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La transición al feudalismo ISPED Arte, cultura y sociedadProf. José Cardoso

Transicion romanico gotico

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La transición al feudalismo

ISPED – Arte, cultura y sociedad– Prof. José Cardoso

Hacia el siglo IX, junto al “renacimiento carolingio” la cristiandad latina se vio nuevamente amenazada, no por bárbaros que migraban sino por simples bandidos que sitiaban a Europa por todos los flancos: daneses, vikingos, islámicos, húngaros. Estos buscaban las riquezas y el oro que como botín de guerra Carlomagno y sus descendientes habían arrebatado a los pueblos sometidos, y que fueron a parar, en buena parte, a las iglesias en forma de ofrenda. “En el siglo X, al tiempo que se afirmaba la autonomía de las etnias regionales bajo la dirección de príncipes que eran a la vez caudillos militares, protectores de las grandes abadías y mandatarios del santo patrón de la provincia, se iniciaba el movimiento que llevaría a una contracción de los poderes en torno a cada castillo” (G. Duby).

Los obispos del norte de Francia, proclaman en 1030 que siguiendo el plan divino, los hombres se dividen en tres clases, los que oran, los que combaten y los que trabajan. A partir de este simple acuerdo, a la vez que las iglesias se llenan de ofrendas y riquezas que aseguren victorias y salvaciones, los campesinos dan nuevo impulso a la producción rural gracias a las mejoras en los arados, y los ejércitos de cada castillo se vuelven cada vez más poderosos. Europa vuelve a erigirse triunfante sobre sus enemigos y dispuesta a nueva expansión.

Por otro lado, los monasterios y lugares de culto se multiplicaron. Cada castillo importante tenía una iglesia y sus talleres. Esta es la época de las peregrinaciones y las cruzadas. A la vez que los beatos caballeros medievales iban a visitar el santo sepulcro o la tumba de Santiago de Compostela, arrasando todo a su paso, y a la vez ofrendando buena parte de lo robado a los monasterios que a lo largo de los caminos se multiplicaban llenos de “reliquias” –verdaderas o falsas- de los diferentes santos.

En los monasterios nacerán la universidades que propugnarán una visión crítica del saber tradicional y la didáctica cristiana: el escolasticismo; rescatarán la filosofía antigua, distinta al neoplatonismo de San Agustín, haciendo énfasis en la de Aristóteles (lógica). Busca emplear la razón humana para comprender el contenido sobrenatural de la revelación cristiana, basándose sobre todo en Santo Tomás de Aquino (1224-1274).

Plano de un Feudo o una Señoría

La casa o el castillo del señor feudal. Era el centro político y judicial del feudo. En algunos lugares también hacía las veces de centro de

acopio de los alimentos y mercancías.

La iglesia, era obviamente el centro de la vida religiosa del feudo, pero también en núcleo de la vida civil, pues

era la Iglesia quien llevaba el registro de los nacimientos, muertes, matrimonios, etc. La iglesia y el castillo eran, generalmente, los únicos edificios hechos

en piedra en kilómetros a la redonda.

La villa o poblado, era el lugar de asiento y habitación de los siervos y vasallos, aunque

algunos tenían el privilegio de vivir en el castillo si servían al señor.

Pastizal común para pastorear los rebaños.

Fuente de agua, arroyo y pozo o lago, indispensable para la subsistencia.

Tierras de cultivo para las distintas estaciones, trabajadas según un sistema rotativo para evitar el

agotamiento de la tierra.

Los términos del contrato feudal (Homenaje) nunca fueron escritos, siendo más que suficiente el valor de la palabra empeñada y ritualizada. El feudo funcionó como una unidad económica, política y social muy bien organizada, que mantenía un alto sentido de comunidad. La Iglesia cristiana dio a este modo de vida su bendición y lo justificó plenamente.

En el marco de una Europa amenazada, podemos ver como la precaria situación social

se ve reflejada en la construcción de castillos e iglesias, verdaderas fortalezas.

