1. EL IMPERIO El Principado (I a.C.-III d.C.) El Imperio romano
como sistema poltico surgi tras las guerras civiles que siguieron a
la muerte de Julio Csar, en los momentos finales de la Repblica
romana. Recordemos que Csar se haba hecho nombrar Dictator
(dictador) y cnsul vitalicio. Su osada la pag con la muerte en las
escalinatas del Senado, lo que supona el restablecimiento de la
Repblica, cuyo retorno, sin embargo, sera efmero, pues su hijo
adoptivo, Octavio, acab implantando un sistema poltico imperial, el
PRINCIPADO, que mantena en apariencia las formas republicanas.
Octavio fue enviado aos ms tarde a combatir contra la ambiciosa
alianza de Marco Antonio y Cleopatra. A su regreso victorioso
Augusto asegur el poder imperial con importantes reformas y una
unidad poltica y cultural (grecorromana) centrada en los pases
mediterrneos El nuevo sistema poltico se basaba en la autoridad
personal y la legitimidad que ofrecan las instituciones
republicanas. Para evitar disputas por el trono, Augusto fij un
sistema sucesorio, por el cual el emperador elega a su sucesor,
normalmente un miembro de su gens. Cuando el heredero no era su
hijo,nombraba al elegido hijo adoptivo. El principado se mantuvo en
lo esencial a lo largo de ms de 400 aos a travs de autnticas
dinastas familiares. El Imperio romano (III- IV) Durante la etapa
imperial se sucedieron tres dinastas (Julia,Claudia, Flavia y
Antonina) y los dominios de Roma siguieron aumentando hasta llegar
a su mxima extensin durante el reinado de Trajano, momento en que
abarcaba desde el Ocano Atlntico al oeste hasta las orillas del Mar
Caspio, el Mar Rojo y el Golfo Prsico al este, y desde el desierto
del Sahara al sur hasta las orillas de los ros Rin y Danubio al
norte. Su superficie mxima estimada sera de unos 6,5 millones de
km2. El fin del Imperio Diocleciano, por primera vez, dividi el
imperio para facilitar su gestin. El imperio se volvi a unir y a
separar en diversas ocasiones siguiendo el ritmo de guerras
civiles, hasta que, a la muerte de Teodosio, qued definitivamente
dividido entre sus dos hijos Honorio y Arcadio. A su hijo Arcadio
le entreg el Imperio romano de Oriente con capital en
Constantinopla. Esta zona, sin duda la ms rica, poblada, estable y
menos amenazada, sobrevivi durante mil aos fuertemente influida por
elementos sociopolticos de tipo oriental con el nombre de Imperio
Bizantino. La parte occidental del imperio con capital en Roma se
la entreg a Honorio. Esta regin amenazada por las invasiones
germanas se fue desintegrando hasta que en el ao 476 el hrulo
Odoacro conquist Roma y
2. depuso al ltimo emperador de Occidente. El imperio Oriental,
bajo el nombre de Imperio bizantino, se mantuvo hasta que en 1453
Constantinopla cay bajo el poder otomano. Con el colapso del
Imperio romano de Occidente finaliza oficialmente la Edad Antigua
dando inicio la Edad Media . La Romanizacin. La conquista de
Hispania. INTRODUCCIN Por Romanizacin se entiende el lento proceso
de ASIMILACION de la lengua (latn), la Cultura, la Civilizacin y el
modo de vivir de los romanos, que experimentaron las regiones
conquistadas por Roma. Hispania ha sido siempre considerada como el
baluarte del romanismo, la provincia ms romanizada de Occidente: la
Btica era una pequea Italia en Hispania. La II guerra Pnica decidi
el destino de Espaa, dudosa entre las influencias oriental,
helnica, celta y africana. En el 218 a. C., con el desembarco de
Escipin en Ampurias, empieza la ROMANIZACIN de Hispania. El grado
de intensidad de "la romanizacin" en las distintas zonas de la
geografa hispana fue diferente, dependiendo este hecho de la fecha
ms o menos temprana de la conquista y del talante ms o menos hostil
de los aborgenes. En la provincia Btica, zona coincidente en gran
parte con la actual Andaluca, se produce la coincidencia de los dos
factores que potencian la rpida absorcin de la romanidad, ya que no
solo fue una de las zonas conquistadas en poca ms temprana, sino
que adems fue bastante hospitalaria con los invasores. Conquistada
La Btica, los romanos la utilizaron como escudo para la contencin
de los agresivos lusitanos y como plataforma para la progresiva
conquista territorial. Incluso la vida social y la actividad
cultural se dejaban sentir en la poblacin del sur de la Pennsula,
como lo demuestran las importantes personalidades literarias y
polticas que de esta zona surgieron y las importantes obras
arquitectnicas y de ingeniera romanas. LOS FACTORES DE ROMANIZACIN.
