Tras años de guerra y violencia,
Afganistán es hoy una nación en
construcción, un "no-país" que,
tras las elecciones de abril, debe
asumir las riendas de su destino.
14
en este número...
y además...
EDITA OBRAS MISIONALES PONTIFICIASC/ Fray Juan Gil, 5 28002 - Madrid Tfno: 91 590 27 80 Fax: 91 563 98 33 E-Mail: [email protected]://www.omp.eshttp://www.domund.org
Nº 145. MAYO, 2014
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coeditores
T E R C E R M I L E N I O
IGLESIA A FONDO
PRIMER PLANO
Los 187 obispos de la India, reunidos en
Asamblea Plenaria, expresan su deseo de
una Iglesia renovada más cercana a los
pobres, y piden a las autoridades que
defiendan el carácter laico de la nación.
INFORME
Pese a avances significativos, ser madre en
un país en vías de desarrollo sigue entrañando
un riesgo importante para la integridad física,
tanto de la madre como de unos hijos
cuyo futuro resulta poco esperanzador.
7 TRIBUNA Realidad versus idea
10 EL OBSERVADORBRASIL - PAKISTÁNEGIPTO - RUANDA
20 ASÍ VA EL MUNDOKENIA - SIRIACOLOMBIA
36 ENTREVISTAMikel Larburu, misionero de África
41 ANIMACIÓN MISIONERA
45 CARISMASMisioneras del Sagrado Corazón de Jesús y María
48 CULTURAEl drama de Tibhirine, en viñetas
53 EL CUARTO MUNDO
56 MISIÓN VIVALa Pascua en mediode la desolación
24
30
El pasado 27 de abril tu-vo lugar la ceremoniade canonización de sanJuan XXIII y san Juan
Pablo II. Dos papas que, sin dudaalguna, han protagonizado la rea-lidad de la Iglesia durante granparte del siglo XX y han marcadoel devenir de la misma en estoscomienzos del siglo XXI. Pero, sihay un aspecto que destacar de lasantidad de estos dos gigantes delEvangelio es aquel que echa susraíces, nace y da su fruto en elnecesitado campo misionero; esaexigente parcela de cultivo quepone a prueba la autenticidad deuna vida puesta al servicio delSeñor, de los valores evangélicos,de las gentes por las que clamaDios y por las que se desvivió Je-sús para hacer posible la cons-trucción del Reino.
Lo destacó el papa Francisco
durante la homilía: “Juan XXIII yJuan Pablo II tuvieron el valor demirar las heridas de Jesús, de to-car sus manos llagadas y su cos-tado traspasado”. Y continúa:“No se avergonzaron de la carnede Cristo, no se escandalizaronde Él, de su cruz; no se avergon-zaron de la carne del hermano,porque en cada persona que su-fría veían a Jesús”. Al escucharestas palabras, resulta difícil nover en ellas a los miles y milesde misioneros, algunos más omenos conocidos, la gran mayo-ría totalmente anónimos, a los
que, lejos de avergonzarse “de lacarne de Cristo”, no les importacurar y compartir las llagas físi-cas y espirituales del hermanoabandonado y desechado por lasestructuras de pecado de una hu-manidad enferma. Por eso, prefie-ren quedarse en vez de huir, paracompartir las situaciones de per-secución, violencia o guerra jun-to a los pueblos que les acogie-
ron; prestan su voz a aquellosque son silenciados, sometidoso esclavizados; pasan algo dehambre para que otros tenganalgo de comer; dan cobijo fami-liar a los que perdieron o tuvie-ron que abandonar sus casas ypertenencias; curan las heridas,sin importar el bando o credo delherido, lo mismo que asisten atodo enfermo en busca de sana-ción; o, simplemente, acompañany saben estar donde más se lesnecesita en los momentos de difi-cultad y dolor... En definitiva,hombres y mujeres que han sabi-do y saben reconocer la carne deCristo en aquellos de quienesotros se avergonzaban, margi-nándoles y despreciándoles; lasaben ver en el hermano necesi-
tado, y no dudan, o saben supe-rar las dudas y el miedo, en ser-vir e ir ganando la vida dándolagratuitamente a los demás, pocoa poco, o de pronto, violentamen-te arrebatada, si fuese necesario.
En la Gloria de Bernini, los mi-sioneros y misioneras tienen des-de el pasado 27 de abril dos nue-vos aliados para que su ejemplode santidad misionera cunda en-
tre la comunidad de fieles. Sonsan Juan XXIII y san Juan Pablo II;dos hombres “contemplativos delas llagas de Cristo y testigos desu misericordia”, a quienes, antelas dificultades, nunca les faltó laesperanza del Evangelio y la ale-gría de quien vive su mensaje pa-ra darlo a conocer a los demás,como buenos misioneros. De mo-mento, ya en la oración de losfieles se pidió su intercesión paraque “sean arrancados de la espi-ral de odio y de la violencia lospensamientos y las decisiones delos jefes de los pueblos” y “sesuscite entre los hombres de cul-tura, de ciencia y de gobierno lapasión por la dignidad del hom-bre”. Así sea; pongamos nuestroempeño en ello.
E D I T O R I A L
EDITA: Obras Misionales Pontificias DIRECTOR NACIONAL DE OMP: AnastasioGil DIRECTOR Alfonso Blas DISEÑO Antonio Aunés COLABORADORES RosaLanoix, Rafael Santos, Francisco José Pérez Valero, Dora Rivas, José Beltrán, An-tonio José Molina, José Carlos Rodríguez, José Ignacio Rivarés, Israel Íñiguez,
Modeste Munimi, José Ramón Carvallada, María Jesús Sahagún, Carmina Sofía Fernández, Juana Gómez, JoaquínMartínez, Juan Lázaro Sánchez, Vicente Marqués Ruiz ARCHIVO FOTOGRÁFICO Antonio Aunés, Rafael SantosFOTOGRAFÍAS Efe, Missio SUSCRIPCIONES Roberto Murga DEPÓSITO LEGAL M-48558-1999 ISSN 1695-1034 IMPRESIÓN Gráficas Dehon. PP. Reparadores. C/ La Morera, 23-25. Torrejón de Ardoz, Madrid. Tfno: 91 675 15 36
T E R C E R M I L E N I O
Si hay un aspecto que destacar de la santidad deestos dos gigantes del Evangelio es aquel que
echa sus raíces en el necesitado campo misionero.
