ha pasado. Estoy demasiado asustada. Tenías razón. Nunca debería haber aceptado

el papel. No estaba lista para todo este…

Mi mirada está sobre la alfombra. Marc pone un dedo bajo mi barbilla y muy

cuidadosamente levanta mi cara de forma que estoy mirando dentro de un azul

nublado.

—Deberías representar el papel. —Sus ojos son suaves, y veo el amor en ellos.

—Marc, no lo sé.

—Naciste para representar ese papel. Es perfecto para ti. Yo estaba

equivocado por detenerte para que lo aceptaras. Debí haberte ayudado desde el

principio, pero… estaba asustado.

—¿Tú? ¿Asustado?

Marc sonríe.

—Aterrorizado. De perderte. De perder el control sobre ti.

—Y mira lo que ha pasado.

Ambos sonreímos.

—No dejes que Getty arruine esto por ti. Has trabajado tan duro, luchado

tanto. Tu público está esperando. Te ayudaré. Tenemos una semana más. Trabajaré

contigo. Te ayudaré a recuperar tu confianza. —Tira de mí hacia su pecho—. Y te

protegeré, Sophia. Siempre.

Page 363: Where The Ivy Grows 2

363

Capítulo 106

Traducido por ClaryvsLove

Corregido por Lsgab38

a semana siguiente es a la vez la más larga y la más corta de mi vida.

Es larga porque Marc me hace hacer todo tipo de ejercicios de

entrenamiento con él y organiza sesiones con hipnotizadores y

psicoterapeutas.

Es corta, ya que, antes de darme cuenta, la noche de estreno está aquí.

Encuentro al hipnotizador realmente útil. Ella me pone a trabajar a través de

la lógica de lo que sucedió y lo improbable que es que vuelva a suceder. Y me da

técnicas para ayudar a que me centre en el momento presente y reducir mi ansiedad.

Cada vez que me siento ansiosa, aprieto mi pulgar y el índice juntos, y me

ayuda a calmarme. Funciona. Algo.

Marc arregla por mí para ver a mi familia y Jen, también. Es tan inteligente,

sabe que son parte de lo que necesito para mi recuperación. Ha venido Jen y pasó el

rato en la casa de pueblo, e incluso organizó una comida familiar en un restaurante

italiano para papá, Genoveva, Jen, Samuel y yo. Marc viene también, por supuesto,

y es genial verle jugar con Sam y charlar con Jen y mi padre.

Estoy tan aliviada de ver a papá bien. Él positivamente está rebosante de salud,

y los médicos dicen que está en gran forma.

Aunque estamos más cerca que nunca después de lo que pasó con Getty, Marc

y yo todavía no hemos hecho el amor desde el incidente. Marc me trata como a una

muñeca frágil. Me deja con cuidado en la cama por la noche, me besa tiernamente

en la frente, después me acomoda entre sus brazos y me observa hasta que me

duermo. Pero él no trata de hacer el amor conmigo, y pronto empieza a dolerme por

esa conexión.

L

Page 364: Where The Ivy Grows 2

364

Lo amo tanto, y sé que él me ama, pero hasta que estemos juntos de manera

adecuada, sé que no estoy curada. Las cosas no están bien.

De todos modos. La noche del estreno ya está aquí. Y tengo miedo. El pulgar

y el índice están trabajando un poco, pero no mucho.

Marc me conduce al teatro y aparca en la entrada al escenario.

—Puedes hacer esto —dice, tirando hacia arriba el freno de mano.

Asiento, mirando fijamente la puerta del escenario rojo. Hay dos guardias de

seguridad afuera, y mi corazón late rápido a la vista de ellos. Agarro la mano de

Marc.

—No sé si puedo.

Marc se vuelve hacia mí, con una expresión seria.

—Puedes. Créeme. Puedes. Espera ahí. —Salta del coche y marcha hacia los

guardias de seguridad. Una vez que ha verificado sus documentos de identidad, abre

la puerta del pasajero.

Me tiemblan las piernas cuando mis pies golpean el asfalto.

Tomo la mano de Marc y lo jalo cerca de mí.

