Plan de acción Úlceras de decúbito
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Care of Sweden – Tecnología médica desde 1992.
En Care of Sweden comercializamos y desarrollamos productos y servicios
de tecnología médica para el sector sanitario. Estamos especializados en
colchones con características y funciones cualitativas. Los accesorios para
cuidados forman parte también de nuestra gama de productos profesionales.
El Plan de acción para Úlceras de decúbito de Care of Sweden se ha elabora-
do con el fin de aumentar el conocimiento sobre la úlcera de decúbito, sus
causas y sus riesgos. Puede servir también como guía en el trabajo diario
para la prevención y el tratamiento de la úlcera de decúbito.
Introducción Las úlceras de decúbito son una complicación que genera considerables problemas no sólo para las personas afectadas, sino también para sus allegados y para el personal. El cuidado de las personas con úlceras de decúbito representa un reto para el servicio sanitario en forma de aumento de los costes.
La mayoría de las úlceras de decúbito se pueden prevenir mediante la identificación temprana de las perso-
nas en zona de riesgo y la adopción de medidas médicas y de enfermería selectivas.(1, 2, 3)
No se sabe del todo cómo se forman las úlceras de decúbito, aunque existen algunas teorías. Según una de
ellas, la lesión se inicia en la superficie de la piel y termina por alcanzar los tejidos más profundos (”de arriba
abajo”). Otra teoría dice que la úlcera de decúbito aparece en la profundidad del tejido para luego avanzar
hacia la superficie cutánea (”de abajo arriba”) cuando el tejido muscular se considera más sensible a la
reducción o la interrupción del riego sanguíneo que la piel.(3)
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Se ha descrito un gran número de factores de riesgo de aparición de las úlceras de decúbito. La aparición o
no de una úlcera de decúbito está determinada por una combinación de diversos factores de riesgo, suma-
dos a la presión externa. La presión necesaria para que se produzca una úlcera depende en parte de la fuerza
de la presión y también de la cantidad de tiempo que el tejido esté expuesto a la presión. La sensibilidad a la
presión varía de una persona a otra, así como en los distintos tipos de tejido.(2)
Algunos de los factores de riesgo documentados relacionados con el paciente son: edad avanzada, movil-
idad reducida, deterioro del estado de salud, incontinencia, enfermedad aguda, afecciones neurológicas,
enfermedad cardiovascular, enfermedad en fase terminal y úlceras de decúbito anteriores.
Las causas externas, conocidas como factores de riesgo relacionados con el entorno, son el efecto de la
presión, el roce (que se produce cuando distintas capas de tejido se desplazan una con relación a otra), la
fricción, la temperatura y la humedad. Otras causas son los periodos de tiempo largos en posición tumbada
o sentada, especialmente sobre partes del cuerpo expuestas a la presión, y el uso incorrecto de técnicas de
traslado o dispositivos de traslado.(5, 6)
Valoración del riesgo El riesgo de desarrollar úlceras de decúbito se debe valorar lo antes posible a partir de la llegada. Se deben
tomar medidas preventivas y se debe preparar un plan de cuidados individual para todos los pacientes en
riesgo. El plan de cuidados describe los objetivos; las medidas planeadas se llevan a cabo y los resultados se
Definición de úlcera de decúbito.Una úlcera de decúbito es una lesión localizada de la piel y/o el tejido situado debajo (normalmente una prominencia ósea) a consecuencia de la presión úni-camente o combinada con un roce. Existen también otros factores que pueden contribuir a las úlceras de decúbito, aunque su importancia aún no se ha investiga-do.(4)
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Se puede solicitar una tarjeta de valoración del riesgo de úlcera de decúbito a Care of Sweden, +46 771-106 600. Puede descargar una aplicación de valoración del riesgo de úlcera de decúbito para iPhone/iPod Touch en Appstore y Android en Google Play.
describen y se evalúan.(2)
La valoración del riesgo deberá repetirse con regularidad posteriormente y siempre que se produzca un
cambio en la salud del paciente, tras una intervención quirúrgica importante y antes del alta, con el fin
de asegurarnos de que se transmita la información a todas las personas que intervienen en la cadena de
cuidados. La valoración del riesgo y una política clara para la prevención de las úlceras de decúbito permiten
identificar a los pacientes en riesgo y adoptar medidas preventivas selectivas.
