Upload
modeltop
View
3
Download
1
Embed Size (px)
Citation preview
Unidad Acadèmica Ciencias Químicas y de la Salud
Carrera de Bioquímica y Farmacia
TOXICOLOGÍA
Nombre: Carolina Barba Toro
Docente: Dr. Carlos García
Curso: Quinto Año “A”
Fecha: 01/06/2015
Caso de intoxicaciòn por Cianuro
(Rebeliòn, 2004)
Bhopal, India: La mayor catástrofe quámica de la historia continúa.
Durante la noche del 2 al 3 de diciembre de 1984 se produjo un escape de 40 toneladas
de gases letales en la fábrica de pesticidas de la Union Carbide Corporation en Bhopal,
India, que se puede categorizar como la Mayor catástrofe química de la historia. Los
gases, que se escaparon de uno de los tanques durante las operaciones rutinarias de
mantenimiento, incluían isocianato de metilo y cianuro de hidrógeno entre otras
sustancias.
Se calcula que, al tercer día del desastre, habían muerto unas 8.000 personas por
exposición directa a los gases. Lamentablemente, la noche del desastre fue sólo el
comienzo de una tragedia que aún no ha llegado a su fin. La multinacional Union
Carbide abandonó la fábrica, dejando atrás grandes cantidades de sustancias
peligrosas y, al pueblo de Bhopal, un suministro de agua contaminada y un legado
tóxico que todavía hoy le causa dañosa a cada uno de estos seres de humanos.
Union Carbide intentó declinar la responsabilidad por las vidas que se cobró el desastre
y pagó una indemnización totalmente inadecuada al gobierno de India. Actualmente,
aproximadamente 520.000 de las personas expuestas a los gases pueden tener
sustancias tóxicas en su flujo sanguíneo y los hijos de los afectados se enfrentan a las
secuelas de este legado tóxico. Los más de 150.000 enfermos crónicos que
sobrevivieron a la catástrofe siguen necesitando tratamiento médico.
La catástrofe
La noche de la catástrofe, seis de las medidas de seguridad diseñadas para prevenir un
escape de gas no funcionó bien, fueron desconectadas o resultaron inadecuadas.
Los gases quemaron los ojos y las vías respiratorias de la gente, se introdujeron en su
corriente sanguínea y dañaron prácticamente todos sus sistemas corporales. Muchos
murieron en sus camas, casas, ciegos y ahogándose.
Muchos otros murieron después de llegar a un hospital o a un centro de socorro. Los
efectos inmediatos de la inhalación fueron vómitos e irritación de los ojos, la nariz y la
garganta, y muchas de las muertes se produjeron por
insuficiencia respiratoria. En algunos casos, los gases
tóxicos provocaron que los pulmones se llenasen de
líquidos; en otros, el ahogo se produjo por obstrucción
de los bronquios. Muchos de los que sobrevivieron aquel
primer día sufrieron daños en las funciones respiratorias.
Justicia para Bhopal
Se pidió a Union Carbide que indemnizara a los afectados de Bhopal por la pérdida de
su capacidad para trabajar. Después de cinco años de lucha legal, el gobierno indio
aceptó un acuerdo extrajudicial por 470 millones de dólares (unos 512,5 millones de
euros), que se firmó en febrero de 1989. Éste había de ser la resolución definitiva de
toda responsabilidad civil. La indemnización media por daños personales fue de entre
370 y 533 dólares (entre 403 y 581 euros) por persona, escasamente el dinero
necesario para cubrir los gastos médicos de cinco años.
Las organizaciones locales de supervivientes calculan que continúan muriendo entre 10
y 15 personas cada mes como consecuencia de enfermedades relacionadas con la
exposición a gases tóxicos. Desde 1984 se han iniciado más de 140 causas civiles en los
tribunales federales de los Estados Unidos a favor de las víctimas y de los
supervivientes, en un intento de obtener una indemnización apropiada para ellos.
Todos estos casos siguen pendientes.
Bibliografìa
Rebeliòn. (20 de Enero de 2004). Bhopal, India. Recuperado el 31 de Mayo de 2015, de
http://www.rebelion.org/hemeroteca/ddhh/040120bhopal.htm
(Violeta A. Esteban, 2014)
CORCOESTO: DETUVIMOS EL DESASTRE PERO LA AMENAZA CONTINUA
El pasado mes de octubre la Xunta de Galicia dio un paso atrás en lo que hubiera
podido ser un auténtico desastre medioambiental y social para Galicia: la puesta en
marcha del proyecto de minería a cielo abierto para la explotación de oro en una
antigua mina de Corcoesto, una de las diez parroquias de la Cabana de Bergantiños
(Coruña). Para quienes no conozcan el caso, a finales de 2012, en CCOO nos enteramos
de las intenciones de una pequeña empresa multinacional Edgewater Exploration, que
pretendía resucitar la veta abandonada en 1910 por la británica Sagasta Gold Mines,
para extraer 1.095.000 onzas de oro en Corcoesto usando el cianuro para separar el
metal precioso de la roca. Tras 13 años mordiendo el monte, la empresa canadiense, a
través de su filial gallega Mineira de Corcoesto S.L., se llevaría el oro y dejaría en tierra
gallega 89 millones de metros cúbicos de estériles triturados hasta milésimas de
milímetro y balsas con 11 millones de metros cúbicos de lodos. Legalmente, en las
piscinas de lixiviados, podrían quedar acumuladas, con la bendición de la Xunta de
Galicia, 12 toneladas de cianuro.
La decisión de Xunta de Galicia de paralizar el proyecto responde a una intensa presión
ciudadana - se han recogido más de 24.000 firmas contra el proyecto- gracias a la
directa implicación de plataformas como Salvemos Cabana y organizaciones como la
Sociedad Gallega de Historia Natural.
