Adviento 2013. Ciclo A. Dinamica:damos color a la granada

En Adviento damos color a la Granada Adviento 2013 – Ciclo A

Centro San Juan de Dios – Ciempozuelos

INTRODUCCIÓN El Adviento es tiempo de luz e ilusión, de amor y esperanza. Nos anima, nos guía, nos acerca a nuestra Fe, nos provoca nuevos colores para iluminar nuestro camino. Pero cuando hablamos de tiempo, no lo hacemos desde un concepto de tiempo cronológico, de días, minutos, semanas,….

El adviento es tiempo-oportunidad (kairós). Es tiempo para cultivar la esperanza. Llega el Adviento y empiezas a pensar en cambiar, en tomarte las cosas más en serio, en recapacitar. “La puerta oscura del tiempo, del futuro, ha sido abierta de par en par” (Benedicto XVI, Spe Salvi, 2) Decir Adviento es intesificar el deseo y agrandar las paredes de la casa, a la vez que la limpias y embelleces. El Adviento nace de la esperanza y se identifica con la espera ilusionada y activa. Deseando te preparas, y preparándote aumentas el deseo. Es cierto que en este tiempo de Adviento revivimos y nos preparamos para celebrar con intensidad la venida histórica del Hijo de Dios a nuestra vida, pero además, el tiempo de Adviento es celebrar y abrirse a la venida constante de Dios, de Jesús, a nuestras vidas y a la vida de la Orden Hospitalaria, por ello preparamos personalmente nuestros corazones y comunitariamente nuestra granada. Nuestro centro, nuestra casa, nuestro corazón. Porque Dios viene ahora. En este tiempo, al invitarnos a vivir la venida del Señor, nos recuerda que Dios viene constantemente a nuestras vidas y viene ahora de muchas maneras: a través de los acontecimientos y las personas con que nos encontramos. Y el tiempo de Adviento será una llamada a estar con los ojos abiertos a nuestro entorno, teniendo el corazón abierto a los que nos rodean, porque en ellos Dios se manifiesta y viene a nosotros. El Adviento nos invita a preguntarnos: ¿cómo reconocemos a Dios en los pobres y los débiles? Él viene también a través de la oración, a través de la comunidad eclesial y de la Eucaristía. Dios viene a nosotros cuando le escuchamos en el fondo del corazón, cuando le buscamos en el diálogo silencioso y amoroso, compartiendo con Él, nuestro Padre, nuestras cosas e ilusiones y le dejamos acompañarnos en nuestros caminos. Él viene cuando nos reunimos en su nombre y el Adviento puede ser un momento importante para valorar esta presencia de Dios que quiere fecundar nuestra granada en todas nuestras realidades comunitarias y eclesiales. Además de la venida histórica de Jesús y de la venida cotidiana, también se celebra en el Adviento la venida definitiva al final de los tiempos, cuando llegue a término nuestra historia y entremos en la vida de Dios. Este es el horizonte final de nuestra existencia: compartir con toda la humanidad la vida plena de Dios.



APRENDER A ESPERAR El tiempo de Adviento nos quiere ejercitar en una virtud cristiana básica: la esperanza. Cada año cobra actualidad el Adviento, porque siempre necesitamos la venida de Dios a nosotros. Y nos hace falta aprender a esperarle. Sería señal de debilidad o de muerte si nos encontráramos satisfechos con lo que ya tenemos. Y como también nosotros, los cristianos, podemos ir perdiendo a lo largo del año la sensibilidad por lo divino, nos conviene que el Adviento nos despierte el apetito de los bienes que verdaderamente valen la pena. En esta sociedad en la que nos toca vivir, los que nos consideramos cristianos, debemos ser el corazón que la mueva por caminos de esperanza. Las personas que nos rodean deben ver en nosotros unos valores evangélicos claros: amor, ilusión, luz, esperanza... HOSPITALIDAD, evitando todos aquellos valores que promulga la sociedad de consumo: tener más, ser el más poderoso,... PERO ¿QUÉ ESPERAMOS? El pueblo de Israel estuvo durante siglos y siglos esperando al Mesías. Pero nosotros vivimos en el Nuevo Testamento: Cristo nació de María Virgen y apareció entre nosotros. Desde que Él llegó todo ha cambiado en la historia: vivimos el tiempo de Cristo. Si Jesús ya ha venido... ¿qué esperamos? Esperamos la venida gloriosa de Cristo al fin de los tiempos, para establecer definitivamente su Reino. Desde que llegó Cristo a nuestra historia, la plenitud de los tiempos está ya comenzada. Después de Cristo no esperamos a nadie más. Él inauguró ya su reino: este irá creciendo y madurando a lo largo de los siglos, hacia la plenitud final. Mientras tanto recordamos gozosamente el nacimiento de Jesús en Belén, celebramos su aniversario y aprendemos las entrañables lecciones que sus protagonistas nos dieron. LO MEJOR DEL ADVIENTO...ES LA NAVIDAD A esto nos invita y entrena el Adviento: a desear ese hoy tan intenso de la Navidad y aceptar plenamente la venida de Cristo Salvador a nuestra historia particular y comunitaria. La Navidad es la luz que ilumina todo el Adviento. Lo más importante del Adviento son las semanas de la Navidad y la Epifanía.