Todas las medidas han de ser documentadas y serán objeto de un seguimiento con el fin de garantizar la
comunicación entre las categorías profesionales y los intercambios de información permitidos dentro del
equipo de cuidados, de manera que la planificación de los cuidados sea adecuada y permita la vigilancia a
largo plazo del estado del paciente. Los factores de riesgo identificados en la valoración del riesgo darán
lugar a un plan de cuidados individualizado.(4, 8, 11)
La valoración del riesgo, la inspección cutánea y las medidas preventivas se deben documentar y recoger en
las notas del caso de acuerdo con la Ley de Servicios Sanitarios y Médicos. Esto es esencial para la seguridad
del paciente y para que las medidas puedan ser objeto de un control de calidad y la comunicación ofrezca
una información adicional acerca del paciente o usuario con relación a lo que se ha planeado, de tal manera
que todo el mundo trabaje con el mismo objetivo.(2, 12, 13)
La valoración del riesgo se puede basar en distintas herramientas de valoración del riesgo y puede servir
como complemento de la valoración clínica.(6)
La escala de Norton modificada valora ocho aspectos: estado mental, actividad física, capacidad de mov-
imiento, ingesta de alimentos, ingesta de líquidos, incontinencia y estado general de salud. La puntuación
máxima es de 28 y las personas que obtienen un 20 o menos se encuentran en riesgo de desarrollar úlceras
de decúbito.(7)
El RAPS/RBT valora la actividad física, capacidad de movimiento, grado de exposición de la piel a la hume-
dad, ingesta de alimentos, ingesta de líquidos, sensación, fricción y roce, temperatura corporal y albúmina
sérica. La puntuación máxima es de 39 y las personas que obtienen un 31 o menos se encuentran en riesgo
de desarrollar úlceras de decúbito.(8)
Braden valora cinco aspectos distintos: percepción sensorial, humedad, actividad, movilidad, y fricción y
roce. Una puntuación de 18 o menos indica que la persona se encuentra en riesgo de desarrollar úlceras de
decúbito.(9)
Waterlow valora nueve aspectos: IMC, incontinencia, tipo de piel, medicación, duración de la operación,
problemas neurológicos, movilidad, detección de desnutrición, sexo y edad. Una puntuación de 10 o superi-
or indica un riesgo de desarrollar úlceras de decúbito.(10)
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Las úlceras de decúbito pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo. Los puntos especialmente propen-
sos a úlceras de decúbito son puntos de las nalgas, cresta iliaca, hueso sacro, omóplatos, parte posterior
de la cabeza, talones y tobillos.(14) Otras partes del cuerpo también pueden verse afectadas, por lo que
debemos prestar especial atención a los dispositivos médicos que puedan ejercer presión, como catéteres,
escayolas, tubos nasales o si la persona está intubada.(4, 6, 12)
Inspección cutánea Las zonas expuestas a la presión se inspeccionarán
lo antes posible desde el momento de la llegada. Las úlceras de decúbito se clasifican en una escala
de 1-4. La inspección se debe repetir a diario
para todos los pacientes en riesgo, para cualquier
persona confinada en cama, que utilice una silla de
ruedas o que pase gran parte del día sentada.(2)
Podemos distinguir entre el daño por presión y por
humedad, si bien a menudo se puede considerar
una combinación de ambos.
El daño por humedad está provocado siempre por
la humedad. Los bordes de la úlcera suelen ser
difusos o irregulares. El daño por humedad nunca
produce necrosis. Aparece con frecuencia en los
pliegues cutáneos como un daño superficial.
El daño por presión aparece con frecuencia sobre
una prominencia ósea. Los bordes de la herida
suelen estar bien definidos y puede producirse
necrosis.(6)
Localización y clasificación
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Parte posterior de la cabezaOrejas
Hombro
Omóplato
Hueso sacro
Glúteo
Puntos de las nalgas
Rodillas
TobillosTalones
CodoTrocánter
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Clasificación, úlceras de decúbito
Categoría I Enrojecimiento que no se reduce con la presión. Piel
intacta con enrojecimiento en una zona claramente
definida, normalmente sobre una prominencia ósea,
que no se reduce con la presión. Es posible que la piel
oscura pigmentada no muestre este signo, aunque el
color es diferente al de las zonas de piel circundantes.
