Henry MorganEste artículo trata sobre Henry Morgan, filibustero. Para otros usos de este término, véase Henry
Morgan (desambiguación).
Sir Henry Morgan en un grabado del libro de Exquemelin, Piratas de América, del siglo XVII.1
Henry Morgan (Llanrumney, Gales, Reino de Inglaterra, c. 1635 – Lawrencefield, Jamaica,25 de
agosto de 1688), o Sir Henry Morgan, fue un filibustero galés. Hijo de un rico labrador, dejó su hogar
para acabar residiendo en la isla de Jamaica, donde empezó a asociarse con otros filibusteros de la
época, como Christopher Myngs y el neerlandés Eduard Mansvelt , de quien fue seguidor.2
En connivencia con los gobernadores jamaicanos, bajo autoridad británica, y en medio de diversas
tensiones políticas con potencias de la época, emprendió varias campañas bélicas contra
las posesiones españolas en la zona del mar Caribe. Su primera operación a gran escala la realizó
en 1668 al saquear la ciudad de Puerto Príncipe (actual Camagüey) enCuba, y culminó con la atrevida
acometida a la ciudad de Panamá en 1670. En este lugar, a pesar de tener las circunstancias en su
contra al atravesar el istmo de Panamá a través de la selva, y con evidente desventaja de hombres y
armamento,3 demostró sus dotes de mando al encabezar una banda de asaltantes hasta lograr la
victoria.
A pesar de los desmanes cometidos durante sus expediciones en América, fue nombradocaballero por
el rey Carlos II de Inglaterra el año de 1674, y ocupó el cargo de Teniente Gobernador de Jamaica,
donde ejerció la función de perseguir a piratas de la zona.4 En sus últimos años de vida sufrió de una
precaria salud. Al morir, sus restos fueron sepultados en el cementerio de Palisadoes de Port Royal.
Índice
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1 Primeros años o 1.1 Misiones previas a sus grandes asaltos
2 Saqueo de Puerto Príncipe
3 Saqueo de Portobelo
4 Saqueo de Maracaibo y Gibraltar
5 Saqueo de la ciudad de Panamá
o 5.1 Inicio de la travesía
o 5.2 Llegada a la ciudad
o 5.3 Retirada
6 Últimos años
7 Morgan en la cultura popular
8 Véase también
9 Referencias
o 9.1 Bibliografía
o 9.2 Bibliografía adicional (no utilizada directamente en este artículo)
10 Enlaces externos
Primeros años[editar · editar código]
Es probable que Henry Morgan naciera el año 1635 en Llanrumney (Llanrhymny en galés),5 una
localidad galesa que en la actualidad forma parte de los suburbios de la ciudad de Cardiff. Su padre,
Robert Morgan, fue un rico labrador con antepasados militares.6 La versión más popular de sus primeros
años es relatada por Alexander Olivier Exquemelin en su libro Los Bucaneros de América: Siendo muy
joven, Henry fue secuestrado en Bristol, vendido como sirviente en Barbuda y terminó habitando en
Jamaica.7Años después, al leer Morgan el pasaje sobre su servidumbre en una traducción inglesa,
demandó a los editores en lo relativo a tal punto. La querella resultó en una indemnización de 200 libras
esterlinas y públicas excusas.7 Renegando de tal episodio, manifestó ser sirviente de «Su Majestad» y
de nadie más.8 Otra versión de su arribo a América plantea que formó parte de una expedición inglesa
que tomó Jamaica en 1655.8
Mapa de Jamaica en 1671.
Entre los años 1652 y 1654, la Mancomunidad de Inglaterra libró una guerra contra las Provincias
Unidas.9 A pesar de los logros conseguidos bajo el Tratado de Westminster de1654, el gobierno
británico dirigió su objetivo hacia las posesiones españolas en América. Bajo un manifiesto del
poeta John Milton, basado a su vez en la obra de Thomas Gage de1648, The English American, se
fustigó las supuestas crueldades de los hispanos contra las autoridades inglesas y su intención de
apoderarse de todo el continente.10 Fue así que nació la expedición llamada Western Design,11 cuyo
primer objetivo era la isla de La Española; pero su resultado no fue exitoso.12 El único logro de la
campaña, obtenido por William Penny Robert Venables, fue la ocupación de la isla de Jamaica, cuya
capital, Santiago de la Vega, capituló el 17 de mayo de 1655. La pérdida de este enclave no fue de
interés para lamonarquía española, decisión que traería graves consecuencias en los años siguientes
con el posterior asentamiento de piratas, bucaneros y la expedición de patentes de corso desde este
sitio.13
Según el historiador Manuel Lucena Salmoral, entre los años 1656 y 1664 las autoridades inglesas
afincadas en Jamaica realizaron una etapa ofensiva sobre los territorios españoles en América, con la
intención de hacer la isla más próspera.14 Tal fue el móvil para apoyar intensamente las expediciones
filibusteras. El joven Morgan, una vez asentado en la isla, realizó sus primeras correrías como uno de
los capitanes de Christopher Myngs en la acometida sobre San Francisco de
Campeche en 1663.5 15 Después de la arremetida, Myngs partió hacia Inglaterra, y Morgan se dirigió con
otros secuaces a saquear Villahermosa, Trujillo y Granada. En esta ciudad capturó 300 prisioneros, la
mayoría sacerdotes y monjas.2 En esos primeros años se hizo con su propia flota y ya era respetado por
sus dotes de líder.16
Debido a esos asaltos y al cese de hostilidades entre ambas naciones, la Corona española hacía valer
sus quejas ante el Gobierno británico, quien a su vez lo hizo saber al gobernador jamaicano Thomas
Lynch. Éste, en consecuencia, no apoyó otra campaña sobre Campeche bajo el mando de Eduard
Mansvelt, que de todos modos fue realizada el mismo año de 1663.15 Junto a él estaba Morgan, quien
sería de ahí en adelante su discípulo.2
Islas del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.
