A medida que el siglo XX iba avanzando y las grandesindustrias y negocios optaban por instalarse en losnúcleos urbanos, con la subsiguiente oferta de puestosde trabajo, los procesos de desplazamiento hacia lasciudades fueron haciéndolas crecer a un fuerte ritmo,como nunca antes se había visto. De esta manera, seacabaron conformando espacios más heterogéneos,donde el contacto entre personas pertenecientes adistintas clases y colectivos sociales posibilitaba unaconvivencia con mayor proximidad y más facilidadespara las interrelaciones.Prácticas en Educación Intercultural
La educación rural en el marco dela revolución en la estructura delas poblaciones de las nacionesA medida que el siglo XX iba avanzando y las grandes industrias ynegocios optaban por instalarseen los núcleos urbanos, con la subsiguiente oferta de puestos de trabajo, los procesos dedesplazamiento hacia las ciudadesfueron haciéndolas crecer a unfuerte ritmo, como nunca antes sehabía visto. De esta manera, seacabaron conformando espaciosmás heterogéneos, donde el contacto entre personas pertenecientes a distintas clases y colectivossociales posibilitaba una convivencia con mayor proximidad y másfacilidades para las interrelaciones.Este proceso de concentración dela población en las ciudades, de urbanización de la humanidad y, enconsecuencia, de despoblamientode los núcleos rurales alcanza supunto más álgido en el año 2008;con más de la mitad de la población mundial viviendo en ciudades, 3.300 millones de personas;con una humanidad mayoritariamente urbana por primera vez enla historia. Así, por ejemplo, lasciudades en Europa albergan ya aun 80% de la población. Los estudios de prospectiva prevén que anivel planetario, si el modelo dedesarrollo sigue siendo el actual,en el año 2030 más del 60% delas personas vivirán en las ciudades, y más del 75% en el 2050(UNFPA, 2007).
En las ciudades conviven personasde muy diferentes orígenesgeográficos y culturales, lo quesuele crear, en bastantes ocasiones, problemas de comunicación,de cohesión y de convivencia, especialmente cuando, como resultado de las políticas que allí rigen,se llevan a cabo agrupamientosdiferenciados que visibilizan laprecarización laboral, la discriminación. Compartir zonas para vivirpuede ir acompañado de un aumento de la tensión y de la conflictividad en esos espaciosurbanos, en la medida en que nose acompaña de una reducción delas diferencias entre las distintasclases y grupos sociales a la horadel acceso al mercado laboral, yde las posibilidades de be
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neficiarse de similares oportunidades en el resto de los servicios culturales, de salud y de ocio.Tales desigualdades pasan dadavez menos desapercibidas, haciéndose muy visibles hasta en la organización de los espacios. Estees el caso, por ejemplo, de determinados barrios periféricos quepasan a concentrar a los sectoresmás desfavorecidos de la población: inmigrantes pobres, sin techo, sin papeles, bandasjuveniles, personas drogadictas,prostitutas pobres, ..., a lo que sociológicamente hablando denominamos las "nuevas clasespeligrosas”. Grupos a los que unsector importante de las clases altas y medias contemplan como norecuperables, sin esperanza, sin
