Los cristales encierran luz, sabiduría, sanación y amor universal. Por ello, sus átomos se convierten en excelentes sanadores, atributos que los convierten en el eje de la cristaloterapia, una rama de la medicina alternativa que utiliza minerales sólidos: cuarzos, drusas, geodas y gemas.

Su estructura interna contiene elementos específicos que son excelentes canalizadores de la energía. Por su cualidad molecular, estos minerales vibran y están en resonancia con nuestro cuerpo para armonizar la salud.

Los cuarzos son valiosos por su alta frecuencia vibratoria. Al entrar en contacto con los organismos vivos (humanos, animales, plantas, tierra) transmiten su vibración para producir efectos terapéuticos de sanación y prevención de enfermedades.

La inestabilidad en pensamientos y emociones se traduce en un desequilibrio energético que desemboca en enfermedades. El papel de los cristales consiste en reequilibrar los campos energéticos y electromagnéticos del cuerpo, al liberar su energía.

En terapia, pueden utilizarse minerales sólidos durante el masaje, al localizar las zonas en el cuerpo que se encuentran bloqueadas energéticamente. Los cristales absorben lo que está provocando malestar e introducen la luz y sanación que logran armonizar el cuerpo.

Otro beneficio de los cristales consiste en la armonía de los chakras (centros energéticos ubicados en el cuerpo), ya que al colocarlos en el área específica realizan su función armonizadora. Cuando existe un dolor, llevar el cuarzo a la zona afectada hace que la molestia se libere de inmediato. De igual forma, trabaja en todo lo que tiene que ver con los desequilibrios emocionales: el enojo, la ira, la soberbia, los celos o cualquier otro sentimiento negativo.

Los cuarzos son eficaces para modificar la energía de los espacios físicos donde se coloquen, a la vez que sirven de adornos por la belleza física que poseen. Al dejarlos en la tierra, crean un campo de acción de luz y protección en un radio bastante amplio.

Las piedras preciosas han resultado ser recursos naturales muy eficaces en meditaciones y visualizaciones. Así, nos conectan con la energía del universo y con la nuestra. Esto lleva a un fortalecimiento del cuerpo y a un estado de paz y tranquilidad, al permitir que la mente alcance un estado de quietud y las emociones negativas se liberen para lograr el equilibrio que requiere una vida sana y en armonía con uno mismo, con nuestros semejantes y el entorno.

También sirven para despertar y desarrollar la intuición. Asimismo, los cristales y su carga energética permiten conectarnos con nuestra memoria y recuperar datos importantes para mejorar la calidad de vida, al ayudarnos a comprender patrones de pensamiento repetitivos, emociones recurrentes y diversos estados anímicos.

Los minerales tienen características y cualidades específicas. De acuerdo con su color, cumplen una función determinada en el cuerpo de la persona. Cuando son adquiridos, los cristales llevan un proceso de limpieza con agua y sal. Algunos se cargan energéticamente para mantener su energía solar o lunar, según su color y característica.

Por lo general, los cristales que son opacos (como malaquita, lapislázuli, hematíe) son buenos receptores de energía. En cambio, los transparentes (como cuarzo, aguamarina, amatista y diamante) son emisores y tienen la cualidad de ser regeneradores.

ARIES:ágata, amatista, diamante, granate, pirita, rubí y topacio.

TAURO:ágata, circonia, cuarzo rosa, esmeralda, lapislázuli y turquesa.

GEMINIS:aguamarina, ámbar, granate, ojo de tigre) topacio.

CANCER:Esmeralda, cuarzo verde, piedra de luna, perla y ópalo.

LEO:ámbar, berilo, cristal de cuarzo, diamante y esmeralda.

VIRGO:ágata, jade, turquesa y zafiro.

LIBRA:ágata, cuarzo citrino, jade, ópalo, turquesa, topacio y zafiro.

ESCORPION:aguamarina, amatista, malaquita y topacio.

SAGITARIO:amatista, cuarzo azul, topacio y turquesa.

CAPRICORNIO:malaquita, granate, obsidiana, ónix y turquesa.

ACUARIO:aguamarina, jade, lapislázuli y zafiro.

PISCIS:Aguamarina, perla, coral, jade y amatista.