EXCELENCIAEMPRESARIAL
M.C. J. ROBERTO ESPINOZA P.
“Nunca me planteo grandes objetivos. Porque
si los consiguiera, la vida perdería su sentido”.
El tiburón de Baltimore…
La bala de Baltimore…
Phelps estaba desorientado. Era el hombre de los
récords: ¡lo había ganado todo!
Por ahí se paseaba con 17 oros a cuestas. Y
había roto la leyenda de Mark Spitz, aquel gigante
bigotudo que había recogido siete títulos en
Munich’72.
Dejó de nadar. Tenía tiempo y mucho dinero.
Empezó a beber. Una cosa condujo a la otra.
Dos veces lo sorprendieron conduciendo
borracho. Lo condenaron a seis semanas de
terapia en un centro de desintoxicación en
Baltimore.
La vida es como la natación, a veces debe uno
de tocar fondo para salir a la superficie…
Pero se necesita tener un corazón de campeón
para salir a flote.
TDA Michael Phelps…
Su hijo no va ha hacer nada en la vida…
Encerrado en su cuarto, tuvo tiempo para
reflexionar acerca de su vida. Lo primero que
hizo al salir de allí fue llamar a su padre, Fred.
Se reconciliaron: llevaban años sin hablarse.
Luego se fue a ver a Bob Bowman, su
entrenador de toda la vida. Le dijo que quería
volver a nadar.
Y más tarde, en una conversación con su
agente, Peter Carlisle, le dijo:
–Si tuviera alguna oportunidad de volver con
Nicole...
–No, tú vas a volver con Nicole –le respondió
Carlisle.
Así que whatsappeó a Nicole. Y tuvo que volver
a hacerlo. Una y otra vez: ella estaba saliendo
con otro. De la insistencia salió un reencuentro.
Y del reencuentro, los mejores años de
Phelps.
“ Los últimos dos años han sido un viaje
maravilloso. Un viaje que me ha convertido en
la persona que soy ahora. Ahora soy yo”, dice.
Eso mismo dice Bowman, el padre adoptivo
de Phelps “Michael está con los pies en el suelo.
Está cuidándose muy bien. Y desde luego, tiene
muchas más cosas de qué ocuparse, aparte de
la natación y los entrenamientos. Está su hijo. El
niño ha cambiado su vida, su forma de mirar las
cosas”.
Se refiere a Boomer, el arma secreta de
Phepls.
El hijo de Phelps y Nicole tiene cuatro meses.
Phelps y Nicole Johnson se casarán cuando
acaben estos Juegos. Buscarán un lugar
paradisiaco –no han aclarado dónde irán;
nunca lo harán– y luego recuperarán una vida
en común diseñada desde otra perspectiva.
“Ella es perfecta para él –dice Bowman–. Es su
confidente. No está con él por el dinero. No
quiere nada de él. Le quiere a él”.
Phelps no va a nadar más en los años
sucesivos. No lo necesita. ¿Qué más iba a
lograr?
1.- Visualiza. Antes de entrar a una
competencia. Phelps observa vídeos de sus
antiguas participaciones para percatarse de
cualquier detalle.
Entre los beneficios de la visualización se
encuentran:
La visualización programa tu mente para ganar.
La visualización te da la esperanza de ganar lo
cual se traduce en motivación para la lucha.
La visualización te da enfoque eliminando las
distracciones que te rodean.
La visualización te prepara para reaccionar
correctamente cuando las cosas no salen como lo
planeas.
La visualización desarrolla posibilidades, no
obstáculos.
La visualización desarrolla tu creencia lo cual es
clave para ganar.
2.- Establece. Tengo mis metas en
algún lugar donde pueda verlas. Así cuando me
levanto de la cama, se que estoy despierto para
trabajar en lo que voy a lograr.
3.- Aprende. Phelps también revisa las
cintas de sus carreras y de sus competidores
para darse cuenta de los aspectos que salieron
mal y puede cambiar.
4.- Prepárate. El deportista se
prepara mentalmente ante cualquier tipo de
escenario en una carrera y siempre tiene
planes para cualquier percance.
5.- Persevera. Su entrenador le
recalcó que debería de concentrase en el
proceso, no en el resultado de una carrera.
6.- Práctica. Él siempre se ha
empujado a alcanzar sus sueños. Nadie puede
alcanzar la excelencia sin invertir tiempo y
esfuerzo.
7.- Aprovecha. Utiliza los talentos
naturales, mí físico no es el estereotipo de la
mayoría de las personas, pero me ha dado
ventajas en la natación.
“No solo es el cuerpo el que determina, quien
ganara y quien perderá, es actitud”…
8.- Disfruta. Vive el momento…
9.-Trabaja en equipo. Es cuidar
a los demás, como a ti mismo…
10.- Pasión. Ama lo que haces…
El jugador más joven en llegar a unas
Olimpiadas Sídney 2000, a los 15 años de
edad.
23 MEDALLAS
DE ORO
Michael Phelps and Joseph Schooling
Y las estadísticas no hacen más que confirmar su leyenda ya
que el estadounidense no solo supera a sus colegas,
también se pone por delante de países enteros.
Según una publicación de la BBC, si Phelps fuese una
nación, a sus 31 años, solo contaría con menos medallas
doradas que Estados Unidos (sin él), que sumó 969; Cuba, con
71 y Brasil, con 24.
Detrás suyo quedarían países como Argentina, que en su
historia logró 19 preseas de oro; México, con 13 e incluso el
resto de América Latina, que acumula 16.
Añadido a esto, el historiador Bill Mallon, especialista en
Juegos Olímpicos, reveló que, con la medalla 12 que obtuvo
el ‘Tiburón de Baltimore’ en competencias individuales igualó
la marca del corredor griego, Leónidas de Rhodas, impuesta
hace 2168 años.