FRANCISCO UGARTE CORCUERA
INICIACIN
A LA METAFSICA
EDITORA DE REVISTAS, S.A. DE C.V.
MXICO, 1991
Primera edicin: 1991
NIHIL OBSTAT
Pbro. Dr. Bernardo Fernndez Ardavn
Censor Eclesistico
Mxico, D.F., a 18 de octubre de 1990.
IMPRIMATUR
Mons. Rutilio S. Ramos Rico
Vicario General
Mxico, D.F., a 15 de enero de 1991
Diseo de Portada: Gerardo Gmez Romero
1991 Francisco Ugarte Corcuera
Mxico, D.F.
1991 Editora de Revistas, S.A. de C.V.
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ISBN 968-428-442-X
Impreso en Mxico Printed in Mxico
ndice
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Presentacin
Primera Parte;
NOCIONES FUNDAMENTALES SOBRE
EL ENTE Y LA ESENCIA
1. Nocin de ente
2. Esencia y ser
3. Esencia y accidentes
4. Substancia y accidentes
5. Esencia y naturaleza
6. El mbito de la esencia
7. La esencia en las realidades inmateriales
8. Los principios de la esencia en el mundo corpreo: materia y forma
9. Conclusin
Segunda parte:
LA NOCIN FILOSFICA DE LA PARTICIPACIN
1. Consideraciones generales
1.1. Los elementos de la participacin
1.2. La nocin de participacin en la filosofa
1.2.1. La participacin en Platn y Aristteles
1.2.2. La participacin en Toms de Aquino 2. La nocin metafsica de participacin
y los modos de participar
2.1 La nocin metafsica
2.2. Los modos de participacin
2.2.1.Participacin lgica .
2.2.2.Participacin real trascendental
2.2.3.Participacin real predicamental
2.2.4.Participacin dinmica y
participacin esttica
2.2.5.Participacin trascendental dinmica
2.2.6.Participacin trascendental esttica
2.2.7.Participacin predica mental dinmica
2.2.8.Participacin predicamental esttica
2.2.9.Sntesis
3. Proyeccin de la nocin de participacin
3.1. La sntesis tomista: platonismo y aristotelismo
Presentacin
La metafsica se propone contestar las preguntas relativas al constitutivo ltimo
de la realidad: qu son las cosas?, qu es lo que hace que cada cosa exista?,
qu es aquello que determina el modo de ser de los entes?, por qu este ente
es lo que es y no otra cosa? En definitiva, pretende explicar en profundidad todo lo
que existe.
El filsofo reconoce que la capacidad de la inteligencia humana no alcanza a
abarcar por completo la riqueza contenida en la realidad. De ah que conciba el
conocimiento de las cosas como un proceso progresivo de aproximacin a su ncleo
ms ntimo, sin pretender agotarlo de forma definitiva. Por eso su tarea es com-
parable a una aventura, abierta siempre a nuevos descubrimientos. Slo el
idealismo, que postula la primaca del pensar sobre el ser, pretende proporcionar
respuestas acabadas y terminantes a las cuestiones filosficas, porque no se atiene
a lo que las cosas realmente son, sino que depende de las elaboraciones
apriorsticas que la razn elabora para configurar, desde ella misma, los resultados
que obtiene. Unos resultados que pueden satisfacer a la inteligencia, pero que
poco tienen que ver con la verdad objetiva de lo real.
El estudio de la realidad, cuando pretende ser objetivo y radical, exige una
especial atencin a los datos que la experiencia proporciona, y una actitud
metafsica que remita permanentemente al fundamento ltimo de aquello que se
pretende conocer. Ambos aspectos son complementarios para profundizar en la
constitucin de lo real. Cuando se prescinde de alguno de ellos, o se disminuye
su importancia, los resultados que se alcanzan son necesariamente insuficiente*.
La vertiente de la filosofa realista contempornea que se ha propuesto
destacar la importancia de los anlisis fenomenolgicos de la realidad, lia Ido
consiguiendo reivindicar el valor de la experiencia para conocer filosficamente
las cosas, frente al racionalismo que ha caracterizado a una buena parte del
pensamiento de los ltimos siglos. El afn de liberar los anlisis de la realidad de
toda mezcla de idealismo, y los resultados que esta orientacin ha obtenido en el
nivel descriptivo de las cosas, han supuesto una aportacin considerable para la
filosofa. Sin embargo, la metodologa de esta direccin del conocimiento entraa
una reduccin del saber filosfico cuando renuncia a proporcionar las razones
ltimas que explican esos resultados. La fenomenologa, tomada en este preciso
sentido, no es metafsica ni camino para la metafsica, porque no permite
trascender el nivel de lo que aparece inmediatamente a la inteligencia.
Con la primera parte del presente trabajo, que lleva por ttulo Nociones
fundamentales sobre el ente y la esencia nos proponemos mostrar cmo el
anlisis directo de la realidad, desde una perspectiva metafsica, conduce a los
principios fundamentales que intervienen en la constitucin del ente y de la
esencia, segn la filosofa realista de Santo Toms de Aquino. Esto exige no
perder de vista el punto de partida y de referencia habitual del conocimiento, que
ha de ser la realidad concreta. Por eso Santo Toms afirmaba que es propio del
sabio no preocuparse tanto de los nombres1 como de las cosas mismas, actitud
opuesta al formalismo reinante en amplios sectores filosficos contemporneos.
En la segunda parte, daremos un paso ms en profundidad, y desarrollaremos
la nocin filosfica de la participacin, fundamental para vislumbrar los alcances
de esta metafsica de la realidad.
1 Sapientis enim est non curare de nominibus (In II Sent. d. 3, q. 1, 1.1).
Primera Parte
NOCIONES FUNDAMENTALES
SOBRE EL ENTE Y LA ESENCIA
1. Nocin de ente
Ente es "lo que es" (id quod est). No es posible dar una definicin estricta del
ente, porque definir es situar una realidad dentro de un concepto ms amplio (un
gnero), y la nocin de ente es la ms amplia de todas. A nivel descriptivo
podemos sealar que ente es cualquier cosa que nos encontramos existiendo en
la realidad. Al enfrentarnos espontneamente con el ente real nos damos cuenta
de dos cosas: de que es y de qu es. Estos dos aspectos, que gramatical mente
se distinguen por un simple acento, responden a algo ms profundo en el seno del
ente: que el ente es significa que existe, que tiene ser; y el que de un determinado
ente responde a aquello que lo determina a ser tal ente y no otro, es decir, su
esencia. A nivel fenomenolgico resulta evidente esta distincin, ya que no es lo
mismo ser o existir caracterstica comn a todos los entes , que ser o existir
de un modo determinado, como un rbol, un animal o un hombre concreto.
La nocin de ente es, por tanto, compuesta, puesto que incluye tanto el ser
como la esencia, pero responde a una realidad nica: este ente que existe. Si
damos un paso ms en la aproximacin al ente y nos preguntamos por sus
principios constitutivos, la respuesta coincide con lo que hemos dicho, aunque nos
permite comprenderlo con un grado ms de profundidad. Por qu es el ente y por
qu es tal? Qu es lo que hace existir al ente y qu lo determina a ser de este
modo concreto? El ser y la esencia responden a estos interrogantes: el ente es
porque tiene el ser, y es tal ente y no otro por su esencia; el ser hace ser al ente, y
la esencia lo determina a ser de este modo. Este rbol, este caballo y este hombre
son reales por el ser que los hace existir; pero cada uno existe segn un modo
preciso porque posee la esencia de rbol, de caballo o de hombre.