Entre los años de 1665 y 1671, la isla de Jamaica apoyó la piratería indiscriminada en contra de
españoles, neerlandeses y franceses; al mismo tiempo que la restaurada Corona británica se
enfrascaba en conflictos con tales potencias.17 Debido a la situación, el gobernador de la isla acudió a
los filibusteros radicados en la isla de la Tortuga y La Española para que le prestaran sus servicios; los
piratas accedieron más por motivos económicos que políticos.17
Véase también: Guerra anglo-española (1655-1660)
Misiones previas a sus grandes asaltos[editar · editar código]
El año 1665, Morgan fue nombrado por Mansvelt como segundo al mando en la misión encargada por el
gobernador jamaicano Thomas Modyford para tomar Curazao y Natá en Panamá; y después asolar la
costa del océano Pacífico.18 Pero, en vez de ejecutar tales planes, Mansvelt decidió emprender sus
propias empresas y, para asegurarse de su éxito, se apoderó de una de las islas del Archipiélago de
San Andrés, Providencia y Santa Catalina (probablemente San Andrés).18 La flota se dirigió a las costas
aledañas de Costa Rica y Panamá. Fue la primera vez que el galés tendría contacto con la zona.19 Al
regreso de su expedición, Mansvelt reclamó que el enclave del archipiélago fuese asegurado para
Jamaica, pero su propuesta fue ignorada y la isla fue retomada por España el año siguiente. En ese
mismo período de 1665, Morgan contrajo matrimonio con Mary Elizabeth, hija de su tío Edward
Morgan.20
En los años que el galés inició sus infames campañas, ya Inglaterra fomentaba una política de amistad
hacia España.21 Sin embargo, el gobernador de Jamaica contrariaba las órdenes recibidas de
abstenerse de realizar algún ataque. Bajo la motivación de haber recibido informes que la isla sería
agredida desde Cuba, comisionó a Morgan para desbaratar los supuestos planes de las autoridades
españolas contra la colonia inglesa. Junto a su flota, y nombrado Coronel y Comandante de la Milicia de
Port Royal,22Morgan planificó atacar La Habana, pero desistió ante el hecho de ser una operación de
gran dificultad.23 Se dirigió entonces a laisla de Pinos, donde reunió 700 hombres y 12
embarcaciones.21 Allí, en consejo de filibusteros, decidieron atacar Puerto Príncipe (actual Camagüey).
Este sería el primer asalto a gran escala bajo su dirección.
Ilustración del saqueo de Puerto Príncipe por Henry Morgan.
Saqueo de Puerto Príncipe[editar · editar código]
El 29 de marzo de 1668 la escuadra desembarcó en Puerto Príncipe, pero no fue un ataque sorpresa
como se había planificado, pues llegaron noticias a los vecinos del ataque y se armaron al efecto.24 Los
filibusteros sortearon las emboscadas que les esperaban, dirigiéndose a través del bosque. Al estar ante
las puertas de la ciudad, enfrentaron un batallón de caballería al que derrotaron sin dificultad.25 En la
localidad los asaltantes encerraron a los vecinos en las iglesias e interrogaron a algunos de ellos bajo
tormento para conseguir riquezas. Con procedimientos similares al del bucanero Jean-David Nau, mejor
conocido como «El Olonés», dejaban morir de hambre a sus prisioneros para averiguar el lugar donde
se encontraban escondidos los supuestos tesoros.26
En la estadía le fue entregada a Morgan una carta incautada que iba dirigida al alcalde de Puerto
Príncipe y que había sido enviada por el gobernador de la isla de Cuba; en la misma le instruía a
aumentar la demora de los filibusteros para organizar un contraataque. En vista de la misiva, decidió
partir. Hecho el pillaje, y sin dejar saber a los vecinos del contenido de la carta, impuso un tributo de
quema (valores a cambio de no incendiar la ciudad) de 500 vacas y sal, que al final fue pagado.27 Con
todo, el botín logrado en esta expedición fue exiguo: unos 50.000 pesos;27 además de objetos robados a
las iglesias como campanas, vasos y ornamentos sagrados.28 Al partir, un incidente estalló entre la
tripulación, pues un grupo de franceses se enfureció cuando un inglés mató a uno de los suyos por la
espalda. Bajo promesas de Morgan de que el individuo sería llevado ante las autoridades en Jamaica,
los ánimos se calmaron. A su regreso cumplió la promesa de castigar al inglés; pero a pesar de esto, los
franceses abandonaron la flota por lo exiguo del despojo.29 En su reporte al gobernador Modyford,
Morgan mintió acerca del desbaratamiento de los supuestos planes de ataque de los españoles.30
Saqueo de Portobelo[editar · editar código]
A pesar del éxito en Puerto Príncipe y del apoyo a los filibusteros desde Jamaica, la tripulación estaba
insatisfecha. Ante estas circunstancias, Morgan les animó a no desfallecer y les prometió más
riquezas.31 Disponiendo en ese momento de una flota de 8 embarcaciones y de 400 hombres, desveló
su plan a Modyford de atacar la ciudad de Portobelo en Panamá, tercera ciudad mejor defendida
después de La Habana y Cartagena de Indias en la zona del Caribe.32 Sus subordinados se espantaron
ante la propuesta, pero Morgan les aseguró que tendrían el factor sorpresa a su favor.27 En el transcurso
del viaje a la costa de Centroamérica se les unió otro contingente, por lo que su tropa creció a 460
hombres y nueve naves.27
En los momentos previos al ataque, la flota bordeó la costa y posteriormente se embarcaron en lanchas.
