Instituto de Docencia, Investigación y Capacitación Laboral de la Sanidad
ENFERMERIA EN SALUD MENTAL Y PSIQUIATRIA BULIMIA NERVIOSA
Profesores: Lic. Barrera, Alejandra Lic. Olivares, Glenda Integrantes:
Jiménez, Jesica.
Jofré, Carina.
Malla, Gabriela.
Quintana, Claudio.
Quintana, Marcelo.
Cohorte: 3ro. D.
Mendoza, 21 de mayo de 2010.
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ÍNDICE
Índice …………………………………………………………………………… 1
Introducción …………………………………………………………………… 2
Bulimia nerviosa………………..…………….………………………………. 3
Características diagnósticas........................................…………………….. 3
Subtipos de métodos de purga………………………………………………. 4
Síntomas y trastornos asociados……………………………………………. 4
Síntomas dependientes de la edad y el sexo……………………………… 5
Prevalencia………………………………....………………………………….. 5
Curso……………………...…………………………………………………….. 5
Patrón familiar……………………………………………………………….… 5
Diagnóstico diferencial……………………..………………………………… 5
La bulimia nerviosa desde la perspectiva de la enfermería psiquiátrica.. 6
Conclusión……………………………………………………………………… 10
Referencias…………………………………………………………………….. 11
Anexos…………………………………………………………………………… 12
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INTRODUCCIÓN
La bulimia nerviosa, trastorno de nuestros días es un tema preocupante,
los medios de comunicación, las nuevas tendencias a la moda, y el continuo
mercadeo exponen a cientos de jóvenes a tener que estandarizarse, producto de
una presión social. Lo que los lleva a situaciones psicofísicas que alteran su
calidad de vida.
Por lo cual, en el presente trabajo, abordaremos, el tema bulimia nerviosa,
desde una perspectiva psico-física, exponiendo las causas y consecuencias de
este padecimiento.
Finalmente, desde nuestro punto de vista como futuros enfermeros
profesionales, daremos una conclusión sobre el tema a tratar.
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BULIMIA NERVIOSA
Características diagnósticas
Las características esenciales de la bulimia nerviosa son:
Atracones: Consumo a lo largo de un período corto de tiempo de una
cantidad de comida muy superior a la que la mayoría de los individuos comerían;
que generalmente se producen en un promedio, de dos veces por semana
durante un período de 3 meses. Los atracones, son por lo general de dulces y
alimentos de alto contenido calórico, como helados y pueden durar hasta que el
individuo ya no pueda más, incluso hasta que llegue a sentir dolor por la
plenitud.Los individuos con este trastorno se sienten, muy avergonzados de su
conducta e intentan ocultar los síntomas. Por lo que los atracones, los realizan a
escondidas.
Este tipo de conducta se puede ver afectada por: ánimo disfórico,
situaciones interpersonales estresantes, hambre intensa secundaria a una dieta
severa o sentimientos relacionados con el peso, la silueta o los alimentos.
Los atracones también se acompañan por una sensación de falta de control,
el individuo puede estar en un estado de excitación cuando se atraca de comida,
otros padecen síntomas de naturaleza disociativa.
Métodos compensatorios inapropiados para evitar la ganancia de peso:
Muchos individuos utilizan el vómito inducido, este método de purga lo emplean el
80-90% de los sujetos. Los efectos inmediatos de vomitar consisten en la
desaparición del malestar físico y la disminución del miedo a ganar peso. Estas
personas pueden utilizar gran variedad de técnicas para provocar el vómito, con
los dedos o con diversos instrumentos. También pueden utilizar laxantes y
diuréticos, y muy de vez en cuando emplean enemas. Algunas veces, estos
individuos pueden estar sin comer uno o más días, o bien realizar ejercicio físico
intenso. Excepcionalmente, los individuos con este trastorno toman hormonas
tiroideas con el fin de no ganar peso.
La autoevaluación está influida por la silueta y el peso corporal: Estos
pacientes padecen el miedo a ganar peso, el deseo de adelgazar y el nivel de
insatisfacción respecto a su cuerpo.
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Subtipos de métodos de purgas:
Tipo Purgativo: El enfermo se provoca el vómito, y hace un mal uso de los
laxantes, diuréticos y enemas durante el episodio.
Tipo no Purgativo: El enfermo emplea otras técnicas compensatorias
inapropiadas, como ayunar o practicar ejercicio intenso, pero no se provoca ni
hace un mal uso de laxantes, diuréticos o enemas durante el episodio.