SANTIDAD MISIONERA
14 misioneros NÚM. 145, MAYO DE 2014
una Iglesia de los pobresUna Iglesia renovada,una Iglesia de los pobresUna Iglesia renovada,
I G L E S I A A F O N D O
Los pobres y marginados
deben ocupar siempre el
centro de la actuación de
la Iglesia en la India. Es-
te es el mensaje fundamental que
pretendió subrayar la 31.ª Asam-
blea Plenaria del Episcopado indio,
celebrada del 5 al 13 del pasado
febrero, con un ojo puesto ya en
las importantísimas elecciones le-
gislativas que la mayor democra-
cia del mundo (1.241 millones de
personas) ha celebrado entre los
meses de abril y mayo. “La expe-
riencia de Dios –afirmaron los
obispos en esa cita, a modo de de-
claración de intenciones– dará lu-
gar a la implicación con los mar-
ginados, con los que viven en la
periferia económica, cultural y so-
cial. Hablaremos en contra de to-
das las formas de injusticia perpe-
tradas contra ellos y haremos va-
ler sus derechos. [...] Queremos
que la Iglesia sea verdaderamente
una Iglesia de los pobres”.
En su “programa” para tratar
de hacer realidad esa aspiración fi-
guran tres objetivos: el primero,
“tratar de erradicar todas las for-
mas de discriminación existentes”
hoy en el país, y, más en concreto,
intentar que se garantice “la igual-
dad de oportunidades para los cris-
tianos dalits”; el segundo, luchar
contra la discriminación que sufre
la mujer, mediante la promoción y
apoyo de campañas “contra el fe-
minicidio y la violencia de género”;
y el tercero, batallar en cuantos
frentes haga falta para que las au-
toridades políticas defiendan el ca-
rácter laico de la nación y favorez-
can “la armonía comunitaria y un
iNDIAINDIA"Queremos que la Iglesiasea verdaderamente una
Iglesia de los pobres".Este es el deseo, la de-
claración de intencionesque los 187 obispos dela India expresaron en
su última Asamblea Ple-naria, celebrada en Palai
(Kerala) bajo el lema"Una Iglesia renovada
para una sociedad reno-vada". En ese encuentro,
la Conferencia de Obis-pos Católicos (CBCI)
pidió a las autoridadesciviles que defiendanel carácter laico de lanación y promuevan
la armonía y el diálogoentre las religiones.
espíritu de diálogo y entendimien-
to entre las religiones”. Ninguna de
estas metas se antoja fácil. Pero va-
yamos por partes.
Discriminación de los dalits cristianos
En la India todo tiene otra di-
mensión. En ese alucinante crisol
de culturas y religiones vive uno de
cada seis habitantes del planeta.
Solo el estado de Uttar Pradesh, el
más poblado del país, acoge ya a
200 millones de almas, casi tantas
como Alemania, Francia y Reino
Unido juntos. La India es enorme,
compleja, moderna y primitiva a
un tiempo, fascinante... Y, sobre to-
do, pobre y con grandes desigual-
dades sociales. Según un reciente
informe encargado por el Gobier-
no, difundido en febrero, 680 mi-
llones de indios (el 56% de la po-
blación) carecen de medios econó-
micos para hacer frente al día a día
en lo que a alimentación, acceso a
agua potable, educación, sanidad,
vivienda y combustible respecta. Al
menos el 40% de los habitantes del
país sufren tantas privaciones y
necesidades que su vida está por
debajo de los estándares requeri-
dos para un mínimo de dignidad
humana, según ese estudio.
Los datos oficiales no difieren
mucho de los de los organismos in-
ternacionales. El Banco Mundial es-
tima que una de cada tres personas
que en el mundo malviven en la
pobreza extrema (es decir, con unos
ingresos diarios de menos de 1,25
dólares) es de la India.
En este grupo de desheredados
ocupan un lugar destacado los da-
lits o intocables. Los dalits son
aquellas personas que están fuera
del sistema de castas fijado en el
hinduismo, lo más bajo en una es-
cala religiosa que, afortunadamen-
te, carece hoy de reconocimiento
legal, por anticonstitucional. Pe-
NÚM. 145, MAYO DE 2014 misioneros 15
En India los cristianos apenas sonun 3%, si bien su presencia
social es de gran importancia.
se a estar abolidas por ley, las
castas, sin embargo, siguen muy
presentes en la sociedad india. Es-
ta realidad hace que unos 160 mi-
llones de personas (entre el 16% y
el 20% de la población total) sigan
sufriendo en carne propia margi-
nación y discriminación.
Si ya son discriminados por su
condición de “impuros”, los dalits
que, además, no profesan el hin-
duismo, sino otra religión, sufren
una doble exclusión, pues la ley
(una orden presidencial de 1950)
les impide acceder a programas
económicos, educativos y sociales
de los que sí pueden beneficiarse
los intocables hinduistas. A ello se
referían los obispos cuando, en su
Plenaria, se comprometían a se-
guir luchando para conseguir “la
igualdad de oportunidades para
los cristianos dalits”. El arzobispo
de Delhi, monseñor Anil Couto,
fue detenido por la policía el pasa-
do 11 de diciembre, cuando parti-
cipaba, junto a prelados de otras
confesiones cristianas en la India,
en una marcha pacífica por los de-
rechos de los dalits.
Genocidio femeninoSi injusta es la realidad social
de los dalits, la de la mujer india
no se queda atrás. Para empezar,
el país cuenta con 37 millones de
hombres más que de mujeres
(otras fuentes elevan esa cifra has-
ta los 50 millones), un dato que
debería ya darnos que pensar. ¿A
qué se debe semejante despropor-
ción entre los sexos? La respuesta
es sencilla: al silencioso genocidio
femenino que se viene perpetran-
do desde hace tiempo mediante el
aborto selectivo (incrementado
ahora, gracias a la generalización
de las ecografías) y el infanticidio,
debido a que el nacimiento de una
niña sigue siendo visto en muchas
zonas rurales como un contra-
tiempo, pues acarrea más proble-
mas y gastos (el de la dote, por
ejemplo) que el de un varón.
“La violencia contra las mujeres
y los niños –afirmó la Conferencia
Episcopal el pasado año–, ya sea in-
fanticidio, aborto, violación, ‘cri-
men de honor’ u ‘homicidio por do-
te’, y otras violencias y maltratos,
minan los fundamentos de la socie-
dad y de la nación, y socavan la paz
y la prosperidad”. Su pronuncia-
miento tuvo lugar unas semanas
después de que, por un lado, la ar-
chidiócesis de Bombay lanzara una
campaña –llamada “37 millones de
diyas” (luces)– para denunciar los
37 millones de vidas femeninas ma-
logradas por esas deleznables prác-
ticas; y por otro, después de que el
16 misioneros NÚM. 145, MAYO DE 2014
país quedara sumido en la conster-
nación tras la brutal violación, por
seis hombres, en un autobús, de
una chica de 23 años que acabaría
falleciendo 13 días después en un
hospital de Singapur, a causa de las
graves heridas recibidas.