ADVIENTO: Preparamos la GRANADA para el encuentro

“Granada será tu luz” «Otra vez la tentación de caminar hacia lo desconocido. Hay algo dentro de él que no le deja estar quieto ni aferrarse a nada, se despide de sus clientes y amigos y pone rumbo a lo desconocido. El hecho que voy a narrar no tiene rigor histórico pero sí lo podemos ver como un signo profético, un pensamiento del camino tal vez una meditación personal. El hecho ocurre cerca de Gaucín, un pueblecito de la serranía de Ronda. En las afueras del pueblo, un manantial que proporciona agua a los caminantes y lugar de descanso: la Adelfilla, que así se llama la fuente, y en ella un niño descalzo con una granada abierta en las manos, es de suponer que la pobreza y desvalimiento del niño impresionarán el corazón de Juan que estaba buscando algún signo que orientara sus pasos, y allí escucha en su interior la tradicional y célebre frase: “Granada será tu cruz” ¿Una aparición? No lo creo, una experiencia mística? Es muy probable, en un hombre que está buscando sinceramente la verdad y el sentido de la vida, la luz que, en aquella expresión Granada será tu cruz, él sintiese que también sería su luz. Un momento de oración en el que aquel aventurero empieza a vislumbrar su gran aventura: “Granada será tu luz”.»1 De alguna manera, Granada significó para Juan de Dios un lugar de cambio, de encuentro con Cristo, de plenitud de su Fe. Ese es el sentido que queremos dar en este Adviento a la Granada. La granada significa nuestro centro, nuestra casa. Donde pasamos mucho tiempo y donde viven nuestros residentes. Por eso el motor de la dinámica será ir creando un Granada “nueva” llena de color. Un espacio nuevo donde favorecer el encuentro con el Dios que viene, que ya está. Y lo haremos juntos, en comunidad pero también con la ayuda de los personajes protagonistas de las lecturas de cada domingo. Para conocer a Cristo es necesario abrir nuestros oídos y nuestro corazón a la Palabra.

1VIDA DE SAN JUAN DE DIOS, Hernández Torres J.J., Clave Granada Editorial, Granada 2003, p. 47-48



Dinámica: “Ponle color al Adviento”

MOTIVACIÓN: Adviento: ¡Ven, Señor, Jesús! El Adviento nos invita a sintonizar con esos gritos, a veces callados, otras veces explícitos, que expresan los más hondos deseos humanos de cercanía frente a la distancia, consuelo frente al desconsuelo, gozo frente a la tristeza o amargura, y presencia frente a la soledad. Sólo si somos capaces de ponernos a la escucha de esa esperanza de salvación podremos celebrar en plenitud el misterio de la Navidad. Todo ello lo vamos a trabajar por medio de los colores de la granada, los personajes de cada domingo de adviento irán dando color a la granada, dando importancia al significado de cada uno de los colores que lo forman y motivando cada una de las semanas del adviento. Así el profeta Isaías, María, Juan el Bautista y San José nos tomarán de la mano para conducirnos por ese camino de espera activa y nos ayudarán a entender que actitudes son las más adecuadas para encontrarnos con Dios Niño en Navidad. Escogemos la granada como símbolo de LUZ y para ello ambientaremos las unidades y/o el centro con la granada para vislumbrar la buena noticia: GRANADA SERÁ TU LUZ y los valores a los que nos llevan cada uno de los colores. 1º DOMINGO DE ADVIENTO: El profeta ISAÍAS nos trae el color AMARILLO… Símbolo de la LUZ, también simboliza la fuerza, la madurez, la intensidad.