Castello del Monte, Bari, Italia. (Siglo XI-XII) Castillo de Hendingham, Essex, Inglaterra (h.1150)

Iglesia Templaria, Sur de Francia. (H. 1160) Iglesia de San Pedro, Sur de Italia. (Siglo XI)

Ya estabilizándose Europa a través del homenaje feudal, el aporte del monacato y los acuerdos entre príncipes, reyes e iglesia y superada la “Querella de las investiduras” (1073-1122), surge entonces el primer estilo cristiano internacional, el Románico (debe su nombre a que las macizas construcciones de la época –para la defensa y asilo- recordaban al estilo romano imperial), con una definida iconografía al servicio del temor a dios y al juicio final gracias a los terrores del año mil. Aunque el año mil llegó sin ninguna novedad, el temor por la ira de una imagen de Dios como el Gran Juez y no como el Padre Bondadoso, hizo que las prédicas tanto en la palabra como en las imágenes infundiera más temor que piedad o misericordia.

Capitel de la antigua Catedral de Estrasburgo, S XI (representación de Adán y eva).

Capitel de la Iglesia de San Juan de la Peña, S X. (Magdalena arrepentida). Nótese que el bulto aún es moderado, en contraposición a la imagen de la derecha, un siglo después.

Capitel de la Catedral de Autum, S XI. Judas y los demonios de su conciencia.

Capitel de la Iglesia de la Madelaine de Vezelay, S XI. Alegoría de la lujuria y la desesperación.

También poderosos vínculos unían a diversas iglesias y monasterios, lo cual dio lugar a la formación de congregaciones, la más famosa la de Cluny, que se conformaron en los motores del desarrollo artístico del siglo XI. La abadía de Cluny estaba muy ligada a Roma, y era la cabeza del movimiento renovador que pretendía prolongar el renacimiento carolingio, volviendo a los principios estéticos de la antigüedad clásica. Se atrevieron incluso, a finales del siglo XI a recuperar en las entradas de las iglesias las grandes esculturas figurativas en piedra, que el concilio de Nicea, condenando la iconoclastia había nuevamente permitido.

Desde los portales y tímpanos a todos se les recordaba todo el tiempo que Cristo les juzgaría, sin misericordia ninguna, el día del Juicio Final. A la entrada de las iglesias románicas hallaremos figuras como la de arriba (Tímpano de la Basílica de Vezelay, Francia. h. 1100), que nos muestran un Cristo rígido, inconmovible, aparentemente incapaz de sentir piedad por nadie. Separando justos y pecadores (estos últimos devorados por el demonio) el día del juicio final.

Interioridad MisticismoAscetismo + +

La Iglesia estimuló la vida monástica y la creciente espiritualidad que, de una manera muy peculiar, se generó dentro de los claustros.Así, el considerable desarrollo del misticismo, entendido éste como una relación individual y directa con Dios a través de una conexión espiritual que buscaba acceder al ámbito divino por medio de los caminos de la fe, dio a los monjes de los siglos X, XI y XII, fama y autoridad excepcionales. De cualquier modo, cultivar el mundo interior en detrimento del exterior es la regla fundamental del período del cual hemos hablado. Pero toda esta renovación política y económica produciría no pocos cambios. Las ciudades serían cada vez más grandes centros de comercio donde se daban cita hombres de los más diversos lugares y con los más diversos productos. El extranjero pasó de ser alguien a quien se despojaba de todo a ser alguien con quien podía intercambiar oro, especias, tejidos, etc. Comenzó a florecer la actividad bancaria y el comercio marítimo, las fortunas se concentraban en pocas familias y las corporaciones de oficios, cada vez más solicitadas fueron ganando poder y dinero lo que provocaría no pocos problemas.

