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¡Fieles al Deber! Colegio Tabasco Historia de México II c. Teresita de Jesús Bautista Valle Alumna: Margarita García García Grado y grupo: 3 H&S “B” No. Lista: 10 Ciclo escolar 2009-2010

La Segunda Cristiada

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¡Fieles al Deber!Colegio Tabasco

Historia de México IILic. Teresita de Jesús Bautista Valles

Alumna: Margarita García GarcíaGrado y grupo: 3 H&S “B”

No. Lista: 10

Ciclo escolar 2009-2010

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La Segunda Cristiada(1934-1938)

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Antecedentes:

En los tres años entre 1926 y 1929, nuestro país ya había sufrido una guerra cristera en donde muchos dieron sus vidas, en donde las sociedades rurales habían vivido durante siglos la ausencia del gobierno para solucionar los problemas vitales de los habitantes; mientras que la iglesia y sus representantes, siempre estuvieron presentes, la religión regulaba toda la vida cotidiana y productiva.

*Los sonorenses “contra” la iglesia

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El estallido del conflicto entre la Iglesia y el estado, se dio gracias a las declaraciones del arzobispo José Mora y del Río, en donde criticaba los artículos de la constitución que afectaban a la iglesia.

La Encíclica Pontificia Rerum Novarum de León XII, les dio las bases para la defensa de la propiedad privada. Es ésta la misma que justifica la acción del clero en la sociedad.

La 1ª Guerra Cristera

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Laicos, presbíteros y religiosos católicos resintieron la aplicación de la legislación, ya que La original Constitución mexicana de 1917 establecía una política que lejos de separar al Estado de la Iglesia, negaba la personalidad jurídica a las iglesias, subordinaba a éstas a fuertes controles por parte del Estado, prohibía la participación del clero en política, privaba a las iglesias de su derecho a poseer bienes raíces, desconocía derechos básicos de los así llamados "ministros del culto" e impedía el culto público fuera de los templos.

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Los católicos se organizaron, comandados por Anacleto González Flores “El Maestro”, y a través de un comité de Defensa religiosa, lanzaron un manifiesto llamando a los católicos a defender la religión cristiana.

Se multiplicaron los alzamientos: primero en Jalisco, Zacatecas, Guanajuato y Michoacán, luego se sumaron casi la totalidad del centro del país. Por parte de los Cristeros sobresalieron hombres como Pedro Quintanar y Aurelio Acevedo en el norte de Jalisco y sur poniente de Zacatecas; José Velasco en el municipio de Calvillo en Aguascalientes; Carlos Diez de Sollano en el Norte de Guanajuato; Luis Navarro Origel y Jesús Degollado Guízar en Michoacán y sur de Jalisco, respectivamente y Victoriano Ramírez "El Catorce" en Los Altos.

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Se reunieron varias asociaciones católicas, entre las que se encontraban la ACJM, Federación Arquidiocesana del Trabajo, Adoración Nocturna, Unión de Damas Católicas, Caballeros de Colón, CNCT y Congregación Mariana, para fundar la Liga Nacional Defensora de la Libertad Religiosa (LNDLR)

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El 6 de enero de 1926 fue aprobada la ley reglamentaria el artículo 130 de la constitución y al día siguiente el presidente Plutarco Elías Calles pidió hacer cumplir la constitución, por lo que comenzaron las expulsiones de sacerdotes extranjeros, clausura de escuelas católicas y conventos así como la reducción de sacerdotes en los estados

Los cristeros eran tomados por ladrones, traidores y mantenidos del gobierno y muchos de ellos fueron ahorcados con una bolsa de tierra atada en los pies con una leyenda que decía: ahí está tu tierra.

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Los principales generales del Ejército Federal en esta guerra fueron Eulogio Ortiz, Espiridión Rodríguez, Saturnino Cedillo (principal movilizador de los agraristas y cacique de San Luis Potosí), Lázaro Cárdenas, Manuel y Maximino Ávila Camacho y Genovevo de la O. A estos dos últimos correspondió la organización militar de Aguascalientes y sus alrededores.

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La región de los Altos se convirtió en la principal zona de actividad cristera y Enrique Gorostieta fue nombrado por la liga Jefe supremo del movimiento armado cristero.

