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LA ESCUELA… UN ESTAR HACIÉNDOSE …. mariaelinal@g mail.com Junio 2011 Resumo: El presente trabajo tiene por objeto transitar por los pasillos de la escuela, que bambolea y oscila entre moldes y paradigmas y empina los ojos hacia la Escuela del Sujeto, que nos propone Alain Touraine. Palabras Clave: escuela, sujeto, paradigma, epistemología. *** El término Escuela, viene del griego σχολή (esk h olé) que paradójicamente significa “ocio, tranquilidad, tiempo libre”, que luego derivó hacia aquello que se hace en el tiempo libre, aquello que vale la pena hacerse, pero una definición común para todos sería el término “un lugar donde se enseña y se aprende”. Y ella solita, también ha aprendido; acompañada de la Historia se ha ido construyendo a fuerza de golpes, en sus inicios concibe una escuela tradicional, cuando sola, ella era estricta, restrictiva, esclava del orden, del poder y la autoridad, dejando una estela autoritaria e impositiva.

La escuela del sujeto

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Page 1: La escuela del sujeto

LA ESCUELA… UN ESTAR

HACIÉNDOSE…. mariaelinal@g mail.com

Junio 2011

Resumo:

El presente trabajo tiene por objeto transitar por los pasillos de la escuela, que

bambolea y oscila entre moldes y paradigmas y empina los ojos hacia la

Escuela del Sujeto, que nos propone Alain Touraine.

Palabras Clave: escuela, sujeto, paradigma, epistemología.

***

El término Escuela, viene del griego σχολή (eskholé) que paradójicamente

significa “ocio, tranquilidad, tiempo libre”, que luego derivó hacia aquello que se

hace en el tiempo libre, aquello que vale la pena hacerse, pero una definición

común para todos sería el término “un lugar donde se enseña y se aprende”.

Y ella solita, también ha aprendido; acompañada de la Historia se ha ido

construyendo a fuerza de golpes, en sus inicios concibe una escuela

tradicional, cuando sola, ella era estricta, restrictiva, esclava del orden, del

poder y la autoridad, dejando una estela autoritaria e impositiva.

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A este pasado desprestigiado, Comenius otorga el destierro y el olvido

fundando las bases, orientaciones y conceptos de las que hasta hoy identifican

a la escuela como institución educativa, tal es el caso de la división por curso

escolar, dividido en semestres , el período de vacaciones, elaboró indicaciones

teóricas acerca de cómo debe ser un libro de texto y a los maestro les dio

como misión, ser sinceros, activos, valientes y un ejemplo vivo de virtudes, las

cuales debe inculcar a sus alumnos y velar por que estos, participen

activamente en la clase , manteniendo la disciplina en cada clase.

Pero la escuela “está haciéndose” y a poco andar, se encuentra con la

modernidad, doctrina rígida que atenta contra toda verdad , quien comienza a

“pasar lista ” y están “presente” y en el primer pupitre, las instituciones

reguladoras, el Estado, la fábrica y la familia, con un control social cuyos

valores eran las ideas de progreso, esfuerzo personal y el método científico

como medio para acceder a la verdad , sin ningún tipo de cuestionamiento.

Tanto así que “la tarea más elevada” era contemplar la creación, y descubrir

sus leyes o también encontrar las ideas detrás de las apariencias”1

Entre sus compañeros figuran la disyunción, la reducción y el determinismo 2,

el primero “presenta una doble visión del mundo, en realidad, un

desdoblamiento del mismo mundo: por un lado, un mundo de objetos

sometidos a observaciones, experimentaciones, manipulaciones; y por el otro,

un mundo de sujetos planteándose problemas de existencias, de

comunicación, de conciencia, de destino”; la reducción tiene a su cargo

reducir el conocimiento del todo, al conocimiento de cada una de las partes,

logrando la fragmentación en disciplinas rígidas y estancas ; y finalmente el

determinismo “impone a todos y cada uno la fuerza imperativa de lo sagrado ,

la fuerza normalizadora del dogma, la fuerza prohibitiva del tabú. Las doctrinas

e ideologías dominantes disponen igualmente de la fuerza imperativa que

anuncia la evidencia a los convencidos y la fuerza coercitiva que suscita el

miedo inhibidor de los otros” (ibidem). El hombre, se fragmenta de tal manera,

que no puede conocerse, “juega solo” y en correspondencia con el ser divino y

las leyes racionales. Nada queda del eco de la ilustración que lo invitaba a un

“¡Sapere aude!”3

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En esta constante repitiencia, la sociedad moderna se queda en escuela ,

quien “repite como loro” cada año sus lecciones , asignaturas lineales e

inflexibles, con fuerte énfasis en el proceso enseñanza- aprendizaje, desde el

podium el profesor transmite el conocimiento organizado en un manual escolar

, la disciplina y el castigo eran suficientes para desarrollar las virtudes

humanas , verbalizar , repasa y memorizar, para luego reproducir hasta los

puntos y las comas , en una evaluación que califica en “buenos” y “malos” .