El primer Domingo de Adviento el protagonista será el Profeta Isaías. Él nos ayuda a poner la luz en nuestra vida necesaria para poder ver que algo está por venir. Su luz nos ayuda a cambiar lo malo por lo bueno: “de las lanzas nacen arados”. El color amarillo será el color que simbolice esa luz tan necesaria para transformar nuestra realidad, nuestro centro, para que “Granada sea también nuestra luz”



2º DOMINGO DE ADVIENTO: La Virgen MARÍA nos trae el color AZUL… Símbolo de la ILUSIÓN, también simboliza el cielo, la entereza, la grandeza ante la llegada de Jesús.

El segundo Domingo de Adviento. Coincide con la Festividad de María Inmaculada. María es nuestro referente de entrega, de fidelidad, de no perder la ilusión ante algo desconcertante y desconocido. María se fió, su confianza fue plena. El color de esta semana es el azul. Color que caracteriza a María, color del cielo,… también el color que nos caracteriza a nosotros por estar en San Juan de Dios. Así intentaremos que nuestra vida aquí sea una vida de ilusión y de confianza en Dios, como lo hizo María.

3º DOMINGO DE ADVIENTO: JUAN BAUTISTA nos trae el color VERDE… Símbolo de la ESPERANZA

El tercer Domingo de Adviento es para la Iglesia el domingo de la alegría. Y no queremos que sea de otra manera, pero nuestra alegría debe apoyarse en la Esperanza par la pronta llegada “del que ha de venir”. Siempre hay en nuestras vidas personas que son transmisoras de esperanza. Que nos traen buenas noticias. El protagonista de esta semana es Juan el Bautista. Él nos señala la verdadera esperanza, nos anuncia y nos enseña el rostro de Dios hecho hombre. El color verde de las hojas de la granada nos anuncia que nuestra vida debe estar construida sobre la esperanza, que incluso en el dolor, en la enfermedad, en los problemas, no debemos de dejar de mirar a aquel que está junto a nosotros. ¿Hay mayor motivo para la esperanza?

4º DOMINGO DE ADVIENTO: San JOSÉ nos trae el color ROJO… Símbolo del AMOR gratuito, también simboliza el calor, las emociones, el amor que Jesús nos regala.

El cuarto domingo de Adviento es un aperitivo de la fiesta grande de la Natividad. Queda muy poco y debemos terminar de prepararnos para dicha fiesta. El protagonista de este domingo es San José, él nos enseña sobre el amor, nos enseña a ser humilde, a aceptar los planes que Dios tiene para nosotros. Pero también a ser cálidos, San José creó un hogar acogedor. Nos enseña a ser hospitalarios, a amar incondicionalmente a los demás. El color de esta semana es el rojo. Rojo de los frutos de amor que debemos dar en nuestra vida. Son los frutos de nuestra “granada”.



1º DOMINGO DE ADVIENTO: El profeta ISAÍAS nos trae el color AMARILLO… Símbolo de la LUZ



1ª lectura: Isaías 2,1-5

«El Señor reúne a todos los pueblos en la paz eterna del Reino de Dios» Salmo: «Que alegría cuando me dijeron: Vamos a la casa del Señor» 2ª lectura: Romanos 13,11-14

«Nuestra salvación está cerca» Evangelio: Mateo 24,37-44

«Estad en vela para estar preparados» En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuando venga

el Hijo del hombre, pasará como en tiempo de Noé. Antes del

diluvio, la gente comía y bebía y se casaba, hasta el día en

que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó

el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando

venga el Hijo del Hombre: Dos hombres estarán en el campo:

