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PICU CUNIO: SUBIENDO POR LA MAJADA VIORES Y BAJANDO POR EL VALLE DE PIEDRAFITA Y LA FOZ DE
SEMELDÓN
* Fecha: 8 de diciembre de 2.011 (jueves)
* Quienes realizaron la ruta: Jonatan, Alex, Chema, Roberto y Santos.
* Distancia total: 13,4 km.
* Tiempo total empleado (incluidas las paradas): 7 horas y 35 minutos.
* Tipo de ruta: Circular.
* Mapa: Hoja/s 54-II y 54-IV del I.G.N.
* Cota mínima: Cruce en el desvío para Ambingue, 331 m.
* Cota máxima: Picu Cunio, 1.265 m.
* Desnivel máximo de subida: 825 m. (desde los 440 m. de Ambingue, hasta los 1.265
m. del picu Cunio)
* Desnivel total de subida acumulado: 934 m.
* Lugar de inicio de la ruta: Ambingue (Ponga)
* Lugar de finalización de la ruta: Ambingue (Ponga)
* Condiciones atmosféricas: Día completamente claro y despejado durante toda la
jornada, aunque con algo de frío en las primeras horas de la mañana
(aproximadamente 5º - 6º). Solamente algunas nieblas en el fondo de los valles, y
luego por la tarde retazos de alguna nube. Día soleado que, donde no daba la brisa,
calentaba y se podía ir en manga corta, a pesar de estar en el mes de diciembre.
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TTRRAAMMOO II:: DDEE AAMMBBIINNGGUUEE AALL CCOOLLLLAADDOO YY LLAA MMAAJJAADDAA FFOONNTTIICCIIEELLLLEESS SSAALLIIDDAA DDEE:: AAmmbbiinngguuee HHOORRAA:: 08:55 LLLLEEGGAADDAA AA:: CCoollllaaddoo yy mmaajjaaddaa ddee FFoonnttiicciieelllleess HHOORRAA:: 10:45 TTIIEEMMPPOO EEMMPPLLEEAADDOO:: ((iinncclluuiiddaass llaass ppaarraaddaass)) 11 hhoorraa yy 5500 mmiinnuuttooss KKIILLÓÓMMEETTRROOSS:: 3,5
1.- Tras aparcar los coches en la
pequeña plazuela que hay a la entrada del
pueblo de Ambingue [Cota 440 m. [Cota 440 m. [Cota 440 m. [Cota 440 m. –––– 08:55 08:55 08:55 08:55
h. h. h. h. ---- Km. 0] Km. 0] Km. 0] Km. 0], en donde hay un pequeño
lavadero, nos dirigimos a atravesar el
pueblo en dirección NW, para remontar
hacia la zona alta del mismo.
Pasando por sus estrechas caleyas
de hormigón, junto algún que otro
vetusto hórreo, y cruzando también la
carretera que tortuosamente acaba
muriendo en lo más alto del pueblo.
No observamos aquí ninguna muestra de
una especial arquitectura popular, como
puede haber en otros pueblos de la zona.
Aquí se nos une al grupo una
incorporación de última hora, un perro de
pelo negro, que parecía ser un cruce
entre labrador y pastor alemán, que nos
acompañó luego durante todo el trayecto
y al que bautizamos con el nombre de
“Moro”.
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En la parte alta, y donde
finalizan las casas tomamos
un camino de tierra que en
sus primeros metros es
bastante ancho, aunque un
poco pindio, pasando por
delante del depósito de agua
y encaminándonos hacia las
cabañas de El Parrón que
comenzamos a avistar algo
más arriba.
En esta subida, si
echamos la vista atrás
podemos contemplar la
majestuosa silueta del
picu Pierzu, que se recorta
a estas tempraneras horas
de la mañana contra el
alboreado cielo que co-
mienza a despertarse.