—Está bien —dice—. Lo prometo. Estarás bien.

Page 365: Where The Ivy Grows 2

365

Capítulo 107

Traducido por ClaryvsLove

Corregido por Lsgab38

spero entre bastidores, el corazón me late con fuerza en mi garganta.

Estoy sosteniendo la mano de Marc tan fuerte que estoy bastante

segura de que estoy dejando marcas de mis uñas en su palma.

Puedo escuchar el público murmurando detrás de la pesada cortina roja.

Dios mío. Esto es muy real. Esto está sucediendo realmente. Estoy a punto de

actuar en un musical del West End en frente de miles de personas.

No sé si puedo hacer esto.

Miro hacia abajo a mi mano libre y veo que está temblando. Mis rodillas se

sienten tan débiles que estoy sorprendida de que todavía esté de pie.

¡Boom boom!

La música comienza y la grande, silbante cortina roja comienza a subir.

Oh Dios mío, oh Dios mío. No, no puedo hacerlo. No puedo.

Observo la audiencia gris sombría aparecer mientras el telón se levanta, arriba,

arriba.

Oh Cristo.

El auditorio está lleno. Hay casa llena.

Marc afloja su agarre en mi mano.

—Tiempo para tu debut —susurra.

Debería estar caminando al escenario, pero estoy congelada. Completamente

E

Page 366: Where The Ivy Grows 2

366

congelada.

La tonada del telón termina, y oigo las primeras notas del One True Love,

número de apertura de Belle.

Trato de hacer que mis piernas se muevan, pero no lo hacen.

Respira. Respira.

Dios mío.

—Sophia. —La palabra es un susurro, pero envía acometidas a través de mi

estómago—. Puedes hacer esto.

Siento el calor de Marc y vuelvo a ver a su hermoso perfil.

—Tengo pánico escénico.

—Todo el mundo tiene pánico escénico. —Marc me aprieta la mano—. El

trabajo del actor es superarlo. No importa a qué desafíos se han enfrentado.

Mis ojos regresan al público. Apuesto a que algunos de ellos estarían muy

contentos si me ahogo y no lo logro en el escenario. Qué gran historia para los

periódicos.

Los periódicos. Pienso en Getty. Todavía no podemos obtener información

actualizada sobre lo que está pasando con él. Ni siquiera se nos permite saber si fue

puesto bajo custodia, pero Marc trabaja en ello.

No, no voy a dejar que Getty me arruine esto. Marc tiene razón. No voy a

dejarle ganar.

Tengo mi cabeza en alto y me enderezo.

—Sí —le digo, encontrando los ojos de Marc—. Yo puedo hacer esto.

—Sé que puedes.

Page 367: Where The Ivy Grows 2

367

Aspiro una profunda respiración. La música aumenta y el público está

empezando a murmurar. Me puedo imaginar lo que están diciendo.

—¿No debería alguien estar en el escenario por ahora?

—¿Ha ido algo mal?

Un pie delante del otro. Aquí voy. Paso. Paso. Me concentro en mis pies. Un

paso más. Luego otro. Y otro. De repente, estoy ahí. En el escenario. En la vida real

en el escenario del West End frente a miles de personas.

Me dirijo a la audiencia.

Hay un silencio total.

La música ha pasado al punto donde debería haber comenzado a cantar, y

corre por mi mente, tratando de recordar el segundo y tercer verso.

Bueno. Bueno. Aquí viene el versículo dos. Intento la primera línea.

Me llaman belleza, pero ¿qué es la belleza de todos modos?

Abro la boca, pero las palabras no salen. Es como si alguien hubiera helado

mis cuerdas vocales.

Vamos, Sophia. Venga.

Me doy la vuelta y veo a Marc en bastidores. Espero que esté con el ceño

fruncido, pero no lo está. Me mira como si me amara. Y de repente el hielo se derrite

en mi garganta.

Canto la segunda línea:

—Solo una palabra, una tontería que la gente dice.