a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán

moliendo: a una se la llevarán y a otra la dejarán. Por tanto

estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro

Señor. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué

hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría

abrir un boquete en su casa. Por eso estad también vosotros

preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del Hombre.» En este primer domingo nuestra plegaria se hace deseo de que las distancias entre Dios y nosotros se eliminen. Nuestra vida está sedienta de Dios por mucho que queramos mirar para otro lado, o nos distraigamos con otras cosas. El Evangelio nos habla de la actitud de vigilancia a que nos invita a vivir Jesús, para no vivir adormecidos, sino en la responsabilidad de tener que abrir puertas al Dios que nos sale al encuentro cada día de nuestra vida, de nuestro tiempo, en el rostro concreto de los hermanos, especialmente los más necesitados. El Dios que derrite distancias nos empuja a derretir los montes que nos separan de los hermanos, a bajar hacia ellos. Nuestra Granada representa para el Centro San Juan de Dios de Ciempozuelos, lo que el corazón para cada uno de nosotros; es decir, la hospitalidad, la acogida, y para poder esperar al Señor en lo más hondo de nosotros mismos y en nuestro Centro, nos vamos a ir preparando. Dios quiere seguir viniendo a nuestras vidas y por eso a través del profeta ISAÍAS empieza a dar color a nuestra granada, con el color amarillo que representa la LUZ, ya vamos vislumbrando ‘Granada será tu luz’ ¡Nos preparamos para su venida con la luz, la fuerza, la madurez, la intensidad para este tiempo! Para pensar:



¿Conoces a alguien que viva atento a las necesidades de los otros, que se desviva? ¿Qué te llama habitualmente la atención? ¿A qué atiendes? ¿Qué mensajes escuchas y cuáles no? ¿A qué signos de pobreza estás atento? ¿Qué te preocupa y en qué te ocupas? ¿Qué signos positivos atiendes y valoras en los compañeros, en tu familia, en tu entorno? ¿Cómo puedes contribuir a mejorarlos? ¿Qué necesidades descubres a tu alrededor, en los compañeros y entre los profesionales y hermanos de San Juan de Dios? ¿Qué aspectos positivos? ¿A qué vas a estar atento este adviento? ¿Cuál es la luz que guía tu camino?



2º DOMINGO DE ADVIENTO: La Virgen MARÍA nos trae el color AZUL… Símbolo de la ILUSIÓN, también simboliza el

cielo, la entereza, la grandeza ante la llegada de Jesús



1ª lectura: Génesis 3,9-15.20

«Establezco hostilidades entre tu estirpe y la de la mujer» Salmo: «Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas» 2ª lectura: Efesios 1,3-6.11-12

«Nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo» Evangelio: Lucas 1,26-38

«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo»

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a

una ciudad de galilea llamada Nazaret, a una virgen

desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de

David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su

presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracias, el Señor está

contigo.» Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba

qué saludo era aquel. El ángel le dijo: «No temas, María,

porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu

vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús.

Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le

dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de

Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.» Y María dijo

al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?» El

ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá

con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu

pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses

la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.» María contestó: «Aquí

está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» Y la dejó el ángel.

En este segundo Domingo de Adviento, seguimos expresando que ponemos toda nuestra esperanza en el Dios de Jesucristo, en el Dios del Amor y de la Vida; pero también queremos acoger su invitación para preparar nuestro corazón y nuestra GRANADA para que Jesús siga naciendo en nosotros y en nuestro Centro. Él cuenta con nosotros y está con nosotros para que le preparemos el camino, como María, desde la ilusión, la alegría, la entereza,… para que muchos otros puedan encontrarse también con Él y puedan experimentar su amor y su salvación. Para pensar: ¿Cuáles son las características de tu unidad/centro? ¿Qué o quién da sentido a tu vida? ¿Ocupa Jesús un lugar importante en tus decisiones? ¿Y María que lugar ocupa? ¿Qué lugar le das a tu fe? ¿Qué lugar juega la Palabra de Dios en tu vida? ¿Cuál es el ejemplo que quieres dar con tu vida? ¿Cuáles son tus ilusiones? ¿Qué testimonios auténticos encuentras? ¿Cómo vas a preparar la Navidad?



3º DOMINGO DE ADVIENTO: JUAN BAUTISTA nos trae el color VERDE… Símbolo de la ESPERANZA



1ª lectura: Isaías 35,1-6a.10

«Dios vendrá y nos salvará» Salmo: «Ven, Señor, a salvarnos» 2ª lectura: Santiago 5,7-10

«Manteneos firmes, porque la venida del Señor está cerca» Evangelio: Mateo 11,2-11

«¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?» En aquel tiempo, Juan, que había oído en la cárcel las obras del

Mesías, le mandó a preguntar por medio de sus discípulos:

«¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?»

