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El próximo 25 de octubre de 2015 se llevarán a cabo las elecciones a nivel local, municipal y departamental de todo el territorio nacional. Se elegirán gobernadores, alcaldes, diputados, concejales y ediles o miembros de juntas administradoras locales, quienes tendrán la responsabilidad en función administrava, gesón pública y legislava, según el caso, de definir la agenda local para para el periodo 2016 – 2019. DEBATE METROPOLITANO Boletín informavo del INSTITUTO DE ESTUDIOS METROPOLITANOS Y REGIONALES N°7 OCTUBRE DE 2015 ELABORACIÓN Demis Mauricio Betancur Daniel Fernández Montoya INSTITUTO DE ESTUDIOS METROPOLITANOS Y REGIONALES Campus Laureles Circular 1 No. 70 – 01 Bloque 10 Oficina 127 Teléfono: 4488388 Ext. 13633 1 La importancia de las próximas elecciones parte de entender que éstas se convierten en un nuevo punto de referencia temporal para la connuidad o inflexión de planes y proyectos enmarcados por la concepción ideológica del dirigente, los cuales, de presentarse significavas variaciones en relación con el panorama actual, devienen en el reacomodo de grupos de interés, coaliciones y actores de mayor influencia para la gesón pública, oposición y en el inicio de una nueva fase en el proceso de legimación para el gobernante. Sin embargo, su relevancia no se agota en el aspecto políco. Existe un componente técnico que le atribuye un valor adicional de importancia a estas nuevas elecciones: el fenómeno de urbanización en el mundo, y del cual Colombia es escenario de él en plenitud, supone una exigencia mayor para la gesón pública descentralizada que debe responder a los desaos concretos de pobreza, desigualdad social, sostenibilidad ambiental, servicios públicos y vivienda. En este sendo, algunas cifras permiten hacer más creíble la importancia de los diferentes escenarios locales en el país y su gesón en los próximos años: los resultados de un estudio realizado por el Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos, ONU- Hábitat, publicados en octubre de 2014, y que tuvo su aplicación en 23 ciudades de Colombia las cuales contaban con la información suficiente para el estudio, permiten observar que, en materia de infraestructura, calidad de vida, producvidad y sostenibilidad, no se concibe una dimensión más amplia de territorio a parte de la descrita por las seis o siete ciudades capital. Así, la brecha en prosperidad y desarrollo entre las grandes áreas metropolitanas y el resto del país sigue aumentando. Este estudio presenta que el 76% del total de la población colombiana vive en las ciudades. ONU-Hábitat prevé que para el año 2050 esta cifra sea del 85%. Pero además, afirma que el 75% del territorio colombiano es rural, en contraste con el hecho que la mayoría de los habitantes estén concentrados en las ciudades. Esto en consecuencia hace necesaria la implementación de estrategias frente al fenómeno de densificación de las áreas metropolitanas, estrategias que pueden variar considerablemente con el panorama electoral que se redefina el próximo 25 de octubre. Así, el presente análisis intenta desarrollar desde un enfoque estadísco las posibilidades, variables y tendencias a tener presente los electores y diferentes candidatos a los municipios del área metropolitana del Valle de Aburrá. Análisis Electoral Proyección de votaciones, alcaldías del área metropolitana del Valle de Aburrá

DEBATE METROPOLITANO N°7: Análisis Electoral; Proyección de votaciones, alcaldías del área metropolitana del Valle de Aburrá

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El próximo 25 de octubre de 2015 se llevarán a cabo las elecciones a nivel local, municipal y departamental de todo el territorio nacional. Se elegirán gobernadores, alcaldes, diputados, concejales y ediles o miembros de juntas administradoras locales, quienes tendrán la responsabilidad en función administrativa, gestión pública y legislativa, según el caso, de definir la agenda local para para el periodo 2016 – 2019.

