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Basado en el texto de Michelle Foucoault en Las palabras y las cosas LAS MENINAS DE VELÁZQUEZ UN CUADRO PARA PENSAR

Las meninas

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Presentación para clase sobre las Meninas, las imagenes son tomadas de la red, el texto retoma el análisis que sobre el cuadro hace Michelle Foucoault en las palabras y las cosas.

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Page 1: Las meninas

Basado en el texto de Michelle Foucoault en Las

palabras y las cosas

LAS MENINAS DE VELÁZQUEZ

UN CUADRO PARA PENSAR

Page 2: Las meninas

De la mano de Michelle

Foucoault

EL ORDEN DE LAS MIRADAS

Page 3: Las meninas

El pintor está

ligeramente alejado del

cuadro. Lanza una

mirada sobre el

modelo; quizás se trata

de añadir un ultimo

toque, pero tambien

puede que no haya

dado aún la primera

pincelada

Page 4: Las meninas

El brazo que sostiene el pincel está replegado sobre la izquierda, en dirección de la paleta; está por un momento inmóvil, entre la tela y los colores. Esta mano hábil depende de la vista y la vista a su vez, descansa sobre un gesto suspendido.

Page 5: Las meninas

Entre la fina punta del

pincel y el acero de la

mirada, el espectaculo

va a desplegar su

volumen

Page 6: Las meninas

En este instante aparece a los ojos del espectador, surgiendo de esta especie

de enorme caja virtual que proyecta hacia atrás la superficie que está por

pintar. Puede vérsele ahora, en un momento

de detención, en el centro neutro de esta

oscilación

Page 7: Las meninas

Su talle obscuro,

su rostro claro son

medianeros entre

lo visible y lo

invisible.

Page 8: Las meninas

Como si el pintor no

pudiera ser visto a la

vez en el cuadro en el

que se le representa y

ver aquel en el que se

encarga de

representar algo.

Page 9: Las meninas

Estamos ante un

cuadro en el cual, el

pintor fija un punto

invisible este punto

somos nosotros

mismos, así el

espectáculo que el

contempla es dos veces

invisible

Page 10: Las meninas

Vemos un cuadro desde

el cual a su vez nos

contempla un pintor.

Esta sutil línea de

visibilidad implica a su

vez toda una compleja

red de incertidumbres, de

cambios, de esquivos.

Page 11: Las meninas

Ninguna mirada es

estable. La gran tela

vuelta de la extrema

izquierda impide que la

relación de las miradas

llegue nunca a

localizarse ni a

establecerse

definitivamente.

Page 12: Las meninas

¿Vemos o nos

ven? En realidad

el pintor fija un

lugar que no cesa

de cambiar de un

momento a otro.

Page 13: Las meninas

En el momento en que

colocan al espectador en el

campo de su visión, los ojos

del pintor lo apresan, lo

obligan a entrar en el

cuadro, le asignan un lugar a

la vez privilegiado y

obligatorio, le toman su

especie luminosa y visible y

la proyectan en la superficie

inaccesible de la tela vuelta

Page 14: Las meninas

En la extrema derecha el

cuadro recibe su luz de

una ventana representada

de acuerdo con una

perspectiva muy corta, no

se ve más que el marco

Page 15: Las meninas

Esta ventana extrema,

parcial apenas indicada

libera una luz completa que

sirve de lugar común a la

representación. Equilibra al

otro extremo del cuadro la

tela invisible. La ventana

constituye un espacio tan

abierto como el otro es

cerrado.

Page 16: Las meninas

La luz envuelve a los

personajes y a los

espectadores y los lleva bajo

la mirada del pintor, hacia

ese lugar en el que los va a

representar su pincel. Pero

ese lugar nos es hurtado.

Ese lugar constituye el otro

lado de una psique.

Page 17: Las meninas

Exactamente enfrente

de los espectadores

sobre el muro que

constituye el fondo de

la pieza, el autor ha

pintado una serie de

cuadros

Page 18: Las meninas

y he aquí que entre

todas estas telas hay

una que brilla con

resplandor singular

Page 19: Las meninas

Entre todos estos

elementos, destinados a

ofrecer

representaciones, pero

que las impugnan, las

hurtan, esquivan, solo

este funciona con total

honradez y muestra lo

que debe mostrar.

Page 20: Las meninas

El espejo ofrece ese

encanto del doble que

rehúsan tanto las

pinturas alejadas

cuanto esa luz del

primer plano con la

tela irónica.

