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Los “vacíos urbanos”.
Causas de su existencia en el suelo urbano de la primera periferia de Madrid.
Resumen.
La existencia de “vacíos urbanos” en el suelo consolidado de nuestra ciudad es un hecho que, si bien
se ha debatido ampliamente desde un punto de vista práctico (para qué podrían servir estos espacios),
apenas sí se ha considerado desde un punto de vista conceptual (por qué existen estos espacios). La
presente investigación parte del convencimiento de la necesaria reflexión sobre las causas que
originan estos “vacíos urbanos” y plantea la hipótesis de que su existencia se debe a la conjugación de
una serie concreta de Factores Endógenos. El objetivo de la investigación será, por tanto, determinar
dicha cadena de Factores a partir del análisis de una serie de casos de estudio situados en la primera
periferia de Madrid.
Palabras clave:
Vacío urbano, espacios vacíos, suelo consolidado, factor endógeno, uso del suelo, propiedad del
suelo.
Abstract
The existence of “urban voids” within our city’s solid urban fabric is a fact that, although it has been
widely discussed from a practical view point (what these empty areas could be useful for), has been
barely considered from a theoretical view point (why these empty areas exist). The current research is
based on the belief that a reflection about the causes that yield these “urban voids” is needed and
establishes the hypothesis of which their existence is due to the combination of specific Endogenous
Factors. Accordingly, the main aim of the research will be that of determine such chain of Factors
considering the analysis of several study cases located in Madrid’s former periphery.
Keywords:
Urban void, empty areas, solid urban fabric, endogenous factor, land use, land ownership.
1. Introducción.
Vacíos y llenos son los dos elementos esenciales de la estructura urbana que define la ciudad,
conformando diferentes tejidos en función de la relación que entre ellos se establece. Mientras la
Sonia Freire Trigo es arquitecta, alumna de postgrado del Departamento de Urbanística y Ordenación del
Territorio de la Escuela Superior de Arquitectura. Universidad Politécnica de Madrid, [email protected].
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ciudad creció en continuidad, la lectura de la estructura lleno/vacío mantuvo un significado de
complementariedad, fruto de una atención similar al diseño de ambos elementos. Tal como se
puede percibir en la Figura 1, esta relación generó una estructura urbana sólida, siendo la rica
gradación entre llenos y vacíos la responsable de su compacidad y su lectura como hecho unitario.
Figura 1: Fragmento del Plano de Roma, realizado por Giambattista Nolli.
(Fuente: Blog “Crónicas Cartográficas: historia urbana y cartografía”)
Pero entre los años 50-60 del s.XX la ciudad tradicional “explotó”. La creación de la figura del
Plan Parcial favoreció la aparición de fragmentos urbanos dispersos por el territorio, sin
continuidad con lo anterior. El diseño de estos fragmentos, además, se apoyaba en una visión
abstracta del espacio, en la que mediante manchas de color y tramas se indicaba el reparto de
usos y la futura posición de los llenos en el fragmento, relegando la ordenación del vacío a un
esbozo de la red viaria.
El resultado fue una nueva relación entre el lleno y el vacío, caracterizada por la
superabundancia y mínimo diseño de este último, que dificulta la lectura y comprensión de la
estructura urbana, tal como se puede observar en la Figura 2
Comprender la naturaleza de este vacío, homogéneo en apariencia, para buscar el modo de
recuperar la cohesión de la estructura urbana es el germen de la investigación propuesta. En el
proceso de su desarrollo, sin embargo, la cuestión ha ido acotándose hasta centrarse en el estudio
de un tipo concreto de vacíos: aquel que ha quedado descolgado de la dinámica productiva de la
ciudad y se presenta como una pieza vacía, carente de uso aparente, dentro del suelo urbano
consolidado de la ciudad.
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Figura 2: Fragmento del Plan General de Madrid de 1965.
(Fuente: Biblioteca de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Comunidad
de Madrid)
Por tanto, este tipo de piezas a las que denominaremos “vacíos urbanos” y las causas de su
aparición constituyen la situación problemática a tratar en ese artículo.
2. Objetivos e hipótesis.
Sobre los espacios urbanos vacíos hay mucho escrito aunque casi todo referido a la cuestión de
“para qué” sirven o pueden servir. Desde el mundo del arte, por ejemplo, se han realizado
numerosas interpretaciones acerca del significado y el potencial de los mismos, resaltando casi
siempre la libertad y la oportunidad de expresión espontánea que ofrecen (Almárcegui, 2006)
También la arquitectura ha mostrado su interés por estas piezas, centrando su capacidad de
regeneración y de activación de procesos participativos, como sucede con las diversas actuaciones
del EC1 1 o algunas propuestas de Recetas Urbanas,2 entre algunos ejemplos. Asimismo, la
1 “EC1, New Deal for Communities”, es un programa de regeneración urbana y social llevado a cabo por el borough de Islington (Londres) entre los años 2001 y 2011. Las actuaciones de regeneración urbana se realizaron en
pequeños espacios públicos de carácter estratégico dentro del borough. La colaboración e implicación en el proyecto de diseñadores urbanos y vecinos fue una constante desde el comienzo, y en palabras de la coordinadora
Liz Kiessler, la clave de su éxito (http://www.yourec1.com/).