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N°7 OCTUBRE DE 2015

ELABORACIÓN

Demis Mauricio Betancur Daniel Fernández Montoya

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Campus Laureles Circular 1 No. 70 – 01 Bloque 10 Oficina 127

Teléfono: 4488388 Ext. 13633

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La importancia de las próximas elecciones parte de entender que éstas se convierten en un nuevo punto de referencia temporal para la continuidad o inflexión de planes y proyectos enmarcados por la concepción ideológica del dirigente, los cuales, de presentarse significativas variaciones en relación con el panorama actual, devienen en el reacomodo de grupos de interés, coaliciones y actores de mayor influencia para la gestión pública, oposición y en el inicio de una nueva fase en el proceso de legitimación para el gobernante. Sin embargo, su relevancia no se agota en el aspecto político. Existe un componente técnico que le atribuye un valor adicional de importancia a estas nuevas elecciones: el fenómeno de urbanización en el mundo, y del cual Colombia es escenario de él en plenitud, supone una exigencia mayor para la gestión pública descentralizada que debe responder a los desafíos concretos de pobreza, desigualdad social, sostenibilidad ambiental, servicios públicos y vivienda. En este sentido, algunas cifras permiten hacer más creíble la importancia de los diferentes escenarios locales en el país y su gestión en los próximos años: los resultados de un estudio realizado por el Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos, ONU-Hábitat, publicados en octubre de 2014, y que tuvo su aplicación en 23 ciudades de Colombia las cuales contaban con la información suficiente para el estudio, permiten observar

que, en materia de infraestructura, calidad de vida, productividad y sostenibilidad, no se concibe una dimensión más amplia de territorio a parte de la descrita por las seis o siete ciudades capital. Así, la brecha en prosperidad y desarrollo entre las grandes áreas metropolitanas y el resto del país sigue aumentando. Este estudio presenta que el 76% del total de la población colombiana vive en las ciudades. ONU-Hábitat prevé que para el año 2050 esta cifra sea del 85%. Pero además, afirma que el 75% del territorio colombiano es rural, en contraste con el hecho que la mayoría de los habitantes estén concentrados en las ciudades. Esto en consecuencia hace necesaria la implementación de estrategias frente al fenómeno de densificación de las áreas metropolitanas, estrategias que pueden variar considerablemente con el panorama electoral que se redefina el próximo 25 de octubre. Así, el presente análisis intenta desarrollar desde un enfoque estadístico las posibilidades, variables y tendencias a tener presente los electores y diferentes candidatos a los municipios del área metropolitana del Valle de Aburrá.

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El municipio de Caldas, estratégico por ser la puerta de entrada por el sur al área metropolitana del Valle de Aburrá, elegirá su alcalde para el periodo 2016 - 2019. Caldas en las anteriores elecciones para alcalde de 2003, 2007 y 2011, muestra, entre 2003 y 2007, un aumento de 3.398 votos en el nivel que el número de votos para la elección de 2003 supondría como proyección para alcanzar la alcaldía. No obstante, este cálculo base para las elecciones de 2011, se redujo en 911 votos en relación con la contienda electoral de 2007. El promedio (media aritmética) del número de votos para las tres elecciones (2003, 2007, 2011), indicaría estadísticamente el capital electoral que debe calcular cada candidato obtener el próximo 25 de octubre para aspirar hacerse con el mandato, es decir, el prever un caudal electoral de 8.681 votos (Gráfico 1). Interesante del análisis a estas tres elecciones como tendencia para aclarar el panorama de las cercanas elecciones, resulta el realizar un seguimiento a los partidos políticos que durante estos últimos 13 años han sido protagonistas en las diferentes contiendas electorales para el municipio. En primer lugar, es de señalar que el Partido Liberal, en cuanto a su posición en el podio, es el más regular. Para las elecciones de 2003, su candidato fue elegido; para 2007, su propuesta quedó segunda en una disputa con el candidato del Movimiento Alas – Equipo Colombia quien se hizo a la alcaldía con una diferencia de 4.112 votos sobre su contendiente (una diferencia de algo más de 1/3 del total de su votación). Posteriormente, para las elecciones de 2011, ocupó el tercer puesto en relación al número de votos obtenidos por cada partido o movimiento. Para el Movimiento Alas – Equipo Colombia, su candidato fue segundo en una disputa cerrada con el candidato del Partido Liberal para las elecciones de 2003. Solo 725 votos los separaron de la victoria. Para las elecciones de 2007, su candidato fue electo. Sin embargo, para las elecciones de 2011 y las próximas el 25 de octubre, no presentaron candidato. Para todas los demás partidos y movimientos, ninguno ha presentado candidato sistemáticamente en cada una de las elecciones, o siquiera en dos de ellas, como es el caso del Movimiento Alas – Equipo Colombia. Un análisis a la tendencia del voto en blanco y la participación del electorado, permite identificar potenciales variables de incidencia en la proyección que el gráfico 1 define como el promedio de votos a obtener para alcanzar la alcaldía. Por una parte, una tendencia inestable o alterada en el voto en blanco podría significar, primero, que existen precedentes para señalar la existencia de un sector consolidado, característico por emitir el denominado “voto de opinión”. Segundo, una tendencia instable es indicio de escepticismo o inconformismo político.

