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A Jesucristo Mario Esparza

A Jesucristo

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Page 1: A Jesucristo

A Jesucristo

Mario Esparza

Page 2: A Jesucristo

En esta obra de Mario Esparza, reconocemos un canto de alabanza a Dios hecho hombre en su hijo Jesús, enmarcado en las artes literarias como pocas

veces tenemos la oportunidad de apreciar.

Vuelto el rostro hacia el cielo, el hablante lírico admira y se maravilla como si recibiera en él un manantial claro y vivo, con añoranzas, recuerdos y estimulante esperanza. Recorre impresionado la imagen del hijo de Dios, su sacrificio por la humanidad y la vida, describiendo con agilidad la emoción y admiración que lo

embarga en todo momento. A pesar de sentirse indigno de Jesús, lo busca y lo encuentra en su propio origen como hijo: “no puedo dejar de alcanzar/ en tu Nombre/ cuando el sol de

las mañanas/ en el rostro de mi madre/ y ayer viniendo mi padre/ desde los prados sureños/ de su infancia…”.

En versos siguientes vemos que la destrucción y explotación inconsciente de lo natural provocada por el hombre y la devastación del mundo en guerras y hambrunas, se contraponen a la hermandad e igualdad que Cristo nos legara.

Así el autor se remece ante la Divina figura, repartiendo paz y sensibilidad hacia la creación de Dios: “Cómo el látigo / de la guerra y el hambre, tiñendo a cuanto

niño / y hombre del mundo”…cómo el consonante tóxico / invadiendo el aire / y cristalinos ríos / trizando la

palabra ecología… …Remece entonces el caudal de tus manos…”.

Page 3: A Jesucristo

Avanzando en la presente obra, nos encontramos que implora a Jesús que permanezca en nuestra cotidianidad: “…Adorable Señor nuestro / quédate en nuestras labores / y hasta el final del camino / porque eres nuestra salvación / la vida eterna…”.

El paso del tiempo se reconoce en el devenir: “ parecieran

pincelarse los años cuando a viento y manzanos / iba más allá de los parcelados campos / tocado en siluetas queridas…”;

cuando todo pasa, lo único que permanece es Jesús: “… ahora es ayer / permaneciendo sólo tu esplendoroso Torrente”.

Encontramos también la presencia de poemas en referencia al humilde ingreso de Jesús a Jerusalén, que se presenta en un burrito y es alabado por multitudes que reconocen al hijo de Dios:”en un burrito muy sencillo / a Jerusalén / ha llegado el

bendito Rey”.

Page 4: A Jesucristo

Este escrito trasunta además un sentido social cuando se hace mención a la vida campesina, al hombre de trabajo, al hermano fraterno que es nuestro prójimo: “… junto a ti Maestro, / encontrando al prójimo / en la calle de abrojo / en la ribera

de explotados / o en el arco iris del templo / viviendo el signo fraterno…”.

Completa la obra un texto que invita a Jesús a ayudarnos a descubrir y a vivir con él su amor fraterno, desprendiéndonos del egoísmo que nos ha consumido y no nos ha permitido reconocerlo en el hermano que sufre: … “ porque has tenido hambre, sed / has sido forastero, sin ropa, / enfermo, encarcelado; / y no te

hemos asistido…”¡danos Señor tu paz! / y vivir Contigo así la igualdad, / el fraternal cielo de tu

Amor”.

El autor utiliza con énfasis la segunda persona gramatical realzando el poder de Jesús hecho hombre, como único camino de paz, amor y justicia.

Se reitera a través del trabajo lírico, la utilización de imágenes que muestran a un Cristo enérgico y resuelto que trae la palabra de Dios para la redención de las almas: “…palabras de fuego” “…santa espada” la justicia de Jesús que combate

con vigor el mal. El padecimiento de Jesús en la cruz también lo engrandece y da fuerza a su misión; el madero en que lo crucificaron es: “madero de libertad” que

nos redimirá. La palabra de Dios se hará eco en la humanidad deseosa de encontrar un camino de amor fraterno siguiendo el mandamiento de ama a tu prójimo como a ti mismo: “…quédate con nosotros y ayúdanos / a descubrir y

abrazar tu Rostro / en el rostro sufriente del hermano”.

Page 5: A Jesucristo

Destaca la utilización de epítetos que realzan la figura de Jesús a lo largo de todos los poemas, dando dinamismo a la versificación y sensibilizando

al lector frente a la figura amorosa de Jesús que es amor, camino, enseñanza y esperanza de vida eterna: “Esplendoroso Torrente, Adorable Señor, Jesús de la vida, Maestro, Querido Jesús, Jesús amado, Hermano

y amigo nuestro, Jesús Resucitado.”Constituye esta obra, un llamado a reconocer la divina presencia de Dios en la vida cotidiana, a reeditar su predicamento de amor y misericordia. He aquí una voz que nos muestra su particular relación con Jesús y su

misión, es una invitación a compartir la esperanza y la fe.

