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“Ya no queda nada, el Jichi se ha ido” COSMOVISIÓN, CONOCIMIENTOS Y PRÁCTICAS DEL PUEBLO CHIQUITANO EN RELACIÓN AL CAMBIO CLIMÁTICO.

Ya no queda nada,el jichi se ha ido

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“Ya no queda nada,el Jichi se ha ido”

COSMOVISIÓN, CONOCIMIENTOS Y

PRÁCTICAS DEL PUEBLO CHIQUITANO EN RELACIÓN

AL CAMBIO CLIMÁTICO.

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“Ya no queda nada, el Jichi se ha ido”

COSMOVISIÓN, CONOCIMIENTOS Y PRÁCTICAS DEL PUEBLO CHIQUITANO EN RELACIÓN

AL CAMBIO CLIMÁTICO

En el marco del Proyecto “Acortar la distancia entre la vida cotidiana en el bosque húmedo y las negociaciones políticas sobre el cambio climático”

Con el apoyo de

Santa Cruz, noviembre de 2016

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“Ya no queda nada, el jichi se ha ido”Cosmovisión, conocimientos y prácticas del Pueblo Chiquitano en relación al cambio climático

Es una publicación de:Apoyo para el Campesino – indígena del Oriente Boliviano, APCOBCalle Alfredo Jordán Nro. 79 “A”[email protected] Postal 4213Santa Cruz de la Sierra – Bolivia

Dirección general: Jürgen RiesterCoordinación: Zulema BarahonaInvestigador: Diego MachicaoCo investigadores chiquitanos: Fernanda Chávez, Jacqueline Pinto, Mauricio Tomichá y Carmelo RodríguezCorrección de estilo: Oscar Gutiérrez PeñaDiseño y diagramación: Gente de blancoFotografías: APCOB

Esta publicación se realizó con el financiamiento de Bosques del Mundo en el marco del Proyecto “Acortar la distancia entre la vida cotidiana en el bosque húmedo y las negociaciones políticas sobre el cambio climático”.

Las opiniones expresadas en esta obra reflejan los resultados de las investigaciones y del equipo de investigadores, por tanto, no representan, en ningún caso, el punto de vista de Bosques del Mundo.

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Contenido

Presentación .............................................................................................................................. 5

Antecedentes ............................................................................................................................ 7

Ubicación geográfica ............................................................................................................9

Lo socio-cultural: construcciones y regulaciones en torno al cambio climático .. ............................................................................................................... 10

- Cosmovisión ...................................................................................................................... 11

- Situación actual ................................................................................................................. 12

- Organización social y política ......................................................................................... 15

Conocimientos y regulaciones frente al cambio climático ........................................... 16

Estrategias y/o acciones en torno a la variabilidad climática ylos fenómenos extremos . ....................................................................................................... 20

Cómo el cambio climático afecta la vida cotidiana de los chiquitanos en el bosque ................................................................................................. 28

- Migración ........................................................................................................................... 29

- Cambios en el tipo de alimentación-Cambios en las tradiciones culturales ............................................................................................ 29

- Nuevas oportunidades .................................................................................................... 29

Soluciones prácticas climáticas ............................................................................................. 30

Recomendaciones .................................................................................................................. 31

Bibliografía …. .......................................................................................................................... 32

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Presentación

No cabe duda que los cambios en el clima, y sus consecuencias a

nivel global y local, son asuntos que convocan a todos: hombres, mujeres, jóvenes, autoridades y sociedad civil en general, a tener una actitud cada vez más comprometida y activa en relación a la adopción de medidas que nos ayuden a mitigar sus efectos adversos.

En el marco del Proyecto denomina-do “Acortar la distancia entre la vida cotidiana en el bosque húmedo y las negociaciones políticas sobre el cambio climático”, ejecutado en tres países (Panamá, Nicaragua y Bolivia), y apoyado por “Bosques del Mundo” de Dinamarca, se desarrollaron in-vestigaciones con la participación de jóvenes indígenas y no indígenas de cada país, quienes asumieron su rol como coinvestigadores. El presente documento resume el resultado de las investigaciones en las comunida-des habitadas por el pueblo indígena chiquitano de Bolivia en el Territorio Indígena Monte Verde. Durante este proceso se abordaron y registraron los conocimientos tradicionales y la cosmovisión del pueblo chiquitano en relación al cambio climático, esto con el propósito de escuchar y hacer escuchar las voces, los sentimientos, preocupaciones y sabiduría de su pueblo, facilitando espacios de re-flexión colectiva en sus comunidades del Territorio Indígena Monte Verde.

El Jichi del agua habita en los ríos, lagunas y curichis.

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Jürgen RiesterDirector APCOB

Con los resultados de estas investigacio-nes, un grupo de jóvenes indígenas chiqui-tanos activistas por el clima, han creado innovadoras estrategias de sensibilización y difusión de los resultados, compartiendo sus hallazgos a partir de obras de teatro, las que −de alguna manera− reflejan y re-valorizan la cultura de respeto y mane-jo responsable de los recursos naturales que tienen los chiquitanos. “Ya no queda nada, el Jichi se ha ido” y “La huelga de los jichis”, entre otras, son obras teatrales que los jóvenes chiquitanos han puesto a disposición de sus comunidades como mecanismos de reflexión y difusión sobre los problemas que el cambio climático les está generando.

En un panorama poco alentador, donde las poblaciones más vulnerables a los efectos negativos del cambio climático, como son

los indígenas, los chiquitanos están recu-perando algunas prácticas de sus abuelos para adaptarse a la nueva situación, por ejemplo: han vuelto a buscar alimentos y medicinas en el bosque (almendra chiqui-tana, aceite de copaibo), están practicando sistemas agroforestales, diversificando su producción, y los están desarrollando de manera que las poblaciones no indígenas también puedan acceder a los mismos, además, procesando y comercializando esta gama de productos del bosque mejo-ran sus ingresos y protegen el bosque que los alberga.

Esta publicación tiene la intención de aportar al conocimiento y reflexión sobre la importancia de tomar en cuenta el cono-cimiento tradicional de los pueblos indíge-nas para enfrentar los desafíos del cambio climático.

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Antecedentes

En el marco del proyecto denomi-nado “Acortar la distancia entre la vida cotidiana en el bosque hú-medo y las negociaciones políticas sobre REDD+”1 ejecutado en tres países (Panamá, Nicaragua y Boli-via), y apoyado por “Bosques del Mundo” de Dinamarca, se desarro-lló una investigación de campo con la participación de jóvenes indíge-nas y no indígenas del mencionado proyecto, para escuchar las voces provenientes de las comunidades que habitan en los bosques.

Como parte de las acciones imple-mentadas por los “jóvenes indíge-nas chiquitanos activistas por el clima”, y su propósito de escuchar y hacer escuchar las voces, los senti-mientos, preocupaciones y sabidu-ría de su pueblo, ellos mismos facili-taron espacios de reflexión colectiva en diez comunidades indígenas2,

1 REDD + Reducción de Emisiones de gases de efecto invernadero causadas por la Deforestación y Degradación de los bosques, la conservación y el incre-mento de las capturas de CO2, también conocida como REDD+, es un mecanis-mo de mitigación del cambio climático desarrollado bajo la CMNUCC que bus-ca reconocer y proveer incentivos posi-tivos a los países en vías de desarrollo para proteger sus recursos forestales, mejorar su gestión y utilizarlos de mane-ra sostenible con el fin de contribuir a la lucha global contra el cambio climático y sus efectos.