2.- Alcanzamos las
cabañas de El Parrón y
aquí el ancho camino,
casi pista forestal, traza
una pronunciada curva a
la izquierda, a la par
que nos lleva por un
terreno más llano. Los
rayos del sol co-
mienzan a abrirse
paso con fuerza inu-
sitada sobre las som-
bras que se proyectan
sobre las laderas
montañosas. Un buen
lugar y un buen mo-
mento para contem-
plar frente a nosotros
la mole rocosa de La
Mota Cetín, y en el
fondo del valle los
pueblos de Sellaño,
Cazo y el propio
Ambingue.
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Ahora el camino
discurre por las laderas
de La Cuesta, ganando
altura poco a poco, lo
que nos permite comen-
zar a distinguir en la
lejanía los inconfundi-
bles picos de El Tia-
tordos y La Llambria.
En este largo tramo el
camino va en todo momen-
to protegido por un cierre
de estacas y alambre,
teniendo que saltar en algún
momento una rudimentaria
portilla.
Según vamos avanzando,
a nuestra izquierda la
ladera se vuelve más
vertical, con caídas en
algunos tramos de
consideración. Pero no
hay problema pues vamos
por un muy buen camino
y muy protegido.
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Encontramos también
algún punto concreto
donde hay armaduras de
piedra que refuerzan la
caja del camino, pues este
era el ancestral paso que
comunicaba Ambingue
con la majada de Viores,
por lo que el trasiego de
ganado en determinadas
épocas del año debía ser
muy frecuente y en gran
cantidad.
3.- Atravesamos otro
cierre de palos y alambre que
nos sitúa en el Collado Pasadoriu [Cota 898 m. [Cota 898 m. [Cota 898 m. [Cota 898 m. –––– 10:05 10:05 10:05 10:05
h. h. h. h. ---- Km. 2,1] Km. 2,1] Km. 2,1] Km. 2,1], por donde
doblamos el espolón del
Porru La Escrita, ubicado en
el borde oriental de la Sierra
de Furacu. Nos detenemos
unos minutos, pues el
lugar nos ofrece unas
buenas vistas sobre el
Tiatordos, La Llambria,
Peña Crespa (Los
Tornos), picu Maoño,
…..
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4.- Desde el
collado proseguimos
la marcha por el
sendero que discurre
ahora por la ladera
occidental de la Sie-
rra Furacu, contem-
plando un poco hacia
abajo y a nuestra
izquierda el collado
Viores, hasta el cual
no es necesario des-
cender.
El collado de Viores
da paso al valle del
mismo nombre, en
donde se encuentra
también la majada
homónima, donde aún
se conserva alguna
cabaña, así como
verdes praderías deli-
mitadas por un peque-
ño bosquete. A llegar
a la vertical de la
majada, comienza a
dejarse ver hacia el
horizonte el picu Vízcares,
así como también nuestro
objetivo de hoy, el picu
Cunio.
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Proseguimos la marcha
por este claro sendero, que
poco a poco parece ir
perdiéndose, pero ganando
también lentamente algo de
altura al tiempo que
bordeamos el valle de
Viores. Abriendo la marcha
va casi en todo momento el
fiel “Moro”.
5.- Así llegamos al
collado y la Majada Fonticielles [Cota 986 m. [Cota 986 m. [Cota 986 m. [Cota 986 m. ––––
10:45 h. / 11:00 10:45 h. / 11:00 10:45 h. / 11:00 10:45 h. / 11:00 ---- Km. 3,5] Km. 3,5] Km. 3,5] Km. 3,5],
ubicados al pie del
Porrón que lleva el
mismo nombre. Varias
cabañas de piedra, la
mayoría en ruinas y
caídas, se dispersan por
la campera al abrigo de
importantes ejemplares
de fresnos; aunque otras
ya comienzan a verse
engullidas por las
zarzas.