En este período tendremos entonces algunas ideas que marcarán el punto de partida para las obras de arte religioso cristiano y que, al mismo tiempo, éste ayudará a definir claramente:

Arte Románico

Hemos mencionado anteriormente a la orden de Cluny (Benedictina) la cual logró mayor poderío que ninguna, aliada de Roma y los reyes europeos, hacia el siglo XIV contaba con 37.000 miembros, y había aportado a la iglesia 30 papas, 200 cardenales, 7.000 arzobispos, 15.000 obispos, 5.000 beatos y 1.560 santos. En el siglo XII, el Abad Suger dirigía Cluny y era consejero –entre otras cosas- del rey de Francia. Defensor acérrimo de las riquezas de la iglesia, fue duramente cuestionado por Bernardo de Claraval (San Bernardo, de la orden del Císter, que procuraba retornar a las enseñanzas ascéticas de San Benito: Ora et Labora). Hacialos siglos XII y XIII, los antes llamados herejes, que reclamaban una y otra vez por los excesos de los religiosos, en lo referido a la acumulación de fortunas, derroche de fastuosidad y abusos permanentes en el terreno sexual, comenzaron a ser escuchados. El papa se aplicó a depurar las estructuras eclesiásticas y en el concilio de 1119, Calixto II se puso decididamente a favor de los obispos contra Cluny, en quien se habían apoyado sus predecesores. Esto no era raro, ya que en las florecientes ciudades residían los obispos y eran sede de las catedrales, los monjes dejaron de ser la piedra angular, para pasar a ser casi una molestia. Pero los monjes se adaptaron al cambio y regresaron a los principios de la vida monástica de los inicios. Se multiplicaban ahora las abadías Cistercienses bajo los preceptos de la Cartuja. Esos monjes retirados de todo y sin la menor fastuosidad tanto en su vida como en sus iglesias fueron venerados en medio de la sed de codicia y dinero que recorría Europa.

Aún así, es interesante la discusión entre Suger y Bernardo, de la que tomaremos algunos pasajes. Debe considerarse que la fastuosidad y lujos, pasarían de las abadías a las catedrales y del campo a la ciudad. Se avecinaban grandes cambios “teológicos” en el cristianismo como veremos más adelante.

Abad Suger de Cluny“Por lo tanto, cuando por el amor que siento hacia la belleza de la morada de Dios, la caleidoscópica hermosura de las gemas me distrae de las preocupaciones terrenas y, transfiriendo también la diversidad de las santas virtudes a las cosas materiales y a las inmateriales, la honesta meditación me convence de que me conceda una pausa... Me parece verme a mí mismo en una región desconocida del mundo, que no está ni completamente en el fango terrestre, ni totalmente en la pureza del cielo, y me parece poder mudarme, con la ayuda de Dios, de ésta inferior a la superior de forma anagógica”. (De rebus)

“El hombre no tiene por qué avergonzarse de depender de los sentidos y en lugar de dar la espalda al mundo físico, ha de buscar trascenderlo absorbiéndolo.”

“ La LUZ es, sin duda, el medio y el mensaje más idóneo para coadyuvar al hombre en el proceso del conocimiento.“

“¿Qué otro material sino el oro y las piedras preciosas debe conformar el cáliz que no tiene otra función que contener la sangre del Señor? Gracias a las luminosascualidades de la materia, podemos transportarnos de este mundo inferior al mundo superior, que es el de Dios.”

“ Las cosas bellas y buenas, iluminan al hombre el caminohacia aquellas que no puede comprender porque no las ve o no se materializan ante él.”

“ El mundo material no puede ser otra cosa que una gran luz que nos guía hacia lo alto, hacia la causa trascendente de todas las cosas, que es Dios.”

San Bernardo de Claraval

“Quedan cubiertas de oro las reliquias y deslúmbranse los ojos, pero se abren los bolsillos. Se exhiben preciosas imágenes de un santo o una santa, y creen los fieles que es más poderoso cuanto más sobrecargado está de policromía. (...) Se agolpan los hombres para besarlo, les invitan a depositar su ofrenda, se quedan pasmados por el arte, pero salen sin admirar su santidad” (Apología ad Guillelmunabbatem).

“En los claustros e iglesias no debe haber nada relacionado con el placer de las bellas formas sensibles, ya sean de la naturaleza o del arte.”

“Se debe ser ajeno al mundo visible y su belleza.El arte, por pertenecer al mundo sensible que sehalla siempre en perenne rebelión contra lo eterno,lo mismo que la razón humana contra la fe,de los sentidos contra el espíritu,debe ser evitado en los lugares santos.”