2 Palmarito (Concepción), Santa Mónica (Concepción), Monte Verde (Concep-ción), Makanaté (Concepción), El Car-men (Concepción), San Miguelito Sur (Concepción), Santa Rita (San Javier), Tu-rux Napez (San Javier), Florida (Lomerío) y Fátima (Lomerío).

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en las que abordaron y registraron los co-nocimientos tradicionales y la cosmovisión de su pueblo. Los objetivos de esta investi-gación fueron:

- Identificar y analizar aspectos socio-cul-turales, construcciones y regulaciones en torno al cambio climático en el marco de su proceso histórico de ocupación territo-rial y de aprovechamiento de los recursos naturales del pueblo chiquitano.

- Identificar las estrategias y/o acciones adoptadas por el pueblo indígena chi-quitano en torno a la variabilidad climáti-ca y los fenómenos extremos.

- Analizar cómo el cambio climático afecta el desarrollo de la vida cotidiana en el bosque de los chiquitanos a mediano y largo plazo.

Jovenes chiquitanos coinvestigadores.Coinvestigadores chiquitanos

rumbo a las comunidades.

Casa de reunión de la comunidad Santa Mónicaen elTerritorio Indígena Monte Verde.

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Ubicación

El territorio de la Chiquitanía, que debe su nombre a la provincia de Chiquitos, se caracteriza por tener extensas llanuras tropicales en medio de las cuales se presentan promontorios de tierra a los que se llama lomeríos. La Chiquitanía abarca las provincias Ñuflo de Chávez, Velasco, Chiquitos, Ángel Sandoval y Germán Busch, todas en el Departamento de Santa Cruz.

Ubicación del área del proyecto en Bolivia

Fig. 1. Mapa de ubicación

La presente investigación tiene como base la certeza de que los impac-tos del cambio climático en las especies y en los ecosistemas, aumenta continuamente. Sin embargo, en lo referente a los posibles impactos del cambio climático en los medios de subsistencia, y en las culturas de las comunidades indígenas y tradicionales, poseemos un conocimiento todavía fragmentado. El presente documento es un resumen de la inves-tigación realizada sobre el tema en el pueblo chiquitano, la misma que fue dirigida por el antropólogo Diego Machicao y los jóvenes chiquita-nos: Fernanda Chávez, Jacqueline Pinto, Mauricio Tomichá y Carmelo Rodríguez.

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Lo socio-cultural: construcciones y

regulaciones en torno al cambio climático

De acuerdo a la mitología chi-quitana, la tierra existió siempre, una tierra que es habitualmente destruida por tempestades, pie-dras que caen del cielo, fuegos y diluvios que eliminan toda la vida del planeta. A continuación de cada cataclismo, la tierra se forma nuevamente y emergen otra vez seres humanos en ella. Los ac-tuales chiquitanos se consideran descendientes de aquellos hom-bres y mujeres que surgieron tras el último cataclismo, después del cual se configuraron las serranías que estabilizaron la tierra. El pro-ceso de destrucción y renovación de nuestro planeta se repetirá en un futuro, ya que la tierra se “con-tamina” paulatinamente, lo que provocará otro diluvio y la conse-cuente renovación de la tierra.

El pueblo chiquitano surgió del aglutinamiento de varios pueblos indígenas de la zona en las misiones jesuíticas (siglo XVI). En los años siguientes, los jesuitas llevaron a más de 40 pueblos indígenas, de diferentes lenguas y culturas, a las diez reducciones existentes en la Chiquitanía.

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En 1692, grupos jesuitas fundaron la pri-mera Misión Chiquitana en San Francisco Xavier (hoy San Javier). Fue fundada por el Padre José de Arce entre los grupos de los pinokas, cimeras, ponajikas, gua-pakasypoojijokas, todos ellos de habla “chiquita”, así como entre los kibicikas, pai-konekas, burekaseitatines, que hablaban otros idiomas.

Cada misión chiquitana estaba compuesta por diferentes pueblos indígenas, quienes recibían el nombre de “parcialidades”. Cada “parcialidad” ocupaba un determi-nado espacio dentro del trazado urbano del pueblo, y se respetaban sus caciques y autoridades; en este sentido, los padres jesuitas debieron enfrentar el desafío de imponer la lengua chiquita como la lengua oficial de las misiones, lo que significó que los otros pueblos deban aprender un nue-vo idioma y, posteriormente, ir desarrollan-do una cultura propia a pesar de las reduc-ciones, lo cual produjo un sincretismo de las diferentes culturas con la chiquita y con la cristiana.

La forma de vida de cada uno de los pue-blos seguía sus propios patrones y normas. En cada uno de ellos vivían dos sacerdotes jesuitas, encargados, tanto de su funciona-miento material, como de la vida espiritual. Se responsabilizaban desde la educación hasta la salud, y planificaban la vida coti-diana y la producción económica.

En 1767, tras la expulsión de los jesuitas, ingresaron los mestizos a la zona. Se de-sató así la esclavización de los indígenas, la misma que duró hasta la República. En 1880, por ejemplo, con el auge del cau-cho, miles de indígenas murieron en los gomales de las provincias Ñuflo de Chá-vez y Velasco, mientras que muchos otros fueron llevados a los inhóspitos departa-mentos del Beni y Pando.

Sobre el origen del nombre existen dos versiones. La primera de ellas postula que, a mediados del siglo XVI, los chiquitanos

recibieron su nombre por parte de otro grupo indígena. El mismo significa “los chi-cos” o personas de estatura baja. Lo que no está claro es si este nombre deriva del término guaraní “tapuy-miri”, “pequeños enemigos” (y que en otro lugar se traduce como “chiquito”).

La segunda versión señala que fueron los primeros españoles los que los denomina-ron “los chiquitos” (o también “chiquito”), porque las entradas de sus chozas eran tan pequeñas y bajas que solo se podía llegar al interior en cuatro patas.

Mitos de origen

Según la mitología chiquitana, en los tiempos originarios todos los elementos cósmicos eran seres humanos, quienes, por diversas razones, se convirtieron en animales, plantas, fenómenos naturales y cuerpos celestes. Esta condición humana implica que los seres de la naturaleza, vale decir las plantas, los animales, las estrellas, el viento, etc., tienen un origen antropo-morfo y están dotados de un alma, al igual que el ser humano (Según Riester 2004).

De acuerdo a su mitología, la tierra parece haber existido siempre, pero es destruida periódicamente por tempestades, piedras que caen del cielo, fuegos y diluvios que eliminan toda la vida en el planeta. Después de cada cataclismo, la tierra se forma de nuevo y emergen otra vez seres humanos en ella. Conforme a ello, los actuales chi-quitanos se consideran descendientes de aquellos hombres y mujeres que surgieron tras el último cataclismo después del cual se configuraron las serranías que estabili-zaron las tierras (Según Riester 2004).

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Cosmovisión

El largo dominio jesuítico generó lo que se puede llamar “una cosmovisión chiqui-tana”, resultado de las diferentes mani-festaciones religiosas de los pueblos que convivían en un mismo lugar y, también, del credo de los jesuitas, es decir, el catoli-cismo del siglo XVIII.

Aunque actualmente la mayoría de los chiquitanos profesa la religión católica, subsiste en la comunidad una amplia y rica mitología. El chamanismo (práctica de ritos de invocación con fines de curación y pu-rificación), está presente en los momentos cruciales de la vida social, tales como: el nacimiento, el matrimonio y la sepultura. En general, los chiquitanos mantienen sus creencias ligadas al mundo sobrenatural, esto también se puede constatar en cada uno de los momentos importantes de la vida cotidiana, tales como la pesca, cacería, siembra y cosecha, acontecimientos en los que persisten rituales de agradecimiento o solicitud de permiso a los jichis de forma paralela a las oraciones u ofrendas en los templos.