2. Esencia y ser
El ser y la esencia son, as, los dos principios constitutivos del ente; adems,
se implican mutuamente. Una cosa no puede ser si no es algo; y, paralelamente,
ese algo no se da en la realidad si no es. Ser y esencia se exigen recprocamente.
Sin embargo, en esta relacin mutua de los principios radicales del ente, es
posible entrever a cul de los dos corresponde un carcter prioritario. Qu es
ms: conferir realidad o determinar esa realidad a un modo concreto de ser?
Aunque ambas funciones sean indispensables para constituir al ente, parece claro
que la accin de determinacin es limitativa, en cuanto que restringe al ente a este
modo concreto de ser.
Por parte de la esencia podemos destacar un aspecto positivo y otro negativo
en su funcin de determinar el ser. La determinacin consiste en conferir al ente
un modo preciso de ser, esto es, de hacer posible que exista segn grados de
perfeccin determinados; y, simultneamente, determinar es limitar a ser este ente
y no otro, lo cual equivale a excluir de l otros modos de ser ms perfectos.
El ser, en cambio, no incluye ningn tipo de limitacin y se identifica con la
misma perfeccin del ente, ya que es el acto que, radicalmente, hace ser todo lo
que determinadamente est en el ente. En otros trminos, la esencia tiene
carcter de principio potencial respecto al ser, porque lo propio de la potencia
consiste en limitar al acto que recibe; y el ser es precisamente el principio actual
determinado por esa esencia. El ser, por tanto, se relaciona con la esencia como
el principio actual con el potencial. De aqu deriva la prioridad del primero sobre la
segunda.
Todo esto se esclarece an ms al observar la gran variedad de entes que la
realidad nos ofrece. Lo primero que se impone al que mira la multiplicidad de
entes reales es que todos tienen algo en comn y, simultneamente, que cada
uno es distinto de los dems. Lo comn a todos es que son, que tienen ser, y la
diversidad responde al modo preciso de ser que tiene cada uno, a su esencia.
Entre un manzano, un caballo y un hombre la diferencia no radica en el primer
aspecto, porque el ser pertenece a los tres, sino en la concrecin que la esencia
del manzano, del caballo y del hombre realiza respecto del ser.
Sin embargo, si fijamos nuestra atencin en varios manzanos o en varios
hombres y los comparamos entre s, la distincin anterior nos resulta insuficiente.
En efecto, entre el primer manzano y el segundo, o entre Pedro y Juan, adems
de tener el ser en comn, descubrimos que coinciden tambin en algo ms:
ambos son manzanos u hombres, y esto tiene que ver ya con el modo de ser de
cada uno, es decir, con la esencia que hace a cada uno ser manzano u hombre.
Podramos decir, segn esto, que los entes a que nos hemos referido
participan todos de la perfeccin de ser, aunque ninguno posea absolutamente
esa perfeccin porque la tiene limitada por su esencia. Y tambin es posible
sealar que cada uno participa de un modo de ser que coincide con otros, aunque
ninguno de ellos agote ese modo preciso de ser que es la esencia: ni los dos
manzanos incluyen todas las perfecciones del manzano, ni Pedro o Juan las de la
naturaleza humana, porque cada uno carece de ciertas perfecciones que el otro
posee con exclusividad, y a ambos la faltan otras tambin exclusivas de otros
manzanos u hombres en cada caso. Esto nos obliga a hacer nuevas
precisiones.
3. Esencia y accidentes
Si la esencia, segn hemos visto, es lo que determina el modo de ser del ente,
esto equivale a afirmar que es "aquello por lo que una cosa es lo que es": lo que
hace que el manzano sea manzano y Juan un hombre. Pero el mismo anlisis de
la experiencia nos permite observar que en el manzano y en Juan hay
elementos que cambian: adquieren perfecciones nuevas y pierden otras que
posean. Sin embargo, no por ello dejan de ser lo que son. Diramos que ambos
son siempre el mismo, aunque no lo mismo: el manzano sigue siendo el mismo
rbol aunque se le caigan las hojas, y Juan el mismo hombre aunque aumente sus
conocimientos; pero no son lo mismo el primero con hojas que sin hojas, ni el
segundo carente de conocimientos o en posesin de ellos. La esencia es, as, lo
que hace que cada uno siga siendo el mismo a pesar de esos cambios; mientras
que se llaman accidentes a aquellas perfecciones que, al variar, impiden que el
manzano y Juan sigan siendo lo mismo. Es evidente, por otra parte, que si el
manzano se corrompe deja de ser el mismo, porque pierde la esencia que lo haca
ser aquel rbol concreto.
Si detenemos nuestra atencin en los accidentes, por comparacin con la
esencia, descubriremos que no todos ellos revisten la misma importancia en la
constitucin del ente. Hay algunos que necesariamente se dan en todos los
individuos que participan de la misma esencia, ya sea del mismo modo en todos,
como la facultad de entender y la capacidad de llorar en cada uno de los hombres,
o con variantes exclusivas entre ellos, pero de modo inseparable a cada uno,
como el pertenecer al sexo masculino o femenino.- Otros, en cambio, no son
necesarios porque pueden variar, separndose o aadindose al individuo, como
hemos visto en los ejemplos iniciales; estos ltimos cambios pueden proceder del
mismo individuo, como el manzano que pierde naturalmente las hojas, o de algn
agente externo, como las hojas arrancadas por el viento.
Ambos tipos de accidentes se distinguen de la esencia 2 porque no son lo que
hace a un ente ser tal ente, aunque como hemos visto unos dependen de ella
con necesidad y otros no.
Esto nos hace entender, al menos en parte, a qu responde la distincin que
observamos entre los diversos entes que, participando de una misma esencia, la
realizan con diversa intensidad de perfeccin.
2 Accidentia sunt in re aliqua praeter essentiam eius (C.G., I, 21).
4. Substancia y accidentes
El conocimiento que, por experiencia, adquirimos de los accidentes manifiesta con
evidencia que existen en la realidad; y, adems, que son algo concreto. Parece,
entonces, que el accidente rene las caractersticas que inicialmente hemos
atribuido al ente, como "lo que es" {id quod est) y, en este caso, habra que
preguntarse si es adecuado afirmar que el accidente tiene esencia.
Para resolver estas cuestiones hay que tener presente que en el mbito de lo real,
de todo lo que es, hay dos modalidades fundamentales en que se dan los entes: la
substancia y los accidentes. La primera viene a ser aquella misma esencia que
permaneca estable cuando considerbamos los cambios de las cosas y que, en
cuanto realiza la funcin de substrato de los accidentes, se denomina substancia.
La substancia es, pues, el ncleo ntimo del ente que subyace {sub-stat) o est
debajo de los accidentes y, a su vez, no es sustentada por nada, puesto que
subsiste en s misma. 3 Por contraste, los accidentes son las perfecciones que
inhieren en la substancia y, en esa misma medida, dependen de ella. Lo
caracterstico, entonces, del accidente, es que le conviene ser en otro como en su
sujeto, es decir, que est imposibilitado para subsistir en s 4.
Es evidente, pues, que el elemento ms importante de cada cosa es la
substancia, mientras que el accidente tiene un carcter secundario en
comparacin con ella. Y as el trmino substancia puede ser utilizado para
designar a un ente concreto, a cada cosa que existe en la realidad, porque a la
substancia le corresponde precisamente el ser. No ocurre, en cambio, lo mismo
con el accidente, porque su ser consiste en "ser en otro", lo cual significa que
carece de ser propio y que participa del ser de la substancia.
