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TRUJILLO: el equilibrio fatalista
Francisco J. González C.
Fondo Editorial PORTRUJILLO
2
EXORDIO
Luego de mucho meditar decido publicar de nuevo este ensayo escrito en
1986 casi tal cual como en el original. Solo suprimo algunos cuadros
estadísticos y agrego unas notas escritas en letra cursiva que informan o
aclaran asuntos en razón del tiempo transcurrido. Juzgarán ustedes la
vigencia del mismo. FGC.
3
“…cuantas veces he hablado de la necesidad en que
estamos, de poner fin a la larga conspiración de prudencia
que desde todos los confines amenaza nuestro progreso
social.”
Marío Briceño Iragorri
El Caballo de Ledezma
4
PRÓLOGO
El texto escolar de Geografía de Venezuela que seguíamos en el
Colegio Salesiano de Valera, hace ya medio siglo, daba al país
tres millones de habitantes y a Trujillo el diez por ciento de esa
cifra, lo cual situaba a nuestro Estado en uno de los primeros
puestos de la demografía, detrás acaso, de Zulia, de Lara y de
Miranda. Táchira y Mérida, más extensos, tenían menor
población.
La producción de granos era abundante, tanto, que se
consideraba a Trujillo el granero de Venezuela, y antes de que las
mulas corianas trajeran sus cargas de maíz, venían, escoteras, a
recogerlo de Trujillo para remediar la cíclica escasez del grano,
causada por los largos veranos de la Sierra de Coro. El café, la
caña de azúcar, las papas, los productos pecuaríos
autoabastecían y aun permitían la exportación. El café Boconó era
5
famoso en el mercado mundial.
Semejante status soportaba bien el pasado azaroso de heroísmos
y decisiones trascendentales que ilustran la historia y por los
cuales Trujillo es una de las siete estrellas que decoran y
alumbran la bandera nacional.
Para quien nació en esa conciencia de su tierra no es, por
supuesto, grato saber que ahora Trujillo y Sucre son tenidos por
los más deprimidos socialmente y que para ellos se diseñan
programas emergentes de socorro, llámense bono alimentarío o
bolsa de alimentos. Eso es lo que ha inventado la administración
para conjurar la pobreza crítica de Trujillo, y ni siquiera se cumple;
y ello, a muchos anos de aquel pensamiento según el cual no
debe darse un pez al hombre, sino ensenarlo a pescar.
La decadencia de Trujillo no está constituida por la parálisis de su
crecimiento demográfico, sino por la penuria de su población: "de
cien mil familias que hay en el Estado, apenas doscientas sesenta
pertenecen a la clase alta, esto es, al primer estrato de la
sociedad", afirma el autor de este libro; y ello significa el 0.24% de
la población, contra el 1 %, que es la proporción nacional y el
6
2.2%, que es la del Distrito Federal, por ejemplo.
No son pocas las explicaciones que se dan al estancamiento, al
deteríoro y a la degradación trujillanos: la diáspora humana como
causa o como efecto, el empobrecimiento y fatiga de las tierras, el
atavismo social y político, los malos gobernantes, la pesadumbre
de la historia. Posiblemente todo ello y algo mas es cierto. Lo
doloroso es que corre el tiempo, se alternan en el poder los
partidos, se pasa de la abundancia suma a la limitación de los
recursos fiscales y Trujillo continúe en el piano inclinado de su
desventura.
El texto de geografía que menciono ponía como antípodas a
Bolívar, con doscientos treinta y ocho mil kilómetros cuadrados y
ochenta y cinco mil habitantes, y a Trujillo, con siete mil
cuatrocientos kilómetros cuadrados y casi trescientos mil habitan-
tes. Barinas, llamado inexplicablemente Zamora en aquel tiempo,
era la mueca de su propio pasado: la capital, colección de ruinas y
de escombros, tenía entonces menor población que Barrancas, y
parecía que la entidad iba a perder la condición de Estado.
7
Bolívar es hoy una de las regiones más pobladas, y si puede
hablarse todavía de antípodas, ellas podrían ser Barinas y Trujillo:
treinta y cinco mil kilómetros cuadrados, plétora de recursos
importantes, polo de atracción demográfica, región perfectamente
conformada aquella; siete mil cuatrocientos kilómetros, fragilidad
de los recursos económicos, centro expulsor de su población,
imposible o equívoca región, esta. Posiblemente una descarga
razonable de su población o un largo crecimiento vegetativo
habrían sentado bien a Trujillo si su circunstancia demográfica no
fuera tan diabólica, que tiene el mismo efecto de las lluvias
torrenciales sobre la tierra labrada de las laderas. Como la capa
vegetal que ha enriquecido ha cuenca del lago de Maracaibo, así
la mejor gente trujillana bajo de sus riscos, ora a aportar mano de
obra en la empresa del petróleo en el Zulia, ora a probar suerte en
otro medio sin sombra de caciques caprichosos, ora a emprender
la aventura inacabable del hombre al amor de un sol diverso. A la
postre, emigrar se convirtió en el destino del trujillano, y ni el
mismo podría explicar la razón de su ausencia.
Cuántas veces hemos tropezado, en las grandes ciudades
8
Caracas, Barquisimeto, Maracaibo, Valencia, aun Puerto Ordaz
con el gheto trujillano, uno más en los barríos marginales donde
se apaga la ola humana que viene, inatajable, desde el medio
rural. En Ios más nombrados barríos caraqueños los guetos son
de boconeses, de caracheros, de escuqueños, pues aun en la
lejanía de su arisco terruño perduran las asimetrías, disparidades
y diferencias que hacen de Trujillo un estado varío y desigual.
Alguna vez, de regreso de una gira política a un bello pueblo frío
del Estado Trujillo, llevamos a Caracas a dos bellas muchachas
de la más selecta sociedad local, que nos habían atendido en su
casa. Al preguntarles, una vez en Caracas, la dirección de su
residencia capitalina, indicaron la de un barrío miserable, de esos
emergentes y caóticos. No perdimos la ocasión de hacer después
la reflexión que tipifica el caso de la degradación trujillana.
Aquellas muchachas, de primera en su pueblo, pasaban a ser
lumpen, gente sin clasificación o disímbola en el vientre horrible
de la gran ciudad.
Si se compara con sus hermanos de Cordillera Mérida y Táchira,
9
Trujillo sale hoy en desventaja. Alguien diría que a Mérida lo salva
la persistencia iluminada de una universidad dos veces
centenaria, y al Táchira, la circunstancia de ser un pueblo nuevo,
sin reatos históricos y con el estímulo constante de una frontera
viva; en tanto que Trujillo tiene cansancio de su cargo de glorias y
de luchas, carece de territorío y endémicamente ha sido mal
gobernado.
Pero no son o no parecen ser bastantes esas razones. Una o
más, profundas, debe haber.
El geógrafo Francisco Gonzalez, autor de este libro, penetra en el
caso trujillano con resolución, y en un ensayo novedoso, como el
que tiene ante sí el lector, se atreve a develarlo y a comentarlo
con criterío científico.
Pertenece a las más recientes promociones universitarias, ha
visto y medido a espacio la razón de ser de Trujillo en su
geografía física y humana, en sus caprichos sociológicos, en su
desconcertante proceso económico, y tiene la capacidad y la
autoridad para dar su versión, que está en las páginas siguientes.
10
Ya debe mucho Trujillo a este joven investigador, perteneciente a
una dilatada y distinguida familia de La Quebrada, Distrito
Urdaneta. Junto a otros estudiosos y preocupados paisanos suyos
ha participado en numerosas iniciativas cívicas las más valientes y
modernas para modificar el cuadro de la sociedad trujillana como
debe modificarse: a través de un nuevo individuo labrado
intensamente por la educación.
En PORTRUJILLO, la gallarda Fundación para el desarrollo in-
tegral de ese Estado, Gonzalez es pieza fundamental, farero
animoso, dispuesto siempre a dar más de su fe convertida en
esfuerzo.
Antes de estas páginas, el "morocho" Gonzalez ha publicado
muchas otras, testimonio de su entrañable interés por la redención
de su tierra; ha incursionado en el quehacer universitarío, ha
pertenecido a numerosas sociedades, anhelante de ser útil en la
medida en que lo necesita y reclama su Estado nativo. Hasta se
ha comprometido en empresas políticas contingentes, tal vez
ansioso de encontrar en ellas marco y herramientas para sus
11
propósitos civilizadores. La misma devoción por su tierra, su
generosidad y su vocación de servicio le han impedido ver que un
hombre como el, tan eficiente y bien equipado, no debe limitarse
ni limitar su empeño en el cuadro de una determinada parcialidad
política, pues debiéndose a toda la comunidad y afanándose por
la suerte de ella toda, no debe prever más resistencias que la del
atraso ni más suspicacias que la de la envidia rasa.
En su misma cuna ha advertido Gonzalez la más protuberante
característica de la sociedad tradicional de Trujillo: el caudillismo.
Nativo de La Quebrada, desde su niñez debió escuchar historias y
consejas acerca de los caudillos grandes y pequeños a quienes
los campesinos mencionan todavía con sus primeros nombres y
con el comentarío y el recuerdo grabados conformes a la bondad
o la malicia que tuvieron. El General Federico, pongamos por
caso, empedernido habitador de La Quebrada, era bondadoso.
Los campesinos lo amaban y seguían, y el, desde el balconcete
de su modesta casa de la plaza, en los últimos años de su vida
12
patriarcal, observaba el ajetreo inocente del pueblo que lo tenía
como un punto de apoyo y referencia. “Él era caudillo no por el
dinero que tenía, sino por el respeto que todos le debíamos", me
explico en La Quebrada un campesino anónimo.
Ojalá Gonzalez mismo se atreva un día a estudiar ese
apasionante fenómeno del caudillismo trujillano, que no tiene igual
en la república. Grava tanto el comportamiento del hombre tru-
jillano esa modalidad social, que no es temerarío culparlo de
ciertas reacciones y hábitos que caracterizan a este pueblo.
Conviene situar en su justo lugar esa influencia, posiblemente
heredada de las encomiendas coloniales, ellas mismas asignadas
en Trujillo conforme a una difícil y caprichosa geografía. Eran
mesetas altas, valles estrechos, barreras montañosas, gargantas
insalvables las referencias topográficas que dislocan, más que
dividen, el mapa trujillano. Era apenas natural que de
encomendero se pasara a gamonal, de allí a cacique y de cacique
a caudillo, que es el cacique mayor, ya con ínfulas políticas,
jurisdicción suficiente y mesnadas bastantes para la aventura de
13
la guerra y del poder.
Conocimos las estribaciones del caudillismo y sabemos que en
sus postrimerías tenía más de sacrificio que de arrogancia. Era el
caudillo el jefe tutelar que aconsejaba, así para la siembra como
para el matrimonio, y protegía con sus influencias al leal que
delinquía por el honor o por el alcohol, o por ambas razones
combinadas: en los términos de la modesta baronía de su señor
hallaba santuarío si allí se refugiaba luego del delito; o bien lo
extraía con prontitud de la cárcel si el brazo de la justicia lo había
alcanzado ya. Penoso era ya el oficio del caudillo. Puertas
abiertas, oídos dispuestos, bolsa generosa para recibir, escuchar
y acudir. Todo contra una lealtad que ya no habría ocasión de
exigir o comprobar. De los tiempos en que el León de la Cordillera
tenia vigencia incontrastable en toda ella y, con la mano en la
mancera del arado recibía, como Cincinato, a los delegados de
Guzman Blanco que iban a Jajó a proponerle la paz o la alianza, a
estos, nuestros, de caudillos disminuidos ya, habían transcurrido
muchos años durante los cuales Trujillo fue feudal. Lo malo es
que luego no ha habido un Renacimiento.
14
El "morocho" Gonzalez lo propone en este libro, cuyos originales
he leído con entusiasmo. Geógrafo, como es, y buen geógrafo, y
sociólogo, además, por pasión, ahonda en el hecho físico y en el
social que en Trujillo dominan.
Puede uno no compartir con Francisco Gonzalez algunas de sus
conclusiones, pero no puede dejar de endosar la claridad y
precisión de sus análisis. Como él ha hecho con angustiada
penetración el diagnostico de su tierra y ha braceado, animoso,
por hallar soluciones, propone lo que cree que debe hacerse para
que nuestro Estado se vivifique y ande otra vez.
Como el autor, soy desvelado e incansable trotador y visitante de
los pueblos y aldeas trujillanos. Me duele ver en los campos, junto
a indiscutibles avances tecnológicos, el deteríoro de las
costumbres, de la vivienda, del vestido. Hasta no hace mucho, el
campesino había arribado a la bota de cuero. Hoy, con la
influencia de los inmigrantes no deseados, regresa, no a la cotiza
tradicional, sino a la babucha de plástico.
La casa de teja, o de fajina, ha dado paso al rancho de zinc; la
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tapia pisada, al choreto bahareque; y no hay ya tejares ni tendales
en los campos, desde que se prohibió alimentarlos con leña y no
se ofreció un sustituto popular a gas o a petróleo para producir las
tejas y la cal. Entre su casa sucia, desordenada y promiscua, el
hombre trujillano no ha avanzado y antes ha retrocedido en su
miseria, que es la pobreza sin dignidad.
Propone Gonzalez la educación como primer remedio, y está en lo
justo. PORTRUJILLO, Fundación en la cual es figura principal, ha
intentado un ensayo piloto de preescolar para comenzar la
producción de un nuevo trujillano con quien sustituir
ventajosamente al hombre actual; y en cuanto a este, una red de
institutos que lo capaciten para ser útil.
Si el plan de PORTRUJILLO se cumple, en el Estado se
experimentará la novedosa promesa que es la educación
preescolar, destinada a suministrar en la edad óptima los valores
éticos fundamentales, junto con las proteínas, también
fundamentales, y el concepto verdadero de igualdad como no se
adquirirá en ninguna otra etapa de la vida. El programa de acción
16
para Trujillo debe tender al desarrollo armonioso de sus
potencialidades, y ya sería bastante que el trujillano no tuviera que
nacer bajo el signo del éxodo, pues es en su propio territorío
donde deben estar su desafío, su aventura y su destino. La clave
de todo esto pasa por una nueva educación y por nuevos
estímulos para que se desperece y abandone su fatalismo. Todo
lo demás serán palabras, que es lo que sobra ya en el país.
Palabras y castillos en el aire, mientras la democracia y el porvenir
no se edifiquen sobre un nuevo individuo alerta, responsable,
creador. Como fueron, sin más, los trujillanos de otra época,
cuando la patria era afán primordial.
Es inexcusable que a estas alturas del tiempo sigamos
improvisando soluciones y nos quedemos con los alcahuetes
remedios populistas. Guardando las proporciones debidas, el
Japón o Israel son infinitamente más pobres que Trujillo en
recursos económicos. La mente de su población ha sido, sin
embargo, el preferido campo de cultivo; y allí están esos dos
países, asombro y modelo del mundo. ¿Sera porque la raza
amarilla y la hebrea son superíores a la nuestra, mestizo? Nadie
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lo aceptaría cuando se sabe que la disciplina social y la cultura de
la inteligencia y de las manos, combinadas en la ética del trabajo,
obran milagros. Que son precisamente los milagros de hoy.
No quiero detener más al lector, deseoso de entrar en materia.
Que es buena esta y amena, como que explica y desarrolla las
mejores ideas sobre la realidad y la promesa de Trujillo, patria
chica tanto más amada cuando más sufrida y tanto más visceral
cuanto que es por ella que nos unimos a la palpitación de la patria
mayor y a la vecindad del universo.
Miguel Ángel Burelli Rivas
18
PRIMERA PARTE
EL EQUILIBRÍO FATALISTA
19
INTRODUCCION
En el año de 1976 la Corporación de Los Andes publicó un pequeño
ensayo titulado "Trujillo al Derecho y al Revés", donde se trataba de
reflejar el gran contraste de la realidad trujillana: la potencialidad de sus
recursos frente a la pobreza de sus habitantes. Es un contraste parecido al
que acusan muchas regiones y países subdesarrollados, pero que en
nuestro Estado adquieren una connotación particular. Venezuela es un
país singularmente dotado de recursos naturales, situado frente al mar,
que goza de variados ambientes climáticos, con cierta importancia
estratégica para el juego de poder mundial y con una estructura social
permeable. Sin embargo, con una gran mayoría de su población viviendo
en condiciones de extrema miseria, con estructuras económicas duales,
gran deteríoro de su patrimonio nacional y con tremendos desequilibríos
espaciales.
El Estado Trujillo tiene, así mismo, inmensos recursos naturales,
variedad de ambientes climáticos, acceso a la comunicación marítima,
élites dirigentes en destacada posición nacional, y constituye, sin
embargo, una área marginal dentro de la geografía del subdesarrollo
20
venezolano.
Al Economista Marco Vinicio Salas le tocó, en dicho ensayo, desarrollar
el "Trujillo al Derecho" y describir, explicar y cuantificar las
potencialidades que existen. A mí me correspondió el tema de "Trujillo al
Revés", con toda la amarga estadística del atraso, discriminación del
poder central y marginalidad. Las fuerzas de las circunstancias
determinaron que, al contrarío de lo que buscabamos, el ensayo, mas que
una toma de conciencia y la disposición de avanzar, en muchos provocó
el lamento conformista, la acusaci6n autoinduigente y la exageración
pesimista.
A los diez anos de ese informe, a la luz de los nuevos indicadores del
Censo 1981 y de otras estadísticas, intento ahora un nuevo ensayo sobre
la realidad trujillana, procurando internarme en el campo de las
explicaciones causales y planteando de nuevo ideas y alternativas para
salir del atraso.
En esa época se planteó una especie de programa denominado
"Desarrollo Trujillano: Acción Concreta", que buscaba utilizar el
"Trujillo al Derecho" para voltear el "Trujillo al Revés". La mayoría de
21
las proposiciones allí contenidas, basadas en parte en las ideas del
conocido hombre público José Muchacho Bertoni, en las líneas de acción
estratégicas contenidas en el Programa Motatán - Cenizo elaborado por
Corpoandes y en otras recogidas de diversas fuentes, están aún vigentes,
algunas se han ejecutado, otras andan a medio camino, y a la mayoría los
vaivenes partidistas las mantienen archivadas. Sin embargo, la situación
mundial y, particularmente, la nacional ha cambiado y con ello el marco
de referencia. Los recursos financieros no son ahora tan abundantes ni tan
baratos. La situación cambiaria del signo monetarío hace obsoletas
algunas ideas y pone en vigencia otras no viables en aquellas
condiciones. Además se ha avanzado en el conocimiento del Estado
Trujillo y de país, de las condicionantes para su progreso y desarrollo, de
sus fuerzas dinámicas y retardatarias, de sus contradicciones.
Todo ello obliga a un nuevo intento, más actual, audaz y flexible. Una
revisión de lo que pasó en este decenio, de la evolución de la situación y
sus tendencias. Ensayar nuevas explicaciones. Proponer nuevas
alternativas.
22
El avance del Estado Trujillo en los últimos años ha sido indudable. Sin
embargo, el dinamismo ha sido más lento que el promedio nacional y
muy por detrás del experimentado por la región central.
En efecto, las cifras del censo 1981 acusan indicadores menos graves que
los que acusaban los censos de 1961 y 1971. Ahora hay más viviendas,
mejor equipamiento, menos mortalidad infantil, menos analfabetismo,
más carreteras, más producción agrícola, más comercio, más puestos
educativos, más radios, más periódicos, más vehículos.
Lamentablemente, también hay más deteríoro ambiental, más
intervención en las cuencas altas, más ranchos, más gente pobre.
Ahora, comparativamente, Trujillo continua a la zaga en el nivel de
desarrollo, pues el ritmo de crecimiento fue mayor en el promedio
nacional y mucho más alto en otros estados, como los centrales y centro
occidentales, que en nuestro caso. Algunas ciudades y estados
EL AVANCE EN EL REZAGO
23
aprovecharon mejor la coyuntura de abundancia de los años setenta y se
modernizaron, construyeron buena infraestructura, desarrollaron
instituciones educativas, financieras, de producción, en ellos se generó un
crecimiento sustantivo.
Los estados vecinos cuentan ahora con mejores servicios e infraestructura
que el Estado Trujillo; incluso tienen más clara su perspectiva coriónica.
El Táchira, por ejemplo, tiene un desarrollo agrícola importante, cierto
impulso industrial, ha desarrollado diversas instituciones financieras y
cuenta con varias instituciones de educación superíor, incluyendo la
importante Universidad Nacional Experimental del Táchira, que ejecuta
diversos proyectos de innovación y adaptación tecnológica sobre
problemas concretos de la realidad donde se inserta. El Estado Táchira ha
avanzado en su prosperidad económica y, lo que es muy importante,
cuenta con grupos humanos activos, que generan ideas, arriesgan
inversiones y crean empresas, dinamizando a la sociedad tachirense.
Mérida cambió la cara con un gran desarrollo urbanístico y paisajístico,
mejoramiento de los barríos, varíos y amplios accesos viales, moderno
equipamiento institucional y una futurista planta física para la
24
Universidad de Los Andes. También creo su Banco Andino, tiene una
prospera entidad de ahorro y préstamo y avanza sólidamente hacia una
especialización en la actividad turística. El Estado en su conjunto tiende
hacia la especialización turística y a la producción agropecuaria. Estas
dos actividades, junto a la educación superíor, atraen grupos que generan
ideas y luchan por llevarlas a la práctica.
Barinas se transformó con el desarrollo de la Universidad Nacional
Experimental de Los Llanos "Ezequiel Zamora", una completa vialidad
urbana y un importante grupo financiero. Los efectos multiplicadores de
esta realidad han influido en la modernización de todo el Estado Barinas,
que avanza hacia su prosperidad agropecuaria y silvícola. Es hoy un
territorío en rápida expansión que atrae nuevas inversiones para reforzar
su crecimiento. Lara consolidó algunas de sus instituciones financieras,
desarrolló una gran actividad industrial y agropecuaria y cuenta con
varias instituciones de educación superíor que contribuyen a generar
grupos de avanzada. Barquisimeto modernizó su infraestructura. Y la
vialidad que la conecta con su área de influencia, consolidando con ello
su papel rector de capital regional.
25
El Estado Zulia, por su parte, modernizo su capital, Maracaibo, y a
Cabimas, construyó una buena infraestructura agrícola, desarrolló una
completa red financiera y cuenta con cinco instituciones de educación
superíor. Maracaibo ejerce un sólido liderazgo urbano sobre su territorío
y concentra grupos humanos de creatividad avanzada. Logró igualmente
crear una base industrial diversificada.
El Estado Trujillo no puede mostrar resulta dos similares. Se avanzó en el
equipamiento de los Valles Altos, se establecieron algunas industrias
importantes, se logró la creación de la Sociedad Financiera de Los Andes,
se fundó el Instituto Universitarío de Tecnología y se avanzó en la
infraestructura universitaria de El Prado. También se crearon algunos
centros de investigación y se avanzó en el equipamiento urbano. Sin
embargo, nada de esto imita la transformación experimentada por sus
vecinos. Existe un evidente vacío universitarío, financiero, industrial y
urbanístico.
El Estado Trujillo se quedó a la cola de la carrera de inversiones de los
años setenta y ochenta, y ni siquiera se aprovechó la abundancia para
26
modernizar la pobreza, para equipar barríos, hacer avenidas, construir
parques; mucho menos para impulsar el desarrollo de la educación, la
salud y la economía.
El Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales (IIE) de la
Universidad de Los Andes realizó para la Corporación de Los Andes un
informe titulado "Veinte Años de Economía en la Región de Los
Andes"1, donde se afirma: "Desde el punto de vista económico esta
entidad federal se presenta como la más deprimida de las que integran el
ámbito regional. Varíos son los indicadores que se han tornado en cuenta
para tal conclusión: en general, el producto por habitante, tasas de
desempleo, condiciones sanitarío asistenciales, niveles de desnutrición,
condiciones de la vivienda, entre otros, han sido elementos que al ser
analizados demuestran que el Estado Trujillo se encuentra en situación
menos ventajosa que el resto de las entidades regionales". (15)
Más adelante agrega el informe: "Durante los veinte años objeto de
análisis, el Estado Trujillo fue la entidad con más bajo producto por
habitante. Para 1980, último año de la serie, este indicador alcanzo a Bs.
1 El IIE no ha podido elaborar más estos útiles estudios regionales por cuanto el Banco Central de Venezuela dejó de publicar
estadísticas regionales.
27
1.757,4, el cual era un 18,1% menor que el promedio regional", y el 68%
menor al promedio nacional.
Al analizar con mayor detenimiento la evolución de la economía andina,
se refuerza el criterío del avance en el rezago. Por ejemplo, para 1960 el
Estado Trujillo ocupaba el segundo lugar como productor agropecuarío,
mientras que en 1980 ocupaba el tercer lugar y, de no modificarse las
tendencias, será desplazado rápidamente por Barinas, que tiene una tasa
de crecimiento mayor.
En cuanto al sector manufacturero, en aquel año de 1960 ocupaba el
segundo lugar, pasando recientemente a ocupar la cola en la región
andina. Dentro de este mismo sector secundarío, la construcción pública,
que debería ser un elemento compensador de los desequilibríos y una vía
para la justicia redistributiva, generadora de empleo y dinamizador de la
economía, es muy reducida y Trujillo ocupa el último lugar en cuanto al
valor de la construcción oficial en la región. Otro tanto sucede con la
construcción privada. En lo que al sector terciarío de la economía se
refiere, también el Estado Trujillo bajó su participación regional del
segundo al tercer lugar, con el agravante que en el subsector que más
28
perdió importancia fue en el correspondiente a los servicios
educacionales, donde ahora ocupa el último lugar.
En síntesis, el Estado Trujillo ha venido perdiendo importancia
económica en el ámbito regional, y pasó de tener el 23,3 por ciento del
Producto Territorial Bruto regional en 1960, el segundo lugar después del
Estado Táchira, a tener, diez años después, el 20,8 por ciento, el tercer
lugar antes de Barinas. Los indicadores demuestran que estas tendencias
regresivas se mantienen.
Hoy las evidencias comprueban la persistencia del mal endémico
trujillano: el atraso. Las estadísticas son amargas y deben llevar a una
toma de conciencia de la realidad, desde la cual hay que partir para su
transformación. No para el lamento masoquista.
29
Evolución del Producto Territorial Bruto Por Habitante
Fuente: IIE-ULA
Índice de Crecimiento del PTB
Fuente: IIE-ULA
30
PRODUCTO TERRITORIAL BRUTO
REGION DE LOS ANDES
Y ENTIDADES FEDERALES
(Miles de Bs. a precios de 1963)
Región de Los Andes
1960 1970 1980
Total 1.237.539,6 2.127.359,2 3.995.454,0
Sector Primarío 415.844,1 568.085,6 605.044,7
Sector Secundarío 233.654,1 583.025,5 1.446.216,7
Sector Terciarío 588.041,4 976.248,1 1.944.192,6
Estado Barinas
Total 277.714,2 480.867,1 810.407,1
Sector Primarío 193.056,0 242.474,6 200.587,6
Sector Secundarío 33.288,3 141.784,3 400.362,3
Sector Terciarío 51.369,9 96.608,2 208.457,2
31
Estado Mérida 1960 1970 1980
Total 251.603,9 488.937,8 1.043.866,4
Sector Primarío 62.608,7 96.589,8 132.063,3
Sector Secundarío 50.115,9 128.130,5 313.199,1
Sector Terciarío 138.879,3 264.244,5 598.604,0
Estado Táchira
Total 420.343,8 696.777,3 1.310.646,1
Sector Primarío 93.864,5 139.333,1 144.671,7
Sector Secundarío 93.432,3 175.176,4 470.678,9
Sector Terciarío 233.047,0 382.267,8 695.295,5
Estado Trujillo
Total 287.877,7 460.777,0 830.584,4
Sector Primarío 66.314,9 89.688,1 127.722,1
Sector Secundarío 56.817,6 137.961,3 261.026,4
Sector Terciarío 164.745,2 233.127,6 441.835,9
Fuente: Instituto de Investigaciones Económicas
32
PRODUCTO TERRITORIAL BRUTO POR
HABITANTES VENEZUELA, REGION DE LOS
ANDES Y ESTADO TRUJILLO
Años Venezuela Región Andes Edo. Trujillo
1960 4.303,6 1.263,5 1.012,8
1965 4.500.1 1.357,2 1.136,2
1970 5.199.5 1.543,0 1.229,8
1975 5.385.5 1.720,4 1.508,1
1980 5.452.2 2.146,8 1.757,4
Instituto de Investigaciones Económicas. Universidad de Los Andes.
33
INDICE DEL CRECIMIENTO P.T.B.
REGION ANDINA Y ENTIDADES FEDERALES
(Año Base 1960 = 100)
1960 1965 1970 1975 1980
Región de
Los Andes 100 137,0 171,9 255,9 322,9
Estado Barinas 100 144,3 173,2 194,2 291,8
Estado Mérida 100 149,6 194,3 266,2 414,9
Estado Táchira 100 123,9 165,8 227,9 311,8
Estado Trujillo 100 112,5 160,1 218,5 288,5
Fuente: IIE-ULA
34
P.T.B. EN SERVICIOS EDUCACIONALES
(Miles de Bs. a precios de 1963)
1960 1965 1970 1975 1980
Región de
Los Andes 77.880 111.782 150.413 263.704 380.677
Estado Barinas 6.640 9.993 13.886 24.336 43.446
Estado Mérida 27.948 43.825 67.582 142.045 201.856
Estado Táchira 25.127 33.859 40.989 58.924 82.795
Estado Trujillo 18.164 24.104 27.973 38.399 52.579
Fuente: Instituto de Investigaciones Económicas. Universidad de Los
Andes.
35
Uno de los factores más importantes del atraso trujillano se relaciona con
la reducida porción de la población que tiene acceso a las posibilidades de
realización, la exagerada mengua de sus clases altas y medias; o lo que
podríamos llamar la aguda penuria de las élites.
La evidencia estadística más reveladora de este hecho social, de graves
repercusiones políticas, culturales y económicas, se deduce de la
investigación realizada por la Fundación Centro de Estudios sobre
Crecimiento y Desarrollo de la Población Venezolana
(FUNDACREDESA), dentro del marco del Proyecto Venezuela, cuyo
objetivo es establecer las características generales del venezolano.
La metodología para estratificar la población incluye una multitud de
variables que la hacen muy válida y conveniente Se tomaron en cuenta el
ingreso, el consumo de alimentos, las características de la vivienda, el
nivel educativo, los hábitos culturales y otros elementos. Es el método
LA PENURIA DE LAS ÉLITES
36
Graffar modificado.2 Se aplicó la encuesta a muestras representativas de la
población venezolana y de algunos estados, entre ellos, Trujillo.
La población se dividió en cinco estratos. El primero corresponde a una
población de elevado estatus socioeconómico, y el último, el número
cinco, pertenece a una población que vive en condiciones de miseria
extrema. Las cifras ponen en evidencia la grave situación de Venezuela en
su conjunto, y dentro de ese cuadro, la situación de mayor gravedad
relativa de nuestro Estado. Conviene también señalar al Distrito Federal
como término de comparación.