En la travesía capturaron un centinela español en el estero de Longalemo, quien de ahí en adelante les
sirvió de guía. El plan de ataque consistió en arribar a la localidad por tierra, donde la ciudad estaba
menos guarnecida.33 Los filibusteros abandonaron sus lanchas a unos 5 km de Portobelo y
emprendieron la marcha. Al amanecer, el primer objetivo fue el castillo de Santiago,34 el cual fue tomado
sin aparente dificultad. Una vez dentro, hicieron explotar un almacén de pólvora con todos los soldados
españoles encerrados allí.35 En seguida se dirigieron al fuerte de San Jerónimo, pero los españoles
resistieron a la embestida. Ante la demora de la victoria, el filibustero hizo uso de una cruel estratagema:
mandó a reunir a un grupo de ancianos, monjas y curas, y les forzó a situarse al pie de la muralla para
proteger las escalas que subirían los atacantes.36 37 Ante una primera advertencia de Morgan al capitán
del castillo acerca del destino de los infortunados, el oficial se negó a rendirse e ignoró la presencia de
los rehenes, quienes, según Exquemelin:
...le gritaban [al gobernador] y rogaban por todos los santos del cielo rindiese el castillo para salvarse ellos, y las pobres monjas la vida.38
Los filibusteros tomaron el poblado al anochecer, pues el capitán del castillo nunca se rindió. Al final, el
militar fue rodeado y ejecutado.39 Un tercer fortín, llamado de San Felipe, fue tomado la mañana
siguiente por sorpresa.40 En total los atacantes perdieron 70 hombres.41 No obstante, hubo celebración
ante la victoria. Según el cronista neerlandés:
Comenzaron a comer con buen apetito, y a beber como mangas de lo que se siguió la insolencia y los sucios abrazos con muchas honestísimas mujeres y doncellas, que, amenazadas con el cuchillo, entregaron sus cuerpos a la violencia de hombres tan desalmados.42
Los hechos ocurrieron en julio de 1668,43 y duraron un tiempo estimado de quince días.44
Además del pillaje realizado, Morgan exigió 100.000 reales de a ocho como tributo de
quema.45 Mientras, desde la ciudad de Panamá arribaron tropas del gobernador Don Juan Pérez de
Guzmán con un contingente de soldados que fueron abatidos por los asaltantes. Posteriormente, según
el historiador Pedro Pérez Valenzuela, Guzmán ordenó a los filibusteros que abandonasen la localidad,
pero Morgan se negó. Ante la respuesta, el gobernador desistió de organizar un nuevo batallón y
abandonó la ciudad y a sus pobladores.46 En consecuencia, los vecinos decidieron asentir ante las
exigencias y pagaron lo requerido. En Cuba se hizo el reparto de un botín de 250.000 pesos a una
tripulación satisfecha.41 La fama de Morgan se incrementó entre los piratas del área por este ataque.47
De acuerdo a los relatos de Exquemelin, Guzmán le mandó un mensaje al galés, impresionado por la
toma de Portobelo con tan pocos hombres (400 según el cronista)45 y le solicitó un arma usada en el
ataque; Morgan lo hizo así, junto a unas balas y con el mensaje de guardarlas por un año, pues
regresaría a buscarlas. El Gobernador, por su parte, devolvió los presentes, con una sortija de oro, y con
la respuesta que no se molestase en regresar a Portobelo, pues no «la hallaría en el estado en que esta
vez la halló».45
A su regreso a Jamaica, Morgan manipuló el reporte de la acción ante Modyford, al aseverar que había
rescatado a 11 ingleses en custodia en Portobelo, sin dejar saber de sus tropelías. Aparte de esto, del
despojo entregó los porcentajes correspondientes al Rey británico. Modyford, a su vez, hizo un informe
a la corona de acuerdo a su conveniencia, aseverando su impotencia ante las acciones filibusteras.48
Saqueo de Maracaibo y Gibraltar[editar · editar
código]
Maracaibo y Gibraltar en Venezuela.
Tiempo después, en la isla de Vaca, frente a la actual República de Haití, Morgan reunió a sus
subordinados para organizar una nueva aventura. En el transcurso de la estadía se les unió una nave
inglesa, la fragata HMS Oxford, de 36 cañones, que reforzó su flota. También hizo presencia una nave
francesa de gran poder, pero su capitán se negó a acompañar la escuadra de filibusteros. A pesar de
esto, Morgan le invitó a un banquete en su barco. Durante la reunión, bajo unos cargos infundados,
encerró a los invitados en una bodega y les apresó, con lo que consumó el traspaso del buque francés a
sus manos. Acto seguido los filibusteros acordaron viajar a la isla Savona para apresar algún barco
rezagado de cierta flota que transportaba plata. Hubo una celebración con brindis de ron y disparos al
aire, uno de los cuales cayó en un pañol de pólvora que hizo explotar la nave con todos los individuos
adentro. Solo unos treinta se salvaron, entre ellos el propio Morgan.48 49 Según Exquemelin, el jefe
filibustero:
instigado por su ordinario humor de crueldad y avaricia, hizo buscar sobre las aguas del mar los cuerpos de los míseros que habían perecido, no con la humana intención de enterrarlos, si
bien al contrario, con la mezquina de sacar de bueno en sus vestidos y adornos.50
A pesar de todo, con 15 naves y unos 600 hombres,50 la flota partió con rumbo
a Maracaibo (Venezuela), nuevo objetivo de los forajidos. Arribaron al lugar en marzo de 1669, pero
encontraron una ciudad abandonada. En lo posterior la banda de asaltantes cometería un sinnúmero de
fechorías en los pobladores atrapados y apresados para obtener los pretendidos tesoros que
supuestamente habían ocultado al saber de su llegada. Según el cronista neerlandés, en esta ciudad
atormentaron a los vecinos golpeándoles con palos, quemándoles con cuerdas caladas entre los dedos
y cometiendo ahorcamientos.51
Al comienzo de la toma de Maracaibo los asaltantes lograron adueñarse de dos fuertes que habían sido
abandonados por los españoles, como la ciudad misma. Tales fortines fueron desatendidos para
dirigirse a Gibraltar en la costa sur oriental del Lago de Maracaibo.52 Allí, los residentes abandonaron el
sitio ante la imposibilidad de enfrentar a los malhechores; además, querían evitar lo que sufrieron dos
años antes cuando fueron atacados por el bucanero francés Jean-David Nau llamado «El Olonés».51 En
esa zona los filibusteros encontraron un demente que aseguró ser hermano del Gobernador de
Maracaibo. Al enterarse de la falsedad, le colgaron de una cuerda y le quemaron hojas en su cara hasta
fallecer. Al fin, un esclavo reveló el escondite de los vecinos y apresaron unas 250 personas. Las
crueldades continuaron. Especialmente se ensañaron con un portugués de unos 60 años, a quien
alguien atribuyó «ser muy rico».53 El infortunado fue tratado con barbarie al aplicarle «trato de cuerda»
hasta romperle los brazos; además:
Lo colgaron de los cuatro dedos gordos, de las manos y los pies, a cuatro estacas altas donde ataron cuerdas de las que tiraban como por clavija de harpa y con palos fuertes daban con toda fuerza en dichas cuatro cuerdas, de modo que el cuerpo de aquel miserable paciente reventaba de dolores inmensos.53
Imagen de la embestida de la flota de Henry Morgan al aventurarse a salir del lago de Maracaibo.
Después de otras vejaciones los maleantes lograron obtener mil pesos del desdichado. En cierto
momento verificaron la posición de los vecinos de Gibraltar, pero después de revisar la ubicación
defensiva y ventajosa del gobernador y sus acompañantes decidieron partir. Los malhechores exigieron
tributo de quema, a lo cual los residentes cedieron hasta prometer reunir 5.000 reales de a ocho.54 En
medio de negociaciones —con personas usadas como prenda para asegurar el pago— y con el botín en
sus manos, regresaron a Maracaibo.