Ese crimen causó gran conmo-
ción nacional e internacional –sus
autores han sido condenados a
muerte; la sentencia ha sido apela-
da y ha llegado al Tribunal Supre-
mo, última instancia de Justicia– y
sacó a la luz el terrible drama de la
violencia sexual en la India, donde
cada 28 minutos es violada una
mujer, según datos oficiales. La rea-
lidad, con todo, puede ser aún más
grave, dado que una parte muy im-
portante de las agresiones ni si-
quiera son denunciadas.
“En vez de la pena de muerte
–ha dicho el Episcopado–, pedimos
que cualquier persona que cometa
un delito tan atroz como la viola-
ción sea castigada severamente,
para mostrar así a toda la sociedad
la gravedad del delito, y que se
pongan en marcha una serie de po-
líticas previas de prevención”.
Algunas diócesis, como la de
Ernakulam-Angamaly, de la Iglesia
siro-malabar, en el estado de Kera-
la, ya trabajan desde hace un
tiempo en la prevención, median-
te programas de educación sexual
que ayuden a promover la igual
dignidad de hombres y mujeres y
a combatir una mentalidad que
concibe a estas últimas poco me-
nos que como objetos.
Armonía entre religionesEl tercer caballo de batalla de los
obispos es la promoción del carác-
ter laico de la nación y la armonía
entre las distintas religiones. Arduo
reto también, a la vista de los nu-
merosos episodios de incompren-
sión, rechazo y hasta abierta perse-
cución que se dan en no pocos de
sus 28 estados y siete territorios.
En tres de esos estados –Orissa,
Karnataka y Rajastán–, la situación
es especialmente preocupante para
quienes no profesan el hinduismo.
La violencia que en ellos se ejerce
contra las minorías religiosas es re-
currente, al igual que la impunidad
reinante. En Orissa, por ejemplo, al
este del país, y según la agencia Fi-
des, fueron presentadas ante los tri-
bunales de justicia 3.232 denuncias
penales relacionadas con el pogro-
mo anticristiano de agosto de 2008.
De todas ellas, la policía aceptó úni-
camente 1.541. De esta última ci-
fra, solo siguieron adelante y se
convirtieron en hechos que proce-
sar 828. Y de esos 828 pleitos ini-
ciados por cristianos, 169 concluye-
ron con la absolución plena de los
denunciados (1.597 absueltos en to-
tal, debido, sobre todo, a que los
principales testigos eran a menudo
amenazados o intimidados), mien-
tras que 86 procesos más han aca-
bado con penas muy leves para los
acusados. Hay 90 casos que están
aún en curso.
Uno de los últimos escándalos
judiciales en ese estado fue la ab-
solución, el pasado 14 de marzo,
de casi todos los violadores de
sor Meena Barwa, la sobrina del
NÚM. 145, MAYO DE 2014 misioneros 17
Los obispos consideran fundamentalque las autoridades promuevan elentendimiento entre las religiones.
arzobispo de Cuttack-Bhubanes-
war, monseñor John Barwa. Sor
Meena tenía 29 años en 2008,
cuando, en esas aciagas jornadas
en las que fueron asesinadas 100
personas, e incendiadas 296 igle-
sias y 5.600 casas particulares de
cristianos, fue perseguida, insulta-
da, vejada y violada por un grupo
de desalmados. Tras consumar la
felonía, sus agresores la obligaron
a desfilar medio desnuda por las
calles, a modo de trofeo.
La investigación llevó ante la
Justicia a nueve hombres que parti-
ciparon en la agresión. Sin embargo,
el magistrado de primera instancia
de Kandhamal que juzgó los hechos
en abril absolvió a seis de los im-
putados. “Los nueve criminales es-
taban claramente implicados”, pro-
testó en vano el Consejo Global de
los Cristianos Indios (GCIC), que no
dudó en calificar el veredicto de
“parodia de justicia”. “Se trata –di-
jo el presidente de este organismo,
Sajan K. George– de un claro caso
de connivencia de los funcionarios
con las fuerzas extremistas. [...] La
complicidad de la policía con los au-
tores del crimen, que emerge de la
investigación y la acción penal, in-
dica un sesgo institucional contra la
comunidad cristiana”.
EleccionesEn este contexto eclesial, el país
acaba de celebrar unas elecciones
parlamentarias que se presumen de
gran importancia para la consecu-
ción, por parte de la minoritaria co-
munidad cristiana, de los objetivos
reseñados. Han sido los mayores co-
micios jamás celebrados en todo el
mundo: estaban convocados a las
urnas ¡814 millones de electores!,
100 millones más que en los ante-
riores; se votó en 930.000 colegios;
se presentaron un total de 1.616
partidos nacionales o regionales; y
fueron movilizadas, en total, para
garantizar el buen funcionamiento
del proceso, más de diez millones
de personas. Las votaciones se han
realizado en nueve fases –comenza-
do el 7 de abril y concluyendo el 12
de mayo– con el fin de elegir a los
543 miembros de la Lok Sabha
(Asamblea del Pueblo), la Cámara
Baja del Parlamento. La previsión
apunta a que los resultados se den
a conocer el 16 de mayo.
El gran favorito en las encues-
tas era Narendra Modi, goberna-
dor del próspero estado de Gujarat
durante los últimos 11 años y can-
didato del Baratiya Janata Party
(BJP), el principal partido naciona-
lista de la India, cuyos principios
políticos pueden resumirse en el
lema “Un pueblo, una nación, una
cultura”. De confirmarse, su triun-
fo no sería una buena noticia para
las minorías religiosas del país. Es-
te carismático político, de 63 años,
fue acusado de tolerar y mirar pa-
ra otro lado en la matanza de cer-
ca de un millar de musulmanes
que radicales hinduistas perpetra-
ron en Gujarat en 2002, si bien re-
sultó absuelto en diferentes proce-
18 misioneros NÚM. 145, MAYO DE 2014
Más de 800 millones de ciudadanospodrán votar en los que serán los
mayores comicios jamás celebrados.
a Iglesia católica en laIndia está constituida,en realidad, por tres
Iglesias sui iuris: la latina, lasiro-malabar y la siro-malankar.La primera se organiza en tor-no a la citada Conferencia deObispos Católicos (CCBI, porsus siglas inglesas), mientrasque la segunda lo hace en elSínodo de Obispos Siro-Mala-bar (SMBS), y la tercera en elSanto Sínodo Episcopal de laIglesia Siro-Malankar.