† Eugenia Caamaño Lillo (1968 – 2008) Profesora de Lenguaje y Comunicación,

Orientadora Educacional, Vocacional y Escritora

Antonio Inzunza Sanhueza Psicólogo y Escritor

Temuco, enero 2006

Page 6: A Jesucristo

IY aunque indigno de Ti, Señor;

no puedo dejar de alcanzaren tu Nombre,

cuando el sol de las mañanasen el rostro de mi madre,y ayer viniendo mi padre

desde los prados sureñosde su infancia;

y en blancas velasde tu Espírituapreciando

a pobladores y obreros,apreciando a Luther King

y a Juan Pablo IIproclamándote a multitudes.

¡ Qué hermoso es tu Nombre Jesús,Señor nuestro!

¡Cuán hermoso al universo!y gira el cántico de María y Zacarías,

como en los ojos de Simeón:“ Luz revelada a todos los pueblos,

Luz salvadora a toda nación”.

Page 7: A Jesucristo

2¿Cuántas laderas pasadas?¿Cuántas pupilas clavadasen las paredes del tiempo,

conjugando sus inviernos y soles?y Tú allí Maestro,y Tú aquí Maestro;

en el vaivén del hombre,que va a otro Babel…

A veces sucedecomo si la tormenta del aciago

se quedase interminablecon su espesura,

subrayando el caos;sin embargo tu Gracia:

iluminando,encaminando;

y entonces,aquel es hermano,y la floresta canta

y los caminos se juntana un mismo camino

de confianza y coloridas alabanzas.

Page 8: A Jesucristo

4Cómo el látigo

de la guerra y el hambre,tiñendo a cuanto niñoy hombre del mundo;

no obstante,emergen

más armamentosy palacios

de vanidades.Cómo el consonante tóxico

invadiendo el airey cristalinos ríos;

trizando la palabra ecología.Remece entonces,

el caudalde tus manos,

que reparten el pan,dan la paz

y van al Creador;invitando al amor fraterno,

un andar compartidode alegre cielo

y sustancial naturaleza.

Page 9: A Jesucristo

6Las veces

en que el temblornebuloso de la calle

incrementa sus falsos ruedos,que quisieran desviar

los coros de tu Puerta;y perder tu huella,

entre luminosos cristalesy plásticos del cautiverio;

más tu Roca versael caudal de la fey el amor sincero.

¡Oh Jesús de la vida!Adorable Señor nuestro,

quédate en nuestras laboresy hasta el final del camino,

porque eres nuestra salvación,la vida eterna.

Page 10: A Jesucristo

9No sé donde se han idolos pétalos del sereno

ni el primaveralde aquellos cabalgantes versos…

sólo alcanzo a esta horaalgunas estelas

de acercamiento;y aunque en solsticiode giros y cementos,

el río sigue abrazando más andares

de tu Evangelio.

Page 11: A Jesucristo

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Ya se duerme la tardeentre los cerezos,

grabándole a la lunael Navideño concierto.

Jesús amado,en frescor de tu venida

y tus Palabras de fuego;llegando miles de sentimientos:

el valle andinocon sus trinos de araucarias,

el oleaje hogareñocon sabores del alma;

mientras la tarde ya dormiday es noche de estrellas,

titilando corazonesde flor en flor su savia,

titilando Redencióndesde una humilde pesebrera.

Page 12: A Jesucristo

16Tras el melodioso cristal

en que ha esta horaparecieran pincelarse los años,

cuando a viento y manzanosiba más allá de los parcelados campos

tocado en siluetas queridas,que rondaban en sonrisas;

y habían guitarras con flecosy almendras de convivencias;pero con el pasar de los años,

lentamente se fueron desvaneciendo,quedando sólo en las arcas del recuerdo

con los serpenteantes senderos;aquello se fue para siempre:

los ventanales de lunas, las acaciay el litoral de mariposas;

todo aquello se fue sin decir nada;y ahora es ayer,

permaneciendo sólo tu esplendoroso Torrente;y es que “cielos y tierra pasan,pero Tú, y tus palabras, jamás”.

Page 13: A Jesucristo

19Y oscuridades que desgarran

con hambre y frío,y faz pletórica en materiales:

iniquidades del mundo,rotando en perfiles

de indiferencias,luminosos iconos

golpeando.¡Oh Jesús,

que lejos somos…!en el arenal cotidiano,en el arenal tortuoso

hacia un horizonte digno,de la mujery el hombre

comúnpara alcanzar

“el pan,el techo y abrigo”;y latentes sueños

del palpitar interior,del versar del camino.

Page 14: A Jesucristo

21De los olivos,

desde el monte de los olivoshacia Jerusalén,

en un burrito va El Rey,El Bendito Rey de reyes;alabándole la multitud:

“¡Hosanna al Hijo de David!”.¡Cuán sencillo!