La línea suena ronca y delgada, pero puedo manejarlo. Y a partir de ahí, logro

el resto del verso también. Como dice la canción, mi voz se vuelve más clara y más

fuerte. Puse todo mi corazón y alma en ella, cantando por todo lo que valgo, y

Page 368: Where The Ivy Grows 2

368

llevando toda la emoción que pueda a las palabras.

Cuando la canción termina, estoy sonrojada y eufórica. No creo que me haya

ganado a la audiencia por ahora, pero no los he perdido tampoco. Ellos no me han

descartado.

Realizo la escena de 'perdido en el bosque' y luego Leo entra en escena.

La química entre nosotros es buena. Estamos rebotando entre sí, y el público

se ríe y jadea en los puntos adecuados. Cuando cantamos juntos, suena bien también.

Para el final del primer acto, estoy en mi elemento, amando la interpretación,

amando la reacción de la audiencia. Les puedo decir que estoy conectando con ellos

emocionalmente, y eso me hace feliz.

La cortina chasquea abajo para marcar el intervalo, y Leo y yo esperamos a

que alcance el suelo antes de abandonar el escenario.

Antes de que la cortina toque el suelo de madera, juro que veo a Cecile en la

audiencia, dos filas más atrás. Verla me enerva. Ella mira... No sé. Enojada. Pero.

Tal vez me equivoque. Es probable que sea otra persona. Después de todo, ¿por qué

iba a estar en mi noche de estreno? Sé que tuvimos un momento juntas, pero estamos

lejos de ser amigas.

Me dirijo a Marc.

—Estabas asombrosa —me dice, poniendo sus brazos alrededor de mí y me

tira contra su pecho—. Pensé que no podría amarte más, pero al verte en el escenario

así, después de todo lo que has pasado...

Me dejo fundirme con él.

—Tienes un cambio de vestuario —dice.

—Sí. —Asiento en su pecho.

—Te llevaré a tu vestuario.

Page 369: Where The Ivy Grows 2

369

Capítulo 108

Traducido por ClaryvsLove

Corregido por Lsgab38

n el vestuario, un hermoso vestido azul cubierto de perlas de vidrio se

cierne sobre el espejo. Es el vestido de Belle para el segundo acto, y me

encanta la forma en que me hace sentir, como una heroína de una

novela histórica.

—Voy a dejar que te vistas —dice Marc—. Estaré aquí. En la puerta.

—No. —Niego con la cabeza—. Ven conmigo. Este vestido tiene tantos

botones. Siempre lucho con ellos.

Voy al espejo y me recojo el pelo.

Marc entra en el vestuario y cierra la puerta. Está detrás de mí y comienza a

desabrocharme el vestido. Le observo en el espejo, y con cada toque de su dedo

pulgar, un pequeño destello de deseo crece en mi estómago.

A medida que Marc desliza el vestido abajo de mis hombros, me dirijo a él, el

vestido agrupado en torno a mis tobillos. Estoy usando la ropa interior de cuento de

hadas que me compró cuando volamos a su isla privada.

—No hemos hecho el amor desde ese día con Getty. —Pongo mis manos

alrededor de su cuello, y mi cabello cae sobre mis hombros.

Marc desliza sus dedos en mi pelo, lo traza y gira.

—Sophia.

—Sé lo que quiero, Marc. Tengo que seguir adelante. Ayúdame a seguir

adelante.

—¿Aquí?

E

Page 370: Where The Ivy Grows 2

370

—Sí, aquí. Te deseo, Marc. ¿No me deseas?

Marc ríe.

—Dios, si supieras cuánto te deseo. —Me levanta y me sienta en la mesa del

vestidor, sus ojos me devoran—. ¿Estás segura de que quieres esto? ¿Aquí? ¿Después

de todo lo que ha pasado?

—Estoy segura. Quiero esto más que nada.

Tiro a Marc entre mis piernas y siento lo duro que está. Está latiendo contra

mí, y me estoy calentando demasiado, mis piernas apretando contra sus caderas.

—Espera. —Marc respira, una mano cayendo plana contra el espejo—. Esto

debería ser... lento. Quiero tomarme mi tiempo contigo. Para mostrarte lo mucho que

Te amo. No solo quiero follarte en el vestuario.

