Yawar Fiesta

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YAWAR FIESTA El Yawar Fiesta (fiesta de la sangre) es un espectculo taurino nacido en el Virreinato del Per tras la introduccin del toro por los espaoles en Amrica.nace por la impotencia del comunero ante los abusos del gamonal; entonces, en una especie de simbologa, nace la fiesta en donde el cndor que representa a los sufridos comuneros, venga los sufrimientos que les propina el gamonal, representado en el toro, que termina muriendo durante la ceremonia.

Sus orgenes son, obviamente, hispnicos, pero hoy es una celebracin sobre todo indgena. Se practicaba en buena parte de los departamentos de Apurmac y Ayacucho, pero hoy est bastante restringida, es especial aquella variante en la que se usan explosivos.Flix Huamn Cabrera.CANTAMOR
Poemas a la tierra canteaSe llama PariamarcaEn un pueblo pequeo con caminos del alba
llenaron mi pecho de canciones y sueos;
con azadas y palas, con palabras y surcos,
me hicieron labriego de sonrisas y espigas.Tena una sola calle de casitas menudas
y la alegra volaba con torcazas y lluvias.
Yo crec con la hierba y el sonido del agua
y el sol que saltaba en aquella montaa. Aprend la danza del que siembra y cosecha
en las horas sencillas de mi hogar campesino
al son del silencio de las cuerdas de una arpa. Ese pequeo pueblo se llama Pariamarca
lleno de flores, luces, arco iris y verdores;
all mi corazn creci pleno de canciones.Canto a CantaCon luz y alegra sonrieron mis ojos
en azul verdor de aroma provinciano;
niez, msica viento, corazn transparente
secreto del agua, fulgor en la maana.
Y la lluvia caa, caa, con dedos de fro
en la hierba, en labios la sonrisa de nio.
Otra vez el maizal las espigas al viento
y el dulzor de caa en mi silbo primero.
Ah la tierra cantea, hermosa y buena,
con aroma de campo mojando el camino.
Yo nac para el canto, voz de la montaa,
cabalgando tormentas veranos e inviernos
grito de tierra, de sol, de quena y de lluvia.
Padre mo, mancera y arado roturando
la gleba, no lejos del agua, en la palabra,
para sembrar tono y amor de este canto
que sabe a surcos, valles, y peascos
pero en qu silencio, altura y alegra
habr puesto manos para las espinas?
Sembrando, cultivando, cosechando
Ilusiones me tienen aqu, trovador errante
trazando caminos que vienen surcando
por la media falda en la lluvia buena
hasta el corazn de mi pueblo querido.
Mi madre insistiendo que deje el gusto
de entonar melodas que no entiende nadie.
Mi voz, secreto del viento, no vengo de lejos,
no soy peregrino, soy el mismo que un da,
empolvado, contento, andino y lejano,
toc aquella puerta envejecida y nueva
donde el corazn viva como fuente clara,
como luz, como planta nueva en el surco
donde sembr el labriego esperanza y vida.
El que canta siempre lejos entonando cerca,
yo mismo el que rompe odos al silencio,
por eso, madre tierra, llego a mi lar nativo,
Canta, Pariamarca, inmensa y tan pequea,
trayendo mi palabra, para que crezca y crezca
Canta es canto, guitarra floreciendo mi cario
en aquella casa paterna de sueo y poesa.Canta,
DONDE SE NACE Y SE CRECE
LIBRE COMO EL VIENTODesde el ro hasta el Ande, gil he subido
por un camino avieso que lleva a la colina,
en busca de la tierra que dio luz a mi vida.
He subido hasta Canta araando a la pea,
entre abrojos y piedras, y la hierba buena,
he ascendido alegre a mirar mi campia
donde el sol es labriego de sudor y trabajo
que destella esperanzas entre das y surcos,
terrones y cantos y simientes de luz
que florecen aromas de arco iris y amor.
A mi pueblo he llegado, hasta Canta
donde se nace y crece libre como el viento,
mirando lontananzas y cmo el agua clara
brota en manantiales para saciar la sed
de obreros y gaanes, y de estos labios mos,
que solo saben penas a veces alegras
cuando una nia dulce refleja el cielo claro
de mi tierra cantea, tan fragante y tan bella.