Enormes riesgos para la salud de las personas y el
medio ambiente.
El método elegido para la recuperación del oro en este
proyecto (hidrometalurgia), se proponía emplear
tecnologías de lixiviación mediante cianuro de sodio
disuelto en agua en inmensas cantidades. Estamos
hablando de un proyecto que pensaba utilizar para
extraer el poco oro que queda en Corcoesto, 1,49
toneladas métricas de cianuro al día y 1.111.000 litros de agua al día. El cianuro de
sodio es una sustancia química que tiene efectos perjudiciales incluso a dosis bajas,
pudiendo afectar al aparato respiratorio y a los sistemas cardiovascular,
gastrointestinal, neurológico, ocular y dérmico, dado que en contacto con la piel puede
absorberse. La inhalación de concentraciones de 401 a 601 mg/m³ resulta mortal para
el ser humano. Los efectos sobre la salud pueden durar meses o años, y van desde el
riesgo de padecer cáncer a los problemas reproductivos, hipertiroidismo, o daños
permanentes en el sistema nervioso. La peligrosidad de esta sustancia viene recogida
en la Resolución del 5 de mayo de 2010 del Parlamento Europeo. El texto del
Parlamento Europeo recuerda que el uso del cianuro en tecnologías mineras ha sido la
fuente de “más de 30 accidentes importantes” en los últimos 25 años, ocasionando
daños de extrema gravedad sobre ríos y acuíferos, tierras de cultivo y biodiversidad,
destacando el accidente de Baia Mare (Rumanía), donde la rotura de una balsa minera
provocó el vertido de 100.000 metros cúbicos de aguas residuales cianuradas
derivando en una catástrofe ambiental sin precedentes a nivel continental.
Bibliografìa
Violeta A. Esteban. (2014). Corcoesto: detuvimos el desastre pero la amenaza continua.
Daphnia , 60.
(Janine Roberts, 2012)
DESASTRE EN BAIA MARE, RUMANIA, CONTAMINACIÓN CON CIANURO EN LOS RÍOS
TISZA Y DANUBIO (2000)
El 30 de enero de 2000 se rompió un dique
de contención y se vertieron 130.000
metros cúbicos de agua contaminada con
cianuro en el Lupes, Somes, y, finalmente,
el Tisza y el Danubio.
Se calcula que unos 100.000 m3 de barro y aguas residuales -con una concentración de
126 mg de cianuro por litro- se vertieron por los canales de desagüe al río Lapus, un
afluente del Somes (Szamos), a través del cual alcanzaron el río Tisza y el curso superior
del Danubio a su paso por Belgrado, desembocando finalmente en el mar Negro. Esta
fuerte contaminación transfronteriza pudo tener graves repercusiones sobre la
biodiversidad, los ecosistemas fluviales, el abastecimiento de agua potable y las
condiciones socioeconómicas de la
población local.
Rumanía, Hungría y la República
Federativa de Yugoslavia tomaron y
analizaron muestras. Las mediciones
realizadas el 1 de febrero de 2000 en
la localidad de Satu Mare, a orillas del Somes, revelaron que la concentración máxima
de cianuros era de 7,8 mg por litro (en comparación con el límite máximo de 0,01 mg
por litro que se aplica en las aguas superficiales). Una ola tóxica de 30 a 40 kilómetros
de longitud aniquiló la flora y la fauna del curso central del río Tisza, cifrándose las
pérdidas en cientos de miles de euros. Cuatro semanas después podía medirse la pluma
de cianuro en el delta del Danubio, a 2.000 km del origen del
vertido.
En largos tramos del sistema fluvial hasta la confluencia del
Tisza con el Danubio se registraron graves efectos, típicos
del cianuro: el fitoplancton y el zooplancton se extinguieron
al paso de la pluma y los peces murieron en el acto o poco
después. Las autoridades húngaras estimaron el total de peces muertos en más de mil
toneladas, mientras que las pérdidas de este tipo comunicadas por las autoridades
rumanas fueron muy pequeñas. Las autoridades de Yugoslavia comunicaron la
aparición de grandes cantidades de peces muertos en la parte del río Tisza que discurre
por el país.
En el Danubio no se registraron episodios importantes de
este tipo. Poco después de pasar la pluma de cianuro, los
microorganismos acuáticos se recuperaron con rapidez. Para saber qué efectos tendrá
este accidente sobre la biodiversidad a largo plazo será necesario seguir realizando
análisis. Los expertos en medio ambiente temen que se hayan puesto en peligro
algunas especies raras y singulares, tanto de la flora como de la fauna, como las cinco
águilas pescadoras que habitan en el Parque Nacional de
Hortobagy, en Hungría.
Por lo tanto, el riesgo sanitario inmediato del vertido en sí
parece ser mínimo, aunque en el largo plazo podrían
producirse problemas crónicos de salud debido a la
contaminación por metales pesados.
El vertido tuvo lugar en una zona ya contaminada con
metales pesados tras una larga historia de explotación
minera y tratamiento de metales. En los puntos del curso
superior afectados se registraban asimismo altas
concentraciones de algunos metales pesados. Por
consiguiente, el accidente se produjo en una región en la que existen instalaciones mal
gestionadas y conservadas y estanques de flotación que contienen cianuros o metales
pesados, muchos de los cuales registran pérdidas constantes.
Existe el riesgo de que tanto las aguas superficiales y subterráneas como el suelo sigan
contaminándose como consecuencia de estas fugas constantes o de accidentes graves.
Bibliografìa
Janine Roberts. (2012). Accidentes de Bahia Mare. Recuperado el 31 de Mayo de 2015,
dehttp://megamineriaacieloabierto-contamina.blogspot.com/p/catastrofes-
medioambientales.html