2 Recetas Urbanas es el estudio del arquitecto sevillano Santiago Cirugeda. El proyecto denominado “Ordenación y
ocupación temporal de solares”, incluido dentro del conjunto de actuaciones denominado “Estrategias Subversivas de Ocupación Urbana”, propone la reutilización de solares vacíos con un uso acordado mediante convenio entre la
Administración Pública y aquellos vecinos y Asociaciones que estuvieran interesados. (http://www.recetasurbanas.net/index.php?idioma=ESP&REF=1&ID=0008)
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Administración Pública ha demostrado su interés por el uso potencial de estas piezas pues
suponen un remanente de suelo especialmente interesante en las áreas urbanas consolidadas.3
La característica común de todos estos acercamientos está precisamente en la pregunta a la
que dan respuesta: “para qué”. Sin embargo, en ninguno de ellos existe una reflexión previa sobre
el “por qué”, o lo que es lo mismo, sobre la esencia y causas de la existencia de estos vacíos, lo
que no deja de ser sorprendente desde un punto de vista lógico si se considera que para resolver
un problema resulta imprescindible estudiar, en primer lugar, las causas que los originan.
Teniendo en cuenta lo anterior, para comprender la naturaleza del vacío será necesario
proceder como el biólogo que se enfrenta al estudio de los seres vivos, es decir, estableciendo una
clasificación que agrupe estructuras similares dentro del vasto conjunto y simplifique la aparente
complejidad en realidades comprensibles.
Tomando como referencia la clasificación del espacio libre que propone Giovanni Caudo,4 la
presente investigación establece tres categorías de suelos vacantes en función de su grado de
consolidación dentro de la estructura urbana:
1. Espacios planeados y no desarrollados.
Engloban aquellos espacios vacíos que, habiendo sido planificados junto con el resto de
la estructura urbana en la que se insertan, nunca han llegado a desarrollarse.
2. Espacios desarrollados y no mantenidos.
Engloban aquellos espacios vacíos que, habiéndose consolidado en la estructura
urbana, se encuentran abandonados y vacíos en el momento del análisis.
3. Espacios desarrollados y mantenidos.
Engloban el resto de espacios vacíos que forman parte activa de la dinámica de la
estructura urbana.
De cara a la investigación, lo interesante de la clasificación enunciada es la identificación de un
tipo peculiar de suelos vacantes, el de los espacios planeados y no desarrollados, que
necesariamente nos obliga a plantearnos “por qué” dichos espacios han permanecido inactivos y
vacíos desde su concepción cuando el resto de la estructura se ha materializado.
En consecuencia, el objetivo a alcanzar en el presente trabajo será el descubrimiento de las
causas que provocan la permanencia de los “vacíos urbanos”, partiendo de la hipótesis de que
existe una relación de factores endógenos, común a todos ellos, causante de tal permanencia.
3 La Comunidad de Madrid lleva un “Registro de Suelos Vacantes” desde hace unos 30 años, cuando comenzó la
tarea con el “Inventario de Suelo Clasificado Vacante”, en el que curiosamente no está incluido el municipio de Madrid. El objetivo fundamental del Registro es la detección del suelo vacante y su posterior valoración cuantitativa
y cualitativa, de modo que quede constancia del aprovechamiento remanente en los municipios inventariados. 4 Profesor de urbanismo en el Universidad Studi Roma Tre. La clasificación del espacio libre que propone en su tesis
atiende al grado de consolidación y, por tanto, se clasificaría en a) proyectado y no construido; b) construido y no mantenido; c) construido y mantenido
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3. Metodología.
Definición de conceptos.
Antes de dar respuesta al por qué, el trabajo debe comenzar por definir el concepto
fundamental, es decir, qué es un “vacío urbano”. Si bien parece una tarea sencilla, lo cierto es que
debido a lo abstracto del término este abarca realidades muy diversas: “vacant land”, “suelos
vacantes”, “terrenos vacíos”, etc., son expresiones que tienen en el común el concepto de vacuidad
pero con matices que varían en función de las particularidades analizadas en cada caso.
Para acotar el concepto que se manejará en esta investigación es necesario partir de aquellos
que mejor han captado la esencia de los vacíos en el tejido urbano. Se tratan, en nuestra opinión,
del concepto de “no lugar” definido por Augé (1992) y de la interpretación que de los “terrain
vague” hace Solá-Morales (2009).
El concepto de “no lugar”.