¡cuán humilde es el Rey!destronando a poderosos,

al reinado terrenal.La muchedumbre

sigue su cursoen ramos y alabanzas:

“¡Bendito sea el que vieneen el Nombre del Señor!”

¡Cuán sencillo!¡cuán humilde es el Rey!

“¡Hosanna en lo más alto del cielo!”En un burrito muy sencillo

a Jerusalén,a llegado el Bendito Rey.

Page 15: A Jesucristo

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Espinas y clavosenmudeciendo el cielo;

mientras correel oro de tu cáliz;

y la tarde gris de lo alto,emite profunda muerte.

¡Jesucristo, Señor amado!un viernes en el Gólgota,

viernes torrencial sangriento.Tus llagas por el huérfano,

por el humano de todos los tiempos,tus llagas abiertas al universo.

Llora María;

y el verso ya quedaen hondo silencio;

y sólo mira y contempla,que entre lo alto y la tierra,el caudal Santo de tu cáliz,

desde aquella tormentosa tarde,ha roto la muerte,

los portales del infierno;y victoriosa se alza la vida

por tu inmenso Amor,tras aquel viernesde profundo dolor,de profunda agonía

en el Calvario.

Page 16: A Jesucristo

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Quisieron las trenzadas tinieblasdestruir la Esperanza,

las tinieblas con sus miles de caras

y sus confusas lenguas;y el izado temblor persiguiendo:

“Padre,si quieres,

aparta de Míesta copa;

pero no se haga mi voluntadsino la tuya”.

Quiso la muerte,eterna muerte,

más ni la traición ni la burla,

ni los golpes ni algarabía;detuvieron la Misión,el fecundo Sacrificio:“ Si el grano de trigo

no cae en tierra y muere,queda solo; pero si muere,

da mucho fruto”Quisieron las tinieblas

con azotes y clavosdejar el caos y la muerte prendida,

pero desde aquellatotal entrega en la Cruz:

triunfó el Señor,triunfó el amor,triunfó la vida.

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Feliz madrugada,feliz mañana:

¡Jesús, El Señorha Resucitado!Alegre María,

celebra la vida.Corren los discípulos;

allí el sudario,allí los lienzos:¡El Señor Jesúsha Resucitado!

Tras la Cruz,tras la tumba,

Jesús victoriosoante el pecado,ante el Maligno.

“ El Templo reedificado”“vencido el mundo”“vencida la muerte”;y ha vuelto a Pedro,

Santiago y Juan;y ha vuelto a todos,con su paz viviente.

¡Aleluya, aleluya!¡Jesús Resucitado!

En el cielo y en la tierra,todo poder y gloria¡Aleluya, aleluya!

canta el nuevo pueblo,canta la vida.

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Con el cielo de tu miradallevando las tormentas

“en tu humilde yugoen que te sigue Andrés;

y fervoroso Pedroy admirado Natanael,

descubriendo el amor infinito”;y junto a Ti Maestro,

encontrando al prójimoen la calle de abrojo,

en la ribera de explotados,o en el arco iris del templo;viviendo el signo fraterno,

el sabor de la Caridad.

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Ni aunque la niebla del abismopretenda ocultar las manos

de reconciliación,que se han logrado

en tu Santo Nombre;y que tras las murallas

de los tiempos,se pretenda olvidar

la pasión de tu Cayado:vuelve y vuelve

la blancura de tu Espíritu,irradiando la Luz verdadera,

un jardín de esperanzas,señales de tu Reino

en que se abrazan peregrinos,que contentos en tu voz

ya danzanflores de arrimo,

bellas flores de encuentro.

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Hacia Ti,Querido Jesucristo,con odas de alerces

y canelos,a sol de mesa

campesinay cristalinas vertientes.

Hacia Ti,con voces y guitarras,

de techo isleño y del pueblo.Hermanos

sureños y nortinosen el eco de tus pasos,diciendo a corazones:

“ Padre Nuestro”.

Page 21: A Jesucristo

Cae la tarde hacia Emaúsenvuelta en semblantes

de incertidumbre,envuelta en el rumor de la madrugada.

¡Amigo Jesús!“quédate con nosotros”

en nuestra quebrajada tardeque habla de miseria y opulencia,

pero también la tarde en que se abrencorazones de modestos hogares.

“Quédate con nosotros” y ayúdanosa descubrir y abrazar tu Rostro

en el rostro sufriente del hermano,

porque “ has tenido hambre, sed,has sido forastero, sin ropa,

enfermo, encarcelado”;y no te hemos asistido,

quedándonos en el fangodel egoísmo...

y ya que la tarde se ha ido;y la noche llama a la alborada

de tu Nuevo Mandamiento:¡danos Señor tu Paz !

y vivir Contigo así la igualdad,el fraternal cielo de tu Amor.

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