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TTRRAAMMOO IIII:: DDEELL CCOOLLLLAADDOO YY LLAA MMAAJJAADDAA DDEE FFOONNTTIICCIILLLLEESS AALL PPIICCUU CCUUNNIIOO SSAALLIIDDAA DDEE:: CCoollllaaddoo yy mmaajjaaddaa ddee FFoonnttiicciieelllleess HHOORRAA:: 11:00 LLLLEEGGAADDAA AA:: PPiiccuu CCuunniioo HHOORRAA:: 12:10 TTIIEEMMPPOO EEMMPPLLEEAADDOO:: ((iinncclluuiiddaass llaass ppaarraaddaass)) 11 hhoorraa yy 1100 mmiinnuuttooss KKIILLÓÓMMEETTRROOSS:: 1,9
Desde el collado
contemplamos al
frente el trayecto
que tendremos que
seguir para llegar
hasta el picu
Cunio, mientras
que a la espalda
dejamos el valle
de Viores.
Remontamos unos metros hacia
arriba de la majada, buscando la
traza de algún que otro sendero
ganadero por el que continuaremos
faldeando por la vertiente occidental
de la ladera de la Sierra Furacu, por
un terreno despejado pero con
vegetación de monte bajo, en
absoluto complicado para caminar.
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6.- Dirigiéndonos hacia una
mancha boscosa de acebos en
la que encontramos la Fuente Acebal [Cota 1.064 m. [Cota 1.064 m. [Cota 1.064 m. [Cota 1.064 m. –––– 11:20 h. 11:20 h. 11:20 h. 11:20 h. ----
Km. 4,1]Km. 4,1]Km. 4,1]Km. 4,1] , con rica y abundante
caudal de agua, aunque un
poco complicado acceder a ella
debido a la acumulación de
barro que la rodea. Aunque
siempre hay quien se las
ingenia para poder llegar.
7.- Tras atravesar la acebeda
continuamos ganando lenta y
suavemente altura saliendo a otras
abiertas y despejadas praderías, con
restos y ruinas de cabañas de lo que en
su día fue la majada de Fonciellos.
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8.- Poco más arriba
salimos al Colláu Espinu [Cota 1.213 m. [Cota 1.213 m. [Cota 1.213 m. [Cota 1.213 m. ––––
11:45 h. 11:45 h. 11:45 h. 11:45 h. ---- Km. 4,7] Km. 4,7] Km. 4,7] Km. 4,7] ,
desde donde se nos
abre una amplísima
panorámica sobre todo
el valle de Piloña, en
el cual aún se aprecian
restos de la niebla. Al
fondo se recorta
contra el horizonte el
perfil de la Sierra del
Sueve; …..
…… y girando un poco la
mirada hacia la derecha,
también alcanzamos a
distinguir la Sierra del
Cuera, así como también la
cercana mole rocosa de La
Mota Cetín
9.- Proseguimos la apro-
ximación, para lo cual
bordearemos por la margen
izquierda el picu Lavandera
que se interpone entre nosotros
y el Cunio.
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10.- Llegando al Colláu Cunio [Cota 1.209 m. [Cota 1.209 m. [Cota 1.209 m. [Cota 1.209 m. –––– 12: 12: 12: 12:00 h. 00 h. 00 h. 00 h. ----
Km. 5,2]Km. 5,2]Km. 5,2]Km. 5,2], desde donde
alcanzamos a distinguir
claramente las cumbres del
Vízcares y el Niañu.
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11.- Una corta y ligera
subida final nos deja en la
cumbre del Picu Cunio [Cota [Cota [Cota [Cota
1.265 m. 1.265 m. 1.265 m. 1.265 m. –––– 12:10 h. / 12:25 h. 12:10 h. / 12:25 h. 12:10 h. / 12:25 h. 12:10 h. / 12:25 h. ---- Km. Km. Km. Km.
5,4]5,4]5,4]5,4], coronado por un curioso
buzón con una placa en la que
podemos leer la siguiente
inscripción: “Grupo Montañero
Vízcares, Infiesto. Pico Cunio,
1.265 m. Marzo-80”; y un
coqueto belén de cumbres
instalado por el Grupo de
Montaña Las Xanas (de Trubia)
en diciembre de 2.002.