a) Fomento de la urbanizacin: El pueblo romano e ra principalmente
urbano. Vivan en la urbs y ese era el modelo de poblacin que
exportaron a todo el Imperio. No entendan la civilizacin si no era
en las ciudades, as los que se establecan en las provincias,
(veteranos de guerra, emigrantes de Roma o Italia), lo hacan en
ciudades, la mayora de las veces creadas expresamente para ellos
(las colonias). Desde la primera, Itlica, fundada por Escipin en el
206 a.C., la creacin de este tipo de ciudad de nueva
3. planta o junto a ncleos de poblacin preexistentes fue
constante, sobretodo en la poca de Csar y de Augusto; en ellas est
el origen de muchas ciudades espaolas, como Mrida, Barcelona,
Zaragoza, Cceres, Valencia, Palma, Tarragona, Elche, etc. Adems,
los romanos potenciaron el crecimiento de las ciudades indgenas,
otorgando a muchas de ellas el estatus jurdico privilegiado de
municipium, que en algunos casos supona la concesin de la ciudadana
romana a sus habitantes. Su fin era que los hispanos abandonaran
sus aldeas y se concentraran en las ciudades, y as se integraran
con ms facilidad en el estilo de vida romano, y fueran ms fciles de
controlar. Antiguos municipios romanos son las actuales Lrida,
Huesca, Sagunto, Tortosa, Calatayud, Calahorra, etc. En las
ciudades, los hispanorromanos se impregnaban de la cultura romana:
aprendan la lengua latina, practicaban los cultos religiosos
oficiales (el culto a Roma y al emperador), se beneficiaban de los
servicios pblicos (acueductos, alcantarillados, mercados, termas,
etc.) y existan espectculos tpicos romanos (teatro, carreras de
carros y caballos, luchas de gladiadores), para los que los romano
construyen magnficos recintos en las ciudades importantes. As mismo
podan mandar a sus hijos a las escuelas, participar en las
instituciones (en las asambleas y, caso de que fueran ricos, en el
Senado y en las Magistraturas). La prueba de la eficacia de ste
factor de romanizacin es que all donde la concentracin urbana fue
mayor, la romanizacin fue tambin ms temprana y ms intensa. b) El
ejrcito: Un factor decisivo de la romanizacin cultural fue el
ejrcito, ya que se convirti en el instrumento fundamental de
control y dominio de las provincias. En primer lugar, los
legionarios fueron el primer y ms abundante tipo de romano con que
estuvo en contacto la poblacin indgena durante la poca de la
conquista. Sus cuarteles atraan a sectores marginados de la
poblacin indgena, las parejas mixtas eran abundantes y se
instalaban alrededor formando ciudades. Otro importante factor de
romanizacin fueron las colonias de veteranos de ejrcito romano,
que, al licenciarse reciban como premio casa y tierras donde
establecerse. ste fue el caso de las dos grandes ciudades de
Hispania: Itlica, para lo veteranos (socii italianos) de la segunda
guerra Pnica, y Mrida, para los de las guerras Cntabras. El ejrcito
contribuy ms a la asimilacin de las zonas ms pobres y menos
civilizadas con el reclutamiento de hispanos como mercenarios;
estos soldados adquiran automticamente el Derecho de Ciudadana. En
poca Imperial los contingentes aumentaron, ya que los romanos los
necesitaban para sus guerras de conquista y para mantener las
fronteras del Imperio. Una vez romanizados, estos soldados ya
veteranos volvan a su tierra y se convertan en focos de
romanizacin. c) La red de comunicaciones: El pueblo romano sostuvo
un gran
4. mantenimiento de una tupida red de calzadas por todo el
imperio, reforzada con puentes y tneles. Los mviles de ese esfuerzo
eran estratgicos, econmicos y polticos. En Espaa las calzadas ms
importantes (actuales autopistas y autovas) eran las llamadas Va
Augusta, que se diriga desde Cdiz a la costa Mediterrnea, y por
ella continuaba hasta la Galia y despus a Roma; o las que iban
enlazando las capitales de las distintas provincias, como la Va de