En abril, la Iglesia católica dela India recibió una buena noti-cia: el reconocimiento, por par-te de Roma, de sendos mila-gros atribuidos a la intercesiónde los beatos Kuriacose EliasChavara (1805-1871) y RoseEluvathingal (1877-1952), paso
previo para su pronta canoniza-ción. El primero, sacerdote, esel fundador de las Carmelitasde María Inmaculada, mientrasque la segunda profesó comoreligiosa (sor Eufrasia del Sa-grado Corazón de Jesús) en laCongregación de la Madre delCarmelo. Ambos pertenecían ala Iglesia siro-malabar, al igualque santa Alfonsa de la Inma-culada Concepción, terciariaclarisa, quien el 12 de octubrede 2008 se convirtió en la pri-mera santa de la Iglesia india,tras su canonización en Romapor Benedicto XVI.
L
Nuevos santosNuevos santospara la Iglesia india
sos judiciales. “Modi cree en un ré-
gimen con tintes totalitarios, do-
minado por la mayoría hindú, en
el que no tienen cabida las mino-
rías”, afirma Nilanjan Mukhopadh-
yay, autor de su biografía. En la
India, el 80% de la población es
hinduista, pero los musulmanes
representan el 13,4% de la pobla-
ción, y los cristianos en torno al
3%, si bien la presencia social (en
educación, sanidad, etc.) de los
creyentes en Jesucristo es muy im-
portante. Hay también minorías
de sijs (1,9%), budistas (0,8%), jai-
nistas (0,4%), judíos, zoroástricos,
etc. La Iglesia católica, en cual-
quier caso, quiso dejar claro antes
de los comicios, y así lo dijo ex-
presamente el presidente de la
Conferencia Episcopal, cardenal
Oswald Gracias, que “no se iden-
tifica con ningún partido político”.
La otra gran formación nacio-
nal, el Partido del Congreso de la
familia Nehru-Gandhi, que ha go-
bernado la India durante 49 de sus
67 años de independencia, ha
comparecido a las elecciones muy
lastrado por la ralentización de la
economía –el país ha pasado de
crecer del 8% anual a hacerlo al
5%– y por los graves escándalos
de corrupción de la última legisla-
tura. Su candidato ha sido Rahul
Gandhi, de 43 años, bisnieto, nieto
e hijo de primeros ministros, pero
carente del carisma de sus antepa-
sados. El hijo de Sonia y del asesi-
nado Rajiv Gandhi, continuador de
la dinastía, había prometido sani-
dad universal, pensiones para an-
cianos y discapacitados, y vivienda
para todas las familias por debajo
del umbral de la pobreza.
A priori, todo hacía pensar que
ninguna formación obtendría los
272 escaños necesarios para elegir
al primer ministro, y que sería ne-
cesaria una coalición de partidos
para gobernar, como ha ocurrido
en los últimos tres lustros. El nue-
vo primer ministro, en cualquier
caso, asumirá una gran responsa-
bilidad. Estará al frente de una de
las nueve potencias nucleares
existentes y de la undécima eco-
nomía del mundo. Una potencia
económica que, sin embargo, tiene
aún a 400 millones de sus ciuda-
danos sin electricidad.
JOSÉ IGNACIO RIVARÉS
NÚM. 145, MAYO DE 2014 misioneros 19
Yes que estamos hablan-
do de Afganistán. Un
“no-país” en construc-
ción. Un territorio cono-
cido históricamente por tres “ges-
tas”: haber plantado cara y final-
mente conseguido expulsar al Im-
perio Británico, primero, y a la
Unión Soviética, después; producir
la mayor parte del opio del mun-
do; y haber dado cobijo a Osama
Bin Laden, el muyahidín (“los mu-
yahidines son luchadores por la li-
bertad”, explicaban en tiempos de
otros enemigos los guionistas de
Hollywood, cuando su héroe Ram-
bo luchaba, junto a ellos, contra
los soviéticos) convertido poste-
riormente en terrorista, tras los
terribles atentados del 11-S.
Como es sabido, esa brutal
agresión de 2001 contra las Torres
Gemelas y el Pentágono fue res-
pondida ipso facto por la Admi-
nistración Bush con una declara-
ción de guerra contra el Gobierno
talibán que, desde 1996, estaba
instalado en Kabul y protegía a
los líderes de Al-Qaeda. Y esa gue-
rra –la más larga ya de cuantas ha
acometido nunca Estados Unidos–
es la que hoy, 13 años después, si-
gue marcando la suerte y los des-
tinos de este sufrido país de
652.000 kilómetros cuadrados y
31 millones de habitantes, donde
24 misioneros NÚM. 145, MAYO DE 2014
P R I M E R P L A N O
¿Se imagina usted, amigolector, unas votaciones en
España en las que la falta deseguridad impidiera la aper-
tura de uno de cada sietecolegios electorales? ¿Conci-
be que se llegaran a plantearsiquiera sin contar con uncenso electoral concreto yfiable, y que en ellas cada
elector pudiera depositar supapeleta allí donde quisiera?¿Iría a elegir presidente si alllegar al centro de votación
lo primero que hiciera la po-licía es cachearle para asegu-rarse de que no es usted un
terrorista suicida? Pues asíhan sido las últimas eleccio-nes presidenciales y provin-
ciales celebradas el 5 deabril en Afganistán. Y todos
–autoridades, observadores yprensa– coinciden en afirmar
que han sido un éxito.
Un “no-país”en construcción
AFGANISTÁNAFGANISTÁN
malviven, entre otros, pastunes
(42%), tayikos (25%), hazaras, uz-
bekos, baluches y turkmenos. To-
do un mosaico, un rompecabezas
de grupos étnicos, de clanes den-
tro de esos grupos y de intereses
estratégicos que hacen que el
país, ya difícilmente gobernable
en tiempos de guerra (cuando es-
tán todos unidos frente al enemi-
go común), lo sea aún más en épo-
ca de paz, sin un poder central
fuerte y con cuantiosos reinos de
taifas al mando de “señores de la
guerra” con ejércitos propios.
Los “invasores”, esta vez, no
son rusos ni británicos, sino las
tropas de la “Operación Libertad
Duradera” (estadounidense) y de la
Fuerza Internacional de Asistencia
para la Seguridad (ISAF, de la
OTAN) que, a ojos de los islamistas
radicales, quieren instalar en Kabul
un Gobierno títere de Occidente.