3 "Substantia vero quae est subiectum, do habet propria: Quorum primum est quod non indiget extrnseco
fundamento in quo sustentetur, sed sustentatur in seipso; et ideo dicitur subsistere, quasi per se et non in alio existens. Aliud vero est quod est fundamentum accidentibus substentans ipsa; et pro tanto dicitur substare" (De Potentia, q.9, a.l). 4 "Accidens vero definitur per aiiquid quod est extra essentiam eius, scilicet per subiectum, a quo secundum
suum esse dependet" (ibid, q.8, a.4, ad 5).
Con esto podemos ya contestar a las preguntas que nos hacamos. La
substancia se dice ente en sentido estricto y principal porque posee un ser propio;
el accidente, en cambio, es en todo caso "algo del ente" 5 o "ente del ente"6, es
decir, de la substancia.
Ahora se puede resolver la segunda cuestin que nos hemos planteado: si
el accidente tiene esencia. La respuesta es clara: as como el trmino ente se
aplica a la substancia en sentido propio, y slo de forma secundaria a los
accidentes, paralelamente "la esencia se encuentra con propiedad en la
substancia, y en los accidentes slo de algn modo y bajo un cierto aspecto"7. Es
decir, la esencia del accidente es una esencia derivada y secundaria.
5. Esencia y naturaleza
Al tratar de los accidentes qued establecido que haba diversos tipos, todos ellos
dependientes de algn modo de la esencia. Sin entrar en detalle en el estudio de
la actividad de los entes, interesa mencionar ahora que las cosas actan a travs
de diversos principios. Por ejemplo, el hombre conoce por su inteligencia que
es un accidente-, y la actividad de esta facultad depende con anterioridad de la
esencia del hombre en la cual se fundamenta. En este sentido se dice que la
esencia es principio de operaciones; esto es claro si se tiene en cuenta, por
ejemplo, que el rbol o el caballo, que carecen de esencia humana, son incapaces
de entender. Pues bien, a la esencia como principio de operaciones se le llama
naturaleza (natura) 8.
El trmino natura tambin hace referencia a lo que nace en el mundo fsico y, por
tanto, se contrapone as a lo artificial9. Esta precisin completa los elementos
5 Cfr. De Verit., q.27, a.1, ad 8.
6 Cfr. In XII Metaph., lect. 1.
7 De ente et essentia, c.2, n.4.
8 "Nomen naturae (...) videtur significare essentiam rei secundum quod habet ordinem ad propriam
operationem rei" (De ente..., el, n.3). 9 Cfr. De Malo, q.5, a.5.
necesarios para delimitar cul es el mbito de la esencia y qu realidades poseen
esencia.
6. El mbito de la esencia
Los ejemplos que hasta ahora hemos aducido para referirnos a las realidades que
tienen esencia el manzano, el caballo y el hombre nos sirven para lo que
queremos precisar. En efecto, hemos dicho que el lugar propio de la esencia es la
substancia, el ente concreto, las cosas naturales 10. Esto nos permite descartar,
por contraste, aquellos mbitos en los que la esencia no se encuentra con
propiedad.
En primer lugar, ha quedado ya establecido que, en sentido estricto, no puede
afirmarse que el accidente tenga esencia, porque no es ente como la substancia;
su esencia es derivada y secundaria.
En segundo lugar, tampoco las realidades ideales o mentales que dependen de la
concepcin racional como los nmeros, los conceptos, los signos, las rela-
ciones que la razn elabora , constituyen el mbito propio de la esencia real,
aunque sta, que siempre se encuentra en el ente concreto y subsistente, pueda
ser considerada en esos rdenes.
Por ltimo, tampoco las realidades artificiales, en cuanto artificiales, ni las
entidades resultantes de la agrupacin de diversos individuos, responden a las
exigencias requeridas para que se d la esencia en sentido metafsico; una mesa
de madera, por ejemplo, no tiene esencia en cuanto mesa, sino en lo que posee
de natural, es decir, la esencia corresponde a la madera de que est hecha; o una
sociedad, constituida por una multitud de individuos, tambin se encuentra en
situacin anloga, ya que la esencia corresponde a cada uno de los individuos
que la integran. La mesa, en cuanto artificial, est contituida por la forma
(accidental) que el artfice imprime al fabricarla; la SQciedad posee una unidad
resultante de la agrupacin de las personas que la integran, y no de un principio
10
Cfr. C. G., III, 7.
substancial intrnseco que la constituya. En otros trminos, la mesa y la sociedad
en cuanto tales no son substancias y, por esta razn, carecen de esencia en
sentido propio y estricto. A ellas les corresponde la esencia derivada y secundaria
del accidente.
El mbito de la esencia es, por tanto, el de las realidades naturales que subsisten
en s mismas segn sus principios propios. La razn ltima de esta afirmacin la
encontramos en el acto que confiere realidad a esas cosas naturales, es decir, en
el acto de ser. Por eso, podramos concluir que la esencia, tomada siempre en
sentido propio, se encuentra en todo aquello que tiene el ser en s, o sea, que
subsiste.
7. La esencia en las realidades inmateriales
Las substancias puramente espirituales como los ngeles, en cuanto que
subsisten en s mismas, son entes concretos y constituyen tambin realidades
naturales: tienen ser propio. La diferencia con los entes corpreos radica en el
modo de tener el ser, es decir, en la manera como su esencia determina al acto de
ser recibido11. Pero es claro que la estructura del ente que hasta el momento
hemos descubierto en las substancias materiales coincide con la de las
espirituales: esencia y ser, substancia y accidentes.
Por lo que se refiere a Dios, Ser supremo, que constituye el mximo grado de
realidad en la jerarqua que, en forma ascendente, arranca desde las cosas ma-
teriales, habra que sealar aqu slo los aspectos indispensables y necesarios
que tocan a nuestro tema. La pregunta sera si Dios tiene esencia. Si nos
atenemos a la nocin de esencia como aquello que hace que algo sea lo que es,
no habra dificultad, en una primera instancia, para contestar afirmativamente,
aunque nos sentiramos obligados a establecer algunos matices. Si atendemos,
en cambio, al hecho de que la esencia es lo que determina el modo de ser, tal
nocin choca claramente con la de Ser supremo que corresponde a Dios, porque
11
"Substantiarum vero quaedam sun simplices et quaedam compositae, et in utriusque est essentia; sed in simplicibus veriori et nobiliori modo, secundum quod etiam esse nobilius habent" {De ente..., c.2, n.4).
la referencia a un modo de ser incluye la limitacin de ese ser, como ha sido
puesto de manifiesto al tratar de la esencia en las cosas materiales. Negar que en
Dios haya esencia tambin resulta inconveniente, pues se correra el peligro de
concebirlo como ser indeterminado. La respuesta, por el contrario, surge cuando
consideramos que en el ser perfecto, acto puro sin mezcla de potencia, realidad
por antonomasia, la esencia carece del carcter potencial que tiene en los entes
finitos y, por tanto, se identifica con el ser12 Por esta misma razn el trmino
substancia, que incluye la referencia a unos accidentes de los que es sujeto, resul-
ta inadecuado para aplicarlo a Dios. En cambio, el subsistir es propio de Dios, que
es el mismo Ser subsistente (Ipsum Esse subsistens).
8. Los principios de la esencia en el mundo corpreo: materia y forma
La diferencia entre las substancias materiales y las espirituales, que
consiste en el modo de tener el ser, exige una ulterior aproximacin a la estructura
de la esencia en las primeras.