Page 21: Las meninas

De todas las

representaciones

de la tela es la

única visible pero

nadie la ve

Page 22: Las meninas

Hay que reconocer que

esta indiferencia

encuentra su igual en la

suya: No refleja nada ,

en efecto de todo lo que

se encuentra en el

mismo espacio que él.

En su clara visibilidad

no se ve lo visible

Page 23: Las meninas

Su borde superior está

exactamente sobre la

línea que parte en dos

la altura del cuadro,

ocupa sobre el muro

del fondo una posición

media, así pues debería

ser atravesado por las

líneas perspectivas que

cruzan el cuadro

Page 24: Las meninas

En vez de volverse hacía los objetos visibles, este espejo a traviesa todo el

campo de la representación,

desentendiéndose de lo que ahí pudiera captar y

restituye la visibilidad a lo que permanece más allá

de toda mirada

Page 25: Las meninas

Al fondo de la habitación ignorado por todos el espejo

inesperado hace resplandecer las figuras que mira el pintor (en su realidad objetiva),

pero también a las que ven al pintor. Estas

figuras son igualmente inaccesibles la una a la

otra

Page 26: Las meninas

El espejo asegura una

metátesis de la visibilidad

que hiere a la vez el

espacio representado en

el cuadro y su naturaleza

de representación ;

permite ver en el centro

de la tela lo que por el

cuadro es dos veces

invisible.

Page 27: Las meninas

Velázquez en su estudio,

mientras pinta al rey

Felipe IV y su esposa

Marian, a quienes viene a

ver la infanta Margarita

rodeada por dueñas,

meninas, cortesanos y

enanos.

EL CUADRO EN LO EXPLICITO

QUE SE MUESTRA

Page 28: Las meninas

Pero la relación del

lenguaje a la pintura es

una relación infinita:

Lenguaje e imagen son

irreductibles una a otra,

por bien que se diga lo

que se ha visto, lo visto

no se reduce jamás en

lo que se dice

Page 29: Las meninas

Y por bien que se quiera hacer ver por medio de

imágenes, de comparaciones ,de

metáforas lo que se está diciendo, el lugar en el que ellas resplandecen

no es el que despliega la vista sino el que definen

las sucesiones de la sintaxis

Page 30: Las meninas

ahora bien en

medio de este

juego el nombre

propio no es

más que un

artificio, permite

señalar con el

dedo

Page 31: Las meninas

Pero si se quiere mantener la

relación del lenguaje con la

visión abierta, si se quiere

tratar a su incompatibilidad

como un punto de partida

para el habla y no como un

obstáculo que hay que evitar,

entonces se debe borrar los

nombres propios y preservar

la infinitud de la tarea.

Page 32: Las meninas

Por tanto, debemos

fingir no saber quién

es el que se refleja en

el fondo de ese espejo,

e interrogar a esa

reflexión, en sus

propios términos.

Page 33: Las meninas

La tercera función del

espejo es comunicarnos con

una puerta que se encuentra

junto a él. Este umbral

también forma un

rectángulo brillante y bien

definida cuya suave luz no

brilla a través de la

habitación.

Page 34: Las meninas

Más allá de los pasos, comienza un pasillo, pero en

vez de perderse en la oscuridad, que se disipa en un amarillo deslumbrar donde la

luz, sin llegar, gira alrededor de sí mismo en reposo

dinámico. En este contexto, a la vez cercano y sin límites, un hombre se destaca en silueta

de cuerpo entero

Page 35: Las meninas

Al igual que el espejo,

sus ojos se dirigen hacia

el otro lado de la escena,

ni a nadie se prestaban

más atención a él que al

espejo. No sabemos de

dónde ha venido

Page 36: Las meninas

Al igual que las imágenes

percibidas en el espejo, es

posible que él también sea

un emisario de lo que el

espacio evidente aún

oculta. Aun así, hay una

diferencia: él está allí en

carne y hueso, no es un

reflejo probable, sino una

irrupción.

Page 37: Las meninas

Haciendo visible,

incluso más allá de las

paredes del estudio en

sí, lo que está

sucediendo delante de

la imagen, crea, en su

dimensión sagital, una

oscilación entre el

interior y el exterior.

Page 38: Las meninas

Pálidas, minúsculas,

las siluetas del espejo

son desafiadas por la

alta y sólida estatura

del hombre que

aparece en la puerta.

Page 39: Las meninas

Pero tenemos que bajar de nuevo de la parte posterior de la imagen hacia la parte

delantera del escenario, hay que

abandonar esa periferia cuya espiral

hemos estado siguiendo.