La zona puede ser dolorosa, dura o blanda, y más cal-
iente o más fría que otras zonas de la piel. Las úlceras
de decúbito de Categoría I pueden resultar difíciles de
detectar en las personas con tonos de piel oscuros.
Las úlceras de decúbito de Categoría I pueden ser
un signo de que el paciente se encuentra en la zona
de riesgo de desarrollo de úlceras de decúbito más
profundas.(4)
Categoría II Daño cutáneo parcial. Daño cutáneo parcial en forma de úlcera abierta
superficial con lecho de la herida de color rojo
rosado sin esfacelo fibrinoso. También puede
ser una ampolla llena de suero o sangre, intacta
o abierta/rota. Su aspecto es el de una úlcera
superficial brillante o seca sin esfacelo fibrinoso ni
hematoma superficial. Esta categoría no se debe
utilizar para describir desgarros cutáneos, lesiones
de esparadrapo, dermatitis asociada a incontinen-
cia o maceración.(4)
Categoría I Enrojecimiento que no se reduce con la presión.
Categoría II
Daño cutáneo parcial.
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Categoría IV
Daño profundo al tejido completo.
Categoría III Daño cutáneo completo.
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Categoría III
Daño cutáneo completo.
La grasa subcutánea queda visible, pero no el hue-
so, el tendón ni el músculo. Puede ser visible un
esfacelo fibrinoso, pero sin ocultar la profundidad
de la lesión. Puede incluir socavación y perfo-
ración. La profundidad de una úlcera de Categoría
III puede variar dependiendo de su localización
anatómica. El puente nasal, las orejas, la parte
posterior de la cabeza y los tobillos no tienen tejido
graso subcutáneo y las úlceras de decúbito de Cat-
egoría III pueden ser superficiales en estos lugares.
Por el contrario, las zonas con un tejido graso
subcutáneo importante pueden desarrollar úlceras
de decúbito de Categoría III de gran profundidad.
El hueso o tendón no es visible ni palpable.(4)
Categoría IV Daño profundo al tejido completo que afecta al hue-
so, tendón o músculo. Puede existir fibrina visible o
necrosis. A menudo existe socavación y perforación.
La profundidad de las úlceras de decúbito de Cate-
goría IV varía dependiendo de la localización anatómi-
ca. No existe tejido graso subcutáneo, por ejemplo,
en el puente nasal, las orejas, la parte posterior de la
cabeza o los tobillos, y las úlceras en estos lugares
pueden ser superficiales. Las úlceras de decúbito
de Categoría IV pueden afectar a los músculos y
las estructuras de apoyo (p. ej., fascias, tendones o
cápsulas articulares), por lo que puede producirse os-
teomielitis y osteítis. El hueso y el músculo expuestos
son visibles o palpables directamente.(4)
La necrosis grave se considera de Categoría IV aunque la piel esté intacta, como puede ser el caso de los
talones, por ejemplo.(2)
Es importante que el personal de enfermería que inspeccione la piel sepa valorar y clasificar las úlceras de
decúbito. Se ha preparado un programa de formación a través de Internet, PUCLAS (Pressure Ulcer Classifi-
cation o Clasificación de las Úlceras de Decúbito), dentro de EPUAP con el fin de mejorar los conocimientos
sobre la valoración de las úlceras de decúbito.(6.22)
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La prevención de las úlceras de decúbito es una labor de equipo y se deben tener en cuenta las siguientes medidas.
Valoración de la piel/cuidado de la piel La inspección de la piel debe incluir la valoración de si la piel está libre de humedad y la presencia de piel
agrietada, edemas, aumento del calor, piel endurecida o levantada, o la presencia de eccema o erupción
cutánea. Es necesaria una inspección regular de la piel para detectar los signos tempranos de úlceras de decúbito.
