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Historia de España desde la Antigüedad hasta la Edad Moderna.
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DE LA ANTIGÜEDAD A LA EDAD
MODERNA
HISTORIA 2º BACHILLERATO
1. LA CONFORMACIÓN DE HISPANIA:
ROMANIZACIÓN Y CRISTIANIZACIÓN
Hispania es el nombre que los romanos dieron a la
Península Ibérica. La presencia romana en Hispania se
inició a raíz de la Segunda Guerra Púnica entre Roma
y Cartago a finales del siglo III a.C. En estos años las
tropas romanas desembarcaron en la Península para
atacar las bases cartaginesas en ella, ocupando el área
costera entre los Pirineos y el valle del Guadalquivir.
Guerras Púnicas
Amílcar Barca
1. LA CONFORMACIÓN DE HISPANIA:
ROMANIZACIÓN Y CRISTIANIZACIÓN
En 197 a.C. Roma dividió las tierras conquistadas en
Hispania en dos provincias: la Hispania Citerior, que
comprendía el valle del Ebro y el Levante y la Hispania
Ulterior, con el sur peninsular en torno al Guadalquivir.
Provincias en Hispania
1. LA CONFORMACIÓN DE HISPANIA:
ROMANIZACIÓN Y CRISTIANIZACIÓN
Los romanos fueron ampliando la extensión de sus
dominios en Hispania a lo largo de los s. II y I a.C., hasta
ocuparla totalmente. Para ello sostuvieron diversas
guerras:
Contra los celtíberos, a los que vencieron definitivamente tras
la destrucción de Numancia en 133 a.C.
Contra los lusitanos, acaudillados por Viriato.
Contra los cántabros, vascones y satures en el norte, ya a
finales del s. I a.C.
Los pueblos prerromanos
Pueblos prerromanos en nuestras tierras
La conquista de Hispania
Viriato contra Roma
La muerte de Viriato (José de Madrazo)
Viriato
El sitio a Numancia
1. LA CONFORMACIÓN DE HISPANIA:
ROMANIZACIÓN Y CRISTIANIZACIÓN
En el año 27 a.C. el emperador Augusto procedió a una nueva
organización provincial de Hispania: la Citerior pasó a
denominarse Tarraconense y la Ulterior se dividió en Bética
(valle del Guadalquivir) y Lusitania (actual Portugal). En este
contexto de dominio romano se acometió el proceso de
romanización, la difusión de la cultura, costumbres y usos
romanos. Durante el Bajo Imperio romano, a partir del siglo III,
la Hispania romana sufrió diversas alteraciones territoriales.
Con el emperador Caracalla se creó la provincia de Gallaecia,
desgajada de la Tarraconense. A finales del siglo III Diocleciano
creó la diócesis de Hispania, que quedó dividida en seis
provincias: Bética, Lusitania, Tarraconense, Gallaecia,
Cartaginense y Mauritania Tinginata(norte de África).
Provincias en Hispania
1. LA CONFORMACIÓN DE HISPANIA:
ROMANIZACIÓN Y CRISTIANIZACIÓN
Durante el siglo V el dominio romano de Hispania se fue
debilitando paulatinamente ante la llegada de los pueblos
germanos. Primero fueron los suevos, vándalos y alanos.
Posteriormente, fueron los visigodos, primero como
enviados romanos y luego, sobre todo tras su derrota
frente a los francos en Vouillé en 507, como
conquistadores de la Península. Así, formaron el Reino
Visigodo de Toledo. Durante la Edad Media continuó
usándose la denominación de Hispania para toda la
Península, derivando de ella la posterior de España.
Las invasiones de los pueblos bárbaros
Reino visigodo hasta Leovigildo (568)
Reino visigodo en el 700
1. LA CONFORMACIÓN DE HISPANIA:
ROMANIZACIÓN Y CRISTIANIZACIÓN
La dominación romana de Hispania supuso que su cultura,
sus costumbres, sus leyes y su religión se impusieran
sobre los pueblos autóctonos. El proceso de asimilación
ha sido denominado romanización. Podemos definir por
tanto este término como el proceso de "aculturación" o
de asimilación por parte de los pueblos de la Península de
la cultura, de la civilización, de los modos de vida de
Roma.
1. LA CONFORMACIÓN DE HISPANIA:
ROMANIZACIÓN Y CRISTIANIZACIÓN
La romanización significa, por tanto, que los pueblos
hispánicos asumen las formas culturales romanas, en
aspectos tan básicos como la lengua (latín), las
costumbres, el derecho, la religión (cristianismo), la forma
de vestir, etc. Implica necesariamente la desaparición de
ciertos elementos culturales autóctonos y su
transformación y reorganización. Así, por ejemplo, el latín
va sustituyendo de forma paulatina al mosaico de lenguas
ibéricas que se hablaban en la Península cuando llegaron
los romanos.