Cuando hemos analizado algunos ejemplos de entes corpreos que, por
tener distinta esencia, se distinguen entre s el manzano, el caballo y el
hombre, sealamos que tenan en comn el ser. Ahora podemos advertir que
entre el manzano, el caballo y el hombre hay, adems del ser, algo en que todos
coinciden: la materia, por la que son denominados entes corpreos, a diferencia
de las substancias puramente espirituales.
"Llamo materia al substrato primero para cada ser, a partir del cual nace
alguna cosa, permaneciendo inmanente y no accidental"13. Santo Toms traduce
estas palabras de Aristteles diciendo que la materia es "primum subiectum ex
quo aliquid fit per se et non secundum accidens, et inest rei iam factae"14: la
materia es el sujeto primero para cada ser, principio esencial de su generacin, y
que permanece una vez terminada sta.
12
"... Deus, cuius essentia est ipsum suum esse" (De ente..., c.5, n.30). 13
Aristteles, Fsica, I,c9,192 a 31-32. 14
In 1Physic., 1,15.
El anlisis del cambio substancial conduce a las siguientes conclusiones. Para
que la materia pueda ser principio y trmino de la generacin ha de ser algo
indeterminado en s mismo, es decir, pura potencia: non est ens actu sed potentia
tantum. No es un ente, sino el sujeto del acto que constituye esencialmente a la
substancia corprea y hace posible que exista en la realidad. El acto en cuestin es
la forma substancial que, con la materia, da lugar a la esencia.
La materia (prima), as entendida, es en s misma una, ya que nada permite
distinguir en ella partes actuales; slo es mltiple en potencia. La materia que
encontramos multiplicada en la realidad en el manzano, en el caballo y en el
hombre es la materia ya actualizada por aquel principio que confiere a cada cosa
a cada esencia su propia especificacin: la forma substancial.
La forma de cada substancia corprea es, pues, un principio inmanente y no
accidental; es aquello por lo que el ente sensible recibe su actualidad y queda deter-
minado a ser tal ente y no otro. Es el principio actual de la esencia que confiere a
la cosa un modo preciso de ser.
Entre los entes de una misma especie los manzanos, los caballos, los
hombres hay, adems del ser, algo comn a todos ellos: su pertenencia a esa
misma especie y no a otra, que viene determinada por la forma substancial. De
dnde proviene la distincin entre los diversos manzanos, o entre los caballos? No
puede provenir de la forma, que si bien es un principio intrnseco al ente, por s
misma es comunicable a muchos y, en esta medida, determina la especie. La
pregunta aqu se refiere al principio de individuacin que da cuenta de la
multiplicacin y singularizacin de esa forma comn en cada individuo particular. La
materia prima tal como es en s misma: pura potencia tampoco ejerce la
funcin de individuar a la especie. La respuesta la encontramos, segn Santo
Toms, en la materia, pero en cuanto determinada individualizada por el acci-
dente cantidad: la cantidad dimensiva delimita, por decirlo de algn modo, una
porcin de materia para que en ella se reciba una forma substancial. Por tanto, el
principio de individuacin es la materia en cuanto afectada por la cantidad
dimensiva (signata quantitate)15. Desde esta perspectiva, la materia se convierte en
el principio potencial apto para recibir la actualizacin de la forma que
determina a esa misma forma para que se realice en el individuo particular.
Materia y forma son, as, las partes o principios constitutivos de la esencia16. No
pueden existir separadamente porque cada una exige la otra, y, de la mutua unin,
resulta la esencia constitutiva del compuesto substancial que es realmente lo que
existe.
La unidad del compuesto procede de la relacin entre la materia y la forma,
co-principios que se unen inmediatamente sin ningn elemento intermediario
como la potencia y el acto: la forma actualiza a la materia, que es el sujeto
receptivo y determinante de la primera.
El caso de las substancias espirituales, carentes de materia, es distinto. Su
esencia no es sino su misma forma y, por tanto, esta ltima composicin que veni-
mos considerando est ausente de ellas. Permanecen, en cambio, las dos
anteriores: substancia y accidentes, de una parte17, y esencia y ser, de otra.
9. Conclusin
El ente particular no puede concebirse como una realidad simple; es
intrnsecamente compuesto, posee una estructura.
La composicin ms radical del ente consiste en la conjuncin ntima de
dos principios reales: el ser que hace existir al ente, y la esencia, que determina el
modo de ser. Son distintos, pero no independientes porque cada uno implica
necesariamente la referencia al otro: la esencia sin el ser no es nada, y el ser, en
el orden del ente finito, es siempre acto de una esencia.
15
Cfr. S. Th, I, q.77, a.2. Sobre esta cuestin existen varias interpretaciones del pensamiento de Santo Toms; vid. U. Degl'Innocenti, II principio d'individuazione nella scuola tomista, P.U.I., Roma, 1971. 16
"Partes quidem essentiae sunt, naturaliter quidem, forma et materia" (S. Th, III, q.90, a.2). 17
Cfr. De ente et essentia, el, n.26).
Las cosas estn sometidas al cambio: adquieren y pierden continuamente
cualidades que forman parte de su realidad. En este proceso hay algo que
permanece siempre inalterado, por lo que esas cosas siguen siendo las mismas.
La composicin entre lo permanente y lo cambiante en las cosas es un dato de
experiencia que, en el lenguaje filosfico, se expresa con los trminos substancia
y accidentes.
La estructura del ente corpreo en el orden substancial consta de un
principio de determinacin especfica y de un principio de multiplicacin: la forma y
la materia que se relacionan, respectivamente, como el acto y la potencia.
Tres tipos de composicin, por tanto, constituyen la estructura del ente: ser
y esencia, substancia y accidentes, materia y forma, en las realidades corpreas;
la ltima de estas composiciones desaparece en las substancias inmateriales;
mientras que Dios carece de todas ellas porque su ser y su esencia se identifican
en la plenitud de perfeccin absoluta que es el Ser subsistente.
Segunda parte
LA NOCIN FILOSFICA
DE LA PARTICIPACIN
1. Consideraciones generales
El verbo "participar", desde el punto de vista semntico, puede tomarse en
dos sentidos: como accin transitiva significa dar parte, comunicar algo a alguien,
hacerle partcipe o formar parte de algo; en sentido intransitivo, hace referencia a
tener uno parte en alguna cosa, tocarle algo en ella o tomar parte de ella. Si se
dice, por ejemplo, que alguien participa una noticia, la frase es incompleta porque
puede entenderse en ambos sentidos, como transmisin de la noticia a otros, o
bien como recepcin pasiva de ella.
Participare, segn Santo Toms, significa partem capere o partem habere:
"Est autem participare quasi partem capere"18. Esta definicin etimolgica hace
referencia al aspecto pasivo o intransitivo de la participacin tomar o tener parte
de algo o en algo y de ella derivan dos tipos de participacin reflejados en el
lenguaje ordinario: no es lo mismo tomar parte de una herencia, que es un todo
cuantitativo y material, que participar de una noticia o de un sentimiento de otro.
En el primer caso la herencia se divide y distribuye en partes distintas,
desapareciendo el todo. En el segundo, la noticia y el sentimiento pueden ser
recibidos por diversos participantes con mayor o menor intensidad, si se
quiere sin dejar de permanecer en aquel que los comunica, porque se trata de
algo inmaterial y cualitativo.