Jesús les respondió: «Id a anunciar a Juan lo que estáis viendo y

oyendo: los ciegos ven, y los inválidos andan; los leprosos

quedan limpios, y los sordos oyen; los muertos resucitan, y a los

pobres se les anuncia el Evangelio. ¡Y dichoso el que no se sienta

defraudado por mí!» Al irse ellos, Jesús se puso a hablar a la

gente sobre Juan: «¿Qué salisteis a contemplar en el desierto,

una caña sacudida por el viento? ¿O qué fuisteis a ver, un

hombre vestido con lujo? Los que visten con lujo habitan en los

palacios. Entonces, ¿a qué salisteis?, ¿a ver a un profeta? Sí, os

digo, y más que profeta; él es de quien está escrito: "Yo envío mi mensajero delante de

ti, para que prepare el camino ante ti”. Os aseguro que no ha nacido de mujer uno más

grande que Juan, el Bautista; aunque el más pequeño en el reino de los cielos es más

grande que él.»

Los discípulos de Jesús nos reunimos con alegría en este tercer Domingo de Adviento para seguir preparando nuestro corazón y nuestra granada para la Navidad, estamos llenos de esperanza. Si tomamos el texto evangélico con la figura de Juan Bautista, tenemos al testigo, que no es la luz, pero que anuncia, señala la luz. Aquí se sustenta nuestra esperanza por el que ha de venir, Juan nos los señala. La función del testigo es importante hoy, ante tanto anuncio luminoso, tanto escaparate de ofertas de felicidad, no caer en el engaño, la seducción de ofertas de felicidad baratas, generalmente con resaca amarga. Y saber anunciar y señalar al que es capaz de iluminar el misterio de la vida humana. Para pensar: ¿En nuestro mundo se toma partido por los pobres? ¿Qué significa para ti la palabra conversión? ¿Cómo podemos practicar la justicia en nuestro Centro de San Juan de Dios? ¿Qué tenemos que hacer para abrirnos a la presencia de Jesús? ¿En qué necesitamos convertirnos? ¿Podemos hacer algo como grupo para hacer realidad la esperanza en nuestro mundo? ¿Qué gestos reales pueden expresar mi acogida al “Dios con nosotros”?



4º DOMINGO DE ADVIENTO: San JOSÉ nos trae el color ROJO… Símbolo del AMOR gratuito, también simboliza el

calor, las emociones, el amor que Jesús nos regala



1ª lectura: Isaías 7,10-14

«La Virgen concebirá» Salmo: «Va a entrar el Señor: Él es el Rey de la Gloria» 2ª lectura: Romanos 1,1-7

«Jesucristo, de la estirpe de David, Hijo de Dios» Evangelio: Mateo 1,18-24

«Jesús nacerá de María, desposada con José, hijo de David» El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: María, su

madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos,

resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.

José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla,

decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado

esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor

que le dijo: «José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte

a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene

del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por

nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los

pecados.» Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que

había dicho el Señor por el Profeta: «Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le

pondrá por nombre Emmanuel, (que significa "Dios-con-nosotros").» Cuando José se

despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a su mujer.

Ya estamos en el último Domingo de Adviento, la Navidad está muy cerca; Jesús ya viene a nuestros corazones y a nuestra granada para regalarnos su amor, para darnos su vida y que así se cumplan nuestros mejores deseos. Toda la grandeza del misterio pasa por una situación humana pequeña, una mujer del pueblo, sin nombre, virgen, que es invitada a entrar en este plan desconcertante e insensato: dar a luz al hijo de Dios, sin conocer varón. La disponibilidad de María, su sí nos dispone a celebrar el cercano Misterio de la Navidad. El temor de María - “No temas María” - pone nombre a nuestros miedos, cuando Alguien irrumpe en nuestra vida y comenzamos a abismarnos en el misterio del Dios con nosotros. Nuestra vida se debate en esa tensión nunca resuelta del todo: necesidad del Otro y de los otros que nos habiten, acompañen nuestro vivir, pero por otra, la dificultad de hospedar al Otro y a los otros, el miedo a perder y a perdernos…y Aquí juega un papel muy importante San José, que confió, se dejó guiar para acompañar a María en su proceso, para otorgarle un amor gratuito. José desde el amor nos invita a confiar a tener fe, a poner nuestra vida en manos de Dios Para pensar: ¿Qué lugar ocupa san José en mi fe? ¿Te pongo al servicio de los demás desde la confianza? ¿Reconoces la bendición de Dios en tu vida? ¿Y en la de los demás? ¿Cómo