La piel debe mantenerse seca y limpia, suave y elástica con una crema hidratante. Los productos para el cui-
dado de la piel deben ser no perfumados y libres de sustancias alergénicas. La piel levantada (maceración)
se debe proteger con una crema protectora, por ejemplo. La humedad y el aumento de la temperatura hacen que la piel se vuelva más sensible a la presión y el roce.
No utilice nunca el masaje como medida preventiva, ya que comprime los capilares y aumenta el riesgo de
daño. La piel no se debe frotar al limpiar, ya que el frotado puede causar daños en el tejido, especialmente en
los pacientes ancianos más delicados.(2, 4, 5, 6)
Alivio de la presión/igualación de la presión Una primera medida preventiva consiste en examinar el tipo de colchón o cojín de asiento utilizado por la
persona en riesgo de desarrollar úlceras de decúbito. A todas las personas que se encuentren en la zona de
riesgo se les deberá prescribir una base igualadora de la presión o aliviadora de la presión. La igualación de la presión reduce la presión sobre la piel; los materiales utilizados son la espuma, fibra, gel y
productos estáticos. El alivio de la presión elimina la presión sobre la piel; se utiliza la alternancia de presión.(5)
La elección de la base se debe guiar por las necesidades concretas de alivio de presión de la persona y para
facilitar la movilización. Se debe prestar atención al peso, la aparición de úlceras, la categoría de las úlceras,
el tiempo pasado en posición tumbada o sentada y la movilidad. El tipo de cama influye también en la elec-
ción. La altura de la cama no debe ser excesiva si la persona puede acostarse y levantarse sola. Las necesi-
dades pueden variar con el paso del tiempo, por lo que hay que examinar siempre la piel con regularidad. Sea cual sea la base elegida, el trabajo con cambios de posición debe adaptarse siempre a las necesidades y
los deseos de la persona. Las bases utilizadas durante las 24 horas del día, los 365 días del año, están expuestas a un desgaste extremo
y se deben inspeccionar con regularidad y cambiar en caso necesario. Tanto los colchones como los cojines
de asiento son productos perecederos.(2, 5, 6)
Medidas preventivas
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Actividad El movimiento es la defensa del cuerpo contra las úlceras de decúbito y otras complicaciones del con-
finamiento en cama. Las personas con sensibilidad reducida, parálisis, contracciones o inconsciencia no
responden a las señales de advertencia del cuerpo debido a una reducción o fallo de la reacción o una
incapacidad para sentir dolor o incomodidad. Por ello, es necesaria la ayuda con regularidad para cambiar
de posición. Los cambios de posición pequeños y frecuentes a menudo son suficientes para hacer funcionar
la circulación.(15)
Cambio de posición Esto debe basarse en las necesidades y el estado concreto de la persona. Las posiciones tumbada y sentada
se deben adaptar para mantener al mínimo la presión entre la piel, las prominencias óseas y la base. El tiem-
po que la persona puede permanecer sentada o tumbada sin cambiar de posición no debe ser superior a
dos horas, pero ha de adaptarse siempre a cada persona. La presión necesaria para que se forme una úlcera
de decúbito depende de la fuerza de la presión y la duración de la presión sobre el tejido. Esto puede variar
de una persona a otra, y la localización de la presión y el estado general de salud tienen una importancia
decisiva en cada caso.
Siempre que sea posible, utilice dispositivos de ayuda para mover a los pacientes o cambiarles de posición;
esto ayudará tanto al personal como al usuario y reducirá el riesgo de daños por roce o fricción. No coloque
nunca al usuario directamente sobre una prominencia ósea o una superficie cutánea ya enrojecida. El en-
rojecimiento indica que el cuerpo aún no se ha recuperado de la presión anterior y que la piel necesita más
tiempo para que se le pueda volver a aplicar presión.