1. LA CONFORMACIÓN DE HISPANIA:
ROMANIZACIÓN Y CRISTIANIZACIÓN
Conviene recalcar que, en principio, Roma no obligaba a
romanizarse a los pueblos conquistados, pues nominalmente se
respetaban sus lenguas y costumbres y aun su autonomía, pero
el peso de una cultura más potente, un sistema económico
más desarrollado, y una administración que ofrecía más
posibilidades acabaron imponiéndose sin necesidad de
coacción declarada. La romanización se vio favorecida por la
proliferación de ciudades, creadas a imagen de Roma, desde las
que se fueron extendiendo los modos de vida romanos; por el
comercio, que estrechó los contactos entre Roma y los
pueblos indígenas; por el ejército, que incorporó a indígenas
como auxiliares y como soldados, indígenas que tras veinte
años de servicio acababan totalmente romanizados.
1. LA CONFORMACIÓN DE HISPANIA:
ROMANIZACIÓN Y CRISTIANIZACIÓN
No es posible estudiar la romanización de Hispania de
manera global, ya que no tiene un carácter uniforme,
adquiere características específicas según el pueblo que la
recibió. Hay pueblos más romanizados que otros. En
general, la zona más romanizada fue la zona mediterránea,
el valle del Guadalquivir y el valle del Ebro, donde vivían
pueblos que ya habían estado en contacto con fenicios y
griegos, mientras que las zonas montañosas del norte,
donde habitaban astures, cántabros y vascones, resultó
casi del todo impermeable a la romanización.
1. LA CONFORMACIÓN DE HISPANIA:
ROMANIZACIÓN Y CRISTIANIZACIÓN
Por tanto, el proceso romanizador se manifestó en
diversos aspectos:
El predominio de la vida urbana, con la fundación o refundación
y desarrollo de numerosas ciudades, por todo el territorio,
muchas de fundación romana (Toletum, Tarraco, Hispalis,
Emérita Augusta, Caesaraugusta, Segóbrica).
La construcción de cientos de edificios públicos: teatros,
anfiteatros, circos, templos, termas, basílicas.
La introducción de las instituciones políticas de gobierno
romanas en las ciudades, dotándolas de una activa vida
municipal.
Ciudades romanas en Hispania
Segóbriga (Saelices, Cuenca)
Templo de Diana en Mérida (Badajoz)
Teatro de Mérida (Emérita Augusta)
Anfiteatro de Itálica (Santiponce, Sevilla)
1. LA CONFORMACIÓN DE HISPANIA:
ROMANIZACIÓN Y CRISTIANIZACIÓN
La implantación en el ámbito legislativo del Derecho Romano,
base del actual Derecho europeo.
El uso del latín, del que se derivan todas las lenguas
peninsulares actuales excepto el vascuence o euskera.
La difusión de la cultura romana gracias a la implantación del
latín.
El desarrollo de las infraestructuras y obras de ingeniería con
la construcción de puertos, calzadas, puentes y acueductos.
El fuerte desarrollo económico y comercial experimentado en
toda la Península.
Muralla de Lugo (Galicia)
Puente romano de Alcántara (Cáceres)
Arco romano de Medinaceli (Soria)
Acueducto de Segovia
Las calzadas romanas
Las calzadas romanas
Las calzadas romanas en nuestras tierras
Economía en la Hispania romana
1. LA CONFORMACIÓN DE HISPANIA:
ROMANIZACIÓN Y CRISTIANIZACIÓN
El proceso de romanización culminó en torno al siglo
II, cuando se había implantado la cultura romana en
España. A pesar de la difusión del cristianismo, de la
conquista visigoda y de la posterior musulmana, ha
seguido teniendo gran importancia la herencia
romana.
1. LA CONFORMACIÓN DE HISPANIA:
ROMANIZACIÓN Y CRISTIANIZACIÓN
La dominación romana impuso también las creencias
religiosas propias del Imperio romano. Se respetaron las
creencias locales pero era obligado el culto al emperador
y a los tres dioses que simbolizaban el poder de Roma:
Júpiter, Juno y Minerva (la llamada Tríada Capitolina). En
este sentido la religión era utilizada como medio de
integración política. Más tarde, a partir del siglo III d.C., se
difundió también el cristianismo en Hispania.
1. LA CONFORMACIÓN DE HISPANIA:
ROMANIZACIÓN Y CRISTIANIZACIÓN
Los datos sobre su origen son imprecisos y envueltos en
leyendas. Sabemos que a partir del siglo I llegaron a
Hispania los cultos mistéricos del Mediterráneo oriental,
asociados a ritos de purificación o bautismo y a promesas
de resurrección e inmortalidad (Cibeles, Isis, Mitra).
1. LA CONFORMACIÓN DE HISPANIA:
ROMANIZACIÓN Y CRISTIANIZACIÓN
Rivalizando con ellos y procedente también de Oriente,
se introdujo en la Península el cristianismo. Los datos
históricos que poseemos sobre la evangelización de los
apóstoles son pocos: en el año 58, san Pablo escribe que
va a ir a España y en el año 67 dice que ha cumplido todo
cuanto se había propuesto, sin citar su estancia en la
Península; sin embargo, el papa san Clemente, discípulo de
san Pablo, escribe en el año 96 que san Pablo había estado
en Hispania.