—Señor Blackwell —tomo su mano y la deslizo dentro de mi ropa interior—

. Ser follada en el vestuario es exactamente lo que quiero.

La mano de Marc se pone rígida.

—Oh Dios, ¿por qué tienes que hacer eso?

—Demuéstrame que me quieres —le susurro, frotando su mano hacia atrás y

hacia adelante. Ruedo mi cabeza hacia atrás y le doy un pequeño suspiro mientras

sus dedos se mueven donde los quiero.

Los ojos de Marc están cerrados de esa manera dolorosa que me dice que está

perdiendo el control.

Gimo cuando sus dedos trabajan conmigo abriéndome, deslizando hacia atrás

y hacia adelante.

—Oh Marc —me quejo, mi cabeza colgando alrededor de mis hombros.

—Dios. No puedo detenerme. —Marc saca mis bragas a un lado y se libera

de sus pantalones.

Page 371: Where The Ivy Grows 2

371

Se mueve entre mis piernas, y el estremecimiento más increíble pasa por mí.

Me muerdo el labio mientras me empuja abriéndome, poco a poco, trabajando su

camino al interior. Y ahora él es todo el camino, llenándome.

—Marc —gimo.

—¿Esto es lo que quieres? —pregunta.

—Esto es lo que quiero.

Marc comienza a moverse. Lento al principio, luego más rápido a medida que

comienza a perderlo. El tocador tiembla a medida que la mete más profundo, y mi

cabeza y la espalda golpean el espejo. Oigo cosas rodando desde la mesa al suelo,

pero no me importa. Esto se siente muy, muy bueno.

Marc gime, empujando profundamente entre mis piernas con tal poder y

fuerza que todo mi cuerpo se mueve cuando él se mueve.

—Te amo —murmuro—. Me encanta sentir que... te pierdes.

—Estoy perdido —dice Marc, su voz gruesa y profunda—. Confía en mí. —

Sigue empujando—. Tan, tan perdido. De la mejor manera posible.

Envuelvo mis piernas alrededor de él, acercándolo más, y sus embestidas son

más y más profundas hasta que todo lo que puedo sentir es a él dentro de mí. La

mesa del vestidor tiembla, mis ojos se cierran y el placer se acumula y hasta...

—Oh Dios. Oh Marc.

Mi cuerpo estalla a su alrededor, y me aferro a su camisa con mis dedos, mis

piernas debilitando su control.

Los ojos de Marc son contundentes y su mandíbula dura. Empuja hacia

adelante en un gran empuje enorme.

—Sophia —gime, colapsando contra mí, jadeando, tirando de mí cerca,

serpenteando mi cabello alrededor de su mano.

Page 372: Where The Ivy Grows 2

372

Nos aferramos el uno al otro por un momento. Luego Marc se aleja y acaricia

el pelo de mi cara, levantándome con cuidado del tocador.

—Te amo —dice mientras mis pies encuentran el suelo—. Dios, te amo.

Le sonrío, sintiéndome sonrojada. Feliz. Eufórica. Atrapo un reflejo de mí

misma y veo mis mejillas brillando.

—Al espectáculo, señorita Rose.

Page 373: Where The Ivy Grows 2

373

Capítulo 109

Traducido por ClaryvsLove

Corregido por Lsgab38

l segundo acto va perfectamente. Entrego mis líneas sin problemas,

canto sin problemas y río con alegría cuando Bestia se convierte en un

apuesto príncipe.

Leo y yo terminamos con una ronda de aplausos estruendosos, e incluso oigo

a unos pocos metros pasos. Supongo que esos pies pertenecen a Jen y a mi padre.

Dejo la etapa feliz. Eufórica. Marc me está esperando en bastidores, la más

pequeña de las sonrisas en su rostro.

—Ellos te amaron —dice.

—No estuve perfecta, pero tenemos treinta espectáculos más que hacer.

—No, estabas perfecta —dice Marc—. He dispuesto que Jen y tu padre se

reunieran con nosotros en el backstage. Me han dicho que hay una reunión en el

camerino de Leo, y pensé que te gustaría ser parte de ella.

