Efectivo el 29 de septiembre de 2012 me acogeré a la Feliz Jubilación. No niegoque me temblaron las manos cuandoenvié la carta para la cita a las Oficinasdel Retiro. No quería irme, me “dolían” los sentimientos. Han sido tantos años, tantas vivencias, tantas alegrÍas y… porque no?, también algunos sinsabores.
El día que me senté a esperar a que me llamaran para completar los documentosde jubilación -(llegué demasiadotemprano a la cita)- a las Oficinas del Retiro, cerré los ojos y me vi en la espera, aquella cuando comencé a trabajar en la Autoridad de Energía Eléctrica, y otroscomienzos en otras agencias. Que lejanase veía la jubilación para ese entonces!!!
Luego vinieron los días, las semanas y los años de servicio, conociendo gente, adquiriendo compañeros de trabajo, formando amigos. De vez en cuando me detenía en ese largo camino laboral y me daba cuenta que la palabra jubilación se acercaba cada vez más, pero faltabamucho tiempo todavía, me sentía feliz, no quería irme.
Un día abrí los ojos y me di cuenta queesa jubilación ya estaba tan cerca de mi que podía tocarla, el tiempo literalmentehabía volado, pero me sentía feliz, no quería irme!!!
Sigo pensando… tantas cosas han pasadodesde entonces – familiares y amigos quese han ido, aquellos con los cuales ya no podré disfrutar de mi jubilación.
Sigo esperando y continúo en ese dulcerecordar. Qué pasaría una vez estuvierajubilada? Me sentiría diferente? Cuántoscompañeros de trabajo me recordaríandespués que pasara el tiempo?
Ay, me llaman, interrumpo mispensamientos, escucho todo lo que me dicen- firmo cantidad de documentos –definitivamente me voy -. Creo quedesde ese momento empiezo a aceptarla idea de que voy a jubilarme… -pocoa poco- de todos modos algún día teníaque irme.
Pasan los días, ya he aceptado esa
realidad - Mi Jubilación - salgo a la
calle y siento el sol y la brisa diferente.
!!!ESTOY FELIZ!!!.
Sólo me resta darle las gracias, primero a Dios por permitirme completar todosestos años de servicio, y después a todasesas personas que de un modo u otro me han acompañado en este largo caminar. Ahora los dejo, debo tomar una salida en el camino… y habrá nuevos comienzos, y caminaré hacia nuevos horizontes.
A ti que has sido parte de mi camino…
Dios te bendiga siempre.
En memoria de mi querida hermana Carmen, quien se fue a morar con nuestro Padre Celestial faltando un año y cuatro meses para su Feliz
Jubilación.