1. LA CONFORMACIÓN DE HISPANIA:
ROMANIZACIÓN Y CRISTIANIZACIÓN
Es probable que las comunidades judías, el ejército o los
comerciantes introdujeran el cristianismo en las ciudades
hispanas desde África. A partir del siglo I hay ya muchos
testimonios sobre la evangelización de esta provincia del
Imperio romano; sin embargo, otras estancias, como la de
Santiago, no están testimoniadas en la época, sino que
datan del siglo VII. Ya en el año 254 existía una
organización eclesiástica, pues hay obispos en Astorga,
Mérida y Zaragoza, importantes ciudades romanas.
1. LA CONFORMACIÓN DE HISPANIA:
ROMANIZACIÓN Y CRISTIANIZACIÓN
También el hecho de las persecuciones contra los
cristianos nos da una idea de la expansión del
cristianismo, como, por ejemplo, la del año 259, dictada
por Valeriano, o la del 303 de Diocleciano, en la que
murieron cristianos de lugares tan distantes como
Tarragona, Santander, Sevilla, León, Córdoba, Mérida, etc.
1. LA CONFORMACIÓN DE HISPANIA:
ROMANIZACIÓN Y CRISTIANIZACIÓN
Pero el Edicto de Milán (313) decretó la libertad religiosa
y reconoció legalmente el cristianismo, que pasó a
convertirse en la iglesia oficial del Estado con el
emperador Teodosio I en el año 380. Privilegiada jurídica
y económicamente, la Iglesia católica colaboró en la
latinización de la sociedad hispánica. Como contrapartida,
perdió su independencia y los emperadores intervinieron
activamente en los concilios.
2. ETAPAS DE LA PRESENCIA MUSULMANA EN
ESPAÑA: AL-ANDALUS. EL REINO TAIFA DE TOLEDO
2.1. La conquista musulmana (711-716)
La conquista musulmana de la península Ibérica comenzó en el año 711. En este año, un ejército beréber dirigido por Tarik cruzó el estrecho de Gibraltar en 711 para intervenir en la guerra civil desencadenada entre los visigodos por los problemas sucesorios. Pocos meses después derrotó fácilmente al rey visigodo don Rodrigo cerca del río Guadalete. Tras esta victoria llevó a cabo algunas campañas militares por el sur peninsular con muy escasa oposición. Toledo, capital de la monarquía visigoda, fue conquistada sin apenas resistencia. Así, entre los años 711 y 716 los musulmanes lograron el dominio de todo el territorio peninsular con la excepción de la franja cantábrica y del oeste de los Pirineos.
La conquista de Al-Andalus
2.2. El emirato dependiente (714-756)
En este período, Córdoba se convirtió en la capital política de Al-Andalus y el gobierno estuvo dirigido por un emir o valí (gobernador) que dirigía la administración y el ejército pero que dependía del califa residente en Damasco. El primer emir fue Abdelaziz (714-716), que continuó la conquista de la zona norte con la toma de Pamplona, Tarragona y Barcelona, y prosiguió su campaña hasta el sur de la Galia.
Los diversos gobernadores que se sucedieron en este período tuvieron que enfrentarse al malestar de los bereberes, por el trato que la minoría gobernante árabe les dispensaba lo que originó graves revueltas, como la del año 740.
2.3. El emirato independiente (756-911)
Las convulsiones en la capital del califato repercutieron en la Península. Abd al-Rahman, un príncipe omeya huido de la persecución abasí, tomó el poder y se autoproclamó Emir. Abdal-Rahman I creó el emirato independiente de Córdoba. Ello significó la fundación de un nuevo Estado, sin sumisión política al califa abasí de Bagdad (nueva capital del mundo islámico) y, en el cual, los emires ejercieron el poder político y militar de forma autónoma, aunque se siguió respetando la autoridad religiosa del califa de Bagdad.
El nuevo emir realizó continuas aceifas o expediciones militares de castigo contra los reinos cristianos del norte, reformó la administración y el sistema fiscal y un ejército mercenario y permanente compuesto por tropas de todas las etnias más un núcleo de esclavos extranjeros.
Abderramán I
El emirato de Córdoba
2.4. El Califato de Córdoba (929-1031)
Fue Abd-al-Rahman III quien en el año 929 se proclamó califa, cargo en el que confluían el poder político y religioso en el mundo musulmán: el califa no sólo era la máxima autoridad política sino también la máxima autoridad religiosa de los musulmanes de Al-Ándalus.
El Califato de Córdoba es la época de máximo apogeo militar, económico, político y cultural de Al-Ándalus. En el aspecto político, la última etapa del Califato de Córdoba se caracterizó porque un aristócrata, Almanzor, consiguió monopolizar el poder, establecer una dictadura militar y llevar a cabo importantes acciones militares contra los reinos cristianos. A la muerte de Almanzor siguieron años de confusión que propiciaron que en el año 1031 una junta de notables expulsara de Córdoba al último califa: era la desintegración del Califato, los Reinos de Taifas.