En Venezuela, apenas el uno por ciento (1%) de la población vive en el
estrato número uno (clase alta), el cuatro y medio por ciento (4.4%) en el
estrato dos (clase media alta), el catorce por ciento (14%) en el estrato tres
(clase media baja), el cuarenta y dos por ciento (42%) en la clase pobre o
estrato número cuatro, y el treinta y ocho por ciento (38%) en el estrato
quinto (o de pobreza extrema).
Esta composición porcentual cambia bastante en el caso del Distrito
2 Véase el Tomo sobre Metodología del Proyecto Venezuela, editado por FUNDACREDESA
37
Federal; las cifras de las clases alta y media suben, mientras baja la de la
pobreza extrema. En efecto, en el estrato uno viven el 2,2%; de la
población, en el estrato dos el 9,5%, en el tercero el 18%, el estrato cuatro
sube al 45%, pero el estrato quinto baja al 24%.
La situación trujillana, en cambio, evidencia un incremento de los
porcentajes en los estratos cuarto y quinto. En el estrato uno vive apenas
el 0,24% de la población, en el segundo estrato el 2,2%, en el tercero el
13,3%, en el cuarto el 41,55% y en el quinto estrato el 42,7%.
En el caso del Estado Trujillo, la población que pertenece al estrato de
elevado status socioeconómico representa un cuarto del promedio
nacional y una décima parte del promedio del Distrito Federal. Apenas un
poco más de mil personas viven en condiciones excepcionales de ingreso,
educación, salud, vivienda y calidad de vida. En otras palabras, de cien
mil familias que hay en el Estado Trujillo, apenas doscientas sesenta
pertenecen a la clase alta así definida.
En el caso del segundo estrato, clase media alta, sucede otro tanto, pues
representa la mitad del promedio nacional y una cuarta parte del promedio
38
del Distrito Federal. De las 433.735 personas que aparecen censadas en el
Estado Trujillo, 9.585 estarían en este estrato número dos, un poco más de
dos mil familias.
Podemos suponer que las personas que pertenecen a los estratos uno y dos
están en mejores condiciones para ejercer el poder social y económico en
el Estado Trujillo. En este sentido, también se puede suponer entonces que
los cuatrocientos y tantos mil habitantes dependen de un poco menos de
diez mil. La élite dirigente del Estado no llega a representar el 2,5% de la
población. Si a esta especulación estadística agregamos que cerca de
trescientas mil personas son menores de treinta años, se llega a la cifra de
3.220 personas mayores de treinta años, en la clase media alta y en la
clase alta. Si tomamos en cuenta, además, que en nuestra sociedad el
papel de la mujer es marginal, la situación de la reducción del tamaño de
la élite dirigente se hace dramática.
He aquí la comprobación de uno de los hechos más graves de la situación
trujillana. La crítica reducción, la extrema debilidad de las clases
dirigentes y, concomitantes a ello, la ausencia de representatividad que
39
esas clases tienen.
40
El otro extremo de la situación no puede ser peor. El ochenta y cuatro por
ciento de la población trujillana vive en condiciones de alta pobreza, y
casi la mitad en condiciones de miseria. El estrato quinto, miseria
extrema, representa el 43% de la población, porcentaje mucho más
elevado que el promedio nacional y el doble que el promedio del Distrito
Federal.3
Dos investigaciones locales ratifican estas conclusiones, deducidas de las
investigaciones del Proyecto Venezuela. En 1981, el Instituto Agrarío
Nacional realizó un estudio sobre el Valle del Caus-Pocó, la fértil planicie
aluvional en la llamada Zona Baja del Estado Trujillo. Se investigó el
ingreso de 2.073 familias de algunos asentamientos campesinos de la
Reforma Agraria y se detectó que el 70,68% de las mismas tenían un
ingreso igual o menor a 1.142 bolívares mensuales, y el 90% era inferíor a
3 Según el Censo del 2011 Venezuela tenía un 24,57 % de pobres, el Distrito Federal un 12 % y el estado Trujillo un 24,30 %.
LA FRONDOSIDAD DE LA POBREZA
41
los 1.400 bolívares. El número de habitantes por familia en esa área es un
poco superíor a seis personas en promedio.
Más, recientemente, el 21 de julio de 1986, el Diarío de Los Andes
público, con la firma de Rafael E. Araujo G.4, los resultados de una
investigación realizada por los alumnos Marisabel Segovia, Yesenia
Suarez y Ana Valera, en el Grupo Escolar "Salomón Briceño", de Las
Mesetas, población ubicada a medio camino entre Trujillo y Valera. Allí
se anota: "... el 36,45% de los niños provienen de familias cuyos ingresos
económicos son menores de bolívares mil (1.000,00), mientras que el
52,60 por ciento de los padres de los niños se encuentran desempleados.
Si al grupo de personas que no alcanzan un salarío de 1.000 bolívares
mensuales le agregamos el 21,73%, correspondiente a las personas que
solo llegan a bolívares 50 diaríos (1.500,00 mensuales), observamos que
aproximadamente el 60% de la población está comprendida entre los
parámetros de mensualidad de menos de 1.000 a 1.500 bolívares. Además,
si sumamos el 32,60 por ciento de los desempleados tenemos que el 91
4 Araujo G. Rafael E. "Salud para los Niños". En Diarío de los Andes, Valera, lunes 21 de julio de 1986. Pag. 6.
42
por ciento sobrevive en la miseria.
Todo esto quiere decir, en cifras absolutas, que 365.000 trujillanos viven
en condiciones socioeconómicas muy deficientes, y de ellas, 186.000
apenas sobreviven en estado de indigencia, en circunstancias que están
por debajo de lo necesarío para el mantenimiento de sus exigencias
vitales. Esta población, más de los cuatro quintos del total, participa muy
poco en la vida social, política y cultural del Estado Trujillo. Está al
margen de los centros de poder y su acceso a las oportunidades de ascenso
que da el sistema está seriamente limitado. Su rol económico es
importante en cuanto a fuerza de trabajo se refiere, pero prácticamente
tiene bloqueado el acceso a la tenencia de los medios de producción y al
ahorro.
Su papel en el mercado se reduce a los bienes de primera necesidad, con
la agravante de que el avance en la especialización productiva está
reduciendo la relativa autonomía de los campesinos (fracción importante
de los contingentes pobres), haciéndolos cada vez más dependientes de
una economía de mercado inestable e injusta.
43
El drama de la pobreza en el Estado Trujillo se evidencia también en
otras variables socioeconómicas asociadas al fenómeno. Por ejemplo, en
relación a la fuerza de trabajo, son diversos los hechos indicadores de una
situación de deteríoro frente al país en su conjunto.
El 27% de la población económicamente activa trabaja en el sector rural,
mientras el promedio nacional es de apenas el 11%.5 El caso inverso se
presenta con la industria, donde trabajan apenas el 7% los trujillanos,
mientras el porcentaje nacional el doble: el 14%.
Estos indicadores hablan con claridad de las características del trabajador
trujillano, especialmente al constatar que las condiciones laborales, las
remuneraciones y la seguridad social, son muy diferentes entre el sector
agropecuarío y los otros sectores de la economía. El trabajador agrícola en
general trabaja en muy malas condiciones, con salaríos bajos, sin el
amparo de los sistemas de seguridad social y sin organizaciones gremiales
que defiendan sus derechos.
En relación a los ingresos, también es evidente el fenómeno de la pobreza
5 PONER CIFRAS RECIENTES
44
trujillana. Mientras en el país el 17% de los trabajadores ganan menos de
1.000 bolívares al mes, ese porcentaje sube en el Estado Trujillo al 27%.
En cambio, los que ganan más de 6.000 bolívares mensuales representan
el 6% de los venezolanos; en Trujillo son apenas el 1,5 por ciento. Pero,
en cambio, el porcentaje de los que trabajan más de cuarenta horas
semanales es ligeramente superíor en el Estado Trujillo que en Venezuela
en su conjunto. Es decir, los trujillanos trabajan más, pero ganan menos.
Siempre se ha dicho que los trujillanos viven del gobierno; sin embargo,
las cifras desmienten esa conseja. De acuerdo a los resultados del Censo
General de Población del año 1981, el 24% de los venezolanos trabajaban
en el sector público, en cambio en Trujillo la cifra baja al 22%.
Por otra parte, los trabajadores en este Estado tienen un nivel de
capacitación inferíor al nivel promedio nacional. Basta decir que solo el
2% de la población trujillana tiene algún nivel de educación superíor, en
cambio la proporción a nivel nacional es de 7%. Agregamos que a pesar
de que el Estado tiene el 3% de la población venezolana, tiene sin
embargo, el 8% de los analfabetos del país.
45
Todo este problema de la pobreza se agrava aún más por la ineficacia de
los servicios que el sector público está obligado a prestar. Los estándares
de prestación de servicios tales como agua potable, cloacas, energía
eléctrica, teléfonos y otros son aún muy bajos, en comparación al país.
La situación de la pobreza es muy seria en tierras trujillanas, tanto que su
frondosidad es por sí misma un obstáculo al nacimiento y desarrollo de
voluntades de transformación.
46
La situación general anteríormente descrita se convierte en el principal
factor expulsor de la población trujillana. La pobreza, la concentración de
los medios de producción, la escasa oferta de empleo, el atraso
tecnológico, los malos servicios, la escasez de oportunidades de estudio y
el bloqueo que todo esto significa para el ascenso social, avientan a miles
de trujillanos fuera de su tierra en búsqueda de mejores oportunidades.
A estos factores de expulsión se agregan los factores de atracción que
ejercen las grandes ciudades, especialmente la capital y las ciudades
centrales. Por múltiples vías, el hombre pobre de los campos y barríos
trujillanos percibe que las oportunidades son mejores fuera de su tierra y
que por mal que viva allá no será nunca peor que en su tierra natal.
Además, recibe amplia información sobre una vida más atractiva, más
animada, menos monótona que ese "dejar pasar el tiempo", de los pueblos
y barriadas.
La acción concurrente de esos dos tipos de factores, de expulsión y de
LA DIÁSPORA
47
atracción, ha tenido consecuencias tremendas para el Estado Trujillo: la
cuarta parte de los trujillanos viven fuera de su estado natal. Según el
Censo General de Población del año 1981, de 579.909 personas que
declararon haber nacido en el Estado Trujillo, 146.174 residían en otras
partes del país situación ha sido persistente a lo largo de los últimos
cincuenta años, por lo que el tamaño de la población trujillana respecto a
la población del país ha venido perdiendo importancia.
En 1941, la población trujillana representaba el 7% de la población
nacional. En 1950, ese porcentaje bajó al 5,4%. Once años más tarde el
Censo de 1961 registró una población que significaba el 4,3% del
total nacional, y para 1971 la proporci6n bajo para situarse en el 3,5%.
Para 1981, la población trujillana representa menos del 3% del total
nacional. En apenas cuarenta años la población del Estado Trujillo ha
reducido su importancia respecto al país en más del doble, y las
tendencias que se observan es que este proceso continuara en los años
futuros, pues los planes nacionales de desarrollo siguen privilegiando las
48
áreas centrales del país.6
El proceso migratorío no sería tan grave si no fuera selectivo. El
análisis de la estructura por edades de la población trujillana demuestra
que justamente se van los que están en los estratos correspondientes a la
población económicamente activa, particularmente en edades
comprendidas entre los 20 y 50 años. Comparativamente con el promedio
de la población venezolana, en el Estado Trujillo hay más niños y viejos.
Este fenómeno de la migración selectiva que expulsa del Estado parte de
la población más dinámica de mejores expectativas, y retiene su población
inactiva, tiene hondas repercusiones en el proceso social y en el desarrollo
global.
De un lado, el Estado Trujillo invierte el esfuerzo de un costoso aparato
educativo para formar unos jóvenes que en buena parte (un 25%
aproximadamente) se irán a aplicar esos conocimientos a otros sitios del
país, sin rendir aquí los frutos en progreso y desarrollo que se espera de
ellos.
6 Para el Censo de 2001 la población del estado Trujillo era de 608.563 habitantes, lo que representa el 2,6% de la población venezolana.
Según el Censo de 2011 eran 686.367 habitantes, un 2,5 % del total nacional.
49
Del otro lado, los costos sociales de atención a los ancianos se
incrementan en relación al país en general. En el Estado Trujillo la
proporción de personas mayores de 70 años es el doble que el promedio
nacional. En cambio, la población entre 20 y 50 años es inferíor, lo que
evidencia la debilidad demográfica trujillana.
Entre las más graves consecuencias que tiene este fenómeno, se encuentra
la reducción de las posibilidades de surgimiento de grupos líderes, pues
generalmente los migrantes son en su mayoría los que se rebelan a una
adaptación pasiva al medio. Esto refuerza el círculo vicioso de la pobreza
y deja al Estado en situación de debilidad frente al poder del centralismo.
Al reducirse las posibilidades locales de surgimiento de ideas, proyectos y
decisiones, se imponen mes fácilmente las decisiones centrales,
generalmente inadecuadas a la situación real trujillana, concebidas fuera
de contexto, parciales y limitadas.
Un poema escrito por Rafael Ángel Barroeta, ilustra con belleza el drama
de la diáspora trujillana:
50
NOSTALGIA DEL CAMINANTE
Soy montañés y vine de la montaña un día buscando
mundos nuevos para mi corazón; en el alma un
autóctono grito de rebeldía, y en la boca el agreste
ritmo de una canción.
Del viejo lago indiano guste la poesía; del mar de Los
Caribes el indohispanico son; me dio su copla el llano, la
selva su armonía; y el Ávila diuturno su alegre
floración.
En justas apolíneas ornó el laurel mi frente. En labios
de mujeres sacie mi sed ardiente. Ingenuo en mi
optimismo, supe del bien y del mal.
Mas, hoy que solo un ansia de paz en mi alma existe,
quisiera irme por siempre bajo la tarde triste hacia el
remoto encanto de mi tierra natal.
51
Diversos analistas han anotado los mecanismos que se ponen en marcha
para mantener el nivel de pobreza de las comunidades, tanto a nivel
nacional como local. Son fuerzas que se oponen al progreso y que
refuerzan las condicionantes del desarrollo.
Gunnar Myrdal7 destacó el concepto de la "retrocausacion circular
acumulativa" para referirse al proceso dinámico mediante el cual diversos
factores actúan como multiplicadores de la regresión. El círculo vicioso de
la pobreza: ingreso bajo, ahorro bajo, inversión baja, productividad baja,
ingreso bajo, es dinámico y en el intervienen factores que aceleran el
proceso. Por ejemplo, si el ingreso es bajo, además es baja la nutrición y
con ello la salud se reciente, por lo que las posibilidades de trabajo ingreso
se reducen, lo que a su vez son causa efecto de menores ingresos y
mayores enfermedades.
Así mismo, si el ingreso es bajo las posibilidades de acceso a la educación
se verán reducidas, con lo que se mantienen los niveles de ignorancia y
falta de capacitación. Este hecho incide en mermar las posibilidades de
empleo y de ingreso.
Estos mecanismos actúan desde diversos ángulos y afectan todos los 7 Gunnar Myrdal fue premio Nobel de economía. Su esposa Raiza premio Nobel de la paz.
LA CULTURA DE LA POBREZA
52
factores, el más grave de los cuales es sin duda el aspecto cultural. El
sobre condicionante de fuerzas que se oponen al avance, provoca una
adaptación a la pobreza. John Kenneth Galbraith 8sostiene que no hay
nada que mantenga mejor el equilibrío de la pobreza que la ausencia de
aspiración y la falta de esfuerzo por huir de ella, y agrega que tal conducta
es producto de la tendencia a la negativa a luchar contra lo imposible, "la
tendencia a preferir la resignación a la frustración". La gente acepta el
fatalismo. "Aunque tal aceptación no es sería de falta de carácter, más
bien es una respuesta profundamente racional. Dada la formidable fuerza
del equilibrío de la pobreza dentro de la cual viven, la adaptación es la
solución óptima" (25). Se genera, pues, una "cultura de la pobreza", que
consiste en vivir sin esperanza. Los hechos que evidencian la existencia
de esta "cultura de la pobreza" en el Estado Trujillo son tareas de una
investigación adicional; sin embargo, los resultados del Proyecto
Venezuela dan luces a este respecto. Por ejemplo, en los estratos más
pobres de la población, es bajo el porcentaje de personas que dan como
causas de la desigualdad las razones de orden económico. Tienden a dar
8 John Kenneth Galbraith fue un notable economista canadiense.
53
como causas el nivel cultural y otras razones no controlables por ellos
mismos.
La mayoría considera que los venezolanos no son iguales, lo que puede
ser interpretado como el reconocimiento de una verdad pasajera o como la
percepción de una situación permanente.
A la pregunta sobre las necesidades de la localidad que no han sido
atendidas, es sorprendente la importancia que la población de los estratos
cuatro y cinco dan a "la política externa" o "recreación y turismo", frente a
los servicios públicos o a los problemas económicos.
También demuestra esta investigación que la educación contribuye a la
adaptación a la pobreza y no a su rompimiento, como debería ser lo
espera-do. Las conclusiones son dramáticas: a) que la información que los
estudiantes, sujetos del presente estudio, poseen es INSUFICIENTE,
INADECUADA, esta DISTORSIONADA o es INEXISTENTE; b) que
dicha información es expresada por medio de un lenguaje DEFICIENTE,
de difícil comprensión, por las omisiones, transposiciones, pobreza de
léxico, alteraciones de la sintaxis, entre otros; c) que el aprendizaje no ha
54
dado como resultado una clara comprensión y dominio del sujeto humano
y de la naturaleza y el mundo cultural en que el hombre vive" (22).
Agrega el informe sobre el Estado Trujillo: "Y el individuo esta inerme,
desvalido. Saldrá de la escuela primaria y del bachillerato desnudo.
Desnudo de conocimientos básicos, de capacidad para pensar, para
enfrentarse a situaciones nuevas o cambiantes, sin herramientas. Confuso,
con la creencia que al pasar de grado o de año está capacitado para
entender el mundo y actuar en él. Y añadiremos: la ambigüedad del
pensamiento, la imprecisión del lenguaje, la ausencia de identidad, la
carencia de contenidos, lo llevaran inevitablemente, o mejor dicho,
conllevara a la imprecisión y ausencia de valores que orienten su conducta
por sendas de progreso y entendimiento sociales" (22).
Diversas investigaciones y algunos estudios realizados en las escuelas
trujillanas demuestran que la gran mayoría de los alumnos no tienen ni
idea de los límites de Venezuela, de qué país se independizó, no saben
orientarse, no saben que es Trujillo, ni donde está, ni cuáles son sus
recursos, ni su historia.
55
A las graves fallas del sistema educativo, agréguese el hecho que la
mayoría de los maestros y profesores, especialmente en las áreas fuera de
Valera y Trujillo, no viven donde trabajan, con la secuela de ausentismo,
retardo y abandono del papel de líder que el maestro debe tener. Este
desastre de la educación trujillana es uno de los asuntos más dramáticos
en la fenomenología del subdesarrollo. Siendo ella, la educación, uno de
los dos mecanismos para romper el fatalismo (el otro es el shock social o
la violencia revolucionaria), esta se comporta en el Estado Trujillo como
factor de atraso.
De esta manera son muchos los mecanismos que actúan sobre la
población trujillana para la adaptación pasiva a la pobreza, lo que explica
muchas de las frustraciones y fracasos que sufren los intentos de
organización y desarrollo que se hacen para mejoramiento social. Las
dificultades muchas veces insalvables que hay que afrontar en la
aplicación de programas de desarrollo.
Allí en esos mecanismos de adaptación a la pobreza está la explicación de
la dejadez que se observa en las ciudades y pueblos trujillanos y que
56
anotaba con preocupación el Dr. Miguel Ángel Burelli Rivas en unas
Jornadas de Reflexión sobre la Realidad Trujillana que organizó
PORTRUJILLO en 1985. Es la ausencia del afán de perfección. Un hacer
las cosas por no dejar, sin arte y sin interés de permanencia. Un abandono
al acaso, al dejar hacer y a un no comprometerse.
Arturo Uslar Pietri9 se refería a este fenómeno y anotaba: "Va con esa
indefinible y extraña situación que llaman el subdesarrollo cierto tenaz
desdén por todo lo que signifique excelencia", y 1lamaba a ese antivalor:
"La Cárcel del Subdesarrollo". "A los pueblos atrapados en esa condición
que casi parece sin salida —anota el Dr. Uslar— les suena ese calificativo
a clase alta, a privilegio de rico, a lujo de poderosos, a ostentación vana de
falsas superíoridades. Con resentimiento se aferran, como un desafío, a su
dura condición de minusvalía y casi terminan por hacer de ella una
orgullosa afirmación de identidad" También allí, en la cultura de la
pobreza, deben buscarse las causas de la exagerada preeminencia de
actitudes disociativas: envidia, timidez, desprecio, mofa, intolerancia,
arrogancia, desconfianza. La dejadez, la inercia y el escaso valor que se le
9 Arturo Uslar Pietri. "La Cárcel del Subdesarrollo". En: El Nacional, domingo, 26 de mayo de 1985. Pag. A-4.
57
asigna al tiempo son las madres del ocio estéril, donde acunan esas
actitudes, dentro de las cuales la más dañina es la envidia, pues destruye
personas, grupos e iniciativas.
"La envidia resulta de la secreta comparación y paralelo de todos los días"
anota Ramón Escovar Salóm10
y agrega: "Por eso, es más fácil que
prospere en el atraso en los países o ciudades de poca población y en los
lugares donde el ocio ocupa mucho espacio y tiempo. El atraso social hace
que cada problema público se vuelva interpersonal... El subdesarrollo hace
que las cosas y las acciones se disparen entre personas concretas, con
nombre y apellido. Hay un paralelo constante, y en esa medida implacable
surge, como una exudación natural, ese íntimo dolor ardiente que es la
envidia"
Es patética la escasez de ideas y proyectos frente a la abundancia de
crítica a quien las tiene y osa ponerlas en práctica. Son grupos que tienden
a tolerar la quietud y el inmovilismo, pero que no soportan el arrojo y el
dinamismo de los audaces. Son las fuerzas del atraso en acción. El circulo
vicioso de la pobreza. El equilibrío fatalista. 10
Ramón Escovar Salóm. Envidia y Subdesarrollo. En: Diarío Los Andes. Viernes 18 de Julio de 1986. Pag. 6.
58
SEGUNDA PARTE
CAUSAS DEL FATALISMO
59
INTRODUCCIÓN
Son diversas las causas que se han anotado para explicar el fenómeno del
subdesarrollo, y, con ello, las del atraso de áreas geográficas como el
Estado Trujillo. Mucho se ha escrito sobre esto y la bibliografía es
abundante. Cosa curíosa: la mayoría de las explicaciones sobre la pobreza
de los países y regiones del llamado mundo subdesarrollado provienen del
llamado mundo desarrollado.
En dichas explicaciones influyen las diversas corrientes del pensamiento,
la perspectiva desde donde se sitúa el investigador y los intereses
predominantes en la época. Así se han llenado páginas que explican la
pobreza de estos países por el clima húmedo y cálido que tienen, por la
pereza de sus habitantes, por la ausencia de gobiernos fuertes, por un
sistema de valores que desprecia al trabajo, porque hay un crecimiento
exagerado de la población, por la explotación de que son objeto por los
países desarrollados, por la ausencia de la idea del progreso y, en fin, por
diversas y disimiles razones
En las próximas páginas intentaremos una explicación de las causas del
60
atraso trujillano, a la luz de algunas de esas teorías y frente al análisis
histórico y geográfico.
En Venezuela el análisis del fenómeno del subdesarrollo es muy reciente,
y más reciente aun es el análisis de los desequilibríos interregionales. De
manera que aquí hay una rica cantera para la investigación desde todos los
ángulos de las ciencias sociales. Intentemos entonces un aporte en este
sentido, buscando, con las categorías metodológicas más aceptadas, una
explicación.
61
La Teoría de la Dependencia ha dominado los análisis que se han venido
realizando a partir de los años 60 sobre el fenómeno del subdesarrollo.
Vino a sustituir a los análisis obtenidos de la economía clásica y
elaborados por CEPAL, que insistían en la escasez de la acumulación de
capital, en las acciones para crear las "condiciones para despegue" que
llevarían de una etapa de atraso a una de desarrollo, en las virtudes del
mercado, el Estado liberal y el populismo.
El incremento de la miseria, la agudización de los problemas políticos, el
aumento de la brecha entre países ricos y países pobres y, dentro de estos
últimos, entre regiones centrales y periféricas, unido todo ello a la toma de
conciencia producto de la difusión de nuevas ideas y de experiencias
como la cubana, peruana, chilena y algunas de orden particular dentro de
ciertos países, determinó el desarrollo de nuevas concepciones teóricas
LA TEORÍA DE LA DEPENDENCIA
62
sobre el fenómeno del subdesarrollo y sobre las disparidades regionales
internas.
La Teoría de la Dependencia fue la respuesta más global y difundida.
Insiste esta teoría en que el subdesarrollo es consecuencia directa y
concomitante del desarrollo. La "otra cara de la moneda" de la riqueza. Es
decir a mayor desarrollo de los países avanzados, mayor subdesarrollo de
los pobres, por cuanto la riqueza de aquellos es precisamente la carencia
de estos. El obstáculo para el desarrollo es interíor al funcionamiento del
capitalismo mundial, que históricamente produce desarrollo en el centro y
subdesadesarrollo en la periferia.
"Es necesarío señalar que las desigualdades crecientes entre las regiones,
entendidas como espacios su nacionales, son una contradicción formal. En
efecto, los desequilibríos regionales al interíor de un país, según las
últimas corrientes que estudian el subdesarrollo, se explican como una
realidad concreta que surge como consecuencia de las relaciones
dependientes con los países desarrollados y de las relaciones sociales de
producción que se establecen" (41).
63
El centro, desde este punto de vista, corresponde a los países desarrollados
y la periferia a los países comúnmente englobados dentro del calificativo
de "Tercer Mundo", término "suigéneris" que trata de diferenciar otros dos
mundos: el capitalista y el socialista.
La consecuencia directa del fenómeno de la dependencia al interíor de los
países subdesarrollados es la aparición de la concentración, que abarca un
gran espectro de la realidad y domina el ámbito político, social,
económico, cultural y hasta geográfico.
Este fenómeno es la consecuencia directa de la forma como operan los
mecanismos de apropiación del excedente económico a través del
colonialismo interno. La monoproducción exportadora que concentra la
producción en pocas empresas volcadas a intereses extranjeros, concentra
el capital en pocos grupos vinculados entre sí, directa o indirectamente. A
su vez las empresas se localizan en pocas áreas geográficas o cerca de los
puertos de exportación, generando un efecto multiplicador que concentra a
su alrededor las empresas a ellas relacionadas y al crecimiento urbano.
La acción del Estado refuerza esa concentración por diversas vías que
64
tienen que ver, por una parte, con su vinculación a los intereses de esos
grupos económicos poderosos, por otra con la concentración de las
inversiones en infraestructura en esas áreas urbanas, lo que a su vez
genera efectos multiplicadores diversos que tienden a reforzar la
concentración.
De esta manera, el fenómeno de la dependencia genera grupos
privilegiados en la estructura geográfica, como expresión concreta de la
estructura económica.
En el caso concreto de Venezuela, el modelo primarío exportador se ha
mantenido durante más de cuatrocientos años y ha sido persistente en el
proceso de la concentración social y territorial. Si bien el petróleo acentuó
el proceso a partir de los años 20, el síndrome de la concentración ha
estado presente en el proceso venezolano desde el momento mismo de la
colonización.
Lo singular del caso venezolano, frente a la mayoría de los países
latinoamericanos, es que en estos últimos los impulsores del modelo
fueron los consorcios privados; en cambio aquí, a partir de la presencia
65
superlativa del petróleo, este papel lo asume directamente el Estado. El
sector público se robustece a través de los ingresos petroleros y concentra
el poder dentro del débil cuerpo social venezolano.
Las alianzas entre intereses refuerza el modelo social estratificado
piramidal de ancha base y reducida cima, y con el necesarío apoyo oficial
se genera un parque industrial capital-intensivo que ahorra mano de obra y
se concentra, en la misma área ya demográficamente densa y
estratégicamente localizada con vinculación al exteríor: el centro-norte-
costero.
En ese reducido espacio que representa un poco más del 2% de la
superficie del país, se concentra más del 40% de la población, el 50% del
empleo industrial, el 53% del empleo en servicios y allí se decide cerca
del 88% de la inversión pública, se elaboran casi todos los proyectos para
el resto del país y se diseñan las políticas sobre las más diversas
cuestiones para el interíor.
El fenómeno de la concentración en Venezuela se viene acentuando, aun
cuando la retórica de los planes nacionales insiste en las políticas de
66
desconcentración, descentralización y desarrollo del interíor. Las fuertes
inversiones públicas en Caracas y sus alrededores, reflejo del verdadero
plan, tienden a eliminar las deseconomías que la concentración genera y a
crear condiciones de vida ventajosas frente a la provincia.
Para muestra basta señalar el VII Plan de la Nación, que insiste en las
estrategias de desarrollo del interíor, pero prevé para las regiones capital y
central cerca del 50% de las inversiones.
Ya se ha dicho que esta concentración territorial es a su vez consecuencia
de la concentración económica y social. Baste decir que en Venezuela el
2,5% de las fincas concentran el 84% de la superficie cultivada, el 7% de
las fabricas concentra el 73,5% del empleo y el proceso de crecimiento de
la gran industria aumenta mientras el número de las pequeñas industrias
disminuye (27).
Dentro de esta perspectiva toca a Trujillo ocupar un espacio periférico
dentro de un país periférico como lo es Venezuela. Le concierne entonces
jugar un papel muy marginal dentro del complejo juego de factores
presentes. No tiene su territorío áreas atractivas para la atención de los
67
capitales transnacionales o de los grupos económicos del centro. No es un
área de interés estratégico para la producción o la distribución de bienes,
no es grande su mercado y tampoco ofrece interés para la seguridad
nacional.
Apenas tiene alguna importancia su territorío como productor de
alimentos, precisamente una de las actividades más descuidadas por el
modelo petrolero exportador y alimentarío importador.
En consecuencia no solo no existe transferencia de recursos desde el
centro, sino que el escaso ahorro regional va a reforzar el financiamiento
del centro, que también ha sido reforzado por el capital humano que la
diáspora trujillana (y del interíor en general) ha expulsado hacia allá.
El atraso del Estado Trujillo, desde el punto de vista de la Teoría de la
Dependencia, es la consecuencia del crecimiento del centro como
respuesta concreta de las imposiciones de los sobre condicionantes
externos. A la macrocefalia de Caracas corresponde el raquitismo
trujillano. A la multiplicidad de las oportunidades del centro la estrechez
de la provincia.