Síntomas y trastornos asociados:
Características descriptivas y trastornos mentales asociados: Los
individuos con bulimia nerviosa se encuentran dentro del margen de peso
considerado normal. El trastorno puede aparecer en individuos con obesidad
moderada y mórbida. Algunos, antes de presentar el trastorno, pueden mostrar un
sobrepeso.
La frecuencia de síntomas depresivos es alta (baja autoestima), al igual
que los trastornos asociados al estado de ánimo (distímico o depresión mayor).
En la mayoría de los casos, los trastornos del estado de ánimo preceden a la
bulimia nerviosa, al igual que la ansiedad, como así el abuso de sustancias o del
alcohol.
Hallazgo de laboratorio: Las purgas conducen con frecuencia a la pérdida
de hidroelectrolíticos y de ácido clorhídrico, determinando una alcalosis
metabólica (bicarbonato sérico elevado) y abundantes diarreas por el uso de
laxantes. Algunos presentan niveles elevados de amilasa, debido al aumento de
isoenzima salivar.
Hallazgo de exploración física y enfermedades médicas asociadas:
Los vómitos recurrentes pueden dar lugar a una pérdida significativa del esmalte
dental. Estos dientes pueden resquebrajarse y parecer rotos o carcomidos. En
algunos sujetos. Las glándulas salivales, la parótida, se encuentran aumentadas
de tamaño. Los enfermos que se inducen el vómito, pueden presentar callos o
cicatrices en la superficie dorsal de la mano. Se han descripto también, miopatías
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esqueléticas y cardíacas graves en los sujetos que toman regularmente jarabe de
ipecacuana para inducir el vómito.
En las mujeres con bulimia nerviosa, a menudo presentan irregularidades
menstruales o amenorrea. Los individuos que toman laxantes pueden presentar
dependencia a este tipo de fármaco. Los desequilibrios electrolíticos producto de
las purgas, llegan a veces a ser la suficiente importancia como para constituir un
problema médico grave.
Síntomas dependientes de la cultura, la edad y el sexo:
La bulimia nerviosa afecta a individuos que habitan países industrializados,
la mayoría de raza blanca, y un 90% son mujeres.
Prevalencia:
Se da entre mujeres adolescentes y jóvenes adultas, entre 1-3% y en
varones es diez veces menor.
Curso:
Este trastorno se inicia generalmente, al final de la adolescencia o al
principio de la vida adulta. El curso puede ser crónico o intermitente, con períodos
de remisión que se alteran con atracones.
Patrón familiar:
Hay una mayor frecuencia de trastornos del estado de ánimo y de
dependencia y abuso de sustancias en los familiares de primer grado. También
puede existir una tendencia familiar a la obesidad.
Diagnóstico diferencial:
A los individuos con atracones, se los suele diagnosticar con anorexia
nerviosa, tipo compulsivo/purgativo y no se lo establece como diagnóstico
adicional de bulimia nerviosa.
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La bulimia nerviosa desde la perspectiva de la enfermería
psiquiátrica:
Valoración:
Patrón mantenimiento de la salud/percepción de la salud.
Incapacidad para controlar los sentimientos.
Negación de problemas de salud.
Hipervigilancia sobre el peso y la forma del cuerpo.
Uso de alcohol, cafeína, nicotina u otras drogas.
Patrón nutricional/metabólico.
Registra a diario ingesta de alimentos.
Atracones de comida.
Conducta purgativa, incluyendo vómitos, ejercicio intenso y rápido.
Uso de diuréticos, laxantes y pastillas de adelgazamiento.
Obsesión por contar las calorías.
Esconder y acumular comida.
Frecuentes fluctuaciones en el peso.
Bajo peso (por lo menos 15%) del peso corporal ideal.
Incremento en la incidencia de problemas dentales, incluyendo las
caries.
Pérdida del cabello.
Piel seca y amarillenta.
Patrón eliminación.
Descomposición o diarrea.
Uso de laxantes y diuréticos.
Obstrucción de la vejiga.
Patrón ejercicio/actividad
Ejercicio compulsivo.
Estilos de vida sedentarios.
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Trastornos de las actividades diarias normales.
Patrón descanso/sueño.
Incapacidad para dormir sin interrupciones.
Patrón percepción/cognitivo.
Dificultad de concentración.
Percepción distorsionada de la imagen corporal.
Patrón autoconcepto/autopercepción.