He recorrido calles buscando a la infancia,
las manos de mi madre, de mi pap Yato
su corazn tan grande, y mi abuelo Hilario
con el poncho vicua estarciendo luceros:
he encontrado mi nombre en aquella esquina
llevaba una sonrisa, un libro, un silencio,
la maana comprando el pan calentito,
los bollos, el maz tostado para el desayuno
del abril pequeo, del verano ajeno,
de las ilusiones que como hojas frescas
me aroman el alma con guitarras, huainos,
con destellos de estrellas y recuerdos.
Es la noche entonces, jarana, arpa, violn
que desgarra presentes en calles de luna,
suspiros, carios musitando gotitas de agua.
Esta es la tierra donde crece el alma tan alta
cordillera de nevada blanca, roco azulino,
Canta, dulzura de los picaflores que vuelan
temblando entre las espinas de la rosa roja,
qu bonita flor, crece y florece en mi corazn.
Canta heroica, tierra de alegra, es hermosa flor
que crece con las brisas del ro Chilln.
Ro Chilloncito, djame pasar, djame pasar
estoy llegando a Canta, puro corazn,
a mi tierra hermosa, a mi lindo amor.Todo el color del agua1Esos juguetes de barro
tienen forma de sueo,
de risa, de ilusin
de escritura primera
y mi niez de campo
mojndose en la lluvia
con la palabra buena,
dulce y cristalina.2Todo el color del agua
gotea en este da
de luz y hierba tierna,
ahora que camino
la cuesta del sendero
que va entre espinas
a florecer los aires
de la tierra cantea.3Ladra en la quebrada
distancia de cerros,
colinas y encaadas
y un sonido dulce
de trinos y jilgueros
se filtra entre ramas
tiempo envejecido
latido de aguacero.4Quiero envolverme
de aos y recuerdos,
el ojo de los nios
juega en la plaza
a recoger los rayos
del verano pequeo
murmurando la ronda
de abejorros y grillos.5Canto de caminos
donde teje el viento
semillas en los surcos,
mi padre enterraba
con trabajo y esfuerzo.
Tena en sus manos
callos enriquecidos
de silencio y suspiros.6Que me abrace la msica
del cario materno
aroma de arboledas
a mi corazn pequeo.
Y yo tena un sueo
de volver a mi tierra
a recoger la vida
sencilla y tan buena.Poemas para tres niosNana para mi nia Laura Elena
Tus ojos al mundo, abriendo luceros, has nacido,
nia, pequea, pequeita en tu gracia,
mujercita nueva, fulgor que relumbra esta maana,
cristal de esperanza.
lucerito alegre,
destello del alba.
Sonrisa en el rostro, Marc y Viviana tus padres contentos,
alegres te miran un da de otoo, de sol y de lluvia,
Laurita te llaman,
roco de rosa,
laurel de cario,
plumita del aire
por qu madrugada
con luz y con canto llegaste a Manresa, del ao
dos mil diez el trece de octubre,
muequita linda
nia primorosa
cristal de la vida?
Qu viento surcaste, flor de mi cario,
y naciste hoy da llena de esperanza,
de sol y de vida para ser mi sangre
sonrisita alegre,
pedazo de mi alma,
savia catalana?
He surcado mares, desde lejos vengo, slo por quererte,
nia Pujols Huamn, Laurita Elena, mi pequea,
quera que nacieras sana,
bella estrella,
dulce y linda
flor de mi cario.
Y cuando grande, seas fuerte como el Ande
de los cielos donde yo he nacido con este lenguaje
de sangre y de tierra que te pertenece,
nia de mi vida,
Laurita Elena
vida y poesa.Hospital San Juan de Dios, Manresa, Barcelona,14 de octubre del 2010.Carta para mi nia Hait
Te escribo desde lejos, nia linda, Hait Adriana,
esperando volver pronto para jugar con el poema
de la gata saltarina que tuvo tres hijitos
con el aire, con el agua y con el fuego
y tus muecas traviesas que se van escondiendo
entre la hierba porque no quieren que las peines
en la maana fra. Que salga el sol, Adrianita,
en tus ojos de luz y poesa. Y yo te diga:
juguemos a las escondidas entre palabras y flores
y aquellos rboles nuevos que han nacido en la ladera,
luego cantemos, tomados de la mano,
con tu mamama Susana, que las mariposas mozas
ren, vuelan y revuelan en los girasoles soles,
con patas amarillas, alas de colores y antenas.