“Pero en los capiteles de los claustros, donde los hermanos hacen su lectura, ¿qué razón tienen tantos monstruos ridículos, tanta belleza deforme y tanta deformidad artística? Esos monos inmundos, esos fieros leones, esos horribles centauros, esas representaciones y carátulas con cuerpo de animal y caras de hombres (...) aquí un cuadrúpedo con cola de serpiente, allí un pez con cabeza de cuadrúpedo (...) Por todas partes aparece tan grande y prodigiosa variedad de los más diversos caprichos que a los monjes más les agrada leer en los mármoles que en los códices y pasarse todo el día admirando tanto detalle sin meditar la ley de Dios.”

El simbólico año mil no significa nada por sí mismo, pero a partir de entonces se da por terminada la Edad Oscura de las invasiones de la Alta Edad Media: húngaros y normandos están ya asentados e integrados en la cristiandad latina. La Europa de la Plena Edad Media (siglos XI al XIII) es expansiva también en el terreno militar: las cruzadas en el Próximo Oriente, la dominación angevina de Sicilia y el avance de los reinos cristianos en la península Ibérica (desaparecido el Califato de Córdoba) amenazan con reducir el espacio islámico a la ribera sur de la cuenca del Mediterráneo y el interior de Asia.

El modo de producción feudal se desarrolla sin encontrar de momento límites a su extensión (como ocurrirá con la crisis del siglo XIV). La renta feudal se distribuye por los señores fuera del campo, donde se origina: las ciudades y la burguesía crecen con el aumento de la demanda de productos artesanales y del comercio a larga distancia, nacen y se desarrollan las ferias, las rutas comerciales terrestres y marítimas e instituciones como la Hansa. Europa Central y Septentrional entran en el corazón de la civilización Occidental.

En este marco, la concentración de poder favoreció en parte la unidad europea, aunque ésta se hallaba dividida en infinidad de principados, París fue sin duda la ciudad que irradiaba todo lo que iba constituyendo Europa, se fueron afirmando las normas jurídicas y las ciudades se imponían al campo. Ya San Agustín aceptaba –en el marco del plan divino- el estado secular como posible. Pero si algo o alguien le dio unidad a la Europa del siglo XIII, esa fue la iglesia.

A través de algunas importantes reformas, se insertó de una vez y para siempre en todos los estamentos sociales y su control fue total. Uniformó su discurso y modeló a la perfección la ideología con que curas, monjes y obispos salían a evangelizar al pueblo, a través de la educación en universidades monacales, donde se enseñaba a sacerdotes y príncipes laicos todo el saber necesario, resumido en las siete artes liberales (trivium: gramática, retórica y dialéctica; cuadrivium: aritmética, geometría, astronomía y música). Se constituyeron los sacramentos a través de los cuales tenía injerencia y control en todos los acuerdos y promociones sociales, por otra parte, cerró el círculo con la institución de la confesión, con lo cual también obtenía el control de las conciencias.

Como símbolo de este nuevo orden, complemento del plan divino, hacia fines del 1100 se inaugura una nueva forma de construir catedrales: con suma audacia se realizan dos importantes modificaciones: se aumenta un tercio la altura de las bóvedas y se reemplazan los tabiques de piedra por vidrieras. Queda inaugurado el estilo gótico. Una catedral gótica no se trata sólo de una extraordinaria obra de laarquitectura. Aunque ante ellas nos quedemos admirados por su altura y su innegable monumentalidad, no es eso precisamente lo que de ellas deseamos destacar aquí.Lo importante viene siendo su extraordinario sentido simbólico.Vale recordar que desde los primeros tiempos del Cristianismo María fue asociada con la Iglesia. Se hablaba de ambas como la Madre de todos los cristianos sin hacer ninguna distinción.La catedral gótica va a ser el cúmulo simbólico más grande de esa asociación centenaria.El sentido simbólico de una catedral gótica es inmenso y pueden observarse algunos aspectos de éste, tanto desde dentro como desde afuera.El uso de tres portales para entrar a la iglesia es una clara alusión simbólica a la Santísima Trinidad.El montón de elementos escultóricos que se alzanhacia el cielo, nos sugieren el sentido de elevación espiritual que debe poseer todo buen cristiano.

