El hombre que cambio la literatura.
Biografía de un genio.
Gabriel García Márquez nació en Aracataca
(Magdalena), el 6 de marzo de 1927. Creció
como niño único entre sus abuelos maternos y
sus tías, pues sus padres, el telegrafista Gabriel
Eligio García y Luisa Santiaga Márquez, se
fueron a vivir, cuando Gabriel sólo contaba
con cinco años, a la población de Sucre, donde
don Gabriel Eligio montó una farmacia y
donde tuvieron a la mayoría de sus once hijos.
Los abuelos eran dos personajes bien particulares y marcaron el
periplo literario del futuro Nobel: el coronel Nicolás Márquez,
veterano de la guerra de los Mil Días, le contaba al pequeño Gabriel
infinidad de historias de su juventud y de las guerras civiles
del siglo XIX, lo llevaba al circo y
al cine, y fue su cordón umbilical
con la historia y con la realidad.
Gabriel García Márquez aprendió a escribir a
los cinco años, en el colegio Montessori de
Aracataca, con la joven y bella profesora Rosa
Elena Fergusson, de quien se enamoró: fue la
primera mujer que lo perturbó. Cada vez que
se le acercaba, le daban ganas de besarla: le
inculcó el gusto de ir a la escuela, sólo por
verla, además de la puntualidad y de escribir
una cuartilla sin borrador.
A principios de 1950, cuando ya tenía muy
adelantada su primera novela, titulada
entonces La casa, acompañó a doña Luisa
Santiaga al pequeño, caliente y polvoriento
Aracataca, con el fin de vender la vieja casa
en donde él se había criado. Comprendió
entonces que estaba escribiendo una novela
falsa, pues su pueblo no era siquiera una
sombra de lo que había conocido en su
niñez; a la obra en curso le cambió el título
por La hojarasca.
Gabriel García
Márquez trabajo para
la revista El
Espectador, como
columnista. Empezó a
trabajar en febrero de
1954. Trabajo en esa
revista durante siete
años. Llego a publicar
un capitulo de La
Hojarasca, El
Monologo de Isabel
viendo llover en
Macondo (1955) y El
Coronel no tiene quien
le escriba (1958).
Cien Años de Soledad
El Amor en los Tiempos del Cólera
Crónica de Una Muerte Anunciada
Del Amor y Otros Demonios
El Coronel No Tiene Quien Le Escriba
La Increíble y Triste Historia De La Cándida Eréndira y De Su
Abuela Desalmada
Noticia de un Naufrago
La Hojarasca
Doce Cuentos Peregrinos
Memoria de Mis ***** Tristes
Gabriel García Márquez. Vivir Para Contarla (autobiografía).
Crítica de Nicolás Suescun - Poeta Colombiano.
Desde la primera línea de su novela maestra, Gabriel García
Márquez atrapa al lector en una dimensión distinta a la de sus
libros anteriores. “El Coronel destapó el tarro de café y
comprobó que no había más de una cucharadita,” comienza El
coronel no tiene quien le escriba. “Por primera vez he visto un
cadáver,” empieza su relato el narrador de La hojarasca. Pero los
pergaminos de Melquíades se inician con esta frase: “Muchos
años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel
Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que
su padre lo llevó a conocer el hielo.”
Aquí ya no es realista, no trata de retratar o de
analizar psicológicamente. No se concentra
en un punto específico del tiempo, el de un
personaje observado en su diario vivir, ni se
cuela en la memoria de uno que recuerda.
Impersonal, la frase se refiere a un pasado
remoto y a un futuro ambiguo que tendrá y
no tendrá lugar. El coronel Aureliano sí
tendrá que pararse de espaldas “ante seis
maricas armados y sin poder hacer nada,”
pero su hermano José Arcadio lo salvará de la
muerte.
Estamos en el principio de una
intrincada metáfora que en los
múltiples matices de su
interpretación, en la inagotable
riqueza de sus sugerencias y por la
realidad de su fantasía no es otra
cosa que la crónica entera, exacta y
verídica, de una estirpe mestizada
y de un pueblo – una región, un
país – tropical.