Por ejemplo, entre los chiquitanos, Jichi es la denominación para el amo y señor de cada uno de los elementos de la naturaleza (monte, agua, flora y fauna). Cuando los cazadores se internan en el monte, le imploran a esta entidad espiritual que les proporcione las presas que precisan, sólo para subsistir y, además, le piden autorización. Los jichis, amos de las esferas naturales, vigilan que el hombre no abuse de los recursos natu-rales y que tome sólo lo que necesita. De estos jichis, el del agua es el más importan-te, porque es el generador de la vida.

El sincretismo religioso se manifiesta tam-bién en el hecho de que los centros de poder cristiano, es decir los templos, son también sedes de los jichis principales. Según la visión de los chiquitanos, la natu-raleza, los jichis, el ser humano y el cosmos están estrechamente vinculados. La pre-sencia o algún comportamiento específico de ciertos animales presagian, a menudo, una desgracia en el destino de la persona.

“Los jichis son muchos, pero específicos, no hay un solo jichi para todos los bosques; cada bosque, río, laguna, manantial, y otros, tienen su propio jichi. Además de los amos de los animales y los amos del bos-que, que son dueños de la fauna y de los bosques en general, cada especie animal y vegetal (en especial los árboles) tiene sus propios jichis. Los amos de la naturaleza se presentan a las personas en forma humana (principalmente femenina), de animal y en forma híbrida de ambos. Todos los jichis pueden adoptar una apariencia humana.” (Pedraza, Gustavo, 25-26:2010).

En muchos casos, los chiquitanos hablan de los jichis. En su descripción encuentran una relación del cambio del clima con la pérdida de manantiales, puquios, disminu-ción del nivel de las aguas en ríos y que-bradas, etc.

En la cosmovisión chiquitana, todo el universo es animado y antropomorfo. En los tiempos originarios, los elementos cósmicos eran seres humanos que, por diversas razones, se convirtieron en come-tas, vientos, plantas y animales. En algunas ocasiones, el cometa es identificado con un chamán que ascendió al cielo y conti-núa bajando periódicamente a la tierra, o con una mujer poseída por un espíritu maligno y que fue enviada al cielo después de haber matado a varios hombres de su pueblo. Asimismo, en los tiempos míticos, la naturaleza hablaba defendiéndose con-tra los primeros humanos que le infligían heridas al rozar la tierra y cortar los árboles para instalar los primeros chacos. La planta

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sagrada del tabaco proviene de mujeres asesinadas por su padrastro o por su mari-do celoso, que las quemaron en el fuego y de cuyas cenizas brota ahora la planta del tabaco.

Taller sobre cambio climático en la Comunidad Turux Napez.

Taller sobre cambio climático en la Comunidad Palmarito de la Frontera.

Para los chiquitanos, el cosmos, la natura-leza y el ser humano están estrechamente vinculados, esto se expresa, entre otras maneras, en los buenos y malos agüeros con los que el hombre se encuentra de múltiples maneras en la naturaleza que lo rodea, así como también en las constelacio-nes cósmicas. La sola presencia de algún comportamiento específico de ciertos ani-males presagia, a menudo, una desgracia en el destino de la persona. Por otro lado, la presencia de la estrella mamesopaáma anuncia enfermedades y otros infortunios para todo el pueblo, por ejemplo, cuando cae un rayo sin hacer ruido, se dice que lle-

gará una sequía, mientras que cuando cae con ruido, habrá lluvia.

Situación actual

Hoy en día, los chiquitanos conforman la nación más numerosa de las tierras bajas de Bolivia. Según la última investigación realizada por el Consejo Educativo del Pueblo Originario Chiquitano “CEPOCH” (diciembre de 2009), la población alcanza las 100.000 personas, las mismas que vi-ven en más de 500 comunidades, con po-blaciones mayores en las provincias Ñuflo de Chávez, Velasco, Chiquitos, Sandoval y Germán Busch del departamento de Santa Cruz.

La lengua chiquitana o Besɨro, que en el idioma quiere decir “hablar recto o correc-to”, se fue perdiendo con el pasar del tiem-po, aunque en los últimos años se ha dado un “despertar” hacia la lengua materna. Di-ferentes pueblos han creado “Academias del Besɨro” que son, básicamente, centros de producción de materiales que buscan el rescate de la lengua.

Hoy en día, la economía de los chiquitanos se basa principalmente en la agricultura de tumba, roza y quema, seguida de la pesca y la recolección. Los chiquitanos son exper-tos en agricultura tropical, la practican de manera sedentaria. Hacen descansar la tie-rra durante 15 a 20 años, según los cultivos, desarrollándose así una fertilización natu-ral de los suelos. Otra actividad económica es la artesanía, especialmente de madera, aunque algunas comunidades se dedican a la artesanía en cerámica y los tejidos de algodón. La venta de su fuerza de trabajo es una de las actividades complementarias que realizan en épocas de carestía. El tra-bajo agrícola lo realiza la familia nuclear,

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pero es constante la apelación a la familia extensa y a los amigos para que participen en “mingas” que son colaboraciones co-lectivas en las que el pago por el trabajo realizado es en chicha y comida, y donde queda implícito –además– el compromiso de reciprocidad en una tarea similar.

Muchos realizan actividades agropecua-rias como la base de su sustento y sólo venden parcialmente su fuerza de trabajo para generar ingresos extra. Actualmente se vive una tendencia a la migración hacia los centros urbanos. Algunas comunidades han introducido procesos económicos se-mi-industriales, tales como la producción del café y su procesamiento, o la produc-ción de queso en la zona de San Javier.

Todas las familias chiquitanas crían aves de corral para su autoconsumo cotidiano, en tanto que la carne porcina es reserva-da para ocasiones festivas, mingas y para el pago por trabajos agrícolas. Algunos chiquitanos poseen ganado vacuno que, tradicionalmente, dejan pastorear y ra-monear libremente en las cercanías de la comunidad, ya sea en el bosque o en las sabanas. En la época seca se quema parte de la sabana para acelerar el rebrote de

los pastos naturales a fin de asegurar la alimentación del ganado bovino. Puesto que ello tiene efectos negativos sobre el ecosistema, en la actualidad se están intro-duciendo métodos silvo-pastoriles con el objetivo de mejorar la ganadería extensiva en las pampas sin recurrir a la quema.

Existe la división del trabajo por sexo y por edades, siendo (como en todas partes) la agricultura y la caza reconocidas como responsabilidades del hombre, pero la mujer también interviene en la agricultura, muchas veces en igualdad de condiciones, aunque esto es considerado sólo como apoyo.

Ingreso al Plan de Manejo Forestal de la Comunidad Palestina en el Territorio Indígena

Monte Verde.

Comuneros monitoreando el Plan de Manejo Forestal.

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Organización social y política

Si bien no existen datos precisos acerca de la organización social y política del pueblo chiquitano antes de los jesuitas, algunos documentos muestran una orga-nización muy variada por contar con más de 40 pueblos (lenguas) que, actualmen-te, se identifican por ser chiquitanos. Así, los indígenas manakikias eran altamente estratificados, mientras otros estaban al nivel de nómadas tropicales. Por influencia misional, hoy es la familia nuclear la unidad principal dentro de la comunidad. Sin em-bargo, más del 60% de los chiquitanos se rige por la matrilocalidad (es decir, un sis-tema de convivencia post-matrimonial en el que una pareja casada reside cerca de la familia de la esposa o de sus antepasados matrilineales), sin embargo, actualmente, la tendencia es cambiar hacia el sistema occidental.