Catedral de Reims, Francia (Siglos XII-XIII)

Las ideas de Suger sobre la luz, provenían de sus lecturas de San Dionisio (S III), el que había manifestado:

“Las cosas visibles son imágenes de la belleza invisible”“Dios Padre es Pater Luminun y Cristo es la luminosidad esencial, o claritas, que ha revelado al Padre al mundo.”

Con esto, Dionisio asociaba a la luz natural (lux corporalis) con la luz espiritual (lux spiritualis) y aceptaba que la luminosidad material es una imagen de la luminosidad divina que viene del mundo sobrenatural.De esta manera, se le daba a la luz –un elemento de la naturaleza, que sólo puede ser captado por los sentidos- una cualidad simbólica especial.El pensamiento de Dionisio fue tan importante varios siglos después por una razón fundamental: estaba basado en los Evangelios. La asociación de la esencia misma de Dios con la LUZ, llevará a la invención de un sistema nuevo dentro de la construcción de templos cristianos para hacer patente tal asociación simbólica en la materialidad de éstos.

Vista exterior e interior de la Santa Capilla de París, Francia (Siglo XIII)

El simbolismo relacionado con la luz se observa en el interior de las catedrales, no afuera.En primer lugar, recordemos cómo se veían las iglesias románicas y luego veamos cómo luce el interior de una iglesia gótica...

En primer lugar, debemos destacar la importancia de los interiores muy amplios. Esto, debido a que la iglesia gótica es concebida como un ámbito profundamente idealizado que viene a asumir el valor de un universo celestial, sobrenatural. Pero también porque dentro de ese ámbito sobrenatural, los espacios son necesarios para permitir que la luz actúe eficazmente como un símbolo.

Las dimensiones de estas iglesias son enormes y hacen que su interior, sólo por su escala, impacte grandemente a quien en ellas se encuentre. El efecto psicológico aquí es muy importante.Los VITRALES son la pieza clave en el interior de una iglesia gótica, pues es gracias a ellos que la luz que penetra en el interior no sólo ilumina el espacio sino que lo transmuta constantemente, confiriéndole una dimensión irreal, no natural, trascendida.

Vitral de la catedral de Notre-Dame de París (Siglo XII-XIII)

Veámoslo de esta forma: al colocar enormes vitrales en los muros de las iglesias, éstos debían hacerse necesariamente más delgados.Simbólicamente, el grueso muro románico se transformó en la materia traslúcida del vidrio de colores.Pero además, esas vidrieras no dejaban pasar una iluminación clara y diáfana, sino una luztransmutada, porque es coloreada.Este fenómeno adquirió también un carácter simbólico doble: por una parte era la lux spiritualis o Dios mismo el que penetraba a través de los vitrales y, por otra parte, se creaba toda una ambientación aparentementesobrenatural, porque la luz interior no era igual a la del exterior. El Gótico es la articulación entre las necesidades simbólicas y las soluciones técnicas. Éstas, por separado,no hacen ni definen el Gótico.

Pero los recursos de una catedral gótica no terminan allí. Su simbolismo es mucho más rico de lo que se puede imaginar.Si nos fijamos bien en la ventana circular que hay en la fachada de la Catedral de Notre-Dame, observando de cerca veremos que es un ventanal circular y desde afuera una imagen de la Virgen María preside la entrada flanqueada por dos ángeles, perfectamente centrada para tener una impresionante aura y a la vez mandorla.Visto desde el interior, el asunto cambia un poco...

Así es como se vería desde dentro.En realidad la forma circular del vitral no es tal, pues se trata de una serie de secciones que se agrupan concéntricamente alrededor de un mismo punto.Si se mira bien, parece más una flor.Por ello, a estos ventanales se les denomina rosetón, en recuerdode las rosas que son símbolo de laVirgen María.