Cmo te recuerdo nia en esta tierra lejana
ahora que estoy solo te veo subiendo las escaleras
con tu ramo de cario y tu listn arco iris
para pedirme el cuento del cielo en el pozo
cuando quiso ser lucero en las manos del alba
y se hizo bugambilla naranja, retama amarilla,
rosa bermelln, clavel rojo, azucena blanca,
al final nube de algodn, puro arrebol,
Hait en los girasoles como te extrao, corazn.Mi nio Santiago
Habas llegado, Santiago,
en tu caballo blanco
con tus espuelas pequeas,
con sueos anaranjados,
nio de los caminos,
Santiago de los arroyos,
yo no te haba sentido
cuando tocaste la puerta
con tus manitas pequeas
y brotaron dos capullos
de flor y de cario.
Santiago, nio ahora,
quiero que crezcan tus ojos
cogiendo luceros buenos,
poemas de las sendas
y andemos por el ro
silbando trinos alegres
tocando quenas cercanas,
cogidos de la mano
para llegar al futuro
con sonrisas verdaderas.Detrs de la casa.
Para Wilfredo Hidalgo con todo afecto
Antes era un terral y un cerco para el fondo
detrs de la casa, cuando nio
jugaba al viaje con camiones de piedra,
cuentos, leyendas, motores de barro. Despus plant rboles de saucos y alisos
con orbos que trepaban troncos
enredando junio entre los aires,
msica que era carrizo de flautas,
huaynos y mulisas de quena.Fue entonces que traje flores de qantu,
rojas, blancas, amarillas, arco iris
para adornar la luz de los adobes;
se vinieron colibries, ruiseores y jilgueros
a picar las flores
de abril, de junio o de diciembre,
a pintar los sueos de ilusiones
en los libros del colegio.Cmo umbelaban los matices
cuando los ojos destellaban
perfume, voces y armonas.Hice surcos pequeos en el huerto
donde crecieron manzanilla, toronjil,
hierbabuena, rimas, estribillos,
tomillos, rocotos, rocotillos,
el chinche gualdo para la papa ojona.Era el jardn de los colores
y yo silbaba alegre, nio entonces,
acariando la ternura de torcazas
que volaban y volaban de techos y tejados
hasta las faldas de Misane.Azuzndolas Negrn saltaba
ladraviento de gayaras en todas las maanas,
tambin volaban las palabras
con ritmos de ptalos morados, azules, anaranjados,
aromas de heliotropos y gayaras
al borde de senderos. Mi madre y sus ollas de arcilla
despedan sabor de lea seca y de fogones
desde las madrugadas.Cmo me encantaba la vida,
verso a verso ahora buscaba el tono de la tierra
donde mi padre labraba los das
martillando en el yunque
la forma del silencio.Y de ah sali mis voz,
cuando la tormenta y el granizo
desgajaron las flores y durmieron en la hierba
dejando el olor de la nostalgia.Para ello, puse el tono al arpa de la noche,
el canto al ajiseco de la madrugada,
y solo me qued un camino
con olor a sol, a quebradas y montaas,
la sangre que canta entre los das
pensamientos, poemas y canciones
que saben a ande y poesa.Cuando brot la semilla
Cuando brot la semilla
vi tu sonrisa en el verdor del surco
y fueron mis ojos tu fuerza,
tu corazn, pap,
ese mi querido Adrin!
Tus manos en mi cabeza
mirbamos el azul de las montaas
y aqu tu chacra creciendo como yo.
El agua corra transparente
y yo silbaba mulisas de surco y terrn:
la hierba buena que crezca
que no hinque la ortiga mi cancin.
Luego qu pas, pap?
No llova, se secaba el sembro
y tu hijo tambin?
Eran tus manos grandes, tu fuerte brazo:
de hombre se llora y se vuelve a ser hombre.
Y ah contigo.
Se abran los labios de las matitas pequeas
cuando gota a gota les llegaba tu cario,
y reverdecieron mis suspiros;
aprend tu constancia:
el cascajo de Yaname no pudo con la esperanza,
Caramba, qu hombre este Adrin!