Hoy en día, las familias chiquitanas se orga-nizan en núcleos familiares consanguíneos donde conviven los abuelos y abuelas, pa-

dres y madres, hermanos y hermanas, hijos e hijas, y nietos y nietas que llevan el mis-mo apellido del padre, a todos ellos se los considera la familia de primera línea. Este grado de parentesco tiene mucho que ver con la convivencia familiar, inclusive todos los mencionados viven –a veces– en una misma casa, la que es “comandada” por los abuelos y los padres. Las reuniones familiares suceden en el desayuno, en el almuerzo y en la cena, momentos en los que los chiquitanos planifican y evalúan las actividades diarias, arreglan sus problemas internos y aplican también los castigos en base al error cometido por algún miembro de la familia.

El jefe es el hombre más viejo de la familia, le siguen sus hijos por orden de edad. Él, o los yernos aceptan esa autoridad, pero a su vez reciben un trato cordial, aunque sólo definen cuestiones dentro de su fami-lia y las decisiones “macro” del clan.

Hoy en día, el Cabildo es la principal ins-titución tradicional reconocida por el pue-blo chiquitano. Surgió durante las misiones jesuitas como un aparato administrativo funcional para sustituir a las autoridades indígenas tradicionales.

Reunión comunal en San Miguelito Sur.

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Las Asambleas Comunales son las máxi-mas instancias de decisión local comunal, están dirigidas en muchas comunidades por los caciques, mientras que, en otras, por el corregidor. Los chiquitanos y sus comunidades han formado organizacio-nes indígenas mayores, todas ellas forja-das en torno a la Organización Indígena Chiquitana (OICH), la misma que hoy es parte fundamental de la Coordinadora de Pueblos Étnicos de Santa Cruz (CPESC) la que, junto a otras afines, integra la Central Indígena del Oriente Boliviano (CIDOB), organización matriz que aglutina a todos los pueblos indígenas del oriente bolivia-no (en total 33).

El caso chiquitano comprueba claramente que la identidad es una construcción so-cial porque se constituye en un referente común para un conjunto de individuos, es, además, frecuentemente impuesta por ac-tores exteriores (en este caso por colonos españoles y luego por misioneros jesuitas), y es retomada por el mismo grupo en cier-tas circunstancias históricas y políticas.

Conocimientos y regulaciones

frente al cambio climático

Estudios sobre el clima, indican un incre-mento del promedio de la temperatura de +2,1 °C hasta +3,8 °C en todo el departa-mento Santa Cruz. (Mayor incremento en la zona de la Chiquitania del norte y en los meses de julio hasta octubre)

El descenso de la precipitación de -5% hasta -10% en la suma anual. (Mayor des-censo en los meses julio hasta diciembre, especialmente en la Chiquitania, Los Va-

lles y el Norte Integrado. Parcialmente un incremento en los meses enero y febrero3).

El reconocimiento del cambio climático a nivel global, y su importante relación con las diversas actividades del ser humano, ha hecho que se busque continuamente la mitigación de los múltiples factores que generan estos cambios para poder así ge-nerar decisiones para la adaptación a los mismos.

A nivel nacional, el Estado Plurinacional de Bolivia, en octubre de 2012, aprobó la Ley Marco de la Madre Tierra y Desarrollo Integral para Vivir Bien (No. 300), la que establece una nueva institucionalidad para el tema del cambio climático, a la cabeza de la Autoridad Plurinacional de la Madre Tierra.

Bolivia propone un enfoque denominado “Mecanismo de Mitigación y Adaptación para el Manejo Integral y Sustentable de los Bosques”, cuyo objetivo general es “fortalecer el manejo integral y sustentable de los bosques tropicales y andinos y zo-nas de vida con predominancia de bosque para impulsar, en un contexto de cambio climático, el desarrollo integral de las po-blaciones indígenas y locales en armonía con la Madre Tierra para Vivir Bien”.4

En el ámbito de los conocimientos tradicio-nales, cabe destacar que la Constitución Política del Estado boliviano de 2009, reco-noce el derecho de los pueblos indígenas y la necesidad de que se respeten, valoren y promocionen sus saberes y conocimientos tradicionales, así como el deber del Estado de proteger estos conocimientos, entre otras acciones, mediante la articulación

3 Fundación Amigos de la Naturaleza, Plan de De-sarrollo Municipal de Concepción, 2015.

4 Presentación del “Mecanismo de Mitigación y Adaptación para el manejo integral y sustenta-ble de los bosques y la Madre Tierra”, Ministerio de Relaciones Exteriores, Ministerio de Medio Ambiente y Agua, Viceministerio de Medio Am-biente, Biodiversidad, Cambio Climático y de Gestión y Desarrollo Forestal, 2012.

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de políticas de cambio climático y conoci-mientos tradicionales. Lamentablemente, la implementación real de este marco le-gal todavía no se ha iniciado, a pesar de las grandes expectativas que generó su promulgación.

Por otra parte, y a nivel general, el cambio climático puede influir directamente en los diversos ecosistemas del planeta, afectan-do la producción alimenticia, la salud y la vida misma de los seres humanos. Es por ello que, a lo largo de la historia de la hu-manidad, nosotros y nuestras sociedades, hemos aprendido a adaptarnos a estos cambios.

A nivel específico, queda completamente establecido que las comunidades indí-genas que dependen de los recursos naturales en el mundo en desarrollo son particularmente vulnerables al cambio cli-mático. Muchas de esas comunidades son principalmente indígenas o tradicionales, y han conservado co-nocimientos sobre agricultura, caza, pesca, recolección y uso de plantas medicinales a través del relato de sus tra-diciones y conoci-mientos ancestrales y tradicionales.

El clima ha cambia-do a lo largo de la historia humana, así como la manera en que las sociedades se fueron adaptan-do a estos cambios. Las actuales pobla-ciones indígenas y comunidades locales, a partir de la obser-vación de estos cambios, han aprendido a adaptarse a estas condiciones en base a la diversificación de sus medios de vida. Por la experiencia acumulada respecto al cambio climático, muchos de estos pue-

blos han desarrollado estrategias detalla-das para hacer frente a estos fenómenos y pueden ofrecer valiosos conocimientos en términos de adaptación y mitigación del cambio climático.

Por otra parte, también queda claro que no existe en el mundo un tema más pre-ocupante que el cambio climático y la importancia de la adaptación al mismo. Los gobiernos, la comunidad académica, los pueblos indígenas y la ciudadanía en general, consideran cada vez más impe-riosa la necesidad de tomar medidas para mitigar los efectos negativos del cambio climático y apoyar a las poblaciones más vulnerables a adaptarse al mismo.

En este contexto, el conocimiento tradicio-nal de las comunidades indígenas debe ser conocido, tomado en cuenta, valorado y aprovechado, tanto para los procesos de adaptación al cambio climático, como para

servir de referencia para las sociedades urbanizadas regio-nales e, inclusive, globales.

Con la desaparición del bosque, por ejemplo, no sólo se extinguirán mi-les de especies de flora y fauna, sino también, a la larga, los mismos pueblos indígenas. Quienes sobrevivan, debe-rán abandonar su milenario hábitat para migrar hacia las ciudades (fenó-

meno que ya se está produciendo). Se ha establecido que los ecosistemas más afec-tados en las tierras bajas de Bolivia serán el chaqueño y el chiquitano, y esto –a su vez– precipitará una pérdida dramática de la capacidad productiva de los mismos.