En su viaje de vuelta le fue informado a Morgan que había tres naves de guerra a la espera del arribo de
su flota. El dejar abandonada su retaguardia en su partida a Gibraltar había resultado costoso.55 Con su
fuerza sobrepasada por los españoles, pero enfrentando la situación adversa, el filibustero pidió tributo
de quema por Maracaibo al capitán de las naves donAlonso del Campo y Espinoza quien, firme en su
posición, le reclamó abandonar el lugar y entregar lo apropiado o enfrentar a su escuadra.56 Ante la
situación los asaltantes estaban incapacitados para abandonar la zona. Morgan informó de los hechos a
sus acompañantes. En medio de la discusión, alguien propuso utilizar unbrulote en dirección a las naves
del enemigo para provocar un estallido. Efectivamente se armó la embarcación que contenía unos
muñecos disfrazados y cañones de madera, todo cuidadosamente equipado. Al caer la tarde del 30 de
abril de 1669,57 el falso barco —con la flota de Morgan avanzando detrás— se acercó a la nave
mayor, La Magdalena, y la hizo estallar. Ante el desastre, otro de los barcos españoles, el San Luis, fue
hundido para evitar que lo tomasen los asaltantes. La tercera nave restante llamadaLa Marquesa fue
abordada por los filibusteros.58
Sin embargo, los filibusteros no habían salido aún del lago de Maracaibo por la amenaza del Castillo de
San Carlos de la Barraconstruido en la desembocadura del lago, sitio donde los sobrevivientes del
saqueo se habían refugiado. Al saber de la inutilidad de escapar, Morgan intentó negociar con los
españoles al pedir rescate por los rehenes. En respuesta fue dada una suma en oro y plata más algunas
reses en pago, pero el capitán a cargo —el mismo Alonso de Espinosa— nuevamente se negó
tajantemente a dejarles partir.59 Al siguiente día, la treta utilizada para la huida consistió en simular un
ataque por tierra sobre el emplazamiento. Hecho así, los cañones, en manos de los españoles,
cambiaron su objetivo. Logrado esto, por la noche, los filibusteros se apresuraron a abandonar a toda
vela el lugar, mientras los soldados en el castillo trataban de apuntar nuevamente el armamento al mar,
sin conseguirlo.58 Morgan regresó a Jamaica el 14 de mayo de 1669 bajo amonestaciones de Modyford
ante los reclamos recibidos desde Londres por las fechorías cometidas. Debido a esto, Morgan decidió
asentarse por un tiempo, compró unas tierras y gozó de una vida de hacendado junto a su esposa.60 61
Saqueo de la ciudad de Panamá[editar · editar
código]
Entre los años de 1667 y 1670 fueron firmados tratados entre España e Inglaterra que finalizarían las
disputas entre ambas potencias y fomentarían las relaciones comerciales.62 No obstante, un año
después del regreso de Morgan a Jamaica, nuevos rumores circularon sobre futuros ataques españoles
con la pretensión de recobrar la isla. Además se difundieron noticias de agresiones sobre botes
pesqueros y mercantes ingleses.60 Por otro lado, según Exquemelin, los filibusteros necesitaban dinero
para pagar sus muchas deudas en Jamaica debido a sus excesos en Port Royal.63 64 Cualquiera que
hubiese sido el motivo, los piratas sabían que sus operaciones terminarían pronto, por lo que se
apresuraron a preparar algún ataque sobre las posesiones españolas. Al parecer, Morgan era el único
capaz en emprender una acción a gran escala;65 aún cuando estaba atado a los nuevos tiempos que
proclamaban la paz. Aparentemente el hecho que legitimó un ataque fue una ofensiva de un tal Capitán
Rivero, quien, con patente de corso del Gobernador de Cartagena de Indias, emprendió provocaciones
contra piratas en las cercanías de Cuba y un villorio al norte de Jamaica.66
Ante los hechos, el gobernador jamaicano comisionó a Morgan el 1 de agosto de 1670 para atacar
naves enemigas y mantener la tranquilidad en la isla. Fue nombrado Almirante y Comandante en Jefe
de toda la flota de guerra.66 67 De acuerdo a Exquemelin, el galés planeó partir a Port Coullion, frente a la
isla de Vaca, donde reuniría a los filibusteros con el proyecto armar un ataque. Modyford, al saber de
tales intenciones, le impidió ejecutar alguna acción sobre tierras de españoles a sabiendas que de todos
modos se congregarían.60 El encuentro sucedió el 24 de octubre de 1670. El grueso de aventureros
seguían a Morgan en vista que sabían que él les haría adinerados.68
En vista de la operación a gran escala, la flota se dividió en tres divisiones para aprovisionarse
adecuadamente: una haría saqueos en las costas cercanas para obtener cereales, otra se dedicaría a
cazar, y la tercera permanecería en la isla para la construcción de los barcos.69 Después de los
preparativos, la flota sumaba 37 navíos y al menos 2.000 hombres.70 Asimismo, durante la estadía, se
dispusieron las recompensas e indemnizaciones a otorgar a los combatientes en la expedición. Para el
caso, a los capitanes se le pagaría «la porción de ocho marineros por los gastos de cada navío»,71 y de
haber mutilaciones en alguno de los filibusteros, se resarciría de acuerdo a su gravedad. Por ejemplo,
se otorgarían 1.500 piezas de a ocho o quince esclavos, por la pérdida de ambas piernas.71 Morgan
sabía que la única manera de hacer luchar a uno de su tripulación era retribuyéndole.72
Fueron considerados tres objetivos para el asalto: Cartagena de Indias, Veracruz y la ciudad de
Panamá.73 La elección fue esta última, por su gran actividad comercial debido al tránsito comercial entre
los océanos Pacífico y Atlántico.74 Además, era punto de llegada de la flota de plata de Perú.73 Por otro
lado, era la localidad menos protegida y dependía de la selva para su resguardo.75Previo a la campaña,
Morgan exhortó a sus hombres a actuar sobre los españoles como «enemigos declarados... del Rey de
Inglaterra, su pretendido señor».76
Inicio de la travesía[editar · editar código]
Ubicación del castillo de Chagres según el libro On the Spanish Main deJohn Masefield.