La idea de “no lugar” es definida en el trabajo de Augé por comparación negativa con lo que él
considera un “lugar antropológico”. En palabras del autor:
«Si un lugar puede definirse como lugar de identidad, relacional e histórico, un espacio que no puede definirse ni
como espacio de identidad ni como relacional ni como histórico, definirá un no lugar. La hipótesis aquí defendida es
que la sobremodernidad es productora de no lugares, es decir, de espacios que no son en sí lugares antropológicos
y que, contrariamente a la modernidad baudeleriana, no integran los lugares antiguos (...)» (pág. 83)
En resumen, un “no lugar” es un espacio que carece de cualquier tipo de historia o identidad y
que en consecuencia impide las relaciones, tanto con las personas como con el propio lugar.
Podríamos decir que un “vacío urbano” tiene algo de “no lugar” en cuanto que, al igual que este,
permanece “invisible” a su entorno. Sin embargo, el concepto a perfilar difiere totalmente del de
Augé en que los “vacíos urbanos” no son producto de la sobremodernidad,5 sino que son piezas
que siempre han estado ahí, en el tejido urbano consolidado, pero ajenas a su entorno.
Tampoco coincide nuestro concepto con el “no lugar” de Auge en lo que este entiende por
identidad, puesto que los “vacíos urbanos” no tiene por qué abarcar exclusivamente piezas del
espacio público sin desarrollar. El trabajo pretende determinar las causas que generan los “vacíos
urbanos” en general, pertenezcan estos al espacio público o al privado y, por tanto, sean
representativos del tejido urbano o no. En último caso, tendrá que ser el análisis de los mismos el
que determine si la naturaleza pública o privada influye de algún modo en la permanencia de este
tipo de espacios.
El concepto de “terrain vague”
El concepto de los “terrain vague” de Solá-Morales se diferencia claramente de la idea “vacíos
urbanos” en que los primeros fueron alguna vez espacios insertos en la dinámica productiva del
5 La sobremodernidad de la que habla Augé se refiere principalmente al modo en que se actúa en la actualidad sobre lo ya existente: no se integra los nuevos tejidos con los antiguos, como sucedía en la modernidad
baudeleriana, sino que estos se abandona y aquellos buscan nuevos emplazamientos para su implantación. A esta forma de crecimiento contribuyen, según el autor, los actuales modos de desplazamiento pues la velocidad del viaje
nos arrebata la experiencia del entorno, transformando el espacio a nuestro alrededor en simples paisajes sin significado, hacia los que tampoco sentimos un especial aprecio.
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tejido urbano, pero ahora están vacíos, vagos e imprecisos (Solá-Morales, 2009) mientras que los
segundos nunca han sido desarrollados.
Pero el interés suscitado por el trabajo de Solá-Morales en esta investigación no se debe tanto a
la definición del concepto cuanto a las propuestas sobre cómo “manejar” estas piezas del tejido
urbano:
«Sin duda a través de atenciones a la continuidad. Pero no de la continuidad de la ciudad planeada, eficaz y
legitimada, sino, todo lo contrario, a través de la escucha atenta de los flujos, de las energías, de los ritmos que el
paso del tiempo y la pérdida de los límites han establecido.» (pág. 73)
Implícitamente, el autor está reclamando un análisis del “terrain vague” para actuar sobre él de
forma adecuada a su esencia. Es decir, para Solá-Morales también es necesario dar repuesta al
“por qué” de dichos vacíos antes de enfrentarse al “para qué” utilizarlos. Sólo así será posible
integrarlos eficazmente en el tejido urbano colindante sin eliminar todo vestigio de su esencia,
como sucede con la mayor parte de las rehabilitaciones integrales que se suelen llevar a cabo.
Solá-Morales alude a la capacidad perceptiva del arte para el análisis de estos vacíos: esta ha
sido consciente del potencial de libertad que se esconde en ellos mucho antes que el diseño
urbano. Observar los usos espontáneos que la población hace de los vacíos nos daría una pista
sobre los usos deseados, es decir, de la esencia percibida por los habitantes del entorno.
El concepto de “vacío urbano”.
Teniendo en cuenta las similitudes y diferencias conceptuales expuestas hasta este punto, y sin
perder de vista el objetivo de nuestra investigación, se entenderá como “vacío urbano”:
«Aquel espacio vacío (público o privado) que nunca ha participado en la dinámica urbana,
manteniéndose ignorado y en estado de aparente abandono en un tejido urbano consolidado.»
Una vez definido el concepto fundamental de nuestra investigación el siguiente paso hacia el
objetivo exige una reflexión sobre el enfoque de la misma: ¿qué característica y circunstancias
relativas a los “vacíos urbanos” deberán tenerse en cuenta en el análisis para alcanzar el objetivo
propuesto?