• Primer Premio en el concurso de la Asociación de Escritores y Artistas (1955) por su cuento Un
día después del sábado
• Premio ESSO de Novela Colombiana por La mala hora (1961)
• Doctorado honoris causa de la Universidad de Columbia en Nueva York (1971)
• Premio Rómulo Gallegos por Cien años de soledad (1972)
• Medalla de la legión de honor francés en París (1981)
• Premio Nobel de Literatura (1982)
• Condecoración Águila Azteca en México (1982)
• Premio cuarenta años del Círculo de Periodistas de Bogotá (1985)
• Miembro honorario del Instituto Caro y Cuervo en Bogotá (1993)
En 1999 le fue diagnosticado un cáncer linfático. Al respecto, el
escritor declaró en una entrevista en el año 2000 a El Tiempo
de Bogotá:
Hace más de un año fui sometido a un tratamiento de tres meses
contra un linfoma, y hoy me sorprendo yo mismo de la enorme
lotería que ha sido ese tropiezo en mi vida. Por el temor de no
tener tiempo para terminar los tres tomos de mis memorias y dos
libros de cuentos que tenía a medias,
reduje al mínimo las relaciones con mis amigos, desconecté el teléfono,
cancelé los viajes y toda clase de compromisos pendientes y futuros, y me
encerré a escribir todos los días sin interrupción desde las ocho de la
mañana hasta las dos de la tarde.
Durante ese tiempo, ya sin medicinas de ninguna clase, mis relaciones
con los médicos se redujeron a controles anuales y a una dieta sencilla
para no pasarme de peso. Mientras tanto, regresé al periodismo, volví
a mi vicio favorito de la música y me puse al día en mis lecturas
atrasadas.
El fallecimiento del escritor y ganador del Premio Nobel de
Literatura, Gabriel García Márquez se produjo a las 14:35 horas local
del jueves 17 de abril de 2014 en su residencia de la localidad Pedregal
de San Ángel en México, D.F..
Espantos de Agosto es una de las
novelas del libro Doce cuentos
peregrinos que se trata de un compendio
de doce cuentos a lo largo de dieciocho
años. Fueron llamados peregrinos ya
que, para lograr ser publicados, las notas
para realizarlos sufrieron un vaivén
creativo de larga duración,
yendo de la mente del creador, a las páginas de
cuadernos y notas, al cesto de la basura; en
repetidas ocasiones y de forma azarosa. Hasta
que la casualidad y el destino los volvió a
encontrar, para llegar a concluirse y publicarse en
el año de 1992. Gabriel tuvo un sueño que le dio
señas de su identidad y personalidad, y que le dio
la idea de escribir cuentos sobre las cosas
peculiares que les pasan a los sudamericanos en
Europa.
Durante dos años, tomó notas de los temas que se le iban ocurriendo y llegó a
acumular multitud de temas. Más tarde pensó que sería mucho más interesante
escribir varios cuentos cortos en un mismo
libro que escribir una sola novela. Así que
se puso en marcha, pero cuando iba por el
cuarto ya estaba cansado, ya que era muy
difícil escribir muchos cuentos cortos.
Los apuntes de los temas que se le habían
ocurrido, se le perdieron, y tuvo que realizar
un enorme esfuerzo en rehacer algunas menos de la mitad
Fue excluyendo poco a poco y le quedaron dieciocho. Después de
idear una nueva forma de escribir cuentos, siguió eliminando y le
quedaron doce: los de este libro.
Al cabo de dos años, estaban a
punto para publicarse. Pero
entonces pensó que quería estar
seguro de que las ciudades europeas
que empleaba en sus cuentos seguían
igual veinte años después. Y no fue así.
Por eso tuvo que reescribir sus cuentos en menos de un
año, incluyendo los cambios que había notado en las
ciudades. Por último,
sólo decir que Gabriel piensa
que con este libro ha conseguido
llegar hasta nuestro alcance.
El relato, narrado en primera persona por quien visita un castillo
renacentista, describe lo que sucede luego de aceptar la invitación del
escritor venezolano, Miguel Otero Silva. Acompañado por su familia,
el protagonista conoce la historia de Ludovico, el primer dueño del
castillo, quien asesinó a su esposa y luego se arrojó a sus perros de
guerra.
Hacia el final de la historia,
el autor resuelve una leyenda
cargada de suspenso, que
atrapará la curiosidad del
lector.
Otras características
destacables pueden
encontrarse en los
recursos literarios
utilizados por García
Márquez, como los
recurrentes diálogos
presentes durante
el desarrollo de la historia y
la creación de escenarios
basados en la campiña
toscana.