La expedición partió de cabo Tiburón el 6 de diciembre de 1670. El primer objetivo era tomar el
archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina para asegurar el enclave una vez pretendido
por Mansvelt. Al arribar asediaron una de las isletas, la cual estaba debidamente fortificada. Durante el
acorralamiento soportaron una lluvia intensa y pasaron hambre.77 Ante la desesperación de los suyos,
Morgan mandó un mensaje al gobernador del emplazamiento para reclamar su rendición. La respuesta
obtenida fue claudicar sin condiciones, pues no se consideraban con fuerza suficiente para encarar a los
filibusteros.78Lo único que el sitiado pedía a cambio, bajo común acuerdo con Morgan, era fingir una
batalla para no arruinar su reputación.79 Una vez tomado el lugar, los aventureros reclutaron algunos
prisioneros de origen panameño que les servirían de guías de ahí en adelante. Al partir, dejaron
inutilizadas las fortalezas.18
El próximo paso de Morgan fue organizar una cuadrilla al mando del capitán Joseph Bradley con 5
naves y 400 hombres. La misión era asegurar el castillo de San Lorenzo, en la desembocadura del río
Chagres, para afianzar el paso a la ciudad de Panamá.80 Tal fuerte tenía defensas naturales muy
difíciles de remontar y la única forma directa de entrar era por un puente levadizo.81 82 Los atacantes
desembarcaron a unos 5 km del sitio y caminaron a través de la jungla hacia su objetivo.81 Al arribar, las
primeras embestidas costaron muchas vidas a los filibusteros, pues los españoles respondían con fuego
de artillería.83 Los mismos asediados, en medio de la pelea, gritaban desde el castillo:
Vengan los demás perros ingleses, enemigos de Dios y del Rey. Vosotros no habéis de ir a Panamá.84
La manera cómo la ciudadela fue tomada es narrada por Exquemelin de una forma extraordinaria.
Sucedió que una flecha fue lanzada desde el recinto e impactó a uno de los filibusteros quien se la sacó
inmediatamente. Acto seguido, envolvió una pieza de algodón en la punta y le prendió fuego; entonces
lanzó la saeta hacia el edificio y provocó un incendio.83 El 15 de diciembre, después de dejar abrasar el
lugar, los atacantes tomaron el fortín con gran resistencia de los defensores que se rindieron hasta que
el gobernador fue abatido. Sólo 30 soldados españoles quedaron con vida de los 314 que estaban al
inicio. Por los filibusteros hubo más de cien bajas, incluido Bradley.85 De esta manera, con el
archipiélago y sus defensas inutilizadas y el castillo tomado, Morgan resguardaría su retaguardia, a
diferencia del error cometido en Maracaibo.86 A pesar de la victoria, los filibusteros supieron de boca de
los cautivos que algunos españoles habían huido a dar noticia en los alrededores de su llegada.
Desplazándose al lugar, el jefe de los forajidos se regocijó al ver la fortaleza rendida.85 Antes de
continuar, organizó una fuerza de 300 hombres que dejó a cargo del castillo, otros 150 en los buques y
con los restantes —unos 1.200—, junto a cinco botes y treinta y dos canoas,73 87comenzaron la ruta a la
ciudad de Panamá bordeando el río Chagres. El plan inicial consistía en atravesar la selva, en vez de
marchar por la ruta de Las Cruces que les harían más propensos a una emboscada.88 Sin embargo, la
desventaja era el sofocante clima tropical y sus problemas añadidos.89 Según Exquemelin, partieron del
castillo el 18 de enero de 1670.90
Al comienzo el grupo fue dividido en dos columnas. Una avanzaría por el río y la otra iría por tierra.
Morgan decidió llevar el menor equipaje posible durante la travesía, incluso comida. Aparentemente,
esperaban atracar poblados y apropiarse de lo necesario para el camino.91 Tal decisión sería
determinante en los días siguientes.87 En la cuarta jornada de camino (21 de enero), los filibusteros
habían avanzado y comido poco.92 Esa fecha encontraron un puesto abandonado, pero en el lugar solo
había chozas y unas bolsas de cuero esparcidas. De acuerdo al narrador neerlandés:
...se vieron obligados a comerse los mismos sacos que hallaron, por dar algo al fermento de sus estómagos, pero era tan acerbo, sin encontrar otra materia en qué envolverse, que les comía las entrañas.93
El siguiente día, buscando en los alrededores de unas granjas despobladas, encontraron maíz y frutas
que fueron distribuidas. El 23 de enero enfrentaron su primera emboscada por parte de nativos. Morgan
ordenó no perseguirles por la evidente ventaja del conocimiento del terreno de los adversarios.94 En la
posterior jornada llegaron al poblado de Venta de Cruces, que había sido también abandonado. Algunos
decidieron, opuestos a las órdenes de Morgan, deambular en los alrededores en búsqueda de comida,
pero fueron atacados.
El 25 de enero, el galés armó un escuadrón de avanzada conformado por 200 hombres. Esa misma
fecha la tropa sufrió otro embate con saldo de ocho muertos y 10 heridos al soportar un intenso ataque
de flechas lanzadas por los nativos.95 Hasta ese instante los propios españoles no habían realizado
ninguna arremetida significativa sobre las huestes filibusteras.96
Llegada a la ciudad[editar · editar código]
El istmo de Darién y Panamá a finales del siglo XVII.
Los filibusteros atravesaron la selva con extremas dificultades hasta que llegaron al sitio conocido como
Cruces. El 26 de enero divisaron la ciudad desde una meseta, que en la actualidad es conocida como
«Loma de los Bucaneros».73 De acuerdo al cronista neerlandés:
…comenzaron a dar muestras de una extrema alegría echando los sombreros al aire, como si ya hubiesen conseguido la victoria. No hubo trompeta que no resonase, ni tambor que no se dejase de oír en aquellos contornos.97
En su ruta a la metrópoli (27 de enero) encontraron algunas granjas y robaron víveres. Previo a su
llegada, Morgan organizó una cuadrilla para investigar la ubicación de los españoles en la ciudad. A su
regreso le comunicaron que estaban reagrupados en el camino principal. El filibustero ordenó entonces
la marcha sobre la localidad. Sin embargo, no lo hizo encarando a los españoles, sino rodeando la
ciudad a través de la jungla, lo cual, aunque era una maniobra trabajosa, evitó un encuentro frontal con
los lugareños que poseían una fuerza de alrededor de 2.800 hombres y a quienes las condiciones
favorecían claramente.3 Se estima que la fuerza militar de los panameños superaba a la de Morgan con
una relación de 3 a 1.18
Juan Pérez de Guzmán era el encargado de la defensa de Panamá. El mismo a quien Morgan, según
los relatos, prometió tomar el arma enviada en su ataque a Portobelo. La ciudad fue reforzada con
habitantes de otras localidades y armas posicionadas tanto en las afueras como adentro de la
población.98 Niños, monjas y mujeres, junto a un cargamento de plata, fueron enviados en el
navíoTrinidad con rumbo a Perú.73 Al ver el movimiento evasivo de los asaltantes, el gobernador
Guzmán ordenó perseguir a los filibusteros en campo abierto dejando sus posiciones. En respuesta,
Morgan ordenó a un grupo de francotiradores, armados demosquetes, repeler la acometida de un
escuadrón de caballería junto a otro de infantería que servía como apoyo. Al avanzar este contingente
sobre un terreno lodoso, tuvieron numerosas bajas ante la certera artillería de los filibusteros.99 En la
acometida murieron al menos seiscientos españoles.100
Ante la derrota inicial, los sitiados recurrieron a un segundo plan que consistía en liberar una manada de
toros contra los atacantes. Con el campo fangoso la táctica no tuvo ningún éxito, pues los animales