68
“TRUJILLO: UN BOLSÓN DE POBREZA, EN UNA REGIÓN
ATRASADA, EN UN PAÍS SUBDESARROLLADO”
69
La Teoría de la Dependencia no profundiza en las contradicciones que
evidentemente aparecen en el interíor de las sociedades. La contradicción
centro - periferia, el dualismo entre países dominantes y países
dependientes deja en la oscuridad una serie de fenómenos que ocurren al
interíor de las sociedades y que pueden llegar a ser los factores principales
de las condiciones generales de pobreza y de miseria.
Un profundo analista de la sociedad subdesarrollada, José Carlos
Mariátegui en sus "Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad
Peruana", anotaba en los años 20 la importancia del análisis de las
relaciones de clase al interíor de la sociedad, en especial la articulación de
los modos y formas de producción y de las contradicciones políticas e
ideológicas de estas clases.
Muy cómodo sería el simple esquema interpretativo de la Teoría de la
Dependencia y muy sencillo el programa de acción: la lucha
LAS MARCAS DE LA HISTORIA:
EL DIVISIONISMO Y EL CONSERVADURISMO
70
antiimperialista. Al introducir el análisis histórico de la conformación de
la estructura económico-social, sus determinantes ideológicos y sus
resultantes en la infraestructura, seguramente se descubren factores
importantes y decisivos que es necesarío transformar para modificar las
tendencias históricas que vienen reforzando la permanencia de esta
sociedad injusta.
En el intento de clarificar los factores de atraso de la sociedad trujillana se
debe entonces introducir el tema de los orígenes de la actual estructura
social, ya evidenciada en los capítulos que versan sobre el raquitismo de
las élites frente a la frondosidad de la pobreza.
Para un análisis más completo se requeriría enfocar diversos aspectos de
la realidad económica, en especial de la estructura de la propiedad, la
composición de los factores de producción, los mecanismos de
apropiación del excedente y otros aspectos relacionados. Igualmente, un
análisis profundo de las relaciones de clase, las ideologías y otros
elementos. Lamentablemente no está en el espíritu del presente trabajo ni
en la posibilidad del autor, la realización de este trabajo, que requeriría un
71
vasto análisis documental, un equipo interdisciplinarío y tiempo
suficiente; sin embargo, intentaremos una síntesis basada en los pocos
estudios que existen.
Nos atrevemos a afirmar que desde sus orígenes la sociedad trujillana ha
estado signada por dos elementos característicos: la división y el
conservadurismo. El primero tiene mucho que ver con la propia geografía
física del territorío, su localización en la transición norte de la cordillera
de Los Andes hacia la depresión Lara - Falcón y entre los llanos
occidentales y la depresión del Lago de Maracaibo, pero también tiene
connotaciones propiamente histórico - sociales.
El segundo elemento, caracterizado por una persistente tendencia
contraria a las innovaciones sociales y políticas, esta evidentemente
relacionada con una estructura productiva tipo feudaloide, que ha
persistido a lo largo de los años, resistiéndose a los cambios que
significaran la Revolución de Los Comuneros, la Guerra de
Independencia, la Guerra Federal, la Revolución Restauradora y hasta la
Reforma Agraria reciente.
72
Una síntesis del "divisionismo trujillano la escribe R. López Baralt,
recogida por el Prof. Nelson Pineda en su trabajo "Movimientos Políticos
en Trujillo: 1870-1899" (46). Dice así quien fuera Presidente Provisional
del Estado Trujillo: "La política de Trujillo es de suyo difícil por muchas
y variadas razones y hasta puede decirse con verdad, que cada uno de los
Distritos que lo componen tiene la suya, sus hombres que la informan, sus
intereses que la alientan, su topografía que la defiende y sus ideales que la
impulsan; todo suyo, todo propio de cada Distrito, sin otros lazos de unión
entre sí que los que aparentemente le imponen la acción administrativa
que se irradia del centro hacia la circunferencia, y que la mayor parte llega
hasta ellos desvirtuada por la malicia de las pasiones banderizas
arraigadas en ellos, o quizás del cáncer que consume sus mejores
elementos de vida, gasta a sus hombres y pone obstáculos, en ocasiones
insuperables, a la marcha regular y armónica del estado..."
Esta tragedia de la división tiene sus raíces en las particularidades geo-
económicas del nacimiento y desarrollo de la propiedad de la tierra. Antes
de la colonización española, en el territorío trujillano no se conocía la
73
propiedad privada: "Al igual que el paisaje, entre los Timoto - Cuicas los
bienes de la naturaleza eran comunes" (10).
Con la llegada de los españoles se inicia un proceso de repartición de
tierras y encomiendas de indígenas muy particular que constituye el
origen de la propiedad privada trujillana, con ella la división de clases y el
nacimiento de las contradicciones que a lo largo de cuatrocientos años han
mantenido una situación de desigualdad e injusticia.
Pero antes de profundizar en este punto medular conviene anotar dos
elementos históricos que de alguna manera contribuyeron a este fenómeno
de la división.
Américo Briceño Valero afirma en su Geografía del Estado Trujillo: "Las
Tierras Trujillanas eran 1lamadas antiguamente con el pomposo nombre
de Nación Cuicas, diseminada en los valles de Boconó, Castán, Mosquey,
Escuque, incluyendo también la región oriental del Lago de San
Bartolomé hasta las selváticas ciénegas de Moporo, en cuyas orillas los
españoles fundaron a Puerto Truxillo" (7).
Amílcar Fonseca afirma en su obra Orígenes Trujillanos: "La ubicación
74
geográfica de los kuikas en la época española correspondían en parte a los
límites territoriales del actual Estado Trujillo". Más adelante afirma:
"cuatro familias componían esta Nación: Timotes, Tostós, Eskuques y
Kuikas, alrededor de cuatro centros: Jajó, Boconó, Escuque y Carache".
Sin embargo, el Dr. Emigdio Cañizales Guédez afirma que en el actual
territorío trujillano se produce el encuentro entre dos culturas indígenas
equipotentes: la cultura kuika y la cultura timotes. De esta manera dos
naciones se reparten, se dividen el territorío y los antropólogos debieron
echar mano al guion para identificar el sincretismo de la cultura Timoto-
Cuicas. Los primeros al sur del Estado, en las tierras altas del Motatán, los
segundos en las tierras medias y bajas, hacia el centro y norte del Estado.
Por otra parte, Arturo Cardozo, al referir la hispanización de los Andes,
anota que la misma se inicia desde El Tocuyo, con Diego García de
Paredes y desde Santa Fe de Bogotá con Juan Rodríguez Suarez y Juan de
Maldonado. "Los dos lugares de origen imponen, desde el primer
momento, la división de la Cordillera en dos secciones: Una sometida a la
jurisdicción de la Provincia de Caracas y la otra el Virreinato de Santa Fe.
75
Su lindero natural será el río Motatán y sus vertientes. Esta división se
mantendrá en vigencia durante 225 años (10).
Las circunstancias de la ocupación indígena y española califican desde el
punto de vista geopolítico el carácter de transición de la geografía
trujillana: el alto Motatán: chibcha y meridional; el bajo Motatán y sus
afluentes: arawaco y septentríonal. Como afirma Cañizales Guédez, un
territorío de transición geopolítica, cultural y económica. Un territorío y
una sociedad signada por la división desde el comienzo de su historia.
Pero la conformación del divisionismo y conservadurismo trujillano tiene
mucho más que ver con la estructura feudal de la propiedad de la tierra.
Como ya se afirmó, los habitantes indígenas no conocieron la propiedad
privada de la tierra. Esta nace con la división de las tierras trujillanas en
encomiendas, hecho similar a otras zonas del país.
En Trujillo, sin embargo, la ocupación y posesión de la tierra tuvo
connotaciones particulares. Aquí los linderos de las vastas extensiones
eran "los ríos y las quebradas, las chapas y las filas de los cerros; dentro
76
de estas áreas se procura que estén comprendidas todas las parentelas de
una tribu" (10).
Estos grandes territoríos y sus habitantes eran entregados al encomendero
y su descendencia. Más tarde estas tierras extendieron sus linderos a costa
de los resguardos dejados a los indígenas o de las tierras baldías. Así, por
"merced" de los mandataríos españoles, por invasión o despojo y a veces
por compras venales en especies o en efectivo, nace un sistema de
propiedad latifundista, donde el propietarío ejerce potestad sobre tierras y
personas, antes esclavos ahora medianeros, cuya vigencia se extiende
hasta nuestros días.
En la gran encomienda trujillana tiene su origen la enorme diferenciación
de nuestra sociedad. En el resguardo de su permanencia el caudillismo y
el objeto del poder político. En su renta fácil, la acumulación de un capital
timorato. En su concentración territorial, la explicación de un
parroquialismo individualista, y en la rigidez de su estructura, la
exagerada tendencia trujillana hacia el conservadurismo y el excesivo
temor a las innovaciones.
77
La pequeña explotación agrícola donde el propietarío se compromete en el
trabajo diarío, compartiendo con los peones y parientes el esfuerzo
creador, no tuvo en Trujillo la importancia que en otras partes.
Predominaron aquí los cultivos de plantación y el sistema indirecto de
explotación a través de los esclavos – siervos - medianeros, lo que facilitó
el surgimiento de una pequeña pero poderosa oligarquía, negadora de
cualquier cambio que produjera avances que perjudicaran esa situación de
privilegio.
Los rubros agrícolas que sustentaron este sistema agro explotador fueron
fundamentalmente el cacao, el tabaco, la caña de azúcar y el trigo. Los dos
primeros tuvieron mucha importancia al comienzo de la colonia y
representan los primeros productos de exportación que alimentaron los
nacientes capitales. Se cultivaron en las planicies cercanas al Lago de
Maracaibo y en los alrededores de las ciudades y pueblos.
Luego obtuvo importancia el trigo que se extendió por todas las zonas
altas hasta bien entrado el presente siglo. Este cultivo, junto con otro de
clima frío como la arveja, abrieron las oportunidades a un nuevo
78
capitalismo asentado en los pequeños pueblos cordilleranos, cuna del
caudillismo conservador que caracteriza a Trujillo por largos años.
La caña de azúcar se extendió a lo largo y ancho del Estado, donde el
clima y la disponibilidad de agua lo permitiesen. Se cubrieron de
cañamelares las vegas medias y bajas del Motatán y sus afluentes del
Castán, del Carache, del Monaicito, y subió hasta los pueblos donde
reinaban el café, las arvejas y los garbanzos, desplazó el algodón y el ta-
baco y se constituyó en el señor de la economía trujillana. La producción
de panela y la destilación de aguardientes se convirtieron en las
actividades industriales más importantes (12).
El café se introduce en los primeros años del siglo XIX y adquiere mucha
importancia hacia el fin de siglo. Se concentra fundamentalmente en
Boconó y Escuque, aunque se siembra también en los alrededores de los
pueblos cordilleranos. Su periplo económico, sin embargo, no llega a
tener la duración que tuvieron el cacao, el tabaco, la caña de azúcar y el
trigo. El café fue una "fiebre" que nació, creció, alcanzó su plenitud y
declive en unos 50 años, desde 1870 hasta 1920, con grave declinación
79
desde 1880. De manera que no tuvo la importancia en la conformación de
una clase social cafetera, como si la tuvo en el caso del Táchira. El café,
cultivo que se vincula a la pequeña propiedad familiar, es consustancial
con el desarrollo de una clase más trabajadora, disciplinada y solidaria que
en el caso de otras plantaciones como el tabaco, el cacao y la caña de
azúcar, más aptas para el cultivo indirecto en grandes extensiones.
La oligarquía conservadora trujillana es entonces nieta de las grandes
encomiendas e hija de las plantaciones, fundamentalmente del trigo y la
caña de azúcar. Así mismo, su poder político.
El trigo no es propiamente una plantación, pero en Trujillo se comportó
como tal. Está directamente vinculado a la acumulación de capital y, muy
importante, a la acumulación de medianeros, criados, peones e
incondicionales. "No hay caudillaje en Trujillo que no cuente su
ascendiente en hectáreas y en hombres adscritos a la gleba", dice
Domingo Alberto Rangel (47).
En esta oligarquía conservadora, feudaloide y semiautarquica, encerrada
en cada valle cordillerano, es la que acuna, luego de la Independencia y
80
sobre todo a finales del siglo XIX y principios de este siglo, los caudillos
que emergen como reacción al avance de los tiempos y logran retardar
demasiado los procesos de cambio que ocurren en otras áreas del país. Su
lucha por la autonomía del Estado Trujillo fue por mantener los
privilegios y aislarlo de los cambios que ocurren en el resto del territorío
nacional.
El mismo grupo que mantiene la encomienda por más de 120 años, el
mismo que feudalismo luego la actividad agropecuaria, el mismo que
mantiene la paz boba de 1830 a 1870, es el que toma las armas para
asaltar prefecturas en defensa de sus pequeños feudos y el que luego se
acomoda a la política moderna para seguir negociando los mismos
privilegios de 430 años. Es el caudillismo hereditarío como no surgirá en
ninguna otra parte de Venezuela, según diría Domingo Alberto Rangel.
El conservadurismo es consustancial a sus intereses, sea cual sea el mote
político que se asigne. Son los grupos que se oponen en 1867 a la Real
Cédula que elimina las encomiendas. Son los que en 1872 se oponen y
hacen fracasar en La Mesa de Esnujaque el primer intento revolucionarío
81
de América: la Rebelión de los Comuneros. Son los que, a pesar de su
heroísmo innegable, hacen la independencia sin cambiar la estructura
socioeconómica. "Hasta el momento en que cesan los disparos de la
guerra federal, en el año de 1863, los próceres estarán cobrando a la patria
sus honoraríos por la tarea de la emancipación" (10).
Disparos estos que no se oirán en tierras trujillanas pues la Guerra Fe-
deral no pasó por ellas y, antes de lo acontecido en otras partes, aquí sirvió
para acrecentar el poderlo tradicional. Son los mismos grupos que dejaron
pasar la Revolución Restauradora para mantenerse en el poder.
El desarrollo del mercantilismo moderno, la explotación petrolera y la
férrea dictadura gomecista logran ablandar un poco cuatrocientos años de
dura caparazón conservadora, individualista y feudal.
Estos hechos, sumados a la inmigración europea, particularmente la
italiana, refrescaron la rígida sociedad trujillana y se inicia la
conformación de la aun tímida clase media.
El desarrollo del comercio y el incipiente artesanado generaron un
pequeño grupo de nueva mentalidad progresista. Son nuevos apellidos,
82
muchos de origen italiano, que se incorporan al trabajo directo, sin
desprecio por ningún oficio y sin temor de ensuciarse las manos. Son el
germen en esperanzador de una vanguardia aun por consolidarse.
La dictadura del General Juan Vicente Gómez unifica el ejército
venezolano y asesta un duro golpe al caudillismo trujillano al ejercer una
represión brutal. Las pequeñas autonomías feudales ceden ante la
arremetida de La Sagrada y a fuerza de sangre, violaciones y
confiscaciones vuelve la paz a los campos trujillanos.
La irrupción de la explotación petrolera también introduce cambios en la
conformación de la estructura socioeconómica y política trujillana. La
renta petrolera, canalizada hacia el sector público, fortalece al Estado y
debilita por consiguiente el poder de los grupos civiles. La construcción
de obras públicas y la producción petrolera atraen la mano de obra que
abandona los campos y deja a generales y coroneles sin gente.
Se institucionalizan las Fuerzas Armadas Nacionales. Es histórico el
dialogo que marca el fin de los caudillos trujillanos. El General Juan
Araujo dice: "Presidente, yo le respondo por Trujillo". El Presidente
83
Medina responde: "No, por el Estado Trujillo me responden las Fuerzas
Armadas".
Surgen los modernos partidos políticos que terminan de sustraer la antigua
y sumisa clientela. Se abandona la agricultura y los grandes tablones de
caña van cediendo paso a la expansión urbana. Los terratenientes cercanos
a las ciudades y pueblos trocan sus preocupaciones agrarias por la
especulación inmobiliaria y por las inversiones súper seguras en el
comercio cautivo. Del dinero fácil de las plantaciones se pasa al dinero
fácil del negociado de tierras, la especulación mercantilista y, luego de
1958, el negociado de las obras civiles del millonarío gobierno nacional.
De esta manera se llega a la situación actual: El 90% de la tierra es de
propiedad privada, el 80% son propiedades menores a 10 hectáreas que
ocupan el 17% de la superficie; en cambio, por contraste, las fincas de
más de 500 hectáreas que significan el 0,5% del número de fincas
existentes ocupan casi la mitad de las tierras. El exagerado número de
minifundios frente a unos pocos grandes latifundios. Es un proceso
histórico nacido en los mismos albores de la nacionalidad el que ha dado
84
lugar a la actual situación social, donde, además de las desigualdades ya
descritas, se nota la fatiga de una larga e intensa actuación, la pesada
carga de los abolengos y una inercia que se niega a obedecer la exigencia
de los cambios.
Aun hoy se siente demasiado el peso de este duro proceso histórico. Aun
hoy actúan con fuerza los intereses de la oligarquía conservadora que trata
de impedir la modernización de Trujillo, el desarrollo de su industria y sus
actividades financieras, la democratización de la propiedad, el acceso de
las bases a la cultura, al trabajo y a las decisiones. Es un sobre
condicionante histórico que determina gravísimos conflictos de clase que
atajan - como los frenos de las mulas de nuestros Generales y Doctores -
la marcha galopante de la historia.
85
F. Ratzel era un convencido de que todo análisis sobre la geografía
humana debe fundarse en la geografía física. En su "Antropogeografia"
concibió siempre a los grupos humanos o a las sociedades humanas
desarrollándose dentro de los límites de cierto marco natural, ocupando
una posición precisa en el globo y necesitando para nutrirse, para
subsistir, para crear, de un cierto espacio (18). Vidal de Lablache, uno de
los fundadores de la geografía humana francesa, estudió el papel del
medio ambiente y de la adaptación de los grupos humanos al mismo,
considerado como uno de los factores importante de apropiación de las
tierras de cultivos. Aun cuando afirmó que "todo lo relacionado con el
hombre es contingente" creo la noción de "modo de vida" para expresar la
síntesis que se da en las sociedades a lo largo de la evolución con el
entorno, hasta conformar "paisajes" característicos. En general, los
grandes creadores de la geografía moderna: Humboldt, Ritcher, Brunhes,
Demangeon, Sorre, desarrollaron los conceptos básicos de relaciones y
UNA GEOGRAFÍA QUE SEPARA
86
causalidades que contribuyen a explicar la repartición de los grupos
humanos, su grado de desarrollo y las particularidades de su conformación
geográfica. Pierre George vigorizo la geografía moderna como ciencia
aplicada al conocimiento de las situaciones, definidas estas como un
conjunto de relaciones múltiples por parte del medio y de la herencia
histórica. Desarrolló realmente el papel de la geografía en el análisis de
las regiones, como vía para una explicación y una actividad adecuada a las
circunstancias propias y al marco característico de cada región en
particular (26).
87
88
Hoy por hoy está sentado como un hecho incuestionable la influencia
decisiva que las múltiples relaciones del medio y los grupos sociales
tienen en las definiciones de una cultura, una economía y una sociedad
características. La geografía aporta cada vez más importantes elementos
para el conocimiento científico de una realidad social concreta y en la
búsqueda de alternativas adecuadas para su evolución en provecho del
hombre.
Estas interacciones, actuando a lo largo de la historia, determinan el
"genero de vida" característico de una región como expresión colectiva de
adaptación a una realidad, en un marco cultural dado, contando con un
nivel tecnológico determinado y en evolución constante.
Está claro que hoy, más que nunca, estos "géneros de vida" no son
autónomos, sino altamente relacionados con otros externos, dinámicos,
donde el elemento tecnológico adquiere cada vez mayor importancia
frente al medio natural y frente al propio hombre y la sociedad toda.
89
Es más, ciertos "géneros de vida" cada día tienden a generalizarse más y
más ante el avance de las comunicaciones y la urbanización, y se tiende,
al menos en el mundo occidental, hacia la estandarización de los paisajes
humanos.
German Wettstein López (60) insiste en la importancia que tiene el
estudio de los paisajes como camino metodológico para comprender
mejor el resultado de la interacción entre la sociedad y el medio, dentro
del marco de unas relaciones de producción dadas.
Las variables que van a definir las caracterizas de un paisaje, según
Wettstein:
1) La forma de implantación económica, sea espontanea, dirigida,
planificada, entre otros;
2) El lapso de creación, sea largo o breve;
3) El aporte de trabajo predominante, sea individual o colectivo,
tecnificado o no;
4) La actividad principal que ocupa la población activa: ganadería,
producción de alimentos, construcción individual, producción de energía,
etc.;
90
5) El modo de producción, sea capitalista, capitalista dependiente o
socialista;
6) Las relaciones de producción, según surjan de la propiedad privada,
colectiva, cooperativista, entre otros.;
7) La utilización de los recursos;
8) La valorización de los recursos;
9) El grado e integración a la sociedad global.
10) La tendencia histórica, en cuanto a su dinámica.
Valen las anteríores digresiones a manera de marco conceptual para el
análisis que se intentará a continuación, pues no abundan los estudios
donde el fenómeno del subdesarrollo involucre, al menos parcialmente,
un análisis propiamente geográfico. Los análisis se centran en
explicaciones que caen mayormente en el plano de la economía política,
aunque también ha habido estudios sobre la influencia de los factores
culturales, sociales, demográficos y hasta mentales, pero habría que estar
ciego para no darse cuenta de una indudable influencia del medio.
Basta con mirar en un Atlas del Mundo para darse cuenta de que las zonas
con predominio de economías manufactureras, por ejemplo,
91
características de áreas desarrolladas, se ubican casi en su totalidad al
norte del paralelo 20’ del Hemisferío Norte. En cambio, las zonas de
economía primitiva se extienden por el resto del mundo al sur de dicho
paralelo.
Es evidente que la población que goza de los más altos niveles de vida
donde se concentra el consumo de casi toda la producción mundial, vive
en unos pocos espacios claramente apreciables en las costas este y oeste
de los Estados Unidos y Canadá, en Europa Occidental, en Japón y
algunos otros espacios del hemisferío norte; en cambio, las grandes masas
humanas depauperadas se extienden prácticamente todas al sur de los 30’
de latitud norte. No existe ningún país desarrollado en la zona
intertropical.
Los venezolanos y, por supuesto, los trujillanos, ocupamos una "posición"
en el globo, usando la terminología de Ratel. De esta posición se derivan
una serie de consecuencias: Venezuela se ubica en plena zona
intertropical, entre los 0’, 45' y los 129
12' de latitud norte; en la misma
posición latitudinal que Colombia, Guyana, Surinam, Liberia, Ghana,
Costa de Marfil, Nigeria, Etiopia, Camboya, Ceilán, Filipinas y otros de
92
los países más atrasados del mundo.
No es el espíritu de este trabajo ahondar en las múltiples connotaciones
que esta posición en el globo terráqueo tiene, especialmente en cuanto al
clima y sus consecuencias. Tampoco señalar el fatalismo que podría
desprenderse de este hecho. Pero sería incompleto el análisis si se pasa
por alto el hecho incontrovertible y evidente que mucho tiene que ver el
solo lugar que ocupamos en la Tierra con el fenómeno de la pobreza en
Venezuela y por consiguiente en Trujillo. Seguramente no es por
casualidad que no nos acompañe en el medio intertropical ninguna nación
que haya desarrollado en forma destacada su civilización.
En la conformación del conjunto de elementos que define las
características fundamentales de Venezuela, y con ella Trujillo, como un
espacio subdesarrollado, entran las relaciones que se derivan del entorno
natural, propiamente dicho, con un complejo de factores climáticos,
fitogeográficos, edáficos, geomorfológicos, hidráulicos y de otro orden.
Estos factores han condicionado fuertemente la ocupación el desarrollo
humano del territorío y creado fuertes obstáculos que, sumados a los que
93
provienen de las relaciones de dependencia y a las determinantes
contradicciones de su estructura social, dan como resultados una sociedad
atrasada, en un espacio subdesarrollado.
No quiere decir esto que, superados los factores socioeconómicos del
atraso, particularmente la estructura de la propiedad, el acceso a la
educación y a la salud y el avance tecnológico, un cierto grado de
autodeterminación, junto con una inspiración colectiva hacia el avance,
no puedan vencerse las condicionantes de la geografía física. Pero ellas
están presentes y deberán ser tomadas en cuenta.
Las condicionantes arriba esbozadas atienden al espacio geográfico en su
connotación global; sin embargo, un análisis detallado del espacio
geográfico trujillano nos dará elementos particulares que contribuyen a
explicar la realidad actual trujillana y que habrán de ser tomadas en
cuenta a la hora de las recomendaciones que irán al final del presente
trabajo.
La tesis que se trata de establecer aquí se resume en la inexistencia de una
verdadera unidad regional trujillana y, como consecuencia, de una
estructura geográfica, social y comunicacional que genere lealtades de
94
tipo regional, compromisos con los que la "Trujillanidad" pueda significar
y que, antes por el contrarío, el análisis de la realidad conduce a la
constatación de una serie de elementos y factores que han conformado
estructuras locales mejor logradas que la estructura regional.
Este fenómeno del localismo no ha estado al servicio de un desarrollo
autónomo, pues,como se vió antes,la estructura de la sociedad y las
relaciones sociales que de ella se desprenden, particularmente las
relaciones de poder, han estado al servicio del mantenimiento de los
privilegios de pequeños grupos de poder es sus territoríos, ahogando las
las iniciativas de las escasas vanguardias con sentido progresista,
impidiuendo el surgimiento de un “proyecto” de un camino, de una visión
de futuro para Trujillo en su conjunto y distrayendo los escasos recursos
de parroquialismos estériles.
El concepto más apropiado para el análisis de la realidad de la unidad
trujillana es el de “región”, pues para los geógrafos este término tiene
unas connotaciones precisas que vale la pena explicar con claridad.
Robert E. Dockinson afirma que “la región es un área que presenta cierta
95
homogeneidad con relación a una serie de relaciones afines. Los
problemas se presentan en la relación de los criteríos adecuados que
permiten reconocer tales semejanzas regionales”. (17)
Igualmente establece que algunos autores consideran la existencia de
“unidades administrativas naturales”, esto es, unidades adecuadas en
virtud de constituir entidades sociales y económicas para utilizarlas desde
el punto de vista administrativo.
En este sentido suele considerarse a la región como una unidad espacial
“natural”, por el mero hecho de ser real, actual, que surge
expontáneamente de la auténtica estructura de la sociedad, en contraste
con las unidades administrativas “artificiales”, legado de un pasado ya
lejano ycib frecuencia inadecuado a las necesidades de la vida moderna.
Bernard Kayser establece que “ una región constituye sobre la tierra un
espacio perciso pero no inmutable, inscrito en un marco natural dado, y
que responde a tres características esenciales: los vínculos existente entre
sus habitantes, su organización en tirnio a un centri dotado de cierta
autonomía, y su integración funcional a una economía global”. (33)
Además anota como factores en la formación de las regiones de tipo
96
natural o físico – geográfico, las de tipo histórico, la polarización y la
administración.
Joep Lore define a la Región en los siguientes términos:
1) “La región está integralmente relacionada con una mayor;
2) Tiene un tamaño geográfico y una ubicación definida;
3) Cada región tiene un grupo de componentes subregionales, los cuales
son contiguos;
4) La región crea un conjunto de actitudes definidas;
5) La lealtad de la región…está subordinada a la lealtad al Estado
Nacional”.
Conviene aquí anotar una cita que hace Arturo Guillermo Muñoz (44) de
Karl N. Peutsch: “Debajo del estado soberano, las más importantes de
estas áreas y unidades no son solamente aquellas del gobierno local, sino
más bien las unidades del área Metropolitana y regional, provincia o
sección. Algunas de estas unidades regionales pueden contar con una
organización gubernamental que reafirme su existencia, tal como un
Estado bajo la forma federal de gobierno, pero otras regiones están unidas
97
solamente por una estructura básica social y comunicacional".
"El punto central del problema — añade Muñoz— es la capacidad de los
límites políticos de dar coherencia a la región frente a otros factores
existentes, tradicionalmente poderosos".
A la luz de los anteríores conceptos se debe establecer el carácter de
"región" que pueda tener el Estado Trujillo, para lo cual habría que
analizar:
1) El marco natural como elemento territorial integrador. Los vínculos entre
sus habitantes, las relaciones internas, la "lealtad" a la entidad y el conjunto
de actitudes que define.
2) El grado de polarización en torno a un centro urbano o su organización
en torno a una metrópoli ("... las regiones viven a través de su centro",
dice Labasse).
3) El grado de coherencia, producto de unos límites político
administrativos y un gobierno federal comunes.
Se puede afirmar sin lugar a dudas que el Estado Trujillo no es un
territorío homogéneo, ni una cuenca, ni una unidad natural. Por el
98
contrarío, la heterogeneidad física y climática es la característica
fundamental.
Tiene costas en el Lago de Maracaibo, llanuras aluviales litorales e
interíores, áreas montañosas de pronunciada pendiente, conos de
deyección y terrazas de suave topografía; zonas de origen marino y de
origen glaciar, pisos de clima cálido hasta de piso muy frío. Áreas
lluviosas y áreas de clima seco; vegetación selvática tupida y fecunda,
bosques xerofíticos y páramos ralos.
Su territorío se reparte en múltiples cuencas, unas que llevan sus aguas al
lago de Maracaibo, otras al río Orinoco y otras al mar Caribe.
Es lógico pensar entonces que a tan polifacético marco natural
corresponde diversas respuestas de los grupos humanos. No existe
entonces un paisaje trujillano, sino múltiples expresiones de las distintas
relaciones hombre - naturaleza.
No es fácil identificar algún elemento físico que caracterice a Trujillo.
Algún aspecto determinante de su marco natural que hable por toda su
extensión. Si al Zulia se le identifica con el calor y el lago, a Lara con el
paisaje seco, a Mérida con las altas montañas, al Táchira con la frontera, a
99
Barinas con el llano, así en el Zulia haya tierras frías, en Lara bosques
húmedos, en Mérida tierras llanas, en Táchira zonas sin relaciones
fronterizas, y en Barinas montañas, no tiene el Estado Trujillo ese punto
central de identidad.
No es, pues, su marco natural una unidad territorial integradora, sino más
bien paisajes diferenciados que dan a la geografía trujillana una imagen
de gran diversidad.
Los linderos naturales no "enmarcan" con definida precisión el territorío
del Estado Trujillo. Por el norte, el lindero con el Estado Zulia es el Río
Motatán de Los Negros y el Río Paují, de difícil de terminación, pues son
cursos de variada evolución, al punto que los mapas oficiales editados por
la Cartografía Nacional señalan como lindero el Caño Carrillo, que no
aparece en los textos legales de delimitación político territorial.
De remitirse estrictamente a la Ley de División Político Territorial del
Estado Trujillo, los puertos de Motatán del Lago, Ceuta y Tomoporo
serían trujillanos y la realidad es que son zulianos por la posesión de
hecho que tiene el Estado Zulia, por la jurisdicción que ejerce, por la
"zulianidad" que allí se aprecia y por las múltiples relaciones que ese
100
territorío mantiene con Maracaibo. Es una situación que jurídicamente
está en discusión pero que la realidad ha zanjado hace tiempo.