Como ya se mencionó al comienzo del apartado, existen pocos trabajos que analicen la esencia
de los vacíos y que, en consecuencia, puedan servir como referencia para la presente
investigación. Sin embargo, entre la literatura consultada cabe destacar especialmente el trabajo
de Jane Jacobs en su libro “Muerte y vida de las grandes ciudades”. En él, la autora defiende una
aproximación más práctica que teórica a la ciudad que nos rodea, en una línea de trabajo
totalmente enmarcada en el ámbito del diseño urbano. Sólo mediante la observación directa y el
análisis de las características físicas de los espacios se podrá dar solución a los problemas de la
ciudad. En palabras de la propia Jacobs:
«Las ciudades son lugares de orden físico, principalmente. Si queremos comprender algo sobre su
comportamiento, conseguiremos muy útil información observando lo que sucede en la realidad tangible y física, no
dando pábulo a fantasías metafísicas» (pág. 103).
En este sentido, el análisis que la autora hace de los «vacíos fronterizos» así como de los
«parques vecinales» (Jacobs, 1961), se apoya principalmente en la observación directa de los
mismos y en el análisis de características tangibles como “el uso”. De hecho, la autora identifica a
este como el causante principal de la aparición de los vacíos en ambos casos: la excesiva
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zonificación provoca un efecto barrera que acaba “esterilizando” los terrenos contiguos a las áreas
de uso exclusivo, bien sean espacios públicos como los parques vecinales, o bien espacios
privados. Jacobs defiende la variedad de usos y la densidad como las principales armas para
luchar contra el “efecto carcoma” de esos espacios monofuncionales.
Además del trabajo de Jacobs existen otras investigaciones que se centran específicamente en
la clasificación de los espacios vacíos. Entre todos ellos (Fausto&Rábago, 2001; Messen, 2005;
Pagano&O’M. Bowman, 2000) nos ha parecido interesante tomar como referencia el trabajo
realizado por Nora Clichevsky sobre la «tierra vacante» en América Latina (Clichevsky: 1999). Al
igual que Jacobs, plantea la necesidad de entender primero las causas que generan dichas “tierras
vacantes” y teorizar sobre su posible uso después. El mayor o menor acierto en el análisis de estos
vacíos será de vital importancia para el desarrollo de las ciudades, pues tal y como ella mismo dice:
« (...) estos espacios libres son elementos integrales de los complejos mercados de tierras de esas ciudades, y
que afectan las políticas fiscales en materia de desarrollo urbano; por tal motivo, tienen un gran potencial para el
desarrollo a gran escala. El manejo de la tierra vacante podría conducir no sólo a mejorar las condiciones de las
áreas urbanas, sino también a reducir la polarización social y fomentar una mayor igualdad para sus habitantes.»
Además de la trascendencia social del adecuado manejo de los espacios vacíos, Clichevsky
también pone de relieve la complejidad de su análisis debido a la multiplicidad de factores que
concurren en ellos (mercado inmobiliario, políticas fiscales, etc.). Se podría decir, por tanto, que la
existencia de estos espacios vacíos es fruto de la relación entre dos tipos de factores: los “factores
endógenos” o propios, y los “factores exógenos” o circunstanciales, dependientes del contexto
histórico, económico y social.
Por otro lado, Clichevsky plantea en su estudio la existencia de una relación de factores común
a todas las tierras vacantes, a partir de la cual clasificará los espacios analizados. Los factores
incluidos en dicha relación son: la propiedad (tenencia), la cantidad, la situación y el tiempo de
abandono. Se podría decir, en consecuencia, que los factores considerados por su investigación
son una mezcla de características directamente observables, al estilo de Jacobs, y características
abstractas como la propiedad y el tiempo de abandono. En cualquier caso, las cuatro estarían
enmarcadas en el grupo de los “factores endógenos”.
Llegados a este punto, y teniendo en cuenta el alcance del presente trabajo, parece lógico que
la investigación se centre exclusivamente en el análisis de los “factores endógenos” de los “vacíos
urbanos”. Lo inclusión de los “factores exógenos” o ambientales exigiría un nivel de profundidad
mayor en la investigación que no es posible alcanzar aquí.
El hecho de centrar la investigación sobre este tipo de factores permite, además, una
metodología de investigación más analítica que empírica, de modo que la representatividad de la
muestra seleccionada no dependerá de la cantidad de ejemplos seleccionados.
Finalmente, la elección de los factores endógenos a analizar en la presente investigación tendrá
en cuenta el hecho de que sean “directamente observables” en la medida de lo posible, tal como
reclamaba Jacobs. Pero sobre todo, tendrá presente la esencia del propio concepto de “vacío
urbano”.
Teniendo en cuenta lo expuesto hasta este punto, los factores endógenos que se considerarán
en el análisis de los vacíos serán los siguientes:
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• La localización.
• Las características físicas.
• La propiedad.
• El planeamiento.
• El uso deseado.
Ámbito de trabajo.
El ámbito de trabajo de la investigación se centrará en el municipio de Madrid por razones
obvias de accesibilidad.
En una investigación profunda, como la de una tesis doctoral, se analizarían todos los espacios
vacíos existentes en el municipio. Esto permitiría un desarrollo analítico y empírico de la
investigación, lo que redundaría en las garantías de las conclusiones obtenidas. Sin embargo,
teniendo en cuenta el alcance del presente trabajo y la falta de un Inventario de Suelos Vacantes
del municipio6, debemos restringir la muestra a unos cuantos casos de estudio.