fueron aniquilados o quedaron atascados. Ante el fracaso, los soldados que estaban en la primera línea
de defensa huyeron. La tropa restante se desorganizó, huyó a los fuertes y no pudo reagruparse.101 Con
esta primera victoria, los filibusteros avanzaron hacia Panamá. Allí confrontaron la artillería distribuida en
la urbe y tuvieron que pelear calle por calle.102 Al mediodía, y ante la visible derrota, Guzmán ordenó
evacuar —él incluido—103 la población, hacer estallar el polvorín y retirarse a Penonomé. Los filibusteros
tomaron la ciudad a las tres de la tarde iniciando el saqueo sobre la rica población.101 Durante el atraco
los aventureros encontraron vino, pero Morgan les prohibió tomarlo, probablemente para tenerlos alerta
ante un posible contraataque.18
Durante el desorden ocurrió un incendio en la ciudad. Hay versiones encontradas acerca de quien fue el
responsable: si fue iniciado por órdenes de Morgan, producto de un accidente, o provocado por los
mismos residentes. Según el investigador Walter E. Piatt, historiadores contemporáneos se decantan
por la última opción, pues así evitaban el despojo total de los bienes de la ciudad.104Esto se verifica con
el hecho del poco monto de oro y plata apropiado por los asaltantes. Adicionalmente, según registros
delArchivo General de Indias de Sevilla y del Archivo General de Simancas en Valladolid el gobernador
Guzmán declaró ante el juez Miguel Francisco de Mirachalar en 1672, confirmando la autoría de la
orden de incendiar los almacenes de pólvora, hecho que fue corroborado por más de 50 testigos,
algunos allegados a Guzmán.105 Por otro lado, en el transcurso de la ocupación, se dio la noticia de que
los ciudadanos habían huido con sus pertenencias a la vecina isla de Taboga, pero no fue más que un
señuelo para hacer partir un barco con rumbo a Ecuador, con la mayoría del tesoro panameño.106
El galés mandó patrullas por tierra y por mar en los alrededores en búsqueda de riquezas escondidas.
En su estadía —de casi un mes—101 se realizaron torturas a algunos prisioneros para obtener más
fortuna.107 Mención aparte merece el relato de una mujer de notable belleza cuyo marido había partido
en razón de un viaje comercial. Morgan trató de portarse de buena manera con ella al estar como
cautiva, pero al cabo de tres días mudó su actitud hacia una más violenta con ánimo de abusar de la
dama. En vista que sus propósitos desfallecieron ante la firmeza de la mujer, la mandó a encerrar en un
calabozo.108
Retirada[editar · editar código]
El río Chagres.
Después del despojo, Morgan ordenó la retirada y partieron el 24 de febrero de 1671.109Hubo
proposiciones de su tripulación para continuar el pillaje en la costa del océano Pacífico, pero el jefe se
negó resueltamente.109 Los filibusteros llevaban 175 mulas cargadas de oro, plata y joyas, además de
unos 600 prisioneros. Tal botín, en general, se considera poco para la envergadura de la
campaña.110 Ante el temor de ser llevados presos a Jamaica, los prisioneros imploraron su liberación.
Morgan asintió hacerlo, pero a cambio de dinero. En Cruces, sobre el río Chagres, informó a los
cautivos que tenían tres días para pagar su rescate, pues de lo contrario serían llevados a la isla.
Muchos aceptaron la propuesta. La dama presa en Panamá estaba dentro del grupo y fue liberada por
Morgan debido a que su rescate fue desviado por unos traidores para soltar a otras personas.111
Durante la marcha, hizo jurar a los filibusteros que no habían tomado del botín nada para sí mismos. No
siendo suficiente su palabra, les escudriñó sus pertenencias para asegurarse. Para dar ejemplo, él
mismo se dejó revisar.109 La tropa llegó al castillo de San Lorenzo el 9 de marzo y allí mismo procedió el
reparto.112 A cada filibustero se le otorgó 200 reales (diez libras de plata por cabeza),109 lo que resultó en
un descontento generalizado que provocó que se fraguara un motín. Antes de que sucediese, Morgan
huyó, pero antes desmanteló la artillería de los navíos y cualquier cosa útil. Esta versión ha sido puesta
en duda por la falta de evidencias. Los historiadores actuales opinan que simplemente los filibusteros
partieron cada quien por su lado.113 Se estima que Morgan se hizo con unas 1.000 libras.5
Carlos II de Inglaterra nombró caballero a Henry Morgan en 1674.
El éxito de la operación del saqueo de Panamá ha sido reconocido por la tenacidad de sus atacantes, a
pesar que no buscaban un objetivo militar sino obtener riquezas.113 Una exitosa campaña llevada a cabo
por una banda de criminales.18 Con todo, a pesar de los desmanes cometidos, Henry Morgan ha sido
considerado un buen líder y diestro en táctica bélica.114Según el autor C.H. Haring:
La expedición a Panamá nunca ha sido superada en cuanto a lo notable de la dirección y arrojo temerario; sólo mancharon su brillo la crueldad y rapacidad de los vencedores, tropa reclutada sin paga, de escasa disciplina e irrefrenada, sino estimulada en sus atrocidades por el mismo Morgan.115
Últimos años[editar · editar código]
A pesar de que Morgan fue recibido con honores en Jamaica, las consecuencias del saqueo de Panamá
tuvieron repercusión en el gobernador Modyford. Ante los reclamos de España, pues no existía en ese
momento conflicto contra Inglaterra, se consideró el ataque como un acto de piratería. Modyford fue
llamado ante la justicia británica y fue encerrado en la Torre de Londres por dos años. Pasado el
período regresó a Jamaica como Encargado de Justicia.116 Su puesto fue tomado por Thomas
Lynch quien, para apaciguar los reclamos españoles, embarcó a Morgan con rumbo a Inglaterra el 6 de
abril de 1672. En espera de su condena, el galés no fue confinado, pues pudo deambular en la ciudad
de Londres libremente. En enero de 1674, ante amenazas de piratas franceses sobre Jamaica, regresó
a la isla. Antes de su partida, el rey Carlos II le nombró caballero y le concedió el cargo deTeniente de
Gobernador en Jamaica.117
En la isla sus actuaciones hacia los piratas fueron ambivalentes, pues en unas ocasiones fue benévolo y
otras tiránico: no pocas veces mandó ahorcar en la zona de Gallow´s Point, en Port Royal, a quienes se
rehusaron a abandonar la piratería.4 En total sirvió por tres periodos en el cargo.118
Después de ejercer en las funciones públicas, prefirió departir con sus viejos camaradas bebiendo en
las cantinas de Port Royal, ya que nunca pudo acoplarse con los vaivenes políticos de la isla.20 En sus
años postreros, Morgan sufrió de una mala salud debido, probablemente, a su pasado turbulento de
abuso de alcohol y noches de juerga. Con el vientre «agigantado por la hidropesía, abotargado
y gotoso»,119 murió el 25 de agosto de 1688 en Lawrencefield, Jamaica.120 El día siguiente fue enterrado
en el cementerio de Palisadoes cerca de Port Royal,4 localidad que fue destruida por tres fuertes
movimientos telúricos cuatro años después, el 7 de junio de 1692;121 sepultando asimismo la tumba del
filibustero. Con su esposa Mary Elizabeth no dejó descendencia. Según un historiador jamaicano:
…[Henry Morgan] era más que un bucanero (sic). El mismo hombre que pudo blasfemar, maldecir, beber y fornicar con sus camaradas en cualquier antro, o liderar una banda de delincuentes por millas a través de junglas hostiles y pantanos... también demostró ser un astuto político con una visión amplia, superior a quienes atrajo con su peculiar magnetismo.4
Morgan en la cultura popular[editar · editar código]
Tyrone Power en El cisne negro (1942).
