Poscomunión. Concédenos, Dios
Todopoderoso, que de la misma
manera como nos alimentas en la
Cena de tu Hijo, en esta vida,
podamos ser saciados también en la
eternidad. Por Jesucristo, nuestro
Señor. Amén.
Procesión con el Santísimo
Sacramento
Yo no quiero separarme de ti hoy
Jesús. Hoy quiero estar contigo, estar
junto a ti, y admirar todos los
misterios de tu amor . Éste es el gran día del amor de Jesús: El encuentro del amor, el encuentro
del deseo, el encuentro de la
misericordia.
“Tomad y comed, esto es mi
cuerpo”. (Mc. 14,22)
“Tomad y bebed, esta es mi
sangre”. (Mc. 14, 24)
yo hice con ustedes”. Palabra del
Señor. R/ta. Gloria a Ti, Señor Jesús.
CREDO
Ofertorio. (Salm. 117, 16-17) “16 la
mano del Señor es sublime, la mano
del Señor hace proezas». 17 No, no
moriré: viviré para publicar lo que hizo
el Señor,”.
Secreta. Concédenos Señor, participar
dignamente de estos misterios, pues cada
vez que celebramos el memorial de este
sacrificio, se realiza la obra de nuestra
redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
S: Oremos, hermanos, a fin de que mi
sacrificio y el de cada uno de Ustedes, sea
agradable a Dios Padre, todopoderoso.
A: El Señor reciba de tus manos este
Sacrificio, para alabanza y gloria de su
nombre, y para nuestro provecho y el de
toda su Santa Iglesia. Amén.
PREFACIO DE LA CRUZ
Plegaria de San Hipólito
Comunión. (Job. 13, 12-15) “12 Después
de haberles lavado los pies, se puso el
manto, volvió a la mesa y les dijo:
«¿comprenden lo que acabo de hacer
con ustedes? 13 Ustedes me llaman
Maestro y Señor, y tienen razón,
porque lo soy. 14 Si yo, que soy el
Señor y el Maestro, les he lavado los
pies, ustedes también deben lavarse los
pies unos a otros. 15 Les he dado el
ejemplo, para que hagan lo mismo que
yo hice con ustedes”.
Iglesia Católica Anglicana
Diócesis Misionera de la Nueva Granada
Obispo Diocesano: Germán Orrego Hurtado ACC
Misión San Agustín - Manizales / Caldas
3104269372
«¿Tú, Señor, me vas a lavar los pies a mí?».
MISA SOLEMNE VESPERTINA
EN LA CENA DEL SEÑOR
“Ardientemente he deseado celebrar este encuentro de
amor con ustedes”. “Tomad y comed. Esto es mi cuerpo”.
“Tomad y bebed. Ésta es mi sangre”. La grandeza de la
Eucaristía: te entregas totalmente a mí… Tu alma, tu
cuerpo, tu sangre la viertes totalmente en mi ser para que
me fecunde, para que me haga como Tú, para ser e identi-
ficarte conmigo. Gracias, Jesús.
“Si no te lavo, Pedro, no tendrás parte conmigo”. La
rebeldía, el no entender, la debilidad de la terquedad nues-
tra… mi cerrazón. Sí, Jesús, yo me quiero dejar lavar,
pero no entiendo muchas veces, como Pedro. Ayúdame a
superar mi debilidad.
Un mandamiento nuevo, que no han oído nunca, pero
es lo único que les hará felices y que les podrá unir con-
migo. Un mandamiento nuevo les
doy esta tarde: que se amen unos a
otros. Siempre que amen, me ten-
drán a mí y yo estoy con ustedes.
“Donde dos o tres están reunidos,
Yo estoy con ustedes”.
LITURGIA DE JUEVES SANTO — Marzo 24 DE 2016
Hermanos: Hoy la
celebración del
Jueves Santo nos
invita a AMAR,
“Un mandamiento
nuevo te doy: que
os améis unos a
otros”. ¡Ama! y serás feliz.