posibilidades reales de que se"normalicen", de ser integrados. Son las personas que“sobran” y a las que da lasensación de que las clases más ricas no van aprecisar; por esta razón,tampoco les están ofreciendo su colaboración yayuda.Quienes primero suelennotar el paro, la destrucción de empleos, la precarización y degradación delos puestos de trabajos sonlas capas más jóvenes de lasociedad, y en concreto las hijase hijos de las clases sociales máspopulares, al igual que las poblaciones inmigrantes de países pobres; colectivos que nonencuentran otro lugar para habitar que no sean esos poblados obarrios más marginales.Esta concentración espacial enzonas diferenciadas en la actualidad es, asimismo, una buenamuestra de situaciones que sonnovedosas en las actuales economías neoliberales, en concretode la movilidad descendente.Frente al mensaje y ejemplos deotros periodos históricos en losque las posibilidades eran casisiempre de ascender en la escalasocial, laboral y económica; en laactualidad son demasiados losejemplos contrarios: la pérdida deestatus, de poder y de recursospara sobrevivir. Gente que hastahace poco tenía un puesto de trabajo y podía considerarse como
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del neoliberalismo, pasa a engrosar el mundo de las clases pobres,y desde ese momento estas personas se ven forzadas a localizaruna vivienda en este tipo de barrios.Un fenómeno novedoso del presente son los barriosguetos en losque también se ubica una buenaparte de esa población rural quese ve forzada a desplazarse a lasciudades, dado que en su mediode origen no dispone de recursospara sobrevivir. Los guetos sonlos lugares donde habitan los expulsados y los no admitidos; noson espacios elegidos, sino emplazamientos obligados, las cárcelesabiertas en las que se mora involuntariamente. En la actualidad,mil millones de personas viven enchabolas, y esta cifra sigue subiendo debido al modelo económiconeoliberal de desarrollo que hoyes dominante en el mundo.La aceleración de este proceso deurbanización no planificado explicaque los suburbios donde habitanlas poblaciones de inmigrantes pobres y de razas marginadas, no hagan nada más que crecerdesorganizadamente, en especialen las grandes urbes. Estos espacios, al no tener ni accesos fácilesposibilitan que la marginación ylas injusticias pasen casi completamente desapercibidas para los sectores sociales que habitan en laszonas mejor dotadas. Las situaciones de pobreza no se hacen visibles con facilidad y, de ahí, lasorpresa con la que acostumbran
a ser recibidos los informes y estadísticas que sacan a la luz estasrealidades.En gran medida, en una buenaparte de los países más desarrollados es una realidad la conceptualización que hace ZygmuntBAUMAN (2007, pág. 26) de que"las ciudades son lugares repletosde desconocidos que conviven enestrecha proximidad", generandomiedo y una considerable agresividad latente que, de vez encuando, estalla. “El desconocido,por definición, es un agente movido por intenciones que a lo sumose pueden intuir, pero que nuncase conocerían a ciencia cierta”(Zygmunt BAUMAN, 2007, pág.27). Un ser del quedesconocemos susintenciones e intereses y, que por tanto, ante el que hayque estar alerta, delque es lógico sospechar.La contribución delsistema educativo ala “desruralización”Contemplada estarevolución urbanadesde las instituciones escolares, loque no podemos esobviar que el sistema educativo tradicional contribuyótambién en granmedida a “desruralizar”, convirtiendo ala ciudad en el ar
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quetipo de vida para las nuevasgeneraciones.Todo planteamiento mínimamenteriguroso acerca de la educación enel mundo rural conlleva abrir undebate acerca de los modos de vida en el país de que se trate; interrogarse sobre qué tipo deeconomía, qué modelos productivos, que ubicaciones preferimos incentivar para que puedan vivir laspersonas que lo habitan; decidirqué infraestructuras es precisoconstruir, qué recursos va a utilizar la población para poder vivir,trabajar y desarrollar todas sus potencialidades como seres humanos.