Las actuales poblaciones indí-genas y comunidades locales, a partir de la observación de estos cambios, han aprendido a adap-tarse a estas condiciones en base a la diversificación de sus me-dios de vida. Por la experiencia acumulada respecto al cambio climático, muchos de estos pue-blos han desarrollado estrategias detalladas para hacer frente a es-tos fenómenos y pueden ofrecer valiosos conocimientos en térmi-nos de adaptación y mitigación del cambio climático.

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Es por eso que urge la búsqueda de la integración de las diferentes agendas y políticas públicas, tanto locales, como nacionales e internacionales, con el fin de mantener la integridad ecológica de los bosques para que éstos continúen brin-dando los servicios ambientales que la sociedad requiere frente a los desafíos que presenta el cambio climático. Por ello es que se requieren acciones concretas para manejar los ecosistemas dentro de los lími-tes de su funcionamiento, manteniendo y

recuperando su integridad ecológica y su resiliencia frente a los cambios globales, específicamente los climáticos.

Varias investigaciones realizadas en la Amazonía evidencian cómo la naturaleza está cambiando y de qué forma afecta la vida, particularmente la de los pueblos indígenas amazónicos que atestiguan: “la pérdida de agua, menos cantidad de ani-males en el bosque y de peces en los ríos, menos horas de trabajo (por el fuerte sol), y la destrucción del hábitat”.

Coinvestigador chiquitano entrevistando a un comunero sobre cambio climático.

En el debate sobre el clima, los pueblos indígenas aparecen como grupos pobla-cionales especialmente afectados por los impactos del cambio climático, como portadores del conocimiento tradicional y prácticas culturales amigables con el medio ambiente, como protectores de los bosques que actúan como fuentes de captación de

CO2 y, también, desde hace poco, como ac-tores políticos en las negociaciones de un nuevo acuerdo sobre el clima.

A pesar de estos hechos, los cuales eviden-cian que los pueblos indígenas y los habi-tantes locales deben ser actores cruciales, este sector tiene una voz notoriamente dé-bil en las negociaciones locales, nacionales

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e internacionales sobre cambio climático. Muchas veces los gobiernos, a cargo de re-presentar también a los pueblos indígenas y comunidades locales, tienen intereses en conflicto y tienden a centrar su atención en defender los intereses del Estado nacional y de las grandes empresas, en vez de los intereses complejos y, a menudo, “incon-venientes” de quienes habitan dentro o alrededor del bosque.

Empero, “los chiquitanos han desarrollado un sistema de agricultura diversificado, que incluye una importante variedad de productos, adaptado a las característi-cas ecológicas del Bosque Seco Tropical Chiquitano –una época de sequía muy marcada con altas temperaturas y muy baja precipitación…” (Villaseñor, Verónica, 47:2012). Este elemento de adaptación es una acción importante para la sobreviven-cia de la agricultura frente a los cambios climatológicos existentes.

Por lo tanto, uno de los principales desa-fíos es acortar la gran brecha entre, por un

lado, la realidad cotidiana de los pueblos indígenas y las comunidades locales y, por otro, las negociaciones sobre cambio cli-mático en el escenario nacional e interna-cional, donde se toman las decisiones po-líticas. Es un hecho que quienes toman las decisiones en negociaciones nacionales e internacionales, muchas veces carecen de contacto cercano con la realidad en los bosques, lo cual los expone al riesgo de tomar decisiones políticas que no generen las medidas necesarias de mitigación y adaptación al cambio climático.

Por ello, es de vital importancia entender qué piensan los pueblos indígenas sobre los cambios climáticos, el actual y otros que hubieran vivido. Este conocimiento contiene un valor científico que podría contribuir a la toma de decisiones, y a diri-gir acciones desde el Estado y la sociedad que mitiguen los efectos y disminuyan las causas del cambio climático en nuestros países y en el planeta, en general. Es en ese marco en el cual se realizó la presente investigación.

Sistemas agroforestales como medida de adaptación al cambio climatico.

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Estrategias y/o acciones en torno a lavariabilidad climática

y los fenómenos extremos

El papel de los pueblos indígenas y de las comunidades locales

para contribuir a las políticas sobre cambio climático, a nivel nacional y local, es sumamente importante. Sus prácticas y conocimientos tradi-cionales sobre la tierra, los bosques y los procesos naturales pueden ser una contribución muy importante en la planificación local y nacional para combatir el cambio climático, y para realizar un manejo sostenible de los bosques.

A decir de los propios chiquitanos, “antes se presentaba una sequía cada diez o veinte años, pero a partir de los ochentas, ésta se da cada dos o tres años”. A las sequías frecuentes, se suma el incremento de los incendios forestales que constituyen un fenó-meno relativamente nuevo, y con ello, el incremento de sequedad del am-biente, la erosión de los suelos, de las enfermedades humanas y las plagas. Aunque solo se mencionó una vez en la comunidad de Makanaté, hay lluvias torrenciales que llegan entre fin de año y principios del otro, y que ocasionan inundaciones que afectan principalmente a los caminos. Estos fenómenos son manifestaciones ca-racterísticas del cambio climático.

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“En los últimos días el cambio del clima ha sido tremendo y en los últimos años ha sido muy desastroso porque muy poco tenemos los que sembramos en la agricultura. En los diez años atrás era suma-mente muy buena la tierra, sino también el tiempo y ahora no es así, nos está afectando mucho en la sequía, pocas agua tenemos y cada día estamos más triste, porque hasta la grama que estaba siempre verde ahora se seca. Otra vez cayó lluvia, pero después ha sido peor la sequía y el calor…” (José Pesoa Poñe, Comunidad San Miguelito Sur).

Entendiendo que los chiquitanos, desde su cosmovisión, consideran al bosque, al agua y al medio ambiente como parte intrínseca de sus vidas, y que por ello estos elementos tienen un gran significado para su existen-cia, en lo individual y como pueblo, muchos de sus conocimientos e ideas, por ahora, no se muestran suficientes como para adap-tarse a los efectos negativos del cambio cli-mático. Hace falta una mayor capacitación e interacción con otros grupos para intercam-biar experiencias, de manera que cada vez

puedan tener mejores herramientas que les permitan adaptarse y sobrevivir.

Sin embargo, en esta tarea será necesario el desarrollo de estrategias organizadas y compartidas que, en alianza con otras or-ganizaciones e instituciones, les permita a los chiquitanos desarrollar acciones estra-tégicas para lograr soluciones igualmente estratégicas.

Hasta este momento, el conocimiento tradicional sobre la adaptación ha sido ignorado en el ámbito de las diferentes políticas que abordan la temática. Existe una falta de reconocimiento respecto a la importancia que podrían tener los pueblos tradicionales en su propia adaptación ac-tual y futura al cambio climático.

A partir del trabajo realizado en los talleres se lograron identificar las prácticas y ac-ciones con las que las comunidades resol-vieron en el pasado, las que implementan hoy en día, e incluso, las que creen que se pueden utilizar en el futuro para resolver los problemas que ocasiona el cambio cli-mático en la región.

Problemas identificados Soluciones aplicadas o propuestas

Sequía / Falta de agua Construcción de una noria para las comunidades.Construcción de un tanque de agua para las comunidades.Aumentar paúros para cada familia de la comunidad.Controlar el consumo de agua de cada familia.Controlar la contaminación del agua.Construcción de mayores atajados.Cobro de una mensualidad por el consumo de agua familiar.Mantenimiento de pozos y paúros para cuando la bomba de agua tenga algún problema.Cuidar y mantener la bomba de agua comunal.Se realizarán limpiezas de los atajados comunales.Organizar a las comunidades de la zona para coordinar el cuidado de los ríos, animales, basura, incendios y escribir un reglamento zonal.En tiempos de sequía, la comunidad se pone en campaña para buscar nuevas fuentes de agua, principalmente pozos y afluentes naturales.Evitar la quema de chacos cerca de los ríos.No utilizar químicos en las fuentes de agua.Evitar construir letrinas cerca de los ríos y norias.