Municipio de Caldas

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Por el contrario, una tendencia normalizada, sugiere que el voto en blanco no es referente de análisis para un candidato y que en una alta probabilidad, sus elecciones no estarán marcadas por alteraciones en la tendencia del voto en blanco que puedan modificar la proyección calculada para obtener el triunfo. Además, y como lo señala la estadística, una tendencia estandarizada horizontalmente puede significar el que se mantenga la tendencia sin grandes variaciones, y el voto en blanco no sea un referente para situar periodos de escepticismo, inconformismo o inestabilidad política. En el municipio de Caldas, la tendencia del voto en blanco está dada por una línea normalizada que no supone mayor grado de incidencia en la elección de los candidatos. Lo que se espera estadísticamente, es que esta tendencia se mantenga para las elecciones de octubre (Gráfico 2). El municipio de Envigado presenta un fenómeno particular en relación a la tendencia de la proyección en número de votos con los cuales han resultado electos los últimos alcaldes y, por consiguiente, podría calcularse el número de votos con los que deben contar los candidatos a la Alcaldía en principio para aspirar a hacerse elegir el próximo 25 de octubre. El fenómeno a analizar es que la proyección o calculo base presenta un incremento considerable entre las elecciones de 2007 y las de 2011. El alcalde de 2007, fue electo con un total de 34.066 votos, en tanto el alcalde electo para las elecciones de 2011, lo hizo acaparando un total de 58.117 votos (Gráfico 3). La diferencia de votos con los que uno y otro alcalde ganaron es de 24.051 votos. La primera razón que podría explicar este punto de inflexión en el promedio, es el aumento en el potencial electoral entre una y otra elección, es decir, en el número de personas aptas para ejercer el derecho al voto, dato que arroja el censo electoral calculado para cada elección. Este aumento fue de 23.899 nuevos posibles votantes, entre el cálculo del censo electoral para las elecciones de 2007 y lo propio para las de 2011. No obstante, esta relación de causalidad no resulta ser completamente directa, pues en casos como el de Caldas, pese a registrar un aumento en el potencial electoral entre 2003 a 2011 de 6.832 nuevos posibles electores, la tendencia del promedio para candidatos electos, por el contrario, desciende. Este mismo fenómeno presenta el municipio de Girardota, Medellín, Sabaneta e Itagüí que posteriormente se analizaran. El hecho que el potencial electoral aumente progresivamente para cada elección y establezca una relación directa de proporcionalidad con el ascenso en la tendencia de la línea base para candidatos electos, no necesariamente indica la existencia de una relación de causalidad directa. Las tendencias del cálculo base, analizadas detalladamente entre cada periodo de elección (intervalo) y no desde un punto de inicio-llega lineal, demuestran que existen factores coyunturales que marcan descensos en éste, principalmente, y en menor medida en el voto en blanco y participación electoral. Dentro del análisis por la regularidad de los partidos políticos en el escenario electoral del municipio de Envigado, nuevamente aparece el Partido Liberal dominando en el escenario. Los candidatos electos para los periodos 2007 y 2011 lo han sido mediante el aval y representación de éste. El Partido Polo Democrático Alternativo es el segundo en cuanto a regularidad, no obstante en ninguno de las dos elecciones su candidato ha sido protagonista de la contienda. La percepción favorable o desfavorable de la gestión de los candidatos, ciertamente compromete al partido y su imagen, y es claro que, en circunstancias cuando devienen administraciones con crisis de legitimidad, esto incide en la percepción de favorabilidad y adeptos del partido para efectos de la campaña siguiente. La tendencia del voto en blanco muestra que éste no tendrá mayor incidencia en las próximas elecciones. La curva de distribución muestral presenta un crecimiento progresivo, sin embargo, éste coincide con el aumento sostenido en el potencial y participación electoral (Grafico 4).