Pap ahora llueve y no ests;
pero brotar la semilla
y tu sonrisa otra vez en el verdor del surco,
en el fogn donde mam
no apaga la brasa de su lea
y est la merienda calientita en olla de barro;
sers t, ser yo;
en Pariamarca, nuestro pueblo, nuestro amor.Canta en setiembre
Los caminos llegan a ti, Canta querida:
de alegra, de recuerdos, del sol
que amarilla entre espigas del viento
y oteros azulencos; de los amigos
que son o fueron y, en la plaza, un abrazo
destella vida cantea entre la msica
y danza del corazn provinciano.
Es la fiesta en setiembre con calles
llenas de risas y el tiempo detenido
donde la vida crece en cada esquina.
A travs de nuestros ojos palpitan
reflejos de amor a la tierra nativa
y, a lo lejos, alumbra la constancia
del sol, del cielo y la campia.
En ti hemos nacido, Canta querida,
entre manantiales cristalinos
azul interminable de neblina blanca;
en los surcos de chacras y maizales
y la papa cantea es aroma morada
flor de trinos, gorriones y jilgueros.
Eres nuestra tierra en setiembre
rito de fe y nuestro cario ilusin
de lunas y luceros, arpas y violines,
ah guitarra sollozante de la noche,
quejido, cario, trabajo campesino,
eco del viento, corazn sencillo
que palpita en tu pecho, pueblo queridoFogn de lea
Las paredes tienen color del barro
y el sauco dulce morado arrinconado al cerco de piedra
donde crecen albos los ptalos del cactus
para que no pase la oveja daera.Es el huerto de la casa con toronjil y manzanilla
y los claveles de todos los colores
en las manos de mi madre. El patio luego donde florece el sol abrilando
cantutas, retamas y sonrisas
de la gente sencilla. Para este lado la candela del cario ardiendo
en el corazn de la maana,
fogn de lea,
humo azulenco de la calleja, zureo de trtola
en el secreto del tejado.Es un juego el mirar los das corriendo
en el manantial del viento
para que sean rumor en los labios labradores
de surcos y secretos de terrones maduros. Era una piedra y detrs la casa
donde la infancia creca con olor silvestre
de trbol y hierba buena.Yo lea la cancin de la lluvia
y el secreto del roco
entre las horas, las hojas del silencio
en la fronda tenan mis palabras pequeas
como gotitas de agua cayendo en el sembro.Escuchaba tus pensamientos
espantando miedos y espinas del camino.Ese padre mo y pircaste los adobes
hasta el techo de cielos y sueos en mi canto.Es la tierra canteaDesgranando ojos est cayendo el cielo
como mazorca madura aqu en enero!
Neblina en la ladera y en la pampa,
la colina mojada, hierbas del invierno
para que nazca tu corazn florido;
pero ahora, canteo de gleba y arado,
arremolina el viento entre tus puos
y sal a tus caminos silbando rayos,
aguacerando truenos, en la bruma
sacudiendo el roco de tu poncho,
desafiante, sombrero a la pedrada,
arado en la maana, sal, canteo,
orientando la mancera de febrero
para curar heridas, surcos de tu chacra.Ponte la chalina blanca, nube pasajera
que asciende con brisas desde el ro
y sube la cuesta! Horada la piedra
que obstaculiza pasos en la pampa.
Cuando crezcan ortigas con la lluvia,
no ser marzo nido de tristeza, barro,
ser gorjeo de jilguero en la mirada
y palomas saltando de rama en rama
los ojos de la muchacha provinciana,
porque abril renace manantiales azules
y el arco iris se trenza en la quebrada,
all en la casa donde vive el labriego
con terrones y sueos esperando luceros.Es la tierra cantea! rboles y pastos
que columpian peas, faldas, hoyadas,
verdes pajarillos y hombres que paan
en los montes la lea de las tardes.
(No te hieras, labriego con espinas,
es de polvo y de muerte, coge la flor
de mayo blanquita azul en su falda
mirada cristalina y su carita colorada!)La tierra cantea! Espigas en las cercas
junio madurando maizales en el ro;
caudales transparentes de los cerros
relumbran paisajes de zorzales y peas.