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Problemas identificados Soluciones aplicadas o propuestas

Inundaciones Ripeo del camino por parte de los miembros de la comunidad (echar ripio en el camino).Control de tránsito de los camiones madereros (para evitar que transiten cuando el camino esté mojado).Mantenimiento del camino por parte del Municipio de San Javier.Hay partes en la carretera de tierra que llega a la Comunidad de Makanaté, que cuenta con desvíos hechos para que cuando lleguen las lluvias e inun-daciones, todavía se pueda transitar.

Incendios forestales (por mal manejo de los chaqueos)

Controlar la quema de basura.Realizar reuniones comunales para hablar sobre la expansión del fuego.Quemar los chacos luego de dos días de lluvia.Hacer “callejones” en los chacos (para evitar la propagación de incendios).Capacitar a los propietarios de las haciendas circundantes en el manejo del fuego, manejo forestal, etc.Se quemará la basura de la comunidad en pozos familiares.En la escuela se les hablará a los alumnos sobre los peligros del fuego.Controlar que los cazadores y pescadores apaguen correctamente sus fo-gatas y cigarrillos.Se debe comunicar a los vecinos que se realizará una quema del chaco para que ellos también estén atentos.La comunidad se preparará con elementos básicos (agua, ramas de hojas verdes y tierra) en caso de un incendio.Contar con el equipo para combatir incendios.No se debe dejar plásticos, botellas y otros en los chacos que serán que-mados.

Plagas en los cultivos Venenos naturales (para el cogollero, un gusano que afecta al maíz, se uti-lizan yerbas como el sombrerillo y el tutumillo, fermentando sus hojas).Sembrar cuando más llueve, ya que así no hay tantas plagas.Capacitación en manejo de plagas.El cultivo de arroz tiene un gusano, el cual es extraído junto con la planta, para colocarlo luego dentro de una chala y luego en el rescoldo.Para las plagas, como los chanchos de monte y otros animales de mayor tamaño, se realiza la caza controlada.Cuando se sembró el chaco, se debe ir al lugar temprano, a las 5 de la ma-ñana, a controlar que no haya bichos y otros animales que quieran comer las semillas y plantas.Se colocan trampas de fierro y madera en lugares específicos del chaco para controlar a los animales mayores.Se “cosecha” la petilla, que es un gusano que afecta las plantaciones de arroz. Se colocan las plantas de arroz que tienen gusanos en hojas de güembé, luego estas hojas son colocadas en el rescoldo (ceniza).Se solicita a los cazadores de la comunidad que salgan a cazar algunos animales que podrían ser perjudiciales para las plantaciones.Se colocan espantapájaros en los chacos.Se selecciona con mucho cuidado el terreno donde se siembra.Se colocan trampas para ratones, zorros y otros.Se utiliza el excremento de murciélago para matar unos gusanos.Se colocan algodones y baldes para proteger las plantas.Se hecha sal a algunos gusanos y bichos que invaden las plantaciones.

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Problemas identificados Soluciones aplicadas o propuestas

Deforestación Desarrollar un plan de reforestación comunal.No se cortan o talan todos los árboles, se cuidan los árboles que se utilizan luego en la construcción de casas y demás edificaciones de la comunidad.Hacer nuevas plantaciones de diferentes plantas forestales y no forestales (maderables y no maderables).Capacitación a los propietarios de las haciendas vecinas sobre deforesta-ción.Solicitar plantines de especies maderables al Municipio de San Javier.Control de la deforestación.Control y protección de las áreas verdes de la comunidad.Conservación de árboles semilleros.Plan de Manejo Forestal.Dentro del Plan de Manejo Forestal, el quinto árbol se deja crecer como semillero.Se cortan árboles que tengan de 50 centímetros de diámetro como míni-mo.Está en proceso la certificación del Plan de Manejo Forestal de la comuni-dad.Se están reforestando con tarara (árbol de madera de construcción), varias zonas adyacentes a la comunidad.Para evitar la deforestación se está plantando café en la comunidad.Para evitar la deforestación, también se está plantando cayú, almendra, plátano y diversos cítricos.Aplicación de la nueva Ley de Bosques y Medio Ambiente.Si se tala un árbol, se siembran dos.Concientizar a la comunidad en la temática de deforestación.

Modificación del Calen-dario Agrícola

Capacitaciones a los profesores de la escuela, y a la población en general, sobre cada uno de estos temas.Mejorar la comunicación directa y permanente con el exterior (telecentros, computadoras, internet, teléfonos, etc.).Se siembra a tiempo para evitar la aparición de ratones.El cambio de luna señala la llegada de las lluvias.Esperar la fiesta de Todos Santos para que lleguen las lluvias.Muchos productos también se siembran en otras épocas debido al retraso de las lluvias.Modificación de algunos productos y, por ende, cambios en la alimenta-ción.

Nuevas enfermedades en las personas

En la posta sanitaria se pueden incluir medicinas tradicionales que son muy utilizadas en el área, y que cuente, además, con un botiquín completo para atender diversos casos médicos.Desarrollar la práctica y el uso de la medicina tradicional.

Disminución de la pro-ducción agrícola

Se debe esperar las lluvias para empezar a sembrar.Se están iniciando nuevos procesos agrícolas, se están empezando a sem-brar nuevos productos (caña de azúcar, sandía, camote, frijol, etc.).Esperar la llegada de las lluvias para iniciar la siembra y las fiestas que lle-gan con el evento agrícola.

Cambio de alimentos Muchas fiestas ya no tienen los mismos alimentos que antes tenían, por lo que se está cambiando la alimentación en estas fiestas.

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El problema de la sequía afecta no solo a la agricultura, sino también al consumo humano, por lo que se identificó como un sistema de interés prioritario en todas las comunidades consultadas. Para abordar este problema, las comunidades han es-tado realizando la construcción de paúros (pozos pequeños familiares), pozos, norias y atajados (que generalmente se utilizan para los animales), también la construcción de tanques de agua (solo 3 de las 10 co-munidades tienen tanque de agua); evitar quemar los chacos cerca de ríos; realizar limpiezas regulares de las diferentes fuen-tes de agua, tanto para las personas, como para los animales de la comunidad; y, final-mente, llevar un control sobre el consumo de agua por familia. También han incre-mentado sus demandas al gobierno local para que apoye e invierta en la solución de este problema.

Antiguamente, “no se tomaban medidas porque había lluvia, a través del cambio de hoy se ha buscado la forma de cómo mejo-rar en cuestión de agua y hemos presenta-do una solicitud en la alcaldía para que nos

eleve un tanque de agua e instale grifos en cada domicilio, para que cuando nos ataque la sequía no estemos con dificultad de agua. A nosotros nos cuesta adaptarnos a un nuevo cambio de clima pero lo estamos logrando.” (Pastor Pérez Cuyati, comunidad Palmarito).

Si bien siempre existió una época de se-quía, ésta estaba dentro de la planificación anual de las comunidades y no significaba un problema real. Es en los últimos años que se ha vuelto un problema muy serio, el mismo que requiere la atención, tanto de los comuneros, como de las autoridades competentes.