La realidad es que hasta elmomento presente, este debate explícitamente no estáteniendo lugar, pero en lapráctica los modeloseconómicos y productivospor los que se viene apostando conllevan de manera implícita un ideal desociedad completamenteurbano.Desde los inicios de latransición democrática eldebate sobre qué tipo desociedad queremos construir,dónde queremos que viva, trabaje, estudie, disfrute y conviva lagente no se abrió en ningún momento. Pero las políticas que se
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zonas urbanas, en las ciudades.Buena prueba de ello son las políticas de comunicaciones y transporte, obsesionadas por laconstrucción de autopistas, autovías, trenes de alta velocidad yaeropuertos y, por tanto, preocupadas por interconectar las ciudades entre sí y, simultáneamente,dejar incomunicados a los núcleos
rurales. Igualmente, las políticasen vigor de vivienda, de sanidad,de cultura, de trabajo, de justicia,de educación, de interior, de ciencia y tecnología, de hacienda, ...son el resultado de las miradas decarácter urbano de los partidospolíticos, del cuerpo de funcionarios de las Administraciones públicas y del conjunto
Fotografía: Juan Soriano
de especialistas que asesoran alos gobiernos de turno. Cada vezes frecuente observar como el medio rural es contemplado de manera reduccionista como espacio deocio para la ciudadanía urbanaque acude a ese entorno con laidea de descansar y relajarse. Pero la ignorancia sobre las condiciones de vida de las personas quehabitan en los núcleos rurales, so
bre sus posibilidades laborales, culturales, recreativas,sanitarias, educativas, ... esdemasiado notoria y, portanto, generadora de demasiadas injusticias.Por lo que atañe a los sistemas educativos, venimos careciendo desdehace décadas de debatessobre cómo debería ser laeducación en los entornosrurales. Entre otras cosas,no se abrió nunca un debate riguroso y democráticoacerca de si el sistema educativo debía servir para que las generaciones jóvenes descubran ono el mundo rural, para convencerles de las posibilidades de viviry desarrollarse plenamente en esecontexto o, si por el contrario, elsistema educativo debía capacitary orientar a la ciudadanía paraque pusiera sus miradas en la vida en las ciudades y, seguidamente, el destino de susdecisiones también en este lugar:la ciudad.Pensemos que ninguna de las leyes de reforma del sistema educativo que se vienen legislando eimplementando desde mediadosdel siglo XX le prestaron la debidaatención a la educación rural.Política que además chocaba frontalmente con una realidad en laque casi la mitad de la poblacióndel Estado Español a mediados deese siglo habitaba en núcleos rurales. En 1940, el 51.9% de la población activa del Estado Españolse dedicaba a la agricultura; en
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crecerá a un fortísimo ritmo; altiempo que la población que queda en el ámbito rural se va a caracterizar también por serpersonas de edad muy avanzada;las generaciones jóvenes van aapostar por las ciudades. La realidad de una península ibérica agraria, rural y tradicional vatransformándose en industrial yurbana.Las distintas leyes educativas nocontemplaron con la debida atención las características del mundorural y, en consecuencia, comodebía ser la red educativa destinada a ese medio. Un entorno en elque entre sus notas distintivashay que subrayar: la dispersiónde la población, el reducido número de niñas y niños de una mismaedad, los dificultad de acceso a recursos y materiales educativos, ...Tengamos en cuenta que, porejemplo, las editoriales de librosde texto producen únicamente libros "urbanos" en cuanto a loscontenidos que incorporan. Elmundo rural no suele contemplarse ni en los contenidos escolaresvehiculados por los libros de texto, ni en los modelos sociales, laborales y comunitarios que setrabajan como explicación del funcionamiento de la sociedad. Losque se proponen y estudian, implícitamente, son los que se recomiendan como más adecuadospara la vida en las ciudades. Loque resulta mucho más frecuentees encontrarnos con ejemplos delmundo rural vistos con ojos urba