Desde los Altos de Jalisco lanzó un Manifiesto a la Nación, el Plan de Los Altos. Plan que muestra los principios por los cuales se luchaba: el respeto a la religión y a la propiedad privada de la tierra.

¡Viva Cristo Rey! ¡Viva la Virgen de Guadalupe!

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Luego llegó a México el embajador estadounidense Dwight Morrow, que sirvió como intercesor entre el Gobierno mexicano y la Iglesia para terminar el conflicto. Tuvo una entrevista con los desterrados Monseñor Ruiz Flores y Monseñor Pascual Díaz.

Morrow redactó los términos en que se lograrían los arreglos llamados "modus vivendy" que eran: amnistía general para todos los levantados en armas que quisieran rendirse, que se devolvieran las casas curales y episcopales, y que de alguna manera se garantizara la estabilidad de estas devoluciones.

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En 1928 hubo elecciones presidenciales resultando reelecto Álvaro Obregón quien se dice ya pensaba en llegar a un acuerdo para finalizar con la guerra, sin embargo fue asesinado por José León Toral. Así los arreglos para obtener la paz se perdieron por un año, y se nombró presidente interino a Emilio Portes Gil. Esto provocó que Calles iniciara con el Maximato.

*Álvaro Obregón

*José León Toral

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Durante el periodo presidencial de Abelardo

L. Rodríguez, uno de los presidentes del

Maximato, en 1932, se encaminó una

política para la institucionalización del

Estado, surgido de la revolución.

Las obras más importantes de su gobierno son:

Creación de instituciones estatales como Petróleos Mexicanos y el Banco Nacional Hipotecario Urbano y de Obras Públicas.

Una legislación agraria unificada. Recuperación de la Gran Depresión

mundial. Campaña Nacionalista. Las reformas al sistema educativo con

Narciso Bassols.

La 2ª Guerra Cristera

Page 14: La Segunda Cristiada

Haga clic en el icono para agregar una imagenEl detonante de esta segunda Cristiada fue la promulgación de la encíclica Acerba animi del papa Pío XI, en donde hace un llamado a los católicos mexicanos para que se organizaran contra el “gobierno tiránico” a través de la movilización social pacífica.

Cosa que no fue nada pacífica ya que meses atrás se estaban presentando diversos brotes armados contra el gobierno por ciertas políticas anticlericales.

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Ante esta situación, el presidente Rodríguez amenazó al clero con cerrar los templos para convertirlos en escuelas y expulsó al delegado apostólico, Leopoldo Ruíz y Flores así como al arzobispo Pascual Díaz y Barretto.

La reforma educativa

El asunto de inculcar una educación socialista empeoró las cosas ya que los padres de familia y el clero, no estaban de acuerdo con incluir en los programas de estudio una educación sexual. Por lo que las ideas socialistas de la Secretaria de Educación en el lapso de Narciso Bassols y Eduardo Vasconcelos, posteriormente no fueron aceptados.

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Después de todo, esta legislación se estabelció en el gobierno de Lázaro Cárdenas: una educación socialista, excluida de toda doctrina religiosa y combatiente al fanatismo y prejuicios. Por lo que comenzaron manifestaciones en contra de él en varios estados de la república.

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Las tensiones creadas por el Grito de Calles en Guadalajara, apoyando a la educación socialista, fueron de tales dimensiones que, una vez más, se organizaron una serie de movilizaciones que, por su magnitud son conocidas como "La Segunda", es decir, la segunda cristiada, aunque en esta ocasión no hubo fracturas en el seno del episcopado, quienes incluso condenaron la guerra.

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Durante mucho tiempo, tanto la Iglesia como el Estado, mantuvieron un profundo silencio con respecto al conflicto. A pesar de esto, los años siguientes los boletines parroquiales condenaron la educación que impartía el Estado, intentando los curas excomulgar a quienes mandaran a sus hijos a estudiar a escuelas del gobierno. El gobierno por su parte, amenazó a los padres con la prisión si mandaban a sus hijos a escuelas católicas.

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La violencia de los sonorenses

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Fue hasta 1988 con el presidente Carlos Salinas de Gortari que se reanudaron las relaciones diplomáticas con el Vaticano y por lo tanto con la iglesia, reformando el artículo 130 de la Constitución, y otorgando personalidad jurídica a la Iglesia, lo que marcó el inicio de una nueva etapa en las relaciones Iglesia-Estado.