Municipio de Envigado

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Con esto, el voto en blanco en una tendencia normalizada sugiere que el escepticismo electoral no es un fenómeno generalizado en el municipio de lo cual que se pueda situar un periodo de crisis en la confianza electoral.

El municipio de la Estrella muestra una tendencia normalizada en el promedio para los candidatos que han resultado electos en las tres últimas elecciones a la Alcaldía. El candidato que aspira a ganar el próximo 25 de octubre debe intentar superar el número de 7.868 votos como media aritmética que resulta de promediar el valor de las elecciones anteriores (Grafico 5). El porcentaje del electorado con el cual han resultado elegidos los tres últimos alcaldes lo han sido para los años 2003, 2007 y 2011 con un porcentaje del 46.9%, 42% y 41%, respectivamente. Esto supone que pese a una tendencia creciente en la de proyección, el nivel de votos con relación al potencial electoral con los que han sido elegidos los alcaldes ha disminuido. Para el caso de la Estrella, el Partido Liberal es una vez más la fuerza política más consolidada y regular de los últimos tres comicios. Su candidato como propuesta ha resultado electo para las elecciones de 2003 y 2007. Para éstas, el Movimiento ALAS - Equipo Colombia siempre le antecedió. En las elecciones de 2011, resultó electo el candidato del Partido Social de Unidad Nacional. El voto en blanco muestra una tendencia normalizada, su incremento progresivo responde al aumento en el potencial electoral en cada una de las elecciones, pero estadísticamente no es razón para pensar que éste resulte un factor clave para avizorar el panorama electoral del próximo 25 de octubre (Grafico 6). No es posible entonces, establecer una relación de proporcionalidad directa entre el aumento del potencial electoral y el número de votos en blanco. La participación, a diferencia del voto en blanco, sí presenta una relación directa con el aumento del potencial electoral. Para 2003, 2007 y 2011, el número de sufragantes aptos fue de 28.781, 32.406 y 39.829, respectivamente. Esto contrasta con el ascenso en la curva de distribución muestral que mide la participación electoral (Gráfico 6). La participación, en porcentajes del potencial electoral, muestra que ha habido una evolución del 54.8%, 55.7% y 56.1%, para los años 2003, 2007 y 2011, respectivamente. Pese a que La Estrella en uno de los pocos municipios en el área metropolitana que mantiene índices de participación electoral por encima del 50%, no deja de ser importante el cuestionamiento propio de los candidatos para alcanzar el aval ciudadano con una amplia participación que les permita siquiera obtener un capital electoral en su persona de la mitad del electorado (50%).

Municipio de La Estrella

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EL municipio de Sabaneta presenta que entre las elecciones de 2003 y 2007 hubo un incremento considerable en el número de votos con el cual fue electo cada candidato. Sin embargo, para las elecciones de 2011, este número descendió 903 votos, aun cuando el potencial entre unas y otras elecciones había aumentado de 27.298 a 35.095 electores aptos. El promedio de la línea base sugiere que el candidato que aspire poder ser elegido para los próximos comicios debe calcular un capital electoral en su persona superior a 7.347 votos (Grafico 7). Que la magnitud de la proyección para de candidatos electos se presente inversamente proporcional a la tendencia del potencial electoral, no es situación que suponga una crisis de escepticismo o desconfianza política, pero sí un punto en el que la legitimidad para el candidato adquiere mayor relevancia al momento de hacer viable las condiciones de su gobierno. De no lograr el candidato electo un conceso y confianza política durante su mandato, es posible que el punto de inflexión trascienda a lo que puede ser, ahora sí, una crisis de escepticismo y confianza política. Los porcentajes del caudal electoral de cada candidato electo sobre el total del potencial electoral, muestra que para las elecciones de 2003, fue de 33.62%; para 2007, de 40.5% y para 2011 del 30.5%. Estos porcentajes resultaron en tanto el potencial electoral creció progresivamente en 27.298 personas aptas para 2003; 35.095 para 2007 y 43.396 para las elecciones de 2011. Nuevamente, la línea base no responde a la dinámica de la tendencia en la curva de distribución muestral del potencial electoral; esto sugiere que el aumento en la proyección de una elección a otra tenga relación más a factores políticos, imagen, favorabilidad y legitimidad, que al aumento en la variable de la cantidad de votantes aptos. Por otra parte, el voto en blanco será un detalle menor para el próximo 25 de octubre. Su tendencia no muestra grandes variaciones o puntos de inflexión (Gráfico 8). Esto permite señalar que el denominado voto de opinión no recae sobre un sector consolidado que resulte ser decisivo. Ahora bien, al hacer esta afirmación, habría que considerar que estos sectores no siempre emiten su voto en blanco o como desaprobación al proceso administrativo que lleva la Alcaldía en los últimos 12 años. Los sectores propios en emitir un voto de opinión, por lo general lo hacen sobre un candidato. No obstante, la existencia de éste solo se comprueba en momentos para los cuales, en una amplia baraja de candidatos, el voto en blanco obtiene votaciones considerables. Además, si se analiza las diferentes fuerzas políticas que con regularidad convergen en la disputa voto a voto, es posible evidenciar que no es para este caso el que los candidatos hayan sido elegidos por un amplio porcentaje de votos de opinión.