Con el fin de reducir el riesgo de que una persona desarrolle úlceras de decúbito, es importante reducir la
duración y la fuerza de la presión a la que está expuesta.(4, 5, 15)
Redistribución de la presión
Alivio de la presiónAumento de la super-ficie de contacto para
reducir la presión
Cambio de posición para aumentar la super-ficie de contacto entre el cuerpo y la cama, como una posición lateral de
30 grados
Artículos de cama de reducción pasiva de la presión, como
espuma, gel o disposi-tivos de aire
Cambio de posición para retirar la presión
de una parte del cuerpo específica
Artículos de cama de alivio activo de la
presión, por ejemplo, alternancia de dispositivos
Elevación de las partes del cuerpo
expuestas a la presión con dispositivos de alivio de los talones,
por ejemplo
Fig. 3. Métodos de distribución de la presión.(2)
Consulte los métodos de distribución de la presión de SKL, página 7.(2)
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Diagrama de flujo modificado de la valoración del riesgo, por Eila Sterner, 2012
Necesidad de valoración del riesgo con relación a la situación del paciente
Norton modificado
¿Es ambulatoria la persona?
¿Necesidad de cambiar de posición?
¿Es satisfactoria la nutrición?
¿Necesidad de colchón/cojín de asiento especial?
Suplementos nutricionales + Plan
de cuidados
SÍ
SÍ
SÍ
NO
NO
NO
> 20< 20
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Acostado La posición tumbada en ángulo de 30°, alternando entre el costado izquierdo y derecho, alivia el hueso
sacro, la cresta iliaca, las caderas y los talones. Si es necesario, utilice un cojín entre las rodillas del paciente
para aliviar el esfuerzo. Asegúrese de que no exista presión sobre el interior y el exterior de los dedos de los
pies, tobillos y pies; los cambios de posición siempre suponen una presión mayor sobre algunas partes del
cuerpo que sobre otras. La posición semisentada en la cama aumenta la presión sobre el hueso sacro; el riesgo de roce aumenta si el
paciente va resbalando hacia abajo. Se pueden utilizar distintos cojines para aliviar la presión y colocar al paciente de acuerdo con sus necesi-
dades y su diagnóstico.(15, 18, 19, 20)
Talones Los talones son una zona con alto riesgo de desarrollar úlceras de presión. La microcirculación es baja y el
hueso del talón se encuentra cerca de la piel. Es fundamental un alivio total de la presión. Se puede colocar un cojín a lo largo de la pantorrilla, por ejemplo. Nota: asegúrese de que no aumente la
presión sobre el tendón de Aquiles y de que el talón esté descubierto. Los pies de la cama se pueden elevar
hasta 10° si es necesario para aumentar el retorno venoso y reducir el riesgo de trombosis en la pantorrilla.(5, 6)
Posición sentada En posición sentada, la mayor parte del peso corporal es soportada por las nalgas y los muslos. Las úlceras
sobre los isquiones (tuber ischii) están causadas por un alivio de la presión insuficiente en posición sentada. El tiempo que la persona pasa sentada es un factor decisivo para la aparición de úlceras de decúbito. El
tiempo que puede permanecer sentada una persona depende del riesgo o la categoría de úlcera de decúbito
y debe adaptarse siempre a cada caso. La posición sentada correcta es aquella en la cual la fuerza de gravedad recae delante de la espalda y
desciende hasta los isquiones. La altura de asiento correcta es aquella en la cual las rodillas descansan a la
misma altura que las caderas. Los pies deben estar siempre apoyados en el suelo o sobre un reposapiés; de
lo contrario, se pierde estabilidad en el asiento y la persona corre el riesgo de caer hacia delante. Una posición sentada incorrecta aumenta la presión sobre los isquiones. Evite el roce y la fricción asegurán-
dose de que el paciente no vaya resbalando hacia abajo en la silla. El objetivo más importante para cualquiera
que pase mucho tiempo sentado es estar cómodo, ya que la comodidad es un requisito absoluto. La única
persona que puede decidir si una posición sentada es buena o mala es la propia persona sentada. Las posiciones tumbada y sentada deben adaptarse para mantener al mínimo la presión entre la base y las
prominencias óseas.(5, 16)
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Microclima y piel húmeda El microclima, es decir, la temperatura y la humedad entre la base y la piel de la persona, es muy importante
en el desarrollo de úlceras de decúbito.
Las propiedades mecánicas de la piel cambian en respuesta a la humedad y las variaciones de temperatura;
la piel se vuelve más sensible y aumenta el riesgo de presión, roce y fricción.