Page 40: Las meninas

Y nosotros, de hecho, vemos la luz en la pintura, por lo

visto brotar de la grieta de la trama, y desde allí se mueve

para tocar la frente, los pómulos, los ojos, la mirada

del pintor, que es la celebración una paleta en una mano y en la otra un pincel fino. . . Y así la espiral se

cierra, o más bien, por medio de la luz, se abre.

Page 41: Las meninas

Esta abertura no es,

como la de la pared del

fondo, hecho, tirando

hacia atrás de una

puerta, es toda la

anchura de la imagen en

sí, y se ve que la pase a

través de ella no son las

de un visitante distante.

Page 42: Las meninas

El friso que ocupa el

primer plano y el punto

medio de la imagen

representa - si incluimos

el pintor - ocho

caracteres.. El centro del

grupo está ocupado por la

pequeña infanta, con su

vestido rosa y gris

quemado.

Page 43: Las meninas

Una línea vertical que divide el

lienzo en dos mitades iguales

pasaría entre los ojos de la

niña. Su cara es un tercio de la

altura total de la imagen de

arriba del marco inferior. Así

que aquí, más allá de toda

duda, reside el tema principal

de la composición, lo que es el

objeto mismo de esta pintura.

Page 44: Las meninas

Como para demostrarlo y

para enfatizar aún más,

Velázquez ha hecho uso

de un dispositivo visual

tradicional: al lado de la

principal figura que ha

puesto uno secundario, de

rodillas y mirando hacia el

central.

Page 45: Las meninas

Por último, otros dos

grupos compuestos por

dos cifras: cada uno de

estos grupos está más

lejos, y el otro, formado

por los dos enanos, está

justo en el primer

plano.

Page 46: Las meninas

Este grupo de personajes,

dispuestos de esta manera,

se pueden tomar para

constituir, de acuerdo con

la forma en que se mira la

imagen y el centro de

referencia elegido, dos

figuras diferentes. La

primera sería una gran X

Page 47: Las meninas

La otra figura sería una vasta curva, sus dos extremos

determinados por el pintor a la izquierda y el cortesano a la derecha - ambos extremos que ocurren en lo alto de la

imagen y apartado de su superficie, el centro de la

curva, mucho más cerca de nosotros, coincidiría con el

rostro de la princesa y el mirar su dama de honor se

dirige hacia ella.

Page 48: Las meninas

La princesa está de pie en

el centro de una cruz de

San Andrés, que está

girando a su alrededor,

con sus remolinos de

cortesanos, damas de

honor, los animales, y los

tontos. Pero este

movimiento pivotante se

congela.

Page 49: Las meninas

Es un punto de

incertidumbre porque

no podemos verlo,

pero es un punto

inevitable y

perfectamente

definido también,

Page 50: Las meninas

Toda la imagen está

mirando hacia fuera

en una escena para la

que él mismo es una

escena. Nuestra

primera mirada a la

pintura nos dijo lo

que «es» que crea este

espectáculo

Page 51: Las meninas

Los reconocemos, en el otro

extremo de la imagen, en las

dos pequeñas siluetas brillantes

desde el espejo. son el más

pálido, más irreal, la más

comprometida de todas las

imágenes de la pintura: un

movimiento, un poco de luz,

sería suficiente para eclipsarlos

Page 52: Las meninas

En el ámbito de la

anécdota, este centro es

simbólicamente soberano,

ya que está ocupado por el

rey Felipe IV y su

esposa. Pero es así, sobre

todo, a causa de la triple

función que cumple en

relación con la imagen

Page 53: Las meninas

Pero ese artificio se

oculta y se indica otra

vacante que es, por el

contrario, inmediata: la

del pintor y el espectador

cuando se está mirando o

se esfuerza en componer

la imagen.

Page 54: Las meninas

Puede ser que, en este cuadro, como en todas las representaciones de las que es, por decirlo

así, la esencia de manifiesto la profunda invisibilidad de lo que

uno ve es inseparable de la invisibilidad de la

persona que ve

Page 55: Las meninas

Tal vez existe, en este

cuadro de Velázquez,

la representación por

así decirlo, de la

representación

clásica, y la definición

del espacio que se

abre para nosotros.

Page 56: Las meninas

Y, de hecho, se compromete

representación para

representar a sí mismo aquí

en todos sus elementos, con

sus imágenes, los ojos a los

que se ofrece, los rostros

que hace visibles, los gestos

que llaman a la existencia.

Page 57: Las meninas

Y libre al fin de

esta relación que

la encadenaba, la

representación

puede darse como

pura

representación