Producto de las sequías prolongadas y del incremento de la temperatura, las plagas y enfermedades en los cultivos de los chi-quitanos son más frecuentes e intensas. Entre las soluciones practicadas están la aplicación de insecticidas naturales, la re-colección manual de las partes de las plan-tas afectadas, la colocación de trampas y la caza de animales silvestres que se comen los sembradíos.

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“Hay diferencia de otros años que se daba bien cuando no aparecen plagas, y hay años que aparecen plagas de los gusanos cuando ya está a un metro la altura del maíz, donde afecta a la planta y no frutea el 100%, y en el arroz también tiene plaga, aparece la petilla cuando están en escoba y baja la producción.” (Lorenzo Soquere Chuve, Comunidad Makanaté).

También colocan excremento de mur-ciélago para matar gusanos, echan sal a algunos gusanos y bichos que invaden las plantaciones. Como indicaron en todas las comunidades, principalmente se debe ir al chaco temprano (a las 5 de la mañana) a controlar que no estén bichos u otros ani-males silvestres que se coman las semillas y plantas sembradas.

“Nosotros nos teníamos que acostumbrar a los cambios que nos presentaba acerca de nuestro cultivo, más antes se cosechaba muy bien, pero ahora ya no, por el tema de las sequías y de las plagas, son los bichos como los jochis que se terminan los pláta-nos, para solucionar es cazarlo.” (Anacleto Tomichá Parapaino, Comunidad Florida).

La agricultura sigue siendo un elemento tan importante en la economía (y en la vida misma de las comunidades), que se han hecho propuestas y solicitudes para que el Gobierno Municipal de Concepción, y otras instituciones, realicen capacitaciones en el manejo de las plagas.

En Bolivia, la deforestación es el “aporte” más grande que le hace el país al cambio climático. “En Bolivia la tasa de deforesta-ción es de 350.000 hectáreas al año, pero en términos per cápita 320 m2/persona/año, resulta en una tasa 20 veces más alta que el promedio mundial (16 m2/persona/año) y una de las más altas del mundo, su-perando los niveles de otros grandes países deforestadores.” (Urioste, Andrea, 3:2010).

Para contrarrestar estos procesos de deforestación, las comunidades están

trabajando en estrategias y acciones de concientización de la propia población, en este sentido, tienen muy claro que cuando se tala un árbol, se debe plantar otro; no se cortan árboles que tengan un diámetro menor a 50 centímetros; no se realizan chaqueos cerca del monte; se deja el quin-to árbol como semillero; se plantan nuevos árboles madereros y también otro tipo de plantas, esto en cuanto a la reforestación comunal. Aunque no siempre lo cumplen.

Otra medida estratégica para un adecua-do manejo forestal es el desarrollo de Pla-nes de Manejo Forestal que, por un lado, han permitido a las comunidades tener un mayor control sobre los procesos de tala de árboles en los terrenos de sus comuni-dades por parte de diferentes empresas y, por el otro, también han permitido la capa-citación, concientización y aprendizaje de muchos miembros de las comunidades en el tema forestal.

“Ahora se está solicitando a que se pague un precio justo por la madera, y la comuni-dad está reclamando fuerte como pueblo indígena de que también sean conscientes en una cancelación de pago, tal como es el arancel o los patentes del precio de lo forestal.” (Rufino Rodríguez Chuvirú, Comuni-dad Fátima).

“…mucho corta madera la gente, la de-forestación, esto es lo que ya se está per-diendo ya, los frescos de los palos, más es el calor ya ahora, porque ya mucho cortan madera, por allá he escuchado decir que mucho cortan madera, tumban los que tienen chaco, lo que tienen pueden traba-jar, y pues sino uno no puede trabajar, los empresarios tienen pues cómo trabajar, no-sotros pues no tenemos, a punta de hacha, a punta de pala sacar pulpas, con palo con hacha…” (Julia Catapi Salvatierra, Comuni-dad San Miguelito Sur).

Los Planes de Manejo Forestal, por el nivel de ingresos que generan para las familias chiquitanas, son una opción económica

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que les permite complementar sus medios de vida, lo que, junto a la agricultura, la ganadería y el trabajo temporal, se cons-tituyen en estrategias que les permiten sobrevivir. De éstas, la más rentable es la actividad forestal:

- Los Planes de Manejo Forestal (PMF) generan ingresos a las comunidades, evi-tando la migración y también generando capacidades en las mismas, no solo re-feridas al manejo forestal propiamente, sino, y sobre todo, a la valoración y pre-servación del bosque.

- Se reconoce que antes de los PMF los mismos miembros de las comunidades habían deforestado los bosques, sobre todo en la zona de Lomerío, lo cual se ve reflejado en la cantidad de lluvia y provisión de agua, cortaban árboles para venderlos cuando la necesidad les apre-miaba, sin ninguna planificación.

- Cabe recalcar que estos PMF no solo han colaborado en la disminución de la deforestación, sino que también han logrado apoyar la organización de las mismas comunidades, por ejemplo, se han generado diferentes planes de uso de suelo, los mismos que han limitado la expansión de la agricultura, la ganadería y la caza, además del desarrollo de áreas de reserva biológica, tal es el caso de la Comunidad Palmarito.

Los incendios forestales suceden debido a diversos factores: las fuertes sequías en la zona, el descuido de la gente cuando que-ma la basura (o cuando realiza chaqueos), o cuando se usa el fuego para convertir los bosques en pastizales o en tierras para la agricultura y/o la ganadería.

Las acciones para solucionar el problema pasan por construir “callejones” alrededor de cada chaco para proteger el monte y sus animales; evitar echar las colillas de ci-garrillos en el monte cuando se va a cazar o pescar; apagar las fogatas; avisar a los

vecinos que se va a quemar el chaco para que estén atentos a cualquier inconvenien-te (esto dentro de la quema “responsable” de los chacos), y quemar basura únicamen-te en los pozos destinados para ello, estas son algunas de las soluciones que las co-munidades ya están llevando a cabo para prevenir los incendios.

“Hay un tanque por si hay un incendio para apagar el fuego, y si no trae en lata agua para apagar, y entre todos nos ayudamos para combatir estos problemas, y hay más jóvenes que son rápido y ayudan.” (Manuel Ortiz Poñé, Comunidad San Miguelito Sur).

También se identificó que se debe capaci-tar y regular a los propietarios de las ha-ciendas vecinas, ya que muchas veces los incendios se dan cuando las quemas de grandes chacos y terrenos para la agricul-tura y la ganadería se salen de control.

“Hay un grupo de jóvenes que se llama FUNSAR, que viene del municipio, ha es-tado capacitando a los jóvenes que están dentro del municipio o sea que ahora está, pero es por medio del alcalde y agrade-cerle al que ya existe, salen a las comuni-dades cuando hay un incendio y también ellos salvan la vida de los que se pierden al monte y ha llegado hasta acá a nuestra comunidad para poder defender o preve-nir los incendios.” (Petrona Chuvirú Chuve, Comunidad Monte Verde).

Los calendarios festivos están integrados a los calendarios agrícolas, esto significa que las actividades agrícolas, tales como la siembra de diferentes productos, son (o eran) también fechas para la realización de diversas fiestas de siembra y cosecha.

En los últimos años, y con el retraso de las lluvias, las épocas prolongadas de sequía y los cambios de los productos agrícolas, en muchas zonas del país hay, incluso, una disminución en la producción agrícola. Esto significa que productos como el maíz, el arroz y el plátano han disminuido (en can-

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tidad) en relación a otros años, situación que ha puesto en emergencia a las comu-nidades y las ha llevado a pensar en otro tipo de plantaciones para sustituir parte de esa producción menor. La introducción de nuevos cultivos y semillas mejoradas es parte de la diversificación de elementos, asociadas a la capacidad para combinar diferentes tipos de conocimientos tradicio-nales para el aprendizaje, lo que permite a las comunidades adaptarse a los cambios que vienen sucediendo.