¡Ama! y tu vida
cambiará. Un
mandamiento
nuevo te doy, sólo
ese: ama como Yo,
hasta la muerte.
Ama hasta que te
duela”. Y que este
sentimiento sepa
acompañarte en
todos los
momentos, en
todas las
situaciones difíciles
de tu vida.
Participemos.
HIMNO
† En el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo. Amén
Ant. Me acercaré al altar de Dios.
R/ta. A Dios que alegra mi juventud.
SALMO 42 S: Hazme justicia, ¡Oh Dios!, y
defiende mi causa contra la gente
malvada: del hombre perverso y
engañoso, líbrame.
R. Pues Tú, ¡Oh Dios!, eres mi
fortaleza: ¿por qué me rechazas, y
por qué ando triste y oprimido por
mi enemigo?
S: Envía tu luz y tu verdad: ellas me
guiarán y conducirán a tu monte santo,
y a tus moradas.
R. Y me acercaré al altar de Dios: a
Dios que alegra mi juventud. Te
alabaré el son de la cítara;
S: ¡Oh Dios, Dios mío! ¿Por qué estás
triste, alma mía, y por qué me
conturbas?
R. Espera en Dios, que aún le
alabaré, Salvador de mi vida y mi
Dios.
S: Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y
siempre, y por los siglos de los siglos.
Amén.
S. Me acercaré al altar de Dios.
R. A Dios que alegra mi juventud.
S. Nuestra ayuda † está en el nombre
del Señor.
R. Que hizo el cielo y la tierra.
Confesión
Yo, pecador me confieso ante Dios
todopoderoso, a la bienaventurada
siempre Virgen María, al
bienaventurado San Miguel Arcángel,
al bienaventurado San Juan Bautista, a
los santos Apóstoles San Pedro y San
Pablo, a todos los Santos y a vos, Padre;
que pequé gravemente con el
pensamiento, palabra, y obra, (dándose
tres golpes de pecho) por mi culpa, por
mi culpa, por mi gran culpa. Por tanto,
ruego a la bienaventurada siempre Virgen
María, al bienaventurado San Miguel
arcángel, al bienaventurado San Juan
Bautista, a los Santos Apóstoles San
Pedro y San Pablo, a todos los Santos, y a
vos, Padre, que roguéis por mí a Dios
nuestro Señor. Amén
ABSOLUCIÓN/ KYRIE/ GLORIA
Introito. (Gál. 6,14) “14 Yo sólo me
gloriaré en la cruz de nuestro Señor
Jesucristo, por quien el mundo está
crucificado para mí, como yo lo estoy
para el mundo”. (Salm. 66, 2) “2 Que
Dios tenga piedad y nos bendiga, haga
brillar su rostro sobre nosotros”.
S: Oh Dios Vuélvete a nosotros, y nos
darás vida.
R. Y tu pueblo se alegrará en Ti.
S: Muéstranos, Señor, tu misericordia.
R. Y danos tu Salvación
S: Escucha, Señor, mi oración.
R. Y llegue a Ti mi clamor.
S: El Señor esté con vosotros. R. Y con tu espíritu.
Colecta: Padre Omnipotente, cuyo
querido Hijo, en la noche antes de
padecer, instituyó el Sacramento de su
Cuerpo y de su Sangre; concede
misericordiosamente que podamos recibir
con gratitud este sacramento en memoria
de Él, que en estos santos misterios nos da
una prenda de vida eterna; por el mismo
tu Hijo Jesucristo nuestro Señor, que
contigo y el Espíritu Santo es un solo
Dios y vive y reina ahora y por los siglos
de los siglos. Amén
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura de la Primera carta del
Apóstol San Pablo a los Corintios (I
Cor. 11, 20-32) “Hermanos: 20 Cuando
se reúnen, lo que menos hacen es comer
la Cena del Señor, 21 porque apenas se
sientan a la mesa, cada uno se apresura a
comer su propia comida, y mientras uno
pasa hambre, el otro se pone ebrio. 22
¿Acaso no tienen sus casas para comer y
beber? ¿O tan poco aprecio tienen a la
Iglesia de Dios, que quieren hacer pasar
vergüenza a los que no tienen nada?