Pariamarca, Obrajillo, Huaros, Lachaqui
y otros pueblos en cerros desafiantes
con balidos y campos y alfalfares traviesos
donde los nios gritan que vuelva la lluvia
y los perros ladrando, entre las sombras
mordiendo noches, gimen llorando a la luna.Y es cuando mi corazn en nube blanca
asciende desde la quebrada a la montaa
serenando la lluvia del roco, sintiendo
que est naciendo sangre de la tierra
en cada arado que grita surcos y destinos
cuando muere la hierba en pezuas menudas,
en mugidos de yunta. Cuando el barbecho
es florecer de tierra, es esperanza y da,
y se ha roturado sueos en la melga
para sembrar colores y nostalgias en la vida.Sombrero al viento y voz en la maana,
en las tierras de Canta, el gan viste
a la luz, con su arado de palo y yugo
y un canto que florece entre sus labios,
para luego regar la voz que se est secando
en la faldita del frente, se est secando,
se seca la flor de la papa nueva!
Pero que no se seque, hermano, que no
los ojos de la nia que aprendi su nombre
en el puquial cuando soaba madrugadas
de lea y fue flor de humo la maana.Levantando polvareda la esperanza
baja desde la montaa hasta la pampa,
por caminos traviesos, la cabra, la oveja,
la ternera pallarada que mirando
el arco iris tuvo un becerro jovero.
Baja el muchacho canteo espantando
fantasmas en la hondonada de zorzales,
desplumando silbidos, gorriones y jilgueros.
Ah, cmo tiembla la rama, alisos y sauces
cmo se esconde el viento, cmo te abraza
la sombra sin hacer dao a tu espalda
tus pasos avanzan y rompen el silencio
de las calles aviesas de mi pequeo pueblo!En la casa vecina quin toca el arpa?
El violn de la penumbra entona el canto
del agua. Las notas bailan en la plaza
con el lucero que brilla apenas en el cielo,
gimen los rboles en sendas y quebradas.
Ahora nuevamente la noche, y el olvido
pasa aullando entre las casas, el olvido
que viste de labriego, que es gan
y siente hambre en el destino, el olvido
que nos hizo canteos y que ahora olvidando
no sentimos fro, porque el fro es hueso
chacarero que germina en el surco
amaneceres del pobre, luces en sus manos,
germina manantiales de igualdad y justicia
en el pecho canteo que crece con su arado.Ests sobre tu anda sonriente, bella.
Ests sobre tu anda sonriente, bella
mirando el campo con tus ojos lindos,
rostro, sonrosado,
Virgen Mara de la Cueva Santa.Te miro me miras,
cunto recuerdo se agolpa en mi alma...
Hasta ti llego mi madre pidiendo consuelo
cuando el pan faltaba
y como por encanto el trigo espigaba,
la vaca tenia becerrillo saltando en la pampa...Recuerdo a mi padre sin decir palabra
cuando la sementera secaba por falta de agua,
mirarte, decirte en silencio
que una herida le sangraba el alma
y que por favor lloviera
y cuando menos pensbamos,
ya estaban los surcos sazonando frutos,
ya estaban las rejas
nuevamente abriendo la tierra
rompiendo terrones
para la simiente del proximo ao.Hasta el pie de tu anda llego el pueblo entero
llorando a sus muertos
cuando la injusticia hace muchos aos
invadi sangrienta el pecho de octubre.Triste Pariamarca! se lleno de balas
porque en esta patria
la vida del pobre nada vale nada;
sin embargo nuevamente la esperanza
floreci en la fe a la Virgen de la Cueva Santa...Ahora estas linda, recorres las calles
con manto dorado.
Eres nuestra fuente, eres nuestra vida,
madre buena, eres nuestra abuela,
el pasado mismo
de los que hemos nacido en esta tierra.Por eso de lejos llego hasta tu templo
a prenderte un cirio, a pedirte bendigas
los pasos del camino;
yo creci en tu regazo
libre como el viento, cantando en el campo
junto al ro agomayo,
y he viajado bastante, tengo el rostro cansado,
aqu estn mis hermanos, mis amigos
-algunos ya se han ido-.Madre ma, ojal esta no sea una despedida,
pero te pido
que bendigas a nuestro pueblo
para que florezca siempre en los surcos
el trabajo, la justicia...la vida.Virgen Maria de la Cueva Santa!Pueblo azul de mis sueosPueblo azul de mis sueos,
Pariamarca,
nuevamente en tus campos
hay un da con brillo
donde el sol es el canto
de color y de aroma
y yo un pequeo jilguero
que trinando en la rama,
recogiendo sus pasos,
vuelve a vivir de la infancia
(qu lejana y qu cerca
de inmensa alegra.