Los pañales y otros materiales plásticos pueden producir un deterioro de las superficies sentada y tumbada
y reducen la posibilidad de prevenir las úlceras de decúbito. Por ello, debe eliminarse cualquier material
“innecesario”. El mínimo material posible entre la persona y la base contribuye a aumentar el alivio de la
presión.(4, 5, 6)
Nutrición Las personas con bajo peso o sobrepeso, deshidratadas o con una ingesta nutricional reducida presentan
mayor riesgo de desarrollar úlceras de decúbito.
Con el fin de satisfacer sus necesidades energéticas y alimenticias, se debe servir un desayuno, comida,
cena y tres tentempiés. Los alimentos deben adaptarse a las necesidades individuales: por ejemplo, consist-
encia adaptada de los alimentos o alimentos energéticos y ricos en proteínas. Puede ser necesario revisar
también las medidas para ayudar al paciente a comer. Se debe valorar el estado nutricional en todos los
pacientes y destinatarios de cuidados.(17)
Pueden ofrecerse bebidas nutritivas con alto contenido de proteínas como suplemento de los alimentos
normales. Estas bebidas nutritivas se administrarán entre las comidas para evitar que tengan un efecto
negativo en la ingesta normal de alimentos y líquidos.(2) La ingesta de alimentos y agua se debe registrar para
poder adaptar los alimentos a la ingesta de energía calculada.(17)
Mini Nutritional Assessment MNA®
Last name: First name:
Sex: Age: Weight, kg: Height, cm: Date:
Complete the screen by filling in the boxes with the appropriate numbers. Add the numbers for the screen. If score is 11 or less, continue with the assessment to gain a Malnutrition Indicator Score.
G
H
I
Screening score (subtotal max. 14 points)
12-14 points: Normal nutritional status 8-11 points: At risk of malnutrition 0-7 points: Malnourished
For a more in-depth assessment, continue with questions G-R
Ref.
Has food intake declined over the past 3 months due to loss of appetite, digestive problems, chewing or swallowing difficulties? 0 = severe decrease in food intake 1 = moderate decrease in food intake 2 = no decrease in food intake Weight loss during the last 3 months 0 = weight loss greater than 3kg (6.6lbs) 1 = does not know 2 = weight loss between 1 and 3kg (2.2 and 6.6 lbs) 3 = no weight loss Mobility 0 = bed or chair bound 1 = able to get out of bed / chair but does not go out 2 = goes out Has suffered psychological stress or acute disease in the past 3 months? 0 = yes 2 = no Neuropsychological problems 0 = severe dementia or depression 1 = mild dementia 2 = no psychological problems Body Mass Index (BMI) (weight in kg) / (height in m2)0 = BMI less than 19 1 = BMI 19 to less than 21 2 = BMI 21 to less than 23 3 = BMI 23 or greater
How many full meals does the patient eat daily? 0 = 1 meal 1 = 2 meals 2 = 3 meals Selected consumption markers for protein intake
• At least one serving of dairy products (milk, cheese, yoghurt) per day yes no
• Two or more servings of legumes or eggs per week yes no
• Meat, fish or poultry every day yes no 0.0 = if 0 or 1 yes 0.5 = if 2 yes 1.0 = if 3 yes . Consumes two or more servings of fruit or vegetables per day? 0 = no 1 = yes How much fluid (water, juice, coffee, tea, milk...) is consumed per day? 0.0 = less than 3 cups 0.5 = 3 to 5 cups 1.0 = more than 5 cups . Mode of feeding 0 = unable to eat without assistance 1 = self-fed with some difficulty 2 = self-fed without any problem Self view of nutritional status 0 = views self as being malnourished 1 = is uncertain of nutritional state 2 = views self as having no nutritional problem In comparison with other people of the same age, how does the patient consider his / her health status? 0.0 = not as good 0.5 = does not know 1.0 = as good 2.0 = better . Mid-arm circumference (MAC) in cm 0.0 = MAC less than 210.5 = MAC 21 to 22 1.0 = MAC 22 or greater . Calf circumference (CC) in cm 0 = CC less than 31 1 = CC 31 or greater
A
B
C
D
J
E
F
Screening
Assessment
Lives independently (not in nursing home or hospital) 1 = yes 0 = no Takes more than 3 prescription drugs per day 0 = yes 1 = no Pressure sores or skin ulcers 0 = yes 1 = no
Vellas B, Villars H, Abellan G, et al. Overview of MNA® - Its History and Challenges.J Nut Health Aging 2006; 10: 456-465. Rubenstein LZ, Harker JO, Salva A, Guigoz Y, Vellas B. Screening for Undernutrition in Geriatric Practice: Developing the Short-Form Mini Nutritional Assessment (MNA-SF). J. Geront 2001; 56A: M366-377. Guigoz Y. The Mini-Nutritional Assessment (MNA®) Review of the Literature – What does it tell us? J Nutr Health Aging 2006; 10: 466-487. ® Société des Produits Nestlé, S.A., Vevey, Switzerland, Trademark Owners © Nestlé, 1994, Revision 2006. N67200 12/99 10M For more information: www.mna-elderly.com
K
L
M
N
O
P
Q
R
Assessment (max. 16 points) .