Ya sea como protagonista, personaje secundario o en alusión a su persona, Henry Morgan ha sido
tenido en cuenta en diversas expresiones artísticas. En el género de la novela (El capitán Blood, Captain
Blood) y en el cine, con dos adaptaciones de la citada novela (una en 1924 y otra en 1935), esta última
protagonizada por Errol Flynn. Morgan es además el personaje de otra película, El cisne negro (The
Black Swan), de 1942, conTyrone Power, también basada en las novelas de los mismos títulos deRafael
Sabatini. Otras incluyen El pirata Morgan (Morgan il Pirata, 1961) yEl pirata Barbanegra (Blackbeard, the
Pirate, 1952). Asimismo, en latrilogía cinematográfica Piratas del Caribe existe un «Código Pirata» que
adjudica su creación a Morgan y Bartolomé el Portugués, una atribución enteramente ficticia.122 Aunque,
en los hechos, sí existió un código de conducta entre los filibusteros. En televisión destaca True
Caribbean Pirates (2006).
En literatura, aparte de las mencionadas, existen las novelas de John Steinbeck, «La Taza de Oro. Vida
de sir Henry Morgan, bucanero, con ocasionales referencias a la historia» (1926); «Vive y deja morir»
(1954) de Ian Fleming, donde se menciona un supuesto tesoro del aventurero; Cutlass Empire (1949)
de Francis van Wyck Mason y «El filibustero» (1952) de Josephine Tey. Además de las menciones que
de él hace Emilio Salgari, en sus novelas «El Corsario Negro», «La venganza», «La reina de los
Caribes», «Honorata de Wan Guld», «Yolanda y Morgan». En la trama pasa de ser el lugarteniente del
personaje principal, al protagonista en las últimas dos novelas y donde, además, se relata su osada
travesía en Panamá. En poesía, cabe destacar esta composición de Berton Braley de 1934:123
This is the ballad of Henry MorganWho troubled the sleep of the King of SpainWith a frowsy, blowsy, lousy packOf the water rats of the Spanish Main,Rakes and rogues and mad rapscallionsBroken gentlemen, tattermedallionsScum and scourge of the hemisphere,Who looted the loot of the stately galleons,Led by Morgan, the Buccaneer.
Esta es la balada de Henry Morganque turbó el sueño del Rey de Españacon su piojosa, desaliñada e infame cuadrillade ratas de agua de los mares españoles,libertinos, canallas y locos malandrinescaballeros arruinados y andrajososla escoria y látigo del hemisferio,que saqueó el botín de los majestuosos galeones,al mando de Morgan, el bucanero.
Inclusive en la música, el galés ha sido nombrado en más de una ocasión. Tal es el caso de las
bandas Tempest con la canciónCaptain Morgan (1991), Amadan con la melodía August 24th,
1688 (2004) y Alestorm que lanzó en 2008 el álbum Captain Morgan's Revenge. También el compositor
y cantante de reggae Peter Tosh introduce al filibustero en su creación You can´t blame the youth(No
puedes culpar a la juventud):124
you teacher used teach about Pirate Hawkinsyou teacher used teach about Pirate MorganAnd you said he was a very great man...You can't fool the youth
tú, maestro, solías enseñar sobre el pirata Hawkinstú, maestro, solías enseñar sobre el pirata MorganY decías que era un gran hombre...no puede engañar a la juventud
Por otro lado, debido a los despojos cometidos en la zona del mar Caribe junto a sus cómplices, han
surgido algunas leyendas relativas a supuestos tesoros escondidos. Una de ellas tiene lugar en Roatán,
sitio que fue enclave de piratas y bucaneros, y donde se asevera existen alhajas y oro ocultos en la
zona de Old Port Royal y Santa Helena.125 También en el Archipiélago de San Andrés, Providencia y
Santa Catalina existe la creencia que parte del botín apropiado de la ciudad de Panamá por el
filibustero, está en algún lugar de las islas. Tal tradición cuenta que Morgan ordenó a cuatro de sus
esclavos que enterraran la fortuna; al terminar, fueron asesinados y sepultados junto a las
riquezas.126 Sin embargo, contrario a un descubrimiento de tesoros, en el año 2004 fue divulgada la
noticia del hallazgo de los restos del HSM Oxford en la costa de Haití.127 Aparte, Morgan es uno de los
piratas del juego Sid Meier's Pirates!.
Véase también[editar · editar código]
Piratería en Canarias
Francis Drake
Captain Morgan
Referencias[editar · editar código]
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29. Ir a ↑ Exquemelin, A.O., op. cit., p. 121.
30. Ir a ↑ Piatt, Walter. E., op. cit., p. 39.
31. Ir a ↑ Exquemelin, A.O. op. cit., p. 122.
32. Ir a ↑ Piatt, Walter E., op. cit., p. 40.
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35. Ir a ↑ Exquemelin, A.O., op. cit., p. 124.
36. Ir a ↑ Lucena Salmoral, Manuel, op. cit., pp. 191-192.
37. Ir a ↑ Piatt, Walter. E., op. cit., p. 44.
38. Ir a ↑ Exquemelin, A.O., op. cit., p. 125.
39. Ir a ↑ Piatt, Walter E., op. cit., p. 44.
40. Ir a ↑ Piatt, Walter E., op. cit., p. 45.
41. ↑ Saltar a: a b Lucena Salmoral, Manuel, op. cit., p. 192.