Con el Estado Lara los linderos en la cuenca del Río Jirahara están bien
definidos por las cumbres de Parajá, pero están en discusión. En la zona
de Puente Villegas hasta Agua de Obispos son linderos a media cuenca
que no significan verdaderos obstáculos naturales. Lo mismo sucede con
los límites con el Estado Portuguesa, donde las corrientes de las
quebradas Azufre y del Río Anús no separan ningún territorío.
Con Barinas los linderos naturales son bien definidos y marcan
separación real por las elevadas divisorias de aguas, pero con el Estado
Mérida una buena extensión de limites está definida por el zanjón de
Mucumís y la quebrada Tafallés en una zona de gran interconexión
económica como lo es el valle del Motatán. Así mismo sucede en el área
de la Carretera Panamericana entre Arapuey y Buena Vista.
De esta manera los límites políticos administrativos muchas veces no
están referidos a accidentes naturales que puedan contribuir a reforzar los
vínculos internos y, de alguna manera, restringir las relaciones con los
estados vecinos.
101
Los habitantes de las zonas de El Paradero, San Antonio, Parajá, Puente
Villegas y demás áreas limítrofes con Lara tienen más comunicación con
Carora y Barquisimeto que con Trujillo o Valera.
Así mismo es conocida la estrecha vinculación económica, social y
cultural del Distrito Carache en su conjunto con el Estado Lara, al punto
de confundirse en los apellidos, el folklore y otros aspectos fundamentales
de la "identidad regional".
Parecido es el caso de la zona de Batatal y Campo Elías, en el Distrito
Boconó, aun cuando allí no tienen la fuerza del caso anteríor, dado que
hasta hace poco las comunicaciones con Guanare eran restringidas. Sin
embargo, cada día las relaciones del oriente boconés se hacen más
estrechas con el Estado Portuguesa, tanto por la facilidad de las co-
municaciones como por el dinamismo que han tornado las comunidades
de Guanare y Acarigua.
La zona de la cuenca alta del Motatán es de interés particular. La parte
más alta, Chachopo y Timotes, que pertenecen al Estado Mérida, tienen
mayores conexiones con el Estado Trujillo, pero el centro de servicios de
la parte trujillana: Jajó, La Mesa y Villa Mercedes, es la población
102
merideña de Timotes. De esta manera se ha generado un espacio
geoeconómico que políticamente se reparte entre Mérida y Trujillo, con
un centro de servicios urbanos, de gran dinamismo, que tiene tanto o más
relaciones con los mercados centrales que con Valera y Mérida.
El área "panamericana" que se extiende desde Buena Vista hasta
Trujillito, Tres de Febrero y Santa Isabel, es de reciente ocupación y sus
límites naturales no tienen ninguna significación como elementos
restrictivos de las comunicaciones, y en toda su extensión se nota una
marcada influencia zuliana.
Este problema de orden territorial se complica aún más cuando se entra al
estudio de la diversidad de los distintos espacios que conforman la
geografía trujillana y a la que ya se hizo alguna referencia. Es el Estado
Trujillo más un conjunto desarticulado de pequeñas unidades que una
unidad regional.11
El Distrito Boconó, por ejemplo, es de una singularidad bien definida.
Casi todo su territorío está claramente determinado topográfica y
climáticamente hablando. A ese espacio ha correspondido una
11
La descripción aquí realizada corresponde a la división político – territorial por distritos, lo que se modificó con las nuevas leyes de
régimen municipaly y la subdivisión del territorio trujillano en municipios.
103
determinante actividad productiva, con una estructura social específica y
una identidad precisa. Es decir, Boconó tiene un marco natural bastante
homogéneo. Existen vínculos reales entre sus habitantes. Esta polarizado
en torno a una ciudad. Existe un alto grado de coherencia interna y tiene
una clara definición político - administrativa12
. Participa, en pequeño, de
todas las características que conceptualizan a una región.
El Distrito Boconó está definido fundamentalmente por una larga
depresión Noreste y Suroeste, por donde corren el río Boconó y el río
Burate, encerrados por las elevaciones de la Cordillera de Trujillo, que lo
separa del resto del Estado Trujillo, y por las alturas del Ramal del
Rosarío y el Ramal de Calderas, que lo separan del Estado Portuguesa.
Este cerco natural dificulta las conexiones de Boconó con el resto del
Estado y crea las condiciones para su crecimiento un tanto autárquico.
José María Baptista, en sus "Crónicas del Boconó de Ayer", ilustra este
hecho: "Dura empresa era, en pretéritos años, llegar a la ciudad de
Boconó, ubicada como se encuentra en un alto valle de la cordillera
andina, rodeado de montañas y de inclementes páramos. Pero sobre todo
porque sus caminos de acceso no se distinguían precisamente por su 12
Esta clara definición político-administrativa se rompió cuando se creón el municipio Juan Vicente Campo Elías (Campo Elías)
104
bondad" (2).
Otros dos elementos característicos del territorío boconés son su
hidrografía y su clima. Con excepción de la pequeña cuenca alta del río
Burbusay, que corre a unirse con el Carache y luego va al Lago de
Maracaibo, todas las aguas pertenecen a la cuenca del Orinoco.
Por otra parte todo el Distrito Boconó goza de un agradable clima fresco y
su régimen de precipitaciones está determinado por el régimen unimodal
llanero: lluvias superíores a los 1.000 milímetros de promedio anual, pero
que caen preferentemente entre abril y agosto.
De esta manera, el paisaje natural de Boconó es de un verde intenso, con
tonalidades diversas, donde el hombre ha sustituido la cubierta vegetal
original para sembrar sus sementeras.
En este territorío, la estructura agraria es cualitativamente diferente a la
del resto del Estado Trujillo. La propiedad de la tierra está mejor
repartida, y aquí no se produce con tanta frecuencia la dicotomía de unos
pocos grandes latifundios frente a numerosos y minúsculos minifundios.
Alfredo Jahn la describe así en 1912: "Este es, sin duda, el pedazo mejor
cultivado y más poblado del Estado Trujillo y su creciente prosperidad
105
obedece, en gran parte, a la circunstancia de hallarse allí repartida la
propiedad de manera ideal" (34).
En Boconó, como consecuencia, no se presenta la estructura feudaloide
que da origen a la oligarquía terrateniente, ni participa en el ciclo de
caudillos retardataríos que cubre la historia trujillana hasta reciente fecha.
En general, la sociedad boconesa es de pensamiento progresista,
igualitarío, culto y celosa de su relativa independencia.
Mientras la economía trujillana se basaba en grandes extensiones de
cultivos de plantación cacao, tabaco, caña de azúcar, los campos de
Boconó producían gran diversidad de productos con predominio del café,
que perdura hasta hoy.
A grandes rasgos, la sociedad y la economía boconesas participan más de
las características generales de la sociedad y economía tachirenses que la
del resto de Trujillo. Hecho este ya resaltado por Alfredo Jahn y evidente
para los cultores de la sociología comparada.
De manera que a ese marco natural definido ha correspondido una forma
de ocupación y una economía que han dado como resultado una sociedad
con una "identidad" propia y con vínculos estrechos entre sí. Es decir, el
106
Distrito Boconó está unido por una estructura social y comunicacional
perfectamente identificable.
Pero además es un espacio polarizado en torno a un lugar central: la
ciudad de Boconó. La existencia de ese centro poblado como principal
área residencial y como centro de servicios comerciales, artesanales,
financieros, asistenciales, educacionales, culturales, religiosos y político-
administrativos le dan aun mayor coherencia territorial.
Se podría decir, a la manera de Labasse, que el Distrito Boconó vive a
través de su ciudad capital. La existencia de ese centro urbano redondea
espléndidamente la existencia de un espacio regional propiamente dicho,
que su conformación como Distrito solo viene a rubricar políticamente.
Otro caso es Carache. Su territorío está formado por un relieve cuyos
linderos naturales están muy bien definidos al Este, pero en el resto son
di-versos accidentes naturales que en su mayoría tienden a complicar la
descripción geopolítica de este Distrito.
La mayor parte de su superficie pertenece a la cuenca del Río Carache,
que es tributarío del Motatán, pero al Norte la pequeña cuenca del Río Vi-
llegas, cuyas aguas a través del Morree y del Tocuyo van al Mar Caribe,
107
tiene una influencia muy importante, toda vez que su cauce ocupa una
depresión Norte y Sur que, luego de una pequeña elevación en Loma de
Bonilla, se continua en la que ocupa el Río Burbusay, tributarío del
Carache. Por esta hondonada se filtra el clima larense, característico de
los numerosos valles caracheros.
Por el Este, la columna vertebral de la Cordillera de Trujillo separa el
Distrito Carache del Estado Lara, y sus páramos de Jabón, Cendé, Las
Rosas, Guaches, Agua de Obispo, La Nariz y Los Nepes, son obstáculos
seríos a las comunicaciones.
Por el Sur, el valle alto del Burbusay divide sus nacientes con el Distrito
Boconó. Luego son linderos la Quebrada Visupite y el Río Monaicito, con
el Distrito Trujillo, y el Río Jirahara, con Rafael Rangel. En esta zona lo
más característico es un relieve montañoso muy quebrado, cuyo principal
elemento es un ramal denominado Loma de Durán, que hacia el Norte se
desprende desde el Páramo del Juviote, dividiendo el territorío carachero
entre las aguas que van al Este a unirse al Burbusay, de los numerosos
ramales que disectan el plano Oeste y que separan las microcuencas del
Visupite, Quebrada Grande y Timiache, hasta el abra de Casa de Zinc o
108
Valle Hondo, por donde sale el río Carache a los Llanos de Monay. Alii
se ubican Bolivia, Mitón, Torococo y Chejendé.
Esta serranía continua al Norte de Casa de Zinc por Cuicas y Cerro
Gordo, como divisoria de aguas entre la Quebrada Villegas, al Este, y
numerosos vallecitos al Oeste, que van a los ríos Batey y San Antonio.
Desde las elevaciones del lindero oriental con el Estado Lara, también se
desprenden con rumbo Oeste numerosos ramales que dividen el territorío
del alto Carache en diversos valles por donde corren las aguas de los ríos
Miquía, El Molino, Hato Viejo, Cendé, Miquimú, Mirinday, Minumbox
y Miquimbay.
Por el Norte, luego de las cumbres de Los Nepes y La Aguada, el relieve
desciende al Oeste hasta la depresión de El Trentino y Puente Villegas,
para luego subir a las cumbres de Parajá y las cabeceras del Río Jirahara,
cuya cuenca esta poco poblada y su jurisdicción está en discusión con el
Estado Lara. Al Oeste, el Distrito Carache comparte con el Distrito
Trujillo los dilatados Llanos de Monay.
De manera, pues, que el Distrito Carache no tiene una unidad natural y
109
más bien se distinguen tres unidades: 1) los valles altos del Carache y del
Villegas, definidos por la depresión Norte y Sur y sus valles situados al
Este; 2) los accidentados relieves que se desprenden de la sierra situada al
Oeste de esta depresión y que va desde la Cuchilla de Santa Ana, pasando
por Loma Durán, Casa de Zinc y Cerro Gordo, hasta Cerro Libre y que
llamaremos "Ramal Central de Carache" (ya que no hemos encontrado
ningún otro nombre), y, por último, 3) los Llanos de Monay.
En los valles altos de Carache se ubican Miquía, Bolivia, La Concepción
y la capital, Carache, además Loma de Bonilla, La Cuchilla y Puente Vi-
llegas.
Aquí la influencia larense es muy marcada, y la misma fundación de
Carache tuvo su origen en gran parte en las Encomiendas y Doctrinas que
establecían los emigrados procedentes de El Tocuyo (7). Su clima es
semiárido, de temperaturas frescas, su vegetación es xerofítica, que
recuerda la vegetación larense y le da al paisaje un color ocre. Estos
valles son muy ricos para la producción hortofrutícola, pero la estructura
agraria que ha concentrado estas tierras en pocas manos, ha determinado
una irracional explotación basada en la caña de azúcar, destinada a la
110
fabricación de papelón y aguardiente. Este cultivo, de lenta maduración
en clima fresco, mantiene el suelo ocupado en un cultivo que demanda
poca mano de obra. La abundancia de arcilla y el no tener otra cosa que
hacer ha permitido el desarrollo de una buena artesanía que se destaca en
cerámica y tejidos de fibras vegetales. El folklore también recuerda al la-
rense, especialmente al tocuyano, que se manifiesta fundamentalmente en
el culto a San Antonio y en los golpes de tambores acompañados de
cuatro y maracas. Este territorío esta polarizado alrededor de Carache,
que es un verdadero centro de servicios agrícolas y administrativos.
El paisaje de Torococo, Mitón, Chejendé y Cuicas tiene el color verde de
los cafetales, que crecen en todas las faldas donde la pendiente lo permita.
Son pueblos a media ladera, que miran a los Llanos de Monay. De clima
agradable y con una tierra muy dividida, que contrasta con los latifundios
de la zona de Carache.
Este territorío que se extiende por el "Ramal Central de Carache" recibe
también la influencia larense, pero en menor grado que la zona
anteríormente descrita y es más la sucesión de "lomas" semiaisladas que
un espacio sin solución de continuidad. No tiene un centro poblado que
111
sirva de lugar central, antes por el contrarío cada uno de los pueblos ya
señalados sirve como centro de servicios a sus pequeñas áreas de
influencia.
De esta manera se podría afirmar que la geografía carachera ha
condicionado fuertemente la estructura económica y social, generando
espacios más o menos aislados entre sí, pero compartiendo un paisaje
común.
Los Llanos de Monay, en cambio, son un amplio espacio abierto, aguas
arriba de Agua Viva, que se extienden a ambas márgenes del río Carache,
hasta las inmediaciones de Tabor, al Sur, y hasta San Antonio, al Norte.
Luego se inicia una serie de elevaciones irregulares, que son las
estribaciones de la Serranía de Jirahara.
Esta zona se reparte en varíos municipios, pero la verdadera capital
geoeconómica, el lugar central, es Monay, ciudad que pertenece al
Distrito Trujillo.
Toda esta zona tiene su vinculación político-administrativa con los
poblados de la serranía, pero se debe a factores históricos que han dejado
de tener vigencia. Es una zona que, espacialmente, mientras se acerca más
112
al sur, palpita al ritmo que marquen Valera y Trujillo.
En síntesis, el Distrito Carache no es una unidad natural, ni
geoeconómica, ni esta polarizado por un solo centro poblado, y el
resultado es que, más que una lealtad local, han surgido allí diversas
lealtades comarcales.
El Distrito Rafael Rangel tampoco está alinderado naturalmente, ni
existen vínculos estrechos entre sus habitantes, ni su capital ejerce
polaridad con todo el territorío, ni sus relaciones geoeconómicas tienen
mucho que ver con los límites político administrativos. No es, en
consecuencia, una región en sí misma, y el grado de vinculación con el
resto del Estado Trujillo está fuertemente influenciado por los vínculos
ancestrales de los betijoqueños con el Zulia.
El Distrito tiene dos áreas claramente diferenciadas: la zona alta o
montañosa que ocupa la estribación norte de la Sierra de la Culata, donde
se ubican las poblaciones de Isnotú y Betijoque, y al oeste, la extensa
planicie que va desde el piedemonte hasta las orillas del Lago de
Maracaibo.
Desde los tiempos prehispánicos la parte alta mantuvo relaciones
113
estrechas con el interíor, especialmente con Escuque; mas, al producirse
la ocupación española, su vinculación con el exteríor dio importancia a la
relación con La Ceiba y Moporo, puertos de salida hacia Maracaibo, el
centro del país y hacia el exteríor. Allí nacieron entonces importantes
nexos con la parte norte del Estado Zulia, que explica la presencia de
numerosas familias de origen zuliano en la sociedad betijoqueños y
diversos grupos de betijoqueños en las ciudades zulianas, especialmente
Maracaibo.
La planicie occidental, de clima riguroso, terrenos anegadizos y
vegetación selvática, hasta muy entrado este siglo solo sirvió de tránsito
para las relaciones de Trujillo con el resto del país y el exteríor y para el
establecimiento de algunos grandes latifundios cacaoteros y ganaderos.
So1o a partir del saneamiento ambiental y la apertura de vías de
comunicación, en la primera mitad de este siglo, se pudo ocupar el
territorío, aun hoy un tanto vacío y en lenta evolución. Han surgido
centros poblados recientes y se han implantado importantes programas de
desarrollo agropecuarío. El liderazgo urbano de toda esta zona lo ha
venido ocupando la ciudad de Sabana de Mendoza, con algunos pueblos
114
subsidiaríos, como Santa Apolonia, Tres de Febrero, Sabana Grande, El
Dividive, Agua Santa y Santa Isabel.
Es una zona en expansión, donde tienen lugar parte de las más
importantes inversiones públicas y privadas tendientes a crear bases más
sólidas para el desarrollo trujillano. Esto provocara aun mayor
independencia de su capital Betijoque, en franca decadencia. De esta
manera se está generando un espacio geoeconómico particular, cuyas
vinculaciones y lealtades aún son débiles, pero que tienden a desarrollarse
en relación con el área metropolitana de Valera y con el Zulia.
La zona montañosa, de rápido acceso a Valera, tiende a perder
importancia y autonomía, hasta convertirse en un satélite de esta ciudad.
El Distrito Escuque también tiene dos áreas claramente diferenciadas,
pero esta vez bien definidas por dos cuencas, la cuenca del Río Buena
Vista con la Quebrada Mimbós, al Sur, que va directamente al Lago de
Maracaibo, y la cuenca del río Escuque, al Norte, que se va hacia el Río
Motatán. Tradicionalmente estas dos cuencas han generado su propia
realidad, con sus lealtades locales. Monte Carmelo, en la parte alta del
Buena Vista, hasta hace poco controló geopolíticamente su cuenca. De
115
gran tradición cafetalera, este centro poblado era prácticamente un
enclave dentro de Trujillo y sus relaciones económicas eran directas con
el exteríor a través de su propio puerto: La Dificultad. De gran dinamismo
sociocultural y económico, atrajo una fecunda y laboríosa migración
italiana que fortaleció su posición geoeconómica hasta que las
deformaciones de la economía petrolera acabaron con las posibilidades
locales interíoranas.
Al tiempo del deteríoro montecarmelitano, marcado por el centralismo y
el abandono de la agricultura, su zona baja fue saneada y poco a poco se
ha ocupado el territorío en forma parecida a la zona baja del Distrito
Rafael Rangel, naciendo un centro poblado que, aun cuando es de mayor
tamaño que Monte Carmelo, no ha logrado, por reciente, generar lealtades
e identidad local: Buena Vista.
La otra cuenca, la del Río Escuque, encierra tierras del costado oriental de
la Sierra de la Culata, donde se asientan las poblaciones de Escuque, La
Mata, El Alto, El Boquerón y Sabana Libre. En tiempos prehispánicos
Escuque era la ciudad indígena más importante y gobernaba toda la
cuenca media del Motatán. Esa circunstancia fue aprovechada por los
116
conquistadores para fundar su capital: Trujillo, que luego fue trasladada a
otros sitios. Sin embargo, la importancia de Escuque, por su posición,
clima, recursos naturales, tradición histórica, etc., logró, hasta principios
de 1900, mantener un liderazgo urbano que solo el centralismo y la
competencia de Valera pudo acabar.
Pero su importancia fue suficientemente amplia y continuada para hacer
crecer en su población sentimientos de identidad tan fuertes como para
que compitan con la lealtad regional.
Hoy, Escuque es un apéndice de Valera, y las ciudades adscritas
políticamente como La Mata, Sabana Libre, El Alto y El Boquerón ya
casi nada tienen que ver con su capital. Hoy son también satélites de
Valera.
El Distrito Urdaneta está limitado por el Este por las más altas cumbres de
la Cordillera de Trujillo que lo separan de Boconó y al Oeste por el Río
Motatán que corre al pie del abrupto flanco de La Culebrina hasta el abra
de Quebrada de Cuevas. Al Norte está separado de Trujillo por el cerro
Alto de La Cruz y el río San Lázaro; al Sur los linderos son la Quebrada
de Tafallés y algunos otros accidentes naturales que no lo separan de
117
Timotes.
Es este el Distrito más disectado del Estado Trujillo, aún más que
Carache. En realidad, son cuatro cuencas bien separadas, que tienen en
común su hermoso y variado paisaje serrano, sus cuatro pequeños pueblos
recostados a la Cordillera, sus ricos valles de clima frío, sus páramos, su
gente vinculada al trabajo rural, y la miseria de la mayoría, en contraste
que unos pocos terratenientes semifeudales. Las relaciones de estas cuatro
cuencas entre sí son escasas y toda su vinculación es con Valera.
Al sur, la Mesa de Esnujaque es el lugar central de los Valles de Juán
Martin, Miyayí y Durí. Más al Norte, Jajó nodaliza, por su parte, los
vallecitos y terrazas de La Galera, Tatú, Mesa de los Morenos, Jarillo,
Montero y el rico valle de Tuñame. La Quebrada, capital del Distrito, de
igual tamaño y similar importancia a sus casi gemelas capitales
municipales, es el centro en la confluencia de los valles del Miquinoco,
Miquimbós, Estatape, Los Potreritos y Timbís. Se explica que sea capital
del Distrito por razones históricas y porque está en el centro geográfico.
Al Norte, Santiago es el lugar central de una serie de vallecitos como Las
Yeguas, La Mesa de Contreras, Cuencas, Estibandá, la quebrada del
118
Burrero y el hermoso páramo de Cabimbú.
Cada una de estas cuatro cuencas conforma a su vez cuatro municipios
que, juntos, son el Distrito Urdaneta. De manera que son cuatro unidades
geopolíticas que generan sus propias relaciones, su identidad y su lealtad
local. Al sur, las relaciones son muy estrechas con Timotes, verdadero
mercado mayorista de primera importancia para los productores de la
cuenca media y alta del Motatán.
El Distrito Valera está definido principalmente por la cuenca media del
Motatán y el valle del río Momboy. Valera ocupa el centro definido por
las confluencias del río Escuque y el río Momboy en el Motatán, lo que
le da una excelente localización geocéntrica en el corazón del Estado, que
le ha permitido crecer hasta convertirse en la ciudad más importante de
Trujillo. Esta ciudad nace por la necesidad de contar con un centro de
servicios para la serie de valles que concurren a la puerta de salida de la
serranía hacia la planicie del Lago de Maracaibo. Es una típica ciudad de
encrucijada, que fue surgiendo a ritmo de la apertura de las modernas vías
de comunicación, de manera que es una ciudad reciente que se ha venido
nutriendo principalmente de las emigraciones serranas y del atractivo que
119
su movimiento comercial ofrece a gente de otras partes.
Valera es el centro de una cuenca urbana definida por las poblaciones de:
La Puerta, Mendoza, Escuque, El Alto, Sabana Libre, Betijoque, Isnotú,
Motatán, La Cejita, La Quebrada y Santiago, las cuales representan su
zona de influencia inmediata. También extienden su radio de acción más
allá, hasta una zona de influencia mediata, definida por Araque, Sabana
de Mendoza, La Ceiba, Santa Apolonia, El Dividive, Monay, La Mesa,
Jajó, Timotes, y a su vez abarca el área de Trujillo y, en menor grado, las
de Boconó y Carache.
Para los fines que persigue este capítulo, basta decir que Valera es el polo
que extiende su atracción hacia el espacio definido por las poblaciones
anteríores, pero bajo circunstancias particulares que serán analizadas en el
próximo capítulo. Valera es en realidad el centro poblado con vocación y
potencialidad de polo regional. Sin embargo, no las desarrolla a plenitud
por diversos factores, entre los cuales están los resabios de una sociedad
con-servadora que migró a ella desde los pueblos de la serranía, su propia
estructura agraria semifeudal, que el urbanismo no ha logrado vencer,
evidenciada en que apenas siete propiedades, el 0,6% de la tenencia,
120
ocupan el 60% de la superficie.
El Distrito Trujillo está definido en su mayor parte por la cuenca del río
Castán y su afluente, el Mocoy. Al Sur, el Municipio San Lázaro ocupa la
cuenca alta del río Jiménez y goza más de las características asignadas a
las cuencas y municipios de Urdaneta. Al Noreste, Santa Ana ocupa
también una cuenca alta, la del Río Monaicito. Hacia el noreste se
extienden unas tierras de colinas bajas y algunas llanuras, donde se
localizan las poblaciones de Monay y Pampán.
Aunque los linderos naturales no diferencian con claridad el territorío, es
evidente que la importancia de la ciudad de Trujillo ha logrado conformar
claramente su espacio geopolítico. De larga tradición histórica, de primera
importancia administrativa y como centro de servicios, Trujillo ha
generado una lealtad local que en tiempos pasados, antes de surgir Valera,
era más extendida.
Es evidente, sin embargo, que el sitio escogido para el crecimiento de la
ciudad ofrece seríos obstáculos para su expansión y al fácil acceso, lo que
hace evidente un deteríoro de su posición en la jerarquía urbana.
En todo caso, queda claro, a lo largo de este capítulo, que Trujillo, como
121
capital política del Estado, no ha logrado polarizar efectivamente su te-
rritorío, generándose, más bien, pequeñas "islas" en una red urbana
deficientemente integrada.
122
En las páginas anteríores se trató de demostrar las dificultades de diverso
orden que existen en el territorío trujillano para que este conforme una
"región", tal como se definió este concepto en términos de un espacio más
o menos bien delimitado, con actividades e intereses comunes, con una
lealtad y un sentido de pertenencia por parte de su población, una
estructura orgánica a través de centros urbanos interconectados y un
centro urbano que ejerciera de capital regional. Son muchos los
especialistas que consideran como el elemento definitorío del hecho
regional, la existencia de un "centro", una ciudad que ejerza la suficiente
fuerza polarizadora en ese territorío y defienda en el mismo sus efectos.
Una capital regional que lidere el territorío definido por su propia área de
influencia.
R. Blanchard, en un estudio sobre Grenoble (Francia), afirma, en relación
a la capital regional, que "se considera como tal a una ciudad que debe su
LA CONFRONTACION TRUJILLO – VALERA
123
importancia a su población y su prosperidad, a su antigüedad y su
significación histórica y a que continúa siendo, como era ya, el centro de
la región. La ciudad surge con unos determinados propósitos. Para
cumplir ciertas funciones que exige el devenir de un espacio geográfico
en la interacción de los factores políticos, económicos, sociales y
culturales.
La capital ejerce funciones políticas, militares, intelectuales,
educacionales, económicas, de servicios y muchas otras, dependiendo de
su importancia y vocación. Puede suceder que determinadas funciones
adquieran tanta importancia que conduzcan a una cierta especialización
funcional. De hecho, hay muchos ejemplos: Mérida es una ciudad
especializada en educación, Lagunillas, en servicios petroleros, Valencia
es industrial, La Puerta es turística y centro de servicios agropecuaríos;
Isnotú es centro de peregrinación.
El desarrollo económico actual, sin embargo, impone papeles más
ambiciosos a las ciudades principales. El crecimiento de las
comunicaciones, el desarrollo del comercio y la industria, la
especialización de los servicios, exigen que la ciudad se acomode a las
124
nuevas situaciones, o decline. Se ha llamado a este tipo de funciones, más
complicadas y extendidas, "funciones metropolitanas".
Robert E. Dickinson en su obra "Ciudad, Región y Regionalismo" (17)
señala que una ciudad metropolitana es un destacado centro de
actividades humanas, con una economía organizada de productores y
consumidores y de relaciones externas, que opera a través de sus centros
financieros, mercados mayoristas, centros de servicios y administrativos.
En efecto, el desarrollo tecnológico actual, con sus múltiples
consecuencias de diverso orden, exige un tipo de servicios urbanos que la
ciudad tradicional no puede prestar. Debe sufrir cambios cualitativos y
cuantitativos de cierta magnitud, de lo contrarío se verán importantes
modificaciones en la jerarquía urbana y el surgimiento de nuevas
alternativas espaciales y urbanísticas.
A las funciones tradicionales urbanas de administración, defensa, cultura,
producción, comercio, recreación y de comunicaciones, se añaden nuevas
funciones especializadas en el campo de las finanzas, de la informática,
de los seguros, del adiestramiento y de la generación y difusión de
innovaciones. Para desempeñar este tipo de funciones, la ciudad debe
125
contar con las condiciones que favorezcan su surgimiento y prosperidad.
Debe reunir determinadas exigencias propiamente geopolíticas, además
de sociales, culturales y económicas.
Las referidas a la geopolítica atienden principalmente a su "posición"; las
sociales a la estructura de la propiedad; las culturales a la apertura a la
innovación y las económicas al dinamismo de los intercambios.
En el presente capitulo nos referiremos específicamente a los aspectos
geopolíticos, toda vez que ya se hizo referencia a la problemática
socioeconómica y cultural trujillana, la cual, reiterando, se caracteriza por
la concentración de la propiedad, la división de la sociedad, el
conservadurismo y el atraso.
Cuando aquí se habla de geopolítica nos referimos a las condiciones de
localización espacial o territorial y sus consecuencias en término de
relaciones. La posición o localización de una ciudad se refiere al lugar
que ocupa en relación al contexto regional o nacional. El sitio de una
ciudad se refiere, en cambio, a su emplazamiento y a las características
del lugar en relación al contexto geomorfológico y topográfico.
126
El análisis de la posición o localización, tanto como del sitio o
emplazamiento de una ciudad, tiene importancia a los fines de detectar las
condiciones objetivas para el cumplimiento de sus funciones.
El propósito de este capítulo es demostrar que uno de los factores de
atraso de la sociedad trujillana, es la inexistencia de una capital regional
mucho menos una capital metropolitana que ejerza las funciones políticas,
sociales, económicas, culturales y de servicios que exige esa sociedad;
que el Estado Trujillo ha carecido de una "capital" en los términos arriba
definidos, y que, antes por el contrarío, el surgimiento de una
confrontación entre sus dos ciudades principales ha impedido la
concreción del liderazgo urbano necesarío para la cohesión regional.
De acuerdo con las referencias históricas, se deduce que los fundadores
de Trujillo no tenían claro el objetivo para fundar la ciudad en el territorío
de los Cuicas. No habían definido el papel que iría a cumplir el nuevo
centro poblado, y, en relación a este hecho, fijar su posición y escoger el
sitio.
El calificativo de "La ciudad portátil", más que a una supuesta vocación
de movilidad de sus habitantes, se lo debe Trujillo a la ausencia de
127
objetivos de sus fundadores.
La ciudad de Trujillo se mueve desde su fundación, en 1556, en unos
once sitios, y algunos significan cambios sustantivos de posición. Nace en
Escuque, luego pasa al valle del Motatán, cerca de La Guaca, va a San
Gonzalo, muy cerca de su sitio anteríor, sube a la meseta de Carvajal,
donde hoy está La Cejita, luego se muda a Pampán y regresa después a
Escuque. Se traslada a La Encomienda, en el valle del Boconó, regresa de
nuevo a La Cejita, retrocede al valle del Burate, donde hoy está Tostós;
vuelve a Escuque, y por fin se encomienda a Nuestra Señora de La Paz y
se establece en su sitio actual.