reconoces la bendición de Dios en tu vida? ¿Qué gestos pueden expresarlo? ¿Cómo puedes trabajar el amar y el confiar? Al terminar el Adviento:



Celebración sacramento de la Reconciliación

Tiempo de Adviento 2013

“EN ADVIENTO: DAMOS COLOR A LA GRANADA”

MONICION DE ENTRADA Nos reunimos una vez más en medio de nuestro camino de adviento. Hoy queremos dar un paso importante en ese cambio transformador. La celebración de hoy nos ayudará a limpiar nuestro corazón. A dar de verdad ese impulso de color y de alegría que nos preparar para la celebración de la NAVIDAD. Estos días son importantes y no podemos pasar de largo sin mirar si nuestro interior está preparado para acoger al mismo Dios que se hace hombre para estar más cerca de nosotros. LECTURAS (Del sábado de la tercera semana de Cuaresma)

• 1ª Lectura: Oseas 6,1b-6 “Quiero misericordia y no sacrificios”

• Salmo responsorial: «Quiero misericordia y no sacrificios»

• Evangelio: Lucas 18,9-14 “El publicano bajó a su casa justificado, y el fariseo no” DINÁMICA Se cubre la granada con cartulinas o telas negras y según se va leyendo el examen de conciencia se van quitando para dejar al descubierto la granada con los colores.



EXAMEN DE CONCIENCIA Por los momentos en los que vivimos encerrados en nosotros mismos, y no somos capaces de ver la luz que los demás desprenden. Por las veces que no vemos la necesidad que otros tienen de nosotros. Porque no escuchamos lo que Dios quiere para nosotros.

Por las veces que perdemos la ilusión en nuestro trabajo, en nuestras tareas diarias. Porque en ocasiones en las relaciones familiares o de amistad nos cuesta perdonar y recuperar la ilusión y la confianza en los demás. Por las veces que no obedecemos y no ofrecemos lo mejor a los que nos quieren y cuidan.

Por las veces que tiramos la toalla porque estamos cansados de nuestra enfermedad, de las dificultades que encontramos en el camino, y no somos capaces de valorar el trabajo y ayuda de los otros. Porque no somos sensibles a los brotes de esperanza que siempre aparecen en nuestra vida

Por todas las ocasiones en las que no damos fruto de nuestro amor, y nos acomodamos en el egoísmo y en la comodidad. Porque no somos sensibles al amor que nos ofrecen todos los que nos rodean. Porque nos olvidamos del amor que nos da Dios Queremos cambiar todo eso que produce oscuridad y dar color a nuestra vida para que Jesús nazca en nuestro interior y nos trasforme de verdad. ORACION DE LOS FIELES

• Señor, te pedimos, un corazón misericordioso, como el tuyo, que ilumine nuestra vida y la de otros. Oremos al Señor.

• Señor, te pedimos, que tengamos aquella actitud de servicio y ayuda, que colme de ilusión nuestra vida. Oremos al Señor.

• Señor, te pedimos, capacidad para compartir, desde la esperanza aun de aquello que necesitamos. Oremos al Señor.



• Señor, te pedimos, capacidad para escuchar y dejarnos evangelizar por los pobres, desde el amor. Oremos al Señor.

• Señor, te pedimos, fortaleza para llenar de color nuestra vida y ser capaces de denunciar las injusticias, de encontrarte en el pobre y en el que sufre, de empobrecernos para que otros se enriquezcan. Oremos al Señor.

• Señor, te pedimos, que nos ayudes a abrir de verdad, nuestro corazón y nuestra granada, a tu venida. Oremos al Señor.

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Adviento 2013. Ciclo A. Dinamica:damos color a la granada