42. Ir a ↑ Exquemelin, A.O., op. cit., p. 126.
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44. Ir a ↑ Abella, Rafael, op. cit., p. 141.
45. ↑ Saltar a: a b c Exquemelin, A.O., op. cit., p. 128.
46. Ir a ↑ Pérez Valenzuela, Pedro, Historias de Piratas, pp. 195-196.
47. Ir a ↑ Piatt, Walter E., op. cit., p.47.
48. ↑ Saltar a: a b Lucena Salmoral, Manuel, op. cit., p. 193.
49. Ir a ↑ Exquemelin, A.O., op. cit., p. 130.
50. ↑ Saltar a: a b Exquemelin, A.O., op. cit., p. 131.
51. ↑ Saltar a: a b Lucena Salmoral, Manuel, op. cit., p. 194.
52. Ir a ↑ Piatt, Walter e., op. cit., pp. 48-49.
53. ↑ Saltar a: a b Exquemelin, A.O., op. cit., p. 138-139.
54. Ir a ↑ Exquemelin, A.O., op. cit., p. 141.
55. Ir a ↑ Piatt, Walter E., op. cit., p. 50.
56. Ir a ↑ Exquemelin, A.O., op. cit., p. 143.
57. Ir a ↑ Piatt, Walter E., op. cit., p. 53
58. ↑ Saltar a: a b Lucena Salmoral, Manuel, op. cit., p. 195.
59. Ir a ↑ Piatt, Walter E., op. cit., p. 54.
60. ↑ Saltar a: a b c Lucena Salmoral, Manuel, op. cit., p. 196.
61. Ir a ↑ Piatt, Walter E., op. cit., p. 62.
62. Ir a ↑ Tales son el Tratado de Mardrid de 1667 y el Tratado de Madrid de 1670.
63. Ir a ↑ Exquemelin, A.O., op. cit., p. 156.
64. Ir a ↑ Abella, Rafael, op. cit., p. 144.
65. Ir a ↑ Piatt, Walter E., op. cit., p. 63.
66. ↑ Saltar a: a b Piatt, Walter E., op. cit., p. 64.
67. Ir a ↑ Abella, Rafael, op. cit., p. 146.
68. Ir a ↑ Piatt, Walter E., op. cit., p. 65.
69. Ir a ↑ Piatt, Walter E., op. cit., pp. 66-67.
70. Ir a ↑ Piatt, Walter E., op. cit., p. 68.
71. ↑ Saltar a: a b Exquemelin, A.O., op. cit., p. 160.
72. Ir a ↑ Piatt, Walter E., op. cit., p. 69.
73. ↑ Saltar a: a b c d e Lucena Salmoral, Manuel,op. cit., p. 197.
74. Ir a ↑ Abella, Rafael, op. cit., p. 133.
75. Ir a ↑ Piatt, Walter E., op. cit., p. 66.
76. Ir a ↑ Exquemelin, A.O., op. cit., p. 159.
77. Ir a ↑ Exquemelin, A.O., op. cit., p. 162.
78. Ir a ↑ Exquemelin, A.O., op. cit., p. 163.
79. Ir a ↑ Piatt, Walter E., op. cit., p. 72.
80. Ir a ↑ Piatt, Walter E., op. cit., p. 74.
81. ↑ Saltar a: a b Piatt, Walter E., op. cit., pp. 75-77.
82. Ir a ↑ Exquemelin, A.O., op. cit., p. 167.
83. ↑ Saltar a: a b Piatt, Walter E., op. cit., p. 78.
84. Ir a ↑ Exquemelin, A.O., op. cit., p. 168.
85. ↑ Saltar a: a b Piatt, Walter E., op. cit., p. 80.
86. Ir a ↑ Piatt, Walter E., op. cit., p. 70.
87. ↑ Saltar a: a b Piatt, Walter E., op. cit., p. 82.
88. Ir a ↑ Piatt, Walter E., op. cit., pp. 69-70.
89. Ir a ↑ Piatt, Walter E., pp. 119-120.
90. Ir a ↑ Exquemelin, A. O, op. cit., p. 172.
91. Ir a ↑ Piatt, Walter E., op. cit., p. 85.
92. Ir a ↑ Piatt, Walter E., op. cit., p. 88.
93. Ir a ↑ Exquemelin, A.O., op. cit., p. 174.
94. Ir a ↑ Piatt, Walter E., op. cit., p. 92.
95. Ir a ↑ Exquemelin, A.O., op. cit., p. 178.
96. Ir a ↑ Piatt, Walter E., op. cit., pp. 94-95
97. Ir a ↑ Exquemelin, A. O., op. cit., p. 180.
98. Ir a ↑ Piatt, Walter E., op. cit., p. 100.
99. Ir a ↑ Piatt, Walter E., op. cit., p. 102.
100. Ir a ↑ Exquemelin, A.O., op. cit., p. 183.
101. ↑ Saltar a: a b c Lucena Salmoral, Manuel, op. cit., p. 198.
102. Ir a ↑ Piatt, Walter E., op. cit., p. 103.
103. Ir a ↑ Pérez Valenzuela, Pedro, op. cit., p. 118.
104. Ir a ↑ Piatt, Walter E., op. cit., pp. 103-104.
105. Ir a ↑ Demuestran que Morgan no quemó Panamá la Vieja. Panamá de Ayer. p. 24. Periódico El Siglo. Panamá. 28 de enero de 1997.
106. Ir a ↑ ¨Piatt, Walter E., op. cit., p. 106.
107. Ir a ↑ Exquemelin, A.O.. op. cit., p. 189.
108. Ir a ↑ Exquemelin, op. cit., p. 190.
109. ↑ Saltar a: a b c d Lucena Salmoral, Manuel, op. cit., p. 199.
110. Ir a ↑ Pérez Valenzuela, Pedro, op. cit., p. 119.
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112. Ir a ↑ Piatt, Walter E., op. cit., p. 107.
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Bibliografía[editar · editar código]
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Madrid: Editorial MAPFRE, S.A. ISBN 84-7100-350-3.
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En línea:
Piatt, Walter E. (1998). «The Attack on Panama City by Henry Morgan» (PDF). Consultado el 2-
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Bibliografía adicional (no utilizada directamente en este artículo)[editar · editar código]
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Steinbeck, John (1990). La Taza de Oro. Buenos Aires: Sudamericana. ISBN 950-07-0592-3.
Enlaces externos[editar · editar código]
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