Para garantizar la representatividad de los casos escogidos y evitar la interferencia de los
factores exógenos en el análisis, la selección se ha realizado según los siguientes criterios:
• Todos los vacíos escogidos se encuentran localizados en ámbitos significativos del desarrollo
de la ciudad7.
• Todos los casos se sitúan en la primera periferia de Madrid, totalmente inserta en el suelo
urbano consolidado de la ciudad actual pero relativamente aislada en el momento de su creación.
Esto permite establecer un contexto histórico similar, eliminando así la incógnita de la coyuntura
temporal en la génesis de los “vacíos urbanos”.
• Todos los ejemplos escogidos se sitúan en zonas de la ciudad con diferentes características
socioeconómicas. Lo que se pretende es eliminar la duda sobre la relación entre la existencia de
“vacío urbano” y el “mapa de rentas” (Roch: 1999) de la ciudad.
En total se han analizado 17 casos, de los que sólo 11 se confirmaron finalmente como “vacíos
urbanos”. En el presente artículo sólo se incluye uno de ellos, a modo de ejemplo de aplicación de
la metodología propuesta, mientras que los otros 10 casos se recogen en el documento adjunto.8
Los resultados finales que se exponen en el artículo, sin embargo, proceden de la síntesis de todos
los casos analizados.
El ejemplo del artículo está situado en la parcela CC del conjunto urbano del Gran San Blas,
destinada a Centro Cívico. Dicho conjunto se proyectó a finales de los años 50 dentro de las
6 Madrid es el único municipio, de los 179 que conforman la Comunidad, que no ha colaborado en la elaboración
del Inventario. Asimismo carece de un inventario propio, según lo informado por la Jefa de Área de Planificación Territorial, de la Dirección General de Urbanismo y Planificación Regional.
7 Para ello se ha tenido en cuenta la selección de ámbitos realizada por Ramón López de Lucio en su libro “Guía del urbanismo de Madrid. Siglo XX”.
8 Hace referencia al documento anexo que acompañaba al Trabajo Fin de Master original y que no se encuentra aquí incluido.
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actuaciones previstas por el “Plan de Urgencia Social” de Madrid, cuyo objetivo era dar alojamiento
a la población inmigrante que vivía en chabolas de la periferia, entre otros casos. Cabe señalar
que, sin embargo, ya en la década de los 40’ el Plan Bidagor había previsto la creación de un anillo
Figura 3: Ubicación de los “vacíos urbanos” localizados, en sentido horario: Fuencarral, Pinar de
Chamartín, Gran San Blas y Orcasur
(Fuente: elaboración propia)
de núcleos satélite entorno a Madrid, entre los que se encontraba el núcleo de San Blas, con el
objeto de dar alojamiento a unas 50.000 personas. Aunque dicho núcleo nunca llegó a
materializarse, su concepción sí influyó en la posterior materialización del conjunto del Gran San
Blas, sobre todo en lo que a su autosuficiencia respecto a la ciudad central se refiere.
El proyecto urbano ejecutado consta de cinco “supermanzanas” de uso residencial y
delimitadas por viario estructurante, más una sexta manzana destinada a Centro Cívico de todo el
conjunto (parcela CC). Fue la propia administración, a través de la Obra Sindical del Hogar y la
Arquitectura (O.H.S.) la que llevó a cabo la construcción del barrio, resultando un conjunto de 7.500
viviendas en una superficie de unas 95Ha, con una densidad aproximada de 110viv/Ha.
El diseño del conjunto se encargó a cinco grupos de arquitectos, asignándose una
“supermanzana” a cada uno de ellos. A pesar de la escala urbana del proyecto, la atención de los
cinco equipos se centró curiosamente en el desarrollo de las tipologías edificatorias, mientras que
el diseño urbano se limitó básicamente al trazado esquemático de la orientación de los volúmenes
y la distribución de usos (Galiano et al, 1989)
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3.3. Detección de los “vacíos urbanos”.
El primer paso del análisis debería comenzar por la identificación de los “vacíos urbanos”
existentes en el municipio aunque, como ya hemos explicado en el apartado anterior, en la
presente investigación nos ceñiremos a ámbitos de estudio concretos.
Esta primera labor no consiste en inventariar los suelos vacantes existentes, como actualmente
hace la Comunidad de Madrid en su Registro de Suelos Vacantes, pues en ese caso se estarían
incluyendo en el análisis espacios en proceso de transformación cuyo estado de abandono es
temporal, diferente del abandono permanente de los “vacíos urbanos”. Por este motivo, el
inventario de suelos vacantes debería clasificarse, a su vez, en las categorías ya señaladas en el
apartado anterior:
1. Espacios proyectados y no desarrollados.
2. Espacios desarrollados y no mantenidos.
3. Espacios desarrollados y mantenidos.
Los “vacíos urbanos” se corresponderían con los espacios incluidos en el primer grupo de la
clasificación, mientras que los espacios incluidos en el segundo grupo encajarían dentro del
concepto de “terrain vague”. El análisis, lógicamente, tendrá como objeto de estudio aquellos
espacios incluidos en el primer grupo.