Los partidos políticos que se destacan por su regularidad en las diferentes elecciones a la Alcaldía de Sabaneta son el Movimiento ALAS – Equipo Colombia, del cual fue elegida su propuesta para las elecciones de 2003 y 2007, y segundo el Partido Conservador del cual fue elegido su candidato en el 2011 , pese a haber despeñado un papel poco protagónico en las elección es de 2003 resultando su propuesta última por votación.

Municipio de Sabaneta

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El caso de Itagüí, junto al de Caldas, Sabaneta, Medellín y Girardota, permite falsear la tesis que indica que el aumento en la tendencia de proyección para los candidatos electos responde directamente al aumento en la tendencia del potencial electoral, descartando factores políticos de incidencia en cada una de las elecciones. Entre las elecciones de 2003 y 2007 hubo una disminución considerable en el número de votos con los cuales resultó electo cada candidato (Gráfico 9). El potencial electoral para este mismo intervalo fue 186.071 para 2003 y de 201.494 aptos para 2011. Así, mientras hubo 15.423 nuevos posibles votantes para el 2007, la línea base para candidatos electos disminuyó en 3.774 votos. La participación ciudadana entonces, entra a ser un factor importante de análisis, pues para este mismo intervalo la participación pasó del 41.99% al 48.84%. Más aun, entre el intervalo de 2007 a 2011, la tendencia de proyección aumenta, pero no alcanza el valor del número de votos para 2003, esto cuando el potencial electoral ha aumentado en 14.819 personas aptas para votar. Los candidatos a la Alcaldía de Itagüí deben calcular obtener un promedio de 41.563 votos para aspirar ser elegidos el 25 de octubre. El porcentaje en el número de votos para candidatos electos sobre el total de participación en cada una de las elecciones ha evolucionado en 55.94% para 2003; 40.56% en las elecciones de 2007 y del 39.6% para 2011. Es evidente aquí que la preocupación de los candidatos a las próximas elecciones debe ser necesario que lo hagan con un buen porcentaje de votos sobre la tasa de participación y que esta misma presente índices plausibles, pues la evolución en los porcentajes del caudal electoral de cada candidato electo en relación a de participación total viene en decrecimiento. Esto puede ser señal de un fenómeno de escepticismo que derivará, muy posiblemente en caso de continuar el descenso, en una dificultad para el próximo alcalde en la necesidad de legitimarse vía proceso electoral y no sobre la marcha en su gestión administrativa. La curva de distribución muestral que define el voto en blanco, resulta, como por lo general lo ha sido éste en la mayoría de municipios del área metropolitana, un factor sin relevancia que no permite inferir mayores eventualidades en las próximas elecciones. Lo que demuestra la estadística es que esta tendencia continuara normalizada aun cuando el potencial electoral y la participación aumenten considerablemente para cada una de las elecciones (Gráfico 10). El Movimiento ALAS – Equipo Colombia es la fuerza política más regular entre los tres periodos electorales analizados. Para 2003 y 2007, su candidato fue elegido, aunque no se explique el por qué, entre una y otra votación, el número de votantes haya disminuido significativamente para una misma fuerza política. Para las elecciones de 2011, fue elegido el candidato del Partido Conservador con un porcentaje mayor en votos y participación que el candidato antecesor.