Buenas son las vistas que
desde aquí podemos
contemplar y disfrutar,
máxime con el día tan
soleado que estamos
teniendo. Por un lado la
Sierra de Aves, en la que
sobresale el picu Vízcares, en
el otro extremo el pico
Maoño; por delante el collado
y la majada de Piedrafita, que
será nuestro siguiente lugar de paso.
Más hacia el sur el picu La Llambria,
que oculta casi en su totalidad al
Tiatordos. Así como también el cordal
que forman el Recuencu, Colláu Zorru,
Ten y Pileñes; a los que la fina capa de
bruma no deja distinguir con la nitidez
que quisiéramos.
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Y hacia el Este
podemos apreciar con
bastante claridad la Sierra
del Cuera y los lejanos
Picos de Europa; y por
delante el Pierzu. Más
cercana distinguimos la
Sierra de Furacu, en cuya
ladera se recuesta el valle
de Viores, por donde
anteriormente hemos
pasado.
No puede faltar la típica foto de
Grupo.
TTRRAAMMOO IIIIII:: DDEELL PPIICCUU CCUUNNIIOO AA LLAA MMAAJJAADDAA DDEE SSEEMMEELLDDÓÓNN SSAALLIIDDAA DDEE:: PPiiccuu CCuunniioo HHOORRAA:: 12:25 LLLLEEGGAADDAA AA:: MMaajjaaddaa ddee SSeemmeellddóónn HHOORRAA:: 15:25 TTIIEEMMPPOO EEMMPPLLEEAADDOO:: ((iinncclluuiiddaass llaass ppaarraaddaass)) 33 hhoorraass KKIILLÓÓMMEETTRROOSS:: 5,2
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12.- Abandonamos la
cumbre y continuamos la
marcha por la crestería
occidental del Cunio,
inicialmente de fácil
caminar
Aunque pronto nos
encontraremos unas agudas
crestas que nos obligarán a
rodearlas por la ladera
orientada al Norte, …….
13.- ……. saliendo a
una amplia campera
situada al pie del Porrón de Llagos, desde donde
debemos dejarnos caer
ligeramente hacia su
vertiente izquierda.
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Comenzamos a bordearlo
tomando el visible y claro
sendero existente, mientras
contemplamos a nuestra
izquierda las impresionantes
agujas y crestones que se
yerguen en la ladera de los
Canalones de Los Tornos,
que se corresponde con la
vertiente meridional del picu
Cunio, cuya cumbre podemos
apreciar en lo más alto.
Proseguimos la bajada
que bordea el Porrón de
Llagos, …..
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14.- ……. hasta al-
canzar el Colláu y majada Piedrafita [Cota [Cota [Cota [Cota
1.000 m. 1.000 m. 1.000 m. 1.000 m. –––– 13:00 h. / 13:3 13:00 h. / 13:3 13:00 h. / 13:3 13:00 h. / 13:30 0 0 0
h. h. h. h. ---- Km. 6,9] Km. 6,9] Km. 6,9] Km. 6,9]. A nuestros
pies se extiende el alar-
gado valle de Piedrafita,
flanqueado a la izquier-
da por el Cunio y sus
estribaciones, y la
Sierra de Furacu, y a la
derecha por la Loma de
la Morena. Lo tendre-
mos que atravesar en
toda su longitud.
Metros más abajo está
situada la majada de
Piedrafita, de que solo
quedan los restos de dos
antiguas cabañas de
piedra. Quizás para que
sea más fácil recordarlo
todo lleva el mismo
nombre, el collado, la
majada, el valle.
Aunque todavía era un
poco temprano para
comer el bocadillo, sin
embargo preferimos ha-
cerlo aquí, donde todavía
nos daba el sol, antes de
meternos en la umbría del
valle.
Comenzamos la bajada
para ir adentrándonos
poco a poco en el valle, y
sumergiéndonos en un
fantástico y precioso bos-
que mixto principalmente
de robles, pero en el que
también encontramos
algunas hayas.
© Santos J. Álvarez Página - 17
Espectaculares
ejemplares de
robles a los que
el paso del tiem-
po en estos
parajes apenas
afecta.