Screening score .
Total Assessment (max. 30 points) .
Malnutrition Indicator Score
24 to 30 points normal nutritional status
17 to 23.5 points at risk of malnutrition
Less than 17 points malnourished
Ejemplo de valoración nutricional (26)
15
© Nestlé, 1994, Revision 2009. N67200 12/99 10M.
Tratamiento de las úlceras de decúbitoLas úlceras de decúbito tardan en curar y no son raros los plazos de curación de hasta un año.(6) Los responsables del tratamiento de las úlceras de decúbito han de estar muy familiarizados con el modo de tratar este tipo de úlceras y también con la valoración, documentación, planes de cuidados y vendaje elegido. Es preferible que el tratamiento esté a cargo del menor número de personas posible.(6, 15)
Limpie la úlcera con cuidado antes de su valoración. Se efectuará una valoración según la categoría, local-
ización y tamaño de la úlcera, signos de infección, dolor, aspecto de los bordes de la herida y del lecho de la
herida, cantidad de exudado, presencia de tejido muerto, crecimiento de nuevas células epiteliales y tejido
de granulación.(5, 6, 15) Acompañe la documentación con una foto o un dibujo de la úlcera. Resulta beneficiosa
el agua del grifo templada (dependiendo de la calidad del agua). Deben aplicarse procedimientos estériles
alrededor de las articulaciones y orificios.
Si se van a vendar varias úlceras al mismo tiempo, se vendará en primer lugar la úlcera más limpia y en último
lugar la de aspecto más sucio.(6)
El objetivo del tratamiento local es aliviar el dolor, reducir o eliminar cualquier problema de olor, reducir la
secreción de la úlcera, reducir los cambios de vendajes y conseguir un cambio de vendajes sin dolor.(5)
Sólo las personas muy familiarizadas con esta tarea pueden limpiar la úlcera con tijeras, pinzas o una cureta.(15)
El dolor se debe aliviar aplicando crema Emla o gel de Xilocaína a la zona ulcerada 0,5-1 hora antes de la
intervención prevista. También puede ser necesario el alivio del dolor peroral.
Las distintas categorías de úlceras de decúbito requieren distintas estrategias de vendaje y distintos vendajes.
Elija el vendaje según sus propiedades y el tipo de úlcera. En general, debe aplicarse el menor número de
vendajes posible, de manera que la úlcera tenga posibilidad de curar sin cambios de vendaje innecesarios.
Las úlceras de decúbito de las categorías II-IV no deben airearse, ya que el aire enfría e impide la curación de
las úlceras.(6)
Las úlceras secas se deben proteger; las úlceras húmedas deben mantenerse húmedas y la piel circundante
se protegerá para evitar que se levante (maceración); el tejido necrótico debe eliminarse. Los pacientes
con diabetes y circulación periférica reducida con necrosis negra seca en los pies deben ser tratados con
cuidado y la necrosis debe dejarse intacta.(5, 6, 15)
Si un incremento de la cantidad de líquido ulceroso está saturando el vendaje y rezumando de él, será nece-
sario cambiar el vendaje con mayor frecuencia; posiblemente haya que utilizar otro tipo de vendaje.