Decenas de miles de soldados “in-
fieles” que, además de combatir to-
dos estos años contra la insurgen-
cia talibán y de tratar de garanti-
zar la seguridad, están adiestrando
y equipando al nuevo Ejército y po-
licía afganos: 350.000 efectivos, en-
tre unos y otros. En 2011, Estados
Unidos tenía en Afganistán 97.795
hombres, 90.000 de ellos en la ISAF,
que ese mismo año estaba partici-
pada, en total, por 130.638 efecti-
vos de 49 naciones distintas, entre
ellas España. Nuestro país, que
mandó a sus primeros soldados en
enero de 2002, ha participado en la
misión de la OTAN con 16.627 mi-
litares, enviados a lo largo de estos
años de forma rotatoria. De ellos,
93 se dejaron la vida intentando
llevar estabilidad, paz y desarrollo
a aquellas tierras.
Hoy quedan en Afganistán po-
co más de 50.000 efectivos extran-
jeros. Y la presencia de esas tro-
pas, además, tiene fecha de cadu-
cidad. Los acuerdos firmados con
el presidente afgano Hamid Karzai
establecen el límite de 2014 para
su salida. Antes de final de año,
por tanto, el nuevo Ejército afgano
debería ser capaz de hacer frente
por sí mismo a la insurgencia y ga-
rantizar la seguridad y la estabili-
dad, algo que cuestionan los servi-
cios de inteligencia occidentales,
para los cuales el nuevo Afganis-
tán no podrá pasar sin asesores,
entrenamiento ni ayuda económi-
ca de Occidente al menos hasta
2018. Karzai, que dará el relevo en
la Presidencia este otoño, se negó
en el tramo final de su mandato a
firmar con Estados Unidos y la
ISAF un nuevo Acuerdo Bilateral de
Seguridad que permita una pre-
sencia reducida de tropas (8.000-
10.000 efectivos) más allá de la fe-
cha fijada, como pretenden los
norteamericanos. Su sucesor, sin
embargo, sí lo hará, pues en caso
contrario comprometería la multi-
millonaria ayuda internacional
que recibe el país. Así lo han ase-
gurado, al menos, los tres princi-
pales aspirantes a la presidencia:
Abdullah Abdullah, Ashraf Ghani
y Zalmai Rassoul, todos ellos mi-
nistros en algún momento con
Karzai. Desde 2002, Afganistán
ha recibido entre 10.000 y 15.000
NÚM. 145, MAYO DE 2014 misioneros 25
Por vez primera desde el estallidode la guerra, el país contará con
un presidente elegido por el pueblo.
El presidente Hamid Karzai, quien no ha podido presentarse a la reelecciónpor mandato constitucional, emite su voto en los pasados comicios.
millones de dólares anuales en
ayudas. La economía nacional,
que ha venido creciendo a un 9%
anual (aunque el pasado año y es-
te lo haga solo a un 3%), se ven-
dría abajo sin esas ayudas.
Cuando votar ya es un triunfo
Este es el contexto en el que el
5 de abril se celebraron las elec-
ciones presidenciales. Los comicios
se presuponen decisivos para la
suerte del país. Por primera vez
desde el inicio de esta última gue-
rra, un presidente (Karzai, que se-
gún la reformada Constitución de
2004 ya no podía optar a la ree-
lección) va a ceder el bastón de
mando a otro dignatario, éste ele-
gido por el pueblo y no por los
vencedores. Los afganos acudieron
a las urnas conscientes de que es-
taba en juego, no ya la elección de
uno u otro candidato, sino la acep-
tación o no de la propia democra-
cia. De hecho, los talibanes (“estu-
diantes”, en lengua pastún) habían
instado a la población a no parti-
cipar en lo que calificaron de “far-
sa”. Su mensaje era claro: antes de
“huir” (en alusión a la salida de las
tropas extranjeras), los america-
nos y sus aliados solo pretenden
“prolongar la ocupación” de mane-
ra indirecta, instalando en Kabul a
“un jefe de Estado que parezca af-
gano, pero de mentalidad, visión e
ideales estadounidenses”.
Los talibanes no se limitaron a
las amenazas, sino que trataron
por todos los medios de boicotear
los comicios. Si no lo consiguieron
–“lo que más sorprendió fue la au-
sencia de atentados notables”,
destacaron los analistas–, fue por
el impresionante despliegue mili-
tar efectuado, con 195.000 efecti-
vos de seguridad velando por la
buena marcha del proceso. No obs-
tante, la violencia estuvo muy pre-
sente en esas duras jornadas. Tres
días antes, por ejemplo, en víspe-
ras de las 48 horas obligatorias de
reflexión, un atentado suicida en
Kabul contra la sede del Ministerio
del Interior mató a seis agentes de
policía e hirió de consideración a
otras diez personas. Y en la misma
jornada electoral fallecieron, en
distintos combates y atentados, al
menos otras 109, la mayoría de
ellas (unas 90), insurgentes, según
el Ministerio del Interior.
26 misioneros NÚM. 145, MAYO DE 2014
La otra gran amenaza que pen-
día sobre el proceso era su propia
credibilidad. ¿Serían los resultados
aceptados por todos, si se produ-
cían las mismas irregularidades y
sospechas de fraude que en 2009?
La Comisión Electoral aseguró que
se habían subsanado los proble-
mas de entonces, pero hasta los
analistas más optimistas dieron
por hecho, antes de la crucial cita,
que sería inevitable “cierto nivel
de fraude”, en vista de la situación.
Y es que organizar unas eleccio-
nes serias y creíbles en semejante
“no-país” en guerra se antoja poco
menos que misión imposible. Para
empezar, Afganistán no cuenta con
un censo electoral fiable, por lo que
no se sabe cuál es el número total
y exacto de electores y, por tanto, la
mayoría requerida para gobernar.
“Nadie sabe cuántos votantes hay,
dónde viven o dónde piensan vo-
tar”, declaraba al diario El País la
analista Martine van Bijlert. El mé-
todo que se sigue es poco más o
menos el siguiente: a falta de cen-
so fiable, antes de cada elección se
abre un plazo para que los votan-
tes potenciales se inscriban, entre-
gándoseles entonces una tarjeta
identificativa. Para estas elecciones,
se distribuyeron 21 millones de tar-
jetas. Una cifra que de por sí supo-
ne un problema, dado que, según el
censo de 2012, el país tenía por en-
tonces 27 millones de habitantes,
con un 60% de su población menor
de 20 años; por lo tanto, el núme-
ro de tarjetas recogidas (y de elec-
tores) debería ser, como máximo,
de unos 13,5 millones... y no de 21
millones. Algo no cuadra.
Así las cosas, y pese a ese mi-
llonario desajuste, el 5 de abril
abrieron los colegios. Pero solo
aquellos que pudieron hacerlo.