Vuelve a sembrar en los surcos
El amor de otros tiempos,
con huaynos, palabra y guitarra,
colorada cantuta
de la pea ms alta,
Pariamarca, mi tierra,
tan hermosa y tan buena,
matizada de encanto,
del sonido del agua
cuando es cuerda de arpa
en las noches de luna
y yo un lucero perdido
en tu cielo, en tu nube,
en tu nombre querido:
Pariamarca,
mi pueblo tan sencillo,
tan pequeo y tan grande.
Es mi pueblo con palomas
que vuelan de Misane
a mi sangre florecida
de sueos y yo vuelvo
empolvado de aos
a mirar mi pasado,
a mi madre peinando
los cabellos del tiempo,
calentando la vida
en fogones de lea;
en Pampalegre
el corazn ardiendo
a la hora del crepsculo
con la candela del canto.
Ahora estoy solo y hay silencio,
un zorzal herido trina
en el sauco de la casa
y la tarde es la espiga
que me mira desde el surco.
Aquirhuaca,
barrio de Pariamarca,
donde bailan las estrellas
en noches de serenata,
Jurnupampa,
ah la plaza el templo
donde se venera
a la Virgen de la Cueva Santa,
abriendo sus brazos
para que aniden las penas
y las torcazas que vuelven
surcando los aires,
buscando carios
con risas o lgrimas
a la tierra linda
donde nacieron:
Pariamarca, tierra ma,
tan pequea y tan grande!Mi msica llega suspirando un poemaS muy bien que nadie me esperar
en la casa
donde crecieron los ojos de la infancia
y fueron mis pasos la luz de la maana.Ya se fueron, ya no estn
los que estuvieron zurciendo mi alegra
al corazn de sus caminos,
ellos tejieron esperanzas,
ilusiones en el hijo,
ojal no se le antoje ser guitarrero o poeta.Y qu curioso, hoy da,
lleno de nostalgia, mi msica llega
suspirando un poema,
trae recuerdos y penas en su mochila vieja,
llega levantando polvareda
de tierras lejanas
al pueblo,
a mi pueblo tan pequeito y tan grande
por la calle principal que da a la plaza.Tanto trechos recorridos,
tantas cuestas
que las espinas florecieron en mi manos
y fueron mis canciones
heridas y alegras,
de cadas, avances, silencios y bullicios,
almacenados en amores y dolores,
pero sobre todo,
hice de mi vida poesa,
amada poesa con la sangre de la horas. Ahora nuevamente estoy aqu
en mi tierra,
en mis hierbas, en mis campos,
en mis cerros,
nuevas voces me saludan,
no me reconocen,
miran mis zapatos, el aire extrao aventurero,
el rostro cansado,
mis cabellos canos,
quin ser este errante que busca su nombre
entre las paredes de una casa antigua.Soy el que hace cantos
cogiendo suspiros
y con las ortigas hago hierba buena
cuando mis palabras
se vuelven poema
tocando una puerta,
preguntando siempre y el silencio:
ya no estn, hace tiempo se han ido!Yo mismo quin soy,
una sombra callada
que asoma a su pueblo con el vuelo errante,
gaviln de estos lares
de poema y guitarra.Este es mi pueblo
Este es mi pueblo. Lo s. La tarde durmiendo
silenciosa entre sus casas
y mi nombre aqu,
polvo de ayer y de infancia;
s de esta calle primera
que llueve das y aos
de Pampaalegre a la plaza,
de los rboles y el viento
que siguen cantando al agua.Aqu viva el arpa
agujereando silencios,
ms all don Shalo y Felipe y Elas,
y el sol de este camino
que sigue yendo a Agomayo
a lavar la luz del canto
para que seque sonrisas
los chilcos de la quebrada.Igual desde aquel entonces
el taller del zapatero
y la trtola que arrulla
nidos de vieja quilla.
Por la acequia del medio
sigue rumoreando el tiempo
mientras los chanchos
revuelcan costumbres en pleno barro.Y ladra,
ladra la sombra como perro bravo
a mi paso extrao:
-A qu vienes, peregrino?
de dnde llegas?
- No han cado mis alas
he volado a otros lares;
estoy llegando con silbido y guitarra
a Pariamarca, mi tierra.Quise llegar de maana,
pero la vida
la vida atardeci mi palabra.Llamo en esta casa.
No est mi pecho. No est la espina.