nitas; o sea, como espacios bucólicos donde la naturaleza"incontaminada" se muestra entodo su esplendor; con unos animales y plantas consideradas respectivamente, mas al estilo de lasmascotas urbanas o elementos dedecoración que como seres queson imprescindibles tanto pararealizar tareas agrícolas y detransporte, como para asegurar laalimentación de los seres humanos. Además, este tipo de recursos didácticos, loslibros de texto, estánconstruidos para serutilizados por el alumnado de una mismaedad escolar, de unaúnica materia y curso.Modelo organizativoque no se acomoda alas peculiaridades delmundo rural.Asimismo, el profesorado es formado enlas Universidades yEscuelas de Magisterio sobre la base demetodologías paradesarrollar con alumnado de la mismaedad, del mismo curso académico. Laatención a la didácticamultinivel, integradae inclusiva es demasiado desconocida para las nuevasgeneraciones de docentes. Sin embargo,un modelo mucho
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más pertinente fue ensayado en laprimera mitad del siglo XX, en lasescuelas rurales de aquel momento, en las que en una misma aulatrabajaban niñas y niños de distintas edades, de distintos niveles escolares, de distintas capacidades,con distintos intereses, con diferentes recursos y materiales curriculares.En la medida en la que no se plantea la necesidad explícita de preparar a profesorado para trabajar en
modelos de educación rural, esmuy difícil contrarrestar el"sentido común" ideológicamente dominante. Un pensamiento que es totalmentecontrario a las necesidadesy prioridades del alumnadoque vive en núcleos rurales.No caer en la cuenta deestas rutinas y automatismos explica que, aun cuando se mantengan algunas
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mado con modelos y ejemplos decentros escolares urbanos. Igualmente, es cada vez más difícil queel profesorado que es destinado acentros ubicados en el medio ruraldecida trasladar allí su domicilio familiar e integrarse en aquella comunidad como un vecino o vecinamás; implicarse en la vida colectiva que allí tiene lugar. Su mentalidad y aspiraciones urbanas esmuy probable que le lleven a aceptar un cargo allí, pero como malmenor y, casi siempre, como untrabajo lo más provisional posible;hasta que se logre acumular lapuntuación suficiente como parapoder concursar a una plaza en uncolegio urbano.Es por todo ello que afirmamosque las instituciones escolares sonun fuerte motor de desruralización.A la hora de pensar el rol de lossistemas educativos en este creciente proceso de urbanización y,simultáneamente, de "guetización" de las minorías más desfavorecidas, no podemos olvidar queuno de los principales objetivos delos procesos de escolarización fuey sigue siendo, el contribuir a enseñar a convivir.Los centros y aulas escolares sonespacios en los que las niñas yniños aprenden a conocerse entresí, a trabajar juntos y, por tanto,a socializarse y a convivir, con independencia de su clase social deorigen, su nacionalidad, raza, sexo, capacidades, creencias religiosas y culturales, y sus opciones
sexuales.La desvertebración por barrios y,por tanto, por clases sociales hacedificilísimo el trabajo en esta metade contribuir a vertebrar las sociedades. Asimismo, también es mucho más ardua la tarea decontrarrestar los prejuicios y estereotipos con los que el alumnadoacude a las instituciones escolares, y que son construidos y reconstruidos constantementemediante las informaciones e imágenes que vehiculan los mediosde comunicación, un gran númerode direcciones en Internet, el ciney la publicidad actual.Si cada colectivo social vive y estudia aislado de los demás, el futuro también tiene mayoresprobabilidades de continuar siendo diferente en función del grupode origen y de escolarización. Unpresente geométricamente en paralelo augura un futuro en el quese continuarán evitando los encuentros y la colaboración.Si nos acostumbramos a vivir, estudiar, trabajar y disfrutar en ambientes homogéneos y uniformes,con personas agrupadas por similares características sociales,económicas, físicas o intelectuales; en contextos en los que nonos vemos obligados a esforzarnos para comunicarnos, a trabajarcolaborativamente e, incluso, a divertirnos con quienes son diferentes, poseen otra idiosincrasiadistinta de la nuestra, “más probabilidades hay de que «desaprendamos» el arte de llegar a