La secuencia anteríor puede no ser exacta, pues diversas fuentes acusan
otras tantas versiones, pero lo sustantivo está en el hecho del permanente
cambio de posición a lo largo de más de un cuarto de siglo.
En general, las localizaciones en el valle medio del Motatán (Escuque, La
Guaca, San Gonzalo, La Cejita e incluso Pampán) obedecen a la idea de
Francisco Ruiz, de que Trujillo, fuera el centro de la conquista y
colonización del Lago de Maracaibo. En cambio, las fundaciones en el
valle del Boconó y del Burate responden a la idea de García de Paredes,
128
de que fuese el centro de la ocupación del Llano. De suerte que entre
"Ruicistas" y "Garciistas" se disputaron el papel de la ciudad, la cargaron
a cuestas y al fin la dejaron donde no pudo cumplir a cabalidad ninguno
de los dos papeles. El Lago se le dejo a Maracaibo y el Llano a Barinas y
a Guanare.
La ciudad de Trujillo se localiza en la vertiente occidental de la Cordillera
de Trujillo, en un estrecho valle transversal secundarío de orientación Sur
y Norte, formada en la confluencia de la quebrada de Los Cedros con el
río Castán, tributaria del río Jiménez, afluente del Motatán. Está
aproximadamente en el centro del Estado Trujillo, pero separado del resto
por las empinadas elevaciones que la rodean por los cuatro costados. Esta
localización se explica por el agradable clima y la seguridad que ofrecían
sus murallas naturales.
El acceso al resto del territorío no es el más expedito, de tal manera que
desde sus orígenes el "umland"13
ha sido poco extenso. Por fuerza de las
circunstancias a Trujillo confluyeron las vías de comunicación, pero
nunca fue una encrucijada de caminos. Más bien, el relativo aislamiento
13
Umland: parte de la comarca circundante que tiene como centro cultural a la ciudad.
129
de la capital contribuyó a la semi autonomía de las demás ciudades y
pueblos.
De esta manera la posición de la ciudad apenas sirvió de punto central
para la conquista y colonización de las tierras de los Cuicas, sin ejercer
verdadero dominio territorial, ni convertirse en centro comercial ni de
servicios.
Por otra parte, el sitio de Trujillo, su emplazamiento, está constituido
principalmente por varias terrazas y conos de deyección del cuaternarío,
separadas por los cauces de los dos ríos y por las colinas de origen
terciarío y de fuerte pendiente.
De Sur a Norte se localizan, primero San Jacinto y la avenida Castán,
sobre terrazas depositadas por el Castán, y luego Las Araujas, en un cono
de deyección que bajó de la empinada vertiente. Está separado este sector
del núcleo central por el cerro La Guaira. Este núcleo se emplaza en una
terraza depositada por la quebrada de Los Cedros. Los Cerros, La
Alameda y El Paramito separan esta zona de Santa Rosa y Pueblo Nuevo,
ubicadas en una serie de conos de deyección dejados por las torrenteras
que bajan del Filo de San Isidro. A la derecha del Castán hay otros
130
depósitos cuaternaríos de ocupación más reciente.
No cuenta, pues, Trujillo con un sitio continuo, con un espacio cómodo
para su expansión y desarrollo. Es un emplazamiento disectado, que la
obliga a un crecimiento alveolar. Además, las colinas terciarias de
material fácilmente degradable (Formación La Quinta y Formación
Mucuchachí), por estar altamente meteorizadas e intervenidas con los
torrentes que se forman en las frecuentes lluvias, arrastran sedimentos que
son depositados en los estrechos valles, complicándose aún más el
problema urbanístico.
No tiene, pues Trujillo ni la posición ni el emplazamiento apropiados para
convertirse en una capital regional ni en capital metropolitana. Uno no
termina de explicarse como los fundadores, habiendo pasado varias veces
por la extensa planicie de Escuque, las amplias vegas del Motatán, la
larga meseta de Carvajal y habiéndose asomado por Pampán a los Llanos
de Monay, hayan escogido el estrecho valle de Los Mucas, tras pasar por
la dilatada terraza de Valera sin mirarla.
Lo sustantivo es que este elemento geográfico tuvo consecuencias
importantes. Don Marío Briceño Iragorry lo refiere así: "Trujillo es una
131
ciudad pequeña, pero de casas grandes. Cuando se fundó la ciudad, se
hizo un pueblo firme, un pueblo para siempre. Aquí se vive hacia adentro.
Los trujillanos buscamos crecer hacia arriba y no de lado... Nosotros, en
este "cajón sin tapa", vivimos una vida apacible, sosegada, que nos fuerza
ver hacia adentro, porque los cerros quitan contorno a la mirada" (4).
Trujillo, sin embargo, hizo el esfuerzo de cumplir las funciones político-
administrativas que le correspondían, y logro desarrollar importantes
instituciones de ámbito estatal que la consolidaron como capital política.
La élite social y económica ejerció el liderazgo político que le asignó la
historia y fue Trujillo siempre de los primeros en los acontecimientos del
origen y desarrollo de la nacionalidad.
La ciudad trataba de vencer "creciendo hacia arriba", en calidad, las
limitantes naturales. Sin embargo, la emigración de parte de sus mejores
valores humanos y de su juventud impidió un mejor destino. La ciudad
creció lentamente mientras las otras ciudades regionales muchas de
menor jerarquía avanzaban rápidamente. En 1840 Trujillo tenía 4.000
habitantes; cien años después, en 1941, tenía cerca de 7.000. Hoy tiene
unos 40.000 habitantes y su ritmo de crecimiento es apenas del 3% al año.
132
Impedida de cumplir funciones comerciales, financieras y de servicios
privados, con una población demasiado ligada al sector de servicios
político - administrativos y religiosos, de mentalidad burocrática, la
ciudad se especializó en funciones de gobierno: ejecutivo, legislativo,
judicial, militar religioso, dejando, sin querer, a los otros pueblos
trujillanos sus actividades de producción e intercambio.
Tenía que surgir entonces un poblado que cumpliera esas funciones
centrales. Lo intento la Escuque primigenia y lo hizo un tiempo
Betijoque, asomado al balcón que mira al Lago de Maracaibo, y por fin
surgió Valera, en la extensa terraza que por años cruzaran sin detenerse
los primeros pobladores.
Valera nace en la más importante encrucijada natural trujillana, donde la
cuenca media del Motatán recibe a los valles del Escuque y del Momboy,
cerca de donde vienen también a reunirse el Jiménez - Castán y el
Carache. Es el encuentro de las rutas que bajan de las tierras frías con las
que suben de las calurosas planicies aledañas al Lago de Maracaibo.
Se ubica en la más extensa terraza aguas arriba del abra de Agua Viva,
verdadera “puerta" de las tierras andinas hacia y desde la depresión del
133
Lago.
Ese valle abierto a todas las direcciones es propicio a las comunicaciones,
a las rutas que van y vienen de los cuatro puntos cardinales. Además, es
una posición bastante central en el mapa trujillano, de manera que su
accesibilidad a los pueblos y campos es de cierta equidistancia.
Por Valera pasan la carretera Trasandina, la vía que va a Betijoque y La
Ceiba; la que va por Agua Viva a Maracaibo, la que por La Concepción
acerca a los Llanos de Monay y a las tierras larenses, aparte de varias vías
locales y la importante carretera a la ciudad de Trujillo. Además, tiene un
moderno aeropuerto. De manera que es Valera un verdadero puerto
terrestre dentro del Estado Trujillo.
A las favorables ventajas de su posición se une la del sitio propicio para el
emplazamiento urbano. Valera crece en una dilatada terraza de dirección
Sur-Norte, que luego se extiende al Norte por el valle del Motatán, al
Oeste por las suaves inclinaciones del flanco oriental de la Sierra del
Norte y por el Este con las alargadas mesetas de Carvajal. Está rodeada de
colinas bajas que lamentablemente no se han reservado para servir de
ambientes naturales a la ciudad.
134
Las condiciones de posición y emplazamiento permiten a Valera
desarrollar sus funciones como centro de comercio y de servicios, razón
por la cual su poblamiento a partir de la segunda mitad del pasado siglo y,
especialmente a raíz del expansionismo mercantil de los años treinta,
alimenta un acelerado crecimiento urbano.
En la meseta de Valera se van deteniendo los comerciantes y los
artesanos, se asientan los primeros negocios y poco a poco va ejerciendo
su atracción sobre las familias de los campos y pueblos trujillanos. Los
campesinos aventados por la miseria rural encuentran algún empleo en la
ciudad. El proletarío rural se lanza a las ciudades. Valera, para unos fue
un lugar de transbordo y para muchos la nueva residencia. Igualmente
recibe aquilatado aporte migratorío extranjero, donde destaca por su
empuje y dinamismo la colonia italiana.
Valera, así, va nutriendo su crecimiento demográfico a expensas del resto
del Estado Trujillo y de otras áreas. Se llena de gente que viene a
establecerse en la joven ciudad en busca de mejores perspectivas. Valera
pasa de 3.300 habitantes en 1887 a 11.300 en 1936, a 21.000 en 1950, a
46.000 en 1«61, a 70.000 en 1971 y a 160.000 en 1986.
135
Sin embargo, aquí choca esa población con la herencia del pecado
original trujillano: la particular encomienda colonial y su consecuencia
feudaloide de dominación y atraso. El fértil valle medio del Motatán tiene
pocos y poderosos dueños, poco propensos a dejar por las buenas que el
progreso urbanístico melle sus privilegios.
En efecto, la estructura de la propiedad de la tierra en el Distrito Valera es
la más desequilibrada del Estado, al punto de que para el año 1971 apenas
siete propietaríos ocupaban casi el 60% de las tierras. De las 27,650
hectáreas registradas por el censo, 20.326 se concentraban en 29
propiedades. Esta situación es el más grave obstáculo al desarrollo
armónico de la ciudad. El latifundio es el baldón de la ciudad.
El devenir valerano está marcado por la contradicción de los divergentes
intereses de la dinámica clase comercial e industrial y los de los lentos
terratenientes. Al avance buscado por los inmigrantes se enfrenta la
custodia de los viejos privilegios. Es un enfrentamiento que graves daños
ha causado, al demorar el avance, al dificultar el progreso y al provocar
un desarrollo urbanístico irracional y especulativo que, de no ser por los
destellos progresistas de una pequeña vanguardia, habría
136
determinado daños peores.
Manuel Isidro Molina refiere: "Valera vive estremecida de odios casi
primitivos, generados por la intolerancia ideológica, política y religiosa.
Pe-ro, en medio de todo, avanza; porque las voluntades progresistas
intuyen que no deben detener su marcha" (43)'.
Un común denominador tienen los diversos sectores valeranos: la
preeminencia de la actividad privada. "Valera ha sido el producto de las
voluntades, los esfuerzos y los abusos individuales, privados" (43).
Frente a la vocación burocrática del trujillano esta la iniciativa privada del
valerano. La ciudad ha crecido gracias al empuje y tesón de sus
ciudadanos progresistas.
En forma individual, mediante organizaciones o a través del Concejo
Municipal, Valera se ha ido construyendo sin mucho aporte del gobierno
estatal o nacional. En el propio nacimiento de la ciudad está la iniciativa
privada con la donación de las tierras para construir la iglesia, trazar el
pueblo y vender solares. Luego el Concejo Municipal compra el Llano de
San Pedro, construye caminos, hace algunas plazas y crea servicios. El
primer hospital, la primera escuela, la iglesia y diversas obras de interés
137
colectivo surgen por el afán de algunos ciudadanos.
Pero las contradicciones en sus clases dirigentes y la desidia oficial
determinan un crecimiento urbanístico anarquizado y sin definición ni
identidad, una industrialización débil y un sector financiero extractor, e
impiden el surgimiento de grupos de vanguardia en el campo científico y
tecnológico. Así mismo, el fenómeno se refleja en la debilidad de sus
organizaciones intermedias y en la ausencia de élites culturales y
universitarias.
En medio de esta dualidad de progreso y anarquía, de avance en el rezago,
la ciudad trata de cumplir sus funciones centrales y metropolitanas, más
sin lograr verdaderamente consolidar su papel de capital regional. Como
consecuencia de esta situación particular de cada una de las ciudades, con
una élite que no puede ser vanguardia, surgen las contradicciones entre
Trujillo y Valera. Pero no se van a materializar en competencia por el
logro de una síntesis de mayor avanzada, sino en la lucha estéril del
poder. Es una rivalidad entintada por los colores de los resabios
caudillismos. Una confrontación egoísta movida por los eternos
detentadores de los privilegios, donde los grupos emergentes de
138
mentalidad avanzada nada han podido hacer.
Don Marío Briceño Iragorry señala el hecho: "Valera era el benjamín
entre los pueblos del Estado. Con su juventud, mostraba un ímpetu
extraordinarío y un afán de incontenido progreso, que erróneamente lleva
a alguno de sus hijos a creer que, para su coronamiento cívico, necesitaba
Valera despojar a la vieja Trujillo de sus títulos de capitalidad" (4).
El Dr. Arturo Uslar Pietri, en una de sus entrevistas por televisión
reseñaba que en 1937 los trujillanos se armaron porque los valeranos se
querían llevar la capital.
José Segundo Salas, en su valioso trabajo "El Chacoy Pitijoc", refiere que
la ruta del ferrocarril de La Ceiba se trazó evitando la lógica vía directa
por Betijoque a Valera por la "oposición de cierta familia de renombre de
la capital trujillana, empeñada en que el ferrocarril no llegase hasta Vale-
ra, cuyo extraordinarío auge le ardía en carne viva" (52).
La rivalidad entre las dos ciudades es natural. Son celos en sus
pobladores, que tienen una explicación lógica. Los trujillanos le envidian
a Valera su comercio e industria, su dinamismo y crecimiento. Los
valeranos le envidian a Trujillo su jerarquía política, sus instituciones de
139
gobierno y su tradición histórica. Lo malo está en que esos celos no han
sido canalizados para lo bueno. Antes, por el contrarío, muchos los han
atizado para lo malo. La estrechez mental los ha aprovechado para lo
pequeño, y en ello todo el Estado ha perdido. En vez de ayudarse para
crecer armónicamente y para que cada una cumpla mejor sus funciones,
en acuerdo de complementariedad constructiva, las dos ciudades parecen
querer perjudicarse una a otra. Pensando que si una obra que beneficie a
una daña a la otra, las dos ciudades han venido perdiendo oportunidades o
dejando cojos proyectos de trascendencia para las dos. No es necesarío
dejar constancia escrita aquí de los hechos concretos que esta absurda
visión ha producido y de los cuales el autor es testigo presencial: muerte
de proyectos, desviación de recursos, mediatización de programas de
desarrollo, pérdida de oportunidades y otros males. De esta manera,
impedida Trujillo de ejercer funciones metropolitanas y mediatizada
Valera por intereses encontrados, y enfrascadas las dos ciudades en una
rivalidad infértil, el Estado no ha encontrado una ciudad que lo liderase,
lo interprete, lo sintetice y lo represente en la lealtad regional que pudiera
haber.
140
TERCERA PARTE
PARA ROMPER EL FATALISMO
"El evangelio invita a la fantasía creadora,
a elaborar ideologías nacidas, no de una
magnitud a príori, sino del análisis y de los
desafíos de una situación, en función de un
proyecto liberador".
Leonardo Boff.
141
Introducción
Una situación tan grave como la que vive el Estado Trujillo puede ser el
punto de partida para un proceso de desarrollo más o menos
convencional, o para la búsqueda de nuevas alternativas más humanas,
solidarias, auténticas y más ecosistemicas.
El primer camino está indicado por las formulas tradicionales y
tecnocráticas que se aplican comúnmente y que ya han recorrido otras
regiones. Desarrollo del capitalismo en el campo, integración industrial,
importación de tecnología, generación de economías de escala,
implantación de empresas motrices, promoción de polos de desarrollo y
otras fórmulas que a lo sumo logran una modernización de la pobreza.
El segundo exige un reto a la imaginación, al esfuerzo colectivo de
integración, a la lentitud del análisis y la consulta, la participación de las
bases, puesta en valor de los recursos propios y opción por lo sencillo, lo
apropiado y lo permanente... "Todo está por inventar en cuanto a la
invención del porvenir", dice Aurelio Peccei en un informe al Club de
Roma, titulado "Testimonio sobre el Futuro" (45).
142
A si mismo está claro que es necesarío poner a funcionar la creatividad,
pues con una mirada en rededor, incluso a los países más avanzados,
queda claro que las formulas predominantes no han conducido a la
construcción de una sociedad feliz.
Basta mirar la actual crisis para cuestionar los modelos tecnocráticos y
economicistas que han presidido el paradigma de la civilización occiden-
tal. Vale la pena imaginar alternativas diferentes. En las siguientes
páginas se intentara un esbozo de lo que podrían ser las líneas maestras de
un desarrollo alternativo para el Estado Trujillo, tratando de seguir la
máxima del Club de Roma, de: "pensar globalmente y actuar localmente":
(45).
La mayoría de categorías conceptuales utilizadas fueron desarrolladas
originalmente en mi tesis para optar al grado de Magister en Planificación
Urbana y Regional (29).
Igualmente existe una reciente bibliografía sobre modelos alternativos de
desarrollo, que será parcialmente citada al final de esta tercera parte.
Muchas de las ideas aquí expuestas se deben a la lectura de esos trabajos.
Para romper la barrera del fatalismo que mantiene al Estado Trujillo en el
143
atraso, deben tocarse las causas estructurales anotadas en los capítulos
precedentes. Está claro que muchas de ellas atienden a factores de tipo
externo no propiamente controlables a nivel local o regional. Hay que
estar conscientes de tan importante limitante. Pero eso no obsta para
proponer acciones que pueden ir tomando cuerpo en un proceso de
concientización, trabajo y liberación concretos que alimenten efectos
multiplicadores globales.
La pose intelectualice de critica a la sociedad, sin praxis liberadora, no es
justa en la realidad acuciante de Trujillo. Conviene adoptar la praxis
cristiana de liberación que propone la nueva teología nacida de la
experiencia de fe, vivida en las barriadas y campos latinoamericanos.
"La enseñanza social de la Iglesia nació del encuentro del mensaje
evangélico y de sus exigencias, con los problemas que surgen en la vida
de la sociedad. La Iglesia, experta en humanidad, ofrece en su doctrina
social un conjunto de principios de reflexión, de criteríos de juicios y de
directrices de acción para que los cambios en profundidad que exigen las
situaciones de miseria y de injusticia sean llevados a cabo de una manera
tal que sirva al verdadero bien de los hombres" (13).
144
En relación a los principios es importante destacar los de solidaridad y
subsidiaridad. En virtud del primero, el hombre debe contribuir con sus
semejantes al bien común de la sociedad, a todos los niveles. Con ello, la
doctrina social de la Iglesia se opone a toda forma de individualismo
social o político.
En virtud del segundo, ni el Estado ni sociedad alguna deberán jamás
sustituir la iniciativa y la responsabilidad de las personas y de los grupos
so-cuales intermedios en los niveles en los que estos pueden actuar, ni
destruir el espacio necesarío para su libertad" (13).
También queda claro en que los criteríos de juicio dan la base para
condenar las condiciones de vida que atentan a la dignidad y a la libertad
del hombre, y las estructuras injustas que conducen a la creación de esas
condiciones.
"Los principios fundamentales y los criteríos de juicio inspiran directrices
para la acción". Dentro de esas directrices y en relación a la realidad
concreta de nuestro Estado Trujillo, es necesarío destacar la reflexión en
profundidad para elaborar y poner en marcha programas de acción
audaces, con miras a la liberación socioeconómica de los hombres y
145
mujeres cuya situación de opresión económica, social y política es
intolerable. “Esta acción debe comenzar por un gran esfuerzo de
educación: educación a la civilizaciones trabajo, educación a la
solidaridad, acceso de todos a la cultura" (13).
La clave de este programa a de acción estaría entonces basada en:
1. Promoción de una verdadera civilizaci6n del trabajo.
2. El acceso de todos a los bienes necesaríos para una vida humana,
personal y familiar digna de este nombre.
3. Creación de un vasto movimiento de solidaridad.
4. Promoción de la salud y la educación como base del desarrollo humano.
"Una vez sentada esa base no hay nada que evite que la sociedad siga
hacia arriba" (58).
Atendiendo a las reflexiones anteríores y los análisis de la situación
concreta expuestos en los capítulos precedentes, una salida del círculo
vicioso de la pobreza en el Estado Trujillo deberá comprender:
1. El rompimiento a la estructura feudaloide de la propiedad de la tierra.
2. La promoción de muchas empresas, en muchos lugares, en muchas
manos, atendiendo los esquemas presentados por E.F. Schumacher en "Lo
146
Pequeño es Hermoso" (54).
3. La ejecución de programas audaces de salud y educación, en especial
de nutrición, saneamiento ambiental, alfabetización, capacitación y
entrenamiento, educación preescolar y educación tecnológica pertinente.
4. La integración del Estado tanto territorialmente como social, cultural y
económicamente. Esto implica igualmente el forjamiento de una capital
regional y el reforzamiento de los centros poblados como base urbana del
desarrollo.
5. El desarrollo de un sistema de educación superíor que prepare hombres
y mujeres con actitudes y aptitudes adecuadas a los problemas concretos,
que investiguen en profundidad la realidad y que generen las
innovaciones que el reto del desarrollo impone.
8. La creación de un sistema financiero que involucre el ahorro regional
en el desarrollo regional.
7. La promoción de organizaciones intermedias y de base como actores
solidaríos del proceso liberador de desarrollo.
147
Las bases materiales son fundamentalmente los recursos naturales, la
infraestructura y las organizaciones existentes, potenciales enormes para
un desarrollo a escala humana.
Alrededor de 300.000 hectáreas as concentran un potencial agrícola y
pecuarío de primer orden. De estas, unas 180.000 hectáreas se localizan
en las planicies de Monay, El Cenizo y Caus, Poco, con elevada vocación
para el fomento de una agricultura tropical intensiva y de una ganadería
bovina y de especies menores. Este recurso suelo de vocación
agropecuaria esta valorizado por abundantes recursos hidráulicos, tanto
superficiales como subterráneos, que asegurarían, a través de técnicas
apropiadas de riego, una elevada productividad. En las zonas altas, en los
valles intermítanos trujillanos, existen unas 15.000 hectáreas para cultivos
de gran productividad, como son: hortalizas, papas, flores y frutales de
clima templado. Esta su-pericia esta, a su vez, potenciada por la presencia
de importantes recursos hídricos y por una población de fuerte tradición
agrícola.
LAS BASES MATERIALES DEL
DESARROLLO TRUJILLANO
148
Otras 30.000 hectáreas, ubicadas en la zona media del Estado, ofrecen
amplias perspectivas para el desarrollo de un cultivo de importancia
económica y conservacionista, como es el café. Además, es necesarío
destacar que por encima de los valles intermítanos existen alrededor de
30.000 hectáreas que pueden ser dedicadas a la producción de una
importante ganadería de leche.
Otras 40.000 hectáreas se localizan en áreas marginales a las ya
señaladas, que pueden ser aprovechadas para el desarrollo de una
ganadería ovina orientada a la producción de lana y carne, con lo cual se
incrementarían los ingresos de las familias campesinas.
Estos recursos están, sin embargo, seriamente comprometidos por el
grave deteríoro de las cuencas altas, el retroceso de los bosques y la
agresión a los recursos naturales en general, por lo que su permanencia
está sujeta a audaces programas de conservación y racional
aprovechamiento.
Se conocen cuantiosos recursos de minerales no metálicos, fundaméntenle
de feldespatos y micas, arenas silíceas, fosfatos, calizas y arcillas, con
reservas suficientes para generar un desarrollo minero industrial de
149
alcance nacional.
En las áreas de Cuicas, Chejendé, Torococo y Monay se han evaluado
más de ochenta millones de toneladas métricas de calizas de elevado
contenido de calcio, que conjuntamente con la presencia de siete millones
de toneladas métricas de arcilla, constituyen reservas suficientes para
producir por lo menos 1.200 toneladas diarias de cemento durante 100
años.
En cuanto a la sílice, materia prima básica para la fabricación de vidríos,
se calcula que existen más de 12 millones de toneladas métricas en la
zona de El Boquerón, Distrito Escuque, y un potencial superíor en los
Llanos de Monay y en las cercanías de Sabana Grande.
Los yacimientos de feldespatos y micas que presentan ventajas para su
aprovechamiento por su calidad y extensión, están ubicados en la zona de
Batatal, en el Distrito Boconó, con reservas potenciales para abastecer al
país.
Igualmente, es necesarío señalar los resultados positivos de las
perforaciones y explotaciones de hidrocarburos que se adelantan en las
áreas de las zonas bajas colindantes con el Estado Zulia.
150
La presencia del Lago de Maracaibo es de invalorable importancia para
Trujillo, tanto por su riqueza ictiológica como por las facilidades que
ofrece para el transporte del occidente con el resto del país y el exteríor;
recursos que se valorizan actualmente con la construcción del Puerto Sur
del Lago, en La Ceiba.
El desarrollo industrial acusa un cierto dinamismo y ofrece perspectivas
ciertas. Actualmente la mayoría de las empresas se concentra en Valera;
sin embargo, la puesta en marcha de la Zona Industrial de Agua Santa y
del Puerto de La Ceiba, abrirá un nuevo frente industrial en la zona baja
trujillana. A esta situación se añade el hecho de que se cuenta con un
grupo empresarial susceptible de ser ampliado mediante su promoción y
capacitación, para lo cual se requiere de un fuerte apoyo institucional y de
programas formativos.
En el Estado Trujillo, la tradicional actividad agrícola y pecuaria y la
incipiente pero promisoria actividad minera ha determinado el
surgimiento de una integración con la artesanía y con la industria que
ofrece esperanzadoras perspectivas; máximo cuando a nivel nacional se
han definido una serie de incentivos para el fomento de estas ramas de
151
actividad, que se consideran básicas para la generación de nuevas
oportunidades ocupacionales, y como vía para utilizar mejor los recursos
locales.
La artesanía trujillana es una de las más variadas y de mejor calidad del
país. La vinculada a la producción alimenticia, como la confección de
dulces, encurtidos, quesos y amasijos (pastelería y panadería) ocupa un
buen número de familias y la calidad del producto se ha impuesto en el
mercado local y el nacional.
La integración agroindustrial tiene su mejor experiencia en las nueve
torrefactoras de café que procesan el grano, cuyo producto resultante es
consumido en todo el país. Existen siete procesadoras de leche que
producen quesos, mantequilla, natilla y demás derivados.
Más de cincuenta panaderías son testimonio de la habilidad y destreza que
han alcanzado los trujillanos en la confección de pan y pastas y que les ha
ganado la confianza del consumidor de zonas externas del Estado. Existen
igualmente varias fábricas de encurtidos, mermeladas y dulces, de
harinas, de champiñones y otras agroindustrias.
La cestería es diversa, de originales diseños, tiene un carácter utilitarío y
152
artístico, que ha permitido la proliferación de pequeños artesanos y
comerciantes que ofrecen el producto a las corrientes turísticas que se
desplazan por la geografía trujillana. La fabricación de sombreros, cotizas
(alpargatas), artículos de cuero y madera adquieren cada vez mayor
importancia.
Los trabajos de arcilla, de los más apreciados productos artesanales de
Trujillo, tienen sus antecedentes en la nación Cuica, conservándose aún
las técnicas ancestrales en la fabricación de los utensilios, lo cual le
imprime un carácter muy especial y valor a este tipo de trabajo.
En la integración minero industrial se han dado pasos interesantes. Se han
establecido empresas de gran tamaño, como son las fábricas de vidrío y
de cemento; una batería de fábricas de bloques y tubos de arena cemento,
fábricas de bloques y tejas de arcilla, varias caleras y pequeñas empresas
de cerámica.
Sin embargo, tal como fue analizada en el diagnóstico, la realidad de la
pequeñita y mediana industria en el Estado Trujillo se encuentra todavía
bastante alejada de las posibilidades que ofrecen tanto el potencial de
recursos humanos como los recursos de diversa índole ya señalados.
153
Esta integración, que se ha logrado a través de un proceso espontaneo,
debe ser incentivada hasta hacer de la artesanía y la pequeñita industria
uno de los pilares fundamentalmente de la economía trujillana. Su
crecimiento en función de pequeños grupos y distribuidos en todo el
territorío, constituye la base para lograr un desarrollo más armónico e
integrado a la realidad que ofrece el medio.
La inmensa variedad de los paisajes trujillanos, el folklore, la historia y
otra serie de recursos naturales y cultural es constituyen un enorme po-
tencial que convenientemente aprovechado, puede hacer de la actividad
turística un importante factor de desarrollo.
Dentro de los recursos turísticos naturales están las áreas de interés
panorámico, donde destacan el extenso valle del alto Motatán, el cercano
valle del río Momboy, el espléndido páramo de Tuñame, el incomparable
Cabimbú, los valles de Durí y Juan Martin, las alturas de la Teta de
Niquitao, toda la policromía verdeante de Boconó, los ocres del paisaje
carachero y todo ese inmenso caleidoscopio que es la geografía trujillana.
Las lagunas son excelentes lugares para el excursionismo y la pesca.
Destacan la laguna de la Estrella, cerca de La Mesa de Esnujaque, La
154
Lagunita a 9 kilómetros de La Puerta, la del páramo de La Teta, a más de
cuatro mil metros de altitud, la laguna de Los Cedros a 4 kilómetros de
Boconó, la de Loma de Bonilla, en las cercanías de Carache.
Las cristalinas aguas de ríos y quebradas son fuentes de gran atracción,
entre ellos los más conocidos son el Motatán, Momboy, Escuque,
Tuñame, Juan Martin, Miquinoco, Mitifafé, Estapape, Jiménez, Castán,
Los Cedros, Boconó, Burate, Burbusay, Minumbox, Buena Vista,
Monaicito y muchos otros que bañan la geografía trujillana.
Entre los sitios, monumentos históricos o religiosos se aprecian las casas
del Decreto de Guerra a Muerte y de la Regularización de la Guerra, el
Convento Regina Angelorum y la Catedral de Trujillo en la capital del
Estado; la casa natal de Antonio Nicolás Briceño en Mendoza; la Casa de
Carmania, el Monumento de Santa Ana, el Llano del Ataque en Niquitao;
las iglesias de San Miguel y de Burbusay y la Iglesia de San Juan, en
Valera, entre otros.
Existen los interesantes Museos del Centro de Historia, el Tulene-Bertoni,
el de Niquitao y el de Rodolfo Minumbox en Carache. Los ateneos son de
gran atractivo por sus programaciones, especialmente en Valera, Trujillo
155
y Boconó.