Se prepara para asistir a la escuela, el autoritarismo y tatolitarismo, que

también dicen presente y escriben con tinta indeleble, el desencanto por lo

vivido y lo que quedaba por vivir. Porque vivir significaba, obedecer al control

de todas sus libertades humanas, de pensar, de comportarse, de juzgar, de

proponer, de sentir, y de tantas otras…; todas ellas mantenían la

individualidad tras las rejas, para terminar en una lenta agonía, vivir su propio

holocausto y la muerte del sujeto.

Este “sujeto”, confinado en el ultimo asiento, se resiste a morir y desde su

invidualismo y las heridas de la fragmentación, se reconcilia con la escuela,

con el “Otro” y en una ronda recursiva, en un ir y venir de temporalidades, se

viste “sin uniformes”, pero de elegantes modas epistemológicas y

paradigmáticas, que la desasosiegan, la incomodan y la sacan de su

perplejidad y desconcierto.

Pero no muy a gusto con esta alianza, aquella escuela moderna, desea arribar

a la “Escuela del Sujeto” 4, que intenta a toda costa deconstruirse y en

permanente relación dialéctica con la sociedad, dibujar nuevas cartografía,

tejer otras y nuevas realidades y subjetividades de la infancia. Ella, la escuela,

será provocada a provocar en el “Sujeto” ,su libertad personal, re-crearlo

desde la interculturalidad, a través de la gestión democrática de la sociedad y

sus cambios”5(Ibidem)

La primera tarea de la escuela del Sujeto, será reivindicar el paso a una

“educación de la demanda, tanto individual como colectiva, ya que el sujeto

ingresa con una historia personal y colectiva, dotada de rasgos particulares,

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debiendo unir las motivaciones y los objetivos, la memoria cultural de las

operaciones que permiten participar en un mundo técnico y

mercantil.”6(ibidem). Como asimismo, adjudicarse tanto la realidad personal y

familiar del sujeto.

La segunda tarea de la escuela del Sujeto, es la de tejer hilos de diversidad

histórica y cultural, haciendo identidad en ejercicio pleno de la alteridad, que

nos invita al descubrimiento que el “él” hace del “otro”,”comenzando por la

comunicación entre varones y niñas o jóvenes de edades diferentes para

extenderse a todas las formas de comunicación intercultural”. “Una escuela

social y culturalmente heterogénea, que se redefina por la pertenencia de todos

al mismo conjunto social, cultural o nacional. Advirtiendo un mundo próximo,

simultáneo, con múltiples corrientes migratorias, en que cada uno defiende su

identidad en la diferencia.7.-(ibidem)

La tercera tarea para la escuela del Sujeto, es imprimir la voluntad de corregir

la desigualdad de las situaciones y oportunidades, observándolas y

enmendándolas activamente, “lo que introduce una visión realista y no

idealizada de las situaciones colectivas y personales, reubicando los

conocimientos y valores, en situaciones sociales e históricas concretas al

vincular ciencia, físicas y biológicas con las ciencias sociales. La escuela juega

un papel activo de democratización, al considerar las condiciones particulares

en que los diferentes niños se ven confrontados a los mismos instrumentos y

los mismos problemas “8(ibidem)

La escuela es un estado latente de un “estar – haciéndose, se obliga a “definir

una política de la educación, que la llamen por su nombre: “política del Sujeto”,

vale decir, la acción democrática, que genere reflexiones criticas e

innovadoras, comprometiendo voluntades que vivan activamente el cambio.

Suena la campana…, vamos al recreo… y en la soledad más íntima de los

actores educativos, surge una interrogante: ¿Cómo está - haciéndose la

escuela del Sujeto , propiciando en torno a ella, movimientos innovadores,

una escuela viva, co- creada , co-habitada por los alumnos , profesores,

padres, administradores, políticos y técnicos?

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BIBLIOGRAFIA:

1.-Touraine, Alain: “Critica a la Modernidad”

2.-Morin, Edgar: “Los siete saberes para la educación del futuro”

3.- Kant, Immanuel: ¿Qué es la ilustración?

4.- Touraine, Alain: La escuela del Sujeto

5.- Ibidem

6.- Ibidem

7.-Ibidem

8.-Ibidem