Sonrío.

—Sí. Me gustaría eso. ¿Marc? ¿Qué pasa?

Parece... reflexivo.

—Hay algo que quiero mostrarte primero. Ven conmigo. A tu camerino. —

Me lleva por las escaleras detrás del escenario, yo riendo como una colegiala.

—¿Marc? ¿Qué es?

—Ya lo verás.

En mi camerino, abro un poco la puerta con cautela y miro dentro.

E

Page 374: Where The Ivy Grows 2

374

—Oh Marc.

Enormes ramos de hiedra y rosas rojas cubren el tocador, el sofá y el suelo.

Hay apenas una parte de la habitación que no está decorada con magníficas hojas

verdes y pétalos rojos. Los ramos de flores llenan el espacio de color y fragancia, y

yo de pie allí, sonriendo como una idiota, respirando el olor magnífico.

—Esto es simplemente hermoso —le digo.

—Ven dentro. —Marc me lleva entre las hojas de hiedra y rosas suaves, y

cierra la puerta detrás de nosotros.

—¿Cómo lograste esto? —le sonrío burlonamente—. Estuviste en bastidores

todo el tiempo.

—Digamos que he aprendido el arte de delegar vía mensaje de texto.

Me río.

—Estos ramos son preciosos. Tan, tan hermosos.

—Al igual que tú. —Marc toma mis manos—. Entonces.

—Entonces.

—Tengo algo que preguntarle, señorita Rose.

—¿Y qué es eso, Sr. Blackwell?

Marc toma una de mis manos y baja sobre una rodilla.

Toma una caja de terciopelo arrugado de su bolsillo y la coloca encima de mí.

Es de un magnífico color verde vibrante y adornado con una hoja de hiedra en relieve.

—¿Marc?

Marc abre la caja, y dentro está un anillo. Una antigüedad, creo, la banda de

oro es delgada y muy amarilla, y el diamante es en forma de pera perfecta. Es una

Page 375: Where The Ivy Grows 2

375

preciosidad. Justo el tipo de cosas que me gusta. Inusual, pero bonito.

Mis manos comienzan a temblar.

Miro los ojos de Marc y él mira hacia arriba a los míos.

—Sophia Rose —dice—. ¿Quieres casarte conmigo?

Fin

Page 376: Where The Ivy Grows 2

376

Próximo Libro

¿Durará el Amor Prohibido?

Cuando la estudiante de arte dramático, Sophia Rose,

se enamora de su profesor, la oscura y melancólica estrella de Hollywood, Marc Blackwell, no tiene ni idea dónde terminará su historia de amor prohibido.

Arrastrada al sombrío mundo de Marc de estricta disciplina y control, Sophia despierta un secreto erótico que nunca supo que existía, y se encuentra a sí

misma profunda y obsesivamente enamorada.

Ahora Marc quiere que Sophia sea suya para siempre. Pero Sophia no puede comprometerse al matrimonio

sin la aprobación de su familia y su padre no confía en Marc… todavía.

El padre de Sophia sólo aprobará el matrimonio si

Marc y Sophia pueden pasar el test definitivo. Tres meses separados.

¿Podrá la relación de Sophia y Marc superar la separación? ¿O los celos de Marc y

la amistad de Sophia con su coprotagonista, Leo Falkirk, los llevaran a apartarse?

Page 377: Where The Ivy Grows 2

377

Sobre la Autora J. Lerman es el seudonimo de Susanna Quinn

quien ha trabajado como periodista, escritora fantasma, diseñadora de libros, camarera,

bailarina de club y masajista. Vive en Brighton con su pareja, su hija recién nacida y muchas bandadas

de gaviotas. Mantiene una página web en www.bookgroupbooks.com y puede ser encontrada en Facebook y en

twitter.com/susannaquinn

Contacta a S. Quinn en [email protected]

Page 378: Where The Ivy Grows 2

378

Traducido, corregido y diseñado en...

http://thefallenangels.activoforo.com/forum

¡