Numerosos son los pueblos de interés turístico. Los ejemplos más
representativas son: Trujillo, Jajó, San Lázaro, Santiago, La Quebrada, La
Mesa de Esnujaque, La Puerta, Mendoza, Monte Carmelo, Santa Ana,
Niquitao, Tostós, San Miguel, Burbusay, Las Mesitas, Batatal, Campo
Elías, Carache, La Concepción, Chejendé, Torococo, Mitón, Escuque y el
centro de peregrinación de Isnotú.
Lugar privilegiado ocupa el Monumento a La Paz Mundial en Trujillo (La
Virgen de La Paz), presidiendo con majestuosa elegancia la ciudad ca-
pital, en un entorno de tupido bosque nublado.
También existen lugares de aguas termales con aceptables instalaciones,
como en El Baño de Motatán, áreas de pesca tropical en el Lago de
Maracaibo y en los ríos cercanos.
Todos estos recursos toman aún más valor al ir acompañados de las
tradiciones culturales trujillanas: la música, el folklore, las fiestas
religiosas, las tradiciones culinarias y la típica simpatía de la gente.
Lamentablemente, la red hotelera es muy deficitaria, excepto en Boconó y
La Mesa de Esnujaque. La planificación turística nunca ha existido y todo
156
ese recurso está allí para ser aprovechado.
Referencia especial merece la consideración de los creadores populares,
verdaderas expresiones del instinto de supervivencia de la Trujillanidad.
Allí quizás este la mejor cuota para la esperanza. Pintores, escultores,
tallistas, loceros y diversos artistas que hacen del Estado Trujillo la cuna
del realismo mágico venezolano. No hay territorío más fecundo en
creadores populares que la tierra trujillana y es este un recurso que abre
sendas anchas al optimismo.
El desarrollo trujillano tiene su base urbanística en el sistema de centros
poblados en torno al eje Trujillo - Valera. Es un sistema que abarca todo
el Estado Trujillo y el espacio que interactúa con Caja Seca - Nueva
Bolivia en el sur del Lago de Maracaibo y con Timotes en la cuenca alta
del Río Motatán.
El eje Trujillo - Valera es un espacio que tiende a la conurbación, tanto
por la cercanía de las dos ciudades como por la tendencia a la
especialización funcional de cada una.
El área de influencia de la ciudad de Valera se extiende por todo el Estado
Trujillo, parte del Estado Zulia y parte del Estado Mérida. Su "hinterland"
157
llega hasta Nueva Bolivia, Caja Seca, en el sur del Lago de Maracaibo, y
hasta Timotes, en la cuenca alta del río Motatán. Incluye los subsistemas
urbanos que nodaliza las ciudades de Trujillo, Boconó, Nueva Bolivia,
Caja Seca, Sabana de Mendoza y Timotes.
El subsistema urbano de la ciudad de Trujillo abarca la cuenca del Río
Castán, del Río Jiménez y la depresión de Monay. Incluye los centros
poblados de Santiago, San Lázaro, Pampanito, Pampán, Flor de Patria y
Monay.
El subsistema de Boconó abarca toda la cuenca alta de los ríos Boconó y
Burate. Tiene muchas relaciones con el sistema de ciudades de los Altos
Llanos Occidentales. La ciudad de Boconó desempeña funciones
íntimamente ligadas con su zona de influencia, dentro de la cual se
identifican tres áreas con una problemática distinta: la cuenca alta del Río
Boconó, la cuenca del Burate y la cuenca del Río Saguás.
En la primera, una red vial medianamente estructurada sirve de espina
dorsal, Troncal 7 (Trasandina), a los siguientes centros poblados:
Burbusay, San Miguel y San Rafael, con una agricultura intensiva y con
un potencial turístico en proceso de consolidación.
158
El área de Burate se encuentra bastante deprimida, pero es de gran
potencialidad. Niquitao, Tostós y Las Mesitas son sus principales centros.
En los dos primeros su actividad agrícola se relaciona con el café y los
frutales, y en el último, con las hortalizas y las papas.
En la última área se encuentran dos centros poblados que basan su
economía en el café y la prestación de servicios al sector agropecuarío,
como son: Campo Elías y Batatal. Es de hacer notar que ambos centros
están muy relacionados con Biscucuy, dada la existencia de una
infraestructura comercial cafetalera.
Hacia Sabana de Mendoza, en la más importante zona de recursos
agropecuaríos de Trujillo, convergen los flujos de Monte Carmelo, La
Ceiba, Buena Vista, El Dividive y Sabana Grande. Es de destacar que
estos centros se comportan como núcleos comerciales y de servicios para
los pequeños asentamientos del piedemonte andino lacustre y los
desarticulados asentamientos carreteros de la Costa del Lago de
Maracaibo.
Timotes, principal centro poblado del subsistema de la cuenca alta del río
Motatán, estructura una red local de asentamientos rurales
159
fundamentalmente por medio de la comercialización de la producción
hortícola y la distribución de insumos agropecuaríos. Absorbe los flujos
de producción de Chachopo, Jajó, La Mesa, Tuñame y Las Mesitas, y
funciona como un verdadero centro de servicios rurales. Timotes es sede
de una importante cooperativa agrícola, de un alto número de
intermediaríos (despachadores de hortalizas) y de un centro de acopio.
En materia de vialidad, elemento coadyuvante a la ocupación del
territorío y factor fundamental para la movilización de bienes y personas,
el Estado Trujillo cuenta con una red de 2.296 kilómetros de carreteras,
de los cuales están asfaltadas un poco más de ochocientos kilómetros. La
vialidad rural es la más deficiente, con unos ochocientos kilómetros de
vías engranzonadas y otro tanto de tierra, lo que dificulta el contacto entre
las áreas productoras con sus centros de servicio y con los mercados (15).
El área central del Estado se encuentra mejor dotado, en cuanto a
vialidad, que las zonas de topografía montañosa.
La red vial del Estado la componen, principalmente, la carretera Troncal 1
(Panamericana), que cruza la entidad por el oeste, es decir el pie de monte
andino lacustre y la carretera Troncal 7 (Trasandina), que es la más
160
antigua y enlaza las comunidades de Timotes, La Puerta, Valera, Motatán,
Peraza, Tabor, Boconó, Batatal y Campo Elías, conectando el Estado
Trujillo con Mérida, Barinas y Portuguesa.
Por otra parte, estas vías principales se ven complementadas con las
carreteras locales y ramales, siendo las más importantes las que a
continuación se señalan:
Carretera Local 1: Quebrada de Cuevas - La Quebrada - Santiago - San
Lázaro - Trujillo - Valera.
Carretera Local 2: La Concepción - Pampán -Flor de Patria - Silos de
Monay - La Cuchilla.
Carretera Local 3: Peraza- Mene Grande.
Carretera Local 5: Boconó - Trujillo.
Carretera Local 6: Mesa de Esnujaque - Valera.
Carretera Local 7: Villa Mercedes - Jajó -Tuñame - Las Mesitas - Tostós.
Carretera Local 8: Sabana de Mendoza - Santa Apolonia - La Ceiba.
Ramal 2: Aguade Obispo-Carache -La Cuchilla.
Ramal 20: Escuque - Valera.
161
Ramal 10: Escuque - Sabana Libre.
Ramal 17: Chejendé - Silos de Monay. Ramal
44: Mene Grande - Santa Apolonia. Ramal
14: Monte Carmelo - Buena Vista.
Existen otros ramales, de menor importancia, constituidos por vías de
granzón o tierra.
Actualmente se encuentra en construcción una vía interurbana que unirá
las ciudades de Valera y Trujillo. Esta vía tendrá una longitud aproximada
de 27 Ms. y constara de cuatro canales de circulación y contribuirá a
resolver el problema de fluidez del sistema vial que se presenta
actualmente en la Local 1, entre esas ciudades.
El movimiento de pasajeros por vía terrestre, se efectúa por los medios
tradicionales de autobuses, busetas y carritos por puesto. Este sistema de
transporte cubre todas las localidades ubicadas sobre la red vial
pavimentada, extendiéndose, en algunos casos, a los otros tipos de
vialidad.
La ciudad de Valera cuenta con un terminal de pasajeros que concentra
todas las líneas extraurbanas estadales, así como las nacionales que sirven
162
la entidad. La ciudad de Boconó actúa como subcentral de transporte,
especialmente para aquellas líneas que cubren las rutas hacia los estados
Portuguesa y Barinas. La ciudad de Trujillo cuenta con líneas para las
comunidades aledañas y con la ciudad de Caracas. Se construye
actualmente el terminal de pasajeros.
Las ciudades de Valera, Trujillo y Boconó cuentan con servicio de
transporte urbano, el cual es prestado por diversas líneas cuyas flotillas la
in-te gran mayormente autobuses, busetas y carritos por puesto y, en
algunas zonas marginales, se utilizan vehículos de doble tracción.
Conviene señalar que este servicio de transporte urbano, aun cuando se
presta en forma regular, adolece de graves fallas.
El principal aeropuerto del Estado es el de Valera, que ha si do ampliado
en su pista y construido un nuevo terminal aéreo; actualmente su pista
tiene 1.293 metros de longitud. Es el tercero de la Región de Los Andes,
tanto en número ero de vuelos como en movimiento de carga y pasajeros,
y al igual que el de San Antonio y el de Mérida, presenta problemas de
ubicación, lo cual limita la posibilidad de operación aérea. Existen pistas
aéreas privadas y un aeropuerto menor en Boconó.
163
En relación al transporte lacustre, la construcción del Puerto de La Ceiba,
en el Distrito Rafael Rangel, abre al Estado y a la Región Andina la po-
sibilidad de un mayor desarrollo a través del uso de la vía marítima para
la exportación e importación, con una disminución de los costos.
En cuanto a los medios de comunicación social, el Estado Trujillo cuenta
con tres periódicos de circulación diaria que presentan características
similares en cuanto al sistema de impresión, tamaño, número de páginas y
formato. Dos diaríos poseen servicios de télex, teletipo y teléfono y su
circulación es de aproximadamente 15.000 ejemplares. La zona de
influencia de estos dos últimos diaríos abarca todo el territorío de la
entidad federal y se extiende a los estados Zulia y Mérida. Así mismo,
circulan, en forma restringida, en Caracas. Igualmente, existen tres (3)
semanaríos.
En cuanto a estaciones radiodifusoras, la entidad cuenta con siete,
ubicadas en los distritos Trujillo, Valera, Boconó y Rafael Rangel, las
cuales cubren el área del Estado y parte de las entidades vecinas.
En cuanto a la televisión, Trujillo posee un canal privado, Tele-Boconó,
Canal 3, de corte eminentemente cultural, con programación diaria de 3
164
horas, que transmite en colores y cubre la ciudad de Boconó.
Próximamente su imagen se verá en el área Trujillo-Valera.
El equipamiento telefónico del Estado Trujillo está integrado por una
central fija automática en la ciudad de Valera, centrales móviles en
Trujillo, Boconó, Betijoque, Escuque, Sabana de Mendoza y Pampán,
centrales manuales fijas en Carache, La Puerta, Mesa de Esnujaque, La
Quebrada, San Lázaro, Mendoza Fría, Isnotú y centros monederos en las
principales ciudades del Estado, incluyendo Tostós, El Dividive, Agua
Santa, Tres Esquinas y Pampanito. La capacidad de satisfacción del
servicio telefónico en el Estado ha sido calculada en menos del 20%.
En cuanto al servicio de télex, se conoce que para diciembre de 1981
existían 100 suscriptores localizados en las ciudades de Valera, Boconó y
Trujillo.
La red postal telegráfica está formada por 66 oficinas, las cuales prestan
los servicios telegráficos, postal y postal telegráfico. En el Estado Truji-
llo, y a los efectos de este sistema de comunicación, las ciudades de
Valera y Trujillo actúan como ciudades centralizadas.
165
En cuanto a la infraestructura cultural, el Estado Trujillo es, con toda
seguridad, la entidad federal del país que cuenta con la más importante
red de instituciones y parte de los más interesantes grupos organizados.
Larga tradición en este aspecto tiene Trujillo, razón por la cual se le ha
denominado el "Estado Ateneo" de Venezuela. Son siete ateneos, cinco
complejos culturales, once centros culturales, ocho museos y varias
escuelas de artes, bibliotecas, teatro, y especialmente un valioso grupo
humano que sin descanso trabaja por el desarrollo de las más variadas
manifestaciones de la creatividad humana.
El Consejo Nacional de la Cultura y la Coordinación de la Cultura de la
Gobernación del Estado Trujillo realizaron en el año 1983 un censo que
permite conocer los diferentes aspectos de la actividad cultural, para lo
cual se enfoca el trabajo en base a los siguientes aspectos:
1. Protección y Conservación del Patrimonio Histórico Cultural.
2. Formación de Recursos Humanos.
3. Promoción y Animación Cultural.
4. Administración.
166
1. Protección y Conservación Del Patrimonio Cultural.
Existen algunas instituciones que se preocupan por realizar un buen
trabajo en el rescate, conservación y, dado el caso, restauración del
patrimonio cultural. A nivel nacional la autoridad correspondiente ha
procedido a proteger y restaurar importantes bienes, cual diversas iglesias,
auténticas joyas coloniales como la de San Miguel de Boconó
(Monumento Nacional), la de Burbusay, la catedral de la ciudad de
Trujillo y otras.
La casa donde se firmó el Decreto de Guerra a Muerte se conserva en un
buen estado, al igual que la Casa Histórica de Carmania. Se restauró la
Casa Natal del Prócer Antonio Nicolás Briceño en Mendoza Fría y está en
proceso de restauración algunos edificios históricos de la ciudad de
Trujillo. También se hacen trabajos de conservación del ambiente típico
del casco histórico de Trujillo y de las poblaciones de La Plazuela, Jajó y
Santa Ana. Está previsto que esta labor continúe en poblaciones de mucho
valor, como Niquitao, Tostós, San Lázaro, Santiago, La Quebrada, La
Puerta y Carache.
Las piezas de la arqueología Timoto - Cuicas y las obras de arte de la
167
época colonial y pre moderna han sido, en su mayoría, saqueadas y
sometidas al comercio indiscriminado, igual a lo que ha sucedido
prácticamente en toda América Latina, incluso en países de mayor riqueza
artística que la nuestra. Apenas el museo privado Tulene Bertoni, el
Centro de Historia, el Museo Salvador Valero y algunos coleccionistas
particulares han logrado salvar parte del testimonio de la herencia cultural
trujillana.
2. Formación de Recursos Humanos.
Existen diversas instituciones tanto privadas como oficiales, que cumplen
una dilatada labor en la formación de diferentes disciplinas artísticas.
Entre las más importantes se destacan las escuelas de música de Trujillo,
Valera y La Puerta, las escuelas de teatro de Valera y Trujillo, varias
escuelas de danzas y los programas formativos en diversas disciplinas,
que imparten los Ateneos de Trujillo, Valera y Boconó.
Existen cinco complejos culturales ubicados en Carache, Boconó,
Escuque, La Quebrada y Betijoque, donde se imparten cátedras de
música, pintura y dibujo infantil. También existen varias escuelas de
artesanía y labores.
168
3. Promoción y Animación Cultural.
El censo realizado informa de la existencia de más de trescientos grupos
organizados que incluyen conjuntos de música típica, danzas, teatro,
títeres, bailes folclóricos y otros. Existe una Federación de Grupos
Culturales de gran proyección y fecunda labor.
Dentro de las agrupaciones artísticas más destacadas del Estado Trujillo
se cuentan las dos orquestas juveniles, Los Niños Cantores del Valle de
Momboy, la Orquesta Antonio José Landaeta, la Orquesta Típica, siete
bandas. Municipales y el importante movimiento coral que reúne diversos
grupos.
4. Área de Administración Cultural
Muchas de las instituciones culturales de Trujillo son de carácter privado,
aun cuando reciben aportes del sector público. Por tanto, sus actividades y
la administración de sus recursos son responsabilidad de sus directivas.
El sector oficial está representado por la Coordinación de Cultura,
dependencia de la Dirección de Educación y Cultura de la Gobernación
del Estado Trujillo, a la cual corresponde planificar, coordinar y ejecutar
los planes oficiales de desarrollo del sector.
169
En cuanto a organizaciones sociales intermedias y de base, de mucho
interés a la hora de un proyecto colectivo de avance social, entre las más
conocidas están la Fundación PORTRUJILLO, Acción Social en Boconó,
el Centro de Animación Juvenil de Valera, la Federación de Centros
Culturales, un incipiente pero prometedor movimiento vecinal
organizado. Asimismo están diversas organizaciones gremiales que son
de gran potencialidad institucional: las Asociaciones de Productores
Agrícolas y Ganaderos, las Asociaciones de Comerciantes e Industriales,
los Gremios Profesionales, las Asociaciones de Trabajadores y otras.
Dentro de los recursos institucionales es importante destacar el gran papel
que le ha tocado y tocara jugar en el futuro a la Corporación de los Andes
como generador de programas y proyectos estratégicos de largo plazo.
170
Hechas las consideraciones anteríores, intentemos acercarnos a una
estrategia para quebrantar el equilibrío fatalista e iniciar un proceso de
desarrollo, en los términos como lo entienden O. Suele y P. Paz en su
trabajo "El Subdesarrollo Latinoamericano y la Teoría del Desarrollo"
(55). Ellos dicen: "El concepto de desarrollo, concebido como proceso de
cambio social, se refiere a un proceso deliberado que persigue como
finalidad ultima la igualdad de las oportunidades sociales, políticas y
económicas, tanto en el piano nacional, como en relación con sociedades
que poseen patrones más elevados de bienestar material".
La igualdad de oportunidades está indisolublemente unida a la igualdad
entre los hombres y entre los lugares. En este sentido, adquiere relevancia
una justa repartición social y espacial de la riqueza y de los adelantos de
la sociedad en su conjunto. La igualdad de oportunidades respecto a las
sociedades más avanzadas supone que no puede descuidarse el
MUCHAS ACTIVIDADES EN
MUCHOS LUGARES
171
crecimiento, entendido como el mantenimiento de las altas tasas de
producción y productividad en los diferentes sectores. El primer objetivo
está relacionado con la integración social y espacial, es decir, con la
equidad. El segundo, con la dinámica productiva, es decir, con la
eficiencia.
Los dos aspectos no son contradictorias o al menos no existen pruebas de
que lo sean. "El camino de la integración social no es el subsidio a la
ineficiencia productiva, sino la incorporación, en proporciones crecientes,
de fuerza de trabajo a formas de producción modernas, y la incorporación,
también creciente, de la población a los beneficios de la educación,
asistencia social, información y participación política" (55). Es
conveniente agregar que la igualdad de oportunidades se requiere como
objetivo básico, puesto que solo así se garantizaría la posibilidad que
tendrán los hombres de desarrollar todas sus potencialidades humanas, es
decir: "La realización plena de todo el hombre y de todos los hombres",
como afirma Juan XXIII en su Encíclica Populorum Progressio.
Se evidencia la complejidad de la problemática del desarrollo: la tarea es
grande y debe llevarse a cabo en varíos frentes. La contribución que aquí
172
se hará, busca aportar criteríos para enfrentarla y hace énfasis en las
actividades productivas u otras que puedan tener efectos favorables en el
empleo y el ingreso, así como en la creación de condiciones para el
avance. Deben verse como elementos para la discusión en la búsqueda de
una estrategia de desarrollo económico.
Conviene definir desde que marco se considerara la estrategia, sus
limitaciones, alcances y campos en que actúa. El concepto de estrategia,
además de aludir a una actitud analítica, implica un resultado, una
conclusión y una posición e incluye la exploración previa de las "grandes
alternativas" u opciones de desarrollo (39).
Para este propósito se considerara la estrategia como un conjunto de
acciones que se deben tornar, desde la consideración de las alternativas
existentes hasta la formulación de los medios dirigidos a la consecución
de los objetivos previamente definidos.
Se entiende entonces que todo el análisis anteríor ha quedado como marco
referencia, y que por tanto el análisis siguiente estará dirigido a establecer
una imagen prospectiva de la forma en que se pretende que evolucione el
sistema económico y social a través de la definición previa de una
173
alternativa para alcanzar los objetivos propuestos.
Dentro de esta perspectiva es bueno recordar lo ya explicitado en páginas
anteríores, en el sentido que el exagerado centralismo impide una
iniciativa de desarrollo regional desde el centro, será entonces necesarío
aceptar que las iniciativas regionales constituyen, por mucho tiempo
todavía, el motor del desarrollo regional.
Esto se refiere a que aunque se considera el marco nacional como el nivel
más funcional para dictar una política de desarrollo regional, no
obligatoriamente quiere ello decir que se debe esperar la ubicación de la
estrategia dentro del mismo marco para iniciar un proceso con base en las
mismas localidades y regiones que a través de una acción cohesionada y
dirigida presionen para lograr decisiones favorables a la región. El
desarrollo trujillano depende fundamentalmente de los propios trujillanos.
Las iniciativas regionales deben concentrarse en promover aquellas
actividades altamente conectadas localmente, de tal manera, que integren
el espacio tanto en el sentido geográfico como económico, no solamente a
través de eslabonamientos de actividades orientadas a la satisfacción de
las necesidades, sino también dentro de una adecuada utilización de los
174
sistemas de comercialización y de servicios, los que, considerados como
un todo coherente, deberán estar dirigidos a minimizar las importaciones
y a maximizar la consolidación de una base exportadora que permite a el
ingreso de recursos a la zona.
Se trata de instalar una serie de actividades interdependientes y
complementarias a través del Estado. Igualmente, un esquema altamente
desagregado, tanto en términos de procesos tecnológicos como en puntos
geográficos. Ello significa el estudio, tanto técnico como financiero, de la
localización de subprocesos en relación al proceso central.
Se tratara, una vez definidos los eslabonamientos anteríores y posteríores,
dar el mayor valor agregado en la región, con el objeto, no solamente de
retener los beneficios generales del proceso, sino de absorber mayores
contingentes de mano de obra, y, como anteríormente se mencionó
utilizar la mayor cantidad posible de insumos derivados de los
eslabonamientos. Ello y la participación decidida de la población regional
contribuirá en buena parte a la instrumentación de la estrategia.
La Utopía espacial concreta consiste en ir haciendo del Estado Trujillo
una región, en base a la potenciación de las posibilidades de los territoríos
175
más o menos organizados en torno a determinados centros poblados,
interconectados entre si y funcionando polarizadamente con el área
metropolitana Trujillo-Valera.
Para garantizar la posibilidad real de ejecución de un esfuerzo y su
aprovechamiento social, el mismo tiene que estar apoyado en un sistema
de planificación participativo, bajo esquema de propiedad más
democrático, con alternativas tecnológicas apropiadas y organizadas a los
fines de la interdependencia.
Tomando como base los recursos y el sistema urbano brevemente
descrito, se intentara, a título de ejemplo, seleccionar y localizar algunas
actividades que dinamicen cada área y el funcionamiento sistemático
dentro del Estado. Luego se hará hincapié en la organización de dichas
actividades.
Es necesarío comenzar por la selección de aquellas actividades en las
cuales se va a especializar cada uno de los subsistemas urbanos y cuya
suma dará, de manera general, la especialización del sistema. Es de hacer
notar que la selección no será exhaustiva, sino que se centrara sobre
algunos ejemplos relevantes para cada subsistema, destacando los
176
encadenamientos que se puedan generar. La labor de selección de
actividades e identificación de nuevos proyectos debe ser continua, para
que vaya descubriendo nuevas potencialidades en el área, a fin de lograr
cada vez estratos más elevados y heterogéneos de producción que
impulsen la economía.
La especialización de las actividades agrícolas y pecuarias estará dada
principalmente por las características del clima, y luego por la
combinación de otros factores: suelo, agua, mercado, etc. De esta manera
existirá una especialización por pisos climáticos que para efectos de
simplificación se han dividido en tres pisos: bajo, medio y alto. Los
subsistemas cuyo territorío este comprendido en un determinado piso se
especializaran en las actividades agrícolas correspondientes.
La especialización en otras actividades estará dada por los
encadenamientos que se puedan producir a través de las actividades
basadas en otros recursos naturales existentes en cada subsistema,
habilidades especiales de la población y otros criteríos.
Además de las actividades especializadas, cada subsistema y cada centro
poblado tendrían una serie de actividades en razón de su tamaño y el área
177
de influencia. Esto se refiere básicamente a equipamiento en servicios,
pero también incluye actividades directamente productivas ligadas al
mercado local. Esta otra clase de actividades dará origen a las relaciones
sistémicas de tipo vertical y jerárquico, en tanto que las actividades
especializadas generaran las relaciones sistémicas horizontales.
Para la aplicación de la estrategia en el estado Trujillo, parece lógico
iniciar el intento con la base fundamental del desarrollo económico
trujillano: la agricultura. Para estos efectos, las bases técnicas están bien
determinadas en los estudios elaborados por la Corporación de Los
Andes, principalmente los referidos a la zona de Caus-Poco, El Cenizo,
Los Llanos de Monay y Valles Altos.
Para el aprovechamiento racional del inmenso potencial de lo que
generalmente se llama "la zona baja" y que en líneas generales debe
coincidir con el área de influencia de Sabana de Mendoza, se plantea el
desarrollo de la agricultura vegetal en por lo menos un 50% del área y, en
el resto, la ganadería.
Lo ideal bajo las actuales circunstancias sería una agricultura orientada
178
hacia la producción de maíz, sorgo, soya, yuca, algodón, plátano,
oleaginosas, leguminosas, caña de azúcar y frutales que pueden a su vez
servir de base a un complejo agroindustrial, que tendría su asiento en la
Zona Industrial de Agua Santa, con lo que se reforzaría el subsistema
urbano lid erizado por Sabana de Mendoza.
El resto del territorío tiene vocación pecuaria, ya en parte desarrollada,
pero lejos de la productividad posible. Esta actividad puede dar pie a una
integración agroindustrial hacia adelante, que incluya procesamientos
lácteos, matadero industrial y curtidurías.
Los encadenamientos hacia atrás de la actividad agropecuaria son
diversos e incluyen tanto fábricas de insumos como empresas de
servicios, que pueden dinamizar la economía de Buena Vista, Sabana
Grande, Granados, El Dividive, Santa Apolonia, Tres de Febrero, Santa
Isabel y la propia Sabana de Mendoza.
En esta área también existen minerales no metálicos que pueden servir de
base a la industria ligada a la construcción.
Una estrategia de desarrollo adecuada debe partir de la interconexión
179
audaz de los potenciales agropecuaríos con la presencia de la zona indus-
trial de Agua Santa y la puerta al intercambio que significa el Puerto de
La Ceiba
En el piso de clima medio se concentra la mayor parte de la población y
requiere también una estrategia precisa. El principal recurso agrícola está
representado por 30.000 hectáreas dedicadas al cultivo del café, cuya
productividad se debe incrementar, dado el deficiente estado actual de los
cultivos. Un programa de rehabilitación del cultivo debe llevarse a cabo,
diversificándolo. La vitalización de este renglón debe incluir su
transformación en el área, para lo cual debe aprovecharse la
infraestructura ya existente e incorporarse nuevas unidades productivas.
El desarrollo cafetalero debe afectar a prácticamente todos los centros de
apoyo de los distintos subsistemas ubicados en la zona media, como
Campo Elías y Batatal, del área de Boconó, Monte Carmelo, del área de
Sabana de Mendoza, a Cuicas, Chejendé, Torococo y Mitón, del área de
Monay, Escuque y Betijoque, de Valera, y Santiago, Santa Ana y
Pampán, del área de Trujillo.
El procesamiento industrial debe apoyarse básicamente en las plantas
180
existentes y su ampliación, localizadas en Campo Elías, Boconó, Flor de
Patria, Monte Carmelo y Escuque.
La caña de azúcar es otro de los grandes cultivos de las zonas bajas y
medias. Casi toda la producción se procesa en el área a través de
pequeños ingenios que producen panela y azúcar a través del Central
Motatán (lleva 3 años sin molienda) o del Central La Pastora.
A pesar de la gran potencialidad que significa la existencia del Central
Motatán para la conformación de un complejo industrial, tal posibilidad
parece que no ha sido tomada en cuenta en la planificación existente.
Apenas una fábrica de bebidas alcohólicas en Valera parece ser una
actividad conectada con el cultivo de la caña. La planificación de este
complejo debe realizarse a corto plazo, pensando en la localización de sus
procesos en Motatán, poblado cercano a Valera, y con ello valorizar la
potencialidad del Central, siempre en crisis por lo vetusto de sus equipos.
Otro cultivo de importancia en esta zona son los frutales y especialmente
los cítricos y la piña. Estas frutas y otras del área, representarían insumos
para las agroindustrias a localizarse en Valera.
En los alrededores de Pampán y Flor de Patria, así como en determinadas
181
áreas dispersas en este piso, existen condiciones para diversos cultivos
que, como el maíz, caraota y yuca, constituyen elementos básicos dentro
de la dieta familiar del venezolano. Aumentos de la producción y
productividad en estos renglones deben ser adelantados a través de una
planificación basada en la introducción del riego, asistencia técnica y en
general de programas de consolidación en los asentamientos campesinos
del área.
La ganadería bovina orientada a la producción de leche ofrece una de las
mejores perspectivas en esta zona. Ya existe tradición por esta actividad
en Betijoque, Trujillo y Pampán, pero debería extenderse en forma
intensiva a Carache, Cuicas, Chejendé y Torococo. Allí tiene un gran
papel que jugar el Instituto de Investigaciones Lácteas de Betijoque. La
creación de interrelaciones en complejos lácteos que abarque estas áreas
estaría orientada a crear complementariedades productivas e integrar más
los distintos subsistemas. La producción de todos los perfiles industriales
lácteos que el mercado permita debe alentarse. La producción de quesos,
la elaboración de natas y mantequillas que ya tienen fama nacional deben
ser las bases para una diversificación de la producción.
182
De todos los pisos climáticos este es el que presenta los más importantes
recursos mineros, aunque realmente no son de mucha variedad, apenas la
sílice y la caliza aparecen en calidad y cantidad suficiente para permitir
una explotación económica.
La sílice, por ejemplo, se explota en los Llanos de Monay para el mercado
de la región central y para la fábrica de vidríos localizada en Valera. Los
yacimientos de El Boquerón, de óptima calidad, permanecen sin
explotación. Este recurso puede ser la base del complejo industrial ya en
construcción, el cual incluye la fabricación de diferentes tipos de vidríos
como vajillas y cerámica fina. Se deben conectar estas empresas con las
fábricas de conservas y envasados de frutas y hortalizas. La artesanía del
vidrío tendría buenas perspectivas en estos centros poblados.
La caliza se localiza en los alrededores de Cuicas y Torococo y ha
justificado la instalación de una planta de cemento que puede ser la base
para una integración en la industria de prefabricados. El otro recurso
mineral existente es la arcilla cerca de Valera, que ha servido para la
instalación de una planta de alfarería que cubre un gran mercado en el
occidente del país.
183
Con la existencia del sílice, la caliza, la arcilla y los diversos yacimientos
de arenas y gravas, las posibilidades de fábricas de materiales de
construcción son inmensos, incluso para abastecer el país, dadas la
localización del Estado y la existencia del Puerto de La Ceiba.