La Península Ibérica en el siglo X
Abderramán III
La Península Ibérica en el siglo X
2.5. Los Reinos de Taifas
Estos surgieron tras la “fitna” o división y desaparición del
Califato de Córdoba en 1031. En concreto, se formaron
en torno a una veintena de estos reinos, cuyos
gobernantes eran de distintas etnias: muladíes, árabes,
bereberes y eslavos. Estos reinos quedaron en franca
inferioridad frente a los pujantes reinos cristianos del
norte, sobre todo el castellano. Ello facilitó la expansión
cristiana hacia el sur, lo que precipitó la intervención
almorávide.
Los principales reinos de taifas en el siglo XI
2.6. El dominio Almorávide
Comenzó a finales del s. XI, al intervenir este pueblo
africano en Al-Andalus, en principio, para auxiliar a los
reinos taifas frente al avance cristiano, logrando derrotar
a los castellanos en diversos enfrentamientos como la
batalla de Sagrajas de 1086. Sin embargo, los almorávides
acabaron haciéndose con el control, uno tras otro, de los
reinos andalusíes. Mantuvieron su hegemonía en Al-
Andalus hasta que a mediados del s. XII se produjo la
rebelión almohada en el norte de África.
Imperio almorávide
2.7. El dominio de los Almohades
Los almohades se rebelaron en el Sahara contra el dominio almorávide, derrotándolos y haciéndose con su imperio. De esa forma, en 1145 los Almohades pasaron a hacerse con el control de Al-Andalus después de ocupar los efímeros segundos reinos de taifas. Los almohades reaccionaron ante la política reconquistadora de Alfonso VIII de Castilla, derrotándolo en la batalla de Alarcos en 1195. Ante el peligro que suponían los almohades, los reinos cristianos peninsulares aunaron sus fuerzas frente a ellos, al tiempo que se proclamaba una cruzada en Europa. En 1212 se produjo la batalla de las Navas de Tolosa, en las estribaciones de Sierra Morena, en torno a Despeñaperros. En dicha batalla los cristianos derrotaron a los Almohades y su imperio comenzó a desmoronarse, surgiendo los efímeros terceros reinos de taifas.
Imperio almohade
Las Navas de Tolosa (1212)
2.8. Los terceros taifas y el reino nazarí
de Granada
Tras la derrota almohade en las Navas, Al-Andalus volvió a atomizarse en diversos reinos de taifas, los cuales sucumbieron ante la expansión de los reinos cristianos entre 1230 y 1250. Así, en esas décadas Portugal ocupó el Alentejo y el Algarve, Castilla el valle del Guadalquivir y Murcia y Aragón Valencia y Mallorca. Por tanto, en 1250 sólo quedaba de Al-Andalus el reino nazarí de Granada, que se sometió al vasallaje castellano con su primer rey, Mohammed I. El reino de Granada logró sobrevivir hasta finales del s. XV gracias a la crisis económica, social y política que vivió durante casi dos siglos la corona de Castilla. Finalmente, tras la unión dinástica de Castilla y Aragón en 1479, Isabel y Fernando iniciaron la guerra contra los granadinos en 1482, tras un ataque nazarí contra posiciones castellanas. Diez años después, en enero de 1492, el rey Boabdilrendía la ciudad de Granada a los Reyes Católicos, poniéndose fin a casi ocho siglos de presencia política musulmana en España.
Reino nazarí de Granada
2.8. Los terceros taifas y el reino nazarí
de Granada
Una de las Taifas más importante fue la de Toledo, que
abarcaba gran parte del territorio que anteriormente
había constituido la Frontera Media. La fuerza militar que
siempre habían tenido sus gobernantes posibilitó el que
pudiesen ocupar bajo su hegemonía un territorio extenso.
Por primera vez, la mayor parte de las tierras que hoy
configuran la región castellano-manchega aparecían
agrupadas bajo un poder único, independiente.
2.8. Los terceros taifas y el reino nazarí
de Granada
Este reino tuvo también su centro en Toledo y estuvo gobernado por una dinastía de origen beréber: los Banu-Din-n-Nun. La pujanza de Toledo como foco económico, científico y fue entonces extraordinaria, hasta el punto de albergar temporalmente al exiliado Alfonso de León en su conflicto con su hermano Sancho de Castilla, contrayendo con Toledo una deuda de no agresión y ayuda mutua. Sin embargo, apenas duró unos cincuenta años. Su posición fronteriza, sus enfrentamientos con taifas vecinas y el momento expansivo de los castellano-leoneses lo presionaron hasta convertirlo en tributario (parias). Después de un laborioso asedio, y con ayuda y apoyo interior, el 25 de mayo de 1085 Alfonso VI conseguiría entrar en Toledo, en lo que ya entonces se presintió —aún con muchas incidencias posteriores— como el principio del fin de la España musulmana, que empezaba a deshilacharse por el centro.