En el lenguaje comn encontramos que estos dos modos de participacin,
que podran llamarse cuantitativa y cualitativa, respectivamente , tienen mlti-
ples usos y aplicaciones en las diversas esferas de la vida humana. En todos los
mbitos en los que el hombre puede establecer relaciones, o en los que se da
algn tipo de comunidad, es posible hablar de participacin. El conocimiento,
intelectual o sensible, el querer volitivo, los sentimientos y los afectos, las
tendencias instintivas y aun la simple presencia fsica o la misma estructura
corprea en el hombre son fuentes que originan relaciones de participacin,
siempre en sentido activo o pasivo y, segn cada caso, materiales o inmateriales.
En el terreno social poltico, econmico y cultural decimos, por ejemplo, que
varios individuos participan de intereses o ideas comunes, de acciones que
ejecutan para ^alcanzar determinadas metas, de objetivos que se proponen
18
in Boeth. de Hebd., lect. 2, n.24.
unitariamente, de la responsabilidad del xito de la empresa o de los resultados
obtenidos. En las relaciones personales se participa de la tristeza y del dolor de la
persona a la que se quiere, o se le hace partcipe de la propia alegra. Cuando
diversas personas se renen en un lugar determinado tambin participan de aquel
espacio en cuanto que cada una ocupa una parte. O, finalmente, si el comerciante
vende su mercanca a diversos clientes, stos participan de aquel producto que
queda as dividido y distribuido.
1.1. Los elementos de la participacin
En toda participacin se incluye un objeto participado, unos sujetos participantes
(que puede ser incluso uno solo), un aspecto de comunidad de los participantes
entre s o de stos respecto de lo participado y un modo de participar. Cuando la
participacin es material y cuantitativa, el participar afecta primordial-mente al objeto
participado, y la comunidad es un efecto suyo, ya que el todo desaparece al ser
dividido y distribuido entre los participantes: la relacin de comunidad se reduce a la
que guardan los participantes entre s y no respecto al objeto como todo, que ha
desaparecido. La participacin en sentido inmaterial, en cambio, mira al modo de
tener o recibir algo de un todo que permanece inalterado, sin que ninguno de los
dos participantes agote la perfeccin contenida en el todo; aqu se conserva la
comunidad de los sujetos respecto del objeto participado y es, a su vez, el
fundamento de la comunidad de los participantes entre s.
Este ltimo modo de participacin es el que nos interesa desde el punto de vista
filosfico, tanto por su mayor amplitud como, sobre todo, por su carcter de
inmaterialidad. Aqu lo participado es una cualidad, una perfeccin, un aspecto, un
acto o una forma de aquello que se participa y permanece intacto e indiviso.
1.2. La nocin de participacin en la filosofa
Para expresar con precisin esta participacin propiamente metafsica, la
etimologa latina partem capere no resulta del todo adecuada porque sugiere
ms bien el primer sentido de participacin material , el cual, como hemos
visto, mira directamente al objeto como todo que se disuelve en sus partes. En
cambio, los trminos griegos correspondientes al verbo participar y
restringen menos el significado y "no parecen sugerir inmediatamente partem
capere, partem habere, sino ms bien habere simul, habere cum alio,
communicare cum aliquo in aliqua re... acercndose as de modo notable al
significado filosfico ms riguroso del trmino"19.
La presencia de la nocin de participacin en la filosofa contempornea, tanto
en algunos ambientes ajenos al tomismo,20 como en el mbito propio de la
interpretacin del pensamiento de Santo Toms,21 ha puesto de manifiesto la
importancia de esta doctrina en el tratamiento de las cuestiones filosficas
fundamentales.
1,2.1. La participacin en Platn y Aristteles
La historia de la nocin de participacin se remonta a Platn, quien la introdujo
para expresar las relaciones de las cosas sensibles con las ideas separadas, del
singular con el universal, si bien el mismo Aristteles, en el libro I de la Metafsica,
hace notar que ya se hallaba de algn modo en los pitagricos. La participacin
platnica incluye dos elementos irreductibles: la imitacin o semejanza del concreto
singular respecto de la idea universal, y la trascendencia de las ideas, como
unidades de perfeccin, en relacin a las cosas particulares.
Aristteles tambin trat el tema, aunque reducindolo al nivel de la
participacin lgica, para explicar las relaciones de los universales: los individuos en
relacin a la especie y las especies respecto del gnero. Opuso la inmanencia de la
19
C. FABRO, La nozione metafsica di partecipazione, Societa Editrice Internazionalc, Torino 1950, pp.42 y ss. 20
Por ejemplo, G. Marcel y R. Lavelle hacen notar en qu medida la filosofa existencialista recurre a esta doctrina. Vid. G. MARCEL, Le mystere de l'tre, 2 voll., Pars 1952; R. LAVELLE, De l'tre, Pars 1928 y De lacte, Pars 1937. 21
Para un estudio completo de esta nocin en la filosofa del Doctor Anglico, vid L.B. GEIGER, La participation dans la philosophie de S. Thomas d'Aquin (Bibliotheque Thomiste XXIII), 2a. ed., Pars 1953, y, sobre todo, las obras de C. FABRO (La nozione..., Partecipazione e causalit, Societa Editrice Internazionale, Torino 1960).
forma en las substancias sensibles y la causalidad del singular en el devenir a la
participacin platnica que se resolva en la imitacin-trascendencia. De este modo
el pensamiento griego pareca encontrar una anttesis sin va de escape22.
La filosofa neo-platnica se caracteriz, en buena medida, por su esfuerzo en
conciliar ambas tentativas de fundamentacin de la realidad, que parecan opuestas
pero de algn modo complementarias para calar en el ncleo ms ntimo y radical
de las cosas.
1.2.2. La participacin en Toms de Aquino
Fue Santo Toms quien super aquella oposicin platnico-aristotlica
elaborando una nueva nocin de participacin que haca posible la compatibilidad
entre la horizontalidad de la inmanencia y la verticalidad de la trascendencia. El
nuevo principio en que se basa la doctrina de la participacin es el esse como
actus essendi, como acto primero y fundante de todas las dems perfecciones del
ente.
La nocin de participacin es central en la especulacin tomista23 con mayor
fuerza y evidencia en sus obras de madurez, porque expresa "el ltimo punto de
referencia de toda la realidad, tanto desde el punto de vista esttico de la
estructura de la creatura, como del dinmico de su dependencia de Dios: esta
nocin asume del platonismo la relacin de ejemplaridad y distincin absoluta
entre el ente participante y el Esse subsistens, y del aristotelismo el principio de la
composicin real y de la causalidad real en todo nivel de participacin por parte
del ente finito"24 .
22
Cfr. C. FABRO, Elementi per una domina tomistica della participazione, en Divinitas 11 (1967), p. 562. 23
"La philosophie de S. Thomas pent tre appele a juste titre une philosophie de la participation" (L.B. GEIGER, op. cit, p. 451). "La participacin en el plano del ser constituye el problema metafisico por excelencia, porque afecta precisamente al objeto formal de la metafsica" (L. DE RAEYMAEKER, Filosofa del ser, Ed.Gredos, 2a. ed., Madrid 1968, p. 38) 23
24 C. FABRO, Elementi per una dottrina.., p. 573.
Resulta superfluo preguntarse si la participacin para Santo Toms tiene
prioridad respecto del esse, o viceversa, porque hay una ntima conexin entre
ambos, y cada uno en su orden tiene carcter de primariedad.
Dicho en trminos de Fabro: "La metafsica de la participacin, en todos sus
aspectos, estticos y dinmicos, se fundamenta en la nocin de esse intensivo; de
otra parte, este esse se articula como acto emergente, en las diversas fases de
esta metafsica, gracias a la virtualidad y riqueza heurstica de la nocin de
participacin"25.