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fórmulas conciliatorias y a un modus convivendi” (Zygmunt BAUMAN, 2007, pág. 34).Una educación segregada siemprepretende evitar el encuentro conlos que se considera como diferentes, con quienes se etiqueta como"los otros".Asimismo, conviene ser conscientes de que la ayuda que tradicionalmente vinieron desempeñandolos sistemas educativos en la construcción de una identidad nacional, sobre la base de imponer ylegitimar una única visión de lahistoria, de la cultura y una únicalengua, supone en la actualidaduna rémora para la nueva ciudadanía que requieren las sociedades abiertas y multiculturales. Lossistemas educativos actuaron endemasiados momentos de la historia como murallas de contenciónde lo extranjero, de lo diferente,de otras culturas, religiones, idiomas, ideologías, modelos de producción, etc.Este acelerado proceso de urbanización de las sociedades precisade hombres y mujeres que no sevean como extraños, en la medida en que no comparten raícesculturales y geográficas comunes.Los desplazamientos de la población rural a las ciudades son coincidentes con la llegada a ellas depersonas de otros países, con raíces culturales y religiosas muy diversas, hablando distintosidiomas, etc. Y este nuevo fenómeno no debe contemplarse comouna amenaza, como el preludio
del choque de civilizacionesdel que habla Samuel P.HUNTINGTON (1997), sinode un poderoso estímulopara generar modelos deconvivencia y construirsociedades más abiertase inclusivas.Debemos hacer consciente a la población, pero deun modo muy destacado alas nuevas generacionesde que, como subraya NanELLIN, "al permitir queprospere la diversidad (depersonas, actividades y credos), el espacio público posibilitala integración (o la reintegración)sin destruir las diferencias; enrealidad las celebra. El miedo y lainseguridad se van calmando gracias a la preservación de la diferencia y al hecho de podermoverse uno a sus anchas por laciudad". (cit. en Zygmunt BAUMAN, 2007, pág. 57).Las ciudades cosmopolitas siempre fueron un importante motoren el progreso humano. Si aprendemos de la historia y apostamospor un modelo de organización yde gestión más democrático y basado en la justicia social, estanueva peculiaridad de las ciudades modernas debería ser algorealmente atractivo, creativo yproductivo. Tal y como subrayaPeter HALL (1998, pág. 285), “lasciudades creativas eran casi todascosmopolitas; atraían al talentode los cuatro rincones de susmundos, y desde el primer mo
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na ciudad ha sido nunca creativasin una continua renovación de esta corriente sanguínea creativa”.Los nuevos vínculos de ciudadaníatienen que basarse más en compromisos con proyectos de futuroque en el compartir orígenesgeográficos y tradiciones del pasado; algo que además es coherente con una ciudadaníademocrática que desea y debe decidir sobre su futuro, no esclavade tradiciones que le vinieron impuestas, en la medida en que sólounas pocas personas tenían derecho y posibilidades de decisión.Las instituciones escolares sontambién un espacio privilegiadopara imaginar nuevas posibilidades a los pueblos y núcleos rurales. Al igual que intencionalmentese llevó a cabo un proceso de urbanización acelerado, como consecuencia de unos modelos deindustrialización y comercialización capitalista, de igual maneraexiste la posibilidad de reiniciaruna nueva reinstalación y repoblamiento de entornos ahora abandonados, pero que con unainfraestructura adecuada podríancontribuir a conformar nuevos modelos de convivencia más humanos, mucho más respetuosos conel medio ambiente y económicamente más limitado a las necesidades verdaderamente humanasy no de puro mercantilismo y acumulación al coste que sea.Apostar por revitalizar un nuevomodelo de vida en núcleos rurales, aprovechando su potencial
medioambiental, apostando porotros modelos de economía y deproducción precisa, asimismo, deun sistema educativo que hagapresente este mundo hasta ahorasilenciado o nostálgicamente presentado, con todo su verdaderopotencial. Es de este modo comoel sistema educativo dejará depreparar fugitivos del mundo rural para educar otra ciudadaníamás respetuosa con el medio ambiente y, lógicamente con lasdemás personas con las que convive. De este modo, las posibilidades de elección que el día demañana tendrá cada alumna yalumno serán mayores, y suselecciones las realizará disponiendo de mucha mas información yde mayor rigor en sus análisis.
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