3. LOS REINOS CRISTIANOS:
RECONQUISTA Y REPOBLACIÓN
Los reinos cristianos de la cordillera Cantábrica y del
pirineo proceden de las familias cristianas refugiadas en el
Norte tras la invasión musulmana. Su historia es muy
confusa en sus inicios. Al principio se trató de pequeños
condados controlados por un puñado de familias, que
organizaron la explotación de zonas ganaderas, más
gracias al desinterés musulmán por las tierras de la
montaña que por su propia fuerza. Poco a poco, el
crecimiento demográfico de tales núcleos obligó a un
descenso paulatino hacia los valles, y apareció en torno a
pequeños núcleos urbanos la primitiva estructura de los
reinos.
3. LOS REINOS CRISTIANOS:
RECONQUISTA Y REPOBLACIÓN
La progresiva expansión de estos reinos hacia el sur es
conocida en la historia de España con la reconquista. Se
entiende por Reconquista el proceso de ocupación militar
de los territorios musulmanes de la península Ibérica,
protagonizado por los cristianos, entre los siglos VIII y XV.
3. LOS REINOS CRISTIANOS:
RECONQUISTA Y REPOBLACIÓN
Es un término utilizado por los cristianos, y por tanto
parcial y tendencioso, que se apoya en dos premisas:
La idea de la restauración de la monarquía visigoda. Los
monarcas cristianos se consideran herederos de los visigodos
y, como tales, se consideran con derecho a gobernar sobre el
conjunto de las tierras de Hispania. Es el "derecho de
recuperación": idea de Reconquista entendida como la
recuperación de unos territorios sobre los que creían tener
derecho.
El espíritu de cruzada contra los infieles, reforzado con el
descubrimiento del supuesto sepulcro del apóstol Santiago: el
combate contra los musulmanes encontrará una justificación
ideológica al presentarse como una defensa de la fe cristiana.
3. LOS REINOS CRISTIANOS:
RECONQUISTA Y REPOBLACIÓN
Ambas ideas son las que justificaban, para los cristianos, la
"recuperación" de los territorios "usurpados" por los
musulmanes. Sería, por tanto, más objetivo, hablar de
conquista, y no de reconquista, pero este último término
está muy consolidado en la historiografía como para
poder prescindir de él.
3. LOS REINOS CRISTIANOS:
RECONQUISTA Y REPOBLACIÓN
Junto a la Reconquista, la Repoblación. Desde un punto de
vista puramente semántico repoblar significa volver a
poblar; desde el punto de vista histórico, y sobre todo de
la Historia de España, la repoblación fue la ocupación
pacífica de tierras que, como consecuencia de la
Reconquista, se iban incorporando a los reinos cristianos.
3. LOS REINOS CRISTIANOS:
RECONQUISTA Y REPOBLACIÓN
El proceso de repoblación es paralelo al de reconquista:
son dos caras de la misma moneda. Es más, la conquista
bélica no hubiera sido eficaz si no se hubieran ido
poblando las tierras ganadas al Islam. Se trataba de
afianzar el poder político cristiano en las tierras recién
conquistadas, además de obtener beneficios económicos
de su explotación.
3. LOS REINOS CRISTIANOS:
RECONQUISTA Y REPOBLACIÓN
Existen varios sistemas de repoblación, que vivieron
determinados fundamentalmente por dos factores: la
población cristiana disponible dispuesta a asentarse en las
nuevas tierras conquistadas y la densidad de población
islámica de las mismas.
3. LOS REINOS CRISTIANOS:
RECONQUISTA Y REPOBLACIÓN
Dentro del proceso de Reconquista y Repoblación,
podemos distinguir las siguientes etapas:
Siglos VIII al X. Siglos VIII al X. Tras la conquista
musulmana, se formaron núcleos de resistencia cristianos ante
el invasor musulmán tanto en la Cordillera Cantábrica como
en los Pirineos. Es una etapa de superioridad militar de Al-
Ándalus, sobre todo en el siglo X.
Don Pelayo
La Reconquista
La Reconquista
3. LOS REINOS CRISTIANOS:
RECONQUISTA Y REPOBLACIÓN
El sistema de repoblación fue por presura. Se dio entre la
Cordillera Cantábrica y el río Duero. Eran tierras abandonadas
y sin dueño y su propiedad correspondía al Rey. Para favorecer
la llegada de nuevas gentes, los reyes decretaron que los
campesinos serían propietarios de las tierras que pudieran
explotar y ocupar: esta forma de acceso a la propiedad se
llamó presura o aprisio en Aragón. Los nuevos propietarios eran
libres, no dependían de nadie, se agrupaban en pequeñas villas y
elegían a sus propias autoridades. Predominaba la pequeña y
mediana propiedad.
3. LOS REINOS CRISTIANOS:
RECONQUISTA Y REPOBLACIÓN
Siglo XI y primera mitad del XII. El siglo XI marca el
verdadero comienzo de la Reconquista, ya que se produjo un
cambio radical en la correlación de fuerzas entre cristianos y
musulmanes con la desaparición del califato y la aparición de
los reinos de taifas. Los cristianos aprovecharon la debilidad de
éstos reinos para someterlos al pago de tributos, las parias, lo
que no frenó el avance de la reconquista. Así, los castellanos
ocupan Toledo y todo el valle del Tajo, mientras que los
aragoneses hacen lo propio con el valle del Ebro.