Es oportuno observar en este punto que el estudio de cualquier principio o tema
metafsico, segn Santo Toms, debe apoyarse en la doctrina de la participacin,
y no ha de perder de vista la estrecha conexin que guarda con el actus essendi,
si se quiere permanecer fiel a su pensamiento.
2. La nocin metafsica de participacin y los modos de participar
2.1 La nocin metafsica
Habiendo ya descartado el sentido material de participar, segn el cual el
todo material es dividido en sus partes integrantes, habr que precisar ahora el
contenido filosfico de la nocin de participacin.
En la definicin de Santo Toms "Est autem participare quasi partem
capere", la partcula quasi libera el participar de aquel sentido cuantitativo y lo
ampla al mbito de la cualidad, del acto, de la formalidad. Aqu la participacin,
como hemos visto, se refiere al modo en que un sujeto recibe una perfeccin y no
al objeto que, en sentido material, es distribuido en partes. La formalidad y el acto
son simples e indivisibles. Por tanto, la formalidad se tiene o no se tiene, porque
no es posible recibir una parte de ella. Qu sentido tiene, entonces, la
participacin filosfica? Parecera que si slo se puede participar el todo ya no
tendra sentido hablar de participacin o, al menos, se eliminara la diferencia
25
C. FABRO, Partecipazione e..., p. 640.
entre el todo considerado en s mismo y ese mismo todo en los sujetos
participantes.
Santo Toms aclara la cuestin sealando precisamente que la diferencia
entre la formalidad en s y esa misma formalidad participada radica en el modo en
que los participantes la reciben: particularmente 26, parcialmente 27,
imperfectamente28 .
En cambio, lo que se opone a esta participacin es el tener (recibir o ser)
algo de modo total, ya que la perfeccin o formalidad, al ser participada, queda
limitada y determinada por el sujeto participante29, lo cual implica que la perfeccin
participada est siempre unida a algo ajeno a ella misma, y esta composicin le
hace perder el carcter de plenitud que le pertenece en su propio orden30.
2.2. Los modos de participacin
No es posible establecer en abstracto una nocin de participacin que
resulte vlida en todos los rdenes a los que puede ser aplicada, puesto que en
cada uno incluye peculiaridades diversas. Sin embargo, las precisiones anteriores
son suficientes para retener los elementos necesarios que nos permiten
aproximarnos a los modos principales de la participacin tomista.
La primera distincin depende de los dos posibles niveles de consideracin
de las cosas: lgico y real.
26
"Et ideo quando aliquid particulariter recipit id quod ad alterum pertinet universaliter dicitur participare illud" (In Boeth. De Hebd., lect. 2, n. 24). 27
"Participare nihil aliud est quam ab alio partialiter accipere" (Ibidem). 28
"Participative (scilicet aliquid convenit alicui) quod excedit suam naturam sed tamen aliquid de illo participat, sed imperfecte" (Ibidem). 29
"Omne quod participatur determinatur ad modum participantis, et sic partialiter habetur, et non secundum omnem perfectionis modum" (C.G., I, c. 32). 30
"Quod enim totaliter est aliquid, non participat illud, sed est per essentiam idem illi. Quod vero non totaliter est aliquid habens aliquid aliud adiunctum, proprie participare dicitur. Sicut si calor esset calor per se existens, non diceretur participare calorem, quia nihil esset in eonisi calor. Ignis vero quia est aliquid quam calor, dicitur participare calorem" (In I Metaph., lect. 10, n. 154).
2.2.1. Participacin lgica
En el orden lgico la participacin es unvoca y se reduce a la relacin de
predicacin del universal respecto del particular los individuos participan de la
especie que se predica de ellos y del universal de mayor extensin respecto a
los universales inferiores el gnero se predica de las especies . Aqu la par-
ticipacin incluye dos caractersticas propias: la formalidad participada se
encuentra segn todo su contenido esencial en los participantes y de ah su
univocidad la formalidad "hombre" se atribuye igualmente a Pedro y a Juan
porque est en ambos segn todo su contenido esencial, como la animalidad en el
hombre y en el caballo ; la segunda caracterstica es que tal formalidad, aunque
puede ser abstrada por la mente y entonces es un concepto cuya existencia se
reduce a estar en la inteligencia , slo tiene realidad en los participantes y no
fuera de ellos: carece de trascendencia porque no existe en s misma con
independencia de los participantes. Este es el momento de la inmanencia
aristotlica en la participacin, que no incluye la condicin fundamental para la
participacin metafsica. En efecto, aqu el participar no consiste en tener parcial-
mente partialiter habere, partialiter esse la perfeccin participada, sino en
atribuir unvocamente esa perfeccin a quienes la poseen, por esencia, de manera
total 31.
2.2.2. Participacin real trascendental
En el orden real, donde todo est actualizado por el esse de ah su
carcter de realidad la participacin es anloga en los diversos rdenes del
ente. Esta afirmacin requerira un anlisis detenido. Podemos, sin embargo,
adelantar el esquema. La participacin fundamental en este orden es la que se da
en los entes respecto del Esse subsistens, es decir, en las creaturas respecto a
Dios. Es sta una participacin anloga en cuanto que los participantes tienen una
31
"Omne quod de pluribus praedicator univoce secundum participationem, cuilibet eorum convenit de quo praedicatur, nam species participare dicitur genus et individuum speciem. De Deo autem nihil dicitur per participationem, nam omne quod participatur determinatur ad modum participantis, et sic partialiter habetur, et non secundum omnem perfectionis modum" (C.G., I, c. 32).
"similitudo degradata" de la perfeccin participada; y es tambin trascendental
porque la perfeccin que se participa el Ser subsiste en s, fuera de los
participantes. Como el esse es la perfeccin que actualiza todas las formalidades
que hay en los entes a nivel substancial y accidental, cada una de ellas es
real precisamente gracias al esse. De este modo puede decirse que no slo los
entes participan del esse, sino tambin las perfecciones o formalidades que
componen su estructura. Este punto reviste especial importancia cuando se trata
de considerar la perfeccin de la esencia como participacin del acto de ser.
2.2.3. Participacin real predicamental
Adems de esta participacin trascendental, respecto del Esse subsistens,
hay en los entes otras participaciones que corresponden a las perfecciones que
intervienen en su estructura predicamental, tanto a nivel substancial como
accidental. La participacin en este nivel tiene relacin con el esse por eso es
real en cuanto que las formalidades deben a l su actualidad. Pero no se trata
ya, como decamos, de la participacin respecto directamente al esse, sino de la
que se da en el nivel de las mismas formalidades. Por ejemplo, observamos que
dos individuos poseen el color blanco, aunque uno lo tenga con mayor intensidad
que el otro. En ambos casos el accidente en cuestin es real, aunque en ninguno
se identifique con la blancura perfecta. Podemos afirmar que sta se encuentra
degradada en cada caso. Sin embargo, tambin es cierto que la blancura como tal
no existe en s misma, fuera de los participantes que la poseen, sino realizada
segn modos de ser diversos. El ejemplo podra trasladarse al nivel esencial
sustituyendo la blancura por la naturaleza humana para afirmar la participacin
en todo el orden predicamental y no slo en el trascendental32. Esto significa que
la participacin real predicamental no es trascendente la perfeccin participada
no existe fuera de los participantes , sino inmanente; pero s anloga, tanto por
la gradacin con que la formalidad se realiza, como por su relacin a esa misma
32
"Sicut hic homo participat humanam naturam, ita quodcumque ens creatum participat, ut ita diserim, naturam essendi; quia solus Deus est suum esse" (S. Th., I,q.45,a.5,ad1).
perfeccin que se encuentra contenida, formal o virtualmente, en el Esse
subsistens, ltimo fundamento de realidad de todos los actos.