La infraestructura existente en Valera y Trujillo facilita la localización de
actividades industriales que podrían estar encadenadas con los ya
mencionados dentro y fuera de este subsistema. En efecto, las
agroindustrias que reciban los insumos de los cultivos del piso alto y
medio, tales como fábricas de conservas, alimentos, bebidas alcohólicas,
entre otros, tienen amplias perspectivas que deben ser aprovechadas.
Igualmente, industrias destinadas a cubrir las necesidades de esos
mercados. Así puede pensarse en el aprovechamiento de las basuras del
eje Valera-Trujillo para la producción de abono, el cual actualmente es
adquirido por los agricultores a altos precios en la región central, sobre lo
cual existe un planteamiento concreto en un trabajo de Corpoandes: "Pre
planificación del Eje Valera-Trujillo" (30); fábricas de alimentos para
animales, que suplirán la demanda de la región y otras áreas del país,
fábricas de materiales para cercas, de insumos agrícolas y otras de tipo
184
metalmecánicas. Las tenerías existentes en Valera recibirán un fuerte
impulso con la introducción de los programas ganaderos ya mencionados
y los que se contemplan para el piso tropical. Esta actividad puede dar
lugar a industrias del calzado y otros bienes de cuero, e incluso revitalizar
la artesanía de cuero ya existente en el subsistema San Lázaro, Santiago y
Boconó.
La metropolizacion de Valera-Trujillo seguramente generara el tamaño
adecuado para una serie de localizaciones empresariales que dependerán
de la capacidad de la vanguardia económica.
La zona alta tiene igualmente magníficas condiciones para el desarrollo
de una serie de actividades que impulsen su mejoramiento económico e
induzcan la generación de interrelaciones apropiadas para la
conformación regional.
En el área de influencia de Timotes14
existen unas 2.500 hectáreas
repartidas entre los valles de Tuñame y El Pajarito, del área de Jajó; La
Mesa de Los Moreno y La Mesa de Esnujaque, del área de esta última
población; los valles de La Venta y Cruz Chiquita, del área de Chachopo
14
. Timotes, ciudad del Estado Mérida, pertenece geoeconómicamente al área de influencia de Valera. Su prosperidad será positiva para
Trujillo.
185
y los valles de Timotes. La mayoría de estas tierras están siendo usadas
bajo riego y de manera intensiva en la producción de papas y hortalizas,
observándose además la aplicación de fertilizantes y algunas otras
prácticas agronómicas. Un proyecto de reordenamiento del riego y
adecuada labor de extensión se podría traducir en incrementos de la
productividad.
También debe introducirse en forma intensiva, de acuerdo a estudios de
mercado, cultivos de flores aprovechando la tradición ya existente y el
rápido acceso a los mercados de Valera, Maracaibo y la Región Centro-
Occidental. Igualmente deben introducirse los cultivos de fresas y otros
frutales de clima templado que contribuyan a la sustituci6n de
importaciones.
En el área de Boconó existen más de 3.200 hectáreas con condiciones
excelentes para estos rubros. Cultivos intensivos de clima templado. Estas
tierras están repartidas principalmente en los valles del Río Negro, del
área de Batatal; en los valles de la cuenca alta de Burbusay y Cabimbú,
del área de San Miguel, y en la cuenca del Burate, en el área de Niquitao
y en los alrededores de Boconó. Para estos valles se ha recomendado la
186
preparación de proyectos integrales. En ellos, la introducción de cultivos
de papas y hortalizas, su extensión y el incremento de la productividad
deben ser la base de un programa de acción. En Burbusay la siembra de
flores y frutales ya ha comenzado a tener fama nacional y su cultivo
puede extenderse a otras zonas con el fin de cubrir parte de las
necesidades de los altos llanos occidental y la región central. El valle del
río Negro podría especializarse en el cultivo de semilla certificada de
papa, la cual se importa en gran parte. Este valle ofrece buenas
condiciones para dicha actividad y podrían producirse unas cuatro mil
toneladas, que representarían un poco más de 25% de las importaciones
de este rubro. Igualmente la zona es ecológicamente apta para los frutales
de clima templado.
La zona de Carache es otra de las áreas donde existen potencialidades
para cultivos de clima templado. Cuenta con unas 750 hectáreas, las
cuales, por el déficit hidrológico que se registra, requiere riego durante
todo el año. Actualmente estos valles no se están utilizando con la
intensidad que las potencialidades permiten y la introducción de pequeños
sistemas de riego y cultivos intensivos de hortalizas y frutales
187
revitalizarían los centros de servicios que, como La Concepción, han
venido perdiendo población y a Carache como lugar central. Es de
destacar la tradición lugareña del cultivo de frutales que, como higos,
peras, manzanas y duraznos, adquieren altos precios en el mercado
nacional.
El valle de Momboy también ofrece amplias perspectivas en sus casi mil
hectáreas de buenos suelos, las cuales no se están utilizando a plenitud en
los cultivos apropiados. Ya existe, especialmente aguas arriba de La
Puerta, centro de servicios del área, cultivos intensivos de hortalizas,
frutales e incluso champiñones; sin embargo, más del 50%del área puede
cultivarse más intensamente y además puede diversificarse la producción
agrícola, introduciendo cultivos intensivos de frutas y flores para el
cercano mercado del eje Valera-Trujillo.
Otra serie de valles tienen cerca de 800 hectáreas adicionales para este
tipo de cultivos; de ellos destaca Cabimbú, en el área de Santiago, con
una disponibilidad de aproximadamente 250 hectáreas, y los alrededores
de La Quebrada, con otras 250 hectáreas adicionales.
Todas estas actividades deben programarse de tal manera que maximicen
188
sus efectos en el área y los canales de comercialización deben ser
organizados de tal manera que garanticen la participación de los
productores. En la medida de lo posible los productos deberán salir de las
áreas señaladas con un cierto grado de elaboración que al menos incluya
la selección y empaque,
Además, estas actividades inducirán a la generación de nuevos sectores
productivos organizados en pequeñas empresas donde se fabriquen
insumos agrícolas y presten servicios a la producción. La instalación de
centros de almacenamiento y comercialización se debe hacer cerca de las
áreas de producción.
Está planteado en los magníficos estudios de CORPOANDES el
establecimiento de una interesante red de comercialización que incluye
células de recolección cerca de las áreas productivas como La Mesa, La
Puerta, Jajó, Tuñame, La Quebrada, Santiago y Carache, con centros de
acondicionamiento y despacho en Timotes, Valera y Boconó.
Allí está igualmente planteado el sistema cooperativista que sería la base
organizacional de la red, que a su vez también serviría para hacer más
eficaz la investigación y la extensión agropecuaria.
189
En el mismo piso alto la ganadería ovina ofrece bastantes posibilidades. A
esta actividad deberían destinarse todas aquellas tierras que no pueden ser
usadas para los cultivos intensivos y cuyas características sean apropiadas
a la actividad. Específicamente en Niquitao, Carache y La Concepción;
Timotes, Chachopo, La Mesa y Jajó; La Puerta y La Quebrada deberían
recibir la acción de un programa de este tipo y todos sus
encadenamientos. Debe contemplarse la instalación de centros de hilados
y tejidos en cada centro productor.
La ganadería bovina orientada a la producción de leche deberá estar
mayormente concentrada en el área de Boconó, tanto por las
potencialidades que ofrece como por la necesidad de fortalecer a la ciudad
de Boconó a través de la instalación de un complejo que vitalice su base
industrial.
La producción truchícola debe ser complementaria de los anteríores en los
esfuerzos por aumentar el nivel de vida de estas áreas.
Los recursos mineros ofrecen muy poco atractivo en el piso alto, apenas
la existencia de arcillas en Carache y Boconó ha creado una tradición por
la artesanía en cerámica, que debe alentarse. Sin embargo, la acción debe
190
intensificarse para crear un verdadero núcleo artesanal en estos
subsistemas ligados también con los cultivos de frutas que pueden dar
origen a dulcerías y confiterías y a la artesanía textil a base de lana.
El turismo debe ser organizado a fin de aprovechar los recursos ya
enunciados. Esta actividad debe conectarse con las actividades artesanales
referidas a fin de crear un complejo turístico - artesanal que fortalezca la
economía de los diferentes subsistemas. La príoridad en esta actividad
turística la tienen el subsistema de Boconó, Valera y Trujillo. Los centros
poblados que deben recibir las máximas atenciones a este respecto son:
La Mesa, Jajó, La Puerta, La Quebrada, Boconó, Niquitao e Isnotú.
Además de estas actividades, basadas en las potencialidades locales,
existe una serie de proyectos que aprovechando determinadas políticas de
incentivos pueden generar diversas actividades industriales orientadas al
mercado nacional e internacional. Su localización debe ser estudiada, a
fin de fortalecer los diferentes subsistemas mencionados y especialmente
vitalizar las áreas nodalizadas por Sabana de Mendoza, Monay y Valera-
Trujillo. La promoción de nuevas oportunidades de inversión debe
constituir núcleos de atracción a la población de la saturada zona alta y
191
crear flujos intersubsistemas que sirvan como verdaderos canales de
difusión de innovaciones.
El desarrollo universitarío, por otra parte, puede ser un interesante
elemento en la implementación de la estrategia, y su localización en el
territorío debe orientarse hacia el reforzamiento de esas vocaciones
naturales y con ello contribuir a la especialización propuesta; así, por
ejemplo, los institutos relacionados con estudios sobre cultivos y
ganadería tropical encontrarían ventajas comparativas en la zona baja, y
pueden ser localizados en Sabana de Mendoza y Monay; en Valera
existen ventajas para estudios sobre comercio e industria, en Trujillo
sobre administración pública, en Boconó sobre cultivos y ganadería de
altura. Los estudios relacionados con ciencias médicas, por ejemplo,
encuentran ventajas de localización en Valera-Trujillo.
Además de estas actividades especializadas, orientadas principalmente a
mercados extrazona, existe una serie de actividades que deben tener lugar
para el mercado interno. Ya se mencionó el hecho de que muchos bienes
y servicios que el área necesita son importados de otras zonas, pudiéndose
producir internamente; pues bien, la estrategia formulada debe identificar
192
claramente cuales son dichas actividades, a fin de diseñar los incentivos
para su implementación. Conviene añadir que no se refieren únicamente a
la región en forma global, puesto que incluyen aquellas actividades de
cada subsistema o localidad. De esta manera la jerarquía del centro y su
área de influencia (tamaño de mercado), determinara el tipo de actividad
que deberá poseer. Así, por ejemplo, la población y las actividades del
área de Batatal requerirán de una serie de bienes y servicios que este
centro puede proporcionar: panaderías, comercio minorista, servicios
gubernamentales y servicios a las personas. Cuando el tamaño del
mercado no justifique la instalación de una determinada actividad se debe
considerar su localización en el nivel jerárquico inmediato superíor. En el
caso del ejemplo seria Boconó y luego Valera-Trujillo. De esta manera se
generaría una red de actividades jerarquizadas que definirían las
funciones centrales de cada núcleo.
En relación a estas actividades, la estrategia debe incluir dos tipos de
acciones. Una se relaciona con la instalación de actividades económicas
como industria y comercio, y otra con un programa de equipamiento de
servicios como educación, salud, cultura, recreación, comunicación, entre
193
otros.
También debe incluirse la redefinición de la división político territorial, a
objeto de que sirva de base a una estrategia de integración del Estado, con
la generación de subsistemas integrados en torno a capitales municipales,
conectadas a su vez a la capital regional. Más adelante se insistirá sobre
este tema.
Es importante para el desarrollo de tan variada red de actividades, que los
centros poblados y las áreas rurales tengan el equipamiento en servicios
indispensables. Es necesarío trazar una estrategia orientada a dotar los
centros poblados intermedios y menores de las condiciones favorables de
que generalmente gozan solo las grandes ciudades.
Dentro de este equipamiento cobran importancia los servicios
asistenciales, educativos, administrativos y los servicios sociales y de
comunicación.
De acuerdo a su jerarquía, cada poblado debe contar con su centro de
asistencia médica, sus centros educacionales y cívico administrativos,
todos con servicios eléctricos, teléfonos, agua, cloacas y de seguridad,
protección y defensa.
194
Los objetivos del desarrollo no se logran solo con una apropiada selección
y promoción de actividades, proyectos o acciones. Quizás el problema
más delicado está en la organización de las mismas, de manera tal que
maximicen sus efectos positivos en la sociedad y en el territorío.
Está claro que para romper el equilibrío fatalista hay que quebrar la actual
estructura de propiedad predominante en el Estado Trujillo. No puede la
exagerada concentración de los bienes convertirse en el principal
obstáculo para el avance de las mayorías. Esta situación tiene que ser
denunciada y modificada, sustituida por otra donde "unas relaciones de
trabajo justas prefiguraran un sistema de comunidad política apto a
favorecer el desarrollo integral de toda la persona humana". "De aquí se
desprende la exigencia de una participación que, por encima de la
repartición de los frutos del trabajo, deberá comportar una verdadera
dimensión comunitaria a nivel de proyectos, de iniciativas y de
responsabilidades" (13).
…EN MUCHAS MANOS.
195
Un esfuerzo para el desarrollo trujillano es tarea colectiva, amplia,
participativa y ello exige que la propiedad deba tener la mayor base social
posible.
Esto tiene una serie de consecuencias positivas, pues descentraliza las
decisiones, lo que "favorece la integración social en la producción, eleva
la calidad del factor trabajo y en especial del personal directivo,
originando en consecuencia un aumento en la eficiencia económica" ;
además, agiliza el proceso de toma de decisiones que afectan a la región,
se distribuyen más equitativamente los beneficios, evita más fácilmente la
fuga del excedente, contribuye a cortar los lazos de dependencia, se
desencadenan efectos secundaríos por la elevación general del nivel de
vida, lo que va a repercutir en la creación de nuevas actividades, y se
puede lograr una distribución espacial más apropiada de la actividad
productiva. Esta mayor base social se puede conseguir por diversas
alternativas. La cooperativa parece ser la forma más difundida y menos
conflictiva en nuestros países.
La cooperativa es una organización de personas que se reúnen con el
objeto de producir algún bien o prestar algún servicio. Algunos principios
196
del cooperativismo son:
— Libre acceso y adhesión voluntaria. La cooperación es la expresión
socioeconómica de la democracia y, por consiguiente, la libertad
individual es el eje de su funcionamiento social.
— Control democrático. "Una voz, un voto", sin predominancia del
capital; en las sociedades anónimas existen tantos votos como acciones,
son asociaciones de capital, las cooperativas son asociaciones de
personas.
— Distribución de excedentes en proporción a las operaciones y no
según el capital invertido.
El cooperativismo es un gran avance, pero no transforma a la base misma
de la participación en la actividad, que sigue siendo el aporte de capital.
Además, es corriente que los trabajadores de una cooperativa sean
asalariados, lo que convierte a los asociados en patrones, como en
cualquier empresa de propiedad privada.
Otra forma especial es la comunidad laboral. Esta es una modalidad de
accionado dentro de la empresa capitalista que consiste básicamente en un
aporte por parte de la comunidad de trabajadores, de capital cuantificado
197
por el trabajo incorporado y que le da derechos y deberes más o menos
iguales al resto de los accionistas, aunque con determinados privilegios.
Una fórmula que ha venido extendiéndose y es quizás la forma de
propiedad que garantiza una mayor participación de la población en la
toma de decisiones y reparto de beneficios es la propiedad social. Bajo
este nombre, sin embargo, se agrupan una diversidad de variantes. El área
de propiedad social en Chile se refería al sector donde el Estado es el
único propietarío. En el Perú, en cambio, se relaciona con los sectores
cuya propiedad reside en los trabajadores. También existe la "propiedad
colectiva", tal como se usa en los Kibutz de Israel o en las granjas chinas.
La propiedad comunitaria se refiere a diversas formas donde los
trabajadores son dueños de la empresa y la gerencia a través de diversos
mecanismos de participación, las compañías de capital abierto, los
sistemas tipo ahorro y préstamo, entre otros. Lo importante es que las
iniciativas deben promoverse de tal manera que incorporen a sus procesos
de creación y desarrollo a los propios factores humanos involucrados.
Una de las más importantes cuestiones es la formación de un
empresariado numeroso, con capacidad de riesgo, innovador y deslastrado
198
de complejos latifundistas. Los núcleos iniciales, a partir de los migrantes
extranjeros especialmente italianos, portugueses y españoles y de la
generación mercantil de los años 30, parecen ser una buena base para
pluralizarlos y extenderlos.
Papel activo en el desarrollo agropecuarío lo tiene el pequeño y mediano
empresario rural.
199
La maximización de la participación de los actores en el proceso de
desarrollo, la generación de puestos de trabajo y la pertinencia de las
empresas con el entorno tienen mucho que ver con el tamaño de las
mismas.
Generalmente, las empresas grandes son caras, de tecnologías
sofisticadas, administradas centralmente para la producción en masa, con
poca o nula posibilidad de participación del trabajador en los diseños y
creación del producto, orientados al consumo y no a la satisfacción de
necesidades, complicados y contaminantes.
E.P. Schumacher escribió "Lo Pequeño es Hermoso", donde plantea todo
un modelo de desarrollo basado en el tamaño pequeño, tecnologías
adecuadas y producción orientada a las necesidades del hombre (54).
El Mahatma Gandhi lucho por una economía de pequeña escala y creo el
concepto del "Swadeshi", que consiste "en la fuerza interíor que nos
impele a restringir nuestra economía, a utilizar únicamente elementos de
LO PEQUEÑO ES HERMOSO
200
nuestro entorno inmediato y adecuarnos a él, eliminando todo lo que sale
fuera de sus límites" (49).
Tenía Gandhi el ideal de la autarquía en el seno de las pequeñas
comunidades o aldeas e hizo de la rueca todo un símbolo del trabajo
adecuado a la escala y a las necesidades humanas.
Acercarse al postulado de Gandhi y Schumacher es el buen camino para
el reto de un desarrollo trujillano más auténtico, basado en empresas de
tamaño pequeño, que usen tecnologías adecuadas y conectadas con el
sitio a través de todos sus factores de producción.
Tamaño pequeño porque abarata el acceso a la propiedad, permite la
localización en los centros poblados intermedios y menores, facilita la
administración, exige menos especialistas, mejora la participación local y
se conecta mejor con los recursos y necesidades locales.
Tecnología apropiada para que responda a las exigencias sociales,
ambientales y de producción. Que no choque con el entorno sino que esté
en armonía con él; que exija recursos, insumos o procesos que puedan ser
satisfechos sin grandes complicaciones, sin comprometer la autonomía y
sin debilitar la participación local.
201
Tecnologías conectadas al sitio a través de sus factores de producción
para que las remuneraciones a dichos factores se retengan localmente,
alimenten el ahorro y la inversión, bases financieras del crecimiento de la
comunidad. Se trata de buscar que los insumos, el capital, los empresaríos
y trabajadores sean o residan en Trujillo, para que en Trujillo queden la
renta, los intereses, los salaríos y las utilidades. Pero, fundamentalmente,
para que el proceso productivo vaya orientado a la satisfacción de las
necesidades locales.
Recientemente han aparecido diversos libros y revistas, experiencias y
organizaciones sobre estos modelos alternativos de desarrollo. Al final del
presente trabajo se encontrara alguna bibliografía al respecto.
A nivel mundial las organizaciones más interesadas en estos tremas son el
Grupo para el Desarrollo de la Tecnología Intermedia (GDTI) de Londres,
la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y
Agricultura (FAO) y el Fondo Internacional de Ayuda a la Niñez de las
Naciones Unidas (UNICEF).
En gran parte de América Latina existen instituciones trabajando en
modelos alternativos de desarrollo; entre otras están el Centro Meso
202
Americano de Tecnología Apropiada, de Guatemala; el Instituto
Mexicano de Tecnologías Apropiadas, el Instituto de Tecnologías
Apropiadas de Brasil, el Centro de Desarrollo Integrado "Las Gaviotas",
en Colombia. También hay centros en Argentina, Bolivia, Chile, Costa
Rica, Cuba, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Honduras,
Nicaragua, Panamá, Perú, Uruguay, y ya existe una Asociación
Latinoamericana de Tecnologías Apropiadas.
En Venezuela el tema es reciente, pero existen interesantes experiencias
en Caricuao, Los Arangues y Villanueva, en Lara; en Yaritagua
(Yaracuy), en Chiguará (Mérida) y en Calabozo. Han sido creadas
algunas organizaciones, como el Grupo Guirirí, en Guárico, y la
Fundación Don Luis Zambrano, que estudian y promueven estos temas.
Grupos de trabajo han sido creados en la Universidad "Simón Bolívar" y
en la "Francisco de Miranda".
La Universidad de Los Andes ha institucionalizado un encuentro bianual
para tecnólogos populares y el Centro de Servicios para la Acción Popular
(CESAP) asesora y promueve múltiples organizaciones de base en todo el
país.
203
En el Estado Trujillo, la organización que desde hace unos años ha
propuesto un modelo alternativo de desarrollo y ejecuta proyectos en base
a las iniciativas locales, es la Fundación PORTRUJILLO. También, el
Museo Salvador Valero tiene un enfoque en este sentido en materia de
creación artística. Dadas las referencias bibliográficas e institucionales se
hace innecesarío extenderse en consideraciones detalladas sobre las
características de estos modelos alternativos y su vialidad técnica y social.
Baste decir que en el Estado Trujillo están dadas las circunstancias para
adelantar un proceso basado en estos criteríos, no solo para favorecer un
modelo ideal, sino como un imperativo de movilización de las bases
sociales para romper el círculo vi-coso del equilibrío fatalista.
Experiencias aprovechables en Trujillo, existen. El Programa de
Desarrollo Rural de los Valles Altos, en su etapa 1975-1984, es un buen
ejemplo de trabajo participativo, a pequeña escala y con tecnologías
apropiadas a las condiciones de la zona alta trujillana. Fue un programa
promovido por CORPOANDES con la concurrencia de otros organismos
públicos y donde los agricultores de los páramos, debidamente
organizados, participaban en el diseño y construcción de pequeñas obras
204
de riego, acondicionamiento de tierras, conservación de suelos, vialidad y
algunos servicios comunitaríos. Allí está un programa cuya experiencia
debe ser aprovechada.
205
Para el rompimiento del fatalismo el arma más efectiva es la educación.
Incluso cuando un pueblo por medio de una revolución se decide a
quebrar violentamente las estructuras de la pobreza, una de las primeras
acciones que emprende es la educación. Si no se da esta, el proceso de
cambio no se produce. Está demostrado que sin una expansión del nivel
educativo en la sociedad no se genera un desarrollo económico. La
Revolución Industrial fue precedida del Renacimiento. El avance de los
Estados Unidos de Norteamérica, fue logrado por una población
preparada. El "milagro" japonés fue el resultado de un gran esfuerzo
educativo. La primera gran tarea de la Revolución Rusa fue la creación y
puesta en marcha de la Escuela Básica general y obligatoria.
El caso de Mondragón, en el País Vasco español, es digno de ser
señalado. El vasto desarrollo cooperativo que pone a esta población a la
cabeza de la producción industrial de la Península Ibérica, tiene en gran
parte su origen en el Instituto Politécnico "José María Arizmendiarieta",
EDUCACION Y SALUD:
LAS ARMAS CONTRA EL FATALISMO
206
cantera formativa de personas hábiles para el trabajo y solidarias entre sí.
La experiencia de Antioquia, en Colombia, es interesante, pues se dio en
condiciones más parecidas a las nuestras que los casos arriban citados.
Existe la tesis de que el gran desarrollo antioqueño, la expansión
industrial de Medellín y el liderazgo alcanzado por sus élites dirigentes a
nivel nacional se debe en gran parte a la existencia de la famosa Escuela
de Minas, institución que impartía una educación vinculada al trabajo,
con acento en los valores de la ética, trabajo y productividad.
El Estado Trujillo con el sistema educativo actual no podrá salir del
atraso. Se requiere un serío esfuerzo dirigido al aprovechamiento de lo
que existe para su transformación en el factor de avance que se necesita.
Se trata de un trabajo dirigido y planificado para emplear la educación en
forma sistemática y consciente, con el fin de formar los nuevos
trujillanos, creativos, críticos, hábiles, solidaríos y diestros, que
construyan el Trujillo que queremos.
Edgar Faure, en un informe a la UNESCO, afirma: "La lección que habría
que sacar, para la educación, de una visión más sobria de las condiciones
del progreso, debería ser que, reconociéndose no apta para remediar por si
207
sola las taras de la sociedad, se propusiese como tarea el aumentar el
poder que tienen los pueblos para actuar sobre su propio destino; que
ayudando a cada individuo a desarrollar sus facultades personales, se
esforzase por liberar el poder creador de las masas y transformar en
energía real la energía potencial de centenares de millones de seres" (19).
El proceso de enseñanza y aprendizaje actual tiene que ser sustituido por
un nuevo proceso que ponga el acento en el aprendizaje y no en la
enseñanza; en la formación y en las destrezas, no en el enciclopedismo.
Que prepare a las personas para hacerle frente a la pobreza con los medios
que se encuentran al alcance y se puedan procurar. En síntesis, un
aprendizaje que prepare al hombre para resolver situaciones, para
anticiparse a los problemas y para rebelarse contra las adaptaciones a la
cultura de la pobreza.
Es importante tener en cuenta que es difícil actuar desde el nivel local
para provocar cambios que involucran decisiones nacionales. Una vía
alternativa es actuar localmente con lo que existe. Poner a funcionar la
imaginación para sacarle provecho a lo bueno que pueda tener la actual
educación y ensayar alternativas paralelas a la educación formal.
208
La primera acción, la más urgente y la que más resultados puede dar es la
formación de los docentes. Los programas pueden ser malos, las
edificaciones inadecuadas y la dotación deficitaria, pero si tenemos
buenos docentes habrá una buena educación.
Lo que hay que hacer hace tiempo lo dijeron Simón Rodríguez y Cecilio
Acosta, dos personajes que deben estar presentes, vivos, en cada escuela
trujillana. "Piénsese en las funciones del Maestro, en la Primera Escuela,
y se verá que sigue VIRTUALMENTE ensenando A APRENDER en las
otras edades. El buen éxito, en todas las carreras, depende... casi
siempre... de los primeros pasos que se dan en ellas". Aprender a ser
hombre, aprender a aprender. Enseriar la hermosura de la naturaleza.
Enseriar a ser capaz de todas las empresas. Liquidar el miedo al trabajo
manual. Fueron tales los objetivos de Simón Narciso Carreño Rodríguez".
“Enséñese lo que se entienda, enséñese lo que sea útil, enséñese a todos; y
eso es todo", escribía Cecilio Acosta.
Se trata entonces de poner el magisterío trujillano a tono con Rodríguez y
con Acosta. Para esa magna tarea se requieren dos cosas fundamentales:
la primera es formar a los docentes, y la segunda, hacer que residan en el
209
lugar donde trabajan.
La primera tarea consiste en "enseñar a aprender" y para ello existen
diversas técnicas, muchas de ellas promovidas por el propio Ministerío de
Educaci6n.
Es necesarío también que los maestros conozcan al Estado Trujillo: su
historia, su geografía, sus recursos, sus potencialidades y sus valores
humanos. El amor nace del conocimiento y no se puede querer a Trujillo
si no se le conoce. Hay que enseñar a querer a nuestra gente, a nuestros
paisajes y a nuestros ríos. Hay que forjar mediante la educación la
verdadera "Trujillanidad", que no puede ser otra cosa que el amor a lo
bueno y la condena a lo malo que hay en la sociedad y el territorío
trujillano.
Pero el verdadero maestro no solo se limita a ensenar. Vive lo que dice en
la clase. Su vida es el ejemplo, y en nuestra sociedad su papel como líder,
como guía, es una necesidad imperíosa. Por ello, el maestro debe residir
en la comunidad. Una de las tareas más importantes es acabar con el
maestro viajero, que llega tarde en la mañana y se va temprano en la
tarde. A un maestro graduado pero itinerante es preferible uno
210
improvisado pero que esté sembrado en la comunidad. A este se le puede
formar, pero aquel, por muy formado que este, no puede dejar huella.
Otro aspecto de la educación que debe ser atacado es el preescolar.
Nuevas generaciones para un nuevo Trujillo. Sembrar en nuestros niños
los valores del trabajo, la solidaridad, la disciplina y el amor a Trujillo
debe ser una de las tareas más importantes dentro de una estrategia de
desarrollo.
Las líneas fundamentales a seguir están contenidas en el Programa de
Atención al Niño, a la Madre y a la Familia que elaboro una comisión del
Mi-misterío de Educación y PORTRUJILLO. Consiste en un vasto
esfuerzo solidarío de gobierno y comunidad para atender todos los niños y
la comunidad que los rodea en materia de nutrición, estimulación y
aprendizaje, mediante proyectos no formales altamente participativos y el
mejoramiento de los centros de preescolar formales.
El Programa de Promotores Comunitaríos para la Atención del Niño en
edad Preescolar, que ejecuta PORTRUJILLO, juntamente con la
Federación de Instituciones Privadas de Atención al Nino (FIPAN) y el
Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), debe ser
211
extendido, y diversas organizaciones podrían tomarlo como base para el
desarrollo de sus actividades de tipo social.
El tercer elemento fundamental para quebrantar la adaptación a la pobreza
es la formación de los jóvenes para el trabajo. El Colegio Salesiano de
Valera da la pauta en este sentido. Todas las personas involucradas en la
educación de los jóvenes trujillanos deben conocer esa experiencia e
imitarla, tanto en el medio urbano como en el rural. Allí se forman
hombres diestros en la técnica y honestos en su conducta. Técnicos
virtuosos. Capacidad y responsabilidad como combinación formativa
autentica. Muchachos que estudian, trabajan y producen en medio de un
proceso que resalta los valores de la solidaridad, la honestidad y la fe.
La base material y humana para aprovechar esa experiencia, y otras
similares que puedan existir, están disponibles: las escuelas granjas de
Bo-cono, Zapatero, El Cenizo y la Aldea de los Muchachos de Boconó.
Aprovechar la infraestructura ya hecha en Miquimbay, cerca de Carache,
es un deber. Todos esos centros educativos que cuentan con talleres,
terrenos, residencias y personal son la base para un gran esfuerzo de
educación-trabajo y producción.
212
Los muchachos viviendo allí, aprendiendo allí, compartiendo,
produciendo, serán protagonistas de un proceso que debe generalizarse a
toda la población trujillana y serán cientos de agentes de transformación
de la realidad. Este proceso requiere, sin embargo, de maestros líderes, y
se vuelve a caer en el mismo tema de los docentes.
Por último, dentro del tema de la educación, está la Universidad. Esto es
definitivo. La creación de ciencia y tecnología pertinentes a la realidad
trujillana, la formación profesional altamente calificada y comprometida
con el entorno y la difusión de innovaciones son imprescindibles para el
desarrollo trujillano. En estos tres procesos están altamente
comprometidos los institutos de educación superíor del Estado Trujillo.