La Reconquista en los siglos XI y XII
El Cid Campeador
Los reinos cristianos antes de las Navas de
Tolosa
La Reconquista
3. LOS REINOS CRISTIANOS:
RECONQUISTA Y REPOBLACIÓN
A esta época corresponde la repoblación Concejil. Se aplicó a las
tierras situadas entre el Duero y los Montes de Toledo y en valle del
Ebro. La repoblación estuvo dirigida por las autoridades del reino,
que no dejaron nada a la improvisación. A lo largo y ancho del
territorio se crearon diversos concejos (asambleas de vecinos) de
ciudades y villas, que eran cabeza de un amplio territorio o Alfoz, en
el que se diseminaban numerosas aldeas. En estas ciudades se
instalaba un representante del rey y un grupo de caballeros para su
defensa. Una vez constituido el concejo, el rey otorgaba un Fuero o
Carta Puebla (conjunto de normas que regulaban todos los aspectos
de la vida municipal: límites territoriales, privilegios de los vecinos...).
El concejo otorgaba a los nuevos pobladores casa y tierras de cultivo,
que al cabo de unos años pasaban a ser de su propiedad, además de
poder disfrutar de las tierras comunales. La población musulmana era
numerosa y en general se respetaron sus propiedades.
Las cartas de poblamiento
Concesión de un fuero
3. LOS REINOS CRISTIANOS:
RECONQUISTA Y REPOBLACIÓN
Segunda mitad del siglo XII. Es el periodo de apogeo de
los almohades. Esto, unido a las disputas entre los cristianos,
frenó en gran medida el avance reconquistador, que se limitó a
los cursos altos de los ríos Turia, Júcar y Guadiana.
La Reconquista
3. LOS REINOS CRISTIANOS:
RECONQUISTA Y REPOBLACIÓN
Corresponde a esta época la repoblación de las Órdenes
Militares. La zona más afectada por esta repoblación fue el valle
del Guadiana: La Mancha y Extremadura. Se trataba de zonas
extensas y poco pobladas, en cuya conquista habían destacado
las Órdenes Militares. Estas recibieron extensos territorios, de
centenares o miles de kilómetros cuadrados y amplios
privilegios señoriales, aunque para atraer población tuvieron
que conceder algunos fueros, nunca tan beneficiosos como los
de las ciudades. La estructura de propiedad predominante
fueron los latifundios, dedicados a la explotación ganadera,
solución idónea para una zona rica en espacio y escasa en
mano de obra.
Las Órdenes Militares
3. LOS REINOS CRISTIANOS:
RECONQUISTA Y REPOBLACIÓN
Siglo XIII. La derrota de los almohades en la batalla de las
Navas (1212) despejó el camino de los cristianos hacia levante
y el valle del Guadalquivir. Los Aragoneses ocupan Mallorca,
Ibiza y Valencia, mientras que los castellanos hacen lo propio
con Extremadura, Murcia y Andalucía.
3. LOS REINOS CRISTIANOS:
RECONQUISTA Y REPOBLACIÓN
A esta época corresponde la repoblación por Repartimientos.
El sistema de repartimientos se aplicó en el valle del
Guadalquivir y en el litoral levantino, últimas zonas
reconquistadas. Tras la ocupación de una ciudad con sus
territorios circundantes, los oficiales reales hacían inventario de
los bienes obtenidos y los distribuían entre quienes habían
participado en la conquista: los dividían en donadíos, cuyo
tamaño y valor estaban en función del rango social de quien los
recibía. El resultado fue la adquisición de grandes latifundios
ente la nobleza, las Órdenes Militares y la Iglesia. A los
numerosos pobladores musulmanes se les permitió
permanecer como colonos, pero muchos prefirieron huir a
Granada o África.
3. LOS REINOS CRISTIANOS:
RECONQUISTA Y REPOBLACIÓN
Siglos XIII-XV. La reconquista se paralizó a mediados
del s. XIII debido a la crisis económica y política de la
corona de Castilla. No se reactivó hasta que en 1481 los
Reyes Católicos iniciaron la ocupación del reino nazarí de
Granada. Así, se considera finalizada la Reconquista en
1492, año en que Granada era tomada por los Reyes
Católicos (Isabel de Castilla y Fernando de Aragón).
4. LA CONSTRUCCIÓN DE LA MONARQUÍA
AUTORITARIA DE LOS REYES CATÓLICOS
El reinado de los Reyes Católicos supuso el paso de la Edad Media a la Edad Moderna en España. En 1469 Isabel de Castilla y Fernando de Aragón contraían matrimonio, sentándose las bases de la futura unidad dinástica de ambas coronas. Ésta se produjo cuando Isabel I llegó al trono castellano en 1474, mientras que Fernando II alcanzó el aragonés en 1479. La unidad dinástica de ambas coronas supuso que cada una de ellas conservara sus propias instituciones, leyes y moneda propias. Sin embargo, los Reyes Católicos decidieron crear una serie de instituciones comunes para el gobierno de la naciente monarquía hispánica y el asentamiento de una monarquía de corte autoritario: los consejos de gobierno, la Hacienda, el ejército, la Inquisición. En dicha monarquía los monarcas lograban el máximo poder político y la autoridad jurisdiccional, aunque respetando los privilegios sociales y económicos de la nobleza y el clero.