Municipio de Itagüí

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La tendencia de proyección para candidatos electos para Medellín presenta un aumento considerable en el intervalo entre elecciones de 2003 y 2007 en 67.193 votos. Para el intervalo entre elecciones de 2007 y 2011, la tendencia en la línea desciende en 37.475 votos aunque éste no coincide con una disminución en el potencial electoral, de hecho, entre este periodo aumenta en 162.823 nuevos posibles electores. La tendencia de proyección tiende a estandarizarse para las próximas elecciones en 241.178 votos que sería el número sobre el cual los candidatos deben estar haciendo sus cálculos para tener serias posibilidades de hacerse con el mandato (Gráfico 11). Este número posiblemente aumente en razón del incremento en la tendencia que muestra tanto el potencial electoral, como la participación ciudadana en los comicios. Esta última, presenta una evolución en 45.52%, 52.84% y 50.31%, para las elecciones de 2003, 2007 y 2011, respectivamente. La cifra no es un buen índice de legitimidad para este caso, pues la decisión, está claro, se está tomando entre el 50% del electorado y esto en términos de viabilidad para la gestión pública se complica cuando es analizada la evolución del porcentaje de votos del candidato electo en relación al porcentaje de participación. Así, para las elecciones de 2003, dicho porcentaje corresponde al 45.69%; para las elecciones de 2007 al 44.4% y para 2011, un porcentaje de votos sobre el total de participación del 37.68%. El porcentaje de votos con el cual es electo un mandatario con relación al total de participación ciudadana y al mismo tiempo éste sobre el potencial electoral, no es trivial. Estadísticamente es la fórmula que permite entender el proceso de legitimidad que para el caso de un gobernante es esencial consolidar a su favor desde el inicio hasta el final de su mandato. El reto para el próximo alcalde de Medellín es lograr ser elegido acaparando un alto porcentaje de votos, en medio de unas elecciones de alta participación, pues la ciudad espera por decisiones que, aunque en los debates electorales se dicen tomar a consideración del alcalde en sus propuestas, en realidad requieren de un gran consenso de la ciudadanía. La manera en que el alcalde elegido en una democracia representativa puede hacer viable este consenso no es otra que siendo electo por una amplia mayoría del potencial electoral. El voto en blanco no será cuestión decisiva en las próximas elecciones, o por lo menos no tendrá un papel protagónico, por lo que presenta la curva de distribución muestral la cual tiende a normalizarse (Grafico 12). La participación electoral, aunque en un incremento progresivo, no es significativo para el último intervalo (2007 – 2011) en comparación con el primer intervalo (2003 – 2007). Esto sugiere que el número de votos que arroja el promedio para 2015 (Gráfico 11) no sea significativamente mayor y pueda ser con ello apenas suficiente para alcanzar la Alcaldía. Por otra parte, en torno a las fuerzas políticas que han desempeñado un papel protagónico en las últimas elecciones y puedan ser objeto de análisis para aclarar el panorama de las elecciones el próximo 25 de octubre, se destaca el partido Alianza Social Independiente, para este momento Alianza Social Indígena, por su regularidad. En las elecciones tanto de 2003 como de 2007 su propuesta fue elegida. Para el 25 de octubre presentará candidato en coalición con el Partido Alianza Verde. En las elecciones de 2011 la propuesta elegida fue la del Partido Liberal, no obstante para las próximas elecciones no tendrá representante.