Con esto tenemos ya diversos tipos de participacin:
a) Lgica (unvoca)
b) Real (anloga) trascendental
c) Real (anloga) inmanente (predicamental).
2.2.4. Participacin dinmica y participacin esttica
Ahora bien, la participacin real tanto trascendental como
predicamental puede ser considerada bajo dos aspectos distintos pero
complementarios, es decir, esttica o dinmicamente. Para explicar esto es
necesario volver a considerar los distintos elementos que intervienen en la
participacin anloga.
Como punto de partida hay que decir que la participacin exige un sujeto
capaz de participar alguna determinada perfeccin y la perfeccin considerada en
s misma como todo. Cuando el sujeto participa esa perfeccin, recibe una parte
forma o aspecto del todo, que es la perfeccin tomada en su plenitud. El todo
permanece inalterado y el sujeto tiene ya, adems de lo que le es propio, lo que
ha recibido, que es un efecto que se ha desprendido o separado de la perfeccin
plena33. En otros trminos, el participante posee una formalidad o acto, pero no en
modo total ni exclusivo.
Podemos servirnos de un ejemplo que, al menos aproximadamente, puede
ilustrar lo anterior. Tomamos por sujeto al alumno que ha de asimilar la ciencia del
maestro, la cual sera la perfeccin en cuestin. El alumno recibe los
conocimientos limitadamente, segn su capacidad; la ciencia en el maestro no se
33
"Omne quod est totaliter aliquale, est essentialiter tale: sicut si aliquid est totaliter bonum, est essentia bonitatis. Si enim participat bono, oportet quod dividatur in participans et participatum" (Comm. in L. De Divinis Nominibus, c. IV, lect. 14, P. XV, 322 b).
altera por el hecho de transmitirse al alumno; la causa de la ciencia que ste ha
adquirido es la ciencia del maestro. En uno y otro est la misma ciencia, pero con
distinta intensidad. Todos los conocimientos del alumno estn contenidos en el
saber del maestro, ya que son un efecto o una participacin de ste.
Para facilitar la explicacin podemos llamar P a la perfeccin como todo o
plenitud fuera del participante (la ciencia del maestro); p, a la perfeccin
participada (la ciencia recibida por el alumno); S, al sujeto participante sin la
perfeccin recibida (el alumno sin la ciencia); y Sp al sujeto participante con la
perfeccin recibida.
Entre el participante (Sp) que ha recibido la perfeccin (p) y la perfeccin en
plenitud (P) hay una doble diferencia: Sp se distingue de P por lo que tiene de
propio (S) y por el modo limitado de poseer la perfeccin (p) que ha recibido de P.
El participante (Sp) coincide, en cambio, con la perfeccin plena (P) precisamente
en aquello que de ella ha recibido (p).
Entre la perfeccin participada (p) y la perfeccin en s misma (P) hay una
dependencia causal, ya que sta ha dado origen a aqulla como participacin
suya, es decir, hacindola derivar desde s misma. Se trata, por tanto, de la
participacin que hay entre el efecto (p) y la causa (P)34.
Entre el participante (S) y la perfeccin participada (p) hay una composicin
como la de la potencia y el acto, en cuanto que S recibe y limita a p, que es la
perfeccin, segn su propia capacidad. En esta relacin, por tanto, S participa de
p como la potencia del acto. O, como afirma Santo Toms, "todo participante se
relaciona con lo participado, como la potencia con el acto"35.
La participacin por composicin, entre p y S, depende de la participacin
causal entre P y p, ya que p es acto de S y, a su vez, efecto de P. Dicho en otros
34
"Similiter effectus dicitur participare suam causam, et praecipue quando non adaequat virtutem suae causae" (Comm. in L De Hebd., lect. II). 35
"Omne participans se habet ad participatum, sicut poentia ad actum" (QuodJ. III, q. 8, a. 20 y C G.,II, c. 53,3
).
trminos, la diferencia ontolgica que existe entre el participante (Sp) y la
perfeccin como plenitud (P) fundada en la dependencia causal entre p y P- se
manifiesta en la composicin de acto y potencia (p y S) en el propio participante
(Sp).
El aspecto dinmico de la participacin es, por tanto, el correspondiente a la
relacin causa-efecto, donde el trmino participar manifiesta a un tiempo la
dependencia esencial del participante respecto de lo participado y la excelencia
metafsica absoluta de lo participado respecto al participante. El aspecto esttico,
en cambio, se inserta en el interior del ente como composicin acto-potencia.
2.2.5, Participacin trascendental dinmica
Superando, pues, las limitaciones obligadas por la ejemplificacin aducida y
situndonos en un nivel metafsico, descubrimos que la primera divisin de la rea-
lidad es aquella de Ser por esencia plenitud absoluta de perfeccin y de ente
por participacin. El ente finito recibe del Esse per essentiam el acto primario que
lo constituye esse participado por va de causalidad36. "El causar comporta
de parte de la formalidad, que es participada, una 'cada ontolgica' o el salto
infinito entre aquello que es por esencia (la causa) y aquello que es por
participacin (el efecto): el efecto participante es, ciertamente, semejante a la
causa participada en cuanto a la formalidad recibida pero, simultneamente, es
desemejante de la causa en cuanto al modo de tenerla, que es precisamente
segn la diferencia metafsica de la participacin"37. La participacin como
causalidad primera es, por tanto, trascendental y dinmica.
2.2.6. Participacin trascendental esttica
La composicin que esta causalidad determina en el ente finito, entre la
formalidad recibida (esse participado como acto) y el sujeto que la recibe (essentia
36
El acto creador de Dios alcanza no slo al esse de la creatura, sino a todas sus formalidades, y concretamente a la esencia que recibe el acto de ser: "Deus simul dans esse, producit id quod esse recipit: et sic non oportet quod agat ex aliquo praexistenti" (De Potentia, q. 3, a. 1, ad 17). 37
C. FABRO, Partecipazione e..., p. 317.
participante como potencia) es tambin trascendental desde el aspecto esttico de
la estructura entitativa, ya que en ella radica la diferencia del ente finito con el
Esse per esentiam.
2.2 J. Participacin predicamental dinmica
La causalidad segunda, propia de los entes finitos, tiene como objeto el fien
o devenir de la realidad creada en el mbito de los gneros y las especies,
supuesto el influjo de la Causa Primera. Aqu la participacin predicamental
dinmica toca no slo al nivel de la accin en general sino, de modo especial, al
modo como los individuos participan de la especie o, si se quiere, a la manera
como la misma especie se expande a travs de los individuos.38 Lo que funda la
participacin en este orden y supera, por tanto, la univocidad propia del orden
lgico - es la referencia a la analoga del esse, segn la cual los individuos son
considerados como diversas concreciones reales de la perfeccin participada, o
modos de ser existentes en la realidad.
2.2.8. Participacin predicamental esttica
La participacin predicamental dinmica, que incluye tanto la participacin
de las especies respecto del gnero como la de los individuos respecto de la
especie, conduce a la composicin esttica y predicamental entre el
participante (potencia) y la perfeccin recibida (acto) en cada caso. Esta relacin
se resuelve, respectivamente, como composicin substancia-accidentes en el ente
finito en general, y como composicin materia-forma en las cosas corpreas. El
fundamento de esta estructura es siempre el acto de ser.