Porque, de un total de 7.171 cen-
tros de votación, 959 se quedaron
con las ganas, por falta de seguri-
dad: 200 más de los que se había
previsto en un principio. Aun así,
y según cálculos de la Comisión
Electoral, acudieron a las urnas
unos siete millones de personas, lo
que supone una participación de
entre el 52% y el 60%. Todo un éxi-
to, según los organizadores.
El problema, como era de espe-
rar, llegó con los resultados. Los
preliminares los dio a conocer la Co-
misión Electoral Independiente el
27 de abril, mientras que los defini-
tivos no se iban a hacer públicos
hasta el 14 de mayo, después de
que la Comisión Electoral de Quejas
evaluase si había habido fraude y,
en caso afirmativo, a qué escala. El
escrutinio provisional dio la victo-
ria, con un 44,9% de los votos, a Ab-
dullah Abdullah, de 59 años, oftal-
mólogo de profesión, ex ministro de
Exteriores de 2001 a 2005 y segun-
do en las presidenciales de 2009, de
las que finalmente se retiró por con-
siderarlas fraudulentas. En segundo
lugar, y con el 33,5% de los votos,
quedó Ashraf Ghani, reputado eco-
nomista y ex ministro de Economía
con Karzai. El tercer puesto fue pa-
ra Zalmai Rassoul, médico de profe-
sión, educado en Francia, y ex mi-
nistro, también de Exteriores, con
NÚM. 145, MAYO DE 2014 misioneros 27
El candidato a la presidencia Abdullah Abdullah (centro) muestra su dedo índice manchado de tinta tras ejercer su derecho al voto.
el todavía presidente afgano, que
le había confiado su apoyo. Si las
apelaciones de unos y otros no mo-
difican sustancialmente los resulta-
dos, será necesaria una segunda
vuelta entre los dos primeros, ba-
lotaje que, en principio, podría ce-
lebrarse el 7 de junio.
El termómetro de la situación de la mujer
A las elecciones se presentaron
otros ocho candidatos, que obtu-
vieron resultados más que discre-
tos. Los tres mencionados tenían
varias cosas en común, empezando
porque todos ellos son de etnia
pastún, aunque a Abdulah sus ene-
migos lo consideran tayiko. Los
pastunes –ya se ha apuntado– son,
con el 42%, la “minoría mayorita-
ria” en Afganistán, y no se concibe
un Gobierno sin ellos. Los tres,
también, se presentaron ante los
electores con unos programas muy
similares, en los que, lógicamente,
la seguridad, la corrupción y la
economía ocupan lugares destaca-
dos. Y no es de extrañar, porque el
desempleo en el país es del 40%; la
renta per cápita de los afganos
apenas alcanza los 700 dólares
(una de las más bajas del mundo, y
eso que ha crecido gracias a la ayu-
da de los últimos años); y más de
la mitad de las viviendas carecen
de luz, agua corriente y condicio-
nes sanitarias básicas.
Otro aspecto que destacar de
los comicios ha sido la casi total
ausencia de protagonismo femeni-
no en ellos. A diferencia de las pre-
sidenciales de 2004 y 2009, por
ejemplo, esta vez ninguna mujer
presentó su candidatura. Y sola-
mente el 35% de los electores que
se acercaron a depositar su pape-
leta fueron mujeres.
Se trata de datos a tener en
cuenta, porque la presencia públi-
ca femenina es, sin duda, el mejor
termómetro para evaluar el esta-
do de cosas allí. Los talibanes, co-
mo es sabido, instauraron en 1996
una versión extrema de la sharia o
ley islámica. Con ellos, las mujeres
fueron obligadas a vestir el burka
en público, y no se las permitió ni
trabajar fuera del hogar ni recibir
educación más allá de los ocho
años; y hasta esa edad, estudios
únicamente relacionados con el
Corán. Eso, por no citar las flage-
28 misioneros NÚM. 145, MAYO DE 2014
Unos siete millones de personasacudieron a su cita con las urnas;todo un éxito, según los expertos.
laciones y ejecuciones públicas de
quienes incumplían sus rigoristas
leyes. Tras la caída del régimen
en 2001, sin embargo, la situación
ha ido cambiando poco a poco, al
menos sobre el papel. En el nue-
vo Afganistán, dicen los entendi-
dos, está emergiendo una nueva
cultura política en la que empieza
a hablarse de los derechos feme-
ninos. De hecho, hoy unas 40.000
chicas estudian en la universidad
o en institutos técnicos superio-
res. Ello no quiere decir que las
mentalidades y actitudes machis-
tas y de sometimiento hayan de-
saparecido, ni mucho menos. Pero
al menos las nuevas leyes pro-
mueven la participación y la inte-
gración. En el aspecto político,
por ejemplo, la Constitución de
2004 establece que el 25% de los
escaños del Congreso deben estar
ocupados por mujeres, y que de-
ben ser elegidas al menos dos fé-
minas por provincia.
La mujer afgana no siempre
estuvo condenada al burka. Hubo
un tiempo, y no muy lejano, en el
que, al menos en la capital, Kabul,
las mujeres –algunas de ellas–
vestían a lo occidental. El voto fe-
menino fue autorizado en la Cons-
titución de 1961. Y cuatro años
después, en el Parlamento afgano
había ya cuatro diputadas. Una de
ellas era Anahita Ratezbad, quien
dos años antes había sido la pri-
mera mujer en licenciarse en Me-
dicina en todo el país. Habrá
quien considere este último dato
una prueba más de ese ya arrai-
gado atraso. Pero conviene recor-
dar que en España, por ejemplo, la
primera licenciada en esa misma
disciplina científica data de 1882,
y que el número de mujeres que
en esa centuria acabaron una ca-
rrera, fuese cual fuese, fue reduci-
dísimo. Afganistán contó también
en los 60 con dos senadoras, y
otras dos mujeres formaron parte
del Gobierno hasta 1973.
Hoy, como puede verse, el pa-
norama es muy distinto. La pre-
gunta del millón, en cualquier ca-
so, es la de cómo será el Afganis-
tán del futuro, el que comience a
caminar solo, una vez que se vayan
definitivamente las tropas. Algu-
nos hechos del pasado reciente no
invitan precisamente al optimismo.
En 2012, por ejemplo, el Gobierno
de Karzai dio su apoyo público a
un “código de conducta” emitido
por el Consejo de Ulemas, que per-
mite a los esposos golpear en de-
terminadas ocasiones a las esposas
y establece que las mujeres no
pueden viajar sin la compañía de
un hombre ni hablar con extraños
en escuelas, mercados y oficinas.