Aún podemos ir más allá.La pintura de la izquierda (Jan Van Eyck, Virgen y el Niño en una iglesia, h. 1426), aunque fue realizada casi 100 años después de que las iglesias de estilo gótico dejaron de construirse, expresa perfectamente el significado simbólico que le imprime la luz al interior, el cual está también relacionado con María... En la pintura podemos ver a María con el Niño Jesús en el interior de una iglesia. María y el Niño resultan mucho más grandes que la propia construcción, pero no olvidemos que aquí no se busca representar sino una realidad sobrenatural. Lo interesante es que la pintura es una alusión a María y al misterio de la Encarnación –la Concepción de Jesús-. La luz penetra a través de los vitrales, sin dañarlos, sin tocarlos, sin modificarlos... eso mismo hizo el Espíritu Santo al bañar con su luz a María y sembrar en su vientre al Hijo de Dios.María permaneció tan pura como antes.

Finalmente, aún podemos mencionar a las gárgolas y quimeras, tan caras a la arquitectura gótica, y que rescatan toda la antigua tradición del “bestiario medioeval”. En principio su función era decorar los desagües pluviales, estas son las gárgolas (su nombrederiva del francés gargouille > gargouiller ”producir un ruido semejante al de un líquido

en un tubo”, latín gurgulio y griego γαργαρίζω “hacer gárgaras”) pero su uso se extendió a diversos lugares de las catedrales e iglesias, como protectoras contra los malos espíritus, de un lado, y para infundir temor en los fieles por el otro (quimeras).

Bestiario de Aberdeen, Sátiro. S XII Quimera en los tejados de Notre Dame de París

Dios el geómetra, Codex Vindobonensis. h. 1250

Además de todo lo que ya hemosvisto, no está demás resaltar quepara el hombre medieval, sobretodo aquel de los siglos XII y XIII,levantar un templo no era unalabor cualquiera, pues:

Dios es el gran arquitecto del mundo

Así, hacer las veces de arquitecto era, en cierta forma,imitar a Dios en la faceta creativa.

Al igual que lo habíamos visto anteriormente en el caso de la creación de la iconografía cristiana, las constantes alusiones a un mundo que no es el natural y que requiere de un sofisticado simbolismo para ser expresado, no van a cesar en el arte religioso cristiano.Simplemente se harán más profundas, se vincularán con nuevas ideas o rescatarán algunas más antiguas.De esta manera, la estructura de la catedral gótica debe adecuarse también a las intenciones de recrear el principal oficio de Dios Padre, el de creador. Que no nos extrañe entonces hallar simbolismo en cada cosa:

- Esta casa (la Iglesia) está construida sobre una piedra angular, lo mismo que Cristo lo es para la Cristiandad.

- Sus cuatro muros se elevan al igual que la Iglesia se desarrolla gracias a los cuatro Evangelios.

- Las piedras que la conforman están unidas por mortero, al igual que los creyentes están unidos por el lazo del amor.

- Las columnas que soportan el edificio son los apóstoles y los obispos.

- Las tejas que la protegen de la lluvia son como los soldados que la protegen de sus enemigos.

- Las criptas subterráneas son los hombres santos que cultivan la vida interior y florecen en la virtud.

Hemos insistido en la intención constante del arte religioso cristiano de no buscar su fuentes de inspiración en la realidad natural, sino en la realidad sobrenatural. Alrededor de esta noción ha girado todo el arte medieval, por tanto esto es lo que nosdebe quedar claro para la siguiente presentación.

Las imágenes son representaciones

visibles de labelleza divina que

es invisible. A travésde ellas, se iluminala comprensión deuna realidad sobre-natural que es ajena

al hombre. Lo sensiblelleva a lo abstracto.

La Iglesia CristianaCatólica, planteó enel Concilio de Nicea

IIcuál sería su concepción

sobre las imágenes religiosas.

De esta manera, lasimágenes religiosas

Podráncumplir su función

pedagógica ypermanecer dentrode los parámetros

de la atemporalidade inmaterialidad de

la divinidad.