Municipio de Medellín

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El fenómeno electoral en el municipio de Girardota presenta una particularidad en el segundo intervalo de la curva de distribución muestral (2007 – 2011). Está claro que la tendencia al aumento en la tendencia de proyección para candidatos electos ocurre ciertamente en razón al aumento en el potencial electoral y participación ciudadana, cosa que para estas dos últimas variables ocurre sin excepción para cada una de las elecciones en todos los diez municipios. Sin embargo, lo que se ha intentado analizar y profundizar aquí es el fenómeno contrario, es decir, cuando ocurre que la tendencia de proyección disminuye aun cuando el potencial y la participación electoral aumentan. De allí, la estadística se agota en los recursos interpretativos y permite al análisis político entender la dinámica detrás de los números a partir de otros elementos como la legitimidad, el escepticismo o la desconfianza política. En el primer intervalo (2003 – 2007) ocurre lo esperado: la tendencia de proyección asciende en proporción al aumento en el potencial electoral. Para el segundo intervalo (2007 – 2011) la tendencia de proyección de candidatos electos disminuye, aun cuando el potencial electoral ha evolucionado en 24.136, 28.602 y 36.086 para 2003, 2007 y 2011, respectivamente (Gráfico 13). De continuar esta tendencia para las próximas elecciones, habría un gran cuestionamiento para el candidato en relación a entender por qué el candidato electo a las elecciones de 2007 lo logró con un nivel de votación que sus sucesores no lograron conseguir, y más importante aún, preguntarse si ello le permitió mayor maniobrabilidad de éste frente al candidato electo en el 2011. Los candidatos para la Alcaldía de Girardota deben calcular estar sobre los 9.301 votos para aspirar a su elección el próximo 25 de octubre e intentar igualar una cifra bastante plausible como la presentada en las elecciones pasadas (2011) en las que el candidato resultó electo con un porcentaje sobre el total de participación ciudadana del 69.27%, es decir, verdaderamente por la mayoría de votantes, los cuales para el total del potencial electoral representaban el 60%. Más allá de consideraciones y valores democráticos, el obtener una votación para un candidato en porcentajes superiores a la mitad más uno de los votantes, y que en ellas haya participado la mayoría del electorado, representa garantías de gobernanza. Ahora bien, esto puede depender ciertamente de los actores de alta influencia política con los cuales el candidato también deberá apostarle a la legitimidad. Pero el ejercicio electoral de lo que se ocupa es, en primera medida, de reorientar la dirección de las fuerzas entre la sociedad para con el gobernante. El ejercicio de legitimidad entre el gobernante y los actores del sector político y económico se debaten en un terreno que no es el electoral. El voto en blanco presenta una tendencia normalizada de la cual se infiere no será elemento clave para las próximas elecciones, pues regularmente no supera el 5% en votación sobre el total de sufragantes. La participación por su parte, se espera continúe en aumento, ya sea por su relación directa con el aumento en el potencial electoral o por una motivación general de los ciudadanos en decidir verdaderamente el curso de las decisiones públicas de su municipio para el periodo 2016 – 2019 (Gráfico 14).

Municipio de Girardota

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La tendencia de proyección para candidatos electos del municipio de Copacabana muestra lo esperado: un aumento normal en los votos que responde en mayor medida a un aumento en el potencial electoral. El candidato que espera ser elegido el próximo 25 de octubre debe intentar superar el número de 8.729 votos, previendo conseguir algo más, pues la medición del promedio (media aritmética) toma aisladamente los datos y determina un punto medio, pero no considera la variación en el potencial lectoral ni la tendencia a la alza en la participación de los ciudadanos (Gráfico 15). El porcentaje de los votos de los candidatos electos sobre el total de la participación para las elecciones de 2003, 2007 y 2011, es del 34.36%, 38.74% y 36.59%, respectivamente. El panorama en relación a la legitimidad pareciera mejorar con el aumento en la participación toda vez que la evolución en el porcentaje de abstencionismo en el municipio para el mismo periodo fue del 47.79%, 46.11% y 44.06%. No obstante, es claro que las cifras siguen siendo irrisorias en el interés porque el candidato sea elegido realmente por una mayoría de participación y en potencial electoral. Los partidos políticos que por su regularidad en las elecciones parecieran tener un proyecto político para el municipio, se destacan el Partido Cambio Radical y el Partido Liberal; el primero, para las elecciones de 2003, fue electo su candidato, en tanto para 2007 fue segundo. El Partido Liberal, en las elecciones de 2003, su candidato fue segundo, en tanto para las de 2007 resultó electa su propuesta. Para las elecciones de 2011 ambos partidos presentaron candidato, sin embargo, los resultados no fueron positivos para ninguno. En esta ocasión resultó elegido el candidato por el Movimiento de Inclusión y Oportunidades con 9.835 votos. La curva de distribución muestral para la participación ciudadana en los últimos tres comicios presenta un incremento. La tendencia del voto en blanco, por su parte, no refleja una relación de proporcionalidad directa con este aumento y tiende, por el contrario, a normalizarse sobre los 1.288 votos, es decir, al 4..5% del potencial electoral. La tendencia de proyección para candidatos electos para el municipio de Bello está marcada por varias particularidades en los intervalos de la distribución muestral. Mientras para las elecciones de 2003 y 2007 el índice de la tendencia de proyección se elevaba casi al doble de número de votos de la elección inmediatamente anterior, cosa que no es normal como ya se ha visto en el análisis a los demás municipios, para las elecciones de 2007 solo se presentó una propuesta de candidato y, ante la eventualidad, ganó el voto en blanco elevándose considerablemente sobre el nivel de los 48.808 votos de la elección de 2007 (Gráfico 17).