¿Cómo se compaginan estas prác-
ticas con la igualdad de derechos
de hombres y mujeres que recono-
ce la Constitución vigente?
NACHO JAVIERRE
NÚM. 145, MAYO DE 2014 misioneros 29
na mujer noruega o fin-landesa que dé hoy a luzlo habrá hecho, muy pro-bablemente, tras elegir el
momento que considera más ade-cuado para quedarse embarazaday haber disfrutado de consultasantenatales regulares gratuitas.Tras el parto, asistido por personalsanitario competente, disfrutaráde una baja maternal de entre 46y 56 semanas. La posibilidad deque su hijo muera antes de los cin-co años es muy remota. Si todo vabien, esta madre vivirá al menoshasta los 83 años.
Una mujer afgana que se en-cuentre en la misma situación deembarazo afrontará un futuro muydistinto: tendrá un alto riesgo demorir durante el parto –una de ca-da ocho fallecerá por complicacio-nes antes o después de dar a luz–,que muy raramente será asistido(solo el 14% de las mujeres de Af-
ganistán tienen esa suerte). Estamujer, que con toda probabilidadsolo habrá podido ir al colegio cin-co años, vivirá casi la mitad que lanoruega: 44 años. Durante su vida,probablemente tenga que sufrir lapérdida de al menos uno de sus ni-ños antes de que este llegue a loscinco años de edad, por alguna en-fermedad fácilmente curable.
Estos dos casos se encuentranen la lista de mejores y peorespaíses para ser madre que cadaaño publica la ONG Save the Chil-dren. Aparte de Afganistán, losdiez países del mundo donde unamujer se enfrenta a la maternidaden condiciones devastadoras se ha-llan en África subsahariana. Estosson: Níger, Chad, República Centro-africana, Malí, Sudán, Eritrea, Gui-nea-Bissau, Guinea Ecuatorial y Re-pública Democrática del Congo.Precisamente este último ocupabael puesto más bajo del índice en el
I N F O R M E
UU
En los países menos desarrollados, ser madre puede convertirseen un riesgo muy serio para la propia integridad física. Al mismotiempo que, en muchas culturas de países del Tercer Mundo, la maternidad está rodeada de alegría, ver crecer a unos hijoscon riesgo de morir y sin un futuro claro resulta poco esperanza-dor. La buena noticia es que hay avances significativos.
30 misioneros NÚM. 145, MAYO DE 2014
informe de 2013. Allí una de cada30 mujeres está en riesgo de morirdebido a alguna complicación conel embarazo y el parto, y uno decada seis niños congoleños no al-canza el quinto año de vida. Encontraste, en Finlandia, el mejorpaís del planeta donde ser madre,solo una de cada 12.000 mujeressufrirá algún riesgo serio para suvida por complicaciones relaciona-das con el embarazo, y solo uno decada 345 niños fallecerá antes decumplir los cinco años. La diferen-cia se mide con indicadores quetienen que ver con la salud, laeducación y las condiciones econó-micas de madres y niños. Entre losmejores lugares del mundo en losque ser madre se encuentran –trasFinlandia y Noruega– países comoAustria, Islandia, Suecia, Dinamar-ca, Nueva Zelanda, Holanda, Bélgi-ca y Alemania. España se encuen-tra en el puesto número 13 de lalista de los 160 países de esta cla-sificación mundial.
Morir antes de los cinco años
Rosalie Yassiwa sabe muy bienlo que es vivir en un país dondeser madre significa pasar por se-rios riesgos. En su país, la Repú-blica Centroafricana, uno de cadasiete niños muere antes de cum-plir los cinco años a causa de
NÚM. 145, MAYO DE 2014 misioneros 31
enfermedades que hoy puedenevitarse fácilmente. Esta mujer
de 48 años vive en el barrio deBimbo, a las afueras de Bangui. Co-mo nunca en su vida fue a la es-cuela, no sabe leer ni escribir y noconoce una palabra de francés, elidioma oficial de su país. Tampocosu madre, que emigró de la vecinaRepública Democrática del Congohace muchos años y que vive conella, pisó jamás un aula. Rosalie secasó muy joven, con apenas 17años, tuvo una hija y, como pasa-ron los años sin que pudiera con-cebir de nuevo, su marido la dejó.Hoy las tres mujeres –abuela, ma-dre e hija– tienen a su cargo aocho niños de su “familia exten-
I N F O R M E SER MADRE EN EL TERCER MUNDO
32 misioneros NÚM. 145, MAYO DE 2014
Laeducación que
han recibido lospadres determina en
gran parte el nivel deescolarización de
los hijos enÁfrica.
NÚM. 145, MAYO DE 2014 misioneros 33
sa”, y se las ven y se las deseanpara sacarlos adelante. Su vivien-da fue saqueada por los milicianosde la Seleka a finales de marzo delaño pasado y, desde entonces, hanvivido en la peor de las incerti-dumbres. En diciembre, cuando seenfrentaron en Bangui los solda-dos de la Seleka con las miliciasanti-balaka, las tres mujeres co-rrieron a refugiarse al seminarioSaint Marc, donde siguen pernoc-tando. Durante el día, la abuela se
queda en casa, Rosalie camina seiskilómetros para trabajar en un te-rreno donde cultiva cacahuetes,mandioca y algunas verduras, y lahija va al centro de Bangui paravender algunos productos en elmercado. A las cuatro, ellas y losocho niños comparten la única co-mida del día y después vuelven alseminario para pasar la noche conotros miles de desplazados. Eso, sidurante la jornada no hay ningúntiroteo en el barrio que las obligue
a no salir de la institución de laIglesia, donde soldados camerune-ses de la fuerza africana de inter-vención protegen a la población.
La diferencia abismal entre lascondiciones de vida de Rosalie ylas de una madre que viva en No-ruega tiene mucho que ver con lasoportunidades que cada una deellas hayan tenido de acceder a laeducación, la alimentación y loscuidados médicos de los que ha-yan podido disfrutar, así como delas condiciones de seguridad y dederechos humanos que rodeen susvidas. Según el informe de Savethe Children, uno de esos factores,el acceso de las niñas a la educa-ción, da a las futuras madres lacapacidad para proteger su propiasalud y la de sus hijos. “Las chicasque han pasado por las aulas sue-len casarse más tarde y tienen me-nos hijos, más sanos y mejor ali-mentados”, afirma el estudio.