Slo un cerco aoso derruido acaba.Le ha crecido musgos al olvido
y del eucalipto las hojas
mil veces han cado.
Pero el cielo azul para arriba
entre nubecilla blanca
y cerro azulenco triste,
dejando volar golondrinas
con ojo cristalino mira,
mira los pasos y la sangre
de la herida:
Para qu las hojas
si la sombra es muda?Sigue llorando la Pila Vieja
lgrimas de despedida
cuando desde Gacsire
la brisa es nia risuea
que de pena sube,
sube en pea
con traje de luz
que anida siendo jilguero
y paloma
en la tarde pueblerina.Aqu la sangre otros das
fue mano de la injusticia.
Murieron los campesinos
entre noches de madrugada
de aquel octubre de balas.
Quin te dio poder, asesino,
para quitar la vida?
Todava ahora, en la patria,
cada hora,
se acribilla la sonrisa
labradora del obrero.Seguro en esta tarde
est dorndose el pan
en el horno del to Quimesh:
tostaditos comparemos, Yayo,
dulces bizcochos de a veinte
y una niez con canasta de pueblo,
terrn y chacra,
mientras el humo ascendiendo
hace volar suspiros
entre fogones y lea.Despus Eduvio saca la bandolina,
Angel guitarra de amores
con temple de queja herida
veo mirando el tiempo
de la ventana cerrada-,
y vamos de esquina en calle:
dale, Javicho, a la noche
un sopetn de recuerdos
con estribillo de junio!Serpenteando
bajan por senderos
los labriegos,
puos de pala o machete.
Ay la barreta, to Pinto,
astillando luces
se quej en la piedra,
rotur la melga!Las lampas llegan de lejos
entre sombreros cansados.
Mi padre no viene hoy da
por donde siempre vena.
Estoy sintiendo sus manos
en el callo de las chacras,
por el polvo de los surcos
donde crece su figura
como terrn madurado;
pero no viene hoy da
por donde siempre vena.Este es mi pueblo
con el mismo canto
rumoreando huayno.Lo s.No me confundo.En los techos relumbrando
crepsculos de hierba,
con balidos que bajan
y la sombra que sube
con un manto negro y fro.Ms lea, muchacha,
a los fogones
para la merienda de luceros
y que arda
de espiga en espiga
la candela de la vida!Buenas tardes, gan.
Cmo va la yunta
bajando al silencio!
Un trago risueo
es guapido eterno
en el arado
cuando avanza,
avanza y no cansa
la danza de la siembra:
vamos,
negrito,
vamos,
con el overo,
overo,
llega, overo
con el negrito.El surco se abre,
la gleba es fecunda
por eso torcazas
siembran zureos
de roco y trbol
cuando no es guijarro
lo que hiere el alba,
sino el grito macho
del gan que canta,
que trabaja y canta
mirando a su tierra:
Pariamarca.La misma chingana
cerca de la plaza
donde palomas
picoteando al viento
bajan de Misane
a saber qu dicen
las campanas
desde las torres del templo,
mientras los nios
juegan los mismos
juegos del trompo de Gangayllo.Aqu est la casa
junto a la rinconada
de Jurnupampa-
solitaria,
sin el aliento de la maana,
sin la madre
que se fue diciendo
que volvera
sino llorbamos su partida.
Pero, aita querida,
cmo rer si en el patio
slo las hojas secas
y la mosca azul
que vuela
desangrando heridas
nos acaba el alma.Aquirhuaca,
barrio de la esperanza,
desde donde los gorriones
agostando nubes,
rejuntando granos,
vuelan en alas del roco
y me siento nio
travieso de sueos,
corriendo,
corriendo entre caminejos
de Warinwasi
que el chivillo calla
cuando alguien canta.Descalza inocencia
que huele a tierra mojada,
a orongos ronroneando
entre heliotropos
de la quebrada.Cmo el picaflor
no acaba su pico largo
entre los ptalos de la maana
con que se viste el verano.Este es mi pueblo.Estoy sintiendo.Arpa y violn
entonando a la flor de mayo,
a las faldas de Paucalto
donde el viento
perdi su nombre
y naci el verso de los puquiales,
de manantiales como tus ojos,
muchacha linda,
ingrata negra,
china ojerosa,
naci el poema.Labios de shillwaita
creciendo a media cuesta
y Pablo y Quilesh y Vito
queriendo coger tu pelo
que se va por Quinsapuquio
como la nube de enero.Y si nos moja la lluvia
con relmpagos y truenos,
Pariamarca, tierra ma,
haz que salgamos al campo
a bailar con un pauelo.Han oscurecido las calles.
