De lo absoluto a lo relativo, al compás del tiempo.
Einstein Albert. Infeld Leopold. (1982). La Fí-sica: Aventura del Pensamiento. Buenos Aires. Ed. Losada. 111-166 pp. Einstein Albert (2005). Sobre la Teoría de la Re-latividad Especial y General. Madrid. Ed. Alian-za. 13-75 pp. Gamow George. (1985). El Breviario del Señor Tompkins: en el País de las Maravillas la Investi-gación del Átomo. D.F. Ed. Fondo de Cultura Económica.17-42 pp. Hawking Stephen. (1988). Historia del Tiempo. D.F. Ed. Crítica.115-153 pp.
Fuentes consultadas
Autores:
Jiménez Guevara Enrique
Martínez Aguilar Franco
Prior Ramos Francisco Javier
Quintero Millán Paula Yaremi
Profesor asesor:
Flores Téllez Jesús
Institución:
Centro Universitario México
Introducción
Objetivo
Metodología
Resultados
Conclusiones
“¿El tiempo es un conocimiento que sacamos de
la experiencia?, ¿o está en nosotros a priori? ¿Es
el tiempo mismo, la facultad de conocer?”, plantea
Immanuel Kant, im-
portante filósofo del
siglo XVIII; en reali-
dad no hay una defi-
nición exacta de lo
que es el tiempo, ni
podemos asegurar
que estamos vivien-
do una realidad ¿o
si podemos? ¿Tenemos realmente una definición
del tiempo? A medida que han pasado los años, el
hombre ha podido entender un poco más su
“realidad”, somos una civilización totalmente
avanzada, llegamos a la Luna e incluso se está
planeando , la expedición a Marte, entonces, ¿qué
es lo que hace que no podamos tan siquiera defi-
nir el tiempo? Como dice Frank Ankersmit,
“somos lo que ya no somos”, si queremos definir
el tiempo o acercarnos un poco a su naturaleza y
comprenderlo, tendremos que remontar a tiempos
antiguos y enfrentarnos a obstáculos tanto episte-
mológicos como filo-
sóficos, para tener
la facultad de decir
qué es el tiempo.
Los primeros intentos
de definir una medida
del tiempo la encon-
tramos en los egipcios
que dividieron el día
en dos periodos de
doce horas, así como el año en 365 días. Se dise-
ñó el Sechat; que era la medición del tiempo por
medio de la proyección de la sombra de un obelis-
co. Para los griegos los dos términos principales
eran Kairos y Cronos. Kairos significaba tiempo en
el sentido particular de ocasión o momento opor-
tuno, aunque también tenía otras acepciones. En
cambio Cronos, hijo de Urano y de Gea, se conce-
bía como el cambio o transformación permanente
de lo concreto.
La dependencia del hombre respecto a la natura-
leza se traduce en la percepción del hombre y el
mundo formando una estructura única, estructura
que se rompería hasta el renacimiento en donde
se comenzará a ver al hombre como uno, como
ser dueño de su vida y destino, por lo tanto, ser
dueño de su tiempo.
San Agustín dice del tiempo: “El tiempo se concibe como la percepción de un hecho psicológico, como la experiencia interna del alma, lejos aún del carácter abstracto y objeti-vo que ira tomando gradualmente a partir de la mecanización del tiempo.
Galileo nos dice que el movimiento es relativo al observador, pero que el tiempo es absoluto. Newton dice: “El tiempo absoluto, verda-dero y matemático, en sí y por su propia naturaleza sin relación a nada externo fluye uniformemente. El tiempo relativo, aparente y vulgar es una medida sen-
sible y exterior, precisa o imprecisa, usada por el vulgo en lugar del verdadero tiempo Kant señala que el tiempo adquiere sentido sólo dentro del sujeto; así, una vez salido de él no significa nada. Su validez filosófica es con acuerdo a los fenómenos.
Realizar una investigación sobre los aspectos re-
lacionados con el concepto del tiempo desde la fi-
losofía y la ciencia
Se realizo una investigación
documental sobre la naturale-
za del tiempo en libros tanto
de filosofía como de física.
Con el progreso de la historia se fueron perfeccio-
nando las diferentes concepciones sobre el tiem-
po gracias a varios científicos, estos avances cul-
minan con las teorías de relatividad publicadas
por Albert Einstein en las que el tiempo se puede
dilatar, es decir, es relativo.
La imagen que se encuentra directamente arriba
es una representación gráfica del movimiento de
la luz y todo objeto o información a través de el
espacio-tiempo cuatridimensional en el que vivi-
mos. Este sirve como ejemplo para ejemplificar el
que todo lo que nosotros percibimos mediante
nuestros sentidos tardo cierta cantidad de tiempo
que todo lo que nosotros percibimos mediante
nuestros sentidos tardo cierta cantidad de tiempo
en alcanzarnos, es decir, que sucedió antes de la
experiencia, por lo cual podemos ver que vivi-
mos en el pasado, ya que siguiendo este pensa-
miento nada de lo que percibimos empíricamente
sucedió en ese instante, por lo que no vivimos por
lo menos mediante nuestros sentidos en el pre-
sente.
A partir de la investigación realizada, podemos ob-
servar que el
Tiempo es un con-
cepto que puede
definirse a partir
de dos aspectos:
uno subjetivo y
sensorial; otro ob-
jetivo y operacio-
nal. La Filosofía se encarga de marcar claramente
que el tiempo es una necesidad para nuestro ser
psicológi- co, que permite
compren- der la sucesión de
los even- tos que intervie-
nen en la vida del ser hu-
mano y que no tiene una
realidad fí- sica, esto es, sim-
plemente es una abstracción y creación mental
que ha generado el hombre a partir de la interac-
ción de sus sentidos con el entorno.
Por otra parte la ciencia considera al tiempo co-
mo la magnitud que permite dar sentido a la cau-
salidad de los fenómenos naturales, ya que orden
claramente el momento en que se presenta la
causa y se genera el
efecto en un fenómeno.
Podemos observar que
en la historia de la cien-
cia se presenta dos mo-
mentos en la compren-
sión del tiempo. Una
donde es considerado como una magnitud absolu-
ta que es independiente del observador o sis-
tema de referencia y en la cual hay un tiempo úni-
co para todo el universo; y otra donde el tiempo es
relativo, por lo que cada observador tiene una
percepción diferente.