El hecho de que la madre deRosalie nunca fuera a la escuela hadeterminado su futuro. Un estudiosobre la educación en el mundo,publicado este año por la empresaGallup, revela que la educación delos padres determina el nivel deescolarización de los hijos en Áfri-ca. El informe se hizo tras haberrealizado encuestas sobre escolari-zación en 29 países africanos du-rante 2013. Las conclusiones reve-laron que las probabilidades deasistir a la escuela secundaria deun estudiante de cualquiera de es-tos países eran mucho mayores siambos progenitores habían com-pletado la educación primaria. Enconcreto, el estudio de Gallupmuestra que, en el caso de queambos padres acaben la escuelaprimaria, las posibilidades de acu-dir a la secundaria son del 70%,mientras que, si ninguno de ellossuperó el primer nivel de edu-cación, se reducen al 18%. Por lo
Unas 265.000 mujeres mueren cada añointentando traer al mundo una
nueva vida en los países subsaharianos.
Rosalie Yassiwa (i) posa junto a su madre (al fondo), su hija (d) y algunos de los niños que tienen a su cargo.
que se refiere al futuro escolarde una niña en África, influye
mucho más la escolarización pre-via de la madre que la del padre.Una mujer africana que haya com-pletado la educación secundariahará todo lo posible para que sushijos tengan la misma suerte, ypondrá un especial empeño en nodejar al margen a sus hijas.
La educación comienza por sa-ber leer y escribir. Si nos atenemosa esto, aún queda mucho por ha-cer en cuanto a educación en Áfri-ca subsahariana, que tiene una ta-sa de alfabetización del 59% (se-gún la UNESCO), la más baja si lacomparamos con otras regiones
del mundo. Hay países donde lamitad de la población no está al-fabetizada: Benín, Burkina Faso,Chad, Guinea Conakry, Malí, Nígery Sierra Leona son los que estánen los puestos más bajos de la lis-ta. También preocupa que hayapaíses donde más del 40% de losniños estén fuera de la escuela pri-maria: Eritrea, Guinea Ecuatorial,República Centroafricana, Nigeriay Yibuti son algunos de ellos. Lla-ma la atención que dos de estos,Guinea Ecuatorial y Nigeria, sean
grandes productores de petróleo,pero los beneficios de sus macroe-conomías no reviertan en asegurara sus ciudadanos servicios básicos.En otros ha habido, sin embargo,avances muy significativos duran-te los últimos años, y la tasa de ni-ños que no están escolarizados nollega al 10%. Este es el caso de Be-nín, Cabo Verde, Camerún, Repú-blica del Congo, Egipto, Malaui,Mauricio, Ruanda, Santo Tomé yPríncipe, Tanzania, Togo, Uganda yZambia. En algunos de estos paí-
ses el Estado ha introducido la po-lítica de asegurar la educación pri-maria universal y gratuita.
Reducción de la mortalidad materna
Además de la educación, otrocampo en el que ha habido mejo-ras significativas para las madreses el de la reducción de la morta-lidad materna. Según el último in-forme disponible sobre el tema,Trends in Maternal Mortality: 1990
to 2010, presentado por OMS, UNI-CEF, UNFPA y el Banco Nundial enmayo de 2012, en los últimos 20años la mortalidad materna se hareducido un 41% en África subsa-hariana. Además, 15 países africa-nos han conseguido llevar estas ci-fras por debajo del 50%, acercán-dose, algunos de ellos bastante, ala consecución del quinto Objetivode Desarrollo del Milenio. Estosson: Guinea Ecuatorial, Eritrea,Etiopía, Ruanda, Angola, Madagas-car, Cabo Verde, Malaui, BurkinaFaso, Benín, Santo Tomé y Prínci-pe, Níger, Malí, Togo y Gambia.
34 misioneros NÚM. 145, MAYO DE 2014
I N F O R M E SER MADRE EN EL TERCER MUNDO
Reducir los riesgos para la saludque tienen que ver con el embara-zo y el parto solo es posible si enun país hay un número suficientede trabajadores sanitarios, sobretodo comadronas, con una buenaformación. Cada vez las mujeresson más conscientes y están mássensibilizadas sobre la necesidadde un embarazo seguro, sometidoa controles sanitarios, y tambiénsobre las ventajas que supone eldar a luz en un centro de salud,atendidas por personal especializa-do y no por parteras tradicionales.
Pero no basta con que las futu-ras madres estén sensibilizadas: unfenómeno del que no se suele ha-blar mucho es la huida de miles demédicos, enfermeros y comadronasde países del Tercer Mundo a paí-ses europeos, donde, desde hacealgunos años, hay una enorme de-manda de estas profesiones parapuestos sanitarios que no se cu-bren con el mercado laboral delpropio país. Se da el contrasentidode que, al mismo tiempo que, porejemplo, en Uganda hay miles de
mujeres que no tienen acceso acuidados antenatales de suficientecalidad en sus pueblos, cada añoemigran cientos de comadronasugandesas a Reino Unido, país queda numerosas facilidades para en-trar y tener un puesto de trabajoseguro a comadronas africanas.
El país europeo o norteamerica-no que recibe a una comadrona oun enfermero africanos juega conla ventaja de haberse ahorrado loscostes de su formación. Su país deorigen, que sí ha corrido con esosdispendios, se queda sin un perso-nal muy valioso, cuyo trabajo po-dría evitar la muerte de muchasmujeres durante el embarazo o elparto, algo que sigue siendo unproblema muy grave. Baste pensarque alrededor de unas 265.000 mu-jeres todavía mueren cada año in-tentando traer una nueva vida almundo en países subsaharianos.Las razones de estas muertes hayque buscarlas en la falta de edu-cación y en el hecho de que losservicios de salud no llegan a todoslos rincones del continente y, cuan-
do llegan, especialmente en las zo-nas rurales, no están bien equipa-dos, son caros o se encuentran le-jos de las aldeas donde la poblaciónhabita. Este fenómeno se da inclu-so en países que están experimen-tando un fuerte crecimiento econó-mico, donde las cifras macroeconó-micas que hablan de un aumentoespectacular del Producto InteriorBruto no se traducen en mejorassignificativas en las condiciones devida de la población, muy especial-mente de las mujeres y los niños.
Por eso, no hay que dar porbuenos los resultados obtenidoshasta el momento en este campo;por el contrario, hay que seguirtrabajando para que ninguna mu-jer de un país poco desarrolladotenga que perder su vida en el ac-to de dar vida. Para ello, se necesi-ta, principalmente, voluntad políti-ca por parte de los Gobiernos depaíses donde ser madre puede con-vertirse en un riesgo para la vidade la mujer. Pero esto es algo conlo que no siempre se cuenta.
JOSÉ CARLOS RODRÍGUEZ
NÚM. 145, MAYO DE 2014 misioneros 35
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