Para llevar a cabo esta clasificación del suelo vacante se propone una doble aproximación a
cada uno de los espacios vacíos detectados. La síntesis de los datos recogidos en cada uno de
ellos será lo que nos permita determinar cuáles de los espacios analizados es un verdadero “vac ío
urbano”. Estas dos aproximaciones son las siguientes:
1. Aproximación visual:
Se realizará una comparación de las diferentes ortofotos o imágenes de satélite a lo
largo del tiempo. Esto permitirá definir aquellas piezas que nunca han sido ocupadas.
2. Aproximación cartográfica:
Se realizará un estudio de la evolución histórica del planeamiento de los suelos
vacantes9 con el objetivo de comprobar que, efectivamente, los suelos vacantes
analizados fueron proyectados desde el origen del conjunto en que se insertan pero
nunca fueron desarrollados.
La Figura 4 es un ejemplo de la Ficha Resumen resultante de la doble aproximación. A la
izquierda de la misma aparecerían los datos utilizados en la doble aproximación, mientras que a la
derecha se encontraría la triple clasificación del vacío, reflejada de un modo gráfico.
9 La información manejada de los planeamientos anteriores al actualmente vigente (1946, 1963, 1985) se ha
consultado en la Biblioteca de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Comunidad de Madrid, que dispone de una copia de cada uno de los planes mencionados.
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Conviene recordar que en esta clasificación no se están diferenciando los espacios públicos de
los privados. No se trata de diferenciar dominios sino de detectar permanentes ausencias de
actividad/uso en el tejido urbano.
Figura 4: Ficha Resumen de los “vacíos urbanos” existentes en el Parcela CC.
(Fuente: elaboración propia)
3.4. Caracterización de los “vacíos urbanos”.
Una vez identificados los “vacíos urbanos”, el siguiente paso de la metodología es el análisis de
los factores endógenos que los caracterizan. Son cinco:
1 Localización:
En este punto se analizarán dos aspectos: la influencia del tejido inmediato y la posición
dentro de la trama. Como señalaba Jacobs, la proximidad a una gran infraestructura o a
un espacio de uso exclusivo, como un parque urbano, pueden afectar a los espacios
colindantes de forma negativa, vaciándolos de actividad, al igual que su posición dentro
de la trama.
2 Características físicas:
Son las referidas a tamaño, forma y delimitación. Nos darán una idea de cómo el diseño
de los espacios puede influir, en mayor o menor medida, en la conformación de “vacíos
urbanos”. Cabe señalar que en la característica referida al tamaño no se está
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cuantificando el área, algo que carece de importancia para el presente trabajo, sino que
se está analizando la correspondencia de su superficie con el parcelario, estructura
subyacente del tejido urbano.
3 Propiedad:
Para el análisis de este factor se han tenido en cuenta los datos disponibles en la
página web del Catastro Inmobiliario.10 Cabe señalar que, en una investigación más
profunda, sería necesario contar también con los datos del Registro de la Propiedad,
pues generalmente se encuentran más actualizados y detallados que los del Catastro. A
efectos del presente trabajo, se ha considerado que todos aquellos espacios que se
engloben en el dominio público pertenecen a la administración, computándola como un
propietario único.
4 Planeamiento:
La evolución de la calificación de los espacios analizados, así como la calificación
actual, nos permitirá estudiar si existe un uso asignado que normalmente se repita en
los vacíos.
5 Uso deseado:
Se trata de averiguar cuál es la esencia del espacio analizado, tal como apuntaba Solá-
Morales. Para ello se estudiará si existe, o no, coincidencia algún tipo de uso
espontáneo en estos espacios y la intensidad del mismo. En consecuencia, se visitarán
los vacíos en día laborable y en día festivo (domingo), para comprobar si existe un
cambio de intensidad en función de la actividad del entorno.
Para cada uno de los “vacíos urbanos” localizados (12 en total) se realizará una Tabla de Datos
que permitirá el análisis de los Factores señalados. La objetividad del análisis se garantiza
mediante la consideración de Aspectos tangibles, agrupados por Características, para cada Factor.
De este modo se permite que la valoración de los datos pueda realizarse sistemáticamente para
cualquier “vacío y urbano” por cualquier persona.