15.- Este primer tramo es
bastante limpio, y sobre todo
seco, pues apenas corren
arroyos o regueros. Hasta que
alcanzamos el lugar donde
creemos que tiene su
nacimiento el río Piedrafita;
apenas un pequeño chorro de
agua que brota del interior de la
tierra por entre unas piedras.
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La mayor parte de la
bajada la haremos por
la margen izquierda del
arroyo. Y a cada paso
que vamos dando
comprobamos la belleza
salvaje de este lugar.
Tan desconocido, tan
solitario, tan aislado,
tan poco frecuentado,
tan ………..
Y eso que aún no hemos
llegado a la zona más
intrincada y salvaje.
En todo momento lleva-
mos el cauce del arroyo junto
a nosotros.
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Aquí la naturaleza
actúa a su capricho, no
hay influencia externa.
Cada rincón ofrece una belleza
insólita.
© Santos J. Álvarez Página - 20
16.- No hay un
sendero claro que
seguir, y la propia
configuración del
terreno nos va
indicando la trayec-
toria a seguir. Y que
nos lleva a tener que
cruzar el arroyo una
primera vez,………
…….. una segunda, ….
17.- …… una tercera.
© Santos J. Álvarez Página - 21
El valle se va
tornando más cerrado,
umbrío, tapizado casi
todo él por un tupido
manto verde de
musgo.
Y hasta una cuarta
vez.
No es mucho
el caudal que lleva
el arroyo, pero la
dificultad está en
que las piedras por
donde tenemos que
saltar si no
queremos mojarnos,
están muy húmedas
y resbaladizas.
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Y entre medias hemos tenido que atravesar el cauce del arroyo Vallampu, afluente por la
margen izquierda del Piedrafita; que nos ofreció casi más dificultades que cualquiera de los cuatro
cruces del Piedrafita, pues parecía tener más caudal y hubo que buscar el lugar propicio para poder
cruzarlo
Pero quizás sean esos lugares por donde hemos cruzado el arroyo, los más vistosos y
entretenidos.
Finalmente el valle
empieza lentamente a
abrirse algo, llegando a
un amplio claro
ocupado por una
pradería, lugar de
ubicación de lo que en
su día fue la Majada Semeldón [Cota 375 m. [Cota 375 m. [Cota 375 m. [Cota 375 m. ––––
15:2515:2515:2515:25 h. h. h. h. ---- Km. 10,6] Km. 10,6] Km. 10,6] Km. 10,6], pues
en la actualidad las
cabañas que allí había
están en completa ruina.
TTRRAAMMOO IIVV:: DDEE LLAA MMAAJJAADDAA DDEE SSEEMMEELLDDÓÓNN AA AAMMBBIINNGGUUEE SSAALLIIDDAA DDEE:: MMaajjaaddaa ddee SSeemmeellddóónn HHOORRAA:: 15:25 LLLLEEGGAADDAA AA:: AAmmbbiinngguuee HHOORRAA:: 16:30 TTIIEEMMPPOO EEMMPPLLEEAADDOO:: ((iinncclluuiiddaass llaass ppaarraaddaass)) 11 hhoorraa yy 0055 mmiinnuuttooss KKIILLÓÓMMEETTRROOSS:: 2,8
© Santos J. Álvarez Página - 23
Metros más abajo
también tenemos que
cruzar la riega de Lloveruga, otro pe-
queño afluente del
Piedrafita.
18.- Y salimos a la
vega existente en la
confluencia del arroyo
Piedrafita con el
arroyo de Semeldón;
pudiendo atisbar por
entre el ramaje de las
copas de los árboles el
colláu Semeldón, así
como la cabaña exis-
tente en el mismo.
En esta vega, medio derruidas
y medio comidas por la vege-
tación, aún emergen las ruinas de
unas antiguas instalaciones
madereras.