“El año pasado ya mi maíz estaba en creci-miento y ya ahurita no podemos sembrar, ya sumamente está seco, no llueve aquí, ahurita nadie ha sembrado todavía porque a diferencia, ahurita a otros años, el maíz es grande, harto ha cambiado en eso año tiempo lluvia y ahora ya no.” (Tomas Chuve Cuasase, Comunidad Monte Verde).

“Más antes, como hace siete años que se comía tamal para la Navidad y viendo hoy día todavía no ha llovido ni hay sembrado, así que no hay tamal para esta Navidad… no hay tiempo.” (Ignacio Ipamo Tomichá, Comunidad Florida).

Frente a este problema, los chiquitanos han estado probando con el cambio de

cultivos que se adapten mejor a las condi-ciones del clima, y no solo de variedades. Esta es una adaptación que va a cambiar, no solo la alimentación, sino también as-pectos culturales, tales como la celebra-ción de sus fiestas patronales.

“He notado de que realmente hay cam-bios en estos tiempos que cambian, an-teriormente nos decían que en el mes de septiembre y octubre era tiempo de agua para empezar a sembrar cultivo, pero ac-tualmente las lluvias están fallando y muy tarde está lloviendo, y para sembrar hay que esperar agua, eso es lo que se siente, el tiempo es muy caliente, mucho calor y ahora mucho se siente.” (Lorenzo Soquere Chuve, Comunidad Makanaté).

“Muy tardes las lluvias, no podemos sem-brar, hoy tenemos que sembrar en diciem-bre, más ante en este mes (septiembre) ya estábamos sembrando, y ahora por falta de lluvias no podemos sembrar. Tenemos que esperar nomás las lluvias bastantes para que se moje el terreno. Yo me acuerdo hace ocho años atrás sembré en este mes y mi maíz bien se me dio y ahora son ocho años que pasan y no podemos ni sembrar” (Miguel Miraval Chávez, Comunidad Santa Rita).

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¿Cómo el cambio climático

afecta la vida cotidiana de los chiquitanos

en el bosque?

Si bien los efectos negativos del cam-bio climático todavía no han llegado a su máximo impacto, las comunida-des indígenas ya han empezado a vivir algunos cambios, los que, por su gravedad e intensidad, les afectan de manera negativa, y sus conoci-mientos, prácticas y estrategias no les están siendo suficientes −por el momento− para enfrentarlos. Las poblaciones indígenas y, en especial, las mujeres, jóvenes y niños son los más vulnerables ante esta situación.

Los cambios sufridos en los territorios de las comunidades donde se desa-rrolló la investigación son significati-vos y, evidentemente, han afectado la vida cotidiana de sus habitantes, teniendo en cuenta que su vida siem-pre ha dependido del bosque, el agua y la tierra. Por ello, si su entorno es afectado, sus vidas también lo son, en aspectos como los siguientes:

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Migración

Muchos hombres y mujeres de las comu-nidades chiquitanas se quejan de que la mano de obra familiar ya no es suficiente para los trabajos en la familia y la comuni-dad, esto debido a que los jóvenes y los hombres, especialmente, han migrado por temporadas cada vez más largas en busca de trabajo. Esta situación refleja uno de los cambios que las familias chiquitanas de hoy deben enfrentar, el chaco comunal ya no produce lo suficiente como para ga-rantizar los medios de vida de la familia y, en años de eventos extremos, se ven en la obligación de salir a las ciudades en busca de trabajo.

Mujer chiquitana explicando las consecuenciasde los cambios en el clima.

Cambios en el tipo de alimenta-ción – Cambios en las tradiciones culturales

Algunos productos que solían sembrar ya no producen lo suficiente, por lo que las familias se han visto en la necesidad de probar con otros nuevos y más resistentes a las condiciones climáticas actuales, esto está cambiando sus hábitos alimenticios y, por tanto, sus tradiciones culturales, provo-cando la preocupación, especialmente, en las personas mayores y en las mujeres.

Nuevas oportunidades

La situación actual también genera oportu-nidades para los chiquitanos. Cada vez con mayor frecuencia están mirando e inda-gando en algunas prácticas de sus abuelos para adaptarse a la nueva situación, por ejemplo: han vuelto a buscar alimentos en el bosque (almendra chiquitana), están practicando sistemas agroforestales, están empezando a diversificar su producción, están recolectando medicinas del bosque (aceite de copaibo y cusi), y las están desa-rrollando de manera que las poblaciones no indígenas también puedan acceder a las mismas, además, procesando y comer-cializando esta gama de productos del bosque mejoran sus ingresos y protegen el bosque que los alberga.

Para la mayoría de las personas de las comunidades, la importancia de poder combinar los conocimientos tradicionales con los conocimientos científicos, es algo que se debe hacer con urgencia, por lo que se precisa la construcción de alianzas e intercambio de información, pero es especialmente importante que la voz de las personas que viven en los bosques sea escuchada para que sus necesidades sean tomadas en cuenta.

Agricultor chiquitano explicando las consecuen-cias de los cambios en el clima.

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Soluciones prácticas climáticas

Los “Jóvenes activistas por el cambio climático”, en su constante búsqueda de soluciones prácticas a los dramá-ticos efectos de dicho desafío, y para reducir de alguna manera la vulnera-bilidad de los pueblos y fortalecer su rol en la conservación de los bosques, junto a los líderes y sabios locales, plantean las siguientes soluciones:

- Reconocer y valorar los conocimien-tos tradicionales, la cultura, el “modo de ser” de los pueblos indígenas y su íntima relación con el medio am-biente que los rodea.

- Educar y sensibilizar a la niñez y a la juventud en el concepto y la práctica de que “la Tierra es nuestra madre”.

- Proteger y conservar los sitios sa-grados, comprender que “tienen dueños y están habitados por seres espirituales”.

- Recordar y aplicar lo que los ances-tros enseñaron: “en cada finca tene-mos que sembrar árboles frutales y no frutales, o crear programas de reforestación en nuestras comunida-des”.

- Reforzar las prácticas agroforestales con especies nativas y dejar en re-poso la finca trabajada durante 10 años o más.

- Practicar cultivos orgánicos: “no usar químicos y detergentes, el Jichi se enoja, se va y el agua se seca”.

- “Actualizar los reglamentos internos de nuestras comunidades” para evi-tar la deforestación.

- Reforestar en la ribera de los ríos y en los cuerpos de agua.

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Recomendaciones

Promover y ratificar el reconocimien-to de los derechos de los pueblos indígenas y la importancia de su participación en las discusiones y acuerdos globales sobre cambio climático, considerando el grado de vulnerabilidad en el que muchos de ellos se encuentran debido a los efectos del mismo.

Los gobiernos de todo el planeta de-ben firmar un “Acuerdo Mundial” en el que se comprometan a ayudar a los pueblos indígenas para fortalecer su cultura, su cosmovisión y difundir sus conocimientos tradicionales sos-tenibles, y comprometerse, además, a apoyar a los pueblos sin ninguna condicionante. La iniciativa REDD+ no puede ser utilizada para quitar tie-rras a los pueblos indígenas, ni para prohibirles sus prácticas ancestrales con las cuales han convivido durante siglos.

Apoyar la gestión de la seguridad territorial de los pueblos indígenas como una estrategia para evitar la deforestación y la degradación de los bosques.

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