38
"Omnes enim singulares nomines huius praedicationis recipiunt veritatem per hoc quod ipsam essentiam speciei participant. Nullus autem eorum ex hoc dicitur homo, quod similitudinem paricipat alterius hominis, sed ex eo solo quod participat essentiam speciei: ad quam tamen participandam unus inducit alium per viam generationis, pater scilicet filium" (Comp. Theol., c. 255, ed. de Mara, III, p. 205)
2.2.9, Sntesis
Si a estos cuatro modos de participacin real anloga que guardan entre
s una estrechsima relacin39 y constituyen la unidad de todo el orden de la reali-
dad aadimos el correspondiente a la participacin lgica predicamental y
unvoca, tendremos el cuadro completo de esta nocin tomista fundamental. En
concreto:
a) Participacin trascendental dinmica: dependencia causal de los
entes respecto al Ser (creacin y conservacin);
b) Participacin trascendental esttica: composicin esse-esencia en
todo ente creado;
c) participacin predicamental dinmica: causalidad segunda en el
mbito de los gneros y las especies (las especies participan del
gnero; los individuos de la especie)40;
3. Proyeccin de la nocin de participacin
Como hemos dicho, la nocin de participacin en Santo Toms expresa el
ltimo punto de referencia de toda la realidad, tanto desde el punto de vista
esttico de la estructura de los entes como desde el dinmico que culmina en la
radical dependencia de Dios. Esta nocin asume del platonismo la relacin de
ejemplaridad y distincin absoluta entre el ente participante y el Esse per
essentiam y, del aristotelismo, el principio de la composicin real y de la
causalidad real en todo nivel de participacin del ente finito.
39
"I due aspetti della partecipazione (statico e dinmico) son tuttavia inscindibili in quanto quelli che sono i rapporti formali sul piano statico dell'esse, si repetono sui piano dinmico del divenire e ne comandano l'ultima interpretazione. Cosi la partecipazione statica di materia e forma, di sostanza e accidente, di essenta ed esse, diventa la chiave per linterpretazione della partecipazione dinmica, sia nel piano predicamentale del divenire fsico e della dipendenza particolare, come nel piano trascendentale della prima origine per creazione e della conservazione degli esseri" (C FABRO, Partecipazione e..., p. 207). 39
40 Esta participacin causal se refiere al modo como la especie (y el gnero), tomada como totalidad
intensiva de ser, se transmite a los particulares en los que se encuentra realizada segn diversos grados de intensidad.
El fundamento de la participacin es el esse como acto de todos los actos
del ente; como perfeccin suprema respecto a la cual todas las dems
formalidades y perfecciones son consideradas como participantes, y esto en dos
sentidos: en cuanto que el esse, al ser el acto de toda formalidad, hace que todas
las perfecciones tengan carcter de potencia respecto de l; y, adems, porque el
esse realizado en toda su expansin formal, es decir, a travs de diversas
formalidades por l constituidas, es la totalidad comprensiva de todas las
perfecciones que no son sino participaciones suyas41.
La nocin de participacin hace posible concebir el ente desde su ncleo ms
ntimo el esse y, desde ah, comprender la expansin de ese ncleo funda-
mental en las diversas estructuras de la realidad. Hace posible una visin del ente
finito de dentro a fuera, porque previamente ha dado acceso a la fuente ms ntima
desde la que fluyen todas las ulteriores concreciones del ser42. Y esta posibilidad
se fundamenta, a su vez, en la participacin primaria y trascendental del esse
finito respecto del Esse subsistens. Es evidente la diferencia entre el ser as
concebido -como actus essendi , y la existencia, como mero hecho de ser o
"resultado" de ese acto, que no tiene carcter de principio metafsico.
3.1. La sntesis tomista: platonismo y aristotelismo
Al exponer la participacin esttica, como composicin participante-participado,
hicimos notar que se trataba de la misma relacin potencia-acto. Cabra, por tanto,
preguntarse dnde radica la originalidad de la participacin tomista o si, por el
contrario, se reduce a la doctrina aristotlica del acto y la potencia.
41
Esta es la nocin del esse intensivo. Sobre este tema y, en particular, sobre las relaciones del esse con la esencia, nos permitimos remitir a nuestros trabajos Estudio sobre la esencia, Sapientia, 1981 (nn. 141 y 142), Buenos Aires; y Fundamentacin criticometaflsica de la esencia, Anuario Filosfico Universidad de Navarra, 1981 (vol. XIV-2), Pamplona. 42
X. ZUBIRI, en su obra Sobre la esencia (Sociedad de Estudios y Publicaciones, Madrid 1963) se ha propuesto proporcionar esta visin de la realidad, "de dentro a fuera", confiriendo a la esencia prioridad sobre el ser. Para esta concepcin esencialista de las cosas, el ser no es sino "una actividad ulterior de lo real" (X. ZUBIRI, La dimensin histrica del ser humano, en Realistas , n
Q. 1, Madrid 1974, p. 14).
Los primero que hay que dejar sentado es que Santo Toms se sirve tanto
de la nocin de participacin como de la doctrina del acto y la potencia, conju-
gndolas sintticamente, en todo el proceso metodolgico de la metafsica. Pero
en esta sntesis cada nocin conserva su propia funcin, de modo que ninguna de
las dos es sustituida o absorbida por la otra, sino que son intrnsecamente
complementarias43.
La participacin tiene una funcin constructiva propia, insustituible y, por
tanto, indispensable. Da origen a un nuevo concepto de acto el esse intensivo
, ms all de la forma y la esencia aristotlicas, y a un nuevo concepto de
potencia, diverso de la potencia de la materia: la potencialidad de la forma y de la
esencia en relacin al esse, que confiere a la realidad total, visto bajo el aspecto
metafsico, una estructura mucho ms compleja que la de Aristteles44.
Tambin es posible sostener una prioridad metodolgica y un mayor valor
heurstico, para la discusin y profundizacin de los problemas, de la participacin
sobre el acto y la potencia en Santo Toms, puesta de manifiesto con suficiente
claridad en algunos textos, sobre todo de la Summa contra Gentes II, ce. 52-54.
La nocin aristotlica del acto y la potencia resulta, en cambio, ms
adecuada para la sistematizacin de las conclusiones ya adquiridas y para la
derivacin analtica de las propiedades de los objetos.
Puede decirse, por tanto, que "la pareja platnica (participante-participado)
permanecera en verdad demasiado imprecisa si sus resultados no fuesen
colocados bajo la pareja aristotlica (acto-potencia), como permaneci imprecisa e
infructuosa, ms an, daina, en aquellos pensadores, predecesores de Santo
Toms, que no hicieron uso del instrumento aristotlico. Pero no menos estril
43
Cfr. C. FABRO, La nozione..., p. 354. 44
El c. 8 de De Subst. Separatis -obra de madurez de Santo Toms-ofrece una visin sinttica del entrelazamiento de los principios del ente en ambos niveles, predicamental y trascendental.
quedara la pareja aristotlica, si no fuese precedida y sostenida por aquella
platnica, como ocurri en el averrosmo"45.
En conclusin, la originalidad de la especulacin tomista radica en la
armona que el sistema ha alcanzado en todas sus partes, gracias a la conjuncin
de ambas nociones,46 haciendo posible una visin total de la realidad sin fisuras ni
rigideces esquemticas.
45
Cfr.C. FABRO, Ibidem. 46
Santo Toms se hace eco explcitamente del acuerdo que es posible alcanzar entre la postura platnica y la aristotlica, basado en la sntesis que l mismo ha realizado: In quo conveniat opinio Platonis et Aristotelis (De Subst Separatis, c. 3)