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No he encontrado mucha información al respecto, y la que he logrado reunir es poco específica y concreta. Parece ser que posiblemente en un periodo de tiempo que podemos situar en las décadas previas a la Guerra Civil española, se creó la “Sociedad Forestal” con la finalidad comercial de explotar la madera del Monte la Llambria, donde se talaban los árboles y luego por medio de una especie de cables enganchados a un teleférico (en el collado La Vidosa aún se pueden ver los restos de su emplazamiento) se bajaban los troncos hasta la explanada existente en la vega de Semeldón, donde se encontraba lo que se conocía por La Estación o Casa del Río; aquí aún se pueden ver los restos de los muros de piedra del edificio que era el almacén. Desde Semeldón arrancaba el espectacular trazado de una vía férrea que, inicialmente y de manera inverosímil, atravesaba la angostura de la foz, para proseguir durante casi todo el trayecto junto al cauce del río para llegar finalmente hasta el pueblo de Sellaño donde estaba la serrería, cruzando por encima de cinco puentes que serían dignos de ver. Años atrás tuvimos la oportunidad de entablar conversación con una señora de Sellaño, ya de avanzada edad, que nos estuvo contando que en ese tren de la madera había estado trabajando su padre, en donde había entrado con tan solo 11 ó 12 años como pinche, ayudando en la cocina a hacer la comida, y que posteriormente, ya en edad de ir a la mili trabajaba en las vagonetas que bajaban la madera desde Semeldón hasta Sellaño, y que según le había contado su padre no tenían mucha complicación en su manejo, únicamente que al ir cargadas y al ser un poco cuesta abajo, tenían que ir frenándolas para que no cogieran excesiva velocidad y descarrilaran. No se acordaba bien la buena señora cuando su padre dejó de trabajar en el tren de la madera, pero que estaba segura que la explotación de la madera ya no existía cuando empezó la Guerra Civil.
Parece ser que en el año 1938 una enorme riada se llevó los cinco puentes y la mayor parte del trazado del ferrocarril.
En el periódico “elcomerciodigital.com” de fecha 14 de enero de 2.011 había un artículo en
el que se decía que el actual regidor municipal del concejo de Ponga, Cándido Vega, tenía el
ambicioso proyecto de reparar y arreglar la pista que va de Sellaño hasta Semeldón. Con la doble
finalidad por un lado, de recuperar un camino que puedan utilizar los ganaderos, y por otro de
poner en marcha lo que se podría denominar ruta turística de la madera, que conllevaría la
recuperación de la antigua vía férrea que comunicaba Sellaño con Semeldón y por la que en su
periodo de apogeo se transportaba la madera mediante vagones hasta la serrería de esta última
localidad.
19.- Nos adentramos
hacia la angosta foz de
Semeldón, por la margen
izquierda del río, que ahora
y tras haberse juntado con
el arroyo de Piedrafita lleva
un caudal de agua más
importante, y arrimados a
los verticales paredes de
piedra.
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Tomando un estre-
chísimo sendero (por
llamarlo de alguna
manera), más bien un
precario paso o pasillo
sobre la piedra; vién-
donos obligados a
utilizar las manos para
ir agarrados a los sa-
lientes de las rocas y
de esa manera com-
plementar el apoyo de
los pies, pues habi-
tualmente esta zona
suele encontrarse bas-
tante húmeda y
resbaladiza. Un pe-
queño traspiés o un res-
balón nos llevaría directa-
mente a las frías aguas.
Al enfrentarnos al
inicio de este paso la
complicación del mismo, es
más la impresión visual que
nos ofrece, de lo que
realmente es cuando ya
estamos metidos en él.
Siendo quizás los
primeros metros los más
comprometidos; de hecho
nuestro compañero canino
“Moro” lo pasó sin
ninguna dificultad.
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Luego el sendero se
separa un poco del
río. Pero es una
separación un tanto
relativa, pues se hace
de manera vertical, ya
que nos obliga a
remontar unos metros
por la ladera.
Sucesivamente iremos
encontrando unas marcas,
unos puntos de color azul,
que nos irán guiando,
aunque el trayecto tam-
poco ofrece ninguna otra
variante más factible.
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Tras ese tramo un
poco más aéreo que
dejamos atrás, una
ligera bajada nos hace
retornar otra vez junto
al cauce del río.