4. LA CONSTRUCCIÓN DE LA MONARQUÍA
AUTORITARIA DE LOS REYES CATÓLICOS
Del largo reinado de Isabel y Fernando habría que destacar distintos aspectos de su política:
La Unificación del territorial peninsular. Ambos monarcas se interesaron por lograr la unión política de la Península:
La conquista de Granada. El reino de Granada era el último musulmán que quedaba en la Península Ibérica. En 1482 estalló la guerra entre España y Granada, finalizando con la toma de la ciudad de Granada en 1492 por los Reyes Católicos.
En 1493 obtenían Rosellón y Cerdaña de Francia, al norte de Cataluña.
En 1512 Fernando el Católico ocupaba el reino de Navarra.
Las diferentes uniones matrimoniales entre príncipes españoles y portugueses para lograr la unión de ambos reinos, aunque en principio fracasó al morir Miguel, nieto de los Reyes Católicos y heredero del trono portugués.
Unificación peninsular
Unificación peninsular
4. LA CONSTRUCCIÓN DE LA MONARQUÍA
AUTORITARIA DE LOS REYES CATÓLICOS
El fortalecimiento del poder real. Los Reyes Católicos
lograron concentrar en sus manos un inmenso poder, creando
una monarquía autoritaria:
El sometimiento político de la nobleza, aunque respetando su poder
económico y sus privilegios sociales.
Al identificar unidad política con unidad religiosa, los Reyes Católicos
tuvieron por objetivo que todos sus súbditos fueran católicos. Por ello,
obligaron a la conversión de todos los judíos españoles, los sefarditas, al
catolicismo. En 1492 fueron expulsados los que se habían negado a
convertirse.
El control de la Iglesia católica española mediante el nombramiento del
rey como maestre de las órdenes militares españolas (Santiago, Calatrava,
Alcántara, Montesa) y con la concesión por el Papa del Privilegio de
Presentación (el Papa sólo podía nombrar como obispos en España a
personas propuestas por los reyes españoles).
Fortalecimiento del poder real
4. LA CONSTRUCCIÓN DE LA MONARQUÍA
AUTORITARIA DE LOS REYES CATÓLICOS
El fortalecimiento del poder real. Los Reyes Católicos lograron concentrar en sus manos un inmenso poder, creando una monarquía autoritaria: La creación de una serie de instituciones para ejercer mejor el
poder obtenido: Las Audiencias o chancillerías, tribunales para administrar justicia.
Los consejos de gobierno, encargados de ayudar en sus tareas de gobierno a los monarcas y que se encuentran en la base del sistema polisinodialcreado con los Austrias.
Los Virreyes, representantes de los reyes en los distintos reinos de la monarquía.
La Hacienda Real, para controlar los ingresos y los gastos.
El Ejército permanente.
La burocracia, el conjunto de funcionarios dependientes de la Corona que estaban encargados de velar por el cumplimiento de sus disposiciones.
4. LA CONSTRUCCIÓN DE LA MONARQUÍA
AUTORITARIA DE LOS REYES CATÓLICOS
La Política exterior. La unión de Castilla y Aragón
supuso el surgimiento de una nueva potencia en Europa
occidental. Eso condujo a que la monarquía se viera
envuelta en diversas guerras que supusieron la conquista
de nuevos territorios:
4. LA CONSTRUCCIÓN DE LA MONARQUÍA
AUTORITARIA DE LOS REYES CATÓLICOS
En Italia los franceses
deseaban hacerse con el
control del reino de
Nápoles, zona de influencia
española. Esos deseos
franceses provocaron
diversas guerras hispano-
francesas, que acabaron
con la victoria de las
tropas españolas al mando
de Gonzalo Fernández de
Córdoba (el Gran Capitán)
y la ocupación de Nápoles.
4. LA CONSTRUCCIÓN DE LA MONARQUÍA
AUTORITARIA DE LOS REYES CATÓLICOS
Se conquistaron
diversas ciudades de la
costa norteafricana con
el objetivo de asegurar las
costas del sur de España
del ataque de los piratas
berberiscos. Así, se
ocuparon Melilla (1497),
Mazalquivir (1502), Orán
(1509) y Bujía (1510).
4. LA CONSTRUCCIÓN DE LA MONARQUÍA
AUTORITARIA DE LOS REYES CATÓLICOS
Finalmente, en 1492 la
expedición de Cristóbal
Colón, financiada por los
Reyes Católicos, descubría el
continente americano. Con
éste hecho se llegaba a un
territorio gigantesco que sería
en buena parte conquistado
por los españoles a lo largo del
s. XVI.
5. EL MOVIMIENTO COMUNERO
El término Comunero designa a
quienes participaron en el
levantamiento o revuelta de las
principales ciudades castellanas
contra la política de Carlos V, entre
1520 y 1522.