Percepción del hábito alimentario como una conducta problemática.
Preocupación con la comida.
Descripción de uno como “gordo” incluso cuando está demacrado.
Sobrepreocupación, con intenso miedo a ganar peso.
Culpabilidad y vergüenza.
Autoconcepto negativo.
Obsesión con la imagen corporal y la apariencia.
Sentimientos de impotencia.
Patrón relación de roles.
Patrón familiar sobreprotector.
Expectativas familiares altas y no realistas.
Cambio de rol, caracterizado por sentimientos de responsabilidad
para alimentar a los padres.
Evitación de relaciones íntimas.
Patrón reproducción/sexualidad.
Historia de amenorrea.
Atrofia del pecho.
Confusión o ansiedad sobre el rol sexual.
Promiscuidad.
Desarrollo psicosexual significativamente retardado.
Disminución de la libido.
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Patrón afrontamiento/tolerancia al estrés.
Uso de alimentos y de las conductas alimentarias como mecanismo
primario de afrontamiento.
Incapacidad para identificar y nombrar los sentimientos.
Ansiedad.
Depresión.
Dificultades en el control de los impulsos.
Abuso sexual o incesto.
Baja autoestima.
Uso o abuso de sustancias.
Patrón creencias/valores.
Incapacidad para alcanzar logros o metas.
Creencia de que el perfeccionismo es inalcanzable.
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Principales diagnósticos de enfermería.
Diagnóstico de enfermería Criterio de resultado
Alteración de la nutrición, menor que los
requerimientos corporales, relacionada
con un rechazo a la comida, actividades
purgativas o excesivo ejercicio físico.
Ayudar al paciente a reducir la incidencia de la restricción
de alimentos y de las conductas de purgación.
Potencial de nutrición alterada, menor
que los requerimientos corporales,
relacionadas con atracones y purgas.
El paciente no mostrará signos de atracones y purgas.
Alteración de la imagen corporal
relacionada con la percepción equivocada
sobre la apariencia física del paciente.
Ayudar al paciente a que verbalice la percepción errónea
de la imagen corporal, incluyendo la forma y la talla.
Déficit de conocimientos sobre la nutrición
y los trastornos de la alimentación.
Informar al paciente sobre nutrición y los trastornos de la
alimentación y sus influencias en el bienestar físico y
emocional.
Potencial de lesión relacionado con el
ejercicio excesivo o conductas
potencialmente perjudiciales.
Ayudar al paciente a mantener una seguridad personal.
Alteración de los procesos familiares
relacionada con un sistema familiar
disfuncional relacionado con un sentido
alterado de perfeccionismo,
sobreprotección o caos.
Ayudar al paciente y la familia a identificar roles, reglas y
rituales que impiden la autonomía, un funcionamiento
diferenciado entre los miembros de la familia que
contribuye a la aparición de trastornos de la alimentación
del paciente.
Negación inefectiva relacionada con una
falta de conocimientos sobre los peligros
reales o potenciales asociados a los
trastornos de la alimentación.
Desafiar la negación del paciente y facilitarle la
participación en el plan de tratamiento.
Alteración de la interacción social,
relacionada con retirada del grupo, miedo
al rechazo y preocupación por las
conductas o rituales alimentarios.
Ayudar al paciente a desarrollar estrategias positivas que
faciliten la socialización.
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CONCLUSIÓN
Como futuros enfermeros, hemos llegado a la conclusión que la bulimia
nerviosa, es un trastorno que requiere de la participación activa de la familia y del
grupo médico y enfermeros, a la hora de una recuperación en el paciente.
Es importante, el diálogo y el afecto para que el enfermo se sienta
contenido y aceptado.
El llegar asimilar dicho trastorno requiere de un continuo trabajo psico-físico
junto a su entorno, esto le posibilitará al paciente la posibilidad de reinsertarse en
su ambiente, queriéndose y aceptándose como persona.
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REFERENCIAS
Bernabeu Tamayo, D. (2006). Enfermería Psiquiátrica en Salud Mental.
Tomo I y II 2º edición. Barcelona, Ed. Monsa.
DSM-IV Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales.
(1998). 4º edición. Barcelona, Ed. Masson.