La Figura 5 es un ejemplo de las Tablas empleadas en la que se detallan los Aspectos y
Características considerados para cada Factor (5 Factores, 10 Características y 32 Aspectos)
10 Página web Catastro: https://www1.sedecatastro.gob.es/OVCFrames.aspx?TIPO=CONSULTA.
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Central _
Limítrofe X
Otros _
Colindante con
infraestructuras_
Colindante con parcelas
dotacionalesCentro 3ª Edad
Colindante con parcelas de
uso exclusivo_
Colindante con espacios
libresPlaza
Colindante con otro vacío X
Abarca una parcela
completa_
Abarca parte de una
parcela_
Abarca varias parcelas _
Abarca espacio público y
privado_
Abarca espacio público X
Regular _
Irregular X
Bordes propios _
Bordes ajenosDelimitado por aceras y
cierres de otras parcelas.
Dominio público X
Dominio privado _
Un propietario X
Más de un propietario _
Infraestructuras _
Dotacional X
Terciario _
Residencial _
Varios usos _
Similar al planeamiento
actualEquipamiento
Diferente al planeamiento
actual_
Sin Uso _
Esporádico _
Periódico _
Continuado Aparcamiento
USO DESEADO Intensidad de uso
PROPIEDAD
Catastro
Nº de propietarios
PLANEAMIENTO
Usos
Evolución
GRAN SAN BLAS: VACÍO Nº1
LOCALIZACIÓN
Respecto a la trama
Respecto a elementos
singulares
CARACTERÍSTICAS
FÍSICAS
Tamaño
Forma
Delimitación
Figura 5: Tabla de datos. (Fuente: elaboración propia)
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3.5. Síntesis del análisis de los factores endógenos.
Una vez analizados los 12 “vacíos urbanos” localizados, el paso siguiente es realizar una
síntesis de los datos recopilados. Teniendo en cuenta la diferente naturaleza de los mismos, la
síntesis se realizará por Aspectos, clasificándolos en función de su frecuencia de repetición del
siguiente modo:
Siempre: se repite entre el 75% y el 100% de los casos.
A menudo: se repite entre el 50% y el 75% de los casos.
Ocasionalmente: se repite entre el 25% y el 50% de los casos.
Nunca: sólo se da entre un 0% y un 25% de los casos.
Catastro Dominio público SIEMPRE
Nº de propietarios Un propietario SIEMPRE
Usos Dotacional A MENUDO
EvoluciónSimilar al planeamiento
actualSIEMPRE
Forma Irregular A MENUDO
Delimitación Bordes ajenos SIEMPRE
Respecto a la trama Limítrofe A MENUDO
Colindante con parcelas
dotacionalesSIEMPRE
Colindante con espacios
libresA MENUDO
CADENA DE FACTORES ENDÓGENOS
PROPIEDAD
PLANEAMIENTO
CARACTERÍSTICAS
FÍSICAS
LOCALIZACIÓNRespecto a elementos
singulares
Figura 6: Tabla síntesis de resultados. (Fuente: elaboración propia)
Una primera lectura de la síntesis revela la existencia de un Factor cuyos Aspectos nunca
superan el 50% en su frecuencia de repetición: se trata del Factor de “Uso deseado”. Por el
contrario, el resto de Factores presentan frecuencias superiores al 50% en al menos una de sus
Características.
Los Aspectos cuya frecuencia de repetición alcanza el valor de “Siempre” son los siguientes:
1 Localización:
Respecto a elementos singulares: Colindante con parcelas dotacionales.
Los “vacíos urbanos”
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2 Características Físicas:
Delimitación: Bordes ajenos.
3 Propiedad:
Catastro: Dominio Público.
Nº propietarios: Un propietario.
4 Planeamiento:
Evolución de planeamiento: Similar a los planeamientos anteriores.
Dentro de esta relación se pueden distinguir dos niveles de Características, en función de la
mayor o menor oposición existente entre sus Aspectos. Así, en el primer nivel se incluyen las
Características de “Bordes ajenos”, “Nº de Propietarios” y “Evolución del planeamiento”, cuyas
frecuencias son diametralmente opuestas entre sí (Siempre vs. Nunca) mientras que el segundo
agrupa el resto de Características, con una relación de frecuencias menos polarizada.
La lectura de la síntesis también revela que existen tres Características que tiene una
frecuencia de “A Menudo” en alguno de sus Aspectos. Se trata de:
1 Localización:
Respecto a la trama: Limítrofe.
Respecto a elementos singulares: Colindante con espacios libres.
2 Características físicas:
Forma: Irregular.
3 Planeamiento:
Usos: Dotacional.
Teniendo en cuenta que la clasificación de los Aspectos se ha realizado en función a unos
porcentajes de frecuencia de repetición, se puede obtener una relación de Factores por orden de
frecuencia, de mayor a menor. El resultado sería el siguiente:
1 Propiedad.
2 Localización
3 Características físicas.
4 Planeamiento.
5 Uso deseado.
Sonia Freire Trigo
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Sin embargo, si se eliminan de cada Factor aquellas Características que tienen una frecuencia
inferior al 50%, y se calcula nuevamente el promedio de los porcentajes, el listado quedaría
ordenado del siguiente modo:
1 Propiedad.
2 Planeamiento.
3 Características físicas.
4 Localización.
Cabe señalar que los Factores de Planeamiento y Características físicas tienen el mismo
promedio en la frecuencia de repetición. Si se han ordenado como se muestra ha sido por la mayor
vinculación conceptual existente entre los Factores de Propiedad y Planeamiento.