"Debería pensarse en algún tipo de reorganización de las estructuras
académicas y administrativas en orden a agrupar los diversos
departamentos de acuerdo con los problemas reales y no solo, ni siempre,
según las disciplinas. Las agrupaciones así constituidas podrían
considerarse fuerzas de choque, que quedarían disueltas una vez que se
hubiera alcanzado el objetivo propuesto, para agruparse de nuevo cuando
surgieran nuevos objetivos. De este modo, podrían organizarse tanto la
213
enseñanza como el trabajo de investigación en torno a ciertos temas
generales, reduciendo así la actual segmentación y sectorialización de los
programas. Tal enfoque ayudaría a acercar la Universidad a las
preocupaciones básicas de la sociedad. Así mismo, contribuiría a
introducir en los programas universitaríos algunas cuestiones vitales que
hoy apenas reciben atención, tales como el desarrollo rural, la
malnutrición, el desempleo, el analfabetismo, la vivienda y la
delincuencia juvenil, por no mencionar sino unos pocos de los temas que
requieren investigación y acción practica y a cuya solución la población
universitaria de profesores y estudiantes podría aportar una considerable
contribución" (3).
He aquí una proposición de tres educadores: James W. Botkin, de
Cambridge; Mahdi Elmandj-ra, de Rabat; y Mircea Malitza, de Bucarest,
que debería ser útil para nuestras instituciones de educación superíor:
El Núcleo Universitarío Rafael Rangel debe integrarse de manera más
efectiva a la sociedad trujillana y concebir un Proyecto de Desarrollo
Institucional audaz, creativo y pertinente, sea como institución
independiente o como núcleo de la Universidad de Los Andes.
214
Igual audacia e imaginación toca al Instituto Universitarío de Tecnología.
Abrirse a la comunidad en general para que sirva al propósito de la
elevación de la capacidad técnica de nuestros obreros, técnicos y
operaríos debe ser uno de sus propósitos fundamentales.
Estas instituciones, junto con el Centro de Ecología de Boconó, el
Instituto de Investigaciones Rafael Rangel, el Instituto de Investigaciones
en Preescolar, que debe crearse, y las otras instituciones de tercero y
cuarto nivel que se crearen, deben contribuir a generar un verdadero "polo
de materia gris", que se convierta en la más efectiva antítesis del atraso
que una estructura injusta hace excesivo peso sobre la sociedad trujillana.
Otro de los aspectos importantes a enfrentar es el problema de la salud de
los trujillanos. Hay que romper el círculo vicioso provocado por la
subalimentación, las malas condiciones ambientales, los pocos cuidados
preventivos y, en general, un cuadro socioeconómico propenso a la
enfermedad. Hasta hoy, el énfasis se le ha dado a la atención médica, es
decir, al tratamiento de los enfermos. Aun cuando la retórica de los planes
de salud diga lo contrarío, la evidencia demostrada en la inversión de los
recursos, disponibilidad de personal y equipamiento indica la exagerada
215
importancia que adquieren los servicios hospitalaríos, que contrastan con
los débiles, episódicos e incoherentes planes de prevención. Es necesarío
cambiar el acento de la enfermedad hacia la salud, de la atención médica a
la medicina preventiva, del hospital a la familia, del enfermo a la
sociedad.
En relación a este tema mucho se ha escrito. Existen muy buenos planes,
e incluso hay personas que hacen grandes esfuerzos por modificar la ya
secular tendencia, pero la mercantilizaci6n de la salud, o mejor de la
enfermedad, impiden acciones importantes a este respecto.
Dentro de la Comisión para la Reforma del Estado, creada por el
Presidente de la Republica en 1985, se ideó el Programa PROPAS, para
ser iniciado en los estados Sucre y Trujillo, dados sus graves niveles de
pobreza extrema. En líneas generales, dicho programa contempla la
elevación de los niveles de nutrición mediante la organización de la
población para la producción, procesamiento y adquisición de los
alimentos básicos, iniciado el proceso con el reparto de una caja de los
alimentos indispensables que servirían como incentivo.
Antes, entre los años 1979-1982, el Ministerío para el Desarrollo de la
216
Mujer había concebido un proyecto para la distribución en masa a los
sectores más pobres del Estado Trujillo, de unas bolsas de alimentos
básicos, con el fin de remediar el grave cuadro de desnutrición presente.
Este proyecto sirvió de base al Programa PROPAS.
El Instituto Nacional de Nutrición tiene diversos proyectos, y algunos
sectores privados adelantan acciones en ese sentido. Sin embargo,
ninguno ha alcanzado la extensión, permanencia y calidad suficiente
como para producir efectos sensibles en la población.
Lo cierto es que una acción fuerte, amplia y sostenida para mejorar los
niveles de nutrición de la población trujillana, es fundamental. Lo lógico
es tomar aquellos que no signifiquen tan solo el reparto caritativo de
comida, sino los que determinen cambios en la conducta de los individuos
y los grupos, de tal manera que ellos mismos generen iniciativas para la
producción de alimentos para el autoconsumo y el mejoramiento de los
hábitos.
Los cuidados a la madre y al niño son fundamentales para que las nuevas
generaciones estén en mejores condiciones para un aprendizaje
innovador. La amplia red de dispensaríos puede ser la base logística para
217
un proyecto de gran envergadura, sin tan elevado costo.
Frente a la comercialización de la salud está la alternativa de la medicina
natural. Hay experiencias muy valiosas en América Latina y en Ve-
nezuela, que pueden servir de base para la difusión de los métodos y
procedimientos de la prevención y curación de enfermedades por métodos
naturales, muchos de ellos ancestrales, que han caído en desuso por la
preeminencia de los fármacos patentados. Una experiencia difundida es la
del Centro Mesoamericano de Tecnologías Apropiadas de Guatemala, que
mantiene una verdadera red de granjas productoras de plantas
medicinales, laboratoríos para su análisis, centros para su procesamiento y
lugares de comercializaciones Venezuela y a es conocida la experiencia
de Villanueva, en el Estado Lara, apartada comunidad que logró mejorar
sustantivamente sus niveles de salud mediante cambios de hábitos,
mejoras en la alimentación y curaciones por medio de productos
naturales.
Las campañas contra las endemias que aún persisten son muy necesarias y
deben ser ampliadas. Aquí, un hermoso ejemplo a ser imitado lo
constituye el grupo de investigación acción que en el Núcleo Rafael
218
Rangel dirige el Dr. José Vicente Scorza junto a un valioso grupo de
jóvenes científicos. Investigación apropiada, dirigida a resolver problemas
concretos de salud pública. Si a estos esfuerzos se dirigiera una pequeña
parte de los inmensos recursos que van a los desaguaderos que son los
grandes hospitales, otra seria la situación de la salud en el Estado Trujillo
y en Venezuela.
219
La iniciativa local, el esfuerzo de la comarca, la inspiración en la
querencia inmediata son muy importantes, pero para que adquieran
dimensión de grandeza deben mirar lejos, a la región y a la nación.
El ámbito local es el marco legítimo para la acción diaria, para el esfuerzo
cotidiano y para las fecundas relaciones interpersonales. El ámbito
nacional es el marco para el encuadre de una identidad global que de
sentido de pertenencia a un territorío y a unos valores, comunes a
muchos. El ámbito regional es el marco que vincula el contorno
inmediato y el mediato, que genera un espacio del tamaño adecuado para
la empresa colectiva y para las interconexiones. Es el territorío definido
por vinculaciones que rebasan lo inmediato sin ser remotas.
"Lo nacional se nutre de lo regional", decía Julio Cesar Marín y
agregaba: "Regionalismo, nacionalismo y universalismo, no son términos
exclusivos, sino escalas de una raíz fundamental que emerge de la tierra,
HACIA LA INTEGRACION
DEL ESTADO TRUJILLO
220
vale decir del universo, del cual constituimos partícula cambiante" (38).
Las regiones existen y ya en el presente trabajo se han establecido
algunos elementos claves del hecho regional, su necesidad y
conveniencia. Incluso se demostró que el Estado Trujillo no es una
Región. Toca ahora preguntarse: ¿Puede hacerse una Región? ¿Puede
nuestro Estado ser convertido en región, de tal manera que genere
lealtades regionales y con ello un proyecto colectivo de futuro que supere
el ámbito local? Si la región se define en términos de relaciones que se
expresan territorialmente a través de la trama urbana y cuya fuerza la
imprime un lugar central, será posible entonces promoverla mediante la
acción premeditada hacia la generación de esas relaciones, a facilitar los
medios para que los flujos lleguen de manera expedita y a fortalecer los
centros urbanos, principales receptores y difusores de esas relaciones.
Muchas empresas, en muchos lugares y en muchas manos, localizadas de
conformidad con la disponibilidad de recursos y condiciones, buscan
generar las múltiples conexiones. Tratará el presente capítulo de los
medios para que los flujos se den de manera que desarrollen una red de
centros poblados en torno a una capital regional. Se trata de facilitar ex
221
profeso la creación de un sistema espacial trujillano, polarizado en torno
al Eje Trujillo-Valera.
Los medios se refieren fundamentalmente a las vías de comunicación:
carreteras, teléfonos, radiocomunicaciones, televisión, correos,
periódicos, etc. Se trata de proponer una estrategia dirigida a facilitar al
máximo las comunicaciones dentro del espacio territorial del Estado
Trujillo. Acondicionar o generar los medios que permitan los flujos de
personas, mercancías, bienes y servicios, información, desde y hacia
cualquier lugar del Estado, con mayor eficiencia que hacia otros lugares.
No impidiendo esto deben quedar claro las comunicaciones externas, sino
facilitando preferentemente las comunicaciones internas. Se trata de
reducir la fricción espacial entre los lugares trujillanos.
Dentro de estos aspectos cobra máxima importancia la vialidad terrestre.
Don Julio Cesar Marín planteaba en 1972 un programa de vialidad que
buscaba "la interconexión de la zona alta trujillana, tanto en su relación
interna como con enlace de los estados vecinos" y proponía las siguientes
carreteras:
222
1. Pueblo Llano - Alto de Tuñame - Las Mesitas -Niquitao - Tostós -
Boconó - Burbusay - La Concepción de Carache - Carache - Humocaro
Bajo.
2. Alto de Tuñame - La Quebrada - Santiago de Trujillo - San Lázaro -
Trujillo - Santa Ana - Bolivia - La Concepción de Carache.
3. Pueblo Llano - La Mesa de Esnujaque - Jajó - La Quebrada.
4. La Puerta - Monte Carmelo.
5. Escuque - Monte Carmelo.
6. Boconó - La Marqueseña.
Este es un esquema aun en vigencia, que busca la conexión de toda la
zona alta a través de verdaderas "troncales trasandinas" y de algunas co-
nexiones internas. Las carreteras longitudinales que vayan de sur a norte
son fundamentales y deben tener alta príoridad, no solo en la zona alta,
sino también en la zona media y baja. Las vías de Timotes a Valera y
desde esta ciudad hasta los llanos de Monay y a Carache, junto con la
carretera Panamericana completan la gran vialidad longitudinal.
Estas vías norte sur deben ser conectadas entre sí por vías transversales
este-oeste por donde quiera que el relieve lo permita.
223
Las conexiones de Carache deben mejorarse por la vía tradicional de
Loma de Bonilla - La Cuchilla - Casa de Zinc - Monay y abrirse una
alternativa por Bolivia - Mitón - Torococo. La cuenca del Boconó puede
ser mejor conectada con el resto del Estado, mejorando la vialidad por
Árbol Redondo-Tabor y por Árbol Redondo-La Plazuela, así como
abriendo nuevas alternativas por Tostós - Cabimbú - San Lázaro -
Santiago - Carvajal y por Las Mesitas - Chorro Blanco - La Quebrada.
La zona baja puede vincularse más hacia el este por la vía de Monte
Carmelo-Valle del Momboy, que debe ser mejorada; por la nueva
alternativa de El Boquerón hacia el oeste, por la vialidad de Escuque - El
Socorro - La Palma hacia la vía Buena Vista - Monte Carmelo.
Una excelente vialidad por la tradicional Valera - Betijoque - Sabana de
Mendoza es fundamental y no se explica cómo aún no se ha hecho. Esta
vía puede unirse a través de El Baño y Motatán con la intercomunal
Trujillo-Valera y esta a su vez por Butaque con Peraza.
Se trata de construir una verdadera trama vial que vincule en forma
expedita los diversos centros poblados del Estado.
224
Sobre esta red vial debe ir un eficiente sistema de transporte de pasajeros
y de bienes. La estrategia consiste en lograr que un traslado entre las
poblaciones del Estado no sea desagradable, ni repulsivo que provoque
evitarlo. Esto exige unidades cómodas, itineraríos regulares, terminales
seguros y tarifas adecuadas. En cuanto al transporte de bienes podría
ayudar mucho la existencia de los centros de acopio y el mercado
mayorista, dado que la mayoría de los viajes es para comercialización de
productos agropecuaríos. Centros de acopio localizados en las zonas
productoras y el mercado mayorista en el Eje Trujillo-Valera.
Otro aspecto de las comunicaciones es la telefonía. Conspiran contra la
unidad trujillana las dificultades que existen para la comunicación interna.
Es más fácil comunicarse desde Valera, Carache, Boconó con Caracas o
el exteríor, que entre las propias localidades trujillanas. Las
comunicaciones con numerosos pueblos no existen y la telefonía rural aún
no ha llegado. Otro aspecto del problema que tiende a aumentar las
restricciones se refiere a que la mitad del Estado tiene un discado de larga
distancia diferente a la otra mitad. Valera y las poblaciones del oeste
tienen el 071 y Trujillo y el este tienen el 072. Pareciera que la
225
C.A.N.T.V. hubiera querido remachar la separación de las dos ciudades y
darle el carácter de "larga distancia" a sus comunicaciones. La
eliminación de este problema mediante la adopción de un solo discado
contribuiría a la conformación de una mayor unidad territorial.
Los medios de comunicación social juegan un gran papel en una
estrategia de integración, en especial la prensa escrita, la radio y la
televisi6n. Es importante hacer énfasis en la existencia de una prensa
regional que vibre al ritmo de todo Trujillo. Donde tengan eco los
diversos pueblos y comarcas. Donde se informe lo que paso en sus
ciudades y campos. Actualmente tienen exagerado espacio los sucesos de
Valera y Trujillo, con escasa cobertura del acontecer del resto del
territorío.
Que la imagen de la televisora de Boconó llegara a todo el Estado
Trujillo, y desde el Jardín de Venezuela se convirtiera en imagen y sonido
de la Trujillanidad, sería un gran paso de avance.
Debe procurarse que los flujos de información por el espacio trujillano
sean expeditos, de manera que se sienta un sentido de cercanía, de
inmediatez y familiaridad. Lograr que lo que sucede en cualquier parte
226
intereses en el resto. Para utilizar un ejemplo valido, se trata de lograr en
todos los medios lo que logro para el Zulia en el medio períodístico el
diarío Panorama.
Dentro de la estrategia de integración cobra la máxima importancia la
unidad Trujillo-Valera. Cuando hace 14 años, junto a Elías Méndez,
realizamos el trabajo "Preplanificaci6n del Eje Trujillo-Valera" (30), lo
hicimos con vistas a justificar una serie de proposiciones que condujeran
a la máxima reducción de la fricción espacial entre las dos ciudades y a
crear las condiciones para inducir un crecimiento que "acercara" a las dos
ciudades. La mayoría de los planteamientos están vigentes:
1) Crear un sistema de planificación urbanística intermunicipal.
2) Elaborar el Plan de Desarrollo Urbano Trujillo-Valera.
3) Construir la Intercomunal Trujillo-Valera.
4) Adquisición de tierras entre las dos ciudades para desarrollos
urbanísticos públicos.
5) Ejecución del Plan de Vialidad Urbana.
6) Expansión de la. Zona Industrial de Valera.
7) Conservación de microcuencas y vertientes.
227
8) Construcción del parque metropolitano de Jiménez.
9) Disposición y tratamiento de aguas residuales.
10) Disposición y tratamiento de basuras.
11) Consolidación asentamientos campesinos del eje.
12) Desarrollo habitacional.
13) Desarrollo universitarío en El Prado.
14) Construcción del sistema de abastecimiento de agua potable.
Habría que agregar el estudio y puesta en operación del sistema de
transporte masivo, que haga cómodo el transporte público colectivo entre
las dos ciudades.
El liderazgo urbano en el Estado Trujillo es necesarío y al vencer la
distancia física y funcional que existe entre Trujillo y Valera se estará
forjando una verdadera capital regional, representada vigorosamente en
un centro metropolitano, una conurbación, que tendría dos áreas
especializadas, pero unidas por un eje de desarrollo.
Trujillo y Valera deben vencer sus limitantes, sus cercos naturales y
mentales. Unirse funcionalmente en sus ventajas y potencialidades para
liderizar el forjamiento de la región. Trujillo con sus funciones
228
administrativas, sus valores institucionales e históricos; Valera con su
dinamismo y apertura, para crear una confluencia de
complementariedades fecundas, para ambas y toda su área de influencia.
Los centros poblados intermedios y menores deben igualmente ser
reforzados, especialmente aquellos que tienen potencial para convertirse o
lo son ya en centros de servicios de su área de influencia. Boconó,
Carache, Monay, Sabana de Mendoza, Betijoque, Escuque, junto con
algunos otros centros y Timotes, aunque políticamente pertenezca al
Estado Mérida, deben ser los satélites de segundo orden alrededor del Eje
Metropolitano Trujillo Valera. Los centros de tercero, cuarto y otros
órdenes deben también ser reforzados para que la trama urbana se
convierta en el verdadero sistema que exige la integración trujillana.
Cobra sentido desde esta perspectiva la definición de la división político
administrativa del Estado, asunto que la Asamblea Legislativa debe
afrontar con la máxima responsabilidad. Profundos estudios históricos,
sociológicos, urbanísticos y económicos se requieren para conformar esta
nueva estructura político territorial, pero es evidente que se exige un
gobierno metropolitano para el Eje Trujillo-Valera, la dotación de plena
229
autonomía y autogobierno a diversas áreas y la elevación del estatus
jurídico y político a ciertos centros.
Los más evidentes son la creación de los municipios autónomos, cuya
capital seria Monay y Sabana de Mendoza, aunque sería conveniente
estudiar un paso más audaz de llevar el gobierno local a todas las
comunidades de segundo y tercer orden. En la jerarquía, de manera de
reforzar la capacidad de autogestión de las propias comunidades. Muchos
pequeños Concejos Municipales autónomos, unidos en mancomunidad
para ciertas competencias que requieren visión de conjunto.
En el caso del Eje Trujillo-Valera sería un gobierno metropolitano en
materia urbanística y de algunos servicios y gobiernos locales para las
otras competencias municipales.
230
La mayoría de las propuestas aquí contenidas no exigen demasiado
dinero, pues significan en muchos casos maneras diferentes de hacer las
cosas. En el caso de las obras públicas, se trata de concebirlas dentro de
un programa, con objetivos claros y no seguir haciendo construcciones
aisladas que lo más que pueden lograr es una modernización de la
pobreza.
Quizás la acción más necesaria y más difícil que se requiere emprender,
es la retención del ahorro regional para canalizarlo hacia la inversión re-
gional. El sistema financiero venezolano actúa en general como captador
de ahorro en las zonas deprimidas para las inversiones en las áreas más
dinámicas. El Estado Trujillo no es la excepción y la captación del ahorro
de los trujillanos contribuye a financiar el desarrollo del centro norte del
país.
Es importante entonces fortalecer las instituciones financieras de carácter
local o regional, únicas que colocan aquí sus captaciones.
EL PROBLEMA DEL
FINANCIAMIENTO
231
Lamentablemente el sistema de ahorro y préstamo trujillano, "Progreso",
fracasó y debió ser absorbido por una entidad vecina.
La Sociedad Financiera de Los Andes (PINANDES), con su sede
principal en Valera, debe ser la base más apropiada para edificar un
sistema financiero trujillano. Sus directores y administradores deben tener
muy en cuenta esta realidad que les otorga una inmensa responsabilidad.
Finandes
Debe evolucionar y dar vida a otras instituciones financieras que
completen la red que la moderna gestión exige.
Mucha importancia tiene el fortalecimiento y expansión de los
organismos tales como cajas de ahorros, cooperativas y otras formas de
ahorro y crédito que reúnen institucionalmente a trabajadores, vecinos,
gremios, etc. Estos son mecanismos que tienden a incrementar el ahorro y
democratizar el crédito, contribuyendo así a la expansión económica
local.
Un sistema de ahorro y crédito en las comunidades locales,
particularmente las de carácter rural, sería muy interesante. Son cajas
agrarias, pequeñas, autónomas, democráticas y participativas que podrían
232
mejorar mucho la situación en los campos y pueblos trujillanos. La
Corporación de Los Andes tiene un estudio al respecto que puede ser muy
útil.
El financiamiento oficial es clave, pues es el sector público el más
importante factor para canalizar los recursos económicos para el
desarrollo. Hay varias vías para facilitar un incremento de los
presupuestos dirigidos al Estado Trujillo. El que más ha sido planteado es
el de una Ley Especial de Inversiones aprobada por el Congreso Nacional
que asegure los recursos necesaríos para un Programa de Inversiones. Esa
es una alternativa que depende de la capacidad de acción de nuestros
parlamentaríos.
Una vía más fácil es asegurar un mejor uso de los recursos que llegan y
lograr un incremento del Situado Constitucional, incremento este que
debe llegar hasta los Concejos Municipales
233
"La revolución cultural debe basarse en un movimiento humanista radical
que involucre a muy diversas ideologías y a muchos grupos sociales. Es
igualmente importante que descanse en pequeños grupos cara a cara..."
Erick From.
Aun frente a una situación como la nuestra, con la mayoría de la
población en diferentes grados de adaptación a la pobreza, siempre hay
grupos que toman conciencia del problema y buscan salidas para, en su
propio sitio y desde su propia posición, superar las barreras del atraso.
Son esos grupos con los que Trujillo cuenta para romper el círculo vicioso
del fatalismo. Hoy ni son numerosos ni están muy bien estructurados,
pero existen, están allí y constituyen el fermento de las fuerzas sociales
emergentes.
LOS ACTORES PARA
UN PROCESO DE CAMBIO
234
Los actores del proceso social de avance son las comunidades de base y
ciertas sociedades intermedias, organizaciones de la sociedad civil, que
han venido actuando con terca tenacidad, cada uno en su campo, la
mayoría en forma aislada, pero con claro sentido trascendente y meridiana
visión integral. Gente que piensa globalmente y actúa localmente. Gente
que ha descartado la envidia, el individualismo y la comodidad de la
desesperanza. Que ha superado a las fuerzas del atraso, columbrando un
futuro solidarío.
Son ejemplos de personas y grupos que se han rebelado a la rutina y
puesto su corazón y su cabeza al servicio de sus propias tareas de
vocación colectiva, destacándose de la medianía. Por muchos de ellos es
que se conoce lo bueno de Trujillo y a ellos se debe que el Estado tenga
prestigio en determinadas áreas. En el concierto nacional, suena nuestra
tierra con notas más sonoras donde estos sectores han tocado.
A título de ejemplo señalemos algunos de ellos y para iniciar es justo
mencionar a los grupos culturales, a los ateneístas, a los trabajadores del
arte, verdaderos héroes que han hecho labor de excepción, ejemplo a
seguir por el resto de la sociedad civil trujillana. Los ateneos de Valera,
235
Trujillo, Escuque, Boconó, Betijoque, Carache y La Quebrada han hecho
el milagro del Estado Ateneo. Además de los ateneos están diversas
agrupaciones similares en Santa Ana, Niquitao, La Mesa de Esnujaque,
Sabana de Mendoza, Pampán y en otros lugares. Hay organizados grupos
culturales en diversos barríos de las ciudades principales y existe una
dinámica Federación de Grupos Culturales que tiende lazos entre ellos y
con grupos de otros estados. Somos pobres pero cultos y en esa cultura
esta cimentado el instinto de supervivencia como pueblo.
En este contexto cultural, Trujillo es un venero de creadores populares.
No hay otra zona del país con mayor número de pintores, escultores,
ceramistas, tejedores, tallistas y demás artistas. Recios campesinos,
humildes habitantes de los barríos marginales, mujeres de dura brega,
saltan del camino corriente del común para alcanzar el sendero paralelo
más alto del creador. Por su número y calidad no deja de ser un fenómeno
de interés particular que demuestra la existencia de una fecunda
potencialidad humana, oculta por años de explotación y marginamiento,
pero que, a fuerza de ser grande, rompe el cerco y aflora magnifica en
Eloísa, Josefa, Salvador, Antonio José, Lorenza, Rafaela y tantos otros.
236
También los hay cultos y preparados, que se han rebelado a la adaptación
emigrante y se quedaron para dar testimonio de la esperanza: Pérez
Carmona, Adhemar, Ana Enriqueta, Lourdes... y otros que vinieron:
Douglas, Víctor, Alfonso, Zambrano...
En el sector productivo también hay grupos que dan el ejemplo a seguir y
dentro de los más importantes están los agricultores de los valles altos,
que, en el corto lapso de unos diez años, rompieron con la agricultura de
subsistencia, se rebelaron contra la dependencia de los factores naturales
y adaptaron la cultura del riego. Hoy el Estado Trujillo es principal
productor de hortalizas, papa, ajo, apio y otros alimentos, gracias a su
esfuerzo y a su audacia. Lamentablemente, el proceso de modernización,
por espontaneo, no ha sido más orgánico, menos violento con la
naturaleza y más controlable localmente. Pero se dio y ahora solo se trata
de regular esa fuerza emprendedora de nuestros dinámicos parámenos.
En la zona baja hay pioneros que organizaron, con duro trabajo y en
medio de condiciones adversas, solidas ganaderías que son valioso
patrimonio trujillano. Riqueza" productiva generadora de alimentos y
237
empleo. Son fincas de buena productividad, que contrastan con los
grandes latifundios de los viejos caudillos y sus herederos, que solo
producen miseria.
Hay un emergente grupo de productores de leche, basados en tierras de
poca extensión pero de alta productividad, gracias al cultivo de pastos de
alto rendimiento, buen manejo y razas finas de ganado. Este sector
productor es una gran esperanza para Trujillo.
En el sector industrial hay un grupo que aun que pequeño es muy
emprendedor y de gran capacidad de trabajo y riesgo. Pequeños y
medianos industriales que han logrado montar fábricas vinculadas a la
economía regional o nacional y se han sobrepuesto a las condiciones
adversas que el atraso impone. Allí está el grupo en el cual fijarse y el que
puede ayudar mucho para la tarea de promover muchas pequeñas
industrias en muchos lugares y en muchas manos. Algunos son
inmigrantes, otros son los herederos de la clase comercial nacida en los
años treinta, pero todos son de mentalidad abierta y fresca, las
condiciones que han faltado en las élites trujillanas que han ejercido el
poder.
238
También existe un pequeño grupo universitarío de vanguardia, técnicos y
profesionales que lamentablemente no ha podido conectarse entre sí para
contribuir a forjar un proyecto de futuro. Quizás la falla más grave del
Núcleo Universitarío Rafael Rangel está en ese hecho de no haber sabido
ser crisol para ese grupo, ámbito para ese quehacer, polo de atracción para
la vanguardia profesional. La posibilidad de búsqueda de la tecnología
para salir de la pobreza esta en esos grupos. La discusión de alternativas
es tarea propia para ellos llenar ese vacío es importante.
Como importantes son las comunidades de base, nacidas como praxis de
la solidaridad, donde la reflexión sobre la realidad y la acción para
transformarla es el método de liberación de la pobreza. El ejemplo a
seguir esta en diversas comunidades organizadas y que han venido
trabajando hace tiempo. Quizás el grupo más importante es el Centro de
Animación Juvenil que funciona en el Barrío San Luis de Valera y es
asesorado por los sacerdotes salesianos. Allí está el movimiento para
avanzar potencialmente más importante del Estado Trujillo y de
Venezuela entera.
239
Los movimientos vecinales son incipientes, pero de gran proyección
futura. Ya los hay fuertes en Carache, Urdaneta, Trujillo y Valera. Aquí
hay mucho por hacer, y la formación de dirigentes vecinales debe ir
acompañada de trabajo continuo en las comunidades urbanas y rurales. Se
aprende en el camino de la lucha y este movimiento debe ser apoyado y
promovido.
Por último, está PORTRUJILLO, Fundación a cuyo calor crecieron
muchas de las ideas aquí expresadas. Esta organización que estudia,
medita, reflexiona y actúa, constituye el más serío esfuerzo realizado en
los últimos años en la búsqueda de un desarrollo autentico, humano y
armónico. Es un grupo pequeño que debería multiplicarse. Muchos
"PORTRUJILLO", inspirados en la misma fe, caminando el mismo
camino y a la vez autónomos, de manera que los individuos que se
rebelan a la adaptación a la pobreza y al fatalismo, encuentren un lugar
donde sonar y donde realizar los sueños.
Se ha dejado ex profesor fuera del análisis al influyente sector público. En
verdad esta diluido a lo largo de esta tercera parte e implícita está su
acción en diversos campos. Pero no es este un programa de gobierno, ni
240
siquiera un plan. Son ideas sueltas que pretenden ser un aporte.
Una tarea de desarrollo debería contar con el patrocinio del gobierno, y la
mayoría de las cosas arriba escritas podrían marchar viento en popa con el
apoyo oficial. Solo diría en torno a este asunto dos cosas:
1. Debería buscarse claridad en los organismos oficiales sobre los
objetivos colectivos que se desean lograr.
2. Se requiere una acción coherente con esos objetivos.
Mientras estos no suceda y los planes de obras y servicios públicos se
ejecuten sin concierto, lo más que se lograra será el acicalamiento de la
miseria y no se ira a los cambios profundos que exige el rompimiento del
equilibrío fatalista. Mientras tanto, la sociedad civil deberá avanzar.
241
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248
ÍNDICE
EXORDIO
PROLOGO DE MIGUEL ANGEL BURELLÍ RIVAS.
PRIMERA PARTE: EL EQUILIBRIO FATALISTA 18
Introducción 19
ELAvance en el Rezago 22
La Penuria de las Elites 35
La Frondosidad de la Pobreza 40
La Diàspora 46
La Cultura de la Pobreza 51
SEGUNDA PARTE: CAUSAS DEL FATALISMO 58
Introducción 59
La Teoría de la Dependencia 61
Las Marcas de la Historia: El Divisionismo y el Conservadurismo.
69
Una Geografía que Separa 85
Una Confrontación Trujillo-Valera 122
TERCERA PARTE: PARA ROMPER EL FATALISMO 140
249
Introducción 141
Las Bases Materiales 147
Muchas Actividades, en Muchos Lugares 170
... en muchas manos 194
Lo Pequeño es Hermoso 199
Educación y Salud: Las Armas contra el Fatalismo 205
Hacia la Integración del Estado Trujillo 219
El Problema del Financiamiento 230
Los Actores para un Proceso de Cambio 233
BIBLIOGRAFIA 241