la Plata, que una Astorga, Mrida y Sevilla. Aparte de las calzadas
mayores haba multitud de caminos que cruzaban de un lado a otro los
conventus de cada provincia. Los restos de su caracterstico
empedrado se pueden encontrar por toda Espaa, al lado o debajo de
nuestros caminos y carreteras. Algunos de los puentes siguen
aguantando el trfico actual, como el de Crdoba o el de Andjar. Los
abundantsimos vestigios de estas obras pblicas constituyen una de
las muestras ms caractersticas, elocuentes y perdurables de nuestra
romanidad. La romanizacin se mostr tambin en la penetracin de la
religin romana y, sobre todo, de las religiones orientales
importadas por Roma (culto de Cibeles, Mitra, cristianismo); en
costumbres de la vida cotidiana (dormir la hora sexta > siesta)
en el uso de vestimentas y ajuares; en los tipos constructivos, ya
en obras pblicas, ya en vivienda privada; en el uso de los nombres
romanos con su praenomen, nomen y cognomen; en el uso de la moneda
y medidas romanas; en la aceptacin del Derecho Romano frente a las
costumbres tribales; en las prcticas comerciales y asociacionistas
(collegia); en la llegada de hispanos a Roma como emperadores
(Trajano y Adriano), magistrados o literatos (Sneca); o en la
presencia de hispanos como legionarios desde Britania a
Mesopotamia. La insercin de la Pennsula en el mundo romano supuso
una mayor apertura a los intercambios comerciales y culturales con
el Mediterrneo y ms all, en una identificacin con los habitantes
tambin romanizados de Asia, frica y resto de Europa. Todava en
torno al ao 500 el sur peninsular se resistir a la penetracin
germnica y mantendr lazos de unin con el Imperio romano de Oriente,
que posibilitarn la reconquista bizantina de la zona y su
mantenimiento hasta el siglo VII, como una consecuencia de ocho
siglos de historia y tradicin en torno a la idea y al nombre de
Roma. 2 Augusto (27 a. C.-14 d. C.)
5. 3 La dinasta Julia-Claudia (27 a. C.-69 d. C.) 3.1 Tiberio
(14-37 d. C.) 3.2 Calgula (37 - 41 d. C.) 3.3 Claudio (41-54 d. C.)
3.4 Nern (54-68 d. C.) 3.5 Galba 3.6 Otn 3.7 Vitelio 4 La dinasta
Flavia (69-96 d. C.) 4.1 Vespasiano (69-79 d. C.) 4.2 Tito (79-81
d.C.) 4.3 Domiciano (81-96 d.C.) 5 Los Cinco Buenos Emperadores (96
- 180 d.C.) 5.1 Nerva (96-98 d.C.) 5.2 Cmodo 6 La dinasta Severa
(193-235 d.C.) 6.1 Septimio Severo (193 - 211) 6.2 Caracalla (211 -
217) 6.3 Macrino (217 - 218) 6.4 Heliogbalo (218 - 222) 6.5
Alejandro Severo (222 - 235) 7 Crisis del siglo III (235-284) 7.1
Emperadores ilirios (268-284) 8 El Bajo Imperio (284-395) 8.1
Diocleciano y la Tetrarqua (284-395) 8.2 La dinasta Constantiniana
(305-363) 8.3 La dinasta valentiniana (364-395) 8.4 La divisin del
Imperio (395-476 / 1453) 9 El fin del Imperio romano de Occidente
(395-476) 10 Supervivencia del Imperio romano de Oriente (395-1453)
11 El Imperio restaurado: el Sacro Imperio Romano (800-1806)
6. 3 La dinasta Julia-Claudia (27 a. C.-69 d. C.) 3.1 Tiberio
(14-37 d. C.) 3.2 Calgula (37 - 41 d. C.) 3.3 Claudio (41-54 d. C.)
3.4 Nern (54-68 d. C.) 3.5 Galba 3.6 Otn 3.7 Vitelio 4 La dinasta
Flavia (69-96 d. C.) 4.1 Vespasiano (69-79 d. C.) 4.2 Tito (79-81
d.C.) 4.3 Domiciano (81-96 d.C.) 5 Los Cinco Buenos Emperadores (96
- 180 d.C.) 5.1 Nerva (96-98 d.C.) 5.2 Cmodo 6 La dinasta Severa
(193-235 d.C.) 6.1 Septimio Severo (193 - 211) 6.2 Caracalla (211 -
217) 6.3 Macrino (217 - 218) 6.4 Heliogbalo (218 - 222) 6.5
Alejandro Severo (222 - 235) 7 Crisis del siglo III (235-284) 7.1
Emperadores ilirios (268-284) 8 El Bajo Imperio (284-395) 8.1
Diocleciano y la Tetrarqua (284-395) 8.2 La dinasta Constantiniana
(305-363) 8.3 La dinasta valentiniana (364-395) 8.4 La divisin del
Imperio (395-476 / 1453) 9 El fin del Imperio romano de Occidente
(395-476) 10 Supervivencia del Imperio romano de Oriente (395-1453)
11 El Imperio restaurado: el Sacro Imperio Romano (800-1806)