Carlos V
5. EL MOVIMIENTO COMUNERO
En 1517 desembarcaba en Asturias Carlos de Austria, el nuevo soberano de los reinos hispánicos. Venía acompañado de un numeroso séquito de flamencos, que se comportaron en Castilla como si fuese un país conquistado: abusos y menosprecio a los castellanos.
5. EL MOVIMIENTO COMUNERO
En febrero de 1518 se reunieron las Cortes en Valladolid para jurar al nuevo rey, pero como este no hablaba castellano, fueron presididas por el obispo de Badajoz. Antes de ser reconocido como tal, al rey se le exigió el juramento de las leyes castellanas, que su hermano Fernando permaneciese en Castilla hasta que el rey tuviese descendencia, que se nombrase a españoles para los principales cargos y que aprendiese castellano.
5. EL MOVIMIENTO COMUNERO
En contra de lo pedido por las
Cortes, Carlos envió a su
hermano fuera de España y
nombró a un extranjero arzobispo
de Toledo. Además, a la muerte de
su abuelo, fue elegido emperador
alemán y se convirtió en Carlos V
de Alemania.
5. EL MOVIMIENTO COMUNERO
La noticia de la elección de Carlos como emperador fue
mal recibida en Castilla, por entenderse que el reino iba a
verse envuelto en asuntos que no le concernían. Era
necesario ir a Alemania, pero el rey no disponía de los
fondos suficientes para costear el viaje de su numeroso
séquito. Además de subir los impuestos ordinarios, Carlos
convocó Cortes en Santiago para pedirles un subsidio
extraordinario. Como las Cortes se negaban, las trasladó
a La Coruña, donde bajo amenazas y sobornos consiguió
lo que quería, prometiendo que no otorgaría cargos a
ningún extranjero ni sacaría dinero fuera del reino.
5. EL MOVIMIENTO COMUNERO
Sin embargo, cuando partió para Alemania dejó como regente a un extranjero, en contra de lo prometido. El descontento era grande: se percibía al rey como un hombre sin voluntad, que desconfiaba de los castellanos y que estaba sometido a las influencias de los flamencos.
5. EL MOVIMIENTO COMUNERO
Cuando llegaron a las ciudades noticias de lo sucedido en
Galicia aumentó el malestar; en alguna de ellas el
procurador que les había representado en las Cortes fue
asesinado (como en Segovia) y se produjeron disturbios.
Toledo, Burgos, Segovia, Ávila, León, Zamora, Salamanca,
Cuenca, Alicante, Murcia, ciudades controladas por la
burguesía se constituyeron en Comunidad y formaron su
propio ejército cuya dirección le fue encomendada al
segoviano Juan Bravo. Las tropas enviadas por el regente
Adriano incendiaron Medina del Campo y la revuelta se
extendió; en Palencia, Cáceres, Badajoz, Sevilla, Jaén, Baza,
Úbeda, entre otras, se crearon comunidades.
5. EL MOVIMIENTO COMUNERO
En 1520, los representantes de las ciudades se reunieron en Ávila y formaron la Junta de Ávila, que se declaró soberana en nombre del rey y de la reina doña Juana y nombró capitán general de las milicias a Juan de Padilla. La Junta marchó a Tordesillasdonde fue recibida por la reina Juana quien a pesar de sus palabras de apoyo se negó a firmar el documento por el cual le quitaba todo el poder a su hijo el rey.
5. EL MOVIMIENTO COMUNERO
El movimiento estuvo dirigido por la burguesía de las
ciudades y contó con el apoyo de los campesinos, del bajo
clero y de la pequeña nobleza. La alta nobleza, si bien en
un principio apoyó las reivindicaciones de las ciudades, a
medida que advirtió la radicalización del levantamiento, se
aglutinó en torno al emperador. Carlos intentó ganar
tiempo prometiendo la supresión de impuestos y la
castellanización del gobierno. Cuando contaba con el
apoyo suficiente, sitió a las tropas comuneras en Villalar,
donde las milicias se dispersaron prácticamente sin
presentar combate (1521).
5. EL MOVIMIENTO COMUNERO
La represión fue durísima: los dirigentes comuneros (Padilla, Bravo y Maldonado) fueron ajusticiados al día siguiente y poco después las Juntas se desintegraron en la mayoría de las ciudades. Sólo Toledo, defendida por María Pacheco, esposa de padilla, resistió hasta febrero de 1522.
Ejecución de los comuneros, de Antonio
Gilbert (1860)
5. EL MOVIMIENTO COMUNERO
Se ha discutido mucho sobre el significado de las
Comunidades: si fueron un movimiento social que
buscaban más libertades para todos los súbditos del reino,
si fue un movimiento político que quería limitar los
poderes del rey y la nobleza. Hay un hecho cierto: la
derrota del movimiento comunero significa el triunfo del
absolutismo monárquico; a partir de este momento, las
ciudades pierden su fuerza política, las Cortes quedan
debilitadas y sometidas al arbitrio del rey y en Castilla se
extiende el sentimiento de haber perdido sus libertades.