Pero de inmediato el
sendero nos vuelve a elevar
nuevamente, casi llegando a
perder de vista las aguas.
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Para finalmente
volver otra vez a su
rivera, no sin antes
afrontar una bajadi-
ta un poco empi-
nada, como se
puede ver en la foto.
20.- Llegando junto a
un espectacular puente
colgante, donde enlazamos
con el recorrido del PR AS-
212 (lo de espectacular, es
si lo comparamos con el
resto de puentes que existen
en el trazado del
mencionado PR), el cual
parte de Sellaño subiendo
aguas arriba del río hasta
llegar aquí, donde hay que
cruzar este puente para
continuar remontando la
ladera de la rivera opuesta
hasta alcanzar el collado
Semeldón, en el que se
asienta una solitaria cuadra.
Para los que les pueda ofrecer cierto temor y miedo el atravesar el paso de la foz de Semeldón
y no se quieran arriesgar, tienen esta otra opción. Consistiría en atravesar en la vega de la majada de
Semeldón el arroyo de Piedrafita y luego el propio río Semeldón, pues en ese lugar donde ambos aún
no han confluido llevan los dos menor caudal, y luego subir hasta el collado de Semeldón, y desde
ahí por el PR AS-212 llegar hasta este punto donde está el puente colgante.
© Santos J. Álvarez Página - 29
Desde ahí tomamos
la senda del PR que
antes hemos mencio-
nado, yendo en todo
momento muy pega-
dos al río. Y aunque
este último trayecto
que estamos haciendo
esté catalogado como
un PR, sin embargo
hay que ir muy
atentos debido a lo
resbaladizo del terre-
no por el barro y las
rocas húmedas.
© Santos J. Álvarez Página - 30
Luego el sendero
comienza a tomar algo
de altura y a separarse
del río, siendo en este
tramo donde se hace
más evidente la traza
de la antigua caja del
ferrocarril.
21.- Llegamos a un
cruce de caminos: Desvío para Ambingue [Cota 331 [Cota 331 [Cota 331 [Cota 331
m. m. m. m. –––– 16:08 h. 16:08 h. 16:08 h. 16:08 h. ---- K K K Km. 12,3]m. 12,3]m. 12,3]m. 12,3] . El
río lo hemos dejado ya
bastante por debajo de
nosotros y casi ni lo
vemos. El poste seña-
lizador allí ubicado nos
indica claramente las dos
posibles opciones a
seguir: si seguimos de
frente saldremos a
Sellaño, y si continuamos por el
ramal de la izquierda nos
dirigiremos a Ambingue, que
será hacia donde nosotros
debemos proseguir.
© Santos J. Álvarez Página - 31
22.- El camino,
ahora ya bien ancho
y cómodo, nos hace
ganar altura rápida-
mente, librando los
contrafuertes de la
Sierra Furacu.
Unos 450 metros más
arriba discurre el camino que
va desde Ambingue hasta la
majada de Viores, y por
donde hemos pasado a la
mañana.
© Santos J. Álvarez Página - 32
Y finalmente retor-
namos nuevamente a Ambingue [Cota 440 m. [Cota 440 m. [Cota 440 m. [Cota 440 m.
–––– 16:30 h. 16:30 h. 16:30 h. 16:30 h. ---- Km. 13,4] Km. 13,4] Km. 13,4] Km. 13,4],
haciéndolo por la
parte baja del pueblo.
Cansados pero recon-
fortados por la expe-
riencia de haber cami-
nado por unos valles y
unos parajes, quizás
de los más bellos y
también salvajes, y al
mismo tiempo más
desconocidos de nues-
tro paraíso natural.
Se permite la edición, reproducción y utilización total o parcial del contenido del presente artículo, siempre y cuando no sea con fines comerciales, y en todo caso haciendo constar de manera expresa y fehaciente la fuente y el autor del mismo. © Todos los derechos reservados. [Santos J. Álvarez González]
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MAPA GENERAL DEL TRAZADO DEL ITINERARIO DE LA RUTA