Para las úlceras con mal olor se puede usar un vendaje combinado de carbón y plata como alternativa para
evitar el mal olor.(5, 6)
16
Equipamiento para el tratamiento de las úlceras
Los factores que favorecen la curación son la humedad, el pH ligeramente ácido, la temperatura de la úlcera
en torno a 32°, la saturación de oxígeno, el alivio del dolor y el tratamiento constante.
La clasificación inversa no se puede usar nunca para describir el proceso de curación de una úlcera; el tejido
muscular, la grasa subcutánea y la dermis perdida nunca se pueden reemplazar.
Para evitar que se extienda la infección, todo el personal ha de seguir unos procedimientos higiénicos bási-
cos: debe llevar puestos guantes y delantal de plástico y debe usar desinfectante de manos antes y después
del tratamiento.
La prevención y el tratamiento de las úlceras de decúbito requieren una enseñanza y formación estructura-
da. Esta debe ir dirigida a los pacientes, el personal y los allegados a los pacientes.
En cada unidad de cuidados y tratamiento de pacientes deben existir unas directrices claras sobre cómo
realizar el trabajo.(2, 5, 6, 13)
Dolor Muchas personas con úlceras de decúbito sufren dolor. Las personas con úlceras profundas de las cate-
gorías III y IV manifiestan mayor dolor que aquellas con úlceras superficiales.(6, 20, 21)
El dolor debe ser objeto de una valoración inicial y continua con posterioridad. Se requiere una document-
17
Escala del dolor, EVA (escala visual analógica)
ación precisa para que todos los pacientes con úlceras de decúbito dolorosas reciban el tratamiento ade-
cuado.(2) El dolor se valora según su localización, intensidad, tipo de alivio del dolor y efecto de este. ¿Está
causado el dolor por algo en particular? ¿Cuándo empieza a producirse el dolor? ¿Cuándo es más intenso el
dolor? ¿Hay algo que alivie el dolor? ¿Se puede explicar el dolor por una úlcera infectada? ¿Osteomielitis? (5)
Calidad de vida Las úlceras de decúbito pueden afectar a la persona
tanto físicamente como en términos de su situación
psicosocial. El dolor puede limitar mucho la vida
cotidiana, dando lugar a una reducción de la actividad.
Muchas personas se angustian también por la preocu-
pación de que la úlcera de decúbito pueda deteriorarse y dar lugar a un cáncer, por ejemplo.
La dependencia de la ayuda de los demás aumenta; el olor y el cambio de los vendajes pueden interferir en
las relaciones sociales, el bienestar y el sueño de los pacientes.
Tanto para los allegados a los pacientes como para el personal, la aparición de úlceras de decúbi-to a menudo está acompañada de culpa.(5, 6)
Información Es fundamental que los pacientes y sus allegados reciban información sobre la mecánica de desarrollo de
las úlceras de decúbito, cómo se tratan y qué efecto pueden tener. Todo el material informativo debe ser
fácilmente comprensible y adaptado al grupo destinatario. Tanto los pacientes como sus allegados deben
participar en los cuidados dispensados.(2)
Úlceras de decúbito en la enfermedad en fase terminal Las úlceras de decúbito se desarrollan con frecuencia en pacientes delgados y emaciados en fases ter-
minales de su enfermedad. El objetivo principal en este caso es aliviar el dolor y la incomodidad. En estos
pacientes, la comodidad es siempre el factor decisivo para las medidas y el tratamiento.(5)
La UTK (úlcera terminal de Kennedy) es una úlcera de decúbito frecuente, aunque poco conocida, que
aparece hacia el final de la vida. La alteración cutánea tiene una forma irregular, como una mariposa, una
pera o una herradura, y adquiere un color rojo oscuro, amarillo o negro. La alteración cutánea aparece de
repente a pesar de las medidas preventivas y sufre un rápido deterioro, convirtiéndose a veces en una úlcera
profunda en un plazo de veinticuatro horas. Esto se debe a que la piel deja de funcionar normalmente junto
con el resto de los órganos del cuerpo y la circulación empieza a fallar. La combinación con un estado nutri-
cional reducido, un aumento de la temperatura corporal y un estado físico deteriorado aumenta el riesgo de
desarrollar una UTK.(23, 24, 27)
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