Los grillos en los cercos
conversan con la sombra.La luna
no s si saldr hoy da
brillando por los cerros,
por eso, creciendo la alegra
como hierba de la vida,
dejo este poema
de repente como una despedida.Surcos y sembrosCon la reja que se hunde sonriente
roturamos la tierra apelmazada
con oficio, con ganas, con cario,
dirigimos la lnea destrozando
la gleba endurecida de la chacra.
Alegres ojos de alba campesina,
tomamos la luz en la maana,
el viento de quebrada deshierbada,
en la pampa de trboles blanquizcos,
en la anchaca con flores amarillas
forjamos la herida y la alegra.Con la yunta de testas desafiantes
somos gaanes de esta madrugada,
hemos amarrado las coyuntas
asegurando, ligeros, el yugo alisado
en los cuernos del toro blanquinegro,
delante del morrillo colorado
ajustando el apero largo y resecado,
encajando la mancera al puo duro
para disponer la reja del arado.Con la coca contenta edulcorada,
fumando la ilusin de un cigarrillo,
bien boleados empezamos la tarea,
de canto a otro canto de la melga
es larga largusima la ruta roturada,
pero ah est el guapido macho
y sensitivo que avanza en la maana
antes que el sol alumbre su contento
en el vuelo de zorzales trinadores
en gredas, en piedras y montales.Ya est el calor en medio del barbecho
dibujando sombreros enflorados
con rosas, claves y carios familiares.
Dale, toro, torito, toro avanza,
mi negrito derecho, dale, bajo, bajo,
para arriba, ahora, vamos, vamos,
vuelta y vuelta para la otra melga.
Paso a paso adustos entonando,
gota a gota sudando sobre el surco,
avanzamos con la yunta sembradora.El nio guiador repite la tonada
y le aumenta al ritmo: vamos, negro,
cra de la vaca colorada y del Canoso,
t eres de los buenos abrileos
en las chacras de la toma, de la falda
en Pampaimarca, Warinwasi, arriba
en Airawanka invencible rompes
el misterio virginal de los terrones,
te toca, blanco, blanquito, eres bueno,
mueves la cola alegre y la tierra salta.Larga es la jornada en cada vuelta
y bailan nuestros brazos de contentos
para ganar la chicha fresca y espumosa
del calor agobiante al medio da.
Detrs vamos desterronando cicatrices
dale con las manos, con la fuerza,
y las mujeres con quipes colorados
al borde del barbecho escogen la simiente.Luego del descanso, con la reja grande,
abrimos surcos, enterramos semillas
de la papa cantea, de la wamantanga
la wairo, la amarilla y de la chaucha;
detrs del gan, paso a paso, avanzamos
entonando el ritmo, alegra de campo,
entusiasmo de vida, de sonrisas y afanes,
son muchos los brazos incansables
y sudorosos de paisanos labradores.Grande la simienza de rayas aparejas,
en medio del barbecho se pone la cruz
de cantuta blanca, rojas, amarillas,
sonrosadas de aurora matiz de arco iris
crepsculos y manantiales cristalinos.
Y la gente canta: Pon la semilla, tu vida
en el surco de papita blanca, negrita
negra ojona, alegre, como la luz del da.Despus de la jornada, al borde de la chacra,
descansamos gustando dulzuras de coca
labradora y el aguardiente naranjilla,
los bueyes rastrojean el pasto seco
entre las piedras y montculos de cercas.
Los nios bullentes juegan en la pampa
y las mujeres enfloradas y hacendosas
sirven en platos humeantes el patache,
hierba buena, aj y papa sancochada.Llega la noche encendida de luceros,
el cielo es voz azul de arpas y violines
que hacen msica danza de la tierra.
La fiesta de la siembra sigue y sigue.
Qu arpegios y sonidos, son colores
y flores de alegra, baile de la vida
para que germine y crezca la semilla.
Las matas sern verdes en los surcos
cultivadas por manos chacareras
crecern al conjuro de los vientos,
deshierbadas con riegos y carios
madurarn para la cosecha venidera.