Municipio de Copacabana

Municipio de Bello

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Más allá de un promedio entre los tres datos, lo cierto es que ante los sucesos atípicos en las diferentes elecciones del municipio de Bello, no es posible establecer un número de votos con el cual los candidatos puedan calcular su caudal electoral para avizorar una victoria el próximo 25 de octubre. De los diez municipios del área metropolitana, el panorama de Bello es el más incierto. El ejercicio más adecuado con el cual los candidatos pueden establecer su tendencia de proyección es remitiéndose al número de votos obtenidos por el candidato electo de las elecciones de 2007, aunque desde entonces el potencial electoral ha aumentado significativamente y no se logra establecer estadísticamente el incremento bastante significativo entre las elecciones de 2003 y 2007 en el promedio de la línea base (Gráfico 17). Con la opción en blanco con el mayor número de votos recibidos, por normatividad que dispone el artículo 258 de la Constitución Política de Colombia, se convocaron a unas nuevas elecciones programadas para menos de un mes y medio, donde, de resultar elegida nuevamente la opción en blanco, se elegiría al segundo candidato con mayor votación. Para tales comicios no hay registro de escrutinio por parte de la Registraduría Nacional. Para el gráfico 18, se evidencia entonces un punto de inflexión en la tendencia del voto en blanco, sin embargo, por lo anormal del contexto en el que solo hubo una propuesta de candidato, no hay elementos objetivos para interpretar ésta como crisis de escepticismo político. La pregunta pasaría más por preguntarse el porqué de una sola propuesta de elección (Gráfico 18). El municipio de Barbosa es interesante para su análisis en el establecimiento de la tendencia de proyección, no por la dinámica de ésta con relación a la variable del potencial electoral, sino por la tendencia al bajo porcentaje de electores para el candidato electo, lo cual, se traduce un déficit de legitimidad y, en consecuencia, dificultades para su gestión pública. Para las elecciones de 2003, 2007 y 2011, la línea base presenta un aumento que coincide con el aumento en el potencial electoral para cada año. Los candidatos en este sentido, deben prever partir de obtener un caudal electoral de por lo menos 5.814 votos para aspirar, con un nivel de votación un poco mayor, elegirse como alcaldes (Gráfico 19). No obstante, la preocupación de los candidatos debe ir más allá de calcular su tendencia de proyección, su preocupación debe estar centrada, como ya se anunciaba, en cómo alcanzar una votación en porcentajes que, comparados con el nivel de participación, sean significativos para el alcance una legitimidad. La evolución en el porcentaje de votos de los candidatos electos para los años 2003, 2007 y 2011, es de 28.85, 31.25% y 39.24%.

Municipio de Barbosa

DEBATE METROPOLITANO Boletín informativo del

INSTITUTO DE ESTUDIOS METROPOLITANOS Y REGIONALES

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El total de votos de cada candidato electo, calculado sobre el total de personas aptas para ejercer su derecho al voto, aun sin contabilizar la participación, permitiría dar con el grado de legitimidad de un gobernante en relación a todo su electorado. Así, para 2003 el grado legitimidad del alcalde correspondió a un 15.7%; para el alcalde electo en el 2007, su grado de legitimidad otorgado por el electorado fue del 18.1% y para el candidato elegido en 2011, su porcentaje correspondió al 23.59%. Con esto, el análisis no puede establecerse en otro sentido que el evidenciar una crisis en el proceso electoral que no les permite a los mandatarios ser avalado en su gestión siquiera por 1/3 del total de ciudadanos aptos para votar de su municipio. Finalmente, la tendencia en la curva de distribución muestral tanto del voto en blanco como de participación, no presenta mayores novedades con relación a la tendencia en los demás municipios. El voto en blanco no será por tanto elemento clave que permita evidenciar alteraciones en la confianza política o escepticismo del electorado; así mismo, lo que se espera con el aumento en el potencial electoral para el cual Barbosa no es la excepción dentro del área metropolitana, es que la participación aumente.