¿Qué les diré? ¿Los voy a alabar? En
esto, no puedo alabarlos. 23 Lo que yo
recibí del Señor, y a mi vez les he
transmitido, es lo siguiente: El Señor
Jesús, la noche en que fue entregado,
tomó el pan, 24 dio gracias, lo partió y
dijo: «Esto es mi Cuerpo, que se entrega
por ustedes. Hagan esto en memoria
mía». 25 De la misma manera, después
de cenar, tomó la copa, diciendo: «Esta
copa es la Nueva Alianza que se sella
con mi Sangre. Siempre que la beban,
háganlo en memora mía». 26 Y así,
siempre que coman este pan y beban esta
copa, proclamarán la muerte del Señor
hasta que él vuelva. 27 Por eso, el que
coma el pan o beba la copa del Señor
indignamente tendrá que dar cuenta del
Cuerpo y de la Sangre del Señor. 28 Que
cada uno se examine a sí mismo antes de
comer este pan y beber esta copa; 29
porque si come y bebe sin discernir el
Cuerpo del Señor, come y bebe su propia
condenación. 30 Por eso, entre ustedes
hay muchos enfermos y débiles, y son
muchos los que han muerto. 31 Si nos
examináramos a nosotros mismos, no
seríamos condenados. 32 Pero el Señor
nos juzga y nos corrige para que no
seamos condenados con el mundo”.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
EVANGELIO
Continuación del Santo Evangelio
según San Juan (Jn. 13, 1-15) “1 Antes
de la fiesta de Pascua, sabiendo
Jesús que había llegado la hora de
pasar de este mundo al Padre, él, que
había amado a los suyos que quedaban
en el mundo, los amó hasta el fin. 2
Durante la Cena, cuando el demonio ya
había inspirado a Judas Iscariote, hijo
de Simón, el propósito de entregarlo, 3
sabiendo Jesús que el Padre había
puesto todo en sus manos y que él
había venido de Dios y volvía a Dios, 4
se levantó de la mesa, se sacó el manto
y tomando una toalla se la ató a la
cintura. 5 Luego echó agua en un
recipiente y empezó a lavar los pies a
los discípulos y a secárselos con la
toalla que tenía en la cintura. 6 Cuando
se acercó a Simón Pedro, este le dijo:
«¿Tú, Señor, me vas a lavar los pies a
mí?». 7 Jesús le respondió: «No
puedes comprender ahora lo que estoy
haciendo, pero después lo
comprenderás». 8 «No, le dijo Pedro,
¡tú jamás me lavarás los pies a mí!».
Jesús le respondió: «Si yo no te lavo,
no podrás compartir mi suerte». 9
«Entonces, Señor, le dijo Simón Pedro,
¡no sólo los pies, sino también las
manos y la cabeza!». 10 Jesús le dijo:
«El que se ha bañado no necesita
lavarse más que los pies, porque está
completamente limpio. Ustedes
también están limpios, aunque no
todos». 11 El sabía quién lo iba a
entregar, y por eso había dicho: «No
todos ustedes están limpios». 12
Después de haberles lavado los pies, se
puso el manto, volvió a la mesa y les
dijo: «¿comprenden lo que acabo de
hacer con ustedes? 13 Ustedes me
llaman Maestro y Señor, y tienen
razón, porque lo soy. 14 Si yo, que soy
el Señor y el Maestro, les he lavado los
pies, ustedes también deben lavarse los
pies unos a otros. 15 Les he dado el
ejemplo, para que hagan lo mismo que