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ANEXOS
El problema en cifras
Según la investigación "Alteraciones Alimentarias en niños y adolescentes
argentinos que concurren al consultorio del pediatra" (Bay, L.; Herscovici, C. R.;
Kovalskys, I.; Berner, E. et al, 2005) la prevalencia de sospecha de trastornos
alimentarios en una muestra nacional de varones y mujeres de 10-19 años es de
3,36 casos femeninos por cada caso masculino. La distribución por edad mostró
una concentración entre los 14 y 15 años, con un pico de prevalencia a los 19
años. Entre los casos estudiados, se confirmó el diagnóstico de esta clase de
trastornos en el 6,95%, que se distribuyó de la siguiente manera: 6,6% trastorno
alimentario compulsivo, 0,05% bulimia, 0,3% trastornos alimentarios no
especificados y 26,4% sobrepeso y obesidad.
Este estudio demuestra que, cuando los trastornos alimentarios son definidos en
forma rigurosa, y evaluadospor medio de una metodología apropiada, la
prevalencia de la Argentina es comparable a la de otras poblaciones de América y
de Europa Occidental. Sin embargo, y probablemente vinculado con la elevada
prevalencia de sobrepeso y obesidad, el trastorno alimentario compulsivo fue el
más frecuente. Además, pone de manifiesto que ser mujer, tener sobre peso y
tener más edad son factores que, interrelacionados, están asociados a problemas
y trastornos alimentarios.
Fuente:http://www.educared.org.ar/entrepadres/dossier/formatod.asp?id=3&pag=3&tra=13
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Los casos de bulimia y anorexia crecen en Argentina
09/12/04
Las estadísticas dicen que 1 de cada 25 adolescentes sufre algún desorden alimentario y de
ellas, el 10% padece bulimia y/o anorexia. Desde hace algunos años, la Argentina es el
segundo país -después de Japón- con los índices más altos de casos de bulimia y anorexia
en el mundo.
Según la Asociación de Lucha contra la Bulimia y la Anorexia, las consultas
aumentan al acercarse el verano: sube entre un 20 y un 30%, y las jóvenes en
tratamiento incrementan los síntomas.
Los resultados de este año de la campaña "Prevención de Anorexia y Bulimia.
Detección de familias en riesgo", dan que el 22% de los consultados presenta
riesgo familiar de patología alimentaria. Si bien afecta en mayor proporción a
adolescentes y jóvenes, baja cada vez más la edad de inicio. Se ven trastornos en
niños desde 4 o 5 años. Estas consultas se triplicaron en el último año.
Según la OMS (Organización Mundial de la Salud) el 15% de quienes padecen
anorexia, mueren a causa de estas patologías.
"No se puede hablar de patología alimentaria sin preguntarse por el contexto que
la favorece. La anorexia y la bulimia existen desde que el hombre empezó a
comer. Pero recién en la segunda mitad del siglo XX se manifiesta en forma
masiva. Este aumento guarda una estrecha relación con el cambio cultural. El
individualismo es el sustento filosófico de nuestra cultura. Otra peculiaridad es la
estética de lo efímero. En el contexto de una cultura cambiante y consumista, el
concepto de familia se relativizó, cayó en desuso", dice Mabel Bello, asesora
médica de ALUBA.
Una patología alimentaria es una alteración en la conducta de comer, pero lo
fundamental es la alteración en la conducta. "No guarda una relación directa con
la comida, la raíz de la patología es la inmadurez. El origen psicológico-emocional
revela por qué son los jóvenes los más vulnerables: porque tienen miedo a crecer,
a vivir", explica Bello.
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"La patología alimentaria es una adicción de todas las clases sociales y niveles
económicos. Los adictos pierden su autoestima, deterioran su personalidad y no
consiguen ser independientes ni autosuficientes. Y pueden tener problemas en el
colegio, en el trabajo, con la familia. Si la adicción no se trata, puede llevar a la
muerte", explica Bello.
En cuanto a la prevención, la especialista acuerda con mejorar la comunicación
familiar: "Hay prácticas que sólo los padres pueden inculcar, como evitar las
dietas de moda; establecer horarios para las comidas y ayudarlos a integrarse
socialmente a la vida".
La anorexia es una enfermedad mental que ocasiona una pérdida voluntaria de
peso, con origen en el deseo patológico de adelgazar y en un intenso temor a la
obesidad. Y la bulimia es un síndrome caracterizado por episodios repetidos de
ingesta excesiva de alimentos (atracones) y por una preocupación exagerada a
controlar el peso, lo que lleva al enfermo —por ejemplo— a provocarse vómitos
repetidos o tomar laxantes en exceso.
Fuente: http://www.gordos.com/Noticias/detalle.aspx?dieta=648