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El Sistema Salarial es un tema delicado ya que involucra al gobierno, la inversión privada, la fuerza laboral, y la política del país, un salario mínimo demasiado elevado o demasiado bajo sólo generará ineficiencia, bajo crecimiento económico y/o inflación y desempleo. Es una cuestión de economía básica: las leyes de oferta y demanda no se pueden derogar, por más que los políticos populistas nos quieran convencer de lo contrario. Lo que hoy sucede en México es sólo una muestra de lo que puede ocurrir cuando un gobierno trata de ir en contra de las fuerzas elementales del mercado. Como cualquier otro precio, el salario equilibra la oferta y la demanda de empleo y desempleo, por lo que un salario distinto al equilibrio sólo creará desempleo o escasez de mano de obra. Los salarios no se pueden fijar por decreto. Para un político populista es muy fácil decir que el sueldo 'justo' debe ubicarse en 100, 300 o 400 pesos, pero no podemos evadir o invalidar las leyes de oferta y demanda. Como nos recuerda Murray N. Rothbard, “en realidad, sólo hay una forma de pensar en el salario mínimo: es desempleo obligatorio. La ley dice: es ilegal para cualquier empresario el contratar a alguien por menos de X pesos por día o por hora. Esto implica que un número importante de contratos laborales, libres y voluntarios, o subcontratados, serián arbitrariamente declarados ilegales y que por lo tanto, el desempleo aumentará. Consideremos que la Ley de Salarios Mínimos no ofrece fuentes de empleo, sólo las declara ilegales y el ‘empleo ilegal’ es el resultado inevitable”. Después de todo, si el salario mínimo es tan efectivo para acabar con la pobreza, ¿por qué dejarlo en 73.04 pesos? ¿Por qué no subirlo a 80, 170, 200, 300 o 400 pesos? Sistemas Salariales Perla Paulina Ramírez Corral 24/11/2016

El sistema salarial

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El Sistema Salarial es un tema delicado ya que involucra al gobierno, la inversión privada, la fuerza laboral, y la política del país, un salario mínimo demasiado elevado o demasiado bajo sólo generará ineficiencia, bajo crecimiento económico y/o inflación y desempleo.

Es una cuestión de economía básica: las leyes de oferta y demanda no se pueden derogar, por más que los políticos populistas nos quieran convencer de lo contrario. Lo que hoy sucede en México es sólo una muestra de lo que puede ocurrir cuando un gobierno trata de ir en contra de las fuerzas elementales del mercado.

Como cualquier otro precio, el salario equilibra la oferta y la demanda de empleo y desempleo, por lo que un salario distinto al equilibrio sólo creará desempleo o escasez de mano de obra. Los salarios no se pueden fijar por decreto. Para un político populista es muy fácil decir que el sueldo 'justo' debe ubicarse en 100, 300 o 400 pesos, pero no podemos evadir o invalidar las leyes de oferta y demanda.

Como nos recuerda Murray N. Rothbard, “en realidad, sólo hay una forma de pensar en el salario mínimo: es desempleo obligatorio. La ley dice: es ilegal para cualquier empresario el contratar a alguien por menos de X pesos por día o por hora. Esto implica que un número importante de contratos laborales, libres y voluntarios, o subcontratados, serián arbitrariamente declarados ilegales y que por lo tanto, el desempleo aumentará. Consideremos que la Ley de Salarios Mínimos no ofrece fuentes de empleo, sólo las declara ilegales y el ‘empleo ilegal’ es el resultado inevitable”. Después de todo, si el salario mínimo es tan efectivo para acabar con la pobreza, ¿por qué dejarlo en 73.04 pesos?

¿Por qué no subirlo a 80, 170, 200, 300 o 400 pesos?

Si un empleado aspira a ganar más de 100 pesos por día o por hora, tendrá que capacitarse, estudiar y obtener experiencia para elevar su capital humano. Si esta persona estudiara ingeniería en cualquiera de sus ramas, un salario mínimo en 100 pesos le resultará irrelevante, porque probablemente el valor de su trabajo en el mercado será mucho mayor. Esto nos demuestra la importancia de la educación.

De manera aleatoria, la inversión en maquinaria e infraestructura hará que se produzcan más artículos por hora, que el empresario obtenga más valor por cada persona empleada al incrementar su productividad, y que el salario aumente de manera natural. Si el gobierno realmente busca una mayor prosperidad debe entonces crear las condiciones propicias para que el empresario invierta y para que la gente incremente su capital humano y no solo darles trabajos con bajos sueldos y compensaciones.

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Entre las condiciones necesarias para que el empresario invierta encontramos: el imperio de la ley, que las leyes justas y fáciles de cumplir, una mínima intervención del gobierno en la economía y derechos de propiedad claros y firmes. Es decir, que la regulación sea razonable, transparente y que el empresario no sienta la amenaza de una expropiación de su planta productiva. Para que el empresario asuma 'riesgos no asegurables' requiere de un cierto optimismo que es necesario para enfrentar un entorno frágil ya que el gobierno busca explotar no solo la clase trabajadora, al unísono busca sacar su mayor provecho de los inversionistas.

Otra forma de verlo es que, mientras un trabajador va incrementando su capital humano, asciende por una imaginaria 'escalera de salarios'. Fijar un salario mínimo es equivalente a romper con un mazo los primeros peldaños en esta escalera de oportunidad; es algo totalmente injusto para aquellos con poco capital humano, que no pudieron terminar sus estudios básicos por cualquier razón, y que de haber existido estos peldaños tendrían la oportunidad de ascender gradualmente, a lo largo de su vida, por esta escalera imaginaria.

Lo que debemos fomentar para impulsar los ingresos de las familias de manera permanente es la inversión productiva, la educación y la creación de infraestructura. La política de un 'salario mínimo', como muchas otras que impulsan los políticos populistas, es sólo una simulación que afecta terriblemente y de por vida a la gente en la base de la pirámide. Al instrumentar políticas públicas, debemos entender bien la dinámica, el entorno económico y pensar que la 'solución' puede resultar peor que la supuesta enfermedad.

Sistemas Salariales Perla Paulina Ramírez Corral 24/11/2016