4. Conclusiones.
A la vista de la síntesis de resultados es posible llegar a las siguientes conclusiones:
• La Propiedad es, sin duda, el Factor Endógeno de mayor relevancia en la permanencia de los
“vacíos urbanos”, siendo la Administración Pública la propietaria de casi todo este tipo de espacios.
En segundo lugar de relevancia se encontraría el Planeamiento. En este caso, lo que muestra el
análisis es que los “vacíos urbanos” son casi siempre espacios dotacionales, cuya calificación se
ha mantenido invariable a lo largo del tiempo. En consecuencia, podría decirse que existe una clara
responsabilidad de la Administración Pública en la existencia de estos espacios y que la
permanencia de los mismos obedece, en primera lugar, a una gestión inadecuada o ineficaz del
suelo público, con el agravante de que se trata de un suelo ya adquirido (suelo urbano consolidado)
y, por tanto, ajeno a la presión especulativa que en otros casos se identifica como causa de
paralización.
• El Factor de Características físicas, tercero en orden de relevancia, muestra que los “vacíos
urbanos” tienen siempre unos límites imprecisos y casi siempre una forma irregular, trasluciéndose
por tanto una cierta desidia en el diseño urbano de estas piezas desde su concepción. Esto se
percibe claramente en el caso de los “vacíos urbanos” detectados en Pinar de Chamartín, pues aun
siendo espacios de escasos propietarios privados (dos en un caso y uno en el otro) y de uso
lucrativo asignado por el planeamiento desde su trazado, permanecen sin desarrollar. Sin duda, el
diseño de estos espacios (parcelas muy estrechas, irregulares y en terrenos de fuerte desnivel) es
el responsable de la permanencia de estos “vacíos urbanos”.
• El Factor de Localización también tiene bastante importancia en la permanencia de los
“vacíos urbanos”. El análisis demuestra la existencia de un «efecto carcoma» (Jacobs, 1961)
provocado por las grandes parcelas de uso exclusivo sobre su entorno: estas acaban “ahogando” la
actividad de los terrenos colindantes debido a su comportamiento de “barrera” en el tejido urbano.
Así se refleja en la tabla síntesis pues como se puede observar los “vacíos urbanos” aparecen casi
siempre en el entorno de espacios libres o parcelas dotacionales, es decir, espacios de uso
exclusivo.
Los “vacíos urbanos”
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•En resumen, quedaría validada la hipótesis de partida pues parece confirmarse la existencia
de una relación de Factores Endógenos que, debido a su frecuencia y presencia, son claros
responsables de la aparición de los “vacíos urbanos”.
Consideraciones finales.
A la vista de los resultados obtenidos, cabría resaltar la enorme capacidad que la
Administración tiene para la reinserción de estas piezas en el resto del tejido urbano. Esta
afirmación se apoya en dos hechos fundamentales: el primero y más evidente, el hecho de que la
Administración sea la propietaria mayoritaria de estos “vacíos urbanos”; el segundo, más sutil, se
referiría al papel que la Administración juega en la configuración de las ciudades desde su posición
de agente regulador de normativas y leyes.
La reflexión final que el presente trabajo sugiere tiene que ver con esta segunda cuestión. La
Administración, como gestora y promotora del planeamiento de las ciudades, tendría un papel
fundamental a la hora de recuperar e incorporar las cuestiones de diseño urbano en la escala
general. La validación de la hipótesis propuesta demuestra que los aspectos tangibles y objetivos,
propios del diseño urbano, también condicionan la conformación de los tejidos y, por tanto, parece
lícito pensar que su consideración a escala de planeamiento sería del todo adecuada. En última
instancia, esta conjugación favorecería una concepción morfológica del espacio frente a una
concepción matemática, a base de estándares, como sucede con el planeamiento actual.
Finalmente, una última reflexión acerca del alcance limitado de la presente investigación. Como
ya se ha explicado anteriormente, esta se ha apoyado en casos de estudio muy concretos debido al
tipo de trabajo solicitado (Trabajo Final de Master). Sin embargo, de cara a una futura línea de
investigación, sería deseable considerar una muestra de casos más amplia para comprobar de
modo cuantitativo la hipótesis enunciada. Por otro lado, la investigación resultaría todavía más
sólida si, además de la ampliación de la muestra, se incluyese un estudio comparativo con otros
casos en los que el sistema de propiedad y el de planeamiento fuesen totalmente distintos a las de
Madrid. En este sentido, la comparación con algún caso paradigmático de ciudad anglosajona,
como Londres, permitiría observar hasta qué punto pueden ser decisivos estos Factores
Endógenos en la configuración del tejido urbano.
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